Sentido. Pérdida y Construcción Del Mismo
Sentido. Pérdida y Construcción Del Mismo
Sentido. Pérdida y Construcción Del Mismo
Las preguntas por el sentido son propias del campo de la filosofía y las personas se las
han hecho desde que existe el lenguaje. Las respuestas a las mismas varían según la época,
el país, la cultura, la religión, la ideología, en fin, de acuerdo a la subjetividad del grupo
o individuo que se plantea la pregunta. A lo largo de este escrito les voy a presentar
pensadores cuyas respuestas a la pregunta por el sentido han creado escuelas de
pensamiento.
Albert Camus (1913 – 1960) fue un filósofo francés cuyas ideas se asemejan a la de
Nietzsche en su diagnóstico de la existencia, pero difiere en la respuesta a esta falta de
sentido.
Consideraba que el humano no puede vivir sin valores, al elegir vivir se afirma un valor,
que la vida vale la pena de ser vivida o que puede hacerse digna de ser vivida. A diferencia
de Nietzsche, no propone como el fin último de la búsqueda de sentido la creación de
valores propios de cada sujeto, no niega la posibilidad de la adopción de valores
colectivos, a modo de ejemplo, sin aceptar Camus el cristianismo para sí mismo, lo veía
como una forma válida de significar el mundo.
encontrar su recorte personal en cada ser humano, su vocación personal, estos serían
recortes individuales de un sentido divino universal.
En su rol como psiquiatra, desarrolló la logoterapia, una psicoterapia que propone que la
voluntad de sentido es la motivación primaria del ser humano, una dimensión psicológica
inexplorada por paradigmas psicoterapéuticos anteriores, y que la atención clínica a ella
es esencial para la recuperación integral del paciente. La logoterapia postula que el ser
humano no está motivado por la búsqueda del placer o el poder, sino que está orientado
al sentido de la vida. Los tres componentes principales de la logoterapia son el libre
albedrio, la libertad para generar cambios en la propia vida y de tomar decisiones
libremente; la voluntad de sentido, la cual ubica al sentido en el centro de la existencia
humana y el sentido de la vida, la cual reivindica la objetividad del sentido personal.