Costos y Regulacion
Costos y Regulacion
Costos y Regulacion
RESUMEN
A partir de la formulación de la ley 142, las empresas prestadoras del servicio de acueducto
en Colombia iniciaron un proceso orientado a implementar manejos financieros para asegurar
la calidad y sostenibilidad del servicio a largo plazo. Se estableció también que todas ellas se
rigieran bajo un régimen comercial corriente, con una rentabilidad similar a la de cualquier otra
empresa con niveles de riesgo semejantes. Para los usuarios, esto ha significado mejores
condiciones de acceso al recurso hídrico cobertura, potabilidad, continuidad del suministro
pero también, el pago de un mayor precio por el servicio y en consecuencia, una favorable
reducción del consumo. Con el fin de asegurar la cobertura para toda la población, se promovió
además un régimen de subsidios.
A través del estudio de las fórmulas establecidas para el cobro por el uso del acueducto,
de la lectura de los costos resultantes para los diferentes estratos socioeconómicos y del análisis
de los informes donde se evalúa la gestión y el balance económico de las empresas, se concluye
que, a pesar de haber logrado avances hacia la prestación de un servicio eficiente y sostenible,
aún falta establecer ajustes regulatorios. Estos ajustes deberán incentivar el mejoramiento de
los niveles de eficiencia de las empresas, e impedir que, bajo el criterio de rentabilidad financiera,
se estén sustentando en tarifas que reducen la posibilidad de algunos sectores de la población
a acceder a este servicio básico.
PALABRAS CLAVE: Servicios públicos domiciliarios, Tarifas acueducto, Ley 142
ABSTRACT
After the formulation of the law 142, Colombian water supply companies began with a
process designed to become a financial management which allows to offer a better quality of the
service and to ensure their long term sustainability. It was also determined that those companies
should have a commercial regimen and the same profit rates as business with similar risk levels.
Those reforms brought to the users an improvement in the service potability, coverage and
continuity, but also higher costs and consequently a reduction of their normal water consumption
rates. With the goal of facilitating the access of all social layers of the population to the service, a
subvention system was created.
The study of the applied formulas for the definition of the prices of the service, the observation
of the resultant costs for the different socioeconomic levels and the analysis of the performance
and finances of the water supply companies, allows to conclude that there are some positive
achievements about the efficiency and sustainability of the service. However, it is still necessary to
create better regulations to avoid that under the excuse of improving the profits of the companies,
the prices of the service do not reduce the accessibility of the lower socioeconomic layers of the 1. Estudiante de Maestría en
society to this basic service. Medio Ambiente y Desarrollo,
Universidad Nacional de
KEY WORDS: Public services, Water supply, Law 142 Colombia, Sede Medellín
[email protected]
1. INTRODUCCIÓN
En el último informe anual del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD, 2006) se hace referencia a un estudio comparativo sobre el precio del agua en
Latinoamérica (Gasparini & Tornerolli, 2006), donde se indica que en Colombia, el 20% más
pobre de la población emplea más del 8% de sus ingresos en el pago por el servicio de acueducto2.
El mismo indicador establece que en Guatemala, dicho valor corresponde al 2.5%, en Perú, al
4%, en México, al 6% y en Bolivia, al 8%. ¿Cuál es la causa de esta desproporción, en un país
donde la oferta hídrica es abundante?
Por su cobertura (cercana al 98% de la población en el área bajo su jurisdicción) y calidad
en el servicio, Empresas Públicas de Medellín es ejemplo latinoamericano de buena gestión. sin
embargo, de los 814.000 usuarios de su acueducto (EEPPM, 2007), 69.6263 , es decir, unas
280.000 personas, estaban desconectadas del servicio por falta de pago en diciembre de 2005.
La Veeduría del Plan de Desarrollo de la ciudad indica que de éstas, 45.884 llevaban más de
nueve meses sin agua. En septiembre de 2007, la cifra de desconectados había bajado a
48.805, gracias al esfuerzo de la empresa y la constante presión del Concejo de la ciudad y de la
sociedad civil, a favor de la solución de este problema; sin embargo, esto significa que aún había
más de 200.000 personas sin acceso al servicio. ¿Dónde está la falencia que permite que sean
tantos los usuarios al margen del servicio de agua potable, a pesar de que exista la infraestructura
física les permitiría poder contar con el mismo?
La descripción de las herramientas regulatorias para establecer las tarifas cobradas por
concepto de acueducto en el país puede ser punto de partida para iniciar un proceso que conduzca
a resolver los interrogantes enunciados. Es necesario preguntarse si el esquema legal para la
prestación y el cobro de servicios públicos en Colombia está o no contribuyendo a que toda la
población pueda servirse del recurso hídrico. Por su carácter natural, y su significado como
elemento de salud y bienestar, la garantía para unas adecuadas condiciones de acceso al agua
debe ser una prioridad nacional.
El agua es un recurso natural con múltiples y muy diversos usos; hace parte del
metabolismo de todo ser vivo; es indispensable para la producción de alimentos y para la higiene
personal. Más allá de estos usos esenciales es también receptor de desechos, vía de transporte,
materia prima, elemento para la generación de energía, refrigerante, elemento de alto valor
lúdico y estético, etc. La diversidad de usos hace que su caracterización económica resulte
bastante compleja. Además, su errática distribución espacial y temporal es otro factor de dificultad.
La administración del recurso hídrico dependerá entonces del tipo de uso que se le dé y de las
condiciones de oferta y demanda.
La declaración de Dublín en 1992 es el marco para la gestión del recurso hídrico, pues es
producto de acuerdos internacionales al respecto. Tal declaración hace explícita la necesidad de
"… reconocer ante todo el derecho fundamental de todo ser humano a tener acceso a un
2. Este dato, presentado por el agua pura y al saneamiento por un precio asequible…". "…En el pasado, la ignorancia del
PNUD, proviene de la revista valor económico del agua condujo al derroche y a la utilización de este recurso con efectos
Regulación, publicada por la CRA.
El cálculo presentado corresponde
perjudiciales para el medio ambiente. La gestión del agua, en su condición de bien
a la participación del gasto en los económico, es un medio importante de conseguir un aprovechamiento eficaz y equitativo
primeros 20 m³ del servicio de y de favorecer la conservación y protección de los recursos hídricos…".
acueducto en la ciudad de Bogotá,
para un hogar correspondiente al Bien social, bien económico, bien público, bien meritorio, derecho fundamental, son
estrato 1. definiciones que dan carácter al agua y sobre las cuales es necesario hacer precisiones con el
3. Es necesario tener en cuenta fin de lograr una m ejor comprensión del significado de las políticas diseñadas para la
que una porción de esta cifra
puede corresponder a viviendas administración del recurso.
deshabitadas y que muchos de los
usuarios desconectados acceden
ilegalmente al recurso
98 Gestión y
Ambiente
Volumen 11 No. 1, Mayo de 2008
Investigación
Las ciencias económicas definen como bien público aquel que posee condiciones de no
rivalidad y no exclusión. Otra característica de un bien público está dada por sus externalidades:
un bien público puede beneficiar o perjudicar a quien no ha participado en su financiación. Es
también importante considerar que el agua es un bien meritorio porque genera beneficios mucho
mayores de los que estrictamente reconocería el mercado (CEPIS, 2002). La consecuencia
directa de este hecho es que la sociedad desee que el Estado asigne recursos para invertir en
la adecuada disponibilidad de agua potable, más allá de lo que el mercado libremente asignaría
(CEPIS, 2002)
La condición de bien económico se aplica al agua por tener valor para más de una
persona un bien no tiene valor económico si sólo es apreciado por su dueño, porque en este
caso nadie estaría interesado en transarlo. Pérez (2000) afirma que el agua no es un recurso
económico per se, pues tal condición está determinada por la escasez, (generalmente asociada
a grandes concentraciones de población).
Como insumo básico para la vida humana, el agua es un bien social pero también puede
ser un bien rival. El consumo por parte de un individuo o comunidad puede privar a otros del
acceso al recurso; en muchos casos la oferta hídrica regional no es equivalente a la demanda.
La escasez del recurso es, en este caso, la variable clave. Cuando la oferta de agua se acerca
a su demanda surge la condición de rivalidad y es clara la necesidad de mecanismos para
administrar su distribución. De esta manera podemos considerar que el agua se convierte en un
bien público impuro por no cumplir estrictamente con las características dadas por la definición
de bien público.
Otros autores consideran la categoría de los bienes comunes, definiéndolos como un
tipo particular de bien económico, natural o fabricado por el hombre, cuyo tamaño, extensión o
características hacen muy costoso, sino imposible, excluir de su disfrute o uso a potenciales
beneficiarios (Pérez, 2000). El agua lluvia podría ser considerada un bien común. Sin embargo,
también existen casos en los que se ha limitado su acceso. Olivera Foronda (2006) menciona el
caso de Cochabamba, provincia de Bolivia, donde la empresa privada "Aguas del Tunari", a la
que se le asignó la administración del acueducto local, pretendía prohibir la común práctica de
recolectar agua lluvia.
La caracterización económica del agua presenta dificultades adicionales cuando se trata
del consumo doméstico a través de redes acueductos. Los prestadores del servicio argumentan
que su cobro no corresponde al recurso, sino al servicio. sin embargo, en la mayoría de los
casos, la vida urbana no permite acceder al agua sino a través del acueducto. De esta manera,
privar a la comunidad del servicio es equivalente a privarla del recurso. El acueducto es entonces
infraestructura necesaria y vital. A pesar de esta condición, el servicio se maneja bajo una política
tal que lo convierte en privado, aunque lo preste una empresa pública: genera exclusión porque
para acceder a él hay que pagar; si no se paga el servicio se pierde el derecho a disfrutarlo. Las
condiciones del mercado, dificultades técnicas, distancias de transporte o la corrupción e
ineficiencia de las empresas pueden generar costos mayores a los que la gente está dispuesta
o puede pagar. De esta manera, el acceso al recurso hídrico se ve claramente limitado por el
precio del servicio.
En la Declaración de Dublín (1992), la comunidad internacional adoptó una posición
según la cual, el cobro por el uso del agua es una herramienta para asegurar su uso racional.
Con el argumento de que el cobro incentiva el ahorro, y es el mecanismo más efectivo para
asegurar la viabilidad financiera de los sistemas. El agua, o el servicio de acueducto, ha entrado
a regirse bajo las leyes del mercado. Rakody (2003) anota que existe un desequilibrio estructural
entre precio, oferta y demanda. Históricamente los servicios se suministraron a bajo costo y se
consideraban bienes públicos con la consiguiente dificultad de aplicar tarifas adecuadas para
cubrir los costos de producción y de las eventuales externalidades. Su reflexión, útil para
comprender las implicaciones de esta decisión de la comunidad internacional, continúa así:
"…Bajo la visión mercantilista, los servicios públicos pueden ser considerados como bienes
privados, no obstante tienen carácter de bienes públicos y meritorios. Además, poseen
características de monopolio natural y costos que pueden ser más altos de los que la
comunidad está dispuesta o puede pagar…".
En una publicación sobre las características del recurso hídrico y sus implicaciones en la
gestión y políticas en agua potable y saneamiento en pequeñas localidades, Pérez (2000), hace
notar cómo, asignarle al agua dinámica de mercado no simplifica su gestión, porque no por ello
se resuelven las necesidades de sostenibilidad ambiental y acceso equitativo para toda la
población. La solución que desde la economía neoclásica se plantea para la administración de
bienes escasos, es el mercado. Sin embargo, no sólo la ciencia económica reconoce ampliamente
sus fallas sino que, según anota el autor, las dificultades para aplicar su dinámica a la distribución
del recurso hídrico son numerosas. La siguiente es una síntesis de los trabajos que Solanés
(1998), Pérez (2000) presentan en este sentido:
El agua potable produce grandes externalidades pues no hay una relación directa entre
costos y beneficios privados y sociales, haciendo que la provisión de agua potable tienda
a estar por debajo de lo señalado por el equilibrio de mercado. Ello causa graves
distorsiones en la asignación del recurso.
La formación del precio del agua no corresponde a su verdadero valor social. Por su
carácter esencial, su demanda es altamente inelástica al cambio en los precios, por lo
menos hasta niveles considerados como básicos.
El horizonte de ventas de las empresas está limitado por aspectos ambientales. A diferencia
de otro tipo de actividades, el objetivo de una empresa de servicios de acueducto o
saneamiento no puede ser la maximización de sus ventas.
El servicio de abastecimiento de agua es un monopolio natural, explicado por sus grandes
economías de escala (a mayor producción menor costo unitario) y de alcance (ciertos
servicios diferentes ej. acueducto y alcantarillado son más baratos cuando son producidos
por una sola firma que cuando son producidos por dos). Resulta así más eficiente que
una sola empresa provea la demanda, evitando la duplicación de inversiones en
infraestructura.
La búsqueda de economías de escala exige grandes inversiones en infraestructura que
no son líquidas. Esta inversión rígida representa una parte considerable de los costos
totales, lo que se traduce en que este tipo de empresas hace un uso intensivo de capital.
Tal situación es bastante notoria en los servicios de agua potable y saneamiento, haciendo
que la relación activosingresos sea muy alta. Esto influye obviamente en las facilidades
de entrada al negocio, en su propensión a invertir, en la estructura de costos y en los
sistemas de financiación, lo cual redunda en la existencia de competencia real y en las
necesidades de regulación.
Existe capacidad ociosa. La inversión fija de los servicios públicos se efectúa con miras a
satisfacer la demanda máxima y sus incrementos previstos a lo largo del tiempo. Dado
que ciertos factores de producción son indivisibles, por razones técnicas deben ser
estructurados en un solo bloque. Tal situación redunda nuevamente en grandes inversiones
de capital no líquido y en los costos del servicio.
Existen limitaciones operativas para promover la competencia. La capacidad receptiva del
medio no ofrece suficiente espacio físico para permitir acoger a varios proveedores,
obligando a que uno solo sea el prestador. A esto se adicionan los costos que implicaría
tener dos o más infraestructuras cumpliendo los mismos propósitos, sobre todo en redes
de conducción y aducción
La Constitución Política de Colombia (artículos 365 a 370) entrega al Estado la
responsabilidad fundamental de asegurar la prestación eficiente de los servicios públicos en
todo el territorio. La compleja situación que se evidencia cuando se quiere dar al agua el tratamiento
de bien de mercado, demuestra la necesidad de su intervención en el tema de la administración
del recurso.
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Ambiente
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Investigación
El régimen tarifario actual busca implementar precios que permitan mejorar calidad y
cobertura, y promover el ahorro del recurso. Las tarifas deben ser reflejo del costo real de prestar
el servicio, teniendo en cuenta sus costos administrativos, mantenimiento y operación e
inversiones a largo plazo. Los aumentos de productividad deben distribuirse entre la empresa y
los usuarios, tal como ocurriría en un mercado competitivo. Las fórmulas tarifarias no pueden
trasladar a los usuarios los costos de una gestión ineficiente, ni permitir que las empresas se
apropien de las utilidades provenientes de prácticas restrictivas de la competencia.
Como estrategia para cumplir los principios de solidaridad y redistribución, se estableció
además un régimen de subsidios. La ley 715 de 2001 y el Decreto 849 de 2002 reglamentaron
un subsidio máximo del 50%, 40% y 15% para los estratos 1, 2 y 3 respectivamente, que se
aplica al consumo, no al cargo fijo ni a la conexión (Artículo 99, Ley 142). Posteriormente, la Ley
812 de 2003 permitió ampliar los niveles de subsidios al 70% en el estrato 1 y mantener el 40%
en el estrato 2. Las fuentes de los recursos para los subsidios son los aportes solidarios o
sobreprecios a los usuarios residenciales de los estratos 5 y 6, industriales y comerciales
subsidios cruzados, los recursos obtenidos de Fondos de Solidaridad y Redistribución de
Ingresos del orden municipal, distrital, departamental y nacional, recursos provenientes del
Sistema General de Participaciones y de Regalías subsidios directos (Artículo 99, Ley 142).
Bajo el esquema propuesto por la ley, los subsidios permiten que los sistemas de acueducto
cumplan con la meta de ser autosostenibles, pues cuando el nivel socioeconómico de los
usuarios no es suficiente para suplir las necesidades económicas del sistema, se espera que
el Estado haga su aporte a través de éstos.
En el marco de discusión ofrecido por los espacios de participación ciudadana para la
ejecución de las tareas de la CRA (CRA, 2004), los usuarios argumentaban que las condiciones
económicas actuales habían sufrido tal deterioro y que la capacidad de pago debería ser un
hecho para que la regulación tuviese en cuenta. Como respuesta a tal inquietud, la Comisión
Reguladora cita el artículo 95 de la Constitución que afirma "Es deber de la persona y del
ciudadano contribuir al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado dentro de los
conceptos de justicia y equidad", aclarando que el diseño de subsidios es la herramienta indicada
para atender esta situación y delegando en los alcaldes y los concejales la responsabilidad de
tomar medidas para crear y ejecutar en el presupuesto municipal, apropiaciones para subsidiar
los consumos básicos de acueducto y saneamiento básico de los usuarios de menores recursos,
dando prioridad a esas apropiaciones sobre otros gastos que no sean indispensables para su
funcionamiento (CRA, 2004)
La Resolución 151 de 2001, expedida por la CRA, establecía que los costos para los
usuarios del servicio de acueducto se cobrarían a través de un cargo fijo y cargo por consumo en
metros cúbicos de acuerdo con el siguiente esquema:
Cargo fijo: A partir de los costos administrativos y comerciales se asigna el cargo fijo
que cada usuario deberá pagar cada mes, independientemente de su consumo. Dentro de
este tipo de gastos están los costos del personal administrativo y sus prestaciones sociales,
los gastos de facturación y recaudo, mercadeo, gastos legales, etc.
COSTO MEDIO DE ADMINISTRACION4
CMA = gastos administrativos / número de usuarios
Cargo por consumo: Es la suma derivada de los costos de operación, mantenimiento
técnico y reposición de la infraestructura em pleada para la captación, conducción,
potabilización y distribución del recurso hídrico, incluyendo materiales y mano de obra. Este
cargo no se asigna por unidad de consumo. Dentro del cargo por consumo también se
incluyen las inversiones requeridas para el mantenimiento, reposición y ampliación del
sistema en un plazo de 10 años. El cargo considera que el normal funcionamiento de las
redes incluye perdidas durante los procesos de conducción y distribución, sin embargo, se
establece un tope máximo del 30% para estas pérdidas. De esta forma, el factor P dentro de
la fórmula no puede ser mayor a 0.3. Nótese que de esta forma, las pérdidas operativas son
pagadas por el usuario y no por la empresa, siempre y cuando no superen el 30% de su
oferta de agua. El precio de un metro cúbico obedece a la aplicación de la siguiente fórmula:
CMLP = CMO + CMI
CMLP: costo medio de largo plazo
CMO: costos medios operativos
CMI: costo medio de inversión
CMO = Gastos de Operación y Mtto / (m³ producidos x (1 p)
P: pérdidas máximas permitidas
CMI = VRA + VPI / VPD
VRA: Valor reposición de los activos correspondiente al costo presente de todos los
activos de la empresa
VPI: Valor presente del plan de inversiones justificado a través de estudios de factibilidad
VPD: Valor presente de la demanda en m³
El cálculo del costo medio de inversión considera una tasa de remuneración del capital
Incrementos: La ley autoriza a las empresas a ajustar sus tarifas cada vez que haya un
aumento de 3 puntos en el IPC.
Aportes por conexión: Excepcionalmente y por razones de suficiencia financiera se
4 Estas fórmulas se modificaron
posteriormente a través de la
podían incluir esto aportes como un sobrecosto que se descuenta del costo de inversión
inclusión de factores relacionados (Superservicios, 2006).
con la eficiencia en la prestación
del servicio, como se describe en
el siguiente numeral
102 Gestión y
Ambiente
Volumen 11 No. 1, Mayo de 2008
Investigación
Antes de la Ley 142, el servicio de acueducto estaba generalmente en manos de los entes
municipales, "…había subsidios indiscriminados e injerencia política en la toma de decisiones…".
El nuevo modelo está concebido para que la prestación de servicios públicos funcione bajo la
lógica de un negocio privado (Cuervo, 2004). La intención de la Ley 142 es que las empresas
generen sus propios recursos mientras el estado se focaliza en planificar, regular, controlar y
vigilar.
El primer y más evidente impacto del régimen creado por la nueva legislación fue el
incremento en las tarifas. Entre 1995 y 2000, los usuarios tuvieron que pagar en sus facturas
mayores valores en acueducto y alcantarillado, que fluctuaron en términos reales, entre el 38% y
el 226% en las 18 principales ciudades del país, dependiendo del estrato. En el caso de Bogotá,
las tarifas de acueducto y alcantarillado, crecieron entre 1997 y 2002 de la siguiente manera:
232% en el estrato uno, 138% en el estrato dos, 110% en el estrato tres, 59% en el estrato cuatro,
43% en el estrato cinco y 39% en el estrato seis. Con menor intensidad, pero también con
crecimientos igualmente significativos, en las otras tres principales ciudades del país, se presentó
un fenómeno similar (Contraloría, 2004).
El análisis de la dinámica de precios entre 1998 y 2001 presentado por la Superintendencia
de Servicios Públicos (2002) mostró que mientras el crecimiento del Índice de Precios al
Consumidor total nacional fue de casi un 28%, los precios del sector acueducto, alcantarillado y
aseo se incrementaron en un 82.5%. Sin embargo, entre las 34 empresas de acueducto mas
grandes del país, la cobertura del servicio de acueducto durante este período, sólo subió un
1.3% en promedio (Superintendencia de servicios públicos domiciliarios, 2002).
La Contraloría General de la República reconoció este problema y publicó en 2004 un
informe donde se resalta que con los incrementos de los últimos años, los servicios de acueducto
y alcantarillado aumentaron su participación en el gasto de los hogares, de menos del 2% en
1998 a más del 8% al final de 2001 para el estrato 1, como proporción del ingreso recibido.
Como propuesta para reducir el impacto del nuevo régimen sobre los costos del servicio, la
Contraloría propuso 3 medidas:
La reducción de la tasa de descuento o remuneración del capital, desde el rango in ic ia l
del 9 al 14% hasta uno nuevo entre el 9% y 12%.
La exclusión de la porción corriente del pasivo pensional, de manera que este no se cobre
a los usuarios, sino que sea aprovisionado anualmente por las empresas.
La inclusión de un tope máximo al factor prestacional para incentivar la eficiencia mediante
un límite al costo por empleado que pueden recuperar las empresas mediante las tarifas
La Corte Constitucional también se pronunció al respecto mediante Sentencia C150 de
2003, estableciendo que el criterio de suficiencia financiera no podría tener prioridad sobre
ninguno de los otros criterios tarifarios, como son el de eficiencia económica, neutralidad,
solidaridad y redistribución, simplicidad y transparencia.
La aplicación de las fórmulas tarifarias no impidió divergencias evidentes al comparar el
precio del cargo fijo y del metro cúbico en diferentes empresas el país
Estrato o tipo B o g o t á M edellín B/quill a Cali C/ge na Manizale s P opayán V/dupar Neiva P a st o Ib a gu é Pere ir a Cúc uta B /m an g a
Tabla 1.
Cargo fijo y costo del metro de uso
cúbico de agua en diferentes
ciudades del país, año 2003;
TMB 1 578 501 54 9 445 6 69 524 36 6 319 30 4 2 93 236 4 46 4 88 34 2
oferta hídrica en las cuencas y TMB 2 974 681 66 7 895 8 41 641 48 8 391 35 9 4 28 344 5 35 6 31 49 3
longitud de la red por usuario
para las diferentes empresas TMB 3 1645 1330 93 3 987 1211 805 56 2 575 49 7 5 94 388 7 58 7 31 82 4
(tomado de Superintendencia de
Servicios Públicos, 2006). TMB:
TMB 4 1936 1398 1278 1194 1528 963 60 2 743 55 2 8 38 413 8 92 9 71 97 0
Tarifa media básica por estrato. TMB 5 3000 2092 1765 1778 2323 1158 72 3 898 66 3 1085 773 1158 1199 1164
CMA: Costo medio de
administración, utilizado para TMB6 3894 2771 2188 2026 2886 1158 73 8 898 66 3 1085 1034 1441 1378 1265
estimar el cargo fijo. CMLP:
Costo medio de largo plazo, Industrial 2721 2162 2001 2511 2093 1209 78 5 898 99 0 1487 657 1472 1634 1164
utilizado para estimar tarifas por Comercial 2721 2162 2001 2511 2093 1209 78 2 898 99 0 1487 657 1472 1634 1164
consumo.
Oficial 2157 1398 1276 1194 1528 963 60 2 748 56 2 1015 413 8 92 1320 97 0
CMA 10122 7051 4144 7879 7311 7790 4643 5388 2093 4038 1871 3741 3816 5911
CMLP 1855 1045 1068 800 1160 572 37 0 479 44 8 8 13 319 7 05 6 01 67 4
% captado 65 71 0,2 6,5 2 63 120 74 55 47 60 40 15 58
sobre la
oferta hídrica
mínima
Longitud de 3,1 4,4 5,6 5,5, 9,3 9,7 7,6 9,2 8,1 9 7,6 6,5 8 7
la red por
usuario
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Ambiente
Volumen 11 No. 1, Mayo de 2008
Investigación
El último informe de la superintendencia (2006) permite también comparar las tarifas con
ciertos índices que en teoría incidirían sobre su valor: la oferta hídrica en la cuenca debería tener
alguna relación con los costos de largo plazo, los cuales incluyen necesidades de inversión
futura, pero los datos publicados por la superintendencia no muestran tal correlación. En este
mismo sentido, debería encontrarse relativa correspondencia entre los costos operativos y la
longitud de la red por usuario, correspondencia que tampoco existe (Tabla 1). El índice de agua
no contabilizada y la cobertura de la micromedición presentan relación directa con la magnitud
de las tarifas; otros índices, como el porcentaje de aceptabilidad de la calidad del agua o la
continuidad del servicio, tienen mayores puntajes asociados a mayores tarifas, sin embargo las
diferencias no son significativas (Tabla 2). A pesar de que es claro que la tarifa corresponde a la
interacción de todas estas variables, es notable la ausencia de mínimas relaciones entre las
tarifas y algunos de los parámetros mencionados. Un elemento permanece: los mayores costos
corresponden a las grandes empresas.
TIPO DE Precio del m3 Índice de agua no Continuidad del Micromedición % de aceptabilidad de Tabla 2.
EMRESA diciembre de contabilizada servicio (contadores para la calidad del agua Costo medio del m3 de agua e
2005 cada 100 usuarios)
indicadores de gestión para grupos
de empresas según su número de
Grupo I usuarios (la cifra no incluye
(más de 80.000 $ 1698 39 100 98,7 95
subsidios o contribuciones) Fuente:
Superintendencia de Servicios
usuarios)
Públicos, 2006
Grupo II
(entre 25.000 y $ 1102 51 96 95,5 91
80.000 usuarios)
Grupo III
(entre 2.500 y $ 1074 53 97 85,7 93
25.000 usuarios)
La comparación de estos datos entre sí, y de los mismos con tarifas cobradas por
acueductos comunitarios de menos de 2500 usuarios, deja interrogantes sobre las verdaderas
ventajas de la economía de escala. El Acueducto "El Socorro", en el suroriente del área urbana
del Municipio de Envigado, se ha sostenido durante más de 20 años; cuenta con 466 suscriptores,
planta de potabilización, macromedidores y micromedidores e indicadores de calidad y continuidad
del servicio bajo las normas. El cargo fijo mensual para sus usuarios es de $3400 pesos, el
costo del m3 es de $411 no se recibe ningún tipo de subsidio (tarifas 2006. Compárese con las
Tablas 1 y 2 que contienen tarifas 2003 y 2005). El acueducto Arco Iris, organización comunitaria
en el municipio de San Antonio de Prado, ganó en 2006 el Premio Nacional a la Gestión
Empresarial, otorgado por el Ministerio del Medio Ambiente. La organización cobra a sus 530
usuarios un cargo fijo de $9254, el costo del metro cúbico de agua es de $981, sobre los cuales
se aplican subsidios del 50, 40 y 15% para los estratos 1, 2 y 3 respectivamente (la fuente de este
aporte es el Municipio de Medellín).
Un balance de la gestión de empresas de acueducto y alcantarillado de pequeña escala
en Colombia, realizado en 2001 por Pérez Rincón, docente de la Universidad del Valle, demuestra
que algunos de los indicadores de gestión de las organizaciones comunitarias tienen una
calificación superior a las empresas de mayor tamaño, de carácter oficial o privado: La eficiencia
técnica y operativa, los niveles de legalidad y cobertura son mayores; también presentan un
mejor balance financiero y menores costos de contratación.
35
30
Figura 1. 25
Comparación entre la
rentabilidad de diferentes 20
servicios y sectores de la
%
ón
o
s
a
to
d
ne
eo
s
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106 Gestión y
Ambiente
Volumen 11 No. 1, Mayo de 2008
Investigación
La caracterización del agua como bien económico ofrece valiosas herramientas de análisis
alrededor de esta situación. El agua requiere ser administrada en condiciones de escasez o
rivalidad, pero esto no significa que deba ser objeto de lucro por parte de empresa alguna. Se
trata de un recurso natural, patrimonio común, cuyos beneficios deben ser equitativos. Además,
las consecuencias sociales que esta dinámica de mercando genera son preocupantes, dado
que el acceso al recurso tiene carácter de derecho fundamental. La rentabilidad económica de
estas empresas se sustenta en la reducción de la rentabilidad social en la prestación del servicio.
El análisis de la situación descrita nos lleva a concluir que la reglamentación vigente ha
permitido aciertos en aspectos específicos: mejoramiento de la calidad del servicio, reducción
de la informalidad y gestión a favor de la sostenibilidad. El aumento en los costos se ha reflejado
en la reducción en el consumo del agua, elemento positivo si se considera que tal reducción
disminuye claramente las necesidades de inversión en la búsqueda de nuevas fuentes y el
impacto ambiental que la desviación y uso del recurso hídrico genera. Sin embargo, las cifras
sobre desconectados, aquellas que se refieren a la porción relativa de los ingresos que invierte
la población más pobre en el pago por el acceso al acueducto, y la desproporción en el incremento
de las tarifas para los diferentes estratos socioeconómicos, ponen en duda la capacidad del
sistema regulatorio para mejorar las condiciones de equidad social.
De manera paralela, se anota que el hecho de ser las mayores empresas aquellas que
generan las más altas tarifas, invita a evaluar la ventaja de los grandes sistemas centralizados
y sustentados en grandes obras de infraestructura, sobre aquellos de menor escala, basados
en el uso de fuentes de agua cercanas y menores requerimientos de tipo técnico.
Un documento sobre retos en el gobierno del agua, editado por la ONU (2006), inicia
enunciando la siguiente frase de Charles Darwin: "Si la miseria o la pobreza son causadas por
instituciones humanas y no por las leyes de la naturaleza, grande es nuestra falla". Las cifras de
desconectados del servicio por falta de pago o el costo relativo que el servicio representa para la
población más pobre, demuestran la vigencia de esta antigua reflexión.
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