Espiritu Santo
Espiritu Santo
Espiritu Santo
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En este lugar estaba Pedro, aquel que por miedo había negado a Jesús y
después de ser llenado por el Espíritu Santo, salió a predicar con poder, que
Jesucristo es el hijo de Dios y convirtió a 3,000 hombres que se encontraban
escuchándolo y entregó su vida al anuncio de la buena nueva, hasta que fue
crucificado como su Maestro.
El bautismo en el Espíritu que recibieron los apóstoles fue tan definitivo que
cambio sus vidas radicalmente, quienes los habían conocido antes, se dieron
cuenta que siendo las mismas personas físicamente, habían sido
transformadas de manera radical en su interior.
Quienes los veían se preguntaban: ¿Qué debemos hacer para vivir como
ustedes?
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Dios quiere nuevas estructuras nacidas del Espíritu, porque todo lo que nace de
la carne es carne y nos conduce a nuestra propia destrucción. Solo lo que nace
del Espíritu es lo que da vida.
La obra de Cristo no termina con su muerte, sino que habiendo roto las
cadenas del pecado que nos esclavizan, derramó su Espíritu Santo para que
abracemos la vida nueva y verdadera que Él nos ofrece.
“Cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán una fuerza que
los hará ser mis TESTIGOS, en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y
hasta los confines de la tierra.” Hch 1,8
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La palabra mártir proviene de una palabra griega que significa testigo, los
primeros cristianos llenos del Espíritu de Dios no temían perder su propia vida
porque sabían que esa era la prueba máxima de su fidelidad a Dios en medio
de la adversidad. Hoy preguntémonos con sinceridad ¿Qué tanto estoy
dispuesto a ser testigo de Cristo? ¿al grado de dar la vida? TÚ ¿Qué estás
dispuesto a hacer para responder a este mundo tan necesitado de verdaderos
testigos?
La vocación de todo bautizado, la meta a la que estamos llamados es la
santidad y esta solamente es obra del santificador omnipotente. El verdadero
testigo es aquel que lleva bien puesta la camiseta y no de un equipo de futbol
sino la de la santidad, aquel al que no lo importa lo que tenga que pasar, a
quien se tenga que enfrentar, porque tiene bien clara su meta y su vocación, si
eres hijo de Dios, estas llamado a ser santo como Él es Santo. Por eso para el
bautizado ser santo no es una opción, sino el único camino. San Félix de
Cantalicio decía: O santo o nada. Este debe ser nuestro mayor propósito,
nuestra única meta.
Al Espíritu Santo también le llamamos abogado divino, es el abogado porque
defiende tu vida de gracia y cada vez que lo invocas hace que Cristo gane en ti.
Yo no conozco lo que estas viviendo, lo que si te puedo decir es que Dios no
quiere que te vayas igual, Dios hoy quiere ganar en ti, ganar en tu vida, ganar
en esa área de tu persona que tal vez solo tú sabes y sientes que ya no
puedes, que ya no tienes esperanza.
El ES lo ha hecho con muchas personas, transformando sus vidas por
completo, llevándolos a dar frutos de vida eterna, y es su Espíritu el que te
impulsa a dar frutos de santidad.
Lo único que necesitas es:
De una manera muy especial Dios quiso simbolizar al Espíritu con el agua,
porque ambos son principio de vida. Así como sin agua no hay vida en la tierra,
sin Espíritu tampoco hay vida nueva. Por eso Jesús dijo:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba el que crea en mí. Como dice la
Escritura: de sus entrañas brotarán ríos de Agua viva. Jn 7, 38
Las palabras de Jesucristo son claras: SI ALGUNO TIENE SED.
Existen diferentes clases de personas: algunas que simplemente no tienen sed,
otras que tienen sed, pero no tienen deseo de saciarla, y otras que tienen sed y
buscan saciarla.
Para beber del Agua Viva solo existe una condición: tener sed de ella. Solo el
que tiene sed, puede ir a Jesús para pedirle que derrame el Rio de Agua Viva.
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La única condición que se nos pide es que tengamos necesidad del Espíritu
Santo. Cuando Zaqueo se subió al árbol para ver a Jesús dio el paso decisivo
de su vida. Provoco la mirada de Jesús. El Señor pudo llegar a su casa y
decirle: Zaqueo hoy ha llegado la salvación a tu casa (Lc 19, 9).
El Espíritu Santo no cuesta nada, es gratis: “el que tenga sed que se
acerque, y el que quiera que reciba gratuitamente el Agua de Vida”. Ap 22,
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