ESTADO DEL ARTE - Catalina Restrepo Agudelo

ESTADO DEL ARTE SOBRE LA CONFIGURACION DE LA SUBJETIVIDAD POLÍTICA
DE LA MUJER
LA MUJER COMO TESTIGO EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA Y LA
PROTAGONISTA DE SU PRESENTE Y SU FUTURO
SINDY CATALINA RESTREPO AGUDELO*
LUISA ALEJANDRA SALDARRIAGA**
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE ORIENTE
FACULTAD DE POSGRADOS
MAESTRÍA EN HUMANIDADES
RIONEGRO ANTIOQUIA
2018
**Docente UCO Investigadora principal del proyecto “La politización de la maternidad: una mirada
desde el acceso a la justicia y la reivindicación del embarazo y parto respetado”.
*Estudiante Maestría en Humanidades UCO, coinvestigadora
Considerando el estado del arte como metodología de investigación documental de tipo
crítico, revisa las producciones bibliográficas desarrolladas sobre un tema específico, a partir de
procesos investigativos en los que se tiene en cuenta las fases de: planeación, diseño metodológico,
análisis, formalización y elaboración del contenido.
Con base a lo anterior, se pretende mostrar los principales hallazgos acerca del concepto de
subjetividad política de la mujer, en el marco del proyecto de investigación “La politización de la
maternidad: una mirada desde el acceso a la justicia y la reivindicación del embarazo y parto
respetado” adscrito al grupo de investigaciones jurídicas de la Universidad Católica de Oriente;
teniendo como referente de enfoque, uno de los objetivos planteados en dicho proyecto: Indagar
por cómo se configura la subjetividad política de las mujeres que participan en los encuentros de
mujeres que reivindican el derecho a un embarazo y parto respetado en la ciudad de Rionegro.
Para efectos de la presentación del estado del arte o revisión de antecedentes en materia de
subjetividad femenina, se propone realizarse desde diferentes perspectivas conceptuales como:
mujer/ historia, subjetividad, subjetividad femenina, subjetividad política y subjetividad política
femenina, teniendo en cuenta el gestor de referencia Mendeley y bases de datos de acceso libre
como Readlyc, Dialnet, Scielo y Proquest; de la siguiente manera.
1. Mujer- Historia 2. Subjetividad
dddddSunnSSu
nnjmSubkSubj
Las categorías de sentido, sentido
A propósito de los cincuenta años del voto personal yetividad
sentido subjetivo en una
femenino. Construcción de ciudadanía en la perspectiva histórico-cultural: un
Mujer. Olga Yanet Acuña Rodríguez camino hacia una nueva definición
de subjetividad, Fernando Luis
González Rey
La “educación de las mujeres”: el avance de La subjetividad a debate,

las formas modernas de feminidad en Alejandra Aquino Moreschi
Colombia, Zandra Pedraza
4. Subjetividad política
3. Subjetividad femenina
Subjetividad política encorpada,
Victoria, Sara; Salgado, Alvarado
Subjetividad femenina y genealogía
del humanismo, García del Pozo,
5. Subjetividad política femenina
Rosario
femenina
Individuo y subjetividad femenina, Movimientos de mujeres, Estado y

Martha López participación política. Una propuesta de
análisis histórico, Luna Lola G
Subjetividad política en el feminismo de

la diferencia sexual: deseo y poder,
Piedrahita Echandía, Claudia Luz
Figura 1. Diagrama de presentación del documento
Para comenzar, se plantea la descripción de la mujer en términos históricos ligados a la
tradición religiosa y política; las cuales han mantenido estereotipos para la mujer de acuerdo a su
edad, familia y condición social, pese a que en la actualidad, se han visto cambios en lo que a ellas
se refiere.
Así, la construcción cultural de la mujer, tiene sus orígenes en dos figuras muy
tradicionalmente difundidas por la iglesia, la primera Eva, quien seduce al hombre y lo lleva a
cometer el pecado; y la segunda, María, como quien agrada a Dios portadora de la buena nueva,
estilo al que toda mujer debe siempre imitar en su abnegación y aceptación total de la voluntad de
Dios mediante una actitud sumisa y obediente al hombre. La mujer casada con un hombre, adquiría
valor en la sociedad según la capacidad para procrear, educar a los hijos y atender a un esposo;
quien hacía las veces de proveer el sustento económico y de protección en la familia.
Dentro de los roles desempeñados por la mujer en Colombia, se destacan “la biata” o
solterona; la madre, la religiosa y la prostituta; que más adelante, se vieron transformados con el
acceso a la educación mediante profesiones más asistenciales como la enfermería y la educación;
hasta procesos formativos más elaborados equiparados con los desempeñados por el hombre, como
por ejemplo, las ingenierías y la medicina en la actualidad.
Anteriormente, la cultura en la que se desarrollaba la mujer hacia énfasis en una mujer
educada para el matrimonio, en la educación y cuidado de los hijos y la atención abnegada a un
hombre constituía la realización de éstas. Es así, como la mujer que no alcanzaba dicho propósito
a una edad determinada, era puesta bajo categorías en los que no goza de libertad para establecerse
como independiente y por ende, su comportamiento es objeto de constante vigilancia.
En la misma línea se ubican las religiosas, que deciden consagrarse a actividades de
altruismo y servicio a niños, ancianos y enfermos; cuyas satisfacciones son de origen místico o
trascendental como es el caso de Santa Teresita del niño Jesús, Doctora de la Iglesia quien en su
corta vida expresó siempre “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra”. De otro lado, se
encuentran aquellas que por circunstancias económicas, familiares, culturales y sociales, se
dedican a la prostitución como medio para la consecución de recursos económicos; finalmente, se
encuentra la mujer soltera empoderada de sus potencialidades educativas, laborales e
interpersonales manifiestas en su adaptación y capacidad para hacerse cargo de sí misma, lo que le
permite ser garante de sus derechos y tendencia al logro de sus metas.
En la actualidad, la construcción de mujer es el resultado de múltiples luchas por hacerse
autónoma e independiente, tanto a nivel emocional como educativo y económico, hace uso de todas
sus posibilidades que van desde lo innato como el afecto, la intuición y la belleza y lo que puede
lograr a través de ella, como lo es también, el acceso a la academia y a los cargos públicos-
políticos. En la actualidad, la mujer hace respetar su identidad, sensibilidad y voluntad,
constituyéndose como sujeto activo de sus derechos.
Dentro de las diversas transformaciones culturales, políticas y de participación femenina
cabe nombrar las siguientes consideraciones en las que, naciones suramericanas como Uruguay el
voto femenino alcanzó su aprobación en el año de 1932; para el caso de Chile, tras múltiples luchas
para el acceso a la educación y la legitimación de los derechos civiles de la mujer se logró en los
años de 1877 y 1932 respectivamente. Por su parte Bolivia, solo hasta la reforma constitucional
de 1945 se le dio ciudadanía a las mujeres y con ello la posibilidad del ejercicio del voto. Por su
parte, Colombia aun en la constitución de 1886 no concede importancia civil a la mujer, su aporte
visible residía en el cuidado de los hijos y el hogar adjudicando la autoridad, poder de decisión y
administración de los bienes en el hombre (Acuña R, 2004).
La perspectiva de la mujer como sujeto activo de derechos, de derechos civiles incluso; ha
tenido en la historia Colombiana muchas transiciones, consolidadas en el gobierno del General
Gustavo Rojas Pinilla. En el que a partir del año de 1956 se les empezó a otorgar a las mujeres la
cédula de ciudadanía en la que se configuró la existencia de la mujer para el estado y con ello la
posibilidad de elegir (Acuña R, 2004).
La participación ciudadana de la mujer en sus inicios, tuvo cabida en las manifestaciones
religiosas de la época asociadas a grupos laicos; iniciando por el acompañamiento a sus esposos en
los movimientos políticos como el conservador y liberal, cuyo apoyo consistía en la consecución
de recursos económicos, seguidores y votos que condujeran al acceso al poder por parte de sus
esposos. No obstante, en los años de 1920 y 1930 se observa un interés de la mujer por participar
en las tertulias y discusiones intelectuales, que redundaron en el despertar de su consciencia frente
a sus derechos e igualdad, en las que se destacaron mujeres como Soledad Acosta de Samper,
Georgina Fletcher y Elvira Cifuentes de Quiñones; cuyos trabajos de crítica social fueron
difundidos en medios radiales e impresos como: El Tiempo, El Espectador y la revista Agitación
Femenina. Resulta interesante saber, que muchos de los movimientos feministas de la época fueron
iniciados por mujeres pertenecientes a la clase elitista ubicada en puestos de poder y con acceso a
la academia; asentados en ciudades como Bogotá, Santamarta y Tunja (Acuña R, 2004).
De acuerdo con Pedraza, (2011), la construcción de mujer en américa latina, tiene sus raíces
en el estilo de familia originado con base en la iglesia católica y la estructura de organización
europea, en la que bajo el título de ama de casa, se la constituía como administradora del hogar, de
los afectos y de las virtudes religiosas, que conformaron las formas de participación social-
ciudadana de la mujer; de alienación o abnegación inclusive.
La preocupación por la educación de las mujeres, enfocó su interés inicial por la
desvinculación de la mujer como apéndice del hombre, un ser castrado; adjudicándole especial
importancia al estudio de las diferencias anatómicas que configuraron unas nueva forma de
organización en la que las mujeres empezaron su participación ciudadana, elegir y ser elegida, aún
en escenarios limitados, como el hogar, la familia y el matrimonio.
Cabe señalarse que en Colombia, la nueva educación de las mujeres inició con la
conformación como estado en el siglo XIX, la educación escolar pública ofrecía procesos de
instrucción en lectura, escritura, artes y oficios; implicando para la naciente mujer, nuevas formas
de pensar y pensarse en relación a la familia, la maternidad y su participación como agente social
(Pedraza, 2011).
Sin embargo, lo anterior no fue más que un ideal debido a que en la práctica el acceso a la
educación implicó la delimitación de instituciones masculinas y femeninas, orientadas
exclusivamente por religiosos; en las que para las segundas, hubo un interés por la formación en la
religiosidad- pudor, higiene y pedagogía promoviendo el uso restringido de textos y dirigiendo sus
intereses por la educación de los hijos cada vez más piadosos y la administración del hogar; siendo
esta educación restringida a mujeres provenientes a clases populares y rurales de la época.
Más adelante, se introducen en la formación educativa de las mujeres, diversos manuales
que incluían temas como culinaria, contabilidad en el hogar, la maternidad, la instrucción infantil
y la presentación personal como introducción a la belleza y características fundamentales de la
feminidad; y que poco después constituyeron los frenéticos esfuerzos por hacerse a la belleza
estandarizada, altamente influenciable por la cultura a través de los nacientes reinados de belleza,
vigentes en la actualidad (Pedraza, 2011).
En segunda medida, abordando el término de subjetividad, se puede encontrar el abordaje
del mismo en producciones desarrolladas por Vygotsky en la que términos como subjetividad, se
ve relacionado con el curso del pensamiento, la palabra y el lenguaje en las que se introducen
múltiples significados, lo cual permite además, vincular la subjetividad con la afectividad y el
ambiente, éste último de carácter externo, en lo que el autor conceptualiza como “categoría
psicológica capaz de dar cuenta de la unidad entre lo cognitivo y lo afectivo en el desarrollo
humano” (González Ruíz, 2014).
La palabra es entonces, la construcción de significados producto de un engranaje o
sistemas psicológicos integrados entre sí como lo son: la percepción, el lenguaje, la memoria, la
conciencia y la personalidad; que le da finalmente al lenguaje, su particularidad y carácter
dinámico.
Aparecen además conceptos como sentido personal, en la que autores como A.N Leontiev
en el mismo texto, definen la subjetividad como un conjunto de motivos de naturaleza psíquica que
constituyen el origen de la personalidad a través de procesos de asimilación de factores como
normas, valores sociales y culturales; poco aceptada en su época.
Pese a las dificultades vistas en el uso de los términos: categoría de sentido y sentido
personal para los post Vygotskianos; surge el concepto de sentido subjetivo o psicológico, en el
que se vinculan diversos factores simbólicos y emocionales de la personalidad en niveles de
organización mental, a modo de capas superpuestas unas dentro de otras de forma específica.
Como medio de solución a las dificultades evidenciadas anteriormente, se propone la
definición de lo subjetivo a partir de lo que el autor denomina “presentación de un tipo diferente
de objetividad, específica de los procesos psíquicos humanos en las condiciones de la cultura”
(González Ruíz, 2014, p. 11).
Lo cual disuelve al menos en parte, la penumbra conceptual al referirse en lo que Vygotsky
planeta como un resultado de la vida social- colectiva y cultural; es decir, como una nueva
comprensión de la psique, teniendo en cuenta aspectos simbólicos, emocionales y sociales.
Al referirse al término subjetividad, Foucault la propone como una condición típica o
natural al ser humano, la conciencia; la cual presenta características propias, permanentes y con
profundidad; ésta coexiste con una tendencia o formas de alienación a través del lenguaje y la
cultura que amenazan las formas de conocimiento y con ello disminución de poder convirtiéndolo
en un individuo dulcemente obediente y sometido (Aquino Moreschi, 2013).
De acuerdo a lo anterior, la subjetividad adquiere una connotación relativa y dependiente
al sistema cultural dominante; en el que hay un flujo dinámico de ganancias o castigos en el proceso
de domesticación, versus construcción de la identidad o integridad del Yo en lo que Foucault
denomina “técnicas del yo” que le permiten al individuo, construirse, cuidarse y diferenciarse en
un sentido auténtico de subjetividad y responsabilidad por sí mismo y por el otro.
Otra forma de abordar el fenómeno de subjetividad, es el formulado por el teórico francés
Felix Guatari, quien habla de subjetividades múltiples comparándola con grandes procesos de
identificación y estandarización en masa en los que sobresalen encuestas que indican tendencias e
inclinaciones de subjetividad amorfa, indiferenciada y escindida que permite un mayor control del
hombre por hombre.
Finalmente, la preocupación académica por la subjetividad pone de manifiesto el interés
por su conocimiento, desde áreas como la sociología y la psicología; quienes se ven interesadas
por los fenómenos emocionales, interpersonales y experienciales en el que convergen nuevas
resignificaciones individuales y colectivas y cuya práctica concreta reside en la búsqueda de
sentido. Así las cosas, la formación de criterio o subjetividad en la persona, la dota de características
específicas que le permiten reafirmarse como sujeto activo de sus experiencias, agente de
conocimiento y de participación incluso a nivel político.
Por otro lado, desde el texto subjetividad femenina y genealogía del humanismo, se ha
encontrado un abordaje diferente en lo que a la subjetividad femenina se refiere. Expone que la
humanidad ha hecho historia de acuerdo a su capacidad para el manejo de símbolos, no solo de las
diferentes herramientas que han marcado su evolución como especie; sino también aquellas formas
de relación de mayor complejidad entre hombres y mujeres mediante la convención de normas,
reglas, instituciones y significados construidos en común con la cultura y que sirven como base o
marco de referencia en el engranaje del conocimiento y de control; es así, como aparece en lo que
la autora denomina prácticas discursivas, en donde diferentes ciencias a saber como: la biología,
la medicina, la psicología, la economía y la sociología, presentan arquetipos de pensamiento, ideas,
conceptos y creencias que la mujer incorpora o aprehende como subjetividad (García del Pozo,
2003). Dichos sistemas de pensamiento, creencias y formas de comportamiento, han constituido
con el tiempo nuevas formas de relación y simbolización que la mujer incorpora como propias.
Así mismo, se plantea el surgimiento del humanismo a partir del renacimiento lo que
implicó la restauración de las formas de conocimiento, buscando reanudar el espíritu humano y
formar una nueva mujer. Una nueva mujer que ya no se encuentra a merced de ciencia centrada en
la enfermedad; sino una mujer que asume retos para reconstruirse en significados propios
inherentes a su naturaleza femenina y subjetiva.
Por su parte López Martha, (2001) propone una transformación del pensamiento y
desarrollo de la subjetividad, a partir de la confluencia de sistemas de conceptos, algunos
contrapuestos como el caos y el cosmos; además de un andamiaje cognoscitivo que le permite al
individuo pensar y pensarse entre lo verdadero y no verdadero, que promueva la integración y
participación de los intocables, aquellos a quienes se les ha negado a modo de herencia su inclusión
y participación en los que cabe resaltar a: las mujeres, los jóvenes, los niños y los indígenas solo
por nombrar algunos.
Por lo tanto, la subjetividad apunta a un ser integrado y virtuoso. Reúne además
características intangibles como la diferenciación y la autonomía psíquica, propias de una persona
integrada, libre del control externo porque logra gestionarse a sí mismo; que al nombrarse y
nombrar al otro valida su existencia.
La subjetividad de la mujer se resiste al malestar de la cultura, una cultura enferma que
restringe su participación y legitima las formas de violencia ejercida sobre ella. No en vano se
compara a la mujer con la tierra y sus propiedades de generación de vida, alimento, continente y
autorregeneración. Lo que conlleva a una resignificacion interna de la maternidad; de constituirse
a sí misma soplo de vida- aliento, como voz de los intocables, de los que no tienen voz.
Septiembre de 2018 (1. Subjetividad)
En el desarrollo del texto, en primera instancia se aborda la vulnerabilidad en la que
tradicionalmente* se ha encontrado a la mujer producto de factores políticos, sociales, culturales,
étnicos y de género; que han puesto de manifiesto formas de violencia no solo aquellas marcadas
con la cultura predominantemente masculina; sino también, al considerar que en el contexto del
conflicto armado colombiano se desarrollaron prácticas como: desplazamiento y/o reclutamiento
forzado, abuso y explotación sexual y laboral… . (complementar). (Rodríguez Vergara, 2016)
En segundo lugar, se propone el abordaje* del concepto subjetividad como constructo de formas
de relación y acción entre los sujetos, con patrones* de organización y regulación particulares.
Dicho de otra manera, la autogestión de las minorías de género ha permitido el tránsito desde los
viejos estereotipos heredados y asumidos de segregación, violencia y exclusión de las minorías
conformadas por las lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, en lo que se conoce como LGTB a
las que se puede sumar los grupos y colectividades feministas; hacia procesos de inclusión,
participación y acción pública que les ha permitido consolidarse como sujetos activos, y
empoderados de sus derechos y participación política desde y para el reconocimiento* de la
diversidad, lo cual ha redundado* en la elaboración de políticas que abogan por su protección.
Así puede verse en el texto como el concepto de género es tomado como un discurso
emergente, producto de experiencias individuales y sociales que en lugares particulares tanto
físicos como psicológicos, se establecen nuevas formas de ser y hacer; en lo que la autora expone
de la siguiente manera “dichos sujetos sociales son comprendidos en contextos situados en los que
se desarrollan dinámicas estructurales y simbólicas que dan lugar a procesos específicos de
subjetivación” (Rodríguez Vergara, 2016, pág. 2).
Como resultado de esta perspectiva, puede verse la convergencia de múltiples formas de
subjetividad, de feminidad y masculinidad incluyentes todas ellas incluyentes y despenalizadas de
prejuicios morales como medio de reparación… .
_______
En el texto subjetividad a debate de
Interés por descubrir las formas en las que se produce no la subjetividad; sino las subjetividades en
contextos netamente sociales. Focault propone una perspectiva de subjetividad desde la cual, el
sujeto dotado de consciencia,
Referencias bibliográficas:
1. Acuña Rodríguez, O. (2004) A propósito de los cincuenta años del voto femenino.
Construcción de ciudadanía en la mujer, Recuperado de
http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/954/1/003%20ART.pdf
2. Aquino Moreschi, A. (2013). La subjetividad a debate. Sociología, 28(80), 259–
278, recuperado de http://www.scielo.org.mx/pdf/soc/v28n80/v28n80a9.pdf
3. García del Pozo, R. (2003). Subjetividad femenina y genealogía del
humanismo. Thémata, (31), 77–87, recuperado de
https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/27645
4. González-Rey, F. L. (2010). Las categorías de sentido, sentido personal y sentido
subjetivo en una perspectiva histórico-cultural: Un camino hacia una nueva definición de
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http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64712156019
5. López, M. (2001). Individuo y subjetividad femenina. En Otras Palabras... “Mujeres,
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http://www.bdigital.unal.edu.co/47587/
6. Luna, L. G. (1984). Movimientos de mujeres, estado y participación política en américa
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1984, recuperado de
http://www.bdigital.unal.edu.co/42895/7/movimientodemujeresEstadoyparticipacion.pdf
7. Pedraza, Z. (2011). La educación de las mujeres: el avance de las formas modernas de
feminidad en Colombia. Revista de Estudios Sociales, (41), 72–83. Recuperado de
https://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2357/central/docview/915263923/fulltextPDF/BC21
F126239F48E3PQ/1?accountid=48784
8. Piedrahíta Echandía, C. L. (2009). Subjetividad política en el feminismo de la diferencia
sexual: deseo y poder. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y
Juventud, 7(2), 1713–1729, recuperado de
http://www.scielo.org.co/pdf/rlcs/v7n2s1/v7n2s1a22.pdf
9. Rodríguez Vergara, L.A; Obando Salazar, O.L., (2016) Estado del arte sobre subjetividades
diversas de género: ejes temáticos violencia y subjetividad. Revista de Psicología GEPU, 7
(2), 47-69, recuperado de https://revistadepsicologiagepu.es.tl/Estado-del-arte-sobre-
Subjetividades-Diversas-de-G-e2-nero-d--Ejes-tem%E1ticos-Violencia-y-
Subjetividad.htm
10. Victoria, S., & Salgado, A. (2012). Subjetividad política encorpada. Revista Colombiana
de Educación, 111-128, recuperado de
http://www.redalyc.org/pdf/4136/413635256007.pdf

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LA MUJER COMO TESTIGO EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA Y LA

PROTAGONISTA DE SU PRESENTE Y SU FUTURO

SINDY CATALINA RESTREPO AGUDELO*

LUISA ALEJANDRA SALDARRIAGA**

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE ORIENTE

análisis, formalización y elaboración del contenido.

subjetividad política de la mujer, en el marco del proyecto de investigación “La politización de la

respetado” adscrito al grupo de investigaciones jurídicas de la Universidad Católica de Oriente;

mujeres que reivindican el derecho a un embarazo y parto respetado en la ciudad de Rionegro.

subjetividad femenina, se propone realizarse desde diferentes perspectivas conceptuales como:

mujer/ historia, subjetividad, subjetividad femenina, subjetividad política y subjetividad política

como Readlyc, Dialnet, Scielo y Proquest; de la siguiente manera.

La “educación de las mujeres”: el avance de La subjetividad a debate,

Individuo y subjetividad femenina, Movimientos de mujeres, Estado y

Subjetividad política en el feminismo de

Figura 1. Diagrama de presentación del documento

quien hacía las veces de proveer el sustento económico y de protección en la familia.

acceso a la educación mediante profesiones más asistenciales como la enfermería y la educación;

por ejemplo, las ingenierías y la medicina en la actualidad.

Anteriormente, la cultura en la que se desarrollaba la mujer hacia énfasis en una mujer

educada para el matrimonio, en la educación y cuidado de los hijos y la atención abnegada a un

como independiente y por ende, su comportamiento es objeto de constante vigilancia.

encuentran aquellas que por circunstancias económicas, familiares, culturales y sociales, se

dedican a la prostitución como medio para la consecución de recursos económicos; finalmente, se

encuentra la mujer soltera empoderada de sus potencialidades educativas, laborales e

interpersonales manifiestas en su adaptación y capacidad para hacerse cargo de sí misma, lo que le

permite ser garante de sus derechos y tendencia al logro de sus metas.

En la actualidad, la construcción de mujer es el resultado de múltiples luchas por hacerse

políticos. En la actualidad, la mujer hace respetar su identidad, sensibilidad y voluntad,

constituyéndose como sujeto activo de sus derechos.

Dentro de las diversas transformaciones culturales, políticas y de participación femenina

administración de los bienes en el hombre (Acuña R, 2004).

La perspectiva de la mujer como sujeto activo de derechos, de derechos civiles incluso; ha

tenido en la historia Colombiana muchas transiciones, consolidadas en el gobierno del General

posibilidad de elegir (Acuña R, 2004).

La participación ciudadana de la mujer en sus inicios, tuvo cabida en las manifestaciones

en las tertulias y discusiones intelectuales, que redundaron en el despertar de su consciencia frente

difundidos en medios radiales e impresos como: El Tiempo, El Espectador y la revista Agitación

la academia; asentados en ciudades como Bogotá, Santamarta y Tunja (Acuña R, 2004).

en el estilo de familia originado con base en la iglesia católica y la estructura de organización

ciudadana de la mujer; de alienación o abnegación inclusive.

La preocupación por la educación de las mujeres, enfocó su interés inicial por la

en escenarios limitados, como el hogar, la familia y el matrimonio.

de pensar y pensarse en relación a la familia, la maternidad y su participación como agente social

educación implicó la delimitación de instituciones masculinas y femeninas, orientadas

esta educación restringida a mujeres provenientes a clases populares y rurales de la época.

y la presentación personal como introducción a la belleza y características fundamentales de la

vigentes en la actualidad (Pedraza, 2011).

En segunda medida, abordando el término de subjetividad, se puede encontrar el abordaje

múltiples significados, lo cual permite además, vincular la subjetividad con la afectividad y el

psicológica capaz de dar cuenta de la unidad entre lo cognitivo y lo afectivo en el desarrollo

humano” (González Ruíz, 2014).

La palabra es entonces, la construcción de significados producto de un engranaje o

sistemas psicológicos integrados entre sí como lo son: la percepción, el lenguaje, la memoria, la

conciencia y la personalidad; que le da finalmente al lenguaje, su particularidad y carácter

constituyen el origen de la personalidad a través de procesos de asimilación de factores como

normas, valores sociales y culturales; poco aceptada en su época.

que se vinculan diversos factores simbólicos y emocionales de la personalidad en niveles de

Como medio de solución a las dificultades evidenciadas anteriormente, se propone la