LUIS CERNUDA. LA REALIDAD Y EL DESEO - Versión Reducida

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 85

LUIS CERNUDA.

LA REALIDAD Y EL DESEO
LUIS CERNUDA. LA REALIDAD Y EL DESEO
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN

La nube de magnesio aún envuelve a los personajes de la fotografía. El fotógrafo se limita a captar la
instantánea. Parece una simple fotografía, un acto oficial más de los que tienen lugar todos los días, pero no es así.
Es un momento destinado a no morir en ese efímero presente. Una escena dotada de cierta inmortalidad. Por esa
razón el aire sigue moviéndose dentro de la fotografía. Estamos en la noche del 16 de diciembre de 1927. Llueve a
esa hora en Sevilla. Los que aparecen en la fotografía son jóvenes poetas que han viajado al Sur para conmemorar
el tercer centenario de la muerte de Góngora. Esta escena es el epílogo de un año dedicado a la celebración, pero
en realidad es el comienzo de una leyenda. La leyenda de la Generación del 27. Efectivamente, si enfocamos la
fotografía pero giramos la cámara descubriremos quiénes están delante de la escena. Entre el público aparece Luis
Cernuda. Serio, callado, molesto, incómodo. ¿Por qué no está Cernuda en la fotografía? Acaba de publicar su
primer poemario, Perfil del Aire, un poemario que algunos críticos han despachado con cierto desdén.
Guillén narró lo ocurrido en los días sevillanos en las cartas que enviaba a su esposa Germaine Cahen: “Yo
creía que un poema terminaba en un signo ortográfico: un punto, una admiración, unos puntos suspensivos…Pues
aquí mis poemas están terminando en autos, en cenas, en bebidas, en excursiones”.
INTRODUCCIÓN

Y ahora vendría la pregunta: ¿quién invitó a los poetas a Sevilla? Hay varios responsables. El torero Ignacio
Sánchez Mejías es el personaje clave. Él es quien se ocupa de agasajar a los escritores llegados de Madrid, a “la
brillante pléyade”. Y quien sugiere al Ateneo que organice unas jornadas dedicadas a difundir la nueva literatura. Sin
duda un ejercicio de riesgo porque en ese año de 1927 nadie conoce a los poetas que luego poblarán nuestros
manuales de literatura.
Y sí, la fotografía no anuncia nada de las tragedias que vendrán. Por el momento son jóvenes, felices y triunfa
la amistad. La niebla de magnesio aún envuelve esta escena. Suena una melancólica sinfonía de jazz, una bronca
voz de flamenco, un río desbordado, una Giralda negra, una ciudad en la que llueve. Llueve también dentro de esta
fotografía. Juntos ya para siempre.

“La leyenda de la Generación del 27”.


DÍAZ PÉREZ, Eva.
INTRODUCCIÓN

La exitosa generación del 27 es un edificio histórico que necesita reformas. Una de las reformas sociológicas
más demandadas en la actualidad pasa por la incorporación de las mujeres que convivieron con los nombres
clásicos de esa generación, cuyo canon lo componen Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Luis
Cernuda, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Dámaso Alonso y Gerardo Diego. Son ocho poetas, todos varones, ni una
triste mujer en la nómina. La generación del 27 consagró un discurso masculino. Esas mujeres injustamente
orilladas serían, entre otras, Ernestina de Champourcin, Josefina de la Torre o Concha Méndez. Otra reforma en el
edificio tuvo lugar hace ya unas décadas cuando, al pairo del éxito del modelo generacional, se quiso abrir la nómina
a prosistas, cineastas o pintores, y allí estaban los nombres de Bergamín, Buñuel o Dalí. Esa apertura cabría
hacerse ahora con mujeres como Maruja Mallo, María Zambrano, María Teresa León o Rosa Chacel. De modo que
el edificio histórico y pedagógico de la generación del 27 reclama una ampliación de sus dependencias, más
habitaciones y más ventanas y más salas de baile. El patrimonio literario que heredamos de la llamada generación
del 27 necesita reformas y ampliaciones, pero es un patrimonio de una modernidad apabullante. Fue un gran
momento de nuestra literatura. Falta sacar ese momento de las lindes estrechas de la historia de la poesía y
devolverlo a los cauces más anchurosos y fértiles de la historia de la cultura española del siglo XX.
VILAS, Manuel. El País.
INTRODUCCIÓN

Es el año 1927. Estamos en el salón de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, de Sevilla, que lo ha
cedido al Ateneo de la ciudad (curiosamente, los actos en homenaje a Góngora no se celebraron en la sede de la
entidad convocante, el Ateneo (calle Tetuán), cuyo salón de actos se encontraba en aquel momento lleno de regalos
para la Cabalgata de Reyes que habría de salir tres semanas después). El recital es el primer acto público en el que
se presentó el grupo poético de 1927, cuya obra constituye una de las grandes cumbres de la lírica española de
todos los tiempos.
No son pocos los críticos y especialistas que, al proclamar las excelencias del grupo poético del 27, señalan
que estos escritores, sumados a las grandes figuras que les precedieron (Antonio Machado o Juan Ramón
Jiménez), han logrado conformar una EDAD DE PLATA para la poesía española (y la cultura en general). Los
poetas del 27 consiguieron en muy pocos años instalar a la literatura española en el corazón de la modernidad,
asimilando la rica tradición española y recibiendo las aportaciones de las corrientes vanguardistas. Aunque el
destino y la guerra civil se encargaron de destruir este grupo diverso y plural a los pocos años de nacer, la poderosa
individualidad de sus componentes permitiría que en su exilio exterior e interior produjeron obras muy destacadas,
siendo reconocidos y admirados, a pesar de ciertos prejuicios ideológicos, por todas las promociones posteriores de
la poesía española y por multitud de estudiosos y lectores.
INTRODUCCIÓN

Con los matices que se quiera, una estrecha amistad unió desde su juventud (luego las relaciones se irían
enquistando y las rencillas apareciendo, como en todo conjunto humano) a muchos de estos autores, ligados en
buena medida al mundo universitario y relacionados entre sí por afinidades estéticas que respondían a un espíritu
de época. Eran jóvenes que irrumpieron en el mundo literario de los años 20 con una proclamada conciencia
innovadora y con un gran bagaje intelectual que no procedía sólo de la pasión autodidacta por la lectura, sino
también de la formación recibida en las aulas universitarias y del contacto con los círculos culturalmente más
dinámicos del momento. Son reveladoras las palabras de Dámaso Alonso: El centenario de Góngora, en 1927, fue
una explosión de entusiasmo juvenil. Los jóvenes de entonces nos sentíamos cerca de algunos de los problemas
estéticos que habían ocupado a Góngora. Estaba en el ambiente europeo la cuestión de la pureza literaria: se
trataba de eliminar del poema toda ganga, todo elemento no poético. La juventud actual quizá no lo puede
comprender, porque todo esto parece hoy fácil: entonces era remar contra corriente. Imagen de la vida: un grupo de
poetas, casi el núcleo central de una generación, atravesaba el río. La embarcación era un símbolo: representaba
los vínculos y contactos personales que ligan a los miembros de un grupo en conjunta florescencia: la amistad, el
compañerismo, los compartidos sentimientos, los mutuos influjos…
INTRODUCCIÓN

El origen de la Generación del 27 es una fotografía escénica que inmortalizó en un solo flash tres conceptos
fundamentales para la poesía contemporánea (la cultura en general). El reconocimiento de unos jóvenes poetas a la
valiosa aportación del Siglo de Oro, simbolizado en la figura de Góngora. La plasmación del sentimiento de amistad,
basada en las afinidades estéticas y en una actitud de rebelde modernidad frente a las normas sociales
decimonónicas, por encima de los recelos habituales entre poetas. Finalmente, la imagen de un movimiento cultural
que uniría lo intelectual y lo sentimental, lo popular y las vanguardias, pero que sobre todo definiría una manera
diferente de representar la realidad.
LUIS CERNUDA. LA REALIDAD Y EL DESEO
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Llovía cuando llegaron a Sevilla. Bajaron al cabo de más de 12 horas de viaje del tren expreso que los traía de Madrid
entre risas, aún con las bromas de una alocada juerga sobre raíles que Jorge Guillén iría relatando en cartas que enviaba en
cada estación a su esposa, Germaine Cahen: "Excursión estupenda. Parecemos un equipo de futbolistas -por lo alegre- pero,
aunque un poco ruidoso, no maleducado. Y, por fin, ese "vagón lleno de entes animales llamados poetas" se detiene en la
estación. Llueve y es 15 de diciembre. Los poetas de la Generación del 27 viajaron a Sevilla y posaron en una fotografía
fundacional que se convirtió en un icono. Ellos no imaginaron que aquel viaje de camaradería con el que culminaban los actos
del tercer centenario de la muerte de Góngora -un poeta del Siglo de Oro casi desconocido y a contramano del gusto imperante
en la época- pasaría a la Historia de la Literatura. Ese día en el que posan en Sevilla en esa instantánea aparentemente seria,
oficial y académica, comienzan a escribirse las mejores páginas de la Edad de Plata. Es cierto que el viaje tuvo mucho de
encuentro lúdico y jocoso, de complicidad entre un grupo de amigos. Y también se ha mencionado cierta voluntad de convertir el
acto de Sevilla en definitiva puesta en escena pública del grupo. Casi una estrategia para llamar la atención sobre el nacimiento
de una nueva generación poética. La plataforma sevillana (este episodio sevillano que, sólo con el tiempo, adquirió fuerza e
importancia literaria —para calibrar la repercusión en su día, basta decir que comparte espacio en los periódicos con el reparto
de premios en una coral-) sirvió como caja de resonancia de esa forma nueva de entender la poesía.
RONDÓN, José María.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

La presentación en sociedad del grupo tendría lugar con motivo de los actos celebrados en conmemoración del tercer
centenario de la muerte de Góngora, cuya poética se convirtió en auténtico símbolo para los jóvenes poetas (Luchar por la
reivindicación de Góngora era hacerlo también por una determinada concepción de la poesía, que primaba la elaboración
verbal). Pero su verdadera “caja de resonancia” tendría lugar en Sevilla, donde fueron invitados, gracias a las gestiones de
Ignacio Sánchez Mejías y del Ateneo, para desarrollar un homenaje a Góngora. De esta forma, aquel desenfadado
desplazamiento a la ciudad andaluza resultaría simbólico en el discurrir poético del grupo, un auténtico viaje iniciático hacia la
fraternidad lírica. Sevilla fue uno de los grandes escenarios de la Edad de Plata, capital poética de España en 1927, acogiendo
el acto fundacional de la generación en plena efervescencia de los preparativos de la Exposición Iberoamericana. En definitiva,
una alegre y hasta pintoresca excursión de amigos poetas fue adquiriendo, con el correr del tiempo, una trascendencia que
ninguno de ellos pudo imaginar entonces. El viaje a Sevilla-viaje real, pero también simbólico hacia la poesía en común-terminó
convirtiéndose en referencia angular de una de las cimas poéticas del siglo XX. Además, las conexiones biográficas entre Sevilla
y los grandes poetas del 27 propiciaron también, más allá del acto fundacional del Ateneo y de las amistades personales, una
relación de signo estético, es decir, una familiaridad con la ciudad que poco a poco se fue plasmando en textos literarios. En
líneas generales, a estos autores Sevilla les atrajo por la grandeza de su tradición lírica culta y popular, por la singularidad de sus
fiestas, por su marcada personalidad, en definitiva.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

De acuerdo con lo expuesto, estos escritores (pero también cineastas, músicos, etc.) cristalizan como grupo
a mediados de los años 20, en un contexto donde aparece todo un clima de renovación que parte de la Institución
Libre de Enseñanza, auténtico motor espiritual de la renovación cultural e ideológica de la vida española a partir de
su creación en 1876 por Francisco Giner de los Ríos. Sumada a la Junta para la Ampliación de Estudios y a la
Residencia de Estudiantes, instituciones que parten de ella, tales organismos serán la base fundamental para el
proyecto modernizador que pretende formar “ciudadanos libres”, transformando el país desde la educación y la
cultura (no hay que olvidar el alto índice de analfabetismo entre la población); un proyecto paralelo al de la creación
de escuelas y formación del profesorado. Una auténtica revolución que la guerra civil se encargó de aniquilar.
Aunque con ciertos matices, una continuadora de la Institución sería la Junta para Ampliación de Estudios
(1907). Su idea clave era que la reforma cultural debía comenzar por la formación del profesorado, enviándolos al
extranjero durante un buen tiempo para que estudiaran en los centros culturales y científicos más importantes del
momento, con el propósito de extraer el máximo aprovechamiento en su regreso a España. A esa necesidad
respondió la creación de centros de investigación como el Centro de Estudios Históricos y otros organismos como la
Residencia de Estudiantes.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Entre estos espacios de encuentro, destaca la Residencia de Estudiantes de Madrid (llamada por Juan Ramón “la colina
de los chopos”), donde vivieron algunos de estos escritores, músicos, cineastas, quienes acudieron atraídos por sus tertulias y
actividades culturales (conferencias, contactos con las artes plásticas, el cine, etc.), hasta el punto de que dicha Residencia se
convirtió en una auténtica “universidad” permanente y libre, abierta a todos los vientos de la cultura (mirada multidisciplinar
donde se pretende una formación integral en la búsqueda del esfuerzo de superación). Sería dirigida por el malagueño Alberto
Jiménez Freud- que había estudiado a fondo y en vivo el funcionamiento de los colleges ingleses-a petición de la Institución
Libre de Enseñanza. Por la Residencia pasarán figuras relevantes del panorama cultural del momento, dando lugar a un
ambiente intelectual y de convivencia que servía como foco de difusión de todo lo que acontecía por el mundo.
No debemos obviar el importante papel de las mujeres. Aquella aventura de María de Maeztu (Vitoria, 1882 - Buenos
Aires, 1948) pudo cambiar la Historia de España. Pero, lamentablemente, no le dio tiempo: la Guerra Civil estalló antes. Eso sí,
transformó, a través de la educación, la vida de miles de mujeres, muchas de ellas andaluzas. Nos referimos, claro, a la
Residencia de Señoritas. En aquellos años, estas mujeres se cortaron el pelo y pusieron un pie en las aulas. Se apuntaron a la
Universidad y a los paseos en bicicleta. Cultivaron el ensayo y los tubos de ensayo. La literatura. La poesía. Se metieron en
política. Se hicieron sufragistas, surrealistas y lo que les dio realmente la gana. Se colaron en los laboratorios, en las bibliotecas,
en los despachos oficiales…
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Con el inicio de la guerra civil, la acción de la Junta se hizo imposible en la práctica: la mayoría de sus locales
fueron enseguida ocupados con fines militares, se producirá la represión y el exilio al final de la contienda, etc. Todo
ello provocando un efecto destructor en materia científica y cultural, ya que buena parte de nuestros mejores
intelectuales y científicos fue reprimida u obligada a exiliarse. ¿Qué hubiera sido de nuestro país en el terreno
cultural y educativo? Como en tantas otras cosas, la Guerra Civil supondría la liquidación de este proyecto (“había
que pasar por las armas a la señora Institución” se llegaría a decir): la Residencia se convierte en hospital, exilio de
Alberto Jiménez Freud, etc.). No sería hasta bien entrada la democracia cuando se intentaría recuperar ese espíritu
de impulso de la actividad cultural y del conocimiento, como lugar de estudio e investigación, de intercambio de
ideas, de reflexión sobre el futuro.
Por su parte, las revistas (Litoral, Grecia, Mediodía, Octubre, etc.) no sólo fueron lugar de encuentro de la
“joven literatura”, sino que en ellas se gestó y se difundió gran parte del pensamiento estético que sustentaba la
obra de estos escritores, de suerte que tales revistas seguirían un itinerario estético paralelo al de tales poetas (de la
vanguardia al compromiso). Sus números, de trascendencia nacional e internacional, constituyeron una plataforma
idónea para mostrar las nuevas corrientes poéticas, la creatividad e inclusos sus modernas apuestas tipográficas. Y
todo ello desde una perspectiva multidisciplinar.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Quitarse el sombrero, en 1927, era una actividad de riesgo. Lo hicieron en plena Puerta del Sol tres jóvenes
valientes, Margarita Manso, Concha Méndez y Maruja Mallo, musa, poeta y pintora, secundadas por dos
compañeros de radicalismos artísticos y correrías madrileñas, Lorca y Dalí. Las tres convirtieron aquel gesto en una
performance de la que salieron a pedradas. Mujeres que habiendo pertenecido por actitud y obra a la generación del
27 han sido casi marginadas de los estudios dedicados a aquel grupo de jóvenes brillantes. No ha consistido sólo en
el ninguneo de los académicos, tampoco sus compañeros de generación, que tantas experiencias vivieron con ellas,
tienen a bien recordarlas en sus memorias. Están Rosa Chacel, María Teresa León, Maruja Mallo, Concha Méndez,
María Zambrano, Ernestina de Champourcin, Josefina de la Torre y una vibrante Marga Gil Roësset, que con su
suicidio truncó una prometedora carrera. Poco estudiadas y poco recordadas, estas mujeres que se quitaron el
sombrero irrumpieron en un mundo hecho a la medida de los hombres. La conclusión a la que intuyo nos conduce
sutilmente el documental es que todavía hoy una mujer se ve obligada en demasiadas ocasiones a quitarse el
sombrero para ser alguien susceptible de ser recordado no como mero adorno del simpático anecdotario de una
época. Dejar de ser la cuota o paternalmente definidas como sabiondas avispillas, qué difícil parece.
LINDO, Elvira.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

“Yo he nacido poeta y artista como el que nace cojo, como el que nace ciego, como el que nace guapo.
Dejadme las alas en su sitio, que yo os respondo que volaré bien”. Así rogaba Federico García Lorca a sus padres
que le mantuvieran la asignación económica para vivir en Madrid. ¿Escribieron aquellas mujeres desde las mismas
circunstancias, con las mismas circunstancias, que ellos? La mayoría habrían volado bien si les hubieran cuidado
las alas; sin ellas, las autoras del 27 integran esa retaguardia de la literatura que también forma parte de la historia,
y que durante siglos se ha leído en masculino sin polémicas. Concha Méndez y Ernestina de Champourcín nacieron
poetas, y nacieron mujeres: como tantas otras creadoras de su época, partieron de una situación desigual que les
impedía un acceso a la cultura y a la educación similar a la de los hombres. Casi un siglo más tarde, merece la
pena ensanchar el canon fijado a propósito de la generación del 27.Y no sólo en el terreno literario, sino que
podemos situar en un primer plano a mujeres en otras manifestaciones artísticas. Como la mayoría de miembros del
grupo poético del 27, pintoras como Maruja Mallo, Ángeles Santos o Remedios Varo, y escultoras como Marga Gil
Roësset, nacieron durante las primeras décadas del siglo XX y su excepcionalidad quedó manifiesta con su ruptura
de las formas y los modos tradicionales dentro de ese frente común conocido como las vanguardias: audacia
creativa y su constante evolución, permanente batalla contra los convencionalismos sociales y morales de la época,
etc. Las Sinsombrero.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Aunque sin obviar las peculiaridades de cada uno de los poetas por separado, lo cierto es que podemos
apreciar, en líneas generales, una serie de puntos en común que configuran un itinerario estético semejante entre
los autores que integran la literatura del 27. En efecto, los poetas del 27 se propusieron crear una poesía nueva,
basada en supuestos innovadores. La reciente y coetánea explosión del arte de vanguardia en la Europa del
momento tiene mucho que ver con ese afán innovador. Ahora bien, a diferencia de la vanguardia, los poetas del 27
no se levantan contra nada, tienen una actitud menos rupturista, dando lugar a una magistral síntesis entre tradición
y renovación, evolucionando de la vanguardia al compromiso; el caso de Alberti sería un claro ejemplo de esta
actitud renovadora: desde el neopopularismo de Marinero en tierra, al culteranismo de Cal y canto, para pasar al
surrealismo con Sobre los ángeles y, de ahí, terminar como El poeta en la calle.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Etapas:
1. HASTA 1927: Tras unos tanteos iniciales con tonos becquerianos y posmodernistas, los poetas del 27 se
propusieron crear una poesía nueva, basada en supuestos innovadores, favorecida por la coetánea explosión del
arte de vanguardia en la Europa del momento. Pretendía un arte nuevo que que proclama la belleza de las nuevas
realidades, abriendo sus puertos a temas inéditos y a nuevas posibilidades el lenguaje (eliminación de lo anecdótico,
creación de imágenes autónomas, original presentación tipográfica, etc.). La renovación de la literatura que se lleva
a cabo en toda Europa a partir de la primera década del siglo XX tuvo eco inmediato en España, donde los
movimientos de vanguardia fueron asumidos de forma entusiasta desde sus primeros momentos. Ahora bien, esta
apertura hacia el exterior no les hizo alzarse contra nada, sino que estos poetas también respetaron profundamente
su propia tradición. Por tanto, en paralelo a la incorporación de determinados elementos procedentes de las
vanguardias (poemas de Salinas, Alberti, etc.), tales poetas llevaron a cabo una reinterpretación continua de la
tradición nacional, recibiendo la influencia de los grandes autores clásicos sin trabas ideológicas, sino atendiendo a
criterios puramente literarios.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27
UNDERWOOD GIRLS
Quietas, dormidas están,
Las treinta, redondas, blancas
Entre todas
Sostienen el mundo.
Míralas, aquí en su sueño,
Como nubes,
Redondas, blancas, y dentro
Destinos de trueno y rayo,
Destinos de lluvia lenta,
De nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
Con contactos saltarines
De dedos rápidos, leves,
Como a músicas antiguas.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Por otro lado, resulta destacable la presencia de la lírica popular o de tipo tradicional en los poetas del 27, que
desarrollaron, especialmente Lorca, Alberti y Gerardo Diego, en su poesía una modalidad denominada
neopopularismo (el Romancero gitano de Lorca, si bien él defendió la universalidad de su poemario, es un ejemplo
claro). En efecto, la reinterpretación de la lírica popular llevada a cabo por los poetas del 27 es una de las
aportaciones más ricas y variadas que estos poetas realizaron en el campo de la recuperación de nuestra tradición.
De esta forma, no podemos olvidar también la recuperación de la tradición clásica española como otra de las líneas
maestras de estos poetas, destacando especialmente su fervor y admiración por Góngora, así como por la “pureza”
de su poesía.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

ROMANCE DE LA PENA NEGRA


Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad: ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
GARCÍA LORCA, Federico.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

2. DE 1927 HASTA LA GUERRA CIVIL: Hacia 1927 aproximadamente, coincidiendo con el tercer centenario de
Góngora, se puede situar el momento de la poesía pura en la interpretación individual que los poetas del 27
imprimen a los cánones del movimiento francés propiciado por la poderosa influencia de Paul Valéry y el magisterio
indiscutible de Juan Ramón Jiménez, quien, a pesar de las posteriores desavenencias con los miembros del grupo,
fue su guía literario hasta el final de los años veinte; luego el propio cambio de los gustos estéticos determinarían un
franco alejamiento. Efectivamente, todos estos ideales puramente estéticos y abstractos (vanguardismo, poesía
pura, etc.) se verían pronto alterados por la irrupción del surrealismo y una poesía “rehumanizada”, comprometida,
hasta el punto de que el surrealismo acabó convirtiéndose en una auténtica revolución que afectó a muchos
aspectos de la vida intelectual y cultural. El surrealismo se convirtió en un estímulo para la libertad de la imaginación
y en un camino para manifestar una serie de actitudes disconformes con los convencionalismos sociales, tanto
individuales como colectivos. De esta forma, aunque nuestros poetas no participaron de la escritura automática
propia del movimiento, libros como La flor de Californía (Hinojosa), Sobre los ángeles (Alberti) o Poeta en Nueva
York (Lorca) permiten hablar sin fisuras de un peculiar surrealismo español (del que también participaron artistas
como Dalí o Buñuel), que sirve de expresión a crisis personales como las sufridas por Lorca o Cernuda.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27
LA AURORA
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
GARCÍA LORCA, Federico.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Aunque en los poetas españoles nunca llegó a producirse, con plenitud, el abandono de la expresión racional,
muchos de ellos cultivaron en algunos momentos de su trayectoria el surrealismo. De esta forma, una nueva
estética en que la creación artística se convierte en un medio de conocimiento y expresión del ser del hombre y del
mundo. Todo ello revela un cambio de orientación de las letras españolas a principios de los años 30. El final de la
década anterior trae consigo la dictadura de Primo de Rivera y la consiguiente intervención directa de los
intelectuales en la política. Por tanto, los tiempos han traído nuevas inquietudes y la mayoría de estos poetas no
querrá sustraerse a ellas (incluso autores como Alberti o Emilio Prados adoptarán una militancia política), en la
misma línea que la novela social de aquellos años. Aparece así un arte más comprometido, que vuelve a tener al
hombre en el centro de todo (“el artista debe llorar y reír con su pueblo”, dirá Lorca), una especie de “nuevo
romanticismo”, en consonancia con aquellos años convulsos que asolan nuestro país (intento de acabar con la
imagen del intelectual adscrito por necesidad a la élite y situado al margen de las clases sociales).
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27
CIUDAD SITIADA
Entre cañones me miro,
entre cañones me muevo:
castillos de mi razón
y fronteras de mi sueño,
¿ dónde comienza la entraña
y dónde termina el viento?
No tengo pulso en mis venas,
sino zumbidos de trueno,
torbellinos que me arrastran
por las selvas de mis nervios;
multitudes que me empujan,
ojos que queman mi fuego...
PRADOS, Emilio.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

3. DESPUÉS DE LA GUERRA: En efecto, el devenir histórico de los poetas del 27 tendrá una importante quiebra,
de extraordinaria gravedad personal e intelectual, tras las Guerra Civil (Lorca muere en 1936, muchos se marchan al
exilio, el grupo se dispersa), si bien la diáspora del exilio no congeló el proceso creador de tales poetas e incluso dio
lugar a libros fundamentales en la poesía contemporánea, tanto dentro (Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, o
Sombra del Paraíso de Vicente Aleixandre) como fuera (Ocnos, de Luis Cernuda) del país.
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Hoy las nubes me trajeron,


volando, el mapa de España.
¡Qué pequeño sobre el río,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!
Se le llenó de caballos
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi pueblo y mi casa.
ALBERTI, Rafael
CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Al hablar de “Generación del 27” o de “Grupo poético del 27” no nos referimos ya-dada la amplitud que ha
adquirido el término-sólo a un conjunto de poetas, sino a la más brillante promoción de la literatura española del
siglo XX, surgiendo en poco tiempo una serie de poetas que, asimilando la rica tradición literaria española e
imbuidos en las nuevas corrientes de vanguardia, habrían de configurar lo que no se ha dudado en comparar con la
brillantez de nuestro Siglo de Oro. De hecho, lo que, probablemente, se hubiera consagrado como el conjunto-
compacto y variado a un tiempo-más importante de poetas de nuestra literatura, el destino y la historia se
encargaron de destruirlo a los pocos años de nacer. Sin embargo, la poderosa individualidad de sus componentes
permitiría que, en los años de exilio exterior e interior que siguieron a la guerra civil, tales poetas produjeran sus
mejores obras, siendo reconocidos y admirados-pese a los prejuicios ideológicos-por todas las promociones
posteriores de la poesía española y por multitud de estudiosos y lectores.
LUIS CERNUDA. LA REALIDAD Y EL DESEO
DATOS BIOLITERARIOS
LUIS CERNUDA. DATOS BIOLITERARIOS

EL TIEMPO
Recuerdo aquel rincón del patio en la casa natal, yo a solas y sentado en el primer peldaño de la escalera de
mármol. La vela estaba echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra, y sobre la lona, por donde se
filtraba tamizada la luz del mediodía, una estrella destacaba sus seis puntas de paño rojo. Subían hasta los
balcones abiertos, por el hueco del patio, las hojas anchas de las latanias, de un verde oscuro brillante, y abajo, en
torno de la fuente, estaban agrupadas las matas floridas de adelfas y azaleas. Sonaba el agua al caer con ritmo
igual, adormecedor, y allá en el fondo del agua unos peces escarlata nadaban con inquieto movimiento,
centelleando sus escamas en un relámpago de oro. Disuelta en el ambiente había una languidez que lentamente iba
invadiendo mi cuerpo.
Allí, en el absoluto silencio estival, subrayado por el rumor del agua, los ojos abiertos a una clara penumbra que
realzaba la vida misteriosa de las cosas, he visto cómo las horas quedaban inmóviles, suspensas en el aire, tal la
nube que oculta un dios, pura y aéreas, sin pasar.
CERNUDA, Luis. Ocnos.
LUIS CERNUDA. DATOS BIOLITERARIOS

De pocos escritores de nuestra literatura parece haberse burlado el destino tan cruelmente como de Luis
Cernuda: incomprendido y casi ignorado en su tierra mientras vivió, pasó a ser luego uno de los poetas más
influyentes en la posteridad y uno de los más respetados y admirados por su calidad y originalidad. Dolorosamente
Cernuda asumió su condición de poeta maldito, solitario, incomprendido (su condición homosexual está siempre
latente). De clara raigambre romántica (Bécquer, Hölderlin, los románticos ingleses, etc.), mesuradamente, con
extrema pulcritud, elegancia y ponderación clásicas, desnudó en sus versos su atormentada alma de solitario, vertió
en ellos su afanosa búsqueda de una belleza inaprensible y fugaz, su angustiada pasión amorosa (esgrimiendo
abiertamente su condición de homosexual, por influencia de Gide), su aflicción por los avatares de su tierra y su
alejamiento forzoso en el exilio, en una poesía siempre escrita desde el yo, confesional, autobiográfica, con una
reflexión trascendente y moral.
LUIS CERNUDA. DATOS BIOLITERARIOS

Nacido en Sevilla en 1902 en el seno de una familia acomodada, pero en la que recibió una atmósfera de
estricta disciplina como en su poema “La familia”, única composición dedicada a este tema, lo que contrasta con la
abundancia de poemas que consagra a la rememoración de su solitaria infancia sevillana (especialmente en su libro
de poemas en prosa, Ocnos), etapa fundamental en la formación de una personalidad tímida, introvertida. Hay un
Arcadia cernudiana, una Sevilla guardada en la memoria de un poeta. Un lugar reconocible en versos y pasajes de
Ocnos, esa guía emocional en la que la ciudad nunca se pronuncia, evocada por el poeta en su nostalgia de
exiliado. Con las páginas de Ocnos bajo el brazo se pasea por esas dimensiones invisibles que aúnan la literatura y
lo desaparecido. Cualquier página abierta al azar desvela esa Sevilla sin mapas ni calendarios que decía Antonio
Machado, porque en ella reside la estirpe de los poetas. En la calle Acetres no hay nunca mucha luz. Es una vía
estrecha y como secreta, parece una de esas calles que aparecen casi por sorpresa cuando se busca un atajo:
“¡Años de niñez en que el tiempo no existe! Un día, unas horas son entonces cifra de la eternidad. ¿Cuántos siglos
caben en las horas de un niño? Recuerdo aquel rincón del patio en la casa natal, yo a solas y sentado en el primer
peldaño de la escalera de mármol. La vela estaba echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra”.
LUIS CERNUDA. DATOS BIOLITERARIOS

Los agudos dolores del parto han acabado. Son las siete y media de la mañana del 21 de septiembre de
1902. En la casa número 6 de la céntrica calle Conde de Tójar, actual Acetres, acaba de llegar al mundo y al tiempo
Luis Cernuda (Albanio, según el pseudónimo que, para su etapa sevillana, el propio poeta se concederá en las frías
tierras británicas). En esta casa va a vivir Cernuda hasta 1915, descubriendo su particular paraíso, sus bellezas, sus
dones, a cambio, eso sí, de la soledad, tributo que ha de pagar quien se enfrenta al mundo con ojos poéticos que
buscan el ser profundo de las cosas. La familia Cernuda-Bidón está formada por el padre, Bernardo Cernuda, militar
de alta graduación; la madre, Amparo Bidón; y las hermanas Amparo y Ana. Con ninguno de ellos va a tener una
relación demasiado afectuosa. La formación militar del padre impone en la casa una disciplina castrense que impide
que la relación afectiva entre los miembros de la familia sea fluida. La relación de Cernuda con su padre es distante
y fría (achacándole su incomprensión), mientras tacha a su madre de “caprichosa y melancólica”; en cuanto a sus
hermanas parece ser que le tuvo más simpatía a Ana (“Y la menor más dulce”) que a Amparo (“la hermana mayor
imposible”), aunque describe a las dos como desdichadas, quizás haciendo referencia a sus problemas
sentimentales (Amparo, soltera tras negarse el padre a una relación con un militar de bajo rango; Ana, obligada a
casarse con un hombre mucho mayor que ella tras la muerte repentina del padre).
LUIS CERNUDA. DATOS BIOLITERARIOS

Antes de dejar la casa natal, dejemos constancia de unas casualidades en que la magia de la poesía parece
haber puesto su mano: en el poema “La familia”, Cernuda escribe “La casa familiar, el nido de los hombres, /
inconsistente y rígido, tal vidrio / que todos quiebran, pero nadie dobla”. Curiosamente, como en un presagio
inconsciente, Cernuda utiliza el vidrio como símil en estos versos; poco después de la marcha de la familia, sería
una cristalería el negocio que se asentó hasta hace poco tiempo en los antiguos dominios del poeta. Hoy en día,
desde el Ayuntamiento de la ciudad se están llevando a cabo gestiones para adquirir para la ciudad la casa natal del
poeta, y con ello la posibilidad de salvar para la memoria sentimental de Sevilla aquel marco edénico que arropó el
encuentro de Cernuda con la poesía. Muy cerca se encuentra la calle del Aire, tan estrecha que sólo parece
penetrar la brisa más delgada. Naturalmente, aquí tuvo que vivir un poeta, Luis Cernuda, que escogió el nombre de
su calle para titular su primer poemario, Perfil del Aire. Ese perfil con el que se quedó Cernuda para quintaesenciar
sus recuerdos sevillanos. Una nube de tiempo nos envuelve para que asistamos a la escena. Es una mañana de
comienzos de 1920, Cernuda, su madre y su hermana Amparo entran enlutados y silenciosos en el portal de la casa
número 4 de la denominada por aquellos años Conde de Benomar, popularmente conocida como calle del Aire. Sólo
dos años después de la mudanza a la casa de Jáuregui se han visto forzados a un nuevo cambio.
LUIS CERNUDA. DATOS BIOLITERARIOS

NIÑO TRAS UN CRISTAL


Al caer la tarde, absorto
tras el cristal, el niño mira
llover. La luz que se ha encendido
en un farol contrasta
la lluvia blanca con el aire oscuro.

La habitación a solas
le envuelve tibiamente,
y el visillo, velando
sobre el cristal, como una nube,
le susurra lunar encantamiento.
LUIS CERNUDA. DATOS BIOLITERARIOS

El caso es que Bernardo Cernuda, el padre, ha muerto repentinamente en marzo de 1919, y la economía
familiar se ha visto seriamente dañada: ya no entra en la casa el sueldo de un general de la reserva, sino una paga
de viudedad. Posiblemente, este hecho ha motivado el rápido casamiento de la hermana pequeña, Ana. Ésta será la
vivienda de Cernuda desde 1920 hasta 1928, cuando se marche definitivamente de la ciudad. Antes cursa Derecho,
en cuya facultad es alumno de Pedro Salinas, y comienza a frecuentar el ambiente literario de la capital andaluza.

Tras breve estancia en Málaga, en que visita a sus amigos Prados, Altolaguirre e Hinojosa, se traslada a
Madrid. Allí se establece hasta 1938, con el intervalo del curso 1928/1929, que lo pasa en Toulouse (Francia) como
lector de español. Se relaciona en estos años con todos los más destacados poetas de su generación (Lorca,
Alberti...) y con el ambiente cultural de esos años: influencia del surrealismo francés, su progresivo compromiso
político, su afición por el cine y el jazz, su creciente sentimiento de malestar y marginación, acuciado por sus
pasiones y desengaños amorosos, etc.
LUIS CERNUDA. DATOS BIOLITERARIOS

Si ya extraño en su tierra, más extraño se sentirá en el exilio que desde 1938 hasta su muerte le tocó vivir
entre el Reino Unido (1938-1946), EEUU (1946-1952) y México (1952-1963), donde moriría. Acrecentado este
sentimiento de extrañeza por la escasa acogida que sus versos encontraron en España, fue desgarrándose en el
recuerdo entre una mezcla de amor y odio hacia su patria que alcanza especial acritud en algunos de sus últimos
poemas. A pesar del titulado “Impresión de destierro”, en el que el personaje dice: “¿España? Un nombre. España
ha muerto”, para Cernuda España no había muerto, sino que le seguía royendo el alma, alimentando una lacerada
fibra patriótica que empieza a manifestarse en los poemas que surgen a raíz de la Guerra Civil. Extrañeza y exilio,
pues, distancia que hace que su poesía sea siempre fundamentalmente nostalgia y evocación: de la infancia, de la
juventud, el amor, la tierra natal, la patria perdida, etc., y expresión de una progresiva desesperanza y desilusión
frente al poder del tiempo.
LUIS CERNUDA. DATOS BIOLITERARIOS

Luis Cernuda nunca tuvo una casa propia: errante perpetuo. Exiliado de sí mismo. Murió con toda discreción.
En ese momento definitivo de la muerte se da cita la armonía con lo que fue su existencia. No hay estridencias.
Probablemente no fue consciente de su muerte.
RIVERO TARAVILLO, Antonio.
Cernuda se eleva por encima de otros poetas gracias a la sensibilidad exquisita con que trata los temas
eternos de la poesía, como el amor o el paso del tiempo. Esa sensibilidad provoca que su relación con Sevilla sea
de desapego. La ciudad no lo acogió, como hace con tantos poetas. Al final somos unos exiliados, aunque el exilio
sea interior.
SANZ, María.
Cernuda es la voz más intensa, la que conecta mejor con los problemas y las angustias del hombre de su
tiempo: ahí está la razón de su vigencia. Es el más moderno del 27. Al servicio de esa intensidad se encuentra su
lenguaje innovador. Cernuda conecta con el hombre fragmentado y dividido de la segunda mitad del siglo XX,
incapaz de conciliar la realidad y el deseo.
REYES CANO, Rogelio.
LUIS CERNUDA. LA REALIDAD Y EL DESEO
CLAVES POÉTICAS Y ETAPAS
LUIS CERNUDA. CLAVES POÉTICAS

Y ciertamente el poeta es casi siempre un revolucionario, yo por lo menos así lo creo; un revolucionario que
como los otros hombres carece de libertad, pero que a diferencia de éstos no puede aceptar esa privación y choca
innumerables veces con los muros de su prisión. La mayoría de las gentes produce hoy la impresión de cuerpos
amputados, de troncos podados cruelmente. El poeta intenta fijar el espectáculo transitorio que percibe. Cada día,
cada minuto le asalta el afán de detener el curso de la vida, tan pleno a veces que merecería ser eterno. El poeta,
pues, intenta fijar la belleza transitoria del mundo que percibe, refiriéndola al mundo invisible que presiente, y al
desfallecer y quedar vencido en esa lucha desigual, su voz llora, enamorada, la pérdida de lo que ama.
CERNUDA, Luis.
LUIS CERNUDA. CLAVES POÉTICAS

Se caracteriza Cernuda por una personalidad solitaria y dolorida, por una gran sensibilidad, pero muy
vulnerable. Ni en su vida ni en su poesía ocultó su condición homosexual, y su conciencia de ser una criatura
marginada por ello explica, en gran parte, su desacuerdo con el mundo y su rebeldía. Admite ser un “inadaptado”,
ocupando un lugar especial dentro del grupo poético del 27. Por tanto, la poesía de Cernuda es una especie de
“biografía espiritual”, de suerte que su experiencia vital, su conciencia de incomprendido, de ser expulsado del
paraíso, marca su obra poética. Esta conciencia de otredad, de saberse distinto, le viene marcado desde su propia
infancia en el seno de una familia conservadora, con un ambiente reaccionario.
El motivo poético de toda la obra cernudiana es el conflicto entre la apariencia y la verdad de las cosas, es
decir, entre la realidad y el deseo. Esta lucha romántica entre el yo que desea y la realidad se traduce poéticamente
en distintas actitudes: desde el aislamiento y la soledad hasta la rebeldía y la ira. Todo ello vendría acompañado de
un factor fundamental que va a condicionar la evolución de su poesía: el exilio, que provoca en nuestro poeta la
meditación existencial y la contemplación irónica, crítica, de la experiencia vital.
LUIS CERNUDA. CLAVES POÉTICAS

Le singulariza, ante todo, el sustrato romántico de su mundo poético. Su centro temático es un doloroso
divorcio entre su anhelo de realización personal (DESEO) y los límites impuestos por el mundo que le rodea
(REALIDAD). Es un choque similar al que habían sufrido los poetas románticos, aunque nazca de la conflictiva
personalidad de Cernuda. Sus temas dominantes serán, por ello, la soledad, la nostalgia, el amor, etc. Por otro lado,
el tema de la infancia como paraíso perdido, recurrente en otros poetas del 27, adquiere en su obra una dimensión
mítica, universal (nostalgia de una armonía original, que el poeta encuentra en la Grecia Clásica, especie de paraíso
feliz, en contraste con una visión desolada del mundo).
Pero es, sobre todo, su estilo lo que le confiere el especial puesto que ocupa. Él mismo decía que su
inconformismo le ayudó a “escapar de las modas”. Ello no es del todo aplicable a sus primeras etapas (semejantes a
las de otros miembros de su grupo: poesía pura, surrealismo, etc.), pero hacia 1932 se despegaría de aquellas
modas y emprenderá un camino inconfundible y solitario.
LUIS CERNUDA. CLAVES POÉTICAS

Su nueva lengua poética surge de un triple rechazo: desecha los ritmos demasiado marcados (preferencia por
el verso libre o el poema en prosa), rechaza la rima y, sobre todo, huye del lenguaje brillante para usar un tono más
sencillo EN APARIENCIA (huella de los poetas románticos ingleses), ya que bajo ese tono “coloquial” se esconden
una lúcida elaboración y una lengua poética muy sugerente.

De acuerdo con todo lo expuesto, Cernuda se caracteriza por su solitaria peculiaridad, transitando por
caminos temáticos y estilísticos diferentes a los de su grupo poético, con un lenguaje depurado y denso que cada
día suscita mayor estimación. Una auténtica “biografía espiritual” (en feliz expresión de Octavio Paz) que convierte
su trayectoria vital en materia poética, provocando una enorme influencia en la poesía española contemporánea
(poeta cargado de perfiles, con capacidad de atracción para poetas muy diversos): novísimos (culturalismo), poesía
de la experiencia (voz más humana), garcilasismo (belleza formal, etc.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

1ª Etapa. Antes de la Guerra Civil. Formación del mundo poético.


a) Inicios. La formación del poeta.
Su primera obra es Perfil del Aire (1924-1927), que aparece, revisada y corregida, en la priemra versión de La
Realidad y el Deseo (1936) como Primeras poesías. En este libro el tem dominante es la tímida evocación de los
deseos eróticos adolescentes. El despertar sexual de la adolescencia sirve de inicio para descubrir el sentimiento de
separación entre el yo lírico y el mundo: el protagonista vive en su habitación y ve el exterior desde su ventana y enj
sus sueños, un mundo ideal, puesto que aún no ha entrado en contacto con él. Pero ya se atisba la melancolía (el
paisaje otoñal, la habitación lo aísla del mundo, por lo que sólo cabe el sueño de realidad ideal donde no exista ni el
dolor ni el tiempo). En este libro el estilo bebe del simbolismo, dotado de un afán de pureza y formalismo. El tono es
melancólico y sencillo, y se vale de la métrica tradicional. La tibia acogida por parte de la crítica le dolió
profundamente.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
La noche a la ventana. Acreciente la noche
Ya la luz se ha dormido. Sus sombras y su calma,
Guardada está la dicha Que a su rosal la rosa
En el aire vacío. Volverá la mañana.

Levanta entre las hojas, Y una vaga promesa


Tú, mi aurora futura; Acunando va el cuerpo.
No dejes que me anegue En vano dichas busca
El sueño entre sus plumas. Por el aire el deseo.
Primeras poesías.
Pero escapa el deseo
Por la noche entreabierta,
Y en límpido reposo
El cuerpo se contempla.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

Sencillez aparente: personificaciones.


Presencia del deseo.
Simbolismo.
Melancolía y frustración.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

Su segundo libro es Égloga, Elegía, Oda (1927-1928), que, en cierto modo, supone una continuación del libro
anterior y las consecuencias de las malas críticas recibidas. El clasicismo se hace patente, especialmente en la
métrica, pero también en un estilo dotado de musicalidad, elegancia. Aquí se refleja la voz personal de Cernuda, su
individualismo alejado de modas (no olvidemos que son años de ferbor por Góngora). Por otro lado, en el libro se
percibe el inicio de la influencia de André Gide, no sólo en la aceptación de la homosexualidad, sino también en el
hedonismo, en el disfrute sin culpa de los placeres físicos, que encontrará su mejor cauce en los libros surrealistas
posteriores.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Este lugar, hostil a los oscuros Rosas tiernas, amables a la mano
Avances de la noche vencedora, Que un dulce afán impulsa estremecida,
Ignorado respira ante la aurora, Venas de ardiente azul; toda una vida
Sordamente feliz entre sus muros. Al insensible sueño vuelta en vano.

Pereza, noche, amor, la estancia quieta ¿Vive o es una sombra, mármol frío
Bajo una débil claridad ofrece. En reposo inmortal, pura presencia
El esplendor sus llamas adormece Ofreciendo su estéril indolencia
En la lánguida atmósfera secreta. Con un claro, cruel escalofrío?

Y la pálida lámpara vislumbra Al indeciso soplo lento oscila


Rosas, venas de azul, grito ligero El bulto langoroso; se estremece
De un contorno desnudo, prisionero Y del seno la onda oculta crece
Tenuemente abolido en la penumbra. Al labio donde nace y se aniquila.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Equívoca delicia. Esa hermosura ¿Y que esperar, amor? Sólo un hastío,
No rinde su abandono a ningún dueño; El amargor profundo, los despojos.
Camina desdeñosa por su sueño, Llorando vanamente ven los ojos
Pisando una falaz ribera oscura. Ese entreabierto lecho torpe y frío.

Del obstinado amante fugitiva, Tibio blancor, jardín fugaz, ardiente,


Rompe los delicados, blandos lazos. Donde el eterno fruto se tendía
A la mortal caricia, entre los brazos, Y el labio alegre, dócil lo mordía
¿Qué pureza tan súbita la esquiva? En un vasto sopor indiferente.

Soledad amorosa. Ocioso yace De aquel sueño orgulloso en su fecundo,


El cuerpo juvenil perfecto y leve. Esplendido poder, una lejana
Melancólica pausa. En triste nieve Forma dormida queda, ausente y vana
El ardor soberano se deshace. Entre la sorda soledad del mundo.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Esta insaciable, ávida amargura,
Flecha contra la gloria del amante, Noche-aurora (inversión del modelo clásico de la
¿Enturbia ese sereno diamante égloga).
De la angélica noche inmóvil, pura? Melancolía. Deseo.
Tópico claso: antítesis.
Mas no. De un nuevo albor el rumbo lento Amargura, soledad.
Transparenta tan leve luz dudosa.
El pájaro en su rama melodiosa La elegía es un género clásico en el que se llora por la
Alisando está el ala, el dulce acento. muerte o pérdida de un ser querido, de algo o alguien.
¿Por qué llora aquí el poeta? ¿Por un amor imaginado?
¿Por la inocencia perdida de la infancia? ¿Porque su
Ya con rumor suave la belleza deseo no se corresponde con las convenciones
Esperada del mundo otra vez nace, sociales?
Y su onda monótona deshace
Este remoto dejo de tristeza.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
b) Poemas de juventud, rebeldía y pasión. La influencia del surrealismo.
Cernuda sale de Sevilla en 1920. Este hecho, unido a la infleuncia del surrealismo, que nuestro poeta conocer
de primera mano durante su estancia en Toulouse (junto a otras manifestaciones como el jazz o el cine sonoro), va a
producir dos obras muy importantes en su trayectoria: Un Río, un Amor (1929) y Los Placeres Prohibidos (1931). El
surrealismo (y la influencia de autores como André Gide) le permite a Cernuda expresar con libertad lo que el
simbolismo sólo le permitía intuir de forma vaga e imprecisa. De esta manera, Cernuda se vale de las técnicas de
esta vanguardia, como el collage, las visiones e imágenes visionarias, el libre fluir d elos versos (abandona la
métrica clásica y usa el verso libre, sin rima). En definitiva, Cernuda se vale de la libertad formal para expresar una
liberación personal: su homosexualidad, su rebeldía. Y ello de forma plenamente consciente y querida Pero dicha
rebeldía le hace entrar en contacto con la libertad, apareicendo el enfrentamiento entre el anhelo y la realidad, la
apriencia de las cosas y lo que éstas verdaderamente son. Y de esta confrotnación llegará el dolor y el desengaño.
Igual que en los dos primeros libros el poeta escapaba de la realidad al jardín de sus sueños, ahora lo hace a
lugares exóticos, auqnue tampoco encuentra lo que busca.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
NO INTENTEMOS EL AMOR NUNCA
Cantaba tempestades, estruendos desbocados
Aquella noche el mar no tuvo sueño. bajo cielos con sombra,
Cansado de contar, siempre contar a tantas olas, como la sombra misma,
quiso vivir hacia lo lejos, como la sombra siempre
donde supiera alguien de su color amargo. rencorosa de pájaros estrellas.

Con una voz insomne decía cosas vagas, Su voz atravesando luces, lluvia, frío,
barcos entrelazados dulcemente alcanzaba ciudades elevadas a nubes,
en un fondo de noche, cielo Sereno, Colorado, Glaciar del infierno,
o cuerpos siempre pálidos, con su traje de olvido todas puras de nieve o de astros caídos
viajando hacia nada. en sus manos de tierra.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Mas el mar se cansaba de esperar las ciudades. Mar como símbolo de libertad.
Allí su amor tan sólo era un pretexto vago Amor incomprendido.
con sonrisa de antaño, Recurrencias para dotar de ritmo al poema (soledad,
ignorado de todos. fracaso, tonos grises).
Verso libre.
Y con sueño de nuevo se volvió lentamente
adonde nadie
sabe de nadie.
Adonde acaba el mundo.
Un Río, un Amor.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

La culminación del surrealismo y la rebeldía va a llegar con Los Placeres Prohibidos (1931), en clara alusión
a su deseo homosexual. La liberación personal y estética del poeta no nólo se logra con la liberación del verso y de
la imagen, sino también con la afirmación poderosa de su amor, al que el poeta canta con seguridad y con el alma
desnuda. El yo poético es consciente de que los sueños del deseo han fracasado por su inocencia, que ignoraba los
límites impuestos por la sociedad (los “muros”). Pero su amor es alto y poderoso y entra en comunión con la
naturaleza: esa es la verdadera realidad en la que el poeta quiere vivir,frente a la realidad de normas e
imposiciones, gris y vacía. Cernuda descubre y proclama su verdad, su amor “prohibido” concebido como entrega
absoluta (“despertarse en otro”), justficando la existencia misma del poeta.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
No decía palabras, Un roce al paso,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante, una mirada fugaz entre las sombras,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta bastan para que el cuerpo se abra en dos,
cuya respuesta no existe, ávido de recibir en sí mismo
una hoja cuya rama no existe, otro cuerpo que sueñe;
un mundo cuyo cielo no existe. mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
La angustia se abre paso entre los huesos, Auque sólo sea una esperanza
remonta por las venas porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie
hasta abrirse en la piel, sabe.
surtidores de sueño Los Placeres Prohibidos.
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

Recurrencias semánticas: preguntas-repuestas. deseo,


esperanza.
Paralelismos. Ritmo.
Necesidad de completarse con el otro (compartir un
sueño).
Concepción romántica del amor (la “otra mitad”).
LUIS CERNUDA. ETAPAS

c) El desengaño. La influencia de Bécquer.


Donde habite el Olvido (1932-1933) es, además de uno de los libros más hermosos de Cernuda, una vuelta a
la tradición, particularmente a Bécquer, lo que incide en el carácter romántico de esta primera etapa. Esta influencia
queda aptente en el mismo título del libro. Este libro es producto de una mala experiencia amorosa, de una relación
“tóxica”. El poeta se vale del surrealismo, como en libros anteriores, pero con una mayor contención e introspección:
es la voz sencilla de una tragedia íntima, la voz quebrada de la desolación en soledad, la voz en silencio. El amor,
concebido como la entrega en otro en la que el yo lírico ha puesto todas sus esperanzas, no ha traído ni la
comunión con el mundo ni la justificación de la existencia. El cuerpo, que ha sido la cárcel donde ha vivido ese
deseo insatisfecho, está ahora vacío, muerto. No obstante, persiste un tiempo en el que existía la esperanza del
amor, el deseo adolescente presentido; pero pronto llega el dolor del fracaso, el vacío, la nada. El libro abunda tanto
en los recuerdos de ese amor dolorso como en el anhelo constante del olvido. De nuevo, el conflicto entre la
realidad y el deseo. Con este libro, termina el ciclo del Cernuda poeta plenamente romántico, que abarca desde la
intuición del amor en las primeras poesías hasta la desolación y el dolor del fracaso. También pone fin al surrealismo
poético.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Donde habite el olvido, Allí donde termine este afán que exige un dueño a
En los vastos jardines sin aurora; imagen suya,
Donde yo sólo sea Sometiendo a otra vida su vida,
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Donde mi nombre deje Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Donde el deseo no exista. Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero Allá, allá lejos;
En mi pecho su ala, Donde habite el olvido.
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el Donde habite el olvido.
tormento.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Pérdida de esperanza.
Aparición del yo lírico que sufre: deseo de
desvanecerse,de encerrarse.
Causa de ese deseo de desaparición: el amor. El yo
poético no quiere sufrir más por amor.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

d) La madurez romántica del poeta. Nacimiento del poeta reflexivo.


Invocaciones (1934-1935) es un libro que supone un cambio sustancial en la concepción romántica de la
poesía y del mundo cernudianos. Es el último libro que incluyó en la primera edición de La Realidad y el Deseo
(1936). Frente a los poemas relativamente cortos de los libros anteriores pasamos ahora a poemas amplísimos en
los que se hace presente la reflexión vital. En este libro, el poeta intentará dar objetividad a sentimientos y
emociones con distintos recursos de distanciamiento como el uso de personajes simbólicos como el farero (símbolo
de la nueva actitud vital, contemplativsa, que observa la vida desde fuera), el joven marino, etc., en el marco de una
naturaleza idealizada, casi divina o panteísta en la cual estos personajes actúan como seres semidivinos, casi
antiguos dioses. Por otro lado, se percibe la influencia de los románticos alemanes como Hölderlin, en la presencia
de la mitología pagana y la naturaleza, frente a la sociedad real en la que el poeta se siente a disgusto, se ahoga.
Se mantiene, pues, el tema de la soledad, que será una constante en la obra del poeta, como una forma de
reconciliarse con la vida.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
SOLILOQUIO DEL FARERO Me perdí luego por la tierra injusta
Cómo llenarte, soledad, Como quien busca amigos o ignorados amantes;
Sino contigo misma. Diverso con el mundo,
Fui luz serena y anhelo desbocado,
De niño, entre las pobres guaridas de la tierra, Y en la lluvia sombría o en el sol evidente
Quieto en ángulo oscuro, Quería una verdad que a ti te traicionase,
Buscaba en ti, encendida guirnalda, Olvidando en mi afán
Mis auroras futuras y furtivos nocturnos, Cómo las alas fugitivas su propia nube crean.
Y en ti los vislumbraba,
Naturales y exactos, también libres y fieles,
A semejanza mía,
A semejanza tuya, eterna soledad.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Y al velarse a mis ojos Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua
Con nubes sobre nubes de otoño desbordado persona
La luz de aquellos días en ti misma entrevistos, Que yo fui,
Te negué por bien poco, Que yo mismo manché con aquellas juveniles
Por menudos amores ni ciertos ni fingidos, traiciones;
Por quietas amistades de sillón y de gesto, Por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
Por un nombre de reducida cola en un mundo Limpios de otro deseo,
fantasma, El sol, mi dios, la noche rumorosa,
Por los viejos placeres prohibidos, La lluvia, intimidad de siempre,
Como los permitidos nauseabundos, El bosque y su alentar pagano,
Útiles solamente para el elegante salón susurrado, El mar, el mar como su nombre hermoso;
En bocas de mentira y palabras de hielo. Y sobre todos ellos,
Cuerpo oscuro y esbelto,
Te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
Y tú me das fuerza y debilidad
Como el ave cansada los brazos de piedra.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Acodado al balcón miro insaciable el oleaje, Tú, verdad solitaria,
oigo sus oscuras imprecaciones, Transparente pasión, mi soledad de siempre,
contemplo sus blancas caricias; Eres inmenso abrazo;
Y erguido desde cuna vigilante El sol, el mar,
Soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a La oscuridad, la estepa,
los hombres. El hombre y el deseo,
Por quienes vivo, aun cuando no los vea; La airada muchedumbre,
Y así, lejos de ellos, ¿Qué son sino tú misma?
Ya olvidados sus nombres, los amo en
muchedumbres, Por ti, mi soledad, los busqué un día;
Roncas y violentas como el mar, mi morada, En ti, mi soledad, los amo ahora.
Puras ante la espera de una revolución ardiente Invocaciones.
O rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
Cuando toca la hora de reposo que su fuerza
conquista.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

Soledad, amada fiel del poeta. Verso libre.


Influencia de Bécquer.
Evolución del portagonista poético: por evitar la soledad
fue en busca del mundo; ahora ama al mundo en
soledad.
Panteísmo: la soledad, como Dios, está en todas
partes.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

2ª etapa. Etapa de transición. La Guerra Civil. Primer exilio.

Esta etapa se inicia con la primerta edición de La Realidad y el Deseo (1936), que coincide casi con el inicio
de la Guerra Civil, y ocupa hasta su segtunda edición (1940).La contienda y el destierro al que se vio abocado
nuestro poeta son los temas dominantes de Las Nubes (1937-1940), donde lamenta la destrucción de España
(“No sé qué tiembla y muere en mí / al verte así dolida y solitaria”) y medita sobre la primera experiencia del
exilio. Al principio, la lejanía de España le hace sentir nostalgia por la patria perdida, pero pronto buscará otros
asideros en los que sostenerse. El estudio de la lengua y la poesía inglesas va a conducir a Cernuda a una
etapa de madurez que va a consolidar una nueva forma de hacer poesía, más meditativa, más reflexiva, en la
que aparecen distintas formas de distanciamiento; se potencia el uso de la lengua “coloquial”, tan caracteríostico
de su poesía, la contención.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
UN ESPAÑOL HABLA DE SU TIERRA Una mano divina
Las playas, parameras Tu tierra alzó en mi cuerpo
Al rubio sol durmiendo, Y allí la voz dispuso
Los oteros, las vegas Que hablase tu silencio.
En paz, a solas, lejos;
Contigo solo estaba,
Los castillos, ermitas, En ti sola creyendo;
Cortijos y conventos, Pensar tu nombre ahora
La vida con la historia, Envenena mis sueños.
Tan dulces al recuerdo,
Amargos son los días
Ellos, los vencedores De la vida, viviendo
Caínes sempiternos, Sólo una larga espera
De todo me arrancaron. A fuerza de recuerdos.
Me dejan el destierro.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Un día, tú ya libre Nostalgia de España.
De la mentira de ellos, Enumeración de los elementos que añora y recuerda.
Me buscarás. Entonces Temas de la Guerra Civil y el exilio.
¿Qué ha de decir un muerto? Alusión religiosa: Dios ha unido al poeta y a su tierra, a
su voz y a su silencio.
Dolor, desazón, amargura por el destierro.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

3ª etapa. El exilio. Poesía contemplativa y trascendente.


a) Primer memoria del exilio.
Aunque no forma parte de La Realidad y el Deseo, Ocnos (1940) es el primer libro escrito íntegramente en el
exilio. Es una bellísima obra, compuesta por poemas en prosa, en la que aparece el tema del recuerdo de la infancia
y la juventud, no sólo como ejercicio de introspección intimista, sino también a través de un personaje llamado
Albanio, en clara referencia a Garcilaso, que actúa como alter ego del poeta y que al mismo tiempo le sirve como
mecansimo de distanciamiento para ejercitar cualquier reflexión. Cernuda había escrito Ocnos en Glasgow, bajo la
lluvia triste de 1942, con Europa en guerra y con Sevilla en la distancia de un exilio que se adivinaba como definitivo.
En esas páginas traza el retrato más hermoso de la ciudad. Para encontrar esa belleza limpia no tiene más remedio
que regresar a la infancia. En Ocnos podemos revivir la esencia de la ciudad idealizada, tal vez soñada. Ocnos es la
arquitectura de la palabra, la prosa encarnada en poesía que trasciende el brillo pasajero de lo estético para
hundirse en las fosas abisales de lo humano. Ocnos es la patria del niño, y por eso en sus páginas de nieve no
aparece ni una sola vez la palabra que fluye por su entraña: Sevilla.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

b) Culminación de la poesía meditativa.


Como quien espera al alba (1941-1944) continúa el camino de poesía meditativa iniciado en la etapa anterior.
La meditación sirve al poeta para llegar a conocerse a sí mismo y al hombre. En este conocimiento, acepta la idea
de la muerte y el paso del tiempo, que aaprecerán con más fuerza en los poemarios posteriores, con un tono
introspectivo, centrado en la meditación sobre la existencia humana y la del propio poeta. Para esta poesía reflexiva
Cernuda acude a la segunda persona, al lenguaje “coloquial” en ese diálogo consigo mismo, pero escondiendo,
como en toda su poesía, una cuidada elaboración y selección de vocabulario. Otros temas serán la sed de
eternidad, la búsqueda de la trascendencia, la reflexión sobre la propia obra, la identificación con personajes
desplazados o solitaruios. El título del libro alude a una doble esperanza, fruto de una dramática situación personal,
la del poweta en el exilio que, huyendo de la guerra, abandona su patria y el país que lo acoge se ve implicado en
otra; de este modo, el poeta espera, por un lado, que acabe la Segunda Guerra Mundial; por otro, que también
llegue el alba para él, que sigue viviendo en el exilio británico.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
TIERRA NATIVA
Es la luz misma, la que abrió mis ojos El susurro del agua alimentando,
Toda ligera y tibia como un sueño, Con su música insomne en el silencio,
Sosegada en colores delicados Los sueños que la vida aún no corrompe,
Sobre las formas puras de las cosas. El futuro que espera como página blanca.

El encanto de aquella tierra llana, Todo vuelve otra vez vivo a la mente.
Extendida como una mano abierta, Irreparable ya con el andar del tiempo,
Adonde el limonero encima de la fuente Y su recuerdo ahora me traspasa
Suspendía su fruto entre el ramaje. El pecho tal puñal fino y seguro.

El muro viejo en cuya barda abría Raíz del tronco verde, ¿quién la arranca?
A la tarde su flor azul la enredadera, Aquel amor primero, ¿quién lo vence?
Y al cual la golondrina en el verano Tu sueño y tu recuerdo, ¿quién lo olvida,
Tornaba siempre hacia su antiguo nido. Tierra nativa, más mía cuanto más lejana?
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Tema: evocación de España en el recuerdo.
Elementos evocados, pero sin exaltación (guiño a
Bécquer).
Símbolo del agua como tiempo.
Preguntas retóricas que refuerzan el dolor por la tierra
extrañada. Dolor poir el desarraigo.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
c) La conciencia del tiempo.
La etapa del exilio americano continúa el camino iniciado en el libro anterior, en la línea de una poesía
meditativa y reflexiva. Ahora, sin embargo, se agudiza la conciencia del paso del tiempo, de que la juventud se aleja
inexorablemente. Fruto de este sentimiento son los libros Vivir sin estar viviendo (1944-1949), cuyo título nos remite
a un verso de Santa teresa de Jesús, y Con las horas contadas (1950-1956). En el primer libro, los temas de la
angustia por el paso del tiempo y la presencia de la muerte, ya anunciados en el libro anterior, se hacen más
presentes., apareciendo de nuevo el conflcito entre la realidad y el deseo. Reaparece también el tema del exilio,
ese “vivir sin estar viviendo”; y el tema de España, reflejada en la ciudad imaginaria de Sansueña, símbolo de la
España del presente, madrastra cruel que abandona a sus hijos. Todo con una aparente sencillez y tono coloquial.
En México, lugar donde residían sus amigos Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, vuelve a encontrar el
poeta algo parecido a un hogar y una patria. También vuelve a enamorarse de un joven culturista, Salvador Alighieri.
Del nuevo amor nacerán los “Poemas para un cuerpo” que inserta en Con las horas contadas. Podría parecer que
es un amor igual que el aparecido en los poemarios anteriores, en el que domina la apsión e , inevitablemente, el
desengaño. Pero no, el cuerpo del amado no es ahora el protagonista de los poemas, sino la presencia del amor en
la conciencia del poeta: el cuerpo y la belleza le llevan a sentir de nuevo el amor, si bien esa angustia de desear la
belleza es el precio que debe pagar, el sufrimiento.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
SOMBRA DE MÍ y aunque conozco eso, luego pienso
Bien sé yo que esta imagen Que sin ti, sin el raro
Fija siempre en la mente Pretexto que me diste,
No eres tú, sino sombra Mi amor, que afuera está con su ternura,
Del amor que en mí existe Allá dentro de mí hoy seguiría
Antes que el tiempo acabe. Dormido todavía y a la espera
Mi amor así visible me pareces, De alguien que, a su llamada,
Por mí dotado de esa gracia misma Le hiciera al fin latir gozosamente.
Que me hace sufrir, llorar, desesperarme Entonces te doy gracias y te digo:
De todo a veces, mientras otras Para esto vine al mundo, y a esperarte;
Me levanta hasta el cielo en nuestra vida, Para vivir por ti, como tú vives
Sintiendo las dulzuras que se guardan Por mí, aunque no lo sepas,
Sólo a los elegidos tras el mundo.
Por este amor tan hondo que te tengo.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
El amante vive en el amor del poeta, es su “sombra”.
Cercanía de la vejez.
No es un amor correspondido, sino proyectado del
poeta al amante.
Referencias a Garcilaso (“yo no nací sino para
quereros”). El amor aflora de nuevo. Deseo, amor
platónico.
LUIS CERNUDA. ETAPAS

EPÍLOGO
Esta etapa final se inicia tras la tercera edición de La Realidad y el Deseo (1958). Después sólo se añadirá, en
una cuarta edición póstuma (1964) el libro Desolación de la Quimera (1956-1962). Este libro es fruto de otro traslado
de Cernuda, en este caso a California, como profesor universitario. En él se observa su preocupación ante la posible
llegada de la muerte,que le llegaría en México. También se percibe en estos poemas una nueva etapa estética y
quizá vital que quedó interumpida por su repentino fallecimiento; su voz se decanta aún más por el tono coloquial.
Se descubre en este poemario el hastío del mundo, su rechazo a la hipocresía de muchos de sus conocidos, la
sensación de ser un poeta poco valorado; reaparece el recuerdo de la infancia, o el tema de España no ya como
lugar al quer regresar, sino como al queya no reconoce, pues no tiene nada ni nadie que allí lo espere.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
DESPEDIDA De joven no sabía
Muchachos Ver la hermosura, codiciarla, poseerla;
Que nunca fuisteis compañeros de mi vida, De viejo la he aprendido
Adiós. y veo a la hermosura, mas la codicio inútilmente.
Muchachos
Que no seréis nunca compañeros de mi vida, Mano de viejo mancha
Adiós. El cuerpo juvenil si intenta acariciarlo.
Con solitaria dignidad el viejo debe
El tiempo de una vida nos separa Pasar de largo junto a la tentación tardía.
Infranqueable:
Frescos y codiciables son los labios besados,
A un lado la juventud libre y risueña;
Labios nunca besados más codiciables y frescos
A otro la vejez humillante e inhóspita. aparecen.
¿Qué remedio, amigos? ¿Qué remedio?

Bien lo sé: no lo hay.


LUIS CERNUDA. ETAPAS
Qué dulce hubiera sido Adiós, adiós, manojos de gracias y donaires.
En vuestra compañía vivir un tiempo: Que yo pronto he de irme, confiado,
Bañarse juntos en aguas de una playa caliente, Adonde, anudado el roto hilo, diga y haga
Lo que aquí falta, lo que a tiempo decir y hacer aquí
Compartir bebida y alimento en una mesa. no supe.
Sonreír, conversar, pasearse
Mirando cerca, en vuestros ojos, esa luz y esa Adiós, adiós, compañeros imposibles.
música. Que ya tan sólo aprendo
A morir, deseando
Veros de nuevo, hermosos igualmente
Seguid, seguid así, tan descuidadamente,
En alguna otra vida.
Atrayendo al amor, atrayendo al deseo.
Desolación de la Quimera.
No cuidéis de la herida que la hermosura vuestra y
vuestra gracia abren
En este transeúnte inmune en apariencia a ellas.
LUIS CERNUDA. ETAPAS
Tema de la soledad (alusión a un tango de Gardel).
Tema del paso del tiempo, que cada vez separa más la
realidad (la vejez) del deseo (la juventud). Añoranza de
la infancia y de la juventud (los tiempos de la
inocencia).
Estilo “conversacional, coloquial”, casi prosaico, pero
lleno de ritmo.
Tema del amor, unido a la nostalgia, al paraíso de la
juventud (amor-compañía).
Cita casi idéntica a Cervantes en uno de sus últimos
textos antes de morir. Tema de la muerte no como un
elemento negativo, sino como algo aceptado, que
pondrá fin a la soledad y al paso inexorable del tiempo.
LUIS CERNUDA. TEMAS

Muchos de los temas de la poesía de Cernuda aparecen de forma constante en toda su obra. Quizás el más
importante de todos sea el que da nombre a su obra completa: el conflicto entre la realidad y el deseo, que irá
evolucionando a lo largo de su trayectoria. Así, de un deseo adolescente, con afán de belleza que se desvanece con
los amaneceres, pasamos a la confrontación entre la realidad que niega y oprime los deseos amorosos; del deseo a
huir donde el amor no duela frente a la hostilidad de un mundo donde el paso del tiempo nunca perdona; e incluso
del deseo de regresar a su tierra frente a la realidad de los acontecimientos históricos y a la progresiva pérdida de
toda esperanza.

Ligados a este tema del enfrentamiento entre la realidad y el deseo, aparecen otros temas como la soledad, el
aislamiento, el sentimiento de otredad que tiene casi siempre el poeta. La soledad del poeta incomprendido, la del
exiliado en tierra extraña. El tema del paraíso perdido está también ligado al deseo, donde la juventud, la infancia
chocan contra la dura realidad (crítica).
LUIS CERNUDA. TEMAS

El deseo de trascender es otro de los temas que aparecen de forma continua en la poesía de Cernuda, sobre
todo, a través de la propia poesía, que es capaz de hacer durar la vida del hombre, por naturaleza efímera. El poeta
es un ser especial que ve y crea la realidad de otra manera, por lo que es un símbolo de la soledad y del
enfrentamiento con el mundo.

Unido al deseo de trascendencia, y muy presente sobre todo en la poesía de madurez, está el tema universal del
paso del tiempo, que en nuestro poeta va ligado en muchas ocasiones al inevitable deterioro del cuerpo propio,
frente al ideal del cuerpo amado, que siempre es joven. Por tanto, el tema del tiempo es una de las constantes de la
poesía cernudiana, más frecuente sobre todo en la etapa final, meditativa y relfexiva, en la que el poeta ya
vislumbraba la idea de su muerte.
LUIS CERNUDA. TEMAS

Pero si el tiempo es un tema importante, destaca sobremanera el amor, el gran motivo de la poesía de
Cernuda, pues se relaciona con el deseo. Un tema recurrente en su obra, desde el rastro que deja en el corazón del
joven poeta (vaga intuición, afirmación amorosa y sexual, rebeldía) hasta el dolor y desengaño. Con el paso del
tiempo, el tema del amor adquiere un tono más elegíaco: reaparece el conflicto entre el deseo (el cuerpo joven, el
ideal del amado, la belleza) y la realidad (el poeta se acerca a la vejez). Para superarla, el poeta cantará a un amor
que está por encima de la persona, que trascienda el tiempo físico y la caducidad de los cuerpos. Un amor soñado.
ORIENTACIONES PARA LA ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
Unos cuerpos son como flores, Yo, que no soy piedra, sino camino
otros como puñales, Que cruzan al pasar los pies desnudos,
otros como cintas de agua; Muero de amor por todos ellos;
pero todos, temprano o tarde, Les doy mi cuerpo para que lo pisen,
serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden, Aunque les lleve a una ambición o a una nube,
convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un Sin que ninguno comprenda
hombre. Que ambiciones o nubes
No valen un amor que se entrega.
Pero el hombre se agita en todas direcciones,
sueña con libertades, compite con el viento, CERNUDA, Luis. Los placeres prohibidos.
hasta que un día la quemadura se borra,
volviendo a ser piedra en el camino de nadie.
ORIENTACIONES PARA LA ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS

[Introducción-localización]

La poesía de Cernuda es una especie de “biografía espiritual”, de suerte que su experiencia vital, su conciencia
de incomprendido, de ser expulsado del paraíso, marca su obra poética. Su centro temático es un doloroso divorcio
entre su anhelo de realización personal y los límites impuestos por el mundo que le rodea. Este conflicto entre La
Realidad y el Deseo, título con el que se reunirá toda la producción poética de Cernuda, sintetiza su trayectoria vital
y literaria.

Ideas del texto (=como siempre).


Organización (= estructura interna).
Tipo de estructura ¿?
ORIENTACIONES PARA LA ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS

[Estructura interna: división del texto en partes. Organización]

-Primera parte (versos 1-10): ACTITUD DEL HOMBRE frente al amor. Todos los cuerpos acaban sintiendo amor,
pero éste se acaba por la inconstancia de los hombres (fragilidad). Mediante una serie de símiles y metáforas,
identifica el cuerpo como los cuatro elementos de la naturaleza: aire (“flores”), tierra (“puñales”), agua (“cintas de
agua”) y fuego (“quemaduras”).

-Segunda parte (versos 11-18): ACTITUD DIFERENTE DEL POETA RESPECTO AL AMOR. Entrega total e
incondicional de todos los seres humanos, pero incapacidad de los demás para valorar su entrega.
ORIENTACIONES PARA LA INTENCIÓN COMUNICATIVA

Indica la intención comunicativa del texto y relaciona dicha intención con los temas de la poesía de Cernuda.

Conciencia, reflexión o expresión del amor como entrega absoluta al otro, como único valor que justifica la
existencia.

Dentro de los temas fundamentales de la poesía de Cernuda, este poema puede relacionarse con el tema del
amor. Un tema recurrente en su obra, desde el rastro que deja en el corazón del joven poeta (vaga intuición,
afirmación amorosa y sexual, rebeldía) hasta el dolor y desengaño. Con el paso del tiempo, el tema del amor
adquiere un tono más elegíaco: reaparece el conflicto entre el deseo (el cuerpo joven, el ideal del amado, la belleza)
y la realidad (el poeta se acerca a la vejez). Para superarla, el poeta cantará a un amor que está por encima de la
persona, que trascienda el tiempo físico y la caducidad de los cuerpos. Un amor soñado.

También podría gustarte