Tutela - Colpensiones Minimo Vital
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SEÑOR
JUEZ CONSTITUCIONAL – REPARTO
Villavicencio
PETICIONES
FUNDAMENTOS JURIDICOS
Como consecuencia del desarrollo jurisprudencial del derecho de petición, esta Corte ha
determinado que el núcleo esencial del mismo se circunscribe en (i) una
resolución pronta y oportuna de la cuestión que se solicita, (ii) una respuesta de fondo y (iii) su
notificación. Lo anterior, ha insistido la Corte, no implica necesariamente una respuesta
afirmativa al requerimiento. De allí que, no se configure vulneración alguna de dicho derecho
cuando se obtiene una contestación oportuna, de fondo, clara, precisa, congruente y la misma
es puesta en conocimiento del peticionario3.
Sobre el particular, las sentencias C-818 de 20114 y C-951 de 20145, se ocuparon de definir los
elementos que integran el núcleo esencial del derecho de petición en los siguientes términos:
-La pronta resolución constituye una obligación de las autoridades y los particulares de responder
las solicitudes presentadas por las personas en el menor plazo posible, sin que se exceda el
tiempo legal establecido para el efecto, esto es, por regla general, 15 días hábiles6.
-La respuesta de fondo hace referencia al deber que tienen las autoridades y los particulares de
responder materialmente a las peticiones realizadas. Según la propia jurisprudencia en la materia,
para que no se vulnere el derecho fundamental de petición, la respuesta debe observar las
siguientes condiciones: a) claridad, esto es que la misma sea inteligible y que contenga
argumentos de fácil comprensión; b) precisión, de manera que la respuesta atienda directamente
a lo solicitado por el ciudadano y que se excluya toda información impertinente; y c) congruencia,
que hace referencia a que la respuesta esté conforme con lo solicitado7.
En este orden de ideas, la garantía real del derecho de petición no se verifica únicamente con
la simple resolución de la solicitud elevada por un ciudadano. Es también necesario “(…) que
dicha solución remedie el fondo del asunto cuando sea pertinente hacerlo” 8; verificándose así la
claridad y congruencia entre lo pedido y lo resuelto.
1
Corte Constitucional, ver, entre otras, sentencias T-578 de 1992, C-003 de 1993, T-572 de 1994, T-133 de 1995, T-382 de 1993, T-275
de 1995, T-474 de 1995, T-141 de 1996, T-472 de 1996, T-312 de 1999 y T-415 de 1999, t-146 de 2012, T- 392 de 2017, C- 007 de 2017.
2
Corte Constitucional, sentencia T- 392 de 2017.
3
Ibídem.
4
M.P Jorge Ignacio Pretelet Chaljub.
5
M.P Martha Victoria Sachica Méndez.
6
Mediante sentencia C-951 de 2014 se prevé una excepción a esta regla cuando se relaciona con materias pensionales.
7
Corte Constitucional, sentencias T-610 de 2008, M. P. Rodrigo Escobar Gil y T-814 de 2012 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez y T- 392
de 2017 M.P Gloria Stella Ortiz Delgado.
8
Corte Constitucional, sentencia T- 392 de 2017 M.P Gloria Stella Ortiz Delgado.
9
Corte Constitucional, sentencias T -296 de 1997 M.P. José Gregorio Hernández Galindo; T-150 de 1998 M.P. Alejandro Martínez
Caballero; SU-166 de 1999 M.P. Alejandro Martínez Caballero; T-1009 de 2001 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-1160 A de 2001
M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-1089 de 2001 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; SU-975 de 2003 M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa; T-455 de 2014 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva, entre otras.
Al analizar los apartes citados con anterioridad, en comparación con los hechos relatados en el
respectivo acápite, se evidencia que la entidad accionada está vulnerando los derechos
fundamentales invocados, pues la indebida notificación del Oficio con fecha del 29 de mayo, sin
número de radicado (Anexo 9) , fue la que generó que se perdiera la oportunidad para aportar los
documentos solicitados por la misma entidad accionada, para luego tener este hecho como excusa
para omitir responder a mi solicitud de pensión de sobrevivientes oportunamente. Todo esto con el
agravante de que la entidad accionada contaba desde el momento de la radicación de la petición
inicial del día 24 de noviembre de 2022 con mi dirección de correo electrónico, sin que se me
hubiera informado por dicho medio de la necesidad de aportar nuevos documentos para continuar
con la reclamación.
La sección a) del artículo 47 de la ley 100 de 1993 establece los requisitos para que la compañera
permanente pueda ser beneficiaria de la sustitución pensional, a saber
En caso de que la pensión de sobrevivencia se cause por muerte del pensionado, el cónyuge o la
compañera o compañero permanente supérstite, deberá acreditar que estuvo haciendo vida
marital con el causante por lo menos desde el momento en que este cumplió con los requisitos
para tener derecho a una pensión de vejez o invalidez, y hasta su muerte, y haya convivido con
el fallecido no menos de dos (2) años continuos con anterioridad a su muerte, salvo que haya
procreado uno o más hijos con el pensionado fallecido (aparte tachado declarado inexequible ).”
De acuerdo a esto, se tiene que para adquirir el derecho a la sustitución pensional se debe acreditar:
1. Haber convivido con el fallecido no menos de dos (2) años continuos con anterioridad al
fallecimiento, salvo que hubieran procreado hijos.
2. Haber hecho vida marital con el causante hasta su muerte.
“(…) haber hecho vida marital con el causante hasta su muerte. La vida marital consiste en la
prueba de la convivencia efectiva, real y material entre el causante y el cónyuge o compañero. La
jurisprudencia constitucional ha señalado que, según lo dispuesto por el artículo 47 original de la
Ley 100 de 1993, “el factor determinante para establecer qué persona tiene derecho a la
sustitución pensional en casos de conflicto entre el cónyuge supérstite y la compañera o
compañero permanente es el compromiso de apoyo afectivo y de comprensión mutua existente
entre la pareja al momento de la muerte de uno de sus integrantes” 10 . En el mismo sentido, la
jurisprudencia de la Sala de Casación de Laboral de la Corte Suprema de Justicia ha precisado
que: (i) no existe una preferencia prima facie11 “de la cónyuge supérstite sobre la compañera
10
Sentencia C-389 de 1996.
11
La Corte Suprema de Justicia también ha sostenido que “la cónyuge sí tiene un derecho preferencial a recibir la pensión de
sobrevivientes, en aplicación del artículo 47 de la Ley 100 de 1993, en su redacción original, pero cuando demuestra la convivencia por
el término legal y se enfrenta a hipótesis de convivencia simultánea con una compañera permanente hasta el momento de la muerte”
Ver CSJ SL11921-2014, CSJ SL13235-2014, CSJ SL13273-2016, CSJ SL13450-2016 y CSJ SL14078-2016.
permanente, por el solo hecho de mantener el vínculo matrimonial vigente” 12 , sino que debe
acreditarse la “convivencia efectiva, real y material entre la pareja, y no tanto la naturaleza
jurídica del vínculo que se tenga”, y (ii) la convivencia excede la “concepción meramente formal
relativa a la cohabitación en el mismo techo” y se predica de “quienes además, han mantenido
vivo y actuante su vínculo mediante el auxilio mutuo (…) entendido como acompañamiento
espiritual permanente, apoyo económico y con vida en común que se satisface cuando se
comparten los recursos que se tienen, (…) aún en la separación cuando así se impone por fuerza
de las circunstancias, ora por limitación de medios, ora por oportunidades laborales”13.
“57. En todo caso, la Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia han reconocido que
estos requisitos pueden ser exceptuados por la configuración de justa causa. Por una parte, la
Corte Constitucional ha señalado que la interrupción de la convivencia –vida marital o
cohabitación– de los cónyuges o compañeros no implica, necesariamente, la pérdida del
derecho. Así, desde la Sentencia T-787 de 2002, esta Corte ha reconocido que se debe
considerar, según las pruebas disponibles y los argumentos esgrimidos durante el proceso, si la
“interrupción de la convivencia o la no vida en común del causante y su cónyuge” podría estar
justificada, por ejemplo, por motivos de salud. Además, si bien el caso resuelto en la Sentencia
T-787 de 2002 refería a una prestación causada en vigencia del artículo 47 original de la Ley 100
de 1993, dicho razonamiento ha sido reiterado por otras providencias 14 que resolvieron sobre el
efecto de la interrupción de la convivencia, pero en vigencia del artículo 47 modificado por la Ley
797 de 2003. Así, bajo ambos regímenes normativos se ha entendido que la falta de convivencia
entre el causante y el cónyuge o compañero puede llegar a estar justificada y que, por lo tanto,
es “necesario hacer una evaluación de las circunstancias concretas en cada caso”15.
58. Por otra parte, la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia ha señalado que
los requisitos de vida marital y cohabitación deben ser evaluados “en cada caso, y dependiendo
de las circunstancias fácticas que se prueben”16, dado que serán estas a las que “tendrá que
acudirse, para determinarse si la separación material era o no justificada y si, a pesar de ello, el
vínculo entre la pareja se mantuvo”17. Por consiguiente, “la situación de que los esposos o
compañeros no puedan estar permanentemente juntos bajo el mismo techo, por circunstancias
especiales como podrían ser motivos de salud, de trabajo, de fuerza mayor, etc., no conlleva a
(sic) que desaparezca la comunidad de vida o la vocación de convivencia de la pareja” 18. Esta
comprensión del requisito de convivencia de la jurisprudencia laboral surgió bajo la vigencia del
artículo 47 original de la Ley 100 de 1993 19 y ha sido reiterada y desarrollada aún en casos
resueltos tras la modificación incorporada por la Ley 797 de 2003 20. Incluso, en jurisprudencia
12
Corte Suprema de Justicia, SL1102-2018, radicación No. 54971, 12 de abril de 2018.
13
Corte Suprema de Justicia, SL1102-2018, radicación No. 54971, 12 de abril de 2018.
14
Ver las sentencias T-197 de 2010 y T-324 de 2014.
15
Sentencia T-245 de 2017.
16
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, radicación no. 24235, 25 de octubre de 2005.
17
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, radicación no. 24235, 25 de octubre de 2005.
18
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, radicación no. 30141, 10 de mayo de 2007.
19
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, radicación no. 34466, 15 de octubre de 2008.
20
Por ejemplo, mediante la sentencia SL 1399-2018, que resolvió un caso según la Ley 797 de 2003, la Sala de Casación Laboral retomó
la jurisprudencia desarrollada en vigencia del artículo 47 original de la Ley 100 de 1993 y señaló que “ pueden existir eventos en los que
reciente, y en atención al mandato del artículo 53 de la Constitución, la Corte Suprema de
Justicia ha llegado a advertir que, “en contextos en los que el presunto beneficiario ha sido
sometido a maltrato físico o psicológico”21, no es posible negar la convivencia “por la pura y
simple separación de cuerpos de los cónyuges”. Así, la Sala de Casación Laboral ha explicado
que “en escenarios de este tipo no se puede culpar al consorte víctima de renunciar a la
cohabitación y castigarlo con la pérdida del derecho a la pensión de sobrevivientes”, máxime
cuando “la separación es un ejercicio legítimo de conservación y protección al derecho
fundamental a la vida y a la integridad personal”.
59. En virtud de lo anterior, el contenido normativo del artículo 47 original de la Ley 100 de 1993
se concreta en los siguientes términos:
De esto se tiene que de acuerdo al excepción jurisprudencial que las altas cortes le han dado al
requisito de haber hecho vida marital con el causante hasta su muerte, en mi caso, mantuve
convivencia con ____________________________ por un periodo de 25 años, y si bien es cierto
que entre nosotros dos a partir del año 2005 se presentó una separación de cuerpos; siempre se
mantuvo un apoyo económico y una relación fraternal de apoyo emocional entre nosotros,
igualmente la falta de convivencia que se presentó en los últimos años de su vida estuvo justificad
en el hecho de que el embarazo a otra mujer, la cual era la niñera de mis hijos. Lo cual llevó a la
interrupción de nuestra convivencia bajo el mismo techo y de esta manera se configura y justifica la
excepción constitucional antes mencionada, pues desde ningún punto de vista estaba en la
obligación de soportar la carga de un maltrato psicológico o un trato denigrante como es el
embarazo de la que para nuestro círculo cercano era la niñera de nuestros hijos.
los cónyuges o compañeros no cohabiten bajo el mismo techo, en razón de circunstancias especiales de salud, trabajo, fuerza mayor o
similares, lo cual no conduce de manera inexorable a que desaparezca la comunidad de vida de la pareja si notoriamente subsisten los
lazos afectivos, sentimentales y de apoyo, solidaridad, acompañamiento espiritual y ayuda mutua, rasgos esenciales y distintivos de la
convivencia entre una pareja y que supera su concepción meramente física y carnal de compartir el mismo domicilio”.
21
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, SL 2010-2019, radicación no. 45045.
Esta situación se consolida en el hecho de que el vínculo entre nosotros siempre se mantuvo, el cual
se materializó con el auxilio mutuo; por medio del acompañamiento espiritual y fraternal; apoyo
económico y por medio del cual compartimos los recursos que se tenían hasta el momento de su
fallecimiento.
Incluso, como se demostró con anterioridad, el vínculo y auxilio que se presentó entre nosotros dos
fue reconocido por la señora _____________________________________
3.1. La Corte Constitucional ha señalado reiteradamente que, por regla general, la tutela no es
procedente para ordenar el reconocimiento de pensiones, teniendo en cuenta que existen
mecanismos ordinarios que resultan idóneos para resolver este tipo de pretensiones. Con base
en el principio de subsidiariedad que la caracteriza, la tutela no puede entrar a desplazar los
procesos ordinarios. No obstante, la tutela procede de forma excepcional para salvaguardar
estos bienes, en dos casos específicos, derivados del artículo 86 de la Constitución Política y
del Decreto 2591 de 1991:
(i) Cuando aun existiendo otro medio de defensa judicial ordinario disponible, la acción de tutela
se utiliza como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable, mientras el juez
ordinario decide el fondo del caso de forma definitiva.
(ii) Cuando los medios ordinarios de defensa judicial existentes no resultan eficaces ni idóneos
para el caso concreto, la acción de tutela procederá como mecanismo principal y la decisión
será definitiva.
3.2. Por otro lado, la Corte Constitucional ha exigido que para la procedencia material de la
acción de tutela cuando se intenta proteger un derecho de naturaleza pensional, se deben
acreditar los siguientes elementos: “(i) la existencia y titularidad del derecho reclamado, (ii) un
grado importante de diligencia al momento de buscar la salvaguarda del derecho invocado y;
(iii) la afectación del mínimo vital como consecuencia de la negación del derecho prestacional.”
3.4. Al respecto, en la Sentencia T-651 de 2009 , esta Corte expresó que, en reiteración de la
jurisprudencia relacionada, la condición de sujeto de especial protección constitucional,
principalmente en el caso de las personas de la tercera edad, las personas con discapacidad y
las mujeres cabeza de familia, así como la debilidad manifiesta del accionante, dan lugar a
presumir que los medios ordinarios de defensa judicial no son idóneos. De manera que, de
acuerdo con el carácter fundamental del derecho a la seguridad social, la condición de especial
protección constitucional refuerza la necesidad de conceder la protección de forma definitiva y
ordenar las medidas requeridas para la lograr el acceso al derecho tutelado de forma efectiva.
(i) Que no exista otro medio de defensa judicial, o que el existente no resulte idóneo ni eficaz
para garantizar la salvaguarda de los derechos fundamentales del accionante, a partir de las
condiciones específicas del caso; en caso de que el medio de defensa sea idóneo y eficaz, la
tutela procederá como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable;
(ii) Que conste prueba de la existencia y titularidad del derecho pensional reclamado;
(iii) Que el accionante haya ejercido una actividad judicial o administrativa diligente para
acceder a la protección del derecho invocado;
(iv) Que se establezca que con el no reconocimiento del derecho pensional se está afectando el
mínimo vital del accionante.
3.6. Ahora bien, respecto del análisis de la idoneidad y la eficacia de los mecanismos judiciales
ordinarios de defensa disponibles para acceder al reconocimiento de derechos pensionales, en
la Sentencia T-021 de 2013 , se estableció que, el juez de tutela debe verificar que aun
existiendo otras herramientas de defensa judicial, éstas no son suficientes para garantizar
oportunamente el derecho a la seguridad social del demandante. Para ello, la jurisprudencia ha
determinado unos presupuestos que se deben tener en cuenta: “a. Que se trate de sujetos de
especial protección constitucional; b. Que la falta de pago de la prestación o su disminución,
genere un alto grado de afectación de los derechos fundamentales, en particular del derecho al
mínimo vital; c. Que el accionante haya desplegado cierta actividad administrativa y judicial con
el objetivo de que le sea reconocida la prestación reclamada; d. Que se acredite siquiera
sumariamente, las razones por las cuales el medio judicial ordinario es ineficaz para lograr la
protección inmediata de los derechos fundamentales presuntamente afectados.”
3.7. Asimismo, frente a la calidad del accionante de ser sujeto de especial protección
constitucional, la jurisprudencia constitucional ha señalado que: “(…) tratándose concretamente
de acciones de tutela presentadas por adultos mayores en las cuales solicitan el
reconocimiento y pago de una pensión, el juez constitucional debe tener en cuenta que, por lo
general, este grupo poblacional depende exclusivamente de su mesada pensional para tener
una vida en condiciones mínimas de dignidad. Entonces el juicio de procedibilidad de la acción
de tutela se torna menos riguroso debido a las especiales circunstancias que rodean al
demandante.” Por consiguiente, considerando que resultaría desproporcionado exigirles a las
personas de la tercera edad que acudan a la jurisdicción ordinaria para reclamar el
reconocimiento y pago de derechos pensionales, debido a la prolongada duración de este tipo
de procesos, la acción de tutela se convierte en el mecanismo judicial idóneo y eficaz para
proteger los derechos fundamentales de aquellos accionantes.
Adicionalmente al contar actualmente con la edad de 62 años soy adulta mayor y por lo tanto sujeto
de especial protección constitucional, por lo tanto, esto hace que el examen de procedibilidad del
amparo se flexibilice y sea más amplio de acuerdo a los criterios y lineamientos establecidos por la
Corte Constitucional antes citados.
Por otra parte, debido a que mi derecho fundamental al mínimo vital se encuentra amenazado se
tiene como resultado que el medio de defensa judicial y administrativo no es el más idóneo ni eficaz
para salvaguardar los derechos fundamentales invocados.
Adicionalmente con los hechos relatados y con las pruebas aportadas se demuestra la titularidad del
derecho reclamado y el ejercicio diligente por mi parte de la actividad administrativa para reclamar el
mismo.
Por último, en el presente escrito y con los respectivos anexos del mismo se demuestra que desde
septiembre de 2022 dejé de percibir el sustento básico con el que a lo largo de 45 años he
solventado mis necesidades básicas, este hecho aunado a las negligencias de la entidad accionada
han hecho que mi derecho fundamental al mínimo vital se encuentre bajo amenaza haciendo
necesaria la intervención del juez constitucional para evitar la consumación de un perjuicio
irremediable.
PRUEBAS
1. Documental Aportada
Solicito señor Juez, tener y practicar como pruebas documentales las aportadas en el presente
escrito como anexos.
ANEXOS
JURAMENTO
Para los efectos previstos en el artículo 37 22 del Decreto 2591 de 1991, manifiesto bajo la gravedad
del juramento que no se ha instaurado acción de tutela por los mismos hechos y derechos, ante
ninguna otra autoridad judicial.
NOTIFICACIONES
Atentamente.
__________________________________
22
Artículo 37. El que interponga la acción de tutela deberá manifestar, bajo la gravedad del juramento, que no ha presentado otra
respecto de los mismos hechos y derechos. Al recibir la solicitud, se le advertirá sobre las consecuencias penales del falso testimonio
(…)