Angulo. Canosa. Ravera. Importancia de Los Padres en Las Primeras Etapas-1
Angulo. Canosa. Ravera. Importancia de Los Padres en Las Primeras Etapas-1
Angulo. Canosa. Ravera. Importancia de Los Padres en Las Primeras Etapas-1
¿Qué está pasando en la época actual que impacta en la relación entre el bebé y sus
padres? La vida actual nos exige de diferentes formas, consumir cada vez más,
especializarnos en nuestras tareas para ser competentes y eventualmente competitivos,
trabajar en múltiples empleos, estar hiperconectados (a través de celulares,
computadoras, pantallas), estar “en forma” y no envejecer, etc. Esto lleva a que la
calidad y cantidad de los momentos de encuentro afectivo, de las interacciones entre las
personas, y de algo tan primario como es la construcción de los primeros vínculos de un
bebé con el entorno humano, estén cambiando. Podríamos sostener que la
disponibilidad afectiva para estar con los bebés, está siendo afectada por los cambios
culturales y tecnológicos, y en especial por el dis-ritmo en el que vivimos donde pausas
y distensiones son cada vez más difíciles de lograr.
¿Por qué se considera tan importante que los padres estén emocionalmente disponibles?
Un padre disponible, sensible, que responde con aciertos pero también con desaciertos,
le trasmitirá al bebé confianza. El bebé comenzará a anticipar que hay alguien que le
traerá alivio cuando se siente incómodo, con hambre o con dolor, y que buscará
brindarle placer. No se trata sólo de un problema de tiempo, sino principalmente, de
poder disfrutar los encuentros de una forma empática y placentera para ambos
protagonistas.
A través de sus miradas, palabras, caricias, cantos, acunamientos, los padres irán
sintonizando y modulando a ese ser en construcción. El bebé como un ser activo desde
el nacimiento, buscará y devolverá con miradas, sonrisas, llantos, balbuceos y
movimientos de su cuerpo este diálogo que los padres han iniciado.
Así podrá sentir que tiene un cuerpo que le pertenece, un nombre que le es propio, y un
lugar en su familia-mundo.
El bebé nos narra lo que siente y le sucede de diferentes formas. Es el adulto que está
con él quien le dará sentido a sus señales poniendo en palabras lo que él cree que le pasa
al bebé. Sabemos que muchas veces estas interpretaciones de los padres no son asertivas
pero alcanza con que algunas lo sean. Lo importante es ese intento de ambos por
comprenderse.
Así se irá estableciendo una forma de diálogo sin palabras, un diálogo basado en el
grado de tensión muscular, gestos y pequeños movimientos. A partir de estos cambios
tónicos, tanto el bebé como su madre irán amoldando sus cuerpos en búsqueda de un
bienestar fruto de un encuentro carnal real… ¿de qué servirán las hamacas a batería que
mecerán al bebé, en un ritmo robótico sin variaciones?
Tenemos que tener siempre muy presente que la cría humana necesita del lenguaje para
poder desarrollar el suyo propio y que no aprende únicamente por repetición sino por
hipótesis que va elaborando acerca de lo que escucha.
No es sólo por escuchar el lenguaje hablado que el niño va a desarrollarlo, tiene que
haber un adulto que lo interprete a él, y al mundo que lo rodea.
Venimos preparados biológicamente para poder atender pero la atención es una función
que se construye con el otro. Alrededor de los 7 meses, el bebe dirige su atención en
base a expresiones lingüísticas que se van complejizando cada vez más. El bebé
reacciona y dirige su atención hacia el observador y hacia lo que él propone. Más
adelante va a ser el propio bebé el que logre nuestra atención. El lenguaje articulado en
palabras y frases va a ayudar a que la atención se continúe desarrollando.
En la sociedad actual se dice con ligereza: “hay que estimular el bebé para que
desarrolle su inteligencia”. Los padres puedan o no comprar, tienen el ideal –favorecido
por la publicidad- de que los objetos que ofrece el mercado son lo mejor para sus hijos.
Juguetes con luces, sonidos, diferentes texturas, que no le permiten al bebé inventar
nada. Todo ya está ahí, sólo tiene que “aprender”. La mayoría de los bebés preferirán
objetos de la casa, un bols de la cocina, etc. No es con los llamados “juguetes
didácticos” que se estimula necesariamente el desarrollo de un bebé.
¡Primero lo primero! El primer “juguete” para un bebé es el encuentro cara a cara con
su mamá, con su papá. En la medida que el bebé crece sus padres irán encontrando el
momento en que puedan hacer aparecer un objeto entre ellos y el bebé. Objeto al que
animarán, nombrarán y cargarán de sentido. La historia de este objeto será sólo de ese
objeto y los padres cuidarán la cantidad y calidad de los mismos dentro del dormitorio
del bebé. Los riesgos de estimular pobremente, desordenadamente, mecánicamente o en
exceso, podrán afectar el desarrollo del bebé.