MODULO 1 - Nuevas Tecnologias en Entornos de Aprendizaje

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Nuevas Tecnologías en Entornos de Aprendizaje

MODULO 1

01.Tecnología y educación: nuevos escenarios para el enseñar.

El lugar de las tecnologías en la educación actual.

Reflexionar y analizar el impacto que las TIC tienen en el ámbito educativo, nos obliga a ampliar la mirada a fin de
partir desde una perspectiva más vasta del análisis. Comencemos a abordar el tema desde lo macro. Para ello
tomaremos la metáfora propuesta por Zygmunt Bauman de que actualmente vivimos en una “modernidad líquida”.

Area Moreira plantea un análisis de la cultura líquida y sólida desde la perspectiva educativa. Plantea una diferencia
entre las características de la “cultura sólida”, y la nueva “cultura líquida”.

La cultura sólida hace referencia a lo que se vino desarrollando durante dos siglos en cuanto a certezas y
conocimientos estables que se transmitían de una generación a otra. En esta trasmisión del conocimiento no existían
replanteamientos relevantes y las transformaciones conllevaban muchos años. Esta transmisión estaba dotada de
generalidad y hegemonía, por lo que se estaba ante la presencia de solidez de las verdades. El conocimiento estaba
asociado a la certeza, a la seguridad de tener argumentos sólidos, a la certidumbre. Este conocimiento era
almacenado y guardado en objetos físicos. Cuando se hacía referencia al volumen de información se estaba
pensando y asociando a espacios físicos que la misma ocupaba. Esto provocaba que la creación, producción y
difusión de obras culturales conllevara lentos procesos que requerían largos tiempos de revisión y diseño hasta
producir una obra cerrada e inalterable.

La cultura sólida se valió de dos grandes instituciones para su afianzamiento y perpetuidad: las bibliotecas y el
sistema educativo. Ambas canonizaron el libro como aquel objeto cultural reverencial. Las bibliotecas contenían
libros en gran cantidad, y brindaban democratización y el acceso a “la cultura”. Las escuelas garantizaban y
democratizaron la alfabetización, brindando herramientas para acceder a los libros.

En el S. XXI se vivencia un proceso a través del cual aquellos objetos culturales de la cultura sólida tienden a
desaparecer o modificarse. Las TIC son señaladas como las provocadoras de este cambio, al que algunos autores
llaman revolución. Este cambio tiene que ver con las formas de creación, producción, difusión y almacenamiento de
la información; las formas de comunicación interpersonal y las formas a través de las cuales se representa la cultura y
el saber. Nos dice Area Moreira, lo digital es una experiencia líquida.

La cultura, en especial la escrita, visual y sonora, se van independizando del soporte físico para adoptar la forma de
datos binarios almacenables, replicables y distribuidos de forma más ágil y económica.

Hoy los ciudadanos vivimos en dos escenarios: el analógico, el real, físico, material; y el mundo virtual, donde nuestra
identidad se completa con la que desarrollamos en él. Las TIC son espacios donde se propicia la comunicación e
intercambio entre sujetos y grupos sociales.

Área Moreira y Pessoa presentan un modelo de alfabetización digital que tiene dos planos: uno referido a los ámbitos
de la alfabetización y el segundo relacionado al aprendizaje.

Así como se alfabetiza para las experiencias e interacciones presenciales y analógicas, se debe alfabetizar para las
experiencias e intercambios virtuales. Ningún ciudadano tendrá una formación completa si no desarrolla las
competencias para transitar en ambos espacios. En ambos espacios deben desarrollarse las competencias
instrumentales; cognitivas; socio comunicacionales; emocionales y axiológicas. Estas competencias darían por
resultado la formación de una identidad y una ciudadanía digital y analógica capaz de actuar de forma crítica,
autónoma y con valores democráticos.

Repensar las prácticas educativas en los nuevos escenarios.

Una de las prácticas más habituales que las políticas educativas han puesto en marcha como respuesta al avance de
las TIC es la de “llenar de pantallas” la escuela. Este proceso se constituye en una trampa.
Es fundamental que los educadores comiencen a reflexionar e imaginar su práctica docente más allá de los procesos
de trasmisión y apropiación del conocimiento. Es necesario que quienes nos ocupamos de la profesión de educar
comencemos a conocer y reconocer las posibilidades didácticas y comunicativas que nos ofrecen los nuevos entornos
tecnológicos. Este proceso conlleva ir más allá de verlos y valorarlos como instrumentos tecnológicos o como nuevos
medios que posibilitan nuevas formas de presentar y representar el conocimiento; es imprescindible comprender
que estamos frente a una nueva cultura del aprendizaje.

Esta nueva cultura implica considerar que las actividades que los estudiantes llevan adelante en contextos mediados
por tecnologías implican procesos cognitivos, afectivos y de autorregulación; es allí donde el docente reconfigura su
rol convirtiéndose en un facilitador, orientador, mediador o tutor que guía y acompaña en la actividad constructiva de
los estudiantes. Para que se produzcan verdaderos procesos de aprendizaje, deben planificarse los procesos de
enseñanza. Ambos procesos no son lineales, las tecnologías por sí solas no propician aprendizajes significativos y
perdurables. Se trata de pensar el enseñar cómo proceso que se desarrolla en nuevos escenarios. Estos nuevos
escenarios tienen la característica de ser, “ambientes de alta disposición tecnológica”; se trata de la posibilidad que
tanto alumnos como docentes tienen de acceder a entornos digitales.

La figura del docente, como guía y acompañante cognitivo, cobra relevancia; porque trata de pensar las TIC como
herramientas culturales que nos brindan la posibilidad de replantearnos nuestro rol docente a fin de desarrollar
propuestas educativas innovadoras, inclusivas y poderosas que generen aprendizajes perdurables en el tiempo.

02.Nuevos procesos de subjetivación y socialización.

El cuerpo, las emociones y las tecnologías.

Martín-Barbero nos plantea que la educación debe enfrentarse y trabajar con un sujeto adolescente diferente al que
se encontraba en el inicio del sistema educativo moderno; el autor lo define como: adolescente cuya experiencia de
relación social pasa cada día más por su sensibilidad, por su cuerpo, ya que es a través de ellos que los jóvenes, que
hablan muy poco con sus padres, les están diciendo muchas cosas a los adultos mediante otros idiomas.

La crisis que atraviesa la educación hoy, se trata de una crisis de comunicación, la escuela no logra actualizarse a las
nuevas dinámicas y lógicas comunicacionales de la sociedad, en parte sucede “por causa de una escuela que sigue
exigiendo a los alumnos dejar fuera de ella su cuerpo y su alma, sus sensibilidades, sus experiencias y sus culturas.

La educación y la escuela, tienen como mandato fundacional el proceso de socialización y alfabetización de los
sujetos que a ella asisten, propiciando la formación de ciudadanos acordes en valores y ética a los tiempos que se
viven. Es en el plano de los valores, las costumbres, los sentimientos donde más se puede observar la crisis de
socialización. Es complejo que las nuevas generaciones logren encontrar un equilibrio, orientación y organización en
cuanto a sus sentimientos y conductas cuando se encuentran inmersas en un contexto global acelerado, con muchos
estímulos y posibilidades, caótico y diversificado.

Cultura, comunicación y TIC.

Bacher afirma que “nacer inmersos en el universo digital no implica tener incorporados los conocimientos ni las
habilidades necesarias para desenvolverse en él, como nacer en el mundo analógico no significa saber de antemano
escribir, multiplicar o menos aún participar”. El imaginario de muchos docentes complejiza la mirada cuando se
afirma que “los alumnos saben de esas cosas”, “¿Qué les vamos a explicar si ya saben cómo hacerlo?”; por otro lado
estos docentes suelen catalogar a los estudiantes de apáticos, desmotivados, desinteresados, etc.

Es cierto que los alumnos “la tienen clara” en aspectos técnicos o en usos de recursos digitales que les permiten la
socialización y el consumo de productos culturales; pero también es cierto que, cuando están frente al desarrollo de
un contenido escolar, en un aula tradicional, se encuentran desmotivados y desinteresados, viviendo ese contexto
material y simbólico como ajeno, extraño.

El desafío que se nos pone en frente es cómo lograr articular ambos sujetos alumnos, el desmotivado en clase y el
activo con ciertas tecnologías; lo cual lleva a repensar una nueva forma de articular el contexto sociocultural-
tecnológico y la escuela.
El hecho de que los jóvenes hoy no transiten los mismos espacios, ni conciban el mundo, sus cuerpos y la vida de la
misma manera, explicita algo que no se desconocía: el “hábitus” de estas generaciones no logra sincronizar con el
espacio educativo, espacio que los espera con un orden y lógica de una época que ya se extingue. Desde el ámbito
escolar se les pide dejar fuera las emociones, sentimientos, lógicas de consumo y de vida, para comenzar a trabajar
con cerebros sin cuerpos inmersos en lógicas cuasi positivistas que llegan a ser antagónicas de la realidad.

Esto no quiere decir que sean dos mundos diferenciados: la escuela y los docentes por un lado y los estudiantes por
otro. La realidad muestra que estos mundos se filtran; encontramos docentes que no logran terminar de apropiarse
de una lógica educativa moderna y buscan espacios para la disrupción, creatividad e innovación, los cuales en no
pocas oportunidades vienen de la mano de las TIC y el espacio virtual. Nos debemos al compromiso de comenzar a
reflexionar sobre estos fenómenos, analizarlos, desmenuzarlos, reordenarlos y socializarlos.

El uso de las redes sociales y la salud social de los jóvenes.

Para un joven que se encuentra con las TIC, las posibilidades que brinda la convergencia digital en los circuitos offline
y online de su vida representan un modo de vida. Estar comunicados a toda hora y en todos los lugares es para ellos
la realidad en la que crecieron inmersos. Lo que para los docentes y la escuela representa una revolución, una
anomalía, hasta una insurgencia; para los jóvenes representa su realidad, su naturalidad, lo que viven día a día.

El hecho de que para ellos el universo digital no sea ajeno, no significa que sepan cómo transitarlo y en este punto la
educación retoma el sentido pedagógico que siempre tuvo, el de educar a fin de que las generaciones que transitan
el ámbito escolar puedan adquirir competencias, habilidades, valores, herramientas, etc.

Estamos frente a la formación de un nuevo ciudadano, diferente al concebido en la modernidad. Se trata de un


ciudadano cuyos ámbitos e intereses de participación cambiaron, mutaron, se trasladaron a otros espacios: el virtual
por excelencia. La identidad adquiere otro significado, se construye de otra manera, con otras lógicas. Hoy los sujetos
contamos con al menos dos identidades, la analógica y la digital; el peso que cada una de ellas tiene en nuestro
sentido de la vida y de la ciudadanía varía en función de la franja etaria, intereses, cultura, consumos, etc.

Una de las características de la educación es su carácter epocal; su contexto histórico, social, cultural, económico,
político, los que le dan sentido y fijan un objetivo al cual debe responder. Hoy la educación parece no encontrar ese
“norte”, esa brújula que le permita reconocer la dirección a tomar; estamos frente a un proceso y realidad bifurcada,
en constante proceso de cambio.

El aula en su amplio sentido, como expresión micro del proceso de enseñar y de aprender, se constituye en uno de
estos escenarios complejos, hoy más que nunca el educar y enseñar está atravesado por la incertidumbre.

03.Condiciones actuales que impone la sociedad red. La participación mediada por la tecnología.

Deconstrucción del rol docente hoy ¿Quiénes somos?

¿Cómo deben ser los docentes en la actualidad?: se trata de un camino que estamos iniciando, de un proceso de
deconstrucción del ser docente moderno para comenzar la reconstrucción de un docente propio de una modernidad
líquida caracterizada por el cambio, la inmediatez, la instantaneidad, etc. En este proceso las TIC jugarán un papel
como herramientas culturales no neutras con lógicas determinadas. Se trata de desnaturalizar la mirada sobre estas
herramientas y comenzar a reflexionar sobre ellas desde lo social, cultural, económico, político, etc.
Este proceso decanta en su uso e incorporación desde un diseño didáctico fuerte, donde el aprender y el conocer
comienzan a tomar incidencia como ejes vertebradores de lo que sucede en la práctica de enseñanza; así pasamos de
las TIC a las TAC, es decir a las tecnologías del aprendizaje y del conocimiento.

Las TAC nos mueven a reflexionar, desde una perspectiva crítica, sobre el concepto de docente “como guía” o “como
acompañante”. Se trata de un docente que usa e incorpora estas herramientas culturales desde una metodología de
enseñanza basada en lo que Freire denomina “praxis”, es decir reflexión- acción. Es vital que hoy los docentes
podamos llevar a cabo este proceso dialéctico, en el cual logremos reflexionar sobre nuestra realidad, nuestra
cotidianeidad, sobre nuestra situación como docentes, para luego poder pasar a una acción de cambio, una acción
que deje atrás lo estático, lo naturalizado, lo dado. Con este proceso de “praxis” como educadores redefinimos y
avanzamos en un camino de las TAC a las TEP, las tecnologías de la emancipación y empoderamiento.

Parte del proceso de “praxis” es el de recuperar los cuerpos, como decía J. Martín-Barbero, no solo los cuerpos de los
estudiantes, sino el de los docentes. Implica comenzar a pensar en las emociones, del “cómo me siento con”. Las
emociones son parte constitutiva de todo cambio, y más aún en lo que refiere a la trayectoria de un docente, que se
maneja en torno a un repertorio de certezas otorgadas por el ejercicio de la profesión, de su identidad docente, la
individual y la social y una concepción de la institución escolar anclada en los paradigmas de transmisión y formación
propios del contexto histórico que le dio origen a la escuela moderna.

04.Nativos digitales.

Ser nativo digital hoy, ¿a qué nos referimos?

El concepto de “nativos digitales” vio la luz de la mano de Mac Prensky. Son personas que nacieron familiarizados con
múltiples TIC, y los inmigrantes nacieron antes del mundo digital. El principal argumento de Prensky es el de
identificar que los estudiantes que acceden a la universidad son diferentes a sus docentes en relación con el uso
constante y frecuente de las tecnologías, lo que genera que puedan adaptarse más rápido a los cambios del entorno.

El análisis de Prensky fue una base importante en cuanto comenzar a analizar las características de los estudiantes
frente a las TIC. No se tardó en comenzar a tomar posturas o miradas diversas sobre un significado más profundo en
cuanto al término. Así nos encontramos frente a perspectivas que asumen que frente al hecho de que se trata de
usuarios frecuentes de las TIC, su nivel de conocimiento de las mismas es más avanzado que el de sus padres o
docentes y esto genera que sean más rápidos en la búsqueda de información, que puedan trabajar con multitareas al
mismo tiempo, que procesen en paralelo, que tomen decisiones de forma más rápida, y que tengan una forma de
pensamiento más ligado a lo gráfico que a lo textual, la inmediatez es su constante y se orientan sobre la base de
objetivos o logros personales.

Los jóvenes tienen un manejo superficial de las tecnologías, ligado a limitados usos, con escasas competencias para
la búsqueda y análisis de la información, muchas de las características y potencialidades de diversos entornos
virtuales les son ajenos o desconocidos basándonos en que su uso está limitado al intercambio del tipo social. Los
empleos con relación a las TIC y los entornos digitales son similares entre los nativos y los inmigrantes digitales, y
hasta en ocasiones son mayores o con más profundidad y asiduidad en el caso de estos últimos.

En este afán de lograr comprender las características de los estudiantes en un mundo tecnologizado y digitalizado, se
sumó otra manera de denominarlos: “generación Net”, la cual se compone de las personas que para 1999 tenían
entre 0 y 22 años. Las particularidades de la generación Net es el hecho de que crecieron y/o lograron apropiarse
rápidamente de las herramientas TIC y los entornos digitales.

Términos como nativos digitales, generación Net o millennialls buscan comprender de alguna manera y tipificar las
brechas generacionales que se sienten más profundas desde la llegada de las TIC.

Es interesante que como educadores conozcamos y reconozcamos estas tipificaciones generacionales a los fines de
comprender que las mismas interpelan no solo el ámbito educativo, sino también el social, cultural, político,
económico, etc. Se trata de constructos a través de los cuales, se piensan formas de consumo y tipos de negocios en
grandes empresas, formas y lógicas laborales, maneras de expresar las emociones o el arte, etc.

Las distintas generaciones que conviven en el trabajo.


El constructo tipológico generacional se basa en múltiples variables que van desde los sucesos mundiales que se
desarrollaron, las tecnologías a las que accedían, las certezas o incertidumbres que los rodeaban, las expresiones
culturales, los movimientos sociales y económicos, etc. Esto genera consumos culturales, competencias, hábitos,
valores y usos que hacen que cada generación conciba y construya su entorno de forma diferente, lo cual infiere en
su expectativa en relación al futuro.

Esta realidad interpela a la educación en general y a las instituciones educativas en particular, porque, individuos de
distintas generaciones utilizan las mismas herramientas culturales y tecnológicas, pero sus hábitos de consumo y sus
expectativas sobre el impacto que dichas herramientas tienen sobre su individualidad, su autopercepción y la mirada
sobre el otro, son diferentes y hasta en ocasiones opuestas.

También podría gustarte