CasPenNac Funicelli

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 72

Poder Judicial de la Nación

CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3


CCC 38644/2015/CNC1

Reg. n° 1643/2018

/// nos Aires, 18 de diciembre de 2018.


VISTOS:
Para resolver el recurso de casación interpuesto en la causa CCC
38644/2015/CNC1, caratulada “Funicelli, Norberto s/ violación de
menor de 12 años”.
RESULTA:
I. La Sala VII de la Cámara de Apelaciones del fuero confirmó la
decisión del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional n° 30 que
declaró extinguida por prescripción la acción penal en la causa y
sobreseyó a Norberto Daniel Funicelli (v. fs. 103/108 y 126/130).
II. Contra esa decisión interpusieron recurso de casación la
querellante V. A. y el fiscal general (fs. 135/140 y 142/170,
respectivamente), que fueron concedidos (fs. 172) y mantenidos (fs.
176 y 177).
III. La Sala de Turno de esta Cámara otorgó a los recursos el
trámite previsto en el art. 465 del Código Procesal Penal de la Nación
(fs. 179).
IV. En el término de oficina, contemplado en los arts. 465, cuarto
párrafo, y 466 del mismo código, las partes recurrentes no efectuaron
presentaciones.
V. Conforme a lo establecido en el art. 465 citado, quinto párrafo,
se designó audiencia en esta instancia, a la que comparecieron los
recurrentes y la defensa técnica del imputado (fs. 228).
VI. Tras la deliberación del tribunal, se arribó a un acuerdo en los
términos que seguidamente se pasan a exponer.
Y CONSIDERANDO:
El juez Pablo Jantus dijo:
I. Para resolver en el sentido indicado el Tribunal consideró que
los hechos imputados a Norberto Daniel Funicelli habrían ocurrido

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
entre 1991 y 1992, durante un año y medio, y que fueron calificados
como constitutivos del delito de abuso sexual agravado por haber
mediado acceso carnal, por revestir el autor el carácter de encargado de
la guarda de la víctima y por tratarse de hechos cometidos contra un
menor de dieciocho años de edad, aprovechando la situación de
convivencia preexistente (art. 119 párrafos 2 y 3 incisos b y f CP).
Luego, tomó como plazo de prescripción el máximo de doce años
establecido en el art. 62 inciso 2 CP y lo contó entre la fecha en que
cesaron los sucesos y, ante la ausencia de comisión de otros delitos, el
llamado al imputado a prestar declaración indagatoria, que data del 27
de enero de 2016 –que se reconoció como primer acto con entidad para
interrumpirlo, como indica el art. 67 CP según la reforma introducida
por Ley n° 25.990–.
Señaló, además, que la Ley n° 26.705 –que incorporó el segundo
párrafo del artículo 63 CP y establecía que en los delitos como el aquí
tratado: “cuando la víctima fuere menor de edad la prescripción de la
acción comenzará a correr desde la medianoche del día en que ésta haya
alcanzado la mayoría de edad”– fue sancionada y promulgada en 2011;
mientras que la Ley n° 27.206 –que derogó esa reforma, modificó el
artículo 67 CP, y determina que en este tipo de delitos “se suspende la
prescripción mientras la víctima sea menor de edad y hasta que
habiendo cumplido la mayoría de edad formule por sí la denuncia o
ratifique la formulada por sus representantes legales durante su minoría
de edad”– lo fue en 2015.
En consecuencia, sostuvo que tales normas no deben ser
aplicadas pues los hechos denunciados son anteriores, y fundó la
conclusión en la garantía de prohibición de aplicación retroactiva de la
ley penal en perjuicio del imputado –que integra el principio
fundamental de legalidad (art. 18 CN)–, afirmó que alcanza a todos los
presupuestos de punibilidad del derecho material, estableció su
reconocimiento en instrumentos internacionales de similar jerarquía

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

(arts. 9 y 27 párrafo 2 de la CADH, art. 15 párrafo 1 del PIDCyP y art.


11 párrafo 2 de la DUDH), y la relacionó con el derecho a la tutela
judicial efectiva, descartando que este deba prevalecer.
Por último, refirió que no resulta de aplicación al caso la doctrina
de los casos “Priebke” (CSJN, fallos 318:2148), “Barrios Alto vs. Perú”
(CIDH, sentencia del 14/3/2001) y “Bueno Alves vs. Argentina”
(CIDH, sentencia del 11/5/2007), en la medida en que los hechos
denunciados aquí no pueden ser considerados de lesa humanidad ni
importan grave violación a los derechos humanos, pues ocurrieron en
un ámbito intrafamiliar y sin intervención de las autoridades estatales.
II. La querella criticó el alcance que acordó el Tribunal al
principio de aplicación de ley penal más benigna y consideró que no
abarca al régimen del que se trata. Argumentó además que la decisión
impugnada cercenó su derecho al acceso a la jurisdicción reconocido
en los arts. 79 y 80 CPPN y en diversos instrumentos internacionales de
jerarquía constitucional: arts. 7 y 8 DUDH, art. 17 PIDCyP y art. 25
CADH, así como también aquellos que reconocen la Convención sobre
los Derechos del Niño (art. 16) y la Ley n° 27.206.
III. El Ministerio Público Fiscal se agravió por la interpretación
que efectuó la Cámara de las normas mencionadas precedentemente
pues, según alegó, omitió considerar que tanto la Convención
Americana sobre Derechos Humanos como la Convención sobre los
Derechos del Niño –en las que esa parte fundó el derecho a la tutela
judicial efectiva que invocó para mantener vivo el ejercicio de la acción
penal (arts. 8 párrafo 1 y 25 de la primera y arts. 3 párrafo 1 y 19 de la
segunda)– se encontraban vigentes cuando ocurrieron los hechos; y
afirmó que dicha garantía debe regir aun cuando según las reglas del
régimen local pueda considerarse que se extinguió por el paso del
tiempo –derecho a la verdad o a conocer completamente lo sucedido–,
con cita del dictamen del Procurador General de la Nación en los casos

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
“Funes” (CSJN, F. 294. XLVII. REX, rto. 14/10/2014) e “Ilarraz”
(CSJN 4284/2015/CS001, rto. 7/6/2018).
Observó que en el primero de esos dos precedentes –en el que la
Corte falló con remisión a su dictamen– el representante de dicho
Ministerio dictaminó que más allá de que la Convención Americana
sobre Derechos Humanos no contempla la aplicación excepcional de la
regla de imprescriptibilidad para cualquier delito –aun cuando se ha
reconocido que en sí todo delito supone una violación de cierta
gravedad de los derechos humanos–, y que la prescripción en materia
penal es una garantía que debe ser observada debidamente por el
juzgador para todo imputado (cf. caso “Albán Cornejo y otros vs.
Ecuador” de la CIDH, serie C, n° 171, sentencia del 22/11/2007), “la
jurisprudencia del Tribunal ha admitido de modo constante el derecho
de los familiares de las víctimas a conocer completamente lo sucedido,
como así también ha declarado la obligación de los Estados de
investigar los hechos y sancionar a los responsables. Ante la omisión de
ello, en numerosos casos consideró que se había incumplido con el
mandato contenido en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención
Americana y responsabilizó al Estado; incluso ordenó que se investigue
o se informe si es posible hacerlo, aun cuando por haber prescripto la
acción no puedan aplicarse sanciones penales” (cf. casos “Vera Vera y
otra vs. Ecuador”, Serie C n° 226, sentencia del 19 de mayo de 2011, y
“Vélez Restrepo y familiares vs. Colombia”, Serie C, n° 248, sentencia
del 3 de septiembre de 2012, del mismo Tribunal regional).
Concretamente, señaló el Procurador General que “la extinción
de la pretensión penal no implica desentenderse de la obligación del
Estado de asegurar el derecho de los padres de la víctima –más aún
cuando en su calidad de damnificados intervienen en la causa como
acusadores particulares– a conocer la verdad de los hechos, con
prescindencia de que las conductas del caso puedan ser calificadas
como un delito de lesa humanidad. Ello, en aplicación de las garantías y

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

protección judiciales que les aseguran los artículos 8.1 y 25.1 de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos, y también al amparo
de los «derechos del niño» y las medidas de protección que a su
respecto impone ese instrumento en su artículo 19”.
Refirió, además, que “las autoridades internas están sujetas al
imperio de la ley y, por ello, están obligadas a aplicar las disposiciones
vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado es Parte de
un tratado internacional como la Convención Americana, todos sus
órganos, incluidos sus jueces y demás órganos vinculados a la
administración de justicia, también están sometidos a aquél, lo cual les
obliga a velar para que los efectos de las disposiciones de la
Convención no se vean mermados por la aplicación de normas
contrarias a su objeto y fin” (cf. caso “Furlan y familiares vs.
Argentina”, Serie C n° 246, sentencia del 31 de agosto de 2012,
CIDH).”
Y, por último, afirmó dicho representante del Ministerio Público
que “la investigación debe ser «seria, imparcial efectiva y estar
orientada a la determinación de la verdad y a la persecución, captura,
enjuiciamiento y eventual castigo de los autores de los hechos». La
obligación se mantiene «cualquiera sea el agente al cual pueda
eventualmente atribuirse la violación, aun a los particulares, pues, si sus
hechos no son investigados con seriedad, resultarían, en cierto modo,
auxiliados por el poder público, lo que comprometería la
responsabilidad internacional del Estado»” (dictamen del caso “Ilarraz”,
se citó el caso CIDH “Castillo González y otros vs. Venezuela”, Serie C
n° 256, sentencia del 27 de noviembre de 2012).
Luego, en la audiencia ante esta Cámara, la fiscalía sostuvo que
en este tipo de problemática y caso en particular corresponde considerar
la aplicación retroactiva del régimen actual (art. 67 CP) y, en subsidio,
otorgar a las reglas que regían la cuestión cuando ocurrieron los hechos
el alcance mencionado anteriormente, para garantizar el derecho de las

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
víctimas a la tutela judicial efectiva –que fue el espíritu, señaló, que
guió las sucesivas reformas enunciadas precedentemente– y acordar al
régimen un significado y alcance compatible con los tratados de
derechos humanos que reconocen la protección y autonomía de aquella.
Opinó que ante la privación que deriva del incumplimiento de los
deberes de los padres de los niños víctimas no puede aplicarse de forma
automática un sistema general y abstracto, sino otro prolongado y
flexible, ajustado a la vocación de denunciar de la víctima.
Citó casos de las restantes Salas de esta Cámara, y de la Federal,
y sostuvo que de algunos de ellos podría derivarse la declaración de
inconstitucionalidad del régimen general ante la acreditación concreta
de tal situación. También aludió a casos del Máximo Tribunal de cuya
doctrina se deriva que bajo ciertas circunstancias pueden ponderarse
situaciones o casos específicos en los que las reglas generales de
prescripción sean conjugadas con los deberes internacionales del
Estado, y que no puede afirmarse que la jurisprudencia de la Corte
avale inexorablemente una interpretación rígida, unívoca, universal y
abstracta.
Por último, observó que la prohibición de aplicación retroactiva
de la ley penal no abarca de modo absoluto las reglas de prescripción:
afirmó que se circunscribe a la prohibición material –conducta­ pero no
a la totalidad de las reglas para su persecución. Aludió, en ese sentido,
al voto de la doctora Argibay en el precedente “Simón” (CSJN, Fallos:
328:2056).
En el mismo acto la defensa citó casos de la Sala I de esta
Cámara contrarios a la postura de la acusación –“M., P. S.” (Reg. n°
1128/17); “Balsa” (Reg. n° 1129/17) y “Rodríguez Massuh” (Reg. n°
343/18)– y afirmó, por un lado, que reconocerla importaría vulnerar el
principio fundamental de legalidad, pues a su modo de ver no se
circunscribe sólo a los supuestos de criminalización y agravamiento de
la pena. En ese sentido, citó el caso “Mirás” (CSJN, fallos 287:76) en el

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

que el Máximo Tribunal estableció que si una ley que defina a la acción
penal como sujeta a prescripción es modificada por otras ulteriores, las
modificaciones se encuentran alcanzadas por la prohibición de
aplicación retroactiva de la ley penal más gravosa; y que la aplicación
de una disposición legal posterior al hecho más grave que suspende el
curso de la prescripción es contraria al art. 18 CN. En suma, afirmó que
el principio de legalidad se aplica a los casos de prescripción cuando la
interpretación de la ley es más gravosas para los intereses del imputado
–como la que aquí se pretende–, y no cuando es a la inversa.
Por otro lado, explicó la defensa que no los sucesos denunciados
no resultan caso de grave violación de los derechos humanos, pues más
allá de su gravedad, no involucran a un funcionario público ni pueden
ser categorizados como tortura; en consecuencia, como sucedieron en
un ámbito doméstico, no se encuentra justificada la imprescriptibilidad
de la acción en los términos del precedente “Bueno Alves” referido. En
la misma dirección, observó que los dictámenes del Procurador General
de la Nación citados por la fiscalía no avalan su postura; por el
contrario, allí se señaló expresamente que la interpretación debe ser
acotada y restringida y que correspondía rechazar el recurso de la
querella y confirmar la decisión, pese a que la situación era claramente
diferente: involucraba a un funcionario público, y a raíz de esa
circunstancia se había impedido la investigación. Todo ello sin
perjuicio de continuar la pesquisa para determinar la verdad de lo
ocurrido. Finalmente, puso de relieve que el otro caso –“Ilarraz”– fue
desestimado.
En conclusión, afirmó que la postura de los recurrentes importa
violar la garantía fundamental de legalidad y que no se encuentra
avalada por la doctrina del Máximo Tribunal.
IV. Considero conveniente, en este apartado y antes de examinar
el caso sometido a estudio, transcribir un excelente voto –cuyo
contenido comparto plenamente­ emitido por el doctor Carlos Mahiques

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
como juez de la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal; con el
distinguido colega hemos conversado extensamente sobre esta
problemática y en la exposición que sigue ha analizado
exhaustivamente la cuestión desde la perspectiva que coincidimos.
Señaló el mencionado magistrado en la causa «Tocci, César Jesús» del
4 de diciembre de 2017 (CCC 14888/2007/2/CFC1, Reg. nº 1620/17)
que:
“Los agravios de la parte querellante denuncian una errónea
aplicación en el caso de los arts. 62, 63 y 67 del Código Penal. En la
cuestión planteada, va entrañada, sin embargo, no sólo el alcance de la
prescripción de la acción como mecanismo limitador del poder punitivo
del Estado (que determina hasta cuándo se extiende la punibilidad de un
ilícito y el derecho a ser juzgado en un plazo razonable), sino también
los límites que, para su aplicación, suponen las disposiciones contenidas
en el denominado bloque de derechos humanos, que integran las
Convenciones internacionales y las Cartas Constitucionales en relación
al creciente reconocimiento de los derechos de las víctimas de delitos y
abusos de poder”.
“Es en este campo donde suelen presentarse situaciones que
evidencian las contradicciones entre los principios y garantías
esenciales establecidas a favor de los imputados y los derechos
fundamentales reconocidos a las víctimas, planteándose para el juez de
la causa la difícil tarea de discernir el estándar prevalente en un
esfuerzo armonizador de normas del derecho nacional y del derecho
internacional humanitario (cfr. Tarditti, Aida, Delitos sexuales
­Tensiones entre las Garantías del imputado y derechos fundamentales
de las Víctimas­, artículo publicado en
http://ministeriopublico.jus.mendoza.gov.ar/capacitacion/material/3_Ai
da_TardittiDelitos_sexuales.pdf)”.
“En efecto, se afirma que el conflicto o colisión entre
principios no es un problema que se resuelve haciendo que un principio

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

invalide a otro, sino ponderando a qué principio se le debe dar un


mayor peso específico (Alexy, Robert, Teoría de los derechos
fundamentales, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1993, p.
89)”.
“En el sub examen aparecen virtualmente en pugna, por un lado,
la garantía de todo encausado a que se le aplique un instituto histórico
del derecho penal liberal, como es la prescripción de la acción penal y,
como consecuencia, el juzgamiento en un plazo razonable. Por el otro,
el reclamo de la víctima –menor de edad al momento de los hechos– de
que no se aplique dicho instituto porque ello vulneraría su derecho a
una tutela judicial efectiva y a la protección prevalente de los niños,
reconocidos por el Estado Argentino a través de la Convención sobre
los Derechos del Niño y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos”.
“Expresó en ese sentido la querellante, que siendo menor, no
contó con la posibilidad de recurrir por sí misma ante las autoridades y
luego, cuando pudo realizar la denuncia por sus propios medios, a los
20 años (para lo cual inclusive necesitó autorización de sus padres, cfr.
fs. 15, 40 y 48), el plazo de 12 años establecido en el art. 62 inc. 2 del
CP ya había transcurrido”.
“En primer lugar, cabe señalar que la tradición jurídica liberal ha
considerado a la prescripción como una autolimitación que se impone el
mismo Estado a su facultad de persecución o represión del delito,
basada en diferentes razones de política criminal: a) el «acallamiento de
la alarma social producida por el hecho antijurídico» (CSJN, Fallos:
322:360; Dictamen del Procurador General de la Nación en causa
«Egea, Miguel A.», 9/11/2004; voto del juez Zaffaroni, considerando
20, en el fallo «Arancibia Clavel, Enrique Lautaro s/ homicidio y
asociación ilícita ­causa n° 259, sentencia del 8 de marzo de 2005»); b)
la enmienda o corrección de la conducta por el propio individuo
demostrada mediante la omisión de comisión de nuevos hechos (CSJN,

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Fallos: 292:103; CNCC, fallo plenario “White Pueyrredon, Marcelo
sobre prescripción de la acción”, del 04/08/1998) y c) la falta de
voluntad de persecución o de actividad de los órganos encargados de
impulsar el procedimiento (Soler, S., Derecho Penal Argentino, T. II,
TEA, Buenos Aires, 1987, p. 541; D’ Alessio, A., Código Penal de la
Nación, Comentado y Anotado, La Ley, Buenos Aires, 2009, p.
652/653; Zaffaroni, E. Alagia, A. y Slokar, A, Derecho penal parte
general, Ediar, Buenos Aires, 2005, p. 898; Maier, J., Derecho procesal
penal I. Fundamentos, Editores del Puerto SRL, Buenos Aires, 2004, p.
119; Fiandaca G., Musco, E., Diritto Penale parte generale, Zanichelli
Editore, Nápoles, 2004, p. 764/66; Calvete, A., Prescripción de la
Acción Penal, Tomo 1, DIN Editora, Bs.As., 1989, p. 4 y ss.)”.
“La prescripción de la acción penal es, por antonomasia, la causa
extintiva del delito que «filtra» aquellos hechos que el sistema jurídico
debe conservar en su «memoria» como baliza de orientación del olvido
(no del perdón), de la Justicia penal. Como es notorio, en un contexto
epocal como el actual, caracterizado por una creciente demanda de
justicia, aquel olvido normativamente impuesto, aparece muchas veces
como una abdicación al sentido de justicia, y la prescripción como un
instituto que ha entrado en una suerte de degeneración operativa.
Particularmente, cuando se enfatizan los componentes retributivos de la
pena, todavía muy presentes en la percepción profana y emocional de
los fines del derecho punitivo”.
“En el contexto social en el cual es llamado a actuar el derecho
penal, la memoria del delito y de su disvalor, como presupuesto de su
punición, es esencial a la cohesión y a la estabilidad de la sociedad. La
consolidación, a su través, de los valores fundamentales de un conjunto
social es el núcleo de la función de la respuesta sancionatoria, que en
definitiva, se sustenta en la convalidación del significado preceptivo
ínsito en la norma violada”.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

“En la dimensión antes aludida, el olvido por vía de la


prescripción, se justifica en nombre del derecho del imputado a que no
transcurra una parte excesivamente larga de su vida bajo la amenaza de
una justicia tardía o lenta. En esta perspectiva, la prescripción opera
como sanción que el ordenamiento se autoinflige. Se trata de un olvido
deóntico, donde la prescripción expresa la subordinación de la
persecución penal al principio personalístico, del cual la duración
razonable del proceso puede considerarse una especificación”.
“Como todo lo relativo a la humana existencia, la dimensión
punitiva también está inmersa en el tiempo, y adquiere valores
existenciales diversos en razón de la diversidad de actores y
circunstancias. Se podría decir incluso, que en el campo de la Justicia
Penal, el factor tiempo y su polivalencia siempre serán factores que el
ordenamiento penal debe tener en cuenta, porque nunca operan en un
plano inmutable o metafísico”.
“Se afirma que la prescripción permite «liberar al imputado del
estado de sospecha que importa un proceso penal, para que cese así la
situación de incertidumbre que supone la acusación formal de un delito
sin respuesta del órgano jurisdiccional que debe decidir el caso» (D’
Alessio, A., Código Penal de la Nación, Comentado y Anotado, La Ley,
Buenos Aires, 2009, p. 652; en el mismo sentido, Zaffaroni, E. Alagia,
A. y Slokar, A, Derecho penal parte general, Ediar, Buenos Aires,
2005, p. 898). En este orden, se ha expresado que ese instituto
«funciona como un instrumento para concretar el derecho fundamental
a que el proceso penal termine en un plazo razonable…pero de ningún
modo traducen un cambio en la reprobación social del hecho en
cuestión, el cual, de reiterarse, seguirá siendo considerado delito y
pasible de la misma sanción. Es que más allá de su carácter material, lo
cierto es que, en definitiva, las reglas de la prescripción sólo regulan la
actividad de los órganos de persecución penal, es decir, sólo establecen
el modo (los plazos, el tiempo) como se debe proceder en el ejercicio de

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
esa actividad” (Dictamen del Procurador General de la Nación en la
causa «Torea, Héctor s/recurso de casación», S.C.T. 404; L.XLII,
noviembre de 2006; CSJN, “Egea, Miguel A.”, 09/11/2004, Fallos:
272:188)”.
“Ahora bien, la garantía del plazo razonable se encuentra prevista
en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (arts. 7.5 y 8.1)
y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (arts. 9.3 y
14.3.c). Implica el derecho que asiste a todo imputado de un delito a
obtener un pronunciamiento que ponga término a la situación de
incertidumbre y de restricción de la libertad que comporta el
enjuiciamiento penal del modo más breve. Como lo ha señalado la
Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso «Mattei» (Fallos:
272:188), luego reafirmado al resolver en los casos «Amadeo de Roth»
(Fallos: 323:982), «Firmenich» (Fallos: 310:1476), «Bramajo» (Fallos:
319:1840), y «Kipperband» (Fallos: 322:360), esta garantía tiene base
constitucional en la garantía de defensa en juicio que incluye el derecho
a obtener un pronunciamiento que, definiendo su posición frente a la
sociedad, ponga término del modo más breve, a la situación de
incertidumbre y de restricción de libertad que comporta el
enjuiciamiento penal”.
“El plazo razonable nace para el Estado desde el momento en que
un órgano del Estado enuncia la imputación formal contra el imputado,
notificándolo de los hechos de la imputación y en consecuencia, es ese
acto el que fija el comienzo del plazo de duración del proceso, a los
fines de controlar el respeto de la garantía”.
“En la misma línea argumental, el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos ha establecido diversos criterios para juzgar sobre el
agotamiento del plazo razonable y ha establecido un modelo de análisis
de la razonabilidad vinculado tanto con la duración del proceso como
de la prisión preventiva. La Corte Europea ha establecido en esa línea,
que el plazo de duración del proceso se debe computar desde que a la

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

persona involucrada le fueron dirigidos cargos oficialmente («time in


wich a person is charged»), momento en el cual esta es puesta en
conocimiento de que contra ella, por la sospecha de que ha cometido un
hecho punible, se desarrolla una investigación penal (cfr. sentencias de
los casos «Deewer c/ Bélgica» y «Eckle c/Alemania», del 27/2/1980,,
serie A nº 35, § 42 y del 15/7/1982, serie A nº 51, p. 33, § 73,
respectivamente, publ. en Tribunal Europeo de Derechos Humanos –25
años de jurisprudencia 1959­1983, BJC, Madrid, pp. 450 ss., 824 ss.)”.
“Este mismo criterio fue seguido por los órganos de protección
del sistema interamericano de derechos humanos (Comisión IDH,
Informe del caso n° 10.037 «Firmenich», Informe N° 12/96 caso
“Giménez”; Corte IDH, Sentencia de 12 de noviembre de 1997,
«Suárez Rosero»; Sentencia del 29 de enero de 1997, «Genie Lacayo»;
Sentencia del 30 de octubre de 2008, y «Bayarri vs. Argentina»)”.
“En el presente caso, la acción penal para impulsar la
investigación del delito denunciado habría prescripto, en principio,
antes de que Tocci se encontrase sujeto a proceso. En efecto, la
denuncia fue presentada el 15 de marzo del 2007 y pocos meses
después (el 10 de mayo del mismo año) al ser citado a prestar
declaración indagatoria, el imputado solicitó que se declare la
prescripción de la acción penal. Frente a ello, la juez de instrucción
interviniente declaró extinguida la acción penal y dictó su
sobreseimiento, luego confirmado por la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional el 10 de diciembre de
2007”.
“De acuerdo al significado otorgado por la doctrina judicial de
los diferentes tribunales mencionados a la garantía de plazo razonable,
difícilmente podría afirmarse que ésta se haya visto vulnerada por la
denuncia penal o la investigación llevada a cabo en este proceso. Al
menos, el imputado no se vio afectado en ninguno de sus derechos por

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
persecución penal alguna previo a que prescribiera la acción penal por
los delitos que se le atribuyeron en perjuicio de la menor denunciante”.
“Esta circunstancia resulta relevante y corresponde que sea tenida
en cuenta a la hora de balancear los derechos esenciales en juego. No
puede ser ajeno al análisis de esta causa que mientras la víctima, desde
muy corta edad, dijo haber sido gravemente afectada en sus derechos
humanos fundamentales (tales como la integridad física, psíquica y
moral; a la salud; a la dignidad; y a la autodeterminación) por los
abusos sexuales que habría sufrido, el imputado nunca se vio privado de
ninguno de los derechos que una persecución penal podría haberle
acarreado”.
“En este punto, cabe tener en cuenta que los hechos de abuso
sexual constituyen una experiencia significativamente traumática para
los niños que frecuentemente incluyen mecanismos psicológicos
defensivos que se desarrollan en diferentes etapas: secreto, indefensión,
acomodación y trampa, revelación diferida, contradictoria y poco
convincente, retractación. Siempre será una forma más de victimización
de la infancia, con secuelas similares a las generadas en casos de
maltrato físico o abandono (Summit, R. C., Child sexual abuse
accomodation syndrome, en Child Abuse & Neglect Vol 7, Pergamon
Press Ltd, usa, 1983, p. 177 a 193), pues generan una importante
confusión en la víctima, quien experimenta sentimientos de culpa, de
auto recriminación, violencia física, psíquica o psicológica”.
“Pero hay otra cuestión que va entrañada en el análisis que se
haga de la existencia o no de la afectación de la garantía sobre la cual se
apoya la prescripción. Y es cuando el juicio prudencial del juez debe
determinar si, en un caso concreto, corresponde priorizar aquel instituto
a fin de garantizar los motivos de política criminal que lo inspiran en
favor del imputado, o el derecho a la tutela judicial efectiva de la
víctima y a la protección del interés superior de los niños”.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

“En la especie, a la fecha de la posible consumación de los


hechos denunciados (13 de septiembre de 1993), nuestro país ya había
suscripto la Convención de los Derechos del Niño, ratificada por la ley
nº 23.849 (sancionada el 27 de septiembre de 1990 y promulgada el 16
de octubre de 1990), y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, ratificada por la ley nº 23.054 (sancionada el 1 de marzo de
1984 y promulgada el 19 de marzo del mismo año). En la primera
Convención se encontraba «positivizado» el deber del Estado de
priorizar el interés superior del niño y en ambas Convenciones se
reconoce expresamente el derecho reclamado por la víctima a contar
con una tutela judicial efectiva”.
“Es decir, que al momento de los sucesos denunciados estas
normas ya contaban con jerarquía normativa superior a los artículos del
Código Penal (conforme el art. 27 de la Convención de Viena y lo
sostenido por la Corte en Fallos: 315:1492 y 316:1669). Luego, con la
reforma constitucional de 1994, adquirieron inclusive jerarquía
constitucional mediante la expresa disposición del art. 75 inc. 22 de la
CN, lo que pone de manifiesto la relevancia que adquieren los derechos
allí contemplados, y la preeminencia que han tenido desde su mismo
reconocimiento”.
“La incorporación de dichas Convenciones a nuestro
ordenamiento legal ha implicado, desde un principio, un sometimiento
de todos los órganos del Estado a sus normas, obligándolos a velar por
que los efectos de las disposiciones de las Convenciones no se vean
mermados por la aplicación de normas nacionales contrarias a su
objeto. Así, es que los jueces se encuentran en el deber de ejercer ex
officio el control de convencionalidad entre las normas internas, la
Convención y la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (sobre la obligatoriedad de la aplicación de las disposiciones
convencionales, cfr. CIDH, sentencia del 26 de septiembre de 2006, el
caso «Almonacid Arellano vs. Chile»; sentencia del 24 de febrero de

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
2011, caso «Gelman vs. Uruguay»; CSJN, caso «Mazzeo», sentencia
del 13 de julio de 2007, Fallos: 330:3248 y caso «Rodriguez Pereyra»,
sentencia del 27 de noviembre de 2012, Fallos: 335:2333)”.
“La Corte Interamericana, intérprete último de las normas
contenidas en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ha
expresado que «los tratados de derechos humanos son instrumentos
vivos, cuya interpretación tiene que acompañar la evolución de los
tiempos y las condiciones de vida actuales. Tal interpretación evolutiva
es consecuente con las reglas generales de interpretación consagradas
en el art. 29 de la Convención Americana, así como las establecidas por
la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados. En este
sentido, al interpretar la Convención debe siempre elegirse la
alternativa más favorable para la tutela de los derechos protegidos por
dicho tratado, según el principio más favorable al ser humano» (CIDH,
caso «Masacre de Mapiripán vs. Colombia», sentencia del 15 de
septiembre de 2005)”.
“En esta línea, cabe señalar que la Convención sobre los
Derechos del Niño establece la obligación de que todas las decisiones
que se adopten en el ámbito nacional de los países firmantes, deberán
guardar correspondencia con la finalidad principal de proteger al niño,
salvaguardar su posterior desarrollo y velar por su interés preeminente.
En efecto, el artículo 3 de la Convención establece que a la hora de
resolver sobre medidas concernientes a menores, el juez debe atender
de modo primordial al interés superior del niño y el artículo 19 de la
Convención especifica el deber de proteger a los niños víctimas de
abuso sexual, aun cuando se encuentren bajo la custodia de los padres,
de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su
cargo”.
“La CIDH al respecto ha sostenido: «Este Tribunal ha señalado
que revisten especial gravedad los casos en que las víctimas de
violaciones a los derechos humanos son niños. La prevalencia del

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

interés superior del niño debe ser entendida como la necesidad de


satisfacción de todos los derechos de los menores, que obliga al Estado
e irradia efectos en la interpretación de todos los demás derechos de la
Convención cuando el caso se refiera a menores de edad. Asimismo, el
Estado debe prestar especial atención a las necesidades y los derechos
de las presuntas víctimas en consideración a su condición de niñas,
como mujeres que pertenecen a un grupo en una situación vulnerable»
(CIDH, sentencia del 8 de setiembre de 2005, serie C. nº 130, Caso de
las niñas Yean y Bosico vs. República Dominicana)”.
“Por su parte, en el artículo 12 de la mencionada Convención se
establece expresamente el derecho a la tutela judicial efectiva de los
menores, afirmándose que los niños tienen el derecho expresar su
opinión libremente en todos los asuntos que lo afectan y se les dará la
oportunidad de ser escuchados en todo procedimiento judicial o
administrativo que los afecte. Este artículo ha sido señalado como uno
de los cuatro principios rectores de la Convención, junto con el derecho
a la no discriminación, el derecho a la vida y el desarrollo y la
consideración primordial del interés superior del niño. Ello pone de
relieve que no sólo es un derecho en sí mismo, sino que también es una
guía de interpretación en la tarea de hacer respetar todos los demás
derechos establecidos en la Convención (cfr. Comité sobre los derechos
del Niño, Observación General nº 12, del 18 de abril del 2011)”.
“El derecho a la tutela judicial efectiva, también reconocido en la
Convención Americana sobre los Derechos Humanos (arts. 8.1 y 25), es
definido allí como el derecho a concurrir ante un órgano judicial en
procura de la tutela de las garantías que se consideran vulneradas. La
Convención exige la obligación del Estado de garantizar a todas las
personas bajo su jurisdicción el acceso sencillo, rápido y efectivo a la
administración de justicia contra actos que violen sus derechos
fundamentales”.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
“La CIDH, en el caso «Bulacio», se ha expedido por el rechazo
del instituto de la prescripción en aras de asegurar el resguardo de los
derechos humanos del menor puestos en juego. En tal sentido ha
expresado: «115. El derecho a la tutela judicial efectiva exige entonces
a los jueces que dirijan el proceso de modo de evitar que dilaciones y
entorpecimientos indebidos, conduzcan a la impunidad, frustrando así
la debida protección judicial de los derechos humanos. 116. En cuanto a
la invocada prescripción de la causa pendiente a nivel de Derecho
interno (supra 106.a y 107.a), este Tribunal ha señalado que son
inadmisibles las disposiciones de prescripción o cualquier obstáculo de
derecho interno mediante el cual se pretenda impedir la investigación y
sanción de los responsables de las violaciones de derechos humanos. La
Corte considera que las obligaciones generales consagradas en los
artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana requieren de los Estados
Partes la pronta adopción de providencias de toda índole para que nadie
sea sustraído del derecho a la protección judicial, consagrada en el
artículo 25 de la Convención Americana. 117. De acuerdo con las
obligaciones convencionales asumidas por los Estados, ninguna
disposición o instituto de derecho interno, entre ellos la prescripción,
podría oponerse al cumplimiento de las decisiones de la Corte en cuanto
a la investigación y sanción de los responsables de las violaciones de
los derechos humanos. Si así no fuera, los derechos consagrados en la
Convención Americana estarían desprovistos de una protección efectiva
(…) este caso reviste especial gravedad por tratarse la víctima de un
niño, cuyos derechos se encuentran recogidos no sólo en la Convención
Americana, sino también en numerosos instrumentos internacionales,
ampliamente aceptados por la comunidad internacional, entre los cuales
destaca la Convención sobre los Derechos del Niño, que hacen recaer
en el Estado el deber de adoptar medidas especiales de protección y
asistencia en favor de los niños bajo su jurisdicción.134. Cuando se
trata de la protección de los derechos del niño y de la adopción de

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

medidas para lograr dicha protección, rige el principio del interés


superior del niño, que se funda “en la dignidad misma del ser humano,
en las características propias de los niños, y en la necesidad de propiciar
el desarrollo de éstos, con pleno aprovechamiento de sus
potencialidades” (CIDH, sentencia del 18 de setiembre de 2003, caso
«Bulacio vs. Argentina»).
“En consonancia con lo expresado, la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, al rechazar la prescripción declarada en la instancia
anterior en el mismo caso, a fin de cumplir con lo dispuesto por la
sentencia de la CIDH expresó: «Que la confirmación de la decisión por
la cual se declara extinguida por prescripción la acción penal resultaría
lesiva del derecho reconocido en este caso a las víctimas a la protección
judicial, y daría origen, nuevamente, a la responsabilidad internacional
del Estado argentino. Desde esa perspectiva, el ámbito de decisión de
los tribunales argentinos ha quedado considerablemente limitado, por lo
que corresponde declarar inaplicables al “sub lite” las disposiciones
comunes de extinción de la acción penal por prescripción en un caso
que, en principio, no podría considerarse alcanzado por las reglas de
derecho internacional incorporadas a nuestro ordenamiento jurídico en
materia de imprescriptibilidad (“Convención sobre desaparición forzada
de personas” –ley 24.556, art. VII– y “Convención sobre la
imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa
humanidad” –ley 24.584–)…, el fallo de la Corte Interamericana
soluciona la colisión entre los derechos del imputado a una defensa
amplia y a la decisión del proceso en un plazo razonable –íntimamente
relacionado con la prescripción de la acción penal como uno de los
instrumentos idóneos para hacer valer ese derecho (cfr. citas de Fallos:
322­360, voto de los jueces Petracchi y Boggiano, consid. 9°)–, a través
de su subordinación a los derechos del acusador, con fundamento en
que se ha constatado en el caso una violación a los derechos humanos
en los términos de la Convención Americana sobre Derechos

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Humanos» (CSJN, E. 224. XXXIX. “Espósito, Miguel Angel s/
incidente de prescripción de la acción penal promovido por su defensa”,
23 de diciembre de 2004, Fallos: 327:5668)”.
“Este mismo criterio fue seguido también en el caso «Derecho,
René Jesús s/incidente de prescripción de la acción penal», donde la
Corte Suprema dejó sin efecto la sentencia dictada por el tribunal que
declaraba la extinción de la acción por prescripción, en conformidad
con lo resuelto por la CIDH en su sentencia “Bueno Alves vs.
Argentina”. En este caso se había considerado que los hechos
denunciados por Bueno Alves –víctima del delito reprochado a
Derecho–, constituían un caso de torturas y, por ende, una vulneración a
derechos humanos. La Corte Interamericana entendió que el Estado
argentino debía realizar las investigaciones para determinar las
correspondientes responsabilidades que surgieran de ellas y aplicar las
consecuencias que la ley prevea (CSJN, «Derecho Rene Jesús
s/incidente de prescripción de la acción penal», causa n° 24079,
29/11/2011; Fallos: 334:1504)”.
“Esa es, por lo demás, la tendencia seguida en la interpretación
del derecho internacional europeo por el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos (TEDH) y el Tribunal de la Unión Europea (TUE). En el año
1985, el TEDH se pronunció en un caso donde condenó a Holanda a
pagar una indemnización a la víctima por considerar que sus normas
penales nacionales no habían asegurado la tutela judicial efectiva de la
menor –en el art. 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos
(CEDH)–, víctima de un delito contra su integridad sexual. En el caso,
no se había permitido a la menor, incapaz mentalmente, de recurrir ante
las autoridades judiciales mediante su representante legal (case of «X
and Y v. the Netherlands», Application nº. 8978/80, Judgment
Strasbourg, 26 March 1985). La misma Corte condenó en dos
oportunidades a Italia, conminando al gobierno de ese país a dotarse de
instrumentos jurídicos adecuados, ya que en el caso tratado se estimó

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

vulnerada, mediante la aplicación del instituto de la prescripción, la


obligación de sancionar de manera efectiva delitos ofensivos de
derechos humanos protegidos en la Convención (en ese concreto caso,
la prohibición de tortura, tratos inhumanos y degradantes contemplada
en el art. 3 del Convenio Europeo (TEDH, Sección IV, sent. 7 de abril
de 2015, Case of Cestaro V. Italy , Application nº 6884/11; y TEDH,
Sección I, sent. 22 de junio de 2017, Affaire Bartesaghi Gallo et Autres
C. Italie, Requêtes nº 12131/13 et 43390/13)”.
“En 2015, el Tribunal de la Unión Europea estableció que los
tribunales italianos no debían aplicar normas vinculadas con la
prescripción de la acción penal relativas a determinados delitos de
fraude que lesionan los intereses financieros de la Unión, porque se las
evaluó contrarias a los compromisos asumidos por Italia por los
Tratados de Lisboa. El tribunal reafirmó, en esa línea, que las normas
nacionales en materia de prescripción del delito, como las establecidas
en el art. 160 y 161 del CP italiano, son idóneas para perjudicar las
obligaciones impuestas a los Estados miembros por el art. 325 del
TFUE en las hipótesis en las que dicha normativa impide aplicar
sanciones efectivas y disuasivas en un número considerable de casos
(cfr. TUE, sentencia de la Grande Section, «Taricco», del 8 de
septiembre de 2015)”.
“En el ámbito nacional diferentes normas y reformas legislativas
han reconocido el valor preeminente de los derechos establecidos en las
Convenciones mencionadas. Recientes reformas relativas al instituto de
la prescripción han venido a poner de manifiesto el derecho a la tutela
judicial efectiva de los menores que han sido víctimas de delitos
sexuales, a fin de armonizar de una manera más acabada los artículos
del código penal con el orden publico convencional, que exige
resguardar el interés superior de los menores”.
“Cumple mencionar, en ese aspecto, la ley 26.061 donde
expresamente se establece –art. 3–, que «a los efectos de la presente ley

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
se entiende por interés superior de la niña, niño y adolescente, la
máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías
reconocidos en esta ley. Debiéndose respetar: a) Su condición de sujeto
de derecho; b) El derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser oídos
y que su opinión sea tenida en cuenta…Cuando exista conflicto entre
los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes frente a otros
derechos e intereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros»”.
“Específicamente, en materia de prescripción se reformó en el
año 2011 (por ley 26.705, del 7 de septiembre de 2011) el artículo 63
del CP, estableciéndose que «en los delitos previstos en los artículos
119, 120, 124, 125, 125 bis, 128, 129 –in fine–, y 130 –párrafos
segundo y tercero– del Código Penal, cuando la víctima fuere menor de
edad la prescripción de la acción comenzará a correr desde la
medianoche del día en que éste haya alcanzado la mayoría de edad».
Luego, en el año 2015 (ley 27.206, sancionada el 28 de octubre de 2015
y promulgada el 9 de noviembre de ese mismo año), se derogó aquella
modificación del artículo 63 del CP y se incorporó al art. 67 del CP el
siguiente párrafo: «En los delitos previstos en los artículos 119, 120,
125, 125 bis, 128, 129 –in fine–, 130 –párrafos segundo y tercero–, 145
bis y 145 ter del Código Penal, se suspende la prescripción mientras la
víctima sea menor de edad y hasta que habiendo cumplido la mayoría
de edad formule por sí la denuncia o ratifique la formulada por sus
representantes legales durante su minoría de edad»”.
“En las exposiciones de motivos que acompañaron a ambos
proyectos de leyes se remarcó que éstas tenían por objeto dar
cumplimiento a las obligaciones a las que el Estado argentino se
comprometió al firmar la Convención sobre los Derechos del Niño –
incorporada a nuestra Constitución Nacional–, especialmente en cuanto
impone la adopción de medidas tendientes a asegurar al menor la
protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar. Se afirma
en ese contexto que «el interés superior del niño requiere la adecuación

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

del Código Penal para quienes hayan sido víctimas de abuso sexual
infantil a efectos de que cuenten con normas que les permitan llevar a
juicio a sus agresores, en el momento en que tengan el poder propio de
hacerlo, así la víctima que no haya podido defenderse durante su niñez,
en la que dependía de una representación legal forzosa, podrá hacerlo
luego de alcanzada la mayoría de edad» (fundamentos del proyecto de
ley S­2288, de Sigrid Kunath, Senado de la Nación, Secretaría
Parlamentaria)”.
“Análogo énfasis se advierte en otras legislaciones de estados
europeos y americanos. En el derecho comparado, en efecto, se han
venido ampliando desde hace tiempo los plazos de prescripción para los
delitos cometidos contra menores; en algunos países sólo con respecto a
delitos contra la integridad sexual del menor, y en otros, el catálogo de
delitos comprendidos por la norma especial se amplía desde el
homicidio hasta el aborto no consentido”.
“En Francia, por caso, en materia de delitos sexuales cometidos
contra menores de edad, la ley nº 2004­204, de 9 de marzo de 2004,
amplió el término de prescripción (según su división tripartita) a 20
años para el caso de los crímenes y ciertos delitos agravados y hasta 10
años para el resto de los delitos. Asimismo, se estableció que el término
de prescripción comenzará a correr a partir de que la víctima cumpla 18
años (arts. 7 y 8 del CPP)”.
“En Alemania, por el §78b del StGB, originariamente, también se
suspendía hasta dicha edad el comienzo del cómputo de la prescripción,
con relación a los delitos contra la integridad sexual y de lesiones
graves cometidas contra menores. Luego de la última reforma se ha
ampliado dicho término de suspensión hasta que la víctima haya
cumplido 30 años de edad”.
“El art. 132.1 del Código Penal español de 1995, fue varias veces
modificado, y en el año 1999, a fin de «congelar» hasta la mayoría de
edad el inicio de los plazos de prescripción de varios delitos («tentativa

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
de homicidio, delitos de aborto no consentido, lesiones, contra la
libertad, torturas y contra la integridad moral, la libertad e indemnidad
sexuales, la intimidad, el derecho a la propia imagen y la inviolabilidad
del domicilio»), cuando la víctima fuera menor de edad”.
“La legislación italiana, en junio de 2017, reformó también su
legislación y suspendió el comienzo del cómputo del plazo de la
prescripción hasta después de cumplidos los 18 años, con relación a
diferentes delitos que afectan a bienes jurídicos fundamentales (como la
libertad, integridad sexual y personalidad) cometidos contra menores de
edad. Se afirma, entre sus motivos, que el legislador ha querido cumplir
con el mandato que surge del art. 58 de la Convención del Consejo de
Europa sobre la prevención y lucha contra la violencia de las mujeres y
la violencia doméstica, reservando para la víctima menor de esos delitos
un tiempo apto para denunciar el hecho, una vez que ha superado la
propia situación de dependencia moral y material en relación al autor de
los abusos (cfr. Relazione della Commissione «Fiorella» per lo studio di
possibile riforma della prescrizione, 23 aprile 2013; Miccheletti, D., Il
progetto di reforma della prescrizione,
enhttp://www.parolaalladifesa.it/wp­content/uploads/2017/06 /
6_Micheletti.pdf)”.
“En el ámbito regional, el artículo 369 quater del Código Penal
chileno, introducido por la ley 20.207 de 2007, determina que: «En los
delitos previstos en los dos párrafos anteriores, el plazo de prescripción
de la acción penal empezará a correr para el menor de edad que haya
sido víctima, al momento que cumpla 18 años». Asimismo, el artículo
83 del Código Penal colombiano establece que: «Cuando se trate de
delitos contra la libertad, integridad y formación sexuales, o el delito
consagrado en el artículo 237, cometidos en menores de edad, la acción
penal prescribirá en veinte (20) años contados a partir del momento en
que la víctima alcance la mayoría de edad»”.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

“Desde la apuntada perspectiva, entiendo que asegurar el derecho


a una tutela judicial efectiva a quien era menor al momento de los
hechos –como ocurrió en este caso–, para que pueda impulsar la acción
penal una vez que alcanzó la madurez necesaria para poder llevarla a
cabo, equilibra una situación de evidente desventaja en la que la niña se
habría encontrado frente a su agresor. Gran parte de los delitos contra la
integridad sexual de menores quedan, con frecuencia, impunes en
función de que el niño depende de la representación de algún adulto
integrante del grupo familiar que, en muchos casos, puede identificarse
como el propio agresor o alguien ligado a él. Entonces la víctima, al
alcanzar la mayoría de edad –o la madurez personal necesaria para
accionar–, se enfrenta, muchas veces, a una acción penal prescripta (cfr.
el análisis de Tarditti, Aida, Delitos sexuales ­Tensiones entre las
Garantías del imputado y derechos fundamentales de las Víctimas­,
artículo publicado en
http://ministeriopublico.jus.mendo/material/3_Aida_TardittiDelitos_sex
uales.pdf)”.
“El mismo criterio han seguido algunos integrantes de esta
Cámara en el precedente “A., J. s/ recurso de casación”, causa nº CCC
191/2012/CFC1 del registro de la Sala IV, reg. nº 310/16.4, rta. el 22 de
marzo de 2016, en el que se sostuvo que «[A] la luz de las
consideraciones efectuadas corresponde concluir que en casos como el
estudiado, resulta claro que una niña, de seis años, abusada por su
propio cuidador (…) bajo cuyos cuidados y convivencia la dejaba su
madre, no tuvo en su oportunidad acceso efectivo a la justicia, al menos
hasta que alcanzó la mayoría de edad y pudo ejercer las acciones
legales por sí misma; por lo que resolver la prescripción de la acción
penal con motivo de que la concreta reforma legislativa operada al
respecto, en cumplimiento del compromiso asumido por la República
Argentina varias décadas atrás, fue dispuesta con posterioridad al
agotamiento del plazo de extinción contenido en el artículo 62, inciso 2,

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
del C.P. implicaría desconocer el Superior Interés del Niño que se vería,
en definitiva, también desconocido en el caso presente, de considerarse
que la acción penal incoada respecto de la grave conducta de abuso
sexual a la que fue sometida la niña, y que ella denunció habiendo
alcanzado ya su mayoría de edad, se extinguió» (cfr. voto del doctor
Gustavo M. Hornos)”.
“No resulta, entonces, razonable la solución que brinda el
tribunal de la instancia anterior en punto a que la tutela judicial efectiva
se encontraba asegurada con la posibilidad de que la madre de la
víctima o cualquiera de las otras personas enumeradas en el art. 72 del
CP, hiciera la denuncia o que ella misma podría haberla concretado a
partir de los 18 años, cuando aún era considerada menor de edad según
la legislación vigente”.
“Es que, conforme surge de las normas citadas y las pautas
hermenéuticas brindadas por el Comité sobre los Derechos del Niño, en
la Observación General nº 12, del 18 de abril del 2011, «la realización
del derecho a la tutela judicial efectiva exige a los Estados Partes la
obligación jurídica de reconocer ese derecho y garantizar que el niño
sea efectivamente escuchado y sus opiniones sean debidamente tenidas
en cuenta en los procesos judiciales o administrativos (…)
[otorgándosele] en particular al niño oportunidad de ser escuchado en
todo procedimiento judicial o administrativo que [lo] afecte, ya sea
directamente o por medio de un representante o de un órgano
apropiado, en consonancia con las normas de procedimientos de la ley
nacional»”.
“Con respecto al derecho a «ser escuchado en todo procedimiento
judicial o administrativo que afecte al niño», el Comité recalca que esta
disposición es aplicable a todos los procedimientos judiciales
pertinentes que afecten al niño, sin limitaciones y con inclusión de
niños víctimas de violencia física o psicológica, abusos sexuales u otros
delitos. Si bien el menor, según el art. 12 de la Convención podrá ser

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

escuchado «ya sea directamente o por medio de un representante o de


un órgano apropiado», el Comité expresa que una vez aquel vaya a ser
escuchado, deberá decidirse cómo se lo escuchará, y recomienda que,
siempre que sea posible, se brinde al niño la oportunidad de ser oído de
manera directa, puesto que siempre hay riesgo de conflicto de intereses
entre él y su representante más próximo (los progenitor(es)). Si el acto
de escuchar al niño se realiza a través de un representante, es de suma
importancia que el representante transmita correctamente las opiniones
del niño al responsable de adoptar decisiones. Finalmente, el Comité
aclara que si bien este derecho se hará respetar, según el art. 12, «en
consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional», no
debe interpretarse que estos términos permiten utilizar la legislación de
un procedimiento que restrinja o impida el ejercicio de este derecho
fundamental. Por el contrario, se alienta a los Estados Partes al
cumplimiento de las normas básicas de imparcialidad de los
procedimientos, como el derecho a la defensa y el de acceder al
expediente propio”.
“En el caso en estudio, no puede consentirse que la menor tuvo
pleno y libre acceso a la administración de justicia, toda vez que se
encontró en un concreto estado de indefensión hasta que alcanzó la
edad suficiente para ejercer las acciones legales por sí misma. Desde su
primera infancia hasta que fue mayor –tiempo en que presentó la
denuncia– no contó con el adecuado resguardo por parte de quien era
por entonces la persona encargada de su custodia, que le negó toda
información acerca de los posibles cursos de acción frente a los hechos
denunciados, y se desentendió de su especial situación de
vulnerabilidad como menor de edad”.
“Recuérdese que la sedicente víctima habría hecho saber a su
madre de lo acontecido cuando tenía seis años de edad y que ésta, sin
siquiera consultarlo con el padre de la menor, habría decidido no
denunciar al agresor. Esta circunstancia agudizó el sufrimiento de

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
D.N.G., según su propio relato y el de sus familiares, hasta que
finalmente pudo realizar la denuncia penal por sus propios medios”.
“Es lógico inferir de lo expuesto, que los intereses de la menor no
fueron mínimamente salvaguardados por su representante legal, lo cual,
obviamente, no puede ser interpretado en contra de aquella para
considerar que tuvo la posibilidad de hacer efectivo su derecho a una
tutela judicial efectiva”.
“Por lo demás, y desde otra perspectiva, como excepción al
principio de publicidad de la acción penal, el art. 72 del CP establece,
para este tipo de delitos, la obligación de que medie instancia privada.
Es decir, que lo que hace posible la investigación de los delitos
contemplados en los arts. 119, 120 y 130 del Código Penal –según lo
establecido en el inc. 1 de la norma citada–, es la denuncia o acusación
del agraviado o su representante. En el supuesto de que la víctima sea
menor o incapaz, el citado artículo 72 dispone que la instancia
corresponde a su tutor, guardador o representante legal”.
“Tradicionalmente, sólo eran los delitos vinculados con la
integridad sexual los contemplados por la norma atendiendo al strepitus
fori que podía causar el proceso, susceptible de agravar el daño ya
efectivamente sufrido por el damnificado. En este sentido, se afirmaba
que «a veces el delito cometido afecta tan hondamente la esfera íntima
y secreta de un sujeto, que la ley ha considerado conveniente, no
obstante la gravedad de aquél, respetar la voluntad de la víctima o de
quienes legalmente la representan, a objeto de que la intimidad herida
por el delito no lo sea nuevamente por el strepitus fori. Se advertía
(Frank) en estos casos, un conflicto de intereses entre la necesidad de
represión y el respeto a la intimidad personal; de ahí que el Estado
requiera, para que la acción se ejercite, una manifestación de voluntad
del damnificado o de sus legítimos representantes» (Soler, S., Derecho
Penal Argentino, T. II, TEA, Buenos Aires, 1987, p. 527. En este
mismo sentido, Zaffaroni, E. Alagia, A. y Slokar, A., Derecho penal

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

parte general, Ediar, Buenos Aires, 2005, p. 124; Nuñez, R., Manual
de derecho penal, parte general, Marcos Lerner Editora, Córdoba,
1999, p. 203; D’ Alessio, A., Código Penal de la Nación. Comentado y
Anotado, La Ley, Buenos Aires, 2009, p. 722).
“Con la incorporación de otras hipótesis delictivas, se dieron
nuevos fundamentos a la previsión legal, afirmándose que en estos
supuestos el hecho se hallaba tan estrechamente vinculado con un
interés privado y limitado por éste, que el Estado consideraba
indispensable la manifestación de voluntad del agraviado para que la
acción sea válidamente promovida (Soler, S., ob. cit., T. II, p. 527, y
Núñez, R. ob. cit., p. 203). En este orden, otros sostienen que, dadas las
nuevas hipótesis incluidas en la norma –y la excepción que se consagra
con relación al delito de lesiones leves–, el fundamento se halla en la
necesidad de moderar la arbitrariedad confiscatoria de conflictos por
parte del Estado, procurando así que la acción procesal dependa de la
instancia de la afectada, como único juez de los perjuicios que ésta
pueda acarrearle (cfr. Zaffaroni, E. Alagia, A. y Slokar, A, ob. cit., p.
895)”.
“Todas las opiniones citadas encuentran como lugar común la
finalidad de protección de la víctima, por lo que si ésta ha demostrado
razonablemente un interés en que se investiguen los hechos que la
afectaron, no es adecuado interpretar el art. 72 CP en contra de sus
propios intereses, y así afirmar que, a pesar de que su madre no
promovió oportunamente la acción penal, ella contó a la posibilidad real
de hacer valer su derecho a una tutela judicial efectiva”.
“A la hora de equilibrar y armonizar los derechos de las víctimas
y las garantías de los imputados, los Estados deben evitar que se
produzca lo que se denomina «victimización secundaria», que se daría
como resultado de la tendencia existente en la justicia penal de llevar
adelante el proceso sin tener en consideración la perspectiva de la
víctima (cfr. Manual De Justicia para las Víctimas, ONU, 1996;

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Declaración de Principios de Justicia Básicos para las Víctimas del
Delito y Abuso de Poder, ONU, 1985). Hasta cabría considerar –a partir
de la doctrina de la CIDH antes citada– que una interpretación contraria
podría generar la responsabilidad internacional de nuestro país, por las
consecuencias de verse así dificultada o entorpecida la investigación de
delitos sexuales contra niños, y la vulneración del acceso a la justicia y
de una tutela judicial efectiva”.
“En tal sentido, en la búsqueda de una armonización entre los
principios antes indicados que convergen en este caso, conviene
recordar que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido
como principio que la primera regla de interpretación de las leyes es dar
pleno efecto a la intención del legislador (Fallos: 302:973); que la
primera fuente para determinar esa voluntad es la letra de la ley (Fallos:
299:167) y así es que los jueces no pueden sustituir al legislador sino
que deben aplicar la norma como éste la concibió (Fallos: 300:700); y
que las leyes deben interpretase conforme el sentido propio de las
palabras que emplean sin violentar su significado específico (Fallos:
295:376), máxime cuando aquél concuerda con la aceptación corriente
en el entendimiento común y la técnica legal empleada en el
ordenamiento jurídico restante y con los principios y garantías de la
Constitución Nacional (Fallos: 312:311, considerando 8o), evitando
darle un sentido que ponga en pugna sus disposiciones, destruyendo la
unas por las otras y adoptando, como valedero, el que las concilie y deje
a todas con valor y efecto (Fallos: 1:297, considerando 3º; 312:1614;
321:562; 324:876; entre otros). La exégesis de la ley requiere de la
máxima prudencia cuidando que la inteligencia que se le asigne no
conduzca a la pérdida de un derecho, o el excesivo rigor de los
razonamientos no desnaturalice el espíritu que ha inspirado su sanción
(Fallos: 303:578)”.
“En ese mismo orden de ideas, la doctrina judicial de nuestro más
Alto Tribunal ha decidido que las leyes deben interpretarse y aplicarse

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

procurando la armonización entre éstas y teniendo en cuenta el contexto


general y los fines que las informan, de manera tal que no entren en
pugna unas con otras y no se destruyan entre sí, por lo que debe
adoptarse el sentido que las concilie y deje a todas con valor y efectos
(Fallos: 307:519, entre muchos otros). Precisamente, como
consecuencia de aquel juego armónico entre las normas citadas, y
atendiendo al interés superior del menor en relación con el derecho a la
tutela judicial efectiva, cabe concluir en este caso, que quien denunció
ser víctima de delitos contra la integridad sexual cuando era menor de
edad, fue privada ilegítimamente del derecho a que aquellos sucesos se
investiguen judicialmente, sin que le sean oponibles las normas de la
prescripción”.
Cabe añadir, al extenso desarrollo del doctor Mahiques, que la
Corte Interamericana sobre Derechos Humanos, en la caso “V.R.P., y
otros vs. Nicaragua”, del 8 de marzo de 2018, ha señalado que: “La
Corte ha considerado que la violación sexual es una forma de violencia
sexual1. Tanto la Convención de Belém do Pará, como la Convención
sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer y su órgano de supervisión, han reconocido el vínculo existente
entre la violencia contra las mujeres y la discriminación2. La Corte ya
resaltó la especial vulnerabilidad de las niñas a la violencia sexual,
especialmente en la esfera familiar, así como los obstáculos y factores
que pueden afrontar en su búsqueda de justicia (supra párr. 156). En
este caso, dicha violencia fue ejercida por un particular. No obstante,
ello no exime al Estado de responsabilidad ya que se encontraba
llamado a adoptar políticas integrales para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer, tomando particularmente en
cuenta los casos en que la mujer sea menor de 18 años de edad”.
1
Cfr. Caso J. Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de
noviembre de 2013. Serie C No. 275, párr. 359, y Caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú, supra, párr. 192.
2
Cfr. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México, supra, párrs. 394 y 395, citando la
Convención de Belém do Pará, preámbulo y artículo 6; la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, de 18 de diciembre de 1979, artículo 1, y el Comité para la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer, Recomendación General N° 19: La Violencia contra la Mujer, UN Doc. A/47/38,
29 de enero de 1992, párrs. 1 y 6.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
“La Corte reitera que la ineficacia judicial frente a casos
individuales de violencia contra la mujer propicia un ambiente de
impunidad que facilita y promueve la repetición de los hechos de
violencia en general y envía un mensaje según el cual la violencia
contra la mujer puede ser tolerada y aceptada, lo que favorece su
perpetuación y la aceptación social del fenómeno, el sentimiento y la
sensación de inseguridad de las mujeres, así como una persistente
desconfianza de estas en el sistema de administración de justicia3. Dicha
ineficacia o indiferencia constituye en sí misma una discriminación de
la mujer en el acceso a la justicia”.
“En este sentido, como se mencionó anteriormente, el Estado
debe reforzar las garantías de protección durante la investigación y
proceso penal, cuando el caso se refiere a la violación sexual de una
niña, máxime si esta violencia sexual fue ejercida en la esfera familiar,
es decir en el ambiente en el cual debió haberla protegido. En estos
supuestos, las obligaciones de debida diligencia y de adopción de
medidas de protección deben extremarse. Además, las investigaciones y
proceso penal deben ser dirigidos por el Estado con una perspectiva de
género y niñez, con base en la condición de niña de la víctima y
tomando en cuenta la naturaleza agravada de la violación sexual, así
como los efectos que podrían causar en la niña”.
“La Corte nota que el Estado se encontraba ante un hecho de
violación sexual, el cual es una manifestación de la discriminación
contra la mujer, por lo que debía adoptar medidas positivas para
garantizar un efectivo e igualitario acceso a la justicia, en los términos
de lo establecido por esta Corte en el capítulo sobre los componentes
esenciales del deber de debida diligencia y protección reforzada (supra
párrs. 158 a 170). Así, la Corte se refirió a la información sobre el
proceso y los servicios de atención integral disponibles; el derecho a la
participación y que las opiniones sean tenidas en cuenta; el derecho a la

3
Cfr. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México, supra, párrs. 388 y 400, y Caso Gutiérrez
Hernández y otros Vs. Guatemala, supra, párr. 176.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

asistencia jurídica gratuita; la especialización de todos los funcionarios


intervinientes; y el derecho a contar con servicios de asistencia médica,
psicológica y psiquiátrica que permitan su recuperación, rehabilitación
y reintegración. En el presente caso, quedó demostrado que dichas
medidas no fueron adoptadas, por lo que existió una discriminación en
el acceso a la justicia, por motivos de sexo y género, así como por la
condición de persona en desarrollo de la víctima”.
“298. En conclusión, la Corte considera que la niña sufrió una
doble violencia: por un lado, la violencia sexual por parte de un agente
no estatal; y, por el otro, la violencia institucional durante el
procedimiento judicial, en particular, a raíz del examen médico forense
y la reconstrucción de los hechos. La niña y su familia acudieron al
sistema judicial en busca de protección y para obtener la restitución de
sus derechos vulnerados. Sin embargo, el Estado no solo no cumplió
con la debida diligencia reforzada y protección especial requerida en el
proceso judicial donde se investigaba una situación de violencia sexual,
sino que respondió con una nueva forma de violencia. En este sentido,
además de la vulneración del derecho de acceso a la justicia sin
discriminación, la Corte considera que el Estado ejerció violencia
institucional, causándole una mayor afectación y multiplicando la
vivencia traumática sufrida por V.R.P.”.
V. De lo expuesto precedentemente puede apreciarse que en la
resolución cuestionada se omitió una consideración de todo el cuadro
normativo que regía al momento de la supuesta comisión de los hechos,
y de los sucesivos documentos que aclararon la dimensión que cabe dar
a los derechos de los niños víctimas de abuso sexual –por caso, en la
Observación General n° 13 del Comité, luego de definir en el párrafo 25
qué se consideran supuestos de abuso sexual contra niños y niñas, en el
apartado 55 se recomienda, entre las medidas judiciales el
aseguramiento de “c) Procedimientos penales, que deben aplicarse
estrictamente para poner fin a la impunidad generalizada de que gozan,

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
de jure o de facto, los autores de actos de violencia, en particular
cuando se trata de agentes estatales”.
No es discutible que al momento de ocurrencia de los hechos
denunciados –hasta 1994– regía la vieja versión del art. 67 CP, según la
cual la acción penal estaría prescripta. También que por Ley n° 23.849,
del 20 de noviembre de 1990, se había incorporado al ordenamiento
interno la Convención sobre los Derechos del Niño –que a partir del
año 1994 tuvo jerarquía constitucional–. Desde la primera fecha, el
estado argentino tiene la obligación internacional de cumplir con el
deber de protección de la niñez proclamada en la Convención; en
nuestro caso, las derivadas del art. 19 que –posteriormente– fueron
remarcadas en la citada observación general 13.
También es cierto que el legislador se tomó su tiempo para
reglamentar el derecho de protección contra el abuso, en la medida en
que recién en 2011, mediante la sanción de la Ley n° 26.705, modificó
los tiempos de prescripción suspendiendo el plazo hasta que los y las
menores víctimas cumplieran los 18 años; como es sabido, poco tiempo
después volvió a modificar el criterio mediante la Ley n° 27.206,
actualmente vigente, que optó por un criterio subjetivo, es decir, el
plazo empieza a correr a partir de la denuncia. En el caso de autos, la
acción penal no estaría prescripta si se sostuviera que algunas de estas
dos leyes tienen incidencia en la resolución del caso.
Sentado ello, es menester recordar que en la Observación
General n° 14, relativa a la interpretación del concepto del interés
superior del niño prescripto en el art. 3 de la Convención sobre los
Derechos del Niño, además de señalar, en su apartado sexto, que el
concepto aludido constituye a la vez un principio jurídico interpretativo,
un derecho sustantivo que merece por parte de los operadores del
sistema, una “consideración primordial”, y una norma de
procedimiento, el Comité puso de resalto, con relación a todas las

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

decisiones que se tomen con relación a los sujetos alcanzados por la


Convención, que:
“97. A fin de demostrar que se ha respetado el derecho del
niño a que su interés superior se evalúe y constituya una
consideración primordial, cualquier decisión sobre el niño o los
niños debe estar motivada, justificada y explicada. En la motivación
se debe señalar explícitamente todas las circunstancias de hecho
referentes al niño, los elementos que se han considerado pertinentes
para la evaluación de su interés superior, el contenido de los elementos
en ese caso en concreto y la manera en que se han ponderado para
determinar el interés superior del niño. Si la decisión difiere de la
opinión del niño, se deberá exponer con claridad la razón por la que se
ha tomado. Si, excepcionalmente, la solución elegida no atiende al
interés superior del niño, se deben indicar los motivos a los que
obedece para demostrar que el interés superior del niño fue una
consideración primordial, a pesar del resultado. No basta con
afirmar en términos generales, que hubo otras consideraciones que
prevalecieron frente al interés superior del niño; se deben detallar
de forma explícita todas las consideraciones relacionadas con el
caso en cuestión y se deben explicar los motivos por los que
tuvieron más peso en ese caso en particular. En la fundamentación
también se debe explicar, de forma verosímil, el motivo por el que el
interés superior del niño no era suficientemente importante como para
imponerse a otras consideraciones. Es preciso tener en cuenta las
circunstancias en que el interés superior del niño debe ser la
consideración primordial (véase más arriba el párrafo 38).”
En el caso de autos, para mí, la solución es muy clara: las niñas –
ahora adultas– denunciantes habrían sido víctimas de violencia sexual
por parte de un adulto de su confianza; denunciaron los hechos cuando
fueron mayores de edad (antes habrían dado cuenta a su madre, quien

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
no lo hizo) y el derecho de protección estatal lo tenían al momento de
comisión de los hechos. No se trata solamente del deber del Estado
argentino de cumplir con sus obligaciones internacionales derivadas de
la Convención de Viena sobre Derecho de Tratados, mencionada más
arriba; como bien señaló la corte en “Ilarraz” citado por la fiscalía (cabe
señalar que la decisión del Alto Tribunal implicó que continuara el
trámite de la causa, ya que se trataba de un rechazo de prescripción y,
según noticias que pueden recabarse en internet, la causa terminó con
una condena por hechos que habrían sido cometidos también hace
muchos años), sino de una cuestión de estricta justicia: estaba tan
vigente el viejo art. 67 como el derecho de las niñas a una tutela judicial
efectiva. Negarles el derecho a que se investiguen esos sucesos y, en su
caso, a que sean juzgados y eventualmente sancionado su presunto
autor –para salvaguardar el principio de legalidad– implica desconocer
nuevamente el principio del interés superior del niño y, merced a la
demora del estado en reglamentar la garantía de tutela efectiva que
tenían las menores, consagrar la impunidad por el hecho, si se ha
cometido.
VI. Por las razones expuestas, considero que de acuerdo al
completo cuadro normativo que se debe aplicar al caso, y teniendo en
cuenta que el legislador reglamentó la garantía contra el abuso sexual
prevista en el art. 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño, y
que según esa norma la acción penal no ha prescripto, corresponde en el
caso hacer lugar a los recursos de casación interpuestos por los
acusadores y, en consecuencia, revocar la decisión impugnada y
ordenar que continúe el trámite de la investigación.
No obstante la decisión a la que arribo, vencido durante la
deliberación en punto a la cuestión de la que se trata, he de adherir en lo
pertinente al voto del juez Huarte Petite en punto a otorgar a quienes
resultarían víctimas del delito denunciado la posibilidad de acceder a la
determinación de la verdad de los hechos denunciados (cf. art. 3 CDN y

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

OG 14 del Comité de los Derechos del Niño), así como también a la


aplicación de la excepción contenida en el art. 531 CPPN para la
distribución de las costas procesales, por los fundamentos que expone el
colega.
El juez Mario Magariños dijo:
­I­
La sala VII de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal
y Correccional resolvió confirmar la decisión que declaró la
prescripción de la acción penal en este proceso y sobreseyó al señor
Funicelli.
Para decidir de ese modo, en el caso se tuvo en consideración que
los hechos denunciados, calificados jurídicamente como abuso sexual
con acceso carnal agravado por ser el imputado encargado de la guarda,
reiterado en distintas oportunidades, habrían tenido lugar durante 1991
y 1992 –cuando las presuntas damnificadas tenían 4 y 6 años–, mientras
que la denuncia que originó este proceso fue realizada el 2 de julio de
2015 –oportunidad en la que contaban con 27 y 30 años–, y que, sobre
esa base, transcurrió el plazo máximo de prescripción previsto en el
artículo 62, inciso 2°, del Código Penal –doce años– sin que se haya
verificado ninguna causal de interrupción o suspensión durante ese
lapso. Por ello, se concluyó que, en definitiva, la prescripción de la
acción penal habría operado en el año 2004.
Contra esa decisión, el representante del Ministerio Público
Fiscal y la querella interpusieron recursos de casación, y se agraviaron
por las razones sintetizadas en los puntos II y III del voto del juez
Jantus, a los que cabe remitirse en honor a la brevedad.
­II­
En primer lugar, corresponde analizar el agravio vinculado con el
alcance que la cámara de apelaciones otorgó al principio de legalidad y
la prohibición de aplicar retroactivamente, en perjuicio del imputado,
leyes penales más gravosas (cfr. artículo 18 de la Constitución

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Nacional, artículo 9 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y artículo 2 del Código Penal).
Según los recurrentes, las leyes penales vinculadas al régimen de
prescripción de la acción penal no se encuentran alcanzadas por la
prohibición derivada de ese principio, y ello permitiría concluir que es
posible aplicar al caso las modificaciones introducidas al artículo 67 del
Código Penal, primero por la ley 26.705 (publicada el 5 de octubre de
2011) y, luego, por la ley 27.206 (publicada el 10 de noviembre de
2015, derogatoria de la disposición introducida por la ley 26.705). En
consecuencia, en la medida en que aquella norma, tanto en la versión
introducida por la primera modificación, como en su actual redacción,
establece un régimen de prescripción diferente para los delitos como el
aquí denunciado, la acción penal no se encontraría prescripta.
Al exponer este argumento, el representante del Ministerio
Público Fiscal durante la audiencia en esta cámara comenzó su
razonamiento reconociendo que el alcance que le asigna al principio
referido no se corresponde con aquel que, en forma más amplia, y de
manera invariable, le ha asignado la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en sus decisiones.
Efectivamente, lo afirmado por el recurrente no constituye objeto
de controversia y es lo que ha llevado a algunos autores a afirmar que,
al analizar el derecho argentino en este punto, la conclusión que se
desprende es que “si bien los tribunales argentinos han negado que este
[el principio de irretroactividad de la ley penal más gravosa] se aplique
al derecho meramente procesal, el régimen de prescripción ha sido
clasificado como parte del derecho penal no procesal, de modo que el
requisito de lex praevia le es de hecho aplicable. Así, en contraste con
las jurisprudencias norteamericana y europea mayoritarias, los
antecedentes judiciales de la Argentina muestran que el requisito de lex
praevia impide la extensión retroactiva de los plazos de prescripción”

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

(FERRANTE, Marcelo, Introducción al derecho penal argentino, Ad­Hoc,


Buenos Aires, 2011, p. 23).
Ello encuentra sustento en lo señalado por la Corte Suprema a
partir del precedente “Mirás” (Fallos 287:76), en el cual, luego de
recordar que “es jurisprudencia de esta Corte que esa garantía
comprende la exclusión de disposiciones penales posteriores al hecho
infractor –leyes ‘ex post facto’– que impliquen empeorar las
condiciones de los encausados”, se afirmó que “el instituto de la
prescripción cabe sin duda alguna en el concepto de ‘ley penal’, desde
que ésta comprende no sólo el precepto, la sanción, la noción de delito
y culpabilidad, sino todo el complejo de las disposiciones ordenadoras
del régimen de extinción de la pretensión punitiva” (considerandos 6° y
7°).
Del mismo modo, en casos posteriores, la Corte resaltó el
carácter inalterado de este criterio. Así, por ejemplo, en “Arancibia
Clavel” (Fallos 327:3312) se expresó que “el instituto de la prescripción
de la acción penal, está estrechamente ligado al principio de legalidad,
por lo tanto no sería susceptible de aplicación una ley ex post facto que
alterase su operatividad, en perjuicio del imputado. El rechazo de la
retroactividad de disposiciones penales posteriores al hecho, las
llamadas leyes ex post facto, que impliquen un empeoramiento de las
condiciones de los encausados ha constituido doctrina invariable en la
jurisprudencia tradicional de la Corte” (considerando 19° del voto de
los jueces Zaffaroni y Highton de Nolasco, y 20° del juez Petracchi), y
se agregó, precisamente, que “la doctrina de la Corte señalada en el
precedente ‘Mirás’ (Fallos 287:76), se mantuvo inalterada a lo largo del
tiempo y continúa vigente para la interpretación del instituto de la
prescripción de la acción penal para el derecho interno” (considerando
25° del voto de los jueces Zaffaroni y Highton de Nolasco, y 21° del
juez Petracchi).

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Sin embargo, el representante del Ministerio Público Fiscal
sostuvo que, aun frente a esa línea jurisprudencial estable, existe la
posibilidad de que la cuestión sea resuelta en forma favorable a su
pretensión. Concretamente, basó su argumento en la necesidad de
analizar el caso a la luz de aquello que, a su ver, constituye el
fundamento de la prohibición de aplicar retroactivamente leyes penales
en perjuicio del imputado: el cual reside, conforme opinó,
exclusivamente en la necesidad de que las personas conozcan, en forma
previa, qué conductas se encuentran prohibidas y, en esa medida,
puedan orientar sus comportamientos de conformidad con las normas
penales. Por esa razón, sostuvo que todo lo relativo a la prescripción de
la acción penal escapa a esa idea, pues no constituye una expectativa
con la que el autor de un delito pueda contar al momento del hecho, y lo
relevante, a fin de cuentas, sería considerar si las conductas que se le
atribuyen al imputado constituían un delito al momento de su presunta
comisión y si éste conocía su prohibición.
Frente a ese marco, la pretensión de los recurrentes puede ser
entendida como orientada a sostener que, con independencia de si las
decisiones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación poseen carácter
vinculante por fuera de los procesos en los que fueron dictadas, éstas
pueden ser dejadas de lado en un caso concreto si se aportan nuevos
argumentos o si se ofrecen razones no consideradas en esa
jurisprudencia.
En este sentido, sabido es que, si bien las decisiones de la Corte
Suprema se circunscriben a los procesos concretos que le son sometidos
y sus fallos no resultan obligatorios para la resolución de casos
análogos por parte de los tribunales inferiores, los jueces tienen, sin
embargo, el deber de conformar sus decisiones a las de aquel tribunal,
en la medida en que carecerán de fundamento las sentencias que se
aparten de sus precedentes sin aportar nuevos argumentos que
justifiquen modificar las posiciones sustentadas en esos fallos, toda vez

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

que reviste el carácter de “intérprete final” de la Constitución Nacional


y de las leyes dictadas en su consecuencia (cfr. Fallos 303:1769,
311:1644, 325:2005, en especial considerando 5° del voto del juez Fayt,
entre otros).
Por tal razón, es necesario determinar si es deber de esta cámara
conformar la decisión sobre la cuestión planteada en el caso a la
doctrina establecida a través de la jurisprudencia de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación más arriba reseñada, o bien, si en razón de
argumentos presentados como novedosos, es correcto sostener, con
fundamentos razonables y suficientes, una conclusión diferente.
Al realizar esa tarea, no cabe sino concluir que la carga
argumentativa exigible a los recurrentes no ha sido cumplida en forma
satisfactoria y que, en definitiva, no corresponde otorgar al principio en
juego un alcance más restringido que aquel asignado por la Corte
Suprema en sus decisiones. Ello es así en la medida en que el
argumento de los impugnantes consiste en una presentación
parcializada de las razones que fundamentan al principio de legalidad y
a la prohibición de aplicar retroactivamente, en perjuicio del imputado,
leyes penales más gravosas.
En este sentido, es oportuno recordar que, en el ámbito de la
doctrina penal, Günther JAKOBS, al definir la sujeción a la ley como
garantía de objetividad, explica que “el comportamiento punible y la
medida de la pena no se deben determinar bajo la impresión de hechos
ocurridos, pero aún por juzgar, ni como medio contra autores ya
conocidos, sino por anticipado y con validez general, precisamente
mediante una ley determinada, dictada con anterioridad al hecho”,
razón por la cual “el principio abarca a todos los presupuestos de
punibilidad y no está limitado al ámbito de lo imputable […]
especialmente, también la prescripción ha de estar legalmente
determinada y no cabe prorrogarla retroactivamente, tanto si antes del

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
acto de la prórroga ha expirado el plazo como si no” (Derecho Penal.
Parte General, Marcial Pons, Madrid, 1995, 4/9).
Es por esa razón que, como enfáticamente ha resaltado el autor
citado al destacar el carácter problemático de argumentos como el aquí
planteado por los recurrentes, “el aspecto de confianza, de carácter
psicológico, extravía hasta llevar a la suposición de que la prescripción
no es objeto del principio de legalidad, dado que en el cálculo del autor
no desempeña papel alguno digno de protección. Pero no se trata de
eso. Más bien lo determinante es que el Estado, al prorrogar el plazo de
prescripción (o al establecer un cálculo de que la prescripción que
suponga prolongarla, o al facilitar la interrupción de la prescripción,
etc.) amplía su competencia para punir, y ello, en la retroactividad
deliberada, también bajo la impresión de hechos ya sucedidos, pero aún
por enjuiciar (¿para qué si no la retroactividad?)” (JAKOBS, op. cit., 4/9).
Del mismo modo, con referencia concreta a la particular forma en
que los recurrentes conciben el fundamento del principio de legalidad
penal, se ha explicado que ese razonamiento constituye “una
interpretación del principio de legalidad ceñido a la misma función del
principio de culpabilidad, a saber: que la previsión de los plazos de
prescripción no estaba dirigida a motivar al autor, de manera que él no
tendría por qué tener un derecho a confiar en un plazo no modificable”
y, a su vez, se ha advertido que presenta un defecto fundamental, pues
“si bien el principio de culpabilidad es deducible del principio de
legalidad –entendiendo que el requisito de la lex praevia tiene sentido
por la necesidad de que el autor pueda motivarse en la norma, acatarla–,
lo cierto es que esa función no agota el sentido del principio de
legalidad. Más allá de eso, se trata de poner un límite a la arbitrariedad
estatal, a que las sociedades no dicten normas motivadas en el deseo de
reaccionar contra cierto hecho que la conmueve coyunturalmente, es
decir, según motivos determinados por el ánimo vindicativo originado
por un caso concreto, y no según un criterio racional pensado en general

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

para todos los casos futuros” (SANCINETTI, Marcelo, Casos de Derecho


penal, 3° ed., Tomo 1, Hammurabi, Buenos Aires, 2005, pp. 146­148).
En esa dirección, luego de destacar que “el principio de legalidad
solo parcialmente se puede justificar con la idea de la protección de la
confianza individual”, también se ha recordado que “una
fundamentación completa del principio de legalidad, empero, se deriva
a partir de la aspiración de configurar el poder punitivo en decisiones
abstractas sobre el merecimiento de pena, tomadas independientemente
del caso a resolver. El requisito de una determinación legal de la
punibilidad antes de la comisión del hecho resguarda del peligro de que
las leyes penales sean creadas o agravadas sólo para poder castigar
‘adecuadamente’ determinados hechos ya cometidos que hayan
escandalizado de modo particular el sentimiento jurídico” (FRISTER,
Helmut, Derecho penal Parte general, Hammurabi, Buenos Aires,
2011, 4/5).
En función de lo expuesto, es evidente que los recurrentes no han
fundamentado adecuadamente las razones por las cuales cabría otorgar
al principio de legalidad, y a su derivado, aquí en juego, un alcance más
restringido que el analizado, algo que se ve reforzado pues, en su
argumentación, omitieron por completo la consideración de una de las
razones que, como se expuso, justifican que las leyes vinculadas a la
prescripción de la acción penal queden incluidas dentro de su campo de
aplicación.
Por ello, en definitiva, el agravio relativo a la aplicación
retroactiva de las modificaciones introducidas al artículo 67 del Código
Penal por las leyes 26.705 y 27.206 debe ser rechazado.
­III­
Descartada la posibilidad de aplicar un régimen de prescripción
diferente al vigente al momento de la presunta comisión de los hechos,
y al no existir normas de jerarquía superior al Código Penal que
expresamente asignen a este tipo de delitos el carácter de

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
imprescriptibles –pues no se trata de crímenes de guerra, torturas ni
delitos de lesa humanidad–, corresponde analizar el segundo argumento
introducido por los recurrentes, esto es, la posibilidad de entender que,
pese a ello, en función de la interpretación de algunas disposiciones de
la Convención Americana sobre Derechos humanos –la cual, de
conformidad con el artículo 75, inciso 22° de la Constitución Nacional,
posee su misma jerarquía– realizada por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, el instituto de la prescripción es inaplicable al
caso. A ello parece haberse referido la parte querellante al solicitar que
se aplique al caso el criterio establecido por ese tribunal en el
precedente “Bueno Alves vs. Argentina” (sentencia de 11 de mayo de
2007).
Sobre esa cuestión, es necesario recordar que, según lo ha
sostenido la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el precedente
“Giroldi” (Fallos: 318:514), la jerarquía constitucional de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos “ha sido establecida,
por voluntad expresa del constituyente, ‘en las condiciones de su
vigencia’ (art. 75, inc. 22, 2do. párrafo), esto es, tal como la
Convención citada efectivamente rige en el ámbito internacional y
considerando particularmente su efectiva aplicación jurisprudencial por
los tribunales internacionales competentes para su interpretación y
aplicación”. De allí la Corte concluyó que “la aludida jurisprudencia
deba servir de guía para la interpretación de los preceptos
convencionales” (el destacado se agrega), y es por ello que
corresponde, entonces, tomar en consideración para resolver el punto la
jurisprudencia del tribunal con competencia para conocer de todo caso
relativo a la interpretación y aplicación de las disposiciones
contempladas por la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
es decir, la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En este sentido, lo decisivo para el caso consiste en determinar
si los episodios denunciados en este proceso pueden ser subsumidos en

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

la categoría que, a partir de la interpretación de los artículos 1, 8 y 25 de


la Convención Americana, la Corte Interamericana ha denominado
“graves violaciones de derechos humanos”, pues, de acuerdo con esa
jurisprudencia, el Estado argentino no puede dejar de perseguir
penalmente ese tipo de ilícitos con base en la aplicación de un instituto
de derecho interno como la prescripción de la acción penal. Así lo ha
establecido, entre muchos otros, en el caso “Bulacio”, en el que se
recuerda que “son inadmisibles las disposiciones de prescripción o
cualquier obstáculo de derecho interno mediante el cual se pretenda
impedir la investigación y sanción de los responsables de las
violaciones de derechos humanos” (“Bulacio vs. Argentina”, sentencia
de 18 de septiembre de 2003, párr. 116).
Sobre el punto, como sostuve en el precedente “Paternoster” –
proceso n° 3418 del Tribunal Oral en lo Criminal nº 23, resuelto el 5 de
noviembre 2012– (ver el apartado 5° del voto del juez Magariños, a
cuyo desarrollo cabe remitirse en honor a la brevedad), corresponde
reparar en que la característica fundamental que distingue a la categoría
de “graves violaciones de derechos humanos” es que “todos los casos
invocados, en los cuales, efectivamente, se sostuvo que la inacción
estatal ante el reclamo de justicia de la víctima implicaba una violación
a las reglas contenidas en los artículos 8 inc. 1° y 25 de la Convención
(derecho a tutela judicial efectiva), son casos en los que se trataba de
reclamos de víctimas de delitos de lesa humanidad o, cuanto menos, de
graves violaciones a los derechos humanos fundamentales, cometidos
desde el poder del estado o al amparo de éste” (el destacado se
agrega).
Ello es así, pues en ninguno de esos casos nos enfrentamos a
víctimas de delitos comunes, sino a personas que fueron afectadas por
graves violaciones de derechos humanos fundamentales, imputables al
estado, que habían sido privadas de la protección efectiva para evitar o
prevenir aquellas violaciones, al momento de los hechos, o de la

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
posibilidad de que, una vez consumados, una investigación estatal seria
los esclareciera, identificara a sus responsables y los sancionara.
A su vez, también resulta aplicable aquí lo desarrollado
posteriormente en el precedente “Naredo” –proceso n° 4193 del
Tribunal Oral en lo Criminal nº 23, resuelto el 11 de septiembre 2014–
(ver el apartado 6° del voto del juez Magariños).
En esa ocasión, luego de analizar los alcances otorgados a esta
categoría por la Corte Interamericana en los precedentes “Blake vs.
Guatemala” (sentencia de 24 de enero de 1998, párr. 15), “Barrios Altos
vs. Perú” (sentencia de 14 de marzo de 2001, párr. 41), “Bulacio vs.
Argentina” (sentencia de 18 de septiembre de 2003, párr. 137), “Vargas
Areco vs. Paraguay” (sentencia de 26 de septiembre de 2006, párr. 81),
“Bueno Alves vs. Argentina” (sentencia de 11 de mayo de 2007, párr.
87), “Vera Vera y otra vs. Ecuador” (sentencia de 19 de mayo de 2011),
“Nadege Dorzema y otros vs. República Dominicana” (sentencia de 24
de octubre de 2012, párr. 249), destaqué que un hecho delictivo
ejecutado en un contexto en el cual “la actuación delictiva excede el
significado de una actividad individual y aislada, para presentarse
ejecutada en el marco del desempeño de funciones estatales, a su vez
desarrolladas por agentes de una institución que, además, emplean el
poder y los recursos derivados del cargo para obstaculizar el
descubrimiento de la verdad sobre aquellos hechos delictivos que
importan vulnerar la libertad ambulatoria, la integridad corporal y la
vida de ciudadanos indefensos, que nada habían hecho para dar lugar o,
al menos, explicar de algún modo semejante accionar por parte de
quienes detentan el monopolio de la fuerza pública”, por esas razones
presenta, sin duda, signos de intensidad tal que determinan su
configuración como “grave violación de derechos humanos
fundamentales”.
Como se advierte, es la particular característica de los crímenes
cometidos desde el poder del estado, o al amparo de regímenes

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

estatales, la que fundamenta que, ante la esperable complicidad de los


mecanismos públicos de persecución de delitos con el encubrimiento y
la impunidad de estos hechos, se reconozca, en lo que aquí interesa, la
regla según la cual esa particular clase de delitos no está sujeta a
prescripción, y que, consecuentemente, deben ser inexorablemente
juzgados y castigados, sin que ninguna limitación derivada del derecho
interno pueda oponerse a ello.
Ante este panorama, también advertí que no parece acertado,
como aquí pretenden los recurrentes, trasladar esas reglas, que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha elaborado sobre la base de
aquella particular categoría de crímenes, a los delitos comunes, pues
nadie pensaría que los estándares relativos a la imprescriptibilidad de
las graves violaciones de derechos humanos fundamentales puedan ser
aplicados como regla al juzgamiento de delitos comunes.
En este sentido, la propia Corte Interamericana ha establecido
que aquellos estándares no resultan, siquiera, aplicables a cualquier
supuesto en el que se verifique la afectación de un derecho humano
reconocido por la Convención. Así, ese tribunal ha dejado claro el
parámetro que estableciera en sus precedentes, relativo a la inexorable
persecución y juzgamiento de crímenes que, a su vez, involucran una
grave violación a derechos humanos fundamentales, y determinó que
no es posible su traslado a toda violación de un derecho humano
fundamental. En palabras de la Corte, si bien “…toda violación a los
derechos humanos supone una cierta gravedad por su propia naturaleza,
porque implica el incumplimiento de determinados deberes de respeto y
garantía de los derechos y libertades a cargo del Estado a favor de las
personas […], ello no debe confundirse con lo que el tribunal a lo largo
de su jurisprudencia ha considerado como ‘violaciones graves a los
derechos humanos’, las cuales, tienen una connotación y consecuencias
propias. Asimismo, este tribunal ha indicado que resulta incorrecto
pretender que en todo caso sometido a la Corte, por tratarse de

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
violaciones de derechos humanos, no procedería aplicar la
prescripción” (“Vélez Restrepo y familiares vs. Colombia”, sentencia
del 3 de septiembre de 2012, considerando 282, reiterado en “Suárez
Péralta vs. Ecuador”, sentencia de 21 de mayo de 2013, considerando
174).
En la misma dirección, corresponde también resaltar que esta
línea jurisprudencial, relativa a los alcances de esa doctrina, no ha sido
modificada por la Corte Interamericana en los casos resueltos con
posterioridad a las sentencias que analicé en los ya citados precedentes
“Paternoster” y “Naredo”.
Así, por ejemplo, el tribunal reiteró este criterio en un caso que
involucraba la desaparición forzada de una persona, y destacó que “por
tratarse de una violación grave de derechos humanos, y en
consideración del carácter permanente de la desaparición forzada cuyos
efectos no cesan mientras no se establezca el paradero de la víctima o se
identifiquen sus restos, el Estado debe abstenerse de recurrir a figuras
como la amnistía en beneficio de los autores, así como ninguna otra
disposición análoga, la prescripción, irretroactividad de la ley penal,
cosa juzgada, ne bis in idem o cualquier eximente similar de
responsabilidad, para excusarse de esta obligación” (“Tenorio Roca y
otros vs. Perú”, sentencia de 22 de junio de 2016, párr. 268; reiterado en
términos similares en “Vásques Durand y otros vs. Ecuador”, sentencia
de 15 de febrero de 2017, párr. 203).
Por otro lado, en un caso que involucraba crímenes como
esclavitud, servidumbre y trabajos forzosos, la Corte señaló que “la
prescripción en materia penal determina la extinción de la pretensión
punitiva por el transcurso del tiempo, y generalmente, limita el poder
punitivo del Estado para perseguir la conducta ilícita y sancionar a sus
autores. Esta es una garantía que debe ser observada debidamente por el
juzgador para todo imputado de un delito. Sin perjuicio de lo anterior,
la prescripción de la acción penal es inadmisible cuando así lo dispone

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

el derecho internacional. En este caso la esclavitud es considerada un


delito de derecho internacional cuya prohibición tiene estatus de jus
cogens. Asimismo, la Corte ha indicado que no es admisible la
invocación de figuras procesales como la prescripción, para evadir la
obligación de investigar y sancionar estos delitos” (“Trabajadores de la
hacienda Brasil Verde vs. Brasil”, sentencia de 20 de octubre de 2016,
párr. 412).
A su vez, en un proceso que se vinculaba con ejecuciones
extrajudiciales realizadas por agentes policiales, el tribunal dispuso que
“por tratarse de probables ejecuciones extrajudiciales y actos de tortura,
el Estado debe abstenerse de recurrir a cualquier obstáculo procesal
para excusarse de esta obligación” (“Favela Nova Brasil vs. Brasil”,
sentencia de 16 de febrero de 2017, párr. 292).
Lo mismo reiteró en un caso donde se calificó a los hechos
como constitutivos de crímenes de lesa humanidad, remarcando que “la
Corte constata que para el caso en concreto la aplicación de la figura de
la prescripción como obstáculo para la persecución penal sería contraria
al derecho internacional y en particular, a la Convención Americana
sobre Derechos Humanos. Para esta Corte, es claro que existe suficiente
evidencia para afirmar que la imprescriptibilidad de crímenes de lesa
humanidad era una norma consuetudinaria dentro del derecho
internacional plenamente cristalizada para el momento de los hechos,
así como en la actualidad” (“Herzog y otros vs. Brasil”, sentencia de 15
de marzo de 2018, párr. 269).
Por último, de modo reciente, en un caso que, por involucrar un
delito común –la muerte de una persona por defectuosa atención médica
en un hospital público–, resulta de especial interés para este punto, la
Corte, con remisión a lo dicho con anterioridad en el citado precedente
“Suárez Péralta vs. Ecuador”, ratificó su criterio acerca del carácter
limitado de la categoría de delitos en los cuales no es aplicable el
instituto de la prescripción. Así, recordó que “la prescripción en materia

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
penal determina la extinción de la pretensión punitiva por el transcurso
del tiempo y que, generalmente, limita el poder punitivo del Estado para
perseguir la conducta ilícita y sancionar a sus autores. En vista de lo
anterior, y siendo que los hechos del caso están prescritos de
conformidad con la legislación chilena, la Corte estima que, tomando
en cuenta el tipo de violación acreditada, no resulta procedente en el
presente caso ordenar al Estado una reapertura de las investigaciones
penales sobre hechos relacionados con el fallecimiento del señor
Vinicio Antonio Poblete Vilches” (“Poblete Vilches y otros vs. Chile”,
sentencia de 8 de marzo de 2018, párr. 219).
En definitiva, las consideraciones expuestas permiten advertir
que resulta correcto el razonamiento de la cámara de apelaciones al
destacar que los sucesos denunciados en este proceso, con
independencia de su gravedad, no reúnen aquellas características que,
de acuerdo a los criterios de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, permitirían incluirlos en la categoría de “graves violaciones
de derechos humanos”, frente a las cuales el instituto de la prescripción
de la acción penal no es aplicable.
Por esa razón, el agravio introducido con relación a este punto
también debe ser rechazado.
­IV­
En tercer lugar, resta analizar otro de los argumentos planteados
por los recurrentes, referido a la necesidad de analizar el caso desde una
perspectiva que, también con base en la interpretación de algunas
normas de la Convención Americana sobre Derechos Humanos –
artículos 25, inciso 1° y 8, inciso 1°–, pretende inferir de ellas la
existencia de determinados derechos que permitirían extender, más allá
de los límites fijados por la Corte Interamericana en los precedentes
reseñados en el apartado anterior, el campo de aplicación del criterio
según el cual la prescripción no puede constituir un obstáculo para la
persecución penal de hechos como los denunciados en este proceso.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

Con relación a ello, corresponde advertir que, a diferencia de lo


afirmado por la cámara de apelaciones al analizar el punto, no se trata
de la imposibilidad de aplicar esas normas porque poseen la misma
jerarquía que aquellas que prohíben la aplicación retroactiva de las
leyes penales en perjuicio del imputado, ni tampoco, como sostuvieron
los recurrentes, de insistir en que las disposiciones de los tratados
internacionales mencionados eran derecho vigente al momento de la
presunta comisión de los hechos denunciados en este proceso. De lo
que se trata, en cambio, en forma previa a ello, es de determinar si
dichas normas efectivamente poseen el alcance que los impugnantes
pretenden asignarles.
Sobre ese marco, se advierte que mediante la argumentación que
otorga fundamento al agravio se intenta introducir el planteo de una
cuestión federal, en tanto se alega que el modo en que se interpretaron
las normas antes mencionadas implicó el desconocimiento de ciertos
derechos fundamentales que, según los recurrentes, estas normas
garantizan, y que imponen al estado la obligación de proceder del modo
en que lo proponen.
Ahora bien, más allá de que lo articulado se orienta a cuestionar
la interpretación y el alcance asignado por el a quo a las disposiciones
de tratados internacionales que poseen jerarquía constitucional, lo cierto
es que para la procedencia del examen de una cuestión constitucional de
esta índole se exige, entre otros requisitos, la demostración de una
relación directa e inmediata con la materia del juicio, pues así lo
requiere el artículo 15 de la ley 48.
Ello es así pues, como desde antiguo se ha enseñado, “para la
admisibilidad del remedio federal legislado por el art. 14 de la ley 48
[…] es indispensable […] como lo presupone el carácter excepcional de
aquel remedio, lo requiere el art. 15 de la ley 48 y lo confirma la
reiterada jurisprudencia del Tribunal, que la cuestión materia del pleito
tenga una relación directa e inmediata con las disposiciones de la

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Constitución o de la ley invocadas dentro de él” (YMAZ, Esteban y REY,
Ricardo, El Recurso Extraordinario, editorial de la Revista de
Jurisprudencia Argentina S.A, Buenos Aires, 1943).
Dicho en otros términos y con finalidad explicativa más
detallada, el planteo de cuestiones federales demanda, por un lado,
determinar cuál es el principio fundamental que conculca una ley,
decreto, reglamento o resolución. Luego, corresponde exponer el
motivo por el que ello es así, lo que conlleva, de modo ineludible, la
realización de un análisis en torno al significado y alcance del precepto
constitucional de que se trate y, asimismo, de la ley, decreto,
reglamento o resolución cuya inconstitucionalidad se pretende, y esto
supone un examen en punto al significado y alcance del acto en
cuestión.
Cumplidos tales extremos, es además ineludible llevar a cabo un
análisis de la falta de coherencia normativa que se alegue entre el
precepto constitucional del cual se trate y la norma o acto que, según el
recurrente, aplicado al caso, ocasione agravio federal. Se trata, en
definitiva, de establecer una vinculación directa y concreta entre el caso
objeto de juicio y la cuestión federal alegada.
En síntesis: es evidente que el planteo adecuado de una cuestión
federal no se satisface con la mera alusión, mención o invocación de
principios o artículos de la Constitución Nacional o de tratados
internacionales que posean su misma jerarquía, pues ello, por sí, no
explica en absoluto la relevancia de ellas para resolver el pleito.
Lejos de ello, los recurrentes sólo se han limitado a afirmar que
la aplicación al caso del régimen de prescripción vigente al momento de
los hechos denunciados lesiona una serie de principios fundamentales,
sin cumplir adecuadamente con la demostración de la existencia de una
cuestión de carácter federal, ni con las exigencias propias de la
articulación de un planteo de tales características.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

Esto es, los impugnantes no han logrado demostrar


adecuadamente que, por fuera de la constelación de supuestos que
pueden ser considerados “graves violaciones de derechos humanos” en
los términos analizados en el apartado anterior, las normas invocadas
como determinantes para la resolución del caso contengan la obligación
de perseguir penalmente este tipo de delitos comunes con una
intensidad tal que implique que el instituto de la prescripción de la
acción penal no sea aplicable. Dicho en otros términos, los recurrentes
han presentado como evidente algo que no se desprende de la letra de
esas normas, sin realizar ningún esfuerzo argumentativo que apoye la
solución que ellos proponen.
Por otra parte, la falta de fundamentación de este aspecto de los
recursos de casación se ve reforzada por la circunstancia de que, para
cumplir con las exigencias de un planteo de estas características, el
único argumento concreto que se presentó fue la invocación de dos
precedentes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que, como
advirtió la defensa durante su alegato en la audiencia, no guardan
relación con la pretensión de los recurrentes.
En este sentido, con relación a la solicitud de aplicar lo resuelto
en el caso “Funes” (causa F. 294. XLVII, resuelta el 14 de octubre de
2014), su falta de vinculación al caso se observa por el hecho de que, en
esa ocasión, la Corte resolvió el pleito mediante una remisión al
dictamen de la Procuración General de la Nación, en el cual, luego de
descartar que tuvieran incidencia en el caso los criterios vinculados a la
imposibilidad de aplicar el instituto de la prescripción, se afirmó que,
pese a que hubiese operado la prescripción de la acción penal, ello no
implicaba desatender la obligación del estado de “asegurar el derecho
de los padres de la víctima a conocer la verdad de los hechos”. Por esa
razón, se solicitó a la Corte que confirmase la resolución que había
declarado prescripta la acción penal y que “se disponga proseguir la
investigación en los términos postulados”.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Sobre esa base, es evidente que lo resuelto no guarda ninguna
vinculación con la pretensión presentada por los recurrentes en el marco
de este proceso, pues, como se advierte a partir de la simple lectura de
la decisión de la Corte Suprema, en el caso citado se descartó
expresamente la posibilidad de dejar sin efecto la prescripción
oportunamente dictada.
Por lo demás, las circunstancias del presente difieren
sustancialmente de aquellas que fueron consideradas por el Procurador
General de la Nación al dictaminar en el ya citado precedente “Funes”,
en cuanto postuló la continuación de la investigación pese a que la
acción penal se encontrase prescripta. Precisamente, esa diametral
diferencia que media entre las condiciones de cada uno de los casos
determina la inviabilidad de la aplicación de aquella solución al sub
judice.
En tal sentido, corresponde señalar que en el caso “Funes” se
precisó que lo postulado en el dictamen del Procurador General de la
Nación se basaba en que “pesa sobre las autoridades judiciales de la
provincia de Córdoba […] el deber de profundizar la investigación que,
iniciada en 1995, tomó mayor impulso luego del hallazgo de los restos
del menor Alejandro Víctor Flores, con el objeto de lograr el pleno
esclarecimiento de lo ocurrido a partir del accidente del 16 de marzo de
1991 como así también de lo acontecido durante el desarrollo del
proceso, que dilató durante años la pesquisa y condujo a la prescripción
que aquí se cuestiona. Por lo demás, no cabe descartar que de ese
avance de la investigación puedan surgir nuevas imputaciones aún
relevantes penalmente –sea respecto de los hasta ahora imputados o
hacia terceros– tal como prima facie surge de la lectura del dictamen
fiscal del 16 de junio de 2009, que da cuenta de diversas circunstancias
que afectaron el progreso de la investigación” (el destacado se agrega).
Asimismo, para sustentar esa solución, en el dictamen se afirmó
que resultaban aplicables las consideraciones expresadas por los jueces

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

Petracchi y Bossert en el caso “Suárez Mason” (Fallos 321:2031), en


tanto esos magistrados sostuvieron que la circunstancia relativa a que
“la persecución se encuentre clausurada respecto de algunas personas y
respecto de hechos que hayan tenido ciertas características no implica,
automáticamente, el cierre de la investigación. Muy por el contrario,
sólo en la medida en que ella continúe se podrá determinar si esos
hechos fueron cometidos por los autores alcanzados por las exenciones
de pena o si, en cambio, ellos fueron cometidos por terceros… Y para
descartar esa última alternativa, es imprescindible que la investigación
no se interrumpa en forma inmediata, sino cuando las circunstancias del
hecho estén lo suficientemente esclarecidas como para que la eximición
de pena alcance sólo a los hechos o a los autores a quienes la norma
pretendió beneficiar” (considerando 12°, el destacado se agrega).
Pues bien, es evidente que las circunstancias del caso en examen
no son, en absoluto, análogas a aquellas que determinaron la propuesta
de solución en el precedente “Funes”, y en esa medida, no se advierte,
ni las partes tampoco lo han señalado, la necesidad de continuar la
investigación pese a la prescreipción dela acción penal en este proceso.
A su vez, en punto a la referencia al caso “Ilarraz” (causa CSJ
4284/2015/CS1, resuelta el 7 de junio de 2018), se observa que el
pronunciamiento de la Corte Suprema estuvo motivado por un recurso
extraordinario federal interpuesto contra una decisión de un tribunal
superior provincial que, por su parte, resolvió confirmar una resolución
mediante la cual no se hizo lugar a un planteo de prescripción de la
acción penal presentado por la defensa. En esa oportunidad, la Corte
resolvió desestimar el recurso por no tratarse de una impugnación
dirigida contra una sentencia definitiva o equiparable a tal, y es por esa
razón que, en efecto, resultaría a todas luces desacertado entender que
de alguna forma la Corte convalidó los argumentos brindados en la
resolución del tribunal provincial, en la medida en que el recurso

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
extraordinario fue desestimado por carecer de un requisito fundamental
de admisibilidad.
Por lo expuesto, los defectos de fundamentación señalados
tornan inadmisible el agravio vinculado a la interpretación del alcance
de las disposiciones contenidas en los artículos 8, inciso 1° y 25, inciso
1° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo
444, 2° párrafo, del Código Procesal Penal de la Nación).
­V­
Por último, corresponde analizar si, como lo propone el colega
Jantus, es posible arribar a la solución solicitada por los recurrentes a
partir de la interpretación del alcance de las obligaciones asumidas por
el estado al suscribir un tratado internacional que también se encontraba
vigente al momento de la presunta comisión de los episodios
denunciados en este proceso, esto es, la Convención sobre los Derechos
del Niño (incorporada al derecho argentino mediante ley 23.849,
publicada el 22 de octubre de 1990). Así parecen, en cierto modo,
haberlo entendido también los recurrentes al solicitar que el régimen de
prescripción vigente al momento de la presunta comisión de los hechos
sea interpretado “a la luz” de las disposiciones de la citada Convención.
De acuerdo con esta alternativa, lo decisivo para la resolución
del caso sería, en primer lugar, entender que el régimen de prescripción
de la acción penal introducido por las leyes 26.705 y 27.206 –cuya
aplicación retroactiva ya fue descartada–, constituye una
reglamentación de lo dispuesto en el artículo 19 de la Convención de
los Derechos del Niño, el cual establece que “1) Los Estados Partes
adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y
educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de
perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos
tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se
encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o
de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo. 2) Esas medidas de

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

protección deberían comprender, según corresponda, procedimientos


eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de
proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él,
así como para otras formas de prevención y para la identificación,
notificación, remisión a una institución, investigación, tratamiento y
observación ulterior de los casos antes descritos de malos tratos al
niño y, según corresponda, la intervención judicial”.
Además, debería considerarse que esa disposición de la
Convención sobre los Derechos del Niño es aplicable al caso y, por esa
razón, a fin de evitar que la demora en la que incurrió el Estado
argentino para reglamentarla derive en la negación del derecho a la
“tutela judicial efectiva” de las denunciantes, y para salvaguardar el
“interés superior del niño”, correspondería entender que la aplicación
de la norma de ese tratado internacional, interpretada a la luz de esos
principios, impediría afirmar que ha operado en el caso la prescripción
de la acción penal.
Sin embargo, por distintas razones, esa solución no puede
prosperar.
En primer lugar, ello es así pues, aun si el caso es analizado
desde esa perspectiva, la conclusión pretendida no logra superar el test
que impone el principio de legalidad penal.
En efecto, la solución propuesta por el distinguido colega
preopinante, dirigida a afirmar que se encuentra satisfecho el requisito
de existencia de una ley previa y escrita –pues, según se sostiene, ello
sería así toda vez que la Convención sobre los Derechos del Niño ya
formaba parte del derecho argentino a la fecha de la presunta comisión
de los hechos denunciados– no es correcta. Esa lectura de la norma
infiere de su texto consecuencias que de ningún modo se desprenden de
él, y, por consiguiente, no es posible afirmar que esa solución se
encontrase en una ley previa que satisfaga así el primer requisito
fundamental impuesto por el artículo 18 de la Constitución Nacional.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Ello es así, pues, aun cuando pueda asumirse, tal como sostuve
en otra oportunidad, que “es un principio entendido en cuanto al
mandato de certeza, que en la descripción y regulación de los elementos
de la Parte General del Derecho penal es exigida una menor precisión
que la del standard reclamado como condición de validez para la
formulación de las figuras de la parte especial” y que, en punto a las
normas vinculadas, por ejemplo, al establecimiento de la
imprescriptibilidad de determinados delitos, “su propia formulación
excluye toda posibilidad de considerar algún margen de vaguedad o
ambigüedad que permita dudar acerca de su significado, en cuanto la
regla determina con precisión, que no hay límite temporal para la
reafirmación simbólica de la norma mediante la sanción penal a su
contradicción, expresada por el comportamiento del autor” (MAGARIÑOS,
Mario, “Imprescriptibilidad, legalidad y principio de justicia en el ‘caso
argentino’”, en Dilemas actuales de derecho penal, Ad­Hoc, Buenos
Aires, 2012, pp. 30­31), el problema que presenta el caso en estudio
radica en que no existe ninguna norma previa a los hechos bajo
juzgamiento, que además posea carácter escrito, que determine la
imposibilidad de aplicar el instituto de la prescripción de la acción
penal en casos de abuso sexual infantil.
Al respecto, basta con recordar que los textos normativos que
han establecido alguna regulación como aquella que, según se sostiene,
es posible inferir de las disposiciones de la citada Convención, lo han
realizado en términos que no dejan margen de duda alguno acerca de su
existencia como ley previa y escrita. En este sentido, es evidente que el
caso bajo análisis difiere por completo de la situación que se presenta,
por ejemplo, al examinar el marco jurídico aplicable al juzgamiento de
los delitos de lesa humanidad cometidos en Argentina durante el último
gobierno dictatorial, pues, mientras a su respecto la normativa aplicable
–el artículo I de la “Convención sobre la imprescriptibilidad de los
crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad”– cumple no

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

sólo con el requisito de ley previa, sino también con el de una


definición escrita (al respecto, ver MAGARIÑOS, “Imprescriptibilidad,
legalidad y principio de justicia en el ‘caso argentino’”, op. cit.), en las
disposiciones de la Convención sobre los Derechos del Niño se advierte
una ausencia absoluta de algún tipo de referencia al instituto de la
prescripción, o bien al carácter imprescriptible de determinados delitos.
Asimismo, cabe destacar que esa ausencia de una ley previa
tampoco podría ser suplida acudiendo a la interpretación que del
artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño ha realizado
el órgano encargado de esta tarea en el ámbito internacional, con
independencia de los alcances que, en punto a su carácter vinculante,
pueda otorgársele a esa hermenéutica. En este sentido, al analizar los
alcances de las obligaciones estatales con relación al término
“intervención judicial”, contenido en la norma, el Comité de los
Derechos del Niño, a diferencia de los términos categóricos utilizados
por la Corte Interamericana en los precedentes examinados en el
apartado III de este voto, se ha limitado a señalar que “la intervención
judicial puede consistir en […] procedimientos penales, que deben
aplicarse estrictamente para poner fin a la impunidad generalizada de
que gozan, de jure o de facto, los autores de actos de violencia, en
particular cuando se trata de agentes estatales” (Observación General n°
13, “Derecho del niño a no ser objeto de ninguna forma de violencia”,
18 de abril de 2011, párr. 55, inciso “c”), sin realizar ningún tipo de
consideración acerca de obstáculos normativos de derecho interno que
puedan ser considerados inadmisibles al llevar adelante esos procesos
penales en general, ni sobre el instituto de la prescripción en particular.
Los problemas señalados permiten advertir que la solución
postulada para el sub lite, en definitiva, no constituye una
“interpretación” de las normas que se pretenden aplicables al caso sino,
por el contrario, se trata de una creación judicial configurada con base

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
sólo en apreciaciones valorativas del intérprete, carente, en
consecuencia, de cualquier tipo de sustento normativo.
Ese proceder, por loable que tal vez pueda resultar desde alguna
perspectiva –en particular, frente al carácter despreciable y vil que
poseen los actos criminales atribuidos en el caso–, olvida sin embargo
que al desinterés por los valores sociales elementales expresado por el
presunto autor, no debe responderse con la arbitrariedad del estado, tal
como lo supondría un actuar estatal llevado a cabo en abierta
contradicción con la garantía de legalidad y, más específicamente, con
el principio de seguridad jurídica que de allí se deriva; sin dejar de
advertir, además, la colisión que produciría con el imperativo de orden
institucional que determina la restricción del juzgador para operar de
ese modo, pues la jurisdicción, en virtud del mandato de sujeción
exclusiva y excluyente a la ley, sólo debe decidir los asuntos en función
de, y con base en, la letra de la norma, a fin de conjurar cualquier tipo
de discrecionalidad o capricho en la resolución de todo caso penal.
En la misma dirección, cabe agregar que también resulta
desacertado afirmar que la sanción de las leyes 26.705 y 27.206
constituyó la reglamentación de aquello que exige la letra del artículo
19 de la Convención sobre los Derechos del Niño. En efecto, ello
representaría una solución que no sólo no logra explicar cuál es el
sentido de sancionar mediante una ley algo que, a su vez, se afirma, se
encontraba ya expresamente previsto en un tratado internacional.
Además, esa lectura del artículo 19 de la Convención, por carecer en
absoluto de sustento en la propia letra de la norma, constituiría, en los
hechos, bajo el ropaje de la directa operatividad de una regla contenida
en un tratado internacional, la aplicación retroactiva de las
disposiciones de las leyes 26.705 y 27.206, y ello, como se concluyó en
el apartado II de este voto, se encuentra vedado por el principio de
legalidad penal.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

Por último, debe destacarse además otro problema generado por


esa interpretación de las disposiciones de la Convención sobre los
Derechos del Niño, el cual persiste incluso si se concediese que se trata
de una lectura de las normas que logra definir adecuadamente los
alcances de las obligaciones del estado argentino en la materia.
En este sentido, corresponde advertir que ello, por sí solo, no
resulta suficiente para hacer lugar a la pretensión de los recurrentes, en
la medida en que, aun cuando se afirmare que el estado argentino violó
esas obligaciones al declarar prescripta la acción penal en este proceso,
ello no alcanza para fundamentar por qué razones, de esa constatación,
se derivaría, como única solución posible, la revocación de la
resolución dictada por la cámara de apelaciones en el caso bajo análisis.
Dicho en otros términos, ese razonamiento implica un salto
lógico entre la premisa y la conclusión a la que se pretende arribar,
pues, por fuera de la constelación de casos analizada en el apartado III
de este voto, de la posible vulneración del derecho fundamental a la
“tutela judicial efectiva” en casos de delitos comunes, no deriva, de
modo automático, la obligación de investigar, perseguir y castigar sin
que institutos como el de la prescripción de la acción penal puedan
poseer reconocimiento legal en el ordenamiento jurídico interno.
­VI­
Por todo lo expuesto, corresponde: I) declarar parcialmente
inadmisibles los recursos de casación interpuestos en punto al agravio
vinculado a la interpretación de los artículos 8, inciso 1° y 25, inciso 1°
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 444,
2° párrafo, del Código Procesal Penal de la Nación); II) rechazar los
restantes agravios introducidos y, en consecuencia, confirmar la
resolución impugnada (artículo 470 –a contrario sensu– del cuerpo
legal citado).
Las costas se resuelven según lo dispuesto en los artículos 530,
531 y 532 del Código Procesal Penal de la Nación.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
El juez Alberto Huarte Petite dijo:
I. Coincido con la solución propuesta por el colega Magariños, y
agregaré al respecto sólo algunas breves consideraciones.
II. No existe en el derecho constitucional argentino ninguna
norma que establezca que los delitos siempre deban prescribir. En tal
sentido, de la garantía de defensa en juicio no se desprende
necesariamente que se asegure a quien la procura ejercer que se lo
exima de responsabilidad por el mero transcurso de un determinado
lapso de tiempo fijado de antemano (Fallos: 193:326; 211:1684;
307:1466, entre otros).
Es por ello que, al momento de establecer la legislación penal
vigente en el orden nacional con arreglo al artículo 75.12 de la
Constitución Nacional, el legislador ha contado, y cuenta a la fecha, con
un apreciable margen discrecional para introducir en ella, o no, un
régimen general de extinción de las acciones penales por prescripción,
hallando sólo un límite en aquellas normas de Derecho Internacional de
los Derechos Humanos que se ha resuelto que formen parte del
ordenamiento jurídico vigente, que claramente establecen que
determinados delitos no pueden estar amparados por disposiciones
relativas a la prescripción (vg., la “Convención sobre la
Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de
Lesa Humanidad”, aprobada por la ley 24.584, y a la cual se le asignó
jerarquía constitucional por la ley 25.778).
Es claro que el legislador argentino, a partir de la entrada en
vigencia del actual Código Penal (sin perjuicio de las sucesivas
modificaciones que se efectuaron y de determinados límites que se ha
autoimpuesto en la materia), ha optado por establecer un régimen
general de extinción de la acción penal por prescripción, el cual se
encontraba vigente al momento de comisión de los hechos aquí
denunciados, y cuya aplicación al caso llevó a los jueces que

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

intervinieron en autos, a considerar que la acción penal se había


extinguido en base al aludido régimen.
La cuestión es, si como lo proponen los recurrentes, puede
aplicarse de modo retroactivo en el “sub lite” lo establecido en las leyes
26.705 y 27.206 que, con posterioridad a los sucesos imputados,
establecieron un nuevo régimen en materia de prescripción respecto de
los delitos en los que se subsumirían aquellos, que llevaría a concluir en
que tal extinción de la acción penal no se habría verificado.
El tema a decidir se vincula entonces con el alcance que cabe
otorgar al denominado principio de legalidad, consagrado en el artículo
18 de la Constitución Nacional (y en análogas disposiciones contenidas
en los artículos 9 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y 15.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos), en cuanto dispone que “ningún habitante de la Nación podrá
ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del
proceso”.
El requisito de “ley anterior al hecho” para la imposición de una
pena con fundamento en la constatación de la comisión de un hecho que
se ajuste a la descripción en abstracto contenida en la ley, que se
concreta, entre otros de sus significados, en la prohibición de aplicación
retroactiva de la ley penal “…goza de una permanente actualidad
políticojurídica por el hecho de que todo legislador puede caer en la
tentación de introducir o agravar a posteriori las previsiones de pena
bajo la impresión de hechos especialmente escandalosos, para aplacar
estados de alarma y excitación políticamente indeseables. Pues bien,
impedir que se produzcan tales leyes ad hoc, hechas a la medida del
caso concreto y que en su mayoría son también inadecuadas en su
contenido como consecuencia de las emociones del momento, es una
exigencia irrenunciable del Estado de Derecho…” (conf. Roxin, Claus,
“Derecho Penal, Parte General”, Tomo I, pág. 161, nro. 51, Editorial
Civitas S.A., Madrid, 1997).

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
La Corte ha señalado al respecto que el principio constitucional
contenido en la norma antes mencionada comprende “…la exclusión de
disposiciones penales posteriores al hecho infractor –leyes ‘ex post
facto’­ que impliquen empeorar las condiciones de los encausados…”,
y que “…el instituto de la prescripción cabe sin duda alguna en el
concepto de ‘ley penal’, desde que éste comprende no sólo el precepto,
la sanción, la noción del delito y la culpabilidad, sino todo el complejo
de las disposiciones ordenadoras del régimen de la pretensión
punitiva…” (Fallos: 287:76, considerandos 5°. 6° y 7°).
Es así que en el mismo sentido que la doctrina citada en su voto
por el juez Magariños se ha dicho que “…la regulación de la
prescripción es una cuestión que pertenece a los presupuestos de la
penalidad, por lo que de acuerdo con lo que dispone el principio de
legalidad no puede modificarse retroactivamente en perjuicio del reo
(así Pawlowski, Die Verlängerung von Verjährungsfristen, NJW 1965,
287 ss. y Der Stand der rechtlichen Discussion in der Frage der
strafrechtlichen Verjährung, NJW 1969, 594 ss.; Lorenz, Strafrechtli­
che Verjährung und Rückwirkungsverbot, GA 1968, 300 ss; Arndt, Zum
Problem der strafrechtlichen Verjährung, JZ 1965,148; Grünwald, Zur
verfassungsrechtlichen Problematik der rückwirkenden Änderung von
Verjährungsvorschriften, MDR ZStW 80 (1968), pág. 364; Wilms, Zur
Frage rückwirkender Beseitigung der Verjährung, JZ 1969, 61; graves
objeciones contra la retroactividad formula por razones generales
jurídico­constitucionales, P. Schneider, NS­Verbrechen und
Verjährung, Festschrift für O.A. Germann, 1969, pág. 221. Todos
citados por H. H. Jescheck en su Tratado de Derecho Penal, Parte
General, Volumen Segundo, trad. Mir Puig­Muñoz Conde, ed. Bosch,
Barcelona, 1981, pág. 1239). En la doctrina española puede
encontrarse idéntica postura en Muñoz R., Campo Elías ­ Guerra de
Villalaz, Aura E., Derecho Penal, pág. 152 y Morillas Cueva Lorenzo,
Curso de Derecho Penal Español, pág. 116. El profesor Jescheck

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

señala, a su vez, que incluso quienes sostienen la tesis procesalista


respecto del instituto de la prescripción, deben tener en cuenta que la
prohibición de retroactividad se aplica actualmente cada vez más
también a los presupuestos procesales (op. cit., loc. cit). De lo dicho
hasta aquí cabe concluir que conceder eficacia ex post a normas que
prolonguen los plazos de prescripción … afecta indudablemente al
requisito de lex praevia exigido por el principio de legalidad
establecido en el art. 18 de la Constitución Nacional...” (Fallos:
327:3312, voto del juez Fayt, considerando 14, “in fine”).
Con base en todo lo expuesto, coincido con el Dr. Magariños en
que los recurrentes no han fundamentado adecuadamente las razones
por las cuales cabría otorgar al principio de legalidad, en lo que aquí
interesa, un alcance diverso al sostenido en el fallo impugnado.
III. En orden a las críticas dirigidas por los recurrentes a lo
sostenido en el decisorio recurrido en orden a que los hechos
denunciados en autos, más allá de la gravedad que se deriva de su
simple descripción, no reúnen las características que con arreglo a los
criterios establecidos en diferentes pronunciamientos de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, posibilitarían su inclusión en la
categoría de “graves violaciones a los derechos humanos” frente a los
cuales no resulta oponible el instituto de la prescripción, cabe remitirse
en beneficio a la brevedad a la exhaustiva reseña de precedentes de la
citada Corte efectuada por el Dr. Magariños en su voto.
De tal recopilación, al igual que de la efectuada por el Juez
García en el acápite 6 de su voto en el precedente “M., P. S.”, registro
1128/2017, y de la que llevó a cabo el Sr. Procurador Fiscal ante la
Corte Nacional en el acápite VI de su dictamen del 3 de febrero de 2014
en los autos “Funes, Gustavo Javier y otro”, F.294, L.XLVII, se
desprende que en todos los casos en que ello fue así considerado, se
trató de supuestos en que los hechos cometidos en perjuicio de las
víctimas habían sido cometidos por agentes estatales, y eventualmente

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
por particulares, pero que hubiesen obrado en todos los supuestos con la
aquiescencia o bajo la dirección estatal.
No puede predicarse que en el reciente pronunciamiento “V., R.
P. y otros vs. Nicaragua”, del 8 de marzo de 2018, la Corte hubiese
establecido una doctrina distinta de la hasta aquí sostenida, toda vez
que, aun cuando allí se trató de la violación de una niña en un ámbito
familiar por un agente no estatal, la responsabilidad del Estado no
derivó de la aplicación al caso de normas relativas a la prescripción que
hubiesen llevado a la paralización de la actuación judicial, sino de la
inobservancia por parte de aquel de los deberes de debida diligencia
durante el procedimiento judicial en sí.
Por otra parte, es claro que la Convención Americana sobre
Derechos Humanos fue concebida, en especial, para proteger a las
personas respecto de actos de los Estados partes, llevados a cabo por
agentes estatales o que actúen bajo aquiescencia estatal, que impliquen
una afectación a los derechos y libertades reconocidos en ella o una
restricción a su libre y pleno ejercicio (art. 1, CADH), lo cual generará
en su caso la responsabilidad pertinente del Estado parte, a través de
una decisión de la Corte (art. 63, ibídem).
Por lo tanto, la exclusiva intervención de particulares en tal clase
de actos sí podrá generar responsabilidad individual, en su caso, para
aquellos, conforme a las reglas de derecho interno de cada país.
Pero la responsabilidad estatal sólo podría derivar en tales
supuestos, en lo que ahora interesa y es materia de recurso, de un
defecto de persecución de los delitos de abuso sexual, pero bajo la
condición de que estos últimos estuviesen sometidos a una regla de
imprescriptibilidad reconocida en el derecho internacional de los
derechos humanos.
Ello no se verifica en autos, pues los abusos sexuales habrían
sido cometidos en un ambiente familiar y de convivencia, y respecto de

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

estos últimos no se ha dictado ninguna regla de imprescriptibilidad en el


ámbito del citado derecho internacional.
Tampoco, en razón de las características fácticas en particular de
los hechos aquí denunciados (reitero, más allá de la gravedad que puede
apreciarse en ellos), puede concluirse en que se trate de “graves
violaciones a los derechos humanos” en los términos de la
jurisprudencia de aquel tribunal a la cual ya se hizo mención.
Cabe agregar por último en el mismo orden de ideas, que la
constelación de los delitos sexuales en los que las víctimas son menores
no encaja correctamente en la definición de delitos de lesa humanidad
recogida en el art. 7.1 del Estatuto de Roma (aprobado por nuestro país
a través de la ley 25.390, e implementado por la ley 26.200), pues si
bien aquel precepto hace alusión a “violación, esclavitud sexual,
prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o
cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable”, es
preciso recordar que para que tales hechos puedan ser considerados de
lesa humanidad y, por lo tanto, imprescriptibles según el Estatuto de
Roma, es preciso que la infracción se haya cometido como “parte de un
ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con
conocimiento de este ataque”, lo cual no sucede, obviamente, en el caso
que nos ocupa (conf. Gómez Martín, Víctor, “La prescripción de los
delitos con menores de edad: análisis del problema y propuesta de lege
ferenda”, Generalitat de Catalunya. Centre d’Estudis Juridics y
Formació Especialitzada, año 2017, págs. 39/40).
Por tales razones, el agravio dirigido contra este aspecto del
decisorio recurrido también deberá ser rechazado.
IV. En cuanto a la pretensión de los recurrentes de deducir de los
arts. 25.1 y 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
la conclusión de que la extinción por prescripción de la acción penal no
puede ser un obstáculo para la persecución de delitos como los
involucrados en autos, coincido con el Dr. Magariños, por las razones

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
expuestas en el acápite IV de su voto, a los que cabe remitirse en
beneficio a la brevedad, en que los defectos de fundamentación allí
señalados tornan inadmisible el citado agravio.
Ello, sin perjuicio de lo que se dirá luego respecto de la
aplicación al caso, en lo pertinente, de la doctrina que emana del ya
aludido precedente “Funes, Gustavo Javier y otro” de la Corte Federal
(causa F.294, XLVII, sentencia del 14 de octubre de 2014).
V. En cuanto a la incidencia que para la suerte del recurso tiene la
Convención sobre los Derechos del Niño, incorporada al derecho
nacional a través de la ley 23.849 (B.O.: 22­10­1990), y por lo tanto,
vigente al momento de comisión de los hechos aquí denunciados,
también hago propias las consideraciones efectuadas por el Dr.
Magariños en el acápite V de su voto, a las que me remito en beneficio
a la brevedad, a los fines de sostener la improcedencia de tal cuestión
para la revocación del fallo recurrido.
VI. Finalmente, entiendo que, conforme lo señaló el Dr. Jantus en
su ilustrado voto, no puede prescindirse de un análisis de las diferentes
aristas del caso sometido a examen desde el punto de vista del
parágrafo 97 de la Observación General nro. 14 (reproducido por dicho
Magistrado), del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones
Unidas, órgano que supervisa la aplicación de la citada Convención por
los Estados partes.
Vinculándose la cuestión aquí tratada con presuntos delitos
cometidos contra niños, y a los fines de procurar demostrar que la
solución propuesta para el caso ha considerado de manera primordial,
con arreglo a la citada Observación General nro. 14, el interés superior
de aquellos, entiendo pertinente reproducir aquí algunos párrafos del
voto del juez García Ramírez en el caso “Albán Cornejo y otros vs.
Ecuador” de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Serie C, n°
171, sentencia del 22 de noviembre de 2007).

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

Dijo allí tal Magistrado: (i) “el derecho internacional de los


derechos humanos ha traído consigo una relectura de ciertos derechos
… No diré que la garantía de prescripción … sea necesariamente uno
de estos ‘nuevos derechos releídos’. La regla de prescripción –en la
que juega el dilema entre justicia y seguridad­ … ha constituido y
constituye, conforme a la regulación penal más constante, una defensa
del inculpado, y figura bajo ese título en el catálogo de los derechos de
los que éste puede echar mano para oponerse a la persecución penal
del Estado” (párrafo 27); (ii) “la tutela de los derechos humanos frente
a violaciones especialmente graves e insoportables, que pudieran
quedar a salvo de sanción … ha llevado a excluir ciertos hechos del
régimen ordinario de prescripción…” (párrafo 29); (iii) “ahora bien,
esa imprescriptibilidad de la pretensión … no debiera extenderse a
cualquier hipótesis delictuosa. La reducción o exclusión de derechos y
garantías tiene carácter extremo en el examen sobre la pertinencia de
mantener ciertos derechos tradicionales, cuando se quiere proveer, por
aquel medio riguroso, a la mejor protección de otros derechos y
libertades. La supresión de derechos acostumbrados debe ser, por lo
tanto, excepcional, no regular o rutinaria, y vincularse precisamente
con las más graves violaciones a los derechos humanos (habida cuenta
de la evolución contemporánea del orden jurídico internacional,
Derecho internacional de los derechos humanos, Derecho
internacional penal, con amplio desarrollo normativo y examen
jurisprudencial y doctrinal)” (párrafo 30).
Ya hemos visto que, en el caso, no puede hablarse de un
supuesto de “grave violación a los derechos humanos” en los términos
en que aludieron a ellos, tanto el Juez García Ramírez, como los demás
precedentes ya referidos.
Así las cosas, es clara la tensión que en autos se verifica entre,
por un lado, el derecho de la víctima a la justicia y al castigo (con el
correlativo deber del Estado de investigar y sancionar las violaciones a

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
los derechos humanos), y por el otro, los derechos fundamentales de la
persona que puede recibir una sanción penal, ambos amparados por la
Convención Americana (arts. 1, 2, 7, 8, 9 y 25), y el primero de ellos
garantizado adicionalmente por la Convención sobre los Derechos del
Niño.
Es así que encuentro que la solución más adecuada para el caso,
en consonancia con la jurisprudencia ya citada y los demás
fundamentos dados hasta aquí, es emitir mi voto en el mismo sentido
que el Juez Magariños.
No obstante ello, entiendo que la consideración primordial del
interés superior del niño lleva indefectiblemente, en el “sub lite”, a que
conforme al criterio jurisprudencial fijado por la Corte Federal en el
citado precedente “Funes” (a cuyos fundamentos, que remiten a su vez
a los del Sr. Procurador Fiscal –en especial, acápite IX­, cabe remitirse
en beneficio a la brevedad), y según también lo propuso el Juez García
en el aludido fallo “M., P. S.” (acápite 8), deba habilitarse una instancia
jurisdiccional para que, quienes se presentan como víctimas en el “sub
lite”, puedan acceder a la determinación de la verdad de los hechos que
denuncian, aun frente al obstáculo para la persecución penal y castigo
del presunto autor derivado de la prescripción operada y correctamente
declarada.
Por último, y en cuanto a las costas, entiendo que debe eximirse
de ellas a las partes vencidas, por considerar que tuvieron razones
plausibles para litigar (arts. 530 y 531, CPPN). Ello, en función de los
derechos y garantías involucrados, y el alcance que pretendieron
asignarle, que aun cuando resultó perdidoso en esta jurisdicción, fue
receptado en anteriores pronunciamientos de la Cámara Federal de
Casación.
Tal es mi voto.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 3
CCC 38644/2015/CNC1

En virtud del acuerdo que antecede, la Sala III de la Cámara


Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital
Federal, por mayoría, RESUELVE:
I. DECLARAR PARCIALMENTE INADMISIBLES los
recursos de casación interpuestos en punto al agravio vinculado a la
interpretación de los artículos 8, inciso 1° y 25, inciso 1° de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 444, 2°
párrafo, del Código Procesal Penal de la Nación).
II. RECHAZAR los restantes agravios introducidos y, en
consecuencia, CONFIRMAR la resolución impugnada (artículo 470 –
a contrario sensu– del Código Procesal Penal de la Nación).
III. HABILITAR a quienes se presentan como víctimas en el
caso a que puedan acceder en este proceso a la determinación de la
verdad de los hechos que denuncian, instando la producción de las
medidas de prueba que estimen pertinentes.
Costas procesales en el orden causado (artículos 530, 531 y 532
del Código Procesal Penal de la Nación).
Se hace constar que el juez Alberto Huarte Petite participó de la
deliberación llevada a cabo luego de celebrada la audiencia prevista en
los artículos 465, último párrafo, y 468 del Código Procesal Penal de la
Nación y emitió su decisión en el sentido indicado, pero no suscribe la
presente por encontrarse actualmente en uso de licencia (artículo 399 in
fine del Código Procesal Penal de la Nación).
Por intermedio de la Oficina Judicial de esta Cámara, regístrese,
notifíquese a las partes intervinientes en esta instancia, comuníquese
(acordada 15/13 C.S.J.N. y lex 100) y devuélvase al tribunal de
procedencia, sirviendo la presente de atenta nota.

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798
MARIO MAGARIÑOS PABLO JANTUS
-en disidencia parcial- -en disidencia parcial-

Ante mí:

PAOLA DROPULICH
SECRETARIA DE CAMARA

Fecha de firma: 18/12/2018


Alta en sistema: 19/12/2018
Firmado por: PABLO JANTUS
Firmado por: MARIO MAGARIÑOS
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA

#27180173#218051122#20181219122718798

También podría gustarte