FIORINI Teoria y Tecnicas de Psicoterapias
FIORINI Teoria y Tecnicas de Psicoterapias
FIORINI Teoria y Tecnicas de Psicoterapias
CAPITULO 1
El campo de las psicoterapias emerge en los ltimos aos portador de
problemticas de una complejidad creciente. Desafa nuestros esfuerzos en
varios niveles: epistemolgico (incluyendo los replanteos de la crtica
ideolgica), terico, tcnico, docente, de investigacin (con sus complejas
exigencias de orden metodolgico). El avance en el desarrollo de estos
niveles, para una elaboracin cientfica del campo, es lento; lo cual debe
necesariamente preocuparnos: en la ms simple de las intervenciones
teraputicas se juegan vidas, proyectos, rumbos de individuos y grupos.
Toda carencia cientfica en este campo es problema de urgencia, de
responsabilidad social humana. Las vas de abordaje para su desarrollo
cientfico son mltiples, lo cual no impide el reconocimiento de prioridades.
Tres aspectos se nos han presentado como ms urgidos de una tarea
elaborativa que apuntara a ahondarlos: uno, la necesidad de afinar la
descripcin y explicacin de sus tcnicas; otro, el del trabajo sobre ciertos
pilares tericos en los que pueda asentarse y a los que pueda a su vez
enriquecer la prctica tcnica; tercero, el del cuestionamiento ideolgico de
las teoras y de las tcnicas, que pueda colocarlas en relacin con
determinaciones del contexto social ms amplio. Los captulos de este libro
reflejarn sin duda, con distinto grado de acierto, estas prioridades. Un
enfoque que intenta constituir una teora de las tcnicas de psicoterapia que
incluya una consideracin crtica de algunas de sus bases ideolgicas. Esto
quiere decir una teora de las tcnicas que no acepta limitarse a dar cuenta
de manipulaciones concebidas con fines de mera utilidad, que no apunta a
lograr resultados aislados de un amplio marco social, terico e ideolgico.
Si se concibiera a las tcnicas como recetas sobre lo que se debe hacer
(acepcin que parece tomarse en el rechazo de autores lacanianos a
hablar en ese nivel de las tcnicas) todo inters en las tcnicas obedecera
seguramente a fines espurios. Se trata en cambio de estudiar las tcnicas
en cuanto campo de una prctica que, cuidadosamente investigada,
revisada, conceptualizada, remite inevitablemente a una teora. En esta
orientacin, un salto terico importante se opera en el nivel de las tcnicas
cuando se pasa de las comunicaciones categorizadas segn la teora de
cada escuela, al intento de describir las intervenciones concretas del
terapeuta mediante un lenguaje no comprometido con aquellas
superestructuras tericas. Este pasaje conduce a trabajar en un nivel ms
alto de teora. Muchos de los temas que se abordan en este volumen han
surgido de la enseanza del Dr. Mauricio Goldenberg y de la prctica clnica
realizada con su direccin en el Servicio de Psicopatologia del Policlinico
Gregorio Araoz Alfaro, de Lans, Provincia de Buenos Aires. Han sido objeto
de discusin en grupos de mdicos, psiquiatras, psiclogos, asistentes
sociales, psicopedagogos, terapistas ocupacio- nales, que han constituido
grupos de trabajo, principalmente hospitalario, centrados en la elaboracin
terico-tcnica del amplio campo de las psicoterapias. De su trabajo crtico
Bion, para no pensar. Que nos colocan, como lo denunciaba Artaud, frente al
desconcertante desamparo de la lengua en sus relaciones con el
pensamiento cuando ni una sola de nuestras palabras vive en nuestra
boca ms que separada del cielo. El enfrentamiento de esta problemtica
del lenguaje es otra de las direcciones importantes para el desarrollo de
nuestro campo. En ella surge todo el problema del lenguaje en sus
relaciones con el cuerpo y con la accin. Y se abre entonces a la
investigacin la cuestin de las posibilidades de un lenguaje activo, vivo, en
el marco de una interaccin corporal restringida, y en el contexto ms
amplio de un estilo de vida de paciente y terapeuta, signado por las
restricciones represivas de la accin. La tradicin teraputica ha asentado
en la premisa de no actuar para poder pensar, quedarnos quietos para
poder concentrarnos. La ideologa de estas premisas o sus derivados ha sido
destacada. Aquella propuesta con lo que tiene de verdad parcial no ha sido
a la vez la adaptacin inadvertida a un contexto de inmovilidad general? Lo
cierto es que una nueva lnea de experiencias grupales, psicodramticas, de
trabajo corporal, su convergencia en los laboratorios de interaccin social,
han venido tambin a cuestionar aquellas premisas sobre las cuales surgen
los problemas del deterioro de la palabra. En estas experiencias lo que se
constata es la posibilidad de invertir en parte la premisa, subrayando la
necesidad de actuar, de comprometer tambin el cuerpo para poder sentirpensar-verbalizar con una intensidad y veracidad nuevas. Estas experiencias
facilitan un acceso pleno a ese nivel de sensibilizacin y contacto consigo
mismo y con los otros donde el lenguaje vivo, personal, afectivo, a menudo
potico, es emergente natural de lo vivido. Estos nuevos contextos de
experimentacin grupal abren adems al aprendizaje de nuevos lenguajes,
plsticos, corporales, dramticos, que una cultura represiva mantiene
relegados a la poca de los aorados juegos infantiles. Desde luego, no se
puede suponer que baste con sentir el propio cuerpo o la piel del otro, con
intimar y expresarse ms libremente como metas. Adems, hay que poder
abrirse a palabras verdaderas,
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a palabras vivas que habitan el mundo personal y lo hacen habitar por la
cultura, y abrirse ademas a un proceso de enfrentamiento consigo mismo y
con la cultura a travs de ese encuentro con las palabras, Papel singular,
decisivo, del lenguaje verbal, en la experiencia terapeutica Esta direccin de
desarrollo en psicoterapia apunta a recuperar todas aquellas condiciones
con las cuales se haga posible a la palabra el encuentro de su mxima
plenitud. Problema teraputico que ha sido desde siempre problema de
poetas: encontrar palabras que logren ser accin ms que contemplacin,
que ms vale abran enigmas en lugar de resolverlos, que vuelvan cuerpo
vivo lo que est prisionero en las palabras. Desde esta tarea se entiende el
consejo de Laing a los nuevos terapeutas: leer y escribir poesa como
actividad formativa esencial. Una coherencia con esa poesa leda y escrita
exige adems vivirla, dentro y fuera de sesin.
futura (46). Otro criterio que puede indicar, al menos con debidos recaudos,
este tipo de intervenciones, es que las dificultades del paciente para
elaborar salidas personales no responden solamente a factores dinmicos
(por ejemplo, defensas que crean escotomas), sino tambin a limitaciones
culturales, educacionales y de informacin. Puntualizados algunos aspectos
tcnicos cabe preguntarse cul es el criterio de eficacia para la psicoterapia
breve y qu indicadores existen de tal eficacia.
5.Evaluacin y discusin de resultados de psicoterapias breves
Si toda psicoterapia enfrenta importantes dificultades metodolgicas para
evaluar resultados por mtodos objetivos incuestionables (28, 66), estas
dificultades se multiplican si, a partir de evaluar los efectos de una accin
mltiple en la que juegan numerosos parmetros, se intenta hacer
inferencias sobre lo ocurrido a nivel del proceso teraputico. Se ha objetado
con razn que las comunicaciones sobre casos clnicos tratados con terapias
breves consignan prcticamente siempre xitos teraputicos, mientras
escasean las comunicaciones y el examen detallado de los fracasos (71).
Aceptando el margen de subjetividad comprendido en los diseos habituales
empleados en estas evaluaciones, no son desechables, a esta altura del
desarrollo de las investigaciones en psicoterapia, evaluaciones parciales.
Estas se basan habitualmente en el juicio clnico de entrevistado- res (16,
33, 38), en autoevaluaciones del paciente sobre listas de
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sntomas, tests (51) escalas de eficacia social (interaccin grupal) (11),
evaluaciones por el grupo familiar del paciente (9). Particularmente pueden
ser significativas aquellas que combinando varios mtodos muestran
concordancia en los resultados (10, 11). Estos trabajos consignan un
porcentaje elevado de mejoras estables, en pacientes evaluados antes del
tratamiento, al alta y despus del alta (dos, tres, cinco o ms aos de
seguimiento) (10, 47). La limitacin bsica de muchos de estos estudios
reside en que trabajan con categoras ambiguas, insuficientemente
definidas ope- racionalmente, como es el caso de mejora. La polmica
entre escpticos y partidarios de las terapias breves radica en cuanto al
tipo, niveles, alcances y estabilidad de los cambios que pueden englobarse
en aquel amplio rtulo. Mientras en psicoanlisis mejora significa mayor
insight, en terapia breve puede aludir slo a supresin sintomtica. Si se
partcrUel criterio de mejora empleado en la tcnica analtica, la
psicoterapia breve, al no centrarse en la elaboracin de la neurosis de
transferencia, no puede producir ms que modificaciones superficiales, a
travs del apoyo, la sugestin, la supresin de sntomas y el reforzamiento
defensivo. Desde esta perspectiva, brevedad equivale a ineficacia, como se
observa en los fundamentos dados por numerosos analistas de Nueva York
para rechazar la invitacin a participar en un programa asisten- cial de
plazos limitados (10). Pero en la discusin sobre resultados importa
reconocer las serias limitaciones epistemolgicas de la crtica a una tcnica
especfica, realizada en gran parte por simple deduccin, desde los marcos