Nuevos Conversos
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Nuevos Conversos
Abril de 1984
A nuestro amigo, el nuevo miembro
Por el lder Loren C. Dunn
Del Primer Qurum de los Setenta
El mero hecho de que haya sentido el Espritu y haya recibido la doctrina de Cristo te
convierte en alguien especial.
El Seor mismo se refiri a usted cuando dijo que sus escogidos. . . escuchan mi voz y no
endurecen su corazn.
En la poca del Antiguo Testamento, los elegidos de Dios vivan juntos en una misma tierra.
Ellos tenan sus profetas, y el Seor se comunicaba con ellos para dirigirlos. Finalmente
fueron llamados la casa de Israel y, con el transcurso del tiempo, muchos de ellos empezaron a
olvidarse de su Dios y, a causa de su iniquidad, fueron dispersados en diferentes pocas a
travs de las naciones de la tierra.
Pero el Seor tambin les prometi que en los ltimos das se acordara de su pueblo que
estaba disperso y hara que se congregaran otra vez.
Y yo mismo recoger el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las ech, y las
har volver a sus moradas; y crecern y se multiplicarn. Y pondr sobre ellas pastores que las
apacienten; y no temern ms, ni se amedrentarn, ni sern menoscabadas, dice Jehov.
(Jeremas 23:3-4.)
Esta profeca le habla a usted y se refiere a su entrada a la Iglesia de Jesucristo. Usted es uno
de los elegidos que han escuchado la voz del Buen Pastor (vase Juan 10:14).
Hagamos un repaso de lo que le ha sucedido a usted como nuevo miembro, y lo que le espera
en la Iglesia.
Primero, todo lo que ha recibido como introduccin a la Iglesia est centrado en Cristo.
Sentir que hay algo especial que le liga a los nefitas de los tiempos antiguos, quienes dijeron:
Y hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo, profetizamos de
Cristo y escribimos segn nuestras profecas, para que nuestros hijos sepan a qu fuente han
de acudir para la remisin de sus pecados. (2 Nefi 25:26.)
Desde el principio se le pidi que se preparara para el bautismo por inmersin para la
remisin de los pecados. Esa preparacin personal estableci su aceptacin formal del
evangelio de Jesucristo, con sus convenios y mandamientos.
Tambin cumpli usted con los requisitos de la Primera Presidencia para poder entrar a la
Iglesia.
Despus del bautismo, fue coronado con el don de nuestro Padre Celestial, el cual le fue
conferido por la persona indicada en la forma indicada: el don del Espritu Santo, el cual
llamamos tambin el Consolador y el Espritu de Verdad. Los misioneros le instruyeron acerca
de esta influencia sagrada y santificadora cuando le ensearon las doctrinas de la Iglesia del
Seor.
Pero he aqu, te digo que debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si est
bien. (D. y C. 9:8.)
Mediante el bautismo y al recibir el Espritu Santo, dot a su vida de algo particular. Con la
calidez y la paz del Espritu Santo aumenta la paciencia, el entendimiento, la confianza, la
habilidad para hacer las cosas que antes le parecan estar fuera de sus posibilidades, mayor
autoestima, mayor entendimiento por las personas que le rodean, un aprecio ms grande por
los principios del evangelio y ms comprensin de las Escrituras.
A qu debes aspirar? Bien, despus de un cierto tiempo sentir el deseo de ir al templo. Uno
de los propsitos de asistir al templo es consolidar el carcter eterno del matrimonio. Es decir,
una pareja que ha sido casada por una autoridad o ministro civil, hasta que la muerte les
separe, puede, en los templos de la Iglesia, ser sellada por esta vida y por la venidera.
El nico propsito que tiene Dios para con el hombre es que ste pueda volver a Su presencia,
la cual es la vida eterna. Todos aquellos que aceptan a Jess como el Cristo y estn dispuestos
a obedecer los mandamientos de Su evangelio estn encaminando sus pasos hacia la vida
eterna. Otro requisito para lograr la vida eterna es el matrimonio eterno. Cuando se lleva a
cabo un sellamiento o casamiento en el templo, eso significa que la familia puede ser eterna, o,
en otras palabras, vivir con Dios en una unidad familiar. Tan perfecto es este plan que el
Salvador promete a aquellos que viven el evangelio y que no han tenido la oportunidad de
casarse, que no se les privar de las bendiciones relacionadas con esta ordenanza.
Una de las bendiciones prcticas del casamiento en el templo es que se unir a un grupo de
personas bastante exclusivas del mundo actual. Los socilogos declaran que en nuestra
sociedad moderna, uno de cada tres matrimonios fracasa, pero entre los casamientos que se
efectan en el templo el promedio de xito es de un noventa por ciento. Entre las bendiciones
del evangelio de Jesucristo se encuentra la de un matrimonio ms slido en esta vida para
aquellos firmemente establecidos en la Iglesia, as como una promesa de que las familias
pueden permanecer unidas eternamente.
Como nuevo miembro, usted ha pasado a ser parte de un barrio o de una rama. Se ha unido a
otros miembros que como usted estn desarrollndose en el evangelio y se esfuerzan por vivir
vidas cristianas. Algunos de ellos han sido miembros por mucho tiempo, pero la mayora est
tratando cada da de hacer lo mejor que puede por mejorar. Claro est que no todo es fcil, y a
veces es posible que haya alguien que le ofenda sin querer; y si es que desea ayudar a esa
persona, sea paciente con ella y no guarde enojo, sino aydela para que pueda vencer esa
dificultad. Aunque rara vez este caso podra presentarse.
Dado que es nuevo y un tanto inexperto, deseo que recuerde que est haciendo una
contribucin maravillosa. Su vitalidad y frescura como nuevo miembro agregan nueva vida al
barrio o a la rama. Aun cuando los miembros con ms tiempo que usted en la Iglesia no se lo
digan, ellos se sienten gozosos de su compaa, porque irradia de usted un espritu que los
reconforta. No es que ellos no tengan su propio testimonio, pero la frescura de su espritu les
ayuda a recordar el entusiasmo de su propia conversin. Nuestro profeta, el presidente
Spencer W. Kimball, nos ha dicho que usted tambin forma parte de los que hacen que la
Iglesia se mantenga fuerte y con vida.
Usted, como nuevo miembro, pasar por muchas experiencias que le harn progresar. Su
testimonio, por ms fuerte que sea, tambin es frgil. Debe nutrirse para que pueda crecer
fuerte y no desvanecerse. Este alimento lo obtenemos cuando oramos sinceramente, asistimos
a las reuniones de la Iglesia, pagamos un diezmo ntegro, guardamos el da del Seor, leemos
las Escrituras, o en otras palabras, cuando obedecemos los mandamientos. De esta manera la
influencia purificadora del Espritu Santo siempre le acompaar.
Finalmente, sentir que debido a que es nuevo en la Iglesia no cuenta con tanto conocimiento
como el resto de los miembros que han estado ms tiempo en ella. Aun cuando hay mucho
para aprender, aunque en distinta manera el Seor le recompensar y le bendecir con las
mismas bendiciones que al miembro que ha estado en la Iglesia toda su vida.
l nos ensea esta leccin en la parbola del padre de familia que sali de su casa para
contratar obreros para su via. Al darles empleo a los primeros al inicio del da, vio que haba
otros que estaban desocupados y los llam tambin para que trabajaran en su via. Lo mismo
hizo a la hora sexta y a la hora novena del da, y aun a la hora onceava del da, pagndoles a
todos al final del da la misma cantidad, aun cuando no todos haban trabajado la misma
cantidad de horas.
Uno de los significados de esta gran parbola es que el Seor ofrece las mismas promesas de
salvacin y exaltacin a todos sus hijos que ganan conocimiento de la verdad, si es que son
fieles. Fjese en que no se trata del arrepentimiento en el lecho de muerte. La parbola
muestra que todos aquellos que obedecieron al llamado del hombre que posea esta via y
fueron sin demora, ms all de la hora en que fueron llamados, recibieron el mismo pago. No
hizo ninguna promesa a la persona que oy el llamado, antes o despus, y no fue.
Esta parbola tambin muestra que el Seor puede y de hecho llama tanto a los nuevos como
a los viejos miembros a posiciones de responsabilidad en el reino. Cada uno tiene ciertas
habilidades y determinado potencial y ser llamado de Dios por revelacin para desempear
las posiciones para las que est mejor preparado. Algunas veces esto sucede sin tomar en
cuenta el tiempo que han sido miembros de la Iglesia.
Lo mismo le sucede hoy da a medida que aprende y se desarrolla como miembro. Se dar
cuenta de que podr hacer cosas que antes crey imposibles de lograr, todo debido al don del
Espritu. Esto, en combinacin con la gua de sus lderes del sacerdocio y las enseanzas de las
Escrituras, le proporcionar grandes bendiciones.
Una de las ms grandes fuentes de fortaleza la encontrar en los miembros que han estado
ms tiempo en la Iglesia. Todos han sido instados por el Seor a nutrir y fortalecer a sus
nuevos hermanos y hermanas en el evangelio de Cristo. En la hermandad de Dios, el Seor
no hace acepcin de personas (Hechos 10:34), y El espera que todos sigamos su ejemplo.
Leemos en el dcimo captulo de Hechos cmo fue que Pedro lleg a la conclusin de que todo
aquel que obedeciera la ley iba a ser aceptado por el Seor. Como recordar, Pedro tuvo una
visin sobre este asunto, en el cual haba de todos los cuadrpedos terrestres y reptiles y aves
del cielo. Y le vino una voz: Levntate, Pedro, mata y come (versculos 12-13).
Debe tenerse en cuenta que estas cosas estaban prohibidas segn la ley juda, as que Pedro
reaccion diciendo: Seor, no; porque ninguna cosas comn o inmunda he comido jams
(versculo 14).
Lo mismo ocurre hoy en la Iglesia restaurada del Seor. Esa persona a la que el Seor haya
declarado limpia mediante su fe, arrepentimiento y bautismo seguido por la recepcin del don
del Espritu Santo, es aceptada por la Iglesia.
Esa persona a quien el Seor pronuncia limpia es hermanada y aceptada en la misma forma
por los miembros. Ni el Seor ni los miembros de la Iglesia hacen acepcin de personas, sin
importar si es hermano o hermana el que ha entrado por la puerta.
Tambin Alma hace hincapi respecto a esta unidad, a esta aceptacin mutua, como condicin
para todo aquel que entre en el reino de Dios a travs del bautismo.
y ya que deseis entrar en el redil de Dios y ser llamados su pueblo, y estis dispuestos a
llevar las cargas de unos y otros para que sean ligeras; s, y estis dispuestos a llorar con los
que lloran; s, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y a ser testigos de Dios a todo
tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar. . . qu os impide ser bautizados en el nombre del
Seor? (Mosah 18:8-9, 10.)
Una evidencia an ms clara de esa aceptacin del nuevo miembro la constituye el
procedimiento y norma de la Iglesia de conferir, despus del bautismo, el Sacerdocio de Aarn
a todo varn recin convertido que tenga la edad apropiada, as como el de llamar a nuevos
hermanos y hermanas para que desempeen cargos en la Iglesia de acuerdo con su capacidad.
Una de las maravillosas cosas que ms nos ayud a que nos uniramos a La Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los ltimos Das fue una reunin un jueves por la noche antes de
nuestro bautismo, en la que conocimos a una familia que tena muchas cosas en comn con
nosotros. Ellos nos hablaron de la experiencia que bamos a pasar al bautizarnos, y nos
explicaron algunas cosas.
Cuando llegamos al servicio bautismal, ellos nos saludaron en la puerta y dijeron que iban a
estar durante nuestro bautismo. Me hizo sentir mucho ms seguro cuando al entrar a las
aguas bautismales vi tantas caras de amigos.
Despus de unirnos a la Iglesia, ellos nos ayudaron en las reuniones sentndose con nosotros
adems de otras familias, y el espritu que sentimos de ellos fue algo grandioso. Tambin nos
ayudaban explicndonos sobre la doctrina de la Iglesia y con nuestro estudio de las Escrituras.
Nos hermanaban durante todos los das de la semana, y especialmente durante nuestras
noches de hogar y hasta nos ayudaron a disear una especial para nuestra familia. Despus de
las reuniones de testimonio en la Iglesia, nos invitaban a asistir a reuniones en su casa, a las
que invitaban a otros miembros de la Iglesia para que nos conocieran. An siguen siendo
nuestros amigos y todava nos explican cosas que no comprendemos.
Es por medio de este hermanamiento que s que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
ltimos Das es verdadera.
As, entonces, hoy se encuentra embarcado en una nueva jornada como valioso y confiable
miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das. El Seor dijo: Porque
estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida (Mateo 7:14). Usted ha entrado
por esa puerta y se encuentra en el trayecto que le conducir a la presencia de Dios.
l le ha dado el precioso don del Espritu Santo, el cual mantendr su testimonio fuerte y le
guiar a toda verdad si es que obedece a sus susurros. l le ha dado su Iglesia y ha establecido
su reino sobre la tierra para que pueda ser instruido ms perfectamente en la manera del
Seor. Ha recibido la ayuda y la amistad de los lderes del sacerdocio y hermanos Santos de
los ltimos Das para que puedan aprender y progresar juntos y ayudarse mutuamente,
asidos constantemente a la barra de hierro que les guiar a la vida eterna.
Y finalmente el Seor le ha enviado a este mundo habilitado por muchos de sus hijos, hijos
cegados por la sutil astucia de los hombres que acechan para engaar, y no llegan a la verdad
slo porque no saben dnde hallarla (D. y C. 123:12).
Es su ejemplo el que les mostrar el camino. Es el espritu que de usted irradia el que sentirn
y as reconocern lo bueno y lo verdadero. Es mediante sus esfuerzos que esta gran
experiencia del evangelio de Jesucristo se extender a todas estas maravillosas personas como
la ciudad asentada sobre un monte. . . para que alumbre vuestra luz delante de los hombres
(Mateo 5:14-16).