EL Hueso Del Analisis UNO Ocr
EL Hueso Del Analisis UNO Ocr
EL Hueso Del Analisis UNO Ocr
II
Uno
J A C Q U E S - A L A I N M I LL E R
12
tinha um a pcdra
no m cio do cam inho tinh a um a pcdra... 21
Desde que escuch y le este poem a, o m s precisam ente
algunos versos, me da vueltas en la cabeza. H ay una especie de
encantam iento que me detiene en estos versos, m e captura una
cierta satisfaccin. Pens que podra liberarme, com entndolos,
para introducir este seminario. Es una alegora exacta del hueso
de una cura.
Este poem a dice bien lo que dice, lo que quiere decir, y lo
logra repitiendo el haba una piedra cuatro veces, una por cada
uno de los versos que les record. Esta repeticin insistente, sen
sible al obstculo que la piedra representa, tiende a repetirse en el
aparato psquico. La insistencia repetitiva de esa frase actualiza,
en la sintaxis, la presencia misma de la piedra, de la piedra inelu
dible atravesada en medio del cam ino. Si el lenguaje sirviese slo
para expresar una significacin bastara decirlo solam ente una
vez. Sera una constatacin, un enunciado denotativo, com o suele
decirse de una manera un poco pedante. E nunciado que afirma
la existencia de una piedra en m edio del cam ino.
La repeticin significante cuatro veces con variaciones de
posicin sintcticas, enriquece y vuelve ms pesada la significa
cin; le da el peso de una piedra y eleva esa piedra al lugar del
obstculo fundam ental, del obstculo que me im p id e recorrer
el cam ino que decid recorrer. El obstculo que trab a m i in ten 1 Poema completo: "No mcio do caminho tinha uma pcdra / tinha uma pcdra no mcio
do caminho / tinha uma pcdra / no mcio do caminho tinha uma pcdra. II Nunca me
etquecerci dette acontecimento / na vida de mtnhat retinasfatigadas. / Nunca me etquecerci
que no meio do caminho ! tinha uma pcdra / tinha uma pedra no meio do caminho /
no meio do caminho tinha uma pcdra."
EL HUESO DE UN ANLISIS
13
14
existe sin por qu. No est all para incomodarme, eso pasa por
que yo voy por el medio del camino; porque yo instaur el
mundo en el cual se encuentra la piedra, un camino que encuen
tra la piedra que me detiene. N o la cre, ella existe. Haba una
piedra me repito , ya estaba all antes de reencontrarla. De
pendi de m, fue por mi causa que una piedra que existe en el
mundo se vuelva la piedra que encuentro en medio de mi cami
no. El camino, sin embargo, no existe en el mundo de la misma
manera que existe la piedra. El camino existe slo porque me
puse a caminar, existe por mi causa; la piedra no existe por mi
causa.
El secreto de estos versos sublimes y misteriosos es que el
camino crea la piedra que se encuentra en su lugar. Ese medio no
es la mitad geomtrica, la mitad de un segmento que ira de A a
B. El estar en medio, del poema, no es este estar en el medio
geomtrico. Medio quiere decir que la piedra se encuentra en
el camino.
El poema dice de la conexin entre el camino y la piedra.
No hay obstculo si no hay camino, pero no hay camino sin
piedra, si no hubiese una piedra que me detenga, y a la que est
obligado a ver, y me obligue a repetir lo que veo con mis ojos
cansados. Ser que sabra que estoy en camino?
El poema nos evoca la piedra como un bloque de materia,
slida y pesada, ustedes conocen las piedras. Es algo ms que un
guijarro que se aparta del camino con un puntapi, pero tam
bin es menos que una montaa, la masa de una montaa aplas
tara el camino, o tambin, sobre una montaa puede trazarse
un camino. N o es un guijarro, no es una montaa, es una pie
dra. Un pedazo de tierra, un pedazo del propio suelo que reco-
EL HUESO DE UN ANLISIS
15
JACQUES - A L A I N MILLER
16
Ai'
B"
EL HUESO DE UN ANLISIS
17
i o. Ustedes saben que este problema suscit la atencin de filtofos y matemticos durante muchos siglos y todas las solucio
nes son deslizamientos del problema. La piedra de Zenn est
siempre en el medio del camino.
Por qu no decir que el significante vuelve imposible el
movimiento, que l tambin opera en un m undo muerto? El
movimiento, la vida, slo es concebible si agregamos un ele
mento suplementario y hablando con propiedad, impensable,
la mitad indivisible, por lo tanto no comparable a los elementos
divisibles por el significante. Esta piedra es ese elemento suple
mentario, digamos que es lo que Lacan llama objeto a suple
mentario en relacin al orden regulado por el significante.
El pequeo a es la piedra que hay en todo camino de la
palabra. En francs estejjegueo a es el hueso. El hueso es una
especie de piedra que hay enel cuerpo. Desde ese hueso pode
mos pasar al esqueleto todo, literalmente. El cuerpo, la piel, la
carne, envuelven la piedra sea; desde el origen de los tiempos
cuando el cuerpo deviene un resto, una mortaja, lo colocamos
bajo una piedra. Como solemos decir: Hacia all va toda la
carne [Del barro somosy al barro volvemos], ese es el camino de
la carne, sta va en direccin al hueso, a la piedra.
Ser la muerte el hueso de una cura analtica? Pensemos en
la maravillosa serie de ilustraciones de Hans Holbein en la que la
muerte es representada bajo la forma de un esqueleto que viene
a apresar de la manga a los vivos, ocupados en sus menesteres,
para llamarlos, para recordarles que la verdad ltima es la muer
te, y que todos los objetos de sus intereses, sus ocupaciones, sus
investiduras para usar un trmino de Freud todo lo que les
apasiona, que moviliza su libido, slo es ilusin en relacin a la
18
J AC Q U E S - A L A I N M I LL E R
EL HUESO DE UN ANALISIS
19
JACQUES - A L A I N MILLER
20
EL HUESO DE UN ANLI SI S
21
22
J A C Q U E S - A L A I N MI LLER
est saciada.
Cuando el sonido comanda la danza macabra, la palabra se
desenvuelve al sabor de las asonancias, de las homofonas y el
sentido la sigue como puede, por ejemplo, en la fuga de ideas
caracterstica de la mana.
La palabra refcrencial est tambin siempre sujeta a la
amplificacin tanto la palabra que describe como la que cuen
ta animada de un movimiento virtualmente infinito y parece
estar siempre en retraso frente a lo que hay que decir.
Los analistas saben bien de eso, de cmo el habla prolifra,,
cmo se amplifica. Hay, por ejemplo, en anlisis, aquellos que se
acuerdan de todo, es que en ellos la palabra est al servicio de la
memoria, y con frecuencia hay una hipermnesia; tal sujeto se
acuerda con lujo de detalles del efecto que le produjo a la edad de
dos aos el que su madre haya perdido su chupete y para contar
los pensamientos que tuvo en la ocasin, una sesin es muy
poco. Se acuerda muy bien de todo acerca de su vida y nunca
tendr tiempo de contarlo an para un analista de la IPA. Es la
Aldame Funes4 si queremos hacer una referencia al personaje de
Borges.
Estn los pacientes que quieren contar todo lo que pasa, la
palabra al servicio del acontecimiento; los cuatro sueos de la
noche precedente, lo que les dijeron en el trabajo, lo que respon
dieron, el accidente de coche en el camino y el tiempo de una
sesin no basta. Existen los que gustaran de explicar todo, esto
es la palabra al servicio de la razn o de la racionalizacin, pala
bra que busca el por qu y da la respuesta para restituir el tejido
4 Borges, Jorge Luis. Funes, el memorioso, en Ficciones, Emec Editora.
Buenos Aires, 1990.
EL HUESO DE UN ANLISIS
23
24
JACQUES - ALAIN
M ILLER
reduccin
para
freud
Et
H I E S O O f
U N A N A I.ISIS
2S
chiste, e s un texto plano en el cual esos elementos condcnf5lospor los mecanismos del chiste se aslan unos de otros. En
l(Ctir*Uoperacin reduccin no es sa, podem os incluso decir
que es un* operacin inversa.
El sujeto analizante, de hecho, trac a la cura los elementos
su historia, los vuelca, los enumera, puede hasta contarlos,
pero la operacin de reduccin slo se produce si a partir de los
elementos de esa biografa surge alguna cosa que se parezca al
reducc
iin
para
freud
redu
ccio
nmille
r
26
JACQUES - AL AI N MILLER
EL HUESO DE UN ANALISIS
27
28
JACQUES - A L A IN MILLER
EL HUESO DE UN ANLISIS
29
JACQUES - A L A IN MILLER
30
EL HUESO DE UN ANLISIS
31
32
JACQUES - A L A I N MILLER
EL HUESO DE UN AN L I SI S
33