Fecha: 10/10/2023 Autores: Antonio Luis Betancourt Sanchez: Documento TMX2.632.225 Doctrina

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 47

Documento TMX2.632.

225

Doctrina
Fecha: 10/10/2023
Autores: Antonio Luis Betancourt Sá nchez

TEXTO:

TOMO III
CAPÍTULO III. SENTENCIAS RELATIVAS AL DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD
EN MATERIA AGRARIA
Introducción
Siempre ha sido de gran importancia en la evolució n del Derecho Procesal Agrario, en
el contexto de los derechos humanos, que la formulació n de las sentencias o
resoluciones definitivas de los Tribunales Agrarios, conformes al derecho humano a la
igualdad, se emitan al concluir un procedimiento acorde al derecho de tutela judicial
efectiva, el cual la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n lo definió
como el derecho pú blico subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y
términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita a tribunales
independientes e imparciales, a plantear una pretensió n o a defenderse de ella, con el
fin de que, a través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida
sobre la pretensió n o la defensa y, en su caso, se ejecute tal decisió n; de ahí que este
derecho comprenda tres etapas, a las que corresponden tres derechos: a)-- Una previa
al juicio, a la que le corresponde el derecho de acceso a la jurisdicció n, b)-- Una
judicial, que va desde el inicio del procedimiento hasta la ú ltima actuació n y a la que
concierne el derecho al debido proceso; c)-- una posterior al juicio, identificada con la
eficacia de las resoluciones emitidas, el derecho a una ejecució n efectiva de la
sentencia. Registro: 2015591, Tesis: Jurisprudencia
Toda vez, que la igualdad de hombres y mujeres, como derecho humano significa que
todos los individuos tienen el mismo valor y deben ser tratados por igual,
independientemente de su origen étnico, su orientació n sexual o su discapacidad que
los Estados está n obligados a garantizar, y que se encuentra reconocida en distintos
instrumentos internacionales, de los que es parte el Estado Mexicano
De donde se infiere, que la igualdad entre mujeres y hombres no es solo una cuestió n
de derechos humanos o una condició n de justicia social; es también una cuestió n
absolutamente bá sica, indispensable y fundamental para la igualdad entre las
personas, para el desarrollo y la paz

1
En consecuencia, en el presente trabajo, por su particular importancia, en el marco de
los festejos de 30 añ os de la fundació n de los Tribunales Agrarios, a partir del
desarrollo del derecho a la igualdad, se analizará n dos métodos para juzgar, relativos
a las sentencias en materia agraria, con componentes de derechos humanos, el de
perspectiva de género, como tener en cuenta el test de proporcionalidad para evitar
vulnerar derechos constitucionales
Antecedentes
Para entrar en contexto, cabe resaltar que en México se inició el reconocimiento
constitucional de los derechos humanos en 1917,48 con una Carta Magna que fue vista
en su tiempo como una de las má s avanzadas, sobre todo por la incorporació n de
derechos sociales, se encuentran otros antecedentes de inclusió n de derechos, por
ejemplo, en los Sentimientos de la Nació n de 181349 en donde entre otras, ya se
reconocía la igualdad entre todas las personas, la abolició n de la esclavitud y la
prohibició n de la tortura; aunque cabe mencionar que también establecía cuestiones
que hoy en día serían consideradas incompatibles con el respeto a los derechos
humanos, como el establecimiento de religió n ú nica y la no tolerancia a cualquier otra
Así mismo, el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana de
1814,50 mejor conocido como la Constitució n de Apatzingá n, y má s adelante, con la
Constitució n de 1857. La Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos de
1917 ya reconocía derechos en su primer capítulo denominado De las Garantías
Individuales, pero contaba con problemas estructurales que repercutían y entorpecían
el pleno goce y ejercicio de los derechos en el país, inclusive desde el mismo título. La
necesidad de una Reforma Constitucional sobre igualdad y derechos se convirtió en
una autentica demanda social
Tal como declara Aristó teles51 en la política: "Parece que la justicia consiste en
igualdad, y así es, pero no es para todos, sino para los iguales; y la desigualdad parece
justa, y lo es, en efecto, pero no para todos sino para los desiguales". En este sentido,
se proclama Bonaventura de Souza Santos,52 cuando sostiene que: tenemos el
derecho a ser iguales cuando nuestra diferencia nos hace inferiores; y tenemos el
derecho a ser diferentes cuando nuestra igualdad nos priva de nuestras
características. De ahí la necesidad de una igualdad que reconozca las diferencias y de
una diferencia que no produzca, alimente o reproduzca las desigualdades
En México, la igualdad de género se reconoció , como derecho fundamental, por
primera vez en 1974,53 mediante la reforma del artículo 4o. de la Constitució n federal
de 1917, que a partir de esa fecha dispone la frase: "El varó n y la mujer son iguales
ante la ley". Otra menció n sobre la paridad entre los géneros ocurre en 1986,54 con la
reforma del artículo 123 constitucional, el cual en su fracció n VII señ ala: "Para trabajo
igual debe corresponder salario igual, sin tener en cuenta sexo ni nacionalidad". De
ahí, es hasta el 2001,55 cuando se hace una nueva menció n constitucional en relació n
con la equidad de género, al reformarse el artículo 1o. para señ alar, en su pá rrafo
segundo, lo siguiente: "Queda prohibida toda discriminació n motivada por origen (...)
(de) género". Estos artículos hasta esa época fueron las ú nicas referencias

2
constitucionales, a nivel federal, que hacen algú n señ alamiento sobre la igualdad entre
hombres y mujeres
El 6 y 10 de junio del 201156 se publicaron dos importantes reformas a la
Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos que impactaron directamente
en la impartició n de justicia federal. La primera fortaleció al juicio de amparo,
institució n protectora de los derechos fundamentales, ampliando su procedencia por
violaciones a los derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales de los
que México es parte y, la segunda, que amplió el catá logo de derechos humanos
previsto materialmente en la Constitució n para comprender también los reconocidos
en las referidas normas internacionales y vinculó a la totalidad de los ó rganos del
Estado a promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos conforme a
los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad
Al resolver la contradicció n de tesis 293/2011, el Tribunal Pleno decidió que la
reforma al artículo 1º constitucional, reconoció que las normas de derechos humanos,
con independencia de su fuente, constituyen un pará metro de regularidad
constitucional que da coherencia y unidad al ordenamiento jurídico y, ademá s, que
obliga a todas las autoridades del Estado Mexicano en el sentido de que los actos que
emitan con motivo de su funció n deben ser coherentes con el contenido de esas
normas
Las mencionadas reformas constitucionales detonaron la impostergable necesidad de
que las y los juzgadores y auxiliares en los ó rganos judiciales del Poder Judicial de la
Federació n, en el ejercicio de su competencia constitucional, como demá s ó rganos
jurisdiccionales, como los tribunales agrarios y de justicia fiscal y administrativa, de
impartir justicia en nuestro país en el á mbito federal, profundizaran en el aná lisis de
las violaciones a derechos humanos, pues en sus manos se encuentra la delicada tarea
de decir el derecho en el caso concreto
En cumplimiento a las obligaciones generales de respeto, garantía y del deber de
adoptar disposiciones de derecho interno reconocidas en los artículos 1 y 2 de la
Convenció n Americana sobre Derechos Humanos, así como las adicionales de
promoció n y protecció n reconocidas en el diverso 1º, tercer pá rrafo, constitucional, y
con base ademá s en lo dispuesto en diversas normas constitucionales y convenciones
internacionales, entre otras y de manera enunciativa má s no limitativa, los artículos
1º, 2º y 4º constitucionales, la referida Convenció n Americana, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Econó micos,
Sociales y Culturales, la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o, la Convenció n
Internacional sobre la Protecció n de los Derechos de Todos los Trabajadores
Migrantes y de sus Familiares, la Convenció n Internacional sobre la Eliminació n de
todas las Formas de Discriminació n Racial, la Convenció n sobre la Eliminació n de
Todas las Formas de Discriminació n contra la Mujer, la Declaració n de Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la Convenció n sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, la Suprema Corte de Justicia de la Nació n
emitió los siguientes protocolos de actuació n57 a fin de dejar claras algunas pautas
legales mínimas que deben seguir las y los juzgadores al conocer de los juicios de su

3
legal competencia, para suprimir las barreras que puedan impedir el acceso efectivo a
la justicia:
- Protocolo de actuació n para quienes imparten justicia en casos que involucren
derechos de personas, comunidades y pueblos indígenas
- Protocolo de actuació n para quienes imparten justicia en casos que involucren
derechos de personas con discapacidad
- Protocolo de actuació n para quienes imparten justicia en casos que afecten a niñ as,
niñ os y adolescentes
- Protocolo de actuació n para quienes imparten justicia en casos que afecten a
personas migrantes y sujetas de protecció n internacional
- Protocolo para juzgar con perspectiva de género
De acuerdo con los artículos 14, segundo pá rrafo, 16 y 17 constitucionales toda
persona que ha resentido algú n tipo de afectació n en su esfera jurídica, ya sea de
manera directa o indirecta, es titular del derecho de acció n ante tribunales
previamente establecidos, teniendo a su vez la prerrogativa de que su caso sea
resuelto mediante la emisió n de una sentencia debidamente fundada y motivada, en
que se le expliquen los motivos o razones del por qué "tiene" o "no tiene" razó n en el
proceso de que se trate
A finales del 2003 la Suprema Corte de Justicia de la Nació n realizó la Consulta
Nacional para una reforma integral y coherente del sistema de impartició n de justicia
en el Estado Mexicano destacando entre sus conclusiones que la administració n de
justicia en México atraviesa por una grave crisis de credibilidad, lo que se traduce en
una actitud de poco respeto y confianza hacia los ó rganos que tienen la tarea de
impartir justicia, haciéndose necesaria una reforma judicial
Los resultados de esa consulta dieron origen al Libro blanco de la reforma judicial.
Una agenda para la justicia en México publicado en el 2006, en que se identificaron
diversos ejes temá ticos para fortalecer el sistema de impartició n de justicia y se
propusieron acciones prioritarias para fortalecer la eficiencia y acceso a la justicia,
destacando la necesidad de mejorar la calidad de las sentencias de los ó rganos de
impartició n de justicia por constituir el medio de comunicació n má s importante entre
los ó rganos judiciales de impartició n de justicia y los gobernados, lo que las convierte
en un punto clave en la legitimidad y rendició n de cuentas de los ó rganos
jurisdiccionales
A su vez, los artículos 8 y 25 de la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
exigen que los Estados garanticen el acceso efectivo a la justicia y la tutela judicial
efectiva lo que implica, entre otras cuestiones, garantizar la accesibilidad de las
personas a la informació n que les permita no só lo el goce sino el conocimiento pleno
de los derechos humanos y las libertades fundamentales de que son titulares a partir
de las resoluciones que emitan los tribunales competentes

4
Cabe destacar que, en México, la igualdad de género se reconoció como derecho
humano o fundamental, por primera vez en 1974, mediante reforma del artículo 4o.
de la Constitució n federal de 1917, que a partir de esa fecha dispone la frase: "El varó n
y la mujer son iguales ante la ley"
Sin embargo, finalmente fue con la reforma al artículo 1° constitucional efectuada en
junio de 2011, con la cual se establece que en México todas las personas gozará n de
los derechos humanos reconocidos en la propia carta magna y en los tratados
internacionales de los que el país sea parte; lo que ha significado un cambio tan
positivo como profundo en el funcionamiento del Estado Mexicano.58
De hecho, la propia reforma constitucional obliga a todas las autoridades a promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, de conformidad con los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad insertos
en el artículo en menció n
Ademá s, el texto de la citada ley fundamental establece que la interpretació n
normativa en materia de derechos humanos se hará de conformidad con la
Constitució n y con los tratados internacionales, favoreciendo en todo tiempo la
protecció n má s amplia a las personas
La reforma, ha tenido un gran efecto en la manera de como actualmente trabajan los
legisladores federales y locales, pues cada decisió n que adoptan debe inscribirse en
una labor de creació n de leyes con perspectiva de derechos fundamentales, lo mismo
puede decirse del á mbito de actuació n del Poder Ejecutivo y por supuesto, como ya se
explicó en pá rrafos anteriores, del Poder Judicial, como garante de la aplicació n de la
reforma, por lo cual, los ministros, magistrados y jueces no pueden limitar sus
interpretaciones a las normas elaboradas en nuestro país, sino que también deben
atender expresamente las disposiciones internacionales en materia de derechos
humanos
El cambio constitucional en derechos humanos ha sido tan relevante que ha merecido,
incluso, que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n se pronunciara, en
una votació n celebrada en septiembre de 2013, sobre la forma de incorporar los
derechos humanos incluidos en los tratados. La Corte resolvió que todas las normas
que contienen un derecho humano y que está n recogidas en tratados internacionales
tendrá n rango constitucional, que las sentencias de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos será n vinculantes para los jueces en México, aun cuando se trate
de decisiones en las que el país no fuese parte, y que, si la Constitució n mexicana
contempla alguna restricció n al ejercicio de un derecho, ésta surtirá efecto
Como en otros aspectos claves de la vida mexicana, solo con la materializació n
prá ctica de las disposiciones constitucionales ha dependido de que se traduzcan en
normas, políticas y prá cticas en el conjunto de á reas y niveles que componen al Estado
Mexicano, lo cual se obtiene, de la apropiació n y ejercicio que hagan los ciudadanos de
esos derechos o principios en su quehacer diario conforme al texto constitucional

5
La reforma en derechos humanos se inscribió en la mejor tradició n del
constitucionalismo contemporá neo, cuyo concepto clave ha sido el control de
convencionalidad, la incorporació n de los tratados y de la jurisdicció n internacionales
a nuestro marco jurídico; como la asimilació n de los entonces nuevos principios
constitucionales en derechos humanos: pro persona, progresividad, universalidad,
interdependencia e indivisibilidad; de aplicació n obligatoria para el Estado Mexicano
a la luz de la reforma constitucional; destacando, desde luego, el reto cultural que ha
significado el aprender y aplicar nuevos valores y principios --y desaprender otros--
para poder afirmar que el cambio constitucional en derechos humanos ha incidido en
el desarrollo de los individuos y de la convivencia colectiva
Una vez precisado lo anterior, por su importancia se debe hacer una síntesis breve del
contenido de la Reforma Constitucional de Derechos Humanos de 2011, al precisar
que los dos principios fundamentales que la reforma establece son, por un lado, el
principio de interpretació n conforme, que significa cumplir al mismo tiempo con la
Constitució n y los tratados; como por el otro lado, el principio de dar mayor peso a la
interpretació n que má s favorezca a la persona, es decir, se consagran los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad de los derechos
humanos como fundamento de la actuació n pú blica. Se obliga al Estado a prevenir,
investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos
El primer cambio constitucional es sobre la denominació n del Capítulo I del Título
Primero, que antes era "De las Garantías Individuales" y con la Reforma se cambia por
"De los Derechos Humanos o fundamentales y sus Garantías"; con lo cual se
incorporan y elevan a rango constitucional los derechos humanos, lo que deriva en
una mayor armonizació n con el Derecho Internacional de los Derechos Humanos que
establece las obligaciones que los Estados deben respetar. Al pasar a ser partes en los
tratados internacionales, los Estados asumen las obligaciones y los deberes, en virtud
del derecho internacional, de respetar, proteger y realizar los derechos humanos.59
En la modificació n de este artículo 1 se incluye un reconocimiento de los derechos
humanos que se encuentran expresamente en la Constitució n Política de los Estados
Unidos Mexicanos y en instrumentos internacionales que el Estado Mexicano ha
ratificado
Con la reforma al artículo 1, los derechos humanos y sus garantías no podrá n
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que la misma
Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos establece; de ser así, se tendrá
que seguir el mismo procedimiento de control ante un decreto de suspensió n o
restricció n
También se incluye el principio de "interpretació n conforme" el cual permite al
interpretar la Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos, acudir a las
normas de derechos humanos consagradas en los tratados internacionales en la
materia ratificados por el Estado Mexicano. En el Dictamen del 08 de abril de 2010, a
este pá rrafo se le condicionaba en la interpretació n y aplicació n de normas de
derechos humanos y tratados internacionales que no contradijeran la Constitució n
Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo cual hubiera afectado la obediencia del
6
principio pro-persona (pro homine) que establece observar la norma má s favorable
para la persona
En el nuevo tercer pá rrafo se establece la obligació n de las autoridades de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, y que esta obligació n será
observando cuatro principios bá sicos de los derechos humanos: universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad; principios que señ alan criterios
claros que fungirá n como directrices para las autoridades judiciales, legislativas y
administrativas en su labor de defensa y promoció n de los derechos humanos
Ante esta disposició n se derivan acciones por parte del Estado Mexicano para cumplir
sus obligaciones de prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los
derechos humanos; entendiendo que el término reparar comprende las diferentes
formas como un Estado puede hacer frente a la responsabilidad en que hubiera
incurrido
La reforma constitucional en materia de derechos humanos ha sido amplia y su
importancia ha sido fundamental para los cambios que en esta materia se han
derivado y se siguen gestando para armonizar la legislació n y cumplir con las
obligaciones generales, aunque es importante reconocer que no necesariamente ha
tenido los efectos esperados a nivel procedimental y en el impacto real de los
derechos de las personas en nuestro país, por lo que es importante dar puntual
seguimiento a la implementació n de la reforma
Causas de la perspectiva de género
Existe y es latente una desigualdad por razó n de género, que se ha globalizado y en
consecuencia ha globalizado la violencia frente a las mujeres y las niñ as, que se une a
otras formas de exclusió n no só lo relacionadas con el género, sino también con la raza,
la edad (menores y ancianos/as) la condició n sexual, la capacidad econó mica o
cualquier otra diversidad. Sin duda, esta manera de construir la realidad ha
repercutido negativamente en la calidad de vida de los ciudadanos de las democracias
y, por ende, de las sociedades al estar enraizada en la má s profunda convicció n social.
Un paso importante ha sido desde luego el reconocimiento de la igualdad, pero solo
eso, porque si bien es una condició n necesaria, no es suficiente hacia la igualdad real.
No nos engañ emos. La igualdad jurídica o formal es buena, pero la igualdad real es
mejor. Mucho mejor
En tales condiciones, todas y todos estaremos de acuerdo en que las dos herramientas
bá sicas para lograr una sociedad igualitaria son: la Educació n como factor de
crecimiento clave de una sociedad y la Justicia como factor de protecció n. Dos caminos
complementarios y necesarios para una ú nica meta: la defensa de los Derechos
Humanos, especialmente los de las mujeres y menores, frente al machismo, como el de
los adultos mayores al abuso por su condició n
La Igualdad sin su aplicació n corre el peligro de convertirse en lo que Paul Valéry
llamaba "palabras loro", es decir, palabras que pierden su sentido a fuerza de

7
pronunciarlas solo para aparentar lo que significan. Palabras que se desgastan y
terminan siendo "palabras vacías". Como solidaridad, felicidad, amor, igualdad etc
El Derecho, como todos los vestigios del conocimiento humano (arte, ciencia,
medicina, Historia, etc.), se había conformado mayoritaria e incluso exclusivamente
por los hombres y a favor de estos. La inclusió n de las mujeres en los á mbitos del
conocimiento ha sido como objeto de conocimiento, normalmente para dar cuenta de
su condició n de inferioridad y siempre teniendo como modelo de lo humano al
hombre y a lo masculino
Las mujeres histó ricamente fueron privadas tanto del proceso de creació n de la
norma jurídica, como de su aplicació n e interpretació n, también estaban excluidas de
la vida política, tampoco podían participar en el poder legislativo lo que se traducía en
que los intereses y los derechos de las mujeres eran sistemá ticamente ignorados tanto
en las en las normas jurídicas como en las políticas pú blicas
En este tema, es totalmente cierta aquella afirmació n en el sentido de que el mundo
del Derecho y el mundo de los hechos no siempre van en paralelo. En algunas
ocasiones, el Derecho se adelanta con previsiones que buscan que la realidad se
transforme; en otras, la realidad hace cambiar al Derecho
En cuanto, a lo relacionado con la igualdad y la no discriminació n hacia la mujer, la
Convenció n sobre la Eliminació n de todas las formas de Discriminació n contra la
Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), entró en vigor en México el mismo día que lo
hizo de manera general, el 3 de septiembre de 1981 y, desde 2002, nuestro país
reconoció la competencia del Comité CEDAW al ratificar su Protocolo Facultativo
A pesar de que existía esta obligació n, el Poder Judicial mexicano, tanto en el á mbito
federal como en el local, tardó en ir cambiando sus prá cticas, por dos razones
fundamentales: la primera, porque el legislativo tardó en ajustar todas las leyes que
mantenían desigualdades formales, aunque el proceso se había iniciado desde 1974,
con la reforma al citado artículo 4º constitucional que prevé la igualdad del hombre y
la mujer ante la ley. En segundo lugar, el Poder Judicial tardó en asumir como tarea
propia el tema de la igualdad, hasta que reconoció que existen desigualdades
estructurales que está n presentes y que no pueden ser ignoradas en el momento de
resolver un asunto sometido a su competencia
Así, en los añ os ochenta del siglo pró ximo pasado, los tribunales colegiados y las salas
de la Suprema Corte aú n seguían aplicando leyes discriminatorias contra las mujeres
sin atender al artículo 4° constitucional ni a los tratados internacionales que exigían
su igualdad ante la ley, manteniendo estereotipos como que el cuidado del hogar y de
los hijos correspondía a la mujer; que el marido podía exigirle el "débito conyugal" a la
mujer; se "castigaba" a la có nyuge infiel con la pérdida de la custodia de sus hijos y,
ademá s, se le prohibía recibir alimentos por adú ltera; se disculpaba al hombre del
feminicidio cometido en "estado de alteració n de conciencia por la infidelidad de su
esposa"; el rapto y el estupro eran exculpados si el delincuente se casaba con la
víctima; la mujer necesitaba la autorizació n del marido para contratar, abrir cuentas
bancarias y un largo etcétera

8
Perspectiva de género
La perspectiva de género es una categoría analítica, que acoge a todas las
metodologías y mecanismos destinados al "estudio de las construcciones culturales y
sociales propias para las mujeres y los hombres, lo que identifica lo femenino y lo
masculino" con el trasfondo de la desigualdad entre géneros en todas las clases
sociales. Se le denomina también "enfoque de género", "visió n de género" y "aná lisis
de género", aunque aú n se considera que existen imprecisiones en el uso de estos
términos
Su origen se remonta al documento emanado de la Cuarta Conferencia sobre la Mujer
celebrada en Pekín en 1995, instancia en la que se utilizó por primera vez como
elemento estratégico para promover la igualdad entre mujeres y hombres. Tal ló gica
incitó el surgimiento de una serie de incorporaciones y debates en torno al rol de la
mujer en dicho marco, aunque los enfoques recientes incluyen también estudios sobre
los hombres y lo masculino, o su aná lisis desde el lesbianismo, el masculinismo y la
homosexualidad
La Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer se celebró en Pekín, en 1995. Los Estados
se comprometieron a garantizar a las mujeres el acceso equitativo a oportunidades
sociales, econó micas, políticas, laborales, educativas, culturales y de salud
Cabe destacar, que la primera Conferencia Mundial de la Mujer, se llevó a cabo en
1975 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en México, a raíz de
la declaració n del Añ o Internacional de la Mujer
La Asamblea General de las Naciones Unidas, posteriormente proclamó el Decenio de
las Naciones Unidas para la Mujer, entre 1976 y 1985 para promover la equidad de
género y la disminució n de la discriminació n hacia las mujeres en á mbitos de la vida
cotidiana donde la mujer comenzaba a tener mayor participació n
Esta perspectiva busca examinar el impacto del género en las oportunidades de las
personas, sus roles sociales y las interacciones que llevan a cabo con otros
La perspectiva de género pretende desnaturalizar, desde el punto de vista teó rico y
desde las intervenciones sociales, el cará cter jerá rquico atribuido a la relació n entre
los géneros y mostrar que los modelos de varó n o de mujer, así como la idea de
heterosexualidad obligatoria son construcciones sociales que establecen formas de
interrelació n y especifican lo que cada persona, debe y puede hacer, de acuerdo con el
lugar que la sociedad atribuye a su género
En esa línea argumentativa, el concepto de la perspectiva de género permite
replantear la visió n "androcéntrica", (visió n centrada en las necesidades y el estatus
de los hombres) de las estructuras sociales: los conceptos elaborados para analizar el
conjunto de la vida social dejan en la oscuridad a las mujeres, ignoradas o
implícitamente consideradas como subordinadas, marginales. Manifiesta la voluntad
de conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres, dicha igualdad, por lo tanto,
debe traducirse en igualdad de derechos y oportunidades

9
Por ello el término equidad alude a una cuestió n de justicia: es la distribució n justa de
los recursos y del poder social en la sociedad; se refiere a la justicia en el tratamiento
de hombres y mujeres, segú n sus necesidades respectivas. En el á mbito laboral el
objetivo de equidad de género suele incorporar medidas diseñ adas para compensar
las desventajas de las mujeres
La equidad de género permite brindar a las mujeres y a los hombres las mismas
oportunidades, condiciones, y formas de trato, sin dejar a un lado las particularidades
de cada uno(a) de ellos (as) que permitan y garanticen el acceso a los derechos que
tienen como ciudadanos(as)
Por ello, en un concepto má s amplio, se alude a la necesidad de acabar con las
desigualdades de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres
Aquí nos podríamos preguntar cuá l es el problema. El problema es que las diferencias
de trato y de oportunidades van en contra de los derechos humanos, e histó ricamente
han afectado má s a las mujeres, debido a su sexo
Ejemplo:
- La violencia familiar
- La discriminació n por edad, estado civil o embarazo para obtener un empleo
- Un nú mero menor de mujeres con puestos de decisió n
- Los feminicidios
- El hostigamiento sexual en el transporte pú blico
- La prostitució n de mujeres y niñ as
La equidad de género es una herramienta de aná lisis que nos permite identificar las
desigualdades de trato y oportunidades entre mujeres y hombres. También es ú til
para proponer cambios en la organizació n y estructura de las instituciones y
concientizar a las mujeres de la importancia de conocer y ejercer sus derechos
Los estereotipos de géneros son absolutamente creencias socialmente construidas
entre hombres y mujeres. Dichas construcciones se elaboran y se refuerzan mediante
refranes, canciones, cuentos, los medios de comunicació n, la religió n, la cultura, las
costumbres, la educació n, entre otros
Es en las familias; en las escuelas; en las religiones; en los medios de comunicació n
dó nde aprendemos estereotipos de géneros
Principales instrumentos internacionales
1. Convenció n sobre la eliminació n de todas las formas de discriminació n contra la
mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés)*
2. Convenció n Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
la mujer, má s conocida como Convenció n de Belém do Pará
10
Principales instrumentos jurídicos nacionales
1. Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos
2. Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
3. Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres
4. Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminació n
Juzgar con perspectiva de género
Juzgar con perspectiva de género, esta se ubica dentro de la funció n judicial, donde en
forma extraordinaria por la particularidad del caso y por mandato constitucional se le
exige al juez adecuar la expresió n de la ley al caso particular, para no traicionar los
valores subyacentes a esa ley
El avance de la legislació n contribuyó a que el Poder Judicial hiciera mejor su tarea y
hoy, afortunadamente, la aplicació n de la normativa nacional e internacional con
perspectiva de género se ha vuelto una tarea cotidiana y esencial para hacer realidad
todos los derechos contenidos en la CEDAW.*
Vale la pena destacar aquí, la importancia de la aludida reforma constitucional de
derechos humanos de 2011, pues si bien antes de ella existieron precedentes
favorables para el reconocimiento de los derechos de la mujer --por mencionar solo
un ejemplo, el criterio de revertir la postura de la Suprema Corte y afirmar que el
delito de violació n también existe entre có nyuges--, la realidad es que, después de las
reformas, las sentencias dictadas con perspectiva de género han tenido un aumento
significativo
También hay que considerar como muy relevante la sentencia de la Corte
Interamericana conocida como Campo Algodonero que expresamente obligó al Estado
Mexicano, entiéndase Poder Judicial, a juzgar con perspectiva de género
Hoy por ejemplo, se ha reconocido la doble jornada laboral que desempeñ an las
mujeres y la necesidad de que sea compensada; se ha establecido que el otorgamiento
de la guarda y custodia no debe estar basado en prejuicios de género; que la violencia
intrafamiliar debe ser tomada en cuenta en juicios de divorcio, en las causas penales
seguidas contra las mujeres presuntas responsables de agredir a su victimario y en el
delito de sustracció n de menores; se han condenado los despidos por embarazo; se ha
garantizado la paridad de género político-electoral; se han creado nuevos está ndares
de valoració n de la prueba en casos de hostigamiento y violació n sexual; se han
defendido los derechos de las mujeres a la interrupció n legal del embarazo, en casos
de violació n sexual o por cuestiones de salud, y se ha reconocido el derecho a la
seguridad social de las trabajadoras del hogar
Aunque los logros han sido contundentes, en las ú ltimas observaciones realizadas por
el Comité CEDAW * al noveno reporte perió dico de México en 2018, se recalcó la
preocupació n por las barreras institucionales y estructurales que siguen impidiendo
el acceso de las mujeres a la justicia, por lo que, sin dejar de celebrar y aplaudir lo

11
avanzado, no podemos olvidar el largo camino que falta por recorrer y que
corresponde a todas y todos desde cada una de nuestras trincheras
Ahora bien, juzgar con perspectiva de género no implica darles la razó n a las mujeres
siempre y bajo cualquier circunstancia, ya existen tesis de jurisprudencia en ese
sentido, sino que implica identificar los factores estructurales que generan
desventajas políticas, econó micas, sociales y estructurales para las mujeres,
impidiéndoles alcanzar una igualdad sustantiva de derechos
Juzgar con perspectiva de género, constituye ahora una responsabilidad
constitucional y convencional que, para las autoridades jurisdiccionales, opera de
oficio cualquiera que sea la instancia y que, entre otros, tiene como objetivo detectar
cualquier posible transgresió n a los derechos de igualdad y no discriminació n que
puedan sufrir las personas
Juzgar con perspectiva de género, permite transformar las prá cticas de aplicació n e
interpretació n del derecho y actuar de una manera integral sobre el conflicto jurídico.
Permite actuar sobre las personas, sobre los hechos y sobre la norma jurídica,
aplicando una visió n crítica de la realidad
Segú n las tesis publicadas de juzgar con perspectiva de género, es el deber de impartir
justicia sobre la base del reconocimiento de la particular situació n de desventaja en la
cual histó ricamente se han encontrado las mujeres --pero que no necesariamente está
presente en cada caso
Si el deber de reconocimiento del hecho no es gratuito, es decir, si realmente exige que
el juez haga "algo" que no haría si no tuviera ese deber, entonces, el hecho (la
situació n en desventaja de la mujer) le exige al juez aplicar la ley en forma distinta a la
forma en la que la hubiera aplicado en los demá s casos y, en esa medida, resolver de
forma diferente a como hubiera resuelto en otros casos donde no se presentara tal
hecho
De acuerdo con la doctrina de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nació n, el tema, de la perspectiva de género constituye una categoría analítica --
concepto-- que acoge las metodologías y mecanismos destinados al estudio de las
construcciones culturales y sociales entendidas como propias para hombres y
mujeres, es decir, lo que histó rica, social y culturalmente se ha entendido como "lo
femenino" y "lo masculino"
En estos términos, la obligació n para Jueces, Magistrados y Ministros, de juzgar con
perspectiva de género puede resumirse en su deber de impartir justicia sobre la base
del reconocimiento de la particular situació n de desventaja en la cual histó ricamente
se han encontrado las mujeres --pero que no necesariamente está presente en cada
caso, como consecuencia de la construcció n que socioculturalmente se ha
desarrollado en torno a la posició n y al rol que debieran asumir, como un corolario
inevitable de su sexo
La importancia de este reconocimiento estriba en que de él surgirá la posibilidad de
que quienes tengan encomendada la funció n de impartir justicia, puedan identificar
12
las discriminaciones que de derecho o de hecho pueden sufrir hombres y mujeres, ya
sea directa o indirectamente, con motivo de la aplicació n del marco normativo e
institucional mexicano
Dicho de otra manera, la obligació n de juzgar con perspectiva de género exige a
quienes imparten justicia que actú en remediando los potenciales efectos
discriminatorios que el ordenamiento jurídico y las prá cticas institucionales pueden
tener en detrimento de las personas, principalmente de las mujeres
En estos términos, el contenido de la obligació n en comento puede resumirse de la
siguiente forma:
1) Aplicabilidad: es intrínseca a la labor jurisdiccional, de modo que no debe mediar
petició n de parte, la cual comprende obligaciones específicas en casos graves de
discriminació n contra las mujeres, y se refuerza aú n má s en el marco de contextos de
violencia contra éstas
2) Metodología: exige cumplir los seis pasos mencionados en la tesis de jurisprudencia
1a./J. 22/2016 (10a.), de rubro: "ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE
IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉ NERO.", que pueden
resumirse en la necesidad de detectar posibles --má s no necesariamente presentes--
situaciones de desequilibrio de poder entre las partes como consecuencia de su
género, seguida de un deber de cuestionar la neutralidad de las pruebas y el marco
normativo aplicable, así como de recopilar las pruebas necesarias para visualizar el
contexto de violencia o discriminació n, y finalmente resolver los casos prescindiendo
de cualesquiera cargas estereotipadas que resulten en detrimento de mujeres u
hombres
Así también, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n ha
establecido que las distinciones basadas en alguno de los criterios enunciados en el
ú ltimo pá rrafo del artículo 1o. constitucional, también conocidas como "categorías
sospechosas" (el origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la
condició n social, las condiciones de salud, la religió n, las opiniones, las preferencias
sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga
por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas), requieren
que el operador de la norma realice un escrutinio estricto de la medida para examinar
su constitucionalidad a la luz del principio de igualdad
Al respecto, es de señ alar que tanto la Constitució n como los tratados internacionales
en materia de derechos humanos suscritos por el Estado Mexicano, prevén la
posibilidad de otorgar un trato desigual a quienes no se encuentran en una paridad
frente a los otros sujetos, si dicho trato implica una distinció n justificada; pero si, por
el contrario, la medida adoptada carece de razonabilidad, entonces será excluyente y,
por ende, discriminatoria
Esto es, si bien la igualdad de trato implica la eliminació n de distinciones o
exclusiones arbitrarias prohibidas por la Constitució n, lo cierto es que determinadas
distinciones pueden ser favorecedoras y encontrarse justificadas, como ocurre con las

13
acciones positivas, que buscan dar preferencia a sectores histó ricamente marginados
y vulnerables para compensar las desventajas que sufren
De ahí que la interpretació n directa del artículo 1o. Constitucional, en torno al
principio de igualdad, no só lo requiere una interpretació n literal y extensiva, sino que,
ante su lectura residual a partir del principio pro persona, como aquella
interpretació n que sea má s favorable a la persona en su protecció n, subyace como
elemento de aquél, el de apreciació n del operador cuando el sujeto implicado forma
parte de una categoría sospechosa, para precisamente hacer operativa y funcional la
protecció n al sujeto desfavorecido con un trato diferenciado; de lo contrario, esto es,
partir de una lectura neutra ante supuestos que implican una condició n relevante,
como la presencia de categorías sospechosas, constituiría un vaciamiento de tal
protecció n, provocando incluso un trato discriminatorio institucional, producto de
una inexacta aplicació n de la ley
Una sociedad que mide con el mismo rasero a los desiguales genera má s desigualdad.
En muchas partes del mundo, la igualdad ha evolucionado desde lo jurídico (siglo XX)
hacia lo real (siglo XXI), exigiendo resultados. Hacer real el principio de igualdad no
permite neutralidad, hay que adoptar un enfoque constitucional, removiendo los
obstá culos que lo dificulten, e integrando la perspectiva de género, como criterio de
referencia en todos los casos que involucren relaciones asimétricas y patrones
estereotípicos de género
Segú n el protocolo de juzgar con perspectiva de género de la Suprema Corte de
Justicia, se cuestionan dos interrogantes:
El objetivo del Protocolo es establecer acciones, procedimientos y medidas de
articulació n que generen, a nivel nacional, un ambiente adecuado para que las
personas defensoras de derechos humanos desempeñ en sus actividades de
promoció n, protecció n y defensa de los derechos humanos
¿Por qué juzgar con perspectiva de género?
Porque el logro efectivo de la igualdad es un mandato constitucional y convencional
dirigido a quienes imparten justicia
En virtud del artículo 1° constitucional, quienes imparten justicia tienen a su cargo la
responsabilidad de hacer efectivos todos los derechos que, en ejercicio de su
soberanía, el Estado Mexicano reconoce cuando firma y ratifica instrumentos
internacionales. En este sentido, la Convenció n Belém Do Pará establece:
"Artículo 4. Toda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protecció n
de todos los derechos humanos y a las libertades consagradas por los instrumentos
regionales e internacionales sobre derechos humanos (...)
Artículo 5. Toda mujer podrá ejercer libre y plenamente sus derechos civiles, políticos,
econó micos, sociales y culturales y contará con la total protecció n de esos derechos
consagrados en los instrumentos regionales e internacionales sobre derechos
humanos (...)"

14
Por su parte, la CEDAW* establece el deber de eliminar las diferencias arbitrarias,
injustas o desproporcionadas entre mujeres y hombres debido a su sexo o género,
tanto en el acceso a la justicia como en los procesos y las resoluciones judiciales
La Convenció n Belém Do Pará obliga a las autoridades judiciales a establecer
procedimientos legales justos y eficaces en los casos de violencia contra las mujeres,
entre los cuales, segú n su artículo 6, se encuentra la discriminació n
Ademá s, en la sentencia de "Campo Algodonero", la Corte IDH considera que, en los
casos de violencia contra las mujeres, el artículo 7. de la Convenció n Belém Do Pará
impone "obligaciones reforzadas" al Estado en cuanto al deber de debida diligencia
para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra las mujeres
Quienes imparten justicia tienen la posibilidad de traducir los tratados en realidades
para las personas, de evidenciar el compromiso del Estado con la justicia y de evitar la
revictimizació n, así como generar que las demandas por la justicia se hagan efectivas a
nivel nacional y no tengan que trasladarse ante instancias internacionales, lo que
posterga las aspiraciones de justicia de las víctimas
La aplicació n de la perspectiva de género en el ejercicio argumentativo de quienes
imparten justicia, es una forma de garantizar el derecho a la igualdad y de hacer que
se manifieste como un principio fundamental en la bú squeda de soluciones justas. Ello
impactará en las personas, en la consecució n de sus proyectos de vida y en la
caracterizació n del Estado como garante de dichos proyectos
"La no discriminació n por género es una auténtica garantía individual, consistente en
el derecho subjetivo pú blico del gobernado de ser tratado en la misma forma que
todos los demá s y el correlativo deber jurídico de la autoridad de garantizar un trato
igual a todas las personas ubicadas en las mismas circunstancias, sin hacer
distinciones por motivos de género o de cualquier otra índole, salvo aquellas que,
precisamente, sean tendientes a lograr esa desigualdad
Cuando y quiénes deben juzgar con perspectiva de género
Hacer realidad o materializar el derecho a la igualdad es un mandato derivado de la
Constitució n y de los instrumentos internaciones que atañ e a toda persona la
aplicació n de ese derecho, por ello, todos y todas las impartidoras de justicia tienen el
deber de juzgar con perspectiva de género. La perspectiva de género es un método
que deber ser aplicado aun y cuando las partes involucradas en el caso no la hayan
contemplado en sus alegaciones
La perspectiva de género no só lo es pertinente en casos relacionados con mujeres. En
tanto este enfoque se hace cargo de detectar los impactos diferenciados que una
norma genera y de buscar soluciones a través del derecho, lo que determina si en un
proceso se debe o no aplicar la perspectiva de género es la existencia de situaciones
asimétricas de poder o bien de contextos de desigualdad estructural basados en el
sexo, el género o las preferencias/orientaciones sexuales de las personas

15
Tampoco la materia del asunto e instancia en la que se resuelve determina si se debe
aplicar o no la perspectiva de género, ya que situaciones como las descritas
anteriormente se pueden encontrar en casos que se estudian en cualquier etapa del
proceso, ya sea este penal, civil, agrario administrativo, constitucional, laborar, o
mercantil
En consecuencia, lo que determina la pertinencia de aplicar la perspectiva de género
no es el hecho de que esté involucrada una mujer, ni que se trate de un asunto en
materia agraria, civil, ni que esté en jurisdicció n constitucional. En cada caso habrá
que hacer un aná lisis orientado a detectar relaciones asimétricas de poder y
situaciones estructurales de desigualdad
Si los resultados de dicho aná lisis perfilan ese tipo de relaciones y desigualdades, la
perspectiva de género ofrece un método adecuado para encontrar una solució n
apegada a derecho
Cómo juzgar con perspectiva de género
Juzgar con perspectiva de género no es má s que hacer realidad en el quehacer
jurisdiccional el derecho a la igualdad. Para llevar a cabo adecuadamente esa tarea, es
necesario asumir, por lo menos, tres premisas bá sicas
1. El fin del Derecho es combatir las relaciones asimétricas de poder y los esquemas de
desigualdad que determinan el diseñ o y ejecució n del proyecto de vida de las
personas
2. El quehacer jurisdiccional tiene un invaluable potencial para la transformació n de la
desigualdad formal, material y estructural. Quienes juzgan son agentes de cambio en
el diseñ o y ejecució n del proyecto de vida de las personas
3. El mandato de la igualdad, requiere eventualmente de quienes imparten justicia un
ejercicio de deconstrucció n de la forma en que se ha interpretado y aplicado el
Derecho
Si bien cada instancia y materia tiene sus propias particularidades procesales y
sustantivas, es posible hacer una abstracció n del proceso mediante el cual se llega a
una resolució n o sentencia y verificar que, en todas sus etapas, es posible aplicar la
perspectiva de género
Para efectos del mencionado Protocolo, se considera que el proceso argumentativo
que deriva en una resolució n o sentencia, se integra de las siguientes etapas:
- Determinació n de los hechos e interpretació n de la prueba
- Establecimiento del derecho aplicable
- Argumentació n
- Reparació n del dañ o

16
Conforme al método de juzgar con perspectiva de género, los artículos 1° y 20,
apartado "A", fracció n I de los Estados Unidos Mexicanos, establecen que toda persona
gozará de los derechos humanos reconocidos en la Constitució n y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, y que las normas relativas a
los derechos humanos se interpretará n de conformidad con la constitució n y los
tratados referidos, favoreciendo la protecció n má s amplia de las personas,
prohibiendo toda discriminació n motivada por el género
De lo cual se colige que el derecho de la mujer a una vida libre de discriminació n y de
violencia, se traduce en la obligació n de toda autoridad de actuar y juzgar con
perspectiva de género, esto es, de velar porque en toda controversia jurisdiccional
donde se advierta una situació n de violencia, discriminació n o vulnerabilidad por
razones de género, esta sea tomada en cuenta a fin de visualizar claramente y
garantizar el acceso a la justicia de forma efectiva igualitaria, lo cual pretende
combatir argumentos estereotipados e indiferentes para el pleno y efectivo ejercicio
del derecho a la igualdad. Bajo esa ló gica argumentativa se sostiene el criterio de la
tesis del rubro y contenido siguiente
"PERSPECTIVA DE GÉ NERO EN LA ADMINISTRACIÓ N DE JUSTICIA. SU SIGNIFICADO
Y ALCANCES", en la que sostuvo que dicha perspectiva obliga a leer e interpretar una
norma tomando en cuenta los principios ideoló gicos que la sustentan, así como la
forma en que afectan de manera diferenciada, a quienes acuden a demandar justicia,
pues só lo así se puede aspirar a aplicar correctamente los principios de igualdad y
equidad, ya que a partir de la explicació n de las diferencias específicas entre hombres
y mujeres, se reconoce la forma en que unos y otras se enfrentan a una problemá tica
concreta, y los efectos diferenciados que producen las disposiciones legales y las
prá cticas institucionales
Se indicó que en la tesis de rubro: "ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE
IGUALDAD. TODOS LOS Ó RGANOS JURISDICCIONALES DEL PAÍS DEBEN IMPARTIR
JUSTICIA CON PERSPECTIVA DE GÉ NERO", se reconoció la importancia de la
perspectiva de género en el acceso de las mujeres a la justicia, partiendo para ello de
la interpretació n de la Convenció n Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer "Convenció n de Belém do Pará ". En este criterio,
se precisó que las autoridades jurisdiccionales está n obligadas a analizar el marco
normativo e institucional a fin de detectar la posible utilizació n de estereotipos sobre
las funciones de uno u otro género, pues só lo así podrá visualizarse un caso de
discriminació n o vulnerabilidad por razones de género, dando paso a un acceso a la
justicia efectivo e igualitario
También se destacó que en la tesis de rubro: "IMPARTICIÓ N DE JUSTICIA CON
PERSPECTIVA DE GÉ NERO. DEBE APLICARSE ESTE MÉ TODO ANALÍTICO EN TODOS
LOS CASOS QUE INVOLUCREN RELACIONES ASIMÉ TRICAS, PREJUICIOS Y PATRONES
ESTEREOTÍPICOS, INDEPENDIENTEMENTE DEL GÉ NERO DE LAS PERSONAS
INVOLUCRADAS", la Sala sostuvo que los estereotipos de género que producen
situaciones de desventaja al juzgar, afectan tanto a mujeres como a hombres; de ahí
que la perspectiva de género deba aplicarse en todos los casos que involucren

17
relaciones asimétricas, prejuicios y patrones estereotípicos, independientemente del
género de los involucrados, con el fin de detectar y eliminar las barreras y los
obstá culos que discriminan a las personas por su pertenencia al grupo de "mujeres" u
"hombres"
Asimismo, se precisó que en la jurisprudencia de rubro: "ACCESO A LA JUSTICIA EN
CONDICIONES DE IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE
GÉ NERO", se establecieron los pasos que las y los operadores de justicia deben seguir
para cumplir con su obligació n de juzgar con perspectiva de género, los cuales son:
1. Identificar si existen situaciones de poder que, por cuestiones de género, expliquen
un desequilibrio entre las partes de la controversia
2. Cuestionar los hechos y valorar las pruebas desechando estereotipos o prejuicios de
género, a fin de visualizar las situaciones de desventaja provocadas por condiciones
de sexo o género
3. Ordenar las pruebas necesarias para visibilizar situaciones de violencia,
vulnerabilidad o discriminació n por razones de género, en caso de que el material
probatorio no sea suficiente para aclararlas
4. De detectarse una situació n de desventaja por cuestiones de género, cuestionar la
neutralidad del derecho aplicable y evaluar el impacto diferenciado de la solució n
propuesta para buscar una resolució n justa e igualitaria de acuerdo con el contexto de
desigualdad por condiciones de género
5. Aplicar los está ndares de derechos humanos de todas las personas involucradas,
especialmente mujeres, niñ os, niñ as, adultos mayores
6. Evitar el uso del lenguaje basado en estereotipos o prejuicios, el cual deberá
remplazarse por un lenguaje incluyente
Adicionalmente, en otro criterio, la Primera Sala aclaró que la obligació n de juzgar con
perspectiva de género se actualiza de oficio, de tal manera que su cumplimiento no
puede quedar sujeto a petició n de parte
Con base en lo anterior, se puntualizó que para el Alto Tribunal el contenido y alcance
de la obligació n de juzgar con perspectiva de género, puede resumirse de la siguiente
forma:
1. Aplicabilidad: es una obligació n intrínseca a la labor jurisdiccional, de modo que no
debe mediar petició n de parte, la cual comprende obligaciones específicas en casos
graves de violencia contra las mujeres, la cual se refuerza aú n má s en el marco de
contextos de violencia contra éstas
2. Metodología: esta obligació n exige cumplir los seis pasos antes mencionados, que
pueden resumirse en la necesidad de detectar posibles situaciones de desequilibrio de
poder entre las partes como consecuencia de su género, seguida de un deber de
cuestionar la neutralidad de las pruebas y el marco normativo aplicable, así como de
recopilar las pruebas necesarias para visualizar el contexto de violencia o

18
discriminació n, y finalmente resolver los casos prescindiendo de cualesquiera cargas
estereotipadas que resulten en detrimento de mujeres u hombres
- Que del Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género, emitido por la Suprema
Corte de Justicia de la Nació n, se desprendía lo siguiente: Juzgar con perspectiva de
género, es para el logro efectivo de la igualdad, es un mandato constitucional y
convencional dirigido a quienes imparten justicia; en virtud del artículo 1°
constitucional, la judicatura tiene a su cargo la responsabilidad de hacer efectivos
todos los derechos que, en ejercicio de su soberanía, el Estado Mexicano reconoce
cuando firma y ratifica instrumentos internacionales; por su parte la Convenció n
sobre la Eliminació n de toda forma de Discriminació n contra la Mujer (CEDAW*),
establece el deber de eliminar las diferencias arbitrarias injustas o desproporcionadas
entre mujeres y hombres en razó n de su sexo o género, tanto en el acceso a la justicia
como en los procesos y las resoluciones judiciales; la Convenció n Belém Do Pará
obliga a las autoridades judiciales a establecer procedimientos legales justos y eficaces
en los casos de violencia contra las mujeres, entre los cuales, segú n su artículo 6, se
encuentra la discriminació n; que en la sentencia de "Campo Algodonero", la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, considera que en los casos de violencia contra
las mujeres, el artículo 7.b. de la Convenció n Belém Do Pará impone "obligaciones
reforzadas" al Estado en cuanto al deber de debida diligencia para prevenir, investigar
y sancionar la violencia contra las mujeres; quienes imparten justicia tienen la
posibilidad de traducir los Tratados en realidades para las personas, de evidenciar el
compromiso del Estado con la justicia y de evitar la revictimizació n, así como generar
que las demandas por la justicia se hagan efectivas a nivel nacional y no tengan que
trasladarse a instancias internacionales, lo que posterga las aspiraciones de justicia de
las víctimas; la aplicació n de la perspectiva de género en el ejercicio argumentativo de
quienes imparten justicia es una forma de garantizar el derecho a la igualdad y de
hacer que se manifieste como un principio fundamental en la bú squeda de soluciones
justas
- Ello impactará en las personas, en la consecució n de sus proyectos de vida y en la
caracterizació n del Estado como garante de dichos proyectos; la no discriminació n
por género es una auténtica garantía individual, consistente en el derecho subjetivo
pú blico del gobernado, de ser tratado en la misma forma que todos los demá s y el
correlativo deber jurídico de la autoridad de garantizar un trato igual a todas las
personas ubicadas en las mismas circunstancias, sin hacer distinciones por motivos de
género o de cualquier otra índole, salvo aquellas que, precisamente, sean tendientes a
lograr esa igualdad; en el caso de la mujer, ello se traduce en que, respecto al hombre,
no puede ser injustificadamente tratada de una manera distinta obstaculizá ndosele el
goce de los mismos derechos y de la igualdad de oportunidades para ejercer sus
libertades"; hacer realidad el derecho a la igualdad es un mandato derivado de la
Constitució n y de los instrumentos internacionales que atañ e a toda persona que
aplica derecho, por ello, todos y todas las impartidoras de justicia tienen el deber de
juzgar con perspectiva de género
- La perspectiva de género es un método que debe ser aplicado aun y cuando las
partes involucradas en el caso no la hayan contemplado en sus alegaciones; la

19
perspectiva de género no só lo es pertinente en casos relacionados con mujeres. En
tanto este enfoque se hace cargo de detectar los impactos diferenciados que una
norma genera y de buscar soluciones a través del derecho, lo que determina si en un
proceso debe o no aplicar la perspectiva de género, la existencia de situaciones
asimétricas de poder o bien de contextos de desigualdad estructural basados en el
sexo o género o las preferencias/orientaciones sexuales de las personas; tampoco la
materia del asunto o instancia en la que se resuelve determina si se debe aplicar o no
la perspectiva de género, ya que situaciones como las descritas anteriormente se
pueden encontrar en casos que se estudian en cualquier etapa del proceso, ya sea este
administrativo, agrario, constitucional, civil, penal, laboral o mercantil; en
consecuencia, lo que determina la pertinencia de aplicar la perspectiva de género no
es el hecho de que esté involucrada una mujer, que se trate de un asunto en materia de
civil, ni que esté en jurisdicció n constitucional
- En cada caso habrá que hacer un aná lisis orientado a detectar relaciones asimétricas
de poder y situaciones estructurales de desigualdad. Si los resultados de dicho aná lisis
perfilan ese tipo de relaciones y desigualdades, la perspectiva de género ofrece un
método adecuado para encontrar una solució n apegada a Derecho; juzgar con
perspectiva de género no es má s que hacer realidad en el quehacer jurisdiccional el
derecho a la igualdad
- Para llevar a cabo adecuadamente esta tarea, es necesario asumir, por lo menos, tres
premisas bá sicas: 1. El fin del Derecho es combatir las relaciones asimétricas de poder
y los esquemas de desigualdad que determinan el diseñ o y ejecució n del proyecto de
vida de las personas. 2. El quehacer jurisdiccional tiene un invaluable potencial para la
transformació n de la desigualdad formal, material y estructural. Quienes juzgan, son
agentes de cambio en el diseñ o y ejecució n del proyecto de vida de las personas. 3. El
mandato de la igualdad requiere eventualmente de quienes imparten justicia un
ejercicio de reconstrucció n de la forma en que se ha interpretado y aplicado el
Derecho; de acuerdo con el deber de garantía y de debida diligencia, en cuanto se
tiene noticia de un caso, quienes juzgan deberá n preguntarse si la víctima requiere
medidas especiales de protecció n
- Por ejemplo, como una estrategia para evitar dañ os mayores a la integridad de las
mujeres y, en su caso, de las y los hijos, la Ley General de Acceso a las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) contempla, en su artículo 27, las ó rdenes de
protecció n y las define como "actos de protecció n y de urgente aplicació n en funció n
del interés superior de la víctima y son fundamentalmente precautorias y cautelares.
Deberá n otorgarse por la autoridad competente, inmediatamente que conozcan de
hechos probablemente constitutivos de infracciones o delitos que impliquen violencia
contra las mujeres"
Segú n el artículo 33 de la LGAMVLV, las autoridades jurisdiccionales pueden dictar
"medidas similares" a las ó rdenes de protecció n; que el artículo 40 de la Ley General
de Víctimas, prevé que "cuando la víctima se encuentre amenazada en su integridad
personal o en su vida o existan razones fundadas para pensar que estos derechos
está n en riesgo, en razó n del delito o de la violació n de derechos humanos sufrida, las

20
autoridades (...) de acuerdo con sus competencias y capacidades adoptará n, con
cará cter inmediato, las medidas que sean necesarias para evitar que la víctima sufra
alguna lesió n o dañ o"
En estos términos, se señ aló que la obligació n de las y los operadores de justicia de
juzgar con perspectiva de género, puede resumirse en su deber de impartir justicia
sobre la base del reconocimiento de la particular situació n de desventaja en la cual
histó ricamente se han encontrado las mujeres como consecuencia de la construcció n
que socioculturalmente se ha desarrollado en torno a la posició n y al rol que debieran
asumir, por lo que con este reconocimiento, quienes realicen la funció n de juzgar,
podrá n identificar las discriminaciones que pueden sufrir las mujeres, ya sea directa o
indirectamente, con motivo de la aplicació n del marco normativo e institucional
mexicano
Test de proporcionalidad
Ahora bien, las sentencias o resoluciones emitidas por los diversos tribunales con
relació n a todas las materias jurídicas absolutamente cumplen una importante
funció n para el Estado de derecho, de orden jurídico, toda vez que no se trata
ú nicamente de aplicar el derecho a los hechos, sino, fundamentalmente, de explicarle
a las personas el resultado del fallo. Se trata de contar una historia clara y persuasiva,
que explique de manera accesible por qué ganaron o por qué perdieron un litigio. La
legitimidad de las ministras y ministros, magistradas y magistrados, jueces en general
descansa en las razones de su decisió n, pero estas razones se deben expresar en
lenguaje sencillo, transparente, libre de tecnicismos innecesarios
Con sentencias claras y ordenadas, los tribunales del país afianzan su legitimidad,
protegen el derecho al acceso a la justicia, y generan confianza en la ciudadanía, ésta
no ha sido una tarea fá cil, consiente de este desafío se ha hecho un esfuerzo
exhaustivo desde la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, para emitir sentencias no
só lo con un lenguaje má s claro, sino con una estructura argumentativa ordenada y
efectiva: esto es, con una metodología
En razó n, que tener una metodología es indispensable para dar soluciones sencillas,
claras y justas a casos complejos, una metodología clara es especialmente ú til para
resolver casos de derechos humanos, pues la dignidad humana exige identificar
razones para ello
En este punto, me parece importante aclarar, en primer término algunas diferencias,
muy importantes respecto del término "proporcionalidad" y el uso que se le ha dado,
lo anterior en razó n de que durante muchos añ os en la Jurisprudencia Constitucional
Mexicana, cuando se hablaba o se usaba el término proporcionalidad se hacía con
referencia, a la relació n entre el tipo de delito y la pena de acuerdo con lo que
establece el artículo 22 Constitucional (derecho penal), o en otros casos para hacer
referencia a la relació n entre los impuestos y la capacidad contributiva (derecho
fiscal), por lo cual es importante distinguir estos conceptos de proporcionalidad con lo
que es propiamente el concepto del test de proporcionalidad materia de este trabajo
(derecho constitucional)

21
Mientras que en los sentidos ya mencionados del término proporcionalidad, hacen
referencia a pará metros de constitucionalidad de las leyes, aquí estamos hablando
má s bien de un método de interpretació n de alta relevancia en nuestro ordenamiento
jurídico, pues resuelve conflictos de orden constitucional con una manera o
metodología para analizar los argumentos de constitucionalidad. es decir, el test de
proporcionalidad, constituye una herramienta interpretativa y argumentativa que el
juzgador puede emplear para verificar la existencia de las limitaciones, restricciones o
violaciones a un derecho fundamental
Toda vez, que el principio de proporcionalidad busca asegurar que el poder pú blico
actú e sin excederse en el ejercicio de sus funciones y es aplicable a toda actividad del
Estado, para comprobar si una norma jurídica creada por el legislador observa el
referido principio, debe hacerse o correrse un test o prueba que comprende el examen
de tres aspectos:
a) el fin y la idoneidad: consiste en determinar si la interferencia al derecho
fundamental que se restringe persigue un fin constitucionalmente legítimo y si esa
medida aflictiva, restrictiva o limitativa, es idó nea para la finalidad buscada
b) la necesidad: pará metro que lleva a establecer si la medida cuestionada, dentro de
las alternativas fá cticas posibles, es la menos gravosa o restrictiva hacia el principio o
derecho fundamental afectado por la intervenció n (intervenció n mínima). y,
c) proporcionalidad: debe quedar acreditado que la medida es cualitativamente de
mayor beneficio o igual al perjuicio que se ocasiona al derecho fundamental
Al respecto, cobra relevancia que los derechos y sus respectivos límites operan como
principios, de tal manera que las relaciones entre el derecho y sus límites encierran
una coalició n que debe resolverse con ayuda de un método específico denominado
test de proporcionalidad
La proporcionalidad tiene una finalidad positiva de la bú squeda de lo má s adecuado,
un equilibrio entre el menor sacrificio de un derecho y la mayor satisfacció n de otro.
El test de proporcionalidad. Permite observar convergencias y divergencias muy
puntuales --y robustas-- para limitar las libertades y derechos de las personas, con
una metodología de adjudicació n constitucional
La proporcionalidad en sentido estricto radica en ponderar el grado de intervenció n
de la medida en el derecho fundamental, frente al grado de realizació n del fin
perseguido por la misma. Por medio de un test o prueba de proporcionalidad que es
una metodología de adjudicació n constitucional ampliamente utilizada por la
Suprema Corte y por tribunales en todo el mundo para defender derechos
fundamentales
En efecto el test de proporcionalidad, es un metodología interpretativa de alta
relevancia en nuestro ordenamiento jurídico, pues resuelve conflictos de orden
constitucional. El instrumento fue originalmente propuesto --aunque no con ese
nombre-- por el conocido jurista alemá n Robert Alexy, quien sostuvo que los
subprincipios que conforman dicho test o prueba "expresan la idea de optimizació n
22
para interpretar los Derechos Fundamentales de acuerdo con el principio de
proporcionalidad es tratar a éstos como requisitos de optimizació n, es decir, como
principios y no simplemente como reglas. La intenció n de Alexy fue proponer un
instrumento que permitiera dirimir, de manera razonable, conflictos normativos entre
principios constitucionales
El examen de la constitucionalidad de una medida legislativa debe realizarse a través
de un aná lisis en dos etapas dentro de la metodología del test de proporcionalidad
Definido como: Un método de interpretació n argumentativa o técnica de adjudicació n
constitucional, para resolver cuá l medida legislativa o norma jurídica aplicada resulta
desproporcional en el caso concreto, en su nú cleo esencial que permita la existencia
vá lida que afecte la parte accesoria de dicho nú cleo del derecho fundamental, es decir,
si es excesiva o arbitraria con relació n a una categoría sospechosa. Entendiéndose por
esto una medida de comparació n para establecer un grado de desigualdad con
relació n a otro derecho (oponibilidad de derechos), en cuanto a su proporcionalidad,
para determinar la legitimidad de las restricciones a los derechos fundamentales de
dicha norma legislada
Es decir, es necesario tener presente que los derechos y sus respectivos límites operan
como principios, de tal manera que las relaciones entre el derecho y sus límites
encierran una colisió n que debe resolverse con ayuda de un método específico
denominado test de proporcionalidad
En una primera etapa, debe determinarse si la norma impugnada incide en el alcance
o contenido inicial del derecho en cuestió n, es decir, otros términos, debe establecerse
si la medida legislativa impugnada efectivamente limita al derecho fundamental. De
esta manera, en esta primera fase corresponde precisar cuá les son las conductas
cubiertas prima facie o inicialmente por el derecho. Una vez hecho lo anterior, debe
decidirse si la norma impugnada tiene algú n efecto sobre dicha conducta; esto es, si
incide en el á mbito de protecció n prima facie del derecho aludido. Si la conclusió n es
negativa, el examen debe terminar en esta etapa con la declaració n de que la medida
legislativa impugnada es constitucional
En cambio, si la conclusió n es positiva, debe pasarse a otro nivel de aná lisis. En esta
segunda fase, debe examinarse si en el caso concreto existe una justificació n
constitucional para que la medida legislativa reduzca o limite la extensió n de la
protecció n que otorga inicialmente el derecho. Al respecto, es necesario tener
presente que los derechos y sus respectivos límites operan como principios, de tal
manera que las relaciones entre el derecho y sus límites encierran una colisió n que
debe resolverse con ayuda de un método específico denominado test de
proporcionalidad
En este orden de ideas, para que las intervenciones que se realizan a algú n derecho
fundamental sean constitucionales debe corroborarse lo siguiente: (I) que la
intervenció n legislativa persiga un fin constitucionalmente vá lido; (II) que la medida
resulte idó nea para satisfacer en alguna medida su propó sito constitucional; (III) que
no existan medidas alternativas igualmente idó neas para lograr dicho fin, pero menos

23
lesivas para el derecho fundamental; y, (IV) que el grado de realizació n del fin
perseguido sea mayor al grado de afectació n provocado al derecho fundamental por la
medida impugnada
En este contexto, si la medida legislativa no supera el test de proporcionalidad, el
derecho fundamental preservará su contenido inicial o prima facie. En cambio, si la ley
que limita al derecho se encuentra justificada a la luz del test de proporcionalidad, el
contenido definitivo o resultante del derecho será má s reducido que el contenido
inicial del mismo
La Suprema Corte de Justicia de la Nació n ha establecido, que los derechos humanos
no son absolutos y, por ello, pueden restringirse o suspenderse vá lidamente en los
casos y bajo las condiciones que la Constitució n Política de los Estados Unidos
Mexicanos prevea, de conformidad con su artículo 1o., pá rrafo primero, reformado
por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federació n el 10 de junio de 2011
Así mismo, el artículo 30 de la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
señ ala que las limitaciones permitidas al goce y ejercicio de los derechos y las
libertades reconocidas en ésta no pueden aplicarse sino conforme a las leyes dictadas
en razó n del interés general y de acuerdo con el propó sito para el cual han sido
establecidas
En esta línea de pensamiento, para que las intervenciones que se realizan a algú n
derecho fundamental sean constitucionales debe corroborarse lo siguiente:
1. El test de proporcionalidad como metodología o herramienta argumentativa exige
justificaciones má s robustas para afectaciones má s intensas sobre derechos
2. Asimismo, permite una mirada rigurosa a las razones que justifican el actuar del
Estado, y al impacto específico de esta actuació n sobre un derecho fundamental
3. El uso del test es tan extendido y de tal importancia para el razonamiento
constitucional a nivel global que ha sido caracterizado como un "criterio universal de
constitucionalidad"
4. Un "elemento fundacional del constitucionalismo global"
5. El test de proporcionalidad, aporta convergencias y divergencias, es el resultado del
trabajo conjunto de académicos, operadores judiciales y estudiantes interesados en la
racionalidad y legitimidad de las decisiones mediante el uso de esta herramienta
Finalmente, la Segunda Sala en la tesis de jurisprudencia de los datos visible en el
Registro digital: 2019276, de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federació n, se
pronunció en el sentido de que el test de proporcionalidad, al igual que la
interpretació n conforme y el escrutinio judicial, constituye tan só lo una herramienta
interpretativa y argumentativa má s que el juzgador puede emplear para verificar la
existencia de las limitaciones, restricciones o violaciones a un derecho fundamental
Al precisar, que para verificar si algú n derecho humano reconocido por la
Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos o por los tratados

24
internacionales de los que el Estado Mexicano es parte se ha transgredido, el juzgador
puede emplear diversos métodos o herramientas argumentativas que lo ayuden a
constatar si existe o no la violació n alegada, estando facultado para decidir cuá l es, en
su opinió n, el má s adecuado para resolver el asunto sometido a su conocimiento a
partir de la valoració n de los siguientes factores, entre otros:
a) el derecho o principio constitucional que se alegue violado;
b) si la norma de que se trata constituye una limitació n gradual en el ejercicio del
derecho, o si es una verdadera restricció n o impedimento en su disfrute;
c) el tipo de intereses que se encuentran en juego;
d) la intensidad de la violació n alegada; y
e) la naturaleza jurídica y regulatoria de la norma jurídica impugnada
Entre los métodos má s comunes para solucionar esas problemá ticas se encuentra el
test de proporcionalidad que, junto con la interpretació n conforme, el escrutinio
judicial y otros métodos interpretativos, constituyen herramientas igualmente ú tiles
para dirimir la violació n a derechos
Así mismo, destaca, que esos métodos no constituyen, por sí mismos, un derecho
fundamental, sino la vía para que los Jueces cumplan la obligació n que tienen a su
cargo, que se constriñ e a decidir, en cada caso particular, si ha existido o no la
violació n alegada. Para concluir que, conforme a esas bases, los Jueces no está n
obligados a verificar la violació n a un derecho humano a la luz de un método en
particular, ni siquiera porque así se lo hubieran propuesto en la demanda o en el
recurso, má xime que no existe exigencia constitucional, ni siquiera jurisprudencial,
para emprender el test de proporcionalidad o alguno de los otros métodos cuando se
alegue violació n a un derecho humano
Para mayor comprensió n, de la aplicació n de la metodología del test de
proporcionalidad, es conveniente citar los siguientes criterios jurisprudenciales:
PRUEBAS EN EL PROCEDIMIENTO CIVIL. EL REQUISITO DE RELACIONARLAS CON
LOS HECHOS CONTROVERTIDOS Y LA SANCIÓ N DE SU DESECHAMIENTO EN CASO
DE INCUMPLIMIENTO, PREVISTOS EN LOS ARTÍCULOS 236 Y 451-J DEL CÓ DIGO DE
PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL ESTADO DE VERACRUZ, RESTRINGEN
VÁ LIDAMENTE LOS DERECHOS DE ACCESO A LA JUSTICIA Y AL DEBIDO PROCESO.
Hechos: En el juicio especial hipotecario la actora demandó el pago de pesos derivado
de un contrato de reconocimiento de adeudo con garantía hipotecaria que celebró con
los demandados. El Juez de primera instancia declaró la procedencia de la acció n
especial hipotecaria y condenó al pago correspondiente. Inconformes, los
demandados interpusieron recurso de apelació n, al cual se adhirió la actora, en el que
se resolvió revocar el fallo y condenar a ésta al pago de gastos y costas de primera y
segunda instancias, quien contra dicho fallo promovió amparo directo y se le concedió
la protecció n constitucional para el efecto de que la alzada analizara de forma
conjunta la apelació n principal y la adhesiva. En cumplimiento a dicha ejecutoria, la

25
autoridad responsable emitió una nueva resolució n en la que determinó que es vá lida
la limitació n de los derechos de acceso a la justicia y al debido proceso, por el
requisito de relacionar las pruebas con los hechos litigiosos y sancionar con el
desechamiento ante su inobservancia, conforme al artículo 236 del Có digo de
Procedimientos Civiles para el Estado de Veracruz. Contra esta resolució n, la actora
promovió nuevamente amparo directo, señ alando que dicha formalidad y su
correspondiente sanció n imponen requisitos carentes de proporcionalidad que
impiden el acceso a la tutela jurisdiccional efectiva, así como que se debió aplicar la
norma especial por tratarse de un juicio hipotecario, esto es, el artículo 451-J del
propio có digo
Criterio jurídico: Este Tribunal Colegiado de Circuito determina que los artículos 236
y 451-J del Có digo de Procedimientos Civiles para el Estado de Veracruz, al establecer
el requisito de relacionar las pruebas con los hechos controvertidos y la sanció n de su
desechamiento en caso de incumplimiento, restringen vá lidamente los derechos de
acceso a la justicia y al debido proceso
Justificació n: La Suprema Corte de Justicia de la Nació n ha establecido que los
derechos humanos no son absolutos y, por ello, pueden restringirse o suspenderse
vá lidamente en los casos y bajo las condiciones que la Constitució n Política de los
Estados Unidos Mexicanos prevea, de conformidad con su artículo 1o., pá rrafo
primero, reformado por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federació n el 10
de junio de 2011. En ese sentido, el artículo 30 de la Convenció n Americana sobre
Derechos Humanos señ ala que las limitaciones permitidas al goce y ejercicio de los
derechos y las libertades reconocidas en ésta, no pueden aplicarse sino conforme a las
leyes dictadas en razó n del interés general y de acuerdo con el propó sito para el cual
han sido establecidas. Al respecto, cobra relevancia que los derechos y sus respectivos
límites operan como principios, de tal manera que las relaciones entre el derecho y
sus límites encierran una colisió n que debe resolverse con ayuda de un método
específico denominado test de proporcionalidad. En este orden de ideas, para que las
intervenciones que se realizan a algú n derecho fundamental sean constitucionales
debe corroborarse lo siguiente: (i) que la intervenció n legislativa persiga un fin
constitucionalmente vá lido; (ii) que la medida resulte idó nea para satisfacer en alguna
medida su propó sito constitucional; (iii) que sea necesaria, es decir, que no existan
medidas alternativas igualmente idó neas para lograr dicho fin, pero menos lesivas
para el derecho fundamental; y, (iv) que el grado de realizació n del fin perseguido sea
mayor al grado de afectació n provocado al derecho fundamental por la medida
impugnada. Ahora bien, la restricció n a los derechos de acceso a la justicia y al debido
proceso, por la condició n prevista en los artículos 236 y 451-J del Có digo de
Procedimientos Civiles para el Estado de Veracruz, de relacionar las pruebas con los
hechos litigiosos, que sanciona con su desechamiento en caso de incumplimiento,
persigue fines constitucionalmente legítimos, como son: los principios de economía
procesal y congruencia en el proceso. Asimismo, dicha intervenció n legislativa es
idó nea, pues permite una solució n pronta y eficaz de la controversia, al facilitar la
fijació n de la litis, toda vez que el actor debe probar los hechos constitutivos de su
acció n y el demandado los de sus excepciones, lo que implica desechar pruebas
infructuosas; y, finalmente, la restricció n es necesaria, toda vez que impide la
26
admisió n de aquellas pruebas impertinentes que redundan en la dilació n indebida del
procedimiento. Ademá s, la medida legislativa no implica una carga desmedida para el
justiciable, pues las partes conocen los requisitos bajo los cuales deben ofrecer sus
pruebas y la sanció n ante su incumplimiento, en el entendido de que no se les
restringe de manera absoluta su derecho a probar, sino que ú nicamente las constriñ e
a cumplir una formalidad má s del procedimiento
Registro digital: 202327. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Undécima
É poca. Materias(s): Constitucional, Civil. Tesis: VII.2o.C.246 C (10a.). Fuente: Gaceta
del Semanario Judicial de la Federació n. Libro 2, Junio de 2021, Tomo V, pá gina 5115.
Tipo: Aislada
SUCESIÓ N EN MATERIA AGRARIA. COMPRENDE LOS DERECHOS AGRARIOS DE LOS
POSESIONARIOS REGULARES (INTERPRETACIÓ N DEL ARTÍCULO 18 DE LA LEY
AGRARIA). Hechos: Una persona promovió en vía de jurisdicció n voluntaria la
sucesió n intestamentaria de los derechos agrarios de posesió n que pertenecieron a su
có nyuge, amparados en un certificado parcelario. El Tribunal Unitario Agrario
consideró improcedente la sucesió n solicitada al estimar que conforme al artículo 18
de la Ley Agraria, la sucesió n en materia agraria ú nicamente operaba respecto de los
ejidatarios. Por tanto, determinó que los derechos de posesió n del có nyuge fallecido
no resultaban susceptibles de transmitirse por herencia. En contra de esa
determinació n se promovió juicio de amparo
Criterio jurídico: La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n
establece que la correcta interpretació n del artículo 18 de la Ley Agraria, debe ser en
el sentido de que también los posesionarios regulares tienen derecho a designar a
quien deba sucederles en sus derechos agrarios
Justificació n: De una interpretació n sistemá tica de los artículos 27 de la Constitució n
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 17 de la Ley Agraria y 22, fracció n VIII, 77,
78, 79, 80, 85 y 86 del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, se colige que
los posesionarios regulares también pueden suceder sus derechos agrarios, es decir,
aquellos derechos que les han sido otorgados o reconocidos por la asamblea ejidal, o
bien, aquellos decretados mediante resolució n judicial, que se encuentren amparados
por el certificado correspondiente. Lo anterior, en virtud de que en la medida en que
los posesionarios regulares tienen derechos agrarios reconocidos por la ley y está n
amparados mediante un certificado expedido por autoridad competente, también
pueden transmitir dichos derechos a quienes consideren sus legítimos herederos o a
quien estimen deban sucederles en sus derechos agrarios. Considerar la
interpretació n literal del artículo 18 de la Ley Agraria, implicaría que los ú nicos
sujetos agrarios que pueden heredar sus derechos a través de la institució n de la
sucesió n agraria son los ejidatarios, dejando fuera a los demá s sujetos agrarios a los
que los demá s ordenamientos legales de la materia les reconocen la facultad de
designar a quien debe sucederles en sus derechos, como son los comuneros y los
posesionarios, violando con ello los derechos que les han sido legalmente reconocidos.
La conclusió n que antecede no se contrapone con lo establecido por esta Segunda
Sala, en la jurisprudencia 2a./J. 159/2005, de rubro: "SUCESIÓ N EN MATERIA

27
AGRARIA. SÓ LO COMPRENDE LOS DERECHOS AGRARIOS DE LOS EJIDATARIOS Y NO
LA POSESIÓ N QUE EJERCEN QUIENES NO TIENEN ESE CARÁ CTER.", en la medida en
que dicho criterio se refiere a los posesionarios irregulares, esto es, a aquellos sujetos
agrarios a quienes no se les han reconocido sus derechos; hipó tesis diversa a la que
nos ocupa por tratarse de los posesionarios regulares
Registro digital: 2023883. Instancia: Segunda Sala. Undécima É poca. Materias(s):
Administrativa. Tesis: 2a. XI/2021 (10a.). Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la
Federació n. Libro 7, Noviembre de 2021, Tomo II, pá gina 2073. Tipo: Aislada
SUSPENSIÓ N PROVISIONAL EN EL AMPARO. DEBE NEGARSE CONTRA LA EJECUCIÓ N
DEL ACUERDO 127/2020, EMITIDO POR EL GOBERNADOR CONSTITUCIONAL DEL
ESTADO DE CHIHUAHUA, QUE ESTABLECE UN HORARIO DE RESTRICCIÓ N DE LA
MOVILIDAD, ASÍ COMO EL CIERRE Y SUSPENSIÓ N DE ALGUNAS ACTIVIDADES Y
ESTABLECIMIENTOS EN ESA ENTIDAD FEDERATIVA, A FIN DE COMBATIR EL VIRUS
SARS-CoV2, QUE PROVOCA LA ENFERMEDAD COVID-19, SI EL QUEJOSO NO APORTA
DATOS SOBRE SU SITUACIÓ N PARTICULAR QUE HICIERAN DESPROPORCIONALES
LAS MEDIDAS SEÑ ALADAS, CUYA CONSTITUCIONALIDAD SE ANALIZARÁ EN EL
JUICIO PRINCIPAL. Hechos: El quejoso solicitó la suspensió n provisional contra la
ejecució n del Acuerdo 127/2020, emitido por el Gobernador Constitucional del Estado
de Chihuahua, por el que se establece un horario de restricció n de la movilidad, así
como el cierre y suspensió n de algunas actividades y establecimientos en esa entidad
federativa, a fin de combatir el virus SARS-CoV2, que provoca la enfermedad COVID-
19, publicado en el Perió dico Oficial local mediante edició n extraordinaria nú mero 64,
de 4 de noviembre de 2020, al estimar que viola en su perjuicio los derechos humanos
de libertad, libre trá nsito, movilidad y libre asociació n, tutelados por los artículos 1o.,
14, 16, 22, 29, 73, fracció n XVI y 133 de la Constitució n Política de los Estados Unidos
Mexicanos, la cual fue negada por el Juez de Distrito. Inconforme con dicha resolució n
el quejoso promovió recurso de queja
Criterio jurídico: Este Tribunal Colegiado de Circuito determina que debe negarse la
medida cautelar solicitada, si el quejoso no aporta datos sobre su situació n particular
que hicieran desproporcionales las medidas contenidas en el acuerdo reclamado, cuya
constitucionalidad se analizará en el juicio principal
Justificació n: La decisió n anterior se basa en que el acuerdo mencionado está
debidamente fundado y motivado, en términos del artículo 16 de la Constitució n
Política de los Estados Unidos Mexicanos, al satisfacer todos los requisitos del test de
proporcionalidad y por ser de interés social el combate de la pandemia generada por
el virus SARS-CoV2, sobre los derechos individuales del quejoso quien, en todo caso,
debe personalizar por qué, en relació n con su situació n particular, existe una
desproporcionalidad de las medidas. Así, el otorgamiento de la suspensió n afectaría
un valor de mayor jerarquía que el interés individual de aquél, pues se impediría la
ejecució n eficiente de las medidas sanitarias que tienen por objeto la prevalencia del
derecho a la salud frente a una pandemia. Má xime si el particular no precisa có mo las
medidas del acuerdo señ alado le afectan inmediatamente, pues los derechos humanos,
al entrar en colisió n con otros, como en el presente asunto, no tienen la calidad de

28
absolutos, sino que la ponderació n puede privilegiar la potencializació n de uno de
ellos sobre el otro, como se indica en el subprincipio de estricta proporcionalidad, así
como en su preparació n y aceptació n en el diverso de necesidad, del test de
proporcionalidad. Ademá s, si bien es cierto que conforme a los artículos 107, fracció n
X, constitucional; 129, ú ltimo pá rrafo y 147, segundo pá rrafo, de la Ley de Amparo, al
decidir sobre el otorgamiento de la suspensió n debe hacerse una ponderació n entre la
apariencia del buen derecho y el interés social, para proteger el derecho humano
violado, mientras se resuelve el juicio de amparo, también lo es que para restablecer
provisionalmente al quejoso en el goce de ese derecho, es necesario considerar las
condiciones fá cticas y jurídicas del caso concreto; de ahí la necesidad de que
particularice su situació n. No obstante lo anterior, al analizarse en el juicio principal la
constitucionalidad del acto, la autoridad responsable deberá justificar la razonabilidad
de la restricció n aludida, en aras de un mejor control de la regularidad constitucional,
en la medida en que el ó rgano jurisdiccional competente contará con má s elementos
de juicio, lo que le permitirá adoptar una determinació n de mayor rigor técnico y
jurídico, pues aun cuando con motivo de la pandemia se han introducido medidas
generalizadas de distanciamiento físico y restricciones de movimiento a nivel de la
població n, existe la necesidad urgente de planificar una transició n gradual para salir
de dichas prohibiciones de una forma que permita la contenció n sostenible de la
transmisió n a bajo nivel y, al mismo tiempo, la reanudació n de algunas partes de la
vida econó mica y social, a la que se debe dar prioridad con un cuidadoso equilibrio
entre el beneficio socioeconó mico y el riesgo epidemioló gico, así como fomentar un
entorno econó mico que permita mejorar el estado de salud de las personas, mediante
la adopció n de políticas econó micas que beneficien a los má s necesitados, elevando
sus niveles de ingresos y de su educació n. Junto a dichas medidas, debe revisarse la
razonabilidad de algunas de las tomadas, así como su temporalidad, como aquellas
donde, aun con horario restringido, se permite la venta de bebidas alcohó licas y, por
otra parte, se limita totalmente a la població n el acceso a los parques pú blicos y a
lugares abiertos para hacer ejercicio, lo que carece de aparente razonabilidad, si se
toma en cuenta que la enfermedad pandémica actual ataca el sistema inmunoló gico de
las personas y éste se ve disminuido por el consumo de alcohol y, en cambio, se
fortalece con la prá ctica del ejercicio. Por ello, la prolongació n y el tipo de decisiones
adoptadas deben revisarse para ajustarse a la evolució n de la pandemia y evitar
medidas regulatorias o restrictivas permanentes que afecten la libertad de las
personas y atentatorias de las clases má s vulnerables econó micamente, al clasificarse,
por grandes periodos, como "no esenciales" las actividades de donde obtiene su
sustento econó mico una gran parte de la població n que "vive al día", lo que puede
orillar a ese sector a desacatar, por necesidad de subsistencia, dichas medidas de
regulació n, restricció n y cuarentena. Registro digital: 2022811. Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito. Décima É poca. Materias(s): Comú n, Administrativa. Tesis:
XVII.1o.P.A.32 A (10a.). Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federació n. Libro
84, Marzo de 2021, Tomo IV, pá gina 3066. Tipo: Aislada
DERECHOS ECONÓ MICOS, SOCIALES Y CULTURALES. LA CONSTITUCIONALIDAD DE
UNA MEDIDA REGRESIVA EN LA MATERIA DEPENDE DE QUE SUPERE UN TEST DE
PROPORCIONALIDAD. El deber de no regresividad supone que una vez alcanzado un

29
determinado nivel de satisfacció n de los derechos econó micos, sociales y culturales, el
Estado está obligado a no dar marcha atrá s, de modo que las prestaciones concretas
otorgadas en un momento determinado constituyen el nuevo está ndar mínimo a
partir del cual debe seguirse avanzando hacia la satisfacció n plena de esos derechos.
Sin embargo, ese deber tampoco es absoluto, por tanto, cuando una medida resulte
regresiva en el desarrollo de los derechos econó micos, sociales y culturales,
corresponde al Estado justificar con informació n suficiente y argumentos pertinentes
la necesidad de esa medida. En ese sentido, la constitucionalidad de una medida
regresiva en materia de los derechos aludidos depende de que supere un test de
proporcionalidad, lo que significa que debe perseguir un fin constitucionalmente
vá lido, ademá s de ser idó nea, necesaria y proporcional en sentido estricto. Registro
digital: 2015133. Instancia: Primera Sala. Décima É poca. Materias(s): Constitucional.
Tesis: 1a. CXXVI/2017 (10a.). Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federació n.
Libro 46, Septiembre de 2017, Tomo I, pá gina 219. Tipo: Aislada
TEST DE PROPORCIONALIDAD. METODOLOGÍA PARA ANALIZAR LA IDONEIDAD DE
LA PROHIBICIÓ N ABSOLUTA DEL CONSUMO LÚ DICO DE MARIHUANA. Para que
resulten constitucionales las intervenciones que se realicen al derecho de libre
desarrollo de la personalidad, éstas deben superar un test de proporcionalidad en
sentido amplio. En ese contexto, una vez que se ha acreditado que la medida
legislativa persigue un fin constitucionalmente vá lido, debe corroborarse que la
misma es idó nea para lograr en algú n grado la consecució n de su fin. En el caso de la
prohibició n absoluta del consumo lú dico de marihuana, misma que se encuentra
prevista en los artículos 235, ú ltimo pá rrafo, 237, 245, fracció n I, 247, ú ltimo pá rrafo,
y 248 de la Ley General de Salud, es vá lido sostener que será una medida idó nea para
alcanzar los fines perseguidos por el legislador --salud y orden pú blico--, en tanto
exista una relació n empírica que vincule al consumo de la marihuana con ciertos
dañ os o afectaciones a la salud y al orden pú blico. En efecto, si el consumo de
marihuana no causa dañ os o afectaciones a la salud o a la sociedad en su conjunto, la
prohibició n analizada no será una medida idó nea para proteger estos objetivos
constitucionales. Por lo tanto, en esta etapa del examen es necesario mostrar que el
consumo afecta la salud y el orden pú blico, aun cuando dicha afectació n sea mínima.
En este sentido, existe evidencia suficiente para considerar que el consumo de
marihuana efectivamente causa diversas afectaciones en la salud de las personas, así
como que puede propiciar transgresiones al orden pú blico. Así, si bien en términos
generales puede decirse que se trata de afectaciones de escasa entidad, ello no es
obstá culo para concluir que el "sistema de prohibiciones administrativas" previsto
por la Ley General de Salud efectivamente es una medida idó nea para proteger la
salud de las personas y el orden pú blico. Con todo, lo anterior es insuficiente para que
la prohibició n resulte constitucional, toda vez que la misma debe ser ademá s
necesaria y proporcional en sentido estricto para estar justificada
Registro digital: 2013155. Instancia: Primera Sala. Décima É poca. Materias(s):
Constitucional. Tesis: 1a. CCLXIX/2016 (10a.). Fuente: Gaceta del Semanario Judicial
de la Federació n. Libro 36. Noviembre de 2016, Tomo II, pá gina 914--. Tipo: Aislada

30
Sentencias agrarias destacadas con el método de juzgar con perspectiva de
género
Caso de sucesió n en que, en la demanda se presenta la accionante como concubina por
carecer de acta de matrimonio civil, no obstante que presento el certificado de
matrimonio eclesiá stico, y no se le tiene como esposa
En el cual, de acuerdo con el método de juzgar con perspectiva de género, se
argumentó fundamentalmente que no obstante, que con la copia certificada del acta
de nacimiento nú mero 860, expedida por el Director del Registro Civil del Estado de
San Luis Potosí y del acta de matrimonio eclesiá stico nú mero 682 emitida el
veinticinco de febrero de dos mil veinte, por la Parroquia Cató lica de San Pedro
Apó stol, en Matlapa, San Luis Potosí, que se valoran en términos del numeral 189 de la
Ley Agraria, con relació n en el 202 del invocado có digo adjetivo, las cuales resultan
aptas para tener por acreditado el registro de nacimiento de la precitada, acaecida el
veinticinco de marzo de mil novecientos sesenta y cinco, y que es la có nyuge
supérstite del autor de la sucesió n, partiendo de la premisa que una de las finalidades
de todo matrimonio sea civil o religioso, es la procreació n de la especie, la cual es la
consecuencia ordinaria de vivir en comú n un hombre y una mujer que se consideran
unidos por dicho vinculo religioso o legal, toda vez que si bien es cierto no se presenta
un acta de matrimonio del Registro Civil, no menos cierto es que el acta eclesiá stica al
juzgar con perspectiva de género, tiene el mismo valor para acreditar el vínculo
matrimonial; porque la ley no señ ala que necesariamente dicha relació n matrimonial
solo se puede acreditar con la certificació n civil correspondiente; ya que de hacerlo
así, tendría tintes discriminatorios excluir un vínculo matrimonial solo avalado por el
acta religiosa y no la civil; tomando en cuenta su derecho a la igualdad, y al estar
contempladas en el artículo 1° de la Constitució n con un grado de vulnerabilidad, por
tratarse de personas del sexo femenino, y en el caso perteneciente a una comunidad
indígena; hecho que robustece el contenido de la constancia ejidal expedida el tres de
junio de dos mil veinte por los integrantes del comisariado ejidal del poblado ----------
INDÍGENA, --------------, ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ, quienes como ó rgano de
representació n del ejido, informan que ---------------- ------------------- --------------- ------,
es la có nyuge que sobrevive al extinto ------------------- --------------------- ---------------, a
la que se otorga eficacia probatoria plena en términos de los dispuesto en los artículos
189 de la ley agraria, y 203 del supletorio Có digo Federal de Procedimientos Civiles,
que obra en la foja consecutiva que le corresponde; no obstante que la promovente al
sustentar su pretensió n sucesoria, haya invocado la fracció n II del artículo 18 de la
Ley Agraria, que refiere el orden de prelació n para heredar de la concubina
Caso entre ejidatario y concubina en la que de una nueva reflexió n de las constancias
de autos y siguiendo el Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género, emitido por
la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, se advirtió que en el presente asunto ambas
partes se encontraban en estado de vulnerabilidad; toda vez que el actor --------------,
era una persona adulta mayor, como se advertía de su acta de nacimiento y
vulnerable, como se constató de la resolució n de veinticuatro de agosto de dos mil
once, emitida por el Juez Mixto de ------------, con residencia en ---------, Tamaulipas, en
el Expediente Familiar nú mero ------------, que aprobó las diligencias de jurisdicció n

31
voluntaria sobre nombramiento de tutor, y que declaró a -----------, como tutor de
-----------, a fin de que lo representara en todos sus actos, dado su estado de
sordomudez al parecer desde nacimiento
Por su parte la demandada -----------, también era una persona adulta mayor, ademá s
que no sabe leer ni escribir, como se corroboró de sus datos generales que
proporcionó al momento de desahogarse la prueba confesional llevada a cabo ante
este Tribunal, lo cual, se estableció en dicha sentencia, que por su situació n debido a
su edad y grado de estudio se dificultaba en forma considerable que la prenombrada
demandada pudiera emplearse para obtener un trabajo con un salario digno, dada su
edad, en razó n de que se había dedicado a las labores de la casa y a trabajar en el
campo, pudiendo esta situació n conducirla a una discriminació n social, familiar,
laboral, econó mica, o cualquier otra que atente contra la dignidad humana, y que se
encontraba susceptible de vulnerabilidad, por haber sido víctima de violencia por
parte del ahora actor -------------, como se desprendía de la sentencia de ------------,
emitida por el Juez -----------------, Tamaulipas, en el expediente penal nú mero
-----------, instruida en contra de -------------, por su probable responsabilidad de los
delitos de --------------------, y de la resolució n de --------------- emitida por el Magistrado
de la ---------------Tamaulipas, en el Toca Penal nú mero -------------
Al dictar la sentencia, este ó rgano jurisdiccional federal, considero que debía
resolverse conforme a pará metros convencionales, y acorde al principio de equidad y
justicia, en esencia se sostuvo lo siguiente:
Que este tribunal, al emitir el fallo se encontraba obligado a velar no só lo por los
derechos humanos contenidos en la Constitució n Federal, sino también por aquellos
contenidos en los instrumentos internacionales celebrados por el Estado Mexicano,
adoptando la interpretació n má s favorable al derecho humano de que se trate
- Que del Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género, emitido por la Suprema
Corte de Justicia de la Nació n, se desprendía lo siguiente: Juzgar con perspectiva de
género, es para el logro efectivo de la igualdad, es un mandato constitucional y
convencional dirigido a quienes imparten justicia; en virtud del artículo 1°
constitucional, la judicatura tiene a su cargo la responsabilidad de hacer efectivos
todos los derechos que, en ejercicio de su soberanía, el Estado Mexicano reconoce
cuando firma y ratifica instrumentos internacionales; por su parte la Convenció n
sobre la Eliminació n de toda forma de Discriminació n contra la Mujer (CEDAW*),
establece el deber de eliminar las diferencias arbitrarias injustas o desproporcionadas
entre mujeres y hombres en razó n de su sexo o género, tanto en el acceso a la justicia
como en los procesos y las resoluciones judiciales; la Convenció n Belém Do Pará
obliga a las autoridades judiciales a establecer procedimientos legales justos y eficaces
en los casos de violencia contra las mujeres, entre los cuales, segú n su artículo 6, se
encuentra la discriminació n; que en la sentencia de "Campo Algodonero", la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, considera que en los casos de violencia contra
las mujeres, el artículo 7.b. de la Convenció n Belém Do Pará impone "obligaciones
reforzadas" al Estado en cuanto al deber de debida diligencia para prevenir, investigar
y sancionar la violencia contra las mujeres; quienes imparten justicia tienen la

32
posibilidad de traducir los Tratados en realidades para las personas, de evidenciar el
compromiso del Estado con la justicia y de evitar la revictimizació n, así como generar
que las demandas por la justicia se hagan efectivas a nivel nacional y no tengan que
trasladarse a instancias internacionales, lo que posterga las aspiraciones de justicia de
las víctimas; la aplicació n de la perspectiva de género en el ejercicio argumentativo de
quienes imparten justicia es una forma de garantizar el derecho a la igualdad y de
hacer que se manifieste como un principio fundamental en la bú squeda de soluciones
justas
Ello impactará en las personas, en la consecució n de sus proyectos de vida y en la
caracterizació n del Estado como garante de dichos proyectos; la no discriminació n
por género es una auténtica garantía individual, consistente en el derecho subjetivo
pú blico del gobernado, de ser tratado en la misma forma que todos los demá s y el
correlativo deber jurídico de la autoridad de garantizar un trato igual a todas las
personas ubicadas en las mismas circunstancias, sin hacer distinciones por motivos de
género o de cualquier otra índole, salvo aquellas que, precisamente, sean tendientes a
lograr esa igualdad; en el caso de la mujer, ello se traduce en que, respecto al hombre,
no puede ser injustificadamente tratada de una manera distinta obstaculizá ndosele el
goce de los mismos derechos y de la igualdad de oportunidades para ejercer sus
libertades"; hacer realidad el derecho a la igualdad es un mandato derivado de la
Constitució n y de los instrumentos internacionales que atañ e a toda persona que
aplica derecho, por ello, todos y todas las impartidoras de justicia tienen el deber de
juzgar con perspectiva de género. La perspectiva de género es un método que debe ser
aplicado aun y cuando las partes involucradas en el caso no la hayan contemplado en
sus alegaciones; la perspectiva de género no só lo es pertinente en casos relacionados
con mujeres
En tanto este enfoque se hace cargo de detectar los impactos diferenciados que una
norma genera y de buscar soluciones a través del derecho, lo que determina si en un
proceso debe o no aplicar la perspectiva de género, la existencia de situaciones
asimétricas de poder o bien de contextos de desigualdad estructural basados en el
sexo o género o las preferencias/orientaciones sexuales de las personas; tampoco la
materia del asunto o instancia en la que se resuelve determina si se debe aplicar o no
la perspectiva de género, ya que situaciones como las descritas anteriormente se
pueden encontrar en casos que se estudian en cualquier etapa del proceso, ya sea este
penal, civil, administrativo, constitucional, laboral, agrario o mercantil; en
consecuencia, lo que determina la pertinencia de aplicar la perspectiva de género no
es el hecho de que esté involucrada una mujer, que se trate de un asunto en materia de
civil, ni que esté en jurisdicció n constitucional
En cada caso habrá que hacer un aná lisis orientado a detectar relaciones asimétricas
de poder y situaciones estructurales de desigualdad. Si los resultados de dicho aná lisis
perfilan ese tipo de relaciones y desigualdades, la perspectiva de género ofrece un
método adecuado para encontrar una solució n apegada a Derecho; juzgar con
perspectiva de género no es má s que hacer realidad en el quehacer jurisdiccional el
derecho a la igualdad. Para llevar a cabo adecuadamente esta tarea, es necesario
asumir, por lo menos, tres premisas bá sicas:

33
1. El fin del Derecho es combatir las relaciones asimétricas de poder y los esquemas de
desigualdad que determinan el diseñ o y ejecució n del proyecto de vida de las
personas
2. El quehacer jurisdiccional tiene un invaluable potencial para la transformació n de la
desigualdad formal, material y estructural. Quienes juzgan, son agentes de cambio en
el diseñ o y ejecució n del proyecto de vida de las personas
3. El mandato de la igualdad requiere eventualmente de quienes imparten justicia un
ejercicio de reconstrucció n de la forma en que se ha interpretado y aplicado el
Derecho; de acuerdo con el deber de garantía y de debida diligencia, en cuanto se
tiene noticia de un caso, quienes juzgan deberá n preguntarse si la víctima requiere
medidas especiales de protecció n
Por ejemplo, como una estrategia para evitar dañ os mayores a la integridad de las
mujeres y, en su caso, de las y los hijos, la Ley General de Acceso a las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) contempla, en su artículo 27, las ó rdenes de
protecció n y las define como "actos de protecció n y de urgente aplicació n en funció n
del interés superior de la víctima y son fundamentalmente precautorias y cautelares.
Deberá n otorgarse por la autoridad competente, inmediatamente que conozcan de
hechos probablemente constitutivos de infracciones o delitos que impliquen violencia
contra las mujeres". Segú n el artículo 33 de la LGAMVLV, las autoridades
jurisdiccionales pueden dictar "medidas similares" a las ó rdenes de protecció n; que el
artículo 40 de la Ley General de Víctimas, prevé que "cuando la víctima se encuentre
amenazada en su integridad personal o en su vida o existan razones fundadas para
pensar que estos derechos está n en riesgo, en razó n del delito o de la violació n de
derechos humanos sufrida, las autoridades (...) de acuerdo con sus competencias y
capacidades adoptará n, con cará cter inmediato, las medidas que sean necesarias para
evitar que la víctima sufra alguna lesió n o dañ o"
Que dicho fallo ejecutoriado emitido en estos autos, se resolvió con un enfoque de
derechos humanos en igualdad y equidad sustantiva entre las partes, conforme a los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, y
juzgando con perspectiva de género, de conformidad con el artículo 1° de la
Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos
En virtud de lo anterior, y conforme a los principios de igualdad y equidad entre las
partes, fue veredicto de este Tribunal que al actor -------------, al ponderar su condició n
de adulto mayor en estado de vulnerabilidad, le correspondía el derecho a la posesió n
de los polígonos ----, ----- y ------ con superficies de ---------- hectá reas, ----------
hectá reas y -------- hectá reas, conforme a la prueba pericial en topografía; en tanto que
a la demandada -----------------, por su condició n de adulta mayor y en estado de
vulnerabilidad, le correspondía el derecho a la posesió n de los polígonos -----, ----- y
---- con superficies de -------- hectá reas, --------- hectá reas y ------- hectá reas,
respectivamente, má s el solar urbano en controversia con superficie de ------- metros
cuadrados, identificadas a través de la prueba pericial desahogada en autos

34
Lo anterior se estableció en dicho fallo, en razó n de que en materia agraria la unidad
de dotació n o parcela se creó con el propó sito que se destinara al sostenimiento de un
grupo familiar, que fue concebida como la extensió n mínima de tierras para asegurar
la subsistencia y mejoramiento de la clase campesina y teniendo en consideració n que
la demandada -------------- era o seguía siendo la concubina del actor ------------, de cuya
relació n procrearon a ------------- de apellidos ---------------, y no obstante ello había
sido objeto de violencia física por parte del propio accionante, como se desprendía de
las constancias de autos, de la cual se advirtieron situaciones de violencia en contra de
la prenombrada demandada, esto es, se encontraba en un ambiente hostil y víctima de
violencia, soslayando el actor los lazos afectivos, sexuales, de identidad, solidaridad y
de compromiso mutuos derivados de una vida en comú n como lo es el concubinato, y
que la prenombrada demandada había estado en posesió n de las fracciones en
controversia para proteger y satisfacer los medios de subsistencia tanto para ella
como para sus propios hijos
Asimismo, se tomó en consideració n el hecho de que la demandada --------------- venía
poseyendo los terrenos ejidales en conflicto, por lo que se consideró con perspectiva
de género, que la prenombrada era un sujeto individual de derechos agrarios; ya que
se encontraba en posesió n de los predios en controversia, debiendo protegerse su
posesió n
Por ende, tal reconocimiento de derechos de posesió n de las fracciones de terreno en
controversia, se determinó con perspectiva de género; aunado a que ambas partes
eran adultos mayores y se encontraban en situaciones de vulnerabilidad, con la
finalidad de que las mismas tuvieran un medio econó mico de subsistencia, lo cual
podían obtener mediante la explotació n por separado de las tierras en conflicto, dada
la vocació n agrícola de la parcela o por su actividad relacionada con el campo, que se
trataba de hacer de forma equilibrada; tratando de mantener separados a las partes
en cuanto a la explotació n de los aludidos terrenos, para evitar eventuales agresiones
o acoso físico del actor, por sus antecedentes de conducta en contra de la
prenombrada demandada, dada su condició n de mujer; toda vez que es un derecho
humano de la mujer, el tener una vida libre de violencia y discriminació n, y los
derechos humanos de género giran en torno a los principios de igualdad y no
discriminació n por condiciones de sexo o género. Así, el reconocimiento de los
derechos de la mujer a una vida libre de violencia y discriminació n y de acceso a la
justicia en condiciones de igualdad, exige que todos los ó rganos jurisdiccionales del
país impartan justicia con perspectiva de género
La anterior determinació n tuvo apoyo en los siguientes criterios jurisprudenciales:
"PERSPECTIVA DE GÉ NERO EN LA ADMINISTRACIÓ N DE JUSTICIA. SU SIGNIFICADO
Y ALCANCES. El artículo 1o., pá rrafo ú ltimo, de la Constitució n Política de los Estados
Unidos Mexicanos establece que queda prohibida toda discriminació n motivada, entre
otras, por cuestiones de género, que atente contra la dignidad humana y tenga por
objeto anular o menoscabar los derechos y las libertades de las personas. En este
sentido, el legislador debe evitar la expedició n de leyes que impliquen un trato
diferente e injustificado entre hombres y mujeres. A su vez, los ó rganos

35
jurisdiccionales, al resolver los asuntos que se sometan a su conocimiento, deben
evitar cualquier clase de discriminació n o prejuicio en razó n del género de las
personas. Así, la perspectiva de género en la administració n de justicia obliga a leer e
interpretar una norma tomando en cuenta los principios ideoló gicos que la sustentan,
así como la forma en que afectan, de manera diferenciada, a quienes acuden a
demandar justicia, pues só lo así se puede aspirar a aplicar correctamente los
principios de igualdad y equidad, ya que a partir de la explicació n de las diferencias
específicas entre hombres y mujeres, se reconoce la forma en que unos y otras se
enfrentan a una problemá tica concreta, y los efectos diferenciados que producen las
disposiciones legales y las prá cticas institucionales". "É poca: Décima É poca. Registro:
2005458. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Gaceta del
Semanario Judicial de la Federació n. Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I. Materia(s):
Constitucional. Tesis: 1a. XXIII/2014 (10a.). Pá gina: 677"
"ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD. TODOS LOS Ó RGANOS
JURISDICCIONALES DEL PAÍS DEBEN IMPARTIR JUSTICIA CON PERSPECTIVA DE
GÉ NERO. De los artículos 1o. y 4o. de la Constitució n Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 2, 6 y 7 de la Convenció n Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer, "Convenció n de Belém do Pará ", adoptada en la
ciudad de Belém do Pará , Brasil, el 9 de junio de 1994, publicada en el Diario Oficial de
la Federació n el 19 de enero de 1999 y, 1 y 16 de la Convenció n de las Naciones
Unidas sobre la Eliminació n de Todas las Formas de Discriminació n contra la Mujer,
adoptada por la asamblea general el 18 de diciembre de 1979, publicada en el
señ alado medio de difusió n oficial el 12 de mayo de 1981, deriva que el derecho
humano de la mujer a una vida libre de violencia y discriminació n es interdependiente
del derecho a la igualdad; primeramente, porque este ú ltimo funge como presupuesto
bá sico para el goce y ejercicio de otros derechos y porque los derechos humanos de
género giran en torno a los principios de igualdad y no discriminació n por condiciones
de sexo o género. Así, el reconocimiento de los derechos de la mujer a una vida libre
de violencia y discriminació n y de acceso a la justicia en condiciones de igualdad, exige
que todos los ó rganos jurisdiccionales del país impartan justicia con perspectiva de
género, que constituye un método que pretende detectar y eliminar todas las barreras
y obstá culos que discriminan a las personas por condició n de sexo o género, es decir,
implica juzgar considerando las situaciones de desventaja que, por cuestiones de
género, discriminan e impiden la igualdad. De ahí que el juez debe cuestionar los
estereotipos preconcebidos en la legislació n respecto de las funciones de uno u otro
género, así como actuar con neutralidad en la aplicació n de la norma jurídica en cada
situació n; toda vez que el Estado tiene el deber de velar porque en toda controversia
jurisdiccional donde se advierta una situació n de violencia, discriminació n o
vulnerabilidad por razones de género, ésta sea tomada en cuenta a fin de visualizar
claramente la problemá tica y garantizar el acceso a la justicia de forma efectiva e
igualitaria". "É poca: Décima É poca. Registro: 2005794. Instancia: Primera Sala. Tipo
de Tesis: Aislada. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federació n. Libro 4,
Marzo de 2014, Tomo I. Materia(s): Constitucional. Tesis: 1a. XCIX/2014 (10a.).
Pá gina: 524"

36
"ADULTOS MAYORES. LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO DEBEN SALVAGUARDAR
SUS DERECHOS Y SU DIGNIDAD HUMANA, EN TANTO SEA EVIDENTE QUE SU
ESTADO DE VULNERABILIDAD PUEDE CONDUCIR A UNA DISCRIMINACIÓ N
INSTITUCIONAL, SOCIAL, FAMILIAR, LABORAL Y ECONÓ MICA. Si un adulto mayor
acude ante las instituciones del Estado a ejercer sus derechos, concretamente al Poder
Judicial, éste debe garantizar en todo momento que se respete su dignidad humana,
que no se cometan abusos en su contra y tomar medidas necesarias para cerciorarse
de que entiende claramente el procedimiento en que se está n ventilando sus derechos,
y que conozca en todo momento la situació n jurídica en que se encuentra para que
pueda ejercerlos. Lo anterior es así, pues las personas adultas mayores, dependiendo
de su edad, pueden ser sujetas de abusos porque es un hecho notorio que existe en los
ú ltimos añ os de vida de una persona adulta mayor, una disminució n en la agudeza de
sus sentidos e, incluso, que tienen menor agilidad mental, por eso, al momento de
analizar la controversia los Jueces deben cerciorarse de que comprenden el derecho
que ejercen en cada etapa procesal, así como al desahogar las pruebas, como la
confesional, ya que deben tomar en consideració n su condició n física y de salud. Ello
se considera así, porque conforme al artículo 22 del Có digo Civil para el Distrito
Federal, aplicable para la Ciudad de México, la capacidad jurídica de las personas
físicas se adquiere por el nacimiento y se pierde por la muerte; por tanto, mientras la
disminució n en la condició n física y sensorial de las personas adultas mayores
obedezca al transcurso natural del tiempo, y no se advierta un deterioro cognitivo tal
que impida comprender lo que acontece, pueden acudir a la justicia por derecho
propio. En ese sentido, las instituciones del Estado deben tener especial cuidado en
salvaguardar sus derechos y su dignidad humana, en tanto sea evidente que su estado
de vulnerabilidad puede conducir a una discriminació n institucional, social, familiar,
laboral y econó mica. De ahí que para evitar lo anterior, deben interpretarse las
normas aplicables de la manera que resulten má s benéficas y flexibles a sus intereses.-
É poca: Décima É poca. Registro: 2015257. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.
Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federació n. Libro
47, Octubre de 2017, Tomo IV. Materia(s): Constitucional, Civil. Tesis: I.3o.C.289 C
(10a.). Pá gina: 2403"
"ADULTOS MAYORES. AL CONSTITUIR UN GRUPO VULNERABLE MERECEN UNA
ESPECIAL PROTECCIÓ N POR PARTE DE LOS Ó RGANOS DEL ESTADO. Del contenido
de los artículos 25, pá rrafo 1, de la Declaració n Universal de Derechos Humanos; así
como del artículo 17 del Protocolo Adicional a la Convenció n Americana sobre
Derechos Humanos en Materia de los Derechos Econó micos, Sociales y Culturales,
"Protocolo de San Salvador", se desprende la especial protecció n de los derechos de
las personas mayores. Por su parte, las declaraciones y compromisos internacionales
como los Principios de las Naciones Unidas a Favor de las Personas de Edad, adoptado
por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de 1991 en la
Resolució n 46/91; la Declaració n sobre los Derechos y Responsabilidades de las
Personas de Edad, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1992
o los debates y conclusiones en foros como la Asamblea Mundial del Envejecimiento
en Viena en 1982, la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos en 1993 (de la
que emanó la Declaració n citada), la Conferencia Mundial sobre Població n de El Cairo
37
en 1994, y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague en 1995, llevan
a concluir que los adultos mayores constituyen un grupo vulnerable que merece
especial protecció n por parte de los ó rganos del Estado, ya que su avanzada edad los
coloca con frecuencia en una situació n de dependencia familiar, discriminació n e
incluso abandono. Lo anterior no implica, sin embargo, que en todos los casos en los
que intervengan deba suplirse la deficiencia de la queja"
É poca: Décima É poca. Registro: 2009452. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis:
Aislada. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federació n. Libro 19, Junio de
2015, Tomo I. Materia(s): Constitucional. Tesis: 1a. CCXXIV/2015 (10a.). Pá gina: 573"
Se debe destacar, que la referida sentencia de veintiocho de octubre de dos mil veinte,
fue combatida a través del juicio de amparo directo nú mero 41/2021, del índice del
Segundo Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y Civil del Decimonoveno
Circuito, quien por ejecutoria de catorce de octubre de dos mil veintiuno, determinó
negar el amparo y protecció n de la justicia federal al quejoso, ejecutoria en la que se
avaló cada uno de los razonamientos en que este ó rgano jurisdiccional federal
sustento su fallo, en efecto, puntualizo lo siguiente:
1. Que la autoridad responsable en atenció n a los derechos humanos contenidos en la
constitució n federal, e instrumentos internacionales celebrados por el Estado
Mexicano se adoptó la interpretació n má s favorable al derecho humano de que se
trata, como son: el protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género, emitido por la
suprema Corte de Justicia de la Nació n, para el logro efectivo de la igualdad entre
hombres y mujeres; la Convenció n sobre Eliminació n de toda forma de Discriminació n
contra la Mujer (CEDAW*), que establece el deber de eliminar las diferencias
arbitrarias injustas o desproporcionadas entre mujeres y hombres en razó n de su
sexo o género, tanto en el acceso a la justicia como en los procesos y las resoluciones
judiciales; la Convenció n Belém Dó Pará , que obliga a las autoridades judiciales a
establecer procedimientos legales justos y eficaces en los casos de violencia contra las
mujeres, entre los cuales, segú n su artículo 6, se encuentra la discriminació n
2. También hizo referencia a la sentencia de "Campo Algodonero", respecto de la cual
señ alo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, considera que en los casos
de violencia contra las mujeres, el artículo 7.b de la Convenció n Belém Dó Pará
impone "obligaciones reforzadas" al Estado en cuanto al deber de debida diligencia
para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra las mujeres. Así mismo, que
quienes imparten justicia, tienen la posibilidad de traducir los Tratados en realidades
para las personas, de evidenciar el compromiso del Estado con la justicia y de evitar la
revictimizació n, así como generar que las demandas por la justicia se hagan efectivas a
nivel nacional y no tengan que trasladarse a instancias internacionales, lo que
posterga las aspiraciones de justicia de las víctimas
3. También resalto la autoridad de amparo, la aplicació n que hizo el tribunal de la
perspectiva de género en el ejercicio argumentativo de quienes imparten justicia es
una forma de garantizar el derecho a la igualdad y de hacer que se manifieste como un
principio fundamental en la bú squeda de soluciones justas

38
Caso en el cual el hermano, se comprometió con la hermana para que le comprara u
arreglara una parcela en la comunidad, por lo que esta le entrego un milló n de pesos
en el añ o de mil novecientos noventa y ocho, para la adquiera a su nombre, porque
segú n le dijo su hermano, no se podía poner a nombre de ella, hasta que se
delimitaran formalmente las tierras del ejido y esto ocurrió en el añ o dos mil seis,
donde le dijo que ya estaban a su nombre, sin que fuera cierto, ya que el hermano
abuso y las puso a su nombre, no obstante que los trabajos y pagos que hacía eran por
encargo de la hermana, quien trabajaba en la Ciudad de México, como trabajadora
doméstica y le dio el dinero que ahorro durante veinte añ os, con la ilusió n y creencia
de que ya tenía una parcela a su nombre, como se desprende de autos, pero en el dos
mil diecisiete, que vuelve al ejido y se encuentra que habían construido una casa en
parte de la parcela, y que la misma no estaba a su nombre, sino a la de su hermano y
que la casa era para uno hijo de su hermano, por lo que segú n sus usos y costumbres,
sometió el asunto al conocimiento del síndico municipal, y ahí su hermano reconoció y
se comprometió a devolver el dinero y hacer el cambio ante la autoridad comunal, lo
que no cumplió , por lo que la hermana entabló la demanda ante ó rgano jurisdiccional
federal. Y al contestar la demanda el hermano afirmó falazmente en forma oral en la
audiencia de ley, que él no tenía nada, que la casa era de su hijo y que se arreglara con
éste, no obstante que en autos quedó plenamente demostrado que solo pagó por la
unidad parcelaria la cantidad de cien mil pesos, y los novecientos mil restantes, los
usó para su beneficio particular, a su decir, en una pollería y en adquirir má s tierras
en la comunidad, en agravio de la actora en este juicio, incurriendo con esos actos
independientemente de la resolució n en materia agraria, en actos que pueden ser
constitutivos de delito, por lo que se dio vista al Ministerio pú blico
Ahora bien, en virtud que en este procedimiento se situaba una situació n de
vulnerabilidad, como constaba de los siguientes aspectos: Que se trataba de una mujer
en estado de viudez con hijos menores de edad; que confió en la buena fe de su
hermano, con quien mantenía una relació n cercana y por su conducto, compró la
parcela en conflicto; que el demandado -------------, con su conducta dolosa y de mala
fe, hizo creer a la asamblea comunal que la parcela en controversia era de su
propiedad; que la asamblea le dio el total respaldo al demandado, como constaba del
acta de asamblea de comuneros en fecha ------------------------, celebrada expresamente
para tratar el asunto sobre la parcela controvertida, desconociendo cualquier derecho
de la actora ----------------, respecto de la parcela en menció n, aduciendo que él ú nico
dueñ o es el demandado; de lo que se advirtió una clara circunstancia de desigualdad e
inequidad en ese nú cleo de població n, con respecto a los derechos de la accionante,
que la puso en evidente desventaja en la comunidad en relació n con el demandado,
causá ndole un perjuicio a sus derechos previamente reconocidos, derivado de
estereotipos de género, conculcando su derecho humano a la igualdad
Con esos antecedentes, al resolver el asunto, el Tribunal garantizó en favor de la
actora ----------------, el acceso a la justicia de forma efectiva e igualitaria, como parte
de la metodología de juzgar con perspectiva de género, al establecer los hechos y
valorar pruebas, desechando cualquier estereotipo o prejuicio de género, que
impidiera el pleno y efectivo ejercicio del derecho a la igualdad, atendiendo el derecho
humano de la mujer a una vida libre de violencia y discriminació n derivada de los
39
artículos 2, inciso c), 6, 7 y 9 de la Convenció n Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convenció n Belém do Pará ), así
como de los diversos 2, 5 y 12 de la Convenció n sobre la Eliminació n de Todas las
Formas de Discriminació n contra la Mujer, instrumentos que reconocen la igualdad de
la mujer ante la ley, y el deber de toda autoridad de evitar el trato discriminatorio por
motivos de género. De lo cual se colige que el derecho de la mujer a una vida libre de
discriminació n y de violencia se traduce en la obligació n de toda autoridad de actuar y
juzgar con perspectiva de género, esto es, de velar por que en toda controversia
jurisdiccional donde se advierta una situació n de violencia, discriminació n o
vulnerabilidad por razones de género, ésta sea tomada en cuenta a fin de visualizar
claramente la problemá tica y garantizar el acceso a la justicia de forma efectiva e
igualitaria, lo cual pretende combatir argumentos estereotipados e indiferentes para
el pleno y efectivo ejercicio del derecho a la igualdad; tal determinació n tuvo sustento
en los siguientes criterios para integrar jurisprudencia:
"JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉ NERO. CUANDO LOS Ó RGANOS
JURISDICCIONALES ADVIERTAN LA ACTUALIZACIÓ N DE UN PREJUICIO DERIVADO
DE ESTEREOTIPOS DE GÉ NERO QUE AFECTEN A UN MIEMBRO DE LA FAMILIA O
PAREJA DEBEN ELIMINARLO, ATENTO AL DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD. Los
ó rganos jurisdiccionales deben juzgar con perspectiva de género dentro del á mbito de
su competencia y eliminar los estereotipos que existen en el marco social y cultural
del entorno familiar, respecto a los roles que cada individuo asume de acuerdo al
género al que pertenece. Por lo que en aquellos casos en que ante la separació n de una
pareja, se advierta una clara circunstancia de asimetría e inequidad con respecto a los
derechos y obligaciones que a cada uno de ellos corresponde, la autoridad
jurisdiccional competente debe tomar las medidas y determinaciones jurídicas
conducentes, procurando un trato uniforme para el hombre y la mujer, observando los
derechos humanos a la igualdad y a la no discriminació n por razones de género
contenidos en los artículos 1o. y 4o. de la Constitució n Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Asimismo, reconocer la existencia de modelos de conducta que conllevan
circunstancias de inequidad culturalmente aceptados, evitando así la normalizació n
de éstos, por medidas que proscriban la desproporció n que pueda surgir en los
distintos á mbitos, como pueden ser el econó mico, social, familiar o, incluso,
patrimonial, con procedimientos que garanticen un plano de igualdad en las
relaciones que surgen entre los integrantes de una pareja o una familia. Por tanto,
cuando los ó rganos jurisdiccionales adviertan la actualizació n de un prejuicio
derivado de estereotipos de género que afecten a un miembro de la familia o pareja,
deben eliminarlo, atento al derecho humano a la igualdad"
"ESTEREOTIPOS DE GÉ NERO. COMO PARTE DE LA METODOLOGÍA DE JUZGAR CON
PERSPECTIVA DE GÉ NERO, AL ESTABLECER LOS HECHOS Y VALORAR LAS PRUEBAS
EN UN ASUNTO, LA AUTORIDAD JURISDICCIONAL DEBE PROCURAR EL
DESECHAMIENTO DE CUALQUIERA QUE IMPIDA EL PLENO Y EFECTIVO EJERCICIO
DEL DERECHO A LA IGUALDAD. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nació n estableció que el derecho de la mujer a una vida libre de discriminació n y de
violencia implica la obligació n de toda autoridad jurisdiccional de actuar con debida
diligencia en casos de violencia contra las mujeres y adoptar una perspectiva de
40
género para evitar condicionar el acceso a la justicia de las mujeres por "invisibilizar"
su situació n particular. La perspectiva de género --precisó la Primera Sala-- es una
categoría analítica para deconstruir lo que histó rica, social y culturalmente se ha
entendido como "lo femenino" y "lo masculino". Por lo cual, la obligació n de juzgar con
perspectiva de género significa reconocer la particular situació n de desventaja en la
cual histó ricamente se han encontrado las mujeres como consecuencia de la
construcció n que socioculturalmente se ha desarrollado en torno a la posició n y al rol
que debieran asumir. Empero, como esa situació n de desventaja no necesariamente
está presente en todos los casos, debe atenderse a las circunstancias de cada asunto,
para determinar si el ordenamiento jurídico o las prá cticas institucionales tienen un
efecto discriminatorio (directo o indirecto) hacia las mujeres (o los hombres). Sin que
sea necesaria petició n de parte, en tanto que la obligació n para la autoridad
jurisdiccional proviene directamente de la Constitució n Política de los Estados Unidos
Mexicanos y del bloque de regularidad constitucional. En ese sentido, como parte de la
metodología de juzgar con perspectiva de género, al establecer los hechos y valorar las
pruebas en un asunto, la autoridad jurisdiccional debe procurar desechar cualquier
estereotipo o prejuicio de género, que impida el pleno y efectivo ejercicio del derecho
a la igualdad, y considerar que el método exige, en todo momento, evitar el uso de
lenguaje basado en estereotipos o prejuicios para impartir justicia de manera
completa e igualitaria. Así, cuando el juzgador se enfrenta al caso en que una mujer
afirma ser víctima de una situació n de violencia, está ante un caso que amerita aplicar
la herramienta de perspectiva de género para determinar si efectivamente la realidad
socio-cultural en que se desenvuelve la mujer la coloca en una situació n de desventaja
en un momento en que particularmente requiere una mayor y particular protecció n
del Estado, con el propó sito de lograr una garantía real y efectiva de sus derechos"
Finalmente, se declaró la nulidad del acta de asamblea de delimitació n, destino y
asignació n de tierras ejidales, de ----------------, celebrada en el poblado -------------
INDÍGENA, municipio de -----------, San Luis Potosí, en la parte relativa donde se asignó
la parcela -------------, a favor del demandado --------------- y se asignó a favor de la
actora ----------------
Asimismo, se condenó al demandado --------------- y a su hijo el tercero llamado a juicio
------------------, a entregar a la demandante la posesió n física y material de ese
inmueble; y se ordenó al Registro Agrario Nacional inscribiera la sentencia, cancelara
el certificado parcelario expedido al demandado y expidiera el correspondiente a la
actora
La sentencia de veintiuno de febrero de dos mil veinte, fue combatida a través del
juicio de amparo directo nú mero ------------, del índice del Primer Tribunal Colegiado
en Materias Civil y Administrativa del Noveno Circuito, quien por ejecutoria de
--------------------, determinó negar el amparo y protecció n de la justicia federal al
quejoso, determinando en esencia, que no existen bases fá cticas ni jurídicas para
establecer, como lo hace el quejoso, que en la especie se han dañ ado "sus derechos de
posesionario sujetos al régimen jurídico agrario" y, con ello, la esgrimida transgresió n
a lo establecido por el artículo 27 Constitucional puesto que, el ú nico posesionario
reconocido por ese régimen, lo es el demandado físico, --------- ------- -------, es decir el

41
hermano quien no promovió el presente juicio; por lo que se dijo, tales razonamientos
carecen de sustento jurídico"
JUICIO AGRARIO * relativo al tema de juzgar con perspectiva de género el caso de un
concubinato entre dos personas del mismo sexo masculino
La parte actora, son tres hermanas del de cujus, que demandan la desocupació n y
entrega de las parcelas que pertenecieron al extinto ejidatario, y se condene al
poseedor a la rendició n de cuentas, toda vez que disfruta de su usufructo. Se provea la
venta de las parcelas y se reparta en partes iguales entre las personas con derecho a
heredar. Como base de su acció n afirmaron, que su extinto hermano era ejidatario en
el poblado de referencia, y su estado civil era soltero, no tuvo concubina, ni hijos,
aunado al hecho de que han fallecido sus progenitores, y sin haber designado
sucesores. Por lo que consideran les asiste el derecho a heredar, conforme a lo
dispuesto en el artículo 18, fracció n V de la Ley Agraria
La parte demandada, negó las afirmaciones de las actoras en el sentido de que él,
hubiera sido empleado del extinto ejidatario, ya que desde los añ os ochenta, había
llegado a hacer una vida en comú n con el extinto ejidatario, habiendo construidos
juntos su casa y trabajaban la parcela, bajo una relació n sentimental de concubinato, y
no por una relació n laboral, o porque hubiera sido empleado del extinto ejidatario;
por lo que considera que se actualiza en su favor el supuesto previsto en el artículo 18,
fracció n II de la Ley Agraria, haciendo valer la reconvenció n, en la que solicita el
reconocimiento de derechos a su favor, en su cará cter de concubino del de cujus
Las actoras, niegan los hechos en que se fundó la reconvenció n. Conforme al desahogo
de pruebas, se demostró que el demandado vivía con el extinto ejidatario, y habían
construido juntos la casa en la que establecieron su domicilio, en el propio nú cleo
ejidal, y en donde vivieron hasta el fallecimiento del de cujus
El veintidó s de abril de dos mil diecinueve, se emitió resolució n en el expediente
475/2018, en la que se resolvió improcedente la acció n principal, y se absolvió al
demandado del cumplimiento de las obligaciones que le fueron reclamadas. También
se consideró fundada la acció n reconvencional, por lo que se reconoció al demandado
el cará cter de concubino del extinto ejidatario, al haber demostrado que hizo una vida
en comú n con el de cujus, por má s de treinta añ os, considerando la existencia de una
comunidad de vida, con intenció n de permanencia, bajo una unidad econó mica,
respecto de la cual se desprenden consecuencias jurídicas, para la protecció n de los
concubinos, durante, y una vez terminado el concubinato
Lo anterior, con base en la tesis que se consulta en la pá gina de la Suprema Corte de
Justicia de la Nació n, Registro digital: 2007794, Instancia: Primera Sala, Décima É poca,
Materias(s): Constitucional, Civil, Tesis: 1a. CCCLXXVII/2014 (10a.), Fuente: Gaceta
del Semanario Judicial de la Federació n. Libro 11, octubre de 2014, Tomo I, pá gina
596, Tipo: Aislada, en el rubro y texto:
"CONCUBINATO. LOS BENEFICIOS TANGIBLES E INTANGIBLES QUE SON ACCESIBLES
A LOS CONCUBINOS HETEROSEXUALES DEBEN RECONOCERSE A LAS PAREJAS

42
HOMOSEXUALES. Las relaciones que entablan las parejas del mismo sexo pueden
adecuarse a los fundamentos de la figura del concubinato y má s ampliamente a los de
la familia, ya que para todos los efectos relevantes, las parejas homosexuales se
encuentran en una situació n equivalente a las heterosexuales; de ahí que sea
injustificada su exclusió n del concubinato. Ahora bien, el derecho a conformar una
relació n de concubinato no só lo comporta el derecho a tener acceso a los beneficios
expresivos asociados a dicha figura, sino también a los materiales que las leyes
adscriben a la institució n; en ese sentido, en el orden jurídico nacional existe una gran
cantidad de beneficios, econó micos y no econó micos, asociados al concubinato, entre
los que destacan: 1) los fiscales; 2) los de solidaridad; 3) en materia de alimentos; 4)
por causa de muerte de uno de los concubinos; 5) los de propiedad; 6) en la toma
subrogada de decisiones médicas; 7) en la toma de decisiones médicas post mortem;
y, 8) los migratorios para los concubinos extranjeros. Así, negar a las parejas
homosexuales los beneficios tangibles e intangibles que son accesibles a las personas
heterosexuales a través del concubinato, implica tratarlas como si fueran "ciudadanos
de segunda clase", porque no existe justificació n racional alguna para no reconocerles
los derechos fundamentales que les corresponden como individuos y,
simultá neamente, un conjunto incompleto de derechos cuando se conducen siguiendo
su orientació n sexual y se vinculan en relaciones estables de pareja; ademá s, la
exclusió n de las parejas del mismo sexo de la figura de concubinato perpetú a la noció n
de que son menos merecedoras de reconocimiento que las heterosexuales, con lo que
se ofende su dignidad como personas y su integridad"
Lo anterior, ademá s con sustento en la tesis que se consulta en la pá gina de la
Suprema Corte de Justicia de la Nació n, Registro digital: 2010270, Instancia: Primera
Sala, Décima É poca, Materias: Civil, Tesis: 1a. CCCXVI/2015 (10a.), Fuente: Gaceta del
Semanario Judicial de la Federació n, Libro 23, octubre de 2015, Tomo II, pá gina 1646,
Tipo: Aislada, en el rubro y texto siguientes:
"CONCUBINATO. SU DEFINICIÓ N Y DIFERENCIAS CON EL MATRIMONIO. El
concubinato es la unió n de hecho entre dos personas que voluntariamente deciden
tener una vida en comú n y cuya unió n fá ctica, una vez cumplidos ciertos requisitos
como no estar casados entre ellos o con otras personas, acreditar haber cohabitado
por cierto tiempo (dependiendo de cada legislació n), y/o tener hijos en comú n, tiene
ciertas consecuencias jurídicas, en aras de proteger a los concubinos --durante y
terminado el concubinato-- y a su familia. Ahora, si bien es cierto que el concubinato y
el matrimonio son figuras con muchas similitudes y a las cuales nuestro sistema
jurídico reconoce como fundadoras de una familia, el primero por una unió n de hecho
y el segundo por un acto jurídico que debe ser sancionado por el Estado, también lo es
que, precisamente por las diferencias en su origen, existen distinciones en las
consecuencias jurídicas de encontrarse en uno u otro supuesto, una de las cuales es la
relativa a los regímenes patrimoniales imperantes en el matrimonio. Así, una de las
razones para optar por el concubinato puede ser el hecho de que no se crea una
relació n de estado ni un entramado jurídico de obligaciones y deberes como en el
matrimonio --o al menos, no todos--. Sin embargo, ello no implica obviar, por
supuesto, que dicha unió n de hecho, al tener la intenció n de formar una comunidad de

43
vida con intenció n de permanencia, lleve a crear una unidad econó mica, no
necesariamente jurídica, entre los concubinos"
* Es la ú nica sentencia de este tema
Sentencias de derechos humanos Tribunales Agrarios
En la materia agraria con relació n a los derechos humanos, cabe hacer una menció n
especial a los tribunales agrarios de reconocimiento, toda vez, que má s allá de
metodologías, desde el inicio de su fundació n, en cumplimiento de la funció n social de
estos ó rganos jurisdiccionales como parte del derecho social al que pertenece el
derecho agrario y por lo cual se trata de un derecho humano, por las connotaciones
particulares de esta materia, derivada de la Constitució n Política de los Estados
Unidos Mexicanos de 1917 aú n vigente
En ese contexto, desde mil novecientos noventa y dos, se emitieron sentencias en las
que se observó el respeto a los derechos humanos de las partes, conforme a la
Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos y a la Ley Agraria, en particular
en su artículo 189: Que dispone que las sentencias de los tribunales agrarios se
dictará n a verdad sabida sin necesidad de sujetarse a reglas sobre estimació n de las
pruebas, sino apreciando los hechos y los documentos segú n los tribunales lo
estimaren debido en conciencia, fundando y motivando sus resoluciones; esto es así,
en virtud de que se dictaron un numero incierto de sentencias de sucesió n legitima
que favorecieron a la có nyuge como a la concubina, contrario a los usos y costumbres
de algunas comunidades indígenas, que restringían el derecho a la sucesió n solo a los
varones (Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacá n, Veracruz, Hidalgo, etc.), asimismo
numerosas sentencias con relació n a los hijos ingratos, que pretenden abusar de sus
padres (adultos mayores), sobre nulidades por diversas razones, como del rezago de
privació n de derechos agrarios sobre personas que ya habían fallecido, o en los cuales
la causal de privació n no correspondían a las hipó tesis previstas en la Ley Federal de
Reforma Agraria, por ejemplo, que por no ser miembros del partido político
hegemó nico o por no profesar la religió n de prevalencia en la comunidad, los privaban
de los derechos agrarios
Una vez, ya con las reformas constitucionales a los derechos humanos de 2011y 2013
en vigor, en diversos tribunales agrarios en sus sentencias se aplicó el principio de
convencionalidad, conforme al método de "interpretació n conforme" el cual permite al
interpretar la Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos, acudir a las
normas de derechos humanos consagradas en los tratados internacionales en la
materia ratificados por el Estado Mexicano. Como ejemplo el caso de los posesionarios
en la Ley Agraria, en el sentido de que se cuidó el Dictamen del 08 de abril de 2010, el
cual condicionaba en la interpretació n y aplicació n de normas de derechos humanos y
tratados internacionales que no contradijeran la Constitució n Política EUM, lo cual
hubiera afectado la obediencia del principio pro-persona (pro homine) que establece
observar la norma má s favorable para la persona; en ese contexto, en cuestiones
relativas al reconocimiento del derecho a la sucesió n los posesionarios se encontraban
al parecer excluidos para ese efecto en la Ley Agraria, conforme a una jurisprudencia
de la corte en ese sentido, por lo cual algunos tribunales agrarios con apoyo, en el
44
principio de convencionalidad, conforme al método de "interpretació n conforme"
aludidos, fueron del criterio de estimar procedente la sucesió n solicitada conforme al
artículo 18 de la Ley Agraria, sin embargo, criterio que finalmente fue apoyado por la
Segunda Sala consideró conforme al método de test de proporcionalidad como ya se
vio en capítulos anteriores, que la sucesió n en materia agraria, comprende los
derechos agrarios de los posesionarios regulares (interpretació n del artículo 18 de la
ley agraria)
Por otra parte, se debe hacer notar que no obstante que el Tribunal Superior Agrario,
durante muchos añ os no llevó el control de este tipo de sentencias que se realizaban
cotidianamente preservando los derechos humanos de los sujetos agrarios, en
especial en gran nú mero, de las mujeres del campo, por existir un gran nú mero de
sentencias en relació n a la Unidad Agrícola Industrial de la Mujer, en la que
invariablemente casi siempre se falló respetando los derechos de las mujeres sobre
dicha Unidad Agrícola
Así como que, en las jornadas de Justicia Agraria Itinerante desde la fundació n de los
Tribunales Agrarios, donde el tribunal ha trasladado temporalmente su sede para
poder actuar conforme a derecho, en los propios poblados, en las que se han
regularizado por la vía de jurisdicció n voluntaria o sucesió n legítima los derechos
sucesorios en su caso, de las mujeres esposas, concubinas, hijas, como dependientes
econó micos, como aquellos casos de nulidad, por causa de ajena al sujeto agrario, de
que su nombre no fue escrito correctamente, ya sea por el comisariado ejidal o
comunal, o por el registro agrario, de donde se infiere la indeclinable vocació n social,
de esta Institució n, con profunda, honestidad responsabilidad, profesionalismo, y
entrega de parte de sus integrantes, en estos primeros treinta añ os de esta ardua, pero
al mismo tiempo, honrosa y loable labor de llevar la administració n de justicia al
campo mexicano, aú n a pesar, de las limitaciones y obstá culos que de toda índole se
enfrentan cotidianamente

NOTAS:

48 La Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos


49 Sentimientos de la Nació n, México 1813, disponible en
http://www.inehrm.gob.mx.pdf/sentimientos.pdf
50 Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado en
Apatzingá n, México 22 de octubre de 1814, disponible en
http//www.juridicas.unam.mx./infjur/leg/conshist/pdf/1814.pdf
51 FERRAJOLI L. El fundamento de los Derechos Fundamentales, Madrid, Trotta
52 BONAVENTURA DE SOUZA SANTOS. Introducao para Ampliar o Canone do
Reconhecimiento da Diferencia de Igualdade en Santos Bonaventura de Sousa (org.)

45
Reconhecer para Libertar: os Caminos do Cosmopolitalismo Multicultural Rio de
Janeiro, Civilizacao Brasileira, 2003, pá g. 56
53 Reforma Publicada en el Diario Oficial de la Federació n, del 31 de diciembre de
1974
54 Reforma Publicada en el Diario Oficial de la Federació n, del 06 de octubre de 1986
55 Reforma Publicada en el Diario Oficial de la Federació n, del 14 de agosto de 2001
56 Véase Suprema Corte de Justicia de la Nació n (SCJN), Reformas Constitucionales en
Derechos Humanos, Secretaría General de Acuerdos, Centro de Documentació n y
Aná lisis, Archivos y Compilació n de Leyes, junio de 2011. Disponible en
http://www2.scjn.gob.mx/red/constitucion/proceso/20legislativo/20derechos/
20humanos.pdf#page=672
57 https://www.scjn.gob.mx/derechos-humanos/protocolos-de-actuacion
58 Op. Cit. [9]
59 https://hchr.org.mx-derechos-humanos-derechos-intern

BIBLIOGRAFIA:

Bibliografía
1. La Constitució n Política de los Estados Unidos Mexicanos
2. Sentimientos de la Nació n, México 1813, disponible en
http://www.inehrm.gob.mx.pdf/sentimientos.pdf
3. Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado en
Apatzingá n, México 22 de octubre de 1814, disponible en
http//www.juridicas.unam.mx./infjur/leg/conshist/pdf/1814.pdf
4. FERRAJOLI L. El fundamento de los Derechos Fundamentales, Madrid, Trotta
5. BONAVENTURA DE SOUZA SANTOS. Introducao para Ampliar o Canone do
Reconhecimiento da Diferencia de Igualdade en Santos Bonaventura de Sousa (org.)
Reconhecer para Libertar: os Caminos do Cosmopolitalismo Multicultural Rio de
Janeiro, Civilizacao Brasileira, 2003, pá g. 56
6. Reforma Publicada en el Diario Oficial de la Federació n, del 31 de diciembre de
1974
7. Reforma Publicada en el Diario Oficial de la Federació n, del 06 de octubre de 1986
8. Reforma Publicada en el Diario Oficial de la Federació n, del 14 de agosto de 2001

46
9. Véase Suprema Corte de Justicia de la Nació n (SCJN), Reformas Constitucionales en
Derechos Humanos, Secretaría General de Acuerdos, Centro de Documentació n y
Aná lisis, Archivos y Compilació n de Leyes, junio de 2011. Disponible en
http://www2.scjn.gob.mx/red/constitucion/proceso/20legislativo/20derechos/
20humanos.pdf#page=672
10. https://www.scjn.gob.mx/derechos-humanos/protocolos-de-actuacion
11. Op. Cit. [9]
12. https://hchr.org.mx-derechos-humanos-derechos-intern

Tirant Lo Blanch 2024

47

También podría gustarte