El Endecasílabo

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EL ENDECASÍLABO

Notas de José Domínguez Caparrós:


Verso simple de once sílabas métricas con acento obligatorio en la décima
sílaba. La posición de los acentos interiores ─de los que debe llevar uno, al
menos─ es variable y da lugar a distintas clases de endecasílabo. Los
grandes tipos normalmente diferenciados son los que acentúan en: 6ª sílaba
(endecasílabo a maiore); 4ª y 8ª (endecasílabo a minore); 4ª y 7ª sílabas
(endecasílabo de gaita gallega). Hay, sin embargo, quien parte de otros
esquemas, pero esta es la clasificación más frecuente entre los tratadistas de
métrica.

Y luego con gracioso movimiento


se fue su paso por el verde suelo,
con su guirlanda usada y su ornamento;
desordenaba con lascivo vuelo
el viento sus cabellos; con su vista
s’alegraba la tierra, el mar y el cielo.

[Garcilaso de la Vega]

El endecasílabo, cuya longitud coincide exactamente con la del grupo


fónico máximo castellano (Antonio Quilis), está considerado como uno de
los versos más nobles de la literatura castellana. Si está acentuado en todas
las sílabas pares, produce un efecto de mayor gravedad.
Aunque sin un lugar predeterminado, suele llevar el endecasílabo una pausa
de sentido hacia la mitad. A veces se ha discutido detalladamente por parte
de los tratadistas cuál sea el lugar mejor para dicho descanso interior, para
destacar uno de los acentos.
«Todos los endecasílabos llevan, además del acento en 10ª sílaba, otros
acentos: exactamente en la mitad (6ª sílaba), o dos simétricamente
dispuestos antes y después de la 6ª sílaba (acentos en 4ª y 8ª). Cuando se
habla del endecasílabo, se diferencian precisamente estos tipos de
acentuación entre los obligatorios para que el verso exista como tal. El
endecasílabo, pues, es un tipo de verso silabo tónico» (José Domínguez
Caparrós. Métrica española. Madrid: Síntesis, 2006).
El endecasílabo es el verso simple de arte mayor más utilizado en la
literatura española y fue elegido muy tempranamente como verso culto por
excelencia. Es un verso de origen italiano que aparece en España con los
primeros trovadores gallegos y catalanes. En Castilla surgió más tarde: don
Juan Manuel lo empleó en algunos dísticos del Conde Lucanor y Alfonso
X en muchas de sus poesías gallegas.
En el s. XV Francisco Imperial y el marqués de Santillana (con sus «42
Sonetos fechos al itálico modo») intentan adaptar al castellano el
endecasílabo italiano, lo que no se consigue realmente hasta el XVI con
Boscán, y de manera más perfecta, con Garcilaso de la Vega. Con el uso
del endecasílabo se abrían paso en la literatura española, aparte del soneto,
formas estróficas como la canción, la octava, el terceto encadenado, el uso
del endecasílabo suelto, etc.
Para el filólogo español Antonio Quilis Morales, el endecasílabo es el verso
más complejo y rico, pues siendo el verso silábicamente más largo, no se
rompe en unidades menores de funcionamiento autónomo: «Sabido el
artificio del endecasílabo, fácilmente se entenderá el de todas las demás
especies de versos vulgares» (Luzán). En otras palabras, los versos de doce
o más sílabas acaban por conformarse como compuestos de versos menores
(de 7+5, 6+6, etc.), y así pueden analizarse. Su complejidad deriva, en
realidad, de la linealidad o conjunción para formar el verso de arte mayor,
de su forma compuesta, pero no de sus cualidades internas.

TABLA CLASIFICATORIA

La siguiente tabla fue creada originalmente por el distinguido filósofo,


escritor y crítico literario chileno del siglo XVIII, don Eduardo de la Barra
Lastarria (1839-1900). En ella se esquematizan los tipos de endecasílabos
según la disposición de sus acentos. Las denominaciones de los modelos
corresponden a las que adopta el Manual de métrica española de Varela
Merino, Moíño Sánchez y Pablo Jauralde Pou, y el Diccionario de métrica
española de José Domínguez Caparrós.
Como podrán observar, existen aproximadamente 28 modelos de
endecasílabos. Los primeros 23 modelos son compatibles rítmicamente
entre sí, pero discrepan con el ritmo de los modelos resaltados en rojo.
Un estudio reciente del filólogo español Miguel Ángel Márquez («Ritmo y
tipología del endecasílabo garcilasiano», Revista de Literatura ,vol. LXXI,
nº. 141 [2009], págs. 11-38) ofrece una teoría muy reveladora ─pero que
choca con las teorías actuales de la versificación─ acerca de la
incompatibilidad rítmica de los endecasílabos dactílicos con otros
endecasílabos. Márquez sostiene que existe una cláusula cuaternaria
(óooo), presente en los demás versos y ausente en el dactílico, que lo hace
incompatible rítmicamente con los demás.

oooooóoooóo (común: acentos en 6ª y 10ª)


oooóoooóoóo (sáfico, acentos en 4ª, 8ª y 10ª)
oooóoóoooóo (horaciano, acentos en 4ª, 6ª y 10ª)
oooóooóooóo (dactílico, acentos en 4ª, 7ª y 10ª)
REPERTORIO DE ENDECASÍLABOS

Los números de cada ejemplo guardan correspondencia con el número del


modelo de cada endecasílabo de la tabla. Nota: el primero del par de
ejemplos es de mi autoría.

Enfáticos
1. Todo lo regurgitas, lo devoras... (1ª.6ª.10ª.) Puro
hiedra que por los árboles caminas (Garcilaso)

2. Lágrimas que derrama el cielo añil (1ª.6ª.8ª.10ª.) Pleno


corro a sacrificar mi triste vida (Herrera)

Heroicos
3. Tus ojos germinando en el cristal (2ª.6ª.10ª.) Puro
Mi ser es mi vivir acumulado (Jorge Guillén)
rodaron las estatuas de los pórticos (Darío)

4. Y afuera está lloviendo y hace frío (2ª.4ª.6ª.8ª.10ª.) Pleno


Oír llover no más, sentirme vivo (Unamuno)

5. La tarde lentamente se disipa (2ª.4ª.6ª.10ª..) Corto


Al olmo viejo, hendido por el rayo (Antonio Machado)
y no me queda más que mi dolor (Amado Nervo)

6. La tierra agonizante, seca y yerma (2ª.6ª.8ª.10ª.) Largo


pisando la dudosa luz del día (Góngora)

7. La mueca falsa de su mansedumbre (2ª.4ª.10ª.) Difuso


Palomas lilas entre los aleares (Herrera y Reissig)

Melódicos
8. Si la sal de la tierra se derrama (3ª.6ª.10ª.) Puro
Volverán las oscuras golondrinas (Bécquer)
vibradora y terrible como el trueno (Darío)
como un soplo de paz sobre la frente (Amado Nervo)

9. ¡Cuánto duele, Señor, no ser amado!... (1ª.3ª.6ª.8ª.10ª.) Pleno


Duerme un poco de azul en esta rosa (Gerardo Diego)

10. Y aferrado al silencio que amo tanto (3ª-6ª-8ª-10ª.) Largo


De estallada pasión y lumbre fiera (Alberti)
y la plástica forma surge leve (Darío)
11. Es el tríptico azul de los sentidos (1ª.3ª.6ª.10ª.) Corto
No me mueve, mi Dios, para quererte (Anónimo, s. XVI)
Vibra rayos ardientes la mirada (Darío)

Sáficos
12. En el sonido de tu voz de rosa (4ª.8ª.10ª.) Puro
Que los claveles que tronchó la aurora (Góngora)
merecedores de sangrientas mofas (Darío)

Cabe señalar que, cuando existe una fuerte cesura a partir de la 4ª sílaba
métrica, en los versos sáficos puros (12) y sáficos cortos (15), sus
denominaciones cambian a sáfico puro francés y sáfico corto francés,
respectivamente. En estos casos, el endecasílabo pasa a ser un verso
compuesto y se le denomina «endecasílabo a la francesa». La cesura de
estos endecasílabos se logra insertando un vocablo oxítono cuya última
sílaba coincide con la 4ª sílaba métrica del verso.

Dios está azul. La flauta y el tambor


anuncian ya la cruz de primavera.
¡Vivan las rosas, las rosas del amor,
entre el verdor con sol de la pradera!
(JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)

13. Solo en tus brazos sucumbió la muerte (1ª.4ª.8ª.10ª.) Puro pleno


tristes recuerdos del placer perdido (Espronceda)

14. Temo que nuestra historia se ha acabado (1ª.4ª.6ª.8ª.10ª.) Pleno


Oye la voz de mil suspiros llena (Herrera)

15. Te condené a la cruz entre ladrones (4ª.6ª.10ª.) Corto


La soledad, la lluvia, los caminos ... (César Vallejo)

16. Canta un jilguero triste en la ventana (1ª.4ª.6ª.10ª.) Corto pleno


baja a la tierra un nardo interminable (Miguel Hernández)
Llega a mi oído el ritmo del concierto (Darío)

17. El balancín triunfal de sus caderas (4ª.6ª.8ª.10ª.) Largo


que la derrota tenga algún sentido (Toan Margarit)

18. Fragüé sus alas, cabalgué sus noches (2ª.4ª.8ª.10ª.) Largo pleno
¿Por qué volvéis a la memoria mía? (Espronceda)
La mente ideas poderosas halla (Darío)
y escupe rosas en la faz del día (Herrera y Reissig)

19. Como adueñándote del infinito (4ª.10ª.) Difuso


encaramados en las enramadas (Neruda)
sobre el absurdo de las perspectivas (Herrera y Reissig)

20. Ella es la lira de la providencia (1ª.4ª.10ª.) Difuso pleno


Una guirnalda de melancolía (Lorca)

21. Era como el amor: toda misterio (1ª.6ª.7ª.10ª.) Inverso


Basten las que por vos tengo lloradas (Garcilaso)

Dactílicos o Endecasílabos de Gaita Gallega


24. Y en su mirada el dolor se sentía (4ª.7ª.10ª.) Puro
por el dolor que nos tiene cautivos (José Hierro)

25. Muéstrame el cielo en tu verde regazo (1ª.4ª.7ª.10ª.) Pleno


corre y recorre el sendero sin nadie (Mario Benedetti)

26. Que están los lirios sedientos de lluvia (2ª.4ª.7ª.10ª.) Corto


Quizá el arroyo no aumente su calma (Claudia Rodríguez)

27. Endecasílabo galaico antiguo: este endecasílabo va acentuado en


quinta y décima sílabas, independientemente de que lleve alguna otra sílaba
acentuada. Está compuesto de un hexasílabo y un pentasílabo (6+5). Son
muy pocos los ejemplos que pueden citarse —dejando aparte su aparición
en la antigua poesía gallega— además de los versos de Rubén Darío
titulados «Balada laudatoria a Valle Inclán», y la composición de Manuel
González Prada titulada «El gran doctor».

Ejemplo de endecasílabos galaicos (2ª.5ª.10ª):

Recuerdo al abuelo, tu jardinero,


el viejo ermitaño que custodiaba
la luna en la noche para podarte.

Acaso en sus manos de marinero


sentiste su vida que se apagaba
y abriste su pecho para quedarte...
(«Al jardín y al abuelo», Elhi Delsue)

28. Endecasílabo Italiano puro (7ª-10ª): es un tipo de verso muy inusual


dentro de la poesía clásica castellana.
[Pablo Jauralde Pou]

 El endecasílabo italiano se sostiene sobre tres o cuatro apoyos


rítmicos esenciales que son, además del obligado en 10ª, los de la 4ª, 6ª y
8ª posición métrica. El primer apoyo ─el acento antes de cuarta─ suele ser
sumamente variable. El verso arranca muchas veces con ritmo indeciso que
solo se define al alcanzar los apoyos internos.

 Suelen resultar impropios todos aquellos que llevan el acento en


quinta, sobre todo si coincide con final de palabra, es decir, con posible
pausa, pues se resuelven como dodecasílabos. Por ejemplo: y luego se fue
batiendo sus alas, se resolvería como dodecasílabo de la siguiente forma: y
luego se fue // batiendo sus alas (5+1 // 6)
 En muchos casos resulta probable que se resuelva su ritmo con
apoyos en acentos secundarios, provocados por el contexto rítmico en el
que aparecen.

BIBLIOGRAFÍA

1. DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José (2006): Métrica Española. Madrid:


Editorial Síntesis.
2. DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José (2006): Elementos de métrica
española. Valencia: Editorial Tirant lo Blanch.
3. DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José (2007): Diccionario de métrica
española, Madrid: Alianza Editorial.
4. QUILIS, Antonio (19753): Métrica Española. Madrid: Ediciones Alcalá,
Colección Aula Magna.
5. REYZÁBAL, María Victoria (1998): Diccionario de Términos
Literarios. Madrid: Acento Ediciones, 2 tomos.
6. VAZ FERREIRA, Carlos (1920): Sobre la Percepción Métrica.
Barcelona: Imprenta Elzeviriana Borrás Mestres.
7. VARELA MERINO Elena, MOIÑO SÁNCHEZ Pablo y JAURALDE
POU Pablo (2005): Manual de métrica española. Madrid: Editorial
Castalia.

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