Querida Ana
Querida Ana
Querida Ana
A modo de introduccin
Querida Ana:
He decidido, despus de consultarlo conmigo
mismo durante algunos das, escribir el presente libro y
obsequirtelo. Durante el proceso de escritura nunca
pas por mi cabeza el publicarlo, pues considero que
los motivos que me impulsaron a crearlo, son tan
personales que slo me competen a m y, sobretodo, a
ti; pues a travs de ti busco conocerme a m.
No encontr mejor forma de plasmar mis ideas,
inquietudes y sentimientos y simultneamente, hacer
que me comprendas, que redactarlo a modo de las
novelas europeas del s. XIX, es decir, como un
epistolario. Creo que de esa forma podr tratar temas
tan diversos, de una manera que aspira a ser lo
necesariamente delimitada. Las cartas que componen el
presente no forman, salvo alguna excepcin, partes
capitulares de una novela, pues en absoluto intent
escribir algo por el estilo. Tal es as que se pueden leer
al azar, de forma individual y separada. La mayora de
estas cartas no tienen ms enlaces entre ellas, adems
del hecho de que eres t a quien van dirigidas y yo soy
quien las escribo.
CARTA N 1
Querida Ana:
La noche que por ltima vez hablamos a travs
de internet te he soado, nos he soado. Me he soado
de pie, desnudo dentro de una habitacin oscura, hecha
de madera, con un espejo enfrente de m, cubierto por
una sabana polvorienta, de un blanco opaco, como si
hubiera sido expuesta al sol durante algunos meses. Ni
siquiera supe por qu estaba tan seguro de que ese
mueble cubierto era un espejo, podra haber sido
cualquier otro mueble, pero yo crea que era un espejo,
saba que era uno.
Estar desnudo frente al espejo no era una
costumbre que, despierto y consciente, haya propia de
m; aun as, no me sent avergonzado o extrao,
encontrndome sin alguna prenda. Es all donde entras
en mi sueo. Es decir, no apareces en mi sueo como
tal, tan slo escuch tu voz, o quizs escuch una voz
que cre que era tuya, o dese que fuera tuya, logrando
convencerme de que as era. Lo cierto es que yo
CARTA N 2
Querida Ana:
Alguna vez has preferido a algn personaje literario,
ficticio o real como un hroe? Yo he tenido muchos a
lo largo de mi infancia: Algunos vienen de los cmics
y dibujos animados, como Superman, Batman, Haji;
otros, de la literatura: Harry Potter, Gandalf, Aquiles.
En fin, hroes mos. Todos por diferentes motivos,
como sus fabulosos poderes, sus novias, deseo de ser
como ellos ideal del yo, segn pap Freud, pero
algunos de ellos, muy pocos en verdad, se hicieron mis
hroes por identificacin, por encontrar algunos rasgos
de personalidad Personalidad de personajes de
cmics? similares entre su existencia ficticia y la
ma.
Uno de ellos es Amalfitano, no s si en verdad hayas
ledo la segunda parte de aquel libro que te envi. Por
tal motivo me atrever, pues, a hacer una resea de la
vida de tan interesante personaje.