Reseña Filosofia de La Paz
Reseña Filosofia de La Paz
Reseña Filosofia de La Paz
Hobbes es uno de los filósofos modernos más importantes porque ha desarrollado una
filosofía política muy importante para la historia del pensamiento moderno y contemporáneo.
Se incluye dentro de esos filósofos que se consideran filósofos del derecho natural, es decir,
pertenece a esta corriente naturalista del siglo XVII y XVIII, que creían que hay una serie de
derechos naturales propios de los seres humanos. Los naturalistas entienden la razón como un
elemento por medio del cual el universo, la cultura, y así mismo, la naturaleza, se podían
mantener en armonía. Los contractualistas usaron la metáfora del contrato social para
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explicar el surgimiento del Estado moderno y legitimar la formación del Estado como un
acuerdo de voluntades.
Años más tarde, concretamente en 1651, período posterior a la Guerra Civil de
Inglaterra, Hobbes publica su obra maestra, llamada Leviatán, o La materia, forma y poder de
un estado eclesiástico y civil, un tratado filosófico-político de gran relevancia actual, donde
se mencionan los primeros atisbos del pensamiento liberal, desarrollados más
sofisticadamente mucho después. En este conocido libro fundamental de teoría política, que
va desde lo ontológico hasta lo social en una escritura clara y organizada, reflexiona sobre
cómo surge El Estado y sus características.
En la Parte I, titulada Del hombre, Hobbes comienza haciendo un análisis ontológico
del ser humano, para evaluar a los hombres a partir de su naturaleza y su aspecto social, que
según él, no es natural, sino el resultado de vivencias dentro de una cultura que se construye a
sí misma, además hace una reflexión sobre el “conflicto” y “miedo” en el avance histórico.
En segundo lugar, entra a hacer un análisis de categorías como la razón, la imaginación, la
sensación, que afecta a los sentidos y al cuerpo entero, es capaz de producir aspectos
distintos, y la voluntad. Además, a Hobbes no se le olvida preguntarse por el lenguaje y su
violencia en el origen del Estado Moderno, ya que ya que el individuo es un ser de pasión y
al mismo tiempo, un ser de palabra. Las preguntas como: ¿qué es justo? y ¿qué es bueno?,
tienen intenciones ocultas, a veces inconscientes, que convierten a Hobbes en una
herramienta de conflicto. El autor no solo se fija en la parte pacificadora, sino que quiere
fijarse en la violencia presente en el lenguaje político.
Uno de los peligros fundamentales del lenguaje que ve Hobbes es el uso metafórico, y
le dedica un mayor espacio en el Leviatán a la metáfora de la colmena para referirse a una
sociedad bien organizada, puesto que cada abeja sabe donde tiene que estar y qué tiene que
hacer, además sabe a dónde dirigirse para conseguir un bien común. Detrás de esa imagen de
la colmena, está en el fondo esa comprensión de ir de una caracterización concreta a la
naturaleza humana, las abejas se organizan políticamente ordenadas. El estado de naturaleza
es una hipótesis para los contractualistas, para referirse a la situación donde se encontrarían
los individuos si no existiera un bien común. Para Hobbes, ese estado de naturaleza es
conflictivo, no hay tendencia a un bien común, lo que encontramos es tendencia al conflicto,
por lo tanto, esta metáfora no sirve para Hobbes.
Para Hobbes, los seres humanos son iguales por naturaleza, sin embargo, esta
igualdad no les favorece, puesto que no hay estructuras ni leyes, en este contexto la voluntad
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humana y el comportamiento se guían por la incesante búsqueda del deseo, el cual puede
chocar con el deseo de los otros, lo que genera una lucha constante, y como resultado un
Estado que el autor denomina una guerra de todos contra todos. Los hombres tienen en
común el hecho de menospreciar al otro y valorar sus propios talentos, por lo que afirma que
el principal problema entre los hombres es la competencia, ya que en la Tierra, como los
bienes son limitados, podemos llegar a desear los ajenos, lo que genera una competencia, que
lleva a la discordia, la cual genera una situación de guerra potencial y real. Cabe destacar que
Hobbes no habla de una maldad por naturaleza, sino que llega un momento en el que se
produce una pugna entre pasiones,
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político es la protección de la propiedad privada y la seguridad, así como también preservar la
unidad de la multitud de los muchos hombres que lo han elegido.
En la Parte III Del Estado cristiano, el Leviatán trata las relaciones entre la Iglesia y
el Estado, entre el poder espiritual y el poder temporal, defendiendo la sumisión de la primera
a la segunda, ya que el Estado tiene un poder absoluto e indivisible. Para Hobbes, la Iglesia
debe someterse al Estado, para que este tenga poder absoluto. Dado que no es plausible
comprobar la existencia de Dios ni se puede confiar en la interpretación que se le ha dado a
La Biblia a través del tiempo, el Estado no puede ser cristiano, ya que este solo debe tener un
poder legislativo al cual hay que obedecer para mantener el orden. El propósito máximo es
huir del caos, y creer que hay un poder superior al Estado, generaría caos.
En la Parte IV, El reino de la oscuridad, podemos ver una dura visión crítica contra la
Iglesia, la cual acusa de reducir la religión a una doctrina que mitifica el cristianismo, y
además, llega a denunciar cierto grado de ateísmo en su seno, lo que la convierte en una
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forma oscura de abordar la creencia en Dios. Cuando Hobbes habla de oscuridad no es más
que la ignorancia, falta de conocimiento, a la hora de interpretar las Sagradas Escrituras.
Bibliografía: