ECOCARDIOGRAMA

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Documento para uso exclusivo de Jeison Enrique Torrens Soto. E-mail: lbdt_1992@hotmail.

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MÓDULO 1 | Técnicas de imagen y diagnóstico en cardiología


Experto
Universitario
en Diagnóstico
y Tratamiento
de la Insuficiencia
Cardíaca y Enfermedad 1.4 Ecocardiografía Doppler
Coronaria

S. Rosillo Rodríguez y J. Caro Codón

CONTENIDOS

OBJETIVOS DE APRENDIZAJE
INTRODUCCIÓN A LA ECOCARDIOGRAFÍA
CRITERIOS DE USO APROPIADO DE LA ECOCARDIOGRAFÍA
CUANTIFICACIÓN
ANILLO AÓRTICO Y RAÍZ AÓRTICA
VENA CAVA INFERIOR
VALORACIÓN DE VALVULOPATÍAS
• Insuficiencia mitral
• Insuficiencia pulmonar
• Insuficiencia pulmonar
• Insuficiencia tricúspide
ESTENOSIS AÓRTICA
ESTENOSIS MITRAL
ESTENOSIS TRICÚSPIDE
ESTENOSIS PULMONAR
ENDOCARDITIS
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA

OBJETIVOS DE APRENDIZAJE

• Comprender los principios básicos que definen la utilización de los ultrasonidos para el estudio
de la anatomía y la función cardiaca.
• Conocer las indicaciones más adecuadas para la realización de un ecocardiograma.
• Interpretar los datos más relevantes relativos a la cuantificación de las diferentes estructuras
cardiacas, así como las distintas técnicas empleadas para ello.
• Comprender toda la información relativa a la valoración y cuantificación de valvulopatías, una
de las entidades clínicas en que la información aportada por la ecocardiografía es clave.
• Reconocer la utilidad de la ecocardiografía en el diagnóstico y el establecimiento de una estra-
tegia terapéutica en la endocarditis infecciosa.

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Módulo 1: Técnicas de imagen y diagnóstico en cardiología: indicaciones e interpretación clínica

Tema 4: Ecocardiografía Doppler

INTRODUCCIÓN A LA ECOCARDIOGRAFÍA

La ecocardiografía constituye, dentro del conjunto de técnicas que integran la Imagen Cardiaca, la moda-
lidad más habitual para la valoración de la anatomía y función del corazón. Es una técnica rápidamente
accesible, relativamente barata, y que proporciona información útil tanto en el paciente estable como en el
contexto de la patología aguda cardiovascular. Se trata de un campo extenso, con modalidades diferentes
y complementarias que resultan útiles para completar el estudio de diferentes entidades, desde la simple
ecocardiografía transtorácica convencional hasta la ecocardiografía transesofágica o la realización de téc-
nicas de detección de isquemia. Los avances tecnológicos a lo largo de los últimos años han permitido in-
corporar técnicas más avanzadas, como el análisis de la deformación tisular o la valoración tridimensional
de las estructuras cardiacas.

Principios de la ecocardiografía
Los aparatos de ecografía se basan en la presencia de un transductor capaz de emitir ondas de ultraso-
nidos a alta frecuencia, ondas que atraviesan los diferentes tejidos interaccionando con ellos, y que son
posteriormente reflejadas hacia el transductor original. A través de dicha señal y el tiempo que tarda en
ser reflejada, el ecógrafo puede generar una imagen anatómica de las estructuras interrogadas. Además,
basándose en el principio del efecto Doppler, el aparato puede analizar la diferencia de frecuencias entre
el haz de ultrasonidos emitido y recibido e identificar la velocidad de los flujos de sangre entre las dife-
rentes cavidades cardiacas. La integración de toda la información permite detectar la presencia de flujos o
gradientes de presión anómalos que permiten identificar las distintas entidades clínicas.

CRITERIOS DE USO APROPIADO DE LA ECOCARDIOGRAFÍA

• Paciente agudo:
−− Parada cardiaca.
−− Inestabilidad hemodinámica de origen incierto o sospecha de causa cardiaca.
−− Dolor torácico con sospecha alta de síndrome coronario agudo y ECG no diagnóstico.
−− Pacientes con diagnóstico ya establecido de síndrome coronario agudo.
−− Sospecha de complicación mecánica posinfarto.
−− Pacientes con insuficiencia respiratoria o hipoxemia de causa incierta.
−− Estratificación de riesgo de paciente con tromboembolismo pulmonar y reevaluación de la fun-
ción ventricular derecha y presión pulmonar tras tratamiento.
−− Traumatismo torácico de alta energía con sospecha de lesión cardiaca asociada (lesión aórtica
traumática, lesión valvular, contusión miocárdica…).
−− Valoración del estado de volumen intravascular en el paciente crítico.
• Enfermedad valvular:
−− Valoración inicial cuando existe sospecha razonable de enfermedad valvular.
−− Reevaluación de la enfermedad valvular conocida cuando existe un cambio en la situación clí-
nica, en la exploración física o para guiar el tratamiento.
−− Reevaluación (≤ 1 año) del paciente con estenosis valvular moderada o severa sin cambios clí-
nicos relevantes.
−− Reevaluación (≤ 6-12 meses) del paciente con insuficiencia valvular moderada o severa sin cam-
bios clínicos relevantes.
−− Valoración postoperatoria en pacientes tras valvuloplastia quirúrgica o recambio valvular qui-
rúrgico o percutáneo.
−− Reevaluación (1-3 años) del paciente portador de una válvula protésica sin sospecha de disfun-
ción valvular.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

−− Valoración del paciente portador de prótesis o plastia valvular con sospecha de disfunción pro-
tésica o cambios en la situación clínica.
−− Reevaluación del paciente con disfunción protésica ya conocida para elegir la estrategia tera-
péutica.
−− Valoración inicial del paciente con sospecha de endocarditis infecciosa con hemocultivos posi-
tivos o aparición de un nuevo soplo.
−− Reevaluación del paciente con endocarditis ya conocida y sospecha de diseminación o compli-
cación o con un cambio en la situación clínica.
• Masas y cavidad pericárdica:
−− Valoración de masas intracardiacas.
−− Sospecha de origen cardiaco de fuente embólica.
−− Sospecha de enfermedad pericárdica.
−− Control de derrame pericárdico bien por cambios en la situación clínica o para guiar el trata-
miento.
−− Monitorización de procedimientos (pericardiocentesis, biopsia endomiocárdica…).
• Enfermedad aórtica:
−− Valoración de la raíz aórtica y aorta ascendente en pacientes con conectivopatía predisponente
para la formación de aneurismas y disección (p. ej., síndrome de Marfan).
−− Reevaluación del tamaño de la aorta para valorar la tasa de crecimiento de una dilatación sig-
nificativa.
−− Reevaluación de una aorta con patología ya conocida con cambios clínicos o en la exploración física.
• Hipertensión arterial:
−− Valoración inicial de paciente con hipertensión arterial y sospecha de cardiopatía hipertensiva.
• Insuficiencia cardiaca:
−− Primer episodio de insuficiencia cardiaca.
−− Reevaluación de la función ventricular cuando exista un cambio clínico sin claros factores pre-
cipitantes.
−− Reevaluación tras la optimización del tratamiento médico o la revascularización para optimizar
la terapia o para determinar la indicación de implante de dispositivos.
−− Sospecha de complicación de dispositivo o mala optimización de la terapia.
−− Indicación y optimización de los parámetros en pacientes con dispositivos de asistencia ventri-
cular.
−− Sospecha de complicación en paciente con asistencia.
−− Monitorización del rechazo en pacientes con trasplante cardiaco.
• Miocardiopatías:
−− Sospecha de miocardiopatía (dilatada, hipertrófica, restrictiva…).
−− Reevaluación de miocardiopatía ya conocida cuando existen cambios clínicos o para guiar la
terapia.
−− Screening en familiares de primer grado de pacientes con cardiopatías hereditarias.
−− Monitorización de la función cardiaca en pacientes con tratamiento cardiotóxico.

CUANTIFICACIÓN

Ventrículo izquierdo
El tamaño del ventrículo izquierdo se cuantifica mediante mediciones lineales y bidimensionales que uti-
lizan la asunción geométrica que supone asimilar su forma a la de un elipsoide. Generalmente se realizan
mediciones en telediástole y telesístole, indexando los resultados a la superficie corporal del paciente y
comparándolos con los valores de referencia obtenidos en estudios poblacionales.

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Mediciones lineales

El espesor del tabique interventricular, la pared posterior y los diámetros ventriculares se cuantifican en
el plano paraesternal eje largo, prestando especial atención a que la medida se realice completamente
perpendicular al eje del ventrículo. Aunque dichas medidas se pueden obtener tanto en modo M como en
2D, se recomienda esta última opción para evitar cortes oblicuos de la cavidad. Esta técnica está tanto más
limitada cuanto más se aleje la anatomía del ventrículo de la normalidad (p. ej., pacientes con aneurisma
ventricular posinfarto, hipertrofias asimétricas de la pared…) (Fig. 1.4-1).

A B

Figura 1.4-1. Medidas lineales de los diámetros del ventrículo izquierdo obtenidas en modo M (A) y bidimensional (B).
Aunque idealmente ambos deben coincidir, las guías de cuantificación recomiendan obtener las medidas en un plano
paraesternal eje largo 2D. Ello permite obtener una medición bien alineada y perpendicular al eje largo del ventrículo.

Mediciones bidimensionales

Parten del trazado del borde endocárdico, entre la luz ventricular y el miocardio propiamente dicho, que
debe obtenerse en los planos de 4 y 2 cámaras. Las medidas deben obtenerse en una localización lo más
apical posible para evitar «acortar» la cavidad y estimar un volumen falsamente reducido del ventrículo.
El método de elección es el de Simpson, que utiliza la suma de los volúmenes de una serie de discos cal-
culados por el software a partir del trazado realizado. Ello permite adaptar la cuantificación a la geometría
del ventrículo y evitar realizar asunciones geométricas. No obstante, si el paciente presenta mala ventana
ecográfica puede ser necesario el uso de contrastes ecopotenciadores para delimitar mejor el borde endo-
cárdico y realizar una medición correcta.

Medición de la masa ventricular

La masa del ventrículo izquierdo es un factor pronóstico importante en varias entidades clínicas, de ahí
la importancia de estimarla adecuadamente. Generalmente se basa en el empleo de fórmulas que tienen
en cuenta tanto el espesor parietal como el tamaño de la cavidad ventricular, calculando un volumen de
masa muscular y multiplicándolo por la densidad del miocardio. Aunque los métodos bidimensionales
realizan una medida más precisa incluyendo en el cálculo la morfología del ventrículo de cada paciente,
las mediciones lineales sobre una imagen 2D o mediante modo M resultan rápidas y sencillas. Además,
constituyen la base de los estudios que relacionan la masa cardiaca con el pronóstico a largo plazo. No
obstante, la medida debe ser cuidadosa y siempre en la misma localización para poder ser reproducible
a lo largo del tiempo en un estudio de seguimiento.

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Función sistólica

La cuantificación de la función sistólica global se realiza habitualmente proporcionando un parámetro


denominado «fracción de eyección», que consiste en la diferencia entre el volumen telediastólico y el vo-
lumen telesistólico, dividida por el volumen telediastólico. Los volúmenes ventriculares pueden estimarse
mediante ecocardiografía bidimensional, utilizando el método de Simpson, o mediante técnicas tridimen-
sionales. En laboratorios de imagen que tienen experiencia con la ecografía 3D, la fracción de eyección
tridimensional permite el uso de algoritmos computarizados para estimar una medida reproducible y que
obvia por completo la necesidad de realizar asunciones geométricas, adaptándose a anatomías anómalas
del ventrículo izquierdo.
La fracción de eyección es, a día de hoy, el parámetro más utilizado y extendido para valorar la fun-
ción sistólica y se ha mostrado útil en el diagnóstico y la estratificación pronóstica de múltiples patologías
cardiovasculares. Otros métodos más antiguos como el acortamiento fraccional (en el que se basa el mé-
todo de Teichholz), presentan limitaciones importantes (como es el caso de los pacientes con cardiopatía
isquémica y alteraciones de la contractilidad segmentaria que no afecten a los segmentos implicados en
una determinada medida lineal).
El desarrollo de la tecnología ha permitido incorporar el análisis de la deformación miocárdica al
conjunto de técnicas de imagen para cuantificar la función sistólica. El análisis del strain se puede rea-
lizar mediante técnicas Doppler (en las que la medida resulta muy dependiente del ángulo con que es
obtenida) o mediante speckle-tracking, una tecnología que resulta mucho más robusta y reproducible. La
cuantificación de la deformación miocárdica mediante el strain longitudinal global ha demostrado ser
útil en varios contextos clínicos: valoración de la asincronía, detección precoz del daño miocárdico en
pacientes tratados con antraciclinas, estratificación pronóstica en pacientes con enfermedad coronaria o
miocardiopatías… (Fig. 1.4-2).

A B

C D

Figura 1.4-2. La determinación de fracción de eyección mediante el método de Simpson biplano se encuentra
ampliamente validada y tiene un valor pronóstico claramente establecido en el espectro de las enfermedades
cardiovasculares. El software de cuantificación requiere trazar el borde endocárdico obtenido en un frame telediastólico
(A) y en un frame telesistólico (B). Entre los métodos avanzados de cuantificación destaca el análisis
de la deformación longitudinal (C) y la cuantificación 3D (D)

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Valoración de la contractilidad segmentaria

Para cuantificar de forma estandarizada la contractilidad segmentaria, el ventrículo izquierdo se di-


vide en 16 segmentos (o 17 dependiendo del modelo utilizado), todos valorables mediante ecografía
transtorácica. Dicho modelo permite además realizar comparaciones utilizando otras técnicas de ima-
gen como las de medicina nuclear. Generalmente los segmentos se corresponden con un determinado
patrón de vascularización coronaria, aunque existe cierta variabilidad individual en la distribución
de cada territorio.
La contractilidad de cada segmento debe analizarse de manera individual y a partir de la información
obtenida en varios planos. Es importante tener en cuenta el engrosamiento y no únicamente la movilidad,
ya que un segmento puede desplazarse al ser «arrastrado» por los segmentos vecinos o con el conjunto
del corazón. Generalmente se emplea un sistema de puntuación semicuantitativo en cuatro categorías: a)
normal o hiperquinético, b) hipoquinético c) aquinético, y d) disquinético.

rDe entre los métodos habituales, la técnica de elección para cuantificar la función ventricular es
la determinación de la fracción de eyección mediante Simpson biplano. Es imprescindible optimi-
zar tanto la imagen adquirida como las mediciones realizadas para obtener datos fiables. Existen
técnicas avanzadas como la deformación tisular o la cuantificación tridimensional que pueden
proporcionar información útil cuando son utilizadas por operadores con experiencia (Tabla 1.4-1).

TABLA 1.4-1. Valores normalizados según sexo de los diámetros, volúmenes y función sistólica del
ventrículo izquierdo
Hombres Mujeres
Parámetro
Media ± DS Rango 2DS Media ± DS Rango 2DS

Diámetro interno del Diámetro diastólico (mm) 50,2 ± 4,1 42,0 – 58,4 45,0 ± 3,6 37,8 – 52,2
ventrículo izquierdo Diámetro sistólico (mm) 32,4 ± 3,7 25,0 – 39,8 28,2 ± 3,3 21,6 – 34,8

Volúmenes del ventrículo Volumen telediastólico (mL) 106 ± 22 62 – 150 76 ± 15 46 – 106


izquierdo (biplano) Volumen telesistólico (mL) 41 ± 10 21 – 61 28 ± 7 14 – 42

Volúmenes del ventrículo Volumen telediastólico (mL/m2) 54 ± 10 34 – 74 45 ± 8 29 – 61


izquierdo normalizado
por superficie corporal Volumen telesistólico (mL/m2) 21 ± 5 11 – 31 16 ± 4 8 – 24

Fracción de eyección (biplano) 62 ± 5 52 – 72 62 ± 5 54 – 74


DS: desviación estándar.
*Modificado de las guías de cuantificación European Heart Journal – Cardiovascular Imaging (2015) 16, 233–271.

Ventrículo derecho
El ventrículo derecho tiene una morfología única que lleva implícita cierta complejidad en la cuantifica-
ción tanto de su tamaño como de su función. A pesar de esto, no se debe relegar a un segundo plano, ya
que su disfunción es pronóstica en varias patologías tanto cardíacas como pulmonares.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

Cuantificación de las dimensiones del ventrículo derecho

Método linear

La determinación de las dimensiones del ventrículo derecho no puede ser el resultado una simple estima-
ción visual y uno de los métodos más comunes es la cuantificación linear.

Plano: Apical 4 cámaras

Para poder adquirir las medidas del tracto de entrada en su segmentos basal y medio se debe conseguir
primero un plano apical 4 cámaras enfocado en el ventrículo derecho. Dicho plano se logra centrando el
ápex del ventrículo izquierdo en el sector escaneado, evitando acortamientos. Además, es crítico delimi-
tar con claridad la pared libre del ventrículo derecho, ya que de por sí existe una ausencia de referencias
anatómicas específicas para la cuantificación, por desgracia no siempre es posible en caso de ventrículos
muy dilatados y depende también mucho de su posición detrás del esternón. Las medidas se obtienen en
telediástole (coincidiendo con el QRS del electrocardiograma), como se demuestra en la figura 1.4-1.
Medidas:
1. Segmento basal del tracto de entrada del ventrículo derecho: se define como el diámetro máximo
transverso del tercio proximal (debajo de la válvula tricúspide).
2. Segmento medio del tracto de entrada del ventrículo derecho: se define como el diámetro máximo
transverso en el segmento medio, entre el basal y el ápex, en los músculos papilares.
3. Diámetro longitudinal del ventrículo derecho: Diámetro longitudinal máximo desde el tracto de
entrada basal hasta el ápex.
Ventajas: medidas sencillas y estandarizadas.
Desventajas: pequeñas rotaciones del transductor pueden llevar tanto a infra como a sobreestimación.
Claves: en general medidas mayores a 41 mm en el tracto de entrada basal y de 35 mm en el tracto
de entrada medio indican dilatación del ventrículo derecho.

Plano: Paraesternal eje largo y eje corto

En los planos estándar paraesternal eje largo y eje corto, se obtienen las medidas de los segmentos proxi-
mal y distal del tracto de salida del ventrículo derecho. Todas las medidas se realizan en telediástole,
como se demuestra en las figuras 1.4-2 y 1.4-3.
Medidas:
1. Segmento proximal del tracto de salida de ventrículo derecho: en el paraesternal eje largo la medida
del tracto de salida de ventrículo derecho proximal se obtiene haciendo una línea desde la pared
anterior del ventrículo derecho hasta la unión del septo interventricular con la aorta, mientras que
en el paraesternal eje corto la medida es desde la pared anterior del ventrículo derecho hasta la
válvula aórtica.
2. Segmento distal del tracto de salida de ventrículo derecho: en el paraesternal eje corto se traza una
línea transversal por encima del plano valvular pulmonar (Fig. 1.4-3).
Ventajas: medidas fáciles y rápidas de obtener.
Desventajas: la medida del segmento proximal del tracto de salida es menos reproducible, ya que
cualquier angulación del plano puede dar lugar a sobre o infraestimación. Suele ser difícil delimitar
la pared anterior del ventrículo derecho. Las deformidades de la caja torácica o de la espina dorsal
con frecuencia causan interferencias. No existen tantos datos suficientes para la estandarización
de estas medidas.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

A B

Figura 1.4-3. (A) Medidas lineares en el plano apical 4 camáras del ventrículo derecho. RVD1: diámetro basal del tracto de
entrada del ventrículo derecho. RVD2: diámetro medio del tracto de entrada del ventrículo derecho. La medida no
identificada corresponde al diámetro longitudinal del ventrículo derecho. (B) Medidas lineares de los segmentos proximal
y distal del tracto de salida del ventrículo derecho. RVOT prox.: diámetro del segmento proximal del tracto de salida de
ventrículo derecho. RVOT distal: diámetro del segmento distal del tracto de salida de ventrículo derecho.

Método de áreas

Consiste en el trazado manual del borde endocárdico del ventrículo derecho tanto en telediástole como
en telesístole desde un plano apical 4 cámaras enfocado en el ventrículo derecho. Dicho trazado comien-
za en la pared lateral del anillo tricúspide, sigue la pared libre del ventrículo derecho hasta el ápex y regre-
sa al anillo tricúspide medial siguiendo el septo interventricular. El área delimitada incluye en la cavidad
las trabéculas, los músculos papilares y la banda moderadora
Ventajas: fácil de medir.
Desventajas: difícil en caso de ventanas subóptimas y excesiva trabeculación del ventrículo derecho.
Infraestimación en caso de acortamiento del ventrículo en el plano base.

Método volumétrico

La ecografía tridimensional permite la obtención de las medidas volumétricas del ventrículo derecho, su-
perando las barreras de la ecografía bidimensional respecto a orientación y puntos de referencia. A pesar
de que existe cierta dificultad en la adquisición de imágenes de adecuada calidad en pacientes con mala
ventana acústica o dilatación severa del ventrículo derecho, la estimación de los volúmenes telediastólico
y telesistólico del ventrículo derecho, y, por tanto, de la fracción de eyección, suele ser razonable.
Los puntos clave para obtener imágenes 3D de calidad son los siguientes: a) la adquisición del volu-
men debe incluir varios latidos (mejor en pacientes con ritmo regular), con la mínima profundidad y ángu-
lo de sector para una resolución temporal de 20-25 volúmenes/segundo; b) la definición de los volúmenes
máximo o telediastólico y mínimo o telesistólico debe ser manual; c) el trazado posterior, se deben incluir
tanto las trabéculas como la banda moderadora en la cavidad, y d) el contorno en las imágenes dinámicas
debe guardar relación no sólo con el desplazamiento endocárdico, sino también con la excursión del ani-
llo tricúspide a lo largo del ciclo cardíaco.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

Comparado con la resonancia magnética que es el Gold standard, la ecografía tridimensional


tiende a infraestimar los volúmenes del ventrículo derecho, sobre todo en mujeres y ancianos. En la
actualidad, no existen datos definitivos acerca de los valores normales de los volúmenes de ventrículo
derecho, sin embargo, y de acuerdo con lo publicado hasta ahora, los límites superiores de los valores
normales se aproximan en el caso del volumen telediastólico a 87 mL/m2 en hombres y 74 mL/m2 en
mujeres, mientras que en el volumen telesistólico corresponden a 44 mL/m2 y 36 mL/m2, respectiva-
mente (Fig. 1.4-4).
Ventajas: medida única y global del ventrículo derecho que incluye tanto el tracto de entrada como
el tracto de salida y el ápex. Menor afectación por suposiciones geométricas. Validado frente a la
resonancia magnética.
Desventajas: requiere de equipo y software específico, además de experiencia para la obtención de
imágenes de adecuada calidad. Además, una buena adquisición depende del ritmo y de la colabo-
ración por parte del paciente.

A B

Figura 1.4-4. Dos de los métodos principales de cuantificación de la función sistólica del ventrículo derecho se centran en
el análisis de la función longitudinal a partir del plano del anillo tricúspide. A: Excursión sistólica tisular del anillo
tricúspide mediante modo M (TAPSE). B: Análisis mediante Doppler tisular de la onda sistólica del ventrículo derecho.

rLos informes de ecografía convencional deben de incluir medidas que reflejen una valoración
cuantitativa del ventrículo derecho. Para que dicha valoración sea global, debe incluir diferentes
planos ecocardiográficos: apical 4 cámaras enfocado en el ventrículo derecho, paraesternal eje
largo y paraesternal eje corto. En caso de experiencia en el uso de la ecografía tridimensional, se
recomienda la cuantificación de los volúmenes (Tabla 1.4-2 y Tabla 1.4-3).

Cuantificación del espesor de la pared libre de ventrículo derecho

Método linear

La cuantificación linear del grosor de la pared libre del ventrículo se puede realizar en 2D o modo M. Se
lleva a cabo en un plano subcostal, con zoom enfocado en el segmento medio de la pared libre del ventrí-
culo derecho, en fase telediastólica, debajo del anillo tricúspide. Se deben de excluir las trabéculas de los
músculos papilares y la grasa epicárdica. Para una mejor definición del borde endocárdico, se deben del
llevar a cabo maniobras respiratorias (Fig. 1.4-5).

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Ventajas: fácil cuantificación.


Desventajas: el uso de armónicos o la realización de medidas oblicuas pueden sobreestimar el gro-
sor de la pared del ventrículo derecho. Es difícil delimitar la pared en caso de engrosamiento del
pericardio visceral.

TABLA 1.4-2. Valores de referencia de las medidas del ventrículo derecho


Parámetro Media ± Desviación estándar Valores normales

Diámetro basal del tracto de entrada del ventrículo derecho (mm) 33 ± 4 25-41

Diámetro medio del tracto de entrada del ventrículo derecho (mm) 27 ± 4 19-35

Diámetro longitudinal (mm) 71 ± 6 59-83

Tracto de salida de ventrículo derecho proximal.


25 ± 2,5 20-30
Paraesternal eje largo (mm)

Tracto de salida de ventrículo derecho proximal.


28 ± 3,5 21-35
Paraesternal eje corto (mm)

Tracto de salida de ventrículo derecho distal.


22 ± 2,5 17-27
Paraesternal eje corto (mm)

Grosor de pared miocárdica (mm) 3±1 1-5

8,8 ± 1,9 Hombres 5-12,6


Área telediastólica indexada a superficie corporal (cm2/m2)
8,0 ± 1,75 Mujeres 4,5-11,5

4,7 ± 1,35 Hombres 2-7,4


Área telesistólica indexada a superficie corporal (cm2/m2)
4,0 ± 1,2 Mujeres 1,6-6,4

61 ± 13 Hombres 35-87
Volumen telediastólico indexado a superficie corporal (mL/m2)
53 ± 10,5 Mujeres 32-74

27 ± 8,5 Hombres 10-44


Volumen telesistólico indexado a superficie coroporal (mL/m2)
22 ± 7 Mujeres 8-36
*Modificado de las guías de cuantificación European Heart Journal – Cardiovascular Imaging (2015) 16, 233-271.

Cuantificación de la función del ventrículo derecho

Índice de desempeño miocárdico del ventrículo derecho (RIMP de sus siglas en inglés)

Índice que confronta el tiempo no eyectivo que es la suma del tiempo de relajación isovolumétrica (IVRT)
más el tiempo de contracción isovolumétrica (IVCT), frente al tiempo eyectivo (ET), mediante la siguiente
fórmula: RIMP= (IVRT+IVCT) / ET o bien RIMP= (TCO-ET) /ET. En este segundo caso TCO se refiere al
tiempo total de cierre-apertura de la válvula tricúspide. Se puede estimar usando bien Doppler pulsado
(PW) o Doppler tisular. En el caso del PW los intervalos R-R deben ser regulares. Los tiempos no eyectivos
se calculan colocando el Doppler en la válvula tricúspide, mientras que el tiempo eyectivo se registra en
la válvula pulmonar (Fig. 1.4-6). Puede ser anormal en caso de aumento de presión en la aurícula derecha,
ya que se acorta el tiempo de relajación isovolumétrica (IVRT). Un RIMP > 0,43 por Doppler pulsado y
> 0,54 por DTI indican disfunción del ventrículo derecho.

Desplazamiento sistólico del plano anillo tricuspídeo (TAPSE de sus siglas en inglés)

El TAPSE es una medida fácil de obtener y representa la función longitudinal del ventrículo derecho. Se
mide mediante el modo M, con el cursor bien alineado en paralelo a la dirección del anillo tricúspide

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TABLA 1.4-3. Valores de referencia de los parámetros de función del ventrículo derecho
Parámetro Media ± Desviación estándar Límite de anormalidad

TAPSE (mm) 24 ± 3,5 17

Onda sistólica tisular (cm/s) 14,1 ± 2,3 9,5

Acortamiento fraccional de área (%) 49 ± 7 35

Valores más cercanos a 0, es


Strain de la pared libre del ventrículo derecho (%)* -29 ± 4,5
decir > –20

FEVI 3D (%) 58 ± 6,5 45

Índice de desempeño miocárdico, Doppler pulsado 0,26 ± 0,085 0,43

Índice de desempeño miocárdico, Doppler tisular 0,38 ± 0,08 0,54


*Datos limitados que dependen del vendedor y del software.
**Modificado de las guías de cuantificación European Heart Journal – Cardiovascular Imaging (2015) 16, 233–271.

Figura 1.4-5. Mediciones de ejemplo realizadas en un paciente con raíz aórtica de tamaño normal en el plano anular (A),
senos de Valsalva (SV) y unión sinotubular (US).

lateral en el plano apical 4 cámaras, trazando una línea que va desde la telediástole hasta el pico sistólico.
Aunque existen variaciones menores de sus valores en función del género y la superficie corporal, en ge-
neral valores < 17 mm son altamente sugestivos de disfunción del ventrículo derecho (Fig. 1.4-4A).
Ventajas: su caída tiene implicaciones pronósticas.
Desventajas: refleja de forma parcial la función global del ventrículo derecho.

Acortamiento fraccional de área del ventrículo derecho (FAC de sus siglas en inglés)

El FAC estima la función sistólica global del ventrículo derecho. Para su cálculo es preciso que todo el
ventrículo derecho se encuentra contenido en la imagen, incluidos la pared libre y el ápex, tanto en sístole
como en diástole. Cuando se lleve a cabo el trazo del área en ambas fases se deben incluir las trabéculas
en la cavidad. Valores < 35 % indican disfunción.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

Ventajas: incluye los componentes longitudinal y radial de la contracción del ventrículo derecho.
Tiene implicaciones pronósticas. Se correlaciona con la fracción de eyección cuantificada por
resonancia magnética.
Desventajas: excluye la cuantificación de la contribución del tracto de salida del ventrículo derecho
en la función global. Escasa reproducibilidad interobservador.

Figura 1.4-6. Medición del diámetro de la vena cava inferior a través de la ventana subcostal. Es necesario realizar una
medida perpendicular al eje del vaso a una distancia de 1-2 cm de la desembocadura en la aurícula derecha.

Onda sistólica tisular del ventrículo derecho

La onda sistólica se obtiene mediante Doppler tisular, siendo muy importante la alineación del segmento
basal del ventrículo derecho y el anillo tricúspide. Un valor < 9,5 cm/segundo medido en la pared libre
del ventrículo derecho indica disfunción (Fig. 1.4-4B).
Ventajas: tiene valor pronóstico y se ha correlacionado con la fracción de eyección medida por ra-
dionúclidos.
Desventajas: al igual que el TAPSE no representa del todo la función sistólica global del ventrículo
derecho, en especial tras toracotomía, trasplante cardíaco, etc.

Strain y strain rate del ventrículo derecho

El strain y el strain rate son parámetros útiles en la estimación de la función sistólica tanto global como regio-
nal del ventrículo derecho. El strain longitudinal se calcula como el porcentaje de acortamiento sistólico de
la pared libre de ventrículo derecho, mientras que el strain rate longitudinal, refleja frecuencia de este acorta-
miento. Se obtiene en un plano apical 4 cámaras de ventrículo derecho. El speckle-tracking para el strain del
ventrículo derecho se realiza poniendo los puntos de referencia dentro del miocardio (pared lateral, septal
y ápex). Recientemente se ha descrito que el valor del pico sistólico excluyendo el septo interventricular
(reduce la interdependencia) tiene valor pronóstico en varias enfermedades como la insuficiencia cardíaca,
infarto agudo al miocardio, la hipertensión pulmonar y la amiloidosis. Además, ayuda a predecir el fallo del
ventrículo derecho en los pacientes a quienes les implanta una asistencia ventricular izquierda. Todavía no
hay un dato universal y depende de cada casa comercial, pero se podría decir que los valores normales de
strain longitudinal global de la pared libre del ventrículo derecho suelen ser > -20 %.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

Fracción de eyección 3D del ventrículo derecho

La fracción de eyección 3D del ventrículo derecho es una medida del desempeño global del ventrículo
derecho. Ha sido validada en varias ocasiones frente a la resonancia magnética cardíaca, siendo el método
semiautomático el más recomendado. Sus limitaciones incluyen la dependencia de la carga, la interdepen-
dencia ventricular que afecta la movilidad del septo, la mala ventana acústica y el ritmo irregular. Suele ser
mayor en las mujeres que en los hombres debido a que los volúmenes son más pequeños. Como norma
general valores por debajo 45 % suelen ser un reflejo de disfunción ventricular.

rLa caída de la función sistólica del ventrículo derecho es pronóstica en muchas enfermedades
cardíacas y pulmonares. Debido a que parámetros como el TAPSE o la onda sistólica tisular son
únicamente un reflejo indirecto de la función global, una cuantificación más exacta de la función
de ventrículo derecho debe incluir otras medidas como el acortamiento fraccional de área o, en
laboratorios con experiencia, la función 3D del ventrículo derecho.

AURÍCULAS DERECHA E IZQUIERDA

Aurícula izquierda
La aurícula izquierda tiene una clara influencia sobre el llenado y desempeño del ventrículo izquierdo,
ya que, por una parte, actúa como bomba contráctil contribuyendo al 15-30 % del llenado del ventrículo
izquierdo, es el reservorio de las venas pulmonares mientras ocurre la sístole ventricular y, por último, es
el conducto que lleva la sangre al ventrículo en la fase de llenado rápido ventricular. El crecimiento de
la aurícula izquierda es un reflejo de la severidad y de la cronicidad de la disfunción diastólica y de la
magnitud del aumento de las presiones en la misma, por lo tanto, su dilatación se asocia a un pronóstico
adverso cardiovascular en ausencia de enfermedad mitral. Además, el crecimiento de la aurícula izquierda
se asocia a desarrollo de fibrilación auricular, ictus, riesgo de mortalidad por infarto agudo de miocardio,
hospitalización en los pacientes con miocardiopatía dilatada, y riesgo de eventos mayores cardiovascula-
res o de muerte en los pacientes con diabetes mellitus.
En general, la aurícula izquierda se debe medir mediante ecografía transtorácica, ya que en la transe-
sofágica a menudo no se incluye su totalidad. Se debe medir al final de la sístole, cuando tiene su mayor
dimensión. Se debe evitar el acortamiento de las imágenes durante su adquisición, ya que el eje longitu-
dinal de la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo no coinciden en el mismo plano. La interfaz para
delimitar la aurícula a nivel atrio-ventricular debe ser el anillo mitral y no los velos de la válvula mitral, y
en su cuantificación no hay que incluir las venas pulmonares ni la orejuela izquierda.

Medidas lineares

La medida linear más empleada de la aurícula izquierda es la anteroposterior en el paraesternal eje largo
mediante modo M o preferiblemente 2D, sin embargo, no representa adecuadamente el tamaño de la mis-
ma, ya que asume que cuando la aurícula crece, lo hace de forma homogénea en todas sus dimensiones,
por lo que no debe usarse como parámetro aislado.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

Medidas volumétricas

La facilidad de la cuantificación de los volúmenes y la amplia evidencia tanto de sus valores normales
como de su implicación pronóstica, ha hecho que el reporte del área sea innecesario, y es por esto que
hay que centrar la atención en este parámetro.
La cuantificación volumétrica por el método de discos biplano (Fig. 1.4-7), tiene en cuenta que el re-
modelado de la aurícula ocurre en todas las direcciones. Se cuantifica con un trazo del borde endocárdico
tanto en el plano apical 4 cámaras como en el plano apical 2 cámaras, debiendo evitar el empleo de 1
solo plano, para reducir las asunciones geométricas. Sus valores, suelen ser menores que los del TAC o la
resonancia magnética. Debido a que existen diferencias en los volúmenes dependientes del sexo, éstos
se deben de reportar indexados a superficie corporal. En general un volumen de 34mL/m2 se considera
normal para ambos géneros.
La ecografía 3D valora también volúmenes de la aurícula izquierda y se correlaciona mejor con las
cifras del TAC y la resonancia magnética, siendo más precisa y teniendo también implicaciones pronósti-
cas, sin embargo, faltan datos que establezcan los valores normales.

A B

Figura 1.4-7. El método de PISA permite realizar una estimación del orificio regurgitante de la insuficiencia mitral. Para
obtener una medición del radio PISA (A), es preciso obtener una imagen adecuada con zoom, optimizar la ganancia y
desplazar la línea de base en dirección del jet regurgitante hasta un valor Nyquist en torno a 30-35 cm/s. Además, es
necesario cuantificar la velocidad máxima de regurgitación mitral obtenida con Doppler continuo (B).

Aurícula derecha
Existen menos datos con respecto a los valores y la implicación pronóstica de las medidas de la aurícula
derecha. Lo más común es que se mida en un plano apical 4 cámaras. La cuantificación puede ser linear
mediante 2 medidas, que son ejes perpendiculares, uno del borde lateral de la aurícula derecha hasta el
septo interauricular y la otra el eje largo. Al igual que en la aurícula izquierda se pueden cuantificar los
volúmenes que son más robustos y precisos, pero la diferencia es que la medida se realiza en 1 solo plano,
siendo siempre mayores los valores en los hombres, por lo que aun indexando no existe homogenización.
Los valores son menores en 2D, que en 3D y por tanto se infraestiman. En general el volumen normal en
hombres es de 25 ± 7 mL/m2 y en mujeres de 21 ± 6 mL/m2.

ANILLO AÓRTICO Y RAÍZ AÓRTICA

La raíz aórtica es una estructura compleja que se extiende desde el nadir de los velos de la válvula aórtica
en el tracto de salida del ventrículo izquierdo hasta su inserción distal en la unión sinotubular. Una ade-

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

cuada valoración debe incluir las siguientes medidas: a) el anillo aórtico, b) el diámetro máximo de los
senos de Valsalva, c) la unión sinotubular (que es la zona que demarca la transición entre los senos de Val-
salva y la porción tubular de la aorta ascendente) y d) el diámetro máximo de la aorta ascendente proximal
(incluyendo una nota de la distancia entre la medida de la ascendente proximal y la unión sinotubular).
En general, para la adecuada medición del anillo y la raíz aórtica se deberá obtener un eje paraester-
nal optimizado. Para esto, hay que acercarse al borde esternal y desplazarse uno o dos espacios intercosta-
les, de manera que se incluya el eje largo de la aorta ascendente proximal, que será la referencia, ya que
a partir de él las medidas serán perpendiculares. Además, en válvulas tricúspides el cierre de los velos,
habitualmente el coronario derecho y el no coronario, debe ocurrir en el centro del eje largo de la aorta.
En algunas ocasiones, cuando existe una dilatación significativa de la aorta ascendente, el eje se obtiene
desde el paraesternal derecho en el segundo o tercer espacio intercostal.

Anillo aórtico
No es una estructura anatómica verdadera, sino que es un anillo virtual que está definido por el nadir de
los velos de la válvula en el tracto de salida de ventrículo izquierdo. La medida se debe hacer mediante
un zoom en el paraesternal eje largo, en mesosístole cuando el anillo alcanza su diámetro mayor y es más
redondo. El diámetro se cuantifica de borde interno a borde interno. La cuantificación del anillo puede
ser un reto en caso de calcificación de los velos, en este caso, las protuberancias de calcio se deben de
considerar parte del lumen y por tanto serán excluidas del diámetro.

Raíz aórtica
El diámetro máximo de la raíz aórtica lo constituyen los senos de Valsalva, que se obtiene desde el paraes-
ternal eje largo previamente especificado. La fase del ciclo será la telediástole, a diferencia del anillo. No
existe consenso acerca del método, pero debido a que los estudio que establecen el riesgo de insuficiencia
aórtica y disección aórtica se han regido por la cuantificación de borde externo a borde interno, ésta será
la recomendación mantenida en las últimas guías de cuantificación europeas. Siempre prefiriendo la cuan-
tificación 2D, sobre la realizada en el modo M para reducir los errores (Fig. 1.4-5).

r• Optimizar el paraesternal eje largo para incluir el eje largo de la aorta ascendente, y en el centro
el cierre de los velos coronario derecho y no coronario (si válvula tricúspide). Las medidas serán
perpendiculares a este eje.
• El anillo se mide en mesosístole, de borde interno a borde interno, en el nadir de las cúspides de
los velos.
• El resto de la aorta se mide en telediástole, de borde externo a borde interno.
• Ajustar las medidas a superficie corporal.
• Preferir 2D sobre modo M.
(Tabla 1.4-4).

VENA CAVA INFERIOR

La cava inferior debe cuantificarse en un plano subcostal obtenido con el paciente en decúbito supino. Debe
obtenerse la medida perpendicular al eje del vaso, a una distancia de 1-2 cm de la desembocadura en la
aurícula derecha, valorando además la colapsabilidad de la vena con la respiración. Dicha información per-
mitirá realizar una estimación de la presión existente en aurícula derecha, necesaria para calcular la presión
sistólica en arteria pulmonar (en aquellos pacientes que presentan insuficiencia tricúspide) (Fig. 1.4-6).

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

TABLA 1.4-4. Valores de referencia de la raíz aórtica


Valores absolutos (cm) Valores indexados (cm/m2)

Raíz aórtica Hombre Mujer Hombre Mujer

Anillo 2,6 ± 0,3 2,3 ± 0,2 1,3 ± 0,1 1,3 ± 0,1

Senos de Valsalva 3,4 ± 0,3 3,0 ± 0,3 1,7 ± 0,2 1,8 ± 0,2

Unión sinotubular 2,9 ± 0,3 2,6 ± 0,3 1,5 ± 0,2 1,5 ± 0,2

Aorta ascendente proximal 3,0 ± 0,4 2,7 ± 0,4 1,5 ± 0,2 1,6 ± 0,3
*Modificado de las guías de cuantificación European Heart Journal – Cardiovascular Imaging (2015) 16, 233–271.

VALORACIÓN DE VALVULOPATÍAS

Insuficiencia mitral
El adecuado funcionamiento de la válvula mitral depende de la compleja interacción entre los velos de
la válvula mitral, el aparato subvalvular mitral (cuerdas tendinosas y músculos papilares), el anillo mitral
y el ventrículo izquierdo. Una imperfección en cualquiera de estos mecanismos puede causar una insu-
ficiencia. La válvula mitral normal está formada por 2 velos, el posterior anclado en dos tercios del anillo
mitral y el anterior en el tercio restante. Cada uno de los velos tiene 3 festones: A1, A2 y A3, así como P1,
P2 y P3. A1 y P1 corresponden a la porción externa y anterolateral de la comisura, cerca de la orejuela
izquierda. Mientras que A3 y P3 son internos y se encuentran cerca de la comisura posteromedial y, por
tanto, cerca del anillo tricúspide.

Etiología y mecanismos

De acuerdo con la etiología, la insuficiencia mitral se clasifica en primaria, cuando el fallo es orgánico o
intrínseco de la propia válvula; y en secundaria, que es más bien funcional o sin alteración estructural de
la propia válvula.
Las causas de la insuficiencia primaria incluyen sobre todo las enfermedades degenerativas (Barlow,
Marfan, Ehler-Danlos, etc.), la enfermedad reumática, la valvulopatía tóxica y la endocarditis. La rotura de
los músculos papilares secundaria a infarto agudo al miocardio se incluye dentro de los defectos primarios
isquémicos. De todas éstas, hoy por hoy, la enfermedad degenerativa constituye la principal causa de
cirugía cardíaca.
Por otro lado, ya se ha dicho que la insuficiencia mitral secundaria se desarrolla a pesar de una vál-
vula mitral estructuralmente normal, en el contexto por ejemplo de cardiopatía isquémica, miocardio-
patía dilatada o dilatación severa de la aurícula izquierda. Este mecanismo secundario está representado
en la clasificación de Carpentier que analiza el movimiento de los velos: Tipo I movimiento normal de
los velos, Tipo II movimiento excesivo de los velos y Tipo III movimiento restrictivo de los velos. Resulta
de una falta de equilibrio entre las fuerzas que interactúan para el cierre de la válvula, así el remodelado
del ventrículo izquierdo en la miocardiopatía dilatada resulta en restricción simétrica o de ambos velos
y alteraciones en el anclaje de la válvula, que producen un defecto de coaptación. Mientras que la insu-
ficiencia mitral isquémica crónica, presente en pacientes con antecedente de infarto posterior, se explica
en 95 % de los casos por un mecanismo tipo III, donde la restricción de movimiento es asimétrica y de
predominio sistólica.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

Valoración ecocardiográfica de la severidad de la insuficiencia mitral

Valoración bidimensional

El paraesternal eje corto permite una adecua valoración de ambos velos y de los 6 festones. Si a éste se le
asocia Doppler color, se puede identificar el origen del jet de insuficiencia. En el paraesternal eje largo, se
identifican los festones A2 y P2. En el apical 4 cámaras A3, A2 y P1 (de interno a externo). En el apical 2
cámaras P3, A2 y P1 (de izquierda a derecha).
En la caracterización de los defectos, es importante la descripción de los festones involucrados y sus
cambios anatómicos. Además, se debe incluir siempre la medida del anillo mitral, que se encuentra di-
latado cuando supera los 35 mm. Recordar que defectos anatómicos como el prolapso de la totalidad de
uno de los velos, la rotura de un músculo papilar, o un defecto grande de coaptación, son por sí mismos
hallazgos específicos de severidad en la insuficiencia mitral.
Por último, en centros con experiencia, se deben de realizar adquisiciones en 3D, que se ha demos-
trado superior en la identificación de los defectos, que el 2D y permite obtener visiones como la que el
cirujano tiene en el quirófano, lo que optimiza los reportes y ayuda a la planificación.

Reparabilidad

La valoración de la reparabilidad se debe incluir en el informe ecocardiográfico definitivo. En el caso de


la insuficiencia mitral primaria, los predictores de fallo en la reparación incluyen: jet central muy grande,
dilatación severa del anillo > 50 mm, afectación de más de 3 festones en especial si se incluye el velo
anterior y extensa calcificación.
En la insuficiencia mitral isquémica o secundaria, son predictores de recurrencia: diámetro del anillo
> 37 mm, área de tenting > 1,5 cm2 y la severidad de la insuficiencia.

Doppler color

El Doppler color constituye el método cualitativo empleado con mayor frecuencia. Si bien es cierto que el
hallazgo de defectos grandes y con efecto coanda en la aurícula izquierda son sugestivos de severidad, el
uso aislado de esta técnica para la estimación del grado de insuficiencia es inadecuado, ya que se ve in-
terferida por diversos factores técnicos y hemodinámicos. Su principal ventaja es que permite un abordaje
inicial e identificación del jet de insuficiencia.

Vena contracta

La anchura de la vena contracta, es un método semicuantitativo sencillo, que representa el área que deja
el jet según abandona el orificio regurgitante. Se cuantifica en 2 o 3 latidos, y usando 2 planos ortogonales,
habitualmente el apical 4 cámaras y 2 cámaras, haciendo un promedio de los valores. Valores ≤ 3 mm son
sugestivos de una insuficiencia leve y ≥ 7 mm apuntan severidad. Los valores intermedios son de más difí-
cil interpretación. Entre los defectos de la técnica se encuentra, el que asuma que el jet es circular, lo cual
no es cierto en muchos de los casos. Además, la insuficiencia mitral puede estar conformada por múltiples
jets, cuyos valores no se deben sumar.

Convergencia de flujos

La técnica del área de convergencia del flujo (PISA), es el abordaje cuantitativo más recomendable. Se
realiza habitualmente en el apical 4 cámaras, excepto en casos de prolapso del velo anterior que se ve
mejor en el paraesternal eje largo. Se hace zoom del área y se reduce el límite del Nyquist a 15-40 cm/s.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

El radio del PISA se mide en la mesosístole y hasta el primer aliasing. Cualitativamente, la presencia de
un flujo de convergencia a un límite de 50-60 cm/s debe alertar sobre la presencia de una insuficiencia
mitral severa. Valores de 20-29 mm2 son sugestivos de valvulopatía leve, de 30-39 mm2 moderada-severa
y en las primarias > 40 mm2 severa. Debido a que las secundarias no suelen ser circulares, con lo cual se
existe un riesgo de infraestimación, el límite de severidad establecido se encuentra por encima de 20 mm2,
siendo este valor pronóstico, ya que identifica a los pacientes en mayor riesgo de desarrollo de eventos
cardiovasculares (Fig. 1.4-7).

Doppler pulsado

Velocidad del llenado anterógrado de la válvula mitral

En ausencia de estenosis mitral, el aumento del llenado mitral ocurre en casos de insuficiencia mitral signi-
ficativa, sobre todo a expensas de la fase de llenado rápido ventricular, que se encuentra representado por
una onda E > 1,5 m/s. Por el contrario, una onda A dominante excluye una insuficiencia mitral significativa.

Relación de integrales del llenado mitral y de salida aórtico

La relación de integrales del llenado mitral (Doppler pulsado en la punta de los velos de la válvula mitral)
y el de salida aórtico (Doppler pulsado en el anillo aórtico) > 1,4 sugiere insuficiencia mitral severa, y más
próximo a 1, una insuficiencia mitral leve.

Doppler de las venas pulmonares

El flujo normal de las venas pulmonares lo constituye una onda S o sistólica prominente, seguida de una
menor diastólica. A mayor sea el grado de insuficiencia mitral, la onda sistólica se vuelve más pequeña,
llegando a invertirse su dirección en los casos más severos. Como la dirección del jet de insuficiencia
puede afectar a las venas de forma no homogénea, se recomienda que se registren las 4 venas. Como la
fibrilación auricular puede ser reflejo del aumento de la presión de la aurícula izquierda, la abolición de
la onda sistólica en este caso no sirve para ver el grado de IM, a menos que la onda sea realmente reversa.

Doppler continuo

Las velocidades del Doppler continuo de la insuficiencia mitral tienen un rango de entre 4 y 6 m/s, porque
existe un amplio gradiente sistólico entre la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo. La velocidad por
sí misma no da mucha información respecto de la severidad de la insuficiencia. La densidad del jet es un
parámetro cualitativo de la severidad, si es muy denso y holosistólico la insuficiencia es más severa. Si
además el jet es triangular, la insuficiencia es más severa, ya que indica presión regurgitante elevada.

Consecuencias de la insuficiencia mitral


La insuficiencia mitral primaria severa tiene consecuencias hemodinámicas significativas. Produce una di-
latación del ventrículo izquierdo debido al aumento de la precarga, lo que condiciona en fases iniciales un
aumento de la función sistólica ventricular izquierda, habitualmente por encima del 65 %, que mantiene
a los pacientes asintomáticos. Además, la aurícula sufre de remodelado y crecimiento. En fases crónicas
avanzadas, hay finalmente una caída de la función ventricular y aumentan las presiones de aurícula iz-
quierda. Un ventrículo no dilatado excluye en principio una insuficiencia mitral severa, excepto en los
casos en los que sea aguda. Por último, la insuficiencia mitral severa produce hipertensión pulmonar que
se debe registrar siempre que sea posible.

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El caso de las insuficiencias secundarias es sin embargo diferente, porque es consecuencia de la pro-
pia enfermedad ventricular. La dilatación tanto de la aurícula como del ventrículo suelen ser excesivas en
comparación con el grado de insuficiencia mitral.

rEl Doppler color no debe ser método aislado ni cuantitativo, debe ser empleado únicamente
para detección inicial. Si es posible se debe cuantificar la vena contracta. En caso de valores
intermedios, entre 3 y 7 mm, se necesita confirmación por un método más cuantitativo. Cuando
sea posible, se recomienda hacer el PISA como método cuantitativo de elección, tanto en jets
centrales como excéntricos. La relación de las integrales obtenidas con Doppler pulsado mitral
y aórtico, así como el flujo reverso de las venas pulmonares, indica severidad de insuficiencia
mitral. Son valores añadidos de gran utilidad para la valoración de la IM. El Doppler continuo es
valoración cualitativa. Si la insuficiencia mitral primaria es más que ligera, se deben de reportar
las dimensiones del ventrículo izquierdo, la FEVI, las dimensiones de la aurícula izquierda y la
presión sistólica pulmonar.

Insuficiencia aórtica
La ecocardiografía permite, además del diagnóstico de insuficiencia valvular aórtica, una correcta valora-
ción del mecanismo implicado, lo que resulta clave para planificar el tratamiento quirúrgico de la misma
y valorar la probabilidad de recurrencia. Siguiendo la clasificación clásica de Carpentier, es posible distin-
guir entre aquellas insuficiencias con movimiento normal de los velos (relacionadas con dilatación de la
raíz aórtica o rotura de los mismos), las que tienen movilidad aumentada (generalmente, en relación con
un prolapso valvular) o las que tienen movilidad disminuida (por ejemplo, en pacientes con afectación
degenerativa o reumática).

Valoración ecográfica de la severidad de la insuficiencia

• Estudio bidimensional: En la cuantificación de la insuficiencia aórtica es clave la valoración de


la repercusión hemodinámica experimentada por el ventrículo izquierdo. Además, importa el
contexto en que se produce la valvulopatía: aquellas situaciones con insuficiencia aórtica aguda
(como la endocarditis infecciosa o la disección aórtica) cursan con empeoramiento clínico rápi-
damente progresivo pero con un ventrículo izquierdo de tamaño normal. En esta situación, la
existencia de una cámara no adaptada y poco compliante da lugar a presiones telediastólicas
elevadas y cierre precoz de la válvula mitral. En cambio, la insuficiencia aórtica severa en situa-
ción crónica (por ejemplo, en la valvulopatía degenerativa), da lugar a un aumento progresivo
de los diámetros y volúmenes cuantificados del ventrículo izquierdo mediante ecocardiografía.
Además, la fracción de eyección se mantiene en rango normal (o incluso aumentada) durante
gran parte del curso clínico.
• Doppler color: La insuficiencia aórtica puede detectarse en la mayor parte de los pacientes
como un jet de regurgitación diastólico que se inicia en la raíz aórtica hacia la cavidad ven-
tricular izquierda, generalmente visible en planos apicales o paraesternales. El tamaño y la
longitud del jet no constituyen buenos parámetros ecocardiográficos para cuantificar la seve-
ridad de la insuficiencia, porque dependen de la situación hemodinámica del paciente en cada
momento concreto. No obstante, las guías de cuantificación de valvulopatías todavía incluyen
entre sus recomendaciones la amplitud del jet de regurgitación con respecto al tracto de salida
izquierdo: un ratio entre el jet y el diámetro del tracto inferior al 25 % orienta hacia una insu-
ficiencia leve, entre el 25 y el 64 % sugiere una insuficiencia moderada y a partir del 65 % se

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

considera la insuficiencia como severa. Entre las limitaciones de esta técnica se encuentran la
posibilidad de sobreestimar la insuficiencia cuando es central y la posibilidad de infraestimarla
cuando es excéntrica. Además, el ratio medido depende el tamaño del tracto de salida en cada
paciente. Por otro lado, la medición de la vena contracta constituye una técnica sencilla y más
reproducible, no sólo en jets centrales, sino, ocasionalmente, también en insuficiencias excén-
tricas. Para cuantificarla, es preciso optimizar la imagen ecográfica mediante zoom y ajuste
de la ganancia, siendo el plano paraesternal eje largo el más utilizado para la medición. Hay
que asegurarse de visualizar tanto la zona de convergencia del flujo como el cuerpo del jet de
regurgitación en el tracto de salida. Una vena contracta menor de 3 mm apunta a una insufi-
ciencia ligera, entre 3 y 6 mm moderada y superior a 6 mm, severa. Este método obtiene un
buen resultado en la categorización de la insuficiencia en estos dos extremos (ligera y severa),
teniendo menor fiabilidad en el rango de insuficiencias moderadas. Además, tiene ciertas limi-
taciones en presencia de válvulas bicúspides y cuando existe más de un jet de regurgitación.
La técnica del área de convergencia del flujo (PISA) también se puede utilizar para la cuantifi-
cación, con una imagen ampliada mediante zoom en los planos paraesternal eje largo, apical
de cinco cámaras o, en ocasiones, paraesternal derecho. No obstante, puede verse limitada si
la visualización no es óptima o en casos de calcificación severa de la válvula y sombra acústica
prominente. Ello hace que sea menos utilizada que en el caso de la valvulopatía mitral. Otra
alternativa consiste en la planimetría de la vena contracta mediante técnicas tridimensionales,
aunque obtiene mejores resultados en el contexto de laboratorios de Imagen con experiencia
en ecocardiografía 3D (Fig. 1.4-8).

A B C

Figura 1.4-8. Una adecuada cuantificación de la insuficiencia aórtica parte de la valoración morfológica de la válvula. En
este ejemplo, se trata de una válvula bicúspide visualizada en eje corto (A). La medición relativa del jet regurgitante con
respecto al tracto de salida puede realizarse en un eje paraesternal eje largo o, como en este paciente, en un plano apical
de cinco cámaras (B). La medida de la vena contracta ha de realizarse en un frame donde se observen los tres componen-
tes del jet: área de isovelocidad, vena contracta y zona de dispersión (C).

• Doppler pulsado: Aunque es normal observar con Doppler pulsado discreta inversión del flujo en
aorta descendente restringida a la protodiástole, la inversión holodiastólica es un hallazgo pato-
lógico que generalmente apunta a una insuficiencia importante, siendo más específica en aorta
abdominal. Es necesario recordar que es un hallazgo que puede estar también presente en otras
situaciones (ductus arterioso persistente, fístula arteriovenosa…).
• Doppler continuo: Precisa una alineación adecuada con el jet de insuficiencia, que generalmente
se logra en los planos apicales de cinco cámaras. La densidad del jet proporciona una medida
cualitativa de la severidad de la insuficiencia (es directamente proporcional al número de hema-
tíes que constituyen el jet de regurgitación), aunque no es capaz de discriminar adecuadamente

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

entre las insuficiencias moderadas y las severas. La medida del tiempo de hemipresión se basa en
la diferencia de presiones entre la raíz aórtica y el ventrículo izquierdo en diástole: cuanto más
inclinada sea la pendiente del Doppler, menos tiempo tardan las presiones de ambas cámaras en
aproximarse, lo que generalmente constituye un marcador de gravedad de la valvulopatía. Así, un
tiempo de hemipresión > 500 ms apunta a una insuficiencia ligera, si es < 200 ms severa y entre
ambos dinteles se clasifica como moderada. Dado que el gradiente transvalvular diastólico depende
además de la complianza del ventrículo izquierdo, es necesario tener en cuenta que en el caso de
insuficiencias significativas de largo tiempo de evolución, la adaptación de la cámara a una situa-
ción de sobrecarga de volumen puede alargar el tiempo de hemipresión, sugiriendo un grado de
regurgitación inferior al real (Fig. 1.4-9).

A B

Figura 1.4-9. Dos hallazgos Doppler que apoyan el diagnóstico de insuficiencia aórtica severa son la inversión diastólica
del flujo en aorta torácica abdominal (A), en este caso determinada en un estudio transesofágico; y la pendiente marcada
del tiempo de hemipresión (B), obtenido mediante Doppler continuo del jet regurgitante.

rUna adecuada cuantificación de la insuficiencia aórtica debe comenzar por una correcta va-
loración de la anatomía valvular. Es necesario considerar el tiempo de evolución y la situación
hemodinámica a la hora de interpretar los diferentes parámetros. La vena contracta es una técnica
sencilla que puede discriminar rápidamente aquellos pacientes con insuficiencias de grado ligero
y severo. La inversión diastólica del flujo en aorta abdominal apunta al diagnóstico de insuficien-
cia severa.

Insuficiencia pulmonar
Se trata de una válvula semilunar, con velos más finos que los de la válvula aórtica, localizada en una po-
sición anterior y superior a la de dicha válvula, lo cual puede dificultar en ocasiones su visualización tanto
mediante ecografía transtorácica como transesofágica. Un 75-80 % de la población presenta insuficiencia
pulmonar ligera, sin que ello tenga ningún tipo de trascendencia clínica. Cuando presenta patología sig-
nificativa, generalmente lo hace en el contexto de cardiopatías congénitas o hipertensión pulmonar sig-
nificativa. Es menos frecuente su afectación por otras causas como endocarditis, enfermedad carcinoide,
valvulopatía en relación con fármacos…

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

Valoración ecográfica de la severidad de la insuficiencia

• Consecuencias hemodinámicas: Generalmente una insuficiencia pulmonar significativa da lugar


a dilatación del ventrículo derecho y un patrón característico de sobrecarga de volumen en el
tabique interventricular (aplanamiento o abombamiento hacia cavidades izquierdas predominan-
temente en diástole).
• Doppler color: La técnica más utilizada es la valoración de la vena contracta, considerándose la
valvulopatía severa cuando ésta ocupa más de la mitad del anillo valvular. Dado que la insuficiencia
pulmonar severa puede igualar rápidamente las presiones entre arteria pulmonar y ventrículo dere-
cho, es posible que su brevedad y la ausencia de aliasing (si las presiones pulmonares son normales)
haga que ésta pase desapercibida.
• Doppler continuo y pulsado: Como ya se ha mencionado, es característico de la insuficiencia pul-
monar severa la elevación rápida de presiones en cavidades derechas, por lo que de forma análoga
a lo que sucede en la insuficiencia aórtica, el Doppler continuo de la regurgitación presenta una
pendiente marcada y un patrón en «vaivén», con tiempos de hemipresión por debajo de los 100
milisegundos. Otras características de la insuficiencia pulmonar severa son la existencia de un flujo
diastólico invertido en las ramas pulmonares mediante Doppler pulsado y la pulsatilidad aumentada
de dichas ramas (Fig. 1.4-10).

Figura 1.4-10. Flujo «en vaivén» característico de la insuficiencia pulmonar severa.

Insuficiencia tricúspide
La insuficiencia tricúspide de grado moderado-severo se asocia a un mal pronóstico y de ahí la importan-
cia de una adecuada valoración.
El complejo de la válvula tricúspide es similar al de la válvula mitral, pero mucho más variable. Está
formada por un anillo, velos, ventrículo derecho, músculos papilares y cuerdas tendíneas. Se localiza
entre la aurícula derecha y el ventrículo derecho, y es ligeramente más apical (tradicionalmente del velo
septal) que la válvula mitral. Tiene 3 velos de tamaño irregular: el anterior que suele ser el más grande y se
extiende del infundíbulo anterior hasta la pared inferolateral en dirección posterior; el velo septal se dirige
desde el septo interventricular hasta el borde ventricular posterior; y el velo posterior que está adherido al
margen posterior del anillo desde el septo hasta la pared inferolateral.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

Etiología y mecanismos

La causa más común de insuficiencia tricúspide es la secundaria a la dilatación del ventrículo derecho
y /o el anillo debido a una enfermedad valvular del lado izquierdo, hipertensión pulmonar, cardiopatías
congénitas y miocardiopatías.
Las causas de insuficiencia tricúspide primaria incluyen la endocarditis infecciosa, la enfermedad de
Ebstein, la fiebre reumática (engrosamiento con fusión comisural), el síndrome carcinoide (engrosamiento
marcado sin fusión comisural), fibrosis endomiocárdica, entre otros.
En el caso de la secundaria, la clasificación de Carpentier sigue siendo la más empleada: el tipo I
tiene como ejemplo la dilatación del anillo; el tipo II incluye el prolapso de uno o más velos y el tipo III
la restricción de la movilidad presente por ejemplo en la enfermedad reumática o la valvulopatía tóxica.

Valoración ecocardiográfica de la severidad de la insuficiencia tricúspide

Valoración bidimensional

Habitualmente la insuficiencia tricúspide se valora en 3 planos: a) paraesternal eje largo del tracto de
entrada del ventrículo derecho y eje corto en la válvula aórtica, b) apical 4 cámaras y c) subcostal. Rara
vez se visualizan los 3 velos en 1 solo plano, a menos que se incorporen técnicas 3D, que además aportan
información acerca del anillo y el anclaje de los velos al mismo. Además de informar sobre la localización
de los defectos, hay que incluir una medida del anillo, que es patológica si supera los 35 mm.

Reparabilidad

Al igual que en la válvula mitral, se deben de incluir en el informe criterios de reparabilidad. Los predic-
tores de recurrencia de la insuficiencia, sobre todo en la insuficiencia secundaria son: la excesiva res-
tricción de la movilidad de los velos, la dilatación significativa del anillo, un área de tenting > 1,63 cm2
y tethering > 0,76 cm.

Doppler color

El abordaje es de nuevo similar a la válvula mitral, pero los criterios derivados del Doppler color son me-
nos robustos. La imagen de Doppler color es inicial, cualitativa y debe realizarse en múltiples planos, ya
que los jets excéntricos se pueden infraestimar. Así mismo, los jets que alcanzan la pared posterior de la
aurícula derecha, suelen ser orientativos de severidad.

Vena contracta

Método de valoración semicuantitativo, basado en la anchura de la vena contracta. Se realiza en el eje


apical 4 cámaras, con una media de 2-3 latidos. Valores ≥ 7 mm orientan a favor de severidad. Poco útil
en caso de jets excéntricos o de insuficiencias de más un jet, ya que los jets no se deben sumar.

Convergencia de flujos

Método cuantitativo que rara vez se emplean en la insuficiencia tricúspide, ya que la causa principal
suele ser secundaria, con jets que no son circulares. Se hace en el apical 4 cámaras o bien en los ejes
largo o corto del paraesternal. Para su cuantificación se realiza zoom en el área de interés y se ajusta
el límite de Nyquist a 15-40 cm/s. El radio del PISA se mide en mesosístole hasta el primer aliasing.
Cualitativamente un radio de PISA ≥ 9 mm con un Nyquist de 20 cm/s alerta sobre la presencia de

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insuficiencia tricúspide severa. Un orificio regurgitante ≥ 40 mm2 indica que la insuficiencia es severa.
No es apropiado en caso de jets excéntricos y los estudios acerca de su validez son menores que los de
la insuficiencia mitral.

Doppler pulsado

Llenado anterógrado de la válvula tricúspide

La insuficiencia tricúspide altera la fase de llenado rápido ventricular, o velocidad de la onda E. En ausen-
cia de estenosis tricúspide, la velocidad de la onda E aumenta de forma proporcional al grado de insu-
ficiencia. Se debe obtener el registro en la punta de los velos. Una velocidad pico de la onda E mayor a
1 m/s orienta a una insuficiencia severa.

Flujo de las venas suprahepáticas

Otros de los parámetros que ayuda a estimar la severidad da la insuficiencia tricúspide es el flujo de las
venas suprahepáticas. En caso de insuficiencia tricúspide severa, se detecta un flujo sistólico reverso, que
tiene una sensibilidad del 80 %. Este flujo reverso se puede observar también mediante el Doppler color.

Doppler continuo

Constituye una medida cualitativa, en la que los jets densos y holosistólicos son sugestivos de severidad.
La morfología triangular o truncada sugiere aumento de la presión de la aurícula derecha o presión regur-
gitante prominente debido a que la insuficiencia es severa. La presión El valor de la velocidad en sí mismo
no refleja la severidad, de hecho, la insuficiencia tricúspide masiva a menudo se asocia a velocidades
< 2 m/s, ya que existe casi una igualación de las presiones de la aurícula derecha y el ventrículo derecho.

Consecuencias de la insuficiencia tricúspide

Los signos de severidad de la insuficiencia tricúspide incluyen: la dilatación de la aurícula y el ventrí-


culo derechos, dilatación y pulsatilidad de la vena cava inferior y de las venas suprahepáticas, dilata-
ción del seno coronario y desplazamiento sistólico del septo interauricular hacia la aurícula izquierda.
En casos de insuficiencia severa, se debe establecer, además, la función sistólica del ventrículo dere-
cho, ya que tiene valor pronóstico, pero hay que saber que tanto el TAPSE como la onda sistólica ti-
sular pueden no ser un reflejo adecuado de la misma al estar influidos por la sobrecarga de volumen.

r• El Doppler color no es un método cuantitativo de la insuficiencia tricúspide.


• La vena contracta es un método semicuantitativo recomendable, sobre todo en jets centrales. Valores
≥ 7 mm indican severidad.
• El PISA de la insuficiencia tricúspide, es un método cuantitativo menos validado que en el caso de
la insuficiencia mitral. Se puede emplear sobre todo en jets centrales. Los valores de orificio regur-
gitante ≥ 40 mm2 indican que la insuficiencia es severa.
• El flujo sistólico reverso de las venas suprahepáticas es específico de insuficiencia tricúspide severa
y es el parámetro adicional más poderoso en la estimación de la severidad.
• Ante la presencia de una insuficiencia tricúspide severa, se deben reportar los datos indirectos de
dicha severidad, como son dilatación de cavidades derechas o la disfunción sistólica del ventrículo
derecho que además tiene implicaciones pronósticas.

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ESTENOSIS AÓRTICA

La estenosis aórtica constituye la enfermedad valvular más común y una importante causa de morbilidad
y mortalidad cardiovascular. La ecocardiografía sigue siendo la clave en el diagnóstico de la misma y es
el método no invasivo de elección para su cuantificación basándose habitualmente en la velocidad del
pico sistólico, el gradiente medio de presión y en el área valvular estimada. En la práctica clínica diaria,
es esencial emplear un abordaje integral que combine los parámetros del eco 2D y el Doppler con los
síntomas de los pacientes, y nunca guiarnos por un parámetro aislado, ya que pueden ser discordantes
hasta en el 20-30 % de los casos.

Etiología y morfología
La causa más frecuente de estenosis aórtica tricúspide severa es la degenerativa calcificada (pacientes
> 75 años de edad), seguida de la degeneración calcificada de la válvula aórtica bicúspide (pacientes < 65
años de edad) y finalmente de la enfermedad reumática (más prevalente en países con menos desarrollo).
La valoración de la morfología de la válvula aórtica habitualmente se realiza desde los paraesternales
largo y corto, que permiten identificar el número de cúspides, su movilidad, grosor y calcificación.
La válvula aórtica bicúspide a menudo resulta de la fusión de los velos coronarios derecho e izquier-
do, que genera un gran velo anterior y uno más pequeño posterior, con una salida de ambas coronarias
desde el velo anterior (80 % de los casos). La fusión del velo coronario derecho y no coronario, que genera
un velo derecho mayor que el izquierdo, es menos frecuente (20 % de los casos). El diagnóstico se debe
hacer en sístole, ya que la fusión de los velos en diástole puede semejar una válvula tricúspide. Otra pista
que debe orientar a la presencia de una válvula bicúspide es la dilatación concomitante de la raíz aórtica
y la aorta ascendente.
La calcificación de la válvula aórtica tricúspide suele ser más prominente en las porciones central y
basal de casa una de las cúspides, sin fusión comisural, lo que resulta en un orificio con forma de estrella
en la sístole. La cuantificación de la calcificación es subjetiva y cuando es extensa, es predictora de even-
tos clínicos como la insuficiencia cardíaca, recambio valvular aórtico y muerte.
La enfermedad reumática se caracteriza por la fusión comisural que resulta en un orificio triangular,
con engrosamiento y calcificación más prominente a lo largo del borde de las cúspides. Además, la afec-
tación reumática de la válvula aórtica se suele acompañar de a su vez enfermedad mitral.
La estenosis subvalvular y supravalvular se diferencian de la afectación valvular por el sitio de aumen-
to de la velocidad tanto con Doppler color como con Doppler pulsado, así como en la anatomía del tracto
de salida y de la aorta. La estenosis subvalvular puede ser fija debida a una membrana o banda muscular,
con un efecto hemodinámico similar a la obstrucción valvular. Mientras que la obstrucción dinámica su-
baórtica presente en la miocardiopatía hipertrófica, ocurre sobre todo en meso y telesístole, lo que resulta
en un pico de velocidad sistólico tardío. La estenosis supravalvular es rara y se presenta en enfermedades
congénitas como el síndrome de Williams.

Valoración ecocardiográfica básica de la severidad de la estenosis aórtica


Son 3 los parámetros en los que se basa la valoración de la severidad de la estenosis aórtica: a) la velo-
cidad del pico sistólico, b) el gradiente medio de presión transvalvular y c) el área valvular estimada por
ecuación de continuidad.

Velocidad del pico sistólico

La velocidad anterógrada sistólica a través de una válvula aórtica estrecha, se mide usando el Doppler
continuo desde diversos planos para estimar la verdadera velocidad máxima (habitualmente apical 5 cá-

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

maras, paraesternal derecho y supraesternal). Para una buena curva, se debe ajustar la ganancia, de manera
que no sea excesiva la línea de base y la escala, así como la velocidad de barrido, que se situará entre
50-100 mm/s. Es esencial un adecuado posicionamiento y angulación del transductor para una adecuada
alineación en paralelo a la dirección del flujo. En el reporte se debe expresar la máxima velocidad encon-
trada, eliminando el resto, y especificar además la ventana en la que se consiguió.
Una vez obtenida la curva, se delinea el borde externo de ésta (sin tener en cuenta los posibles flecos
que se dibujen fuera de la misma), para así obtener además de la velocidad máxima, el gradiente medio de
presión y la integral velocidad-tiempo que posteriormente se necesitará para calcular la ecuación de con-
tinuidad. Es recomendable repetir el proceso en una media de 3 latidos en los pacientes en ritmo sinusal,
mientras que en ritmos irregulares usaremos 5 latidos, prestando especial atención a la elección de curvas
representativas, evitando flujos posextrasistólicos.
Por último, la morfología de la curva del flujo aórtico puede orientar también acerca de la severidad,
ya que las estenosis leves dan picos sistólicos precoces de morfología triangular; mientras que las estenosis
severas dan curvas redondas, con el pico máximo establecido en la mesosístole. Además, la morfología de
la curva permite diferenciar la enfermedad valvular de, por ejemplo, la obstrucción dinámica del tracto de
salida de la miocardiopatía hipertrófica, en la que la curva es cóncava hacia arriba en la protosístole y el
pico sistólico se desplaza hacia la telesístole, dando una característica forma en daga.

Gradiente medio de presión

La diferencia de presión entre el ventrículo izquierdo y la aorta en sístole o gradiente transvalvular aórtico, es
otra medida estándar empleada en la cuantificación de la severidad de la estenosis aórtica. Los gradientes se
calculan a partir de las curvas de velocidad y por tanto es esencial tener una adecuada alineación y el verda-
dero pico máximo para evitar infraestimación. El gradiente medio de presión, como su nombre lo indica se
obtiene promediando los gradientes de cada instante a lo largo de todo el periodo eyectivo. Esta función es
automática en los equipos actuales, y aparece tras trazar el borde externo de la curva de velocidad.

Área valvular aórtica

El área valvular aórtica se calcula mediante la ecuación de continuidad, que se basa en el concepto de que
todo el volumen sistólico (SV, de sus siglas en inglés) expulsado a través del tracto de salida del ventrículo
izquierdo (LVOT de sus siglas en inglés) pasa por un orificio estenótico (área valvular aórtica o AVA) y, por
tanto, el volumen sistólico es igual en el orificio valvular y del LVOT.
La ecuación de continuidad se expresa de la siguiente manera:

Área LVOT X Integral tiempo-velocidad LVOT


AVA =
Integral tiempo-velocidad del flujo aórtico

Por lo tanto, para su adecuada estimación se necesita optimizar las siguientes medidas (Fig. 1.4-11):
• Velocidad del flujo aórtico cuantificado mediante Doppler continuo. Recomendaciones especifi-
cadas en la sección previa.
• Diámetro del tracto de salida del ventrículo izquierdo para el posterior cálculo del área seccional
del LVOT.
−− El cálculo del área del LVOT se estima a partir del diámetro y, por tanto, todos los errores que se
cometan en esta cuantificación se elevan al cuadrado y se deben evitar.

Área LVOT = π (D/2)2

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A B C

Figura 1.4-11. La ecuación de continuidad permite el cálculo de área valvular aórtica a partir de determinados datos.
El diámetro del tracto de salida (A) se calcula a partir de una imagen optimizada del tracto de salida ventricular izquierdo
y, generalmente, es la medida más sometida a posibles errores de medición. La integral de la velocidad del flujo
en el tracto de salida mediante Doppler pulsado (B) y a través de la válvula aórtica (C) se obtiene en un plano
de cinco cámaras con una correcta alineación.

−− Se debe hacer un zoom en el tracto de salida del ventrículo izquierdo.


−− La medida del diámetro va del borde interno del endocardio del velo anterior de la válvula mitral,
al borde interno del endocardio del septo interventricular.
−− La fase del ciclo ideal es la mesosístole, sin embargo, en algunos pacientes los bordes se definen
mejor en la telediástole.
−− Se debe evitar cualquier angulación.
−− En ritmo sinusal se deben de promediar 3 latidos, mientras que en ritmos irregulares se requieren
hasta 5 latidos.
−− Se puede infraestimar en caso de calcificación extensa del anillo aórtico, la válvula aórtica y los
velos de la válvula mitral.
−− Otras de las grandes limitaciones es que la fórmula asume que el tracto de salida es circular, lo
cual no suele ser cierto y por tanto se puede infraestimar.
• Velocidad de tracto de salida del ventrículo izquierdo cuantificada mediante Doppler pulsado.
−− El plano para su registro es el apical 5 cámaras.
−− Se emplea el Doppler pulsado, a 3-5 mm de la válvula aórtica en el lado ventricular, próximo a
la región de aceleración.
−− La curva debe ser suave con un rango de velocidad estrecho en cada punto.
−− La integral tiempo-velocidad se obtiene trazando la curva, en la porción media o centro del borde
denso y no por la parte externa.

rEl pico sistólico de velocidad de la válvula aórtica ≥ 4 m/s es consistente con una estenosis aór-
tica severa. Este pico se debe cuantificar en diferentes planos. Un gradiente medio ≥ 40 mmHg
es consistente con estenosis aórtica severa. El área valvular aórtica < 1 cm refleja una estenosis
severa y predice desarrollo de eventos clínicos, por lo que ayuda a la toma de decisiones clínicas
(Tabla 1.4-5).

ESTENOSIS MITRAL

La etiología de la estenosis mitral se relaciona directamente con el mecanismo fisiopatológico que la pro-
voca, identificable generalmente mediante ecocardiografía.
A pesar del descenso en la prevalencia de fiebre reumática, ésta continúa relacionándose con un
porcentaje significativo de casos y, en la actualidad, es una enfermedad relativamente frecuente en países
en desarrollo. La lesión inicial y característica es la fusión de ambas comisuras, mientras que en estadios

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TABLA 1.4-5. Recomendaciones para la cuantificación de la severidad de la estenosis aórtica


Esclerosis aórtica Leve Moderada Severa

Velocidad pico (m/s) ≤ 2,5 2,6-2,9 3,0-4,0 ≥ 4,0

Gradiente medio (mmHg) - < 20 20-40 ≥ 40

AVA (cm2) - > 1,5 1,0-1,5 < 1,0

Área indexada (cm2/m2) > 0,5 0,25-0,50 < 0,25


*Modificado de las guías de cuantificación de estenosis valvular. European Heart Journal - Cardiovascular Imaging (2017) 18,
254–275.

más avanzados se desarrolla afectación del aparato subvalvular, engrosamiento de los velos y calcificación
progresiva. Se han desarrollado escalas ecocardiográficas (como el score de Wilkins) que permite identifi-
car aquellos pacientes que tienen una anatomía favorable para realizar una valvuloplastia percutánea antes
que un recambio valvular mitral.
Por otro lado, la estenosis mitral degenerativa aparece generalmente como consecuencia de la calci-
ficación del anillo, siendo poco frecuente la repercusión hemodinámicamente significativa. Otras causas
(enfermedades inflamatorias, displasias valvulares, etc.) son poco frecuentes.

Valoración ecográfica de la severidad de la estenosis


• Gradiente de presión: La ecografía permite estimar el gradiente de presión transvalvular a partir
de la velocidad del flujo de sangre utilizando la fórmula simplificada de Bernoulli, lo que se
correlaciona aceptablemente con las mediciones realizadas en estudios invasivos. Se calcula
habitualmente a partir de planos apicales, utilizando la técnica de Doppler continuo y alineando
el haz de ultrasonido con el flujo de llenado mitral. Es importante optimizar la imagen y delimitar
adecuadamente el trazado para calcular el gradiente medio, que es el parámetro más validado.
Las mediciones deben realizarse a una frecuencia cardiaca estable, ponderando varios latidos
(especialmente en pacientes con fibrilación auricular). A pesar de su gran utilidad, es necesario
considerar que el gradiente valvular puede verse condicionado no sólo por el propio orificio
valvular, sino por otros factores, como la situación hemodinámica del paciente o la coexisten-
cia de insuficiencia mitral (que puede incrementar el gradiente de forma independiente al área
valvular) (Fig. 1.4-12).
• Tiempo de hemipresión: La rapidez con la que desciende la velocidad del flujo transmitral durante
la diástole es inversamente proporcional al área efectiva de la válvula. Dicha circunstancia puede
utilizarse para, a partir del llamado tiempo de hemipresión (tiempo en milisegundos desde el
momento de máxima velocidad diastólica hasta el momento en que el gradiente se reduce a la
mitad) realizar una estimación del área valvular mitral utilizando la fórmula:

220
AVM(en cm ) = 2

THP

• Dicha fórmula, incorporada en el software de los aparatos de ecografía, requiere determinar la


pendiente de desaceleración del llenado mitral obtenido mediante Doppler continuo en planos
apicales, ponderando varios ciclos y evitando aquellos con intervalos R-R muy cortos. Se trata
de un método ampliamente utilizado, por su sencillez, aunque puede verse limitado en aquellos
pacientes con disfunción diastólica o insuficiencia mitral significativa.

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A B

Figura 1.4-12. Paciente con prótesis mitral disfuncionante. (A) Elevación tanto del gradiente pico como del gradiente
medio transvalvular, obtenido mediante Doppler continuo, sugestivo de estenosis protésica. (B) Aceleración del flujo
de llenado ventricular con imagen típica de mosaico mediante Doppler color.

• Planimetría del orificio valvular: Consiste en el cálculo directo del área valvular mediante el
trazado del orificio efectivo, lo que lo convierte en un método que no precisa realizar ningún
tipo de asunción geométrica y es independiente de la situación hemodinámica. Es conside-
rado, en aquellos pacientes en que se puede realizar una medición adecuada, como la técnica
de referencia para cuantificar la severidad de la estenosis mitral. Cuando se realiza mediante
ecocardiografía transtorácica convencional, es preciso obtener un plano en eje corto com-
pletamente perpendicular a la válvula mitral, barriendo el ventrículo desde el ápex hacia la
base hasta identificar el punto en que se sitúa el extremo de los velos valvulares. A pesar de
todas sus ventajas, existe un número significativo de pacientes en el que no se puede lograr
una medición adecuada, bien por mala ventana ecográfica o porque la calcificación y dege-
neración valvular genera artefactos de sombra acústica que impiden una planimetría correcta.
Dicha situación es especialmente marcada en el caso de las valvulopatías degenerativas. La
utilización de ecocardiografía transesofágica y, especialmente, de las técnicas tridimensionales,
permiten en muchos casos vencer estas dificultades y obtener una imagen precisa del orificio
valvular efectivo (Fig. 1.4-13).
Generalmente debe utilizarse una combinación de las técnicas anteriores para determinar el grado
de severidad de la estenosis mitral en un paciente concreto. Además, es necesario tener en cuenta la
coexistencia o no de insuficiencia valvular relevante. Idealmente, la severidad debería basarse en mayor
medida en el área valvular efectiva, considerándose áreas significativamente reducidas aquellas por
debajo de 1,5 cm2 (estenosis moderadas o severas). Valores de gradiente entre 5 y 10 mmHg orientan a
un grado de lesión moderado, mientras que por encima de 10 mmHg se considera un gradiente severa-
mente elevado. La elevación concomitante de la presión pulmonar es otro hallazgo que puede remarcar
la significación de una determinada lesión. Técnicas como la ecuación de continuidad o el método de
PISA, más utilizados en otras valvulopatías, no están adecuadamente validados en el caso de la estenosis
mitral.

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Tema 4: Ecocardiografía Doppler

Figura 1.4-13. Una de las aplicaciones útiles de la ecocardiografía transesofágica 3D consiste en la adquisión de un
volumen que incluya la válvula mitral, lo que permite una planimetría precisa del orificio valvular efectivo.

rLa anatomía valvular en pacientes con estenosis mitral está relacionada con la etiología. Es muy
importante integrar los datos obtenidos a partir de diferentes técnicas para minimizar los errores
de cuantificación de la estenosis mitral. La planimetría del área valvular es una técnica inde-
pendiente del flujo y que, siempre que se obtengan imágenes de calidad adecuada, puede con-
siderarse la técnica de referencia. El ecocardiograma transesofágico puede ser útil tanto para la
cuantificación como para valorar la posibilidad de tratamiento percutáneo (Tabla 1.4-6).

TABLA 1.4-6. Parámetros utilizados en la cuantificación de la estenosis mitral


Leve Moderada Severa

Hallazgos específicos Área valvular (cm2) > 1,5 1,0-1,5 < 1,0

Gradiente medio (mmHg) <5 5-10 > 10


Hallazgos de soporte
Presión sistólica pulmonar (mmHg) < 30 30-50 > 50

ESTENOSIS TRICÚSPIDE

Con el descenso de la incidencia de fiebre reumática (en la que generalmente coexistía con valvulopatía
mitral), la estenosis tricúspide se ha convertido en una valvulopatía poco frecuente. Otras causas poco
frecuentes son la enfermedad carcinoide, la degeneración valvular inducida por fármacos o la obstruc-
ción valvular por la presencia de masas intracardiacas (tumores o trombos). Generalmente se acompa-
ña de cierto grado de insuficiencia, que repercute en la valoración de los gradientes transvalvulares.
La valoración de la valvulopatía debe comenzar con una adecuada valoración morfológica utilizando

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diferentes planos: paraesternal eje corto en los grandes vasos, tracto de entrada de ventrículo derecho,
apical de cuatro cámaras e incluso en la ventana subcostal. La técnica fundamental para la cuantifica-
ción de la estenosis tricúspide se basa en el trazado mediante Doppler continuo (Fig. 1.4-14) del llena-
do tricúspide, teniendo en cuenta la existencia de forma fisiológica de variaciones respirofásicas en el
lado derecho del corazón. Por ello, será importante ponderar las medidas realizadas en varios latidos,
especialmente en el caso de pacientes en fibrilación auricular. Los valores más utilizados para conside-
rar una estenosis hemodinámicamente significativa son: gradiente medio superior a 5 mmHg, tiempo
de hemipresión mayor de 160 ms y un área valvular calculada mediante ecuación de continuidad por
debajo de 1 cm2. Otros hallazgos que orientan hacia dicho diagnóstico son la dilatación significativa de
la aurícula derecha y de la vena cava inferior.

Figura 1.4-14. Doppler continuo del flujo de llenado ventricular derecho en un paciente con estenosis tricúspide.
La existencia de un gradiente medio por encima de 5 mmHg orienta a una estenosis importante.

ESTENOSIS PULMONAR

La ecocardiografía permite una correcta valoración de la anatomía pulmonar e identificar tanto la loca-
lización de la lesión (valvular, infravalvular o supravalvular) como su etiología. La estenosis pulmonar
adquirida es una enfermedad muy infrecuente, pudiéndose observar en casos de carcinoide o enfermedad
reumática (siempre de forma conjunta con otras valvulopatías). Es más habitual que se produzca en el
contexto de cardiopatías congénitas, bien en forma de lesión valvular simple (válvulas displásicas o con
morfologías anómalas) o asociada con otras lesiones constituyendo una entidad más compleja (ventrícu-
lo derecho de doble cámara, tetralogía de Fallot, ventrículo único…). En alguna de estas cardiopatías es
importante diferenciar el grado de obstrucción generado por la propia lesión valvular, con un patrón de
obstrucción fija en los trazados Doppler, del causado por la obstrucción dinámica a nivel medioventricular
(ventrículo derecho de doble cámara) o en el tracto de salida derecho (tetralogía de Fallot), que caracterís-
ticamente presentan un patrón con gradientes crecientes y máximos en el momento de la telesístole. Dada
la localización de la válvula pulmonar, su visualización es difícil y la cuantificación de la severidad de la
lesión se basa generalmente en la velocidad máxima del flujo y el gradiente valvular mediante Doppler
continuo. La ventana más adecuada para una correcta alineación suele ser a partir de un plano paraes-
ternal eje corto en los grandes vasos, aunque ocasionalmente se puede utilizar la ventana subcostal. Se
utiliza generalmente valores similares a los establecidos en la estenosis valvular aórtica, considerándose
velocidades por debajo de 3 m/s como estenosis ligeras, entre 3 y 4 m/s como estenosis moderadas y por
encima de 4 m/s como lesiones severas.

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ENDOCARDITIS

La ecocardiografía es la piedra angular del diagnóstico de la endocarditis infecciosa, teniendo además un


papel muy relevante en cuanto al manejo y la monitorización de los pacientes afectados. Ante la sospecha
diagnóstica de endocarditis, está indicada la realización de un estudio transtorácico, debiendo además
realizar un estudio transesofágico en las siguientes situaciones:
• Sospecha elevada de endocarditis con estudio transtorácico no diagnóstico o negativo.
• Paciente con prótesis valvulares o portador de dispositivos (marcapasos, desfibriladores…).
• Hallazgos compatibles con endocarditis infecciosa en el estudio basal (para valorar la existencia de
complicaciones o diseminación perivalvular).
Existen 7 lesiones ecográficas que resultan características en la endocarditis infecciosa: vegetación,
absceso, pseudoaneurisma, fístula, dehiscencia protésica de nueva aparición, perforación y aneurisma de
un velo valvular. Las 4 primeras son los que se han considerado tradicionalmente como «criterios mayo-
res» (Fig. 1.4-15).
• Vegetaciones: Pueden aparecer sobre una válvula cardiaca nativa, generalmente en la cavidad
sometida a baja presión (aurículas en válvulas AV y ventrículos en las sigmoideas); o bien sobre una
válvula protésica o dispositivos endocavitarios. Aunque es poco frecuente, también podrían apare-
cer sobre el endocardio situado a otros niveles, e incluso en el endotelio aórtico (por ejemplo, en
pacientes con diagnóstico previo de coartación aórtica). La sensibilidad del ecocardiograma trans-
torácico para el diagnóstico de vegetaciones se sitúa en torno al 50 a 70 % (para válvulas protésicas
y nativas, respectivamente), mientras que el eco transesofágico permite obtener una sensibilidad
superior al 90 % en ambos casos. Aunque la especificidad supera el 90 %, hay que tener en cuenta
la posibilidad de un falso positivo en función del contexto clínico (endocarditis trombótica no
infecciosa, excrecencias de Lambl, rotura de cuerdas tendíneas…).
• Absceso/pseudoaneurisma: Se define el absceso como una cavidad perivalvular con necrosis y
material purulento, no comunicada con la luz vascular. Ecográficamente suele observarse como
un área de engrosamiento del tejido y textura hiperecogénica. En el momento que dicha cavidad
comunica con la luz, pasa a denominarse pseudoaneurisma, visualizándose paso de flujo mediante
el uso de Doppler color. Los abscesos son más frecuentes en posición aórtica (especialmente sobre
válvulas protésicas) y pueden extenderse hacia la fibrosa mitroaórtica.
• Dehiscencia de prótesis valvular de nueva aparición: Da lugar al desarrollo de insuficiencia peripro-
tésica identificable mediante Doppler color. En aquellos casos en los que la dehiscencia es amplia,
puede identificarse una imagen característica de «cabeceo» protésico.

A B C

Figura 1.4-15. Ejemplos de imágenes que deben ser consideradas como criterio mayor de endocarditis infecciosa.
(A) Vegetación y engrosamiento patológico del velo no coronariano en la válvula aórtica, observada en un ecocardiograma
transesofágico. (B) Engrosamiento de la unión mitroaórtica con áreas de diferente densidad ecográfica compatible con
absceso/pseudoaneurisma. (C) Insuficiencia periprotésica de nueva aparición en un paciente con prótesis mitral mecánica.

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Una proporción significativa de enfermos con endocarditis infecciosa requiere, a lo largo de su evolu-
ción inicial, tratamiento quirúrgico. Las diferentes modalidades de la ecocardiografía ayudan a identificar
situaciones que constituyen indicaciones de cirugía según las guías de práctica clínica:
• Insuficiencia cardiaca: Constituye la indicación más frecuente de cirugía en pacientes con endo-
carditis infecciosa. En este contexto, la lesión más característica es la destrucción valvular que da
lugar a insuficiencia valvular aguda. La ecocardiografía permite tanto identificar el mecanismo
desencadenante (perforación de un velo, rotura de cuerdas tendíneas, limitación al cierre de los
velos por la existencia de una vegetación de gran tamaño…) como valorar la repercusión hemo-
dinámica en cada caso (estimación de las presiones de llenado, de la presión sistólica pulmonar,
volúmenes ventriculares y fracción de eyección…). Con menos frecuencia, la lesión causal puede
ser la estenosis valvular provocada por una vegetación de gran tamaño, o el desarrollo de lesiones
fistulosas entre diferentes cavidades.
• Extensión perivalvular: El desarrollo de abscesos/pseudoaneurismas perivalvulares o la aparición de
fístulas constituye la segunda causa más frecuente de cirugía en estos pacientes. Las imágenes obte-
nidas mediante ecocardiografía transtorácica deben ser completadas con eco transesofágico para
obtener una valoración anatómica detallada. La valoración con ecocardiografía tridimensional per-
mite aumentar la sensibilidad y planificar de forma más adecuada la cirugía. Esto es especialmente
relevante en aquellos pacientes con afectación de la fibrosa mitroaórtica, que pueden requerir una
resección muy amplia y reconstrucción de la misma con parche de pericardio (técnica de David),
además del implante de prótesis en posición mitral y aórtica.
• Embolismo: La aparición de embolias conlleva una morbimortalidad importante, y es relativamente
frecuente, especialmente antes del inicio de tratamiento antibiótico. La ecocardiografía puede ser
útil para estratificar el riesgo de nuevos eventos embólicos, permitiendo seleccionar un subgrupo de
enfermos que podrían beneficiarse de tratamiento quirúrgico con el objetivo de evitar nuevos epi-
sodios. Así, aquellas vegetaciones con un tamaño superior a 10 mm (y especialmente aquellas con
> 15 mm) se asocian con un mayor riesgo embólico. También tienen mayor riesgo las vegetaciones
con una imagen ecográfica de alta movilidad. Ambos datos aportan información útil para plantear
un tratamiento quirúrgico precoz.
Con respecto a la endocarditis relacionada con dispositivos implantables, las vegetaciones pueden es-
tar localizadas en los electrodos, la válvula tricúspide o el endocardio mural. En este contexto, y especial-
mente para la valoración de los electrodos, la ecocardiografía transesofágica tiene una mayor sensibilidad
que el eco transtorácico, permitiendo observar un trayecto amplio de los mismos a lo largo de la vena cava
superior hacia cavidades derechas. La información obtenida es útil con vistas a plantear la mejor estrategia
para la extracción de los cables infectados: generalmente es factible mediante técnicas de abordaje percu-
táneo pero, especialmente en el caso de vegetaciones de gran tamaño (> 25 mm), es preciso realizar una
extracción mediante cirugía abierta.

rLas lesiones que tradicionalmente se han considerado criterios mayores para el diagnóstico son la
vegetación, el absceso (o pseudoaneurisma en el momento en que este comunica con la luz de
alguna estructura) y la insuficiencia periprotésica de nueva aparición. No obstante, existen otras
lesiones que también resultan características de endocarditis: fístula, perforación y aneurisma
de un velo valvular. La ecocardiografía es clave para establecer la indicación quirúrgica (valorar
afectación perivalvular, probabilidad de eventos embólicos…).

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CONCLUSIONES

• La ecocardiografía resulta una pieza angular en la cuantificación de las diferentes estructuras


cardiacas, tanto en lo que se refiere a la valoración puramente morfológica como también en
la funcional. Algunos parámetros valorables mediante ecocardiografía convencional, como la
masa y volúmenes del ventrículo izquierdo o la determinación de la fracción de eyección tienen
un gran impacto pronóstico y condicionan en muchas entidades clínicas el manejo terapéutico
de los pacientes.
• La enfermedad valvular requiere de una detallada valoración ecográfica utilizando general-
mente múltiples técnicas para cuantificar un determinado aspecto. Modalidades alternativas
(como la ecocardiografía transesofágica) y nuevos avances (como el uso de técnicas tridimen-
sionales) permiten en muchas ocasiones optimizar el estudio.
• La ecocardiografía forma parte integral de los criterios diagnósticos de la endocarditis infecciosa
y los hallazgos ecográficos permiten establecer el mejor planteamiento terapéutico.

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Cardiology, the Japanese... Journal of the American Society of Echocardiography. 2009 Sep 1; 22(9): 975-1014.

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