Tarapia de Juego Trabajo Final
Tarapia de Juego Trabajo Final
Tarapia de Juego Trabajo Final
¿Cómo funciona?
Mediante esta técnica, se le dota al niñ o de diferentes recursos lú dicos, como muñ ecos,
animales, pizarras, colores, personajes, etc, que le permiten representar realidades
personales que le producen malestar, como un intento de expresar sus emociones,
contenerlas y promover formas alternativas má s adaptativas para gestionar sus problemas.
Durante esta técnica, se da libertad al niñ o para que utilice libremente los materiales
expuestos, permitiendo la expresió n de sus necesidades y conflictos. El terapeuta va
interviniendo en la medida en la que el niñ o lo incluye en el juego, analizando las
secuencias y el juego que va desarrollando, interviniendo a partir de las necesidades del
niñ o, reflejando sus emociones, conteniéndole, incluyendo recursos y presentando
alternativas que le ayuden a reparar lo que está herido o a construir lo faltante.
Es una modalidad de intervenció n muy flexible, ya que puede aplicarse en los casos de la
clínica infantil, desde niñ os preescolares hasta incluso preadolescentes. Con frecuencia
suele aplicarse a partir de los 3 añ os, edad en la que se desarrollan las capacidades
cognitivas del niñ o para poder realizar el juego simbó lico. Este tipo de juego se refiere a la
capacidad del pequeñ o para representar sentimientos, experiencias y situaciones de la
realidad a través de símbolos, en este caso juguetes, proceso por el que pasa de la realidad
a la fantasía continuamente. Al ser libre y favorecer mú ltiples recursos para su uso, es
aplicable a cualquier tipo de conflicto psicoló gico que manifieste el niñ o.
“Dani era un chico de 9 añ os que tenía dificultades de adaptació n, tanto en casa como en el
colegio, fue derivado a terapia por problemas de agresividad. Vivía con su madre, su
padrastro y una hermanastra mucho menor que él, que recibía una atenció n especial con
una diferencia muy marcada con respecto al trato hacia él.
A lo largo de las sesiones de psicoterapia se utilizó la terapia de juego, en la que Dani pudo
actuar su problema a través de ésta, con ayuda de marionetas. En su juego, de forma
espontá nea representó distintos personajes, con los cuales tenía una relació n similar. Dani
parecía vivir la autoridad de su padrastro y del director de su colegio, de forma muy
dictatorial. Los sentimientos de ambivalencia hacia su padre se manifestaban en las
marionetas en dos partes del juego, en las que primero, le pegaba con mucha agresividad, y
luego, le defendía de otros que querían lastimarle:
Dani observa todos los juguetes que hay, se detiene y mira las marionetas, coge una
marioneta comienza a hacer voces “É ste es Ronny, el niñ o malo, su padre quiere que se
levante y siempre lo está mandando, pero no llega tan lejos”… -Va cambiando las voces
segú n los personajes- “¡Levá ntate y ve a colegio!”, “No quiero”, “Eres un tonto, eres el niñ o
má s tonto que he conocido”. Comienza a golpear a la marioneta que representaba al niñ o,
finalmente cuenta que el niñ o decide escaparse de casa…
Tras varias secuencias de juego, el niñ o acaba pegando a un payaso con el que el padre
había tenido un problema y le había insultado, “tú le pegaste a mi padre, voy a dejarte como
un trapo”. La terapeuta refleja la ambivalencia hacia la figura paterna y le ayuda a integrar
có mo puede experimentarse sentimientos tan opuestos, a la vez que encuentra una forma
de relacionarse donde se siente mejor.
A lo largo de las sesiones, continuó utilizando las marionetas para actuar sus problemas
familiares, permitiendo trabajar la agresividad que sentía hacia su padrastro, su hermana y
el colegio, reduciendo significativamente sus comportamientos agresivos que le llevaron a
terapia”.
Los objetivos
El objetivo principal
La técnica psicoanalítica del juego su historia y significado. Cuando comenzó su trabajo era
un principio establecido que se debía hacer un uso muy limitado de las interpretaciones.
Entonces y por mucho tiempo, el psicoaná lisis era considerado adecuado solamente para
niñ os desde el período de latencia en adelante. El tratamiento de Fritz se llevó a cabo en la
casa del niñ o, con sus propios juguetes. Este aná lisis fue el comienzo de la técnica
psicoanalítica del juego, porque desde el principio el niñ o expresó sus fantasías y
ansiedades principalmente jugando, y al aclararle consistentemente su significado,
apareció material adicional en su juego.
Este aná lisis fue el comienzo de la técnica psicoanalítica del juego, porque desde el
principio el niñ o expresó sus fantasías y ansiedades principalmente jugando, y al aclararle
consistentemente su significado, apareció material adicional en su juego. En esencia, se usó
con este paciente el método de interpretació n característico de la técnica de Klein. Este
enfoque corresponde a un principio fundamental de psicoaná lisis, la libre asociació n. Al
interpretar no solo palabras del niñ o, sino también sus actividades en los juegos, aplicó este
principio bá sico a la mente del niñ o, cuyo juego y acciones (y toda su conducta) son medios
de expresar lo que el adulto manifiesta predominantemente por la palabra. Otros dos
principios del psicoaná lisis, establecidos por Freud, que sirvieron de guía: la exploració n
del inconsciente como tarea principal del procedimiento psicoanalítico y el aná lisis de la
transferencia como medio de lograr este fin. Precondició n para el psicoaná lisis de un niñ o
es comprender e interpretar las fantasías, sentimientos, ansiedades y experiencias
expresadas por el juego o, si las actividades del juego está n inhibidas, las causas de la
inhibició n.
La terapia de juego se define como una relació n interpersonal diná mica entre un niñ o (o
una persona de cualquier edad) y un terapeuta entrenado en procedimientos de terapia de
juego que proporciona materiales de juego seleccionados y facilita el desarrollo de una
relació n segura para que el niñ o (o la persona de cualquier edad) exprese y explore por
completo el self(sentimientos, pensamientos, experiencias y conductas) a través del juego,
que es el medio natural de comunicació n del niñ o para el crecimiento y desarrollo ó ptimos
(p. 16).
Los objetivos
Dado que se considera que los juguetes son las palabras de los niñ os y que el juego es su
lenguaje, debe hacerse una selecció n cuidadosa y deliberada de los juguetes y materiales
que faciliten la relació n y el proceso de la terapia de juego centrada en el niñ o. Los
materiales deben fomentar la actividad auto dirigida del niñ o y facilitar una amplia
variedad de sentimientos y actividades lú dicas.
No todos los juguetes y materiales animan la expresió n o exploració n de los sentimientos,
necesidades y experiencias de los niñ os. Por ejemplo, usar un mazo de cartas o un juego
de mesa no garantiza una experiencia de juego que promueva el crecimiento. De hecho,
puede argumentarse que es má s probable que esos juegos promuevan la competencia, lo
que contradice el desarrollo de la relació n. Los materiales de juego que son mecá nicos,
complejos, muy estructurados o que requieran la ayuda del terapeuta de juego para ser
manipulados por lo general no facilitan la expresió n de los sentimientos o experiencias
de los niñ os. Pueden ser frustrantes para los pequeñ os y fomentar la dependencia en
niñ os que ya se sienten impotentes o inadecuados.
Los juguetes y los materiales que el niño utilice en sus juegos constituyen el vehículo
para comunicarse con el terapeuta
Pueden presentar:
· Acting out,
· Retraimiento
· Bajo rendimiento escolar
· Dificultades en el desarrollo, aunque no existan problemas físicos y médicos.
Los niños y las niñas en terapia de juego atraviesan de manera característica cuatro
etapas, variando en algunas ocasiones el orden de las primeras tres:
Etapa 2: Mientras mayor sea la confianza de los pequeñ os con el terapeuta de juego, y
tengan mayor seguridad de que se les acepta y respeta en el cuarto de juego, será n má s
capaces de enfocar su enojo o temor en cosas o personas definidas, fuera de sí mismos.
Etapa 3: En este momento llega la construcció n de sentimientos positivos. Los niñ os aman
y odian al mismo objeto, lo cual quizá s sea doloroso e incomprensible para el niñ o y el
objeto, si éste es una persona.