Hedonismo 130421142245 Phpapp01
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SANTIAGO CALLEJAS
SEBASTIAN DUQUE
EDY SANTIAGO BETANCUR
MATEO ALBERTO CORREA
JUAN PABLO MUÑOZ
El hedonismo es la doctrina filosófica basada
en la búsqueda del placer y la supresión
del dolor como objetivo o razón de ser de la
vida.
Las dos escuelas clásicas del hedonismo,
formuladas en la Grecia antigua, son la escuela
cirenaica y los epicúreos.
se plantea que los deseos personales se debían
satisfacer de inmediato sin importar los
intereses de los demás. Esta teoría fue
expuesta por el grupo de los Cirenaicos.
Formulada por los epicúreos o hedonistas
racionales, seguidores del filósofo Epicuro de
Samos, quien vivió en Grecia entre 341 y 270
a. C. La doctrina que predicó Epicuro de Samos
ha sido modificada o confundida a través de la
historia, hasta el punto que algunos lo toman
como un libertino mientras que otros lo
consideraron un asceta.
Epicuro consideraba que la felicidad consiste
en vivir en continuo placer, porque para
muchas personas el placer es concebido como
algo que excita los sentidos. Epicuro consideró
que no todas las formas de placer se refieren a
lo anterior, pues lo que excita los sentidos son
los placeres sexuales. Según él, existen otras
formas de placer que se refieren a la ausencia
de dolor o de cualquier tipo de aflicción.
También afirmó que ningún placer es malo en
sí, solo que los medios para buscarlo pueden
ser el inconveniente, el riesgo o el error.
Existen escritos de Epicuro y de sus seguidores
que nos muestran sus doctrinas: entre los
deseos, algunos son naturales y necesarios y
otros ni naturales ni necesarios, solo
consagrados a la opinión vana. La disposición
que tengamos hacia cada uno de estos casos
determina nuestra aptitud para ser felices o no.
Debemos satisfacer Podemos perseguir
los deseos los deseos
naturales naturales
necesarios de la innecesarios hasta
forma más la satisfacción de
económica posible. nuestro corazón, no
más allá.
No debemos Hay que evitar por
arriesgar la salud, completo los
la amistad o la deseos innaturales
economía en la e innecesarios pues
búsqueda de el placer o
satisfacer un deseo satisfacción que
innecesario, pues producen es
esto solo conduce a efímero.
un sufrimiento
futuro
La filosofía epicúrea ganó un gran número de
adeptos. Fue una importante escuela de
pensamiento que perduró durante siete siglos
después de la muerte de su creador. Hacia la
Edad Media decayó y fueron destruidos
muchos de sus escritos. Sin embargo, hoy
existen remanentes de esta doctrina que han
sido compilados y difundidos por el mundo
Todos los seres El placer no es
humanos nacen con bueno, ni malo,
la posibilidad de simplemente existe
experimentar
placer.
Todos los extremos El placer no es
son inconvenientes, solamente la
el exceso de placer gratificación
se convierte en sensual o sexual.
vicio.
Existen placeres El mayor placer
que a la postre para la especie
traen infelicidad, humana debe girar
insatisfacción o en torno al servicio
contratiempos, a los demás
como la
popularidad o la
fama.
Si se aprende a Lo bueno o lo malo
distinguir del placer reside en
verdaderamente lo cómo se busca y
que es placer, se hasta dónde llega.
vivirán muchos
momentos de
felicidad.
La escuela cirenaica (siglos IV y III a. C.) fue
fundada por Aristipo de Cirene. Fue una de las
más antiguas escuelas socráticas y enfatizaba
solo un lado de las enseñanzas de Sócrates.
Con base en la afirmación de Sócrates de que
la felicidad es uno de los fines de la acción
moral, Aristipo mantenía que el placer era el
bien superior. Decía que las gratificaciones
corpóreas, que consideraba intensas, eran
preferibles a las mentales. Los cirenaicos
también negaban que se pospusiera la
gratificación inmediata por la ganancia a largo
plazo. En este respecto difieren de los
epicureistas.
Dentro del hedonismo en sentido estricto se
pueden distinguir dos formas del mismo, de
acuerdo con los dos significados que tiene el
término placer. Éste designa al placer sensible,
o inferior, y al placer espiritual, o superior. En
consecuencia, habrá dos formas de hedonismo
llamadas hedonismo absoluto y hedonismo
mitigado, o eudemonismo.
Por lo que se refiere al hedonismo psicológico,
son varias las doctrinas existentes según la
determinación temporal del placer. La teoría
del placer de los fines, o «hedonismo
psicológico del futuro», sostiene que el placer
personal es el fin último y único de una
persona.
El hedonismo no consiste en afirmar que el
placer es un bien, ya que dicha afirmación ha
sido admitida por otras muchas doctrinas
éticas muy alejadas del hedonismo, sino en
considerar que el placer es el único y supremo
bien
El término «hedonismo» puede tomarse en dos
sentidos, lato y estricto.
En el primero, el hedonismo sería una teoría
ética de gran amplitud en la que la palabra
«placer» tendría un significado muy extenso,
que abarcaría tanto el placer como la utilidad;
en este sentido, el utilitarismo se encuadraría
dentro del hedonismo. En un sentido más
restringido, el hedonismo se diferencia del
utilitarismo, fundamentalmente, porque el
primero cifra el bien en el placer individual
Mientras que el segundo afirma como bien
sumo el placer, el bienestar y la utilidad social.
El hedonismo tiene carácter individualista, el
utilitarismo es de índole socialista (en el
sentido etimológico de la palabra), y sostiene
el punto de vista de que la satisfacción humana
se encuentra en la búsqueda y posesión del
placer material y físico.
El hedonismo radical sostiene que todos los
placeres físicos deben ser satisfechos sin
ninguna restricción, mientras que el
hedonismo moderado afirma que las
actividades placenteras deben ser moderadas,
para que así aumente el placer. En ambos
casos el placer es la principal motivación del
comportamiento
Dentro de la filosofía contemporánea se
destaca la figura de Michel Onfray como
abierto proponente del hedonismo
Otra figura destacable en defensa de
este planteamiento hedonista es la
escritora Valérie Tasso.
«El hedonismo es una actitud ante la vida. Es una
filosofía vital que prima al instante sobre el devenir,
que reivindica la valentía sobre el miedo, que
respeta la materialidad y cuestiona el espíritu, que
gestiona lo que sucede sin despreciarse por lo que
nunca sucedió, que aprecia la lógica de la vida y
cuestiona la lógica de la muerte, que sabe que lo
suficiente es suficiente, que busca el placer donde
está, no donde se busca, que hace de su cuerpo su
aliado y no su prisión, que desea sin que lo
esclavice su deseo, que emplea su tiempo más que
su dinero. El hedonista ejerce el difícil arte de
establecer la paz consigo mismo»
según aquella, mina los valores y virtudes de sus
dogmas precursores del eudemonismo espiritual.
El hedonismo es considerado por muchas
religiones una actitud carente de moral, no
porque aprecie algún placer, sino porque lo
antepone a las exigencias del amor a Dios y al
prójimo. Para el catolicismo, es una actitud
egocéntrica que incapacita al sujeto para
relacionarse con otros a menos que sea para
explotarlos y satisfacer su afán de placer.
ha pensado muchas veces que sustentar la
felicidad en la búsqueda del placer, «la vida
placentera», deriva en un mayor índice de
insatisfacción. La búsqueda de una felicidad
auténtica implica poner un mayor enfoque en
el compromiso y el significado.