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El arte de dar y recibir: Un manual de sabiduría clásica sobre los beneficios de la generosidad y la gratitud
El arte de dar y recibir: Un manual de sabiduría clásica sobre los beneficios de la generosidad y la gratitud
El arte de dar y recibir: Un manual de sabiduría clásica sobre los beneficios de la generosidad y la gratitud
Libro electrónico107 páginas1 hora

El arte de dar y recibir: Un manual de sabiduría clásica sobre los beneficios de la generosidad y la gratitud

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Un manual de sabiduría clásica sobre la generosidad y la gratitud escrito por Séneca, uno de los máximos representantes del estoicismo. 

¿Cuándo fue la última vez que hiciste un regalo? Quizá en una de esas ocasiones en que son prácticamente obligatorios —un cumpleaños, una boda— o tal vez fue algo más espontáneo, como llevar una botella de vino a una cena. Seguramente no te paraste a considerar que la capacidad de dar, como sostiene el gran pensador estoico Séneca, es parte esencial de lo que nos hace humanos.

Séneca afirma que el impulso de dar a los demás constituye el fundamento mismo de la sociedad. Sin la capacidad de ayudarnos unos a otros, de compartir recursos, somos criaturas indefensas con pocas posibilidades de sobrevivir. Pero no se trata de dar de cualquier manera. Cuando hay segundas intenciones, el dar se degrada y se convierte en otra cosa. La belleza del mundo nos recuerda que la creación es el regalo supremo que la divinidad nos otorga sin esperar nada a cambio. Para Séneca, estamos llamados a dar a la manera de los dioses.

El arte de dar y recibir presenta una magnífica selección de pasajes del tratado más extenso y minucioso de Séneca, Sobre los beneficios. Presentada con una introducción esclarecedora, esta obra transmite la esencia del pensamiento del autor sobre un tema de interés perenne: el significado profundo de la generosidad y la gratitud.

IdiomaEspañol
EditorialKōan Libros
Fecha de lanzamiento6 abr 2021
ISBN9788418223259
El arte de dar y recibir: Un manual de sabiduría clásica sobre los beneficios de la generosidad y la gratitud
Autor

Lucio Anneo Séneca

Séneca (Córdoba, 4 a.C. - Roma, 65 d.C.) fue un destacado filósofo, político, orador y escritor romano. Figura predominante de la política romana durante los reinados de Claudio y Nerón, fue uno de los senadores más admirados, influyentes y respetados. Entre los años 54 y 62, durante los primeros años del reinado de su joven pupilo Nerón, gobernó de facto el Imperio romano. Como escritor, Séneca pasó a la historia como uno de los máximos representantes del estoicismo. Su obra constituye la principal fuente escrita de filosofía estoica que se ha conservado hasta la actualidad. Abarca tanto obras de teatro como diálogos filosóficos, tratados de filosofía natural y cartas. Usando un estilo accesible y alejado de tecnicismos, delineó las principales características del estoicismo tardío, del que junto con Epicteto y Marco Aurelio está considerado su máximo exponente.

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    Texto interesante, ligero para leerlo y extenso para meditarlo, es de esos libros que debe ser releído.

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El arte de dar y recibir - Jacinto Pariente

Cubierta

Séneca

El arte de dar y recibir

Un manual de sabiduría clásica sobre los beneficios de la generosidad y la gratitud

Introducción de James S. Romm y traducción de Jacinto Pariente

INTRODUCCIÓN

¿Cuándo fue la última vez que hicimos un regalo? Quizá en una de esas ocasiones en que son prácticamente obligatorios —un cumpleaños, una boda, una graduación...—. Quizá se tratara de algo espontáneo, «por pura bondad» o «de corazón», como dice la expresión. Quizá invitamos a cenar a alguien con quien teníamos una cita, llevamos una botella de vino a una fiesta, o contribuimos con una determinada cantidad de dinero a un proyecto solidario o de caridad. Seguramente no nos paramos a considerar el significado moral de nuestra acción, ni fuimos capaces de apreciar el hecho de que, desde el punto de vista del filósofo romano Lucio Anneo Séneca, de alguna forma, por pequeña que fuera, estábamos salvando el mundo. La capacidad de dar, como argumenta Séneca en su tratado De beneficiis, traducido aquí con el título de El arte de dar y recibir, es parte esencial de lo que nos hace humanos, y en el caso de que el dar se lleve a cabo con el espíritu adecuado, puede incluso acercarnos a lo divino.

Como buen estoico, Séneca cree que en el trasfondo de cualquier acción humana, sobre todo en lo referido a regalos y favores, existe un plan divino. Su filosofía está fuertemente enraizada en sus creencias religiosas. Séneca cree en la existencia de un «Principio Rector, aquel del que las cosas toman su forma» (1.6, p. 14), y unas veces lo imagina compuesto por una pluralidad de seres, y otras lo identifica con la Naturaleza, o incluso con las estrellas y los planetas. Finalmente llega a afirmar que el nombre que asignemos a la «causa primera de todas las cosas» no tiene importancia (4.7, pp. 63-64), como tampoco la tiene si formulamos dicho nombre en singular o en plural o si personificamos o no esa causa primera, siempre y cuando nos esforcemos por cumplir los preceptos internos que ha inculcado en nosotros al nacer. Uno de los principales es el impulso de generosidad, ese hacer las cosas «por pura bondad» o «de corazón» del que hablábamos unas líneas más arriba.

¿Cómo es que la especie humana, que carece de la fuerza, la rapidez y la ferocidad de otras especies, logra sobrevivir?, se pregunta Séneca. Solo por medio de nuestros dos atributos únicos: la razón y lo que Séneca llama la societas, es decir, el impulso social, aquí traducido por comunidad (4.18). La capacidad de ayudarnos unos a otros, de compartir los recursos, en definitiva, de dar, nos eleva por encima de las criaturas salvajes, que de otra forma tendrían ventaja sobre nosotros, y nos convierte en los amos de la creación. (Séneca no estaba lo suficientemente versado en el mundo natural como para percibir esos mismos impulsos en otros seres vivos, y sabía muy poco sobre el mundo de los monos, que comparten el impulso social con el hombre.)

Séneca no cree que el ser humano haya desarrollado esas habilidades a lo largo del tiempo, como afirmaría un biólogo evolucionista. Para él, por el contrario, el impulso de generosidad es innato. Estamos programados para ser generosos, igual que lo estamos para practicar la virtud en otros ámbitos, para utilizar la razón como guía de nuestros actos y para evitar que emociones tóxicas (en especial la ira y el miedo, sobre todo el miedo a la muerte) descarríen nuestra mente. Son principios básicos del estoicismo, que Séneca exploró en los muchos tratados en prosa y epístolas que escribió durante su vida (mis otros dos volúmenes en la presente colección, El arte de mantener la calma y El arte de morir, presentan su pensamiento sobre el tema de las emociones tóxicas, la ira, en el primer caso, y el miedo a la muerte, en el segundo).

En el tratado que aquí antologizamos —De beneficiis o Sobre los beneficios, su título tradicional—, Séneca busca fortalecer el impulso de dar y hacernos más conscientes de la enorme ganancia que supone obedecerlo y la terrible pérdida que implica ignorarlo o pervertirlo. Según Séneca, el egoísmo, el apocamiento, la egolatría, la avaricia y una docena de defectos más son obstáculos que nos entorpecen el acceso a nuestra naturaleza divina. Cuando nos negamos a dar o damos de forma prepotente, concediendo más relevancia a nuestra dádiva que a aquellos que la reciben; cuando buscamos reconocimiento por el hecho de haber dado, o esperamos algo a cambio de lo dado, ese «regalo», «dádiva», «favor» o «buena acción» deja de serlo y se convierte en un préstamo, un soborno o una transacción comercial. En el otro extremo de la relación dar/recibir, a menudo también recibimos de forma incorrecta, sin ese sentimiento de gratitud que nos hace desear ser dadores nosotros mismos. La ingratitud merma la voluntad de dar de los demás y resquebraja el tejido conjuntivo de la societas.

De beneficiis es el tratado más largo de Séneca que se conserva, lo cual es ya indicio de la importancia del tema para el autor. Es muy probable que con el transcurso del tiempo añadiera materiales nuevos, ya que los tres últimos libros tienen un tono muy distinto a los cuatro primeros, y el séptimo habla de ciertos temas que no vienen muy al caso y suenan a adición de última hora. El hecho de que el autor dedicara una de sus Epístolas morales al tema y la calificara de extensión y expansión del tratado demuestra que sintió que se le habían quedado cosas en el tintero una vez terminada la obra. El presente volumen incluye un extracto de la mencionada epístola, publicada en 64 d. C., poco antes de la muerte del autor. Lo más probable es que el tratado se compusiera en algún momento durante los ocho años anteriores o quizá durante gran parte de ellos.

En ese lapso, y en realidad desde algún tiempo antes (en 54 d. C.), el autor llevó una doble vida en la que escribió tratados filosóficos y tragedias al tiempo que desempeñaba el cargo de jefe de ministros del emperador Nerón, del que había sido tutor. Nerón se convirtió en prínceps, lo que actualmente llamamos «emperador», a los diecisiete años, edad en la que necesitaba con urgencia el consejo y la autoridad moral de un adulto. Séneca, estadista, escritor y pensador de prestigio, que además le triplicaba la edad, proporcionó dicha autoridad al nuevo régimen. Séneca trabajó con el emperador durante una década y se hizo inmensamente rico con ello, pero a medida que la relación con su poderoso discípulo (y la salud mental del propio Nerón) se deterioraba, fue quedando cada vez más atrapado. Tácito nos cuenta que a pesar de que el autor se ofreció a ceder su enorme patrimonio a Nerón, este se

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