Unidad Temática 2
Unidad Temática 2
Contenidos:
2.1. La Integración teórica. El hombre como ente bio-psico-social.
2.2. Procesos cognitivos, afectivos y comportamentales.
2.3. Rasgos de personalidad.
2.4. Trastornos de personalidad y trastorno mental.
Tal como hemos visto en la última clase, aún no hay una psicología de la personalidad
verdaderamente acumulativa e integrada, persistiendo toda una serie de enfoques antagónicos.
Por ello, los psicólogos sostienen posiciones teóricas a partir de las cuales enfocan su
práctica. Usualmente, eligen entre alguna de las siguientes cinco posibilidades para posicionarse
ante la diversidad teórica: 1) escolasticismo (asunción de la defensa de un solo modelo); 2) posición
multiparadigmática (asunción de la existencia de varios modelos cada uno de los cuales se
desarrolla por separado); 3) eclecticismo (se recogen propuestas de distintos modelos porque
resultan aplicable y prácticas, sin generarse una teoría global explicativa y armónica); 4) trabajo con
niveles o dominios (se idea un sistema en el que determinadas teorías son pertinentes para
estudiar determinados aspectos llamados dominios de la personalidad, mientras que su relevancia
es menor para otros; 5) integración (elaboración de una teoría global que agrupe de modo
coherente resultados y prácticas de distintos modelos.)
La búsqueda del logro de esta última posición, la integración teórica, es un anhelo actual en
torno al desarrollo del área dentro del campo de la Psicología. Responde al modelo biopsicosocial, o
enfoque participativo de salud y enfermedad, que postula que el factor biológico, psicológico
(cogniciones, afectos y comportamientos) y los factores sociales desempeñan un papel significativo
de la actividad humana en el contexto de una enfermedad o discapacidad. Este enfoque se utiliza
en campos como la medicina, enfermería, psicología clínica, psicopedagogía, sociología y en
particular en ámbitos más especializados como la psiquiatría, la fisioterapia, la terapia ocupacional
y el trabajo social, respondiendo a la conceptualización de salud definida por la Organización
Mundial de la Salud (OMS), cuando detalla: "es el estado de completo bienestar físico, mental y
social, y no tan solo la ausencia de enfermedad o afección": este modelo concibe al hombre como
ente biopsicosocial.
En la actualidad, entonces, la mayoría de los trabajadores de la salud mental cree que los
trastornos están influidos por las predisposiciones genéticas y los estados fisiológicos, por la
dinámica psicológica interna y por las circunstancias sociales y culturales. Para su correcto abordaje
se requiere un enfoque interdisciplinario, que intente rescatar los aportes singulares de cada
disciplina y produzca una intervención conjunta, en función de las diferentes aproximaciones al
mismo objeto de estudio.
El programa de investigación biológico asume que son condiciones internas a la persona las
variables fundamentales que regulan su comportamiento, por ende, estudia las diferencias en el
funcionamiento de los sistemas o estructuras orgánicos. Lo hace con procedimientos
experimentales. En esta área encontramos las investigaciones de las neurociencias, entre ellas, la
neuropsicología, con los estudios de las funciones cerebrales.
No debemos olvidar que la especie humana se distingue de las otras especies vivas porque
las funciones cerebrales superiores le han permitido, en buena medida, modificar el ambiente y las
circunstancias en las que vive. Estas funciones -que son aquellas que ponen en juego las
capacidades de organización de la información perceptual, la rememoración del aprendizaje
anterior, la integridad de los mecanismos cortico-subcorticales que sustentan el pensamiento y la
capacidad de tratar dos ó más informaciones o eventos simultáneamente-, junto con el aumento
del tamaño cerebral, terminaron confiriéndole a los seres humanos las particularidades que los
distinguen.
Veamos entonces, el conjunto de procesos mentales que tienen lugar entre la percepción de
los estímulos y las respuestas a estos, que conforman los procesos cognitivos. La cognición es la
actividad mental asociada con el procesamiento, la comprensión, la capacidad para recordar y para
comunicar la información recibida del mundo externo.
Mediante el llamado procesamiento ascendente se realiza el análisis que comienza con los
receptores sensoriales y concluye con la integración de la información sensorial en el cerebro. El
cerebro interpreta lo que detectan los sentidos y realiza el procesamiento de información guiado
por operaciones mentales de alto nivel que permite construir percepciones a partir de la
experiencia y las expectativas. Este procesamiento se denomina procesamiento descendente.
Por ejemplo:
Figura 1 Figura 2
En la figura 2, alguien puede ver un hombre narigón tocando una trompeta, o bien, el rostro de
una mujer. Esta figura nos permite observar que siempre los estímulos se organizan en una figura
para que contraste con un fondo. La posibilidad de inversión de figura y fondo nos demuestra que
un mismo estímulo puede desencadenar más de una percepción.
Atención espontánea: Es la solicitada por valores intrínsecos del estímulo en relación con
las necesidades o intereses del organismo.
Atención voluntaria: Aquí media una decisión del sujeto para movilizarla, focalizarla y
mantener la atención. Se relaciona con la capacidad de concentración.
Memoria Sensorial (MS) o inmediata. Se caracteriza por depender de los sentidos, ser muy
breve y sólo aparecer cuando los sentidos se activan. Ejemplos: Cuando entramos en una
habitación y salimos de ella lo que alcanzamos a recordar y que luego se diluye es producto
de esta memoria.
Codificación
Acontecimien- Memoria Memoria a Memoria a
tos externos sensorial corto plazo largo plazo
Codificación Recuperación
La memoria es indispensable para la vida, sin ella no podríamos saber quienes somos ni
desenvolvernos en el mundo, ya que no habría posibilidad de aprender y usar la información.
En este punto, es importante destacar que el estudio de la memoria contribuye en gran medida
a los hallazgos de la Psicología del Testimonio. Los estudios revelan que la memoria almacena los
eventos en forma reconstructiva, es decir, puede cambiar a partir de factores al momento de la
recuperación y en función de nueva información incorporada.
Veámoslo con un ejemplo: recuerden una escena feliz de sus vidas en la cual hayan estado
presentes. ¿Lo recuerdan? Tal vez una navidad, una reunión con amigos, una declaración de amor…
Es probable que cada uno de Uds. se “vean” en la escena recordada, como si fueran un
personaje más de la escena, como si estuvieran viendo una película. Sin embargo, siendo un
recuerdo de ustedes sobre ustedes mismos, no deberían “verse” en la escena, ya que la información
que recuperan fue obtenida desde sus propios sentidos. Sin embargo, lo recordamos como si nos lo
hubieran contado…. Es un claro ejemplo de cómo la memoria es reconstructiva.
Esto nos lleva directamente al problema del discernimiento de recuerdos verdaderos y falsos. La
amnesia de la fuente (es decir, la atribución del recuerdo a una fuente errónea) junto con el efecto
de la información errónea (o sea, la exposición a informaciones sutiles equivocadas respecto del
hecho recordado) es la base de recuerdos falsos. Discernir si un recuerdo es verdadero o falso es
foco de gran conflictiva en los debates judiciales, en aquellas causas en que se depende de la
prueba testimonial para llegar a una sentencia.
Los conceptos son agrupaciones mentales de objetos, hechos y personas similares. Responden a
nuestra capacidad de realizar abstracciones mentales, que permite hacer generalizaciones y
jerarquizaciones.
Sin embargo, los procedimientos habituales utilizados en la resolución de un problema son los
algoritmos, y los procedimientos heurísticos. Los algoritmos son estrategias que garantizan la
solución; por ejemplo, un algoritmo son las reglas para realizar una división cualquiera de dos
números, es decir lo que haríamos para dividir 240/30. Estas reglas dan un resultado
indefectiblemente correcto. Los procedimientos heurísticos en cambio (del griego “heuriskó”:
hallo, descubro) son procedimientos que proveen ayuda en la solución de un problema, pero no de
manera justificada. Son juicios intuitivos, que se basan en el conocimiento parcial, en la experiencia
o en suposiciones que a veces son correctas y otras veces erradas, no existe una seguridad absoluta
y lógica sobre los mismos.
Los investigadores Kahneman y Tversky, alrededor de los años 1970, trabajaron juntos en
estudios de los juicios humanos frente al riesgo e incertidumbre. Introdujeron su enfoque sobre
heurística y sesgos que desafió los modelos que dominaban en la época y que eran estrictamente
La heurística del anclaje y ajuste alude al proceso mental que se fundamenta en la realización
de una estimación, por parte del sujeto, a partir de un valor inicial (anclaje), que progresivamente
se ajusta a medida que obtiene información adicional. Este procedimiento mental da lugar a
resultados diferentes, simplemente por el hecho de que se haya empezado por un valor distinto, es
decir que, con frecuencia, la valoración inicial ejerce una influencia indebida y desproporcionada
sobre al análisis del problema.
El lenguaje, que es el indicador más tangible del poder del pensamiento humano, es un código
de sonidos o gráficos que sirven para la comunicación social entre los seres humanos. Está formado
por fonemas (sonidos básicos del discurso), morfemas (unidades elementales con significados), y la
semántica (normas relacionadas con el significado) y la sintaxis (normas referidas al orden de las
palabras) que constituyen la gramática. Involucra tanto la expresión verbal y escrita, como la
compresión verbal y lectora.
El lenguaje puede sufrir alteraciones, siendo las más frecuentes, la afasia (pérdida o trastorno
de la producción, comprensión o ambas del lenguaje escrito o hablado), disartrias, anartrias
(defectos en la articulación), afonía-disfonía, entre otras.
Por su parte, la inteligencia puede definirse como la cualidad mental que consiste en la
capacidad para aprender de la experiencia, resolver problemas y utilizar el conocimiento para
adaptarse a las situaciones nuevas. En los estudios de investigación, la inteligencia es lo que miden
los tests de inteligencia. Consiste en capacidades, habilidades y aptitudes que se desarrollan en
forma compleja. Se ha debatido largamente si existe un factor general subyacente a las
capacidades mentales específicas, lográndose consenso en que la inteligencia implica varias
capacidades distintas (por ejemplo, capacidad de razonamiento, capacidad espacial, o capacidad
verbal, etc.) que se agrupan en la misma persona con bastante frecuencia para definir un factor
La inteligencia concreta se desarrolla en los primeros años de vida en los seres humanos y es
aquella que resuelve problemas con la manipulación de los objetos. Por ej., un niño que suma o
resta con los dedos de la mano, un tornero que realiza un objeto para que una máquina funcione.
Actualmente, también existen teorizaciones que afirman que no existe una inteligencia, sino
múltiples inteligencias, cada una relativamente independiente de las demás. Se mencionan:
Por su parte, la inteligencia emocional implica la habilidad para percibir las emociones al
reconocerlas transmitidas por los rostros, fragmentos musicales, diseños gráficos, etc.; entenderlas
en el cambio a través del tiempo, pudiendo predecir emociones diferentes y aprehender su
combinación; y regularlas al clasificar las estrategias alternativas que se pueden utilizar cuando uno
se enfrenta con conflictos de la vida real. O sea, este tipo de inteligencia involucra que podemos
comunicarnos, vincularnos y desarrollarnos en forma más armónica con nuestro entorno social.
Cuando se habla de afectos, se habla de todo estado afectivo, penoso o agradable, vago o
preciso, que se presenta en forma de descarga masiva o como tonalidad general. Corresponde a
aquello que nos afecta positiva y negativamente Son adquiridos e innatos. Se pueden mencionar
diferentes tipos: impulsos, emociones, sentimientos y pasiones. La diferencia entre estos afectos
consiste en que los impulsos son involuntarios, las emociones necesitan de un estímulo externo, a
su vez, los sentimientos tienen una duración mayor que las emociones, son más profundos y las
pasiones sobrepasan la razón, por tanto son una exageración o exacerbación de los sentimientos.
Las emociones son un tanto complejas. Surgen a partir del interjuego de la activación
fisiológica, la conducta expresiva y la experiencia consciente.
Cognición Fisiología
(evaluación) (excitación,
etc.)
Expresión
(demostración
abierta)
Existen tres grandes teorías en torno a las emociones. La teoría de James-Lange dice que la
experiencia de la emoción es la conciencia de las respuestas fisiológicas a los estímulos que provoca
la emoción. Es decir, para estos autores, por ejemplo, uno se siente triste porque llora, o está
tembloroso porque tiembla: la emoción surge a consecuencia de la respuesta corporal a
La mayoría de los investigadores actuales está de acuerdo con esta última teoría, pero dicen
que, como señalaron James-Lange, las reacciones físicas constituyen un elemento importante de la
emoción.
Por su parte, la teoría de los dos factores, formulada por Schachter, responde a la polémica
más reciente entre los investigadores de la emoción respecto de si podemos experimentar
emociones independientemente de las cogniciones; este psicólogo postula que las emociones se
componen por dos elementos: la excitación física y la identificación cognitiva. Desde esta
perspectiva, para experimentar una emoción es necesario que la persona presente una excitación
física e identifique la emoción de manera cognitiva. Lazarus coincide en que emociones
importantes surgen a partir de interpretaciones e inferencias. Esto último implicaría que según el
grado en que las emociones surjan del pensamiento, se podría esperar que cambien si se modifica
el pensamiento.
A esta altura podemos afirmar, entonces, que los procesos cognitivos y afectivos, se
encuentran presentes y en permanente desarrollo desde que nacemos, interrelacionándose en la
realización de nuestras conductas. En este punto, es importante mencionar la motivación,
concepto que se refiere a una necesidad o deseo que sirve para activar la conducta y orientarla
hacia un objetivo. Se la entiende también como una fuerza que impulsa a actuar o realizar una
Esta primera teoría fue reemplazada por la teoría de la reducción de impulsos y la teoría de
los incentivos. Básicamente postula que una necesidad fisiológica crea un estado de excitación que
impulsa al organismo a reducir la necesidad, aumentando también un impulso psicológico. Es decir,
excitación fisiológica y motivación. El objetivo fisiológico de la reducción de impulsos es la
homeostasis, es decir, un estado interno equilibrado o constante. Asimismo, se reconoce que
también uno se siente atraído por incentivos, que son estímulos positivos o negativos, que atraen o
repelen. Es así que cuando la necesidad y el incentivo se dan juntos, el motivación es muy alta y la
persona se siente impulsada a actuar en consecuencia.
Sin embargo, es necesario agregar que no sólo puede hablarse de homeostasis en las
conductas. Hay conductas que se activan en búsqueda de mayor estimulación, tales como aquellas
que se generan por curiosidad.
Los rasgos pueden ser bipolares o unipolares. Un rasgo unipolar es el que distribuye la
variabilidad entre la ausencia de la misma y su máxima expresión posible. Los bipolares, lo hacen
entre la máxima expresión de un patrón de comportamiento hasta la máxima expresión del
comportamiento contrario, pasando por un punto intermedio que dista de ambos.
Se asume que los rasgos tienen gran influencia biológica, y se encuentran ligados al
funcionamiento psicobiológico.
Definir las características individuales de una persona basándose en una serie de rasgos es
una tarea bastante compleja si se asume que ninguna persona es idéntica a otra, que cada cual
posee su singularidad, su modo de ser único, es por esto que los estudiosos del tema debaten
acerca de cómo hallar patrones comunes en el marco de la amplia gama de diferencias.
Sin embargo, dado que la clasificación en tipos de personalidad dista mucho de captar la
individualidad, se ha buscado clasificar a las personas de acuerdo con varias dimensiones de rasgos
al mismo tiempo. De este modo, se han propuesto rasgos que se consideran básicos –llamados
factores-que tiene correlación estadística de grupos de comportamiento. Es decir que se reúnen
una cantidad de rasgos en un número limitado de factores, de tal suerte que un número
considerable de elementos que están correlacionados queda reducido a un número pequeño de
dimensiones o factores.
Han sido los psicólogos británicos Hans Eysenck y Sybil Eysenck quienes han creído poder
reducir las variaciones normales individuales en dos o tres dimensiones influidas genéticamente,
que incluyen la extroversión-introversión, y la estabilidad emocional-inestabilidad emocional.
Actualmente, los investigadores de rasgos creen que las dimensiones de los rasgos son
importantes, y un modelo llamado “Los cinco grandes” factores de personalidad, tiene gran
aceptación. En general, las personas describen a otras personas en términos bastantes coherentes
con estos cinco grandes factores. Veámoslos en el siguiente cuadro:
Este es el punto clave en el cual otras teorías, en especial las pertenecientes al modelo
psicodinámico, cobran valor. El paradigma psicodinámico mencionado en la primer clase, al basarse
en el método clínico, es decir, en el estudio intensivo de cada persona, permite la exploración del
aspecto dinámico de la personalidad, es decir, los conflictos por los que atraviesa, la forma de
resolverlos o superarlos, la influencia que han tenido sus experiencias pasadas en los momentos
actuales, los deseos que movilizan esa vida singular. Rescata la subjetividad, más allá de un enfoque
en el que priman las teorizaciones generalizadoras.
Hemos planteado que los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de
percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en
una amplia gama de contextos sociales y personales.
Es así que respecto a esto, el DSM V, afirma que un trastorno de personalidad es:
“A. (…) un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta
acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se manifiesta en dos (o más)
de las áreas siguientes: 1. cognición (p. ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los
demás y a los acontecimientos). 2. afectividad (el rango, la intensidad, la labilidad y la adecuación
de la respuesta emocional). 3. funcionamiento interpersonal. 4. control de los impulsos.
B. Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones
personales y sociales.
C. Este patrón persistente provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia
o al principio de la edad adulta.
Este Manual menciona actualmente los siguientes trastornos de personalidad, que sólo
reseñaremos a los fines de su conocimiento, ya que supera ampliamente los objetivos de esta
curso: Trastorno paranoide de la personalidad, Trastorno esquizoide de la personalidad, Trastorno
esquizotípico de la personalidad, Trastorno antisocial de la personalidad, Trastorno límite de la
personalidad, Trastorno histriónico de la personalidad, Trastorno narcisista de la personalidad,
Trastorno de personalidad por evitación, Trastorno de la personalidad por dependencia, Trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad, Trastorno de la personalidad no especificado, otro
trastorno de la personalidad especificado y cambio de la personalidad debido a otra afección
médica.
1
NOTA: El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés Diagnostic and Statistical Manual of
Mental Disorders, DSM V) de la Asociación Americana de Psiquiatría, contiene una clasificación de los trastornos
mentales y proporciona descripciones de las categorías diagnósticas, que clínicos e investigadores de las ciencias de la
salud utilizan para diagnosticar, estudiar e intercambiar información y tratar los distintos trastornos mentales.
Es importante aclarar que la definición de trastorno mental se redactó con fines clínicos, de
salud pública y de investigación y no para satisfacer necesidades técnicas de los juzgados o de los
profesionales que prestan servicios legales. Habitualmente se requiere más información que la que
contienen los criterios diagnósticos para hacer juicios legales sobre temas tales como la
responsabilidad criminal, competencia o discapacidad. Si se usa adecuadamente, la información
diagnóstica y el procedimiento para obtenerla pueden ayudar a los juristas a tomar decisiones,
aunque no hay que olvidar que existe un desajuste entre las cuestiones fundamentales que
interesan a la ley y la información que contiene el diagnóstico clínico.
Pese a que el DSM es el sistema de diagnóstico más utilizado y asumido por los
profesionales de la psicología clínica y los de la psiquiatría, es importante aclarar que debido a que
la teoría y el diagnóstico de los trastornos de personalidad se derivan de las expectativas culturales
dominantes, su validez es cuestionada por algunos expertos, sobre la base de su invariable
También hay críticos del DSM que no aceptan el manual en relación a los trastornos
mentales que describe. Dicen que el aumento de categorías obedece a descripciones demasiado
amplias que patologizan conductas humanas en forma arbitraria.