La ética es un estudio personal sobre las emociones y comportamientos humanos que surge de la reflexión individual. Cada persona construye su propia ética basada en sus valores y experiencias. Aunque la ética puede coincidir con normas sociales, también puede diferir de ellas y crear conflictos internos. La ética se va formando a lo largo de la vida y busca mejorar el carácter y comportamiento de las personas para construir un futuro mejor.
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La ética es un estudio personal sobre las emociones y comportamientos humanos que surge de la reflexión individual. Cada persona construye su propia ética basada en sus valores y experiencias. Aunque la ética puede coincidir con normas sociales, también puede diferir de ellas y crear conflictos internos. La ética se va formando a lo largo de la vida y busca mejorar el carácter y comportamiento de las personas para construir un futuro mejor.
La ética es un estudio personal sobre las emociones y comportamientos humanos que surge de la reflexión individual. Cada persona construye su propia ética basada en sus valores y experiencias. Aunque la ética puede coincidir con normas sociales, también puede diferir de ellas y crear conflictos internos. La ética se va formando a lo largo de la vida y busca mejorar el carácter y comportamiento de las personas para construir un futuro mejor.
La ética es un estudio personal sobre las emociones y comportamientos humanos que surge de la reflexión individual. Cada persona construye su propia ética basada en sus valores y experiencias. Aunque la ética puede coincidir con normas sociales, también puede diferir de ellas y crear conflictos internos. La ética se va formando a lo largo de la vida y busca mejorar el carácter y comportamiento de las personas para construir un futuro mejor.
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La conducta humana está sujeta a una serie de
afecciones, sentimientos, pasiones y equivocaciones,
que son producto de su propia Alma y del desconocimiento, su trabajo consiste en conocerlas y saber la forma en cómo actuarán en él. La ética es el estudio de esas afecciones, prediciendo lo que ocurrirá si... y describiendo la forma de actuar de una persona que conciba de igual manera el mundo La ética es personal. Cada persona construye su ética de manera distinta, según sus valores, su inteligencia y sus circunstancias. Por ello caben infinitos planes de vida, tantos como personas. Y por ello, también, se dan comportamientos éticos deficientes, o insuficientes, para lograr los fines inicialmente marcados. Dice Martin Berkowitz (1995), que los seres humanos vemos el mundo de forma diferente unos de otros ya que cada persona piensa sobre los valores desde su propio nivel de desarrollo moral y que, además, cada persona puede variar la jerarquía de sus valores. La ética es un saber práctico. La ética se va creando y modificando según la experiencia personal y la selección de los caminos por donde transitamos. Por eso la ética no es la ley, ni la moral, ni los códigos de conducta. Aunque se asuma en su conceptualización y actualización muchas de esas normas siempre de manera voluntaria y personal. La ética es muy exigente. Todos tenemos un plan de vida para buscar la felicidad. En ocasiones dicho plan puede estar equivocado si el mecanismo ético que utilizamos para andar el camino no es el adecuado. Es decir, si tenemos un mal planteamiento ético. Básicamente la ética necesita conciencia para poder gestionar y desarrollar los valores y mucha insistencia (auto-exigencia) para generar los hábitos que nos permitan incorporar los valores al carácter y a nuestro comportamiento. La ética construye el futuro. El diseño del futuro proviene de las decisiones que tomamos hoy. La ética trabaja con la vista puesta en el medio y largo plazo, priorizando y equilibrando los fines con los medios. Teniendo en consideración las consecuencias próximas y futuras de nuestros actos. Buscando resultados sostenibles, que maximicen su valor en el tiempo y puedan servir de palanca para el desarrollo de acciones posteriores. La ética prefiere sembrar aunque tarde en recoger. Entiende que así sus frutos serán más numerosos y se obtendrán con el mínimo impacto en el terreno. La ética se retroalimenta. El nivel ético en el tiempo siempre es creciente. Los comportamientos éticos (buenos o malos) construyen nuestro carácter (y el de las organizaciones) y son acumulativos. Así los buenos hábitos éticos enriquecen a los valores y contribuyen a generan mejores comportamientos. Mientras que la moral tiene una base social, normas establecidas en el seno de una sociedad, la ética surge como tal en la interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección. Aunque la ética puede coincidir en su contenido con la moral es decir las normas morales recibidas en la educación, también puede la ética ofrecer una fuerte diferencia en alguna de sus normas, creando así una serie de conflictos internos en la mentalidad de una persona.
La segunda diferencia entre ética y moral, ya no está en su contenido sino en el
modo como actúan en la conducta de una persona. La moral es un conjunto de normas que actúan desde el exterior o desde el inconsciente, una motivación extrínseca a la conciencia del sujeto en cambio la ética influye en la conducta de una persona pero desde su misma conciencia y voluntad. No es lo mismo realizar una conducta porque es una obligación impuesta por la sociedad que ejercer esa misma conducta por que “yo estoy convencido de la bondad de esa acción