Un Llanto en El Cielo2.0
Un Llanto en El Cielo2.0
Un Llanto en El Cielo2.0
INTRODUCCIÓN:
Lo que nos dice las Escrituras es que en el cielo no habrá ni más llanto, ni dolor ni
tristeza, sin embargo, con gran sorpresa nos encontramos en este pasaje a un hombre
llorando en el cielo; ese hombre es Juan, y la razón de su llanto quebrantado es porque
cuando el ángel preguntó “¿quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?” no se
encontró a nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra digno de abrirlo.
El llanto de Juan era justificado. Su dolor ante la impotencia de no encontrar a alguien
digno de confianza para dirigir los destinos del mundo tuvo que ser desconsolador. No
hallar a alguien en el cielo que abriera el libro era como quedar desamparado frente al
destino de la humanidad. ¿Quién es digno?, sigue siendo la pregunta a responder.
Los tiempos de hoy no difieren mucho de los tiempos de la iglesia del primer siglo
sometida a persecución por judíos y gentiles, especialmente por el imperio romano.
¿Qué sucederá con nuestro mundo? ¿Qué nos pasará a nosotros y a nuestros hijos en
este mundo? ¿Está Dios todavía a cargo? ¿Por qué parece que las cosas están fuera
de control y sólo empeoran? ¿Dónde estás Dios? Bueno, es aquí es donde este capítulo
tiene su vigencia e importancia.
Note que ahora Juan no está en la tierra, ha sido arrebatado. Ahora tiene una nueva
visión para ver las cosas desde la perspectiva del cielo. Desde allí se le dice que
trasmita la visión de lo que va viendo. Me gusta esto, porque no es una cadena de
televisión que lo va anunciar o algún otro medio de comunicación moderna.
Veamos la escena. Acordémonos que Juan está viejo y ahora es más sensible, por eso
llora tanto. Pero su llanto se calmó cuando supo quién era digno de abrir el libro y sus
sellos. ¿Por qué uno de los ancianos detuvo aquel llanto celestial?
I. “NO LLORES” DIOS ESTÁ EN CONTROL (5:1-4)
1. Un rollo en la mano derecha del que está sentado y sellado. No hay en las Escrituras
una manera mejor de representar la soberanía de Dios sobre la historia que a través de
este pergamino escrito y sellado. El destino final de la humanidad no está en las manos
de Satanás, sino en la mano derecha del que está sentado en el trono.
2. Cantar en su presencia (Apocalipsis 9-10). Las razones son porque tú fuiste muerto
y has comprado, para Dios con tu sangre, a hombres de toda tribu, lengua, pueblo y
nación. Tú los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y ellos reinarán sobre
la tierra.
Como resultado de la autoridad del Cordero de Dios para avanzar el plan de Dios de
los siglos, las criaturas vivientes y los ancianos cantaron un cántico nuevo (Apocalipsis
14: 3).
Esta canción representa una nueva alabanza por la liberación que está por suceder.
En esta canción, el Cordero recibe el honor como digno en vista por su muerte cruenta,
de allí que sea cordero inmolado. Si esta canción es entonada por aquel universo de
voces, no será extraño pensar que la iglesia, la Novia y pronto Esposa del Cordero, se
unirá a semejante alabanza. Hasta me atrevo pensar que lo que oyó Juan es el anticipo
de lo que sucederá cuando estemos con él en esa gloria.
IV. “NO LLORES” TODO EL CIELO LO RECONOCERÁ (Apocalipsis. 5:11-12).
1. Todo el cielo desatado en alabanza. Esta frase literalmente significa 10,000 veces
10,000. Aquí significa miles sin número, una multitud incontable. Así que hay millones
multiplicados derramando sobre los miles de millones de fieles ya contados. Este
asombroso número excede los límites del lenguaje humano y nuestra capacidad de
comprender.
Miles de miles de millones están en este coro celestial adorando en el cielo al muy
amado Cristo. Estos números que Juan oye y escribe nos revelan la naturaleza del cielo
y el reconocimiento de la creación.
Resulta sorprendente oír a la misma creación ser parte de aquella adoración universal
y siendo seres inanimados, cantar al Señor, diciendo: “Al que está sentado en el trono,
y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos”.
No habrá un reconocimiento y privilegio más alto y sublime que ser parte de esta
alabanza celestial.
2. Los siete reconocimientos para un solo hombre (Apocalipsis 5:12). Isaías
profetizó que el niño que nacería tendría cinco títulos: Admirable, consejero, Dios
Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz (Isaías 9:6). Pero observe ahora los
reconocimientos de los que Cristo es objeto.
Los ángeles usan siete expresiones (el número perfecto es significativo) para indicar la
maravilla que se concentra en el Cordero. Estas características de las cuales Jesús
es digno (poder, riquezas, sabiduría, fortaleza, honor, gloria, bendición), son
cosas que Él ya poseía en el cielo.
Por lo tanto, el canto de alabanza, que los ángeles están entonando, implica que
es digno de romper los sellos y abrir el rollo. Esta canción es el poder terrenal, la
riqueza, la sabiduría, el poder, el honor, la gloria y la bendición que nuestro Señor
es digno de recibir.
CONCLUSIÓN:
Uno de los 24 ancianos detuvo el llanto del anciano Juan al decirle que, si hubo
alguien digno de tomar el libro, leerlo y abrir los sellos y mirarlos. Que este mundo
no quedaría finalmente a la deriva por Dios sigue en total control de él, pero por
la más grande razón y que es que Cristo ha triunfado y ahora está en el cielo como
Cordero Inmolado, pero de pie.
Pero, sobre todo, está como el León de la tribu de Judá y pronto vendrá, ya no
como el cordero manos y humilde, sino como el León triunfante y victorioso, para
juzgar a todos sus enemigos.
El sacrificio de Cristo visto en esta visión de Cordero inmolado (con su rostro
ensangrentado) nos dice que esa cruenta muerte sirvió para comprarnos de todas
lenguas, naciones y tribus y convertirnos en reyes y sacerdotes.
Eso le da a él doble título de propiedad por cuando ahora somos su pueblo creado
y tenemos derecho a la salvación. Por lo tanto, unámonos adorarle ahora y
después por toda la eternidad. Recibámosle ahora como Cordero para no
enfrentar la furia de él como León, porque él sigue al mando del mundo y viene
otra vez.