El documento analiza la nación y el nacionalismo en México. Explica que la nación se refiere a una comunidad con una cultura e identidad comunes, mientras que el Estado es una entidad política con fronteras definidas. El nacionalismo en México es complejo debido a su historia de conflictos en busca de una identidad nacional. Los intentos por crear y fortalecer la identidad nacional han sido impulsados principalmente por el Estado.
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Nación y Nacionalismo en México - Francisco Salazr Sotelo
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Nación y nacionalismo en México - Francisco Salazr Sotelo
El documento analiza la nación y el nacionalismo en México. Explica que la nación se refiere a una comunidad con una cultura e identidad comunes, mientras que el Estado es una entidad política con fronteras definidas. El nacionalismo en México es complejo debido a su historia de conflictos en busca de una identidad nacional. Los intentos por crear y fortalecer la identidad nacional han sido impulsados principalmente por el Estado.
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Nación y Nacionalismo en México - Francisco Salazr Sotelo
El documento analiza la nación y el nacionalismo en México. Explica que la nación se refiere a una comunidad con una cultura e identidad comunes, mientras que el Estado es una entidad política con fronteras definidas. El nacionalismo en México es complejo debido a su historia de conflictos en busca de una identidad nacional. Los intentos por crear y fortalecer la identidad nacional han sido impulsados principalmente por el Estado.
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VOL: AO 8, NUMERO 21
FECHA: ENERO-ABRIL 1993
TEMA: IDENTIDAD NACIONAL Y NACIONALISMOS TITULO: Nacin y nacionalismo en Mxico AUTOR: Francisco Salazar Sotelo [*] SECCION: Artculos EPIGRAFE: A Mariana, por su primer aliento vital RESUMEN: El creciente peso de los llamados nacionalismos en las sociedades modernas seala la necesidad de precisar la diferencia, a veces sutil, entre los nacionalismos de tipo tnico y aquellos que se derivan de una matriz poltica. As, al ahondar en la sustancia del nacionalismo mexicano nos percatamos de que posee una gran complejidad, producto de una historia saturada de conflictos y procesos sociales por la bsqueda de una identidad nacional siempre anhelada, pero hasta hoy poco consolidada. En la sociedad mexicana, los intentos por crearlo y fortalecerlo han sido en su mayora impulsados por el Estado. ABSTRACT: Nation and Nationalism in Mexico. Nationalism in modern societies carries an increasing weight. It implies a need to define the difference -however subtle- between ethnic nationalism and those stemming from a political matrix. Thus, we embark into the substance of the Mexican nationalism. Its vastly complex situation is the result of a history saturated with conflicts and social process. It reaches out to a forever pursued national identity, that today is still far from solid. The intention of creating and strengthening this national identity has been promoted mostly by the State. TEXTO Presentacin Uno de los temas que ms espacio han ocupado en la reflexin de las ciencias sociales de nuestros das es el de la nacin y los nacionalismos. Las propuestas para estudiarlo demuestran la enorme complejidad que subyace en su dinmica interna. Los cambios mundiales de los aos recientes obligan necesariamente a repensar y redefinir los procesos que conforman e interrelacionan a la nacin, al Estado-nacin y al nacionalismo. Las tendencias que la humanidad ha experimentado en los ltimos aos, antes insospechadas, son dismbolas: mientras que en el plano econmico se avanza hacia la globalizacin, sustentada en tres poderosos bloques -el europeo, el asitico y el norteamericano-, e incluso en algunas partes se promueven mecanismos de unidad poltica que van ms all de la esfera de influencia de los Estados nacionales -por ejemplo el Parlamento Europeo-, en el reverso de la moneda hay procesos de escisin poltica y resurgimiento de nacionalismos. Como producto de la desarticulacin del bloque socialista, se presencia el desmembramiento pacfico o violento de poderosos Estados nacionales, los que al contener en su espacio geogrfico y en su estructura poltica a diversas naciones y grupos tnicos, constituyen un campo frtil para el surgimiento de los nuevos nacionalismos como mecanismos principales de identidad tnica y de agrupacin poltica. I. Nacin y nacionalismo Uno de los fenmenos sociales ms difciles de conceptualizar es el de nacin, debido entre otros aspectos a que, para muchos autores, la nacin designa a la poblacin en relacin con el Estado, es decir, se limita la definicin a su estricto aspecto poltico- jurdico: la nacin concebida como toda entidad jurdica formada por el conjunto de habitantes de un pas y regida por un gobierno estable y soberano. Convalidar tal propuesta supone aceptar implcitamente que: 1) la nacin, cuyo origen reside en la formacin de los modernos Estados nacionales, no tiene ms de seis siglos de existencia; 2) la poblacin perteneciente a cada territorio jurdico es, ipso facto, parte de la nacin encarnada por el Estado que la gobierna; y, en consecuencia, 3) lejos de ser un proceso histrico-cultural, la nacin es una creacin artificial impuesta arbitrariamente por los modernos Estados-nacin. De inmediato surgen algunas dudas: qu es lo que cohesionaba a los individuos y los haca sentirse parte de una colectividad antes del surgimiento del Estado?; los helenos, los romanos, constituyeron naciones o no?; los eslovacos son parte de la nacin checa por pertenecer al Estado-nacin checoslovaco?; es la nacin sinnimo del Estado- nacin? (Salazar, 1992). Considero que la interpretacin ms acertada es aquella segn la cual la nacin posee una existencia previa y distinta a la del Estado, lo que supone reconocer que una sola nacin puede constituir varios Estados-nacin (como el caso de la nacin inglesa); que una nacin puede estar representada por dos Estados distintos sin perder por ello su carcter (por ejemplo la nacin alemana, que hasta antes de 1989 se encontraba representada por las repblicas Federal y Democrtica); que un Estado puede representar a dos o ms naciones y reivindicar por igual sus derechos inalienables (por ejemplo los Estados multinacionales, hoy cuestionados por la realidad, como las antiguas Yugoslavia, URSS, Checoslovaquia, etc.). Diferenciar estos fenmenos permite dilucidar si el Estado es la consecucin plena de la nacin o si ambos representan procesos paralelos pero distintos entre s; implica analizar si el Estado, en su afn de expansin y consolidacin, aniquila -integra u obstaculiza oprimiendo- a varias comunidades nacionales o comunidades que son naciones en potencia. Diferenciar a la nacin del Estado permite ubicar el nacionalismo en sus justas dimensiones; pero antes de entrar en materia, sealar brevemente algunas de las principales caractersticas que posibilitan conceptualizar a la nacin y al Estado sin dejar de reconocer que la definicin de aquella es mucho ms compleja que la de ste. El primer acercamiento al concepto de nacin permite reconocer como algunos de sus componentes bsicos la pertenencia a una cultura comn, cohesionada a travs de una misma lengua y la proximidad fsica, efecto de una ascendencia comn, lo que genera en el conjunto de individuos agrupados de forma natural una serie de caractersticas intransferibles que los une y los identifica entre s, a la vez que los diferencia de otros grupos tnicos. As como los distintos grupos humanos responden de diversas formas ante la naturaleza para satisfacer sus necesidades vitales, con lo que crean culturas especficas, as tambin el surgimiento y la consolidacin de las diversas naciones se vinculan con el desarrollo histrico, con las distintas herencias culturales y con la enorme variedad de procesos de diferenciacin e integracin lingstica a que se encuentra sujeto todo grupo o colectividad. Las naciones surgen de las diferentes relaciones que se establecen con la naturaleza, de la lucha especfica por la existencia, de su organizacin y ordenamiento social particulares, de los sincretismos tnico-culturales, etc.; elementos que adems de cohesionarlas las distingue de las otras. Toda nacin posee una cultura y una lengua particulares, a travs de las cuales forja y mantiene sus imgenes, mitos, creencias y aspiraciones, que hereda y trasmite al conjunto de individuos que la componen y los hace portadores de la esencia comunal-nacional. [1] Respecto al Estado, es conocido que la historia de los modernos Estados nacionales se inicia en el siglo XV y es determinada por un variado conjunto de acontecimientos particulares. [2] De forma paralela a los procesos polticos, en el campo econmico-militar se crean las bases que posibilitan el surgimiento de los nuevos Estados-nacin. De hecho, son hijos de la produccin mercantil que incrementa los impuestos recaudados y con ello la posibilidad de mantener econmicamente al Estado, el que as puede crear un ejrcito de mercenarios y una creciente burocracia administrativa. [3] En su proceso de consolidacin, los Estados nacionales orientan su actividad para lograr los siguientes objetivos: subordinar a su poder, poder soberano, a todos los habitantes que jurdicamente se definen como establecidos en su territorio; salvaguardar la paz interna y defenderse de los peligros externos; imponer autoritariamente valores, normas y sanciones que son funcionales a la lgica y dinmica estatales y, en la mayora de las ocasiones, contrarios a la prctica cultural de los sectores subordinados; y fomentar polticas encaminadas a fortalecer el crecimiento y el desarrollo econmico. El Estado-nacin, con su correlativa comunidad poltica, es decir, aquellas personas sujetas a rdenes que deben acatar y cumplir, altera y en ocasiones violenta la prctica cultural de los diversos grupos tnicos que lo conforman; en la mayora de las ocasiones es un grupo tnico el que somete a su dominio al resto de los grupos, los cuales pueden asumir varias actitudes: integracin, resistencia, asimilacin cultural y lingstica o pasividad. El proceso de fusin a travs del cual pequeas comunidades tnicas son integradas econmica, lingstica y en ocasiones culturalmente a comunidades tnicas mayores o ms fuertes militar o polticamente [4] posibilita el surgimiento de los Estados nacionales pluritnicos. Tal es el caso de los Estados Unidos de Amrica, donde los anglosajones coexisten con negros, orientales, hispanos y otros, as como los Estados multilinges, entre los que puede mencionarse a Suiza, que posee cuatro idiomas oficiales -alemn, francs, italiano y romanche-; Canad, con dos -ingls y francs-; Paraguay, con dos -espaol y guaran-, etc. Dicho proceso de fusin tambin explica el surgimiento de Estados pluriculturales, como Mxico, donde existen varios grupos indgenas con culturas propias, diferentes de la cultura mestiza mayoritaria -mayas, zapotecas, mixtecas, nahuas, tarahumaras, huicholes-. E incluso el surgimiento de Estados multinacionales: Checoslovaquia se conformaba hasta 1992 de la nacin checa y de la nacin eslovaca; Yugoslavia se compona de serbios, croatas, eslovenos, montenegrinos, macedonios y otras minoras tnicas. La existencia de Estados nacionales politnicos, multilinges, pluriculturales y multinacionales nos obliga a precisar si a toda nacin debe corresponder un Estado, o si todo Estado debe corresponder exclusivamente a una nacin; la discusin no es fcil ni es nueva. Desde principios del siglo XIX uno de los temas ms apasionantes referidos a la nacin fue el llamado "principio de las nacionalidades", que argumentaba y exiga que toda nacionalidad [5] tena el legtimo e inalienable derecho a poseer un Estado o una organizacin poltica autnoma y que, en consecuencia, todo Estado deba abarcar slo a una nacin. [6] Lo cierto es que en nuestros das, aunque se reconoce la existencia de Estados monotnicos, son los Estados multitnicos la constante; su historia evidencia un largo proceso de relaciones entre diversos grupos tnicos, de azarosas contiendas blicas, de procesos de dominacin e integracin; por ello, no es en ningn sentido extrao encontrarse con Estados que reconocen varias lenguas, diferentes culturas e incluso diversas naciones, lo que se traduce en un pluralismo donde coexisten diversas naciones dentro de un mismo Estado, en igualdad de circunstancias o con la hegemona de alguna de ellas; sin embargo, existen muchos Estados en los que, pese a la existencia de varias lenguas, culturas o naciones, no se les reconoce oficialmente e incluso se trata de obstaculizarlas o eliminarlas. Esta compleja situacin obliga a reconocer que en la actualidad existen varios grupos tnicos que ante coyunturas especficas pueden devenir nacionalidades y, a travs de luchas alternativas, nuevas naciones (vase la nota 6). De ser cierto este proceso pueden generarse varios problemas separatistas para los modernos Estados, cuya principal premisa de existencia es la imposicin de un proyecto poltico nacional donde prevalece un grupo tnico especfico. La situacin de las antiguas Yugoslavia y URSS es por lo dems reveladora. El Estado, en consecuencia, se ve forzado a establecer un conjunto de mecanismos agrupados bajo el trmino de nacionalismo -poltico- para obstaculizar el desarrollo o la consolidacin de las nuevas nacionalidades y en su caso de las nuevas naciones. Es justo el momento de analizar el fenmeno del nacionalismo, o, para decirlo con mayor precisin, los fenmenos de los nacionalismos. Afirmo esto porque, en mi opinin, as como existen diferencias entre la nacin y el Estado nacional, tambin existen diferencias entre los nacionalismos imbuidos de un carcter tnico y los nacionalismos eminentemente polticos. Pasemos pues a analizar sus diferencias. II. Nacionalismo o nacionalismos? Los distintos nacionalismos Se acepta que no existe ningn canon o prototipo nico o exclusivo en la conformacin de los distintos nacionalismos; as por ejemplo no existe ninguna ley que defina o decida el origen, el surgimiento o el fin de una nacionalidad o de una nacin. Tampoco se puede afirmar apriorsticamente que todo nacionalismo de Estado o poltico atente contra los distintos grupos tnicos contenidos en su territorio. Para el anlisis de los nacionalismos es necesario recurrir a los elementos regionales o nacionales que explican el mbito particular en que se desarrollan sus principales tendencias y procesos. No obstante, es posible enumerar las caractersticas que diferencian el nacionalismo tnico o cultural del nacionalismo poltico o de Estado. Nacionalismo tnico Ante la consolidacin de los Estados nacionales que buscan homogeneizar a la poblacin contenida en su territorio y que imponen autoritariamente un proyecto cultural de nacin, las minoras tnicas sufren un proceso de dominacin y opresin cultural, lingstica, poltica, econmica y social. Frente a esta situacin, los grupos tnicos minoritarios o subalternos pueden adquirir conciencia tnica-poltica-nacional-nacionalista a travs de la cual consolidan un sentimiento de identidad nacional que, adems de congregarlos en contra de la unificacin abstracta impuesta por el Estado, los obliga a luchar por su realizacin plena. [7] Es decir, los obliga a luchar por las peculiaridades culturales, lingsticas, histricas, as como a luchar por la existencia de una organizacin poltica propia, autnoma y autogestiva. El nacionalismo tnico surge all donde hay pueblos sometidos a una dominacin extranjera, donde existen Estados multinacionales con el dominio de alguna de las naciones componentes, en Estados pluriculturales donde no se reconoce el derecho de existencia de las minoras tnicas y en otros. De igual forma, el nacionalismo tnico irrumpe en la dcada de los noventa en el continente europeo como efecto del Acuerdo de Potsdam de 1945, por el cual los Estados Unidos, la extinta Unin Sovitica, Francia y la Gran Bretaa impusieron arbitrariamente la demarcacin de fronteras sin tener en cuenta la geografa ni los pueblos que vivan en esos territorios; as como por el desmembramiento del bloque socialista. Desafortunadamente no slo en lo que fue Yugoslavia existen violentos enfrentamientos intertnicos; en Europa hay ms de seis millones de personas que luchan por el derecho de hablar su lengua, de educar a sus hijos en ella, de trasmitirles sus tradiciones y su cultura, de tener sus medios de comunicacin y de poseer una estructura poltica propia. Los gitanos [8] distribuidos en casi todos los pases europeos, las comunidades hngaras establecidas en Rumania y Eslovaquia y los polacos ubicados en Lituania y Belars (antes Bielorrusia) lo permiten comprobar. Sin embargo, en la defensa irrestricta del justo derecho de los pueblos a luchar por sus valores culturales y nacionales no se debe soslayar el peligro latente de que muchos Estados europeos aprovechen los emergentes movimientos nacionalistas tnicos. [9] Estos tambin pueden degenerar en fanatismo religioso y poltico, en acciones xenofbicas y sobre todo en racismo galopante. [10] Reconocer no significa justificar; los grupos tnicos tienen derecho a existir y consolidar su organizacin poltica sin desmedro de otros grupos y sin que su lucha sea manipulada por intereses ajenos a los suyos. Pareciera que Europa se acerca a un punto sin retorno en donde las reclamaciones territoriales, las tensiones fronterizas, los enfrentamientos intertnicos, la xenofobia y el separatismo amenazan cada vez ms con una guerra de consecuencias insospechadas. Nacionalismo poltico de Estado [11] Dentro de las corrientes que interpretan el nacionalismo como un fenmeno estrechamente vinculado con el Estado subyacen dos posiciones bsicas: aquella que diferencia el Estado de la nacin (Gellner, 1988) y la que entiende a la nacin como un producto del Estado (Rocker, 1977). [12] Sin embargo, para ambas visiones el nacionalismo es un fenmeno de control poltico. La primera vertiente lo percibe como el principio poltico que sostiene que debe haber congruencia entre la unidad nacional y la poltica; es decir, "el nacionalismo es una teora de legitimidad poltica que prescribe que los lmites tnicos no deben contraponerse a los polticos, y especialmente que no deben distinguir a los depositarios del poder del resto dentro de un Estado dado" (Gellner, 1988: 250). De igual forma, para quienes la nacin no es ms que un producto artificioso del Estado, "el nacionalismo no ha sido nunca otra cosa que la religin poltica del Estado moderno" (Rocker, 1977: 250). Para decirlo brevemente, a continuacin se enumeran los principales elementos constitutivos del nacionalismo poltico o de Estado: 1) El Estado moderno busca por todos los medios imponer autoritariamente un proyecto de nacin que se enfrenta a una sociedad heterognea en trminos culturales y lingsticos. Para lograr un fin poltico, el Estado recurre cada vez ms a la cultura; a su vez el modelo cultural propuesto necesita de la estructura poltica para difundirse con mayor amplitud y precisin. "Toda cultura desarrollada quiere un Estado y preferiblemente el suyo" (Gellner, 1988). 2) En las sociedades modernas el sistema educativo, como principal instrumento de socializacin poltica y cultural, se transforma en un factor indispensable para las colectividades. El Estado aprovecha en su beneficio esta necesidad educativa para difundir y camuflar su proyecto de nacin y, por lo tanto, el nacionalismo. La conciencia nacional no es innata en el hombre, sino insuflada en l por la educacin. El nacionalismo moderno no es ms que la voluntad del Estado (Rocker, 1977). 3) Con la consolidacin del sistema educativo [13] se combinan elementos de la cultura popular con factores del proyecto estatal para conformar un conjunto de smbolos -bandera, himno, hroes- que se busca interiorizar en la mayora de los habitantes a travs de los grupos informales, los medios masivos de comunicacin y, sobre todo, el sistema educativo obligatorio (Deutsch,1981: 39). 4) Con el desarrollo de los medios de comunicacin masiva el Estado potencia su capacidad para imponer su proyecto de nacin. [14] Cuando las condiciones generales de una sociedad permiten la existencia de una cultura uniformada y centralizada en las instituciones estatales, el proyecto nacional es capaz de influir en la mayora de la poblacin en un marco de legitimidad poltica, al presentarse como proyecto cultural y no poltico. 5) El nacionalismo, en su afn de legitimarse, aprovecha la multiplicidad de culturas o la riqueza cultural preexistente heredadas histricamente, pero las codifica adecundolas a sus fines polticos. El principal mito del nacionalismo busca trastocar la realidad: dice defender la cultura popular, pero de hecho forja una cultura desarrollada; dice proteger una antigua sociedad popular, pero de hecho ayuda a levantar una annima sociedad de masas (Gellner, 1988). 6) El nacionalismo se puede presentar como: a) un movimiento de autoafirmacin defensiva u ofensiva, de acuerdo con la relacin que establece con los dems Estados; b) una respuesta al desafo externo; y c) un movimiento que lucha por la independencia, la integridad y la identidad en el mbito econmico, poltico y cultural, es decir, que lleva implcitos los conceptos de autodeterminacin y autogobierno. 7) Por lo tanto, el nacionalismo tiene como principales objetivos homogeneizar lo diverso; compactar cultural y lingsticamente grupos heterogneos; y establecer una poltica de integracin para dar mayor cohesin a la estructura estatal homogeneizando la poblacin y desalentando la aparicin de movimientos separatistas. III. El nacionalismo en Mxico La sociedad mexicana de nuestros das muestra una gran complejidad en sus relaciones intertnicas y culturales, producto de una historia saturada de conflictos y procesos sociales por la bsqueda de una identidad nacional siempre anhelada, pero hasta hoy poco consolidada. La diversidad tnica, cultural y lingstica se ha presentado como el obstculo fundamental para la realizacin autoritaria, por parte del Estado, de un proyecto de nacin orientado a la homogeneidad tnica y cultural y a la estandarizacin de los hbitos simblicos que influyen en toda posible identidad colectiva. Es indudable que esta diversidad tnica y cultural ha establecido una relacin compleja y aleatoria con el nacionalismo mexicano. Al respecto, sostengo la hiptesis de que en la sociedad mexicana, salvo algunos movimientos regionales sin articulacin entre s, los intentos por crear y fortalecer el nacionalismo en su mayora han sido impulsados por la accin estatal. Esto es, que en el campo de los nacionalismos una constante de nuestra sociedad ha sido y es la del nacionalismo poltico o de Estado, el cual, en su devenir histrico, busca adecuarse a las circunstancias de su momento, con el propsito de homogeneizar lo diverso, de crear los mecanismos de identidad y de cohesin para, con ellos, legitimar el dominio poltico mediante el consenso y la lealtad de los sectores populares. En el estudio de los nacionalismos me sumo a la afirmacin de que el fenmeno nacionalista slo puede entenderse cabalmente si se observa su dimensin cultural. Los procesos mediante los cuales se logran el consenso y la legitimidad son fundamentalmente de naturaleza ideolgica, y la forma en que se entretejen en una red mediadora est normada por cnones culturales (Bartra, 1989: 192). En las siguientes lneas pretendo resaltar sucintamente algunos de los momentos ms importantes del nacionalismo mexicano. Con el proceso de conquista los espaoles cortaron de tajo la consolidacin de algunas naciones incipientes o nacionalidades prehispnicas -los aztecas, los tarascos y otros-. [15] De forma simultnea se inicia un proceso de mestizaje tnico que, en el transcurso de los trescientos aos de vida colonial, conforma una estructura tnica y social ntidamente establecida: los indgenas y los mestizos sometidos a la dominacin y explotacin de los peninsulares y a la de sus descendientes nacidos en la Nueva Espaa, los criollos. Sin embargo, un amplio sector del grupo de los criollos acumulaba resentimientos por los privilegios econmicos, polticos y sociales de que disfrutaban los peninsulares. Los criollos se sentan los herederos desposedos. Al tener vedado el acceso a los puestos polticos relevantes, encontraron en la milicia y en el sacerdocio la posibilidad de mantener una ubicacin intermedia en la estratificacin social; pero no ms. Por su lado, los peninsulares impusieron la visin que los presentaba con una superioridad cultural, social, econmica y poltica con el deliberado propsito de mantener su unidad tnica, pero sobre todo de mantenerse como grupo dominante. La Nueva Espaa experiment un conflictivo proceso cultural determinado por la enorme diversidad tnica y lingstica. Exceptuando la delimitacin formal de un territorio y la organizacin poltica virreinal, los lazos de identidad y cohesin entre los distintos grupos sociales eran escasos y dbiles. Como producto de las reformas borbnicas implantadas en la Nueva Espaa a mediados del siglo XVIII, se pone de manifiesto la falta de correspondencia entre la estructura econmica cada vez ms moderna y la inamovible estructura social. Su resultado fue el generalizado descontento de los criollos, los que encuentran en el proceso de desintegracin del Imperio espaol, precipitado por la ocupacin francesa de Espaa (Paz, 1993), el catalizador para iniciar el movimiento independentista. Los criollos descubren que tienen una patria y su patriotismo no contradeca su fidelidad al Imperio espaol y a la Iglesia catlica. Con la proclamacin de independencia los criollos vinculan la idea de nacin con las de autodeterminacin y defensa de la soberana. Para convalidar sus derechos y lograr con mayor prontitud sus objetivos se vieron obligados a exaltar el pasado indgena. Los principales rasgos de lo que pudiramos llamar nacionalismo criollo son los siguientes: 1) repudio de lo espaol peninsular con el objetivo de defender los intereses de un grupo que no poda gobernar a su pas; 2) interpretacin de la Guerra de Independencia como una liberacin, pero tambin como venganza contra la crueldad del proceso de conquista; 3) defensa del pasado indgena o neoaztequismo, [16] con el cual se legitiman las demandas de autogobierno para expropiar el pasado y as liberarse de Espaa; y 4) exaltacin del guadalupanismo, [17] mediante el cual se evoca un inters especial de la patrona de la Nueva Espaa en la cristianizacin de los indgenas. Estos puntos que esgrimieron los criollos en la bsqueda de sus derechos autnomos influyen de forma directa en la concepcin del nacionalismo mexicano (Brading, 1983). Al concluir la Guerra de Independencia se inicia un largo y catico proceso de lucha entre las facciones dominantes. Aunque por distintos medios, stas tenan tres objetivos comunes: reactivacin de la economa; creacin del Estado-nacin que, al centralizar el poder poltico, sustituira a la anterior organizacin poltica novohispana; y reinsercin del pas en la divisin internacional del trabajo una vez destruido el pacto colonial. En los primeros aos del Mxico independiente se concretan dos proyectos de nacin: el liberal y el conservador. [18] El primero buscaba imitar la organizacin poltica de los Estados Unidos, mientras el segundo quera mantener la anterior organizacin novohispana. Lo cierto es que en esos aos ninguno de los dos tuvo la capacidad de imponerse como proyecto hegemnico. La debilidad poltica de ambas facciones, la diversidad tnico-cultural, la desarticulacin de las numerosas regiones -casi autrquicas- y la dispersin y el analfabetismo de la poblacin son obstculos para la estabilizacin del pas y para el establecimiento de cualquiera de los dos proyectos. Frente a la marginacin de los grupos sociales indgenas y mestizos, los criollos representaban la nueva lite poltica en el poder, por lo que demandaban una sociedad cortada a la medida de sus aspiraciones. En ellos -afirmaba Mora- es donde debe buscarse el carcter mexicano; ni los indios ni los mestizos pueden aspirar a poner su sello en la sociedad criolla (Basave, 1992: 22). Esta posicin explica los esfuerzos fracasados de los liberales por poblar el territorio nacional con inmigrantes europeos con el objetivo de "blanquear" al pas; o los sueos de los conservadores de ser gobernados por un monarca europeo. Como producto de la guerra de castas en Yucatn y de la guerra de 1848 contra los Estados Unidos se registra un cambio hacia los indgenas: o se les exterminaba o se les integraba en el sincretismo tnico del mestizaje, para que todas las razas existentes en el pas se fundiesen en una sola. Con esto se pretenda eliminar las diferencias tnicas, lo cual supona que el indgena tendra que abandonar su religin, su lengua y su cultura para asimilar y subsumirse en la cultura criolla. Mientras que en la Constitucin de 1857 se plasma el viejo anhelo liberal de establecer una sociedad justa e igualitaria, producto de una economa desarrollada con la orientacin de un Estado republicano y federal, se refuerza un nacionalismo defensivo ante la cercenacin de ms de la mitad del territorio. En la segunda mitad del siglo XIX, el proyecto criollo de nacin va cediendo su lugar al Mxico mestizo. "Mxico no fue criollo sino mestizo y no fue Imperio sino Repblica" (Paz, 1987). La presencia en los principales escenarios polticos de hombres como Jurez, Ocampo y Porfirio Daz afianza la fuerza del mestizo en la redefinicin del proyecto nacional. [19] En la esfera de la accin estatal, la segunda mitad del siglo XIX muestra tendencias encontradas en las prcticas del an endeble nacionalismo, sustentado sobre todo en la necesidad de reafirmar la soberana nacional frente al enemigo exterior, ya se presentase ste como expansionismo o como dominacin y explotacin econmicas. Con el cobijo ideolgico del positivismo comtiano y del biologismo social de Spencer, Porfirio Daz establece una frrea dictadura personal en la que la prctica nacionalista es difusa en el aspecto econmico: permite la entrada de capitales extranjeros, particularmente norteamericanos, aunque fomenta la inversin del capital europeo para equilibrar la potencial amenaza del vecino del norte. En la prctica poltica se fortalece un nacionalismo maniqueo, con la excesiva veneracin de hroes, smbolos e historia funcionales a la dictadura porfirista. Con la lucha armada de 1910 se inicia una nueva etapa de la sociedad mexicana, la cual en el terreno del nacionalismo logra su momento culminante con la creacin del nacionalismo revolucionario. Sin importar cmo se defina a la Revolucin de 1910 (democrtica, popular, campesinista), lo cierto es que en ella se manifiestan, en forma explcita o velada, los rasgos constitutivos del nacionalismo revolucionario plasmados en la Constitucin de 1917: defensa irrestricta de las riquezas nacionales; elevacin del nivel de vida de los sectores populares, bien con el reparto de tierras, bien con mejores condiciones laborales; fortalecimiento del sistema educativo para afianzar los lazos de cohesin nacional; identificacin del mestizo como portador nato del carcter nacional; desconfianza hacia las grandes potencias extranjeras; un fuerte Estado interventor en la economa legitimado en su origen revolucionario; y un creciente optimismo en la nacionalidad como fuente del ejercicio poltico. Paralelamente a la consolidacin del Estado emanado de la Revolucin se articula un nuevo discurso de poder conocido como nacionalismo revolucionario, el cual tiene como principales objetivos dotar de coherencia y legitimidad al Estado, favorecer la paz social al conciliar las contradicciones clasistas y establecer las bases del consenso poltico nacional (Montalvo, 1986). Los trminos de nacin-revolucin y mexicanidad fueron referente nico de legitimidad y cohesin. De esta forma, gran parte de las manifestaciones artsticas del Mxico posrevolucionario -muralismo, literatura, msica- intentan demostrar que, con la Revolucin, el pueblo mexicano ha iniciado un proceso de conciencia colectiva en el que lo autntico se vincula con lo popular, con lo indgena -lo indgena es lo nacional- y con lo mestizo; Gamio y Vasconcelos refuerzan con sus reflexiones tericas tal tendencia. [20] No obstante, la accin estatal en el mbito de la cultura carece de pretensiones de omnipresencia. Su postura ha sido y es pragmtica y acepta toda propuesta artstica para adecuarla al discurso oficial. Para fomentar el sentimiento nacionalista se procura el culto a los hroes, la exaltacin del sincretismo tnico y cultural como requisito de la estabilidad, la ampliacin del sistema educativo para socializar la visin oficial de la historia y el mecenazgo de la produccin artstica para consagrar y magnificar al Estado. Al declararse heredero legtimo de las banderas revolucionarias, el Estado se apoya en el nacionalismo como elemento fundamental en el que se basa el poder del naciente Estado; la intencin es la de fusionar a los sectores populares con el poder e imposibilitar su independencia ideolgica y poltica. Es en el perodo cardenista cuando el nacionalismo adquiere notable fuerza y obtiene enorme presencia en todos los sectores de la poblacin. El proyecto de nacin sintetiza una tradicin arraigada en el pueblo, al fortalecerse con profundas transformaciones sociales -reparto agrario, nacionalizacin del petrleo, fortaleza del sindicalismo-; con ello envuelve a la sociedad, pues incorpora a las clases populares e impone su visin del mundo a los diversos sectores de la poblacin (Montalvo, 1986). Con la poltica de masas del cardenismo se establecen las bases para el control corporativo y para el manejo clientelar a travs del partido de Estado -el PRM-, rasgos tpicos del sistema autoritario. As, la dualidad corporativismo-partido de Estado es el principal mecanismo de la relacin entre Estado y sociedad, cobijada por el discurso del nacionalismo revolucionario. En la dcada de los treinta y en pleno auge cardenista se difunde una nueva corriente del nacionalismo, encabezada por Samuel Ramos (1985). "Lo que denomina como psicoanlisis del mexicano, localiza la esencia de la mexicanidad como un sentimiento de inferioridad. Los orgenes histricos de este sentimiento se encuentran en la conquista y la colonizacin de Mesoamrica por los espaoles" (Gutmann, 1993: 31). Por ello, lo que sedimenta el carcter nacional es la herencia criolla: la nueva raza es derivacin de una raza europea. Con Ramos, la reflexin sobre lo mexicano significa un vuelco de los mexicanos sobre s mismos, en una sociedad caracterizada por ser an mayoritariamente rural y dedicada a la produccin agrcola. En el perodo de la industrializacin, el nacionalismo revolucionario presenta al Estado como elemento central de la cohesin social pues evita enfrentamientos entre los factores de la produccin. En estos aos, y ante la mayor presencia de los Estados Unidos en todas la esferas de la vida mexicana, el discurso nacionalista se aleja de las posturas radicales para resaltar la defensa de la soberana nacional. Lo cierto es que, cada vez ms, el nacionalismo muestra su desgaste al transformarse en una figura decorativa y superficial del discurso estatal. Producto de las migraciones campo-ciudad, el pas adquiere gradualmente una fachada de modernizacin al registrar un sustancial avance de la poblacin urbana y, dentro de ella, de las clases medias. En este marco, a principios de la dcada de los cincuenta la cuestin de lo mexicano adquiere mayor relevancia intelectual. Octavio Paz con su Laberinto de la soledad busca estudiar la sociedad mexicana mediante sus impulsos y mitos primordiales: "La historia de Mxico es la historia del hombre que busca su filiacin, su origen", en donde "el mexicano no quiere ser ni indio ni espaol; tampoco quiere descender de ellos. Los niega... se vuelve hijo de la nada" (Paz, 1984). Tambin se crea el grupo Hyperion con Jos Gaos y Leopoldo Zea, los que pretenden crear la "filosofa de lo mexicano" como una expresin de la conciencia nacional. Sin embargo, en este perodo el nacionalismo ya no es un "mtodo de cohesin y de estmulo imaginativo, sino gastada frmula de promocin oficialista". Frente a la necesaria industrializacin el movimiento intelectual es gobiernista, se abandona la Revolucin como elemento regenerador de la cultura aunque sea necesario creer pblicamente en ello por carecerse de otras fuentes de cohesividad: "El desafo nacionalista se ha extinguido en una espesa demagogia" (Monsivis, 1976: 415). Con el proceso de modernizacin econmica y social, traducido como industrializacin, crecimiento urbano, alfabetizacin, presencia de los medios de comunicacin masiva, etc., y en un afn de constante adaptacin a los cambios registrados, el nacionalismo revolucionario amalgama en su propuesta tanto a la cultura popular como a la cultura de masas [21] al "imponer una cultura simultneamente patriotera y alineada a la cultura transnacional de masas" (Bartra, 1989: 194). Cuando an se apreciaban con optimismo los logros del llamado desarrollo estabilizador, los hijos consentidos de ste, los sectores medios estudiantiles, se enfrentan al Estado. El movimiento estudiantil de 1968 constituye un parteaguas histrico en el que la sociedad civil comienza a rearticularse; esto porque en dicha movilizacin, adems de impugnarse los supuestos logros econmicos del desarrollo estabilizador, se puso de manifiesto el carcter autoritario y antidemocrtico del Estado mexicano. En los aos setenta la accin estatal busca la reconciliacin con los sectores medios de la poblacin. En el discurso oficial se repiten los trminos "crecimiento y justicia", "desarrollo compartido", "apertura democrtica", "tercermundismo". Como respuesta al reclamo estudiantil, se promueve la masificacin de las universidades -preparatorias populares, Colegio de Ciencias y Humanidades, Universidad Pedaggica Nacional, Universidad Autnoma Metropolitana-. En la segunda mitad del decenio, el boom del petrleo y de la deuda externa, con sus respectivas secuelas negativas, colapsan gravemente la estructura del Estado interventor y promotor de la economa. La acelerada inflacin, la fuga de capitales y la cada de la inversin pblica se tradujeron en una crisis econmica sin precedentes, pero tambin en una crisis cultural de identidad. En 1982 se nacionaliza la banca ante una situacin econmica de suma gravedad. El Estado justific la accin nacionalizadora con los principios de un agnico nacionalismo revolucionario. Todo pareca indicar que ese era uno de los ltimos momentos culminantes del discurso nacionalista. Como es conocido, a partir de dicho ao se inicia una gradual pero profunda transformacin del Estado mexicano. Ante el agotamiento del llamado Estado benefactor se decide transitar hacia el Estado mnimo -neoliberal-, en el cual las principales banderas de la Revolucin y los preceptos del nacionalismo se perciban muy lejanos. La respuesta ciudadana no se hace esperar y comienza una etapa de grandes movilizaciones sociales que alcanzan su clmax con las manifestaciones a favor de un verdadero proceso democrtico y con el voto de castigo al partido oficial, o si se quiere de apoyo a las reivindicaciones de las banderas revolucionarias que sustent el Frente Democrtico Nacional en las elecciones presidenciales de 1988. En la dcada de los ochenta, ante la exigencia tecnocrtica de la modernizacin y el reclamo ciudadano de la democratizacin, el nacionalismo revolucionario parece mostrar seales de agotamiento y de debilidad en su funcin legitimadora; algunos de sus rasgos han dejado de ser significativos para amplios sectores de la poblacin. Y aunque la lite poltica -en su mayora tecnocrtica- no lo abandona del todo, pues an encuentra en l una fuente de legitimacin, en los ltimos aos se evidencia un alejamiento del nacionalismo revolucionario concretado en un distanciamiento del agrarismo, del populismo sindical y del proteccionismo. El resultado ha sido la erosin de la base popular del rgimen y las fracturas en la unidad de la familia revolucionaria (Bartra, 1989). Esto significa que el nacionalismo revolucionario, que contribuy a la legitimacin del Estado, estableci una relacin poco coherente con el desarrollo del capitalismo occidental: "El mito es eficiente para legitimar el poder prista, pero ineficiente para legitimar la racionalidad del desarrollo industrial." Al chocar con la llamada modernizacin y con la democratizacin, el nacionalismo revolucionario se est convirtiendo en un elemento disfuncional; est dejando de ser un medio de dominacin y legitimacin eficaz al perder credibilidad ante las masas y coherencia como cultura del grupo dominante (Bartra, 1989). A ltimas fechas, el ms alto representante del Poder Ejecutivo defini la plataforma poltica de su gobierno, apoyada en el liberalismo social. Se trata de un esfuerzo por refuncionalizar y actualizar las banderas de la Revolucin y del nacionalismo revolucionario. La legitimacin gubernamental ha tenido un baluarte insustituible en el Programa Nacional de Solidaridad. IV. Perspectivas del nacionalismo en Mxico La realidad tnico-cultural del Mxico de hoy es en extremo compleja. La pretendida identidad nacional es difusa y no se puede asir. La diversidad tnica, lingstica y cultural contina siendo una constante del pas; la anhelada homogeneidad cultural no se percibe: Mxico no es uno sino existen muchos Mxicos. La prctica cultural, lejos de consolidar una matriz cohesionadora, refleja dismbolos procesos de hibridacin cultural. Con los medios de comunicacin masiva la influencia de culturas ajenas es cada vez ms evidente. Todos estos aspectos se confrontan cotidianamente con los propsitos homogeneizantes e integradores del proyecto nacionalista. En mi opinin son bsicamente tres factores los que explican la disfuncionalidad del nacionalismo mexicano: 1) La presencia de los grupos indgenas. Despus de casi cinco siglos de dominacin, etnocidio, explotacin y marginacin, los indgenas subsisten; soportaron tres siglos de vida colonial y dos del Mxico independiente, en el que por todos los medios se les ha tratado de integrar al proyecto mestizo. An ms, el Estado posrevolucionario reafirm tal propsito de integracin al mestizaje. No obstante, los indgenas son una realidad tangible del Mxico actual. Algunas cifras sealan que aproximadamente 10% de la poblacin total pertenece lingstica y culturalmente a estos grupos (Bonfil, 1989). Es decir, existen cerca de 8 millones de habitantes establecidos en Mxico que no por eso son necesariamente mexicanos. Sus excesivos niveles de marginacin econmica, social y poltica se traducen en obstculos para la integracin nacional del proyecto estatal nacionalista. "El problema indgena sigue teniendo magnitud nacional: define el modo mismo de ser de la nacin. No es el problema de unos cuantos habitantes, sino el de varios millones de mexicanos que no poseen la cultura nacional" (Gonzlez Casanova, 1990: 107). 2) Frente al proyecto estatal de imponer un nacionalismo centralista, autoritario y vertical, la realidad regional del pas se rebela constantemente. Para las minoras rectoras de Mxico son inaceptables tanto la vocacin universalista como la localista -"el apego a la tierruca"-. Para los dirigentes polticos Mxico es uno e indivisible; se niegan a aceptar un pas hecho de retazos o multiforme, aunque la realidad demuestre lo contrario: "un mosaico multiforme, una surtida variedad de paisajes, razas, estilos de cultura y niveles histricos que se agrupan en zonas, regiones y municipios" (Gonzlez, 1987: 51). Ante el patriotismo estatal existe un haz de regiones, espacio de las matrias entendidas como "el pequeo mundo que nos nutre, nos envuelve y nos cuida de los exabruptos patriticos, el orbe minsculo que en alguna forma recuerda el seno de la madre" (Gonzlez, 1987: 52). Matrias que de alguna forma obstaculizan la pretendida unidad nacional. 3) El nacionalismo y el carcter de lo mexicano muestran dos desfases: en primer lugar, la dbil correspondencia que existe entre el discurso oficial nacionalista y la prctica cultural cotidiana del pueblo mexicano. En segundo lugar, el distanciamiento entre lo que los intelectuales definen como carcter nacional y lo que realmente son los mexicanos. En cuanto al primer desfase, es claro que la diversidad tnica, lingstica y cultural, ms la existencia de numerosas matrias distintas entre s, explican por qu -salvo en coyunturas particulares- los connacionales no responden del mismo modo ni con la misma intensidad a los reclamos del proyecto estatal nacionalista. Afirmar lo contrario supone hablar de una poblacin integrada, homognea en lo tnico-cultural y receptiva al discurso oficial, situacin muy alejada de la realidad mexicana. En cuanto al segundo desfase, Bartra afirma que las reflexiones sobre lo mexicano o sobre el carcter nacional son una construccin imaginaria de los intelectuales que ellos mismos han elaborado con la ayuda decisiva de la literatura, el arte y la msica: "los ensayos sobre lo mexicano se muerden la cola, por as decirlo: son una emanacin ideolgica y cultural del mismo fenmeno" (Bartra, 1987: 16). El Estado se apropia de estas visiones para presentarlas como mitos funcionales a la cultura dominante, para que su legitimidad adquiera acentuadas connotaciones culturales. En el Mxico de los noventa el nacionalismo revolucionario se encuentra ante una disyuntiva en el mbito tnico-cultural. O se fortalece el proceso de mestizaje como crisol de la identidad nacional (Basave,1992), o se acepta la realidad del Mxico actual: multicultural, plurilinge y con una enorme diversidad de regiones con manifestaciones propias y con cohesividad colectiva. Ante el proyecto nacional que busca la consolidacin del patriotismo mexicano existen innumerables matrias a lo largo y lo ancho de la Repblica (Gonzlez, 1987). En mi opinin, la segunda opcin es la que se acerca ms a la realidad y la que, en ltima instancia, posibilitar un camino ms difano hacia la modernizacin poltica. Aceptar el pluralismo cultural no debe de entenderse como un obstculo que vencer, sino como contenido mismo del proyecto nacional que lo legitima y lo hace viable (Bonfil, 1989). CITAS: [*] Coordinador de la Licenciatura en Sociologa, UAM Azcapotzalco. [1] La nacin es la sntesis histrica de mltiples factores tnicos, lingsticos y culturales, los que al combinarse y conformarse de una manera especfica definen sus rasgos esenciales, cuyas principales caractersticas son las siguientes: 1) la nacin. como producto social, posee una historia especfica en su vida econmica, en su estructura social, en su riqueza y herencia cultural y lingstica, que la determina y la conforma; 2) la esencia de toda nacin es la cultura, de ah que el desarrollo cultural sea sinnimo del desarrollo de la nacin y viceversa; la nacin, entonces, posee una sola y exclusiva cultura, la cual, pese a sus mltiples procesos de intercambio y sincretismo cultural, configura y condensa un conjunto de valores, de aspiraciones y de creencias, adems de un simbolismo especfico y exclusivo para cada nacin; una sociedad multicultural corresponde a toda formacin poltica encarnada por el Estado-nacin; 3) el lenguaje, como principal mecanismo de transmisin cultural, constituye la esencia de la cultura; y 4) la nacin determina a los individuos que la conforman por el solo hecho de nacer y crecer en ella, como portadores de la conciencia colectiva -psique colectiva- a travs de la cual se identifican con los propios y se diferencian de los extraos. [2] Entre los principales hechos estn: 1) la guerra que durante ms de ocho siglos establecieron los pequeos Estados cristianos de la Pennsula Ibrica en contra de los rabes, posibilit el surgimiento de algunos Estados y la subsecuente unificacin -cuando menos jurdica- del Estado-nacin espaol al casar en 1479 los reyes de Castilla y Aragn; y 2) la creacin en Francia, a principios del siglo XIV, de los "Estados generales", que se transforma en el factor bsico de la unificacin del Estado francs, cuyo propsito se logra al finalizar la Guerra de los Cien Aos en contra de Inglaterra; despus de esta guerra y de la guerra de las Dos Rosas cuaja el proceso de unificacin nacional con el advenimiento de Enrique VII ( 1485), al consolidar la monarqua absoluta. [3] La consolidacin del mercado interno, el aumento de la produccin y de la comercializacin, adems de la poltica proteccionista y cambiaria, se traducen para el Estado en mayores ingresos pblicos, as como en un ejrcito ms poderoso que dota de ms fuerza al Estado para recabar ms impuestos; en el crculo ms impuesto-ms poder radica la base principal del Estado-nacin. La necesidad del rey de dominar a la nobleza y la de los comerciantes de obtener proteccin del poder estatal, constituyen los fundamentos del Estado-nacin (Bauer, 1979: 179). [4] Los bretones, por ejemplo, son integrados poltica y econmicamente al Estado francs, pero no cultural ni lingsticamente. [5] Cuando la mayora de un pueblo polticamente consciente -conjunto de individuos con una comunicacin eficaz, con cultura y lengua comunes- desea obtener un determinado poder poltico para su grupo tnico, se ubica en una proceso de nacionalidad y, cuando adquiere tal poder mediante la mquina del Estado, se habla de una nacin (Deutsch, 1981: 341). [6] El "principio de las nacionalidades" destaca bsicamente dos problemas, a saber: 1) La distincin entre nacin y nacionalidad, segn la cual la nacionalidad se refiere a grupos tnicos que alcanzan una conciencia poltica como tales y, por tanto, aspiran a poseer una organizacin poltica autnoma y acorde con su idiosincracia. Dicha toma de conciencia poltica de los grupos tnicos puede ser efecto de su crecimiento, al exceder las dimensiones locales -etapa tribal, prenacional-, y cobra importancia poltica cuando ejerce o trata de ejercer su influencia sobre la estructura poltica (Akzin, 1983: 35); o puede ser efecto del sometimiento al dominio de un Estado ajeno y extrao a su etnicidad, por lo que luchan por obtener su independencia. Por nacin se concibe a todo grupo tnico polticamente consciente que ha logrado la hegemona de un Estado, es decir, la nacin percibida como toda comunidad tnica, cultural, lingstica e histrica que se ha consolidado como un organismo poltico independiente (Rocker, 1977: 154). 2) Discutir la existencia de los Estados monotnicos y politnicos supone analizar si a cada nacin corresponde un Estado o si ste se debe de componer de varias naciones, nacionalidades y grupos tnicos. El argumento a favor del Estado monotnico refiere al derecho inalienable de toda nacin o nacionalidad de poseer un organismo poltico propio -cuyo origen se encuentra en las formas de organizacin tribal- autnomo y soberano, pues al Estado se le puede entender como el "complemento natural del ser tnico correspondiente", aunque por s mismo no constituye ipso facto una nacin (pese a que, para muchas naciones, el Estado es un factor etnogentico fundamental) (Polakovic, 1976: 19). Ello permite concluir que el Estado es un instrumento principal de la nacin al protegerla, preservarla y desarrollarla. El Estado monotnico expresa la existencia de un grupo tnico que se organiza y ejerce una influencia poltica a travs de un conjunto de instituciones que regulan -coactivamente o no- y legitiman las relaciones individuales o colectivas intrnsecas de su etnicidad; en un Estado monotnico no existe la diferencia entre Estado y nacin, porque ambos no chocan ni se yuxtaponen, la lengua del pueblo es la lengua oficial, poblacin y etnia son lo mismo. Aunque estos tipos de Estado son propios de las sociedades ms antiguas, existen Estados modernos que pueden considerarse casi como monotnicos: Suecia, Dinamarca, Polonia, Hungra, Grecia, etc. (Akzin, 1983). [7] "Que me dejen hablar mi lengua, desarrollar mis costumbres, decidir en las cuestiones que me interesan, creer lo que juzgue oportuno, expresarme libremente en cualquier materia... lo malo es que alguien determine cul o cmo ha de ser mi identidad, que marque el modelo al que tengo que conformarme, el espejo deformante al que debo adecuar mi rostro" (Savater, 1979). [8] Andrazej Mirga, jefe de los aproximadamente quince mil gitanos de origen polaco, seal que stos forman el grupo tnico ms perseguido de Europa e hizo un llamado al Parlamento Europeo para que lo proteja (Uno ms uno, 28 de diciembre de 1992, p. 20). [9] Basta recordar cmo Napolen exhort a los hngaros a sacudirse el yugo de la dominacin austriaca: "No pido nada de vosotros, slo deseo ver una nacin libre e independiente." La historia demostr a qu se deba ese desinters. Los ingleses apoyaron a las naciones oprimidas de Europa continental sin pensar en concederles ese derecho a los irlandeses. Napolen III defendi a toda costa la unidad italiana, pero esa defensa permiti a Francia la anexin de Niza y Saboya, etc. (Rocker, 1977). [10] Segn Helmuth Kohl, durante 1992 en Alemania se registraron ms de dos mil ataques en contra de refugiados, en su mayora gitanos, turcos y hngaros. [11] En este tipo de nacionalismo la adhesin al Estado -patriotismo- es ms fuerte que la adhesin a la nacionalidad. Adems este fenmeno -fortalecer y perpetuar los vnculos nacionales por medios polticos- slo adquiere su connotacin de masas hacia principios del siglo XIX. Y desde entonces se ha convertido en una poderosa ideologa que ha provocado la mayora de los cambios ocurridos en el mapa mundial (Akzin, 1983). [12] Rocker afirma que el Estado nacional no procede de una conciencia nacional de los pueblos; esto -dice- es slo una fantasa. La nacin no es la causa, sino el efecto del Estado. Es el Estado el que crea a la nacin, no la nacin al Estado (Rocker, 1977). [13] Debido a la erosin de las culturas populares y a la importancia de una cultura comn, dependiente de la alfabetizacin, hoy son la nacin y el nacionalismo lo nico que tiene importancia; "inevitablemente" el Estado ha de encargarse del mantenimiento y la supervisin de una enorme infraestructura social. El sistema educativo se convierte en parte fundamental de ella y el principal papel que pasa a desempear es el de mantener el medio cultural-lingstico" (Gellner, 1988: 90). [14] La difusin del alfabetismo y de los medios de comunicacin de masas ha estimulado al nacionalismo pero tambin lo ha apresurado, pues "ahora toma menos tiempo llegar a las masas con nuevas tecnologas y smbolos, y la frecuencia e intensidad con la que las masas pueden afianzarse, tambin ha crecido grandemente" (Akzin, 1983: 76). [15] "Un cierto nmero de civilizaciones del mundo antiguo -las de China, India, Persia, Mesopotamia, Judea, Egipto, Grecia-, as como cierto nmero de civilizaciones avanzadas de la Amrica precolombina sin duda alguna pueden ser consideradas como si hubieran alcanzado la etapa de nacin" (Akzin, 1983: 36). [16] Clavijero, jesuita criollo y uno de los principales promotores del neoaztequismo, libera al pasado indgena del estigma "demonaco" de su religin. Para l los aztecas tenan una religin ecunime y naturalista. Compar adems a los aztecas con los nobles romanos y a la creacin artstica de Texcoco con Atenas (Brading, 1983). [17] En trminos de sincretismo cultural y religioso, la creacin ms compleja de la Nueva Espaa fue colectiva: el culto a la Virgen de Guadalupe. El mito de la Tonantzin- Guadalupe cautiv el corazn y la imaginacin de todos en una constelacin de signos. Fue bandera en 1810 y con Zapata. Su culto es ntimo y pblico, regional y nacional. El 12 de diciembre es la fiesta central del calendario emocional del mexicano (Paz, 1987). [18] Los liberales demandaban en lo poltico una repblica federal, democrtica y representativa. En lo social exigan la secularizacin de la sociedad y la proliferacin de los pequeos propietarios, es decir, de la clase media como principal elemento de la sociedad; en lo econmico, apoyaban el liberalismo y rechazaban toda intervencin del Estado en la economa, salvo en sus funciones de defensa nacional, educacin y seguridad. Los conservadores pedan en lo poltico un gobierno centralista y monrquico; en lo social, un Mxico aristocratizante y borbnico; en lo econmico, una decidida intervencin del Estado. [19] Segn Andrs Molina Enrquez, "en 1854 Juan Alvarez derroc con el Plan de Ayutla a Santa Anna, iniciando la etapa de transicin en la que los mestizos se aduearon del poder, en alianza con una fraccin criolla: la Iglesia. Y, fundamentalmente, en 1876, el general Daz emprendi con su Plan de Tuxtepec la consolidacin de los triunfos mestizos de la Reforma y la Repblica, dando forma a la etapa integral, la que perpeta el fenmeno de la nacionalidad" (Basave, 1992: 57). CITAS: [20] Para Gamio, el principal problema que resolver en Mxico es el de la heterogeneidad social: el pas es un conjunto de patrias en donde los indgenas llevan la peor parte; la solucin es promover la homogeneidad mediante la fusin de razas como primera y ms slida base del nacionalismo; con el mejoramiento econmico de los indgenas, se facilitar la fusin tnica y cultural de donde surgir una verdadera patria mexicana. Vasconcelos propugna la unificacin de razas, pues slo las razas mestizas producen grandes civilizaciones: estas razas, hechas con la sangre y el ingenio de todos los pueblos, conformarn la raza csmica, cuyo asentamiento ser Iberoamrica. Por ello, impulsa la alfabetizacin y la difusin de la cultura que posibiliten el surgimiento de una cultura nacionalista (Basave, 1992). "Educar es establecer los vnculos nacionales. Y tambin propone la incorporacin de las minoras indgenas a la nacin a travs del sistema escolar nacional. Primero son mexicanos, luego indios" (Monsivis, 1976). [21] La cultura de masas es el conjunto de valores prefabricados y difundidos por los medios de comunicacin masiva, cuyo principal objetivo es incitar al consumo impulsivo y, con ste, uniformar las mentalidades de los grupos subalternos para someterlos a la ideologa y los intereses de la clase dominante. La cultura popular es la expresin emanada directamente de las clases populares, de sus tradiciones propias y locales, de su genio creador. La cultura popular es creada desde abajo y responde a las necesidades vitales, para dotar de cohesin a los grupos populares (Salazar, 1991). BIBLIOGRAFIA: Akzin, B. (1983), Estado y nacin, FCE, Mxico. 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