Bolilla 14 ADM
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El dominio público es un conjunto de bienes de propiedad de una persona pública, que por
los fines de utilidad pública a los que responden, están sujetos a un régimen especial de
derecho público. Ese dominio tiene caracteres propios, los bienes públicos del estado son
inalienables (se encuentran fuera del comercio común), inembargables, e imprescriptibles
(ningún particular puede obtener la propiedad por el uso prolongado en el tiempo). Las
personas tienen su uso y goce sujeto a las disposiciones generales y locales.
Están destinados al uso público ya sea en forma directa o indirecta.
El dominio privado del Estado, en principio está sometido a las mismas reglas que la
propiedad privada de los particulares. Se trata de bienes que pertenecen al Estado, pero no
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están destinados al uso común.
La distinción es de carácter teleológico: para saber si estamos ante dominio público o
privado del Estado tenemos que estar al destino de esos bienes. Si está afectado al uso
público (ya sea directo o indirecto) estamos ante bienes de dominio público. Si, en cambio,
el bien pertenece al Estado, pero no está destinado al uso común se tratará de dominio
privado.
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ARTÍCULO 236.- Bienes del dominio privado del Estado:
a) los inmuebles que carecen de dueño;
b) las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda otra de
interés similar, según lo normado por el Código de Minería;
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c) los lagos no navegables que carecen de dueño;
d) las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excepto los
tesoros;
e) los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por cualquier
título.
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El dominio privado de los particulares: es absoluto (el propietario puede hacer con su cosa
lo que le plazca), exclusivo (dos personas no pueden tener en la totalidad el dominio sobre
una misma cosa, si condominio) y perpetuo (no se extingue por el no uso).
En el caso de concesión de servicio u obra pública, los bienes pertenecientes al Estado son
bienes públicos; los bienes pertenecientes a la empresa que utiliza para la concesión son
bienes de dominio privado del concesionario. Esto último no quita que puedan estar
sometidos a un régimen jurídico especial por sus fines (interés) por ejemplo, que sean
inembargables en miras a no interrumpir el servicio o la obra.
- Elemento objetivo: refiere a los objetos, bienes o cosas que integran el dominio
público. Puede tratarse de bienes inmuebles, incluyendo el espacio aéreo y
subsuelo. Pueden ser bienes muebles ej, animales de un zoológico, colecciones de
museos, libros de bibliotecas públicas, etc. Pueden ser objetos inmateriales ej,
espacio aéreo, fuerza hidráulica de un río, derechos intelectuales por fallecimiento
del autor.
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del carácter público o privado de las cosas es competencia exclusiva del Congreso
de la Nación. Un AA no puede ser fuente atributiva del carácter público o privado de
una cosa. La Adm. sólo puede crear los bienes que integran el llamado dominio
público artificial, pero la condición jurídica de esos bienes creados no deriva de AA
alguno, sino de la ley.
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ARTÍCULO 235.- Bienes pertenecientes al dominio público.
a) el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internacionales y la
legislación especial.
b) las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las playas
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marítimas
c) los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los
lagos y lagunas navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua
que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general,
comprendiendose las aguas subterráneas
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d) las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica exclusiva,
la plataforma continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos, o en los lagos o
lagunas navegables
e) el espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales de la Nación
Argentina
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f) las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida
para utilidad o comodidad común;
g) los documentos oficiales del Estado
h) las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos
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- Gratuidad: en principio el uso es gratuito, pero hay ocasiones en que el Estado
decide que para entrar a un lugar hay que pagar o que, por haber mediado
concesión de obra pública, para su explotación se cobra un peaje, o cuando se
cobra un precio para acceder a algunos paseos públicos: zoológico, reserva natural,
museo.
- Igualitario
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- Ilimitado: la posibilidad de su uso persiste mientras el bien esté afectado al dominio
público.
Usos diferenciados o especiales: EL Estado decide que determinado bien del dominio
público va a tener un uso diferenciado a favor de un particular. En principio se enfrenta al
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uso común ya que solo van a poder realizarlo las personas que hayan adquirido la
respectiva facultad a través de permisos o concesiones de uso del dominio público.
La autorización que lo otorgue puede ser:
▪Un permiso precario en donde el Estado en cualquier momento por razones de
oportunidad, mérito o conveniencia lo puede dejar sin efecto
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particular INTEGRALMENTE.
Habrá que ver en cada caso si se trata de un contrato o de un permiso o autorización
precaria. Otros ejemplos son los puestos de revistas o de flores, los kiosquitos en la
peatonal (lo más habitual es que se trate de permisos precarios).
Recursos naturales:
La Constitución Nacional (art. 124, in fine) establece que corresponde a las provincias el
dominio originario de los recursos naturales existentes en sus territorios.
La titularidad corresponde a las provincias, por lo que, en principio también la jurisdicción y
regulación sobre ellos.
Sin embargo, la Nación tendrá potestad de regulación cuando se trata de recursos que
afectan a más de una jurisdicción, como sería el caso de verse afectada la navegación
interestadual de un río, o del espacio aéreo cuando existe contaminación que afecta a más
de una provincia.
Este es el criterio que señaló la Corte Suprema en el caso “Tonconogy, Julio A. c/ Prov. de
Buenos Aires y otra”
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Estado Nacional”. La Corte rechazó el planteo de inconstitucionalidad contra la llamada “Ley
de Glaciares” (Ley 26.639), en tanto la actora no demostró un agravio discernible respecto
de una cuestión justiciable.
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