Sam Crescent - Disaster of The Otherworld 01-The Alpha Takes A Mate (Español)
Sam Crescent - Disaster of The Otherworld 01-The Alpha Takes A Mate (Español)
Sam Crescent - Disaster of The Otherworld 01-The Alpha Takes A Mate (Español)
—Tengo hambre.
—¿Lori ya no te gusta?
—Es como tener todo lo que tu corazón desea. Vivo para verla
sonreír, y cuando me sonríe, todo mi mundo está completo. Haría
cualquier cosa por ella con tal de que me ame al final del día.
Nunca había olido nada igual. Brandon cerró los ojos y una
gran oleada de paz se apoderó de él.
***
—Mierda, llego tarde. Lo siento mucho —dijo Elle. Su
despertador se había quedado sin batería y había dormido hasta
las diez.
—De nada.
—No es ella.
—Dile que no puede salir por orden del alfa. —No se giró.
Brandon se dirigió hacia los árboles. Necesitaba correr para
despejar la mente. Sin quitarse la ropa, se transformó en su lobo
y se dirigió hacia los árboles. No necesitaba la luna llena para
transformarse. Ninguno de los miembros de su manada
necesitaba la luna llena para convertirse en lobo, pero celebraban
sus tradiciones con la luna llena.
—Quiero la verdad.
¿Se había vuelto loco? Que se aparease con Brandon era una
completa locura. Ni siquiera lo conocía.
Tú ni siquiera le gustas.
—Tiene que haber habido algún error —dijo ella.
Mi padre me va a matar.
—No te conozco.
Él asintió.
—¿Sin sentido?
Ella negó con la cabeza. Lo miró con los ojos muy abiertos.
—He oído algunas cosas sobre ti, Elle. Sé que no has estado
con otro macho, y que tampoco tienes fama de salir. —Le acercó
la mano a la cara. Brandon disfrutó del contacto de su suave piel
contra la palma. Ella gimió cuando él le acarició la mejilla y luego
bajó hasta su cuello. Deslizó la mano hasta el pecho y acarició el
apretado capullo.
***
No puedo ser su compañera. Es un jodido error.
No lo hacía.
—Déjala en paz.
—¿Qué amigos?
—Sí.
—El Alfa hablará antes que tú, zorra. —Daisy la tiró al suelo
demostrando que podía ser vieja en años pero no en fuerza.
—No más —dijo Brandon. Gritó las palabras cuando Lori fue
a atacar a Daisy. Ella se detuvo cuando su orden la hizo obedecer.
—Me he apareado con una humana. El destino ha querido
unirme a una humana, y ella será su reina.
—Elle Smith.
Bastardo.
¿De verdad creía que era tan estúpida como para no darse
cuenta de su desprecio hacia ella?
Es por eso que necesitas irte de Grace Hill. Tienes que alejarte
de él.
—¿Sentir qué?
—Nuestra conexión.
—¿Cazas cosas?
—¿Por qué?
—Hay mucho espacio para las brujas y los brujos. Los osos
tienen las habitaciones con puertas grandes. Leí algo sobre los
osos y no son conocidos por su control durante el cambio. Me
aseguré de tenerlo en cuenta —dijo Raymond.
***
—No te estás divirtiendo —dijo Layla.
—Gracias.
Elle asintió.
—¿Qué te parece? —preguntó Daisy.
—Gracias.
***
Su madre llevaba un par de días actuando de forma extraña.
Elle observó cómo su madre miraba por la ventana tocándose el
cuello. Nunca se había fijado en las marcas de su cuello. Dos
puntos oscuros resaltaban en su cuello.
El sueño se deshizo.
—Lo sé.
—No deberías estar aquí —dijo ella, echando las mantas por
encima y metiéndose dentro.
—Negro.
La Loca Lizzy era una de las brujas más antiguas. Había sido
torturada por hechiceros cuando era joven, lo que la había vuelto
un poco loca. A Brandon le gustaba. Despotricaba un poco por
nada, pero era fuerte.
—Lo sé.
***
Elle dejó el pedido en el mostrador junto a Daisy. La mujer
mayor estaba volteando hamburguesas. —Me huele a actitud —
dijo Daisy.
Él no me mira así.
—¿Qué quieres?
—Acostúmbrate. Es mi trabajo.
—En las próximas dos semanas habrá visitas. Del tipo que
no quiero que tengas cerca. Pasaré todo el tiempo posible contigo
antes de su visita. Cuando estén aquí, no estaré cerca de ti.
Estarás libre de mí.
Retrocede.
—Nada de interés.
—No estoy siendo nada. Tienen que irse. Aquí no hay nada
importante para ustedes.
Bofetada.
El sonido resonó en toda la cafetería. Brandon se tensó. El
tipo acababa de abofetear el culo de su mujer. Las mejillas de Elle
se encendieron mientras lo miraba. Mientras hablaba con Elle, la
mayor parte del local se había ido. Los clientes que quedaban
miraron hacia él sorprendidos por lo que acababa de ocurrir.
La rabia lo consumió.
***
Elle no podía creer que uno de los clientes le hubiera dado
una bofetada en el culo. El imbécil al que había estado sirviendo
la había estado molestando durante casi todo el día. Ella lo había
rechazado rotundamente y ahora él le abofeteaba el culo como si
tuviera derecho a tocarla.
—Tómenla.
—¿Así cómo?
—Francos y desagradables.
—¿Por qué?
—Se ensució.
No le hagas daño.
—¿Los mataste?
—Eres un cerdo.
—Te estoy dando placer. Ábrete para mí, Elle. Te haré sentir
bien.
***
Elle no sabía qué hacer. En un momento estaba furiosa con
él, enojada porque le había hecho daño a alguien por ella, y al
siguiente lo deseaba desnudo. Su pecho le llamó la atención. Los
tatuajes que tenía a lo largo de la espalda y en los brazos
resaltaban y parecían vivos.
—No, mira hacia mí —le dijo. —No tienes que mirarme a los
ojos, pero tienes que mirar hacía mí.
No quieres esto.
Él es tuyo.
Deja de luchar.
Lo deseo.
—Estás tan caliente —dijo. —¿Se supone que debes estar tan
caliente?
—Eso es, nena. Dámelo todo. Déjame oírlo todo. Eres mía —
le dijo.
Necesito verlo.
No sabía por qué era tan importante para ella verlo correrse,
pero lo era.
—Quiero más.
Elle no discutió con él. Cerró los ojos y dejó que el sueño se
apoderara de ella.
Capítulo 12
Brandon dejó a su compañera durmiendo mientras bajaba a
donde lo esperaban sus amigos. Lewis, Darcy y Drake estaban
sentados en su salón bebiendo su caro whisky. Conseguía el
whisky importado una vez al mes. Ser un hombre lobo significaba
que una gran cantidad de alcohol fuerte pasaba a través de su
sistema sin efectos secundarios. Cuanto más fuerte era el whisky,
más se afianzaba y le producía el zumbido de los humanos. A él
le gustaba el zumbido que le producía el más fuerte.
—Sí... Alfa.
***
—¿Por qué me has traído hasta aquí? —preguntó Elle,
cruzándose de brazos. Chilló cuando una rana saltó a su lado.
Estaban en lo profundo del bosque. Durante los dos últimos días
Brandon no había hecho otra cosa que llevarla de expedición o a
explorar los bosques circundantes de Grace Hill.
¿Sentía él su presencia?
A pesar de que su conexión crecía, le costaba hablar con él.
No poder mirarlo a los ojos no ayudaba. Pasaba más tiempo
evitando su mirada que no.
—Bien, esa mujer se vuelve más rara cada año —dijo Drake.
Está loca.
—Lo... erm... Lizzy, ¿qué fue todo eso? —preguntó.
***
Elle trabajó durante su descanso. Esquivaba las preguntas
de Layla, e incluso Daisy parecía sombría. Los miembros de la
manada a los que servía evitaban su mirada, lo que sólo servía
para ponerla nerviosa.
Su amiga asintió. —Ya veo por qué. Seguro que todo esta cosa
del apareamiento es nueva.
—Claro, siéntate.
Elle se rió aunque se sonrojó. Todos los lobos con los que se
había cruzado eran descarados.
Él asintió.
—Te ves bien sin camiseta —le dijo. Sus dedos le acariciaron
el tatuaje del brazo. Él gimió, pero no se detuvo hasta llegar al
lago.
Estaba muy pálida. El agua estaba tibia para él, pero la vio
estremecerse.
***
Elle se estaba congelando. Brandon parecía tan feliz que ella
no quería arruinarle la diversión con sus extraños modales
humanos. Con sus brazos rodeándola, no le importaba el frío. Así
era como había empezado a sentirse con él. La atracción que
sentía hacia él iba en aumento. Correr hacia él y abrazarlo era
compulsivo y algo que necesitaba hacer.
—Eso ya lo tienes.
—¿Qué?
***
El dolor la consumía. En un momento estaba flotando en una
nube en un estado de éxtasis y al siguiente el dolor sustituía al
placer. Él la había penetrado mientras ella estaba en pleno
orgasmo. Elle jadeó cuando él le acarició la mejilla. Su polla latía
en su interior. El calor de él la hizo consciente de dónde estaba.
—Me duele.
Sacudió la cabeza.
No, no mires.
¿Brandon?
Cada barrera entre ellos comenzó a caer. Ella ni una sola vez
apartó su mirada mientras él tomaba su cuerpo. El calor crecía
en espiral dentro de ella.
Él se rió.
No te preocupes, te acostumbrarás.
O me volverá floja.
Nunca la recuperarás.
—Lizzy —dijo.
—¿Por qué?
—No.
***
—No pasa nada. Te prometo que todo va a ir bien. Brandon
está haciendo esto para protegerte —dijo Lewis.
Por supuesto que elegiría a Lori. Sólo eres una humana. Los
humanos son débiles.
—Él se giró hacia Lori y les dijo a los vampiros que yo no era
su compañera. —Lágrimas brotaron de sus ojos al recordar el
dolor. —Eso duele. —Se tocó el pecho tratando de poner en
palabras sus sentimientos. —Puedo sentir todo, y duele mucho.
No sé cómo podré enfrentarme a él. Sé que va a estar rondando
por el pueblo, pero ¿cómo voy a mirarlo sabiendo que me tomó y
luego se fue a los brazos de otra mujer?
—Ella es mi compañera.
Elle eligió ese momento para salir por la puerta principal con
Layla detrás. Ya no olía a fresas y vainilla. Había dureza en su
interior. Brandon la miró y luego apartó la vista. Ella enlazó su
brazo con Layla, ignorando a los lobos a su paso.
—No lo sé.
***
Le temblaban las manos al entrar en la cafetería. Daisy la
esperaba con los brazos abiertos y lágrimas en los ojos. —Me he
enterado de lo de anoche. Lo siento mucho, cariño —dijo.
—Visitantes, supongo.
—Cuando hay una reunión con las otras criaturas del Otro
Mundo, él los mantiene en una casa lejos del pueblo. Si los osos
están en el pueblo, no tardarán en llegar más —dijo Daisy.
—¿Cómo dices?
—Puede que esté loca, lobo, pero aún puedo hacerte daño.
***
Elle salió de la cafetería. Layla la siguió.
—No me preocupa.
Me ha roto el corazón.
No lo dejes entrar.
¡Idiota!
—Aquí estás. —Brandon apareció por la esquina. Llevaba
una taza humeante y un plato de pan. —No soy muy buen
cocinero.
Es nuestra compañera.
La necesitamos.
Cúrala y quédatela.
Te amo.
No me amas.
Sí lo hago.
Ella jadeó.
—¿Por qué?
—Lo sé —dijo.
—Eres un matón.
—Eres un bastardo.
—Te odio.
—Eres viejo.
—Sigue.
***
Elle quería alejarse sin mirar atrás. Sería tan fácil olvidarse
de él. Ver a Brandon irse con Lori le había roto el corazón, y
aunque sentía sus emociones no se atrevía a creerle. ¿Cómo
podía decir que la amaba un hombre que la había rechazado la
noche anterior? Nada de eso tenía sentido.
Incluso mientras pensaba eso, no podía evitar querer ceder a
sus necesidades. Su cuerpo ardía por su contacto. En el
momento en que sus dedos tocaron su piel, ella estuvo perdida.
Entrégate a él.
No puedo.
Entrégate a él.
No más esconderse.
Sólo amar.
Con cada golpe del látigo, Brandon sintió que una paz se
apoderaba de él. Lo que estaba haciendo le mostraría a Elle
cuánto lo sentía. Ser el alfa no le daba ningún trato especial. Le
había faltado el respeto a Elle. Ella podría ser humana, pero era
su humana.
La protegerían.
La manada vitoreó.
***
Brandon se había castigado a sí mismo para demostrarle sus
sentimientos. Era su mujer y no podía creer lo que él había hecho
para demostrarle cuánto lo sentía. Se le llenaron los ojos de
lágrimas ante la conmoción de lo que acababa de ocurrir. Nunca
había esperado que él se castigara por su culpa. Se secó las
lágrimas y se aferró a él con más fuerza, asegurándose de no
tocarle la espalda.
Brandon la giró. Ella lo miró fijamente a los ojos y por fin vio
las profundidades marrón oscuro devolviéndole la mirada. Era
como si se hubiera levantado un manto. Le rodeó el cuello con
los brazos y apretó los labios contra los suyos.
Vio el símbolo que llevaba la secta. Era una estrella con los
cinco elementos de la tierra rodeados por un círculo. Los
humanos sólo conocían cuatro elementos, mientras que el quinto
era el elemento paranormal.
Todos memorizaron el símbolo. Raymond había matado a
uno de los vampiros de la secta, pero vendrían más.
Su sonrisa cayó. —No será una larga vida para mí. Vivirás
mucho más que yo.
—Amada.
—Aterrorizada.
Ella suspiró.
Fin