Clase 1 - Filosofia

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Clase 1

Origenes del yoga

El valle del Indo como cuna del yoga

A partir de distintos vestigios podemos constatar que los orígenes del yoga se remontan a
como mínimo 3.000 años, y que de forma ininterrumpida en un continuo temporal ha llegado
hasta nuestros tiempos.

El yoga parece haber nacido en una de las civilizaciones más antiguas de la humanidad, la del
Valle del Indo. Hasta ahora databan su aparición alrededor del 3500 a.C., aunque estudios
recientes del servicio arqueológico de la India parecen situarla en el 6000 a.C.

Podemos situar esta civilización en la zona noroccidental del subcontinente indio, entre las
actuales India y Paquistán, en torno a los a fuentes del río Indo. Esta cultura se extendía a lo
largo de 1.500 kilómetros. Actualmente hay localizados más de 40 yacimientos arqueológicos,
y sus ciudades más importantes y conocidas son Harappa y Mohenjo-Daro. Se cree que esta
última llegó a tener 35.000 habitantes.

Las muestras arqueológicas demuestran que esta


civilización tuvo un importante desarrollo
urbanístico, artesano y agrícola.

Sus calles estaban empedradas,


disponían de un complejo sistema de
conducción de aguas residuales y
contaban con pozos, públicos y privados,
que proveían de agua a sus habitantes.
Las ciudades del Indo están construidas
de acuerdo a un plan urbanístico muy
preciso. Suelen tener una ciudadela,
frecuentemente rodeada de un recinto amurallado, que puede tener funciones
defensivas, pero que también, como sucede en Harappa, sirve de defensa frente a
las inundaciones del río junto al que se levantan.

La civilización del valle del indo contaba con una cultura urbana sofisticada, y
tecnológicamente avanzada, convirtiéndola en el primer centro urbano de la región.
La planificación de la ciudad ponía una alta prioridad en la higiene -cada casa
contaba con un suministro de agua de pozo, que a su vez provenía de un
suministro general de la ciudad-.

Los sistemas de alcantarillado y drenaje que fueron desarrollados en las ciudades de


la región del indo eran mucho más avanzados que en cualquier otro sitio urbano
contemporáneo, y, incluso, más eficiente que muchos sistemas que se encuentran en
India y Pakistán el día de hoy. La avanzada arquitectura de Harappa (una de las
principales ciudades de la civilización del valle del Indo; por convenciones
arqueológicas, el nombramiento de una civilización desconocida hasta ese momento
se asigna acorde al primer sitio de excavación, por esto, la civilización del valle del
Indo también es llamada “la civilización Harappa”) contaba con puertos, graneros,
depósitos, plataformas de ladrillos, y muros protectores contra las crecientes del rio.
Las casas – que estaban construidas con ladrillos de medidas estandarizadas -
poseían drenajes particulares que desembocaban a un sistema de alcantarillado que
iba por los callejones traseros, en donde se unía a un desagüe mayor, que
generalmente discurría por debajo de la calle principal. El recorrido continuaba
llevando los desechos fuera de la ciudad, desembocando en la cuenca de algún rio
cercano o en algún vertedero común.

Letrina

No hay barrios desordenados, u organizados al azar, lo que sugiere que las ciudades
estaban regidas por un gobierno centralizado que se ocupaba –cuanto menos– de la
planificación urbana y del mantenimiento de infraestructuras como el alcantarillado.
Probablemente esta autoridad, cuyos rasgos desconocemos, controlaba la residencia
en las ciudades, donde no podría instalarse cualquiera; los agricultores que las
proveían de su sustento debían de vivir en pequeñas poblaciones diseminadas por el
territorio.
En la parte exterior de las ciudades, generalmente cerca del río, se encuentran
grandes almacenes y graneros, construidos en filas ordenadas, divididos en varias
cámaras y con un buen sistema de ventilación; allí se debían de acumular los
alimentos, los productos destinados al comercio y las mercancías importadas de otras
ciudades del Indo o de Sumeria.

el “gran baño” de Mohenjo-daro

Hay tres teorías principales sobre cómo se organizaban las ciudades:

- La existencia de un estado unitario; dada la similitud en los artefactos


encontrados, la evidencia de asentamientos planificados, la estandarización
del tamaño de los ladrillos, y los nuevos asentamientos y pueblos que se iban
formando en los lugares donde había materia prima.
- No había un único regente, sino que cada ciudad como Mohenjo-daro, Harappa,
etc., tenían su propia figura de autoridad.
- La sociedad Harappa no tenía gente al poder, y todas las personas tenían el mismo
estatus.

Se cree que el lenguaje que utilizaban era proto-dravídico (las lenguas dravídicas
son autóctonas del continente indio, a diferencia del sánscrito que fue traído desde
el norte). Hoy en día el lenguaje dravídico ha evolucionado y se ha diversificado,
con un total de 26 lenguas habladas principalmente en el sur de la India y Sri Lanka,
así como algunas áreas de Pakistán, Nepal y el oeste y centro de la India. Se cree
que el idioma se fue esparciendo por el continente en conjunto con la población,
que paulatinamente fue desplazada y migró hacia el sur.

La religión y el sistema de creencias de la civilización del valle del Indo ha recibido


considerable atención, especialmente con la intención de identificar precursores de
las distintas deidades y prácticas religiosas de las tradiciones de la India que luego
se desarrollarían en el área. sin embargo, debido a la escasez de evidencia (que
queda abierta a distintas interpretaciones), y, como se mencionó antes, el hecho de
que, la escritura de esta civilización aún no ha sido decodificada, las conclusiones
son especulativas y muchas veces se intenta superponer las prácticas modernas
sobre la simbología antigua.

En contraste con las civilizaciones contemporáneas (egipcia-mesopotámica), la


civilización del Indo carece de palacios monumentales, a pesar de que contaban
con el conocimiento e ingeniería para hacerlos. Esto sugiere que las ceremonias
religiosas, si es que había alguna, hayan estado confinadas a las casas familiares,
templos pequeños, o al aire libre. Y aunque distintos sitios han sido propuestos por
varios arqueólogos como posibles lugares donde se celebraban la religión, solo el
“gran baño” de Mohenjo-daro es visto de forma uniforme como el lugar donde se
celebraban los rituales de índole religioso.
Las practicas funerarias se caracterizaban por un entierro fraccionario, en
el cual el cuerpo se deja expuesto a los elementos antes de la cremación
o su entierro final.

Se sospecha que la gente del valle del Indo creía en la vida después de la
muerte. Enterraban a los muertos con varios elementos que necesitarían,
como agua y comida; vestían a la persona con las mejores ropas y
ponían collares y brazaletes en sus brazos.

No se han encontrado edificios que se puedan interpretar como palacios, ni grandes


templos, y en los cementerios de Harappa (los únicos hallados hasta la fecha) no hay
muestras de una élite dirigente cuyas tumbas sean más ricas que las del común de los
habitantes.

El trabajo precursor y que impuso la primera interpretación de la evidencia


arqueológica de los sitios de Harappa es atribuido a John Marshall, quien, en 1931
identifico a dos “figuras precursoras” de la religión hindú, un dios toro y una diosa
madre, la veneración de animales y plantas, representaciones simbólicas del falo
(linga) y vulva (yoni) y la utilización de baños y agua en la práctica religiosa. Las
interpretaciones de Marshall han sido eje de debate y muchas veces han sido
cuestionadas en las décadas que siguieron.
Fue Marshall quien, al descubrirlos a principio del siglo 20, nombro a uno de estos
sellos “el sello de proto-Śiva”, aseverando que esta figura era un precursor del dios
Śiva.
Esta muestra una figura antropomórfica, sentada en lo que podría ser un
trono, en una postura con piernas cruzadas, con un tocado con cuernos, con
tres rostros, rodeado de animales. Otro de los nombres con el cual se conoce
a este sello es “el sello de Paśupati”, reflejando el epíteto de Śiva como señor
de los animales.

Sin embargo, la identificación de esta figura como Śiva ha sido eje de debate. Otros
académicos han sugerido que la figura en el sello tiene más sentido en el contexto de la cultura
del valle del indo, en lugar de la iconografía hindú más tardía. En La cultura Harappa se
encuentran varias imágenes de un “hombre-toro” divino, generalmente ligado a otras criaturas
y símbolos de fertilidad.

El declive de esta civilización se sitúa entre el 1900 a.C. y el 1500 a.C., y aunque su final se ha
relacionado durante mucho tiempo con la llegada o la invasión de los arios sobre el 1200 a.C.,
lo cierto es que las evidencias parecen demostrar que se produjo por un cúmulo de
circunstancias, algunas de ellas ligadas a catástrofes ambientales. Así, cuando estas tribus
arias llegaron, las grandes ciudades del Indo estaban muy deterioradas o ya no existían.

La

invasión aria

El territorio indio fue sufriendo distintas migraciones a lo largo del tiempo. Sin duda, los
que más han dejado su huella son los llamados arios, un nombre genérico que hace
referencia a distintos pueblos y culturas de las estepas de Rusia y Ucrania que
prosperaron en el periodo de bronce tardío. (3600-2300 a.c) Eran los descendientes de
cazadores/recolectores de Europa del este que se reprodujeron con los
cazadores/recolectores del Cáucaso. Distintos factores favorecieron la expansión de la
“cultura Yamnaya” que floreció en este lugar. se dedicaban al pastoreo de animales, y
mantenían un estilo de vida nómade, aunque también practicaban la agricultura cerca
de ríos y asentaban algunas fortificaciones.

La cultura Yamnaya (iamna, ‘hoyo’ en ucraniano y ruso) o “cultura del sepulcro”


toma su nombre por la característica forma de enterrar a sus difuntos, haciendo un
pozo en la tierra y colocando en cadáver de lado luego de pintarlo con pintura ocre.
Uno de los factores que posibilitaron una expansión tan rápida de la cultura Yamnaya
temprana es la domesticación de uno de los animales que antes cazaban como alimento:
el caballo. Esto permitió manejar rebaños mucho más numerosos. Un pastor a pie podía
controlar un rebaño de hasta 200 ovejas, mientras que, a caballo, llegaba a manejar unas
500. Estos rebaños mayores generaron un excedente de comida y fueron un importante
cambio en una cultura donde el prestigio del clan y de su jefe estaba ligado a festines
comunales y el sacrificio de ovejas, caballos y otras especies de ganado.
Por otro lado, la invención de la rueda con rayos de madera, termino dando pie a la
unión del caballo a una carreta o vagón de transporte o a un carro de guerra. -Los
restos más antiguos de un carro con ruedas fueron hallados en el Kurgán Storozhova
Mohyla, Dnipropetrovsk, Ucrania-. Esta invención hizo posible que los Yamnaya
salieran de los valles que se encontraban cerca de los ríos -y que hasta ese momento
les proveía refugio, agua, distintas hierbas, y madera para fuego. La invención de los
vagones de carga hizo posible que la gente se aventure hacia las estepas, junto con
los rebaños, llevando con ellos la madera, el agua, las carpas, y todo lo necesario
para montar campamentos. Poco a poco los Yamnaya fueron ocupando todo el
territorio de las estepas. Esta es también la aparición de los primeros pueblos
militarizados indoeuropeos.

Cerca del 1500 A.C, desde el área de Bactria-Margiana, una porción de los
indoiranios llamados Mittani (pertenecientes a las clases altas del pueblo de los
Hurritas), entrarían en el área ahora comprendida por Siria, para luego cruzar el valle
de Swat y llegar a convertirse en la clase regente del norte de la India.

Los Arios antiguos no dejaron mucha evidencia de su existencia; no


construyeron grandes edificios, ni dejaron sitios arqueológicos de relevancia.
Lo que se sabe de la antigua civilización aria-hindú proviene de los Vedas,
libros compuestos de poesía mito-poética, escritos en el primer milenio a.c, en
el territorio indio.
Los arios trajeron el concepto de Brahmanes, o la casta sacerdotal, y que eran los
únicos que podían presidir ceremonias religiosas, basado en el conocimiento que
era transmitido de forma oral a lo largo de los siglos. Poseían una increíble
memoria, ya que los rituales que llevaban a cabo eran largos y complejos. El
conocimiento y los himnos asociados a estos rituales han quedado intactos desde
el 1000 a.C.

Los arios conducían elaborados sacrificios que rondaban alrededor del fuego, y de
una bebida intoxicante llamada Soma. los sacrificios eran tan complejos y caros que
solo las clases más altas podían costearlos. En los sacrificios reales, el rey era
salpicado con Soma y luego un caballo era puesto en libertad durante un año. Luego
era recapturado y sacrificado en el nombre del dios, para asegurar salud y
prosperidad a la familia real. Hay evidencias de sacrificios de otros animales
relacionados a la ganadería y pastoreo, sin embargo, en la mayoría de los casos, las
ofrendas consistían en leche, ghee, y distintos vegetales.

Los sacrificios y rituales estaban destinados a ser algo placentero, trayendo


como beneficio fertilidad y prosperidad.

Tanto el hinduismo como la cultura hindú se originaron producto de esta mezcla


de creencias arias y dravídicas, que se fueron ensamblando para dar número a
una incontable cantidad de héroes, deidades y demonios.

Mientras los arios se esparcieron a lo largo de la India, absorbieron las leyendas y


creencias de la gente que conquistaron, incluyendo ideas sobre karma,
reencarnación, y otras leyes y observancias religiosas, que luego se transformarían
en las castas. La sección de Brahmanas de los Vedas -escritas entre el 1000 y el
800 a. C, dieron más poder a las castas sacerdotales, a expensas de los dioses
védicos más antiguos.
El origen de las castas podría haber evolucionado a partir de las diferencias entre los
arios y los pueblos dravídicos, que eran de un tono de piel más oscuro. Se cree que
el sistema de castas fue introducido alrededor del 1500 a.C, como una forma aria de
mantener sometidos y bajo control a los dravídicos. Las castas más altas -
descendientes de los arios esteparios- están asociadas a un tono de piel más claro.
Los vedas se refieren a los conquistados como “Daṣas” o “Dasyi” (nombres que
significan “esclavo”) refiriéndose a los habitantes originales de la zona.

Y es también en los Vedas en donde la sociedad queda cristalizada en 4 castas


principales:

 los Brahmanes -la clase sacerdotal-


 los Kṣatriyas (la casta guerrera y de los reyes)
 los Vaiṣyas (los agricultores, artesanos, comerciantes, etc.)
 los Sudras (esclavos o gente con trabajos precarizados).

En la historia temprana védica, los brahmanes ganan relevancia por sobre los
Kṣatriyas, ya que de ellos dependía la eficacia de los rituales que traían prosperidad
al reino.
Introducción e historia de la filosofía de la India
La filosofía india se basa en las enseñanzas de los Vedas, una abundante y antigua
colección de libros sagrados, escritos en prosa y en verso, recopilados (según la
tradición) por el sabio Vyāsa. La literatura védica es sumamente vasta, aun cuando
muchos de sus textos se hayan perdido con el paso de los siglos. Los Vedas son
considerados literatura revelada, aunque no en el sentido de la revelación de un Dios
personal al ser humano. Se considera que los Vedas no tienen autor, ni humano ni
divino, sino que existen desde toda la eternidad revelándose periódicamente a los
ṛṣis, o videntes, al comienzo de cada proceso creativo del universo.

Al conjunto de los Vedas se los denomina śruti que significa lo que se ha oído, lo que
se ha revelado. Además de los Vedas propiamente dichos existe una vasta literatura
auxiliar —los Vedāṅgas— cuyo objetivo principal es el facilitar la tarea de
interpretación de los textos védicos. Esta literatura no es considerada revelada y
tiene un autor humano. Se la denomina smṛti que significa tradición, lo que se ha
transmitido de generación en generación.

Aunque se afirme que los Vedas son cuatro, cada uno de ellos es en sí mismo una
colección de diferentes escritos, que a su vez se componen de cuatro capas o
niveles.

Los cuatro Vedas son:

 el Ṛg Veda
 el Sāma Veda
 el Yajur Veda
 el Atharva Veda

y los distintos niveles de cada uno de ellos son los Samhitās, los Brāhmaṇas, los
Āraṇyakas y los Upaniṣads. Los Vedas propiamente dichos son los Samhitās,
mientras que los demás niveles constituyen la explicación —comentario,
interpretación, ampliación y desarrollo— de cada uno de estos textos:

Los Samhitās son una colección de versos compuestos entre los siglos XVI y XIII a.
C., que se dividen en cuatro libros:
El Ṛg Veda (Ṛg - himno) que contiene un total de 1017 himnos o mantras en
alabanzas de diversas divinidades. Es el más antiguo de todos los textos. Todos los
himnos se usaban para el culto sacrificial y eran parte de rituales sumamente
sofisticados

Todos coinciden en comenzar con himnos dedicados a Agni (dios del fuego), a Indra
(dios del firmamento y de los fenómenos atmosféricos), a Sūrya (dios del sol) y luego
a otros dioses. El Ṛg Veda es la fuente principal para conocer la mitología y las
creencias de la religión védica.

El Sāma Veda (Sāma - “melodía”) recoge himnos del Ṛg Veda (con excepción de
unos cien himnos de origen diverso) y los utiliza como canciones durante el
ofrecimiento del sacrificio o entrega de, entre otras cosas, Soma —una planta no
identificada, cuyo jugo o néctar es el aspecto fundamental que se ofrece en los
sacrificios védicos.

El Yajur Veda (Yajur - oración sacrificial) es un libro litúrgico destinado a los


sacerdotes encargados de la mayoría de las tareas que se debían realizar en
los sacrificios.

El Atharva Veda, es el más reciente de los cuatro Vedas, aunque sus contenidos
puede que provengan de tradiciones muy antiguas. Es un libro de hechizos y
conjuros. La tradición lo atribuye a un sabio, Ṛśi o Rishi, llamado Atharvan. No se
utilizaba en los grandes sacrificios védicos, sino sólo para uso doméstico. Al principio
no fue aceptado por sus contenidos, pero poco a poco llegó a formar parte de los
Vedas al ser adoptado como un manual de ritos para uso de los Brahmanes.
Los Brāhmaṇas son tratados teológicos escritos durante entre el 900 y el 700
a. C. para uso de los sacerdotes Brahmanes. En ellos se explica el contenido
de los ritos y costumbres mencionadas en los Samhitās.
Los Upaniṣads, se trata de textos profundamente metafísicos y especulativos.
De ellos provienen las distintas escuelas filosóficas de la India.

Los Upaniṣads ocupan la parte final de los Vedas y, aun cuando estos
libros no formen un sistema único de pensamiento, encontramos en ellos
el germen de las futuras escuelas de la filosofía india. En ellos se puede
apreciar una evolución hacia el concepto de un Ser supremo único con el
cual el ser humano trata de unirse a través del conocimiento. El término
Upaniṣad significa “el acto de sentarse al lado” y se refiere a la doctrina
esotérica que se adquiere al escuchar directamente del maestro espiritual
las doctrinas secretas o reveladas exclusivamente a los sabios. Los
Upaniṣads difieren considerablemente unos de otros en lo que se refiere
al contenido y al modo de presentar los temas, pero en general intentan
establecer el sentido místico de los Vedas. Muchos de ellos consideran -
en forma de diálogo temas como la naturaleza del ser individual, la
relación entre el cuerpo, la mente y el Ser, la naturaleza del conocimiento
y de la verdad, la salvación y los distintos caminos para alcanzarla. Aun
siendo parte de los Vedas, los Upaniṣads constituyen una literatura
aparte. Esta ruptura se evidencia no solo en el estilo de escritura, sino
también en su contenido. De hecho, representa la oposición entre dos
caminos diferentes: el camino de los ritos y sacrificios y el camino del
conocimiento:

• Los Vedas enseñan el camino de las obras entendidas como sacrificios


rituales (karma-marga). Lo esencial es ofrecer sacrificios que obtendrán
determinados beneficios para los que los ofrecen. Incluyen también
mandatos y prohibiciones para realizar o no ciertos actos, pero siempre en
relación con los sacrificios y ritos.
• Los Upaniṣads enseñan el camino del conocimiento (jñāna-marga). Se
trata de un conocimiento que revela la naturaleza del mundo, del ser
humano y del Ser supremo, y que lleva a la liberación final o
emancipación del ser individual.
En los Upaniṣads encontramos las mismas preguntas
apremiantes acerca del origen del mundo y su relación con el
Ser Supremo que encontramos en las grandes filosofías de la
antigüedad. En los más antiguos se observa la convicción
general de que detrás de todo el cambio y movimiento del
mundo exterior, existe una realidad inmutable e idéntica con la
esencia del ser humano. El universo creado no es un producto
de la nada, sino que es una proyección o emanación del Ser
Supremo. La vida religiosa india experimentó grandes cambios
durante el período 550–450 a. C. Este siglo estuvo marcado
por el surgimiento de sectas disidentes de ascetas que
rechazaron la religión tradicional, negaron la autoridad de los
Vedas y de los brahmanes y siguieron a maestros que
afirmaban haber descubierto el secreto para obtener la
liberación de la transmigración. Las más importantes de estas
figuras fueron Siddhartha Gautama, llamado Buda, y
Vardhamana, llamado Mahavira ("Gran Héroe"), el fundador del
jainismo.

Aproximadamente en el año 500 a. C., el ascetismo se


popularizo, y un número creciente de jóvenes “inteligentes”
“abandonaron el mundo” para buscar la liberación de la
transmigración mediante el logro de un estado de seguridad
psíquica. Los maestros brahmánicos ortodoxos reaccionaron a
estas tendencias ideando la doctrina de los cuatro ashramas,
que dividían la vida de los “nacidos dos veces” en cuatro
etapas:

el brahmacharin (estudiante religioso célibe)

el grihastha (cabeza de familia casado)

el vanaprastha (habitante del bosque)

y el sannyasin (asceta errante).


Este intento de mantener bajo control el ascetismo
confinándolo a hombres de mediana edad tardía no fue del
todo exitoso. A partir de entonces, la teoría social hindú se
centró en el concepto de varnashrama dharma, o los deberes
de las cuatro clases (varnas) y los cuatro ashramas, que
constituían el ideal, el modo de vida que se incitaba a seguir
por parte a los hindúes.

 Las tres características que forman el pensamiento y


ortopraxis y de las filosofías orientales: Karma,
saṃsāra y moksha

Karma, karman sánscrito ("acto"), Pali kamma, en la religión y


la filosofía indias, la ley causal universal por la cual las buenas
o malas acciones determinan los modos futuros de la existencia
de un individuo. El karma representa la dimensión ética del
proceso de renacimiento (saṃsāra), creencia en la que
generalmente se comparte entre las tradiciones religiosas de la
India. Las soteriologías indias (teorías de la salvación) postulan
que los nacimientos y situaciones de la vida futuros estarán
condicionados por acciones realizadas durante la vida
presente, que a su vez ha estado condicionada por los efectos
acumulados de acciones realizadas en vidas anteriores. La
doctrina del karma dirige así a los seguidores de las religiones
indias hacia su objetivo común: liberarse (moksha) del ciclo de
nacimiento y muerte. Por tanto, el karma cumple dos funciones
principales dentro de la filosofía moral india: proporciona la
motivación principal para vivir una vida moral y sirve como la
explicación principal de la existencia del mal.
El proceso de renacimiento, llamado saṃsāra, es cíclico, sin
comienzo ni final claro, y abarca varias vidas. Las acciones
generadas por el deseo unen al espíritu (Jiva) a una serie
interminable de nacimientos y muertes. El deseo motiva
cualquier interacción social (particularmente cuando se trata
de sexo o comida), lo que resulta en el intercambio mutuo de
karma bueno y malo. Según una opinión predominante, el
significado mismo de la salvación es la emancipación
(moksha) de este pantano, un escape de la impermanencia
que es una característica inherente de la existencia
mundana. Desde este punto de vista, el único objetivo es el
principio permanente y eterno: el Uno, la deidad, brahman,
que es totalmente opuesto a la existencia fenoménica. Las
personas que no se han dado cuenta del todo de que su ser
es idéntico a Brahman, son vistas como presas de la ilusión.

Después de los Vedas y de los Upaniṣads más antiguos se


entra en un período cuya cronología no es fácil de determinar.
Se trata de los siglos anteriores y posteriores al comienzo de la
era cristiana en los que encontramos la evolución de aquellas
tendencias, tanto ortodoxas como heterodoxas, que ya estaban
presente de manera germinal en los Vedas. Durante estos
siglos tuvo lugar la composición de una vasta literatura escrita
en sánscrito y también en las diferentes lenguas antiguas
conocidas como prākŗticas, por ejemplo, el Palī. Destacan los
dos poemas épicos más famosos de la literatura sánscrita de la
India, el Mahābhārata y el Rāmāyaṇa.

Ambos poemas fueron compuestos a partir de un material


previo que consistía de diferentes historias épicas, mitológicas,
consideraciones filosóficas, y sobre todo los discursos acerca
del tema del dharma. Mucho de este material se remonta al
período de los Vedas, mientras que el resto se fue añadiendo
sucesivamente durante muchos siglos. Como es habitual con la
literatura épica de tantas civilizaciones, no es posible
determinar la fecha exacta de su composición puesto que se
fue formando a través de un largo proceso de interpolaciones y
sucesivas redacciones. De todas formas se acepta
convencionalmente que el Mahābhārata se compuso entre el
año 300 a. C. y el año 300 d. C. y el Rāmāyaṇa entre el año
200 a. C. y el año 200 d. C. Ambas épicas son, junto con los
Purāṇas (libros sobre historias de la antigüedad, que narran las
historias de los dioses y Rishis, sus enseñanzas, etc.), parte
de los itihāsas del Hinduismo, es decir escritos epopéyicos del
pasado a los que se considera hechos históricos reales que
contienen además enseñanzas sobre los valores a alcanzar en
una vida humana moralmente buena.

El Rāmāyaṇa se atribuye al poeta y sabio antiguo Valmiki y


constituye una parte importante del canon de libros hindúes.
En un total de 24,000 versos distribuidos en siete libros cuenta
la historia de un príncipe, Rāma de Ayodhya, cuya esposa,
Sita, es secuestrada por Rāvana, el Rey demonio de Lanka. El
Rāmāyaṇa es más que una mera historia puesto que contiene
numerosas enseñanzas de diversos antiguos maestros y
sabios hindúes, en las que se incorporan discusiones de tipo
devocional al igual que filosóficas. Esta obra literaria ha
ejercido una profunda influencia en el arte y la cultura no solo
de la India sino de todo el sudeste asiático. La historia de
Rāma ha sido una fuente de inspiración también en la
literatura tardía de las diversas lenguas de la India. El texto
original, en forma parcial o completa, se encuentra en
numerosos manuscritos de los cuales el más antiguo es un
manuscrito de hoja de palma que se encontró en Nepal y se le
data como del siglo XI.

El Mahābhārata es un poema épico de más de 74.000 versos


además de largos pasajes en prosa, divididos en dieciocho
libros. Se trata de un libro de inmensa importancia en lo
religioso y lo filosófico, especialmente por incluir al famoso
canto del Bhagavadgītā.

Se suele afirmar que Vyāsa es el autor del Mahābhārata,


aunque lo cierto es que la obra como ha llegado a nosotros
es el resultado de muchos poetas. Aun cuando sus orígenes
se remontan a los siglos VIII y IX a. C., alcanza su forma
actual durante el reinado de la dinastía Gupta en el siglo IV
d. C.

El Mahābhārata se desarrolla en el marco de la gran batalla


de los Bhāratas, que eran los descendientes de Bhārata, el
rey ancestral de todos los príncipes residentes en el norte de
la India. El núcleo principal de esta épica es la pelea familiar
entre dos ramas
de la dinastía de los Bhāratas, a saber, los Pandavas y los
Kauravas. La disputa termina en la gran batalla de
Kurukshethra en la que los Pandavas serán los triunfadores
finales. La obra, además de proveer abundante información
histórica, es una fuente de enseñanzas filosóficas y morales de
gran trascendencia. No debe llamar la atención que en un
poema tan extenso y con diferentes autores se encuentren
doctrinas que se contradicen entre sí.

Las enseñanzas del Mahābhārata reflejan las doctrinas de


algunas de las escuelas filosóficas de la India, como por
ejemplo las escuelas Sāṃkhya y Vedānta. Pero el
Mahābhārata es, sobre todo, una exposición detallada del
concepto de dharma, que se refiere a las distintas obligaciones
sociales, familiares, religiosas y políticas que cada persona
debe cumplir de acuerdo a su situación social y de pertenencia
a una casta determinada.
Samkhya

Esta doctrina considera al universo como dos realidades eternas: el espíritu o conciencia
llamado Purusha y la materia, referida como Prakriti. Todos los eventos físicos se consideran
manifestaciones de la evolución de la materia, de la cual se derivan todos los cuerpos físicos.

De acuerdo a esta corriente de pensamiento, los seres existen cuando las realidades de la
naturaleza se reúnen alrededor del alma y fuerzan su existencia en el mundo mortal como un
alma encarnada. Cuando el alma finalmente se las arregla para escapar del campo de la
naturaleza y del ciclo de nacimientos y muertes, se libera y vuelve a su estado originario.
Samkhya no reconoce el principio de Dios, ni ninguna fuente individual de creación.

Yoga

Se define como el medio para calmar las numerosas modificaciones de la mente y la


conciencia. Al igual que la doctrina Samkhya reconoce dos realidades fundamentales: el
espíritu y la materia (Purushas y Prakriti).

El Yoga sugiere los medios para liberar el alma del ciclo de nacimientos y muertes. Reconoce
el alma individual como el señor del cuerpo y dispone de la adoración constante y la meditación
como el mejor medio para alcanzar la realización total (samadhi) que da lugar a la liberación. El
Yoga prescribe una serie de técnicas de autopurificación para la mente y el cuerpo que
aceleran el proceso de transformación y facilitan la estabilidad y tranquilidad mental.

Samkhya ‘enumeracion’
Kapilá (Padre mítico del Samhkya)

•Purusha (‘el que disfruta’, el espíritu), quien no es productor de nada ni producto de nada.
•Prakriti. Permanece inmanifestada mientras las tres gunas (sattva -equilibrio-; raja -pasion,
movimiento-; tama -inconsciencia, oscuridad) estén en equilibrio. Su desequilibrio la divide en
las 23 entidades:

Instrumentos externos:

•cinco jñana-indriyas (organos de conocimiento: nariz, lengua, ojos, piel, orejas).


•cinco karma-indriyas (organos de accion: ano, genitales, pies, manos, habla). Elementos
sutiles y burdos:
•cinco tan-matras (elementos sutiles: olor, sabor, color, tacto, sonido).
•cinco maha-bhutas (elementos burdos: tierra, agua, fuego, aire y espacio -akasha-)

Tres instrumentos internos

organo interno:
antahkarana
•buddhi (inteligencia).

•ahamkara (el concepto de yo).

•manas (mente).

Klesa (impedimentos) y Viveka (conocimiento discriminador)


Viveka es el principal instrumento para salir de la ignorancia (Avidya),
base de las 5 Klesa (dificultades):

1) Avidya ̄ (Ignorancia). Darle a la materia la categoría de conciencia.


2) Asmita (identificacion de mi yo, mi ego, es la base y el fin de mi
experiencia);
3) Raja (apego, simpatía, gusto por las cosas); y 4) dvesa (lo contrario
de Raja: repulsion); simpatía y antipatía, constituyen la base de todos los
pares de opuestos (dvandva)
5) Abhinivesa (Apego por la vida).

El yoga es un método práctico que está sustentado en una filosofía. Dicha filosofía es el
Samkhya.
¿QUE ES EL YOGA?

La palabra yoga deriva de la raíz sánscrita YUG, que significa unión, pero también significa
sujetar, reunir, juntar, dirigir. Esto quiere decir que el yoga busca la unión entre el cuerpo, la
mente y el alma o espíritu.
Para lograrlo necesitamos disciplina, en el intelecto, la mente, las emociones y la voluntad.
Debemos buscar con esfuerzo llegar al estado de yoga.

EL YOGA según Yogacharya B.K.S. Iyengar

Cuando damos conferencias o realizamos clases magistrales, las personas siempre preguntan
¿Qué es el Yoga con precisión? ¿Acaso es arte, ciencia, religión o filosofía? ¿O solo es una
disciplina de ejercicios físicos? Lo cual es una curiosidad natural en aquellos que se sienten
atraídos por el Yoga.

Sencillamente les respondo que el Yoga no es ninguna de esas cosas, sin embargo, al mismo
tiempo, es la combinación de todas ellas, ya que el Yoga es independiente de ellas y es una
consumación de todas esas facultades, que trasciende la esfera de los propios pensamientos.
Es el medio que lleva al ser humano del plano corporal hacia la realización del Símismo. Hay
que analizar, experimentar y adquirir experiencia en el Yoga en todas esas categorías, y
acabar con las dudas de una en una a fin de comprender el significado del Yoga. Permitan
primero que explique las expresiones precedentes.

Arte significa habilidad. Es habilidad al hacer cualquier cosa que sea resultado de conocimiento
o práctica y su exhibición. Ciencia es conocimiento de cualquier clase sistematizado: es un
estudio de los hechos a través de la experimentación. La religión es un conjunto de creencias,
prácticas y un código de conducta moral para los asuntos humanos. La filosofía representa la
investigación racional y el estudio crítico de verdades y principios de un estado de ser.
El Yoga es el arte de la educación para alcanzar la realización de Sí-mismo. Todos vivimos
bajo la magnificencia de la naturaleza, conformada por los recursos naturales de la flora, la
fauna y los variados minerales que se encuentran en la tierra, que se encuentran a la mano, si
llegan a explotarse con moderación. La práctica del Yoga realizada con habilidad, mediante
esfuerzos continuos, guiada por los principios establecidos por Yogeswara (el señor del Yoga)
y transmitidos por los grandes Yoguis y Rishis o sabios, nos conduce a la fuente de la belleza y
la felicidad que está en el interior de cada uno de nosotros. El Yoga, como conocimiento
subjetivo, es arte. Cuando se aprende bien el Yoga, resulta tan nutritivo y delicioso como la
comida sana. Manifiesta al Ser interior del practicante refinando su cuerpo, su mente y
consciencia. Su vida llega a ser el Yoga y nada más.

Como ciencia, el Yoga nos ayuda a conocernos a través de pruebas, experimentos,


experiencias y observaciones. Nos hace conocer lo que somos y cómo hay que aplicar lo que
aprendemos del Yoga. Pero para saborear ese conocimiento hemos de practicar, como
cualquier artista que dedica y consagra su tiempo a la búsqueda de la excelencia.

Como religión, el Yoga cuenta con códigos morales universales como: Ahimsa o la no violencia
ya sea de pensamiento, palabra y obra; Satya o la veracidad; Asteya o no tomar o apropiarse
de lo ajeno; Brahmacharya o la continencia y el celibato; Aparigraha o poseer nada más que lo
necesario para vivir. Además, cuenta con aspectos importantes como saucha o la limpieza;
santosha o el contento y el agradecimiento con lo que se tiene y con lo que no se tiene; tapas o
el fervoroso deseo de realizar la verdad; svadhyaya o el auto-análisis, el estudio de sí mismo; y
por último ishvara pranidhana o el ofrecer a Dios todas las acciones a realizar, como también
sus resultados.

La filosofía trata sobre todo de las nociones de una vida honesta. El Vedanta muestra los
medios para alcanzar el estado más elevado del Ser en la vida. Vedanta (veda = conocimiento,
y anta = fin) es la consumación de todo conocimiento o sabiduría. Por fortuna, el Yoga nos guía
tanto en la filosofía como en Vedanta. Como filosofía, conduce al arte de vivir. El verdadero
arte de vivir radica en comprender cómo vivir con la naturaleza sin perturbar el orden de las
cosas ni a nosotros mismos. El Yoga nos ayuda a distinguir entre la felicidad y la paz
verdaderas (sreya), de los placeres temporales y efímeros ( preya), que están directamente
relacionados con el dolor. Sostener lo bueno implica práctica (abhyasa). Abstenerse de retrasar
la evolución es renuncia (Vairagya). La abstinencia implica abandonar los placeres que no son
compatibles con vivir en paz y armonía, pero también aquellos que provocan conflicto, dolor,
aflicción e infelicidad. La observancia de disciplina de control de los sentidos y la mente
conduce a la realización de una felicidad perdurable e imparcial. Eso es cultura yóguica. Solo
un alma realizada, a través de la luz de esta cultura divina, libre de prejuicios, puede iluminar a
la humanidad. Tal alma resplandece como una lámpara en la oscuridad e ilumina la
consciencia de aquellos que llegan hasta ella en busca de luz. Así es como una cultura
auténtica participa en la creación de una civilización, o alumbra la verdadera “religión” del ser
humano.

Antes de finalizar, citaré a Svetasvatara Upanisad: “Dios es uno y omnipresente, pero la gente
Le llama con distintos nombres, según su comprensión”. Del mismo modo, el Yoga es uno. Al
igual que el tronco es uno y las ramas son muchas, el Yoga es uno, pero incluye todas sus
ramas al mismo tiempo.

Fuente: “Astadala Yogamala” – Yogacharya B.K.S.Iyengar

Existen 4 tipos de yoga principales:

Para llegar al objetivo del Yoga, la unión con Brahman, existen diferentes caminos o sendas
que se asocian a las diferentes personalidades humanas y maneras de ver la vida. A estos
caminos se les conoce como los 4 tipos principales de Yoga:

Karma Yoga. El sendero de la acción

Bhakti Yoga. El sendero de la devoción

Gñana o Jnana Yoga. El sendero del conocimiento o de la sabiduría

Raja Yoga. El sendero del control físico y mental

1. Karma Yoga. El camino de la acción


Aquí la palabra “Karma” significa la acción que surge de una actitud desinteresada. Se refiere a
una actitud vital guiada por un espíritu de servicio a los demás, independientemente del
resultado de las acciones que llevamos a cabo. El Karma Yoga purifica el corazón, ya que nos
enseña a actuar por amor, sin buscar logros ni recompensas. Es una orientación adecuada
para personas activas, expresivas y de naturaleza extrovertida.

El objetivo del Karma Yoga es conseguir la liberación del espíritu a través de la acción,
superando cualquier motivación egoísta, sin que la acción esté influenciada por la personalidad
o el ego. No puede haber Karma Yoga si es la personalidad la que está detrás de nuestras
acciones.

El Karma yogui actúa por amor, de forma solidaria y generosa, ofreciendo su acción y los
resultados de ésta a la Divinidad, al Yo Soy, sin esperar nada a cambio. Para conseguir
realizar una acción de forma desinteresada y sin pensar en los resultados de esta, al aspirante
le puede ser útil mantener la mente centrada con la repetición de un mantra mientras se realiza
cualquier actividad. Así, el Karma yogui se convierte en un instrumento para que la acción
pueda realizarse, pero no es el protagonista de ésta. Hasta el punto de que, con la práctica, la
acción generosa, libre de ego, que no produce ningún karma negativo se convierte en una
actitud natural, espontánea, permanente.

Esta actitud de servicio y desapego es muy importante ya que como aparece en el Bhagavad
Gita “nadie está libre de la acción ni siquiera un momento”, pues nuestra mente y nuestro
cuerpo fluctúa constantemente.

2. Bhakti Yoga. El Yoga del amor y la devoción

“Bhakti” representa el camino de la devoción y suele atraer a personas con mayor tendencia
emocional. El practicante de Bhakti Yoga es un devoto, un amante y el objeto de su amor es lo
Divino, el Ser Supremo. Considera que existe un Ser Supremo, una conciencia superior que le
trasciende y se siente inclinado a desarrollar una relación directa, intensa e incluso a disolverse
completamente con lo divino.

Esta entrega purifica las emociones del ser humano y las canaliza hacia lo Divino. Esta entrega
también puede orientarse hacia el guru, el maestro, la humanidad, la naturaleza, el Absoluto u
otro objeto de Devoción, y a través de ella el Bhakti yogui llega a comprender y a experimentar
la Unidad: “Todos somos uno”. El hecho de que Bhakti yogui esté motivado principalmente por
la fuerza del amor, y vea a la Divinidad como la encarnación del amor, puede desembocar en
un sentimentalismo o una actitud soñadora si no se equilibra con una práctica de introspección
sincera. Este es un riesgo que aparece en todas las religiones

cuando la actitud devota está desconectada del amor puro o se basa en prácticas realizadas
mecánicamente. Otro de los riesgos del Bhakti es que el aspirante olvide completamente su
capacidad racional, ya que esto podría llevarle hacia el dogmatismo o el fanatismo.

3. Gñana Yoga. El yoga del conocimiento

En la India, el Gñana Yoga se asocia a la filosofía vedanta que se basa en tres elementos
principales: el estudio de las escrituras, la diferenciación entre lo real y lo irreal por medio de la
razón y la experiencia intuitiva. Este tipo de yoga atrae habitualmente a personalidades
filosóficas e intuitivas que tienen un profundo interés por descubrir su verdadera esencia. Las
herramientas del Gñana yogui son la reflexión, el estudio, la auto-observación y, sobretodo, la
meditación.

4. Raja Yoga. El yoga mental

El Raja Yoga es el camino del control físico y mental. El objetivo de este tipo de Yoga es llegar
a canalizar y convertir la energía mental y física en energía espiritual. El aspirante debe indagar
en su mundo interior, explorando los diferentes niveles y procesos de la mente y de la
conciencia (consciente, inconsciente, superconsciente), de menos a más profundo para llegar a
comprender su esencia, su verdadera naturaleza.El camino del Raja Yoga permite al aspirante
llegar a conocer su verdadero potencial y encontrar las herramientas y los métodos para
desarrollarlo.

Los Yoga-Sutras de Patanjali están considerados por algunos autores como el texto clásico
que contiene la esencia del Raja Yoga, mientras que otros creen que el Raja Yoga es más
amplio, e incluye además de sistemas específicos como los Yoga-Sutras, otros como el
Kundalini, el Kriya, el Mantra o el Dharma Yoga.
Como derivado del raja yoga veremos la definición del Hatha yoga.

Definición de Hatha Yoga

Muchos tipos de yoga caen bajo el término Hatha yoga. Hatha es un término paraguas para
todas las formas físicas del yoga. Este estilo de yoga es una gran introducción a los
fundamentos, con un enfoque clásico de las posturas y técnicas de respiración.

En sánscrito, Ha significa sol (masculino) y Tha significa luna (femenino). Así que el propósito
de Hatha yoga es crear un equilibrio entre las energías masculina y femenina que existen
dentro de nosotros. Usamos posturas de yoga para lograr el equilibrio entre fuerza y
flexibilidad.

De acuerdo con el texto yóguico del siglo XV, el Hatha Yoga Pradipika, la práctica sólo tiene
que incluir los tres elementos siguientes para ser Hatha yoga:

1. Posturas físicas (asana)


2. Técnicas de respiración (pranayama)
3. Meditación (dhyana).

Esto significa que cualquier tipo de yoga que presente esos tres elementos, esto incluye
Bikram, Ashtanga, o Iyengar entre otros, también se considera Hatha yoga. El Hatha yoga es
una herramienta utilizada para la transformación física y mental porque exige que prestes
atención constante a la respiración y esto te ayuda a estar Presente en cada postura. Las
asanas fortalecen el cuerpo. El pranayama te ayuda a controlar la respiración y manipular el
prana o energía vital. Y la meditación te ayuda a enfocar y calmar la mente.
“Debes tener en cuenta que el cuerpo, la mente y el espíritu no son tres, son uno” Hatha Yoga
Pradipika

El hatha no es una religión y practicarla no exige de una adhesión a ninguna filosofía en


particular, a ninguna creencia.

Hatha Yoga El Yoga es una disciplina milenaria, es el vínculo profundo con el Ser y con el
Todo. Es aprender a habitar el cuerpo, de observar nuestras emociones y pensamientos.

De entrenar la mente a través del cuerpo. Es meditación en movimiento. Yoga es la unión del
cuerpo con la mente y de la mente con el alma. Cuando nuestro cuerpo, mente y alma se
encuentran sanos y armoniosos, proporcionamos salud y armonía a los que nos rodean. La
práctica de hatha yoga otorga salud, vitalidad y calma.

Como mencionamos antes, el yoga es uno de los seis sistemas ortodoxos de la filosofía india.
Fue recopilado y sistematizado por el sabio Patanjali en su obra clásica “yoga sutras” que se
compone de 196 aforismos. Según el pensamiento indio, todo se halla penetrado por el espíritu
universal supremo (Paramatma) del cual el espíritu humano individual (jivatma) es parte. El
yoga nos enseña los medios por los cuales jivatma puede unirse con paramatma
asegurándose así la liberación (moksha)

Quien sigue el camino del yoga es un yogui o yoguin.

En el segundo aforismo del primer capítulo de los yogas sutras, Patanjali describe al yoga
como:

“CITTA VRTTI NIRODHAH”


“El yoga es el método mediante el cual se calma la agitación de la mente”

La palabra CITTA denota mente, pero en su sentido total. Pero esta mente está compuesta de
tres categorías:

A- MANAS: mente individual.

B- BUDDHI: inteligencia o razón

C- AHAMKARA: ego, el creador del yo

Los estadios del yoga

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