Clase 1 - Filosofia
Clase 1 - Filosofia
Clase 1 - Filosofia
A partir de distintos vestigios podemos constatar que los orígenes del yoga se remontan a
como mínimo 3.000 años, y que de forma ininterrumpida en un continuo temporal ha llegado
hasta nuestros tiempos.
El yoga parece haber nacido en una de las civilizaciones más antiguas de la humanidad, la del
Valle del Indo. Hasta ahora databan su aparición alrededor del 3500 a.C., aunque estudios
recientes del servicio arqueológico de la India parecen situarla en el 6000 a.C.
Podemos situar esta civilización en la zona noroccidental del subcontinente indio, entre las
actuales India y Paquistán, en torno a los a fuentes del río Indo. Esta cultura se extendía a lo
largo de 1.500 kilómetros. Actualmente hay localizados más de 40 yacimientos arqueológicos,
y sus ciudades más importantes y conocidas son Harappa y Mohenjo-Daro. Se cree que esta
última llegó a tener 35.000 habitantes.
La civilización del valle del indo contaba con una cultura urbana sofisticada, y
tecnológicamente avanzada, convirtiéndola en el primer centro urbano de la región.
La planificación de la ciudad ponía una alta prioridad en la higiene -cada casa
contaba con un suministro de agua de pozo, que a su vez provenía de un
suministro general de la ciudad-.
Letrina
No hay barrios desordenados, u organizados al azar, lo que sugiere que las ciudades
estaban regidas por un gobierno centralizado que se ocupaba –cuanto menos– de la
planificación urbana y del mantenimiento de infraestructuras como el alcantarillado.
Probablemente esta autoridad, cuyos rasgos desconocemos, controlaba la residencia
en las ciudades, donde no podría instalarse cualquiera; los agricultores que las
proveían de su sustento debían de vivir en pequeñas poblaciones diseminadas por el
territorio.
En la parte exterior de las ciudades, generalmente cerca del río, se encuentran
grandes almacenes y graneros, construidos en filas ordenadas, divididos en varias
cámaras y con un buen sistema de ventilación; allí se debían de acumular los
alimentos, los productos destinados al comercio y las mercancías importadas de otras
ciudades del Indo o de Sumeria.
Se cree que el lenguaje que utilizaban era proto-dravídico (las lenguas dravídicas
son autóctonas del continente indio, a diferencia del sánscrito que fue traído desde
el norte). Hoy en día el lenguaje dravídico ha evolucionado y se ha diversificado,
con un total de 26 lenguas habladas principalmente en el sur de la India y Sri Lanka,
así como algunas áreas de Pakistán, Nepal y el oeste y centro de la India. Se cree
que el idioma se fue esparciendo por el continente en conjunto con la población,
que paulatinamente fue desplazada y migró hacia el sur.
Se sospecha que la gente del valle del Indo creía en la vida después de la
muerte. Enterraban a los muertos con varios elementos que necesitarían,
como agua y comida; vestían a la persona con las mejores ropas y
ponían collares y brazaletes en sus brazos.
Sin embargo, la identificación de esta figura como Śiva ha sido eje de debate. Otros
académicos han sugerido que la figura en el sello tiene más sentido en el contexto de la cultura
del valle del indo, en lugar de la iconografía hindú más tardía. En La cultura Harappa se
encuentran varias imágenes de un “hombre-toro” divino, generalmente ligado a otras criaturas
y símbolos de fertilidad.
El declive de esta civilización se sitúa entre el 1900 a.C. y el 1500 a.C., y aunque su final se ha
relacionado durante mucho tiempo con la llegada o la invasión de los arios sobre el 1200 a.C.,
lo cierto es que las evidencias parecen demostrar que se produjo por un cúmulo de
circunstancias, algunas de ellas ligadas a catástrofes ambientales. Así, cuando estas tribus
arias llegaron, las grandes ciudades del Indo estaban muy deterioradas o ya no existían.
La
invasión aria
El territorio indio fue sufriendo distintas migraciones a lo largo del tiempo. Sin duda, los
que más han dejado su huella son los llamados arios, un nombre genérico que hace
referencia a distintos pueblos y culturas de las estepas de Rusia y Ucrania que
prosperaron en el periodo de bronce tardío. (3600-2300 a.c) Eran los descendientes de
cazadores/recolectores de Europa del este que se reprodujeron con los
cazadores/recolectores del Cáucaso. Distintos factores favorecieron la expansión de la
“cultura Yamnaya” que floreció en este lugar. se dedicaban al pastoreo de animales, y
mantenían un estilo de vida nómade, aunque también practicaban la agricultura cerca
de ríos y asentaban algunas fortificaciones.
Cerca del 1500 A.C, desde el área de Bactria-Margiana, una porción de los
indoiranios llamados Mittani (pertenecientes a las clases altas del pueblo de los
Hurritas), entrarían en el área ahora comprendida por Siria, para luego cruzar el valle
de Swat y llegar a convertirse en la clase regente del norte de la India.
Los arios conducían elaborados sacrificios que rondaban alrededor del fuego, y de
una bebida intoxicante llamada Soma. los sacrificios eran tan complejos y caros que
solo las clases más altas podían costearlos. En los sacrificios reales, el rey era
salpicado con Soma y luego un caballo era puesto en libertad durante un año. Luego
era recapturado y sacrificado en el nombre del dios, para asegurar salud y
prosperidad a la familia real. Hay evidencias de sacrificios de otros animales
relacionados a la ganadería y pastoreo, sin embargo, en la mayoría de los casos, las
ofrendas consistían en leche, ghee, y distintos vegetales.
En la historia temprana védica, los brahmanes ganan relevancia por sobre los
Kṣatriyas, ya que de ellos dependía la eficacia de los rituales que traían prosperidad
al reino.
Introducción e historia de la filosofía de la India
La filosofía india se basa en las enseñanzas de los Vedas, una abundante y antigua
colección de libros sagrados, escritos en prosa y en verso, recopilados (según la
tradición) por el sabio Vyāsa. La literatura védica es sumamente vasta, aun cuando
muchos de sus textos se hayan perdido con el paso de los siglos. Los Vedas son
considerados literatura revelada, aunque no en el sentido de la revelación de un Dios
personal al ser humano. Se considera que los Vedas no tienen autor, ni humano ni
divino, sino que existen desde toda la eternidad revelándose periódicamente a los
ṛṣis, o videntes, al comienzo de cada proceso creativo del universo.
Al conjunto de los Vedas se los denomina śruti que significa lo que se ha oído, lo que
se ha revelado. Además de los Vedas propiamente dichos existe una vasta literatura
auxiliar —los Vedāṅgas— cuyo objetivo principal es el facilitar la tarea de
interpretación de los textos védicos. Esta literatura no es considerada revelada y
tiene un autor humano. Se la denomina smṛti que significa tradición, lo que se ha
transmitido de generación en generación.
Aunque se afirme que los Vedas son cuatro, cada uno de ellos es en sí mismo una
colección de diferentes escritos, que a su vez se componen de cuatro capas o
niveles.
el Ṛg Veda
el Sāma Veda
el Yajur Veda
el Atharva Veda
y los distintos niveles de cada uno de ellos son los Samhitās, los Brāhmaṇas, los
Āraṇyakas y los Upaniṣads. Los Vedas propiamente dichos son los Samhitās,
mientras que los demás niveles constituyen la explicación —comentario,
interpretación, ampliación y desarrollo— de cada uno de estos textos:
Los Samhitās son una colección de versos compuestos entre los siglos XVI y XIII a.
C., que se dividen en cuatro libros:
El Ṛg Veda (Ṛg - himno) que contiene un total de 1017 himnos o mantras en
alabanzas de diversas divinidades. Es el más antiguo de todos los textos. Todos los
himnos se usaban para el culto sacrificial y eran parte de rituales sumamente
sofisticados
Todos coinciden en comenzar con himnos dedicados a Agni (dios del fuego), a Indra
(dios del firmamento y de los fenómenos atmosféricos), a Sūrya (dios del sol) y luego
a otros dioses. El Ṛg Veda es la fuente principal para conocer la mitología y las
creencias de la religión védica.
El Sāma Veda (Sāma - “melodía”) recoge himnos del Ṛg Veda (con excepción de
unos cien himnos de origen diverso) y los utiliza como canciones durante el
ofrecimiento del sacrificio o entrega de, entre otras cosas, Soma —una planta no
identificada, cuyo jugo o néctar es el aspecto fundamental que se ofrece en los
sacrificios védicos.
El Atharva Veda, es el más reciente de los cuatro Vedas, aunque sus contenidos
puede que provengan de tradiciones muy antiguas. Es un libro de hechizos y
conjuros. La tradición lo atribuye a un sabio, Ṛśi o Rishi, llamado Atharvan. No se
utilizaba en los grandes sacrificios védicos, sino sólo para uso doméstico. Al principio
no fue aceptado por sus contenidos, pero poco a poco llegó a formar parte de los
Vedas al ser adoptado como un manual de ritos para uso de los Brahmanes.
Los Brāhmaṇas son tratados teológicos escritos durante entre el 900 y el 700
a. C. para uso de los sacerdotes Brahmanes. En ellos se explica el contenido
de los ritos y costumbres mencionadas en los Samhitās.
Los Upaniṣads, se trata de textos profundamente metafísicos y especulativos.
De ellos provienen las distintas escuelas filosóficas de la India.
Los Upaniṣads ocupan la parte final de los Vedas y, aun cuando estos
libros no formen un sistema único de pensamiento, encontramos en ellos
el germen de las futuras escuelas de la filosofía india. En ellos se puede
apreciar una evolución hacia el concepto de un Ser supremo único con el
cual el ser humano trata de unirse a través del conocimiento. El término
Upaniṣad significa “el acto de sentarse al lado” y se refiere a la doctrina
esotérica que se adquiere al escuchar directamente del maestro espiritual
las doctrinas secretas o reveladas exclusivamente a los sabios. Los
Upaniṣads difieren considerablemente unos de otros en lo que se refiere
al contenido y al modo de presentar los temas, pero en general intentan
establecer el sentido místico de los Vedas. Muchos de ellos consideran -
en forma de diálogo temas como la naturaleza del ser individual, la
relación entre el cuerpo, la mente y el Ser, la naturaleza del conocimiento
y de la verdad, la salvación y los distintos caminos para alcanzarla. Aun
siendo parte de los Vedas, los Upaniṣads constituyen una literatura
aparte. Esta ruptura se evidencia no solo en el estilo de escritura, sino
también en su contenido. De hecho, representa la oposición entre dos
caminos diferentes: el camino de los ritos y sacrificios y el camino del
conocimiento:
Esta doctrina considera al universo como dos realidades eternas: el espíritu o conciencia
llamado Purusha y la materia, referida como Prakriti. Todos los eventos físicos se consideran
manifestaciones de la evolución de la materia, de la cual se derivan todos los cuerpos físicos.
De acuerdo a esta corriente de pensamiento, los seres existen cuando las realidades de la
naturaleza se reúnen alrededor del alma y fuerzan su existencia en el mundo mortal como un
alma encarnada. Cuando el alma finalmente se las arregla para escapar del campo de la
naturaleza y del ciclo de nacimientos y muertes, se libera y vuelve a su estado originario.
Samkhya no reconoce el principio de Dios, ni ninguna fuente individual de creación.
Yoga
El Yoga sugiere los medios para liberar el alma del ciclo de nacimientos y muertes. Reconoce
el alma individual como el señor del cuerpo y dispone de la adoración constante y la meditación
como el mejor medio para alcanzar la realización total (samadhi) que da lugar a la liberación. El
Yoga prescribe una serie de técnicas de autopurificación para la mente y el cuerpo que
aceleran el proceso de transformación y facilitan la estabilidad y tranquilidad mental.
Samkhya ‘enumeracion’
Kapilá (Padre mítico del Samhkya)
•Purusha (‘el que disfruta’, el espíritu), quien no es productor de nada ni producto de nada.
•Prakriti. Permanece inmanifestada mientras las tres gunas (sattva -equilibrio-; raja -pasion,
movimiento-; tama -inconsciencia, oscuridad) estén en equilibrio. Su desequilibrio la divide en
las 23 entidades:
Instrumentos externos:
organo interno:
antahkarana
•buddhi (inteligencia).
•manas (mente).
El yoga es un método práctico que está sustentado en una filosofía. Dicha filosofía es el
Samkhya.
¿QUE ES EL YOGA?
La palabra yoga deriva de la raíz sánscrita YUG, que significa unión, pero también significa
sujetar, reunir, juntar, dirigir. Esto quiere decir que el yoga busca la unión entre el cuerpo, la
mente y el alma o espíritu.
Para lograrlo necesitamos disciplina, en el intelecto, la mente, las emociones y la voluntad.
Debemos buscar con esfuerzo llegar al estado de yoga.
Cuando damos conferencias o realizamos clases magistrales, las personas siempre preguntan
¿Qué es el Yoga con precisión? ¿Acaso es arte, ciencia, religión o filosofía? ¿O solo es una
disciplina de ejercicios físicos? Lo cual es una curiosidad natural en aquellos que se sienten
atraídos por el Yoga.
Sencillamente les respondo que el Yoga no es ninguna de esas cosas, sin embargo, al mismo
tiempo, es la combinación de todas ellas, ya que el Yoga es independiente de ellas y es una
consumación de todas esas facultades, que trasciende la esfera de los propios pensamientos.
Es el medio que lleva al ser humano del plano corporal hacia la realización del Símismo. Hay
que analizar, experimentar y adquirir experiencia en el Yoga en todas esas categorías, y
acabar con las dudas de una en una a fin de comprender el significado del Yoga. Permitan
primero que explique las expresiones precedentes.
Arte significa habilidad. Es habilidad al hacer cualquier cosa que sea resultado de conocimiento
o práctica y su exhibición. Ciencia es conocimiento de cualquier clase sistematizado: es un
estudio de los hechos a través de la experimentación. La religión es un conjunto de creencias,
prácticas y un código de conducta moral para los asuntos humanos. La filosofía representa la
investigación racional y el estudio crítico de verdades y principios de un estado de ser.
El Yoga es el arte de la educación para alcanzar la realización de Sí-mismo. Todos vivimos
bajo la magnificencia de la naturaleza, conformada por los recursos naturales de la flora, la
fauna y los variados minerales que se encuentran en la tierra, que se encuentran a la mano, si
llegan a explotarse con moderación. La práctica del Yoga realizada con habilidad, mediante
esfuerzos continuos, guiada por los principios establecidos por Yogeswara (el señor del Yoga)
y transmitidos por los grandes Yoguis y Rishis o sabios, nos conduce a la fuente de la belleza y
la felicidad que está en el interior de cada uno de nosotros. El Yoga, como conocimiento
subjetivo, es arte. Cuando se aprende bien el Yoga, resulta tan nutritivo y delicioso como la
comida sana. Manifiesta al Ser interior del practicante refinando su cuerpo, su mente y
consciencia. Su vida llega a ser el Yoga y nada más.
Como religión, el Yoga cuenta con códigos morales universales como: Ahimsa o la no violencia
ya sea de pensamiento, palabra y obra; Satya o la veracidad; Asteya o no tomar o apropiarse
de lo ajeno; Brahmacharya o la continencia y el celibato; Aparigraha o poseer nada más que lo
necesario para vivir. Además, cuenta con aspectos importantes como saucha o la limpieza;
santosha o el contento y el agradecimiento con lo que se tiene y con lo que no se tiene; tapas o
el fervoroso deseo de realizar la verdad; svadhyaya o el auto-análisis, el estudio de sí mismo; y
por último ishvara pranidhana o el ofrecer a Dios todas las acciones a realizar, como también
sus resultados.
La filosofía trata sobre todo de las nociones de una vida honesta. El Vedanta muestra los
medios para alcanzar el estado más elevado del Ser en la vida. Vedanta (veda = conocimiento,
y anta = fin) es la consumación de todo conocimiento o sabiduría. Por fortuna, el Yoga nos guía
tanto en la filosofía como en Vedanta. Como filosofía, conduce al arte de vivir. El verdadero
arte de vivir radica en comprender cómo vivir con la naturaleza sin perturbar el orden de las
cosas ni a nosotros mismos. El Yoga nos ayuda a distinguir entre la felicidad y la paz
verdaderas (sreya), de los placeres temporales y efímeros ( preya), que están directamente
relacionados con el dolor. Sostener lo bueno implica práctica (abhyasa). Abstenerse de retrasar
la evolución es renuncia (Vairagya). La abstinencia implica abandonar los placeres que no son
compatibles con vivir en paz y armonía, pero también aquellos que provocan conflicto, dolor,
aflicción e infelicidad. La observancia de disciplina de control de los sentidos y la mente
conduce a la realización de una felicidad perdurable e imparcial. Eso es cultura yóguica. Solo
un alma realizada, a través de la luz de esta cultura divina, libre de prejuicios, puede iluminar a
la humanidad. Tal alma resplandece como una lámpara en la oscuridad e ilumina la
consciencia de aquellos que llegan hasta ella en busca de luz. Así es como una cultura
auténtica participa en la creación de una civilización, o alumbra la verdadera “religión” del ser
humano.
Antes de finalizar, citaré a Svetasvatara Upanisad: “Dios es uno y omnipresente, pero la gente
Le llama con distintos nombres, según su comprensión”. Del mismo modo, el Yoga es uno. Al
igual que el tronco es uno y las ramas son muchas, el Yoga es uno, pero incluye todas sus
ramas al mismo tiempo.
Para llegar al objetivo del Yoga, la unión con Brahman, existen diferentes caminos o sendas
que se asocian a las diferentes personalidades humanas y maneras de ver la vida. A estos
caminos se les conoce como los 4 tipos principales de Yoga:
El objetivo del Karma Yoga es conseguir la liberación del espíritu a través de la acción,
superando cualquier motivación egoísta, sin que la acción esté influenciada por la personalidad
o el ego. No puede haber Karma Yoga si es la personalidad la que está detrás de nuestras
acciones.
El Karma yogui actúa por amor, de forma solidaria y generosa, ofreciendo su acción y los
resultados de ésta a la Divinidad, al Yo Soy, sin esperar nada a cambio. Para conseguir
realizar una acción de forma desinteresada y sin pensar en los resultados de esta, al aspirante
le puede ser útil mantener la mente centrada con la repetición de un mantra mientras se realiza
cualquier actividad. Así, el Karma yogui se convierte en un instrumento para que la acción
pueda realizarse, pero no es el protagonista de ésta. Hasta el punto de que, con la práctica, la
acción generosa, libre de ego, que no produce ningún karma negativo se convierte en una
actitud natural, espontánea, permanente.
Esta actitud de servicio y desapego es muy importante ya que como aparece en el Bhagavad
Gita “nadie está libre de la acción ni siquiera un momento”, pues nuestra mente y nuestro
cuerpo fluctúa constantemente.
“Bhakti” representa el camino de la devoción y suele atraer a personas con mayor tendencia
emocional. El practicante de Bhakti Yoga es un devoto, un amante y el objeto de su amor es lo
Divino, el Ser Supremo. Considera que existe un Ser Supremo, una conciencia superior que le
trasciende y se siente inclinado a desarrollar una relación directa, intensa e incluso a disolverse
completamente con lo divino.
Esta entrega purifica las emociones del ser humano y las canaliza hacia lo Divino. Esta entrega
también puede orientarse hacia el guru, el maestro, la humanidad, la naturaleza, el Absoluto u
otro objeto de Devoción, y a través de ella el Bhakti yogui llega a comprender y a experimentar
la Unidad: “Todos somos uno”. El hecho de que Bhakti yogui esté motivado principalmente por
la fuerza del amor, y vea a la Divinidad como la encarnación del amor, puede desembocar en
un sentimentalismo o una actitud soñadora si no se equilibra con una práctica de introspección
sincera. Este es un riesgo que aparece en todas las religiones
cuando la actitud devota está desconectada del amor puro o se basa en prácticas realizadas
mecánicamente. Otro de los riesgos del Bhakti es que el aspirante olvide completamente su
capacidad racional, ya que esto podría llevarle hacia el dogmatismo o el fanatismo.
En la India, el Gñana Yoga se asocia a la filosofía vedanta que se basa en tres elementos
principales: el estudio de las escrituras, la diferenciación entre lo real y lo irreal por medio de la
razón y la experiencia intuitiva. Este tipo de yoga atrae habitualmente a personalidades
filosóficas e intuitivas que tienen un profundo interés por descubrir su verdadera esencia. Las
herramientas del Gñana yogui son la reflexión, el estudio, la auto-observación y, sobretodo, la
meditación.
El Raja Yoga es el camino del control físico y mental. El objetivo de este tipo de Yoga es llegar
a canalizar y convertir la energía mental y física en energía espiritual. El aspirante debe indagar
en su mundo interior, explorando los diferentes niveles y procesos de la mente y de la
conciencia (consciente, inconsciente, superconsciente), de menos a más profundo para llegar a
comprender su esencia, su verdadera naturaleza.El camino del Raja Yoga permite al aspirante
llegar a conocer su verdadero potencial y encontrar las herramientas y los métodos para
desarrollarlo.
Los Yoga-Sutras de Patanjali están considerados por algunos autores como el texto clásico
que contiene la esencia del Raja Yoga, mientras que otros creen que el Raja Yoga es más
amplio, e incluye además de sistemas específicos como los Yoga-Sutras, otros como el
Kundalini, el Kriya, el Mantra o el Dharma Yoga.
Como derivado del raja yoga veremos la definición del Hatha yoga.
Muchos tipos de yoga caen bajo el término Hatha yoga. Hatha es un término paraguas para
todas las formas físicas del yoga. Este estilo de yoga es una gran introducción a los
fundamentos, con un enfoque clásico de las posturas y técnicas de respiración.
En sánscrito, Ha significa sol (masculino) y Tha significa luna (femenino). Así que el propósito
de Hatha yoga es crear un equilibrio entre las energías masculina y femenina que existen
dentro de nosotros. Usamos posturas de yoga para lograr el equilibrio entre fuerza y
flexibilidad.
De acuerdo con el texto yóguico del siglo XV, el Hatha Yoga Pradipika, la práctica sólo tiene
que incluir los tres elementos siguientes para ser Hatha yoga:
Esto significa que cualquier tipo de yoga que presente esos tres elementos, esto incluye
Bikram, Ashtanga, o Iyengar entre otros, también se considera Hatha yoga. El Hatha yoga es
una herramienta utilizada para la transformación física y mental porque exige que prestes
atención constante a la respiración y esto te ayuda a estar Presente en cada postura. Las
asanas fortalecen el cuerpo. El pranayama te ayuda a controlar la respiración y manipular el
prana o energía vital. Y la meditación te ayuda a enfocar y calmar la mente.
“Debes tener en cuenta que el cuerpo, la mente y el espíritu no son tres, son uno” Hatha Yoga
Pradipika
Hatha Yoga El Yoga es una disciplina milenaria, es el vínculo profundo con el Ser y con el
Todo. Es aprender a habitar el cuerpo, de observar nuestras emociones y pensamientos.
De entrenar la mente a través del cuerpo. Es meditación en movimiento. Yoga es la unión del
cuerpo con la mente y de la mente con el alma. Cuando nuestro cuerpo, mente y alma se
encuentran sanos y armoniosos, proporcionamos salud y armonía a los que nos rodean. La
práctica de hatha yoga otorga salud, vitalidad y calma.
Como mencionamos antes, el yoga es uno de los seis sistemas ortodoxos de la filosofía india.
Fue recopilado y sistematizado por el sabio Patanjali en su obra clásica “yoga sutras” que se
compone de 196 aforismos. Según el pensamiento indio, todo se halla penetrado por el espíritu
universal supremo (Paramatma) del cual el espíritu humano individual (jivatma) es parte. El
yoga nos enseña los medios por los cuales jivatma puede unirse con paramatma
asegurándose así la liberación (moksha)
En el segundo aforismo del primer capítulo de los yogas sutras, Patanjali describe al yoga
como:
La palabra CITTA denota mente, pero en su sentido total. Pero esta mente está compuesta de
tres categorías: