9.1 Tipos de Evaluación Empleada Por Docentes

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2.7.1 Tipos de evaluación empleada por docentes.

Durante un ciclo escolar, el docente realiza o promueve distintos tipos de evaluación, tanto por el
momento en que se realizan, como por quienes intervienen en ella.

En primer término están las evaluaciones diagnósticas, que ayudan a conocer los saberes previos
de los estudiantes; las formativas, que se realizan durante los procesos de aprendizaje y son para
valorar los avances, y las sumativas, para el caso de la educación primaria y secundaria, cuyo fin es
tomar decisiones relacionadas con la acreditación, no así en el nivel de preescolar, donde la
acreditación se obtendrá sólo por el hecho de haberlo cursado.

En segundo término se encuentra la autoevaluación y la coevaluación entre los estudiantes.

La primera busca que conozcan y valoren sus procesos de aprendizaje y sus actuaciones, y cuenten
con bases para mejorar su desempeño; mientras que la coevaluación es un proceso que les
permite aprender a valorar los procesos y actuaciones de sus compañeros, con la responsabilidad
que esto conlleva, además de que representa una oportunidad para compartir estrategias de
aprendizaje y aprender juntos.

Tanto en la autoevaluación como en la coevaluación es necesario brindar a los alumnos criterios


sobre lo que deben aplicar durante el proceso, con el fin de que éste se convierta en una
experiencia formativa y no sólo sea la emisión de juicios sin fundamento.

La heteroevaluación, dirigida y aplicada por el docente, contribuye al mejoramiento de los


aprendizajes de los estudiantes mediante la creación de oportunidades de aprendizaje y la mejora
de la práctica docente.

De esta manera, desde el enfoque formativo de la evaluación, independientemente de cuándo se


lleve a cabo –al inicio, durante o al final del proceso–, de su finalidad –acreditativa o no
acreditativa–, o de quiénes intervengan en ella –docente, alumno o grupo de estudiantes–, toda
evaluación debe conducir al mejoramiento del aprendizaje y a un mejor desempeño del docente.

Cuando los resultados no sean los esperados, el sistema educativo creará oportunidades de
aprendizaje diseñando estrategias diferenciadas, tutorías u otros apoyos educativos que se
adecuen a las necesidades de los estudiantes.

Así mismo, cuando un estudiante muestre un desempeño que se adelante significativamente a lo


esperado para su edad y grado escolar, la evaluación será el instrumento normativo y pedagógico
que determine si una estrategia de promoción anticipada es la mejor opción para él.

En todo caso, el sistema educativo proveerá los elementos para potenciar el desempeño
sobresaliente del estudiante. La escuela regular no será suficiente ni para un caso ni para el otro, y
la norma escolar establecerá rutas y esquemas de apoyo en consonancia con cada caso
comentado. Para ello, es necesario identificar las estrategias y los instrumentos adecuados para el
nivel de desarrollo y aprendizaje de los estudiantes. Algunos instrumentos que deberán usarse
para la obtención de evidencias son:

• Rúbrica o matriz de verificación.


• Listas de cotejo o control.

• Registro anecdótico o anecdotario.

• Observación directa.

• Producciones escritas y gráficas.

• Proyectos colectivos de búsqueda de información, identificación de problemáticas y formulación


de alternativas de solución.

• Esquemas y mapas conceptuales.

• Registros y cuadros de actitudes observadas en los estudiantes en actividades colectivas.

• Portafolios y carpetas de los trabajos.

• Pruebas escritas u orales.

Asimismo, y con el fin de dar a conocer los logros en el aprendizaje de los estudiantes y en
congruencia con el enfoque formativo de la evaluación, se requiere transitar de la actual boleta de
calificaciones, a una Cartilla de Educación Básica en la que se consigne el progreso de los
estudiantes obtenido en cada periodo escolar, considerando una visión cuantitativa y cualitativa.

En 2009, en el marco de la RIEB, la SEP integró un grupo de trabajo con la participación del
Instituto Nacional de Evaluación para la Educación (INEE) con la finalidad de diseñar una propuesta
para evaluar y reportar el proceso de desarrollo de competencias de los alumnos de Educación
Básica, en congruencia con los planes y programas de estudio.

Así inició la transición a la Cartilla de Educación Básica con una etapa de prueba en 132 escuelas
primarias. Sus resultados apuntaron a la necesidad de revisar y ajustar los parámetros referidos a
los aprendizajes esperados, al tiempo que el docente deberá invertir para su llenado, y a la
importancia de que cuente con documentos que le orienten para el proceso de evaluación
formativa. Derivado de esto, se realizaron ajustes a la propuesta, por lo que durante el ciclo
escolar 2011-2012 la boleta de evaluación para la educación primaria y secundaria incorpora
Estándares de Habilidad Lectora y el criterio Aprobado con condiciones.

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