2018 02 - Manejo - Inicial - PTM
2018 02 - Manejo - Inicial - PTM
2018 02 - Manejo - Inicial - PTM
Los traumatismos son la primera causa de muerte durante las primeras cuatro décadas
de la vida. En los Estados Unidos es la primera causa de muerte en menores de 45 años
y la cuarta en todos los grupos de edad.
El grupo de población más afectado se encuentra entre los 15 y los 45 años, promedio
de 23 años) con resultados económicos nefastos por la pérdida de años de vida
productiva.
Muerte inmediata: más del 50% de los casos, ocurren en el sitio del accidente
O inmediatamente después. Las causas más frecuentes son laceraciones del cerebro,
tronco encefálico, medula espinal, corazón o grandes vasos.
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con posibilidad de procedimientos quirúrgicos si son tratadas a tiempo en centros
adecuados con recursos adecuados y personal entrenado.
Muertes tardías: ocurren días o semanas después del trauma y son causadas en
un 80% de los casos por sepsis o falla orgánica múltiple.
Debe existir un equipo con un líder que mantenga el orden y la tranquilidad y adopte las
decisiones correctas y establezca las prioridades, identificando las lesiones de riesgo
vital las que deben ser enfrentadas primero y dejando para después las menos graves.
Para el diagnóstico y tratamiento de las lesiones que amenazan la vida del paciente
cuando ingresa al servicio de urgencias o en la misma escena, el tiempo es esencial. Es
necesario seguir un esquema ordenado, rápido, sencillo, fácil de recordar y de aplicar.
Este esquema ha sido difundido por el Colegio Americano de Cirujanos.
Si bien a continuación se separan estas fases con fines didácticos, en la práctica estos
procesos se llevan a cabo en forma simultánea y se repiten cíclicamente.
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1. Evaluación inicial
2. Resucitación
3. Evaluación secundaria
4. Tratamiento definitivo
1. Evaluación inicial
Es un examen rápido, preciso, eficiente que cubriendo todas las funciones vitales no
debe tomar más de 2 minutos. El objetivo es identificar las lesiones que hagan peligrar la
vida del paciente si no son tratadas de inmediato. Debe ser un procedimiento
organizado, paso a paso, porque se pueden pasar inadvertidas lesiones críticas mientras
lesiones menos graves pueden ser consideradas prioritarias.
B. Respiración y Ventilación.
D. Daño neurológico.
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sucesivamente. Si durante esta secuencia ocurre un deterioro en uno de los pasos
anteriores, el proceso deberá comenzar de nuevo.
Aunque existen diferencias entre los adultos, niños y embarazadas y requieren estudios
especial, las prioridades de la evaluación son las mismas.
Durante la revisión primaria se debe utilizar sus sentidos, estar atento, observar, palpar
y escuchar.
Para evaluar: observe, palpe y escuche. El hacer hablar al paciente, por ejemplo
preguntarle como esta, nos da información sobre su vía aérea, su respiración y su
estado neurológico.
Debe suponerse que todo paciente traumatizado tiene lesión de la columna cervical
hasta que se demuestre lo contrario.
Todas las maniobras tendientes a evaluar y asegurar la vía aérea deben hacerse con
protección de la columna cervical. Esta protección consiste en evitar los movimientos de
flexión, extensión y rotación de la cabeza, se logra mediante el empleo de un collar
cervical semi-rígido, o en su defecto, con un asistente que sujete firmemente con las
manos la cabeza por los lados, evitando cualquier movimiento del cuello.
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Como obtener radiografías no es prioritario durante la Revisión Primaria, la
inmovilización cervical debe mantenerse hasta que las condiciones del paciente
permitan hacer estudios radiológicos y evaluación por el traumatólogo
• Agitación.
• Alteración de la conciencia.
Hacer al paciente una pregunta sencilla, por ejemplo su nombre, permite evaluar el
estado de conciencia, el esfuerzo respiratorio, la calidad de la voz y la presencia de
ruidos respiratorios anormales. En un paciente que habla claramente puede decirse que
la vía aérea no está comprometida.
• Trauma torácico.
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En ocasiones, es preferible adelantarse a los signos clínicos y “prevenir” la obstrucción.
Esto es especialmente cierto en pacientes con trauma maxilofacial y cervical, en quienes
el manejo inicial “preventivo” de la obstrucción de la vía aérea puede ser relativamente
fácil, pero una vez establecida la obstrucción se hace extremadamente difícil.
detritus, vómito, sangre, secreciones, piezas dentales u otros cuerpos extraños que
puedan obstruir la vía aérea superior. La cavidad oral se explora con los dedos y
mediante un aspirador, preferiblemente rígido, se limpia completamente.
El uso de cánulas nasofaríngeas debe evitarse cuando se sospecha fractura de cara por
la posibilidad que la sonda pase al cerebro (existencia de equimosis periorbitaria,
hemorragia nasal o rinorraquia) por el riesgo de producir lesión cerebral. No se utilizan
cánulas orofaríngeas en pacientes conscientes por la posibilidad de inducir vómito y
broncoaspiración.
Vía Aérea Definitiva: el establecimiento de una vía aérea definitiva consiste en colocar
un tubo dentro de la tráquea, inflar el balón para prevenir la aspiración de contenido
gástrico, asegurarlo debidamente y conectarlo a una fuente de oxígeno.
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Existen tres formas de conseguirla y la escogencia de una u otra depende de cada
situación clínica particular:
2. Intubación nasotraqueal
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Causas de alteraciones post traumáticas de la ventilación
Aspiración
Contusión pulmonar
Entonces,
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Se puede mantener permeable la vía aérea con la cánula orofaringea, pero sólo
en pacientes inconscientes. Es sólo una solución temporal hasta poder realizar el
manejo definitivo de la vía aérea. No la protege, sólo la permeabiliza.
VENTILACIÓN
Inconsciencia
Cianosis
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Heridas torácicas (neumotórax abierto)
Entre las causas de muerte precoz del paciente traumatizado en el servicio de urgencias
y en la escena y que es manejable, destaca la hemorragia, la cual puede responder al
tratamiento.
Estado neurológico
Pulso
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estado de agitación psicomotora en un paciente traumatizado debe considerarse
como indicador de hipoxia cerebral.
2. Color de la piel y llene capilar: se realiza presión sobre el lecho ungueal de las
uñas o de la eminencia hipotenar, la recuperación de la coloración rosada debe
ser menor a 2 segs, si es mayor nos indica que no están bien perfundidos.
Aunque el llene capilar no es un buen indicador del estado circulatorio, pues
existen otros factores que la influyen, como temperatura fría, uso de
vasodilatadores farmacológicos, shock medular, edad avanzada. Debe ser usada
en conjunto con las otras evaluaciones. Una piel pálida, fría, sudorosa y de color
cenizo es signo inequívoco de hipovolemia severa, sumado a un llene capilar
mayor a 2 segs.
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Si el pulso es fuerte y rítmico nos indica una contracción coordinada y por lo
menos un 50% de volumen sanguíneo circulante.
CONTROL DE HEMORRAGIAS
En caso de hemorragia externa hay que aplicar presión directa para controlar la
hemorragia hasta que el paciente sea trasladado a un centro hospitalario con
equipamiento adecuado. Los vendajes compresivos son de gran ayuda para controlar
hemorragias.
Si se sospecha hemorragia interna, hay que examinar el abdomen y evaluar por signos
de lesión, junto con el aporte generosos de volumen. Siempre evaluar la pelvis, pues si
hay fractura de ella, ésta es la principal causa de sangramiento intra-abdominal. No
olvidar las heridas de cuello cabelludo que sangran abundantemente.
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Las hemorragias ocultas en la cavidad torácica, abdominal o en zonas musculares
alrededor de una fractura pueden ser la causa de la pérdida de sangre.
• Hemorragia externa.
• Tórax.
• Abdomen.
• Pelvis.
MANEJO
Se prefieren en general las venas de los miembros superiores, evitando canalizar las
venas que crucen los sitios lesionados. En caso de tener dificultades para canalizar una
vena por punción percutánea, se debe recurrir a la disección de las venas de los
miembros superiores o de la safena en la región premaleolar o inguinal. La safena debe
evitarse en pacientes con traumatismo abdominal penetrante en quienes pueda
suponerse lesión de la vena cava inferior.
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Después de haber administrado dos a tres litros de solución electrolítica y no se
observa repunte del paciente, se debe indicar sangre del tipo específico del paciente,
si no está disponible se debe usar sangre tipo 0.
Instalar sonda urinaria de ser posible. La colocación de sonda vesical tiene como
objetivo principal facilitar la medición de la diuresis, que es el mejor parámetro indicador
de la volemia. En un paciente con un trauma cerrado y sospecha de ruptura uretral no se
debe colocar sonda Foley si existe sangre en el meato urinario o en el escroto o no es
posible palpar la próstata, la sonda Foley está contraindicada.
D. DAÑO NEUROLÓGICO
A: Alerta
I: Inconsciente
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Debe comprobarse si el paciente está alerta, si hay respuesta a estímulos verbales o
solamente a estímulos dolorosos o si está inconsciente. La calificación en la Escala de
Coma de Glasgow se lleva a cabo durante la evaluación secundaria.
Por lo tanto, Por esta razón ante un paciente con cambios de conciencia debe
reevaluarse frecuentemente el estado de la vía aérea, la ventilación y el compromiso
hemodinámico.
facilitar su evaluación completa. Una vez desnudo debe cubrirse con mantas secas y
tibias para prevenir la hipotermia. Lo ideal, y tal vez la mejor medida en la prevención de
la hipotermia, es la administración de las soluciones electrolíticas tibias (39°C, entre
38 y 40°C). Se puede utilizar un horno microondas que permita calentar los líquidos
hasta alcanzar esta temperatura. La sangre y sus derivados no se deben calentar por
este sistema.
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La hipotermia empeora el pronóstico de los pacientes politraumatizados, aumentando
sus complicaciones, es por eso que es tan importante evitarla.
REVISION SECUNDARIA
Cuando está completa la Revisión Primaria, iniciada la Resucitación y los parámetros del
ABC se encuentran controlados, se comienza la Revisión Secundaria. El estado de la
vía aérea, la protección de la columna cervical, la función respiratoria, el estado
circulatorio y la evolución neurológica deben ser periódicamente reevaluados, buscando
cualquier signo de deterioro.
• Anamnesis.
• Examen físico.
• Estudios diagnósticos.
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