Cuentos de Cabecera

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Tokio, 1945. Un refugio antiaéreo.

Dazai se transforman en una sátira

Un padre y sus hijos. Así comienza provocadora e hilarante de la eterna

Cuentos de cabecera, una versión guerra de sexos.

cínica y descarada de los cuentos

más célebres de Japón en la que En esta edición se ha incluido

Osamu Dazai se ríe de los también la versión original de los

estereotipos y la tradición. cuentos.

Suenan las sirenas. Las baterías

antiaéreas rugen con su estruendo Osamu Dazai

atronador. Los bombarderos B-29 Cuentos de

se aproximan a Tokio para soltar su cabecera

mortífera carga. Pero, en un Cuentos japoneses

estrecho refugio casero, un padre políticamente incorrectos

con una imaginación muy particular

construye un mundo de fantasía con ePub r1.0

Daruma 10.05.14

el que entretener a su hija. Mientras

lee en voz alta y afectada los Título original: お伽草紙 (Otogizōshi)

cuentos de un libro ilustrado para Osamu Dazai, 1945

niños, en su mente van tomando Traducción: Daniel Aguilar

forma otras historias en absoluto Diseño de cubierta: Daruma

infantiles pero siempre divertidas, Editor digital: Daruma

impredecibles y mordaces. ePub base r1.1

«La historia de Urashima», «La

montaña Kachi-kachi», «El gorrión Dazai y los cuentos de

de la lengua cortada» y «El lobanillo

desaparecido» son cuatro de los cabecera

cuentos más célebres de Japón, que

en esta inusual versión de Osamu Posiblemente, no existe en toda la


historia de la literatura japonesa un a Tokio para ingresar en la universidad,

autor tan impúdicamente autobiográfico y allí entra en una vorágine de amores

como Osamu Dazai. Nace en 1909 como turbulentos, alcohol y drogas, cayendo

Shuji Tsushima en el pueblecito de enfermo con frecuencia y manteniendo

Kanaki (prefectura de Aomori), de la relaciones siempre tirantes con el hogar

norteña península de Tsugaru, en el seno paterno, desde el que, a regañadientes,

de una familia con un nivel económico le ayudan económicamente a subsanar

muy por encima de la media, siendo el sus desmanes. Durante esta época, y aun

décimo de once hermanos. Y estas dos sufriendo una gran contradicción interna

por ser él mismo hijo de un

circunstancias ejercerán una fuerte terrateniente, participa también en

influencia sobre sus escritos, que actividades de agitación comunista. Más

revelan una profunda preocupación por que motivos ideológicos, le mueve el

las diferencias sociales y por las atractivo de su clandestinidad, pero

relaciones familiares. La casa familiar,

por cierto, se ha convertido en uno de pronto se desencanta al considerar que

los escasos atractivos turísticos de la sus camaradas carecen de profundidad

región, a pesar de que en vida Dazai no intelectual. Tras sobrevivir a nada

fuera precisamente apreciado por menos que cuatro intentos de suicidio

aquellos pagos, siendo considerado (1929, 1930, 1935 y 1937), uno de los

poco menos que la oveja descarriada de cuales le cuesta la vida a su amante de

la familia. entonces, finalmente, y gracias a los

El joven Dazai, que en su niñez pasó buenos oficios del reputado escritor

mucho más tiempo con una abuela que le Masuji Ibuse, contrae matrimonio en

leía cuentos y con su aya que con sus 1939. Entremedias, a punto estuvo de

padres, empieza a escribir en conseguir el prestigioso premio

Akutagawa de 1935, quedando en

publicaciones amateurs locales a los segundo puesto.

dieciséis años. A los veintiuno se muda Dazai cuenta con libros satíricos
como este (escrito en el último año de la mismo, con un muy particular sentido

guerra); otros tiernamente del humor, a menudo se ríe. Se aprecia

también en su obra el interés por la

autobiográficos, como Tsugaru, sobre su literatura occidental de vanguardia y la

tierra natal; y otros decididamente religión cristiana; algo nada

pesimistas, que fueron los que mayor sorprendente, puesto que en la

fama le procuraron, en concreto Indigno universidad, Dazai se especializó en

de ser humano y El ocaso. Pero todos

ellos guardan en común el retrato de ese Literatura francesa y, por otra parte,

joven inseguro, aficionado al sake y los Aomori fue una de las primeras

manjares refinados y/o exóticos. Su prefecturas norteñas donde se instalaron

prosa transpira en todo momento la los misioneros cristianos tras la apertura

desesperación del autor por no haber al extranjero del cercano puerto de

conseguido aún una obra maestra por la Hakodate a finales del siglo XIX (dicha

que se reconozca su talento, angustia que obsesión por el cristianismo se rastrea

le lleva al punto de insistir sin éxito al también en el cine de Seijun Suzuki,

famoso escritor Yasunari Kawabata para quien casualmente pasó la postguerra en

que, mediante su influencia, le otorguen esa misma Aomori).

un premio. En los pasajes más o menos Otogi-zoshi significa literalmente

«cuentos de cabecera». Se entiende por

autobiográficos (o de la vida de otros tal los libros de cuentos tradicionales

conocidos suyos) que delatan sus libros, para niños, que equivalen a lo que en

predominan la descripción de las Occidente se conoce como cuentos de

relaciones familiares, la incomprensión hadas, aunque pocas veces aparezcan

y soledad que sufre un intelectual de una

provincia remota y desolada, el miedo a hadas en ellos. Como es habitual en los

la vejez, el afán de reconocimiento de su autores japoneses, Dazai parte de la

talento y el narcisismo y la base de que el lector ya conoce los

presuntuosidad asumidos, de los que él cuentos de partida, y alude con


frecuencia a ellos. Pero, aunque hayan

sido editados de manera dispersa desde manera más racional (y cínica) posible

hace tiempo, como para un lector de todas las lagunas que dejaban los

habla hispana este conocimiento previo cuentos tradicionales japoneses y se ríe

no tiene por qué existir, se ha optado por de los estereotipos a ellos asociados, no

incluirlos como apéndice en el presente renuncia al hecho sobrenatural en sí,

volumen para que sirvan de referencia. erigiéndose como cuentos repletos de

Aunque solo se tomen elementos fantasía, con sus parábolas y moralejas,

puntuales de su vida, es fácil reconocer solo que dirigidos a los adultos.

al propio Dazai en los cuatro Podríamos decir que constituyen una

protagonistas de los respectivos versión actualizada de los originales,

Cuentos de cabecera (donde, por cierto, pero intentando limar las incongruencias

o cuestiones sin explicar que aquellos

el autor da todavía un paso más allá en encerraban. Paradójicamente, el

la habitual antropomorfización de los racionalismo que invade a Dazai no le

animales), puesto que el tema de estos impide recurrir a criaturas

cuatro cuentos no es otro que el de las sobrenaturales, pero siempre y cuando

relaciones hombre-mujer; este es, sin

duda, el motivo último e inconfeso por sus vicios sean los mismos que los de

el que el autor renunció a incluir una los humanos, puesto que, en el fondo,

quinta historia que tenía en mente, la de carece de la capacidad de creer

Momotaro, al no haber modelo de figura íntegramente desde la fantasía, tal y

femenina aplicable. Al respecto de esta como reconoce al describir sus

relación hombre-mujer, a lo largo de intenciones sobre una posible versión

toda la obra puede detectarse un del cuento de Momotaro.

soterrado y curioso equilibrio entre el En cuanto a sus cuentos en sí, en el

escarnio de la vanidad masculina y una primero se explotan a gusto las

cierta misoginia. Pero este Cuentos de relaciones familiares y el repudio del

cabecera, si bien busca explicar de la arte artificioso frente al espontáneo; el


llevar o no lo que se entiende por vida común con la mujer amada en la costa

recta no puede vencer al factor suerte, de Enoshima, donde solo ella se ahogó.

parece ser la cínica moraleja de Dazai. Por último, el cuarto relato nos sugiere

En el segundo, se aborda la psicología lo que pudieran haber sido algunas

de un incomprendido intelectual de escenas de las trágicamente finalizadas

relaciones conyugales del propio Dazai,

provincias; y, por cierto, si bien en el con una esposa que le recrimina

texto de Dazai la tortuga muestra un continuamente su apatía.

comportamiento más bien masculino, en Siempre a la defensiva, siempre

las versiones clásicas se sobreentiende impaciente por ser reconocido como uno

que el animal es de sexo femenino (a

nosotros nos ayuda el idioma castellano de los grandes, abandonando esposa y

en tal presunción). Interesa al respecto dos hijos, Dazai lleva a cabo su quinta

señalar que en alguna de las primitivas tentativa de suicidio en 1948,

versiones de hace ya casi mil años, la introduciéndose atado a su amante en las

princesa Oto es la tortuga que ha aguas del río Tamagawa, en Tokio. Esta

adoptado forma humana, y se da una vez no fallará.

conclusión similar a la de Dazai: el

envejecimiento no tiene por qué llevar Daniel Aguilar

aparejada la infelicidad; la promesa rota

no es en este caso necesariamente Prefacio

perjudicial. El tercer cuento parece

—¡Ah, ya está empezando! —dijo el

revelar las relaciones con alguna de sus padre dejando su bolígrafo mientras se

jóvenes amantes, a la que debió de levantaba.

perseguir de manera tan insistente como Si fuera tan solo la sirena de alarma,

el tanuki de la historia. Y posiblemente no se amedrentaría como para dejar su

al autor le acompañaba el recuerdo trabajo. Pero al tratarse también del

doloroso de aquel intento de suicidio en atronador rugido de la artillería


antiaérea, aseguró la acolchada capucha qué no salimos ya del refugio?». La

protectora sobre la cabeza de su hija de única manera de tranquilizarla era sacar

cinco años y, cogiéndola en brazos, la un libro de cuentos ilustrados.

llevó al refugio casero. La madre ya Momotaro, La montaña Kachi-kachi, El

gorrión de la lengua cortada, El

estaba acurrucada en el estrecho lobanillo desaparecido, Urashima el

espacio, con su hijo de dos años ceñido pescador, etc., etc. El padre va leyendo

a la espalda. estos viejos cuentos a los niños.

—Suenan cerca, ¿eh? —dice el

padre. Aunque se viste pobremente y tiene

—Sí. Pero este refugio es muy aspecto de necio, en realidad este padre

estrecho. no es una persona corriente, sino que es

—¿Tú crees? —responde él con aire un hombre con una habilidad inusual

ofendido—. Pues en realidad este es el para crear historias.

tamaño adecuado. Si fuese más Érase una vez, hace mucho, mucho

profundo, correríamos el peligro de tiempo...

quedar enterrados vivos. Incluso mientras lee el texto con una

—Pero podría ser un poco más voz estúpidamente afectada, en su

ancho, ¿no? interior va cobrando vida otra historia

—Mmm... bueno, sí, pero el suelo diferente y mucho más elaborada.

está congelado ahora. No es tan fácil El lobanillo

cavar. Quizá más adelante —responde desaparecido

vagamente, esperando zanjar la

discusión para poder oír en la radio las Érase una vez, hace mucho tiempo,

noticias del bombardeo. un anciano que tenía un gran

Sin embargo, ahora que las quejas lobanillo que colgaba

de la madre remitían, la niña de cinco de su mejilla derecha, y que le

años empezaba a insistir con un «¿por causaba enormes molestias...


Este anciano vivía a los pies del monte También creo que Shoyo

Tsurugi en la provincia de Awa, en la

isla de Shikoku. Por lo menos, eso es lo [1] o algún otro

que parece, aunque no hay ningún hizo una versión para baile, pero, en

fundamento concreto para asegurar que cualquier caso, lo cierto es que la

historia de Urashima aparece en todo

así fuera. Se dice que esta historia tipo de entretenimientos, desde el noh al

procede de la antigua Colección de kabuki, pasando incluso por los bailes

cuentos de Uji, pero estando en un de geishas.

refugio antiaéreo, no es posible En mi caso, tengo el vicio de regalar

consultar los textos originales para enseguida o de vender los libros cuando

cerciorarse. Y no solamente en cuanto a termino de leerlos, por lo que nunca he

este cuento de El lobanillo

desaparecido, sino que sucede algo tenido eso que podríamos llamar una

similar con el siguiente de La historia biblioteca propia. Así que, en casos

de Urashima, que voy a desarrollar a como este, y basándome en el difuso

continuación, cuyos hechos ya aparecen recuerdo de lo que estoy seguro que

en el antiguo Nihon shoki (Crónicas del alguna vez leí, tengo que deambular

Japón), y sobre el que hay un largo rastreando el libro original. Pero ahora

poema en la antología Manyoshu (Libro eso me resultaría muy difícil. En este

para diez mil generaciones). También momento me hallo acurrucado dentro de

parece haber referencias a la historia de un refugio antiaéreo. Y lo único que

tengo es un libro de cuentos ilustrado

Urashima en otros libros antiguos como abierto sobre mis rodillas. Tengo que

el Tango fudoki (Crónicas de la desistir de buscar referencias en otros

provincia de Tango) o el Honcho libros y habré de basarme únicamente en

shinsenden (Historias inmortales del lo que vaya desarrollando mi

Imperio), y no hace mucho que Ogai imaginación. Pero quién sabe si quizá no

presentó una adaptación para el teatro. sea mejor así, y de esta manera salga
esposa gozaba de buena salud. Ya

una historia más viva y entretenida. frisaba los setenta años, pero su espalda

Y con tales razonamientos, dándose

excusas que suenan al consuelo íntimo se mantenía recta y la vista, clara. Al

de los perdedores, este padre tan parecer, en su día había sido toda una

particular continúa... belleza. Desde joven había sido de

Érase una vez, hace mucho, mucho pocas palabras y muy formal, y ahora se

tiempo... dedicaba con gran afán a las tareas del

Y según iba leyendo en voz alta este hogar.

libro ilustrado, apretujado en un rincón Pero si el viejo comentaba con

del refugio, en su interior iba alegría «Mira, ya ha llegado la

desarrollando una historia nueva y primavera; el cerezo ha florecido», su

diferente. esposa contestaba con desinterés «¿Ah,

Este anciano es un gran aficionado al sí? Apártate un poco, por favor, tengo

que limpiar ahí»; ante lo cual él volvía a

sake. Un gran bebedor suele ser, en la su expresión deprimida de siempre.

mayoría de los hogares, un hombre Nuestro anciano también tiene un

solitario. Decidir si bebe porque es un hijo, que ya ha cumplido casi cuarenta

solitario o si se ha vuelto un solitario años, y que es toda una rareza en este

porque el resto de la familia le ha dado

de lado por ser un bebedor es tan difícil mundo por su irreprochable conducta.

como dar una palmada y determinar cuál No solo no bebe alcohol ni fuma, sino

de las dos manos es la que ha sonado, que ni se ríe, ni se enfada, ni se alegra,

por lo que acabaríamos perdidos en limitándose a hacer calladamente sus

divagaciones inútiles. En cualquier tareas del campo. Las gentes del lugar

caso, este anciano, cuando estaba en no pueden sino sentir un profundo

casa, siempre tenía el rostro respeto por él y le llaman el Santo de

malhumorado. Y no es que su entorno Awa. Además, ni ha tomado esposa, ni

familiar fuese particularmente malo. Su se afeita, y es tan gris que podría


pensarse que está hecho de madera y farfullando un nuevo comentario fútil.

piedra. En resumidas cuentas, el hogar Dando por finalizada su cena, el

de nuestro anciano solo puede Santo de Awa se levanta y entona unas

calificarse como el de una familia palabras de agradecimiento por los

excelente. alimentos ingeridos, mientras hace una

Y sin embargo, lo cierto es que el profunda reverencia hacia su plato

hombre está deprimido. Entonces, vacío.

«Creo que ya es hora de que coma

aunque intenta mostrar consideración algo yo también», murmura el anciano

hacia su familia, no puede reprimir el mientras, con tristeza, coloca boca abajo

deseo de beber sake. Pero si bebe en sobre la mesa su vacío vaso de sake.

casa, eso le deprime todavía más. Ni su Esto es más o menos lo que viene a

esposa ni su hijo el Santo de Awa le

reprochan nada si bebe en casa. Se suceder cuando bebe en casa.

limitan a cenar en silencio a su lado Una mañana en que hacía buen

mientras él toma su sake de sorbito en tiempo

sorbito. el anciano fue a la montaña para

Al empezar a emborracharse, surge recoger leña

en el anciano el deseo de un compañero Al anciano le gustaba subir a la

de conversación, por lo que comienza a montaña Tsurugi en los días soleados,

decir banalidades. «Bueno, ya ha con su calabaza de peregrino sujeta al

llegado la primavera, ¿verdad? Las cinto, para entretenerse recogiendo

golondrinas también han vuelto». Una ramas para el fuego. Cuando se cansó de

observación totalmente innecesaria. La recoger palos, se sentó en una roca con

las piernas cruzadas y, aclarándose la

esposa y el hijo continúan callados. «La garganta pretenciosamente, exclamó:

tarde de primavera, aun breve, vale más —Una vista maravillosa, ¿eh?

que un millar de piezas de oro, como Y acto seguido, con firme decisión,

decía aquel poema», y así añadía


echó un trago del sake que llevaba en la mostraban mucha mayor compasión, con

calabaza. Realmente tenía una cara de comentarios del tipo «¿Cómo le ha

auténtica felicidad. Parece un hombre pasado a usted esto?», «¿No le duele?»,

totalmente distinto de cuando está en «Debe ser toda una molestia, ¿verdad?»,

casa. Pero lo único que no ha cambiado

es el molesto lobanillo que le cuelga de u otras palabras de consuelo. Ante estos

la mejilla derecha. Este lobanillo brotó comentarios, el hombre disimulaba su

un otoño de hace unos veinte años, desdicha contestando sonriente. Pero

cuando acababa de superar la cuesta de ahora, lejos de considerarlo una

los cincuenta. Primero sintió un extraño molestia, el anciano había llegado

calor en el carrillo derecho, después se realmente a querer a su lobanillo como

fue extendiendo un molesto picor y, poco si fuera un nieto, pues se había

a poco, fue surgiendo una hinchazón que, convertido en el único compañero con

al palpar y acariciar cuidadosamente, se que aliviar su soledad. Todos los días,

iba volviendo mayor. Sonriendo con al levantarse y asearse la cara por las

tristeza, el hombre dijo: mañanas, lavaba también con un cuidado

especial su lobanillo, como si quisiera

—¡Vaya un nieto que me ha salido! purificarlo con el agua clara. En días

A lo que el Santo de su hijo replicó como este, en que estaba solo en la

con gran seriedad: montaña bebiendo sake y de buen humor,

—De una mejilla no puede nacer un el lobanillo cobraba un significado

niño. —Como si hubiera hecho un

brillante descubrimiento. especial al convertirse en un oyente

—Bueno, no creo que te vayas a imprescindible de sus soliloquios.

morir por eso, ¿no? —apostilló Sentado sobre la roca con las piernas

inexpresiva la esposa, desapareciendo a cruzadas y bebiendo el sake de su

continuación todo su interés por el calabaza, el anciano acariciaba el

lobanillo. lobanillo mientras decía: «Pero qué. No

En cambio, los vecinos del lugar hay nada que temer. Ni nadie a quien
guardar consideración. Todo el mundo contemplando el paisaje bajo el

debería emborracharse. Hasta la aguacero. Pero cada vez llovía con más

formalidad debe tener su límite. ¡Oh, el fuerza y no parecía que fuese a

Santo de Awa!... Vaya, usted perdone. escampar, así que se levantó con un

No sabía que fuese un hombre tan fuerte estornudo y se echó a la espalda

maravilloso». Y así farfullaba a su la leña que había reunido. «Vaya,

lobanillo las críticas hacia los demás, hombre. Creo que me he enfriado

para terminar carraspeando en voz alta: demasiado», admitió. Y se dirigió al

«¡Ejem!». interior del bosque buscando refugio.

Allí se habían reunido ya un buen

De repente, el cielo se ennegreció número de pájaros y otros animalillos,

El viento soplaba y soplaba por lo que el lugar estaba atestado.

Y comenzó a llover a cántaros «Con permiso. Perdón, con

En las tardes de primavera son raros

los chubascos como este. Pero también permiso», iba diciendo el anciano a los

hay que pensar que en montañas tan altas monos, conejos y palomas de monte,

como el Tsurugi, los cambios bruscos de saludando a todos con gran humor y

tiempo suceden de vez en cuando. La adentrándose poco a poco en el bosque

montaña parecía cubrirse de un blanco hasta llegar a un gran cerezo de

vapor por la lluvia. Las perdices y montaña, con un enorme hueco junto a

demás pájaros silvestres se lanzaban sus raíces, donde finalmente se

como una flecha hacia el bosque introdujo, «Vaya, vaya, he encontrado un

buscando refugiarse del temporal, pero salón estupendo. ¿Qué tal si pasan

el anciano sonreía con calma, sin dar ustedes también?», dice a los conejos y

muestras de querer apresurarse. otros animalillos. «No hay viejas

altaneras ni santos aquí dentro. No hay

«No le vendrá mal a este lobanillo por qué cohibirse. Adelante, adelante».

mío el refrescarse con la lluvia», decía Así de contento llamaba a unos y otros;

mientras continuaba sentado en la roca, pero al poco rato se quedó dormido y


empezó a roncar suavemente. Los «¡Oh, oh, mal asunto!». Al instante

pasan por delante de sus ojos el rostro

bebedores suelen decir tonterías cuando sombrío de su esposa y el semblante

se emborrachan, pero por lo general son austero del Santo. «¡Ah, menuda la

gente inofensiva y sin malicia, como en hemos hecho! Hasta ahora nunca me han

este caso.

Mientras esperaba a que cesase la regañado», recuerda. «Pero llegando a

lluvia, casa tan tarde, las cosas pueden ponerse

debido, quizá, al cansancio desagradables. ¡Ey!, ¿ya no queda

acumulado, sake?». Agita la calabaza y se reconforta

el anciano se quedó profundamente al oír un leve tintineo. «¡Ah, todavía

dormido. queda!». Apura de un enérgico trago

Las nubes desaparecieron, dejando hasta las últimas gotas y empieza a

el cielo despejado sentirse torpemente sentimental. «Bien,

y dando paso a una noche de luna veo que la luna ha salido», dice, y

clara y brillante. continúa murmurando comentarios

Es cuarto menguante, el primero de triviales mientras sale a rastras del

árbol hueco. «La tarde de primavera,

la primavera. La luna flota en el cielo aun breve...».

como si este fuera agua, con un color Y entonces llegamos al pasaje del

pálido casi verde, y en el suelo del cuento que dice:

bosque sobre el que pende, su sombra lo

cubre todo como si fuera una lluvia de ¿Pero qué será este barullo de

agujas de pino. El anciano todavía voces alegres?

duerme profundamente. Una bandada de Y al mirar... ¡Qué vista tan

murciélagos sale aleteando del hueco de maravillosa!

un árbol y el anciano se despierta con un ¿Estaría soñando?

sobresalto, alarmado al ver que es de ¡Mira! En un claro del bosque, se

noche. está desarrollando una escena que no


puede pertenecer a este mundo. Yo no sé al ser tildado de «Demonio de las

qué aspecto tiene un demonio de esos Letras», endosarle un calificativo tan

que llamamos oni. Puesto que nunca he insultante debería ser considerado como

visto ninguno. Desde pequeño he visto una ofensa por el tal maestro, pero por

dibujos de oni hasta el hartazgo, pero no lo visto no solo no es así, sino que

he tenido el honor de encontrarme cara a parece que el autor consiente e incluso a

cara con ninguno. Con todo, parece que veces alienta secretamente, según dicen

hay muchas variedades de demonio. las malas lenguas, el que le llamen así.

Por lo que alguien tan despistado como

Puesto que llamamos «demonio» a los yo se queda todavía más perplejo. Y es

asesinos, a los vampiros y, en general, a que no consigo imaginarme a estos oni,

todo ser odioso y despreciable, con su taparrabos de piel de tigre, la

podemos pensar que la palabra encierra cara roja y empuñando un basto garrote

invariablemente una connotación

negativa sobre el carácter del ser al que de hierro, como divinidades de las artes.

describe. Pero, por otra parte, en el Hace ya tiempo que vengo sugiriendo

mundo de las Letras, cuando en la con estúpida inocencia que dejen de

sección de los periódicos dedicada a las usarse calificativos tan difíciles de

novedades editoriales leemos el anuncio desentrañar como «talento demoníaco»

de un nuevo libro del maestro Tal y Tal, o «demonio de las Letras», pero quizá

y lo vemos calificado como «la última se deba a mi estrecha mentalidad, que no

muestra del demoníaco talento del termina de comprender que existen

autor», uno se queda perplejo. No muchas clases de demonios. En un caso

parece que la sospechosa palabreja esté así, si pudiera echar tan solo una ojeada

usada en la sección de novedades con el a la Enciclopedia Nipónica, podría

aparentar al instante ser un docto erudito

fin de sacar a la luz y prevenir al mundo al que viejos y jóvenes, mujeres y niños

de la maldad y perversidad del talento respetan (como suele suceder con todos

del maestro Tal y Tal. Uno pensaría que los sabihondos de este mundo), y,
poniendo expresión circunspecta, o a los virtuosos santos. Tampoco ante

el misterioso espectáculo que se le

disertar con detalle sobre las mil y una presenta ahora va a caerse de espaldas

particularidades de los demonios. Pero, como un vergonzoso cobarde. Todavía a

por desgracia, estoy acurrucado en un gatas, tal y como salió del hueco del

refugio antiaéreo y todo lo que tengo es árbol, continúa mirando fijamente el

un libro ilustrado de cuentos para niños

sobre mis rodillas. Me veo obligado, misterioso banquete que tiene lugar ante

pues, a basar mis disertaciones sí, y murmura: «Parece que se lo están

únicamente en los dibujos de este libro. pasando en grande emborrachándose». Y

¡Mira! Al fondo del bosque, sobre al advertir esto, una extraña felicidad

un claro cubierto de hierba, están comenzó a brotar en su corazón. Al

sentados en círculo algo más de una parecer, los bebedores sienten una

decena de extrañas figuras humanoides, especie de gran alegría al ver

o quizá deba decir de bestias. En emborracharse también a los demás. Por

cualquier caso se visten con taparrabos tanto, no deben ser egoístas. Más bien

de piel de tigre, son grandes y de color deben tener una especie de sentimiento

rojo y, a la luz de la luna, están en mitad filantrópico parecido al que nos hace

brindar por la felicidad de nuestros

de la celebración de un banquete. vecinos. Quieren emborracharse, sí,

Al principio, el anciano se asusta. pero parece que ese placer es doble si

Pero los bebedores, aunque puedan ser también el vecino se emborracha

unos cobardes cuando están sobrios, si alegremente. A nuestro anciano le

están ebrios son capaces de mostrar un

valor mayor que el de la mayoría de la pasaba lo mismo. Sabía instintivamente

gente. Nuestro anciano ahora está que aquellos seres grandes y rojos que

sumido en una agradable embriaguez. Se tenía ante sí, a medio camino entre los

siente todo un valiente que no teme a humanos y las bestias, eran los terribles

nada, ni siquiera a las estrictas esposas demonios oni. Como confirmación,


estaba además el taparrabos de piel de ermitaños, no se trataba de unos seres

tigre. Pero estos demonios estaban ahora con grandes conocimientos, como

de buen humor, emborrachándose. El pudiera ser el caso de los llamados

anciano también estaba borracho. En Sabios del Bosque de Bambú que, como

esta situación, necesariamente tiene que reza su nombre, se recluyeron en un

haber un entendimiento amistoso. El bosque de bambúes, sino que los

anciano continúa a gatas, contemplando ermitaños del monte Tsurugi eran más

el extraño festín que tiene lugar a la luz bien bastante obtusos. Si hacemos caso

de la luna. Llegó a la conclusión de que de una explicación etimológica harto

los demonios, por lo menos el tipo de simplista que escuché en cierta ocasión,

demonios que él tenía ante sí, no poseían puesto que el ideograma sen que se

utiliza en la palabra «eremita» se

un carácter esencialmente maligno como compone de los más sencillos de

los asesinos o los vampiros, sino que a «persona» y «montaña», cualquiera que

pesar de sus rostros de color rojo y viva en las montañas remotas puede ser

aspecto terrible, eran unos seres alegres calificado de «eremita». Por muy

e inofensivos. A grandes rasgos, esta

impresión del anciano dio en el clavo, simples de espíritu que fueran estos

puesto que estos demonios eran de ermitaños del monte Tsurugi, entonces se

carácter afable, y se les podría calificar les podría llamar también eremitas, con

como los ermitaños del monte Tsurugi. todo el respeto y la aureola de magia

Eran de una raza totalmente distinta de que dicha palabra conlleva. En

la de los oni que pueblan el infierno. cualquier caso, a este grupo de seres

Para empezar, no llevaban algo tan basto rojos y grandullones que ahora se hallan

como un garrote de hierro. Podemos de fiesta a la luz de la luna, parece más

decir, pues, que esto suponía prueba propio llamarlos ermitaños o eremitas

suficiente de que no eran peligrosos. que demonios. Ya he hablado de la

Pero aunque los califiquemos de simplicidad de sus corazones, pero al

ver el aspecto que presenta su fiesta


resulta evidente el alcance de su y bailaba mientras su lobanillo se

intelecto y su falta de sentido artístico, balanceaba

pues se limitan a vociferar y aullar sin hacia arriba y hacia abajo, de una

sentido, a reírse palmoteando sus manera alocada y divertida.

El anciano se hallaba imbuido del

rodillas, a brincar en cuclillas o a dar valor de la embriaguez. Y además,

volteretas en torno al círculo que han sentía una gran empatía hacia estos

formado, en lo que parece ser su forma demonios, por lo que, sin temor alguno,

de bailar. Este solo hecho de por sí

parece confirmar que expresiones del se metió entre ellos y comenzó a cantar y

lenguaje japonés como «talento bailar su especialidad, la llamada danza

demoníaco» o «demonio de las Letras» de Awa:

carecen por completo de sentido. Por lo «Las jóvenes con su peinado estilo

menos, a mí me resulta absolutamente Shimada,

imposible pensar que este hatajo de y las viejas con su peluca,

palurdos sin ningún sentido artístico ¿cómo no perder el sentido ante esos

pueda servir para representar al genio lazos rojos?

divino de las Artes. El anciano también Hasta las novias ocultan el rostro

se quedó anonadado ante un baile tan bajo su sombrero,

torpe, y riendo por lo bajo se dijo: y se animan diciendo “vamos,

«¡Pero qué baile tan patético! Bueno, vamos”».

Y cantaba con buena voz algo en este

¿qué tal si les hago una pequeña estilo popular de las canciones de Awa.

demostración de mis habilidades como Los demonios, por su parte, se

bailarín?».

El anciano, al que le gustaba descoyuntaban de risa, saltándoseles las

bailar, lágrimas o cayéndoseles la baba,

enseguida se plantó ante ellos de emitiendo extraños sonidos guturales de

un salto, regocijo y sorpresa. El anciano,


alentado y emocionado por la reacción, habían aprendido artes mágicas después

probó otro verso. de haber morado tantísimo tiempo en las

«Si cruzamos por el valle, montañas, puesto que, sin mayor

solo hay piedras y rocas, dificultad, quitaron en un santiamén el

y si cruzamos la montaña del bambú, lobanillo de la mejilla del anciano sin

solo hay bambú». dejar marca alguna.

Cantaba con una voz más alta que El anciano exclama sorprendido:

antes, acompañando su baile de gestos «¡Eh, no podéis hacer eso! ¡Es mi

cómicos. nieto!», ante lo cual los demonios lanzan

Los demonios se hallaban eufóricos, por toda respuesta unos gruñidos de

y decían: satisfacción por su astucia.

Con la llegada de la mañana,

«Tiene que venir sin falta en las a lo largo del camino que reluce

noches de luna. con el rocío,

Que baile y baile para nosotros.

Como prueba de ese compromiso, acariciando su lisa mejilla con una

quedémonos en prenda algo valioso expresión abatida,

que tenga». va descendiendo de la montaña el

Así discutían entre ellos, anciano.

manteniendo un conciliábulo en voz Como el lobanillo había sido su

baja, lleno de cuchicheos. «Ese único confidente en los momentos de

lobanillo que le cuelga de la mejilla y soledad, ahora que lo había perdido, el

que brilla tan lustroso parece un tesoro abuelo se sentía algo triste. Sin

fuera de lo común; si nos lo guardamos embargo, la caricia de la brisa matutina

en prenda, seguro que vuelve», decían, y en su ya ligera mejilla no era, ni mucho

tras tan estúpida suposición, se lo menos, una sensación desagradable.

arrancaron de pronto. Sin duda eran «Bueno, entre unas cosas y otras, por

una parte he perdido y por otra he

seres ignorantes, pero seguramente ganado, pero por lo menos me lo he


pasado bien cantando y bailando a gusto días.

Y sin hacer el menor comentario ni

como no lo hacía desde hace mucho, así pregunta alguna sobre su ausencia de la

que supongo que el balance final es noche pasada, prosiguió con un:

positivo», se iba diciendo —La sopa de miso ya está fría —

despreocupadamente mientras bajaba murmurando en voz baja, mientras

por el camino hacia su casa, cuando fue

a toparse con el santo de su hijo, que se disponía sobre la mesa el desayuno del

dirigía a las faenas del campo. anciano.

—Buenos días —saluda —No, no importa que esté fría. No

ceremonioso el Santo, quitándose el hace falta que la calientes —contestó

sombrero. consideradamente a la vez que se

—Hola —se limita a decir el sentaba a la mesa.

anciano. Mientras tomaba los alimentos que

Y sin mayores explicaciones, sigue le servía su esposa, sentía un deseo

cada uno por su lado. Al ver que en una irrefrenable de contarle las maravillas

sola noche había desaparecido el vividas durante la noche. Sin embargo,

lobanillo del anciano, hasta alguien aplastado por la tan correcta como

indolente actitud de ella, las palabras se

como el Santo es taba, en su fuero le atascaron en la garganta como una

interno, ciertamente sorprendido; pero pelota, y no pudo decir nada, por lo que

pensaba que hacer comentarios sobre el se puso a comer triste y cabizbajo.

aspecto físico de sus padres era algo —Parece que se te ha secado el

que contradecía la ética de un buen

santo, por lo que prefirió aparentar que lobanillo, ¿verdad? —dejó caer su

no se daba cuenta y seguir su camino. esposa.

Al llegar a casa, su esposa le saludó —Mmm. —Ya se le habían pasado

con un tranquilo: las ganas de hablar.

—Ah, ya estás de vuelta. Buenos —Se habrá agrietado y salido el


agüilla de dentro, ¿no? más el extraño fenómeno. En principio,

—Mmm. no había nada reprobable en el aspecto

—Bueno, seguramente se acumulará o en el porte de este anciano. Tenía una

otra vez y volverá a hincharse. constitución imponente, una nariz bien

—Sí, seguramente. formada y unos ojos penetrantes. Su

En resumidas cuentas, para la manera de expresarse y sus movimientos

familia de nuestro anciano el asunto del encerraban gravedad y siempre daba la

lobanillo no tuvo la menor importancia. impresión de poseer un juicio justo y

Sin embargo, próximo a este abuelo equilibrado sobre las cosas. En cuanto a

vivía otro que tenía un lobanillo similar su vestimenta, resultaba envidiable y al

en la mejilla izquierda, también muy parecer poseía muchos conocimientos; y

si de recursos económicos hablamos,

molesto. Y, a diferencia del primero, según lo que se comentaba, no se podía

para este anciano el lobanillo de su ni comparar con el otro anciano

mejilla izquierda era verdaderamente borrachín del que hemos hablado hasta

insufrible y odioso. Lo consideraba un ahora. Por todo ello, las gentes del

estorbo para triunfar en este mundo y

sufría pensando en lo mucho que, por su vecindario se dirigían a él conscientes

causa, la gente se había reído de él hasta de su superioridad, llamándole «señor»

entonces. Por ello, se miraba al espejo a o «maestro», y mostrándole un gran

diario, suspirando pesaroso cada vez. respeto. Es decir, que se trataba de una

Incluso intentó dejarse una larga barba persona muy respetable en todos los

con objeto de enterrarlo en ella, pero lo aspectos, pero por culpa de aquel

único que consiguió es que el lobanillo molesto lobanillo, el hombre se

apareciese como un lustroso sol al encontraba deprimido día y noche, sin

amanecer sobre el mar, rodeado de la poder disfrutar de la vida. La esposa de

blanca espuma de esas olas compuestas este caballero era mucho más joven que

de pelos, lo cual hacía destacar todavía él, de hecho solo contaba treinta y seis

años. No es que fuera extremadamente


bella, pero era de tez clara y un poco un salto y dirigiendo una mirada de odio

rechoncha, campechana y siempre de a esposa e hija, tras lo cual se retiró a la

buen humor, de una risa alegre. Tenían habitación del fondo, poco iluminada,

una hija de doce o trece años, que esa sí donde se miró detenidamente al espejo.

«Esto no puede seguir así»,

que era toda una belleza, aunque de murmuraba.

carácter un tanto estirado e impertinente. Cuando ya había tomado la

Pero madre e hija congeniaban muy determinación de cortarse el lobanillo

bien, y cada dos por tres estaban con una daga, aun a riesgo de morir,

riéndose juntas por cualquier cosa, así llegaron a sus atentos oídos los

que a la gente le producía la impresión comentarios sobre el anciano borrachín

de que aquel era un hogar feliz y sin del vecindario cuyo lobanillo había

problemas, a pesar de la continua

desdicha del esposo. desaparecido de la noche a la mañana.

—Mamá, ¿por qué es tan colorado el Ese mismo atardecer, el distinguido

lobanillo de papá? Parece la cabeza de caballero se presentó en la pobre choza

un pulpo —decía descaradamente la hija del anciano borrachín, del que escuchó

sin el menor recato. la historia de aquel misterioso banquete

Y la madre, sin regañarla en a la luz de la luna de la noche pasada.

absoluto, se reía y contestaba: Al escuchar esto, se llevó una gran

—Es verdad, parece como si le alegría y dijo:

Bien, bien, entonces yo también

colgara un mazo de monje tengo que conseguir

sin falta que se lleven mi lobanillo.

[2] de la Y se levantó con gran vigor. Por

fortuna, esa noche también brillaba clara

mejilla. la luna. El caballero, como si fuera un

—¡Callaos la boca! —gritó el guerrero que parte a la batalla, llevaba

hombre enfadado, poniéndose en pie de


los labios fruncidos hacia abajo y sus —Aunque no vaya a estar a la

ojos brillaban con firme decisión. Va altura...

dispuesto a dejar a los demonios Acto seguido, desplegó su abanico

rendidos ante su arte del baile con con una floritura y, manteniendo la pose,

abanico, y, si por casualidad esos

demonios ignorantes y borrachuzos no miró fijamente a la luna, quedando tan

comprenden su arte, entonces está inmóvil como los grandes árboles que le

dispuesto a matarlos a todos con su rodeaban. Tras dejar pasar unos

abanico de metal como arma. momentos así, da un ligero toque en el

Adelantando un hombro tras otro con suelo con el pie y, como haciéndose

energía, va penetrando en lo más hondo esperar, empieza a recitar lastimero:

del monte Tsurugi con su abanico de «Esto era un monje que pasaba el

hierro apretado en la mano derecha con verano

una decisión tal, que no se sabe si su en Naruto, en la provincia de Awa.

verdadero propósito es exhibir su Puesto que sabía que el clan de los

talento para el baile ante los demonios o Taira

había encontrado su fatal destino en

exterminarlos. En casos como este, el estas aguas,

resultado artístico de aquel que va desde todas las noches acudía a la playa

el principio, como se dice, con la para rezar

«intención de crear una obra maestra»,

suele arrojar unos frutos desastrosos. por el descanso de sus almas.

La danza de nuestro docto caballero, Aguardando junto a las rocas,

por resultar demasiado abrupta y aguardando junto a las rocas,

consciente, terminó en un fracaso parece como si escuchara el sonido

estrepitoso. De improviso, se plantó en de una embarcación

medio del festejo de los demonios, entre las olas, o quizá el de los

caminando con gran solemnidad y remos,

reverencias, y saludando con un: en las tranquilas aguas de Naruto de


esta noche. que tanto lo deseas... ¡Está bien! Te lo

Así debió ser ayer también, y así daremos. Pero no vuelvas a bailar así,

será mañana también». por favor. Nos has arruinado el placer

Tras un leve movimiento, una vez de nuestra borrachera. Te lo pido.

más dirige su mirada a la luna, y Déjanos en paz. Ahora nos tenemos que

mantiene la pose. ir a otro sitio y volver a empezar la

Los demonios estaban fiesta. Te lo pido. Déjame marchar de

una vez. ¡Eh, que alguien le de a este

desconcertados y espantados. viejo chiflado el lobanillo de la otra

Poniéndose en pie noche! ¡Dice que lo quiere!

apresuradamente,

comenzaron a huir a trompicones Los demonios trajeron el lobanillo

hacia el interior de la montaña. que se habían quedado

—¡Esperad un momento! —les la otra noche,

gritaba el caballero desesperado, y se lo pusieron en la mejilla

mientras corría detrás de ellos—. ¡No derecha al caballero.

me podéis abandonar ahora! Ay, ay, ahora ha terminado con dos

—¡Huid, huid! Debe de ser Shoki, el lobanillos.

cazador de demonios. Y cómo pesan cuando se balancean

—¡No, no soy Shoki! —vociferaba al caminar,

el caballero mientras intentaba darles a medida que el pobre anciano

alcance con todas sus fuerzas—. Por emprende pesaroso el camino de

favor, por favor, ¡llevaos este lobanillo! vuelta hacia la aldea.

Fue un resultado verdaderamente

—¿Qué? ¿El lobanillo? —El trágico. Por lo general, los cuentos

demonio, confundido por la agitación, le infantiles terminan con la moraleja de

malinterpretó—: Ah, ¿conque era eso?

Es un preciado tesoro que guardamos en que quien hace algo malo recibe al final

prenda del anciano del otro día, pero ya un castigo y, sin embargo, el anciano
caballero de nuestra historia no ha hecho La historia de

nada malo. ¿Acaso lo único que puede Urashima

achacársele no es sino haberse puesto

demasiado envarado por los nervios y Al parecer, Taro Urashima fue un

haberle salido un baile estrafalario? Por personaje real que nació en un lugar

lo demás, tampoco había ningún pariente llamado Mizunoe, en la provincia de

malvado en la familia de este anciano. Y Tango, que es el nombre que tenía la

lo mismo se puede decir del anciano parte norte de la actual prefectura de

borrachín, o de su familia, o de los Kioto. He oído decir que, en una de esas

demonios del monte Tsurugi, pues frías aldeas de la costa norte de esa

ninguno ha hecho nada malo. En zona, todavía existe un templo sintoísta

resumidas cuentas, aunque en esta dedicado a Taro. Personalmente nunca

historia no haya habido ni un solo acto he visitado dicha región, pero por lo que

punible, sí hay una persona con he escuchado a otros, se trata de una

costa particularmente desolada. Y allí

desenlace infeliz. Por ello, si vivía nuestro Taro Urashima. Por

quisiéramos utilizar esta historia del supuesto, no es que viviera solo. Tiene

lobanillo desaparecido como una un padre y una madre. Y dos hermanos

moraleja para la conducta cotidiana, nos menores, chico y chica. Y además hay

veríamos en serias dificultades. Y si

aquí algún lector irascible me espeta y muchos sirvientes en la casa. En

acorrala con un «Bueno, y entonces ¿qué resumen, que se trataba del primogénito

quieres decir con esta condenada de una antigua familia de renombre en

historia?», solo me quedará contestar de toda esa costa. El hecho de ser el

la siguiente manera: «Es una primogénito varón de una antigua familia

tragicomedia sobre el carácter humano. implicaba, entonces y ahora, una serie

En el fondo de nuestra vida cotidiana, de particularidades características. En

siempre subyace este problema». definitiva, la manera en que se orientan

los gustos y las aficiones. Siendo


generosos, puede hablarse de una embriaguez más desordenada, en el caso

inclinación hacia el refinamiento o la del primogénito suele tratarse de una

belleza artística, y siendo malévolos, de afición mucho menos embarazosa. Y por

un afán por el entretenimiento. Sin medio de ese entretenimiento casual, la

embargo, aunque hablemos de gente reconoce en él la aureola propia

«entretenimiento», no se trata de del primogénito de una familia de

perseguir mujeres o de emborracharse raigambre. Y si además él mismo

consigue sentirse embelesado en ese

como una cuba, sino de unos gustos elevado estatus, ¿qué mayor satisfacción

totalmente distintos a los de un puede pedirse?

manirroto errabundo. El beber —Nuestro hermano es muy aburrido.

desmedida y toscamente cual vagabundo No tiene el menor espíritu aventurero —

descontrolado y caer en las redes de una

mala mujer de familia poco afirma la deslenguada hermanita que

recomendable, causando la vergüenza de acaba de cumplir los dieciséis años, y

padres y hermanos, es algo que se puede añade—: Es un cobardica.

observar con frecuencia en los segundos —No, de eso nada —le lleva la

o terceros hijos. Pero en el primogénito contraria el bruto de su hermano de

varón no se da un carácter tan agreste. dieciocho—, es todo un hombre.

Puesto que, de generación en Este chico tiene la piel renegrida y

generación, viene heredando una serie es un tipo feo.

de bienes y una profesión a la que Ante estos desconsiderados

aferrarse, se forja en él una especie de comentarios de sus hermanos, Taro

espíritu conservador y suele tratarse de Urashima no muestra especial enfado y

se limita a responder con una amarga

un sujeto extremadamente educado. Por sonrisa:

todo ello, y a diferencia de lo que suele —Dejar a la curiosidad que explote

suceder con el segundo o tercer hijo, es una aventura, y reprimirla, realmente,

cuyo sentido de la diversión es la es también una aventura, porque


¿Por qué no es posible que unos y otros

cualquiera de las dos cosas encierra respeten mutuamente su estilo de vida?

peligro. En los seres humanos, hay algo Por más que me esfuerzo en no molestar

que se llama el destino. a los demás, siempre tienen que

Pronunció estas palabras con un tono

como si hubiera soltado una gran verdad reprocharme algo. ¡Qué mundo tan

difícil de comprender. Acto seguido, fastidioso!», y soltó un apagado suspiro.

saliendo solo de casa, con las manos Entonces, escuchó una vocecita a sus

cruzadas a la espalda, comenzó a pies:

recorrer en un lento paseo la playa. —Oye, oye, Urashima-san.

«Entre las aberturas Se trataba de la problemática tortuga

de sus agitadas redes de marras de esta historia. No tengo

he podido entrever especial interés en dármelas de

los barcos de pesca que flotan». sabelotodo, pero hay muchos tipos de

[3] tortuga. Las que viven en agua dulce

Así iba recitando fragmentos de tienen una forma totalmente distinta de

las que viven en agua salada. La tortuga

poesía propios de aquel refinado gusto que vemos, por ejemplo, en las

del que hablamos. márgenes del estanque de Benten

«¿Por qué la gente no podrá vivir sin secándose el caparazón mientras echa un

criticarse unos a otros?», se decía, y sueñecito y que podemos llamar «tortuga

ante tan simple pregunta agitaba la

cabeza con paternalismo, pensando: de las piedras», aparece de vez en

«Aquí en la playa, la flor de la aulaga, cuando en los libros de cuentos

los pequeños cangrejos que se arrastran ilustrados, con Urashima montado en

o los gansos que descansan en la bahía, ella con la mano sobre la frente a modo

no me hacen la menor crítica. Así de visera y contemplando en la lejanía

deberían ser también las personas. Cada el Palacio del Dragón. Pero esta

uno tiene su particular estilo de vida. variedad se moriría de inmediato por


asfixia si penetrase en el agua salada del soltura removiendo el agua del mar.

mar. En cambio, la tortuga del adorno Pero otra vez surge aquí, e insisto en que

nupcial llamado shimadai, que imita el no pretendo dármelas de listo, un nuevo

mítico monte Horai, y que, junto a la e irritante problema. Por lo que he

grulla, se halla como protegiendo a la escuchado, en nuestro país las taimai

pareja central de ancianos como solamente se encuentran en el

símbolo de la longevidad, mil años por archipiélago de las Ogasawara, en el de

la grulla y diez mil por la tortuga, tiene las Ryukyu, en Taiwán

todo el aspecto de esta «tortuga de las

[4] y, en general,

piedras», y apenas se ven casos de en las islitas del sur. En una costa del

shimadai con tortugas como el suppon norte como la de Tango, es decir, en el

de agua dulce o la taimai marina. Por mar del Japón y sus playas,

ello, no resulta imposible entender a los lamentablemente la taimai nunca ha

dibujantes que utilizan la «tortuga de las tenido el menor viso de aparecer.

piedras» en el papel de guía de Por un momento, pensé en hacer que

Urashima, pues al ser el Palacio del

Dragón y el monte Horai lugares Urashima viviera en las Ogasawara o en

equiparables, la asociación de ideas las Ryukyu, pero desde antiguo se dice

parece inevitable. Y sin embargo, que Urashima era natural de Mizunoe, en

resulta antinatural pensar que con esas Tango, y encima hasta se conserva en

grotescas patas terminadas en garras aquella costa el templo sintoísta llamado

puedan nadar en el mar, e incluso bucear Urashima Jinja, por lo que, por mucho

hasta sus profundidades. que digamos que evidentemente los

Necesariamente debe tratarse, pues, de cuentos para niños son pura fábula,

una tortuga marina como las taimai, con también desde un punto de vista de

respeto a la Historia japonesa, no se

los extremos de las patas en forma de puede permitir tamaña barbaridad de

aleta curvilínea para poder moverse con una forma tan alegre. De alguna manera
hay que conseguir que la taimai de del Japón y haber llegado a alguna de

Ryukyu u Ogasawara llegue hasta el mar las playas de Tango, por lo que no creo

del Japón. Pero entonces, surge otro que los doctos biólogos armen gran

nuevo problema fastidioso, y es que los alboroto por ello. Y si a pesar de todo

me insisten con que si las corrientes

biólogos protestarán con el consabido marinas tal o cual, bueno, entonces ya no

«Desde luego, los literatos carecen de quiero saber nada más. Entonces diré

espíritu científico», y me mirarán con que el hecho de que aparezca en un lugar

desprecio, algo a lo que no estoy donde no debiera es un gran misterio,

dispuesto. Y entonces me puse a pensar.

¿No habrá otras tortugas marinas aparte por lo que no debe ser en absoluto una

de las taimai que tengan las patas tortuga corriente, sin entrar en mayores

terminadas en forma de aleta curvilínea? explicaciones. A fin de cuentas, el

¿No había un tipo llamado «tortuga roja espíritu científico es algo que no

de mar»? Hará cosa de unos diez años siempre acierta en sus previsiones. En el

(yo también voy haciéndome mayor), fondo, la lógica o la razón ¿acaso no

pasé un verano alojado en un hotel junto dejan de ser meras hipótesis? Mejor no

a la costa de Numazu y, en aquel presumir.

entonces, en aquella playa, se formó Bueno, el caso es que, mientras

todo un revuelo entre los pescadores alargaba su cuello, esta Tortuga Roja de

porque habían pescado una tortuga roja mar (ya se me está trabando el

nombrecito, así que a partir de ahora la

de mar con un caparazón de 1,5 m de llamaré simplemente «tortuga») miró a

diámetro, que yo vi con mis propios Urashima y dijo:

ojos. Recuerdo perfectamente el nombre —Eh, oye, creo que tienes algo de

de «Tortuga Roja de mar». Eso es. razón. Yo te comprendo.

Hagamos que sea eso. Si pudo llegar a

la costa de Numazu, bueno, pudo —Ah, eres tú. Pero si es la tortuga

también haber dado un rodeo por el mar que salvé el otro día. ¿Qué haces otra
vez merodeando por aquí? Urashima sonrió con amargura y

Esta es la tortuga de la que se farfulló:

compadeció Urashima, diciendo

«pobrecita», y que soltó en el mar —Vaya una tortuga más caprichosa.

después de comprársela a los niños que Ante lo cual la tortuga preguntó

la estaban martirizando. incisiva:

—Vaya, merodeando es una palabra —Pero ¿cómo?, joven señor, ¿no

poco amable. Te lo tendré en cuenta, estamos incurriendo en una

joven señor. Aunque te parezca que contradicción? A pesar de que hace un

estoy merodeando, desde entonces momento, cuando se trataba de sí mismo,

vengo día y noche a esta playa andaba renegando de las críticas, ahora

esperando que venga el joven señor y me dice que si pensamiento superficial,

poder devolver el favor. que si imprudente, y finalmente, además,

—Eso es lo que se llama un que si caprichosa. ¿Acaso no está

criticándome continuamente? El

pensamiento superficial. O quizá incluso caprichoso es el joven señor. Que yo

imprudente. Si te vuelven a atrapar los también tengo mi particular estilo de

niños, ¿qué vas a hacer? La próxima vez vida, ¿eh? Podrías respetarme eso un

no saldrás con vida. poco —contraatacó con admirable

—No te des esos aires. Si me pillan

otra vez..., pues espero que me compres habilidad.

de nuevo. Usted disculpe este —Lo mío no es una crítica, es una

pensamiento tan superficial. Quería ver advertencia —respondió Urashima

como fuese otra vez al joven señor, y enrojeciendo—. O mejor dicho, un

por eso no hubo más remedio que venir. consejo. Como se suele decir, los

Este «no hubo más remedio» es el punto consejos son incómodos de escuchar,

flaco por haberme sentido atraída. Por pero beneficiosos de seguir.

lo menos reconóceme este impulso —Y el caso es que si no fuera tan

desinteresado. presuntuoso, sería un buen tipo —


murmuró la tortuga en voz baja—: los poetas y la gente culta desde los

Bueno, yo ya no digo nada más. Móntate tiempos antiguos —explicó con un tono

en mi caparazón, por favor. pomposamente educado.

Urashima se quedó atónito. Ahora le tocó a la tortuga el turno de

—Pero... pero ¿qué estás diciendo? la risotada:

A mí no me gustan esas salvajadas. —Esto es el colmo... Bueno, bueno,

Cosas como el subirse encima de una la conferencia sobre la poesía ya la

escucharé después con calma, pero

tortuga solo pueden calificarse de ahora confía en lo que te digo y móntate

chifladuras. Y desde luego no son en mi caparazón. Por lo que se ve, tu

modales en absoluto elegantes. problema es que desconoces el sabor de

—¿Y eso qué importa? Yo solo la aventura.

quiero llevarte al Palacio del Dragón

como agradecimiento por haberme —Vaya, así que tú también dices las

salvado el otro día. Venga, móntate de mismas groserías que mi hermana.

una vez en mi caparazón. Ciertamente que no gusto de eso que

—¿Cómo? ¿El Palacio del Dragón? llaman la aventura. Eso es, por poner un

—preguntó soltando una risotada—. No ejemplo, como los juegos malabares.

me andes con bromas. Lo que pasa es Algo vistoso, pero de baja estofa. O

que debes de haber bebido sake y estás incluso puede decirse que es algo

borracha. Vaya una barbaridad que has impropio, que rompe las reglas. Una

soltado. El Palacio del Dragón es falta de resignación ante el destino. Un

nombrado desde tiempos antiguos en los desconocimiento de la tradición. Tan

poemas, y se dice que procede de los despreciable como una serpiente para un

ciego. Una dolorosa ofensa a los

cuentos tradicionales chinos, pero es un caballeros de la elegancia ortodoxa.

lugar que no existe en este mundo, Incluso podríamos decir que un

¿entiendes? Podríamos decir que es un desprecio hacia nosotros. No pienso

hermoso lugar con el que hemos soñado apartarme del sereno camino que
Él tiene fe. Está completamente seguro

marcaron nuestros predecesores. de hallar la flor. Y a eso, por darle un

—¡Ja, ja, ja! —estalló la tortuga—: nombre, lo llamamos «aventura».

Ese camino de los predecesores, Cuando digo que careces de espíritu

precisamente, ¿no fue un camino de aventurero, lo que significa es que

aventura? Quizá el empleo de la palabra

«aventura» ha sido desafortunado, ya careces de la capacidad de creer. ¿Tener

que produce tan sucia y salvaje fe es de baja estofa? ¿Tener fe es

impresión como el olor a sangre, pero apartarse del recto camino? Por lo visto,

¿qué tal si lo cambiamos a capacidad de vosotros los caballeros vivís teniendo a

creer? Solo aquel capaz de creer que en gala vuestra propia incredulidad, lo cual

el lado opuesto de ese valle crece una complica las cosas. Y eso no tiene que

flor hermosa, puede aferrar sin ningún ver con ser más o menos inteligente. Es

titubeo la retorcida liana y cruzar al otro algo mucho más vulgar. Se llama

lado. La gente puede pensar que es como mezquindad. Es la prueba de que lo

un juego malabar y unos lo aplaudirán y único en que se piensa es en no salir

otros lo despreciarán por considerar que perdiendo. Pero puedes estar tranquilo.

Nadie te va a pedir nada. Lo que os pasa

se trata de un mero afán de presunción. a la gente como tú, es que no sabéis

Pero de ningún modo es algo que pueda aceptar sin más la amabilidad ajena.

compararse con los malabarismos de un Enseguida pensáis en lo molesto que

maestro de la acrobacia. El que se resultará luego devolver el favor. Ya

aferra a la liana para cruzar al otro lado

del valle simplemente quiere ver la flor veo que el elegante caballero, en el

que crece al otro lado. No tiene ni por fondo, lo que es, es un mezquino.

un momento un pensamiento tan vulgar o —Pero qué cosas tan terribles dices.

pretencioso como el de «estoy corriendo Me vengo a la playa para no escuchar a

una aventura». ¿De qué aventura puede mis hermanos menores soltar mil y una

presumir? Eso no son más que tonterías. cosas sobre mí, y ahora hasta la tortuga
a la que salvé añade una serie de todo a perder si te vuelven a atrapar los

críticas igual de maleducadas. Por lo niños. Sois vosotros los que no sabéis

visto, aquellos tipos que no sienten en su aceptar sin más la amabilidad ajena.

interior el orgullo de la tradición, se —¡Ja, ja, ja! —rio descaradamente

dedican a soltar todo lo que les apetece. la tortuga—. Usted perdone que se haya

Podemos llamarlo desesperación... Yo tenido que molestar en salvarme. Esto es

sé muy bien lo que pasa. No está bien lo que no me gusta de los caballeros.

que sea yo quien lo diga, pero entre Cuando ellos prodigan su amabilidad, se

vuestro destino y el mío hay una gran trata de una gran virtud, aunque en el

diferencia de nivel. Una diferencia que fondo confíen en recibir alguna

recompensa por ello, pero ante la

existe desde que nací. Yo no tengo la amabilidad de los demás... «¡Ah, mucho

culpa. Es algo que me ha sido otorgado cuidado!, no vaya a ser que el tipo luego

por los cielos. Pero parece que vosotros pretenda tratarme de igual a igual»,

tenéis envidia. Decís esto y aquello para piensan. Es desazonador. Pues si nos

hacer descender mi destino hasta el

nivel del vuestro, pero los designios de ponemos así, yo también diré algo: tú

los cielos no pueden ser interferidos por me salvaste porque soy una tortuga y los

los mortales. Seguramente sueltas una que me martirizaban eran unos niños,

trola increíble como la de que me vas a ¿no? Total, interceder entre una tortuga y

llevar al Palacio del Dragón porque unos niños no va a traer luego mayores

planeas congeniar conmigo de igual a consecuencias, ¿verdad? Y además, para

igual. Ya está bien. Comprendo unos niños, una moneda de 5 mon es

perfectamente todo lo que pasa, así que mucho dinero. Pero hombre, 5 mon ya es

deja de esforzarte en vano y vuelve de regatear, ¿eh? Creí que les ibas a dar

una vez y cuanto antes a tu morada del algo más. Tu tacañería me asombró. Me

fondo del mar. Después de que me he sentí muy miserable al pensar que todo

lo que valía mi cuerpo eran cinco mon.

molestado en salvarte, vas a echarlo Y hay que tener en cuenta que en aquel
momento tú intercediste pagando los lo que se llama aparentar conocer el

cinco mon porque lo que tenías enfrente mundo, cuando solo se conoce de oídas,

eran una tortuga y unos niños. Algo así Urashima-san. No te irás a enfadar,

¿verdad? Porque tú me gustas. ¿O a lo

como un pequeño capricho. Sin mejor sí te vas a enfadar? Porque lo

embargo, si en aquel momento no se fastidioso de vosotros, los poseedores

hubiera tratado de una tortuga y unos de un elevado destino, es que por lo

niños sino, por ejemplo, de unos visto consideráis un deshonor el ser

pescadores embrutecidos que estuvieran

zarandeando a un mendigo enfermo, queridos por chusma como nosotros. Y

estoy segura de que no es que no por si fuera poco, en mi caso se trata de

hubieras pagado cinco mon, es que ni una tortuga. ¿Te da asco ser querido por

siquiera uno. Incluso habrías pasado de una tortuga? Pero bueno, no me lo tengas

largo apresuradamente con el rostro en cuenta, por favor, que los gustos no

fruncido. A vosotros os molesta mucho, tienen nada que ver con la razón. No se

pero que mucho, que os muestren la vida trata de que me gustes porque me hayas

en su aspecto más descarnado. Sin duda, salvado, ni de que me gustes por ser un

debe pareceros como que os hombre refinado. Simplemente, de

embadurnan de excrementos vuestro pronto me has gustado. Y porque me

elevado destino. Vuestra amabilidad es gustas, he empezado a meterme contigo

para intentar tomarte un poco el pelo.

un pasatiempo. Autocomplacencia. La Podemos decir que es la forma en que

salvé porque era una tortuga. Pagué nosotros los reptiles demostramos

porque eran unos niños. Pero si fueran nuestro cariño. Ya comprendo que como

unos violentos pescadores y un mendigo soy un reptil, y por tanto pariente de las

enfermo, ni hablar. Odio tremendamente

que el crudo viento de la realidad serpientes, merezco poca confianza. Sin

acaricie mis mejillas. No me gusta embargo, yo no soy la serpiente del

mancharme las manos. Una actitud así es Jardín del Edén, sino que, aquí donde
me ves, soy una tortuga del Japón. No puedo reprimir el saborcillo de este

estoy planeando tentarte con mi oferta de

guiarte al Palacio del Dragón con objeto vicio vuestro de criticar al que he

de arrastrarte a la perdición. cogido el gusto, y ahora he comenzado a

Reconóceme la buena voluntad. Solo sentir como un poco aburrida la vida en

quiero divertirme contigo. Que vayamos ese Palacio del Dragón donde no hay

juntos al Palacio del Dragón para críticas. ¡Ay, que se me ha pegado un

divertirnos allí. En ese país no existen mal vicio! ¿Será un tipo de enfermedad

las molestas críticas. Todo el mundo inherente a la civilización? Ahora

vive apaciblemente. Por eso es un lugar mismo ya no sé si soy una criatura

a pedir de boca para el entretenimiento. marina o un bicho terrestre. Por poner un

Como ves, yo puedo ir y venir del fondo ejemplo, me siento un poco como los

del mar a tierra firme cuando quiera, lo murciélagos, que no se sabe muy bien si

son un ave o un animal terrestre. Mi

que me permite observar y comparar condición se ha vuelto triste. Quizá soy

ambos modos de vida, y te aseguro que lo que podríamos llamar un hereje del

vuestra vida en tierra firme es agobiante. mundo submarino. Cada vez me siento

Hay demasiadas críticas de unos hacia más incómoda en mi tierra natal del

otros. Las conversaciones entre la gente

que vive en tierra consisten o bien en Palacio del Dragón. Sin embargo, lo que

hablar mal de los demás, o bien en hacer sí garantizo es que se trata de un lugar

propaganda de las bondades de uno estupendo para la diversión. Un país a

mismo. Acaba uno harto. Gracias a que pedir de boca. Un país para cantar y

yo vengo con frecuencia a tierra firme, bailar, para degustar manjares y buen

se me ha pegado un poco vuestra forma alcohol. Un país realmente a pedir de

de vida, y yo misma pongo en mi boca boca para los hombres refinados como

esas críticas que solo conozco de oídas. tú. ¿Acaso no andabas antes

Así que, aun pensando que estoy lamentándote de que ya estabas harto de

recibiendo una mala influencia, no críticas? En el Palacio del Dragón no


hay críticas. montarse no es, en la práctica, hacer lo

Urashima se hallaba más que mismo? Girar a la derecha mientras se

molesto por la sorprendente dialéctica duda y girar a la derecha con confianza y

de la tortuga, pero la última frase decisión llevan a un mismo destino.

consiguió de pronto atraer su interés. Tanto en un caso como en otro, ya no se

—Sí, cierto, si al menos existiera un puede uno echar atrás. Desde el

momento en que pruebas a llevar algo a

país así... la práctica, ya se decide tu destino. En

—Pero cómo, ¿todavía sigues la vida no existen las pruebas. Probar a

dudando? No estoy soltando ninguna hacerlo es lo mismo que hacerlo.

mentira. ¿Por qué no me crees? ¿O sea Verdaderamente, la gente como tú sois

que un hombre refinado es aquel que en

vez de poner las cosas en práctica se muy tercos en aveniros a razones.

limita a suspirar por ellas? ¡Vaya una Pensáis que se puede dar marcha atrás.

indecencia! —Basta, basta, comprendido.

Hasta alguien de carácter tan afable Bueno, pues a confiar y dejemos que nos

como Urashima, al verse tan duramente lleven en el caparazón.

atacado, se vio imposibilitado de —Eso es, así se hace.

echarse atrás. Al sentarse Urashima sobre el

—Bueno, bien, entonces no hay más caparazón de la tortuga, este se fue

remedio —dijo con una amarga sonrisa agrandando a ojos vista, hasta llegar a

—. Nos guiaremos por tan insignes un tamaño en que se hubieran podido

palabras, y vamos a probar a montarnos colocar encima dos esteras de tatami, y

comenzó a introducirse en el mar

en tu caparazón. meciéndose lentamente. Cuando ya se

—Tu manera de hablar siempre me había alejado nadando unos cien metros

irrita —se enfadó de veras la tortuga—. de la orilla, el animal le ordenó a

¿Qué es eso de vamos a probar a Urashima con voz severa:

montarnos? ¿Probar a montarse y


—Cierra los ojos por un momento. impreciso.

Este, tras obedecer dócilmente, —¿Es... esto... el... Palacio...

escuchó un sonido como el de la lluvia del... Dragón? —preguntó Urashima

del atardecer y un suave calor envolvió como adormilado, separando más de la

su cuerpo. Luego, un viento parecido al

viento de primavera pero un poco más cuenta las palabras.

pesado golpeó los lóbulos de sus orejas. —Pero ¡qué dices! Apenas hemos

—Profundidad, 1.800 metros —dijo llegado a los 1.800 metros de

la tortuga. profundidad. El Palacio del Dragón se

Urashima sintió en su pecho un halla a 18.000 metros de profundidad.

malestar parecido al del mareo. —Ehhh... —soltó Urashima con una

—¿Te importa que vomite? — voz extraña—. El mar es realmente

preguntó a la tortuga todavía sin abrir enorme, ¿no?

los ojos. —¡Parece mentira que te hayas

—Pero cómo, ¿vas a llenar esto de criado en la costa! No hables como un

vómitos? Vaya un pasajero tan cochino mono del interior de las montañas. Solo

es un poco mayor que la fuente del

—replicó la tortuga con su habitual tono jardín de tu casa.

jocoso—. Eh, pero qué tipo tan Delante o detrás, a izquierda o

obediente, si todavía tiene los ojos derecha, mirase donde mirase, se

cerrados. Por eso me gustas, Taro. Ya extendía la inmensidad; y si miraba

tienes permiso para abrir los ojos.

Cuando veas el paisaje que se abre en hacia abajo, se encontraba igualmente

todas direcciones, ese mareo que sientes con la inabarcable claridad verdoso

se te pasará al momento. pálido, y si por contra miraba hacia

Y al abrir los ojos, una arrebatadora arriba, aparecía una imposible bóveda

embriaguez, una extraña claridad celeste como si estuviera en una

ligeramente verdosa y pálida, un mundo reluciente caverna. Aparte de ambas

sin sombras, se extendía con contorno voces, no se escuchaba un solo sonido, y


solamente sentía el cosquilleo de aquel —¿Cinco o seis millones? No me

fuerte viento caliente y algo pegajoso, tomes el pelo.

similar al de la primavera, en el lóbulo La tortuga se echó a reír.

de sus orejas. —Eso no son besugos. Es un

Urashima, en un momento dado, incendio submarino. Una tremenda

vislumbró una especie de tenue mancha humareda. Viendo esa cantidad de humo,

en lontananza y hacia la derecha, como calculo que... sí, debe de ser más o

si alguien hubiese arrojado un puñado menos una extensión tan grande como

de ceniza, y preguntó a la tortuga: veinte veces todo el Japón, la que se

está quemando.

—¿Qué es aquello? ¿Nieve? —¡Mentirosa! ¿Cómo se va a

—No sueltes esas bromas. No hay quemar nada dentro del mar?

nieve en el fondo del mar. —Eso es un error producto de un

—Bueno, entonces, ¿qué es? Parece pensamiento impulsivo. El agua contiene

como si hubieran derramado agua con

algo de tinta. ¿O solamente es polvo? oxígeno, así que no hay ningún motivo

—Pero ¡qué tonto eres! Deberías para que las cosas no se quemen.

haberte dado cuenta de un solo vistazo. —No me enredes. Eso es un sofisma

¿No ves que es un gran banco de propio de ignorantes. Dejémonos de

besugos? bromas y dime de una vez qué es esa

—¿Eh? Pero serán muy pocos... especie de nube de porquería. Son

Doscientos o trescientos como mucho. besugos, ¿no? Porque no pretenderás

La tortuga soltó una risita irónica. convencerme de que se trata de un

—Pues sí que eres tonto. ¿Lo dices incendio...

en serio? —Que sí, que sí es un incendio. ¿No

—Bueno, entonces, ¿dos o tres mil? te has parado alguna vez a pensar cómo

es posible que, con la infinidad de ríos

—No me seas inconsciente. Así, a que desde la tierra firme vierten sin

ojo, entre cinco y seis millones. parar, de noche y de día, su caudal al


mar, el nivel de las aguas marinas ni estrellas. Por eso, en el Palacio del

suba ni baje, sino que siempre pueda Dragón se hacen los calendarios

conforme a esas sombras, y así se

mantenerse estable? El mar también establecen las estaciones del año. Esa

tiene sus problemas. Y de alguna forma sombra de la Luna no es totalmente

ha de dar salida a toda esa cantidad de redonda, sino que le falta un trocito, por

agua que vierten en él sin parar. Por eso, lo que hoy debe ser la noche décimo

de vez en cuando, debe quemar de esa

manera el agua sobrante que no necesita. tercera.

Arde, ya lo creo que arde, es un gran Visto el tono serio con que lo decía,

fuego. Urashima pensó que muy bien podía ser

—Pero qué dices. La humareda no cierto, aunque le pareció todo un poco

se expande en absoluto. Dime de una vez extraño. Pero por otra parte, si en un

qué es eso. Según me estoy fijando extremo de esa impresionante bóveda de

desde antes, no se mueve de su lugar, así color verdoso claro aparecía un punto

que tampoco puede ser un banco de ligeramente ennegrecido, para un

peces. Déjate de bromas pesadas y dime hombre con gusto por lo poético como

de una vez de qué se trata. Urashima, aun cuando pudiera ser falso,

—Está bien, entonces te lo diré. resultaba mucho más atractivo y

entrañable creer que se trataba de la

Pues se trata de la sombra de la Luna. sombra de la Luna que no de un banco

—¿No me estarás engañando otra de besugos o de un incendio.

vez? Pasado un tiempo, sobrevino una

—No, no. En el fondo del mar no se extraña oscuridad a su alrededor y,

proyectan las formas terrestres, pero en

el caso de los cuerpos celestes, la acompañado de un terrible rugido,

sombra cae verticalmente desde las Urashima sintió un empujón como si un

alturas, y sí se aprecia. No solo la de la fuerte viento le hubiera golpeado y poco

Luna, sino también la de las brillantes faltó para que se cayera del lomo de la
tortuga.

—Vuelve a cerrar los ojos durante se vislumbraba una forma difusa de

un rato —ordenó la severa voz de la color blanco. Parecían unas montañas.

tortuga—. Estamos justo a la entrada del Aunque también podría tratarse de una

Palacio del Dragón. Aunque los seres serie de torres, pero en ese caso su

humanos exploran el fondo del mar, por tamaño debía de ser enorme.

lo general creen que más allá de este —¿Qué es eso? ¿Montañas?

lugar no hay nada y dan la vuelta. Eres —Efectivamente —contestó la

el primer humano, y quizá también el tortuga mientras nadaba a toda

último, que va a cruzar al otro lado de velocidad.

este punto. —Pero son blancas. ¿Estará

Urashima sintió como si la tortuga se nevando?

—Vaya, por lo visto aquellos a los

hubiera dado la vuelta por completo, es que está reservado un elevado destino

decir, como si nadase con el vientre tienen una forma de pensar diferente. Es

hacia arriba y él, pegado al caparazón, magnífico. Puesto que piensan que

hubiese quedado colgando cabeza abajo, también nieva dentro del mar.

pero sin que pareciera que pudiera

caerse, y con la extrañísima ilusión de A lo que Urashima, con intención de

que estaba siendo aspirado hacia arriba. devolverle la andanada de antes,

Pero cuando la tortuga le dijo replicó:

«Prueba a abrir los ojos», ya no tenía —Sin embargo, ya que también hay

ninguna sensación de estar cabeza abajo, incendios en el interior del mar, bien

y seguía sentado en sus lomos como si puede nevar. Puesto que, al fin y al cabo,

fuera lo más natural del mundo, mientras hay oxígeno.

ella continuaba nadando y nadando hacia —La nieve y el oxígeno tienen una

las profundidades. relación muy lejana. Por poner un

A su alrededor había una ligera ejemplo, una relación parecida a la del

claridad como la del amanecer y abajo viento con el fabricante de barreños, al


que provee de madera al partir los esa.

árboles. Así que no digas tonterías, —Cien o doscientas mil, vaya una

porque no vas a pillarme en una trampa forma más rácana de contar. En el

tan simple. Ya veo que a la gente Palacio del Dragón no nos dedicamos a

refinada se le dan muy mal las bromas. contar las perlas de una en una, sino una

montaña, dos montañas, etc. Se dice que

La ida con la nieve es divertida, pero a una montaña viene a tener unos

la vuelta escalofría. Hum... no tiene trescientos mil millones de perlas, pero

gracia. Pero mejor que el pareado del nadie se ha puesto a contarlas una por

oxígeno y el baile una. Si se agrupan más o menos un

[5] millón de montañas, tenemos una

. Lamentable. cordillera como esa. Los vertederos de

Bueno, mejor dejemos al oxígeno en

paz. perlas empiezan a ser un problema. Al

Una vez más, fue imposible vencer fin y al cabo, si pensamos en sus

la dialéctica de la tortuga. orígenes, no dejan de ser un tipo de

—Por cierto que en esas montañas... excremento de pez.

—comenzó Urashima, pero se vio En estas, llegaron a la puerta

interrumpido por la risita de la tortuga. principal del Palacio del Dragón, que

—Por cierto que... dice el muy era más pequeña de lo esperado. Se

presuntuoso. Por cierto que en esas erguía sencillamente a los pies de una

montañas no hay nieve. Son montañas de montaña de perlas, emitiendo una luz

perlas. fosforescente. Urashima se bajó del

—¿Perlas? —se sorprendió caparazón y, guiado por la tortuga, tuvo

que agacharse para cruzar por la puerta.

Urashima—. No, eso tiene que ser El lugar estaba iluminado por una débil

mentira. Aunque se apilen cien o claridad. Y completamente en silencio.

doscientas mil perlas, no se puede —¡Qué tranquilidad! Casi da miedo.

conseguir una montaña tan alta como ¿No estaremos en el infierno, verdad?
—No es un camino, es un pasillo. Ya

—No pierda usted la cabeza, has entrado en el Palacio del Dragón.

señorito —palmoteo la tortuga con su —¿De veras? —preguntó

aleta la espalda de Urashima—. Todos sorprendido mientras miraba en

los palacios son lugares tranquilos como derredor, sin vislumbrar paredes ni

este. ¿No tendrías esa imagen desfasada

del Palacio del Dragón como un lugar columnas. Solamente percibía un

donde nos pasamos todo el año con espacio claroscuro oscilando a su

estúpidas y ruidosas fiestas como los alrededor.

bailes en las playas de Tango cada vez —En el Palacio del Dragón, ni

que hay buena pesca? Pobrecillo. llueve ni nieva —le iba explicando la

Sencillez y serenidad, ¿no era ese tortuga con una voz que reflejaba un

vuestro máximo ideal, el de la gente profundo apego—. Por eso, no hay

culta? Qué deplorable que lo compares necesidad de construir asfixiantes

con el infierno. Cuando te acostumbras, paredes o tejados como en tierra.

esta suave penumbra es un descanso —Pero la puerta de entrada sí tenía

indescriptible para el espíritu. Cuidado un tejado.

—Eso es para que destaque del

con dónde pisas, por favor. Si te caes de entorno. Pero no solo en la puerta, en los

un resbalón, sería una vergüenza. Pero, aposentos de la princesa Oto también

oye, ¡todavía llevas puestas las hay techo y paredes. Pero tampoco han

sandalias! ¡Quítatelas ahora mismo, sido construidas para protegerse del

maleducado!

Urashima se puso colorado y se rocío o de la lluvia, sino para dejar

quitó las sandalias. Al caminar constancia del respeto debido a Su

descalzo, sentía en las plantas de los Alteza la princesa.

pies una desagradable viscosidad. —Me pregunto si así será —replicó

—¿Qué clase de camino es este? Es Urashima con rostro dubitativo—. ¿Y

repelente. dónde están esos aposentos de la


princesa Oto? Porque mire a donde límite, protestó con una voz casi llorosa:

mire, no hay ningún mundo aparte, ni —Pero entiéndeme, es que no se ve

ninguna frontera de elegancia y nada...

serenidad, ni brota árbol o planta alguna —Pues por eso te estoy diciendo que

que marque la diferencia. tengas cuidado de dónde pisas, ¿no me

—¡Qué complicado es tratar con has oído? Este pasillo no es un pasillo

paletos...! Se quedan con la boca normal. Es un puente formado por peces.

abierta ante los edificios enormes o con Mira con detenimiento. Millones de

ornamentos vistosos, pero son incapaces peces se aprietan entre sí para formar

de apreciar ni un ápice esta belleza este puente como si fuera el suelo de un

pasillo.

serena. Urashima-san, tu sentido del Urashima dio un respingo y se puso

refinamiento no vale aquí. Claro que, de puntillas. Ahora entendía la

teniendo en cuenta que hablamos de un viscosidad resbaladiza que sentía en la

señorito de las agrestes costas de Tango, planta de los pies. Efectivamente,

puede entenderse. Cuando le oí hablar

del conocimiento de la tradición, me fijándose bien, se distinguían infinidad

entró un sudor frío. «Aquí tenemos todo de peces de todos los tamaños, que

un personaje culto», pensé. Pero a la alineaban sus dorsos para no dejar

hora de la verdad, al verse con las cosas resquicios, y que se mantenían fijos en

frente a frente, resulta que es un paleto. el mismo lugar, sin el menor

Anda, hazme caso y, de ahora en movimiento.

adelante, déjate de imitar a los poetas y —¡Pero qué cosa tan terrible! —se

demás gente refinada. sorprendió Urashima volviendo de

Por lo visto, la verborrea de la pronto su paso más delicado—. ¡Qué

tortuga había cobrado nuevas fuerzas mal gusto! ¿En esto consiste la belleza

desde que entraron en el Palacio del tranquila y serena? Caminar pisoteando

el lomo de los peces, ¿no es una

Dragón. Urashima, ya contrito hasta el salvajada incomparable? Para empezar,


¿no es un suplicio para los pobres alegremente que esto hacía la función de

peces? Desde luego que un pobre paleto suelo de un pasillo, lo primero que he

como yo no entiende tan extravagante pensado es que a los peces les debe

doler que les pisen.

elegancia —estalló como un desahogo —En el mundo de los peces no hay

tras el enfado por ser tildado de paleto. necesidad de suelo. Yo lo he dicho por

—Nada de eso —sonó una vocecita poner un ejemplo, por compararlo con el

a sus pies—. Nos reunimos aquí todos suelo de una casa terrestre, pero no era

los días para tener el placer de escuchar un comentario al tuntún. Y además,

la música del koto ¿crees que a los peces les duele? En el

[6] de la princesa. No fondo del mar, tu cuerpo no es más

estamos formando un puente de peces pesado de lo que pueda ser una hoja de

por el bien de la estética. No te papel. ¿No notas como si estuvieras

preocupes, y pasa por encima. flotando?

—¿De veras? —replicó Urashima Ahora que se lo decían, ciertamente

con amarga sonrisa—. Pensaba que se tenía cierta sensación de estar como

trataba otra vez de los ornamentos del flotando. Pero a Urashima, una vez más,

Palacio del Dragón. le pareció que la tortuga volvía a reírse

—Pero no solo eso —intervino al de él sin motivo, y comenzó a

momento la tortuga—. ¿No será que el exasperarse:

señorito Urashima andaba pensando que —Ya me has quitado las ganas de

creer en nada. Por eso no me gusta la

la princesa Oto había ordenado a los aventura. Porque aunque te engañen, no

peces formar este puente para ofrecerle hay modo de estar seguro de ello. Uno

un recibimiento especial y...? no tiene más remedio que seguir las

—¡Basta, cállate! —cortó Urashima indicaciones de su guía. Y si te dice que

enrojeciendo aturdido—. No te pienses

que soy tan creído. Como tú has dicho algo es así o así, no queda sino
creérselo. La aventura consiste en que te momentos, debido a las corrientes

engañen. Y por cierto que no oigo ni el marinas, estamos siendo empujados

sonido del koto ni de ninguna otra cosa hacia atrás. Y yo diría que, junto con

—estalló con razonamientos agresivos.

La tortuga no perdió la calma: todos los demás, nos hemos movido

—Por lo visto, debido a que en tu unos doscientos metros hacia arriba.

mundo terrestre tenéis una perspectiva Bueno, en cualquier caso, sigamos un

horizontal del entorno, das por sentado poco más a lo largo de este puente de

que el objetivo debe encontrarse al este, peces. Fíjate en que el espacio entre los

oeste, sur o norte. Sin embargo, en el peces se ha vuelto un poco mayor, así

mar hay otras dos direcciones, a saber, que ten cuidado cuando pises, no sea

arriba y abajo. Tú das por sentado que que metas el pie en el hueco. Pero

la princesa Oto se encuentra en algún bueno, aunque así sea, no vas a caerte a

lugar delante de nosotros y ahí reside tu las profundidades, que para eso pesas lo

gran error. ¿Por qué no miras sobre tu mismo que una hoja de papel. En

definitiva, este puente no lleva a ninguna

cabeza? ¿O bajo tus pies? El mundo del parte. Aunque seguimos andando por

mar flota y se mueve a la deriva. La este pasillo, no hay nada delante. Sin

puerta principal de antes o la montaña embargo, mira a tus pies. ¡Eh,

de perlas también se mueven, aunque sea pescaduchos, apartaos un poco, que el

poco a poco. Tú mismo te estás

moviendo ahora arriba y abajo, a señorito va al encuentro de la princesa

derecha y a izquierda, y por eso no Oto! Estos tipos forman lo que podemos

percibes el movimiento de las demás llamar un velo viviente sobre la torre

cosas. Posiblemente piensas que, desde central del Palacio del Dragón. Un velo

que llegamos, hemos recorrido una gran oscilante y sutil como el de la medusa,

distancia hacia delante, pero en realidad para decirlo con el refinado estilo que le

apenas hemos avanzado. O quizá incluso gusta a la gente como tú.

estemos más atrás que antes. En estos Los peces se apartaron a derecha e
izquierda en silencio. Tenuemente, se estaba acostumbrado. No había duda de

escuchaba una música que venía de que su sentido de lo refinado aquí no

abajo. Se parecía mucho al sonido de un servía. Se podía entender que a la

koto japonés, pero no tenía un tono tan tortuga le entrase un sudor frío al

fuerte, sino suave, efímero, con un eco escucharle hablar de cosas como el

que resonaba interminable. El rocío del conocimiento de la tradición o la cultura

crisantemo, El suave vestido, Cielo al del refinamiento. Su sentido del estilo

atardecer, La perdiz... No era ninguna refinado no pasaba de ser una imitación

de los demás. Como si fuera un mono de

de esas piezas clásicas. Incluso una las montañas más remotas—: A partir de

persona culta como Urashima era ahora creeré todo lo que me digas.

incapaz de identificar esas notas Seitei. Insuperable —añadió Urashima

inocentes, en apariencia frágiles, pero embelesado mientras permanecía de pie

que encerraban en su interior una tristeza

como no podía escucharse en tierra esforzándose por escuchar las notas de

firme. la extraña melodía.

—Extraña melodía. ¿Cómo se llama —Venga, vamos a bajar desde aquí.

esta pieza? No hay ningún peligro. Si extiendes los

La tortuga escuchó con atención. brazos de esta manera, puedes ir

—Seitei —se limitó a contestar. descendiendo paso a paso meciéndote

—¿Seitei? agradablemente. Si descendemos

—Se escribe con los ideogramas de verticalmente desde este lugar donde se

«sagrado» y «resignación». acaba el puente de peces, llegaremos

—Ah, ya veo, Resignación sagrada justo al pie de las escaleras que llevan

—murmuró Urashima sintiendo por al edificio principal del Palacio del

Dragón. Venga, ¿qué haces ahí como

primera vez en la vida submarina del atontado? Vamos a bajar, ¿estás listo?

Palacio del Dragón algo mucho más La tortuga fue descendiendo con un

elevado que el gusto al que hasta ahora leve balanceo. Urashima, volviendo en
sí, extendió los brazos y dando un paso Urashima, siguiendo las

instrucciones, probó a coger algunas con

afuera del puente de los peces, sintió ambas manos, y sintió que estaban muy

cómo era arrastrado plácidamente hacia frías.

abajo, mientras una especie de brisa —¡Granizo! —exclamó.

fresca le acariciaba las mejillas. Pasado —No digas tonterías. Ahora prueba

un tiempo, cuando a su alrededor

dominaba un color verde como si a metértelas en la boca.

estuviera rodeado de árboles y el sonido Urashima, obediente, se metió en la

del koto se escuchaba mucho más boca cinco o seis de esas bolitas frías

próximo, se dio cuenta de que estaba de como el hielo.

pie junto a la tortuga al comienzo de la —¡Buenísimas!

escalera del edificio principal. Pero —¿Verdad que sí? Son cerezas

aunque la llamemos escalera, los silvestres de mar. El que come estos

escalones no se hallaban claramente frutos, no envejece durante trescientos

diferenciados unos de otros, sino que años.

consistían en una alfombra de bolitas —¿Ah, sí? ¿Y da lo mismo te comas

grisáceas y relucientes que formaban los que te comas? —El refinado

Urashima, olvidando sus modales, cogió

como una suave rampa. varias más e hizo ademán de comérselas

—¿Esto también son perlas? — —. No me gusta pensar en la vejez. No

preguntó Urashima en voz baja. tengo un miedo especial a morir, pero la

La tortuga le miró como vejez no pega con mis gustos. Creo que

compadeciéndole:

—Cualquier bolita que ves, ya te voy a probar unas pocas más.

crees que son perlas. ¿No has visto que —Eh, que se está riendo. Mira hacia

las perlas las tiramos hasta el punto de arriba. La princesa Oto ha venido a

que ya forman altas montañas? Prueba a recibirte. ¡Ay, y hoy está más bella que

coger una de esas bolitas. nunca!


Al final de la rampa de cerezas de como dice el proverbio chino. Acepta tu

mar, se hallaba en pie una grácil suerte y limítate a inclinarte con respeto.

mujercita, sonriendo levemente y con el Y aunque la princesa no te conociese de

cuerpo cubierto de un fino vestido azul. nada, no es una persona tan mezquina

A través del vestido semitransparente como para desconfiar de nadie, así que

podía adivinarse su blanca piel. no hay por qué pensar en un motivo

Urashima, avergonzado, apartó la vista. especial. Basta con que digas que has

—¿Es la princesa Oto? —preguntó a venido para divertirte.

la tortuga en susurros. Urashima tenía el —Pero ¿cómo voy a decir algo tan

rostro totalmente colorado. descortés? Aaah, se está riendo. Bueno,

—Pues claro que sí. ¿Por qué andas en cualquier caso, haré una inclinación.

Urashima hizo una reverencia tan

tan azorado? Vamos, preséntale tus pronunciada que las manos le llegaron

respetos. casi a las uñas de los pies. La tortuga se

Urashima ya estaba completamente carcajeó:

alterado: —Demasiado cortés. ¡Qué

—Pero es que no sé qué decir. Le

digo mi nombre y con eso ¿qué? Y despropósito! Pero si tú eres mi

además tengo la sensación de que salvador, y yo la agradecida. Deberías

nuestra visita ha sido algo abrupta. No tener una actitud más imponente. No te

tiene sentido. Volvámonos —se arredró creas que es precisamente elegante

Urashima, el hombre al que se le hacer una reverencia tan exagerada que

suponía un destino elevado, que se parece que te vas a desplomar sin

volvió un cobarde ante la visión de la fuerzas. Además eres un invitado de la

princesa y que se disponía a huir. princesa. Vamos, venga, saca pecho y

—La princesa Oto ya ha oído hablar demuestra que eres un japonés de buena

de ti. Tiene medios de saber lo que planta, y además un espíritu de la más

sucede en los más recónditos lugares, alta sensibilidad, caminando con aire

majestuoso. Frente a gente como yo


siempre muestras una actitud altiva y resquicios que dejaban las bolitas,

arrogante, pero parece que frente a las asomaban unas diminutas flores de color

mujeres eres todo un cobarde, ¿eh? morado, pero ello aumentaba, si cabe, la

—No, no es eso. Ante una persona impresión de tristeza del lugar. Desde

luego que podía hablarse de la

de tan alta categoría, hay que serenidad llevada a su extremo, pero

presentarse de la mejor forma posible. resultaba admirable que alguien pudiera

Urashima tenía la voz algo tomada vivir en un lugar como este. Urashima no

por el nerviosismo, le temblaban las pudo sino soltar un suspiro de sorpresa

piernas y subía por la escalera a

trompicones. Por fin, llegó a un salón tan y, de nuevo, mirar con disimulo el rostro

amplio como si hubieran dispuesto en el de la princesa.

suelo una infinidad de esteras de tatami. La princesa, sin decir una palabra,

O más que un salón, quizá fuera más se giró de espaldas y comenzó a andar.

propio llamarlo un jardín. Bañado en Entonces Urashima se fijó por primera

una luz verdosa de origen impreciso vez en que, a espaldas de la princesa, se

como si estuvieran en medio de un arremolinaba una cantidad incontable de

bosque, la extensión parecía envuelta en pececillos dorados más pequeños que

una neblina, pero ante sí se extendía los medaka

como una alfombra formada por las [7]

mismas bolitas similares al granizo, , que nadaban ondulando, y

según caminaba ella, iban moviéndose

sobre las que, de cuando en cuando, detrás, de manera que parecía que iba

destacaban algunas rocas dispuestas de envuelta en una cascada dorada, lo cual

manera asimétrica. Y nada más. Por hizo sentir a Urashima que la princesa,

supuesto que no había techo, ni una sola sin duda, poseía una elevada presencia

columna, y el lugar ofrecía más bien el que no pertenecía a este mundo.

desolado aspecto de una plaza en ruinas. La princesa caminaba con los pies

Si se fijaba uno bien, entre los


desnudos y su sutil vestido formaba tortuga con desgana—. Es la flor del

ondulaciones; sin embargo, fijándose cerezo de mar. Se parecen un poco a las

bien, esos pies blanquiazules no pisaban violetas. Si masticas sus pétalos, sientes

las bolitas que formaban el suelo. Había una embriaguez muy agradable. Es como

un pequeño espacio entre las plantas de

sus pies y el entramado de bolitas. el sake del Palacio del Dragón. Y eso

Incluso pudiera ser que esas plantas no que parece una roca, está formado por

hubiesen pisado nunca cosa alguna. A algas. Como han pasado miles y miles

pesar de que, sin duda, sus pies blandos de años, se ha formado una masa

y bellos eran como los de un recién conglomerada parecida a una roca, pero

nacido y que su cuerpo no llevaba en realidad es más blanda que la pasta

maquillaje ni ornamento alguno, no de judías. Y es un manjar mucho más

cabía sino reconocer la auténtica delicioso que cualquier alimento

elegancia, modesta y refinada a la vez. terrestre. Según sea la masa, el sabor

«Hice bien en venir al Palacio del cambia ligeramente. En el Palacio del

Dragón», pensó Urashima mientras daba Dragón vivimos comiendo estas algas,

emborrachándonos con los pétalos de

las gracias en su fuero interno a esta flor y tomando las cerezas marinas

aventura, y seguía embobado a la cuando tenemos sed, arrobados por la

princesa. música de koto de la princesa y viendo

—¿Qué? No está mal, ¿eh? —le la danza de los pececillos, que se

susurró la tortuga al oído mientras le

daba con su aleta un empellón en el asemeja a un remolino de flores en el

costado que le hizo cosquillas. viento. ¿Qué te parece? Cuando te invité

—¿Eh? ¿Qué? ¿Estas flores? Estas a venir, estoy segura de haberte dicho

flores moradas son bonitas, sí —dijo que el Palacio del Dragón era el país de

Urashima despistado, contestando algo la canción y el baile, de los manjares y

que no tenía nada que ver. del sake. ¿Qué me dices? ¿Es diferente a

—¿Estas de aquí? —contestó la como te lo imaginabas?


Urashima, sin contestar, sonrió de personas que no prestan atención a esas

manera algo forzada y apesadumbrada. críticas ajenas de las que hablábamos. Y

—Ya sé. Tú te imaginabas un barullo a todo esto, ¿adónde dices que vas?

sonando chan, chan, chan, grandes —¿Eh? ¿Cómo? Pues a ningún sitio

fuentes con sashimi de besugo y atún, en particular —se sorprendió Urashima

chicas danzando vestidas con quimono ante lo inesperado de la pregunta—.

rojo, y oro, plata, coral y brocados... Pero, es que..., bueno, ella...

Ante estas palabras, incluso el rostro —La princesa no te está guiando a

de Urashima expresó un ligero ninguna parte intencionadamente. De

hecho, ella ya se ha olvidado de ti.

desagrado. Posiblemente va de vuelta a sus

—¡Ni hablar! No soy un hombre tan aposentos. No pierdas la cabeza, ¿eh?

vulgar. Sin embargo, a veces he pensado Esto es el Palacio del Dragón, este

en mí como un solitario, pero al venir preciso lugar. No hay ningún otro lugar

aquí y encontrarme con una persona

solitaria de verdad, me avergüenzo de la aparte de este al que queramos guiarte.

vida presuntuosa que he llevado hasta Ahora basta con que hagas aquí lo que te

ahora. plazca, y te diviertas. ¿O es que no te

—¿Te refieres a ella? —preguntó la basta con esto?

tortuga en voz baja mientras señalaba —No me martirices, por favor.

hacia la princesa con la barbilla de un ¿Pero qué podía haber hecho yo? —

modo vulgar—. Ella no se siente sola en replicó Urashima con expresión llorosa

absoluto. Eso no le preocupa. La —. Puesto que alguien de su elevada

soledad preocupa a los que tienen posición acude a recibirme... no es que

ambición, pero para aquel al que no le me haya podido la vanidad, pero pensé

importan las cosas fuera de su mundo, que lo cortés era ir detrás de ella. No he

pensado en ningún momento que no fuera

estar solo cien o mil años resulta de lo suficiente. Y aun así, te diriges a mí de

más cómodo. Y lo mismo vale para las forma incisiva, como si yo ocultase
alguna intención lasciva. ¡Qué malévola muy bien qué es exactamente lo que

e insidiosa eres! ¡Espantosa! Jamás en piensa la princesa Oto. Pero sí que, de

una forma u otra, tiene un magnánimo

mi vida me he sentido tan avergonzado. carácter.

¡Eres verdaderamente terrible! —Hum... Dicho así, creo que

—No hay que ponerse así. La empiezo a entender un poco. Y me

princesa Oto es una persona de buen parece que tu suposición, en general, ha

corazón. Comprenderás que al ser tú un

raro visitante llegado de tierra firme, y de ser acertada. Es decir, que esta debe

además a quien yo debo gratitud, es de ser la forma de hospitalidad de la

lógico que acuda a recibirte en persona. gente verdaderamente elegante. Recibir

Y además, si tenemos en cuenta que eres al visitante y, a continuación, olvidarse

un hombre honesto y sin doblez, que no de él. Y, por añadidura, disponer de

tienes mala planta y que... ja, ja, ja... manera desordenada alrededor del

Eh, que estoy bromeando, no vaya a ser visitante delicioso sake y exóticos

que tengamos que aguantar un nuevo manjares. No hay baile ni música

ataque de vanidad. Bueno, en cualquier preparados con la evidente finalidad de

caso, mi impresión es que la princesa dar la bienvenida al visitante. La

Oto, al tratarse de un visitante inusual princesa toca el koto sin intención de

que la escuche alguien en particular. Los

que llega a su casa, ha acudido a peces danzan y juguetean alegre y

recibirte hasta la escalinata, y, una vez libremente sin querer divertir a nadie.

tranquilizada al ver que todo va bien, se No esperan ni se guían por el aplauso

retira a sus aposentos del espectador. Este, por su parte, no

despreocupadamente para que tú puedas

disfrutar aquí como quieras y todo el tiene necesidad de poner una cara

tiempo que te apetezca sin sentirte especial para demostrar ex profeso su

cohibido por su presencia. En realidad, admiración. De hecho, no importa que

nosotros los de aquí tampoco sabemos esté tumbado con absoluta indiferencia.
El anfitrión ha olvidado por completo a

su invitado. Y además, le ha dado su extraño recelo hacia sus invitados,

consentimiento para que se comporte dando vueltas de un lado para otro. No

con absoluta libertad. Si tiene ganas de hay una pizca de franqueza en su actitud.

comer, puede comer, y si no es así, no ¿Pero qué es eso? Si hasta por un simple

tiene por qué comer. Por tanto, si uno se vasito de sake ya uno presume de dar de

emborracha y, sin distinguir entre sueño beber y el otro ha de dar las gracias por

y realidad, se limita a escuchar el lo bebido, como si se estuviera

sonido del koto, no está siendo formalizando un contrato, no hay quien

descortés. Ah, invitar a alguien debería lo aguante.

ser siempre así. Que si esto, que si —¡Eso es, así se habla! —se alegró

aquello, que si te insisten en que pruebes la tortuga—. Pero no te excites tanto,

que no quiero que te dé un ataque al

una comida que no está muy allá, corazón. Venga, siéntate un rato en esta

intercambiarse alabanzas estúpidas, roca de algas y toma un poco de sake de

reírse a carcajadas con cosas que no cerezas. La primera vez que se toman

tienen ninguna gracia, expresar un los pétalos del cerezo de mar puede que

asombro exagerado ante historias que no

tienen nada de particular; toda una sarta el olor resulte demasiado fuerte, así que

de mentiras sociales de principio a fin. tómalos junto con cinco o seis cerezas,

¡Eh, pandilla de estúpidos y mezquinos poniéndolo todo junto sobre la lengua.

que os las dais de listos intentando Se disolverá al momento, convirtiéndose

agasajar por todo lo alto a los en un sake justo en su punto y de lo más

invitados!, me gustaría enseñaros esta refrescante. Depende de la proporción

hospitalidad liberal del Palacio del en que los mezcles, va cambiando el

Dragón. Esos tipos solo están sabor. Así que, bueno, vete probando tú

preocupados por no perder su propia mismo hasta que consigas el que más te

dignidad, y andan nerviosos todo el guste y ¡a beber!

tiempo por ello, incluso muestran un En esos momentos Urashima tenía


ganas de beber un sake fuerte. Cogió tres —¿Adónde irá? —se le escapó en

pétalos y dos cerezas de mar y los juntó un susurro sin poder evitarlo.

en la punta de la lengua. Al instante se le —A sus aposentos, sin duda —

llenó la boca de un sake delicioso, replicó afectadamente la tortuga, con

dándole una apacible sensación de cara de estar diciendo algo evidente.

—Llevas un tiempo diciendo sus

embriaguez. La mezcla atravesó su aposentos, sus aposentos, pero ¿se

garganta de forma ligera y agradable y le puede saber dónde están esos

produjo una sensación de alegría, como aposentos? Si no se ve absolutamente

si su cuerpo entero se hubiera iluminado nada en derredor...

de repente.

—Me gusta esto. Barre por completo Hasta donde alcanzaba la vista,

la melancolía. solamente se distinguía una extensión

—¿Melancolía? —se apresuró a lisa, un gran salón como un enorme

indagar la tortuga—. ¿Acaso hay algún campo que brillaba con luz opaca, y ni

motivo aquí para la tristeza? la menor sombra de algo parecido a un

—No, nada especial, no es eso, sino edificio palaciego.

que... Ja, ja, ja —Urashima rio —Allí delante, a lo lejos, hacia

forzadamente para ocultar su donde se dirige la princesa Oto, muy a

nerviosismo y soltó un apagado suspiro lo lejos, ¿no ves algo? —le indicó la

mientras contemplaba la figura de la tortuga, y Urashima frunció el entrecejo

princesa que se alejaba. forzando la vista en esa dirección.

—Ah, ahora que lo dices, sí, parece

La princesa Oto seguía caminando que hay algo.

sola y sin decir nada. Envuelta en una A una lejana distancia hacia el

luminosidad de un claro tono verdoso, frente, que podía ser como de una milla,

semejando unas fragantes algas se podía distinguir de manera difusa,

semitransparentes, caminaba solitaria

con un suave movimiento oscilante. como cuando se mira el fondo de un lago


en penumbra, con los contornos invención, un recurso. Una

brumosos, una especie de flor acuática presuntuosidad. Cuando no existe tal

de perfecta blancura. inseguridad, no hay por qué recurrir a

—¿Es aquello? Parece algo muy

pequeño, ¿no? esa invención insidiosa de las palabras,

—Para el reposo solitario de la ¿no crees? Personalmente, nunca he

princesa Oto no hace falta un gran escuchado decir cosa alguna a la

edificio, ¿no crees? princesa Oto. Sin embargo, a diferencia

—Bueno, sí, dicho así, es cierto — de lo que sucede a menudo con las

dijo Urashima mientras se preparaba personas calladas, la princesa Oto de

más sake con las cerezas marinas. Y, tras ningún modo es de las que observan con

bebérselo, añadió—: Y la princesa, disimulo mientras en el fondo de su

cómo lo diría, ¿siempre es así de corazón juzgan severamente si los demás

callada? actúan bien o mal. No piensa en nada

—Sí, así es. Me pregunto si las concreto. Se limita a sonreír con

suavidad, mientras hace sonar su koto o

palabras no surgen de la inseguridad del camina balanceándose por el gran salón

vivir, de donde nacen sus brotes. Del o disfruta de los pétalos de cerezo que

mismo modo en que las rojas setas introduce en su boca. Lleva una

venenosas brotan del suelo en existencia realmente plácida.

putrefacción, ¿no será que la inseguridad

de la vida hace fermentar las palabras? —¿De veras? ¿Una persona como

Claro que también hay palabras de ella, entonces, también bebe este sake de

alegría, pero, incluso en ese caso, ¿no cerezas de mar? Claro que este es un

llevan implícita una insidiosa buen sake, de eso no hay duda. Mientras

artificiosidad? Parece que los seres haya de esto, no hace falta otra cosa. Me

humanos, incluso en medio de su pregunto si puedo tomar un poco más.

felicidad, sienten inseguridad en la vida. —Claro que sí, adelante. Es de

Las palabras humanas son todas una tontos andarse con remilgos en un lugar
como este. Tú gozas aquí de un permiso Es que soy un paleto. —Hasta había

ilimitado. ¿Qué tal si pruebas también a cambiado su forma de hablar—: Aquí

comer algo? Todas las rocas que ves son tienes la máxima expresión del

raros manjares. ¿Prefieres algo refinamiento.

grasiento? ¿O mejor algo suave y un Al levantar la vista, a una gran

poco ácido? Aquí hay cualquier clase de altura, la cúpula formada por los peces

sabor. que flotaban plácidamente se veía como

—Ah, puedo oír el sonido del koto. una neblina azulada. En ese momento,

una bandada de peces se desgajó de

¿Puedo tumbarme para escucharlo? — repente de esa cúpula y, haciendo brillar

Realmente, era la primera vez en su vida sus plateadas escamas, empezaron a

que experimentaba la sensación de que danzar y a jugar como si todo el cielo se

le estaba permitido todo. Urashima hubiera cubierto de una ventisca de

olvidó la educación o cualquier otra

cosa a que le pudiera impeler su pose de nieve.

hombre refinado, y se tumbó boca arriba En el Palacio del Dragón no había

con los brazos estirados—. Ah... qué días ni noches. Siempre parecía una

placer, revolcarse aquí borracho. refrescante mañana de mayo, con una luz

Aprovechemos la ocasión para comer verdosa como la sombra de los árboles

algo. ¿Habrá algas con sabor a carne de inundándolo todo, así que Urashima no

perdiz a la parrilla? tenía la menor idea de cuántos días pasó

—Las hay. allí. Durante todo ese tiempo le estuvo

—Pues eso. ¿Y también hay algas permitido cuanto desease, sin ninguna

con sabor a moras? restricción. Urashima incluso entró en

—Imagino que sí. Pero oye, vaya un las habitaciones de la princesa Oto. Ella

no mostró la más mínima aversión. Se

gusto tan extrañamente agreste que tienes limitaba a reír suavemente.

para comer, ¿eh? Y, pasado un tiempo, Urashima se

—Ya ves, es mi auténtico carácter. hartó. Quizá se hartó de que todo le


estuviese permitido. Echaba de menos la alejándose del Palacio del Dragón. En

su interior se agitaba una extraña

miserable vida de tierra firme. tristeza. «Ah, he olvidado dar las

Preocuparse de las críticas de los unos gracias», iba pensando. «Un lugar tan

hacia los otros, llorar, enfadarse, las bueno como ese, no lo hay en ninguna

mezquindades de los seres de tierra otra parte. Ah, debería haberme quedado

firme, le resultaron todo cosas tan

inocentes, que incluso llegó a pensar que para siempre allí. Sin embargo, yo

eran hermosas. pertenezco a la tierra firme. Por mucho

Urashima, de pie frente a la princesa que llevase una vida placentera, mi

Oto, le dijo adiós. Esta repentina casa, mi tierra natal, están incrustadas en

petición de permiso para marcharse le algún rincón de mi cabeza, y no se

fue concedida de nuevo con una sonrisa separan de mí. Aunque me emborrache

silenciosa. Decididamente, todo le con delicioso sake y me quede dormido,

estaba permitido. Desde el principio mis sueños son sueños del país natal. Es

hasta el final, se le había consentido deprimente. No estoy cualificado para

todo. La princesa Oto acudió hasta las divertirme en un lugar tan bueno como

escaleras del Palacio del Dragón a ese».

—¡Ah... no puedo más! ¡Qué

despedirle y, sin decir nada, le entregó tristeza! —estalló en voz alta en un

una pequeña concha. Era la concha de un berrido desesperado—. No sé qué me

molusco bivalvo, firmemente cerrada, y pasa, pero esto no puede ser. ¡Eh,

despedía un fulgor multicolor. Se trataba tortuga! Suéltame otra vez alguna de tus

del regalo de despedida del Palacio del

Dragón que se conoce por tamatebako alegres críticas. ¿Qué te pasa que llevas

(la cajita preciosa). todo el tiempo callada?

La ida es divertida, pero la vuelta La tortuga se limitaba a nadar en

escalofría. Urashima subió otra vez a silencio con sus aletas desde que

lomos de la tortuga y, abstraído, fue salieron.


—Estás enfadada, ¿verdad? Estás esforzado mucho por mí y estoy en

enfadada porque me marcho del Palacio deuda contigo. Te doy las gracias.

del Dragón como quien sale huyendo sin La tortuga no contestó y se limitó a

pagar después de comer, ¿no? agitar su caparazón, como diciendo

—No tienes por qué sentirte «pero venga, qué cosas dices», mientras

culpable. Esas son las cosas que no me seguía nadando a toda prisa.

gustan de la gente de tierra firme. ¿No te —Y la princesa seguirá allí,

repetí muchas veces desde el principio divirtiéndose a solas —suspiró

que hicieras lo que te apeteciera? Urashima con un tono que no admitía

—Pero es que me parece como si no consuelo—. Me ha regalado esta

te sintieras bien. hermosa concha. No será algo de comer,

¿verdad?

—Mira quién fue a hablar, tú que La tortuga soltó una risita.

andas extrañamente abatido. Lo que pasa —Durante el tiempo que has estado

es que me gusta dar la bienvenida a la en el Palacio del Dragón has mostrado

gente, pero las despedidas las llevo muy un gran interés por probarlo todo,

mal.

—Ah, eso de la ida es divertida, comiendo como un descosido. Pero eso

¿no? precisamente no es nada de comer. No

—No es momento para bromas. Es sé muy bien qué puede ser, pero creo

que esto de las despedidas no va bien que en esa concha hay algo guardado —

para el ánimo. No deja uno de suspirar y dijo misteriosamente la tortuga que,

todo lo que se diga suena a falso. Me ahora sí, espoleaba la curiosidad

dan ganas de que nos separemos aquí humana como aquella serpiente del

mismo de una vez. Jardín del Edén.

—Así que, después de todo, tú Después de todo, ¿no será que sí

también estás triste, ¿eh? —se existe una pauta predeterminada común

enterneció Urashima—. Esta vez te has al destino de todos los reptiles? Pero no,

no; dar por sentado una idea así sería


una ofensa hacia nuestra buena tortuga. espejismos, o también puede hacerte

Ella misma ya dijo antes a Urashima enloquecer, o incluso provocar que la

aquella maravillosa frase de «sin marea se abalance sobre la costa

embargo, yo no soy la serpiente del produciendo una gran inundación.

Cualquier resultado es posible, pero

Jardín del Edén, sino que, aquí donde creo que, de todas maneras, liberar el

me ves, soy una tortuga del Japón». oxígeno de los abismos marinos en

Sería muy desconsiderado que no la tierra no puede traer nada bueno —dijo

creyésemos. Además, si juzgamos la con gran seriedad.

actitud de la tortuga hacia Urashima

durante todo este tiempo, de ninguna Urashima creyó en la bondad de la

manera puede pensarse que, al igual que advertencia de la tortuga.

la serpiente del Edén, poseyera un —Puede que tengas razón. Si el

carácter de mensajero malvado que ambiente de un lugar tan elevado como

susurra tentador al oído con objeto de el Palacio del Dragón estuviera

arrastrar a la perdición. Y no solo eso, contenido dentro de esta concha, al

sino que podemos más bien pensar que entrar en contacto con el aire viciado y

no pasaba de ser una entrañable vulgar del mundo terrestre, podría

parlanchina, que hablaba por hablar, de producirse una turbación que originase

una manera alocada, sí, pero sin pensar una gran explosión. Bueno, no pensemos

demasiado en el contenido de lo que más, en cualquier caso lo guardaremos

así para siempre como el mayor tesoro

decía. La tortuga continuó hablando: de la casa.

—Pero quizá lo mejor sea que no Ya estaban flotando sobre la

abras esa concha. Porque seguramente superficie del mar. La luz del sol les

encierra en su interior algo así como la deslumbraba. Se podía ver la playa de

esencia concentrada del Palacio del

Dragón. Si la abres en tu mundo de la su tierra natal. Urashima tenía ganas de

tierra firme, quizá surjan terribles llegar cuanto antes, entrar a toda prisa
en su casa, reunir a padres, hermanos y del caparazón justo donde rompen las

sirvientes y describir con todo detalle el olas olvidando despedirse de la tortuga

aspecto del Palacio del Dragón; decirles

que la aventura consiste en la capacidad y dirigiéndose a toda prisa hacia su

de creer, que los que se las dan de hogar natal.

refinados en este mundo son como Y aquí llegamos al punto de la

monos mezquinos; soltarles que la historia que reza:

tradición no es sino un nombre más de la ¿Dónde estaría su aldea natal?

vulgaridad, seguido de un «me pregunto ¿Dónde estaría el hogar de su

si lo entenderéis»; decirles que la familia?

verdadera elegancia reside en la nueva Hasta donde alcanzaba la vista,

frontera de la renuncia sagrada, «que no solo un paisaje desolado

es una simple renuncia, ¿eh? Ni rastro de seres humanos, ni

¿Entendéis?», que no hay críticas camino alguno

Tan solo el sonido del viento en los

fastidiosas, que todo está permitido, y pinos

ante todo ello «solo hay que mostrar una Urashima, tras mucho dudar, termina

leve sonrisa, ¿entendéis?, olvidar al abriendo la concha de recuerdo del

invitado; no entendéis, claro», etc., etc.;

y blandir a diestro y siniestro todo aquel Palacio del Dragón, como ya sabemos,

nuevo conocimiento que acababa de pero, en cuanto a esto, creo que no hay

adquirir. Y cuando ese hermano menor que hacer recaer la responsabilidad

de mentalidad realista pusiera cara de sobre la tortuga. Que cuando te digan

duda, aunque fuera un poco, entonces le «no debes abrirlo», te haga sentir

pondría delante de las narices el todavía más ganas de hacerlo, es una

precioso recuerdo que se había traído debilidad inherente a los seres humanos,

del Palacio del Dragón hasta que se y, sin ser exclusivo de esta historia de

cayera de espaldas de la sorpresa. Con Urashima, podemos encontrar un caso

tal impulso iba Urashima, que se bajó semejante en la mitología griega con la
historia de la caja de Pandora, donde se trescientos o más años, por lo que las

revela una psicología similar del versiones que normalmente conocemos

comportamiento humano. Sin embargo, de la historia terminan con un «mejor

en el caso de la caja de Pandora, desde que no lo hubiese abierto, vaya un

un primer momento hay una intención de lamentable resultado, pobrecillo», etc.

venganza por parte de los dioses. La No obstante, personalmente albergo una

fuerte sospecha acerca de todo ello.

advertencia de «no debes abrirla» está ¿Entonces aquel recuerdo del Palacio

desde un principio destinada a servir de del Dragón, al igual que la caja de

acicate para la curiosidad de Pandora y Pandora que encerraba el origen de

se basa en la certeza de que ella todas las desgracias de los seres

terminará por abrir la caja, siendo pues

una prohibición claramente humanos, fue ofrecido por la princesa

malintencionada desde su gestación. Por Oto como un regalo con una profunda y

contra, nuestra buena tortuga le dice lo oculta intención de venganza o castigo?

mismo a Urashima con una intención Siempre en silencio, sonriendo de

amistosa. Creo que esto puede creerse aquella manera tan suave, y aparentando

viendo la forma en la que habla, sin que consentirlo todo, ¿acaso en el fondo de

pueda detectarse una intención oculta. su corazón juzgaba despiadadamente a

La tortuga no tiene culpa alguna. Estoy los demás y no perdonó ni uno solo de

completamente convencido de ello y los caprichos de Urashima, entregándole

puedo declarar en su favor, pero así y esa concha con intención de aplicarle un

todo, aquí queda todavía una cuestión castigo? Pero no, sin necesidad de

entonar una teoría tan extremadamente

que no termina de estar clara. Cuando pesimista, quizá se trate de que, puesto

Urashima probó a abrir el recuerdo del que las personas de clase alta, de vez en

Palacio del Dragón, surgió una cuando, llevan a cabo bromas crueles

humareda blanca del interior y al sin concederle importancia, la princesa

momento se convirtió en un abuelillo de


Oto, con intención de hacer una estaba escrita la palabra «esperanza».

travesura inocente, gastó una broma tan Gracias a esto, parece que el rostro de

pesada como esta. En cualquier caso, Pandora, que se había vuelto pálido,

que alguien como la princesa Oto, que volvió a recuperar algo de su color. Y

debía ser la expresión de la más alta

elegancia, entregase un regalo de tan por eso, desde aquel entonces, se dice

pésimas consecuencias es algo que que los seres humanos, por mucho que

resulta del todo punto inexplicable. sean atacados por el maligno espíritu

Dentro de la caja de Pandora se del sufrimiento, pueden armarse de

encerraban las enfermedades, el miedo, valor gracias a esta «esperanza», y

el rencor, la tristeza, la desconfianza, los encontrar las fuerzas necesarias para

celos, la ira, el odio, las maldiciones, la afrontar tales dificultades. Comparado

impaciencia, el remordimiento, el con eso, el regalo del Palacio del

servilismo, la codicia, la falsedad, la Dragón no tiene gracia, ni nada que se le

soberbia, la violencia, etc., y en fin, el parezca. No es más que una humareda. Y

espíritu de cualquier tipo de desgracias. de pronto, se ve uno convertido en un

abuelillo de trescientos años. Aun

Y, al abrir Pandora dicha caja, como si suponiendo que en el fondo de esa

se tratase de una nube de hormigas concha quedase esa estrella de la

aladas, salieron todas despedidas al esperanza, Urashima ya tiene trescientos

tiempo, y se extendieron por todos los años. Ofrecerle la esperanza a un viejo

rincones de la tierra sin dejar libre uno

solo, según se dice. Sin embargo, la de trescientos años suena a broma

estupefacta Pandora, al quedar cabizbaja pesada. Un imposible desde el

y fijarse en el fondo de la caja vacía, principio. Y si entonces probamos a

¿acaso no se dice que descubrió en su concederle aquella sagrada resignación,

fondo oscuro un puntito reluciente, una ¿qué tal? Sin embargo, ya tiene

joya que brillaba como una estrella? Y trescientos años. A estas alturas, aunque

en esa joya, ¡oh sorpresa!, se dice que no le concedamos algo de nombre tan
presuntuoso, teniendo ya trescientos con trescientos años, todavía podría

años, el ser humano está ya más que entenderse la historia. Y si la princesa

resignado. Oto, movida por sus sentimientos,

En resumidas cuentas, se mire como deseara que Urashima se conservase

se mire, no hay nada que hacer. No hay joven por siempre, no tendría por qué

manera de hacerle llegar una mano tomarse la molestia de entregarle y

salvadora. De cualquier manera, ha hacerle llevar de vuelta un objeto tan

traído de vuelta un regalo terrible. Sin peligroso que «no se debe abrir». ¿No

embargo, si tiramos aquí la toalla, podía entonces haberlo tirado por ahí en

cualquier recoveco del Palacio del

podemos concluir que los cuentos Dragón? ¿O es que se pretende dar a

japoneses son más crueles que la entender algo del tipo de «la mierda que

mitología griega. O algo similar, podrían has dejado por aquí, te la vuelves a

decirnos los extranjeros. Y eso sería, sin llevar»? Pero eso sería terriblemente

duda, lamentable. Por otra parte, por

salvaguardar el honor de ese entrañable zafio, una especie de rabieta. Resulta

Palacio del Dragón, quiero encontrar más bien difícil de creer que esa

como sea un elevado sentido a ese princesa Oto de la «sagrada

regalo inexplicable. Por mucho que resignación» fuese a tramar algo del

digamos que unos cuantos días en el nivel de una pelea conyugal en una casa

Palacio del Dragón equivalen a de huéspedes. Realmente no encuentro

trescientos años terrestres, no había por explicación. Estuve mucho tiempo

qué amontonar todos esos años en un pensando alguna respuesta a todo esto.

fastidioso regalo y hacérselo llevar a Y, por fin, recientemente, me parece que

Urashima. Si Urashima, en el momento he llegado a entender un poco la

en que emerge a la superficie del mar cuestión.

En el fondo, nos hemos equivocado

procedente del Palacio del Dragón, se al prejuzgar que convertirse en un

convirtiera en un anciano de pelo blanco abuelillo de trescientos años ha supuesto


una desgracia para Urashima. También Como se suele decir:

en el libro de dibujos para niños, se nos «El paso de los años es la salvación

del ser humano».

dice que Urashima se convirtió en un «El olvido es la salvación del ser

viejo de trescientos años y cosas como humano».

«en verdad, fue una suerte terrible y fue Puede verse también como que la

muy desgraciado».

Al instante, se convirtió en un augusta hospitalidad del Palacio del

abuelo de pelo blanco. Dragón alcanza así, a través de este

Y con eso se acaba. Fue muy maravilloso regalo de despedida, su

desgraciado, fue un estúpido, etc., no cénit. ¿Acaso no se dice que cuanto más

son más que cosas que nosotros, la gente lejano es un recuerdo, más hermoso

vulgar, hemos añadido caprichosa y resulta? Y además, el cargar sobre sí

ciegamente a posteriori. Pero tener de esos trescientos años es una decisión

pronto trescientos años no fue, de que recae en el propio estado de ánimo

ninguna manera, una desgracia para de Urashima. Una vez más, la princesa

Urashima. Oto ha concedido a Urashima plena

Que en el fondo de la concha libertad de decisión. Si no se hubiera

sentido solo, Urashima no habría hecho

pudiera quedar la estrella de la tal cosa como probar a abrir la concha.

esperanza y que eso supusiera una Cuando no le quedara más remedio,

salvación, resulta, a poco que se piense, cuando buscara algún tipo de salvación

de un gusto de historieta para niñas y me en esa concha, entonces quizá pensara en

parece que produce una sensación más

que artificiosa. Por el contrario, abrirla. Y, al abrirla, al instante

Urashima obtiene la salvación de esa trescientos años de edad y el olvido. No

humareda misma que se alza ante él. No busquemos mayor explicación. En los

hace falta que en el fondo de la concha cuentos tradicionales japoneses existe

quede nada. Eso no es un problema. este tipo de sentimiento misericordioso.


Se cuenta que, después de aquello, ya desde el arranque, la historia resulta

Urashima vivió diez años más como un extremadamente dura. Algo como una

anciano feliz. «sopa de vieja», pero ¡qué terrible! No

puede tomarse ni como chiste ni como

La montaña Kachi- ocurrencia ingeniosa. También el tanuki,

kachi ¡vaya una diablura sin ninguna gracia

que ha cometido! Y cuando llegamos al

El conejo de la historia de La montaña párrafo en que aparecen los huesos

Kachi-kachi es una jovencita, y el desperdigados de la vieja bajo el

tanuki repecho de madera, se alcanza el punto

[8] que saborea la miserable extremo de la crueldad, y ya podemos

derrota, un tipo feo enamorado de ella. decir que, como lectura para niños, y

Creo que esta es una verdad imponente lamentándolo mucho, debería encontrar

sobre la que no cabe la más mínima el triste destino de ver prohibida su

duda. Se nos dice que se trata de un

suceso acaecido en la región de venta. Por eso, en los libros ilustrados

Koshu actuales donde se incluye La montaña

[9] Kachi-kachi, con gran lucidez se ha

, en las márgenes del lago escamoteado la historia original para

Kawaguchi, uno de los llamados «cinco explicarnos en su lugar que el tanuki se

lagos del Fuji», en lo que serían las ha dado a la fuga causando heridas a la

montañas a la espalda del actual pueblo vieja. Con tal recurso, bueno, sí, se ha

de Funatsu. La gente de Koshu es de evitado que prohíban la venta, y eso está

sentimientos agrestes. Y quizá sea por muy bien, pero, por contra, como castigo

eso que esta historia, comparada con al tanuki por una diablura tan simple, el

otros cuentos tradicionales, presente un martirio que le inflige el conejo, por

más que se piense, resulta demasiado

aspecto más rudo. insidioso. No se trata de un duelo en que

Para empezar, se mire como se mire, se abata al contrario limpiamente, de un


rápido golpe. Se le mata en vida, se le alegremente de la vida en la montaña,

tortura y tortura y, finalmente, se le mete cuando se vio atrapado por el anciano y

enfrentado al irremediable destino de

en una barca de barro y gluglú. Este no convertirse en sopa de tanuki. Pese a

es el modo de proceder propio del ello no se resignó y pensó

bushido desesperadamente en la manera de

[10] encontrar una ruta de fuga, se retorció

japonés. En cambio, si el angustiado y, como último recurso,

tanuki realmente hubiera cometido una engañó a la abuela, salvando su vida por

treta tan sucia como la de la sopa de

vieja, puede que no quede más remedio un pelo. Y aun en el caso de las

que admitir que se merecía una tortura versiones de los libros ilustrados

tan reiterada en venganza por ello. actuales, en las que, en su fuga, el tanuki

Sin embargo, teniendo en cuenta la causa arañazos a la abuela, en ese

influencia que pudiera causar en el momento el animal está desesperado por

corazón de los niños y el que pueda ver huir y un resultado tal se debe a un acto

prohibida su venta, aunque se ha de defensa propia realizado de manera

cambiado de manera que el tanuki refleja e inconsciente, por lo que es

simplemente hiere a la vieja y se da a la posible que no hubiese premeditación al

fuga, como castigo, en cambio, este herir a esta abuela y, por tanto, no ha

continúa recibiendo por parte del conejo cometido un delito tan grave como para

guardarle semejante odio.

toda esa sarta de humillaciones y Mi hija de cinco años se parece

sufrimientos, llevándole hasta esa físicamente a mí, y eso ya es bastante

extremadamente miserable muerte por malo, pero, además, por desgracia

ahogamiento, todo lo cual parece un también se parece a su padre en la forma

poco injusto. Puesto que originalmente,

era este un tanuki que, sin culpa ni de pensar, por lo que se le ocurren ideas

delito alguno, se limitaba a disfrutar extrañas. Cuando terminé de leerle este


cuento de La montaña Kachi-kachi en el el escuchar ese comentario

refugio antiaéreo, su inesperado extremadamente irresponsable de la

comentario fue: «Pobrecito tanuki,

¿verdad?». niña, me sugirió algo. Esta niña, sin

Aunque en realidad «pobrecito» es saber nada, se limitó a soltar sin pensar

una palabra que esta hija mía ha la palabra que había aprendido

aprendido hace poco, y vea lo que vea, recientemente, pero, gracias a ello, el

repite «pobrecito», notándose a la legua padre pensó: «Ahora que lo dice, el

su oculta intención de ser elogiada por contraataque del conejo es demasiado

su demasiado tolerante madre. Así que atroz». Pero la cuestión es que, en el

tampoco resulta un comentario caso de estos niños pequeños, bueno,

especialmente sorprendente. O también puedes decirles esto y aquello, y

es posible que, como esta niña fue disfrazar un poco las cosas, pero los

llevada por su padre al cercano niños más mayores, a los que ya han

enseñado la visión del bushido sobre la

zoológico de Inokashira, cuando se franqueza, la rectitud y demás, ¿no

quedó mirando la jaula donde un grupito pensarán que el castigo que inflige este

de tanukis correteaba sin parar, sacase conejo, por decirlo claramente, es

la conclusión de que son unos animalitos «demasiado sucio»? Aquí está el

encantadores y, por eso, sin pararse a

pensar el motivo, también se pusiera de problema, se preocupaba este estúpido

parte del tanuki de la historia de la padre frunciendo el ceño.

montaña Kachi-kachi. En cualquier caso, Si, como en nuestros libros de

el comentario de nuestra compasiva niña cuentos actuales, el tanuki simplemente

no debe tenerse muy en cuenta. El le hubiera causado unos arañazos a la

fundamento de sus ideas es poco sólido. abuela, la trama según la cual encuentra

El motivo de su compasión, impreciso. tan cruel destino —porque el conejo le

En definitiva, ni siquiera merece la pena engaña malévolamente, quemándole la

hacer de ello un problema. Sin embargo, espalda, luego frotándole pasta de


guindilla sobre la parte quemada y, por menos, haciendo esto. Fueran cuales

si fuera poco, subiéndole a una barca de fueran las circunstancias, actuar

barro para matarle—, necesariamente mediante planes retorcidos, y encima

provocará enseguida las sospechas de matar al contrario haciéndole sufrir

los niños que ya van a la Escuela reiteradamente, es algo que todavía no

Nacional. Pero incluso en el caso de que hemos visto en ninguna historia japonesa

el tanuki hubiera planeado algo tan de duelo por afrentas. Eso precisamente

es lo que, se mire como se mire, no está

imperdonable como hacer una sopa con bien de la historia de La montaña

la vieja, ¿por qué no enfrentarse con él Kachi-kachi. En una palabra, no es una

cara a cara, dando a conocer su nombre actitud varonil, pensarán niños y

e intenciones, limpiamente y sin trucos, adultos, porque, en definitiva,

y castigarle con un tajo de sable? Alegar

que el conejo carece de fuerza y demás cualquiera que se sienta atraído por la

en este caso no sirve de excusa. El duelo noción de justicia, ¿no debería sentirse

para vengar la afrenta siempre debe ser algo incómodo al respecto?

limpio y sin trucos. Los dioses se ponen Pero podéis estar tranquilos. Se me

del lado del justo. Aunque quepa la ha ocurrido algo acerca de esto. Y me he

posibilidad de no ganar, hay que atacar dado cuenta de que es perfectamente

de frente al grito de «¡castigo divino!». natural que la actitud del conejo carezca

Si hubiera una diferencia de fuerzas de virilidad. Puesto que este conejo no

demasiado grande, entonces tocaría es un hombre. De esto no hay duda. Este

acudir a un lugar como el monte Kurama conejo es una chica virgen de dieciséis

y sumirse en una estoica preparación al años. Todavía no sabe utilizar su

atractivo erótico, pero es bella. Además,

estilo de los místicos, hasta que el generalmente no hay en todo el género

espíritu de uno domine el arte de la humano persona más cruel que este tipo

espada. Desde antiguo, los personajes de mujer. Dentro de la mitología griega

respetables del Japón han venido, más o aparecen muchas diosas, pero, de ellas,
ojeada cuando se estaba bañando, se

si dejamos aparte a Venus, la diosa enfadó hasta este punto. No quiero ni

virgen Artemisa es representada, al pensar lo que hubiera hecho si llegan a

parecer, como la más atractiva de todas acariciarle una mano. Si un hombre se

ellas. Como el lector sabrá, Artemisa, enamora de una mujer así, es evidente

en cuya frente brilla un cuarto de luna

blanquiazul, es la diosa de la Luna. De que recibirá una lastimosa y enorme

movimientos rápidos y sentimientos humillación. Y sin embargo los hombres,

inamovibles, es, en fin, y dicho en pocas y mucho más cuanto más necios sean, se

palabras, la versión femenina del dios enamoran muy fácilmente de este tipo de

Apolo. Además, las terribles bestias del mujeres peligrosas. Y el resultado, por

mundo terreno son todas vasallos de esta lo general, es también previsible.

diosa. Sin embargo, su aspecto no es ni Y quien lo dude, hará bien en ver lo

mucho menos el de una mujer que le sucedió a este pobre tanuki.

grandullona, basta y fuerte como una Desde hace tiempo, el tanuki intentaba

roca. Por el contrario, es pequeña, transmitir indirectamente su sentimiento

esbelta; sus manos y pies, delicados y de amor hacia esta chica conejo cortada

por el patrón de Artemisa. Una vez que

encantadores; y su rostro, tan hermoso hemos decidido que el conejo de esta

que estremece. Sin embargo, a historia era una chica tipo Artemisa,

diferencia de Venus, no presenta una tanto si el delito del tanuki hubiese sido

marcada femineidad, y también sus cocer a la abuela, como si se hubiera

pechos son pequeños. Si hay alguien que

no le gusta, lo trata con crueldad sin limitado a causarle unos simples

darle importancia. De hecho, al hombre arañazos, el que su castigo fuera

que la espiaba cuando estaba retorcido y malévolo, y que,

bañándose, lo empapó de un manotazo y lógicamente, no le fuese aplicado con

lo convirtió al instante en ciervo. virilidad, es algo ante lo que no queda

Solamente por echarle una furtiva sino asentir con un suspiro. Si, además,
este tanuki enamorado de una coneja La coneja dio un brinco hacia atrás

tipo Artemisa, tal y como manda el para evitar la saliva y le escuchó con

estereotipo, resulta ser un sujeto no muy cara desdeñosa.

bien parecido, incluso para tratarse de —No hay ningún motivo especial

un tanuki, y un gran simplón por el que tenga que alegrarme. ¡Y qué

atontolinado que se limita a comer con cochino eres, escupiendo saliva al

bastos modales, podemos imaginar el hablar! Además, esos dos abuelos eran

trágico desenlace de los mis amigos, ¿no lo sabías?

acontecimientos. —¡Ay, vaya! —dijo el tanuki atónito

El tanuki fue atrapado por el —. No lo sabía, perdóname. Si lo

hubiera sabido, con mucho gusto me

anciano y estuvo a punto de verse hubiera convertido en sopa de tanuki o

convertido en sopa de tanuki, pero lo que hiciera falta —añadió con

quería ver otra vez a aquella coneja, así abatimiento.

que tras mucho patalear y conseguir por —Ahora ya es tarde para decir eso.

fin escapar a la montaña, iba de aquí

para allá buscándola mientras farfullaba, ¡A buenas horas! ¿Acaso no sabías que

hasta que por fin la encontró. yo iba de vez en cuando a jugar a ese

—¡Alégrate! He salvado la vida por jardín y desde la casa me echaban

un pelo. Aprovechando que el abuelo se deliciosas judías o alguna otra cosa de

ausentó, le he dado su merecido a la comer? Y aun así, todavía sueltas la

abuela y he conseguido escapar. Y es mentira de que no tenías ni idea. Eres

que soy un tipo al que acompaña la odioso. Te has convertido en mi enemigo

suerte —se ufanaba con cara de —le anunció despiadadamente.

satisfacción, contando cómo había En este momento, ya bullía en el

conseguido romper el peligroso cerco interior de la coneja el deseo de

que le amenazaba mientras escupía vengarse de alguna manera del tanuki.

La furia de una virgen es terrible. Y si

saliva a diestro y siniestro. encima va dirigida contra un tipo feo,


torpe y estúpido, entonces ya es ¿No ves que apestas? ¡Vete más para

implacable. allá! Te has comido un lagarto, ¿verdad?

—Perdóname. De verdad que no lo Lo sé porque me lo han contado. Y

también, ¡ja, ja, ja!, ¡qué gracia!, me han

sabía. No estoy mintiendo. Créeme, por dicho que te has comido una mierda.

favor. —Lloriqueaba e imploraba con un —Eso es ridículo —sonrió

tono desagradablemente insistente, y se débilmente el pesaroso tanuki, aunque,

ponía a estirar el cuello inclinando la por algún motivo, pareció incapaz de

cabeza, cuando descubrió al lado una

bellota caída, que se apresuró a recoger negarlo con energía, y añadió también

y engullir, tras lo cual echó una rápida sin fuerza—: No habrás creído eso, ¿eh?

mirada en derredor con cara de «¿no hay —mientras se limitaba a torcer el gesto.

más?». Prosiguió—: De verdad que, —No te hagas el fino, que no te

cuando te enfadas conmigo, me entran creo. Que ese olor que sueltas no es

ganas de morirme. simplemente mal olor —continuó

—¿Qué estás diciendo? Pero ¡si solo atacando implacable la coneja, sin

piensas en comer! —continuó desdeñosa inmutarse. De pronto, como si pensara

la coneja, mientras se giraba en otra cosa totalmente distinta, se le

rápidamente de costado—. Además de ocurrió alguna idea maravillosa y,

lujurioso, eres de lo más guarro que he brillándole los ojos, se volvió hacia el

tanuki con cara de estar conteniendo la

visto comiendo. risa—. Bueno, entonces, por esta sola

—No me lo tengas en cuenta... Es vez, te perdono. Eh, ¿pero no te he dicho

que tengo hambre —seguía implorando que no te me acerques? Está visto que no

mientras daba vueltas en derredor se puede una descuidar. ¿Qué tal si te

buscando más bellotas—. Si por lo

menos comprendieras cómo sufre ahora limpias las babas? ¿No ves que tienes

mi corazón. toda la barbilla pringosa? Tranquilízate

—Te digo que no te me acerques. y escucha con atención. Por esta vez, y
de manera excepcional, te perdono, pero —Ji, ji, ji —se rio el tanuki con

con una condición. Ese pobre abuelo

ahora debe de estar terriblemente lascivia—: Vaya forma tan antipática de

deprimido y sin fuerzas para salir a la hablar. Así que quieres hacerme

montaña a por leña, así que nosotros dos trabajar, maldita sea. Me siento, me

iremos a cortar leña para él. siento... —empezó a decir, cuando se

—¿Juntos? ¿Tú también vendrás acercó una gran araña, que se apresuró a

conmigo? —preguntó el tanuki con sus devorar de un rápido lengüetazo—: Me

turbios ojillos brillando de felicidad. siento tan feliz que me gustaría llorar

—¿Te disgusta? como lloran los hombres. —Y sorbiendo

—Pero ¿cómo va a disgustarme? la nariz, lloró ruidosa y falsamente.

Vayamos hoy mismo, ahora mismo —le La mañana de verano era clara y de

ronqueaba la voz de puro contento. un frescor agradable. La superficie del

lago Kawaguchi estaba cubierta de una

—Vayamos mañana, mañana a ligera neblina, que se extendía blancuzca

primera hora, ¿eh? Hoy debes de estar bajo sus ojos. En lo alto de la montaña,

cansado y, además, seguro que tienes el tanuki y la coneja, rodeados también

hambre —dijo extrañamente amable. de niebla matinal, cortaban leña

—¡Muchísimas gracias! Mañana

prepararé algo para llevar de comida y afanosamente. El aspecto del tanuki

trabajaré sin parar hasta reunir kilos y mientras trabajaba, más que el de

kilos de leña. Después los llevaré a casa alguien que se afana con plena

del abuelo. Y entonces, me perdonarás dedicación, era el lamentable de quien

sin falta, ¿verdad? Te llevarás bien está medio enloquecido.

conmigo, ¿verdad? —Uff, uff —resoplaba

—¡Qué pesado eres! Dependerá de exageradamente, blandiendo a diestro y

los resultados que muestres en ese siniestro la hoz para cortar ramas, y

momento. Entonces, a lo mejor decidiré soltaba esporádicos quejidos de «ay,

hacer buenas migas contigo. qué dolor, ay, qué dolor», con la
intención evidente de hacerse escuchar cortar ramas, echó una ojeada al interior

por ella. Iba de un lado para otro como de la caja, y... «¡ah!», lanzó un grito de

loco, obsesionado por mostrarle a la sorpresa tapándose los ojos con ambas

coneja sus esfuerzos y sufrimientos. Así manos. No sé qué podría ser, pero por lo

se revolvía terriblemente, hasta que, visto, en esa caja de almuerzo había

como es lógico, con un «ya no puedo algo terriblemente desagradable. Sin

embargo, hoy la coneja parecía tener un

más» escrito en su fatigado rostro, plan secreto, así que no le soltó ninguna

arrojó la hoz y dijo—: Mira esto, qué te frase despectiva al tanuki, como hubiera

parece. Me han salido ampollas en las sido lo habitual, sino que continuó sin

manos. ¡Ah, me hormiguean las manos! decir palabra, limitándose a exhibir una

Tengo sed. Y también hambre. Y es que aviesa sonrisa que no iba más allá de

vaya un trabajo tan enorme. ¿Qué tal si sus labios. Tras lo cual, volvió

descansamos un poco? Vamos a abrir el

almuerzo, ¿eh? Je, je, je. rápidamente a cortar ramas y, poniendo

Se rio de manera rara, como para cara de no darse cuenta, ignoró las

disimular su vergüenza, y abrió una gran inmundicias que hacía el tanuki llevado

caja de bento de su buen humor. Se había llevado un

buen susto al ver el contenido de la

[11] con los alimentos que comida del tanuki pero, encogiéndose

había traído. Hincó el hocico en esa caja de hombros con impotencia, regresó a su

grande como una lata de petróleo y trabajo de cortar leña. Por su parte, el

empezó a masticar ruidosamente y a tanuki, al verse hoy tratado con tanta

babear mientras engullía su contenido. magnanimidad por la coneja, no cabía en

Ahí, en el comer, sí que demostró sí de gozo, y pensaba: «Vaya, parece que

esta chica, al ver mi varonil forma de

dedicación plena e ininterrumpida. La cortar leña, por fin se siente atraída por

coneja, paralizada por la sorpresa, mí. Si es que no hay mujer que se resista

miraba con rostro atónito y, dejando de a mi atractivo de hombre bien plantado.


¡Ah, qué bien he comido! Me está de almuerzo ya está vacía, así que

terminemos este trabajo cuanto antes

entrando sueño. Qué demonios, vamos a para poder dedicarnos a buscar comida.

echar una siestecita». Relajando su Ambos se echaron a la espalda los

postura y actuando a capricho, se quedó haces que habían cortado y comenzaron

dormido emitiendo fuertes ronquidos. a bajar la montaña.

Mientras dormía, debía de tener algún

necio sueño, pues decía cosas como: —Vete tú delante. En este lugar hay

«¡Las pócimas para enamorar no sirven serpientes y me da miedo —pidió la

para nada, no funcionan!», y tonterías coneja.

por el estilo, sin sentido alguno; hasta —¿Serpientes? No hay nada que

que se despertó ya casi al mediodía. temer de las serpientes. En cuanto le

—Has dormido un buen rato, ¿eh? eche el ojo encima a alguna, la atrapo

—le dijo la coneja con el mismo tono y... —se interrumpió cuando estaba a

amable de antes—: Yo también he punto de decir «me la como», pero se

reunido un buen haz de leña, así que reprimió y añadió—: la atrapo y la

echémonoslo a la espalda y vayamos a mato. No tengas miedo, y camina detrás

dejárselo al anciano en el jardín. de mí.

—Desde luego, en momentos como

—Ah, sí, claro. Eso es —contestó el este, ¡qué tranquilidad contar con un

tejón con un gran bostezo y hombre en quien confiar!

restregándose los brazos—: Vaya un —No me adules —contestó con

hambre que me ha entrado. Con este modestia—. ¡Qué zalamera estás hoy!

hambre, no podía seguir mucho tiempo

dormido. Es que soy muy sensible. —Y Casi me da miedo. ¿No será que quieres

poniendo cara de gran resolución, llevarme a casa del anciano para que me

añadió—: Bueno, venga, voy a reunir yo hagan sopa de tanuki, eh? Ja, ja, ja, a

también rápidamente toda la leña que he otra cosa no sé, pero a eso sí que no

cortado y bajemos la montaña. La caja estoy dispuesto.


—Pero qué... Pues si andas con esas —¿La montaña Kachi-kachi? ¿Esta?

sospechas, ya no te lo pido. Iré yo sola y —Sí. ¿No lo sabías?

ya está. —No, no lo sabía. Hasta hoy no

—No, no, no es eso. Voy contigo. No

le tengo miedo a las serpientes, ni a había escuchado nunca que esta montaña

ninguna otra cosa en el mundo, pero es se llamara así. Pero vaya un nombre tan

que precisamente ese abuelo... no puedo raro. ¿No me estarás mintiendo?

evitar que me caiga mal. ¡Qué odioso —Pero hombre, ¿acaso no tienen

eso de querer hacer sopa de tanuki! De nombre todas las montañas? Aquel es el

entrada, ¡qué cosa tan basta! Y como monte Fuji, aquel el monte Nagao, aquel

mínimo, no creo que ni siquiera tenga el Omuro. ¿No tienen un nombre todos?

Pues por eso, esta montaña se llama

buen sabor. Yo llevaré mi haz de leña Kachi-kachi. ¿Ves? Se oye ese sonido de

hasta el almezo kachi-kachi.

—Sí, lo oigo. Pero ¡qué extraño...!

[12] que está antes de Hasta ahora ni una sola vez había

entrar al jardín de ese abuelo, lo dejaré escuchado semejante sonido aquí. Nací

allí, y luego hazme el favor de llevarlo en esta montaña, y ya son treinta y pico

tú adentro. He pensado que es mejor que los años que en ella vivo, pero esta...

me despida allí. Con solo ver la cara de —¿Cómo? ¿Pero ya eres tan viejo?

ese abuelo, me entra una indescriptible

sensación de desagrado. ¿Eh? ¿Qué es Y eso que el otro día me dijiste que

eso? Vaya un ruido más raro. ¿Qué será? tenías diecisiete años, ¡qué espantoso!

¿No lo oyes tú también? Suena como un Con esa cara llena de arrugas y la

kachi-kachi. espalda un poco curvada, ya me parecía

—¿Y no es eso lo normal? Por eso a mí extraño lo de diecisiete, pero no

esta es la montaña Kachi-kachi creí que te estuvieras quitando veinte

[13] años. O sea que ya estás cerca de los

. cuarenta; vaya, un buen montón de años,


¿eh? complicado, no se puede explicar con un

—No, no, diecisiete, diecisiete, son sí o un no. Tengo y no tengo hermano.

diecisiete. Esta forma que tengo de —Pero todo eso no tiene ningún

andar un poco encorvado, no es de sentido —se cansó la coneja—, ni pies

ningún modo por culpa de la edad. Es ni cabeza.

que como tengo hambre, me sale esa —Sí, verás, en realidad tengo un

postura de manera natural. Treinta y pico hermano mayor. Es duro decir esto, pero

son los años de mi hermano mayor. es un borracho y un maleante. Me

avergüenza mucho y no puedo

Como él siempre lo anda repitiendo, he presentárselo a nadie. Desde que nací

terminado por soltar lo mismo sin darme hace treinta y pico años, no, no, quiero

cuenta. Vamos, que se me ha pegado de decir mi hermano, desde que mi

él. Es solo eso, querida. hermano nació hace treinta y pico años,

Estaba tan nervioso buscando

excusas, que se le escapó la palabra no para de causarme problemas.

«querida». —¿No crees que eso también suena

—¿Ah, sí? —contestó la coneja con un poco extraño? ¿Cómo es posible que

frialdad—. Pues es la primera vez que le causen problemas durante treinta y

oigo que tienes un hermano mayor. ¿No pico años a alguien de diecisiete?

me dijiste una vez algo así como «me El tanuki ya optó por hacer como si

siento muy solo, siempre ando en no escuchara:

solitario, no tengo padres ni hermanos, —En este mundo hay muchas cosas

me pregunto si tú podrías comprender que no se pueden explicar con una frase.

una soledad como la mía»? Entonces, Ahora mismo, para mí, él ya no cuenta

¿qué querías decir con aquello? nada, y es como si no existiera. Le he

repudiado. ¿Eh? Pero qué raro, huele a

—Sí, eso es —ya ni el mismo tanuki quemado. ¿Tú no notas nada?

sabía lo que estaba diciendo—. Es que —No.

desde luego este mundo es muy —¿Tú crees? —El tanuki, como
siempre comía cosas malolientes, no es más que una colina. Pero ¡eh, qué

calor hace de pronto! ¿Será que va a

tenía mucha confianza en su olfato. haber un terremoto? No sé qué pasa hoy,

Giraba su cuello desconcertado—. que todo me da mala espina. ¡Aaah, qué

¿Será por preocuparme demasiado? calor tan terrible! ¡¡¡Aaaaaah!!! ¡Que me

¿Pero qué es esto? ¿No oyes un ruido de quemo, qué horror, me abraso! ¡Socorro,

pachi-pachi boo-boo la leña está ardiendo! ¡¡¡Me abraso!!!

[14] Al día siguiente, el tanuki estaba en

, como si se el fondo de su madriguera, gimoteando:

estuviera quemando algo? —¡Aaah, qué dolor! Finalmente,

—Pues claro que sí. Esta es la puede que también a mí me haya llegado

montaña Boo-boo de Pachi-pachi. la hora de morir. Pensándolo bien, no

—¡Mentirosa! Pero si acabas de hay hombre más desgraciado que yo.

decir hace nada que esta era la montaña Porque nací un tanto bien parecido, las

Kachi-kachi. mujeres, por contra, se cohíben y no se

—Sí, pero en una misma montaña, me acercan. Por lo visto, es una

dependiendo del lugar, los nombres desventaja ser un hombre educado y

pueden ser diferentes. También a media elegante. A lo mejor se piensan que a mí

altura del Fuji hay una montaña llamada no me gustan las mujeres. ¿Pero qué

Fuji Menor; y el monte Omuro o el creéis? No soy ni mucho menos un santo.

¡Claro que me gustan las mujeres! Y sin

Nagao, ¿no están ambos unidos al monte embargo, parece que ellas creen que soy

Fuji? ¿Es que no lo sabías? un idealista que busca una mujer

—No, no lo sabía. Me pregunto si perfecta y ni siquiera intentan

será así, porque ese nombre de la seducirme. Llegados a este punto, me

montaña Boo-boo de Pachi-pachi en mis

treinta y pico años... Quiero decir, dan ganas de echar a correr como un

según cuenta mi hermano mayor, esto no loco diciendo a gritos: «¡Me gustan las
mujeres!». ¡Ay, pero cómo me duele! Así reflexionaba una y otra vez,

¡Cómo me duele! Me parece que estas golpeándose la cabeza. En ese momento,

quemaduras no se van a curar

fácilmente. Me entran punzadas de escuchó la voz de un vendedor

dolor. Ahora que por fin me alegraba de ambulante pregonando sus mercancías,

haber escapado del guiso de tanuki, he que le llegaba desde el exterior de la

caído en la trampa de la incomprensible madriguera.

montaña Boo-boo, que ha terminado con —¡Traigo pomada de Senkin! ¡Para

mi suerte. Esa montaña es una montaña sus quemaduras, heridas, para la piel

de lo más mezquina. Qué cosa tan renegrida!

terrible, hacer arder la leña con ese El tanuki, más que por las

boo-boo. En treinta y pico años... —Se quemaduras o las heridas, se sintió

interrumpió mirando en derredor—. atraído por lo de la piel renegrida.

Bueno, y por qué ocultarlo, este año —¡Eh, eh, pomada de Senkin!

—Al momento. ¿Desde dónde me

cumplo los treinta y siete. Sí, sí, ¿y qué llama?

pasa? En cuanto pasen otros tres años, —Aquí, dentro de la madriguera.

ya tendré cuarenta, como es evidente. Es ¿También sirve para aclarar la piel

una conclusión perfectamente natural, demasiado oscura?

¿acaso no basta con verme? ¡Ay, pero

qué dolor! Sin embargo, el caso es que —Pues claro. Y en un solo día.

en mis treinta y siete años de vida, me —Ajajá —se alegró el tanuki,

he criado y jugueteado en esa colina, y saliendo a rastras de la madriguera—.

ni una sola vez me ocurrió una cosa tan ¿¡Eh, pero si eres la coneja!?

extraña y terrible como esta. Que si la —Bueno, sin duda soy un conejo,

montaña Kachi-kachi, que si la montaña pero soy macho, y vendedor de

Boo-boo, hasta el nombre le viene medicamentos. En realidad, llevo treinta

extrañamente bien. ¡Qué inexplicable es y pico años recorriendo esta zona con

todo! mis productos.


—Pfuuu... —suspiró el tejón de Boo-boo de Pachi-pachi, bueno,

agitando la cabeza—. Sí que hay sucedió algo espantoso, me llevé un gran

parecidos entre los conejos. ¿Treinta y susto...

pico años? Vaya, ¿usted también? El conejo, sin poder contenerse,

Bueno, dejemos de hablar del paso del soltó una risita. El tanuki no supo por

tiempo. No tiene maldito interés. ¿No qué se reía el conejo, pero, arrastrado,

resulta pesado? Bueno, pues por eso — se rio él también:

—Cierto, ¿verdad? No hay cosa más

farfullaba dando vueltas al asunto para tonta y absurda que esta. Le voy a dar un

disimular—. Por cierto, ¿no me podrá consejo: evite en particular esa montaña

dar un poco de esa medicina? Resulta a toda costa. Al principio se pasa por

que tengo algunas molestias y una montaña llamada Kachi-kachi, que

preocupaciones.

—¡Oh, pero qué quemaduras tan luego lleva a esa otra de Boo-boo de

terribles! Esto no se puede dejar así. Si Pachi-pachi, y ahí está el gran peligro.

no se cuidan, va usted a morir. Suceden cosas espantosas. En fin, que es

—No, si lo que tengo son ganas de mejor no pasar más allá de la montaña

morirme de una vez. Más bien, lo que Kachi-kachi y despedirse en ese

me preocupa es, ¿cómo decirlo?, mi momento del lugar. Si uno comete el

aspecto... error de penetrar en la Boo-boo, al final,

—Pero ¿qué está usted diciendo? Si ya ve, se acaba como yo. ¡Ay, qué dolor,

está justo en el filo entre la vida y la qué dolor! ¿Comprende usted? Se lo

muerte. La espalda es lo que tiene peor, advierto de veras. Usted, que parece que

¿verdad? ¿Pero se puede saber qué le ha todavía es joven, escuche las palabras

de alguien entrado en años como yo.

pasado a usted? Bueno, no tan entrado en años; pero, de

—Pues verá... —empezó el tanuki, todas formas, no se lo tome como una

torciendo el gesto—, nada más poner los tontería, y acepte con respeto este

pies en esa montaña de nombre estúpido consejo de amigo, por favor. Mire que le
—No, ja, ja, para nada. Solo es que

está hablando alguien que ya ha pasado me gustaría echarle una ojeada. Me

por ello. ¡Ay, ay, pero cómo duele! preguntaba qué color tendría.

—Muchas gracias. Tendré cuidado. —El color es como el de cualquier

Bueno, entonces, ¿qué hacemos con el otra pomada. ¿Está bien así? —Y echó

medicamento? Como agradecimiento por

el atento consejo que acaba de darme, una pizca en la palma de la mano que

no le cobraré nada por el producto. extendía el tanuki.

Déjeme que le aplique la pomada sobre Rápido como una centella, el tanuki

las quemaduras de la espalda. Ha tenido estuvo a punto de untarse la cara con la

lugar la feliz coincidencia de que yo gota de pomada, pero el conejo,

pasara por aquí precisamente en este sorprendido, consiguió apartarle la

momento, porque, si no, es posible que mano, no fuese a ser que por algo así se

dentro de poco estuviera usted muerto. descubriera el verdadero contenido del

Debe de ser algún tipo de medicamento.

predestinación. Algo que nos ha unido. —¡Eh, no debe usted hacer eso! Para

—Sí, es posible que estuviéramos untar en la cara es una pomada un poco

fuerte. Ni hablar.

destinados a encontrarnos. —Y —¡No, suélteme! —se revolvía el

gimiendo en voz baja, el tanuki tanuki insistiendo sin amilanarse—. Se

prosiguió—: Bueno, si es gratis, lo pido por favor, suélteme el brazo. No

dejaremos que nos lo unten. puede usted comprender mis

Últimamente estoy empobrecido, y es

que el enamorarse de las mujeres cuesta sentimientos. Por culpa de este rostro

dinero, por desgracia. De paso, ¿no renegrido, desde que nací hace treinta y

podría echarme una gota de esa pomada pico años, la vida tan gris que he tenido

también en la palma de mi mano? que llevar... No podría usted

—¿Para qué? —preguntó el conejo comprenderlo. Suélteme, suélteme el

con rostro intranquilo. brazo. Se lo pido por favor, deje que me


lo aplique en la cara. que mi piel se vuelva más blanca, ¡qué

El tanuki terminó por apartar de una importa morir! Vamos, vamos, úntemelo.

patada al conejo, y con una celeridad No se cohíba usted y embadúrneme

que se escapaba al ojo, se embadurnó la generosamente todo el cuerpo, por favor.

cara con la pomada. Se había vuelto un espectáculo

—Como mínimo, creo que mi cara, dolorosamente patético.

la forma de la nariz y los ojos, no está ni Sin embargo, la crueldad de una

mucho menos nada mal. Pero andaba virgen consciente de su belleza no

desalentado solo por culpa de esta piel conoce límite. Casi igual a la del diablo.

tan oscura. Ahora ya no habrá problema. Se levantó con toda su sangre fría y se

puso a cubrir toda la piel quemada del

¡Ah! Pero qué terrible es esto. Siento un tanuki con gruesas capas de aquella

picor imparable. ¡Qué pomada tan pomada de guindillas. Al momento, el

fuerte! Claro que si no fuera un tanuki se revolcaba, levantándose y

medicamento tan fuerte como este, creo cayendo una y otra vez.

que no sería eficaz para remediar la

negrura de mi rostro. ¡Ah, qué terrible! —Hum... Esto no es nada. Este

Pero hay que tener aguante. Maldita sea, medicamento es verdaderamente eficaz.

la próxima vez que esa tía se encuentre ¡Ah... qué terrible! Denme agua, por

conmigo, se quedará fascinada, favor. Pero ¿dónde estoy? ¿Es el

embelesada ante mi rostro... ju, ju, ju... infierno? Perdón, por favor. No

Y no quiero saber nada si luego sufre de recuerdo haber hecho nada por lo que

amor por mí. Que no me hago merezca ir al infierno. Solamente porque

responsable, ¿eh? ¡Ah, qué escozor! Este no quería convertirme en sopa de

medicamento sí que funciona. Venga, tanuki, acabé con aquella abuela. No

pues ya puestos, en la espalda o donde tengo ninguna culpa. Desde que nací

sea. Úntemelo usted por todo el cuerpo. hace treinta y pico años, por culpa de mi

piel renegrida, ni una sola vez he

Total, no me importa morir. Con tal de gustado a las mujeres. Y además, por
culpa de mi gula... ¡ah, no sé la de todas las heridas con pasta de

veces que me he visto en situaciones guindillas, por lo cual pierde la

incómodas! Nadie me comprende. Soy consciencia de tanto sufrir; y, por

último, como colofón, le suben a una

un solitario. Soy una buena persona. barca de barro para que se hunda en el

Creo que mi cara no está nada mal. fondo del lago Kawaguchi. Realmente,

Sufría tanto, que soltaba sin parar no hay ni el menor lado bueno. Sin duda,

lastimosas frases inconexas, hasta que la

cosa terminó en que perdió el esta también puede ser considerada

conocimiento y cayó en redondo. como una historia de desgracia acaecida

Sin embargo, la desgracia del tanuki por culpa de una mujer, pero, aun así,

no acabó aquí. Incluso yo, que soy el dentro de ese género de perdición por

autor, no puedo evitar suspirar mientras una mujer, resulta demasiado áspera. No

escribo. Con toda probabilidad, no creo hay ni un solo momento de buen gusto.

que encontremos en toda la Historia del El tanuki pasó tres días en su

Japón apenas personaje alguno que haya escondrijo con un hálito tan débil como

tenido una parte final de su vida tan el de un insecto, medio vivo medio

inexorablemente dirigida a la desgracia. muerto, errando, ahora sí, en la frontera

Tras conseguir escapar de la sopa de entre la luz y las tinieblas, hasta que al

cuarto día, acosado por un hambre

tanuki a que estaba destinado, sin salvaje, consiguió apoyarse en un bastón

apenas darle tiempo para alegrarse, en y salir medio a rastras de la madriguera,

la montaña Boo-boo sufre grandes farfullando esto y aquello por lo bajo,

quemaduras sin causa aparente y, mientras buscaba aquí y allá algo de

salvando la vida por un pelo, consigue

llegar arrastrándose a duras penas hasta comer, andando con un aspecto tan

su madriguera, donde se halla lastimoso que no admite comparación.

gimoteando con el gesto torcido, para Sin embargo, como en el fondo era de

encontrar que esta vez le embadurnan constitución fuerte, antes de que pasaran
diez días ya se había recuperado por

completo. Y si su gula había vuelto por psicología incomprensible. Vosotros,

sus fueros con las mismas ganas que queridos lectores, haréis bien también

antes, su apetito sexual también había en andaros con cuidado. Cuando el ir de

rebrotado un poco; así que, aunque visita a una casa supone, por algún

debería haberse quedado quietecito, le motivo, un gran esfuerzo o una

dio por ir de nuevo a la morada de la incomodidad, y aun así, aunque con

coneja, como si nada hubiese pasado. desgana, se decide ir,

—He venido a estar un rato contigo, sorprendentemente, la gente de esa casa

ju, ju —se rio vergonzoso y lascivo. se alegra de vuestra visita desde el

—¡¿Eh?! —se sorprendió la coneja fondo de su corazón. Por contra, cuando

con evidente cara de terrible desagrado. vais pensando «¡Ah, qué agradable es

aquella casa, me siento casi como si

Un sentimiento tipo: «Pero ¿cómo, eres estuviera en la mía, o incluso todavía

tú?»; o mejor dicho, aún peor, algo del mejor, es el único refugio donde olvidar

estilo: «¿Pero por qué vienes otra vez?» las penas, no hay cosa más agradable

o «¡Pero qué cara más dura tienes!». No, que el ir de visita a aquella casa!», etc.,

no, todavía peor. Algo como «¡Ah, qué

insoportable!» o «Ha llegado el gafe». por lo general, los habitantes de dicho

Pero no, no, todavía peor que eso. hogar se sienten indeciblemente

«¡Asqueroso!, ¡apestoso!, ¡muérete!». molestos. Os ven como una presencia

Algo en esta línea de desagrado extremo sucia, os temen y están deseando que os

era lo que en ese momento se reflejó a marchéis cuanto antes. Seguramente, el

las claras en el rostro de la coneja. Sin hecho de desear un refugio en casa ajena

embargo, el tipo de visitante a quien para olvidar las penas es ya una prueba

nadie desea invitar, es un sujeto que no de estupidez, pero, de todas maneras, en

se da cuenta ni de lejos del sentimiento lo que se refiere a las visitas, resulta

de disgusto del dueño del lugar que sorprendente lo equivocado que suele

visita. Realmente, se trata de una llegar a estar el visitante. Creo que, si


no tenemos un motivo concreto que nos me protege. Soy un tipo con suerte. Esa

lleve allí, por muy próxima que sea la montaña de Boo-boo me importa menos

relación con un determinado hogar, es que el pedo de un kappa

mejor no acudir con demasiada [15]

frecuencia. Quien dude de este aviso del . Por cierto

que la carne de kappa debe de saber

autor, hará bien en ver lo que le sucede bastante bien. Tengo que hacer lo que

al tanuki. Ahora mismo está clarísimo sea para probarla un día de estos.

que el tanuki está cometiendo un Bueno, ese es un tema aparte. Pero vaya

espantoso error de apreciación. No ha un susto el del otro día. Y qué manera

interpretado bien ese «¡¿Eh?!» y la cara tan tremenda de arder, la de ese fuego.

de disgusto de la coneja. Para el tanuki, ¿Qué tal te fue a ti? No parece que

ese grito de «¡¿Eh?!» ha sido solo de

sorpresa ante su inesperada visita, con tengas ninguna herida. Menuda suerte

un tono de regocijo añadido, un gritito haber podido escapar sin daños en

inocente propio de una virgen, emitido medio de todo aquel fuego.

de forma inconsciente, un —No salí del todo indemne, no

estremecimiento de alegría. Y la creas —respondió cínica y fríamente la

expresión de la coneja frunciendo el coneja—. Pero tú, ¡vaya un

ceño la malinterpreta, de nuevo, como comportamiento tan odioso que tuviste!

una muestra indudable del sufrimiento ¿Pues no me dejaste sola en medio de

que sentía por lo que le sucedió el otro aquel fuego y te escapaste a todo correr?

Me cocía en medio de todo aquel humo

día en la tragedia del monte Boo-boo. y por poco no me muero. Te odié de

—Gracias —expresó su veras. Está claro que, en momentos

reconocimiento aun cuando ella no le como ese, es cuando aparece la

había dirigido ninguna muestra de verdadera naturaleza de cada uno, ¿no

preocupación—. No tienes por qué crees? Esta vez ya he visto claramente

inquietarte, ya estoy bien. Dios siempre cuál es la tuya.


pensé que no hay que dejar de probarlo

—Lo siento. Perdóname, por favor. todo en esta vida, así que consentí que

En realidad, yo también terminé muy me untara su pomada. Sin embargo, se

mal, con unas quemaduras terribles. mire como se mire, aquello no era un

Después de todo, quizá ni Dios ni nadie simple medicamento. Es mejor que tú

esté protegiéndome, porque no dejan de

ocurrirme desgracias, una tras otra. No andes también con cuidado, no bajes la

creas que en ningún momento dejé de guardia un momento, porque sentí como

preocuparme por lo que hubiera podido si por lo más alto de mi cabeza estuviera

pasarte a ti, pero cuando sentí que de pasando un tornado chirriante y de

pronto comenzaba a arderme la espalda, pronto me desplomé inconsciente.

no tuve tiempo ni de ir a salvarte, ni de —Puaf —replicó despectiva la

nada. ¿Pero no lo comprendes? De coneja—. ¿Y no te está bien empleado?

ninguna manera soy un hombre desleal. Has tenido tu castigo por ser tan tacaño.

Unas quemaduras así son algo que no se Como viste que era gratis, entonces te

puede tomar a la ligera. Y luego está lo decidiste a probar el medicamento. No

de la pomada esa de Senkin o Senki o sé cómo pudiste hacer algo tan vulgar, y

encima contármelo sin avergonzarte.

como se llame, que hay que evitar. Ese —¡Qué cosas tan terribles dices! —

sí que es un medicamento odioso. Por no dijo el tanuki en voz baja. Pero, aparte

servir, ni siquiera sirve para aclarar la de eso, no pareció sentir ninguna otra

piel oscura. cosa en especial, sino que simplemente

—¿La piel oscura?

—¿Eh, qué? Ah, nada, un continuó como arrobado por el calorcito

medicamento oscuro y espeso, de la felicidad de estar junto a alguien

demasiado fuerte, vaya. Un sujeto muy que le gustaba; y así, como lo más

parecido a ti, pequeño, un tipejo raro, natural del mundo, tomó asiento en aquel

me dijo que no me cobraba el lugar. Con sus ojos brumosos como los

medicamento. Entonces me dejé llevar y de un pez muerto, miró en derredor,


atrapó un pequeño insecto y lo engulló ¡Estaba buenísima! Yo no es que sea

diciendo—: Pero con todo, soy un torpe, no, nada de eso, pero no consigo

hombre afortunado. Por muchas atrapar las tencas ni ningún otro animal

desgracias con que me tope, siempre que esté en el agua, así que, aunque sé

consigo salir con vida. A lo mejor, sí que están muy ricas, han pasado desde

que me protege Dios. Me alegro mucho entonces treinta y pico años y... Que no,

de que tú también terminaras a salvo y que no... ja, ja, ja... Otra vez se me ha

ahora que yo también estoy repuesto de pegado la muletilla de mi hermano. Es

mis quemaduras como si nada, podemos que a mi hermano también le gustaban

estar otra vez así los dos hablando las tencas.

—Ah, ya, claro —le siguió la

tranquilamente. ¡Ah, me siento corriente la coneja, con la cabeza en

exactamente como en un sueño! otra cosa—. Yo, por mi parte, no es que

La coneja tenía desde el principio tenga ganas de comer tenca, pero ya que

unas ganas enormes de que se marchase a ti te gustan tanto, estoy dispuesta a

de una vez. Sentía un desagrado tal, que

se quería morir. Tenía que encontrar, acompañarte ahora para atrapar alguna.

como fuese, la forma de que el tipo se —¿De verdad? —El tanuki no cabía

marchase por fin de su hogar, así que se en sí de gozo—. Pero es que esas

le ocurrió de nuevo un plan diabólico. dichosas tencas son muy rápidas. Una

—Oye, ¿tú sabías que en este lago vez que intenté coger una, estuve a punto

Kawaguchi nadan hasta rebosar unas de convertirme en un fiambre ahogado

tencas deliciosas? —dijo, confesando excepcionalmente

—No, no lo sabía. ¿De verdad? — uno de sus fracasos pasados—. ¿Será

Los ojillos del tanuki brillaron de que tú has pensado alguna buena manera

inmediato—. Cuando yo tenía tres años, de hacerlo?

mi madre me trajo una tenca que había —Si se utiliza una red, no tiene

ninguna dificultad. Cerca de la costa del

atrapado para que me la comiese. islote de Uga últimamente se concentran


muchas tencas de gran tamaño. Vayamos lloraba falsamente, añadió

allí, ¿eh? ¿Tú sabes remar? aprovechando la ocasión—: Y ya

—Hum... —empezó con un leve puestos, ¿por qué no me construyes tú

sola esa barca tan resistente? Por favor,

suspiro—: Bueno, sí, remar, puedo te lo suplico. —Y tras una petición tan

remar. Si me pongo a ello, no es nada — descarada, añadió—: Quedaré en deuda

mintió con dificultad. contigo por esto. Mientras construyes

—¿Así que puedes remar? — esa barca tan resistente para mí, yo

contestó la coneja simulando creerle,

aunque sabía que le había soltado una prepararé el almuerzo. Estoy seguro de

trola para presumir—. Entonces es que podría llegar a ser un estupendo

perfecto. Tengo un barquito pequeño, encargado de intendencia.

pero es tan tan pequeño, que no —Seguro que sí —continuó la

podemos subir los dos. Además está coneja simulando creer esa arbitraria

hecho de maderas muy finas y de forma opinión del tanuki, asintiendo

muy chapucera, por lo que entra agua dócilmente. Ante lo cual el tanuki se

por todos los sitios y es peligroso. A mí sonrió pensando cuán inocente era la

no me importa lo que me pase, pero no gente de este mundo.

quiero que te pase nada a ti, así que En este mismo instante se decidió la

vamos a construir tu barca juntos ahora, trágica suerte del tanuki. Que en el

interior de esa persona que siempre cree

uniendo nuestras fuerzas. Como una todas las trolas que uno dice, con

barca de madera como la mía es frecuencia puedan albergarse terribles y

peligrosa, vamos a hacer la tuya más diabólicos planes, era algo que

resistente, amasando barro. desconocía el necio y despistado tanuki.

—No sé cómo agradecértelo. Voy a

echarme a llorar. Por favor, déjame que De buen humor, andaba por ahí

llore. ¿Por qué será que enseguida me sonriente.

entran ganas de llorar? —Y mientras Salieron juntos hacia la ribera del


lago. Sobre la blanquecina superficie

del Kawaguchi no había ni una ola. La habilidosa, a lo mejor puedo llevar una

coneja se aprestó a amasar barro y a existencia de diversión y lujo mientras

emplearse a fondo en construir eso que vivo de su trabajo, etc.». Y así, además

llamaba una barca resistente, mientras del atractivo sexual, comenzó a acosarle

que el tanuki repetía «siento las otro tipo de deseo, que le hizo

molestias», «siento las molestias», y reafirmarse en su intención de pegarse

correteaba y daba saltitos por los como fuera a esta mujer y no separarse

alrededores preocupado únicamente por nunca de ella.

encontrar alimentos para su merienda. Con gran decisión, se subió a la

Para cuando el viento del atardecer barca.

empezó a soplar suavemente y la —Seguro que a ti también se te da

de maravilla remar, ¿verdad? Por

superficie del lago se cubrió de supuesto que yo, algo como remar en una

pequeñas olas, la barquichuela de barro barca, vaya, no es que no sepa, claro

relucía con el color del acero e iniciaba que no, ni mucho menos, pero hoy me

su singladura. gustaría comprobar el buen hacer de mi

—Bueno, no está nada mal —

comentó alborozado el tanuki mientras esposa en la faena —soltó con un

subía en primer lugar a la barca aquella descaro cada vez más desagradable—.

caja de almuerzo grande como una lata En mis tiempos, me llamaban cosas

de petróleo—. Hay que reconocer que como el rey del remo o el maestro del

eres una chica muy mañosa, ¿eh? Y es remo, pero he pensado que hoy me

que vaya una barca más bonita que has gustaría ir tranquilamente tumbado y ver

conseguido hacer en un santiamén. Una cómo lo haces tú. A mí no me molesta,

técnica prodigiosa —la elogió de una así que une con una cuerda la proa de mi

manera que sonaba increíblemente falsa. barca a la popa de la tuya, por favor. Si

Y secretamente, el tanuki pensó: «Si morimos, que sea juntos, no me gustaría

consigo casarme con esta mujer tan que me dejases solo.


Y tras decir estas desagradables de sabihondo con la anécdota del pinar

palabras que sonaban a mal agüero, se que aparece en las cajas de tabaco

tumbó extenuado en el fondo de su barca Shikishima, que es un diseño realizado a

de barro. partir del pinar de esta isla. Puesto que

Por su parte la coneja, al oír que el es algo que escuché de una persona de

fiar, no creo que el lector tampoco

tanuki le pedía unir las dos barcas, se pierda nada creyéndome. Claro que,

sobresaltó pensando si este estúpido no como en nuestros días el tabaco

estaría sospechando algo. Pero tras Shikishima ya ha desaparecido, esta es

estudiar disimuladamente su rostro, vio una anécdota por la que los jóvenes

que no había por qué preocuparse, pues

el tanuki se las prometía muy felices lectores no mostrarán el menor interés.

sonriendo libidinoso y se notaba que ya Me he dedicado a presumir de saber

había comenzado su andadura por el cosas sin ninguna importancia. Y es que

mundo de los sueños. «Despiértame dárselas de listo, al final, siempre acaba

cuando consigas alguna tenca. Y es que en un resultado tan tonto como este.

hay que ver qué ricas que están. Ya Bueno, solamente los lectores que hayan

tengo treinta y siete años». Y todo tipo nacido hace más de treinta y tantos años

de sandeces murmuradas medio en se acordarán difusamente con un «ah,

sueños. La coneja sonreía despectiva, y ¿aquellos pinos?», al igual que el

tras atar la barca de barro del tanuki a recuerdo de los juegos de geishas o

la suya, comenzó a golpear con un cosas similares y poner cara de

aburrimiento será, posiblemente, a lo

chapoteo la superficie del agua con el más que llegarán.

remo. Las dos barcas fueron alejándose Pues bien, la coneja se quedó

sin dificultad de la orilla. arrobada contemplando esta visión al

El pinar del islote de Uga bañado atardecer del islote de Uga, y susurró:

por el crepúsculo parecía un incendio.

Aquí, el autor va a permitirse presumir —¡Oh, qué paisaje tan hermoso!


Esto es realmente muy curioso. Se como la espuma de la cerveza, que no

puede pensar que a alguien malvado en permite ver el peligro que hay debajo.

extremo, cuando está a punto de cometer

un crimen cruel, no le sobra la Una situación donde se ocultan las

disposición de ánimo necesaria para sensaciones a flor de piel mediante la

quedarse arrebatado ante la belleza de moral, y a eso se le llama idiocia o

un paisaje, pero esta hermosa virgen de maldad. En esas películas americanas

dieciséis años entrecerraba los ojos que no hace mucho estaban de moda en

admirando la vista del islote al el mundo entero

atardecer. En verdad que entre la [16]

Inocencia y el Mal no hay mayor , salían por doquier

separación que el grosor de una hoja de machos y hembras jóvenes con este tipo

papel. Esos hombres a los que se les cae de «pureza», pululando de aquí para allá

la baba ante una chica caprichosa que no como impulsados por un resorte, sin

saber qué hacer con esos sentidos que

conoce los sufrimientos de la vida, con les hormiguean a flor de piel. No es por

unas maneras tan presuntuosas que dan retorcer las cosas buscando culpables,

ganas de vomitar, y que exclaman por pero daría para pensar si el origen de

ello: «¡Ah, la pureza de la juventud!», esa expresión de «pureza de la

harán bien en tener mucho cuidado. Lo juventud», no habría que buscarlo

que esos hombres llaman «la pureza de precisamente en los Estados Unidos.

la juventud» y demás, a menudo, como

sucede con el caso de esta coneja, Esas cosas del tipo de «¡qué divertido

guarda en su seno un impulso de matar es esquiar, venga, vamos!»; para luego,

junto a un tipo de placentera embriaguez, por otro lado, cometer sin el menor

conviviendo ambas pulsiones de la reparo un crimen estúpido. Si no es

manera más natural, en un baile sensual idiocia, entonces es maldad pura. O

y desacompasado donde no se distinguen quizá lo que llamamos el Mal sea, en su

bien unos sentimientos de otros. Es origen, la Estupidez. Pequeñita, esbelta,


con manos y pies delicados, comparable que se hunde! De todo lo que veo, como

a aquella Artemisa, diosa de la Luna, mínimo tengo la certeza de que esto se

nuestra conejita virgen de dieciséis años está hundiendo. Para ser una broma, es

también, por desgracia, ha pasado de demasiado pesada. Esto es

golpe de ser un personaje muy prácticamente un acto de violencia. ¡Ah,

interesante a convertirse en algo vulgar. que se hunde! Eh, ¿cómo me vas a

¿Así que se trata de simple idiocia? compensar de esto? ¿No ves que se va a

Ante eso ya no se puede hacer nada, echar a perder la caja de la merienda?

¿no? En esta caja hay unos macarrones con

lombrices espolvoreados con mierda de

—¡Aaah! —surgió una extraña voz a comadreja. ¿No es una pena? ¡Glup!

los pies de la coneja. ¡Ah, ya he empezado a tragar agua! ¡Eh,

Nuestro querido hombre, que era de te lo ruego! Déjate de una vez de bromas

todo menos puro y que tenía ya treinta y pesadas. ¡Eh, eh, pero no cortes esa

siete años, estaba chillando como un

principito tanuki: cuerda! Si hay que morir, que sea juntos.

—¡Agua! ¡Está entrando agua! ¡Estoy Los esposos vuelven a casarse tras la

en peligro! reencarnación, están amarrados por un

—Vaya un escándalo que armas. Si destino que, aunque se intente, no puede

solo es una barca de barro. Claro que cortarse... ¡Ah, no, la has cortado!

terminará por hundirse. ¿No lo sabías? ¡Sálvame, por favor! No sé nadar. Lo

—No lo entiendo. Me resulta confieso. De joven podía nadar un poco,

incomprensible. No tiene lógica. Algo pero con treinta y siete años, los tejones

así es imposible. No puedo creer que tenemos endurecidas las articulaciones

tú... no, no puede ser cierto, que tú aquí y allá, y ya no hay manera de que

quieras que yo... es algo propio de un podamos nadar. Lo confieso. Tengo

treinta y siete años. La verdad es que te

demonio. No, no entiendo absolutamente llevo demasiados años. ¡Tienes que

nada. ¿Pero tú no eras mi esposa? ¡Ah, tratar con cariño a la gente mayor! ¡No
olvides el debido respeto a los dijo:

ancianos! ¡Glup! Ah, eres una buena —¡Ay, qué sudor tan horrible!

Y bien, ¿pretende ser esto una

chica, ¿eh? Así que, como eres una especie de advertencia contra la lujuria?

buena chica, alárgame por favor ese ¿O será una historia en clave

remo que tienes en la mano para que humorística para proponernos el amable

pueda agarrarme a él... Ay, ay, ay, ¿pero

qué haces? ¿No ves que eso duele? consejo de «ni te acerques a una

Cómo se te ocurre golpearme la cabeza preciosa virgen de dieciséis años»?

con ese remo... Conque esas tenemos, Aunque también es posible que, ya que

¿eh? Muy bien, entendido. Así que por mucho que alguien nos guste, ir a

quieres matarme, ¿eh? He comprendido. visitarlo continuamente hasta ponerse

El tanuki, al llegar a las puertas de pesado puede hacernos finalmente tan

la muerte, por primera vez se dio cuenta odiados que incluso podamos encontrar

de las intenciones diabólicas de la el horrible destino de ser asesinados,

coneja, pero entonces ya era demasiado estemos ante una especie de tratado

tarde. didáctico sobre la cortesía y los buenos

«Pokan, pokan», sonaba implacable modales, que quiere enseñarnos a

el remo al llover sobre su cabeza. El observar la moderación.

O también, más que una visión moral

tanuki se hundía y volvía a salir a flote sobre el Bien y el Mal, quizá se quiera

sobre la superficie del lago, que relucía dar a entender, bajo la forma de una

rojiza a la luz del atardecer, y gemía: historia cómica, que en este mundo la

—¡Ay, ay, ay, qué dolor! ¡Qué

espantosa eres! ¿Qué mal te he hecho yo gente es capaz de llegar a maldecir,

a ti? ¿Es un delito el enamorarse? castigar, premiar o dominar a otros

Se hundió de golpe, y ya no volvió a simplemente por una diferencia de

salir. percepción en los gustos.

La coneja se enjugó el rostro. Y Pero no, no, sin apresurarse a sacar


ese tipo de conclusiones propias de los sus fuerzas para sacar al país de la

críticos literarios, ¿no basta con tener en difícil situación en que se encuentra.

cuenta las últimas palabras del tanuki Una especie de sencillo juguete que

cuando estaba a punto de morir? pudiera servir para el caso, y por eso,

A saber: «¿Es un delito el aunque últimamente sufro leves ataques

enamorarse?». de fiebre que me debilitan, me dedico a

No creo que exagere si digo que, avanzar en su escritura poco a poco, en

desde tiempos remotos, el tema los ratos libres que me permiten el

principal de las historias tristes en la trabajo obligatorio al servicio de la

literatura mundial pende en torno a esta patria o cosas como arreglar los

sola frase. En toda mujer anida oculta desperfectos que el rastro de la guerra

deja en mi casa. «El lobanillo

esta despiadada coneja y en todo

hombre siempre chapotea a punto de desaparecido», «La historia de

ahogarse este buen tanuki. Esto es una Urashima», «La montaña Kachi-kachi»

verdad clara y meridiana, como y, a continuación, «Momotaro» y «El

atestigua también el inexorable historial gorrión de la lengua cortada», con lo

de experiencias de este autor a lo largo cual ya tendría terminado estos Cuentos

de treinta y pico años. Y, seguramente, el de cabecera, pensaba yo en mi plan

tuyo también, querido lector. original. Sin embargo, la historia de

Punto y final. Momotaro ya se ha esquematizado casi

hasta el límite. Su personaje se ha

El gorrión de la convertido poco menos que en un

lengua cortada símbolo del aguerrido joven japonés

[17]

Me planteé estos Cuentos de cabecera ,

como un humilde solaz que pudiera por lo que, más que un cuento, ofrece un

ofrecer para el escaso tiempo libre de contenido más próximo al de un poema o

aquellos que están luchando con todas un cantar. Por descontado que para mi
historia pensaba en un principio refundir De todas las criaturas perversas de

en mi crisol también este «Momotaro» la mitología griega, la más maligna y

horrible debe de ser, sin duda, aquella

original. En concreto, pensaba dotar a Medusa con infinidad de serpientes en la

esos ogros de la isla de Onigashima de cabeza. Con el entrecejo arrugado por

un odioso carácter maligno adicional. una profunda desconfianza, sus

Mi intención era retratarlos como seres pequeños ojos grises en los que arde un

tan extremadamente malvados y

horribles que no admitiesen vil impulso asesino, unas mejillas

comparación, y que no hubiese más pálidas temblando con furia

remedio que terminar con ellos. Gracias amenazadora, y unos labios finos y

a ello, el sometimiento de los ogros por ennegrecidos, torcidos en un rictus de

parte de Momotaro produciría un rugido odio y desprecio. Y todos y cada uno de

de aprobación entre los lectores, y el sus largos cabellos son serpientes

relato de ese combate donde se transpira venenosas de vientre rojo. Cuando se

el peligro que rodea al protagonista, ven frente a un enemigo, esta multitud de

casi haría saltar el sudor de las manos serpientes venenosas arquean a un

crispadas de todo lector, andaba tiempo sus cuellos en posición de ataque

planeando yo. Cuando un escritor se emitiendo un siseo escalofriante. Se dice

que todo aquel que echara una simple

pone a contar los planes de aquella obra mirada a esta Medusa, le invadía una

que no ha escrito, por lo general indescriptible sensación de desagrado,

fanfarronea ingenuamente de esta se le helaba el corazón, y todo el cuerpo

manera. Que te digo que luego eso no es se le quedaba frío como la piedra. Más

tan fácil de escribir. Bueno, bueno, en

todo caso, haz el favor de escucharme. que terror, repugnancia. Más que al

Es que he cogido carrerilla y me hace cuerpo, un daño al espíritu. Una criatura

ilusión contarlo. Así que, por favor, perversa como esta es el tipo más

escucha sin burlarte de mí. odioso de todos, esa clase de seres a los
que no hay más remedio que someter exige que entren en escena unos seres

cuanto antes. Comparados con esta tan terribles o más que aquella maléfica

criatura, los seres del mundo

sobrenatural japonés resultan sencillos, y desagradable Medusa. De lo contrario,

e incluso adorables. Los fantasmones no conseguiremos que al lector le suden

como ese monje cabezón de los templos las manos crispadas por la emoción. Por

antiguos llamado dainyudo, o el otra parte, si el Momotaro protagonista

karakasa, paraguas de estilo oriental es demasiado fuerte, el lector puede

con su única pierna, se limitan a llegar a sentir lástima de los demonios,

bailotear inocentemente para los con lo que la historia pierde la tensión

valerosos borrachines en sus no menos que conlleva el estar rodeado de

valerosas veladas a la hora de los hirvientes peligros. ¿Acaso incluso un

héroe semiinmortal como Sigfrido no

fantasmas tenía un punto débil un poco más abajo

[18] de su hombro? Y también en el caso de

, y matar así su un héroe japonés como Benkei

aburrimiento. Del mismo modo, los [19] se

demonios de la isla de Onigashima no dice que tenía un punto débil. Así, en

tienen de impresionante más que el cualquier caso, un héroe perfecto y

tamaño, y hasta el mono de esta historia absolutamente imbatible es algo que no

les tira de la nariz y con un... ¡aah!, caen

dando una voltereta y se rinden. No hay va bien a la hora de elaborar una

ni una pizca de terrorífico en todo ello. historia. Y además, sucede que, quizá

Incluso se puede pensar que se trata de porque yo mismo no tengo mucha fuerza,

seres de carácter bondadoso. Con algo creo conocer más o menos la psicología

así el esfuerzo se desinfla, a pesar de las de los débiles, mientras que, aunque lo

molestias tomadas en presentárnoslo intente, la psicología de los fuertes no la

como un relato donde los demonios se conozco al detalle. Y, especialmente,

llevan su merecido. Aquí la historia porque todavía no me he encontrado ni


una vez con alguien tan absolutamente mijo atados al cinto, parte hacia la

poderoso como para resultar invencible, guarida de los ogros, o alguna otra

y ni siquiera he oído a nadie hablar de descripción parecida. Y en cuanto a ese

alguien así. Tengo que decir que soy un perro, mono y perdiz que lo acompañan

autor de imaginación tan pobre que me como vasallos, de ningún modo serían

veo incapaz de escribir ni una línea, ni un trío de ayudantes modélicos, sino que

una palabra, sobre algo que, aunque sea todos tendrían algún tipo de fastidiosa

en pequeña medida, no haya manía, se pelearían de vez en cuando

entre ellos, y probablemente en mi

experimentado por mí mismo. Por ello, a escrito se acercarían más bien al tipo de

la hora de abordar este cuento de relación que encontramos en las

Momotaro, me resultaba de todo punto historias de Saiyuki (Narración del

imposible poner en escena un personaje viaje al Oeste) entre el mono Goku, el

como nunca he visto, tan fuerte y

valeroso que resultara invencible. Mi porcino Hakkai y el kappa Gojo. Sin

Momotaro, por tanto, habría sido alguien embargo, cuando terminé de escribir

que desde pequeño era un llorica, de «La montaña Kachi-kachi» y por fin me

constitución débil, vergonzoso; en una dispuse a acometer mi particular

palabra, un hombre que no vale para «Momotaro», de pronto me asaltó una

nada. Pero que sin embargo, al topar con tremenda languidez. Al menos, aunque

estos odiosos demonios, viles y solo sea este cuento de Momotaro,

canallescos, que destruyen el alma dejémoslo en su sencilla forma original,

humana y la hunden hasta el fondo en el pensé. Esto ya ha dejado de ser un

infierno de la desesperación eterna, del cuento. Es un poema que desde los

escalofrío y del resentimiento, aunque tiempos antiguos, de generación en

generación, ha sido recitado en nuestro

sus fuerzas sean débiles, no puede país a cada japonés. Por muchas

quedar impertérrito, así que se pone en incongruencias que haya en su historia,

pie resueltamente y, con los bollos de no importa. A estas alturas, retorcer el


espíritu llano y generoso de este poema libertad. Pero cuando le llega el turno al

número uno del Japón, por más que se

es una ofensa a todo el Japón. Puesto mire, y aunque se trate de un suponer,

que Momotaro lleva consigo la enseña cuando en este honorable país se habla

de ser el hombre número uno de todo el del número uno, por mucho que uno diga

Japón, este escritor que, ya no es que no que se trata solo de unos Cuentos de

conozca al número uno del Japón, sino

tampoco al dos o al tres, no puede ser cabecera, no está permitido escribir

capaz de escribir sobre este agradable tonterías. Si al ver eso, los extranjeros

hombre número uno del Japón. Cuando dijesen cosas como «pues vaya con el

pensé en aquella enseña de «Momotaro, número uno del Japón», ¡qué vergüenza

el hombre número uno del Japón», me pasaríamos! Por eso, aun a riesgo de

decidí a desechar limpiamente mi plan ponerme pesado, me gustaría insistir en

de escribir mi particular versión de este punto. Los dos viejos de «El

Momotaro. lobanillo desaparecido», el propio

Así que cambié de idea y resolví Urashima o el tanuki de «La montaña

que, con la redacción de la historia del Kachi-kachi» no son, ni de lejos, el

gorrión de la lengua cortada, en número uno del Japón, ¿estamos?;

solamente Momotaro es el número uno

principio daría por terminado mi del Japón, ¿estamos?; y yo no he escrito

Cuentos de cabecera. En este «El la historia de Momotaro, ¿estamos? Si

gorrión de la lengua cortada», igual que delante de ti aparece alguna vez el

en los anteriores «El lobanillo número uno del Japón, es posible que

desaparecido», «La historia de

Urashima» y «La montaña Kachi-kachi», tus ojos se cieguen de por vida ante

no aparece nadie que pueda ser tamaño resplandor. Y bien, ¿has

calificado como «el número uno del comprendido? Los personajes de mis

Japón», por lo que mi responsabilidad Cuentos de cabecera no son ni el

también es leve, y conseguí escribir con número uno, ni el dos, ni el tres del
Japón, y tampoco son lo que se llama llamado el más inútil de todo el país.

«personajes representativos» de nada. Para empezar, su cuerpo es débil. Por lo

Simplemente han sido creados mediante visto, un hombre de cuerpo débil es

la pobre imaginación y las estúpidas considerado por la gente como algo de

experiencias de este autor llamado menos valor aún que un caballo con las

Dazai, y son todos personajes patas dañadas. Siempre tosiendo sin

extremadamente mediocres. Ponerse fuerza, con un rostro enfermizo, cuando

enseguida a elaborar una teoría sobre la se levanta por las mañanas da unos

seriedad o informalidad de los golpecitos de plumero a las ventanas

japoneses a partir de estos personajes, correderas, barre un poco el polvo, y ya

terminaría en algo similar a intentar cae agotado. Después, el resto del día lo

pasa junto a la mesita baja, tumbándose

desenterrar la verdad oculta con rostro y levantándose, deambulando por la

triunfante mientras nos alejamos de la habitación y, tras terminar de cenar,

cuestión. Yo quiero dar buen trato a los enseguida extiende el futón sobre el

japoneses. Es algo que no haría falta suelo y se queda dormido. Este hombre

decir pero, por eso mismo, he evitado

retratar a ese número uno del Japón que lleva ya con esta vida lamentable

es Momotaro, y por eso he explicado diecitantos años ininterrumpidos.

hasta la saciedad que el resto de Todavía no ha cumplido los cuarenta,

personajes de los otros cuentos no son ni pese a lo cual hace ya tiempo que firma

de lejos el número uno. Creo que los como «el anciano», y también ha dado

lectores, por su parte, expresarán su orden en su casa de que se le llame

total acuerdo con esta decisión mía. «abuelo». Quizá deberíamos llamarlo un

Pues bien, el protagonista de este ermitaño o anacoreta. Sin embargo,

«gorrión de la lengua cortada» no solo aquellos que viven retirados del mundo,

no es el número uno del Japón, sino que, pueden permitirse dicha actitud porque

por el contrario, quizá pueda ser tienen algo de dinero, aunque sea un

poco, pues, si tuvieran que subsistir


cada día sin un céntimo, por mucho que tienen para el prójimo. Cierto que era de

quisieran apartarse del mundo, es el constitución débil, pero no estaba tan

mundo quien les perseguiría a ellos, y no enfermo como para tener que pasar todo

habría posibilidad de retiro alguno. La el día en cama, por lo que no debería

existir motivo alguno para mostrar

situación de este «abuelo» es que ahora desinterés por el trabajo. Sin embargo,

vive en este sencillo hogar que ha este «abuelo» no hace absolutamente

formado, pero si rebuscamos en sus nada. Al parecer, leer libros en gran

orígenes, es el tercer hijo de un hombre cantidad es lo único a lo que se dedica

rico que, traicionando las esperanzas de

sus padres, nunca ejerció ninguna y, según los termina, quizá se le olvidan,

profesión concreta, dedicándose a porque tampoco es que le cuente a nadie

trabajar la tierra cuando hacía buen lo que ha leído. Simplemente anda todo

tiempo y a leer en casa cuando llovía, el día abstraído, como en las nubes. Si

dejando pasar la vida abstraído, hasta ya solamente por esto merecería para la

que terminó por enfermar con gente una estimación cercana al cero,

frecuencia. Últimamente tanto sus padres por si fuera poco este «abuelo» no tiene

como sus parientes habían empezado ya hijos. Ya hace más de diez años que se

a referirse a él como «ese cretino casó, pero todavía no tiene sucesores.

debilucho tan fastidioso», y le enviaban Con esto, ya se puede decir que no

todos los meses una pequeña asignación cumple absolutamente ningún deber

como miembro de la sociedad. Con un

para que pudiera sobrevivir. Y por eso marido tan soso, despierta cierto interés

mismo le era posible llevar esta vida de el saber qué tipo de mujer será esa

ermitaño. Así que por mucho que esposa que ha podido aguantar nada

hablemos de un hogar sencillo, la menos que diecitantos años conviviendo

verdad es que no vivía nada mal, y ese

tipo de personas que no viven mal, son con él. Sin embargo, aquel que

precisamente las que menos utilidad escudriñe entre el seto que rodea a esta
humilde morada, soltará un «pues vaya, terriblemente baja. Por si fuera poco, la

así que era esto», de decepción. En parte final de la frase se estanca en el

realidad es una mujer indeciblemente interior de la boca para transformarse en

insípida. Es de piel oscura, ojos algo que no se identifica sino como un

saltones, manos grandes y arrugadas, y

cuando camina por el jardín con la «aah» o «uuh». Incluso esta «abuela»,

espalda un poco encorvada y los brazos que lleva diecitantos años junto a él, no

colgando hacia delante, incluso se puede captar lo que dice el «abuelo».

podría pensar si no será mayor que el Qué decir, pues, del resto de la gente.

«abuelo». Sin embargo, dice que este es Puesto que se trata de alguien que ha

su año fatídico decidido retirarse del mundo, puede que

[20] dé igual que los demás entiendan o no lo

, pues cumple treinta y que dice. Pero si además no ejerce

tres. Originalmente, esta mujer se ningún empleo fijo, y aunque se empape

hallaba empleada como sirvienta en el de conocimientos leyendo no tiene el

hogar natal del «abuelo», pero luego se menor viso de escribir o de dar charlas

acerca de ello, y aunque hayan pasado

le encargó que cuidase de este enfermizo ya más de diecitantos años desde su

«abuelo» y, con el tiempo, pasó de matrimonio no ha concebido un solo

alguna manera a ocuparse de él de por hijo, y encima, además de todo eso,

vida. Carece de estudios. incluso cuando se trata de una

—Vamos, quítate toda la ropa

interior y ponía aquí. Voy a lavarla — conversación rutinaria, reduce el

ordena perentoriamente. número de palabras pronunciadas con

—La próxima vez... —contesta en claridad y deja que la parte final de la

voz baja el «abuelo» con el codo frase se pierda dentro de la boca como

clavado en la mesa y la mandíbula sobre si estuviera medio dormido, con qué

la palma de la mano. palabras podríamos describir su abulia,

El «abuelo» siempre habla en voz con qué palabras. En resumen, que


creemos que no existen palabras —Ni en broma —dijo la mujer

capaces de describir su desgana. frunciendo el rostro—. Aquí donde me

—Dámelo todo de una vez. ¿No ves ves, yo no he venido a este mundo solo

que la parte del cuello brilla con para encargarme de lavar.

manchas de grasa? —¿Ah, sí? —contestó con

—La próxima vez... —murmura, y, desinterés, dando por terminado el

como siempre, se pierde el resto en el asunto.

interior de la boca. —Venga, quítate eso de una vez y

—¿Eh? ¿Cómo dices? Háblame de dámelo. En el cajón de ese armario

tienes toda la ropa interior que quieras

manera que se entienda. para cambiarte.

—La próxima vez —repite todavía —Me voy a resfriar.

acodado y con la barbilla apoyada en la —Muy bien, como el señor desee —

mano, mirando fijamente y sin expresión cortó con tono rencoroso la «abuela»

a la «abuela», y pronunciando esta vez

con un poco más de nitidez—: Hoy hace retirándose.

frío. Esta casa se halla en la región de

—Pues claro, como que ya es Tohoku

invierno. Así es que hace frío hoy, y lo [21]

hará también mañana y pasado —dijo en , en las afueras de la ciudad

un tono como si estuviera regañando a de Sendai, en la falda del monte Atago,

un niño—. Entre el que está ahí en esa en medio de un bosque de bambúes junto

postura en casa junto al fuego y el que a la rápida corriente del río Hirose. En

está junto al pozo lavando la ropa, la zona de Sendai, desde antaño, existe

¿sabes cuál pasa más frío? un emblema llamado «Sendai-zasa»

—No lo sé —replicó con una suave donde, quizá porque hubiera muchos

gorriones en la zona, aparecen de forma

sonrisa—. Es que tú estás acostumbrada esquematizada dos de estos pájaros.

a estar junto al pozo. Además, en la obra de teatro La


revuelta de las aulagas Sendai.

[22] En el bosque de bambúes que rodea

, el gorrión el sencillo hogar de nuestro «abuelo»,

tiene un papel mucho más importante también viven innumerables gorriones, y

que el de las grandes estrellas, como desde la mañana hasta el atardecer

creo que sabe ya todo el mundo. Y, por arman un escándalo ensordecedor. Hacia

finales de este otoño, una mañana en que

añadidura, cuando el año pasado viajé el granizo golpeaba con un agradable

por la zona de Sendai y visité a un rumor el bosque de bambúes, el

amigo que es de allí, me puso como una «abuelo» encontró caído sobre la tierra

muestra del folklore de los cuentos del jardín un gorrión revolviéndose

infantiles locales la siguiente canción:

Jaula, jaulita panza arriba porque se había torcido una

el gorrión que está en la jaula pata. Recogiéndolo en silencio, se lo

cuándo, cuándo saldrá llevó junto al fuego del hogar y lo

[23] alimentó. Y aunque ahora su pata herida

estaba ya curada, el gorrión continuaba

Esta canción, sin embargo, no es jugueteando en la habitación del

exclusiva de la región de Sendai, sino «abuelo». De vez en cuando, saltaba

que al parecer la cantan los niños de afuera para ir al jardín, pero enseguida

todo el país en sus juegos. Con todo, el volvía al reborde entarimado y, tras

hecho de que esta variante limite al atrapar con el pico la comida que le

gorrión el tipo de pajarito enjaulado, y lanzaba el abuelo, empezaba a defecar.

—Hala, pero ¡qué cochino! —

que el dialecto de Tohoku empleado en exclamó la «abuela» al verlo, yendo a

la última frase no resulte forzado, son por él mientras el «abuelo» sacaba en

puntos que me hacen pensar que no ha de silencio unos pañuelos de papel y se

ser descabellado buscar sus orígenes en ponía a limpiar afanosamente los

una canción popular de la zona de


excrementos de las tablas. Con el paso esparcía.

de los días, el gorrión demostró haber Una vez que la mujer se hubo

aprendido a distinguir las personas que retirado, el gorrión bajó revoloteando

le tenían consentido de las que no, y así, desde el alero y se paró junto al borde

cuando estaba en casa la mujer sola, se

refugiaba en el jardín o bajo el alero del de la mesa donde estaba acodado el

tejado. Y en cuanto aparecía el abuelo. Este, impertérrito, miró en

«abuelo», echaba a volar enseguida silencio al gorrión. A partir de aquí,

hacia él y, parándose de golpe, se comienza poco a poco la tragedia de

posaba en su cabeza; o bien revoloteaba este pajarito.

en torno a su mesita y se ponía a beber Pasado un rato, el «abuelo» soltó un:

con un suave gorgoteo el agua que tenía «Así que eso es, ¿no?». Y después

preparada para disolver su barra de exhaló un profundo suspiro y abrió un

tinta, o se escondía tras el libro sobre la mesa. Pasó una página,

reposapinceles; en definitiva, empezaba dos páginas, y a continuación volvió a

a juguetear incordiando al «abuelo» en clavar el codo en la mesa, en

perpendicular, y dejó reposar su mentón

sus estudios. Empero, el «abuelo» hacía en la palma de la mano, mirando absorto

como si no se diera cuenta. A diferencia al frente.

de aquella gente que gusta de los —Y va y dice que no ha nacido para

pájaros, no le había puesto a su propio hacer de lavandera. Por lo que se ve,

pájaro un nombre rimbombante, ni le

decía cosas como «Rumi, ¿tú también te parece que todavía tiene algo de deseo

sientes sola?». Hiciera lo que hiciera el sexual —murmura mientras sonríe

gorrión aquí y allá, él permanecía por suavemente con amargura.

completo impasible. Y, de vez en En ese momento, de pronto, el

cuando, se iba en silencio a la cocina gorrioncito posado en la mesa emite

para coger un puñado de arroz que traía palabras humanas.

hasta el repecho de madera, donde lo —¿Y en tu caso?


—¿Yo? Yo... pues yo, sí, eso es, yo durante el tiempo que viva llegará o no

he nacido para decir la verdad. la ocasión de ejercitar mi verdadera

—Pero si tú nunca dices nada, ¿o valía, pero, sin embargo, si ese momento

no?... llega, entonces yo también trabajaré con

—Es que como en este mundo todos ahínco. Hasta ese momento, bueno,

son unos mentirosos, ya no tengo ganas guardo silencio y me dedico a la lectura.

de conversar con nadie. La gente no dice —No sé yo —dijo el gorrión

más que mentiras. Y, lo que es todavía ladeando la cabeza—. Los acobardados

más espantoso, ni siquiera se dan cuenta que solo tienen valor cuando están a

solas son los primeros en soltar ese tipo

de sus propias mentiras. de cosas que suenan a desahogo de

—Esas son las excusas de un perdedores. Podríamos decir que es

perezoso. Al parecer, en cuanto se como el señor jubilado en un dominio ya

adquieren estudios, a las personas les en ruinas, con el cuerpo envejecido y

entran ganas de hacer cansinas

reflexiones grandilocuentes de ese tipo, tambaleante, que convierte los sueños de

¿verdad? ¿Pero no es cierto que no un pasado que no volverá en una

haces absolutamente nada? Hay un esperanza para el futuro, y así se

proverbio que dice: «No hay que consuela a sí mismo. Es algo que da

despertar al que duerme». No estás en lástima ver. Una cosa así no sirve ni

posición de criticar a los demás. siquiera como desahogo. Es como las

—Eso también es cierto —contestó quejas de un degenerado. ¿No ves que

sin alterarse el «abuelo»—. Sin no haces una sola cosa positiva?

embargo es bueno que haya también —Ahora que lo dices, bueno, puede

hombres como yo. Puede que parezca que quizá sea así —concedió finalmente

que yo no hago nada, pero en realidad el «abuelo»—. Pero yo, aquí donde me

ves, hay algo que estoy dispuesto a

no es del todo así. Hay cosas que llevar a la práctica de manera

solamente puedo hacer yo. No sé si sobresaliente. Y si me dicen que de qué


se trata, pues es el estado anímico de la boca medio cerrada y no se te entiende,

ausencia de deseo. Fácil de decir, pero con esa manera de hablar como si te

costara un gran esfuerzo; y a esa

difícil de realizar. La vieja de mi mujer, señorita, como si hubieras cambiado por

por poner un ejemplo, puesto que lleva completo, le pones esa voz tan juvenil, y

ya más de diecitantos años junto a un con un tono tremendamente feliz te

tipo como yo, bien podría haber dedicas a charlar animadamente, ¿no?

renunciado de una vez a todo deseo

mundano, pensaba yo, pero me da la Eres tú el que todavía tiene emociones

sensación de que, por lo visto, no es así. sexuales. Tantas, que hasta resultas

Todavía, a pesar de todo, parece que pegajoso.

conserva cierta emoción sexual. Eso me —¿Será eso? —contesta abstraído el

hizo tanta gracia, que no pude evitar el «abuelo»—. Y sin embargo aquí no hay

reírme yo solo. En ese momento, la nadie.

«abuela» asomó incisiva la cabeza. — —Haz el favor de no reírte de mí —

Yo no tengo ninguna emoción sexual, ni repuso con cara de auténtico enfado la

nada parecido, ¿eh? ¿Con quién estabas «abuela», dejándose caer pesadamente

hablando? Hace un rato se oía la voz de sobre el repecho de madera—. ¿Se

alguien, de una mujer joven, ¿no? Esa puede saber qué te piensas que soy yo?

Hasta ahora he venido aguantando

visitante, ¿adónde se ha ido? mucho. Y tú me tratas como a una

—¿Una visitante, dices? —El estúpida todo el tiempo. Claro que yo no

«abuelo», como de costumbre, habla de soy de buena familia ni tengo estudios, y

manera ambigua. puede que no te sirva como compañera

—No disimules, estoy segura de que

ahora estabas hablando con alguien. Y de conversación, pero esto ya es

además hablando mal de mí, ¿eh? Pero demasiado. Así y todo, desde que de

¿qué es esto? Resulta que cuando te joven entré a servir en tu casa, he estado

diriges a mí, siempre lo haces con la encargándome de ti, y por eso, bueno, la
cosa ha terminado así, ya que tus padres

pensaron «tratándose de ella, que es una tan soeces que dices, ¿eh? Por encima

mujer disciplinada y esmerada, puede de todo, no tienes ni la menor idea de lo

que funcione bien el matrimonio con sola que me siento el día entero por

nuestro hijo» y... haberme casado con alguien como tú.

—Todo mentira. Deberías dirigirme alguna palabra

—¿Cómo dices? ¿Dónde está la amable de vez en cuando. Mira a los

mentira? ¿Qué mentira he dicho yo? otros matrimonios. ¿No ves que por muy

¿Acaso no fue así? En aquel entonces, pobremente que vivan, a la hora de la

¿no era yo la persona que mejor te cena, por ejemplo, conversan

entendía? Hubiera sido imposible con agradablemente sobre cosas rutinarias o

cualquiera que no fuese yo. ¿No fue por se ríen? No soy en absoluto una mujer

de grandes exigencias. Si es por ti, soy

eso que me convertí en la persona que capaz de aguantar cualquier cosa.

va a cuidar de ti de por vida? ¿Por qué y Simplemente, con que de vez en cuando

de qué manera es esto una mentira? Haz me dirigieras alguna palabra amable, ya

el favor de explicármelo —le acosó solo con eso me daría por satisfecha.

mientras se le mudaba el color del

rostro. —¡Qué cosas tan triviales dices!

—Pues es mentira todo. En aquel Medias verdades infladas. Ahora que ya

momento no había en ti nada que pensaba que de una vez por todas habías

pudiéramos llamar emoción sexual. Y abandonado ese tipo de sentimientos,

eso fue todo. todavía me sueltas una tras otra esas

—¿Se puede saber qué significa quejas tan monótonas y rutinarias,

eso? Yo, desde luego, no lo entiendo. planeando dar la vuelta a la situación.

Haz el favor de no tomarme el pelo. Yo Pero no te va a funcionar. Todas esas

me uní a ti pensando en tu propio bien. cosas que dices no son más que

No hay ni atracción sexual ni ninguna supercherías. Vas soltando cosas según

otra cosa. Y también tú, vaya unas cosas te sientes en ese momento. Y quien me
ha convertido en un hombre que no habla conseguido una amiguita tan joven, es

eres tú. Esas conversaciones durante la natural que hablar con una vieja como

cena que mencionas, ¿acaso no yo te resulte ahora desagradable. ¿Pero

consisten, por lo general, sino en juzgar qué es eso de poner cara de que si

a los vecinos? ¿Acaso son algo más que ausencia de deseo, que si revelación de

la verdad? Si en cuanto está delante una

habladurías? Eso también, según ese mujer joven como esa, enseguida

sentimiento del momento, consiste hierves de emoción, te cambia hasta la

principalmente en chismorrear sobre los voz y te pones a parlotear de una manera

demás. Por lo que a mí respecta, hasta que da asco.

ahora no te he oído ni una sola vez

elogiar a alguien. Yo mismo tengo un —Pues si es así, entonces está bien

espíritu débil. Si me dejo arrastrar por que sea así.

ti, enseguida me entran ganas de criticar —De eso nada, no está bien. ¿Dónde

a los demás. Y a mí, eso me da miedo. está esa visita? Si no le presento mis

Por eso decidí que ya no debía hablar respetos, será muy descortés para la

con nadie. Porque en vuestros ojos no se señora invitada. Que aquí donde me ves,

refleja más que el lado malo de las soy la señora de esta casa, así que

personas, y no os dais cuenta en permíteme que la salude. No permitiré

absoluto de lo terrible que hay en que me ningunees de esta manera.

vosotros mismos. Me da miedo la gente. —Aquí está —dijo el «abuelo»

—Ya comprendo. Lo que pasa es señalando con la barbilla al gorrión que

jugueteaba encima de la mesa.

que ya te has cansado de mí, ¿eh? Esta —¿Eh? Déjate de bromas. ¿Así que

vieja ya apesta, ¿verdad? A mí no me los gorriones hablan?

puedes engañar. ¿Qué ha sido de la —Hablan. Y dicen cosas muy

visita de antes? ¿Dónde se ha apropiadas.

escondido? Estoy segura de que era la

voz de una muchacha, ¿no? Si has —Conque vas a seguir tomándome


el pelo de mala manera, ¿eh? Muy bien, Gorrión de la lengua cortada

como el señor guste —y alargando el ¿Dónde está tu casa?

brazo de improviso, agarró con fuerza al

gorrión que estaba sobre la mesa—; Día tras día, la nieve caía sin parar.

para que no diga esas cosas tan Pero aun así, el «abuelo», como si

apropiadas, vamos a arrancarle la estuviera poseído por algo, andaba

lengua de cuajo. Se mire como se mire, buscando hasta en lo más profundo del

acostumbras a tratar demasiado bien a bosque de bambúes. Entre la vegetación

este gorrión. Y a mí eso me venía habría mil o incluso diez mil gorriones.

causando un sentimiento de rabia Encontrar, entre todos ellos, al gorrión

inaguantable. Esta situación viene que ni al que le habían arrancado la lengua,

pintada. Si tú has hecho huir a esa joven puede pensarse que iba a ser una tarea

visitante, en contrapartida, yo le extremadamente difícil; sin embargo, el

arrancaré la lengua a este gorrión. Es «abuelo» estaba imbuido de un

todo un placer. entusiasmo anormal que le llevaba a

buscar día tras día.

Abrió a la fuerza el pico del gorrión Gorrión de la lengua cortada

que apretaba en su mano, y arrancó de ¿Dónde está tu casa?

cuajo esa lengüecita, pequeña como un

pétalo de flor. Gorrión de la lengua cortada

El gorrión escapó hacia lo alto ¿Dónde está tu casa?

revoloteando. Para el «abuelo», emprender una

El «abuelo» contempló en silencio acción de esta manera tan

la marcha del gorrión. descontroladamente apasionada era un

Y, desde el día siguiente, el hecho que, según creía, no le había

«abuelo» comenzó a explorar el gran sucedido ni una sola vez en toda su vida.

bosque de bambúes. Parece que algo que se hallaba dormido

Gorrión de la lengua cortada en el interior de este «abuelo» estaba

¿Dónde está tu casa? intentando asomar la cabeza por primera


vez, pero qué era ello, este autor (Dazai) cuenta, terminó por repetirlo para sus

tampoco lo sabe. Aquel que, aun estando adentros, como una estrambótica

en su propia casa, se siente a disgusto canción o un rezo. De esta manera,

como si estuviera en casa ajena, e mientras iba paso a paso pisando la

inconscientemente ha encontrado la nieve caída sobre el bosque de

bambúes, el canto brotaba en su interior

forma de ser que le resulta más cómoda, acompasado con el viento.

busca conservar dicho estado. Si Una noche cayó una gran nevada,

queremos simplificarlo llamándolo

amor, no habría nada más que añadir. inusual incluso para esta zona de Sendai,

Sin embargo, posiblemente los y el día siguiente amaneció soleado y sin

sentimientos de este «abuelo» eran una nube, extendiéndose ante la vista un

mucho más melancólicos que el estado deslumbrante mundo plateado. Esa

de ánimo o de espíritu que en general se mañana, el «abuelo» se calzó temprano

expresa con la palabra amor. sus botas de paja y, como de costumbre,

El «abuelo» buscaba ensimismado, salió a deambular por el bosque de

como sonámbulo. Era la primera vez bambúes.

desde que nació que mostraba una Gorrión de la lengua cortada

tenacidad tan prolongada en algo. ¿Dónde está tu casa?

Gorrión de la lengua cortada Gorrión de la lengua cortada

¿Dónde está tu casa? ¿Dónde está tu casa?

De pronto, una gran masa de nieve

Gorrión de la lengua cortada que había cuajado en lo alto de los

¿Dónde está tu casa? bambúes, cayó pesadamente sobre la

Por supuesto que no es que fuese

cantando esto mientras caminaba en su cabeza del «abuelo» y, quizá porque lo

búsqueda. Sin embargo, el viento golpeó en algún punto débil, hizo que

susurraba en sus oídos un tonillo este se desplomara sin conocimiento

siseante que se le parecía y, sin darse sobre la nieve. En la frontera del


ensueño, escuchaba unas voces hablando

en susurros. esposa de este hombre. No es una mala

—Pobrecillo. ¿Se habrá muerto esposa, pero por lo visto aquel día

después de todo el esfuerzo? debía de estar especialmente irritada y,

—¡Quiá! No se va a morir. de pronto, arrancó de cuajo la lengua de

Solamente se ha desvanecido. Teru.

—Pero si continúa mucho tiempo —¿Tú lo viste?

tirado así sobre la nieve, va a morirse —Sí, me dio un miedo terrible.

por congelación. ¿Verdad que los seres humanos hacen a

—Eso sí es cierto. Tenemos que veces cosas así de crueles sin venir a

hacer algo. Vaya un problema que se nos cuento?

ha presentado. Qué bueno habría sido —Seguro que fue por celos. Yo

también conozco bien lo que pasa en

que antes de que la cosa terminara así, casa de este hombre, y, por lo que me

esa chica le hubiese salido al encuentro. parece, menosprecia demasiado a su

¿Pero qué demonios le pasa a esa chica? mujer. La gente demasiado cariñosa con

—¿Te refieres a Teru? su mujer resulta penosa hasta dañar la

—Sí, así es. Parece que alguien le

jugó una mala pasada y le causó una vista, pero una actitud tan indolente

herida en la boca. ¿No es desde tampoco está bien. Además Teru, por su

entonces que no se deja ver por aquí? parte, se aprovechó de esta situación,

—Está todo el día en cama. Como le pues se pasaba demasiado tiempo

arrancaron la lengua, no puede decir pegada a este hombre. ¡Bah!, la culpa es

nada, y se limita a llorar y llorar con de todos. Dejadlo estar.

continuos lagrimones. —¡Vaya! ¿No serás tú el que siente

—¿Así que era eso? ¿Le han celos? ¿A ti no te gustaba Teru? No

arrancado la lengua? Desde luego, hay intentes ocultarlo. ¿No dijiste una vez

tipos que hacen unas diabluras horribles. suspirando que Teru tenía la voz más

—Sí, y además, resulta que fue la hermosa de todo este bosque de


bambúes? este hombre le anda buscando, ella sigue

—Yo no soy un tipo tan vulgar como en cama en lo profundo del bosque de

para sentir algo como los celos. Pero bambúes sin hacer nada más que

Teru, como mínimo, tiene una voz mejor derramar lágrimas. Este hombre, cierto

que la tuya y es más bonita. que da lástima, pero Teru también está

sufriendo. ¿Por qué no unimos nuestras

—¡Qué espantoso eres! fuerzas para hacer algo por ellos?

—Dejaos de peleas, que no es —Yo no quiero. Es que no puedo

divertido —cortó otra—. En vez de eso, evitar ser del tipo que no siente

hay que ver qué podemos hacer con este compasión ante los asuntos amorosos.

hombre. Si le dejamos así, se va a morir

sin remedio. El pobre... Tenía tantas —No se trata de asuntos amorosos,

ganas de ver a Teru, que día tras día no entiendes nada. Escuchadme todos,

andaba buscándola por todo el bosque me gustaría que colaborásemos para que

de bambúes, y finalmente, ha terminado pudieran verse. ¿No veis que este tipo

en tan penoso estado. ¿No es una de cosas no son cuestión de

lástima? Este es un hombre de razonamientos lógicos?

sentimientos sinceros. Estoy segura. —Eso es, eso es. Yo sí participaré.

—¿Cómo? Pero qué tontería. Un Pero qué, no es nada difícil. Hay que

hombre de su edad buscando por todas pedírselo a un dios. Cuando se quiere

partes a una gorrioncita... Es de una hacer todo lo posible por alguien sin

estupidez tal, que uno no sabe qué decir. recurrir a la lógica, lo mejor es

pedírselo a un dios. Mi padre me enseñó

—En vez de andar diciendo esas eso hace tiempo diciéndome que, en

cosas, ¿por qué no le llevamos ante momentos así, lo mejor es un dios, que

ella? La propia Teru, según parece, al parecer nos concede cualquier cosa.

quiere verle también. Pero como le han Bueno, esperadme todos aquí durante un

arrancado la lengua y no puede hablar,

aunque los demás le hayamos dicho que tiempo. Porque ahora mismo me voy a
rogarle al dios protector del bosque. pobre ya no puede hablar, y se pasa todo

El «abuelo» abrió los ojos el día derramando grandes lágrimas.

bruscamente y se encontró en un bello —Vayamos a verla. —El «abuelo»

salón con columnas de bambú. Se

incorporó y, mirando en derredor, vio se levantó—. ¿Dónde está acostada?

deslizarse lentamente la puerta —Yo le guiaré.

corredera, tras la que apareció una Suzu se puso en pie ondeando las

muñeca de algo más de sesenta mangas de su traje, y salió al corredor

centímetros de altura. exterior que corría junto a las

—Vaya, ¿ya se ha despertado? habitaciones. El abuelo avanzaba

—Pues sí —sonrió el «abuelo»—. lentamente, con cuidado de no resbalar

¿Qué lugar es este? en el bambú todavía verde del estrecho

—El albergue del gorrión — corredor.

contestó esa criatura similar a una —Aquí es. Pase, por favor.

encantadora muñeca mientras se sentaba Guiado por Suzu, entró en una de las

habitaciones interiores. Era una estancia

educadamente frente al «abuelo» y luminosa, desde la que se veía un

parpadeaba con sus redondos ojazos. jardincillo cubierto de hojas de bambú

—Ah, ya. —El «abuelo» asintió con enano

parsimonia—. Y tú, entonces, ¿eres el [24] que crecían con profusión, y

gorrión de la lengua cortada? entre las cuales corría ligero un

—No, Teru está acostada en la

habitación de al lado. Yo soy Suzu, la arroyuelo de agua clara y poco

mejor amiga de Teru. profunda.

—Ya veo. Entonces, aquel Teru estaba acostada cubierta por un

gorrioncito al que le arrancaron la pequeño futón rojo de seda. Era una

lengua, ¿se llama Teru? muñeca preciosa, de una belleza todavía

—Así es. Es una criatura muy dulce más elegante que la de Suzu, con el

y muy buena. Acude rápido a verla. La rostro ligeramente pálido. Miró fija y
largamente al «abuelo» con sus grandes puesto. Es maravillosamente delicioso.

ojos, y comenzó a derramar una lágrima Sin embargo, nuestro «abuelo» no es un

tras otra en su llanto. comilón. Y deja los palillos tras haber

El «abuelo» se sentó junto a la comido solo eso.

cabecera con las piernas cruzadas y, sin La puerta corredera se abrió y Suzu

decir nada, miró hacia el arroyo de trajo un nuevo jarrito de sake y otro

aguas claras que corría por el jardín. aperitivo. Sentándose delante del

Suzu se retiró discretamente. «abuelo», se ofrece a servirle otra copa:

No había necesidad de decir nada. —¿Un poco más?

—No, ya he tomado bastante. Y qué

El «abuelo» emitió un ligero suspiro. No sake tan bueno. —No lo decía como un

era un suspiro de tristeza. Por primera cumplido. Salió de sus labios sin

vez desde que nació, el «abuelo» pensarlo.

experimentaba la paz del espíritu. Esa —¿Le ha gustado? Se llama Rocío

alegría se transformó en el suave suspiro

mediante el que se expresaba. de Bambú.

Suzu trajo delicadamente un jarrito —Demasiado bueno.

de sake con una copa y un refrigerio —¿Eh?

para acompañar. Y diciendo «No tenga —Demasiado bueno.

prisa, por favor», se retiró de nuevo. Teru, que desde su lecho escuchaba

El «abuelo» bebió la copa de sake la conversación entre el «abuelo» y

que se había servido y volvió a Suzu, sonrió levemente.

contemplar el arroyo del jardín. Nuestro —Ehh, pero si Teru se está riendo.

«abuelo» no es lo que llaman un Seguro que le gustaría decir algo pero...

bebedor. Con una sola copa, ya está Teru negó con la cabeza.

embriagado por el alcohol. Toma los —No pasa nada porque no pueda

decirlo, ¿verdad? —El «abuelo» se

palillos y come tan solo un trozo de dirigió a Teru por vez primera girándose

brote de bambú del plato que le han hacia ella.


Teru parpadeó y, con rostro alegre, lugar?

asintió dos o tres veces. —Dentro del bosque de bambúes.

—Humm... Me pregunto si había

—Bueno, yo ya me voy. Vendré otra una casa tan singular en aquel bosque de

vez. bambúes.

Suzu, desconcertada ante este —Claro que la hay —dijo Suzu, y,

invitado tan displicente, protestó: cruzando una mirada significativa con

—¿Pero ya se va a marchar?

Después de andar buscándola por todo Teru, sonrió—. Pero las personas

el bosque de bambúes y de estar a punto normales no pueden verla. En aquella

de morir congelado, ahora que por fin se entrada al bosque de bambúes, si, como

han encontrado y no le ha dirigido aún ni pasó esta mañana, se tumba boca abajo

una sola palabra amable de en la nieve, le iremos a buscar siempre

condolencia... que quiera.

—Si hay algo por lo que no paso, —Es muy de agradecer —dijo, no

son las palabras amables. —Y, por cumplir, sino de manera espontánea,

sonriendo con amargura, el «abuelo» se y salió al corredor de bambú verde.

puso en pie. Así, una vez más, guiado por Suzu,

—Teru, ¿pero a ti no te importa que volvió a pasar por la salita de té del

principio, donde estaban alineados una

le deje marchar ya? —preguntó Suzu serie de cestos de mimbre de varios

aturdida. tamaños.

Teru asintió sonriendo. —A pesar de haber venido a

—Ya veo que sois tal para cual —se visitarnos, siento vergüenza por no

rio también Suzu—. Pues nada, entonces

venga usted de nuevo por aquí. haber podido ofrecerle un recibimiento

—Vendré —contestó con rostro como es debido —dijo Suzu volviendo a

serio. Cuando iba a salir de la estancia, emplear un tono formal—. Al menos,

se paró en seco—. ¿Dónde está este como recuerdo de la aldea de los


gorriones, elija uno de estos cestos de

mimbre, el que más le plazca, y, aunque grandes. Odio andar cargado con cosas.

quizá supondrá una carga en el camino, ¿No hay algún regalo suficientemente

por favor llévelo de vuelta a casa. pequeño para que quepa en el bolsillo?

—No quiero para nada una cosa —Pero es que lo que me pide es

como esa —murmuró el «abuelo» imposible...

malhumorado—. ¿Dónde está mi —Pues entonces, me voy. Aunque

calzado? sea descalzo, no importa. No quiero ir

—No me ponga en un aprieto. Por cargado —dijo el «abuelo» y, descalzo,

favor, llévese uno —insistió Suzu con hizo ademán de salir realmente al

voz lloriqueante—. Si no, luego Teru se pasillo de fuera.

va a enfadar conmigo. —Espere un momento, por favor, un

momento. Voy a preguntarle a Teru y

—¡Qué se va a enfadar! Ella no es, ahora vuelvo.

ni mucho menos, de las que se enfadan. Suzu se fue agitada y a toda prisa

La conozco. Y a propósito, ¿dónde está hacia las habitaciones del interior y, al

mi calzado? Estoy seguro de que llevaba poco tiempo, regresó con una espiga de

puestas unas sucias botas de paja.

—Las he tirado. Puede usted volver arroz apretada entre los labios.

descalzo. —Tenga, esto es la horquilla para el

—¡Qué cosa tan atroz! pelo de Teru. Por favor, no se olvide de

—Pues entonces, llévese uno Teru, y vuelva otra vez.

cualquiera de estos regalos. Se lo pido De pronto, volvió en sí. El «abuelo»

de verdad, por favor. —Y juntó sus estaba tumbado boca abajo a la entrada

manitas como señal de ruego. del bosque de bambúes. Pero cómo, ¿ha

El «abuelo» sonrió con pesar, y echó sido un sueño?, pensó. Sin embargo, en

una ojeada a los cestos dispuestos en la su mano derecha agarraba una espiga de

sala. arroz. Una espiga de arroz en pleno

—Son todos grandes, demasiado invierno es algo muy raro. Y además,


exhalaba un maravilloso aroma parecido cogido, ¿de dónde ha salido? ¿No crees

al de las rosas. El «abuelo» se llevó la que podrías explicármelo como es

espiga a casa con gran cuidado y la puso debido?

en el portapinceles de su mesa. —Me la han dado en la aldea de los

—Vaya... ¿pero qué es eso? — gorriones —dijo con una mueca de

fastidio.

preguntó con tono inquisitivo la Sin embargo, con una contestación

«abuela», que estaba en casa haciendo así, no se puede satisfacer a alguien tan

trabajos de costura y descubrió la espiga prosaico como esta «abuela». Por lo

al instante. tanto, la mujer siguió con su insistente

—Una espiga de arroz —contestó en

su confuso modo habitual. interrogatorio haciendo una pregunta tras

—¿Una espiga de arroz? ¿No es algo otra. Dado que el «abuelo» era incapaz

raro en esta época? ¿Dónde la has de mentir, no le quedó más remedio que

cogido? contestar contando su extraordinaria

—No la he cogido —dijo muy bajo experiencia tal y como había sucedido.

el «abuelo», y, abriendo un libro, —Pero bueno, ¿me estás diciendo en

comenzó a leer en silencio. serio una cosa como esa? —Atónita, la

—¿No es todo muy raro? De un «abuela» terminó por echarse a reír.

tiempo a esta parte, andas todos los días El «abuelo» ya no respondió. Se

dando vueltas por el bosque de acodó en la mesa y, con la barbilla en la

bambúes, y vuelves con cara de estar en palma de la mano, dirigió la mirada a su

libro con aire abstraído.

las nubes; y hoy, por añadidura, no sé —¿Crees que me voy a creer toda

por qué, pero vuelves con una cara de esa sarta de disparates? Está claro que

extrema felicidad trayendo esa cosa a la todo es una mentira. Yo sé lo que pasa.

que das tanta importancia y que has Desde hace un tiempo, sí, eso es, el otro

puesto ahí, en el portapinceles. Me estás

ocultando algo, ¿verdad? Si no la has día, ¿recuerdas?, desde que vino aquella
chica a visitarte, te has convertido en un lisa y llanamente, como un hombre. Aquí

hombre completamente distinto. Andas donde me ves, no creo ser una mujer

extrañamente intranquilo, y no te dedicas irrazonable. Por algo como una o dos

más que a suspirar a cada rato, como si

estuvieras hechizado por un amor. amantes...

Vergonzoso. A tus años. No intentes —No me gusta ir cargado.

ocultármelo. Que yo lo sé muy bien. —Ah, así que es por eso. ¿Voy yo

¿Pero se puede saber dónde vive esa entonces en tu lugar? ¿Qué te parece?

chica? No pretenderás decirme que en Basta con que me tumbe boca abajo a la

medio del bosque, ¿eh? A mí no me entrada del bosque de bambú, ¿verdad?

engañas. En medio del bosque hay una Pues voy a ir yo. ¿Te parece bien? ¿No

casita, y ahí dentro vive una preciosa te causa ningún problema?

chica que parece una muñeca... Ju, ju, —Por mí, puedes ir.

ju... Me sueltas esa engañifa para niños, —Pero qué cara más dura. Está

y pretendes que me la trague... Si eso es clarísimo que es mentira, y encima va y

me dice «puedes ir». Pues entonces voy

verdad, la próxima vez que vayas, trae a probar de verdad a ir. Te parece bien,

de vuelta uno de esos cestos de mimbre ¿no? —La «abuela» sonrió con malicia.

como regalo y prueba a enseñármelo. ¿A —Por lo que se ve, quieres uno de

que no puedes? Como que es una esos cestos de mimbre.

historia inventada. Yo, si me traes a

cuestas un gran cesto de mimbre de esa —Sí, claro que sí, claro que sí, ¿no

extraordinaria casa, con eso como ves que soy una codiciosa sin remedio?

prueba, no te digo que a lo mejor no Quiero ese regalo. Y por eso ahora

vaya a creerte. Pero volver con algo mismo voy a salir, y me voy a traer el

como esa espiga de arroz, y decirme que cesto más grande y más pesado de todos.

es la horquilla de esa muñeca... Jo, jo, jo. Es una estupidez, pero

Verdaderamente, no sé cómo has podido probaremos a ir. Esa cara que pones

decir un disparate tan estúpido. Confiesa como si nada fuera contigo es algo que
no puedo soportar. Ya verás como te voy monedas o no, pero se cuenta que al

a arrancar esa careta de falso santo. Así poco tiempo el «abuelo» se convirtió en

que si me tumbo boca abajo en la nieve funcionario, y poco después llegó a la

podré ir a la casa de los gorriones, ja, posición de ministro de la corte

ja, ja. Es toda una estupidez pero, bueno, imperial. La gente le llamaba «el

aun así vamos a proceder según esas ministro del gorrión», y hacían

palabras, y probaremos a estar allí un comentarios en el sentido de que su

rato, ¿eh? Y luego, aunque me digas que triunfal ascenso era el fruto del gran

cariño que siempre había profesado a

todo era mentira, etcétera, etcétera, no te los gorriones. Sin embargo, parece que

voy a perdonar. siempre que el «abuelo» escuchaba ese

La «abuela», ya embarcada en la tipo de cumplidos, respondía con una

empresa, guardó sus utensilios de leve sonrisa amarga:

costura y, saliendo al jardín, fue pisando

sobre la nieve hasta entrar en el bosque —Nada de eso. Ha sido gracias a mi

de bambúes. mujer. Pasó muchas penalidades por

Y después, lo que allí pasó, el autor culpa mía.

lo desconoce.

Al atardecer, bajo un enorme y Sobre los cuentos de

pesado cesto de mimbre, el cuerpo de la cabecera originales

«abuela» yacía frío y boca abajo sobre

la nieve. Aparentemente, el cesto de Los cuentos tradicionales japoneses, por

mimbre era tan pesado que no pudo lo general llamados otogi-zoshi (que

levantarse, y en esa postura, murió por puede traducirse por «cuentos de

congelación. Y se dice que el interior cabecera» o «cuentos de compañía»)

tienen su más reconocido ancestro en la

del cesto de mimbre estaba lleno a obra titulada Uji shui monogatari

rebosar de relucientes monedas de oro. (Colección de cuentos de Uji),

No se sabe si fue debido a estas compilada a comienzos del siglo XIII a


base de reunir historias preexistentes de Restauración Imperial Meiji trae

varias fuentes. De esta época, por cierto, también la publicación de los cuentos

nacen La historia de Urashima y El alemanes de los hermanos Grimm, por

lobanillo desaparecido. Inicialmente, lo que surge en Japón la idea de no dejar

predominaban las historias sobre que se pierdan los cuentos tradicionales

hazañas militares, pero desde principios locales y, a la vez, la del esfuerzo por su

del siglo XVI comenzaron a difundirse difusión en el extranjero. Corresponde a

cuentos ilustrados en rollos de papel Sazanami Iwaya (1870-1933), filólogo

especializado en literatura alemana, el

parcialmente coloreados a mano, donde mérito de haber redactado hacia 1894

ya un considerable número de ellas estas versiones, digamos, canónicas de

venían protagonizadas por animales o los cuentos de cabecera más populares,

trasgos (yokai) y que en los siglos XVIII que serían traducidas a gran cantidad de

y XIX irán conociendo multitud de

variantes gracias al uso de la imprenta, lenguas occidentales y publicadas en

que permite una gran difusión entre las todo el mundo.

clases populares. De esta época Dada la antigüedad de los cuentos

arrancan la mayoría de los cuentos que sirvieron de base a Dazai para sus

tradicionales japoneses, donde destaca versiones, resulta inevitable que existan

el trasfondo de la moral confuciana y infinidad de variantes, lo cual ha

budista donde el bien siempre sale supuesto un gran reto a la hora de

triunfante y acusando en algún caso la escoger las versiones para este libro. Se

influencia de las fábulas griegas de ha utilizado para ello un doble criterio,

Esopo, que comenzaron a publicarse en consistente en buscar las versiones que

Japón a primeros del siglo XVII por obra más se acerquen a aquella más difundida

(todos han tenido versiones en inglés y

de los misioneros cristianos. en español desde hace un siglo), y, por

La apertura a Occidente que se otra parte, entre ellas, las que más se

produce a finales del siglo XIX con la parezcan al contenido que remeda
Dazai. En concreto, se han escogido las montaña cercana para recoger leña y

estuvo andando por allí de un lado a

versiones del citado Sazanami Iwaya de otro todo el día. Al caer la tarde, cuando

comienzos del siglo XX para El se disponía a descender de la montaña,

lobanillo desaparecido y La montaña de repente el cielo se ennegreció.

Kachi-kachi, y, para La historia de «Esperemos que no se ponga a llover»,

Urashima y El gorrión de la lengua pensaba, cuando empezaron a caer

cortada, las de Toshihiro Motomura, gruesas gotas de lluvia.

estudioso de las tradiciones de los —¡Vaya un desastre! —exclamó—.

pueblos primitivos de Hokkaido, que ¿Dónde encontraré cobijo?

hace unos treinta años buscó un curioso Miró en torno suyo y descubrió con

equilibrio entre todas las variantes alegría un gran árbol que estaba a su

publicadas hasta entonces. lado y que tenía un gran hueco en el

tronco, próximo a las raíces.

El lobanillo —¡Qué suerte, aquí me cobijaré un

desaparecido

tiempo hasta que pare de llover! —Y

Érase una vez, hace ya mucho tiempo, un diciendo esto se metió en el hueco. Pero

anciano que tenía un gran lobanillo que la lluvia empezó a caer como a

colgaba de su mejilla derecha y que le calderos, y además de vez en cuando

causaba grandes molestias. Había sonaban los truenos estrepitosamente y

consultado a muchos doctores y se había brillaban los relámpagos. El viejo

aplicado muchos medicamentos, pero estaba aterrado y sentía como si fuera a

todos sus esfuerzos habían sido en vano, morir. Tapándose los oídos con las

pues encima el lobanillo se hacía cada manos, gritaba—: ¡Kuwabara,

vez más y más grande, y no podía kuwabara!

librarse de él. [25]

Pero, como solamente era un

Una mañana, el anciano subió a una chaparrón propio del atardecer, la lluvia
fue disminuyendo y poco a poco el cielo monstruosas criaturas.

empezó a clarear. Al poco se El viejo dio un grito y cayó de

entrevieron los rayos del sol poniente, espaldas. Durante un tiempo no pudo

brillando en la montaña opuesta. ponerse en pie, pero afortunadamente

los demonios no le habían visto, así es

El anciano tuvo la sensación de que que, armándose de valor, contuvo la

volvía a la vida. respiración y volvió a esconderse en el

«Ah, qué felicidad. Por fin parece agujero.

que ha escampado. Aprovechemos para Enseguida, fuera de la cavidad de su

salir ahora», se dijo.

Pero justamente cuando estaba a árbol, se empezaron a oír cantos alegres

punto de salir del agujero, oyó las y todos parecían estar divirtiéndose

pisadas de muchos pies. mucho. El viejo levantó la cabeza y

«Deben de ser leñadores a los que pensó: «¿Eh? ¡Parece que lo están

ha sorprendido la lluvia y ahora vienen pasando muy bien ahí afuera! Voy a

—pensó—. Es mejor tener compañía, espiar lo que hacen».

así es que voy a llamarlos». Diciendo esto, se arrastró hasta el

Y diciendo esto, sacó la cabeza por borde del hueco del árbol y empezó a

el hueco del tronco. Pero ¡qué vieron sus escudriñar. Lo primero que vio fue una

ojos! No eran leñadores, sino un gran reunión de demonios muy distintos. El

número de espantosos ogros que venían mayor de todos, y que parecía ser el

jefe, estaba sentado en el centro, con los

hacia el lugar donde se encontraba. Unos demás en torno suyo. Uno cantaba, otro

de tres ojos, otros con boca de tocaba un instrumento, un tercero

cocodrilo, otros con un cuerno en la bailaba y otro más daba palmadas, y

cabeza; los de color rojo vestían pieles todos parecían totalmente absortos en su

de oso, y los de color azul, pieles de

tigre. Llevaban antorchas y garrotes de diversión.

metal, y en total serían unas cien «Vaya, parece que hoy tienen algún
tipo de reunión festiva», se dijo el danzando y dando palmadas. Los

anciano. «¡Qué cosa más interesante! demonios se quedaron un poco

Con lo viejo que soy, y a pesar de que

he venido a esta montaña casi todos los desconcertados ante la entrada

días de mi vida, es la primera vez que imprevista de un ser humano, y no

veo algo así. Es realmente divertido», se cesaban de mirar al viejo un poco

volvió a decir mientras que, perdido el confusos. Pero él comprendió que su

miedo, iba saliendo poco a poco del vida dependía de aquella danza suya tan

agujero para observar a los demonios. singular, de modo que bailó exhibiendo

Afuera, el demonio jefe bebía sake todo aquello que hasta entonces había

de un gran vaso mientras miraba cómo aprendido, totalmente enfrascado en su

bailaban sus súbditos. tarea.

—Bueno, ya estoy cansado de veros Los demonios empezaron a hacer

hacer siempre lo mismo, vuestro baile comentarios.

—¡Pero qué cosa tan extraordinaria!

ya no tiene nada que me divierta. ¿Es —exclamó uno.

que nadie es capaz de enseñarme algo —¡Muy exótico! —exclamó otro.

nuevo? —¡Nunca he visto nada tan divertido

El viejo, al oírle, se dijo: en todos mis años! —exclamó un

«¿Por qué no enseñarles a estos

demonios mi danza? Pero no, no, si tercero.

salgo ahí fuera me devorarán de un Y todos hicieron grandes elogios de

bocado. Aunque, puesto que son ogros a la danza del viejo. Cuando finalizó, el

los que les gusta mucho la danza, si se demonio jefe le ofreció el jarro de sake

divierten con mi manera de bailar, no diciendo:

creo que vayan a comerme. Bueno, hay —Tu danza era muy entretenida, ha

que tener valor, voy a probar». sido un gran trabajo por tu parte. De

Arrastrado por la música de los momento, echa un trago, por favor.

demonios, el viejo se unió al grupo, El viejo cogió la copa con cierto


temblor y haciendo una profunda prueba de lo que dices? —preguntó el

inclinación, dijo: demonio jefe.

—Únicamente me he dejado —Estoy dispuesto a dejar lo que

arrastrar por vuestra diversión. Si haga falta.

interrumpí vuestra fiesta con mi loco —¿Qué podemos pedirle? —

danzar, no fue con intención. Y encima preguntó el jefe al resto de los

sois tan bondadosos que, en lugar de demonios.

Uno de ellos, que estaba sentado

castigarme por mi rudeza, me dais la detrás de él, contestó con cara de

alegría de vuestro aplauso. sabihondo:

—¿Interrumpir nuestra fiesta? — —Como prenda, tenemos que tomar

respondió el demonio—. ¡Oh, no! Al lo que más aprecie. Por lo que veo, este

contrario, has añadido nueva diversión.

Tienes que venir otras veces para danzar anciano tiene un gran lobanillo en su

ante nosotros. mejilla derecha. Pues bien, he oído que

—Si mi tosca danza os gusta, estaré los hombres consideran que un lobanillo

siempre a vuestra disposición — es un signo de buena suerte y lo cuidan

respondió el viejo. mucho. Si lo tomamos en prenda, es

—Pues entonces, ¿vendrás también seguro que volverá mañana, porque

mañana? —le preguntó el demonio. querrá recuperarlo.

—Sí, acudiré sin falta —respondió —¡Qué idea tan espléndida has

el viejo. tenido! —exclamó el demonio jefe—.

—¿Vendrás seguro? —preguntó el Vamos a quitarle el lobanillo.

demonio. Dicho esto, agarraron al asombrado

hombre por la mejilla y cuando parecía

—No tiene por qué preocuparse — que iban a retorcerle el lobanillo, de

dijo el viejo. pronto, los demonios desaparecieron y

—Pero no te podemos dejar marchar no quedó rastro alguno de ellos.

sin más. ¿Qué prenda puedes dejar como El viejo tuvo la sensación de
su mujer todo lo que había sucedido al ir

haberlo soñado. «Pero ¿qué es esto?», desde su casa a la montaña y su

pensó. Le habían quitado limpiamente su encuentro con los demonios.

molesto lobanillo y ni había sentido —¡Vaya una cosa tan estupenda! —

pizca de dolor, ni quedaba rastro alguno. exclamó la mujer con admiración—.

«Vaya una cosa más extraña; si lo

hubiera sabido, habría venido antes a Pero me pregunto para qué les servirá a

bailar ante ellos», pensaba alegremente los demonios un lobanillo.

mientras se acariciaba la mejilla. Así Y ambos se pusieron a comentar el

pues, con el corazón ligero y la mejilla tema, riendo muy divertidos.

aún más ligera, se encaminó hacia su Al lado de este matrimonio, puerta

casa con paso rápido. con puerta, vivía otro anciano de la

En casa, la abuela le esperaba misma edad que también tenía un gran

impaciente. lobanillo, en este caso en su mejilla

—¡Oh!, por fin has llegado. Has izquierda, origen de muchas molestias.

debido pasar un mal rato con la lluvia, Cuando escuchó la historia del otro

¿no? Anda ven, entra y descansa. hombre, sintió envidia, y dirigiéndose a

su casa, le dijo:

Nada más decir esto, miró el —Vecino mío, ¿es cierto que anoche

semblante de su marido y al no ver el te encontraste con unos demonios que te

lobanillo que estaba segura de haber quitaron el lobanillo?

visto por la mañana, pensó que se le —Sí, claro que es verdad —

había caído u olvidado en algún sitio.

—¿Qué has hecho con tu lobanillo? respondió el viejo—. ¿Para qué iba uno

—exclamó con sorpresa. a mentir?

—Pues ya verás, ya verás —le dijo —Pues entonces, voy a ir ahora

ufano el viejo—. Hay un motivo muy mismo y les pediré a los demonios que

especial para todo esto. me quiten este molesto lobanillo. Pero

Y, muy orgulloso, el viejo le contó a ¿dónde puedo encontrarlos?


—Ah, ya comprendo. Prueba El anciano se levantó y, desplegando

entonces a ir. un abanico que había traído preparado,

Y a continuación le explicó el empezó a cantar y bailar. Sin embargo,

camino y la hora en que encontraría a este anciano era torpe de nacimiento, no

los demonios. Con ello, el viejo vecino sabía bailar y únicamente daba saltos al

quedó muy contento y, sosteniendo su tuntún, por lo que resultaba penoso

lobanillo con la mano, fue subiendo la verle.

montaña. —¡Detente, detente! ¡Esto es

Cuando llegó a la altura indicada, se totalmente distinto de la danza de ayer!

metió en la oquedad del árbol y esperó Pero ¡qué porquería! —gritaban los

demonios—. ¡No queremos nada

con impaciencia a que los demonios contigo, viejo loco! ¡Te devolvemos el

llegasen. Por fin, a la hora en que lobanillo que dejaste como prenda, así

empezaba a anochecer, tal y como le que vete de aquí inmediatamente!

habían explicado, aparecieron los Diciendo esto, un demonio le tiró el

demonios y comenzaron su fiesta justo

delante del hueco del árbol. lobanillo al viejo, y se lo colocó en la

—Ya debe de estar a punto de llegar mejilla derecha. Así es que no

el viejo de ayer —dijo el demonio jefe, solamente no perdió el lobanillo de su

mirando en torno suyo. mejilla izquierda, sino que el pobre

—Gracias por haber venido —dijo hombre se llevó otro por añadidura, con

el viejo, saliendo de un salto del hueco lo que bajó huyendo de la montaña

del árbol—. Llevaba ya un tiempo mientras sostenía los lobanillos con

esperándoos. ambas manos, como si fueran calabazas

—Ah, el viejo de ayer —dijo el de peregrino.

demonio jefe—. Venga, apresúrate y

empieza a bailar. La historia de

Urashima

—A su servicio.
Hace mucho tiempo, en la aldea de en el aire.

Tango, en la provincia de Mizunoe, —Ahora todos juntos —chillaron, y

vivía un joven pescador llamado Taro los palos y los zurriagazos, uno detrás

Urashima. Un día, cuando el crepúsculo de otro, llovieron sobre el cuerpo del

caía sobre la playa, Urashima arrastraba animal.

su barca hasta la arena tras una larga Con su ofuscada cabeza metida

jornada de pesca. Después de haber dentro de la sólida concha, la tortuga,

asegurado bien la barca en la arena, demasiado lenta y pesada para escapar

Urashima echó a andar hacia su casa con de sus jóvenes torturadores, permanecía

lo que había pescado. De pronto su quieta, sufriendo los agudos dolores que

cada porrazo transmitía por su

atención se vio atraída por un círculo caparazón a todas las partes de su

gesticulante de niños, capitaneados por cuerpo.

uno un poco más mayor, como de once o —¿Qué estáis haciendo? —gritó

doce años. Estaban armando gran Urashima encolerizado por la crueldad

alboroto en el lugar donde las rocas

cedían terreno a la arena, y parecían de los niños y por el lastimoso estado de

estar aporreando sin misericordia algo la desamparada criatura—. ¡Parad en

que había en medio de ellos. Al seguida! ¿Creéis que actuáis bien al

acercarse más, Urashima comprobó que golpear a esta desventurada tortuga?

el objeto de las pedradas y los palos era ¡Vais a matarla!

una tortuga que tenían atada con una Los chicos apenas le prestaron

cuerda. atención y renovando sus golpes sobre

—Ahora me toca a mí —gritó uno de el lomo del animal, dijeron:

ellos, y golpeó con el palo el lomo de la —Si se muere, que se muera. La

enorme tortuga. tortuga es nuestra. Nosotros la hemos

—Y ahora a mí —exclamó otro, y un capturado y podemos hacer con ella lo

que se nos antoje. ¡Vete de aquí!

látigo de hierbas y algas marinas silbó —Pero no tenéis derecho a


golpearla —dijo Urashima—. Ella sufre rodeaban sus piernas. Con los ojos

como vosotros podéis sufrir. Oíd, si os húmedos de gratitud, la tortuga echó una

doy dinero, ¿me entregaréis la tortuga? mirada a su benefactor y se adentró en el

mar hasta perderse de vista.

—¡Claro que sí! —gritaron todos a Pocos días después, Urashima

una—. Si nos das dinero, será tuya en estaba sentado en su barca, alejado de la

seguida. costa, con sus pensamientos tan

Urashima les entregó el dinero indiferentes como el cordel que

suelto que tenía encima y los niños, con

gritos de júbilo, echaron a correr hacia atravesaba la superficie sin olas del

la aldea. Urashima, desatando la cuerda, mar, cuando, de repente, una vocecita

se volvió a la tortuga, le acarició el dulce como una campanilla lo vino a

caparazón y le dijo: sacar de su ensimismamiento.

—Pobrecita. Se dice que la grulla —¡Urashima-san, Urashima-san!

vive mil años y la tortuga diez mil, así —¡Ajá! Parece como si alguien me

que, siendo el animal más longevo, es estuviese llamando. Pero ¿quién podría

una pena que tu vida haya estado en ser? Estoy solo y fuera del alcance de la

peligro. Ha sido una suerte que pasara tierra. Seguro que estoy soñando —

por aquí justo en este momento. Por pensó para sí Urashima, y volvió a mirar

favor, vuelve cuanto antes a tu mar el anzuelo.

—¡Urashima-san, Urashima-san! —

nativo y de ahora en adelante procura volvió a llamar la voz.

que no te atrapen de nuevo. Ahora no podía haber duda. Era su

Urashima cogió a la tortuga en sus nombre el que alguien había

brazos y anduvo con ella hacia la orilla pronunciado. Se volvió rápidamente y

del mar. Metiéndose con ella hasta las

rodillas, la soltó en las limpias aguas allí, cerca de su barca, con la cabeza

azules y la vio empezar a nadar y emergiendo de las cristalinas aguas,

sumergirse con placer en las olas que descubrió a su amiga la tortuga.


—¿Eras tú la que me llamaba hace nunca lo he visto. Debe de ser un lugar

un momento, tortuguita? —preguntó

Urashima con gran sorpresa. muy remoto.

—En efecto, era yo, querido amigo —Entonces tengo un gran regalo que

—contestó la tortuga—. El otro día hacerte —dijo la tortuga—. Deseo

mostraste una gran bondad conmigo al invitarte al Palacio del Dragón.

salvarme la vida, y quería por ello Urashima, no recuperado aún de la

mostrarte mi gratitud. sorpresa de este extraño encuentro,

—En realidad, no tuvo importancia contestó un tanto indeciso:

—dijo Urashima—, y no merece que me —Desde luego que me honraría

lo agradezcas tan afectuosamente. Pero muchísimo conocer ese palacio, pero

por favor, no te alejes demasiado de tu ¿cómo puedo ir hasta allí? Tú estarás

casa. Te invitaría a subir a mi barca a acostumbrada a ir y venir de ese lugar,

pero yo no puedo nadar tanto.

descansar y fumar un poco de tabaco, La tortuga se colocó paralela a la

pero, claro, como eres una tortuga... Ja, barca y ante los ojos de Urashima,

ja, ja. aumentó de tamaño.

—Ja, ja, ja. Gracias, pero preferiría —Súbete sobre mi lomo, que yo te

un poco de sake, porque tabaco, no

fumo. llevaré. Te montaré, y contigo encima

—Vaya, lo siento, pero no tengo sake nadaré a través de las sendas del mar

en mi barca. Bueno, en cualquier caso que conducen al palacio. Estaremos allí

puedes subir un rato a secar el en seguida. ¡Vamos, Urashima!

caparazón. Urashima sentía temor, pero también

—Por cierto, Urashima-san, tengo deseaba conocer tan maravilloso lugar,

algo que preguntarte: ¿has oído hablar por lo que finalmente se decidió y montó

alguna vez del Palacio del Dragón? sobre el caparazón. De inmediato, la

—He oído algo acerca de ese tortuga empezó a nadar velozmente a

palacio —replicó Urashima—, pero través del tranquilo mar. De pronto se


sumergió y empezó a moverse para anunciarles, mientras Urashima se

graciosamente y a una velocidad bajaba de la tortuga. Al instante

majestuosa en las verdes profundidades apareció un gran número de besugos y

del mar. A medida que se sumergían más lenguados que les dieron la bienvenida y

y más, les iban saliendo al paso algas y les condujeron hacia las salas interiores.

peces, algunos de los cuales le Una vez dentro, Urashima vio que lo

que él había tomado por una profusión

resultaban desconocidos a Urashima. de capullos y flores eran hileras de

Los peces les saludaban al pasar, y hermosas doncellas ataviadas con ricos

había una procesión como un pasillo vestidos de brocado. Al aproximarse

formada por besugos. Por encima de más advirtió que cada doncella lucía

todos ellos pendían nubes de

transparentes medusas. unas bandas brillantes de algas y

La tortuga siguió descendiendo hasta anémonas marinas entre sus altísimos

que apareció ante ellos la imponente trenzados; y por delante, anidando en las

puerta del Palacio. Era tan hermosa que ondas del pelo, había un joven besugo.

parecía sacada de un sueño, y Urashima Al pararse Urashima, como

no pudo evitar contener el aliento ante consecuencia del arrobado

su belleza. La tortuga se detuvo en el encantamiento en que se hallaba, las

portón de entrada y llamó a los filas de los asistentes se dividieron en el

guardianes, anunciando la visita de centro como una ola para dejar paso a

Urashima y pidiendo permiso para una joven de increíble belleza que

entrar. avanzaba lentamente hacia él. Era la

afamadísima y legendaria princesa Oto,

—A partir de aquí tendrás que la princesa del dragón. Tenía un

continuar a pie —dijo la tortuga. precioso y reluciente pelo negro

Al momento acudió un gobio para recogido en un moño, e iba vestida con

abrir las puertas, que se marchó en un kimono de una tela desconocida para

seguida hacia el interior del Palacio


Urashima, que brillaba y se balanceaba La princesa precedió a Urashima y

con el movimiento del mar. Urashima se se sentó graciosamente en una de las

puso de rodillas y se inclinó ante ella sillas. Luego invitó al joven a sentarse

profundamente. junto a ella.

—Bienvenido seas a mi humilde

morada —dijo la princesa sonriendo —Urashima-san, me gustaría

con dulzura—. Fuiste muy amable al ofrecerte una recepción como

salvar la vida de mi querida tortuga y agradecimiento, aunque sé que es una

tengo contigo una deuda de gratitud. Nos recompensa muy vulgar. Por favor, no te

alegraremos muchísimo si entras a cohíbas y diviértete con total libertad.

hacernos compañía. Puedes permanecer aquí todo el tiempo

La princesa le tomó de la mano y le que quieras.

condujo a lo largo de los grandes —Nada me agradaría más. Es mi

corredores del palacio seguidos por las primera vez en un lugar como este y todo

doncellas y los criados. Los suelos cuanto veo me parece maravilloso —

estaban cubiertos de ágatas y de ellos replicó Urashima consciente de que era

inútil intentar resistirse.

surgían varias columnas para soportar Inmediatamente, de entre las

los abovedados techos con adornos de columnas de coral salió una hilera de

coral. Desde los aposentos que había en sirvientes que traían sake y unos ricos

los corredores llegaba el sonido de manjares como acompañamiento.

piezas musicales que les seguían a su

paso. Le trajeron ricos ropajes, que Mientras comían y bebían, comenzaron

cambió por sus ropas de pescador. En la las doncellas a ejecutar danzas, y a

sala a la que finalmente entraron había cantar melodías de amor, convirtiéndose

una mesa baja y roja cubierta con un aquello en una fiesta muy animada.

mantel de riquísimo damasco y dos Una vez finalizada la comida, la

sillas talladas de la misma vivida y roja princesa invitó a Urashima a que la

madera. acompañara para ver el palacio.


Esculpido en el techo de cada una de las estaba el amplio paisaje incendiado con

maravillosas habitaciones por las que el rojo otoñal de los arces y los

cruzaban, estaba el magnífico dragón crisantemos en flor. Urashima,

rojo y dorado de la dinastía de la paralizado de asombro, volvió en sí por

princesa Oto. Al fin arribaron a una sala la voz de la princesa, que ahora le pedía

decorada con perlas y coral. Desde que viniera hacia el lado del norte. Allí

aquella extraña habitación, se podía era invierno y todo estaba cubierto por

contemplar a un tiempo el paisaje de las una alfombra de nieve. Los árboles,

cuatro estaciones. arbustos y matorrales estaban cubiertos

de nieve, y agujas de hielo colgaban de

Si se miraba por el ventanal del este, las ramas y de las hojas. La superficie

se extendía un paisaje con toda la del estanque aparecía congelada.

frescura y el verdor de la primavera. El placer de Urashima no tenía

Allí había cerezos y ciruelos en flor, los límites. Cualquier pensamiento que

sauces se inclinaban sobre las aguas del

arroyo y revoloteaban ruiseñores y hubiera podido albergar de volver a su

mariposas. La princesa le condujo ahora casa había abandonado su corazón. Su

hacia el lado sur. De repente estalló ante único deseo era quedarse para siempre

él todo el calor del verano. La fragancia con la princesa Oto en esta tierra

de multitud de gardenias blancas que encantada y mágica. Pasaban los días y

rodeaban un estanque se extendía por los meses, y Urashima vivía disfrutando

todo el aposento. La superficie del en medio de este hechizo. Le traían todo

estanque estaba cubierta de nenúfares de lo que pedía, y cada día había alguna

todos los tamaños que flotaban aquí y nueva maravilla para alegrarle. Cuánto

allá, con sus pétalos colgando. Las tiempo llevaba allí, no lo sabía, ni

cigarras y las ranas llenaban el aire con tampoco le importaba demasiado.

Pero un día, de repente, empezaron a

sus cantos. A continuación, Urashima inquietarle los pensamientos sobre sus

miró por el ventanal del oeste. Ante él padres, sus amigos, su tierra natal. Se
volvió silencioso y triste, muy diferente Diciendo estas palabras, la princesa

de lo alegre y feliz que era antes. Un día trajo una pequeña caja de laca negra

atada con cordoncillos rojos y se la

la princesa le preguntó cariñosamente: tendió a Urashima.

—¿Por qué estás tan triste? ¿Qué te —Después de todas las atenciones

ha ocurrido? recibidas, no merezco además un regalo.

—Pienso mucho en mis padres y Pero, ya que insistís, lo aceptaré. ¿De

amigos. No consigo olvidarles, y creo

que ha llegado el momento de decir qué se trata? —inquirió, tomándolo con

adiós y volver con ellos. ambas manos y llevándoselo a la cabeza

Para Urashima resultaba muy duro como prueba de agradecimiento.

separarse de la princesa, pero su —Urashima-sama, este cofre es

preocupación ya no le dejaba disfrutar especial, y guarda un tesoro muy

de aquel lugar. importante —dijo la princesa Oto—.

Al escuchar estas palabras, la Llévalo siempre contigo y no te separes

princesa intentó retenerle unos días más, nunca de él. Pero no debes abrirlo bajo

pero viendo que la decisión de ningún concepto. ¿Entiendes? Bajo

Urashima era firme, aceptó con una ningún concepto.

sonrisa, comprendiendo que sería mucho La princesa se inclinó y dio unos

cuantos pasos, tratando de esconder los

peor si no le dejaba marchar. Urashima ojos tras las mangas de su vestido, pues

volvió a ponerse sus antiguas ropas de era incapaz de contener sus lágrimas.

pescador, lo que le hizo añorar todavía También Urashima se sentía muy triste al

más su vida en tierra firme. pensar en que debía dejar a su bella

—Urashima-sama, a pesar de la gran

pena que esto me produce, lo princesa, pero sabía que no estaba bien

comprendo. Ya veo que echas mucho de mostrar sus sentimientos ante ella. Con

menos a los tuyos. Pero antes de irte, una inclinación por toda despedida, se

quiero que te lleves algo como recuerdo. dirigió a donde le esperaba la tortuga
para llevarle de vuelta.

La princesa estaba demasiado mar y se alejó en silencio.

apenada para acudir a verlo salir por las Urashima se adentró en tierra y

puertas. Urashima subió a lomos del buscó con la mirada su hogar familiar

animal y este se puso a nadar lentamente con el espíritu enternecido. Pero ¿qué

a través de las aguas profundas. habría sucedido? El tejado se había

Urashima miró con vehemencia y hundido, y de la casa solamente

tristeza el lugar que abandonaba, hasta quedaban unas ruinas medio ocultas por

que a su vista fue empequeñeciéndose y los hierbajos. Tan solo se escuchaba el

finalmente desapareció. sonido del viento al agitar los pinos. La

Pronto el color verde dio paso a un playa era la misma, pero no conocía a

azul intenso, hasta que por fin ninguna de las personas con que se

cruzaba. Todo estaba cambiado y no

alcanzaron la superficie montados en la había ningún signo que él pudiera

cresta de una enorme ola que les llevó reconocer. Subiendo por la playa llegó

hacia delante a gran velocidad. La hasta la calle principal de la aldea, pero

tortuga siguió nadando en silencio hasta apenas parecía la misma. No pudo

que al fin divisaron una playa arenosa.

Urashima distinguió finalmente el encontrar ningún pariente ni amigo. La

conocido paisaje natal, y al hacerlo, su gente le miraba con curiosidad, y alguno

corazón empezó a latir violentamente, soltaba risitas ante su aspecto. Su

pues volvía por fin al hogar. ¡Qué preocupación iba en aumento.

bienvenida tendría! ¡Qué maravillas iba —Mi nombre es Urashima, el

a contar! La tortuga se dirigió hacia la pescador. ¿No ha oído usted hablar de

orilla, donde Urashima pudo desmontar mi familia? —iba preguntando lloroso.

fácilmente de sus lomos. Mientras él se Por fin encontró a un anciano que le

quedaba de pie en el agua, con su negra respondió con las siguientes palabras.

caja de laca apretada bajo el brazo, la —Ah, sí. Yo sí he oído hablar de

tortuga se deslizó suavemente hacia el Urashima, un pescador que vivió aquí y


que desapareció en el mar subido a cabo de un rato sus pensamientos

lomos de una tortuga. Pero si tú eres volvieron a su princesa y a su nuevo

Urashima, entonces debes de ser un hogar bajo el mar. Allí estaba su única

fantasma, porque al parecer eso sucedió esperanza. Regresó a la playa, y se sentó

hace trescientos años. mirando fijamente la caja de laca negra

que llevaba.

—Déjese de bromas, por favor. —La princesa me dijo que había

Solamente he estado ausente unos meses, algo muy importante dentro, pero que no

y soy de carne y hueso, no un fantasma. debía abrirlo. Pero ahora que he perdido

—Bueno, pues fantasma o no, eso mi casa, mi familia y a mis amigos, esto

sucedió hace trescientos años, y es todo

lo que puedo decir. es todo cuanto me queda. Probaré a

Urashima apenas podía contener su abrirlo.

asombro. Ahora que se lo había dicho, Desató ansiosamente los lazos y con

se iba dando cuenta de que todo a su manos temblorosas levantó la tapa. Al

alrededor tenía un aspecto instante, una nube color púrpura salió

completamente extraño, y de que sus del interior y envolvió a Urashima por

ropas parecían anticuadas. Después de completo. Cuando se dispersó la

todo, quizá fuera cierto que habían neblina, Urashima comprobó que en él

pasado trescientos años. se había operado un terrible cambio. Su

—¡Hace trescientos años! fresco y joven rostro de veinticinco años

¡Trescientos años! —murmuró Urashima se había llenado de líneas y arrugas; sus

brillantes ojos se habían oscurecido y

para sí—. Y yo pensaba que habían sido ofuscado; su pelo se había vuelto blanco

solo unos meses. Eso lo explica todo: como la nieve, y escaso. Los calambres

mis padres muertos; nuestra casa en rendían sus dedos y el dolor, sus

ruinas; la aldea irreconocible. ¡Oh! ¿Qué piernas, ahora delgadas y llenas de

puedo hacer?

Y se puso a llorar amargamente. Al gruesas venas. Trató de levantarse, pero


los incontables años atormentaban todo —¡Mujer, por fin he atrapado a ese

su cuerpo, y se notó sujeto a la arena tanuki tan dañino! Vigila que no se

porque su espalda se inclinaba en ángulo escape. Esta noche haremos sopa de

recto y no podía ponerse derecho. tanuki, y tomaremos sake para

Luego, con los ojos nublados, miró celebrarlo —le dijo.

vagamente hacia el mar. El viejo ató las cuatro patas del

tanuki, lo colgó cabeza abajo de una

La montaña Kachi- viga de la despensa, y volvió a salir al

kachi

campo.

Érase una vez, hace mucho, mucho Cuando se hubo ido, el tanuki,

tiempo, un anciano que vivía con su colgando de la viga de la despensa,

esposa en el campo. En la vecindad empezó a estrujarse los sesos pensando

había un viejo tanuki muy dañino que y pensando en cómo podría escapar,

cada noche salía de su madriguera y hasta que, al fin, ideó un plan. Luego,

arrasaba sus campos, destrozando todos volviéndose hacia la vieja que estaba

los melones y berenjenas que el hombre moliendo trigo a su lado, le dijo con

había sembrado y cultivado con el sudor fingida amabilidad:

de su arduo trabajo, por lo que, aunque —¡Abuela! ¡Eh, abuela!, debe de ser

el viejo era de buen carácter, no pudo muy cansado para una mujer de tus años

moler trigo con un almirez tan pesado

aguantar más y diciéndose «ya verás lo como ese. Préstamelo, y yo moleré por

que te voy a hacer», finalmente puso una ti.

trampa y consiguió atrapar al viejo La vieja negó agitando su cabeza

tanuki. canosa a izquierda y derecha y dijo:

—¡Qué alegría! Por fin estoy libre

de esa peste. —Pero ¿cómo crees que voy a hacer

El viejo, muy contento, cogió al una cosa semejante en ausencia de mi

tanuki y se lo llevó a su casa. marido? Si llegase a pasar algo, ¡cómo


me regañaría por haberlo hecho! Te por mí un rato —le dijo entregándole el

agradezco mucho tu amabilidad, pero no

estoy dispuesta a ello. almirez.

Así que no se dejó convencer por la Apenas el tanuki cogió el almirez,

táctica del tanuki. hizo como si fuera a moler el trigo, y he

Pero el tanuki, siendo asimismo un aquí que, de pronto, golpeó a la mujer

animal de astucia reconocida, continuó con él. Y cuando estuvo seguro de que

tratando de persuadirla, diciendo con estaba muerta, hizo una sopa con ella

voz zalamera: como si fuera la sopa de tanuki. Luego,

—Haces bien en ser tan precavida. transformando su figura

Pero desde que me han cogido ya no

pienso en tratar de huir ni de [26] en la de la

esconderme como un cobarde. Si crees anciana y disfrazándose con sus ropas,

esperó tranquilamente a que regresara el

que el viejo te regañará por haberme viejo.

desatado, pues bien, vuelve a atarme El anciano, que no podía ni soñar lo

cuando creas que esté por llegar y me que había sucedido durante su ausencia,

cuelgas aquí como antes. ¿No te parece iba feliz y sonriente por el camino de

que con eso estará bien? De ninguna vuelta, ya que se había librado por fin

manera voy a escaparme. Prueba aunque de una gran preocupación y encima iba a

solo sea una vez y déjame usar el

almirez. poder cenar sopa de tanuki por primera

Así iba soltando este tipo de vez en mucho tiempo.

argumentos, y como la vieja en el fondo Al llegar a casa de tan buen humor,

era una mujer de buen corazón, pensó el tanuki, fingiendo ser la mujer que le

para sus adentros: «Ya que me lo dice esperaba impaciente, le dijo:

tan seriamente, creo que no habrá —¿Ah, ya estás de vuelta? Quería

peligro alguno», y finalmente lo desató. que probases cuanto antes la sopa de

—Muy bien, pues ya puedes moler tanuki y te estaba esperando con el


guiso ya preparado. sopa que he tomado y que me ha sabido

Él, muy complacido al oírla, tan deliciosa, hasta para chasquear la

respondió: lengua, estaba hecha de mi pobre mujer!

—Ah, estupendo. Te agradezco ¡Cuánto odio a ese tanuki! ¡Algún día

mucho que te hayas tomado ese trabajo. sufrirás mi venganza!

Vamos a probarla de inmediato. Sobrecogido por la rabia y la pena,

Tan pronto como se hubo quitado sus el viejo se arrojó al suelo y, boca abajo,

sandalias de paja, se sentó frente a la lloró sin parar como un niño.

Y he aquí que, de pronto, oyó que

mesa, y como no sabía que la sopa alguien le llamaba por encima de su

estaba hecha con su esposa, comía cabeza:

chasqueando la lengua para demostrar —¡Buen hombre! ¿Por qué estás

cuánto le gustaba, y hasta pidió repetir llorando así?

de esa sopa de vieja.

Y entonces, esa abuela que hasta ese El anciano, pensando quién podría

momento le había servido la cena, de ser el que le llamaba, levantó la cabeza

pronto recuperó su forma original de y vio a un viejo conejo blanco que

tanuki y, enseñándole a la vez la lengua también vivía en la vecindad.

y el rabo, le dijo: De por sí, el conejo blanco era de

—¡Viejo, te has comido la carne de carácter bondadoso, muy diferente del

tu mujer! ¡Mira los huesos bajo las viejo tanuki, y como el hombre sabía

tablas del vertedero! —Y desapareció al que era un animal muy amable, le dijo:

instante, como si fuese niebla o una —¿Ah, eres tú, conejo blanco?

nube. Gracias por venir a visitarme. A decir

El anciano se llevó una sorpresa tan verdad, hoy me ha pasado esto y esto, y

el viejo tanuki ha matado a mi mujer.

grande que quedó mudo y paralizado de ¡Algo tan penoso no me había sucedido

horror. Por fin, recobrándose, dijo: en toda mi vida!

—¡Ah, pobre mujer! ¡Así que la El conejo, al oír toda la historia, se


compadeció mucho del viejo, y le dijo: madriguera, decidió ver qué estaba

haciendo el tanuki. Pero este, después

—¡Hay que ver qué cosa tan de huir de casa del viejo, se hallaba

horrible! Pero no te desesperes así. Por temeroso de ser descubierto, así que se

lo que se refiere a la venganza contra el había refugiado en lo más hondo de su

viejo tanuki, yo me encargaré en tu cubil. Al ver esto, el conejo pensó que

lugar. Tú solo tienes que esperar

pacientemente. no podría hacer nada hasta que sacase al

Así es como el conejo le consoló, de tanuki de su madriguera.

tal modo que su corazón se sintió un Afortunadamente, al día siguiente hizo

poco más aliviado, y dijo: buen tiempo, y el conejo fue a visitar al

—Aun siendo todos compañeros del tanuki. Llamándole desde fuera le dijo:

reino animal, los hay que me dicen cosas —Señor Tanuki, señor Tanuki, ¿qué

tan buenas como tú y los hay tan le sucede que se encierra en la

malvados como el tanuki. Pero el Cielo madriguera con un día tan bueno? ¿Es

nunca se equivoca al ayudar a los que tiene pereza? ¿Por qué no viene

buenos y castigar a los malos, así que conmigo a la montaña a divertirnos y

ese bellaco de tanuki seguro que pronto, recoger leña para el fuego?

El tanuki, al ver que se trataba de un

un día de estos, sufrirá tu venganza. ¡A animal como él, se confió en gran

partir de hoy esperaré con ansiedad que manera y le dijo:

llegue ese día! —Pues sí, es una gran idea. Estaba

—De eso puedes estar seguro, que empezando a aburrirme de estar solo.

ya me he comprometido, y en dos o tres

días te mostraré cómo he derrotado a ¡Salgamos ahora mismo!

ese tanuki. Así fue como ambos animales

Tras haber hecho esa promesa echaron a andar juntos hacia una de las

solemne, el conejo se marchó. montañas cercanas.

Cuando el conejo iba de camino a su El conejo y el tanuki, al que tan


hábilmente había sacado aquel de su preguntar:

madriguera, juguetearon todo el día —Señor Conejo, ¿qué es ese ruido

corriendo por la montaña y recogiendo de boo-boo que se oye ahora detrás de

leña sin demasiado esfuerzo. Para la mí?

bajada, se echaron a la espalda la leña —¿Ese ruido? ¡Oh, no es nada! Es

que habían juntado y se dirigieron hacia que como el nombre de esta montaña es

sus madrigueras. A mitad de camino, el Boo-boo, he sido yo que estaba diciendo

conejo, dándose cuenta de que el tanuki «Boo-boo».

andaba confiado, se puso detrás de él, a Y casi antes de que terminase de

escondidas, y empezó a frotar el decir aquellas palabras, la leña que

pedernal que llevaba consigo, que hacía llevaba el tanuki sobre su espalda se

incendió con una gran llamarada,

un sonido como kachi-kachi. pareciéndose el espectáculo a las

Entonces el tejón, aguzando los estatuas budistas de Fudoh-myoh

oídos, preguntó: [27]

—Señor Conejo, ¿qué será ese ruido .

de kachi-kachi que se ha oído detrás de Como no podía ser menos, el tanuki se

nosotros? desesperaba aterrorizado.

—¡Ah, no es nada! Es que como esta

es la montaña Kachi-kachi, he sido yo —¡Ah, que me quemo! ¡Aah, aah!

que he dicho «kachi-kachi» —respondió ¡Es terrible! ¡Es terrible! —gritaba

fingiendo desinterés. rodando por el suelo.

Mientras iban conversando, el fuego El conejo, fingiendo estar muy

que había obtenido con el pedernal sorprendido, lo abanicaba por detrás.

prendió en el hato de leña que el tanuki Esto hizo que al tanuki le resultase el

llevaba a la espalda, empezando a dolor todavía más inaguantable, y

crepitar con un boo-boo. chillando a más no poder corrió hasta

El tanuki, al oír el ruido, volvió a precipitarse dentro de su madriguera.

El conejo estaba muy complacido


viendo que había funcionado su plan de sufrimiento terrible.

atormentar al tanuki. Al día siguiente, Sin embargo, aunque sufrió

con semblante serio, se dirigió a la muchísimo, el tanuki no se murió tras

madriguera para interesarse por el una suerte tan terrible, ni tampoco

estado de salud del tanuki, al que halló cambió un ápice su maligno carácter.

con un pañuelo atado a la cabeza y Por ello, el conejo decidió no darle

tregua, y siguió pensando en cómo

gimiendo de dolor. matarle.

El conejo, sacando una pasta de Pasado un tiempo, cuando el tanuki

guindillas que había traído, se la ofreció mejoró de sus quemaduras, acudió a ver

diciendo: al conejo. Al verle, el conejo le dijo:

—Señor Tanuki, siento mucho lo que

le sucedió ayer. He oído que este —¡Oh, Señor Tanuki! ¿Ha mejorado

ungüento es lo mejor para las usted?

quemaduras, y aunque le dolerá un poco, —Estoy mucho mejor, gracias. Ya

creo que debe aguantarse y probarlo. casi no me duele.

El tanuki se alegró mucho, y le dijo: —Me alegro. Entonces, si le parece,

—Es usted muy bondadoso por para hacer un poco de ejercicio,

traerme eso. Me da un poco de reparo podemos ir otra vez de excursión.

pedirlo, pero ¿sería usted tan amable de —No, gracias. He terminado más

untarme un poco? que harto de ir a la montaña.

—Claro que sí. Venga aquí. —Entonces dejemos la montaña.

Y diciendo esto, le untó ¿Qué tal si esta vez probamos a ir al

mar?

generosamente la pasta en la parte en —Bien pensado. Ahora que lo dice,

que la piel estaba descarnada. Frotaba y lo del mar puede ser divertido.

frotaba con tanta fuerza que le causó un —Pues entonces yo me encargo de

daño tremendo al tanuki, que cayó las barcas para que salgamos lo antes

rodando en su madriguera con un


posible. vista maravillosa?

—Lo dejo en sus manos —repuso el —Cierto. El tiempo es muy bueno y

tanuki. el mar está en calma. Es muy agradable,

Y así se separaron ese día. ¿verdad?

Cuando el tanuki se marchó, el

conejo se puso enseguida a construir las —Se me ocurre que solo remar sin

barcas. Esta tarea ocultaba un nuevo más no es muy divertido. ¿Qué tal si

plan contra el tanuki, pues mientras que probamos a hacer una competición?

construía su propia barca a base de —Hum... sí, suena divertido —

madera, la del tanuki la hizo de barro. repuso el tanuki—. Vamos, pongamos

Pasados dos o tres días, el tanuki las barcas alineadas y salgamos. ¡Una,

volvió de visita. dos y tres!

—¿Señor Conejo, ha terminado —¡Adelante! ¡Adelante!

usted ya las barcas? —¡Adelante! ¡Adelante!

—¡Oh, sí, ya las tengo preparadas! El conejo y el tanuki remaron con

Vea usted qué maravilla. todas sus fuerzas, con los pañuelos

anudados en la frente. Pero como, al fin

—Realmente tienen muy buen y al cabo, la barca del tanuki estaba

aspecto. Entonces, ¿salimos ya cuanto hecha de barro, comenzó a absorber el

antes? agua y a deshacerse según remaba.

—¿Sabe usted remar? Entonces el tanuki se dio cuenta por

—Claro, cómo no iba a saber.

—¡Pues salgamos! vez primera de la situación, y gritó lleno

Los dos animales se fueron hasta la de pánico:

costa más próxima y botaron sus barcas, —¡Ah, esto es terrible!, ¡terrible!

remando hacia mar adentro... El conejo ¡Señor Conejo, espere un poco! ¡Mi

en la barca de madera, y el tanuki en la barca se está deshaciendo! ¡Ah,

de barro. sálveme! ¡Sálveme!

—Señor Tanuki, ¿verdad que es una El conejo detuvo su barca y se


volvió hacia el tanuki, diciéndole: fuera su propio hijo. ¡Medetashi!

—¡Eh, viejo tanuki! ¡Te atreviste a ¡Medetashi!

matar a golpes a mi pobre vecina, la [28]

vieja, y a hacer una sopa con ella! Como

castigo del Cielo, pasaste por el El gorrión de la

sufrimiento de la montaña Kachi-kachi y lengua cortada

de la pasta de guindillas. Que ahora

vayas a verte pasado por agua como Hace mucho, mucho tiempo, vivía en

pago por la sopa que hiciste con la cierto lugar un viejo leñador de gran

corazón cuya esposa, en cambio, tenía

vieja, debes considerarlo como algo muy mal carácter. Un día de otoño por la

justo, por lo que no debes enfadarte. mañana en que el bosque se hallaba

¡Prepárate para morir! encendido con el rojo de los arces, el

Y diciendo esto, alzó su remo y le viejo andaba en busca de leña cuando

dio un golpe al tanuki en la cabeza. El escuchó un plañidero lamento: «¡Chi,

tanuki dio un chillido agudo y se hundió chi, chi! ¡Chi, chi, chi!». Parecía

con un gorgoteo en el fondo del mar. proceder de unos matorrales cercanos,

Así fue como, por fin, el conejo

mató al tanuki y vengó a la pobre vieja. pero no se veía nada. El leñador, yendo

Después, corrió enseguida a la casa del hacia donde se escuchaba el lamento,

anciano y le contó la historia con todo apartó los matorrales y descubrió un

detalle. El viejo se llevó una gran pequeño gorrión caído en el suelo, que

alegría y le dijo al conejo que, gracias a se quejaba con temor y aleteaba incapaz

él, su corazón se sentía muy aliviado. de volar. Levantándolo suavemente,

Elogió su valiente acción y como comprobó que una de sus patas estaba

recompensa le trajo sabrosos alimentos. herida, así que metió al gorrión en su

pecho, entre los pliegues del kimono, y

A partir de entonces, le acogió en su se lo llevó de vuelta a casa, poniéndole

casa y le trató con tanto cariño como si el nombre de Chunko.


Pero su esposa estalló en Volveré enseguida».

improperios al ver el cariño con que el La vieja mujer, por su parte, fue

hombre trataba al pájaro. hasta el pozo y empezó a hacer los

—¿A quién se le ocurre traer algo preparativos para lavar los kimonos. El

así? Con lo molesto que va a ser gorrión, sintiéndose muy solo, empezó a

revolotear en torno de la mujer, pero

alimentarlo y demás. Te advierto que yo ella no le hizo ningún caso. Sacó agua

no pienso hacer nada. del pozo y llenó el gran balde de

El leñador, acostumbrado ya a sus madera, y dentro metió los delicados

regañinas, se movía silencioso e kimonos para lavarlos. Había preparado

indiferente, preocupado tan solo de

atender al gorrión. Día tras día le también una pasta de harina de arroz y

cuidaba la herida y le daba de comer agua en una olla para, según la

arroz hervido, que el animalito tomaba costumbre, empaparlos en ella antes de

gozosamente con su pico. Con el tiempo, secarlos y que recibieran una lustrosa

el gorrión se restableció, y revoloteaba brillantez. Tras dejar la olla en la

por toda la casa, posándose en el cocina, se aplicó por entero a la larga

hombro o en la cabeza del leñador, tarea de frotar y limpiar los kimonos

canturreando «¡pío, pío, pío!». La mujer hasta que estuvieron limpios y frescos.

del leñador, por su parte, lo aborrecía y Ella continuó con su colada como si el

con un «maldito pájaro», no perdía pájaro no existiera, pero el gorrión, que

oportunidad de atacarlo con la escoba o ya estaba hambriento, llegó

revoloteando hasta la olla con el

de espantarlo. engrudo. Atraído por su buen aspecto y

Una mañana el anciano se fue a la olor, el gorrión metió su pico en la rica

montaña como de costumbre, con su pasta y, «qué delicioso, ¡pío, pío!», trinó

guadaña y su cesto. Antes de salir, se mientras bajaba una y otra vez su pico.

despidió del gorrión: «Sé bueno durante

mi ausencia y no molestes a la abuela. No se sintió satisfecho hasta que el


fondo de la olla apareció pelado y derecho a la jaula, pero la encontró

limpio. Cuando la vieja mujer regresó vacía. Volviéndose a su mujer, preguntó:

con los kimonos para tratarlos con la —¿Dónde está nuestro pequeño

pasta y vio la olla vacía, todo su cuerpo

empezó a temblar de odio y de cólera, y Chunko?

agarrando al gorrión antes de que este —El miserable se comió toda la

tuviera tiempo de escapar, aulló: pasta de arroz, así que le he cortado la

—¡Maldita bestia, después del lengua y lo he echado a la calle. Y no lo

esfuerzo que me ha costado preparar esa quiero más por aquí —replicó colérica

pasta! ¡Voy a hacer que recuerdes este la esposa.

día! Ahora verás. —Y trayendo un par —¡Pobrecillo animal! —gritó

de tijeras, obligó al gorrión a abrir el angustiado el leñador—. ¡Qué cosa tan

pico—. Así que esta es la lengua con la cruel haberle cortado la lengua solo por

que has estado chupeteando, ¿eh? —Y le haberse comido el engrudo! ¡Si hubiera

cortó la lengua con las afiladas estado yo aquí!... ¿Cómo escuchar esto

sin echarse a llorar? —Y rompió a

cuchillas, arrojando a la pobre criatura llorar como si le hubieran separado de

al suelo—. Y ahora, piérdete —le gritó. su propio hijo.

El gorrión se levantó y agitó el Aquella noche el leñador no pudo

polvo, batiendo con sus alas el suelo. dormir. Se agitaba ansiosamente en el

¡Cuánto debía dolerle! Girando y

girando, luchó y aleteó, hasta que, con lecho pensando en su pequeño pájaro, y

un último esfuerzo, levantó el vuelo cuando por fin llegó el amanecer, se

tambaleante y desapareció en el cielo. levantó y se vistió rápidamente para

Cuando el viejo regresó a casa salir en seguida al bosque a buscarlo.

aquella noche con la leña a la espalda, Durante un buen rato estuvo vagando y

se sorprendió muchísimo al no oír la gritando:

usual bienvenida. Su amigo no se veía —Gorrión de la lengua cortada,

por parte alguna. Intranquilo, fue ¿dónde está tu casa? Gorrión de la


lengua cortada, ¿dónde está tu casa? Pío, —¡Qué sorpresa! Bienvenido seas a

pío, pío. mi morada, querido abuelo.

Durante toda la mañana y parte de la —Ah, ¿es aquí donde estabas?

tarde estuvo buscando al animal, Desde que nos separamos te echaba

caminando en una y otra dirección, tanto de menos, que he estado

penetrando cada vez más en la espesura. buscándote por todas partes para volver

Cuando empezó a atardecer, continuaba a verte.

llamando: —Te estoy tan profundamente

agradecido por ello que se me saltan las

—Gorrión de la lengua cortada, lágrimas de felicidad. No sé cómo

¿dónde está tu casa? Pío, pío, pío. agradecértelo.

Al llegar junto a un bosque de Y efectivamente, a ambos se les

bambúes, un gorrión que le escuchó, se saltaban las lágrimas de felicidad por el

acercó revoloteando mientras cantaba:

—La casa de los gorriones está aquí, reencuentro.

pío, pío, pío. —Pero cómo se te ocurre...

El leñador, con una gran alegría que Después de que eras para mí como un

le hizo olvidarse de su cansancio, se hijo, que te cortasen la lengua

puso en pie y siguió a toda prisa al cruelmente solo por un vulgar engrudo.

gorrión por el interior del bosque de Fue una miserable acción por parte de

bambúes. Al cabo de un rato, por fin esa vieja. Ayer mismo la regañé por

llegaron a un claro en el que, bajo un ello. Pero por lo que veo ya estás

techado de bambú cubierto de musgo, y curado de esa terrible herida.

sostenido por columnas también de —Así es, muchas gracias. Por favor,

bambú, se hallaba el precioso hogar de pasa adentro. —Y le guio al interior.

Ante los ojos del leñador se abría un

los gorriones. hogar maravilloso. Se descalzó y,

Al momento salió Chunko a la puerta mientras caminaba por el largo pasillo

a recibirle. de cedro, por todas partes se escuchaban


voces de bienvenida. El hombre no seguía a otro, y todo era servido con

delicioso sake y buen gusto. Como

cabía en sí de gozo. Los gorriones se acompañamiento del banquete, un grupo

alinearon ante él y se inclinaron de jóvenes gorriones con kimonos de

reverentemente. Todos los amigos y alegres colores cantaron y bailaron su

familiares de Chunko salieron a especialidad, La danza del gorrión. Los

recibirle.

—Pero ven, que te presentaré a mis ojos del leñador brillaban de alegría.

padres —dijo el pequeño Chunko. —A pesar de todos los años que he

Y le condujo a una magnífica sala vivido, no he visto nunca nada tan

donde aguardaban sus padres, sentados entretenido y agradable —repetía.

en el suelo en torno a una mesa alargada. Al oscurecer, el hombre empezó a

Los pájaros padres, que habían pensar en su casa, y a su pesar dijo a sus

escuchado cómo el anciano salvó a su anfitriones:

hijo y cuidó luego de él, murmuraron —Bueno, gracias a vosotros me he

con una profunda reverencia: sentido rejuvenecer. Ha sido muy

—En la vida podremos devolverte entretenido, pero se ha hecho muy tarde

la gran obligación que hemos contraído. y debo regresar.

Los gorriones se apenaron

La decoración de la sala era muchísimo y trataron de disuadirlo por

espléndida, y, como invitado de honor todos los medios para que no se fuera.

que era, sentaron al anciano muy cerca —Por favor, no es un lugar digno de

del lugar donde colgaba un rollo de seda ti, pero alójate con nosotros esta noche.

con la inscripción de un poema. Chunko

pidió a los demás gorriones que se Aunque te agasajásemos durante dos o

esforzaran lo más posible en su tres días, eso no pagaría ni una milésima

recepción, pues el visitante era un gran de tu amabilidad.

benefactor. El viejo leñador estaba muy Pero el leñador insistió:

sorprendido, pues un plato exquisito —Queridos amigos, ya es tarde, y mi


mujer debe de estar esperando; hoy debo —Soy mayor y ya no necesito

marcharme, pero vendré de nuevo a muchos bienes. Además, no puedo

visitaros de vez en cuando. cargar cosas pesadas, así que aceptaré

Entonces, ya no le presionaron más y agradecido la cesta más pequeña.

el pájaro padre habló: Los pájaros le colocaron la cesta a

—Generoso leñador, es muy triste la espalda y le acompañaron hasta la

despedirte, pero esta noche queremos puerta de entrada, donde le ayudaron a

que aceptes un regalo como prueba de ponerse el calzado. Todos los gorriones

nuestra gratitud. se congregaron en la puerta para

Al decir esto, los pájaros trajeron despedirle.

dos cestas de mimbre que depositaron —¡Adiós, mis pequeños amigos!

¡Adiós, pequeño Chunko! ¡Cuídate

en el suelo, a los pies del anciano. mucho! Ha sido una noche maravillosa

—Ahí tienes dos cestas —continuó que jamás olvidaré —dijo el anciano, y

el pájaro padre—: una es grande y saludó cortésmente muchas veces.

pesada; la otra es pequeña y ligera. Agitando la mano salió al bosquecillo, y

Cualquiera que escojas es tuya, y te la

damos con los mejores deseos por parte pronto desapareció entre las tinieblas.

de todos nosotros. Mientras la vieja, al ver que ya era

El leñador se hallaba profundamente de noche y su marido no volvía, andaba

emocionado, y mirando al pájaro padre, soltando improperios a solas, llegó el

al fin dijo: leñador con el cesto atado a la espalda.

—Además de esta maravillosa —¿Qué horas son estas de venir? —

recepción, todavía me ofrecéis un le regañó furiosa.

regalo. Es una atención que no merezco, —No te enfades, mujer. He estado

pero ya que os habéis tomado la en el hogar de los gorriones, donde he

molestia, lo aceptaré. pasado un rato muy agradable; e incluso

—Entonces, ¿con cuál te quedas? me han dado un regalo —contestó

descargando el cesto de su espalda.


Al oír lo del regalo, la abuela a los pájaros, y regresaré con la cesta

suavizó su expresión al instante. grande.

—Ah, bien. ¿Qué será? ¡Vamos a ver —No seas codiciosa. ¿No es más

cuanto antes qué hay dentro! —dijo con que suficiente con lo que tenemos? Te

pido que no vayas —intentó razonar el

voz ansiosa. anciano leñador.

Y, sin ofrecer a su fatigado esposo Pero los oídos de la mujer estaban

siquiera una taza de té, abrió en seguida distraídos por los pensamientos de su

la tapa. Un resplandor de confusa mente avariciosa, y, pese a que ya era

brillantez cegó momentáneamente sus

avariciosos ojos, porque dentro había noche cerrada, se calzó los zapatos y,

oro, plata, joyas, ricos kimonos, y tomando el bastón de su esposo, salió

tesoros centelleantes hasta rebosar. Los disparada hacia la casa de los gorriones.

dos estuvieron mirando en silencio, Caminaba de noche por el bosque

sorprendidos y extasiados. repitiendo:

Entonces el anciano relató la historia —Gorrión de la lengua cortada,

de su aventura desde el principio, ¿dónde está tu casa? Pío, pío, pío.

contando que le habían ofrecido un cesto Pasado un tiempo, amanecía ya

grande y uno pequeño y que él escogió cuando llegó al linde del bosque de

el pequeño sin imaginar siquiera que bambúes. Y allí apareció un gorrión

pudiera contener tantas riquezas. Pero cantando:

—La casa del gorrión es aquí, pío,

cuando su esposa escuchó estas pío, pío.

palabras, estalló furiosa: La vieja le siguió corriendo por el

—¿Pero qué clase de estúpido eres? interior del bosque de bambú, y llegó a

Traes a casa una cesta pequeña cuando la casita de los gorriones. En ese

con un poco más de molestia podías

haberte traído el doble de tesoros. momento, los pájaros se hallaban

Ahora mismo iré yo en persona a visitar reunidos haciendo comentarios acerca


del anciano que acababa de dejarles y nada. Solo quería ver qué tal se

de su esposa, cuando escucharon llamar encontraba el pequeño Chunko. Pero

a la puerta.

—¿Es este el hogar de los como he venido desde tan lejos, por

gorriones? He venido a ver a mi favor, dadme rápidamente un regalo

pequeño amigo Chunko —decía como recuerdo de mi visita, y en seguida

melosamente la vieja. me marcharé.

Chunko salió a recibirla y, aunque le En silencio, los pájaros trajeron dos

tenía miedo por haberle cortado la cestas, una grande y pesada y otra

lengua, tuvo en cuenta el hecho de que le pequeña y ligera, y las colocaron

hubieran cuidado en la casa durante delante de ella.

largo tiempo y, sobreponiéndose, le dio —Como regalo de despedida —dijo

la bienvenida con una reverencia. el pájaro padre—, acepta por favor una

—Ah, ya veo que estás de estas cestas. Como ves, una es grande

y pesada; la otra pequeña y ligera. La

completamente recuperado, mi pequeño. que elijas será tuya.

Ya sabía yo que en realidad no te había Casi sin esperar a que el pájaro

hecho mucho daño —dijo zalamera. padre terminara de hablar, la anciana

Tenía tanta prisa que rehusó detenerse señaló inmediatamente la cesta grande:

para quitarse el calzado, con lo que los

gorriones quedaron horrorizados ante —Yo soy más joven que mi esposo,

aquellos modales tan insolentes y así que puedo cargar con la grande.

maleducados. Elijo esta.

Después, cuando vio que se —Es tuya —dijo el pájaro

disponían a agasajarla, se aprestó a gravemente.

decir: En la salida, con muchos suspiros y

—Tengo mucha prisa. Por favor, no soplidos, los gorriones colocaron la

os molestéis en bailar para mí. Y cesta sobre la espalda de la mujer y la

tampoco dispongo de tiempo para comer saludaron en silencio a las puertas de la


casa. La vieja no perdió tiempo en Aterrada, sintiendo su cuerpo

inclinaciones sino que se marchó helado, la vieja mujer salió huyendo.

apresuradamente hacia el interior del Atravesando el bosque, las zarzas y el

bosque, doblándose bajo el peso de la agua, corrió a la velocidad del viento,

enorme cesta. mientras los monstruos la perseguían

No bien estuvo fuera del alcance de alocadamente.

la vista de los gorriones, bajó con —¡Ayuda, auxilio! ¡Salvadme de

estos diablos! —gritaba la mujer.

grandes sudores la cesta de la espalda, La vieja mujer no se detuvo hasta

que pesaba más que si fueran piedras, e, que llegó a casa, sin aliento y

incapaz de esperar más, abrió temblando, donde su marido, conmovido

inmediatamente la tapa. Pero tuvo que por su lastimoso estado, salió corriendo

retroceder horrorizada, pues en esta

ocasión no había tesoros dentro, sino para ayudarla hasta el porche, donde se

que lo que surgió fueron criaturas sentó palpitando antes de poder hablar.

monstruosas. Una con tres ojos, otra con —¿Qué te ha ocurrido? ¿Qué te ha

forma de sapo, otra como un insecto ocurrido? Por favor, dímelo —rogó el

peludo, otra con un cuello alargado anciano.

como una serpiente, y más y más clases Su mujer, después de relatarle la

de trasgos que rugían, siseaban y historia, dijo:

alargaban sus extremidades hacia ella. —Durante toda mi vida he sido de

—Ahora te daremos tu merecido, mal corazón y avariciosa. ¿No podrás

vieja codiciosa —gritaban, y unos perdonar a una mujer así? Desde este

extendían sus serpenteantes brazos momento reformaré mi camino.

El hombre comprendió que era

palpando todo el cuerpo, otros sacaban sincera en su arrepentimiento, y la tomó

su larga lengua chupeteándole el rostro, compasivamente de la mano. La mujer

y otros intentaban enroscarse en sus cambió por completo y durante el resto

piernas. de sus días vivieron felices.


que perdiera la conexión con el tren

A la primavera siguiente, ambos local (que en invierno cuenta todavía

fueron juntos a visitar a los gorriones y con una vieja estufa dentro del vagón) y

se dice que mantuvieron esa amistad que no pudiese acudir en esa ocasión a

hasta el fin de sus días. Kanaki. Por fin, en abril de 2009

conseguí mi objetivo, y quedé fascinado

Nota del traductor por aquel imponente caserón,

Agradecimientos recorriendo las habitaciones donde

Finalmente, tan solo añadir unas Osamu Dazai bebía sake sonriendo en

palabras de agradecimiento a cuatro silencio mientras escuchaba charlar a

personas sin cuya ayuda esta traducción familiares y amigos cuando volvía de

no hubiera sido lo mismo, o incluso vez en cuando a su casa natal. La tercera

puede que no hubiera existido. Mi vez que visité Aomori, en abril de 2012,

hermano Carlos Aguilar, su amiga Alicia tampoco pude visitar Kanaki; pero

Fernández, mi esposa Hiroko Anzai y aproveché esos días para avanzar en la

esa mujer siempre sorprendente que traducción de esta obra que el lector

responde a los nombres de Nobuko tiene en sus manos y que terminé en la

Igarashi, Nobuko Asaka, y Nobuko Ikari. primavera del año siguiente. Si el

espíritu de Dazai me ayudó o no

Colofón entonces a captar y traducir lo que él

quiso decir con sus escritos, es algo que

En diciembre de 2002 realicé mi primer dejo al criterio de cada uno.

viaje a Aomori, y mi plan incluía

comenzar la visita por la casa natal de Daniel Aguilar

Osamu Dazai en Kanaki. Una de las

habituales nevadas de aquella zona OSAMU DAZAI nace en 1909 en el

obligó a cancelar los vuelos y tuve que seno de una familia acomodada de la

viajar en tren expreso, lo cual provocó prefectura de Aomori. A los 21 años se


matricula en literatura francesa en la [1] Se refiere, respectivamente, a Ogai

universidad de Tokio, aunque abandona Mori (1862-1922) y Shoyo Tsubouchi

cinco años después sin finalizar sus (1859-1935). <<

estudios.

[2] La palabra japonesa es mokugyo, y se

En la capital, un Dazai desheredado por trata de una especie de maculo de

su padre debido a su relación con una madera terminado en una bola con un

geisha se entrega al exceso, a la agujero, empleado por los monjes

adicción y a la escritura. En 1935 y budistas para golpear un pequeño

1936, es candidato al Premio tambor mientras rezan. <<

Akutagawa y sus relatos suscitan el

interés de la crítica. En 1945, justo al [3] Procedente del Manyoshu o Libro

final de la guerra, publica Cuentos de para diez mil generaciones. <<

cabecera, versión irreverente y

provocadora de cuentos tradicionales [4] En la época en que Dazai escribió

japoneses. Tras la segunda guerra este cuento, Taiwán era parte del Japón,

mundial ven la luz sus dos únicas y el nombre de Ryukyu para designar a

novelas: Indigno de ser humano y El la actual prefectura de Okinawa todavía

ocaso, que obtienen un gran éxito de estaba muy generalizado. <<

crítica y público. Sin embargo, acuciado

por su adicción morfina y al alcohol y [5] La primera parte hace alusión a una

siniestra canción infantil y la segunda se

tras largos periodos de internamiento en trata de un juego de palabras entre el

un psiquiátrico, pone fin a su vida en oxígeno (sanso) y chansonette. <<

1948 arrojándose al río Tama con su

amante. [6]

Instrumento de cuerda japonés

Notas alargado que se coloca horizontalmente

en el suelo y se toca mediante unos


apliques en las uñas. <<

[13] Onomatopeya japonesa que alude al

[7] El medaka (Oryzias latipes) es un ruido del pedernal al soltar chispas. <<

pececillo natural de la costa asiática del

Pacífico. << [14] Sonidos onomatopéyicos referidos al

crepitar de las llamas. <<

[8] La palabra tanuki suele traducirse

por «tejón», aunque no es el mismo [15] Kappa es el nombre de una criatura

animal; sin el hocico alargado del tejón de agua dulce, similar a lo que sería un

occidental, es un cánido más bien hombre-tortuga. <<

parecido al mapache, y pertenece a la

familia de los Nyctereutes. << [16] Téngase en cuenta que Dazai escribe

esto en los últimos años de la II Guerra

[9] Koshu viene a coincidir con la actual Mundial, en que el cine inglés y el

prefectura de Yamanashi, al oeste de americano estaban prohibidos en Japón.

Tokio. Dazai pasó un tiempo allí. << <<

[10] El bushido es el código de moral [17] La figura de Momotaro se utilizó

guerrero que predica, entre otras cosas, hasta la saciedad por el militarismo

la austeridad y la sinceridad. << japonés en el tiempo que esto se escribe,

para ensalzar el valor del joven patriota

[11] Bento es como se llama a los en su lucha con los demonios...

almuerzos o meriendas preparadas occidentales. <<

dentro de una cajita al uso, un poco lo

que los anglosajones llaman lunch-box. [18] Dazai hace referencia a la costumbre

<< muy extendida durante el siglo XIX de

contar historias de fantasmas a la luz de

[12] Se trata del japonés enoki, un árbol las velas en sesiones nocturnas, donde

muy común en el país. << se iba apagando una vela por cada
historia que acababa. <<

[23] Normalmente se canta con los niños

[19] Benkei fue en su origen un personaje tomándose de las manos para formar un

real de los tiempos medievales, sobre el corro circular, que figura una jaula, y en

que luego la imaginación de novelistas y su versión más popular no menciona a

dramaturgos creó todo tipo de un gorrión, sino a un pájaro. El

peripecias fantaseadas. << verdadero sentido de esta canción, sin

embargo, se desconoce, y existen

[20] En el sintoísmo japonés se considera muchas interpretaciones, por lo general

que hay una serie de edades (distintas siniestras. <<

para el hombre y para la mujer) en que

hay que tener especial cuidado porque [24] La palabra japonesa es sasa, que es

pueden ocurrir todo tipo de desgracias. una planta distinta, aunque las hojas se

Son, por tanto, años en los que conviene parecen a las del bambú. Por cierto que

acudir al templo para exorcizar los en Occidente se suele decir que los osos

males. << panda se alimentan de bambú, cuando en

realidad se trata de sasa. <<

[21] La región de Tohoku comprende todo

el nordeste de Honshu, la isla principal [25] Se dice que el rayo nunca cae sobre

de Japón. << las moreras, así es que, en algunos

lugares del Japón, cuando la gente es

[22] En japonés conocida como «Sendai- sorprendida por una tormenta, si no hay

hagi», el título juega con el nombre de la moreras, gritan: ¡kuwabara!, que

significa ¡campo de moreras!, con la

ciudad de Sendai (homófono) y la esperanza de que los dioses crean que

palabra que alude al relevo están a salvo bajo las moreras y no les

generacional, pues trata la obra de las hagan daño alguno. <<

luchas intestinas por el control del clan

local. << [26] El tanuki realmente transforma todo


su cuerpo, rostro incluido, en el de la

vieja, como es habitual en las historias

japonesas, que le reconocen esta

capacidad. Con la peregrina idea de

hacer la historia más accesible al

público occidental, en las traducciones

antiguas se limita a ponerse la ropa de la

vieja, con lo cual es difícil de creer que

pudiera engañar al esposo. <<

[27] Espíritu del budismo esotérico cuyo

nombre sánscrito es Acala Naatha, que

suele representarse con una espada y

rodeado de una aureola de fuego. <<

[28] Expresión muy común para terminar

los cuentos japoneses, que viene a

significar «final feliz». <<

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