Carranza, Marcela - Los Clásicos Infantiles, Esos Inadaptados de Siempre
Carranza, Marcela - Los Clásicos Infantiles, Esos Inadaptados de Siempre
Carranza, Marcela - Los Clásicos Infantiles, Esos Inadaptados de Siempre
Podramos definir a los clsicos infantiles como aquellos textos de los que todo el mundo tiene noticias,
pero que casi nadie ha ledo.
Si a un grupo de personas adultas de diversas edades se les pregunta si conocen al Pinocho, posiblemente
dirn que s; podrn incluso afirmar que la trama versa acerca de un mueco que miente y que debido a
eso le crece la nariz, un mueco que luego de toda clase de aventuras, hacia el final del relato, es
transformado por un hada en un nio de verdad. Ante la pregunta de si han ledo el libro, la respuesta de
la mayora volver a ser afirmativa, dirn que lo han ledo de nios, o bien de adultos a sus hijos o
alumnos. Si se les interroga sobre la extensin del libro que leyeron, posiblemente las personas
entrevistadas hablarn de unas pocas pginas, y quiz algunos dirn que se trata de una novela de ms de
treinta captulos. Pero este ltimo grupo, ser el de una minora.
Puede que muchas de estas personas manifiesten su decepcin al descubrir que lo que ellos haban
tomado por Pinocho, un pequeo libro de una docena de pginas, no era sino una de las muchas
adaptaciones que serruchan, podan y encastran fragmentos, hasta obtener esas malas copias que poco o
nada tienen que ver con el texto original.
Y all est el Pinocho seala Guillermo Piro no sin cierto humor en su prlogo un libro que siempre
se lee a destiempo, de lo contrario uno de los libros ms traducidos hubiera podido cambiar el curso de
la historia y no lo ha hecho. (1)
Esto mismo podra decirse de muchos otros libros de la literatura infantil universal, comnmente
llamados clsicos.
En un libro reciente de Anthony Browne y Joe Browne, en el que el autor de libros-lbum ingls nos
cuenta de su obra, al hablar de Willy el soador (2) seala: Muchos de los sueos hacen referencia a la
cultura popular, que a menudo alude a sueos tambin. El primero de los sueos de Willy consiste en ser
estrella de cine, pero la ilustracin lo presenta en varias versiones, como el monstruo de Frankenstein
(que es el sueo de un cientfico loco), los tres compaeros menesterosos de Dorothy en el pas de Oz
(quienes son, segn se descubre, productos de un sueo), y King Kong (3)
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Esta observacin de Anthony Browne en relacin con El mago de Oz pone de relieve un importante
cambio de la versin cinematogrfica de la Metro Goldwyn Mayer en relacin con la novela de Frank
Baum (1900). Precisamente el gran cambio adaptativo de la versin cinematogrfica realizada por
Vctor Fleming en 1939 es ese final donde el viaje de Dorothy al maravilloso pas de Oz se ve
transformado, a travs de un viejo y trillado recurso, en un sueo o desmayo, producto de un accidente
durante el cicln. En la novela de Baum, el viaje de Dorothy y sus compaeros: el hombre de lata, el
espantapjaros y el len cobarde, es tan real como la nia y Tot, su perrito.
Para seguir con obras clsicas de autor como las ya nombradas, podemos referirnos a uno de los autores
ms prolficos y tambin ms maltratados por las adaptaciones: Hans Christian Andersen (Dinamarca,
1805-1875); quien ha dado nombre al premio mayor que se otorga a nivel internacional a un autor de
literatura infantil.
Con respecto a este maltrato la crtica literaria Mara Adelia Daz Rnner seala: Se lee al dans Hans
Christian Andersen desde la notable cancelacin de su lectura. A travs del tiempo de publicacin de su
obra, esa gestin cancelatoria ha permitido la desfiguracin de la morfologa textual y la
desgramaticalidad progresiva de una narrativa densa, espesa y altamente singular, obligando a un
recorrido minorizado sobre un corpus gastado, maltratado por las varias maneras de traducirlo y de
montar mltiples y reductoras versiones y adaptaciones para uso de los nios. En tanto consideramos a
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los textos literarios destinados a los nios como constructores de una aduana peculiar a travs de la que
se trafican valores correctos y adecuados segn el criterio de la sociedad a la que llega, es posible
entender la porosidad y la vulnerabilidad abusadas de textos como los de Andersen, mayoritariamente
carentes de happy endings y de grueso calibre dramtico, entre otros ingredientes propios de su
narrativa, para adecuarlos a sus consumidores infantiles. (4)
Para dar cuenta de esto ltimo y de lo que con elocuencia Daz Rnner denomina grueso calibre
dramtico en la obra de este autor, transcribimos aqu un fragmento del desenlace de La sirenita, uno
de sus cuentos ms famosos:
La sirenita se dirigi hacia el pabelln real. Levant la cortina y advirti que la esposa dorma con su
cabeza apoyada en el pecho del prncipe. Acercndose, se inclin y bes la frente de aquel a quien tanto
amaba. Mir alternativamente hacia el oriente donde el brillo aumentaba y al prncipe dormido que
murmuraba en sueos el nombre de su esposa, volvi la mirada hacia el cuchillo, lo levant con pulso
tembloroso y arroj lejos el arma en el agua. En el sitio en que cay pareci como si algunas gotas de
sangre salpicaran las olas. La sirenita volvi a mirar una vez ms a su amado, y se arroj al mar, donde
sinti que su cuerpo se disolva en espuma. (5)
Una escena nica que define el destino de la protagonista donde se combinan el suspenso dramtico, la
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imagen potico/plstica y el trgico final. Esta es adems una escena que contina a otra de osada
ambigedad moral para un relato infantil: las hermanas, bellas y buenas, acaban de entregar a la sirenita
el cuchillo para que asesine al prncipe, vierta la sangre del inocente en sus pies y de ese modo logre
salvar la vida.
De pronto, sus hermanas salieron del mar, tan demudadas como ella misma. Ninguna haca flotar sus
largos cabellos al viento: se los haban cortado.
Le hemos dado los cabellos a la bruja le anunciaron para que te ayudara y te salvara de la muerte.
Nos entreg este cuchillo afiladsimo que aqu te entregamos. Debes clavarlo en el corazn del prncipe
antes de que salga el sol, y cuando su sangre, an caliente, caiga sobre tus pies, stos se unirn para
volver a transformarse en una cola de pez. Sern nuevamente sirena; regresars a nuestro lado, y
desaparecers hecha espuma recin dentro de trescientos aos. Pero debes apurarte! Porque antes de
que salga el sol uno de los dos debe morir. Mtalo y regresa con nosotras! No ves la lnea roja en el
horizonte? Dentro de unos minutos saldr el sol y todo habr concluido para ti! (6)
Este fragmento no suele aparecer en las adaptaciones. En algunos casos, cuando aparece, quien tienta a la
Sirenita es la bruja en persona. Lo cual, resulta claro, obedece a la necesitad de depositar en el villano de
la historia la responsabilidad de semejante proposicin. Para los lmites morales que se suelen imponer a
un cuento infantil, la frontera entre el Bien y el Mal debe quedar claramente delimitada. No debe haber
lugar para la duda, las contradicciones o la ambigedad.
Luego de la muerte de la sirenita vendr un segundo final, ms condescendiente, aunque abierto, en el que
se abre para la protagonista la posibilidad de la trascendencia de su alma. Pero no importa, ya Andersen
cometi su crimen, dej que la dulce criatura de su invencin se disolviera en el mar.
Vamos ahora a la versin ms difundida de este cuento: la pelcula de los estudios Disney y las
innumerables adaptaciones en papel que siguen fielmente el esquema de la pelcula.
Una adolescente rebelde y sensual desafa a su padre enamorndose del hombre prohibido; a diferencia de
Romeo y Julieta u otras grandes tragedias literarias donde esta disyuntiva del amor prohibido es centro del
conflicto, Ariel, la sirenita de Disney, recibe, hacia el final de la historia, el apoyo paterno y contrae
matrimonio con el prncipe amado, transformada definitivamente en humana, bajo fuegos artificiales, con
invitados y torta de boda incluidos.
Pero no slo el final nos revela otro cuento, aunque el ttulo, algunos de los personajes y acciones sean los
mismos, y los crditos afirmen que la pelcula est basada en el cuento del dinamarqus. Segn seala
Zohar Shavit en su libro Poetics of Childrens Literature (7), uno de los mecanismos que hacen a la
traduccin de libros para adultos al sistema infantil (recordemos que La sirenita fue escrita
originalmente para nios), pero tambin a la produccin de textos para nios, es la afiliacin del texto a
modelos preexistentes en el sistema infantil. Es posible observar al respecto una tendencia del sistema de
la literatura infantil a aceptar slo lo que es convencional y bien conocido; aquellos modelos ya
consagrados (e incluso en muchos casos perimidos) en el sistema de libros para adultos, y en
funcionamiento dentro del sistema para nios. Cuando el modelo del texto original a traducir/adaptar no
existe en el sistema de libros para nios, el texto original suele sufrir la alteracin, o incluso la
eliminacin y/o agregado de elementos para el ajuste al modelo conocido en el sistema infantil. Shavit
ejemplifica este procedimiento con los cambios que frecuentemente ha sufrido en sus mltiples
adaptaciones el original de Jonathan Swift de Los viajes de Gulliver, el cual adaptado al sistema infantil
ha visto modificados y eliminados los elementos propios de la stira y la irona, centrales en el original,
para verse trasformado en un relato de fantasa y aventura, dos modelos habituales y exitosos dentro del
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Esta repeticin de modelos conocidos y probados dentro del sistema infantil puede observarse en la
adaptacin del cuento de Andersen, originalmente pensado para nios, en sus ms difundidas versiones a
lo Disney. As mientras en el original de Andersen, como sealamos anteriormente en relacin con la
escena de las hermanas de la sirenita, existen momentos en los que el lmite entre el Bien y el Mal no
parece estar suficientemente claro, la versin cinematogrfica de Disney y sus deslucidos epgonos, se
construyen sobre el antiguo andamiaje de la lucha de poder entre el Bien y el Mal en trminos absolutos.
La figura de la bruja, apenas delineada en Andersen a partir de su funcin, se ve transformada en la
vengativa rsula. Un personaje que encarna al Mal, dispuesto a luchar por el dominio del reino
submarino en contra del padre de la sirenita: el rey Tritn. Para no extendernos demasiado en este punto,
podemos simplemente enumerar algunos elementos de la versin Disney y sus satlites, absolutamente
ausentes en el cuento original, y que sin duda repiten esquemas y motivos trillados de la literatura popular
e infantil: la figura del hroe masculino salvador (recordemos que en el cuento el prncipe tan slo se
limita a ser salvado por la sirenita, y luego a enamorarse de otra dama, vindose as frustrado el amor de
la protagonista); el acento puesto en una fuerte figura paterna que en el texto de Andersen apenas es
mencionada, ya que la familia de la sirenita tiene por figura central a la abuela; un claro mensaje
aleccionador para los padres, y una moral planteada sin matices ni ambigedades, en consonancia con un
modelo familiar y social de orden patriarcal. Todo esto, en clara diferencia y contradiccin con el cuento
original.
La pelcula estrenada en 1989 es mucho ms conservadora tanto en aspectos formales como ideolgicos,
que el cuento publicado 152 aos antes. Y sin embargo el cuento de Andersen no es un dechado de
transgresin; hay que reconocerlo, La sirenita de 1837 tiene su bajada moral e incluso religiosa, si se
quiere. Como le sucede al Pinocho de Collodi, es un texto tambin moralizante.
Pero antes de continuar resulta necesario hacerse una pregunta de base: Qu es una adaptacin?
Marc Soriano define a la adaptacin de la siguiente manera: Qu es adaptar? Tal vez lo ms oportuno
sea comenzar por una definicin simple, aun cuando, muy probablemente, nos veamos obligados luego a
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matizarla. Adaptar es hacer corresponder con. Se trata de un verbo que slo adquiere su significado
preciso en relacin con su complemento de rgimen. Adaptar para los nios un libro que no les estaba
destinado significa someterlo a una cantidad de modificaciones por lo general, cortes y
cercenamientos que lo conviertan en un producto que se corresponda con los intereses y el grado de
comprensin de los menores, es decir, que lo vuelva asequible a este pblico nuevo
Luego el autor contina: Al plantear de este modo la cuestin, percibimos que la adaptacin no es algo
nuevo y que no puede reducirse a la censura ejercida por los adultos sobre ciertos libros. (8)
Aqu ya tenemos dos cuestiones para resolver. Soriano est hablando en esta cita de la adaptacin para los
nios de libros que originalmente no le estn destinados. Ahora bien, sabemos que gran cantidad de textos
escritos originalmente para nios, de los cuales la extensa obra de Andersen y la novela de Collodi son
slo algunos ejemplos, han sido y siguen siendo sometidos a innumerables adaptaciones. La otra cuestin
planteada por Soriano consiste en el riesgo de reducir el concepto de adaptacin al de censura.
Tenemos entonces la necesidad de preguntarnos si los libros escritos originalmente para nios necesitan
ser adaptados, y por otro lado, considerar el concepto de adaptacin ms all de la censura, como una
presencia constante en la literatura infantil desde sus orgenes.
Comencemos por este segundo punto considerando ahora aquellos textos que, a diferencia de los
anteriores, carecen de un autor conocido, y por lo tanto de una versin original.
Refirindose a los cuentos de Perrault publicado en Cuentos de mam Oca. Historias o cuentos del
pasado con moralejas (1697), Marc Soriano afirma: Otro dato que no se debera olvidar: estas obritas
formaron parte originariamente de la tradicin oral. La obra de Perrault no es ms que una
transcripcin, a pesar de las apariencias, o, mejor dicho, una adaptacin. (9)
Graciela Montes seala cuestiones similares cuando dice: Es difcil rastrear los orgenes de un material
tan difundido, tan recreado, nacido y vuelto a nacer tantas veces. La Bella Durmiente o Barba Azul no
son creaciones de los hermanos Grimm, que se limitaron a recoger las variantes folklricas de esos
cuentos que circulaban a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, pero tampoco nacieron con Perrault,
que public su versin en 1697, ni con los recopiladores italianos como Basilio y Straparola, cuyas obras
probablemente consult el acadmico francs. Todos esos textos no son sino manifestaciones materiales
de una realidad mucho ms fluida e intangible: la literatura oral. (10)
En otras palabras, los cuentos de la tradicin oral recopilados por Basilio, Straparola, Perrault, Grimm,
Pushkin, Tolstoi, Gorki, Afanasiev, Calvino, etc no son otra cosa que versiones de relatos cuyo origen
se pierde en la historia de la humanidad, y en definitiva no son sino adaptaciones realizadas por
individuos pertenecientes a las clases intelectuales que han decidido llevar tales relatos de la tradicin
oral a la escritura.
Muchos de estos cuentos populares que hoy se circunscriben a la cultura infantil, en otras pocas no
estaban destinados a los nios. Se trata de cuentos que pertenecan al folklore campesino y eran
escuchados por un pblico heterogneo dentro del cual los nios formaban parte. Situacin que an se
conserva en algunos grupos culturales de diversas regiones del mundo, donde nios y adultos, sin
distincin, comparten la escucha de un relato a cargo de un narrador oral.
Es decir que, muchos cuentos hoy considerados infantiles, provenientes de la cultura popular, no fueron
pensados especficamente para los nios porque, entre otras cuestiones, en aquellos tiempos el concepto
de infancia an no exista entre los adultos. Tales relatos han atravesado siglos de historia para sobrevivir
dentro de lo que hoy llamamos literatura infantil, y lo que conocemos de aquellos relatos no son sino
adaptaciones.
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Como seala Montes: No es preciso mencionar que las historias de los Gesta romanorum, del
Decamerone de Boccaccio, del Pentamerone de Basilio y de Le Piacevoli notti de Straparola nunca
estuvieron destinadas a los nios, aunque incluyan narraciones que despus fueron catalogadas
definitivamente como infantiles. No hay pues ms que un paso entre los cuentos infantiles y los cuentos
populares, y sus orgenes se confunden. (11)
Junto a las versiones escritas de cuentos de la tradicin oral, tambin debemos considerar otra vertiente
que ha ensanchado el caudal de lecturas infantiles desde lo que podramos llamar los orgenes del sistema
literario para nios. Se trata de obras de la alta cultura que jams fueron pensadas para un pblico
infantil como Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift (1726) o Robinson Crusoe de Daniel Defoe
(1719), dos textos que los nios tomaron del repertorio adulto poco despus de su publicacin.
Sin embargo las que llegaron a los nios no fueron las versiones completas y originales de estos textos,
sino sus adaptaciones populares. Es decir versiones adaptadas a un pblico popular que ponan en
circulacin editores piratas y que reducan el relato a algunos episodios considerados ms atractivos para
ese pblico especfico.
A partir de la invencin de la imprenta en el siglo XVI se consolid un acervo que ms tarde heredar el
sistema de libros para nios, compuesto por textos provenientes de la literatura culta que ingresaron a la
literatura popular, no en sus versiones originales, sino en versiones populares que los vendedores
ambulantes ofrecan en las ferias y plazas pblicas. Textos abreviados, simplificados y profusamente
acompaados de ilustraciones, destinados a otro pblico que el que haban tenido originalmente. Esta
literatura form parte de la llamada literatura de cordel, la cual inclua tanto los cuentos de hadas y
adaptaciones populares de novelas cultas antes mencionados, como otros textos del tipo: historias de
santos, historias de criminales, relatos sobre toda clase de curiosidades, almanaques y calendarios, libros
de medicina, de astrologa, de profecas, de brujera, guas de viaje, tratados amorosos, dilogos
dramticos, obras burlescas, parodias de sermones o de tratados didcticos
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Toda esta literatura producida bajo reglas de adaptacin para un pblico popular entr en coalicin con
nuevas exigencias propias de un concepto de niez que se instalaba estrechamente unido al desarrollo
del sistema escolar. Concepto que condicionaba y condiciona hasta la actualidad la produccin de los
libros para nios.
Tanto en los textos de Perrault como en los de los hermanos Grimm los investigadores han podido
observar operaciones de adaptacin donde se evidencia una acomodacin deliberada a un receptor
especfico: el nio. Pero aqu hay algo que debemos considerar con suma atencin: toda adaptacin
supone un acomodamiento deliberado al receptor. Pero este receptor no es un sujeto concreto y real, sino
una representacin, una idea o concepto de nio (en nuestro caso) que condicionar cualquier proceso
de adaptacin que se opere sobre el texto original.
Veamos lo que dice Zohar Shavit al respecto: La sociedad convide la niez como el ms importante
perodo de la vida y tiende a explicar la mayor parte de la conducta adulta sobre la base de las
experiencias de la infancia. Est tan acostumbrada a su modo de entender lo que es la niez, as como a
la existencia de libros para nios, que olvida que ambos conceptos, niez y libros para nios, son
fenmenos relativamente nuevos; esto es, el modo en que la sociedad ve actualmente la niez dista mucho
de su modo de verla hace slo dos siglos. Adems, la literatura para nios slo comenz a desarrollarse
despus de que la literatura para adultos haba llegado a ser una institucin bien establecida. Hasta el
siglo XVIII raras veces se escribieron libros especficamente para nios, y toda la industria de los libros
para nios slo comenz a florecer en la segunda mitad del siglo XIX. (12)
La nocin de niez que subyace a tales representaciones, como ya dijimos, es un fenmeno de ndole
histrica y cultural, por lo tanto se ve modificado a travs del tiempo y segn el entorno geogrfico y
cultural.
Para dar cuenta de cmo los conceptos de niez determinan el carcter de los textos de la literatura
infantil, Shavit, en el artculo antes citado, examina varias versiones de La Caperucita Roja. La
investigadora escoge este cuento debido a que sus numerosas versiones, escritas en los siglos XVII, XIX
y XX, le permiten revelar con claridad los modos en que la sociedad ha percibido a los nios tanto en sus
suposiciones acerca de lo que stos pueden entender, como de lo que se considera adecuado para
transmitirles.
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As por ejemplo, desde la versin de Perrault (1697) a la de los Grimm (1812) pasaron ms de cien aos,
y en ese perodo el concepto de niez incorpor algo de suma importancia para los siglos venideros: la
educacin del nio. Podemos decir que es en el siglo XIX cuando la funcin formativa comienza a
cumplir un rol central dentro del concepto de niez y por lo tanto de los textos literarios destinados a los
nios. Este cambio en el concepto de niez explica segn Shavit las diferencias operadas entre la versin
de Perrault y la de los hermanos Grimm de La Caperucita Roja. Diferencias que residen tanto en el
tono de los textos (irnico en el primero e ingenuo en el segundo) como en el cambio ms drstico: el del
final (trgico en Perrault y feliz en los Grimm). Shavit seala cmo en el texto de los autores alemanes se
produce una simplificacin estilstica (oraciones breves, dilogo simple, lxico limitado), focalizando la
narracin desde el punto de vista de la nia. Pero sin duda el gran cambio es el del final.
Mientras para Perrault la historia termina con la nia devorada por el lobo, los Grimm ofrecen dos finales.
En el primer final, el que suele perdurar en las adaptaciones ms difundidas actualmente, la nia recibe su
castigo a la desobediencia cuando es devorada por el lobo, pero luego tanto la nia como su abuela son
rescatadas. En el segundo final, el lobo es ahogado sin que hubiera llegado a lastimar a la nia. Existen
hiptesis segn las cuales la versin de los Grimm es en realidad una oralizacin del cuento de Perrault,
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que habra llegado a Alemania a travs de los hugonotes; y estos finales alternativos antes enunciados, no
seran sino un agregado proveniente de otro relato popular alemn: El lobo y los siete cabritos.
Si bien los hermanos Grimm no destinaron inicialmente sus relatos a los nios, sus cuentos fueron ledos
por ellos lo cual al parecer los indujo a ajustar los textos en sucesivas ediciones, especialmente desde el
punto de vista estilstico. Segn seala Shavit hay por detrs del cambio del final en la versin del siglo
XIX una exigencia de la poca segn la cual el nio deba aprender una leccin de todo acontecimiento,
experiencia o historia.
La versin de los Grimm muestra que la nia, que prometi al final de la primera conclusin que ella
obedecera a su madre, mantiene su promesa.
Cuando despus de eso se encuentra al lobo, ella sabe exactamente lo que se supone que haga: no se
detiene a conversar con l, sino que se apresura a llegar a casa de su abuela, donde ambas se las
arreglan para engaar al lobo. As, el xito de la leccin aprendida queda demostrado. Esta especie de
moraleja, a diferencia de la de Perrault, no se dirige a los adultos con un irnico guio del ojo. Adems,
a diferencia de la moraleja de Perrault, que pone nfasis en el caballero, describindolo en trminos
del lobo, la versin de los Grimm no pone nfasis en el caballero-lobo, sino ms bien en la nia y en la
leccin moral que ella debe aprender. (13)
Los Grimm, tambin observa Shavit, suprimen en su versin las escenas erticas del cuento que s estn
presentes en Perrault, y ponen mayor nfasis en las relaciones familiares. Mientras en Perrault la nia
muere como fruto de la fatalidad, en Grimm ser rescatada por los adultos responsables de su salud e
integridad.
En los cien aos que pasaron entre Perrault y los Grimm, se desarroll un nuevo concepto de la niez,
el concepto instructivo. Este nuevo concepto difera del anterior en la importancia que le atribua al
sistema educacional y a los libros como las principales herramientas educacionales de tal sistema. En un
tiempo muy corto, devino la raison dtre de los textos para nios y gui sus opciones y sus normas; en
gran medida, el nuevo concepto determin lo que era apropiado y lo que haba de ser catalogado como
inadecuado. As, este concepto fue una de las principales razones de los cambios que tuvieron lugar en
La Caperucita Roja desde Perrault hasta Grimm (). Adems, ese concepto ha regido la escritura para
nios, incluso con ms fuerza, desde la poca de los Hermanos Grimm. Podemos suponer eso porque la
idea bsica sobre la escritura para nios, es decir, la de que los libros para nios deberan ser escritos
bajo la supervisin de adultos y deberan contribuir al bienestar espiritual del nio, no ha cambiado
desde mediados del siglo XVIII. Lo que ha cambiado son las ideas especficas prevalecientes en cada
perodo sobre la educacin y la niez. Sin embargo, la idea de que los libros para nios han de ser
adecuados desde el punto de vista pedaggico y deberan contribuir al desarrollo del nio, ha sido, y
todava es, una fuerza dominante en la produccin de libros para nios. (14)
Considerada una literatura nociva y corruptora para los nios, la literatura de cordel, y especficamente los
cuentos populares de la tradicin oral comenzaron a ser rechazados de forma vehemente por los
pedagogos y adultos responsables de los nios. Surge as el uso del libro como instrumento de enseanza
moral y buenas costumbres, ms otros conocimientos tiles.
Con el correr del tiempo este rechazo incluy tambin a las adaptaciones de los cuentos de hadas como
las realizadas por los hermanos Grimm, que segn vimos, ya contemplaban muchas de las exigencias
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Esta funcin pedaggica exigida a los relatos para nios los diferenci de una literatura popular de la que
los lectores infantiles eran asiduos consumidores, instalando en la sociedad la discusin sobre qu clase
de libros podan ser ledos por los nios. Una discusin que contina en vigencia.
En su artculo sobre Andersen Mara Adelia Daz Rnner afirma: Luego, establecemos que el acervo
para los nios se construye a partir de la literatura popular, de raz oral, una especie de sustrato perdurable
que tolera todo tipo de maniobras autorales y editoriales. De all se entender la persistente e infatigable
tradicionalizacin que tiende a volver todo ms o menos fluido, remitiendo a una condicin casi oral y
casi annima, segn un circuito de instalacin social muy diferente al que sucede con otras formas de la
literatura. A partir de ese sustrato se van entretejiendo las nuevas producciones, las innovaciones y las
transformaciones que, a veces, constituyen un modelo de adaptacin a la propuesta pedaggica o
psicoanaltica en vigencia. Otras, ofrecen un repertorio de temas y personajes que quiebran el previsible
tablero y que, indudablemente, lo transforman. Tales son los casos de Carroll, Andersen, Collodi y Mark
Twain quienes, a su vez, sern objeto de los mecanismos de adopcin y de adaptacin de la
tradicionalizacin infatigable. (15)
Es este concepto de tradicionalizacin esgrimido por Daz Rnner el que pueda explicar un proceso
adaptativo infatigable y devastador sobre textos que, a diferencia de los cuentos de la tradicin oral, s
poseen un autor y un contexto de produccin claramente identificables. Sin embargo no es difcil
encontrar cierta confusin entre muchos lectores adultos, e incluso en algunos adaptadores y editores,
quienes dan cuenta de un rotundo desconocimiento sobre la autora de las obras llamadas clsicas, siendo
algunos textos con autor errneamente atribuidos a la tradicin oral o viceversa.
Se trata de una coleccin de cuentos clsicos pretendidamente adaptados a las culturas aborgenes de
nuestro pas. As, luego de una operacin de traslacin mediante la cual Blancanieves en lugar de ser
envenenada por una manzana lo es por el fruto del calafate; la sirenita se enamora y por supuesto se casa
con un joven ymana rescatado del naufragio de su canoa; y el sastrecillo valiente se queda en el
campamento cosiendo toldos y pintando quillangos, se obtienen los siguientes ocho ttulos presentados de
este modo en sus respectivas portadas: Caperucita Roja del Noroeste, versin libre del cuento de Charles
Perrault; Pulgarcito de la Patagonia, versin libre del cuento de Jacob y Wilhelm Grimm; La Bella
Durmiente del Litoral, versin libre del cuento de Charles Perrault; El Sastrecillo Valiente de las Pampas,
versin libre del cuento de Jacob y Wilhelm Grimm; Blancanieves de la Tierra del Fuego, versin libre
del cuento de Jacob y Wilhelm Grimm; La Sirenita de la Patagonia Austral, versin libre del cuento de
Hans Christian Andersen; Las habichuelas mgicas del Gran Chaco, versin libre del cuento de Hans
Christian Andersen y El libro de la selva del Monte Impenetrable, versin libre del cuento de Joseph
Rudyard Kipling.
Como vemos la coleccin incluye tanto adaptaciones de textos de la tradicin oral como de autores del
siglo XIX. Esto viene a corroborar lo dicho anteriormente: los textos de autores del siglo XIX corren con
el mismo destino de adaptacin libre que los de la tradicin oral. Pero como si con esto no alcanzara,
queda observar cmo los responsables de esta coleccin han incurrido en un error significativo. El cuento
Las habichuelas mgicas del Gran Chaco es presentado en la portada como versin libre de Hans
Christian Andersen, atribuyendo de este modo al autor dans un antiguo relato popular de la tradicin
inglesa: Jack y las habichuelas mgicas.
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Sabemos que los textos clsicos de autor han sufrido un proceso de tradicionalizacin. Es decir, para
mucha gente, han dejado de ser una obra original creada por un autor en circunstancias de produccin
histrica concretas, y al igual que muchsimos cuentos milenarios de la tradicin oral, han pasado a
formar ese grupo homogneo de los clsicos en sus versiones adaptadas. Es, a nuestro parecer, este
olvido del autor lo que permite confusiones imposibles de imaginar en la literatura para adultos, como por
ejemplo que un cuento annimo de la tradicin inglesa sea adjudicado en la portada del libro a un autor
dinamarqus del siglo XIX.
Otro error es el que seala la especialista Paula Labeur en un artculo sobre esta coleccin (17), en
relacin con El libro de la selva del Monte Impenetrable, versin libre del cuento de Joseph Rudyard
Kipling: El libro de la Selva no se trata, a pesar de lo que aparece en el ttulo, afirma Labeur de un
cuento, sino de una coleccin de tres de un libro de cuentos sobre la India de J. R. Kipling. Quizs el
ttulo llegue a la coleccin desde adaptaciones anteriores entre las que se cuenta las que hicieran los
estudios Disney. (18)
En el artculo de Paula Labeur antes mencionado, la autora sintetiza claramente cul es la operacin de
adaptacin que gua esta coleccin y cules son sus consecuencias: Los cuentos, entonces, renarran un
relato tradicional occidental en un espacio diferente en el que, las etnias originarias aportan
exclusivamente un toque extico de color local. Actan dcilmente siguiendo el comps impuesto por una
matriz importada. Podramos pensar, en trminos de literatura para chicos, la misma metfora del
desierto que legitim el viaje militarizado. En el desierto de narraciones de los grupos tnicos
originarios, llegan otras historias a contarse para las que las culturas originarias prestan personajes
como mscaras (caricaturas) y una ambientacin natural. (19)
La metfora del desierto utilizada por Labeur no puede ser ms grfica. El gesto colonizador sobre
las culturas de los pueblos originarios, cuya enorme tradicin de relatos es ignorada por completo,
resulta evidente.
No nos extenderemos mucho ms tiempo en el anlisis de esta coleccin que tiene la virtud de deformar
y homogeneizar desde el estereotipo, en sus textos y en sus ilustraciones, tanto los relatos clsicos
europeos de la literatura infantil, como las culturas de los pueblos originarios de nuestro pas. (20)
La reproduccin del final de La sirenita de la Patagonia Austral ser suficiente para que el lector saque
sus propias conclusiones:
CON SUS SIETE COLORES TOC A LA SIRENITA Y ELLA CANT SIETE NOTAS.
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Al igual que los otros ttulos de la coleccin, el happy end a lo Disney se impone como indispensable
para narraciones destinadas a pequeos lectores, incluso en un cuento cuya versin original posee un
desenlace trgico. Como tambin seala Labeur en su artculo, estos obligados finales
felices/clausuradores entran en flagrante contradiccin con la informacin brindada al final de cada libro
en torno a los pueblos originarios en cuestin. El caso de La sirenita resulta paradigmtico en este
sentido, si consideramos que el pueblo ymana desapareci de la faz de la Tierra debido a la colonizacin.
(22)
Ya hemos visto que no se adapta en vaco, que las adaptaciones suponen en quien o quienes adaptan
representaciones, ideas acerca del pblico hacia el cual se destina ese texto. En este caso una
representacin, una idea del lector infantil. Es decir, toda adaptacin es ante todo un acomodamiento a
una representacin de lector. Y las representaciones, ya se sabe, son sociales, son histricas, son
culturales, son en definitiva, ideolgicas.
En realidad sostiene la escritora Graciela Montes, basta seguir mirando para darse cuenta de que
todo lo que los grandes hacemos en torno de la literatura infantil (no slo cuando la escribimos, sino
tambin cuando la editamos, la recomendamos, la compramos o la soslayamos) tiene que ver no tanto
con los chicos como con la idea que nosotros los grandes tenemos de los chicos, con nuestra imagen
ideal de la infancia. (23)
De esto podemos deducir que observando las operaciones de adaptacin, las modificaciones realizadas
sobre un texto original, es posible discernir cul es la representacin del destinatario que gua tales
operaciones y a su vez qu idea acerca de la literatura infantil subyace en el texto.
En 1726 se public por primera vez una de las obras satricas ms cuestionadoras de la especie humana y
sus acciones: Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift. Lo paradjico es que este libro lapidario, crtico y
mordaz respecto de la civilizacin europea y el ser humano, cobr fama no tanto en su versin original
para adultos como en sus innumerables adaptaciones para nios, derivadas a su vez (como ya se dijo) de
antiguas adaptaciones populares.
El libro consta de cuatro partes: Un viaje a Liliput; Un viaje a Brobdingnag; Un viaje a Laputa,
Balnibarbi, Luggnagg, Glubbdubdrib y el Japn y Un viaje al pas de los Houyhnhnms.
Este ltimo viaje, el cual suele omitirse en las adaptaciones para nios, es quiz el ms impactante por su
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contenido satrico.
Los houyhnhnms son caballos racionales, extremadamente honestos, bondadosos y civilizados. Al punto
que Gulliver se avergenza de explicarle a su amo es decir a uno de esos caballos cmo es la
sociedad humana, la poltica, la Historia de Gran Bretaa y Europa.
En un momento el caballo le pide que le hable sobre la ley, y Gulliver responde: Expliqu que los
abogados eran un grupo de hombres educados para demostrar que lo blanco era blanco y lo negro,
negro; todo el mundo viva esclavizado por ellos. Por ejemplo, le dije, si tengo una vaca y mi vecino la
quiere contratar a un abogado para decir que la vaca le pertenece. Yo tendr que contratar a otro
abogado para defenderme, pero el mo estar en terrible desventaja, pues tendr que defender la verdad,
lo que va contra todo lo que le ha sido enseado. .. (24)
Swift escribe su libro en pleno auge imperialista britnico y en l denuncia las bases criminales de la
colonizacin europea. Las tijeras de los adaptadores para nios, obedientes a los criterios de sencillez,
obediencia a la moral y las buenas costumbres, que suelen regir socialmente en la literatura infantil,
borran captulos completos donde los temas resultaran poco adecuados para los nios. Los cuatro
viajes de Gulliver suelen ser reducidos a slo los dos primeros y la magistral obra en donde Jonathan
Swift satiriza y cuestiona las clases en el poder, la civilizacin y el imperialismo europeo, la especie
humana en su conjunto, se ve convertida en un simptico libro de aventuras con enanos y gigantes.
Sin embargo, la cita que acabamos de leer del ltimo viaje de Gulliver, no proviene del texto original, sino
de una adaptacin para nios. Se trata de la edicin que Vicens Vives realiz a partir del trabajo de
adaptacin de Martin Jenkins con los dibujos de Chris Riddell. De esta manera podemos ejemplificar
cmo, si bien un libro para adultos requiere sin lugar a dudas de operaciones de adaptacin para su
acercamiento a un pblico diferente, el infantil, esto no necesariamente significa equipar la adaptacin a
la censura; ni partir de nociones estereotipadas, limitadas y limitantes sobre lo que los nios pueden
comprender, o lo que es permisible mostrarles en un libro destinado a ellos.
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Tapa de Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift. Adaptacin de Martin Jenkins e ilustraciones de Chris
Riddell (Editorial Vicens Vives)
No es casual que el ltimo captulo, el del pas de los houyhnhnms no suela aparecer en las adaptaciones
infantiles que, a diferencia de la anterior, parten de visiones estereotipadas del pblico infantil. En este
captulo el personaje declara a su regreso (forzoso, ya que no deseaba volver a la sociedad humana)
sentirse mucho ms cmodo entre los caballos de su establo que en compaa de los hombres (yahoos),
incluida su propia familia.
Decamos que Los viajes de Gulliver es una stira, y que es este componente satrico el que suele
eliminarse en las adaptaciones infantiles desde el supuesto de que no resultar comprensible, ni del
inters para los nios.
Segn la definicin de Jaime Rest: El trmino stira se aplica a cualquier especie de composicin
literaria que mediante el ingenio, la irona o aun la invectiva ridiculice el comportamiento de individuos,
la organizacin de sistemas polticos o ideolgicos, la formulacin de esquemas de pensamiento y todo
aquello que sea considerado un vicio de la conducta, de la inteligencia o de los sentimientos. Los
propsitos de la stira, seala Rest, consisten en corregir los defectos humanos con auxilio de la risa que
se suscita por el hecho de ponerlos en ridculo. (25)
Vimos cmo en una adaptacin para nios del libro de Swift el componente satrico no necesariamente
debe ser eliminado, lo mismo puede decirse de otros textos que, habiendo sido escritos originalmente para
nios, poseen entre sus pginas elementos satricos y pardicos. Estos elementos lamentablemente suelen
ser borrados en muchas adaptaciones tan innecesarias como censuradoras. Este es el caso de captulos
completos de Las aventuras de Pinocho; como aquella maravillosa escena del juicio en la ciudad de
Atrapachitrulos en la que el mueco, vctima del robo de dos pillos, luego de su denuncia ante el juez, es
enviado por ste (un gorila con lentes sin cristales) a la crcel. Luego de cuatro meses de injusta prisin,
Pinocho ser puesto en libertad, pero bajo la condicin de lograr que su carcelero le considere un
delincuente. (26)
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Sin embargo los cambios y las omisiones operados en las adaptaciones no siempre apuntan a cuestiones
urticantes como la stira social y poltica, a veces llegan a detalles tan sutiles como absurdos. Por qu
por ejemplo en las adaptaciones a lo Disney el mueco cobra vida luego del toque de la varita mgica
del hada? En el texto original de Collodi, por el contrario, la madera con la que Geppetto har el
mueco tiene vida desde un primer momento. No hay en todo el libro explicacin alguna, ni de orden
mgico, ni de orden natural para que ese leo parlante se convierta en un mueco viviente. Luego de
una primera sorpresa por parte de maese Cereza y Geppetto, este hecho ser tomado con naturalidad en
la historia.
Pero al parecer, los enigmas sin resolver, las rarezas (como el hecho de que el hada tenga el cabello
azul, y sufra recurrentes metamorfosis); las ambigedades, no parecen llevarse bien con cierto tipo de
adaptaciones que subestiman la capacidad de los nios como lectores. En este tipo de adaptaciones lo que
no est claro debe ser aclarado, y lo que no est explicado, debe explicarse. De este modo la funcin
didctica no slo est presente en un mensaje implcito o explcito para el lector, sino tambin y ante
todo en el modo en que se cuenta una historia.
Maite Alvarado y Elena Massat sealan en relacin con la literatura infantil en general algo que podemos
aplicar a las adaptaciones en particular: El encasillamiento de los lectores encuentra, por su parte, un
correlato en ciertas marcas identificatorias del gnero, entre las cuales la repeticin parece ser la ms
significativa y que vuelve a ligar estrechamente los productos de este mercado con la cultura de masas.
Obediente a la tradicin, el texto infantil suele reiterar o la estructura narrativa, o la construccin
sintctica, o el lxico, y lo hace recorriendo un repertorio no solo muy reducido sino rigurosamente
codificado desde lugares tales como la normativa, la moral oficial o la enciclopedia infantil. (27)
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El knockout pardico de Cuentos en verso para nios perversos de Roald Dahl destinado a los cuentos
clsicos, ilustra muy bien lo que estamos diciendo. El comienzo de La Cenicienta se nos presenta
como una especie de prlogo del libro:
A travs de la parodia, el humor negro y la irona Dahl no slo denuncia una literatura ofrecida a los nios
rosada, tonta cursi, azucarada y falsificada sino tambin un concepto de infancia que opera por detrs
de este tipo de literatura.
Ilustracin de Quentin Blake para el libro Cuentos en verso para nios perversos de Roald Dahl
Las modificaciones y sus motivos en las adaptaciones de los clsicos a veces son tan exagerados en sus
pruritos polticamente correctos que la risa se vuelve inevitable. Otro autor ingls, James Finn Garner,
escribi un libro pardico: Cuentos infantiles polticamente correctos, que no es sino la denuncia irnica
de las exigencias de un mundo bienpensante hacia los cuentos clsicos para nios.
rase una vez una persona de corta edad llamada Caperucita Roja que viva con su madre en la linde
de un bosque. Un da, su madre le pidi que llevase una cesta con fruta fresca y agua mineral a casa de
su abuela, pero no porque lo considerara una labor propia de mujeres, atencin, sino porque ello
representaba un acto generoso que contribua a afianzar la sensacin de comunidad. Adems, su abuela
no estaba enferma; antes bien, gozaba de completa salud fsica y mental y era perfectamente capaz de
cuidar de s misma como persona adulta y madura que era.
Y hacia el final:
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Se cree acaso que puede irrumpir aqu como un Neandertalense cualquiera y delegar su capacidad
de reflexin en el arma que lleva consigo! prosigui Caperucita. Sexista! Racista! Cmo se atreve
a dar por hecho que las mujeres y los lobos no son capaces de resolver sus propias diferencias sin la
ayuda de un hombre?
Al or el apasionado discurso de Caperucita, la abuela salt de la panza del lobo, arrebat el hacha al
operario maderero y le cort la cabeza. Concluida la odisea, Caperucita, la abuela y el lobo creyeron
experimentar cierta afinidad en sus objetivos, decidieron instaurar una forma alternativa de comunidad
basada en la cooperacin y el respeto mutuos y, juntos, vivieron felices en los bosques para siempre.
(29)
Una vez ms el humor acta como fuerza desacralizadora y desenmascaradora de un discurso que se
pretende incuestionable. El discurso del deber ser de lo polticamente correcto es puesto en
evidencia en su hipocresa y esclerosis mediante las operaciones llevadas a cabo por la irona.
Algunos de los ejemplos que hemos dado hasta aqu pertenecen a lo que suelen llamarse adaptaciones
cinematogrficas. Adaptar un texto escrito al cine implica una operacin de traduccin de un lenguaje a
otro que, por supuesto, difiere de una adaptacin de un texto escrito a otro texto escrito, y cuyas
particularidades deben ser tenidas en cuenta. Sin embargo en los ejemplos hemos podido apreciar cmo
muchas de las modificaciones operadas en algunas adaptaciones cinematogrficas no provienen de
necesidades vinculadas al cambio de lenguaje, sino a representaciones del destinatario infantil de las que
devienen una serie de reglas y limitaciones para los productos culturales destinados a los nios. Tales
operaciones adaptativas se conservan por supuesto en las posteriores ediciones en papel fieles a la pelcula
en cuestin y sus epgonos, probando de este modo lo anteriormente dicho.
Un ejemplo histrico de traduccin al papel de una versin cinematogrfica es la realizada por Germn
Berdiales en Argentina, el mismo ao de estreno de la pelcula Pinocho de Walt Disney (1940); versin
libre, a su vez, de la novela de Carlo Collodi. Se trata de la primera traduccin al castellano de la versin
de Walt Disney.
En una breve introduccin German Berdiales seala: Pinocho, el simptico mueco de madera, naci
entre las pginas de un libro que un oscuro autor italiano Carlo Lorenzini, que us el seudnimo de C.
Collodi escribi para los nios de su patria en las postrimeras del siglo pasado. La originalsima
creacin, desbordante de fantasa literaria, candor infantil y sugestiones morales, alcanza ahora, en
pleno siglo XX, su definitiva consagracin artstica, pues ha tenido el merecido privilegio de ser
presentada a los nios de todo el mundo por el lpiz ilustre de Walt Disney, mago de nuestra edad. (30)
Las palabras de Berdiales resumen una argumentacin posible respecto de adaptaciones que, como la
versin Disney de Pinocho, se toman todas las libertades en relacin al original, mientras por otra parte
resultan muy obedientes a nociones generalizadas sobre lo adecuado en un texto para nios en el
momento de su produccin. Desde esta ptica Las aventuras de Pinocho de Collodi era un texto destinado
a la extincin, que debe su supervivencia y consagracin artstica a la adaptacin de Disney.
Aceptemos o no tales argumentaciones, lo que s puede resultar bastante evidente es cmo las pelculas
Disney y sus epgonos forman parte de ese proceso de tradicionalizacin de los textos clsicos sealado
por Daz Rnner, al punto de que la versin libre viene a reemplazar para buena parte del pblico a la
versin original, y textos como Pinocho o La sirenita, o bien son adjudicados a Disney o se los considera
de autor annimo, desconocindose por completo al autor y texto original.
Dentro de los ejemplos posibles de traduccin de un texto literario clsico a otro lenguaje artstico existe
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uno digno de mencionar. El 12 de marzo de 1981 se estren en la Sala Casacuberta del Teatro Municipal
San Martn de la Ciudad de Buenos Aires La Bella y la Bestia, del clebre titiritero Ariel Bufano
(1931-1992).
La obra tuvo un gran xito y permaneci en cartel durante dos aos. Segn las propias palabras de Bufano
en una entrevista, su intencin fue continuar la tradicin del cuento de hadas y rescatarlo de un olvido
injusto (31). Esta versin para el teatro de tteres, realizada diez aos antes que la versin
cinematogrfica de Disney, es muy fiel al texto de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont (32). Las
modificaciones en su mayora tienen que ver con necesidades surgidas a partir de la adaptacin de lo
escrito al lenguaje teatral. Uno de estos cambios consiste en la introduccin de un personaje ajeno al
cuento: el pjaro blanco, el cual cumple la funcin de trasladar mgicamente a Bella del palacio de la
Bestia a la casa de su padre. La idea del pjaro blanco al parecer fue tomada por Bufano de una
adaptacin cinematogrfica del cuento (1946) del director francs Jean Cocteau. (33)
La traduccin en imgenes, de la que el cine forma parte, posee una larga tradicin dentro de las
adaptaciones populares e infantiles. Un ejemplo clebre es el de la Biblia de los pobres (Biblia pauperum)
a finales de la Edad Media, destinada a ensear las sagradas escrituras a una poblacin en su mayor parte
analfabeta. Desde los inicios de la imprenta, la ilustracin form parte de aquellos recursos de los que se
valan los editores para aproximar los textos, en algunos casos provenientes de la literatura culta, al
pueblo. Es decir que desde siempre la imagen cumpli un rol fundamental en la adaptacin de textos para
un pblico popular primero, y para un pblico infantil despus.
Toda ilustracin es en definitiva una lectura, una versin posible de un texto y en algunos casos la lectura
del ilustrador puede destacarse ms de lo habitual, llegando a modificar en forma evidente la historia. As
podemos observar en ediciones recientes de textos clsicos, el modo en que la ilustracin lejos de
limitarse a ilustrar o acompaar los textos, realiza sobre ellos verdaderas adaptaciones.
Tenemos el caso de la edicin de Hansel y Gretel, con texto de los Hermanos Grimm e ilustraciones de
Anthony Browne, y La Cenicienta con texto de Charles Perrault e ilustraciones de Roberto Innocenti. (34)
En ambos libros estos destacados ilustradores han tomado la decisin de modificar deliberadamente la
historia conservando el texto fiel al original. Lo han hecho valindose de su propio lenguaje: el de la
ilustracin, situando a los personajes en un momento histrico diferente al que la tradicin nos tena
habituados y realizando una lectura original del texto.
Innocenti recrea el clsico de Perrault al desarrollar la historia en la ciudad de Londres de los aos 20. La
arquitectura, el mobiliario, el vestuario de los personajes, los objetos dan cuenta de un minucioso
trabajo de documentacin de poca por parte del artista. Este cambio temporal y espacial en las imgenes
modifica al clsico de Perrault, comnmente alojado en la Francia del siglo XVIII.
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En otros, el relato escrito permanece muy cercano al original, pero Ross se permite en las imgenes
una visin desacralizada del clsico. Son sus ilustraciones las que suman mayores significados, tanto
por su estilo como por algunos elementos destinados a una visin humorstica, incluso para las escenas
ms trgicas del cuento.
Ilustracin de de Tony Ross para el libro Hansel y Gretel de los hermanos Grimm
Otra experiencia destacable de adaptacin de los clsicos en donde la ilustracin jug un papel
fundamental es la coleccin Cuentos de Polidoro del Centro Editor de Amrica Latina (CEAL). Todo un
hito de la literatura infantil argentina.
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Tapa del libro Las aventuras de Ulises. Adaptacin de Cristina Gudio Kieffer. Ilustraciones de Ayax
Barnes (Coleccin Cuentos de Polidoro)
En Mayo de 1967 el CEAL lanz su primera coleccin semanal para vender en kioscos: se trataba de los
Cuentos de Polidoro. Una coleccin de clsicos para nios dirigida por Beatriz Ferro, quien adems
realiz muchas de las traducciones y adaptaciones de los textos. Entre los ochenta fascculos de Cuentos
de Polidoro se encontraban: los cuentos de Perrault, de Grimm, de Andersen; captulos del Pinocho de
Collodi, de Don Quijote; relatos de La Biblia; cuentos de Las Mil y una Noches y relatos de la Mitologa
Griega, entre otros.
En un artculo sobre esta coleccin, la especialista Amparo Rocha Alonso comenta: Los temas an los
ms serios como las ancdotas bblicas o los mitos griegos estn tratados con un estilo antisolemne, con
frecuentes toques de humor que resultan de rupturas semnticas o lexicales: as, Jehov dir a No que
lo que se viene (el diluvio) va a venir por arriba, a lo que No contestar: Ah, ya s! Un plato
volador. En la misma historia, la entrada de los animales al arca ser trabajada como un viaje en un
colectivo atestado con un No conductor que trata de calmar al pasaje. Por su parte, Aladino pedir al
genio de la lmpara su primer deseo: un paquete de galletitas redondas. En franco desvo en relacin
con el estilo escolar imperante de la poca, los textos de Polidoro son ante todo ldicos, pero a la vez
capaces de una enorme transmisin de saber. (37)
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Este desvo sealado por la autora del artculo entre los Cuentos de Polidoro y la escuela no puede
extraarnos si consideramos que, como seala Beatriz Ferro, Por entonces el mercado del libro escolar
no ejerca el atractivo que tiene actualmente. Polidoro y la escuela transitaban carriles diferentes. (38)
El respeto al destinatario infantil, claramente observable en el cuidado de los textos, resulta sorprendente
en lo que refiere a las ilustraciones y el diseo grfico (39). La calidad de las imgenes en estos
econmicos libritos de venta en kioscos, no slo result destacable dentro del contexto de produccin de
libros infantiles de la poca, sino que contina actuando como un referente insoslayable para ilustradores
y para todos aquellos interesados en la literatura infantil de nuestro pas y del mundo. (40)
Entre los destacados artistas que hicieron de los Polidoro una muestra de originalidad y calidad plstica
excepcional podemos nombrar a: Ayax Barnes; Oscar Grillo; Napolen, Hermenegildo Sbat, entre otros.
(41)
Como hemos podido ver hasta aqu la adaptacin no es algo nuevo y se sita en los inicios mismos del
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sistema literario para nios. El ms que legtimo propsito de aproximar al pblico infantil un acervo
literario ancestral supone la necesidad de adaptar los textos para volverlos asequibles a ese pblico
especfico. Han sido ejemplos de este afn de aproximar los clsicos de la literatura universal a los nios,
figuras de renombre en las letras latinoamericanas como Monteiro Lobato y Jos Mart. Graciela Montes,
quien ha asumido la tarea de adaptacin en muchas oportunidades, seala al respecto: La adaptacin,
cuando es idnea, resulta una operacin rescate de textos que, sin ella, caeran tarde o temprano en el
olvido. (42)
Acercar al pblico infantil relatos bblicos, de la mitologa griega, sagas medievales; cuentos de Las Mil y
Una Noches o grandes obras escritas para adultos como Robinson Crusoe o Los viajes de Gulliver, es una
tarea que requiere indudablemente de la tarea del adaptador. Pero adaptar no es equivalente a
censurar y no siempre los cambios operados sobre estos textos se limitan a una voluntad de
aproximacin al destinatario. Como ya hemos sealado, por detrs de cierto tipo de adaptaciones
podemos vislumbrar representaciones del lector infantil sujetas a prejuicios, estereotipos y limitaciones
cuya obediencia sin tregua significa una transformacin empobrecedora de ese bien cultural que
supuestamente se pretende acercar al nio, y una subestimacin extrema del lector infantil.
Tampoco est de ms preguntarnos si textos escritos originalmente para nios como las Alicias de Lewis
Carroll, Las aventuras de Pinocho de Collodi, los cuentos de Andersen o El Mago de Oz de Frank Baum,
las novelas de Mark Twain, y muchos ms, no pueden prescindir de los cambios, cercenamientos y
reescrituras de la adaptacin. Y aunque no lleguemos a un acuerdo en relacin con este interrogante, an
podemos preguntarnos por qu en el mercado de libros infantiles de nuestro pas prevalecen
ostensiblemente las adaptaciones, y prcticamente resulta imposible acceder a las obras originales. Valga
como ejemplo de esto la detectivesca tarea de hacerse de un ejemplar de El Mago de Oz de Frank Baum
(no hablemos de los otros tomos de la serie de Oz); Las aventuras de Pinocho de Carlo Collodi o El
cascanueces de E.T.A. Hoffman (43). Me limito a dar unos pocos ejemplos, aunque esta situacin puede
extenderse a novelas clsicas juveniles y a otros muchos ttulos de la literatura infantil.
Da la impresin entonces que para los criterios editoriales las versiones originales no son vendibles, y las
adaptaciones (en su mayora muy poco respetuosas del original) cubren perfectamente las necesidades de
lectura de un clsico por parte de los nios argentinos. A partir de esta realidad el proceso de
tradicionalizacin a travs del cual los textos de autor son reemplazados por sus adaptaciones
pareciera cobrar estatuto oficial en las decisiones del mercado.
Mencin aparte requieren los cuentos populares de la tradicin oral, cuentos milenarios que han
sobrevivido durante siglos acomodndose a un nuevo pblico: el infantil, y que por lo tanto han llegado
hasta nosotros a travs de sus adaptaciones. Como ya se seal, las antiguas versiones de Perrault, de los
hermanos Grimm y de otros grandes recopiladores de esta antigua tradicin europea no son sino
adaptaciones, y sin embargo tampoco estos textos llegan masivamente a los nios sin haber sufrido
nuevas modificaciones.
Parece ser que ya en tiempos de Perrault y los Grimm los cuentos populares dieron cuenta de su rebelda
en su relacin con una moral oficial acerca de lo adecuado para nios. Una madre que abandona a sus
hijos en el bosque, como suceda en la primera versin publicada por los Grimm de Hansel y Gretel, debe
metamorfosearse en madrastra, para preservar as la figura materna; y ya vimos lo que sucedi con el final
de la Caperucita Roja de Perrault.
Pero los cuentos de la tradicin popular siguen trayendo dolores de cabeza a los educadores y otros
adultos responsables de los nios.
Tambin hoy cuando un cuento popular resulta un inadaptado social o bien se lo modifica/domestica,
segn los parmetros generalizados de lo permitido para nios en nuestra sociedad, hasta volverlo
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irreconocible; o bien se lo elimina de la seleccin por parte de los mediadores, o de los editores
inclusive. En otras palabras, se lo censura.
Un buen ejemplo de una moral poco ortodoxa, la que explicaba el mundo para los campesinos creadores
de estos relatos, es la que subyace a muchos cuentos de pcaros populares. Personajes astutos y dbiles,
provenientes por lo general de las clases campesinas, se enfrentan al grande, al rico, fuerte y poderoso. Un
tema bastante antiguo en la literatura, por cierto, ya que se haya presente en la lucha de Odiseo contra
Polifemo, y en la derrota de Goliat por David en el Antiguo Testamento. El hroe pcaro humilla al
poderoso, ridiculiza a las autoridades polticas y/o religiosas, y durante el breve lapso del cuento el mundo
se muestra patas para arriba. (44)
Son incontables los cuentos de animales embusteros y astutos que tienen por protagonistas a la zorra o el
conejo tanto en Europa como en Amrica; de los cuentos europeos ms conocidos tenemos: El gato con
botas; El sastrecillo valiente; Pulgarcito; Nariz de Plata (una versin italiana de Barba Azul
recopilada por Italo Calvino donde el personaje pcaro se haya encarnado en una mujer) o los cuentos de
Pedro Urdemales llegados y adaptados a nuestras tierras desde Espaa. Un magnfico ejemplo en el que se
relatan las hazaas de uno de los mayores tramposos de la literatura, lamentablemente menos conocido en
nuestro pas, es Las Aventuras del barn de Mnchhausen.
Ilustracin de Gustave Dor para el libro Aventuras del barn de Mnchhausen de August Brger
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Las historias del barn alemn fueron recopiladas y publicadas por primera vez por un autor annimo en
1781 (45). En 1785, Rudolf Erich Raspe public una versin inglesa. En 1786 Gottfried August Brger
tradujo las historias publicadas por Raspe al alemn amplindolas con nuevas aventuras provenientes del
folclore popular de su pas. A lo largo del siglo XIX la historia continu rodando en nuevas versiones,
incluso en Rusia, pas donde transcurren muchas de las aventuras del barn. En 1988 Terry Gilliam, ex
miembro de los Monty Python, llev a cabo una increble adaptacin de este libro bajo el ttulo de Las
aventuras del barn de Mnchhausen con John Neville en el papel del barn.
Toda esta literatura ineludible dentro de la historia de la literatura universal, con siglos de existencia, no
se aviene, como es de esperarse, a un discurso polticamente correcto. Los hroes de estas historias para
lograr sus propsitos, por lo general humillar o incluso destruir al poderoso y ascender en la escala social,
recurren a estrategias non sanctas como la mentira, el engao y la estafa. Muchos de estos cuentos no
suelen ser aceptados por la lupa escrutadora de algunos adultos, para quienes todo texto infantil debe ser
instructivo, ejemplarizante, o por lo menos no contradecir los valores morales oficiales.
Esta naturaleza poco moral del cuento popular, en particular de los cuentos escritos por Perrault, es
explicada por Robert Darnton a travs del origen campesino de estos relatos, y la dura realidad que los
pobladores de la villa francesa del siglo XVIII deban afrontar diariamente: Los cuentos no abogan por
la inmoralidad, pero contradicen la idea de que la virtud ser recompensada o que la vida puede regirse
por un principio que no sea la desconfianza bsica () Si el mundo es cruel, la villa srdida, y la
humanidad est infestada de pcaros, qu se puede hacer?. (46)
La tarea imposible de rastrear los remotos orgenes de estos cuentos difundidos y recreados durante siglos
por los narradores orales, y luego llevados a la escritura en diversas versiones hace de este material un
objeto permeable a todo tipo de cambios y adaptaciones. Igual suerte corren aquellos textos de paternidad
reconocida, pero que han ido sufriendo a lo largo del ltimo siglo un proceso de tradicionalizacin.
La pregunta que quiz debamos hacernos es acerca de la idoneidad de muchas de estas adaptaciones,
absolutamente libres respecto al texto original, o a la versin antigua de la que supuestamente parten,
pero frreamente serviles a los parmetros generales de lo aprobado para nios.
Se censuran no slo temas o contenidos tabes, sino tambin formas literarias como la stira, la parodia;
los juegos de palabras, las figuras retricas, los finales abiertos o negativos, las descripciones minuciosas
y cualquier atisbo de ambigedad, complejidad u opacidad que otorgue mayor libertad a la actividad
interpretativa del lector infantil. Un cmulo de formas prohibidas bajo la excusa de los supuestos
lmites de comprensin del lector y la preservacin de su salud psquica, afectiva y moral.
Es el objetivo de tales adaptaciones, como nos invitan a creer, el rescate y transmisin de un patrimonio
cultural universal, cuando ste resulta prcticamente irreconocible luego de tantos cercenamientos y
cambios? Qu es lo que estas adaptaciones buscan preservar en realidad?
Quiz los clsicos estn all, esos inadaptados de siempre, para permitirnos hacernos preguntas como
stas, para demostrarnos que en definitiva tantas certezas sobre lo que debe ser un libro para nios,
sobre lo que un nio puede o debe leer, no son sino representaciones ancladas en nuestro presente
histrico y cultural. Relativas y discutibles, en definitiva.
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Notas
(1)Piro, Guillermo. Qu cmico resultaba cuando era un mueco. En: Collodi, Carlo. Las aventuras de
Pinocho. Traduccin y prlogo de Guillermo Piro. Buenos Aires, Emec Editores, 2002. El texto
completo del prlogo fue publicado en el N 241 de Imaginaria (Buenos Aires, 28 de octubre de 2008).
(2)Browne, Anthony. Willy el soador. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1997. Coleccin Los
especiales de A la orilla del viento.
(3)Browne, Anthony y Browne, Joe. Jugar el juego de las formas. Una retrospectiva de la vida y obra
del laureado creador de Willy. Traduccin de Mara Vins. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2011.
Pg. 144.
(4) Daz Rnner, Mara Adelia. Leer a Hans Christian Andersen hoy. La cancelacin de su lectura. En:
La aldea literaria de los nios. Crdoba, Editorial Comunicarte, 2011. Pg. 187.
(5)Andersen, Hans Christian. La Sirenita. En: La Sirenita y otros cuentos. Buenos Aires, Centro Editor
de Amrica Latina, 1972. Coleccin Biblioteca Fundamental del Hombre Moderno. Pg. 139.
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(8)Soriano, Marc. Adaptacin y divulgacin. En: La Literatura para nios y jvenes. Gua de
exploracin de sus grandes temas. Traduccin, adaptacin y notas de Graciela Montes. Buenos Aires,
Ediciones Colihue, 1999. Pg. 35. En negritas en el original.
(10)Montes, Graciela. Nota preliminar. En: Andersen, Perrault, Collodi y otros. El cuento infantil.
Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1978. Coleccin Biblioteca total. Pg. 7-8.
(12)Shavit, Zohar. La nocin de niez y los textos para nios. En: Criterios N 29. La Habana, enero-
julio de 1991. Disponible en Internet en: http://www.criterios.es/pdf/shavitnocion.pdf
(13) Shavit, Zohar. La nocin de niez y los textos para nios. Op. cit. Pg. 22.
(14) Shavit. Zohar. La nocin de niez y los textos para nios. Op. cit. Pg. 25.
(15)Daz Rnner, Mara Adelia. Leer a Hans Christian Andersen hoy. La cancelacin de su lectura. Op.
cit. Pg. 190-191.
(16)La coleccin A leer con Pictogramas de Editorial Albatros tiene por autora de sus textos a Roberta
Iannamico y como ilustrador y autor de la idea original a Walter Carzon.
(19) Labeur, Paula. Comieron perdices? Multiculturalismo y literatura infantil. Op. cit. Pg. 8.
(20)En las imgenes todos los hermanos indgenas son absolutamente iguales. No hay ninguna
diferencia entre un sastrecillo valiente tehuelche y una sirenita de la Patagonia Austral. Nuestros
hermanos indgenas resultan dibujos caricaturizados en un estilo que se desliza de los Pitufos a
Patoruz; muecos cabezones con grandes y redondas narices fuera de toda proporcin, con pieles color
caf con leche y cabellos negros y duros, a prueba de viento. Los muecos ymanas, tobas y selknam
lucen pinturas blancas y marrones sobre sus caras caf con leche. Labeur, Paula. Comieron perdices?
Multiculturalismo y literatura infantil. Op. cit. Pg. 9.
(21)La sirenita de la Patagonia Austral, versin libre del cuento de Hans Christian Andersen, de Roberta
Iannamico (adaptacin) y Walter Carzon (idea original e ilustraciones. Buenos Aires, Editorial Albatros,
2009; coleccin A leer con Pictogramas. Nota de Imaginaria: Para la transcripcin nos vemos en la
obligacin de sustituir los llamados pictogramas por palabras, ya que estos libros incluyen en su oferta al
consumidor cuentos clsicos, culturas aborgenes, pictogramas y letra imprenta mayscula. Cuestiones
formales y de contenido que dan cuenta de la sujecin a necesidades escolares de los primeros grados
de la escuela primaria y del Nivel Inicial.
(22)El final: A principios del siglo XIX comenzaron a llegar barcos europeos y estadounidenses a cazar
lobos marinos con fines comerciales. Esto disminuy considerablemente el alimento de los ymanas que
comenzaron a debilitarse. Pero la mortandad en masa se produjo con la llegada de las misiones
anglicanas y catlicas que los hicieron vestir con ropa europea infectada de tuberculosis, sarampin y
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otras enfermedades infecciosas, provocando epidemias que acabaron con la totalidad del pueblo.
En: Iannamico, Roberta (texto) Carzon, Walter (idea original e ilustraciones). La sirenita de la Patagonia
Austral. Op. cit.
(23)Montes, Graciela. Realidad y fantasa o cmo se construye el corral de la infancia. En: El corral de
la infancia. Acerca de los grandes, los chicos y las palabras. Buenos Aires, Libros del Quirquincho,
1990. Pg. 12.
(24)Swift, Jonathan. Los viajes de Gulliver. Adaptacin de Martin Jenkins. Ilustraciones de Chris
Riddell. Barcelona, Editorial Vicens Vives, 2005. Pg. 129-130.
(25)Rest, Jaime. Stira. En: Conceptos de literatura moderna. Buenos Aires, Centro Editor de Amrica
Latina, 1991. Pgs. 141-142.
(26)Sobre esta escena se puede leer un breve anlisis en el artculo: Tres clsicos entre la obediencia y la
desobediencia. En revista Imaginaria N 209 (Buenos Aires, 20 de junio de 2007). Disponible aqu.
(27)Alvarado, Maite y Massat, Elena. El tesoro de la juventud. En: Filologa. Ao XXIV. Buenos
Aires, Universidad Nacional de Buenos Aires, 1989. Pg. 45.
(28)Dahl, Roald. La Cenicienta. En: Cuentos en verso para nios perversos. Traduccin de Miguel
Azaola. Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2008.
(29)Finn Garner, James. Cuentos infantiles polticamente correctos. Traduccin de Gian Castelli Gair.
Barcelona, Circe Ediciones, 1995.
(30)Berdiales, Germn. En: Disney, Walt. Pinocho. Basado en el cuento de Collodi. Versin Castellana
de Germn Berdiales. Buenos Aires, A. Bois Editor, 1940.
(31)Extrado de Dubatti, Jorge y Sormani, Nora La. En escena. En: Bufano, Ariel. La Bella y la
Bestia. Buenos Aires, Editorial Estrada, 2005. Coleccin Azulejos Nios.
El rescate de los clsicos a travs de cuidadas adaptaciones al teatro de tteres es una lnea que se ha
continuado desde Bufano a nuestros das. De ello da cuenta el trabajo del Grupo de Titiriteros del Teatro
General San Martn de Buenos Aires; elenco estable de dicho teatro municipal que debe su creacin al
mismo Bufano en 1976 y que hoy se encuentra bajo la direccin de Adelaida Mangani. Lo mismo puede
decirse de adaptaciones puestas en cartel recientemente como El Ruiseor de Hans Christian Andersen,
bajo la direccin de Eva Halac; o La flauta mgica, de Wolfgang Amadeus Mozart/Emanuel Schikaneder,
realizada por el grupo Babel Teatro, bajo la direccin de Gabriela Marges.
Escena de La flauta mgica de Amadeus Mozart/Emanuel Schikaneder. Espectculo de tteres del Grupo Babel
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(32)La historia de La Bella y la Bestia pertenece a la amplsima tradicin de relatos orales. El primer
autor que llev este relato a la escritura fue el italiano Giovanni Francesco Straparola en 1550. Sin
embargo esta historia cobr fama a partir de la versin del cuento de una dama francesa: Jeanne-Marie
Leprince de Beaumont (1711-1780), quien escribi su versin del cuento en 1757, siendo institutriz del
prncipe de Gales en Inglaterra.
(33)En YouTube puede verse el trailer original de la pelcula La Bella y la Bestia de Jean Cocteau (1946):
http://www.youtube.com/watch?v=7jc6eixX3fE
(35)Browne, Anthony y Browne, Joe. Captulo cuatro. Primeros libros. En: Jugar el juego de las
formas. Una retrospectiva de la vida y obra del laureado creador de Willy. Op. cit. Un minucioso anlisis
de su tarea como ilustrador en Hansel y Gretel es desarrollada por Anthony Browne a lo largo de las
pginas 70 a 74 de este libro.
(36)Caperucita Roja. Texto de Jacob y Wilhelm Grimm. Adaptacin de Tony Ross. Traduccin de
Miguel A. Diguez. Madrid, Ediciones Altea, 1982. Coleccin Altea benjamn.
(37)Rocha Alonso, Amparo. Los cuentos de Polidoro y el proyecto editorial del Centro Editor de
Amrica Latina. En: Bueno, Mnica y Taroncher, Miguel ngel (coords.). Centro Editor de Amrica
Latina. Captulos para una historia. Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2006. Pg. 199-206. Los
fascculos citados son:
El arca de No. Narracin de Beatriz Barnes. Ilustraciones de Ayax Barnes. Buenos Aires, Centro
Editor de Amrica Latina, 1968.
Aladino y la lmpara maravillosa. Narracin de Horacio Clemente. Ilustraciones de Napolen.
Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1968.
(38)Rocha Alonso, Amparo. Los cuentos de Polidoro y el proyecto editorial del Centro Editor de
Amrica Latina. Op. cit. Pg. 203.
(39)El diseo grafico de los Cuentos de Polidoro, como de la mayora de las colecciones del CEAL,
estuvo a cargo de Oscar Negro Daz.
(40)Nota de Imaginaria: Al respecto, la artista Isol comenta: Los ilustradores (de los Cuentos de
Polidoro) eran creativos y juguetones, muy conectados con la expresividad y la plstica y excelentes
narradores grficos. Sbat, como Ayax Barnes, Napolen, Grillo, Alba Ponce y otros de los que
participaron en esta coleccin, hicieron unos dibujos que se quedaron a vivir en mi retina, casi como un
criterio esttico. Esta referencia no la tuve tan presente hasta que los volv a retomar para armar algunas
charlas sobre ilustracin, y vi que estas imgenes hicieron gran parte de lo que es mi escuela grfica
personal. Veo este dibujo y entiendo perfectamente que los brazos a veces me sobren en los personajes,
que me gusten ciertas composiciones con elementos muy definidos. Es mi folklore como ilustradora, una
mirada que me influy y sedujo de nia en la lectura de estas historias. Extrado del artculo Haba una
vez, por Isol. Diario Pgina/12, Suplemento Radar (Seccin Fan: Una artista elige su ilustracin
favorita: Isol y los Cuentos de Polidoro); Buenos Aires, 24 de abril de 2011.
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(41) Los libros de la coleccin La Mar de Cuentos, de Editorial Colihue, donde encontramos cuentos de
Las Mil y una Noches; Historias de La Biblia; Los caballeros de la Mesa Redonda; Mitologa Griega y los
cuentos de Perrault, con adaptaciones de Graciela Montes, parecen inscribirse como continuacin del
proyecto de recreacin y difusin de los clsicos para nios iniciado por el CEAL con Cuentos de
Polidoro en 1967.
(42) Montes, Graciela. En: Soriano, Marc. La Literatura para nios y jvenes. Gua de exploracin de sus
grandes temas. Op. cit. Pg. 44.
(43) Mejor suerte ha corrido la obra de Lewis Carroll en la destacable traduccin anotada de Eduardo
Stilman: Carroll, Lewis. Los libros de Alicia. La caza del Snark. Cartas. Fotografas. Traduccin anotada
de Eduardo Stilman. Prlogo de Jorge Luis Borges. Ilustraciones de John Tenniel, Henry Holiday, Lewis
Carroll, Hermenegildo Sbat. Buenos Aires, Ediciones de la Flor-Best Ediciones, 1998.
(44) Se trata de la visin carnavalesca del mundo estudiada por Mijail Bajtin en su libro La cultura
popular en la edad Media y en el Renacimiento. El contexto de Franois Rabelais (Madrid, Editorial
Alianza, 1987).
(45) Las aventuras del esperpntico personaje literario se basan, al parecer, en los imaginativos relatos
que de su participacin en campaas militares contra los turcos realiz un creativo barn alemn: Karl
Friedrich Hieroonymus, barn de Mnchhausen (1720-1797).
(46) Darnton, Robert. El significado de Mam Oca. En: La gran matanza de gatos y otros episodios en
la historia de la cultura francesa. Traduccin de Carlos Valds. Mxico, Fondo de Cultura Econmica,
2005. Pg. 62 y 63.
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