Las Cláusulas Escalonadas o Multinive-Rafael Bernal.
Las Cláusulas Escalonadas o Multinive-Rafael Bernal.
Las Cláusulas Escalonadas o Multinive-Rafael Bernal.
su aproximación en Colombia
Sumario: I. Introducción. II. La aproximación de las cortes anglosajonas. 1. Las cortes norteameri-
canas: A) El concepto de definiteness; B) La activación del escalón de arbitraje; C) La prohibición de
las tácticas dilatorias. 2. Las cortes inglesas: A) Los acuerdos de términos no finalizados; B) La efecti-
vidad procedimental y la declinatoria de jurisdicción; C) La futilidad de someter a las partes a la
obligación de cumplir con los escalones previos. III. La aproximación de las cortes europeas continen-
tales. 1. La experiencia Suiza. 2. La experiencia Alemana. IV. Las cláusulas escalonadas en Colombia: su
aproximación por parte de las cortes. 1. La conciliación como requisito de procedibilidad. 2. La imposibi-
lidad de establecer contractualmente requisitos de procedibilidad adicionales: la posición del Consejo de
Estado. 3. La obligatoriedad de agotar las etapas previas al arbitraje y la vía de hecho por defecto orgáni-
co: la posición de la Corte Constitucional. 4. La falta de jurisdicción de los tribunales arbitrales: la posi-
ción de la Corte Suprema de Justicia. V. Algunas proyecciones y conclusiones. 1. La aplicabilidad de la
teoría de los actos propios. 2. La validez del pactum de non petendo. 3. ¿Admisibilidad o jurisdicción?
4. La validez y obligatoriedad de las cláusulas escalonadas en el arbitraje colombiano.
I. Introducción
El arbitraje se ha convertido, sin lugar a dudas, en el método alternativo
de solución de conflictos (MASC en adelante) por excelencia. Aún más, se
puede decir que, en el ámbito internacional, éste se ha convertido en el mé-
todo natural de solución de conflictos entre agentes económicos, desplazan-
do incluso a la justicia estatal. Tal y cómo lo establecen los profesores Merino
Merchán y Chillón Medina “El arbitraje (…) constituye el método normal y
Colombia, 2010.
170 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
1 J.F. Merino Merchán y J.M. Chillón Medina, Tratado de Derecho arbitral, 3ªed., Madrid, Thom-
son–Civitas, p. 86
2 Regulaciones específicas en cuanto a arbitrajes acelerados se pueden encontrar, entre otros, en
mo el uso de otros MASC (ADR por su sigla en inglés) seguidos por arbitraje, o de procedimientos
precautorios prearbitrales seguidos de arbitraje. Así mismo, es muy usado en contratos de construc-
ción e ingeniería ya que algunas entidades como FIDIC o ENAA contemplan en sus contratos modelo
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 171
o estándar, cláusulas escalonadas que combinan métodos como la negociación directa entre las partes
y/o la conciliación anteriores al arbitraje.
4 Para ver más información sobre las ventajas y desventajas de los diferentes métodos utilizados
antes al arbitraje, vid. J. Jenkins y J. Stebbings, International Construction Arbitration Law, Kluwer
Law International, 2006.
5 Cf. G.B. Born, International Arbitration and Forum Selection Agreements: Drafting and Enfor-
7 Traducción libre. Texto original: “An arbitrator shall decide whether a condition precedent to
arbitrability has been fulfilled and whether a contract containing a valid agreement to arbitrate is
enforceable.”
8 Cf. Revised Uniform Arbitration Act 2000, § 6, comment 2.
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 173
Así las cosas, los “acuerdos para acordar” o agreements to agree no son
ejecutables pues no existe un factor objetivo para determinar o no su cum-
plimiento9. Aún más, si bien existen posiciones en contrario y se podría pen-
sar que dichos acuerdos son ejecutables bajo el principio de la buena fe con-
tractual, compartimos plenamente la posición de una corte de Nueva York
cuando dice que, “aun cuando se busca construir una cláusula en el sentido
de que se provee que una parte debe usar su mejor esfuerzo, son esenciales
una serie de lineamientos claros contra los cuales medir el mejor esfuerzo de
la parte para poder ejecutar dicha cláusula”10.
Las cortes norteamericanas han reconocido, pues, cláusulas en las cuales
existe un estándar objetivo que indique un grado de definiteness o de certeza
sobre el procedimiento a seguir en los escalones previos al arbitraje. Bajo
esta lógica, se han reconocido y ejecutado cláusulas escalonadas en donde los
escalones previos, sean estos, por ejemplo, conciliación11 o negociación dire-
cta entre las partes, han estado bien definidos y sujetos a un estándar objeti-
vo como puede ser una “(…) duración limitada de negociación o mediación,
un número especificado de sesiones de negociación, participantes específicos
en la negociación, o mediación según unas reglas específicas o bajo el auspi-
cio de una institución particular de solución de disputas (…)”12.
Ligado al concepto de definiteness, las cortes norteamericanas han des-
arrollado un par de conceptos más: el de la obligatoriedad del lenguaje y el
9 Si bien existen posiciones en el otro sentido que dicen que dichos acuerdos si son válidos y ejecu-
tables, dicha posición es ciertamente minoritaria y no es la compartida por los autores. Al respecto,
vid. K.P. Berger, loc. cit., o la decisión de la Corte del Segundo Distrito de Nueva York en el caso Thomp-
son v. Liquichimica of America Inc, en donde la corte estableció que era válido y ejecutable acuerdo en el
que se establecía que las partes debían usar sus mejores esfuerzos para logar un acuerdo.
10 Mocca Lounge, Inc. v. Misak, 94 AD 2d 761, 763 (2d Dep’t 1983). Texto original: “even when
called upon to construe a clause in a contract expressly providing that a party is to apply his best
efforts, a clear set of guidelines against which to measure a party’s best efforts is essential to the
enforcement of such a clause”.
11 Para efectos del presente escrito y siguiendo la Ley Modelo de Conciliación de la Uncitral, los
Mediation Committee Newsletter; July 2007. Texto original: “(…) a limited duration of negotiation
or mediation, a specified number of negotiation sessions, specified negotiation participants, or
mediation pursuant to specified rules or under the auspices of a particular dispute resolution institu-
tion (…)”. Al respecto se pueden ver el caso Fluor Enters (147 F Supp 2d) en donde se establecía en el
primer escalón que se debían reunir los directores del proyecto durante, por lo menos, 14 días; el
segundo escalón preveía que se debían reunir los altos ejecutivos dentro de un periodo de 14 días y
que tenían 30 días para lograr una solución una vez se hubiera reunido; el tercer escalón proveía que
se debía intentar una mediación de acuerdo a las reglas de una institución en particular; y finalmente,
el último escalón establecía la posibilidad de litigar la disputa si todos los demás escalones fallaban.
También se puede consultar el caso White v. Kampner (641 A. 2d) en el que la cláusula en el contrato
establecía que debía al menor haber dos sesiones de negociación antes de iniciar el arbitraje. En
cuanto a la sujeción de la mediación a unas reglas determinadas se pueden ver los casos Him Portland
LLC v. DeVito Builders Inc (317 F 3d) o AMF, Inc v. Brunswick Corp (621 F Supp).
174 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
13 Este término, aunque poco castizo, da cuenta de la naturaleza litigiosa, confrontacional y de con-
Dispute Resolution Clauses”, loc. cit.. Texto original: “under the plain language of the contract, the
arbitration provision is not triggered until one of the parties requests mediation”.
15 Un ejemplo de estas dos situaciones, se pueden ver en los casos Fluor Enters y White vs. Kamp-
ner. Para mayor información al repecto vid. D.J. File, loc. cit.
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 175
16 Este ha sido el razonamiento de la Primera Corte de Apelaciones en el caso HIM Portland LLC v.
DeVito Builders Inc y de la Decimoprimera Corte de Apelaciones en el caso Kemiron Atlantic Inc v.
Jennings.
17 Welborn Clinic v. Medquist Inc (301 3d 634, 638 7th Cir. 2002), citado en D.J. File, loc. cit.
Texto original: “is undoubtedly to encourage successful negotiations so that neither litigation nor
arbitration will be necessary, not to prefer the courts to an arbitrator if informal discussions break
down”.
176 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
18 Cumberland and York Distributors v. Coors Brewing, citado en D.J. File, loc. cit. Texto original:
“surely a party may not be allowed to prolong resolution of a dispute by insisting on a term of the
agreement that, reasonably construed, can only lead to further delay”.
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 177
“... las cortes inglesas, en estos momentos, deben no acentuar la incertidumbre (y con ello la ineje-
cutabilidad) en el campo de las referencias a la resolución de disputas. Está ahora disponible un
proceso bien desarrollado y claramente reconocido de resolución de disputas con la participación
de técnicas sofisticadas de mediación provistas por mediadores entrenados de acuerdo con proce-
dimientos designados para lograr un arreglo por los medios más idóneos para la disputa en cues-
tión (…). Por lo tanto, en el presente caso debo concluir que la cláusula 41.2 incluye una obligación
mutua suficientemente definida de las partes de pasar a través del proceso de iniciar una media-
ción, seleccionar un mediador y por lo menos presentarle a tal mediador su caso y sus documentos
y asistir ante él”19.
Sin embargo, sigue siendo claro que los acuerdos de términos no finaliza-
dos por completo, como los que proveen procedimientos no determinados,
tales como la obligación de mediación o negociación sin más, siguen siendo
inejecutables a la luz del Derecho inglés20. Es claro el parecido que existe en
este punto con la jurisprudencia de las cortes norteamericanas y la aplicación
del principio de definiteness para determinar si los escalones iniciales de una
cláusula multinivel son o no obligatorios.
B) La efectividad procedimental y la declinatoria de jurisdicción
Muy ligado al anterior concepto, está el de la efectividad procedimental de
los primeros escalones de este tipo de cláusulas. Así, y en concordancia con
la buena fe, a estos acuerdos se les debe dar efectividad procedimental, pues
las partes lo que buscaban era que al acordar otros tipos de MASC previos al
arbitraje, dicho acuerdo tuviera efectos procesales en el sentido de no poder
acudir a las cortes locales o a un tribunal arbitral antes de que los mismos se
agotaran. En consecuencia, los efectos prácticos que la obligatoriedad de
estos escalones conlleva, pueden verse desde dos puntos de vista.
En primer lugar, el incumplimiento de los escalones previos al arbitraje no
lleva a que las partes puedan incumplir el acuerdo de arbitraje sino que deben,
por el contrario, someter primero sus diferencias a los procedimientos estable-
cidos en dichos niveles iniciales para luego sí, someterlas al arbitraje. Lo ante-
rior se debe a que el incumplimiento de los escalones iniciales hace que la de-
manda sea inadmisible, pero no afecta la jurisdicción del tribunal arbitral.
Un segundo punto, consecuencia directa del anterior, se refiere al hecho
de que el acuerdo arbitral contenido en la cláusula escalonada no pierde sus
efectos ni validez y, por lo tanto, las cortes locales no tienen ninguna juris-
dicción sobre la disputa.
19 Cable & Wireless Plc v. IBM United Kingdom Ltd [2002] 2 All E.R. (Comm), citado en K.P. Ber-
ger, loc. cit. Texto original: “the English courts should nowadays not be astute to accentuate uncer-
tainty (and therefore unenforceability) in the field of dispute resolution references. There is now
available a clearly recognized and well–developed process of dispute resolution involving sophisti-
cated mediation techniques provided by trained mediators in accordance with procedures designed
to achieve settlement by the means most suitable for the dispute in question (…) Accordingly, in the
present case I conclude that clause 41.2 includes a sufficiently defined mutual obligation upon the
parties to go through the process of initiating a mediation, selecting a mediator and at least present-
ing that mediator with its case and its documents and attending upon him”.
20 Cf. A. Jolles, Consequences of Multi–tier Arbitration Clauses: Issues of Enforcement, Thomp-
21 Channel Tunnel Group Ltd v. Balfour Beatty Construction Ltd and others [1993] 2 WLR 262 at
276, citado en: K.P. Berger, loc. cit. Texto original: “Having made this choice I believe that it is in
accordance, not only with (…) English cases (…) that those who make agreements for the resolution
of disputes must show good cause for departing from them, but also with the interests of the orderly
regulation of international commerce, that Having promised to take their complaints to the experts
and if necessary to the arbitrators, this is where the appellants should go”.
22 Cf. K.P. Berger, loc. cit.
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 179
sión de marzo 15 de 1999 de la Corte de Casación de Zurich, ZR 99 (2000) No. 29; ASA Bulletin 2002,
p. 376–381.
180 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
7/2001, p. 762; H. Eiholzer, Die Streitbeilegungsabrede, Universität Fribourg, N. 673, 1998, pp. 176 ss.
28 Ibíd., pp. 183 y 185.
30 Ibíd.
31 Decisión del BGH de noviembre 18 de 1998: VIII ZR 344/97, Neue Juristische Wochenschrift,
32 Decisión BGH publicada en 1984. Neue Juristische Wochenschrift, Heft 12, 1984, pp. 669–670.
33 Esto llevó a que los árbitros tengan los mismos poderes que los jueces dentro del proceso arbi-
tral. Por lo tanto, pueden ordenar todas las mismas medidas cautelares que pueden ordenar los jueces
y tienen las mismas facultades de instrucción, dirección y control del proceso, teniendo incluso pode-
res sancionatorios y disciplinantes. Igualmente tienen los mismos deberes del juez, por lo que son
182 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
Si bien esta discusión es mucho más profunda, para efectos del presente
ensayo basta con decir que lo anterior se deriva del art. 116 de la Constitu-
ción Política de Colombia que establece, al hablar de quienes administran
justicia, que “Los particulares pueden ser investidos transitoriamente de la
función de administrar justicia en la condición de jurados en las causas cri-
minales, conciliadores o en la de árbitros habilitados por las partes para pro-
ferir fallos en derecho o en equidad, en los términos que determine la ley”34.
Este artículo de la Constitución Política, que ha sido desarrollado por la Ley
270 de 1996 (Ley Estatutaria de la Administración de la Justicia)35 y el De-
creto 1818 de 1998 (Ley de Arbitraje)36 entre otras, ha establecido el marco
normativo del arbitraje en nuestro país con una marcada naturaleza jurisdic-
cional del mismo, lo cual ha sido ampliamente tratado por la Corte Constitu-
cional en diversas oportunidades37.
1. La conciliación como requisito de procedibilidad
La administración de justicia comprende uno de los pilares de las socieda-
des democráticas actuales y desde su perspectiva es el mejor indicativo de
desarrollo de una Nación. Por esto, es un gran reto para todos los Estados
democráticos del mundo consistente en encontrar fórmulas que garanticen
la definición efectiva de las controversias que los ciudadanos ponen en cono-
cimiento de las autoridades pertinentes, por lo que, la concepción clásica del
aparato judicial estatal ha sido reformulada debiendo dar paso a acciones y
herramientas innovadoras. Los medios formales de resolución de conflictos
han sido reevaluados, dados sus altos niveles de ineficiencia, permitiendo la
implementación de mecanismos alternativos tendientes a promover la des-
congestión y la co–responsabilidad en la gestión de los conflictos. Sin em-
bargo, entre unos y otros se han tendido lazos que en determinados casos se
constituyen en etapas preparatorias de las causas litigiosas que en asuntos
específicos son de obligatorio cumplimiento. Sobre el particular, en la expe-
riencia colombiana, para algunos, se ha desnaturalizado el verdadero sentido
de la alternatividad: el ejercicio real y eficiente del derecho de acceso a la
justicia. Sus implicaciones y alcances serán tratados en las siguientes líneas.
La adopción constitucional de la conciliación como forma de administra-
ción de justicia38 reconoce y sustenta prácticas de vieja usanza que, además
recusables por las mismas causales que el juez y pueden, igualmente, prevaricar o cometer delitos
donde el sujeto calificado es un servidor público.
34 Art. 116 Constitución Política de Colombia.
35 Art. 8 Ley 270 de 1996 modificado por el art. 3 Ley 1285 de 2009, y art. 13 Ley 270 de 1996 mo-
37 Al respecto ver, entre otras, las Sentencias C–592 de 1992, C–431 de 1995, C–1038 de 2002.
38 Art. 116 Constitución Política de Colombia. Existe una discusión sobre si los conciliadores admi-
nistran o no justicia, pues aunque el texto Constitucional así lo establece, la naturaleza misma de la
conciliación como mecanismo autocompositivo de solución de conflictos y la naturaleza del concilia-
dor quién simplemente es un tercero que facilita la composición del conflicto más no toma una deci-
sión, hacen dudar que el conciliador efectivamente administre justicia.
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 183
39 Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C – 1195 de 2001. M.P. Manuel José Cepeda Espi-
bien las dos figuras no tienen una distinción constitucional específica y tie-
nen objetivos parecidos, la esencia de la conciliación en equidad no compa-
gina con un hecho con incidencia procesal de esta naturaleza, toda vez que la
figura está llamada a que líderes comunitarios apoyen y motiven las buenas
prácticas de resolución de controversias entre las personas que habitan en
sus comunidades. La conciliación en equidad es la base para resolver aque-
llas circunstancias de menor impacto social, que de no controlarse en esos
ámbitos, aunadas, pueden desencadenar en el escalamiento general de con-
flictos que incluso pueden alterar el orden público y la seguridad de los ciu-
dadanos.
Abonarle esta responsabilidad a la conciliación en equidad distrae el lla-
mado que tiene la figura en las comunidades, y es un riesgo para que pueda
verse malversada en los litigios con consecuencias más gravosas para las
partes al verse expuestas a mayores dilaciones y costos en la resolución de su
conflicto.
En tal sentido, cabe preguntarse si realmente es una forma de incentivar el
uso de los mecanismos alternativos el hecho de imponerlos como obligato-
rios, o si se requiere de un ejercicio más profundo que incentive las buenas
prácticas de la gestión del conflicto. Establece Hart que las reglas de derecho
son hecho y derecho a la vez, por lo que las personas, al acatar las reglas,
crean hechos que cambian la realidad cumpliendo con el efecto deseado por
el legislador. Sin embargo, una orden respaldada por una amenaza instaura-
da dentro de un sistema jurídico, por sí sola, no cumple su objetivo por lo
que debe ser reforzada con otro tipo de reglas que se encuentren fuera del
sistema jurídico pero que, de igual manera, representen un referente dentro
de la comunidad, como por ejemplo las reglas morales.
El impacto que tenga la conciliación, como un mecanismo efectivo de ac-
ceso a la administración de justicia, no dependerá de cuan reglado se en-
cuentre su alcance sino, al contrario, de la implementación de políticas de
transformación cultural que inculquen nuevas formas no litigiosas ni violen-
tas para solucionar controversias. Por otro lado, exige el uso de herramientas
pedagógicas que lleguen a la comunidad, que además de generar una regla
dentro del sistema jurídico o de derecho de carácter imperativo, permita a
las personas conocer y aplicar una orden que en comienzo puede ser utiliza-
da para evitar la sanción, pero que tiene la posibilidad, una vez se acuda a
ella, de cumplir con su verdadera utilidad y finalidad.
2. La imposibilidad de establecer contractualmente requisitos de procedibi-
lidad adicionales: la posición del Consejo de Estado
El Consejo de Estado, máximo órgano de la jurisdicción contencioso admi-
nistrativa, es el juez encargado de conocer del recurso de anulación contra el
laudo cuando quiera que el Estado o una entidad suya haya sido parte del arbi-
traje40. Así las cosas, mediante sentencias en las cuales ha decidido los recur-
naturalmente deberían poder acordar también que mientras se agotan esos requisitos no transcu-
rrirá el término de caducidad de la acción o que el mismo se tendría por suspendido, materia sobre
la cual, se insiste en ello, en modo alguno pueden disponer convencionalmente las partes.
(...)
Pero es más, incluso si las partes hubieren convenido de manera obligatoria la necesidad de
agotar previamente una determinada etapa de arreglo directo o el transcurso de un plazo antes de
que alguna de ellas pudiere proceder a formular la correspondiente demanda (convocatoria), en
ese evento, como ya se indicó, esa exigencia no podría generar efectos procesales para los árbitros,
puesto que ello no sería más que la consignación de un requisito o presupuesto de procedibilidad
no previsto en las normas procesales, para cuyo efecto no se encuentran facultadas las partes, re-
quisito que además de alterar indebidamente el referido ordenamiento procesal, constituiría un
obstáculo inadmisible para que cada parte pudiere ejercer su correspondiente derecho fundamen-
tal de acceso a la administración de justicia, consagrado en el art. 229 constitucional”42.
Mayo de 2007, expediente 31.228, C.P. Ramiro Saavedra Becerra. La cláusula compromisoria de
dicho caso establecía, “(...) En todos los asuntos que involucren la interpretación y cumplimiento de
este convenio o de cualquiera de sus cláusulas, las partes acuerdan intentar conciliar primero dichos
asuntos mediante discusiones entre ellas que tendrán lugar en primera oportunidad en el Comité de
Conciliación. Si a pesar de ello, las partes no logran llegar a un arreglo amistoso, acudirán a una se-
gunda instancia conformada por los representantes legales de cada una de las partes, quienes busca-
rán una solución, aceptable para ambas, al conflicto planteado. Si el desacuerdo persiste, el asunto se
resolverá mediante conciliación o arbitraje, conforme a las leyes colombianas, los cuales sólo procede-
rán para aquellos casos que involucren cuantías superiores al diez por ciento (10%) del valor de la
inversión. Caso contrario, se aplicará lo dispuesto en la cláusula de ‘Comité de Coordinación’ (…)”.
44 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia de 10 de
Junio de 2009. Expediente 36.252. C.P. Mauricio Fajardo Gómez. La cláusula compromisoria en el
contrato de dicho caso era del siguiente tenor:
“44. Solución de Controversia.
44.2 Solución de Controversia.
44.1.1. Actuación del Interventor
(i) Si surge una controversia entre el INCODER o el Interventor y el Contratista, debido a reservas
expresadas por el contratista a una orden de ejecución, o de cualquier otra índole, el contratista envia-
rá al INCODER, a través del Interventor, un memorando de reclamación en la cual justificará sus
reservas e indicará a los montos de las reclamaciones.
(ii) Una vez que dicho memorando haya sido enviado por el Interventor con su opinión, al
INCODER, éste notificará o hará que se notifique su propuesta al contratista para el arreglo de la
diferencia, dentro de un plazo de quince (15) días contados a partir de la fecha de recibo por el Inter-
ventor del memorando de reclamación. En caso de no lograrse acuerdo entre la entidad y el contratis-
ta se procederá de acuerdo a la cláusula Décima novena de la minuta del contrato.
44.1.5. Procedimiento Contencioso.
(i) Si dentro de un plazo de tres (3) meses a partir de la fecha de recibo por la INCODER el memo-
rando complementario mencionado en la Subcláusula 4[4]. 1.1.
(ii) esta no ha notificado ninguna decisión al contratista o si éste no acepta la decisión que le haya
sido notificada, la controversia será resuelta por medio del arbitraje.”
188 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
Agosto de 2007. Expediente 33.699. C.P. Ruth Stella Correa Palacio. La cláusula compromisoria
establecía, “Cláusula vigésima séptima: Arbitraje y ley aplicable. En todos los asuntos que involucren
la interpretación y cumplimiento de este convenio o de cualquiera de sus cláusulas, las partes acuer-
dan intentar conciliar primero dichos asuntos mediante discusiones entre ellas que tendrán lugar en
primera oportunidad en el comité de coordinación. Si a pesar de ello, las partes no logran llegar a un
acuerdo amistoso, acudirán a una segunda instancia conformada por el gerente de Telesantamarta
S.A. ESP y el representante del socio operador, quienes buscaran una solución, aceptable para ambas,
al conflicto planteado. Si el desacuerdo persiste, el asunto se resolverá mediante conciliación o arbitra-
je, conforme a las leyes colombianas. Caso contrario se aplicará lo dispuesto en la cláusula “Comité de
coordinación”. El tribunal de arbitramento estará integrado por tres (3) árbitros, dos de ellos a ser
designados por las partes de mutuo acuerdo y el tercero a ser designado por los árbitros nombrados por
cada una de las partes de muto (sic) acuerdo, o en su defecto por la Cámara de Comercio de Santa Marta.
Los procedimientos de arbitraje se llevarán a cabo en Santa Marta. El laudo arbitral obligará a ambas
partes y será definido (sic) y obligatorio para ellas, quienes a su vez acuerdan que dicha decisión será
tomada en derecho y será exigible ante cualquier juez o tribunal competente. Todos lo gastos relacio-
nados con estos procedimientos serán solventados en partes iguales por cada una de las partes. Luego
de proferirse el laudo, la parte perdedora reembolsará a la parte que resulte favorecida, el importe que
se determine por el tribunal según lo abonado or (sic) esta con motivo del procedimiento”
46 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 1 de
Abril de 2009, expediente 34.846, C.P. Enrique Gil Botero. En dicho caso, la cláusula compromisoria
establecía,
“Cláusula décima segunda. procedimiento para la solución de diferencias.– En todos los asuntos
que involucren la interpretación, ejecución, desarrollo, terminación y liquidación del presente contra-
to, las partes buscarán solucionar de forma ágil, rápida y directa las diferencias y discrepancias surgi-
das de la actividad contractual. En caso de ser necesario, acuerdan acudir a los medios de solución de
controversias contractuales siguientes:
1. Comité mixto de interconexión: El Comité Mixto de Interconexión (…), es facultado por las par-
tes para servir como mecanismo de arreglo directo de conflictos. Si en el término de treinta (30) días
calendario, contados a partir de la fecha de la primera reunión, en la cual el mencionado comité sesio-
na tratando el tema motivo de diferencia, no se ha llegado a un arreglo directo, las partes acudirán a
una segunda instancia de arreglo directo, contemplada en el siguiente literal.
2. Representantes legales de las empresas contratantes: Se establece una segunda instancia de
arreglo directo conformada por el Presidente o Gerente de cada una de las empresas contratantes,
quienes buscarán una solución al conflicto planteado, dentro de los diez (10) días calendario siguien-
tes al vencimiento del término previsto en el literal anterior. Durante esta etapa, los representantes
legales de los operadores podrán solicitar la intervención de la Comisión de Regulación de Telecomu-
nicaciones.
3. Autoridades administrativas: Vencido el plazo anterior sin que existiere acuerdo, las partes de-
berán decidir conjuntamente, dentro del término de tres (3) días hábiles siguientes, si solicitan la
intervención dirimente de la Comisión de Regulación de Telecomunicaciones o del Ministerio de
Comunicaciones, según su competencia. En caso de no darse una decisión conjunta dentro del térmi-
no señalado, las partes acudirán al Tribunal de Arbitramento, contemplado en el siguiente numeral.
4. Tribunal de arbitramento: En los casos en que las partes estén de acuerdo en no acudir a la
C.R.T. [Comisión de Regulación de Telecomunicaciones] o al Ministerio de Comunicaciones, o de
vencimiento de plazo establecido para decidir si se solicita la intervención de las autoridades, circuns-
tancia en la que se entenderá que la decisión de las partes es negativa; se acudirá a la decisión de un
Tribunal de Arbitramento Institucional, para lo cual se procederá a la designación de los árbitros en la
forma prevista en los Decretos 2279 de 1989, 2651 de 199[1], las leyes 377 de 1977, 23 de 1991, 446 de
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 189
“... si por expresa disposición constitucional –art. 116– los particulares pueden ser investidos tran-
sitoriamente de facultades jurisdiccionales, una vez las partes interesadas solicitan la convocatoria
de un tribunal de arbitramento, la entrada en funcionamiento de esa justicia arbitral queda per se
cobijada por las mismas condiciones que rigen la jurisdicción ordinaria, dentro de las cuales se en-
cuentra precisamente la imposibilidad de exigir requisitos de procedibilidad para su ejercicio, sal-
vo por expresa disposición legal”47.
1998 y las normas que las sustituyan, modifiquen o adicionen. Los árbitros desarrollarán su actividad
en la ciudad de Santa fe de Bogotá, en el centro de arbitraje que acuerden las partes. El fallo de los
árbitros será en derecho y tendrá los efectos que la Ley otorga a los laudos arbitrales. No obstante lo
anterior, si las diferencias surgidas tienen el carácter de técnicas, los contratantes convienen en some-
terlas a un Tribunal de Arbitramento Institucional Técnico”.
47 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 1 de
“Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar,
mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la
protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resul-
ten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública.
190 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
La protección consistirá en una orden para que aquel respecto de quien se solicita la tutela, actúe o se
abstenga de hacerlo. El fallo, que será de inmediato cumplimiento, podrá impugnarse ante el juez com-
petente y, en todo caso, éste lo remitirá a la Corte Constitucional para su eventual revisión.
Esta acción solo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo
que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable.
En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de tutela y su resolución.
La ley establecerá los casos en los que la acción de tutela procede contra particulares encargados
de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y directamente el interés colecti-
vo, o respecto de quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o indefensión”.
49 Corte Constitucional, Sentencia T – 433 de 2008. Mayo 6 de 2008. M.P. Mauricio González
Cuervo.
50 Corte Constitucional, Sentencia T – 244 de 2007. Marzo 30 de 2007. M.P. Humberto Sierra
Porto.
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 191
estableció que las etapas previas previstas en la cláusula escalonada del pre-
sente caso51 eran de obligatorio cumplimiento, pues las partes las habían
pactado en desarrollo de la autonomía de la voluntad privada y, por lo tanto,
su cumplimiento efectivo no negaba el derecho de acceso a la administración
de justicia. Sostuvo la Corte que
“Dado lo anterior, queda claro que de manera libre y autónoma las partes decidieron acudir a
medios de solución de controversias alternativos a la justicia estatal. Así mismo, que sólo en caso
de falta de acuerdo de las partes en cada etapa de arreglo directo, o de vencimiento de la misma,
quedaba habilitada la etapa siguiente, y que la conformación de un tribunal de arbitramento era la
última instancia a la cual se podía acudir. En este sentido, sólo se puede concluir que si la contro-
versia se solucionaba en una de las etapas se entendía terminado el trámite; igualmente, que la
consecución de cada etapa dependía de que se surtiera la anterior.
Entonces, esta Sala concluye que a diferencia de lo afirmado por el Tribunal de arbitramento, la
falta de conformación del Comité Mixto de Interconexión, así como de las demás etapas previstas
de manera previa a la conformación de dicho Tribunal, inhabilitaba la constitución de éste y lo
hacía incompetente para decidir sobre el conflicto propuesto por Telefónica. Al respecto, es nece-
sario reiterar que el fundamento constitucional y legal de las formas de arreglo directo previstas
por las partes de un contrato para la solución de las controversias que surjan entre ellas, se en-
cuentra en su voluntad de someter sus diferencias por fuera del ámbito de a la justicia estatal y, en
esa medida, no puede entenderse que esta decisión no sea tenida en cuenta a la hora de finiquitar
el conflicto y verificar si se agotaron los medios no judiciales previstos para ello.
En este punto, la Sala debe manifestar que no comparte el criterio expuesto por el Tribunal de
Arbitramento en su escrito de contestación de la acción, relativo a que admitir la obligatoriedad del
agotamiento de etapas previas a la convocatoria del tribunal de arbitramento podría traducirse en
la vulneración del derecho fundamental al acceso a la administración de justicia de Telefónica. Es-
to por cuanto, como se indicó anteriormente, si se tiene que las partes decidieron resolver sus con-
troversias por fuera de la administración de justicia del Estado, es claro que dicha decisión no pue-
de configurar una violación del derecho fundamental al acceso a la administración de justicia de
quien la toma”52.
51 La cláusula a la que se hace referencia es aquella del contrato de interconexión celebrado entre
una parte el numeral 9.7.1 de la cláusula novena preveía lo siguiente: “Excepto en las hipótesis previs-
tas en el siguiente numeral, en el evento que el Promitente Comprador encontrare cualquier hecho
que diere lugar a reclamación por conceptos de Pasivos Ocultos, contingencias, inexactitudes o dife-
rencias en las declaraciones o garantías en la Cartera o en otros activos, notificará a los Promitentes
Vendedores de este hecho por escrito, adjuntando una lista con las explicaciones detalladas de los
hechos materia de la reclamación, con un estimativo del valor de la reclamación. Los Promitentes
Vendedores, dentro de los 15 días hábiles siguientes al recibo de la comunicación, deberán señalar si
consideran válida o no la reclamación presentada. Si los Promitentes Vendedores aceptan la reclama-
ción presentada, estarán obligados a pagar la suma motivo de la reclamación al Promitente Compra-
dor dentro de los treinta (30) días calendario siguientes al vencimiento del plazo de los 15 días ante-
riormente indicado. En caso de que los Promitentes Vendedores, estén en desacuerdo con el Promi-
tente Comprador en cuanto a la causa o al monto de la reclamación el asunto se someterá a la decisión
de la firma de auditores internacionales que elija el Promitente Comprador de una terna presentada
por los Promitentes Vendedores, dentro de los diez (10) días hábiles siguientes a la fecha en que
comuniquen su desacuerdo, la cual deberá proferir un dictamen de carácter técnico que resuelva la
controversia, el cual será obligatorio para las partes. La firma escogida tendrá un plazo máximo de 30
días calendario para dar su dictamen. Los costos del dictamen correrán por cuenta de la parte venci-
da. Si los Promitentes Vendedores no enviaren la terna en el plazo señalado el Promitente Comprador
elegirá una firma de auditores internacionales a su discreción. La firma elegida conforme al procedi-
miento anteriormente indicado, será la encargada de resolver cualquier controversia adicional que
surgiere en desarrollo de lo previsto en el presente numeral.”
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 193
da que preveía, en un primer nivel, una negociación directa entre las partes,
en la que el comprador debía notificar los supuestos incumplimientos al
vendedor sustentando las razones del alegado incumplimiento y con una
estimación aproximada del monto de los perjuicios; dentro de los 15 días
siguientes a recibir tal comunicación, el vendedor debía comunicarle al com-
prador si aceptaba o no los requerimientos de éste; si las partes no estaban
de acuerdo sobre el monto de la reclamación, debían someter tal diferencia a
la decisión de una firma de auditores internacionales que deberían ser elegi-
dos por el comprador de una terna presentada por el vendedor; finalmente,
si las diferencias no eran relativas al monto de la reclamación o si las partes
no estaban de acuerdo con la decisión de los auditores, cualquiera de las
partes podía presentar una solicitud de convocatoria de un Tribunal Arbitral.
Bancolombia S.A., en efecto le envió al grupo Gilinsky la reclamación, a lo
que éste respondió objetando la misma por considerar que no se habían in-
cluido las explicaciones ni la documentación completa del caso. Por lo tanto,
el grupo Gilinski presentó a consideración de Bancolombia S.A. una lista de
tres firmas de auditores internacionales, para activar el siguiente escalón de
la cláusula de solución de conflictos y proceder a la solución del conflicto por
parte de los auditores internacionales. Sin embargo, Bancolombia consideró
que la terna no era idónea, pues una de las firmas tenía un claro conflicto de
interés y las otras dos no tenían representación en Colombia, no teniendo la
experiencia necesaria; visto esto, Bancolombia procedió a designar directa-
mente otra firma de auditores diferente; el grupo Gilinsky se opuso a esto, lo
que llevó a Bancolombia a solicitar la constitución de un Tribunal Arbitral.
El Tribunal Arbitral se constituyó y en la contestación de la demanda, el
demandado se opuso a la competencia del tribunal alegando que el mismo
no era competente, puesto que la controversia se tenía que someter a la firma
de auditores internacionales, según la cláusula de resolución de conflictos.
Sin embargo, el Tribunal se declaró competente y desestimó la excepción del
demandado por considerar que,
“... si bien la promesa de compraventa contenía un mecanismo de solución de controversias, el
cual consistía en someter las diferencias al dictamen de una firma internacional de auditores, este
hecho no podía privar a los contratantes de acceder a la justicia, en este caso arbitral, para solucio-
Por su parte, la cláusula decimoséptima establecía, “Todas las eventuales diferencias que llegaren a
surgir entre las partes aquí contratantes por razón de la celebración, validez, interpretación, ejecución
y terminación del presente Contrato, que no pudieren ser solucionadas directamente por ellas mismas
y que no consten en títulos ejecutivos, se someterán a la decisión de un Tribunal de Arbitramento
integrado por tres (3) árbitros, el cual funcionará en Santafé de Bogotá D.C. y decidirá en derecho. Los
Árbitros serán designados de común acuerdo por las partes. En caso de que no sea posible este acuer-
do, en un término de 30 días comunes contados a partir de la fecha en que cualquiera de ellas mani-
fieste a la otra por escrito su disposición de convocar el arbitramento, las dos, de consuno, pasarán al
Centro de Conciliación y Arbitraje Mercantiles de la Cámara de Comercio de Santafé de Bogotá D.C.
una lista de diez (10) nombres para que esta los escoja dentro de ella. En últimas, de no darse tampoco
este acuerdo se delga en la misma Cámara de Comercio la selección de los árbitros, los que en todo
caso deberán ser abogados colombianos de reconocido prestigio, con una experiencia no menor a 10
años en el ejercicio de la profesión o en la judicatura”.
194 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
nar el conflicto. Las reclamaciones están asociadas a la interpretación y ejecución del contrato, te-
mática que no fue posible remediar de manera directa por las partes, y que por acuerdo de los con-
tratantes son objeto de la cláusula compromisoria, razón por la cual adquieren competencia los
árbitros, garantizando así el derecho constitucional de acceso a la justicia”56.
56 Tribunal Superior de Bogotá. Radicación 2006 – 00887, 26 de Febrero de 2008, M.P. Germán
Valenzuela Valbuena.
57 Ibíd., cursivas fuera del texto original.
58 Ibíd.
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 195
59 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia de 28 de marzo de 2008, Radica-
61 F. Galgano, El negocio jurídico, trad. Blasco Gascó y Prats Albentosa, Valencia, Tirant lo Blanch,
1992, p. 455.
62 A. Borda, La teoría de los actos propios, Buenos Aires, Editorial Argentina, 2000,pp. 67–68.
65 Este es un modo de extinguir las obligaciones que consiste en la disolución mediante una stipu-
latio de una obligación que ha nacido de otra stipulatio. Para esto el acreedor y el deudor celebran una
nueva stipulatio en la que el deudor tiene que preguntar al acreedor si tiene por recibido lo que le
debe, a lo cual el acreedor debe responder afirmativamente.
66 M. Micheli, La rinuncia agli atti del giudizio, Pádua, Cedam, 1937, p. 25, nota 3.
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 199
cabo por las partes67, excepto cuando sea razonado desestimar la acción por
algún supuesto de derecho sustantivo que revele la invalidez del pacto. Casos
como estos pueden verse enunciados de manera expresa en algunas legisla-
ciones, como por ejemplo la resolución del 10 de enero de 1979 de la Comi-
sión de las Comunidades Europeas, en donde se invalidó una cláusula por
considerar que iba en contra del interés público la renuncia a impugnar68.
De esta manera, una renuncia absoluta a la jurisdicción es evidente y radi-
calmente nula e ineficaz, ya que, constituye un pacto que va contra el orden
público, el derecho al acceso a la administración de justicia69 y el esquema
que el Estado ha previsto para regular los conflictos de los particulares que
llegan a instancias de los tribunales estatales. Pese a esto, no se llega a igual
conclusión cuando esa tutela frente a los derechos puede alcanzarse por
otros mecanismos de lograr justicia que, como el arbitraje, están igualmente
habilitados por el Estado y tienen idénticas garantías constitucionales que
aquellas que se predican de los procesos judiciales estatales.
En Colombia, como se vio anteriormente, el arbitraje no sólo constituye un
mecanismo alterno de solución de controversias, sino que es una verdadera
jurisdicción, en donde se dictan providencias con fuerza jurisdiccional –ya
que, el laudo es equivalente a una sentencia– y en donde los árbitros son par-
ticulares, no sólo con la habilitación constitucional para administrar justicia
de manera transitoria, sino que están verdaderamente revestidos de las po-
testades de cualquier juez de la República70. Sumado a esto, está el libre con-
sentimiento de ambas partes, que comporta un especial relieve en el hecho
de que son ellas mismas quienes rigen su relación contractual y, en ese or-
den, son las mismas quienes deciden someter sus diferencias a un arbitraje,
según las reglas que decidan y ante los árbitros y sede que éstas escojan.
Partiendo de esta base, es preciso preguntarse si a la luz del ordenamiento
jurídico colombiana, es válido incluir escalones o requisitos previos al arbi-
traje, que de alguna forma se constituyan en una especie de renuncia a acu-
dir al arbitraje directamente, hasta tanto no se hayan agotado tales requisitos
o escalones. La respuesta, en gran medida dependerá de la visión desde don-
de se explique este punto: dependerá de la naturaleza jurídica que se le atri-
buya al arbitraje. Así las cosas, si pensamos en que la causa del arbitraje es
un contrato, concretado en el pacto arbitral, debemos considerar que esta-
mos en presencia de los elementos de la autonomía de la voluntad privada
que, en desarrollo de esta, permitirían a las partes dar su mutuo consenti-
67 E. Redenti, Derecho procesal civil, t. I, trad. esp. de la italiana de 1953, Buenos Aires. 1957, nº 17,
p. 74.
68 Comisión de las Comunidades Europeas, Resolución de enero 10 de 1979. En esta providencia se
reafirmó una vez más la invalidez de una cláusula, por la que un licenciatario se obligaba a no impug-
nar una patente: ¨El interés público en la revocación de patentes indebidamente concedidas exige que
el licenciatario y el sublicenciatario conserven la facultad de impugnar la patente¨.
69 Art. 229 Constitución Política de Colombia.
y con el concepto de la Corte Constitucional que lo expresa en sentencias destacadas como la C–592
de 1992, C–431 de 1995 y C–1038 de 2002, entre varias otras.
200 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
74 Esto en el entendido en que, según el art. 85 del Código de Procedimiento Civil y el art. 36 Ley
640 de 2001 no existen razones para rechazar de plano la demanda puesto que el árbitro no carecería
de competencia ni jurisdicción, no existe término de caducidad, y el artículo 36 de la Ley 640 de 2001
sólo establece los efectos de rechazo de plano cuando se incumpla con la conciliación extrajudicial
LAS CLÁUSULAS ESCALONADAS O MULTINIVEL 201
na, en el art. 163 Decreto 1818 de 1998 utiliza un lenguaje similar al establecer que una de las causales
de anulación del laudo es la nulidad absoluta del pacto arbitral.
202 ARBITRAJE: REVISTA DE ARBITRAJE COMERCIAL Y DE INVERSIONES, 2012
RESUMEN: Como resultado de la permanente búsqueda de métodos y formas para solucionar los
conflictos en el ámbito internacional de una manera más eficiente y a un menor costo se han popula-
rizado, en los últimos años, las llamadas cláusulas escalonadas o multinivel que buscan la instaura-
ción de procedimientos menos adversariales como la conciliación, la mediación o el peritaje como
paso o escalón previo al arbitraje. El propósito principal de este tipo de provisiones es resolver de una
manera más expedita y con mayor experticia aquellas disputas que por sus características pueden
tener una más fácil solución, y que sólo aquellos conflictos sobre los que las partes no se pueden poner
de acuerdo y que suponen un mayor grado de complejidad y de disputa, escalen a un procedimiento
un poco más largo como el arbitraje. Sin embargo, este tipo de cláusulas, que en su génesis y concep-
tualización pura parecen ser ideales, han tenido muchos problemas en la práctica ocasionados mu-
chas veces por una falta de claridad y concreción a la hora de su redacción y otras veces por un inco-
rrecto entendimiento de los operadores de los diferentes métodos alternativos de solución de conflic-
tos (MASC) y los jueces nacionales. Los lineamientos que han ido estableciendo los diferentes jueces
nacionales que han conocido del tema y aquellos que han fijado los doctrinantes que sobre el tema
han escrito resultan, pues, sumamente útiles a la hora de dotar de contenido este tipo de cláusulas y
desentrañar elementos tales como su naturaleza jurídica y las consecuencias que su incumplimiento
puede acarrear. De especial importancia es la práctica al respecto en los países de derecho anglosajón,
especialmente Inglaterra y los Estados Unidos, y aquella de algunos países de derecho continental
como Suiza y Alemania. De igual manera, conceptos e instituciones clásicas del derecho como la teoría
del non venire contra factum proprium o el pactum de non petendum tienen un importante papel
que jugar a la hora de analizar las cláusulas escalonadas. Así pues, a partir de todos estos conceptos, y
el estudio puntual de la jurisprudencia colombiana, se pretende estudiar la viabilidad de las cláusulas
escalonadas en el derecho colombiano para finalmente concluir que, bajo un correcto entendimiento
de los MASC y, en especial, del arbitraje, estas cláusulas son y deben ser completamente válidas y
eficaces.
ABSTRACT: As a result of a continuous search for cost effective ways to resolve conflicts in the
international community, escalated or multi – step dispute resolution clauses have become very
popular. This type of clauses establish less adversarial procedures such as conciliation, mediation
and expertise as prior steps to arbitration and seek to assure that relatively simple disputes can be
resolved in fewer time and with lower costs and only those complex conflicts in which parties cannot
reach a solution and that suppose a higher complexity escalate to longer procedures such as arbitra-
tion. However this type of clauses, which in theory may seem ideal, have had a lot of problems in the
practice due to a lack of clarity and concretion in their redaction and to an incorrect understanding
of alternative dispute resolution mechanisms (ADR) and, especially, of arbitration by ADR opera-
tors and national courts. The guidelines that different courts and scholars have traced in the subject
are of a significant importance in studying this type of clauses and determining their legal nature
and the consequences of non – compliance. Of a special importance is the practice in common law
countries such as England and the United States and some civil law countries such as Switzerland
and Germany. Additionally, some classic concepts and institutions such as the theory of non venire
contra factum proprium and the pactum de non petendum play a significant role. From the analysis
of the previous concepts and the punctual study of Colombian case law, the present essay pretends
to determine the viability of multi – step dispute resolution clauses in Colombia in order to finally
conclude that, under a correct understanding of ADR mechanisms and, specially, of arbitration, this
type of clauses are and must be completely valid and effective.