Pago de Obligaciones en Moneda Extranjera (José Medina C. Sociedad Médicos Unidos Los Jabillos, C.A.)

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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. 2017-000596

Magistrado Ponente: FRANCISCO RAMÓN VELÁZQUEZ ESTÉVEZ

En el juicio por cumplimiento de contrato de cesión e indemnización, seguido por el


ciudadano JOSÉ GREGORIO MEDINA COLOMBANI , actuando en nombre propio y
representación y como apoderado judicial el abogado Ramón Escovar León, contra
la SOCIEDAD MÉDICOS UNIDOS LOS JABILLOS, C.A. (POLICLÍNICA MÉNDES
GIMÓN), representada judicialmente por los abogados Jaime Alberto Coronado y Jaime
Alberto Coronado Castillo; el Juzgado Superior Décimo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, dictó sentencia en fecha
26 de mayo de 2017, declarando sin lugar los recursos de apelación interpuestos por ambas
partes contra la sentencia definitiva de fecha 27 de mayo de 2014, emanada del Juzgado
Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas. Parcialmente con lugar la demanda de
cumplimiento de contrato de venta incoada por la parte actora, condenando a la accionada al
pago de cuatrocientos ochenta y dos mil treinta y un dólares americanos con veintitrés
centavos de dólar (US $ 482.031,23) más los intereses moratorios establecidos en dicho
fallo; Sin lugar la pretensión de indemnización de daños y perjuicios. Sin lugar la pretensión
de indexación monetaria en el presente caso, por cuanto se ordenó el ajuste de la deuda
mediante la aplicación de la tasa de cambio oficial determinada por el ejecutivo nacional.
Improcedente el convencimiento con limitación alegado por la parte demandada,
confirmando el fallo recurrido.

En fecha 1 de junio de 2017, la representación judicial de la parte demandada solicitó


aclaratoria del mencionado fallo y fue declarada improcedente en fecha 20 de junio del
mismo año.

Contra la precitada decisión, en fecha 19 de junio de 2017, la parte actora, anunció


recurso extraordinario de casación, igualmente los abogados de la parte demandada en fecha
21 de junio del mismo año.

Admitidos los recursos extraordinarios de casación, en fecha 25 de julio de 2017, la


parte demandada formalizó el presente recurso, subsiguientemente el día 10 de agosto del
mismo año hizo lo propio la demandante.
Posteriormente en fecha 4 de octubre de 2017, la parte demandante procedió a realizar
contestación a la formalización realizada por la demandada, así en fecha 25 de septiembre de
2017, los apoderados de la parte demandada procedieron a impugnar la formalización
realizada por el accionante.

Concluida la sustanciación respectiva, le correspondió la ponencia al


Magistrado FRANCISCO RAMÓN VELÁZQUEZ ESTÉVEZ , quien con tal carácter
suscribe el presente fallo y en consecuencia pasa a decidirlo en los términos que a
continuación se expresan:

PUNTO PREVIO

En fecha 19 de junio de 2017, la parte actora, anunció recurso extraordinario de


casación, igualmente lo hicieron los abogados de la parte demandada en fecha 21 del mismo
mes y año, posteriormente en fecha 25 de julio de 2017, la parte demandada formalizó el
presente recurso, subsiguientemente el día 10 de agosto del mismo año hizo lo propio la
demandante.

En tal sentido por cuanto la parte demandada, cronológicamente formalizó primero el


recurso de casación anunciado, esta Sala conocerá de los mencionados recursos en dicho
orden de presentación. Así se decide.

FORMALIZACIÓN DEL RECURSO DE CASACIÓN ANUNCIADO POR LA PARTE


DEMANDADA

DENUNCIA POR INFRACCIÓN DE LEY

ÚNICA

Conforme con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 320 eiusdem, se denuncia la infracción
por falta de aplicación del artículo 361 ibídem.

En el escrito de formalización el recurrente afirmó:

“…Médicos Unidos Los Jabillos C.A., en el acto de contestación a la demanda


ejercitó su derecho y amoldó su proceder sobre la base del principio de orden
constitucional de “confianza legítima o expectativa plausible”, que obliga a
los órganos jurisdiccionales actuar de la misma manera como lo han venido
haciendo frente a circunstancias similares, en el caso concreto, aplicando
la jurisprudencia vinculante para todos los Tribunales de la República sentada por
la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 2
de noviembre de 2.011 (sic) (…)

(…) Es doctrina de esta Sala, que se incurre en el vicio de falta de aplicación


de norma jurídica expresa en la sentencia, “cuando el Juez (sic) no aplica una
norma jurídica vigente, que resulta idónea para resolver el asunto sometido a
su consideración y que de haberla empleado el dispositivo del fallo sería
distinto (…)

El convenimiento con limitación o parcial que suscribió Médicos Unidos Los


Jabillos C.A., fue rechazado por el actor, de ello deja constancia la recurrida y
se evidencia de forma fehaciente en la respuesta que dio el demandante a la
pregunta que se le hizo en el acto de evacuación de la prueba de posiciones
juradas, rechazo que dio lugar a que en ese evento se produjera la siguiente
circunstancia procesal:

Como el demandante no se allanó al convenimiento parcial, correspondía al


Juez (sic) en la oportunidad de dictar sentencia definitiva declararlo
procedente, aplicando en el caso concreto, con fundamento en el principio de
confianza legítima o expectativa plausible, el contenido de la jurisprudencia
sentada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en el
caso MOTORVENCA, y con eficacia jurídica, homologándolo con autoridad
pasada en cosa juzgada en conformidad con lo establecido en el artículo 264
del Código de Procedimiento Civil, sobre la base de: i) si el apoderado
constituido en juicio ostenta facultad especial otorgada en el poder por parte
del poderdante para convenir en la demanda; ii) si se trata de derechos
disponibles por las partes.

En ese orden cabe observar, que el apoderado judicial que suscribió el


convenimiento con limitación o parcial a la demanda, abogado Jaime Alberto
Coronado, según consta en el instrumento poder que le confirió el
representante legal de Médicos Unidos Los Jabillos C.A., para que asumiera la
defensa de sus derechos en el presente juicio, el cual corre inserto en
los folios 177, 178 y su vto, de la primera pieza del cuaderno principal del
expediente, detenta facultad especial para convenir en la demanda, y se
desprende del objeto de la pretensión del demandante, que se trata de materias
en las cuales no están prohibidas las transacciones.

De manera que si el demandante se hubiera allanado al convenimiento con


limitación o parcial suscrito por el apoderado judicial constituido en juicio de
Médicos Unidos Los Jabillos C.A., respecto a pagarle la cantidad de
Cuatrocientos (sic) Ochenta (sic) y Dos (sic) Mil (sic) Treinta (sic) y Un (sic)
dólares con Veintitrés (sic) Centavos (sic) de dólar (U.S $ 482.031,23), más
los intereses, en bolívares, a la tasa oficial vigente para la fecha en la que
contestó la demanda, de Cuatro (sic) Treinta (sic) Bolívares (sic) (Bs 4,30),
por unidad de dólar, que equivale a Dos (sic) Millones (sic) Ciento (sic)
Noventa (sic) y Tres (sic) Mil (sic) Trescientos (sic) Setenta (sic) y Tres (sic)
Bolívares (sic) con Dieciocho (sic) Céntimos (sic) (Bs 2.193.373,18, las
pretensiones de solo aceptar el pago en dólares; si fuera en bolívares de
acuerdo al monto que arrojara la “teoría de la tasa justa” y ese monto
ajustado por inflación, quedaban de pleno derecho extinguidas y sin
eficacia jurídica alguna, sin necesidad de su consentimiento, por lo que la
extinción de esas pretensiones no significaban condición alguna para la
aceptación de dicho convenimiento, porque operaba de pleno derecho .

En ese supuesto solo le bastaba al actor solicitar al Tribunal (sic) con vista al
allanamiento que expidiera un cheque a su favor por la cantidad convenida en
pago, Dos (sic) Millones (sic) Ciento (sic) Noventa (sic) y Tres (sic) Mil (sic)
Trescientos (sic) Setenta (sic) y Tres (sic) Bolívares (sic) con Dieciocho (sic)
Céntimos (sic) (Bs 2.193.373,18), visto que esa cantidad se encontraba
consignada en autos ante el a quo por Médicos Unidos Los Jabillos C.A.
La infracción en la recurrida del artículo 361 del Código de Procedimiento
Civil, fue determinante en el dispositivo del fallo y para la suerte del proceso,
porque de haber sido aplicada la referida norma se hubiera declarado válido y
con eficacia jurídica el convenimiento con limitación o parcial de la demanda
suscrito por Médicos Unidos Los Jabillos C.A., y condenada a pagar en el
dispositivo del fallo la cantidad de Cuatrocientos (sic) Ochenta (sic) y Dos
(sic) Mil (sic) Treinta (sic) y Un (sic) dólares con Veintitrés (sic) Centavos
(sic) de dólar (U.S $ 482.031,23), más los intereses, en bolívares, a la tasa
oficial de Cuatro (sic) Treinta (sic) Bolívares (sic) (Bs 4,30), por unidad de
dólar, que equivale a Dos Millones (sic) Ciento (sic) Noventa (sic) y Tres
(sic) Mil (sic) Trescientos (sic) Setenta (sic) y Tres (sic) Bolívares (sic) con
Dieciocho (sic) Céntimos (sic) (Bs 2.193.373,18).

La norma que la recurrida ha debido aplicar para resolver la controversia y no


aplicó, fue el artículo 264 del Código de Procedimiento Civil, porque esa
norma le permite al Juez (sic) verificar si quien conviene con limitación o
parcialmente en el demanda tiene capacidad para hacerlo, para disponer del
objeto sobre que verse la controversia y que se trate de materias en las cuales
no estén prohibidas las transacciones…”. (Cursivas, negrillas y subrayado del
texto).

Para Decidir la Sala Observa :

El formalizante considera, entre otras cosas, que la recurrida infringió por falta de
aplicación el contenido del artículo 361 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto de
haberlo aplicado en el fallo impugnado traería como consecuencia un dispositivo distinto, ya
que fue “…determinante en el dispositivo del fallo y para la suerte del proceso, porque de
haber sido aplicada la referida norma se hubiera declarado válido y con eficacia jurídica el
convenimiento con limitación o parcial de la demanda…”.

Vista la denuncia expuesta por el formalizante, se considera señalar que con respecto
al vicio de falta de aplicación de una norma, esta Sala de Casación Civil en sentencia N° 314
de fecha 21-09-2000 estableció lo siguiente:

“…la falta de aplicación o inaplicación de una norma que esté vigente, tiene
lugar cuando el juzgador se niega a aplicar la norma a una relación jurídica
que está bajo su alcance …”.

Así pues, la falta de aplicación de una norma ocurre cuando el órgano jurisdiccional no
utiliza la norma correspondiente por desconocimiento, por considerarla inexistente, o por
suponer que la misma no se hallaba vigente para determinar y elaborar sus conclusiones en el
dispositivo del fallo.

El artículo 361 del Código de Procedimiento Civil, establece lo siguiente:

“…En la contestación de la demanda el demandado deberá expresar con


claridad si la contradice en todo o en parte, o si conviene en ella
absolutamente o con alguna limitación y las razones, defensas y excepciones
perentorias que creyere conveniente alegar. Junto con las defensas invocadas
por el demandado en la contestación podrá éste hacer valer la falta de cualidad
o la falta de interés en el actor o en el demandado para intentar o sostener el
juicio y las cuestiones a que se refieren los ordinales 9°, 10 y 11 del artículo
346, cuando estas últimas no las hubiese propuesto como cuestiones previas.
Si el demandado quisiere proponer la reconvención o mutua petición o llamar
a un tercero a la causa, deberá hacerlo en la misma contestación…”.

La norma precedentemente transcrita, es indudablemente una norma de naturaleza


procesal, por cuanto regula el procedimiento y los actos de las partes que componen el
juicio, así como la estructura formal que deben reunir estos.

Al respecto esta Sala de Casación Civil, en sentencia de fecha 23 de enero de 2007,


RC.005, nos enseña lo siguiente:

“…Lo anterior, debe ser valorado por esta Sala de Casación Civil atenida a los
diuturnos, pacíficos y consolidados criterios doctrinales y jurisprudenciales
reiterados en la transcripción que, ad exemplum, se vierte a continuación, en
lo que respecta a la técnica necesaria para la formulación de las denuncias por
infracción de normas de naturaleza procesal, destacándose que esta Sala en
sentencia N° RC-1059 de fecha 19 de diciembre de 2006, Exp. N° 2006-466,
en el juicio de Yoly Isabel Lacruz Montilva contra Hilda Jolivald De Fedullo
y otro, reiterada en decisión N° RC-407 del 21 de julio de 2009, Exp. N°
2008-629, caso: Tulio Colmenares Rodríguez, y otros, contra el ciudadano
Fabián Ernesto Burbano Pullas, ratificada en fallo N° RC-83 de fecha 11 de
marzo de 2011, Exp. N° 2010-312, caso: Vidal Fernández Mederos contra
Ángel Rafael Simosa Martín, y nuevamente reiterada en sentencia N° RC-28
de fecha 15 de febrero de 2013, Exp. N° 2012-390, caso: El Mesón de la
Carne en Vara C.A., contra Inversiones Santomera C.A., todos con ponencia
del mismo Magistrado que suscribe el presente fallo , entre muchas otras
indicó:

“...Aunado a esto se observa, que respecto a la falta de aplicación de los


artículos 245, 514, y 520 del Código de Procedimiento Civil, por
tratarse de normas de naturaleza procesal, le es aplicable la doctrina
que al respecto fue adoptada en sentencia N° 448 de fecha 7 de junio de
2005, expediente Nº 248, que estableció lo siguiente:

“…Las normas procesales regulan los actos de parte y del juez que
componen el juicio, así como la estructura formal que deben reunir éstos,
con inclusión de la sentencia; y algunas de ellas también controlan el
juzgamiento del sentenciador en la decisión de la controversia, como son
aquellas que establecen el grado de eficacia de las pruebas.

Por esa razón, la infracción de la norma procesal podría configurar


un supuesto del recurso de casación por quebrantamiento de formas,
si se refiere al iter procedimental o un aspecto del mismo, o bien a la
estructura formal de la sentencia, y sólo podría constituir el
fundamento propio de una denuncia por infracción de ley, si la norma
procesal fue infringida por el juez al resolver la controversia .

Sobre este particular, Chiovenda ha sostenido que “... hay error de juicio
o defecto de juzgamiento cuando se hace a la cuestión controvertida una
falsa aplicación de la voluntad de la ley ...”. (Citado por Humberto
Cuenca, Curso de Casación Civil, pág. 103).
En sintonía con ello, Francesco Carneluttti ha afirmado que la diferencia
entre errores de actividad y quebrantamiento de ley “... no está sino en la
profunda diferencia entre el orden y el fondo, esto es, entre la
conducción del proceso y la decisión de la litis o la administración del
negocio...”. (Instituciones del Proceso Civil, págs. 249-250).

En la doctrina nacional, Alirio Abreu Burelli y Luís Aquiles Mejía han


expresado que la infracción de la norma procesal constituyen un error de
juzgamiento “... si influye directamente en el dispositivo del fallo, y no en
el orden de los actos del proceso. ..”, lo que sólo ocurre “... cuando se
trata de errores cometidos en la sentencia definitiva que determinan la
resolución de la controversia ...”, y han hecho referencia al caso
específico de que el juez declare erróneamente la perención, con motivo
de lo cual han explicado de forma clara que “... Se trata de un defecto de
actividad, pues el Juez no decidió la controversia sino que se pronunció
sobre el orden del proceso y el efecto la eventual casación será de
reposición al estado que se encontraba el proceso cuando se declaró su
extinción...”. (La Casación Civil, Editorial Jurídica Alva S.R.L., Caracas,
2000, págs. 217, 221 y 255).

Acorde con los criterios expuestos por los nombrados procesalistas, esta
Sala ha establecido que el error de juicio está relacionado “... con
cuestiones que constituyen el fondo de la controversia ...”. (Sentencia de
fecha 24 de febrero de 1994, caso: Efraín Silguera c/ C.A. Fichaza
Sociedad de Capitalización).”

De acuerdo a la doctrina anterior, se observa que el formalizante


denunció indebidamente la infracción de normas que sólo pueden ser
delatadas a través de un recurso por defecto de actividad, encuadrándola
erróneamente en un recurso por infracción de ley, lo que evidencia una
clara omisión a las reglas que caracterizan una correcta formalización,
carga esta que por corresponderle exclusivamente al formalizante en este
tipo de denuncias, no puede ser asumida por la Sala.

Ante la evidente falta de técnica en la que incurre el formalizante al


plantear inadecuadamente su denuncia en una materia tan especial como
lo es la infracción de ley, debe la Sala desestimar la misma. Así se
decide...”. (Cursivas, negrillas y subrayado del texto).

De acuerdo a la doctrina de esta Sala de Casación Civil antes citada, se observa, que el
formalizante denunció indebidamente la infracción de una norma de carácter procesal que
solo puede ser delatada a través de un recurso por defecto de actividad, encuadrándola
erróneamente en un recurso por infracción de ley, lo que evidencia una clara omisión a las
reglas que caracterizan una correcta formalización, carga esta que por corresponderle
exclusivamente al formalizante en este tipo de denuncias, no puede ser asumida por la Sala.

Lo antes expuesto se deriva del hecho, de que en las denuncias por infracción de ley,
sustentadas en el ordinal segundo (2°) del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
como la falta de aplicación de normas, la Sala se encuentra imposibilitada de descender al
estudio de las actas del expediente, y solo de forma excepcional puede hacerlo en aplicación
del artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, cuando se alegue infracción de norma
jurídica expresa que regule el establecimiento o apreciación de los hechos o de las pruebas, o
cuando la parte dispositiva del fallo sea consecuencia de una suposición falsa, o por la
violación de una máxima de experiencia, o la aplicación de una norma legal no vigente, al
ser un Tribunal de Derecho, pues esta Suprema Jurisdicción Civil tiene el encargo por ley de
vigilar y corregir la recta aplicación del derecho y mantener la uniformidad de la
jurisprudencia, dado que la Sala, en el examen que haga de la sentencia, en aplicación del
artículo 320 ya señalado, no se extenderá al fondo de la controversia, ni al establecimiento
ni apreciación de los hechos que hayan efectuado los tribunales de instancia, y en tal virtud,
determinar si los jueces de instancia cumplieron en el desarrollo de su función
sentenciadora, con todos los preceptos legales al efecto, lo cual no ocurre en las denuncias
por vicios de actividad, donde la Sala por la infracción de las garantías constitucionales del
debido proceso y derecho a la defensa previstas en los artículos 12 y 15 del Código de
Procedimiento Civil, sí se encuentra habilitada para descender al estudio de las actas del
expediente y así poder revisar el iter procesal. Así se declara.

Por todo lo antes expuesto, y conforme con la doctrina de esta Sala antes citada, esta
única denuncia por infracción de ley es improcedente , dado que la infracción de la norma
procesal podría configurar un supuesto del recurso extraordinario de casación por
quebrantamiento de formas, si se refiere al iter procedimental o un aspecto del mismo, o
bien a la estructura formal de la sentencia, y solo podría constituir el fundamento propio de
una denuncia por infracción de ley, si la norma procesal fue infringida por el juez al
resolver la controversia, lo cual es de imposible ocurrencia si se delata la falta de
aplicación de la norma , así como es improcedente el recurso extraordinario de casación
propuesto. Así se decide .

Motivo por el cual verificada la improcedencia de lo acusado por el formalizante, la


presente denuncia por infracción del artículo 361 del Código de Procedimiento Civil debe ser
desestimada. Así se decide.

FORMALIZACIÓN DEL RECURSO DE CASACIÓN ANUNCIADO POR LA PARTE


DEMANDANTE

DENUNCIA POR INFRACCIÓN DE FORMA

-I -

Conforme con lo establecido en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del ordinal 4° del artículo 243 eiusdem por
vicio de inmotivación.

En el escrito de formalización el recurrente afirmó:

“…La sentencia recurrida invoca el artículo 115 de la Ley del Banco Central
de Venezuela que establece que las obligaciones en moneda extranjera se
cumplan, salvo convención especial mediante el pago de la moneda de curso
legal “al tipo de cambio vigente para la fecha del pago”. En otras palabras la
norma citada señala que si hay convención especial, la obligación se cumpla
con el pago de la moneda extranjera. Esto fue avalado por esta Sala en su
célebre sentencia N°987/16.12.16 (caso Bancoex vs Sural) a la que nos
referiremos reiteradamente en este escrito. (…)

(…)
En esta denuncia estamos planteando la segunda modalidad del vicio de
inmotivación, por cuanto las supuestas razones que expone la recurrida nada
tienen que ver con el núcleo de la cuestión debatida, como la señalamos
antes. La sentencia de la última instancia no se adentra a motivar el núcleo
de la cuestión debatida, sino que se sale de la suerte para consignar
declaraciones obvias. Lo que tenía que hacer era explicar con razones
jurídicas si la convención especial de pago en moneda extranjera debe
acatarse o no, de la manera como reflexionó la Sala en su mencionada
sentencia N°987/16.12.16 (caso: Bancoex vs Sural). Esta manera de
sentenciar comporta violación del articulo (sic) 243 ordinal 4° del Código de
Procedimiento Civil…”.

Para decidir la Sala observa :

La recurrente denuncia que el juzgador de alzada incurrió en el vicio de inmotivación,


por cuanto “…las supuestas razones que expone la recurrida nada tienen que ver con el
núcleo de la cuestión debatida, como la señalamos antes. La sentencia de la última instancia
no se adentra a motivar el núcleo de la cuestión debatida, sino que se sale de la suerte para
consignar declaraciones obvias. Lo que tenía que hacer era explicar con razones jurídicas
si la convención especial de pago en moneda extranjera debe acatarse o no… ”.

Respecto al vicio de inmotivación, esta Sala en jurisprudencia pacífica y reiterada


ha establecido, entre otras, en sentencia N° 695, de fecha 27 de noviembre de 2009, caso:
Asociación Venezolana de Matadores de Toros y Novillos, contra Compañía Anónima
Seguros Catatumbo, expediente N° 09-108, lo siguiente:

“…Ahora bien, el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, establece,


los requisitos intrínsecos de la sentencia, uno de los cuales -contemplado en el
ordinal 4° de dicha norma- es la necesaria motivación del fallo, cuyo
cumplimiento, además de ser de estricto orden público, supone por parte del
sentenciador, la expresión clara y precisa de los motivos tanto de hecho, como
de derecho, que le permiten llegar a cierta determinación, como resolución de
lo controvertido.

En este sentido esta Sala en numerosas decisiones, ha dejado establecida la


obligatoriedad de cumplir con dicho requisito, al mismo tiempo que se ha
pronunciado acerca de la forma en la cual se configura el vicio que deriva de
la infracción del mismo, produciendo la inmotivación del fallo, tal como se
constata en la decisión Nº 370, de fecha 15 de octubre de 2000, dictada en el
juicio de Industrias Brill C.A. y otro contra Vladimir Kubac y otra, expediente
Nº 99-565, cuyo texto contiene lo siguiente:

“...La inmotivación o falta de fundamento es el vicio que provoca la omisión


de uno de los requisitos fundamentales de la sentencia, consagrado en el
ordinal 4º del artículo (sic) 243 del Código de Procedimiento Civil, que
ordena que la sentencia deberá contener los motivos de hecho y de derecho de
la decisión.

Ha sido jurisprudencia consolidada y constante de este Alto Tribunal, que el


vicio de inmotivación existe, cuando la sentencia carece totalmente de
fundamentos, pues no debe confundirse la escasez o exigüidad de la
motivación, con la falta de motivos, que es lo que da lugar al recurso de
casación…”.

Así pues, tenemos que la motivación debe estar constituida por las razones de hecho y
de derecho que dan los jueces como fundamento del dispositivo.

Ahora bien a los fines de resolver la denuncia, esta Sala se permite transcribir lo
expuesto por el ad quem, el cual al pronunciarse lo hizo de la siguiente manera:

“…Conforme a lo antes expuesto, se evidencia que ha quedado sobradamente


establecido, por el Alto Tribunal que las obligaciones lícitas contraídas en
moneda extranjera o moneda de cuenta referencial dentro del territorio de la
República Bolivariana de Venezuela, quedan liberadas a través del pago en
bolívares, que es la moneda de curso legal en el país o moneda de pago, al
tipo de cambio oficial para la fecha de pago.

En Venezuela, las obligaciones expresadas en moneda extranjera se


presumen, salvo convenio en contrario, como obligaciones en moneda de
cuenta. Así lo establece el artículo 128 de la Ley del Banco Central de
Venezuela publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria de la República
Bolivariana de Venezuela N° 6.155 de fecha 19 de noviembre de 2014, cuya
regla general es que en toda obligación estipulada en moneda extranjera, ésta
última se ha de considerar como moneda de cuenta o de cálculo, con lo que el
deudor tiene la posibilidad de librarse a través del pago del equivalente en
bolívares del monto indicado en moneda extranjera, calculado dicho
equivalente a la tasa de cambio existente para el momento del pago. De ese
modo, el deudor siempre se libera entregando a su acreedor el equivalente de
la moneda extranjera, en moneda de curso legal para la fecha del pago. Así
fue establecido por la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia en la sentencia No.000136/2016 dictada en fecha 04 de marzo de
2016 bajo la ponencia del Magistrado Dr. Guillermo Blanco Vásquez, para el
presente asunto, cuando casó la sentencia dictada por el Juzgado Superior
Quinto en lo Civil en fecha 11 de mayo de 2015.

Así las cosas, en virtud del referido control de cambio, la moneda con la cual
debe realizarse el pago de las obligaciones contraídas en moneda extranjera
dentro del territorio venezolano es el bolívar, siendo que el tipo de cambio
aplicable a los fines de determinar el monto de la obligación en moneda
nacional es el cambio oficial determinado por el Ejecutivo Nacional, por lo
que tal como lo estableció la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en casos donde haya sido convencionalmente pactado el pago de una
obligación en dólares estadounidenses u otra moneda extranjera, la única
solución consiste en la transformación de la obligación con cláusula de pago
efectivo en moneda extranjera, en una obligación con cláusula de valor
moneda extranjera en la cual, como hemos visto, la moneda extranjera sólo es
apreciada como moneda de cuenta, por imperativo derivado del llamado
hecho del príncipe.

En tal sentido, de conformidad con la Ley del Banco Central de Venezuela,


toda obligación contratada en moneda extranjera, puede ser cumplida
considerando a esta última como moneda de cuenta o de cálculo, con lo que
el deudor no queda atado a pagar únicamente con la moneda extranjera, sino
que tiene también tiene la posibilidad de hacerlo con el equivalente en
bolívares (moneda de curso), calculado dicho equivalente a la tasa de cambio
existente para el momento del pago. Esta modalidad ha sido denominada:
“cláusula de valor moneda extranjera”.

Adicionalmente, resulta oportuno reiterar que lo anterior no obsta para que


los particulares puedan pactar algunas obligaciones dinerarias en moneda
extranjera, sin embargo, dicha moneda extranjera sólo cumpliría una función
referencial a los fines de calcular el monto de la deuda de acuerdo a su
equivalente en bolívares, según la tasa oficial vigente al momento del pago
de la misma.

En conclusión, en el caso de autos, se evidencia que si bien es cierto para


el momento en que se celebró el contrato de venta entre el cedente Diego
Núñez Campos y la demandada MÉDICOS UNIDOS LOS JABILLOS,
C.A., no estaba vigente el régimen de restricciones cambiarias, no es
menos cierto que existiendo el régimen cambiario de divisas imperante en
nuestro país, y que se encuentra restringido el libre tránsito de la
moneda extranjera, así como de los convenios cambiarios celebrados
entre la República Bolivariana de Venezuela y el Banco Central, los
cuales son publicados en la Gaceta Oficial, no está prohibido que se
realicen convenios en monedas extranjeras de conformidad con lo
establecido en el artículo 115 de la Ley del Banco Central de Venezuela,
pero el pago de esas deudas se puede hacer con el equivalente en
bolívares (moneda de curso legal), calculado dicho equivalente a la tasa de
cambio existente para el momento del pago. Y así se decide.

Como consecuencia de lo anterior, en principio, no prosperaría la pretensión


de la parte actora, que requiere que las cantidades de dinero que le son
adeudadas le sean pagadas en dólares norteamericanos; sin embargo, por
cuanto la parte demandada admite y reconoce que mantiene impagas e
insolutas las 6 últimas cuotas y que no ha pagado oportunamente ninguna de
las cuotas siguientes a la vencida al 7 de diciembre de 2.003 (sic) (que fue la
última que pagó) por lo que admite y reconoce que los intereses deben
calcularse a la tasa del 8% anual, tal como se estipuló en el contrato de
venta, y admite y reconoce al ciudadano José Gregorio Medina Colombani
como su acreedor, y siendo que tales circunstancias de hecho resultaron
ratificadas en este proceso a través de las posiciones juradas estampadas en
esta causa, esta juzgadora debe declarar procedente la pretensión principal de
cumplimiento de contrato deducida en la demanda. Así se declara…”.
(Resaltado de la Sala).

En este sentido, en aplicación de la doctrina casacionista precedentemente expuesta, y


visto, tal y como se plasmó en líneas que anteceden, que la recurrida sí otorgó, en sus
términos, los motivos para su decisión, concretamente para fundamentar su criterio sobre el
cumplimiento del pago en moneda extranjera, es por eso que para esta Sala es forzoso
concluir que el juez de alzada no incurrió en el vicio delatado, motivo por el cual la presente
delación debe ser desechada. Así se establece.

DENUNCIA POR INFRACCIÓN DE LEY

-I -
Conforme con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia la infracción por errónea interpretación del artículo 115 de
la Ley del Banco Central de Venezuela.

En el escrito de formalización el recurrente afirmó:

“…De acuerdo con lo afirmado por la recurrida, en el contrato de venta


celebrado entre el Dr.-Diego Nuñez (sic) Campos y la demandada sociedad
mercantil Médicos Unidos Los Jabillos C.A., se pactó el dólar de los Estados
Unidos (US$) como moneda de pago en un momento en el cual no estaba
vigente el régimen de control de cambio (…)

(…) se evidencia que la recurrida establece que el deudor se puede liberar de


su obligación en moneda extranjera entregando bolívares, “que es la moneda
de curso legal en el país o moneda de pago, al tipo de cambio oficial para la
fecha de pago”, lo que es verdad. Sin embargo, omite señalar que cuando la
obligación en moneda extranjera se asume como moneda de pago mediante
una convención especial, es con la entrega de la moneda extranjera como se
cumple con la obligación. Es así como lo ha entendido esa Sala en la sentencia
que hemos citado reiteradamente: N° 987/16.12.2016.

Entonces, no cabe duda que la deuda pactada entre las partes debía ser
honrada en dólares de los Estados Unidos de América, porque se pactó la
moneda extranjera como moneda de pago. En este sentido, la recurrida da
cuenta que la obligación fue contraída en moneda extranjera, pero y al mismo
tiempo, señala que solo puede pagarse en bolívares según la tasa de cambio
vigente a la fecha del pago. Pues bien, dicho criterio se aparta de la
recta interpretación del artículo 115 de la Ley del Banco Central de
Venezuela, antes copiado. De acuerdo con esta norma, la legislación
venezolana autoriza las convenciones de pago en moneda extranjera, como
ocurrió en el caso presente. En consecuencia, cuando la recurrida señala que
el demandado puede liberarse entregando bolívares a la tasa vigente a la fecha
del pago, se aparta de la recta interpretación de la norma denunciada, que
permite el pago en moneda extranjera, cuando hay convención especial. En
este sentido, el artículo 115 de la Ley del Banco Central de Venezuela resulta
infringido por errónea interpretación, ya que la recurrida no lo interpretó de
acuerdo con su contenido y alcance, de acuerdo con lo señalado en la citada
sentencia N° 987/ 16.12. 2016. En efecto, el dispositivo técnico del artículo
115 de la Ley (sic) citada, permite el pago en moneda extranjera, cuando hay
convención especial. En el caso presente, esa convención especial está
contenida del contrato de venta que reseña la recurrida al sintetizar los
alegatos del libelo de la demanda.

Por consiguiente, en el caso que nos ocupa la recta interpretación del artículo
115 de la Ley del Banco Central de Venezuela (128 de la vigente) en armonía
con la sentencia 987/16.12.2016, ya citada, es posible el pago en moneda
extranjera, cuando hay convención especial al respecto. La recurrida
no discriminó esta circunstancia y aplicó automáticamente el criterio que
existe para los casos en los que no hay convención especial.

Esta infracción fue determinante sobre la suerte del proceso porque llevó a la
recurrida a decidir que la única forma que tenia (sic) la deudora de liberarse
de la obligación es entregando la suma en dólares de los Estados Unidos de
América a la tasa de cambio oficial para la fecha del pago, sin reparar, como
dijimos, que este caso hay convención especial de pago en moneda extranjera
como moneda de pago.

La norma aplicable es el artículo 115 de la Ley del Banco Central de


Venezuela (hoy 128 de la Ley), pero en el sentido señalado en este escrito…”.

Para decidir, la Sala observa :

El formalizante considera, entre otras cosas, que la recurrida sufre del vicio de errónea
interpretación, por considerar determinante en la suerte del proceso que la única forma que
tenía la deudora de liberarse de la obligación es entregando la suma en dólares de los
Estados Unidos de América a la tasa de cambio oficial para la fecha del pago, sin reparar que
este caso hay convención especial de pago en moneda extranjera como moneda de pago.

Para corroborar lo denunciado conviene copiar lo pertinente:

“…En conclusión, en el caso de autos, se evidencia que si bien es


cierto para el momento en que se celebro (sic) el contrato de venta entre
el cedente Diego Núñez Campos y la demandada MÉDICOS UNIDOS LOS
JABILLOS. C.A., no estaba vigente el régimen de restricciones cambiarias, no
es menos cierto que existiendo el régimen cambiario de divisas imperante en
nuestro país y que se encuentra restringido el libre tránsito de la moneda
extranjera, así como de los convenios cambiarios celebrados entre la
República Bolivariana de Venezuela y el Banco Central, los cuales son
publicados en la Gaceta Oficial, no está prohibido que se realicen convenios
en monedas extranjeras de conformidad con lo establecido en el artículo
115 de la Ley del Banco Central de Venezuela, pero el pago de esas deudas se
puede hacer con el equivalente en bolívares (moneda de curso legal),
calculado dicho equivalente a la tasa de cambio existente para el momento del
pago. Y así se decide…”.

En el caso de autos, del contrato de venta que corre inserto en la pieza 1 del presente
expediente (folios 35 al 40) se desprende lo siguiente:

“…El precio de venta de las acciones y de los equipos será pagado por la
compradora, en dólares, como moneda de cuenta y pago, con exclusión de
cualquier otra moneda …”. (Resaltado de la Sala).

Por su parte el artículo 128 de la Ley del Banco Central de Venezuela, equivalente al
artículo 115, de la ley del Banco Central de Venezuela vigente al momento de la
interposición de la acción, especifica lo siguiente:

“…Los pagos estipulados en monedas extranjeras se cancelan, salvo


convención especial , con la entrega de lo equivalente en moneda de curso
legal, al tipo de cambio corriente en el lugar de la fecha de
pago…”. (Resaltado de la Sala).

La Sala Constitucional, en sentencia N° 1641 del año 2011 indicó que cualquier tipo
de obligación estipulada en moneda extranjera se puede pagar en moneda de curso legal al
tipo de cambio vigente para el momento del pago y no para el momento cuando se haya
causado la obligación:

“…[las partes] pueden, directamente, establecer el pago en la moneda de curso


oficial (bolívares) al deudor, la cual dado que la divisa funge de marco de
referencia por ser ésta la requerida para el pago de la obligación, debe
computarse a cambio oficial establecido para el momento del pago y no para
cuando la misma fue establecida ...”.

La misma Sala Constitucional en sentencia N° 1188 del 16 de octubre de 2015, indicó


que las obligaciones estipuladas en moneda extranjera antes del régimen de control de
cambio se deben pagar en la moneda en que hayan sido pactadas. Señalándolo así:

“...el precio se pactó en dicha moneda extranjera (…) sin que pueda liberarse
(…) entregando el equivalente en moneda de curso legal a la demandante…”.

Esta Sala, en acatamiento de lo dispuesto en el artículo 335 de la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela, relativo a que las interpretaciones que establezca la
Sala Constitucional sobre el contenido o alcance de las normas y principios constitucionales
son vinculantes para las otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales de
la República, acoge ese criterio.

Así pues, esta Sala en sentencia N° 987 de fecha 12 de diciembre de 2016, dejó
sentado lo siguiente:

“…Tal como claramente se desprende del texto de la cláusula Décima del


contrato suscrito entre las partes hoy en litigio, el pago fue establecido de
manera exclusiva y excluyente de cualquier otra moneda, en dólares de los
Estados Unidos de América : mas, para el momento de la firma del
contrato, 27 de septiembre de 2000, no existía régimen de control cambiario
y, las contrataciones podían hacerse en moneda extranjera .

Esto dicho en otras palabras significa, que era perfectamente válida la


contratación en moneda extranjera y, en el caso bajo análisis, tal contrato
establece de manera exclusiva y excluyente de cualquier otra moneda, que el
pago debe realizarse en dólares de los Estados Unidos de América, motivo por
el cual, la referida moneda no fue usada como moneda de cuenta, sino más
bien como moneda de pago, razón por lo cual, en el caso in comento, la
deudora sólo podrá liberarse de su obligación con el pagó en dólares de los
Estados Unidos de América , dado que para el momento de la
suscripción del contrato se previó que cualquier disposición legal,
reglamentaria, restricciones o limitaciones a la convertibilidad de la moneda
venezolana, no afectaría las obligaciones asumidas en el contrato ni la moneda
de pagó que en forma exclusiva contempló en el contrato.

(…Omissis…)

Del transcrito se desprende que sí para el momento de la suscripción del


contrato se expresó de manera exclusiva y excluyente, que el pago de las
obligaciones lo sería en dólares de los Estados Unidos de América, el hecho
de que posteriormente se haya instaurado un régimen de control cambiarlo,
no exime a la intimada del pagó en dólares de los Estados Unidos de
América, pues esa fue la moneda de pago prevista en el contrato , cuya
vigencia temporal inició el 27 de septiembre de 2000, época para lo cual la
contratación en moneda extranjera era perfectamente viable...”. (Resaltado de
la Sala).

De acuerdo a la norma y a los criterios jurisprudenciales transcritos ut supra, cuando


el pago de cualquier tipo de obligación haya sido pactada mediante convención
especial , en moneda extranjera , antes de la entrada en vigencia del régimen de control de
cambio, es solo a través del pago en dicha moneda pactada como se cumple con la
obligación adquirida .

Si por el contrario la obligación en moneda extranjera fue pactada después de la


entrada en vigencia del régimen de control de cambio, el pago se deberá realizar en bolívares
al tipo de cambio vigente para el momento del pago y no para cuando la obligación fue
causada .

Así pues, tenemos que el régimen de control de cambio entró en vigencia según Gaceta
Oficial número N° 37.625 de fecha 5 de febrero de 2003 y la obligación que nos ocupa fue
pactada en fecha 7 de junio de 2002, de donde se deduce que la obligación en análisis fue
pactada antes de la entrada en vigencia del régimen de control de cambio.

En tal sentido, no cabe duda que la deuda pactada como moneda de pago entre las
partes debía ser honrada en moneda extranjera (Dólares de los Estados Unidos de América),
y no como señaló la recurrida, en una errónea exégesis del artículo 115 de la Ley del Banco
Central de Venezuela, que dicha deuda “…se puede hacer con el equivalente en bolívares
(moneda de curso legal), calculado dicho equivalente a la tasa de cambio existente para el
momento del pago…”, motivo por el cual será declarada con lugar la presente denuncia.

En consecuencia, se anulará la recurrida, y se ordenará el reenvío del presente asunto,


a los efectos de que el tribunal superior que resulte competente, resuelva el caso de autos
considerando la correcta interpretación del artículo 115 de la Ley del Banco Central de
Venezuela, expuesto ut supra. Así se establece.

Al ser procedente la presente delación por defecto de fondo se declarará con lugar el
recurso de casación e n forma expresa, positiva y precisa en el dispositivo del fallo. Así se
decide.

DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia de la República


Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley, declara: SIN LUGAR el
recurso extraordinario de casación anunciado por la demandada, contra la sentencia dictada
en fecha 26 de mayo de 2017 , por el Juzgado Superior Décimo en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. CON LUGAR el
recurso extraordinario de casación anunciado por la demandante, contra la sentencia dictada
en fecha 26 de mayo de 2017 , por el Juzgado Superior Décimo en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. SE ANULA el
precitado fallo, y REENVÍA la causa al estado en que el tribunal de alzada, resuelva el
asunto de autos, conforme a la exégesis del artículo 115 del Banco Central de Venezuela
plasmada en la parte motiva de la presente decisión.
Queda de esta manera CASADA la decisión recurrida.

Se condena en costas a la parte demandada de conformidad con el artículo 274 y 320


del Código de Procedimiento Civil.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente al juzgado superior de origen.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los catorce (14) días del mes de diciembre de
dos mil diecisiete. Años: 207º de la Independencia y 158º de la Federación.

Presidente de la Sala,
YVÁN DARÍO BASTARDO FLORES
Vicepresidente-Ponente,
FRANCISCO RAMÓN VELÁZQUEZ ESTÉVEZ
Magistrado,
GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ
Magistrada,
VILMA MARÍA FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
Magistrada,
MARISELA VALENTINA GODOY ESTABA
Secretaria Temporal,
MARIAM JOSEFINA ALTUVE ARTEAGA
Exp.: Nº AA20-C-2017-000596
Nota : Publicada en su fecha a las
Secretaria Temporal,

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