Alimentación y Nutrición en Las Diferentes Etapas Pediátricas 4.

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INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE CHIAPAS

UNIVERSIDAD SALAZAR
FACULTAD DE MEDICINA

TEMA:

DESNUTRICIÓN Y ENFERMEDADES CARENCIALES

• Definición de desnutrición.
• Clasificación de la desnutrición, criterios para la definición y clasificación
de la desnutrición.
• Enfermedades Carenciales, clasificación de las anemias.

MATERIA:

Salud del niño y del adolescente

DOCENTE:

Dr. Fabian de Jesús Bermúdez Pozo

ALUMNO:

Rodas Crisóstomo Cynthia Berenice

GRADO Y GRUPO:

TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS A 03 DE NOVIEMBRE DEL 2023

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INTRODUCCIÓN

La valoración del estado nutricional consiste en la determinación del nivel de salud de un


individuo o población desde el punto de vista de su nutrición, supone por tanto examinar el
grado en que las demandas fisiológicas, bioquímicas y metabólicas están cubiertas por la
ingestión de nutrientes, conseguir un equilibrio entre la demanda de nutrientes y el aporte de
energía derivados de estos va a ser el objetivo principal para alcanzar un correcto estado de
salud, aunque también influirán una serie de parámetros como edad, sexo, patología de base
o situación fisiológica, además de la educación y la situación social de cada individuo, lo que
requiere que se haga de manera individualiza para cada paciente.

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DEFINICIÓN DE DESNUTRICIÓN.

Se llama desnutrición a un estado patológico de distintos grados de seriedad y de distintas


manifestaciones clínicas, causado por la asimilación deficiente de alimentos por el
organismo, la desnutrición puede ser causada por la mala ingestión o absorción de
nutrientes, también por una dieta inapropiada como hipocalórica o hipoproteica. Tiene
influencia en las condiciones sociales o psiquiátricos de los afectados.

Ocurre frecuentemente entre individuos de bajos recursos y principalmente en niños de


países subdesarrollados, la diferencia entre esta y la malnutrición es que en la desnutrición
existe una deficiencia en la ingesta de calorías y proteínas, mientras que en la malnutrición
existe una deficiencia, exceso o desbalance en la ingesta de uno o varios nutrientes que el
cuerpo necesita (ejemplo: vitaminas, hierro, yodo, calorías, entre otros), en menores un
cuadro clínico de desnutrición puede terminar en Kwashiorkor que se da por insuficiencia
proteica en la dieta o Marasmo que trae como resultado flaqueza exagerada a falta de un
déficit calórico total en la dieta, en los niños la desnutrición puede comenzar incluso en el
vientre materno.

Las consecuencias de la desnutrición infantil son: Niños de baja estatura, pálidos,


delgados, muy enfermizos y débiles, que tienen problemas de aprendizaje y desarrollo
intelectual. Mayores posibilidades de ser obesos de adultos. Las madres desnutridas dan a
luz niños desnutridos y las que padecen anemia o descalcificación tienen más dificultades
en el parto con niños de bajo peso.

CLASIFICACIÓN DE LA DESNUTRICIÓN

Desnutrición de primer grado

El niño se vuelve crónicamente llorón y descontento, contrastando con la felicidad, el buen


humor y el buen sueño que antes tenía; este paso es insensible y frecuentemente no lo
notan las madres, a menos que sean buenas observadoras; tampoco se aprecia que
adelgace, pero si se tiene báscula y si se compara su peso con los anteriores, se nota que
éstas se han estacionado en las últimas cuatro o seis semanas.

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En este periodo no se observa diarrea, sino por el contrario ligera constipación, no hay
vómitos u otros accidentes de las vías digestivas que llame la atención. Las infecciones
respetan al niño que aún conserva su capacidad reaccional y defensiva casi íntegra, como
generalmente acontece en la iniciación del mal.

Así, el dato principal que se observa, y solamente si se busca, es el estacionamiento en el


peso o un ligero descenso de él que persiste a través de las semanas; el niño avanza en
edad y el peso se va quedando a la zaga, avanzando penosamente o estacionado.

Desnutrición de segundo grado

Insensiblemente la pérdida de peso se acentúa y va pasando del 10 o 15%, a pérdidas


mayores; la fontanela se hunde, se van hundiendo también los ojos y los tejidos del cuerpo
se hacen flojos, perdiendo su turgencia y su elasticidad; el niño duerme con los ojos
entreabiertos, es pasto fácil de catarros, resfriados y otitis, se acentúa su irritabilidad;
fácilmente hay trastornos diarreicos y a veces se percibe, desde esta etapa de la
desnutrición, discretas manifestaciones de carencia al factor B, así como edemas por
hipoproteinemia.

El final de la etapa segunda en la desnutrición es ya francamente alarmante y obliga a los


padres a recurrir al médico si antes no lo habían hecho. Si el médico es impresionado por
el accidente enteral agudo, o por la faringitis o la otitis y sin hacer una cuidadosa búsqueda
en la dieta del pequeño paciente para estimar su calidad y su rendimiento energético, pasa
por alto este renglón vital de orientación, y prescribe ''para la infección'', el niño habrá dado
un paso más en la pendiente fatal de la desnutrición.

Por otra parte, si las medidas dietéticas y terapéuticas a que se acuda no son lo
suficientemente cuidadosas y efectivas, el paciente cae en una exquisita intolerancia a toda
clase de alimentos y a toda cantidad que se le dé; esta intolerancia obliga a cambios
frecuentes en la dieta, y a nuevos intentos de acomodación digestiva por parte del
organismo, en los cuales se pierde tiempo, se va aumentando la destrucción de sus
reservas, y el desplome de la curva de peso, que cada vez se aleja más del paralelismo
normal con la curva de la edad.

Desnutrición de tercer grado

La desnutrición de tercer grado se caracteriza por la exageración de todos los síntomas que
se han enumerado en las dos etapas anteriores de desnutrición, y el niño llega a ella bien

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sea porque no hubo una mano experta que guiara la restitución orgánica, o porque la
miseria y la ignorancia hicieron su papel homicida, o porque a pesar de las medidas
tomadas, ya la célula y su mecanismo metabólico habían entrado en una fase negativa o
de desequilibrio anabólico que no permiten que se aproveche ni las cantidades mínimas
para sostener la pobre actividad del paciente.

Los ojos se hunden, la cara del niño se hace pequeña y adquiere el aspecto de ''cara de
viejo''; se ven prominentes todos los huesos de la cara y la bola grasosa de Bichat hace su
grotesca aparición como última reserva grasosa de este sector del organismo. Los
músculos de los miembros cuelgan como pesadas cortinas forrados de piel seca y
arrugada; los huesos de los miembros superiores, del dorso y del tórax se observan forrados
de una piel escamosa, arrugada, sin vitalidad y sin la menor elasticidad.

Los ojos de la criatura quedan vivos, brillantes y siguen con una gran avidez, los
movimientos que a su alrededor se desarrollan, como buscando ansiosamente el alimento
que le podría servir de salvación. Muchos desnutridos llegan a esta etapa sin tener edemas
por carencia proteica o manifestaciones de carencias vitamínicas y en cambio a otros se
les ve hinchados de sus piernas, del dorso de las manos y de los párpados y sobre estos
edemas hay manifestaciones peligrosas hipercrómicas, acrómicas y discrómicas, que dan
el conocido, mosaico de colores y de formas, que en Yucatán se conoce con el nombre de
''culebrilla''.

Sobre el estado angustioso de auto consunción, se observan como síntomas


predominantes, la intolerancia absoluta a la alimentación, que toman a veces vorazmente;
los vómitos fáciles, los accidentes digestivos de aspecto agudo o semiagudo y las
infecciones focales que estallan con periodicidad desesperante y virulencia cada vez mayor.

El cuerpo del paciente se encuentra en completa bancarrota orgánica; las células solamente
tienen capacidad para transformar en alimentos de consumo, los aminoácidos que extraen
de las miserables reservas proteicas que van quedando en los músculos; no hay alimento
por sencillo, puro y apropiado que se busque, que pueda aprovecharse y a veces ni siquiera
tolerarse.

Es la etapa de los balances negativos en todos los sistemas del organismo que en estado
normal se encadenan, se equilibran y se complementan para la asimilación. El catabolismo
aumenta su curva desproporcionadamente, y su función de arrastre y desecho adquiere
proporciones catastróficas y destructoras, llevándose todo lo poco utilizable que va

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quedando en el desastre, de moléculas proteicas, de reservas glucogénicas o de reservas
grasosas.

Las sales minerales y el agua también tienen abiertas sus compuertas y no es extraño que
un cuadro de anhidremia aguda se implante con el más ligero accidente diarreico. La
terminación de estos cuadros es generalmente acelerada por accidentes digestivos agudos
o por infecciones enterales o parenterales, que dan la más diversa sintomatología final.

PROFILAXIS DE LA DESNUTRICIÓN

Hay que considerar dos aspectos a cuál más de importantes en la prevención de la


desnutrición.

1o. Factor familiar.

2o. Factor médico.

Criterios para la definición.

Factor familiar I. Es obvio que combatiendo la miseria se evitaría en un gran porcentaje la


desnutrición, pero no está a nuestra mano médica señalar medidas de alcance nacional
que eleven el standard de vida de nuestro pueblo. Sin embargo, queda el factor ignorancia
familiar que debe de ser combatido intensamente por todos los medios a nuestro alcance;
el médico se debe de convertir en educador de sus clientes y en propagador de los
conocimientos de puericultura más elementales para que los padres aprendan a distinguir
al niño sano del enfermo y acudan oportunamente al consultorio o al hospital.

Debemos enseñar a los padres a estimar el enorme valor que tiene el pesar cada semana
a los niños de menos de dos años; a estimar el peligro de no ganar en peso por varias
semanas o a perderlo; a temer a los vómitos y a la diarrea.

La profilaxis de la desnutrición es obra de conjunto de los médicos, de las enfermeras, de


las trabajadoras sociales, de los departamentos oficiales, de las Instituciones privadas y, en
una palabra, de todo elemento social que tenga contacto con la madre y el niño de un país.

Factor médico II. Es indispensable que el médico conozca el valor energético de los
alimentos y cómo integrar una fórmula correcta de alimentación; también debe saber las

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necesidades calóricas de un organismo para poder dictar medidas dietéticas que prevengan
la desnutrición. El médico que sabe darle a la curva de peso el valor inmenso que tiene
durante el primer año de la vida, puede prevenir la desnutrición de los niños confiados a su
cuidado o combatirla oportunamente.

Los cambios frecuentes de leche en los niños, traen desadaptación digestiva y alteración
de la función del sistema que puede conducir a la desnutrición. El médico debe tener
paciencia para conseguir la adaptación digestiva a nuevas fórmulas y aconsejar paciencia
también a la madre en lugar de entrar en el tortuoso camino de cambiar una y otra y más
veces de leches, porque ''no le caen'' al niño o porque otro médico aún no las ha empleado.

Verificado el rendimiento energético de una alimentación, verificada su digestibilidad, su


pureza y su técnica de preparación, se comete un error si antes de cambiarla no se espera
un término razonable de adaptación digestiva.

Combatiendo a tiempo las infecciones y equilibrando los defectos congénitos se previenen


también algunos estados de desnutrición.

Aunque durante las infecciones está lógicamente disminuida la capacidad para digerir, no
hay que pecar por dietas muy pobres, pues se conduce al organismo a un peligroso estado
de desnutrición. (Dieta en la fiebre tifoidea o en las variadas infecciones por salmonelas y
shigelas).

La infección prolongada conduce a la desnutrición y la desnutrición prolongada por su parte,


expone al organismo a la invasión fácil de las infecciones. El conocimiento de este peligroso
círculo por el médico, lo pondrá alerta para prevenir la desnutrición. Enfermedades
Carenciales. En su sentido más amplio, se denominan enfermedades por carencia a
aquellos procesos patológicos que tienen como causa la escasez o falta absoluta, en los
alimentos, de algunos principios indispensables para la vida y la conservación de la buena
salud en los seres animales.

Para llegar a este concepto, fueron menester los importantes descubrimientos de fines del
siglo pasado y sobre todo los del actual, cuando la investigación científica, con los nuevos
medios técnicos aportados por los adelantos del siglo XX, y la observación práctica en el
campo, aplicadas ambas al estudio de las enfermedades y de los fenómenos íntimos de la
nutrición, permitieron ampliar el horizonte de los conocimientos, que si aún no son
completos en todos sus aspectos, han aclarado muchos puntos oscuros de estos
problemas.

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Es tan amplio este capítulo de la patología y de la nutrición animal, presenta tantas facetas
y tanta complejidad, que es forzoso sistematizar su estudio para no caer en la confusión o
en la repetición.

A fin de poder ofrecer un panorama general y al mismo tiempo breve: de este importante
problema, debemos considerar, en distintos aparta- dos, las carencias según los elementos
faltantes al organismo, la relación que las mismas tienen con las distintas productividades
anima- les, la influencia que sobre ellas ejercen los factores climáticos, su concernencia
con otras enfermedades de diverso origen, etc. clasificación de las anemias.

Las anemias se definen por la reducción de la concentración de la hemoglobina y/o el


hematocrito, las manifestaciones clínicas pueden ser inespecíficas, el diagnóstico precoz y
el tratamiento son cruciales para evitar o paliar las consecuencias a largo plazo sobre los
principales órganos y sistemas del organismo, o de la masa global de hematíes en la sangre
periférica por debajo de los niveles considerados normales para una determinada edad,
sexo y altura sobre el nivel del mar.

En la práctica, el diagnóstico de anemia se establece tras la comprobación de la disminución


de los niveles de la hemoglobina y/o el hematocrito por debajo de -2 desviaciones estándar
(DE):

• Hemoglobina (Hb). La concentración de este pigmento eritrocitario se expresa en gramos


(g) por 100 mL (dl) de sangre completa.

• Hematocrito (Hcto). Es la fracción del volumen de la masa eritrocitaria respecto del


volumen sanguíneo total. Se expresa como un porcentaje.

Los valores normales de la Hb y del Hcto muestran amplias variaciones fisiológicas en


función de la edad, sexo (Tabla I), raza y altura sobre el nivel del mar.

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CONCLUSIÓN

Mientras que la alimentación es la elección, preparación y consumo de alimentos, lo cual


tiene mucha relación con el entorno, las tradiciones, la economía y el lugar en donde vives,
la alimentación saludable cumple con necesidades nutricionales que necesita el cuerpo,
para mantener una buena salud. Además, comer sano te protege de sufrir enfermedades
como obesidad, azúcar en la sangre y presión alta, por el contrario, un alimento "no
saludable" aporta poco valor nutricional y tiene muchas calorías pues usualmente son ricos
en grasas y azúcares.

BIBLIOGRAFIA

• Roberto, M. y. M. (2020). Pediatría Martínez. Salud y enfermedad del niño y


adolescente. El Manual Moderno, Editorial.

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