Derrida Por Darío Sztajnszrajber

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No hay Una Verdad.

Contra qué me peleo?

Contra aquellas ideas que se instalan como verdaderas. Porque si no hay Una Verdad, es
evidente que allí hay una imposición, hay un ejercicio de poder.

Entonces Deconstruir va en ese camino, en mostrar por qué algunos conceptos se han ido
construyendo a si mismos como si fueran incuestionables.

La deconstrucción está todo el tiempo mostrando que detrás de aquellas ideas que se nos
presentan como definitivas, obvias, seguras, hay una trama oculta, hay una historia.

Derridá, en la línea de Foucault, en la línea de Nietzsche, hace una genealogía de los


conceptos, busca ese origen oculto, oculto porque en la cotidianeidad los conceptos no están
mostrando su historia, se muestran como si fuesen naturales.

Derridá es un filósofo de la desnaturalización, obviamente. Mostrar deconstructivamente la


historia oculta es mostrar que todo concepto supone siempre una política. Porque cuando se
deconstruye se muestra que la historia de ese concepto. Supone que de las múltiples
interpretaciones que hay sobre cualquier cosa, una vence. Y que cuando definimos al bien
como lo definimos, es porque ha habido veinte definiciones del bien y una se sacó de encima a
las otras diecinueve.

Y si definimos al amor como lo definimos es porque hubo treinta definiciones del amor y una
se impuso sobre el resto. Cuando deconstruimos volvemos a poner sobre la superficie las
otras veintinueve perspectivas.

Eso nos hace más felices? Ni a palos. No tiene nada que ver la filosofía con la felicidad, nada
que ver… Al revés. Incluso la misma idea de felicidad en la filosofía la dan vueltas por todos
lados. La felicidad, tal como en principio nosotros la entendemos tiene que ver con este pacto
de olvido que es pensar quqe de todas las perspectivas posibles una es la verdadera… y eso
tranquiliza, calma… la deconstrucción no es farmacológica, no calma, problematiza, al revés .
Derrida no llama a hacer filosofía donde se visualiza una crisis, es todo lo contrario. Derrida
dice, donde todo funciona bien, y correctamente ahí hay que hacer filosofía. Porque hacer
filosofía cuando todo se está cayendo a pedazos la hace cualquiera, todos vislumbramos los
márgenes los fundamentos de un paradigma cuando se hace mierda, porque se hace mierda.
Ahora cuando todo está funcionando divinamente, a la perfección, siguiendo las normativas,
no hay cuestionamientos ni nada, ahí hay que apuntar. Porque no hay mejor indicio de una
situación de violencia que la paz. Si hay paz es porque alguien ha disuelto, ha exterminado, las
otras posibilidades…

En eso Derridá es un filósofo de la diferencia. Diferencia implica conflicto, siempre; conflicto no


implica violencia. Violencia, para Derrida es cuando una de las múltiples formas se sacó de
encima el resto y se impone como si fuese la única. Ahí hay violencia. Hay violencia cuando no
se ve. La violencia está en la historia, en la trama oculta, en la historia de ese concepto que es
lo que no se visualiza cuando el concepto aparece como un concepto triunfante. La violencia
de la propiedad privada, no está en la propiedad privada, está en cómo se fue constituyendo la
idea de propiedad privada, exiliando todas las otras formas posibles de relación de propiedad
con las cosas. Ahí hay una batalla ganada. Donde hay tranquilidad y paz, hay una violencia
escondida, hay una violencia histórica.

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