Antibióticos Aminoglucósidos
Antibióticos Aminoglucósidos
Antibióticos Aminoglucósidos
Neoswy Rodriguez
Estructura
Se compone de:
Aminoazúcares unidos por enlaces glucosídicos a un alcohol cíclicohexagonal con grupos amino
(aminociclitol).
Farmacocinética
• Administración
Los aminoglucósidos no se absorben por el tracto gastrointestinal, de manera que hay que
administrarlos por vía parenteral. Por vía intramuscular se absorben totalmente.
Por vía intravenosa se recomienda administrarlos mediante perfusión durante 15-30 min, y si la
dosis es elevada (caso de monodosis), el tiempo de perfusión se debe incrementar hasta 30-60
min para evitar la aparición de bloqueo neuromuscular.
• Distribución
Se distribuyen libremente en el espacio vascular y de forma relativamente libre en el líquido intersticial
de la mayoría de los tejidos, debido a su escasa unión a proteínas y alto nivel de solubilidad.
Más del 90% de la dosis administrada se recupera sin modificar en la orina durante las primeras 24
h; el resto es lentamente reciclado en la luz tubular y puede ser detectado en la orina durante un
tiempo superior a 20 días.
Gentamicina, tobramicina y netilmicina alcanzan concentraciones rinarias de 100 y 300 g/ml tras
dosis intramuscular de 1 mg/kg e intravenosa de 2 mg/kg, respectivamente.
Tras una dosis de 7,5 mg/kg de amikacina, por vía intramuscular o intravenosa, la concentración
urinaria llega hasta 700-800 mg/ml.
La semivida sérica de gentamicina, tobramicina y netilmicina es de 2 h con función renal normal
y la de amikacina entre 2 y 3 h. Se acorta en caso de enfermedad febril y se prolonga en caso de
deterioro de la función renal.
Farmacodinámica
Los aminoglucósidos muestran un patrón de actividad bactericida que es dependiente de la
concentración del antimicrobiano, pero no del tiempo de exposición de las bacterias. Por tanto, el
objetivo del tratamiento con aminoglucósidos debe ser incrementar al máximo la Cmáx administrando
la dosis más alta posible que permita el límite de toxicidad.
Los estudios clínicos han comprobado que existe una relación directa entre la Cmáx del
aminoglucósido y la respuesta terapéutica en el tratamiento de la bacteriemia y la neumonía por
bacilos gramnegativos y que existe una graduación dosis-respuesta entre el cociente entre
concentración máxima y concentración inhibitoria mínima (Cmáx/CIM) y la respuesta clínica.
• Efecto postantibiótico
La duración de éste es variable según el tipo de bacteria; en los aminoglucósidos oscila entre 0,5 y 7,5 h
y, en general, la presencia de neutrófilos tiende a doblar la duración del efecto postantibiótico frente a
bacilos gramnegativos.
Existe una correlación entre el incremento de la dosis de aminoglucósidos y mayor duración del efecto.
• Resistencia adaptativa y selectiva
Consiste en una menor capacidad de penetración del antimicrobiano al interior de la bacteria y aparece
en bacterias que sobreviven tras la exposición a concentraciones de antibiótico menores que la
Concentración inhibitoria mínima.
El tratamiento con dosis elevadas de aminoglucósido, para conseguir Cmáx/CIM ∼ 10, ayuda a
evitar esta resistencia adaptativa al lograr un mayor efecto bactericida inicial y suprimir la
supervivencia de mutantes con CIM elevada.
Esta ausencia de aparición de bacterias resistentes durante el tratamiento es una de las grandes
ventajas de los regímenes con dosis elevadas de aminoglucósidos
Del perfil FC/FD expresado se derivan una serie de ventajas que apoyan el uso de los
aminoglucósidos a dosis elevadas y con intervalos prolongados (administración en monodosis).
Los mecanismos defensivos que desarrollan los microorganismos frente a los aminoglucósidos son de
tres tipos:
Los enterococos muestran una resistencia intrínseca a los aminoglucósidos debida a un transporte
deficitario a través de la membrana bacteriana. Esta resistencia se denomina de bajo nivel y puede ser
soslayada asociando al aminoglucósido un antimicrobiano con actividad frente a la pared bacteriana
(betalactámicos o glucopéptidos), provocando entonces un sinergismo bactericida frente a enterococos
Esta bacteria puede mostrar además resistencia adquirida, cuya forma más preocupante es a través de
inactivación mediante la enzima bifuncional (AAC-6)-2´´/APH-2´´), que origina una resistencia de alto
nivel frente a gentamicina y todos los otros aminoglucósidos relacionados, con la excepción de
estreptomicina.
Además, la resistencia de alto nivel frente a estreptomicina puede ser por mutación ribosómica o por
inactivación enzimática de una adeniltransferasa. La resistencia de alto nivel se traduce en la anulación
del sinergismo bactericida entre el aminoglucósido y betalactámicos o glucopéptidos, de ahí su gran
importancia clínica.
• Indicaciones clínicas
A pesar de la introducción en las últimas décadas de antimicrobianos potentes y menos tóxicos, los
aminoglucósidos siguen desempeñando un papel importante en el tratamiento de infecciones causadas
por bacilos gramnegativos, enterococos y estreptococos.
Aunque se han empleado como fármaco único en el tratamiento de la pielonefritis, su uso más habitual
es en combinación con betalactámicos para obtener sinergia en las infecciones graves por bacilos
gramnegativos y, más en segundo plano, combinados con agentes que actúan contra la pared bacteriana
(betalactámicos o glucopéptidos) para conseguir sinergia en las infecciones enterocócicas de
tratamiento difícil como la endocarditis.
Además, en nuestro medio se emplea estreptomicina, asociada a doxiciclina, como fármaco de primera
línea para el tratamiento de la brucelosis y como fármaco de segunda elección en la tuberculosis, en el
caso de que el tratamiento estándar plantee dificultades. La kanamicina aún puede desempeñar un
papel en el tratamiento de ciertos casos de tuberculosis resistente a múltiples fármacos en combinación
con otros antibióticos.
• Dosificación
Los aminoglucósidos se administraron clásicamente mediante la pauta de multidosis a pacientes con
función renal normal; gentamicina, tobramicina y netilmicina cada 8 h y amikacina cada 12 h. Diversos
estudios han ido demostrando en las dos últimas décadas que también es eficaz la pauta de monodosis,
que utiliza intervalos de 24 h.
• Efectos adversos
Los aminoglucósidos son muy bien tolerados por vía intravenosa e intramuscular y no suelen provocar
reacción inflamatoria local. No obstante, todos excepto espectinomicina, comparten una capacidad
potencial para provocar toxicidad renal, ótica y bloqueo neuromuscular.
Nefrotoxicidad: Con una incidencia que oscila entre el 5 y el 25%, la nefrotoxicidad es debida a la
reabsorción parcial de los aminoglucósidos por las células del epitelio del túbuloproximal. En la mayoría
de los pacientes se manifiesta como una insuficiencia renal no oligúrica, siendo muy rara la necesidad
de diálisis. La lesión tubular es reversible y en algunos pacientes se produce recuperación de la función
renal a pesar de continuar la administración del aminoglucósido. Aumentan el riesgo de nefrotoxicidad
la edad avanzada, la hipovolemia, la nefropatía preexistente, la hepatopatía asociada, dosis elevadas,
administración en multidosis, tratamiento prolongado y uso concomitante de otros fármacos
nefrotóxicos. Los niveles séricos de
La administración en monodosis parece ser útil para reducir la nefrotoxicidad. Por otra parte, la
nefrotoxicidad aparece más frecuentemente cuando los aminoglucósidos se administran durante las
horas de reposo nocturno, quizás en relación con la menor ingesta alimentaria
Ototoxicidad: pueden causar toxicidad ótica que, en ocasiones, es irreversible. Las alteraciones
auditivas son consecuencia de la destrucción de las células ciliadas externas del órgano de Corti y las
vestibulares son expresión de las lesiones causadas en las células ciliadas de la cúpula de las crestas
ampulares radicadas en los conductos semicirculares.
En el estadio inicial de la toxicidad auditiva, el daño se limita a los niveles más altos de frecuencia (4.000
a 8.000 Hz) y no afecta a las frecuencias utilizadas en una audición conversacional, aunque el paciente
puede referir sensación de ruido y embotamiento auditivo. Los cambios tóxicos son generalmente
reversibles en esta fase. Si la toxicidad continúa ya se afectan las células ciliadas internas del ápex
coclear, y se afectan entonces los niveles más bajos de frecuencia y la audición conversacional. En esta
fase tardía el déficit suele ser permanente o sólo parcialmente reversible.
La toxicidad vestibular suele seguir un curso paralelo a la auditiva y se manifiesta por vértigo, náuseas,
mareo y nistagmo, aunque es frecuente que quede encubierta por los mecanismos compensatorios
visuales y propioceptivos. Los síntomas se acentúan en la oscuridad o con los ojos cerrados y pueden
atenuarse con el paso del tiempo
Bloqueo neuromuscular: Puede ser provocado por todos los aminoglucósidos y, aunque poco
frecuente, suele ser grave y en ocasiones fatal. Se manifiesta como debilidad de la musculatura
respiratoria, parálisis flácida y midriasis. Ocurre asociado a enfermedades o fármacos que interfieren
con la transmisión neuromuscular y se relaciona con la perfusión intravenosa rápida y con la irrigación
peritoneal terapéutica (ya en desuso). Hipomagnesemia, hipocalcemia y los bloqueantes de los canales
del calcio aumentan el riesgo. Además de medidas de soporte, el tratamiento requiere la administración
de gluconato cálcico intravenoso.
En los pacientes con disfunción renal, el intervalo puede extenderse. En los pacientes que no son
candidatos para la administración de intervalo prolongado, se recomienda una dosis de carga de 2 mg/kg
y luego de 3-5 mg/kg al día, administrada en dosis divididas cada 8-12 h. Es posible que se requieran
dosis en el extremo superior de este rango para alcanzar las concentraciones terapéuticas en pacientes
con trauma o quemaduras, en aquellos con choque séptico, en pacientes con fibrosis quística y otros en
quienes la eliminación del fármaco es más rápida o el volumen de distribución es mayor de lo normal.
La gentamicina se absorbe lentamente cuando se aplica de manera tópica en una pomada y algo más
rápidamente cuando se aplica como una crema. Cuando el antibiótico se utiliza en grandes áreas de la
superficie del cuerpo desnudo, como puede ser el caso en quemados, las concentraciones plasmáticas
pueden alcanzar 4 μg/ml, y 2 a 5% del fármaco suele aparecer en la orina.
Tobramicina
La actividad antimicrobiana, las propiedades farmacocinéticas y el perfil de toxicidad de la tobramicina
son similares a los de la gentamicina.
La tobramicina puede administrarse por vía intramuscular, intravenosa o por inhalación.
Amikacina
El espectro de la actividad antimicrobiana de la amikacina es el más amplio del grupo.
Debido a su resistencia a muchas de las enzimas que inactivan los aminoglucósidos, la amikacina
desempeña un papel especial en el tratamiento inicial de infecciones bacilares gramnegativas
nosocomiales graves en hospitales donde la resistencia a la gentamicina y la tobramicina se ha
convertido en un problema importante.
La amikacina es activa contra la mayoría de las cepas de Serratia, Proteus y P. aeruginosa, así como
contra la mayoría de las cepas de Klebsiella, Enterobacter y E. coli que son resistentes a gentamicina y
tobramicina.
La mayor resistencia a la amikacina se encuentra entre las cepas de Acinetobacter, Providencia y
Flavobacterium y las cepas de Pseudomonas distintas de P. aeruginosa; todos éstos son patógenos
inusuales.
La amikacina es menos activa que la gentamicina contra los enterococos y no debe usarse para este
organismo. La amikacina no tiene actividad contra la mayor parte de las bacterias anaerobias
grampositivas.
Estreptomicina
La estreptomicina se usa para el tratamiento de ciertas infecciones inusuales, por lo común en
combinación con otros agentes antimicrobianos.
Por lo general, tiene menos actividad que otros miembros de la clase contra los bacilos aerobios
gramnegativos.
La combinación de penicilina G (bacteriostática contra enterococos) y estreptomicina es eficaz como
terapia bactericida para la endocarditis enterocócica, aunque normalmente se prefiere la gentamicina
por su menor toxicidad.
Se debe usar estreptomicina en lugar de gentamicina cuando la cepa es resistente a esta última y tiene
una susceptibilidad demostrable a la estreptomicina, lo que puede ocurrir porque las enzimas que
inactivan estos dos aminoglucósidos son diferentes.
La estreptomicina se puede administrar mediante inyección intramuscular profunda o por vía
intravenosa. La inyección intramuscular puede ser dolorosa y desarrollarse una masa suave caliente en
el sitio de la inyección.
El rango de dosis de la estreptomicina para la mayoría de las indicaciones es de 15-25 mg/kg al día o
divididos en dosis dos veces al día.
Durante el tratamiento inicial para la tuberculosis, se administra con frecuencia en una sola dosis diaria
de 1 000 mg, lo que resulta en concentraciones séricas máximas de cerca de 50-60 y 15-30 µg/ml, y
concentraciones mínimas de menos de 1 y 5-10 µg/ml, respectivamente. La frecuencia de dosificación
puede reducirse a dos o tres veces por semana después de la fase inicial de tratamiento de la
tuberculosis.
La estreptomicina ha sido reemplazada por gentamicina en la mayoría de las indicaciones, porque la
toxicidad de la gentamicina es sobre todo renal y reversible, mientras que la de la estreptomicina es
vestibular e irreversible. La administración de estreptomicina puede producir disfunción del nervio
óptico, lo que incluye escotomas, que se presentan como una ampliación del punto ciego.
Entre las reacciones tóxicas menos comunes a la estreptomicina se encuentra la neuritis periférica
Neomicina
La neomicina es un antibiótico de amplio espectro.
Los microorganismos susceptibles por lo general son inhibidos por concentraciones de 10 µg/ ml o
menos.
Las especies gramnegativas altamente sensibles son E. coli, Enterobacter aerogenes, Klebsiella
pneumoniae y Proteus vulgaris. Los microorganismos grampositivos que se inhiben incluyen S. aureus y
Enterococcus faecalis. Mycobacterium tuberculosis también es sensible a la neomicina. Las cepas de
Pseudomonas aeruginosa son resistentes a la neomicina.
Los efectos tóxicos más importantes de la neomicina son ototoxicidad y nefrotoxicidad; como
consecuencia, el fármaco ya no está disponible para administración parenteral. El bloqueo
neuromuscular con parálisis respiratoria también se ha producido después de la irrigación de heridas o
de cavidades serosas. Las personas tratadas con 4 a 6 g/ día del fármaco por vía oral a veces desarrollan
un síndrome similar al esprue, caracterizado por diarrea, esteatorrea y azotorrea. También puede haber
proliferación excesiva de levaduras en el intestino.
Kanamicina
La kanamicina es uno de los aminoglucósidos más tóxicos, y hay pocas indicaciones para su uso.
Sólo se indica para el tratamiento de la tuberculosis extensamente resistente a los medicamentos, e
incluso en esta condición, por lo general se prefieren alternativas menos tóxicas