Evangelio Del 12 de Mayo Del 2024

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Huellas de Fe

NÚMERO
EVANGELIO DIARIO
12 DE MAYO DEL 2024 997
CICLO B

LECTURAS DIARIAS

LLEVANDO LA PALABRA DE DIOS A TODOS


LOS HOGARES.
Lecturas
de las escrituras y reflexiones

PALABRA
DE DIOS
GUÍA Y DIARIO DE ORACIÓN
La Misa - Hechos de los Apóstoles 1, 1-11

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y
enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus
instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido.
A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de
que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del
Reino de Dios.

Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: “No se alejen de Jerusalén.
Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he
hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán
bautizados con el Espíritu Santo”.

Los ahí reunidos le preguntaban: “Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la


soberanía de Israel?” Jesús les contestó: “A ustedes no les toca conocer el
tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el
Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones
de la tierra”.

Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a
sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les
presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: “Galileos, ¿qué
hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para
subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse”.
Salmo Responsorial Salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9

R. (6) Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.

Aplaudan, pueblos todos,


aclamen al Señor, de gozos llenos;
que el Señor, el Altisimo, es terrible
y de toda la tierra, rey supremo. R.

R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.

Entre voces de júbilo y trompetas,


Dios, el Señor, asciende hasta su trono.
Cantemos en honor de nuestro Dios,
al rey honremos y cantemos todos. R.

R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.

Porque Dios es el rey del universo,


cantemos el mejor de nuestros cantos.
Reina Dios sobre todas las naciones
desde su trono santo. R.

R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.


La Misa - Epístola a los efesios 4, 1-13

Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que
lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre humildes
y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor;
esfuércense en mantenerse unidos en el Espíritu con el vínculo de la paz.

Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es también
sólo una la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo
Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina
sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.

Cada uno de nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo se la ha


dado. Por eso dice la Escritura: Subiendo a las alturas, llevó consigo a los
cautivos y dio dones a los hombres.

¿Y qué quiere decir “subió”? Que primero bajó a lo profundo de la tierra. Y el


que bajó es el mismo que subió a lo más alto de los cielos, para llenarlo todo.
Él fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser profetas; a otros, ser
evangelizadores; a otros, ser pastores y maestros. Y esto, para capacitar a los
fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea, construyan el cuerpo
de Cristo, hasta que todos lleguemos a estar unidos en la fe y en el
conocimiento del Hijo de Dios, y lleguemos a ser hombres perfectos, que
alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo.
Aclamación antes del Evangelio Mateo 28, 19

R. Aleluya, aleluya.
Vayan y enseñen a todas las naciones, dice el Señor,
y sepan que yo estaré con ustedes todos los días,
hasta el fin del mundo.
R. Aleluya.

Evangelio según San Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el
mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se
salvará; el que se resista a creer, será condenado. Éstos son los milagros que
acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre,
hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un
veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos
quedarán sanos”.

El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la


derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el
Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que
hacían.
Reflexión

En el Evangelio de Marcos 16, 15-20, Jesús entrega a sus discípulos una


misión trascendental: “Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio a toda
la creación.” Este mandato no es simplemente una instrucción, sino un llamado
a participar en la obra redentora de Dios, llevando el mensaje de salvación y
amor a cada rincón del mundo. Es una invitación a transformar la historia, a ser
portadores de la luz divina en medio de la oscuridad.

La Solemnidad de la Ascensión del Señor, que hoy celebramos, es un


recordatorio poderoso de que Jesús, habiendo cumplido su misión en la tierra,
retorna al Padre, no para dejarnos solos, sino para abrirnos un camino hacia la
eternidad. Al ascender, Jesús no se despide, sino que eleva nuestra humanidad
a la gloria divina, prometiendo estar siempre con nosotros a través del Espíritu
Santo.

Los signos que Jesús menciona, como expulsar demonios, hablar nuevas
lenguas y sanar a los enfermos, son manifestaciones del poder divino que
acompaña a los creyentes. Estos signos no son meramente espectáculos
milagrosos; son expresiones del Reino de Dios presente y activo en el mundo.
Son recordatorios tangibles de que la misión de la Iglesia está respaldada por el
poder y la presencia constante de Dios.

La Ascensión nos invita a contemplar la grandeza de nuestra vocación como


cristianos. Nos llama a vivir con la certeza de que, aunque Jesús ha ascendido,
su obra continúa a través de nosotros. Estamos llamados a ser testigos de su
amor, a ser mensajeros de su paz, y a ser instrumentos de su poder sanador en
un mundo que anhela esperanza y redención.

Así, en cada acción de bondad, en cada palabra de consuelo, y en cada gesto


de compasión, llevamos adelante la misión encomendada por Jesús. La
Ascensión nos desafía a mirar hacia el cielo con esperanza, pero también a
volver nuestros ojos al mundo con una renovada determinación de ser sus
testigos, sabiendo que el Espíritu Santo nos acompaña y nos fortalece en esta
misión sagrada. Esta es nuestra vocación: ser continuadores de la obra de
Cristo, llenos de fe, esperanza y amor.
Gotitas Fe
¿Sentirse a gusto consigo mismo?
Cuando leí un artículo con el tema de la sencillez en el ser
humano, me di cuenta de que yo era una persona complicada,
nada sencilla.

Siempre pensé, como muchos con quienes he conversado sobre


el asunto, que una persona sencilla era alguien con poca
educación y cultura, que no había tenido oportunidades de
ampliar su horizonte y que, por consiguiente, con un vocabulario
bastante limitado.

¡Qué equivocada estaba! Es importante tomar conciencia de que


la vida llena de actividades, de reuniones, de cosas pendientes y
de muchos mensajes por celular nos lleva a vivir fuera de
nosotros mismos.

Se nos escapan las horas del día ocupándonos y


preocupándonos, y pocas veces disfrutamos de estar a solas,
con nosotros mismos. Sentirse a gusto consigo mismo, decir lo
que se piensa, ser un buen amigo de sí mismo, saber tomar lo
bueno de cada experiencia y de cada amistad, eso es ser sencillo.

Es importante para vivir lo anterior, conocerse y aceptarse. Se


trata de no ser otra persona de lo que se es, una persona sencilla
es una persona auténtica.

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