Angulo. Canosa. Ravera. Importancia de Los Padres en Las Primeras Etapas-1

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“La importancia de los padres en las primeras etapas del

desarrollo del bebé”

Psic. Beatriz Angulo


Lic. Fdga. Juana Canosa
Lic. Psicom. Claudia Ravera

¿Qué está pasando en la época actual que impacta en la relación entre el bebé y sus
padres? La vida actual nos exige de diferentes formas, consumir cada vez más,
especializarnos en nuestras tareas para ser competentes y eventualmente competitivos,
trabajar en múltiples empleos, estar hiperconectados (a través de celulares,
computadoras, pantallas), estar “en forma” y no envejecer, etc. Esto lleva a que la
calidad y cantidad de los momentos de encuentro afectivo, de las interacciones entre las
personas, y de algo tan primario como es la construcción de los primeros vínculos de un
bebé con el entorno humano, estén cambiando. Podríamos sostener que la
disponibilidad afectiva para estar con los bebés, está siendo afectada por los cambios
culturales y tecnológicos, y en especial por el dis-ritmo en el que vivimos donde pausas
y distensiones son cada vez más difíciles de lograr.

¿Por qué se considera tan importante que los padres estén emocionalmente disponibles?

Porque es la disponibilidad afectiva la que nos permite abrirnos, observar, interpretar,


actuar y aceptar las necesidades de los otros. Gracias a ella aprendemos a regular y
comunicar nuestros estados emocionales así como comprender los de los demás.

Un padre disponible, sensible, que responde con aciertos pero también con desaciertos,
le trasmitirá al bebé confianza. El bebé comenzará a anticipar que hay alguien que le
traerá alivio cuando se siente incómodo, con hambre o con dolor, y que buscará
brindarle placer. No se trata sólo de un problema de tiempo, sino principalmente, de
poder disfrutar los encuentros de una forma empática y placentera para ambos
protagonistas.

¿Por que son importantes las rutinas cotidianas?

Las respuestas coherentes de los padres o cuidadores a través de rutinas de experiencias


que se repiten le darán seguridad al bebe. Estas rutinas -de bañar, alimentar, cambiar los
pañales, dormir al pequeño-, están cargadas de afecto, tienen determinada intensidad,
van estableciendo ritmos y le van dando al bebé el sentimiento de ser-existir
continuamente a lo largo del tiempo. En definitiva, seguridad.

Esta sintonía afectiva que se va estableciendo, será fruto de la respuesta interpretativa


de los padres a los distintos estados emocionales del bebé. Así irá compartiendo
experiencias subjetivas. Comenzará a establecer correspondencia entre lo que siente en
su interior y cómo se observa “en” o “dentro de otro”. Podemos decir que “siente que el
otro lo siente”, base de la comprensión de los estados mentales de los otros.

¿Por qué son tan importantes las interacciones?

La disponibilidad afectiva de los padres se traduce entre muchas cosas, en el


establecimiento de rutinas en la vida del bebé así como en momentos de encuentro que
llamamos interacciones. Tanto padres como bebés son activos en dichos encuentros. El
bebé se irá construyendo como un sujeto singular y único, y ellos se “harán” padres
singulares y únicos de ese bebé. Las numerosas interacciones irán construyendo su
historia con ellos, por esto es necesario “estar con” el bebé.

A través de sus miradas, palabras, caricias, cantos, acunamientos, los padres irán
sintonizando y modulando a ese ser en construcción. El bebé como un ser activo desde
el nacimiento, buscará y devolverá con miradas, sonrisas, llantos, balbuceos y
movimientos de su cuerpo este diálogo que los padres han iniciado.

Así podrá sentir que tiene un cuerpo que le pertenece, un nombre que le es propio, y un
lugar en su familia-mundo.

El bebé nos narra lo que siente y le sucede de diferentes formas. Es el adulto que está
con él quien le dará sentido a sus señales poniendo en palabras lo que él cree que le pasa
al bebé. Sabemos que muchas veces estas interpretaciones de los padres no son asertivas
pero alcanza con que algunas lo sean. Lo importante es ese intento de ambos por
comprenderse.

¿Por qué es importante sostener y mover adecuadamente al bebé?

El conocimiento que madre y bebé han desarrollado a lo largo de los 9 meses de


embarazo es riquísimo e insustituible. El contacto y movimiento de las diferentes partes
de su cuerpo contra las paredes uterinas, sumados a los movimientos corporales
maternos serán estímulos fundamentales para que se sienta habitando su cuerpo. Al
nacer el bebé se prenderá al cuerpo materno a través de la succión del pecho pero
también de sus manitas y piecitos que al contactar con diferentes superficies se cerrarán
sobre sí mismos en forma refleja llevando consigo muchas veces lanas del rebozo,
cabellos de la madre, etc. A su vez al no ser capaz de sostener su cabeza y su tronco, la
madre tendrá mucho cuidado y lo tomará en forma firme y segura en especial con uno
de sus brazos sobre los que reposará el bebé a lo largo de todo su lado posterior. El otro
brazo libre de la mamá, servirá para realizar acciones como acomodarlo mejor al
regazo, darle el pecho, abrigarlo, etc.

Así se irá estableciendo una forma de diálogo sin palabras, un diálogo basado en el
grado de tensión muscular, gestos y pequeños movimientos. A partir de estos cambios
tónicos, tanto el bebé como su madre irán amoldando sus cuerpos en búsqueda de un
bienestar fruto de un encuentro carnal real… ¿de qué servirán las hamacas a batería que
mecerán al bebé, en un ritmo robótico sin variaciones?

¿Cómo se construye el lenguaje?

¡Entre padres y bebés! El bebé se encuentra desde antes de nacer sumergido en un


mundo de sonidos y lenguaje, y está organizando todo lo que escucha. Para esto
necesita encontrarse con la mirada de la madre, padre o adulto que esté con él, ella. El
encuentro de las miradas es el primer paso para entrar en este mundo íntimo dónde se
van a ir desarrollando todas las funciones comunicativas. La madre adecua su forma de
expresión a las habilidades progresivas del bebé. Esta adecuación (enlentecimiento del
habla, entonaciones ascendentes, espacios para la imaginaria respuesta del bebé, etc)
implica una ayuda sustancial para el desarrollo del lenguaje. A partir de los ocho meses
el bebé es capaz de comenzar a responder a las intervenciones maternas con balbuceos
bien definidos, lo que nos demuestra su capacidad de recepción auditiva y su sintonía
afectiva. Pero mucho antes de los ocho meses el bebé gira su cabeza cuando escucha la
voz de la madre-padre, se alegra con expresiones de su cara y movimientos de sus
bracitos y piernitas. Mucho antes de que el bebé pueda hacer una emisión consistente
nos damos cuenta que estamos comunicados con él-ella.

Tenemos que tener siempre muy presente que la cría humana necesita del lenguaje para
poder desarrollar el suyo propio y que no aprende únicamente por repetición sino por
hipótesis que va elaborando acerca de lo que escucha.
No es sólo por escuchar el lenguaje hablado que el niño va a desarrollarlo, tiene que
haber un adulto que lo interprete a él, y al mundo que lo rodea.

¿Cómo se construye la atención conjunta?

Venimos preparados biológicamente para poder atender pero la atención es una función
que se construye con el otro. Alrededor de los 7 meses, el bebe dirige su atención en
base a expresiones lingüísticas que se van complejizando cada vez más. El bebé
reacciona y dirige su atención hacia el observador y hacia lo que él propone. Más
adelante va a ser el propio bebé el que logre nuestra atención. El lenguaje articulado en
palabras y frases va a ayudar a que la atención se continúe desarrollando.

¿Qué entendemos por estimular al bebé?

En la sociedad actual se dice con ligereza: “hay que estimular el bebé para que
desarrolle su inteligencia”. Los padres puedan o no comprar, tienen el ideal –favorecido
por la publicidad- de que los objetos que ofrece el mercado son lo mejor para sus hijos.
Juguetes con luces, sonidos, diferentes texturas, que no le permiten al bebé inventar
nada. Todo ya está ahí, sólo tiene que “aprender”. La mayoría de los bebés preferirán
objetos de la casa, un bols de la cocina, etc. No es con los llamados “juguetes
didácticos” que se estimula necesariamente el desarrollo de un bebé.
¡Primero lo primero! El primer “juguete” para un bebé es el encuentro cara a cara con
su mamá, con su papá. En la medida que el bebé crece sus padres irán encontrando el
momento en que puedan hacer aparecer un objeto entre ellos y el bebé. Objeto al que
animarán, nombrarán y cargarán de sentido. La historia de este objeto será sólo de ese
objeto y los padres cuidarán la cantidad y calidad de los mismos dentro del dormitorio
del bebé. Los riesgos de estimular pobremente, desordenadamente, mecánicamente o en
exceso, podrán afectar el desarrollo del bebé.

A pesar de los avances tecnológicos y cambios culturales, de las características propias


del bebé, sabemos que siempre los padres serán fundamentales en el proceso de
crecimiento, desarrollo y aprendizajes de sus hijos. Tratemos de darnos el tiempo
necesario para cuidar que nuestros hijos echen buenas y fuertes raíces.

Psic. Beatriz Angulo.


Psicóloga (UDELAR). Psicoterapeuta de AUDEPP.
Diplomada en “Clínica de la Perinatalidad y trastornos de los vínculos tempranos”
(Universidad de Aix-Marseille)
Ex integrante del Equipo de Vínculo Temprano y Trastornos Psicofuncionales (Facultad
de Medicina)
Ex integrante de A.T.I.
Especializada en Psicoprofilaxis Quirúrgica.
Docente de APPIA, Instituto Ágora y UCUDAL.

Lic. Juana Canosa


Licenciada en Fonoaudiología (EUTM)
Ex Profa. Adjunta Responsable del Área de Lenguaje (Licenciatura de Fonoaudiología.
EUTM)
Ex Integrante de la Policlínica de Neuropsicología de la Cátedra de Neurología
(Facultad de Medicina)
Integrante del Equipo de la Clínica Prego. Encargada del área de Fonoaudiología
Docente del Instituto Agora, APPIA.
Lic. Claudia Ravera
Maestra
Licenciada en Psicomotricidad (EUTM)
Diplomada en “Clínica de la Perinatalidad y trastornos de los vínculos tempranos”
(Universidad de Aix-Marseille)
Ex docente de la Materia de la Clínica del Lactante (EUTM)
Ex integrante del Servicio de Neuropediatría (CHPR-Facultad de Medicina)
Integrante de la Clínica Uno.
Docente Clínica Uno, Instituto Agora, APPIA.

[email protected]

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