1-Ajuste Personal y Conductas Disruptivas en Alumnado de Primaria
1-Ajuste Personal y Conductas Disruptivas en Alumnado de Primaria
1-Ajuste Personal y Conductas Disruptivas en Alumnado de Primaria
Marta Martínez-Vicente1
https://orcid.org/0000-0002-6601-9674
Carlos Valiente-Barroso2
https://orcid.org/0000-0003-4670-0523
1
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Internacional Isabel I, España
2
Departamento de Neurociencia, Instituto Clínico y de Investigación Interdisciplinar en
Neurociencias, España
Resumen. Objetivo. Estudiar las relaciones entre variables de ajuste personal y las conductas disruptivas en
un grupo de 136 alumnos y alumnas de primaria de entre 9 y 12 años. Método. Estudio de campo observacional,
de metodología no experimental y transversal. Se utilizaron varios cuestionarios para medir la autoestima, la
personalidad, el estrés y las competencias emocionales de los y las estudiantes, así como un cuestionario ad hoc
elaborado para el registro de las conductas disruptivas. Resultados. Los resultados indican relaciones significativas
positivas entre conductas disruptivas y estrés escolar, así como negativas con autoestima, estabilidad, competencia
y comprensión emocional. Las diferencias son significativas según el género, manifestándose las conductas
inadecuadas en menor medida en el caso de las niñas.
Palabras clave. Conductas disruptivas, estrés percibido, autoestima, competencia emocional, personalidad.
Abstract. Objective. This study analyses the relationships between personal adjustment and disruptive behaviors
in a group of 136 primary school students between the ages of 9 and 12. Method. This field observation study used
a non-experimental, cross-sectional methodology. Several questionnaires were used to measure students’ self-
esteem, personality, stress, and emotional competencies. Moreover, an ad hoc questionnaire was created to record
disruptive behaviors. Results. The results indicate significant positive relationships between disruptive behaviors and
school stress, as well as negative ones with self-esteem, stability, competence, and emotional understanding. The
differences are significant according to gender, with inappropriate behaviors manifesting to a lesser extent in the
case of girls.
1
Marta Martínez-Vicente. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Internacional Isabel I. Dirección postal: Hermandad de Do-
nantes de Sangre, 1, 3º B, 39200, España. E-mail: [email protected]
2
Carlos Valiente-Barroso. Departamento de Neurociencia, Instituto Clínico y de Investigación Interdisciplinar en Neurociencias, España. E-mail:
[email protected]
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Martínez-Vicente & Valiente-Barroso 72
Introducción
Las conductas disruptivas son comportamientos que entorpecen el correcto
funcionamiento del aula. Se consideran como tales, la violación de las normas, la alteración
en el trabajo escolar, la oposición a la autoridad docente, las agresiones verbales o físicas
a otros compañeros; pero también otras menos graves como hacer ruido, levantarse,
interrumpir, hablar con frecuencia, ser irresponsable o mostrar desinterés y desmotivación.
Suponen un inconveniente para el docente, los compañeros y el propio estudiante, y
junto a otros problemas socioeducativos y el bajo rendimiento escolar, provocan una
constante desmotivación en el profesorado (Mora & Ponce, 2017). El malestar docente
ha aumentado como resultado de la propagación de contextos de aula donde imperan
conductas distorsionantes, falta de disciplina y una tensión atribuida a estudiantes
denominados disruptivos, que impiden con sus comportamientos y actitudes el normal
funcionamiento de las clases.
Delimitar o definir una conducta disruptiva no es tarea fácil pues depende entre otros
aspectos del nivel de tolerancia, la interpretación, la experiencia personal, la percepción
y las estrategias de control y manejo del aula de cada docente. En general, una conducta
inadecuada es aquella que atenta contra los principios educativos impidiendo la
marcha normal de la clase. Sus causas son diversas y se deben en parte a la carencia de
estrategias de afrontamiento que desencadenan problemas diarios, malestar emocional
y conductas de desobediencia (Bueno, 2014; Porcel, 2010). El aula es el lugar en el
que se produce una mayor cantidad de conductas agresivas dada la heterogeneidad
del alumnado y sus marcadas diferencias individuales, acentuándose en aquellas que
reciben a estudiantes de diferentes edades, algo que, si bien en principio puede ser un
elemento enriquecedor, también puede comportar muchos inconvenientes (Martín &
Lleixá, 2017).
Las conductas disruptivas se categorizan de mayor o menor gravedad según las relaciones
interpersonales, las tareas escolares y las normas generales del aula. Se asocian a factores
como la impulsividad, escasas habilidades sociales, relaciones interpersonales negativas,
poca capacidad de autocrítica, falta de autoestima, dificultad para cumplir las normas,
baja tolerancia a la frustración, escasas estrategias de afrontamiento del estrés y bajo
rendimiento académico. Causas que responden a la respuesta insuficiente ofrecida en el
ámbito escolar, a las que además se añaden los estilos parentales en la educación y la
ausencia de relaciones seguras y afectivas dentro del ámbito familiar (Díaz-Aguado et al.,
2004; Gotzens et al., 2010).
Los problemas de disciplina suponen una preocupación frecuente en el ámbito educativo
limitando tanto el tiempo de docencia del profesorado como de aprendizaje del
alumnado. La resolución de conflictos implica dedicar gran parte del horario escolar a
solventarlos, con lo que resta para otro tipo de actividades más placenteras y estimulantes.
El mal ambiente generado dentro de algunas aulas, el desorden o la elevada incidencia
de problemas comportamentales, reclama actuaciones preventivas y específicas que
resuelvan tales realidades. Algunos autores distinguen entre dos tipos de conductas
disruptivas: las de índole social que alteran la dinámica y el orden de las aulas (Ramírez
& Justicia, 2006) y las instruccionales, derivadas del desconocimiento de las normas que
regulan el funcionamiento del aula (Grebennikov, 2005). Tanto unas como otras dependen
de la gestión docente, ya sea en la prevención o en la intervención directa cuando así es
necesario (Gotzens et al., 2007).
Método
Se plantea un estudio de campo observacional, de metodología no experimental,
transversal, descriptivo y correlacional.
Muestra
Muestra no probabilística de conveniencia heterogénea. Participaron 136 estudiantes de
Educación Primaria, 65 niños (47.79 %) y 71 niñas (52.20 %) de edades entre los 9 y 13
años (M = 9.75, DT = 1.495) de nivel socioeconómico y cultural medio escolarizados en
un centro concertado (de titularidad privada pero sostenido con fondos públicos) de una
línea, situado en una localidad urbana de la comunidad autónoma de Cantabria (España).
Instrumentos
Cuestionario para la Evaluación de la Autoestima en Educación Primaria (AEP) (Ramos et
al., 2006). Este instrumento compuesto de 17 ítems de respuesta tipo Likert de 3 puntos
(0-Si, 1-A veces y 2-No) aporta una medida global de la autoestima. En este cuestionario
se obtiene α = .76.
Cuestionario de Personalidad para niños (CPQ) (Porter & Cattell, 2016). Evalúa 14 rasgos
de primer orden y 3 de segundo orden de la personalidad. Los rasgos de primer or-
den son afabilidad (reservado/abierto), razonamiento (inteligencia baja/alta), estabilidad
emocional (afectado/estable), excitabilidad (calmoso/estable), dominancia (sumiso/do-
minante), animación (sobrio/entusiasta), atención a las normas (despreocupado/cons-
ciente), atrevimiento (cohibido/emprendedor), sensibilidad (dura/blanda), desadaptación
(seguro/dubitativo), privacidad (sencillo/astuto), aprensión (sereno/aprensivo), perfeccio-
nismo (menos/más integrado) y tensión (relajado/tenso). A partir de las escalas primarias
se obtienen tres factores de segundo orden globales sobre ajuste/ansiedad, introversión/
extraversión y patemia/excitabilidad-dureza (α = .81).
Inventario de Estrés Cotidiano Infantil (IECI) (Trianes et al., 2011). Consta de 22 ítems
dicotómicos (SI/NO) que proporcionan puntuaciones parciales correspondientes a tres
ámbitos del estrés infantil (salud, escolar y familiar), además de una medida de estrés
global resultado de la suma de las tres.Para la escala estrés total se obtiene α = .81.
Cuestionario de competencia emocional para niños TEIQue-CSF de Petrides (Adaptación
española de Pérez-González, 2003), considerada como una de las medidas evaluativas de
la inteligencia emocional más válida y fiable. Se compone de 36 ítems de respuesta tipo
Likert (0 = Completamente en desacuerdo; 4 = Completamente de acuerdo) que evalúan
habilidades emocionales. Para este estudio se obtiene α = .764.
Cuestionario de comprensión emocional para niños KAI-R-VP –Forma corta para
profesores- (Kusche et al., 1988. Adaptación española de Pérez-González, 2003)
que recoge información del profesor sobre la comprensión de las competencias
emocionales de los estudiantes. Consta de seis ítems de respuesta tipo Likert (0 =
Completamente en desacuerdo; 4 = Completamente de acuerdo). Para este estudio
se obtiene α = .931.
Cuestionario ad hoc sobre conductas disruptivas en el aula elaborado para este estudio. Se
trata de un registro observacional para que el profesor registre las conductas disruptivas
que interfieren en el normal desarrollo de las clases. Consta de 28 ítems de respuesta tipo
Likert 4 puntos (1=Nunca, 2=A veces, 3=Muchas veces y 4=Siempre). Para este estudio
se obtiene α = .982.
Procedimiento
El trabajo fue puesto en conocimiento del Comité de Ética del Instituto Clínico y de
Investigación Interdisciplinar en Neurociencias (ICIIN) para su envío posterior. Una vez
autorizado se informó a los tutores y familias contando con la aprobación expresa a
través de un documento firmado por padres, madres o tutores legales, cumpliéndose
de esta manera las exigencias deontológicas indicadas para investigación con menores
de edad. Los cuestionarios fueron aplicados en una sesión dentro del horario lectivo
por parte del equipo investigador, siempre en presencia del tutor o tutora. Se informó
a los y las estudiantes de la finalidad del estudio, solicitando su participación voluntaria
y sinceridad en las respuestas, garantizando en todo momento el anonimato y la
confidencialidad de los datos obtenidos. Asimismo, los cuestionarios ad hoc sobre
conductas disruptivas y el cuestionario de comprensión emocional KAI-R-VP de cada
uno de los alumnos y alumnas fueron cumplimentados por los tutores de las aulas a las
que pertenecía cada uno de los y las estudiantes participantes.
Análisis de datos
Técnicas estadísticas descriptivas, t de Student y análisis de varianza unifactorial
(ANOVA) para estudiar si existen diferencias significativas y comparar puntuaciones
medias de las variables según el género, midiendo el tamaño del efecto a través del
coeficiente eta-cuadrado parcial (ƞp2) (efecto pequeño si ƞp2 ≥ .01, efecto medio si ƞp2
≥ .059 y efecto grande si ƞp2 ≥ .138). Se calcula también la d de Cohen para conocer la
magnitud de las diferencias (Sun et al., 2010) interpretándose como tamaño del efecto
pequeño (.20 ≤ d ≤ .50), moderado (.51 ≤ d ≤ .79) y grande (d ≥ .80). Se calculan
correlaciones de Pearson para estudiar las relaciones entre las variables y un análisis de
regresión múltiple (Stepwise) para estudiar el carácter predictivo de todas ellas sobre
las conductas disruptivas. Todos los cálculos se realizaron con el programa estadístico
SPSS versión 25.0 para Windows.
Resultados
Análisis descriptivo y diferencial
Teniendo en cuenta el objetivo general se realiza un análisis descriptivo de los ítems
del cuestionario de conductas disruptivas (Figura 1) que informa de valores elevados en
comportamientos como la despreocupación ante las tareas, hablar mucho en clase, falta
de conocimientos y de hábitos de estudio, irresponsabilidad, pasividad, jugar dentro de
clase, desinterés y atención dispersa.
Se estudiaron las diferencias de medias de las variables según el género a partir del
cálculo de la t de Student, aplicando la prueba de Levene para la igualdad de varianzas
a través del estadístico F, considerando niveles de significación mayores de .05 y un
intervalo de confianza del 95 %. Los resultados indican diferencias significativas en
autoestima, comprensión emocional, estabilidad emocional, sensibilidad, dureza y
conductas disruptivas según el género (Tabla 1).
El análisis de varianza (ANOVA) indica que las niñas puntúan más alto en autoestima,
comprensión emocional, estabilidad emocional y sensibilidad, mientras que los niños lo
hacen en patemia/excitabilidad-dureza y conductas disruptivas dentro del aula, siendo el
tamaño del efecto grande en todas estas variables (Tabla 2).
Apatía
Vagancia
Despreocupado
Habla
Falta de conocimientos
Irresponsable
Risitas
Atención dispersa
Pasividad
Falta de hábitos de estudio
Desinterés
Desmotivación
No hace las tareas escolares
Malos modales
Conducta desafiante
Insolente y falta el respeto
Imita actitudes no positivas
Miente
Se burla de los demás
Desconfiado
Habla a gritos
Incapacidad para el diálogo
Se pega
Amenaza verbal
Amenaza con objetos
Contesta despectivamente
Juega dentro de la clase
Hace ruido para molestar, incordiar
0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5
Tabla 1
Resultados de la prueba t para muestras independientes en función del género
Prueba de Prueba t para la igualdad de medias
Levene
F Sig. t Sig. Diferencia Error típico de IC al 95 %
Bilateral de medias la diferencia
LI LS
Autoestima .899 .363 -2.095 .046* -22.357 10.670 -45.84 1.13
Comprensión .250 .627 -2.864 .015* -6.000 2.095 -10.61 -1.39
emocional
Estabilidad .542 .477 -2.679 .021* -2.048 .764 -3.73 -.36
emocional
Sensibilidad 4.080 .068 -2.016 .049* -2.405 1.193 -5.03 .22
Patemia/ 2.256 .161 2.226 .048* 1.721 .773 .02 3.42
excitabilidad-
dureza
Conductas .052 .823 5.437 .000** 37.119 6.826 22.09 52.14
disruptivas
Nota. Solo aparecen las variables con diferencias significativas en función del género. F =
estadístico F de la prueba de Levene; t = índice t de Student; Sig = nivel de significación; IC=
intervalo de confianza; LI = límite inferior; LS = límite superior.
*p < .05; **p > .01
Tabla 2
Medias (Desviaciones típicas) y análisis de varianza de las variables en función del género
Variables Grupos M(DT) IC al 95 % F (1,11) ƞp2 d
LI LS
Autoestima Chico 27.50(16.051) 10.66 44.34 4.390 .285 -1.180
Chica 49.86(21.443) 30.03 69.69
Comprensión Chico 9.00(4.00) 4.80 13.20 8.201 .427 -1.584
emocional Chica 15.00(3.559) 11.71 18.29
Estabilidad Chico 3.67(0.816) 2.81 4.52 7.177 .395 -1.527
emocional Chica 5.71(1.704) 4.14 7.29
Sensibilidad Chico 6.17(2.927) 3.10 9.24 4.066 .270 -1.081
Chica 8.57(1.134) 7.52 9.62
Patemia/ Chico 3.95(1.834) 2.03 5.87 4.956 .311 1.200
excitabilidad- Chica 2.23(0.860) 1.43 3.02
dureza
Conductas Chico 71.83(13.526) 57.64 86.03 29.564 .729 2.998
disruptivas Chica 34.71(11.116) 24.43 44.99
*p < .05; **p < .01
Análisis correlacional
Se realiza un análisis correlacional considerando las variables autoestima, estrés,
competencia emocional, comprensión emocional y conductas disruptivas (Tabla 3). Los
resultados indican relaciones significativamente positivas entre las variables autoestima
y comprensión emocional; estrés escolar con estrés salud, estrés global y conductas
disruptivas; estrés salud con estrés global y competencia emocional y esta última con
comprensión emocional. Asimismo, se observan relaciones significativas negativas entre
autoestima con estrés familiar y conductas disruptivas; estrés escolar y comprensión
emocional; así como competencia y comprensión emocional con conductas disruptivas.
Un segundo análisis correlacional entre los factores de personalidad y las variables
autoestima, estrés, competencia emocional, comprensión emocional y conductas
disruptivas arroja los resultados de la Tabla 4. Se observan relaciones significativamente
positivas entre autoestima y estabilidad emocional e integración; estrés escolar y
desadaptación; estrés familiar y excitabilidad; estrés salud y estrés global con excitabilidad
y desadaptación; competencia y comprensión emocional con estabilidad emocional
y por último entre conductas disruptivas y patemia/excitabilidad-dureza. Asimismo,
se relacionan negativamente autoestima y desadaptación, ajuste/ansiedad y patemia/
excitabilidad-dureza; estrés escolar con razonamiento y estabilidad emocional; estrés
familiare introversión/extraversión; estrés salud y razonamiento; estrés global con
razonamiento, perfeccionismo e introversión/extraversión y por último entre conductas
disruptivas y estabilidad emocional.
Tabla 3
Correlaciones entre autoestima, estrés, competencia emocional, comprensión emocional y
conductas disruptivas
1 2 3 4 5 6 7 8
1. Autoestima 1
2. Estrés escolar -.298 1
3. Estrés familiar -.576* .010 1
4. Estrés salud -.020 .580* .250 1
5. Estrés global -.411 .686** .589 .861** 1
6. Competencia emocional .171 .538 -.253 .558* .412
7. Comprensión emocional .649* -.646* .277 .175 .015 .817** 1
8. Conductas disruptivas -.624* .570* .450 .689 .401 -.768** -.717** 1
*p < .05; **p < .01
Tabla 4
Correlaciones entre los factores de personalidad y autoestima, estrés, competencia emocional,
comprensión emocional y conductas disruptivas
AU EE EF ES EG CE CPE CD
A .243 .130 -.062 -.020 -.080 .094 .115 -.172
B .351 -.622* -.191 -.607* -.686** .342 .364 -.340
C .594* -.585* .012 -.143 -.341 .878** .825** -.853**
D -.509 .263 .614* .586* .750** -.115 .014 .343
E -.051 .157 .479 .113 .353 .168 .287 .021
F -.246 .018 .026 -.203 -.111 -.151 -.441 .271
G .503 -.036 -.340 -.153 -.324 .180 .225 -.398
H .388 -.036 -.176 .063 -.130 .408 .252 -.352
I .544 -.186 -.365 .183 -.182 .350 .434 -.535
J -.563* .596* .457 .752** .855** -.313 -.096 .323
N -.303 .278 .428 .263 .446 -.098 .047 .357
O -.517 .040 .511 .348 .496 -.185 .001 .262
Q3 .616* -.339 -.434 -.324 -.589* .324 .365 -.546
Q4 -.179 .018 .507 .393 .493 .266 .366 -.211
QI -.560* .196 .352 .352 .508 -.344 -.260 .461
QII .475 -.235 -.578* -.464 -.664* .075 -.040 -.289
QIII -.608* .297 .513 .065 .441 -.377 -.400 .648*
Nota. AU = Autoestima; EE = Estrés escolar; EF = Estrés familiar; ES = Estrés salud; EG = Estrés
global; CE = Competencia emocional; CPE = Comprensión emocional; CD = Conductas disruptivas;
A =Afabilidad (reservado/abierto); B = Razonamiento (inteligencia baja/alta); C = Estabilidad
emocional (afectado/estable); D = Excitabilidad (calmoso/excitable, E = Dominancia (sumiso/
dominante); F = Animación (sobrio/entusiasta); G = Atención a las normas (despreocupado/
consciente); H = Atrevimiento (cohibido/emprendedor); I = Sensibilidad (dura/blanda); J=
Desadaptación (seguro/dubitativo); N = Privacidad (sencillo/astuto); O = Aprensión (sereno/
aprensivo); Q3 = Perfeccionismo (menos/más integrado); Q4 = Tensión (relajado/tenso); QI =
Ajuste/Ansiedad, QII = Introversión/Extraversión; QIII = Patemia/excitabilidad-dureza.
*p < .05; **p < .01
Análisis de regresión
Finalmente, se realizó un análisis de regresión múltiple (procedimiento stepwise) para saber
qué variables predicen las conductas disruptivas, indicando los resultados que son tres variables
del total (Tabla 5). Así, en el modelo 1 se observa que la variable género explica el 70.4 % de
la varianza total, siendo su capacidad predictiva sobre las conductas disruptivas ( β= -.854; t =
-5.437: p < .001) estadísticamente significativa. En el modelo 2 se incluyen las variables género (β
= -.774; t = -7.722; p < .001) y estrés escolar (β = .425; t = 4.242; p < .05) explicando juntas el 88.4
% de la varianza, contribuyendo significativamente a la explicación de las conductas disruptivas
dentro del aula. En el modelo 3, junto a las anteriores, se incluye la variable estabilidad emocional,
explicando conjuntamente el 92 % de la varianza total y tanto género (β = -.607; t = -5.531; p <
.001), estrés escolar (β= .274; t = 2.606; p < .05) y estabilidad emocional (β = -.311; t = -2.343; p
< .05) explican significativamente las conductas disruptivas. Del modelo quedaron excluidas el
resto de las variables que formaban parte de este estudio.
Tabla 5
Resultados del análisis de regresión con conductas disruptivas como variable criterio y las variables
vinculadas del estudio como variables predictoras
Modelo R R2 R2 ajustado F (gl) p
Modelo 1 a
.854 .729 .704 29.564 (1,12) .000
Modelo 2 b
.950 .903 .884 46.617 (2,12) .000
Modelo 3c .969 .940 .920 46.853 (3,12) .000
a
Género. Género, Estrés escolar. Género, Estrés escolar, Emocionalmente estable/afectado
b c
Discusión
Durante los últimos años se ha incrementado la tendencia al estudio de todos los
factores que afectan al desarrollo personal, emocional y social de los y las estudiantes;
y que pueden ser el sustrato sobre el que se asientan determinados comportamientos
o reacciones desproporcionadas visibles en algunos momentos. En concreto, se señalan
las conductas disruptivas como un elemento de preocupación en el ámbito educativo
intentando profundizar en qué puede provocar que determinados estudiantes interfieran
o dificulten la actuación docente o las relaciones del grupo en el que están escolarizados.
Por ello en el presente trabajo se describe el estudio llevado a cabo en un centro educativo
de ratio reducida en el que se observan y registran por parte de los tutores de aula
conductas de tipología disruptiva del alumnado, para posteriormente compararla con la
información recogida sobre variables de índole personal a través de la cumplimentación
de cuestionarios por los propios niños y niñas y con todo ello ofrecer una explicación de
por qué las conductas disruptivas dificultan la convivencia.
En primer lugar, se extrajo la información recogida en el cuestionario ad hoc sobre
conductas disruptivas cuyos resultados informan de que la despreocupación en las tareas,
hablar interrumpiendo constantemente al profesor, la irresponsabilidad, la carencia
de conocimientos básicos y de hábitos de estudio, la pasividad, el desinterés hacia el
trabajo y la atención dispersa son, en general, algunas de las conductas disruptivas más
frecuentes dentro de las aulas.
La comparativa de las variables consideradas teniendo en cuento al género, permite
observar cómo las niñas puntúan más alto en autoestima, comprensión emocional,
estabilidad emocional y sensibilidad, presentando los niños una mayor dureza y también
un mayor número de las conductas disruptivas analizadas. En esta línea se encuentran
algunos estudios que informan de que las conductas agresivas y disruptivas son exhibidas
principalmente por los niños, quienes, a pesar de integrarse fácilmente, también son
objetivo directo del fenómeno del acoso (Escobar et al., 2010; Lippman & Rivers, 2008;
Ros et al., 2012).
Por otro lado, los resultados del análisis correlacional han mostrado asociaciones directas
entre la autoestima y la competencia y estabilidad emocional, al tiempo que estas son
inversas con las conductas disruptivas. Estas conductas presentan asociaciones directas
con el estrés estudiantil coincidiendo con una mayor dureza e inestabilidad emocional.
En general, este estudio está en consonancia con otros previos que confirman que la
concepción positiva de sí mismo se corresponde con un mejor ajuste psicológico, una
adecuada competencia personal y menos problemas comportamentales (Fuentes et al.,
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