Fonética o Fonología: ¿Por Dónde Debe Empezar La Descripción de La Entonación Española? Aportaciones Del Enfoque Discursivo-Funcional
Fonética o Fonología: ¿Por Dónde Debe Empezar La Descripción de La Entonación Española? Aportaciones Del Enfoque Discursivo-Funcional
Fonética o Fonología: ¿Por Dónde Debe Empezar La Descripción de La Entonación Española? Aportaciones Del Enfoque Discursivo-Funcional
1. Introducción
La realidad es que, pese a todo, cuando usamos la lengua nos valemos de curvas o
patrones melódicos que cumplen perfectamente su papel comunicativo inherente, esto
es, su cometido funcional. Al respecto, en nuestra ponencia vamos a revisar algunos de
los enfoques descriptivos de la entonación más extendidos, con la intención de ilustrar
sobre los argumentos a favor o en contra de una y otra perspectiva; como se verá
después, por nuestra parte, abogamos por la necesidad de partir de una perspectiva
funcional, adecuada para diferenciar lo mejor posible la heterogeneidad inherente a los
recursos entonativos. Dicha perspectiva, inevitablemente de base fonético-inductiva, se
apoya en la distinción entre un eje de relaciones entonativas sintagmáticas y un eje de
relaciones entonativas paradigmáticas: sobre tales ejes se proyecta la mixtura funcional
de la entonación, entendida como conglomerado de recursos (en su mayor parte de
naturaleza gradual), cuya descripción (fonética y/o fonológica) se enfrenta a múltiples
dificultades.
1
La aproximación fonética al estudio de la entonación representa desde sus inicios una
perspectiva de análisis genuinamente británico, ya que ahonda sus raíces en la tradición
fonética inglesa de Jones (1918), Palmer (1922), Amstrong y Ward (1926), O’Connor y
Arnold (1961), Cristal (1969) o Halliday (1970). Su propuesta más destacada es el
modelo de Anáisis por Configuraciones (AC), cuyo principio fundamental es que el
contorno global de un grupo de entonación posee una función semántica específica. En
este sentido, el significado depende fundamentalmente de la elección del tono principal
del grupo, cuya interpretación resulta matizada por los demás elementos integrantes del
grupo de entonación (núcleo, cola, cabeza, precabeza).
Los tonos nucleares pueden ser simples o complejos. Los primeros son unidireccionales
y el movimiento de la entonación manifiesta variantes sencillas (descenso, ascenso,
suspensión):
FIGURA 1
FIGURA 2
Descenso-Ascenso Ascenso-Descenso
El formato clásico del modelo, desarrollado por O’Connor y Arnold (1961), distingue
hasta siete tonos nucleares para el inglés, siendo los simples el descenso alto, el
descenso bajo, el ascenso alto, el ascenso bajo y el nivel medio o suspensión. Los tonos
complejos son el descenso-ascenso y el ascenso-descenso.
1
Algunos autores añaden el ascenso-descenso-ascenso y el descenso-ascenso-descenso
2
La cola (grupo sílabas átonas que pueda haber después de la sílaba nuclear) mantiene el
movimiento tonal iniciado en el núcleo, a no ser que se trate de un tono complejo
(ascenso-descenso-ascenso o descenso-ascenso-descenso).
La cabeza se extiende desde la primera sílaba tónica hasta la sílaba que precede
inmediatamente al núcleo. La precabeza, en fin, se sitúa delante de la cabeza y está
constituida por el conjunto de posibles sílabas átonas precedentes. De este modo
podemos encontrar grupos formados por precabeza+cabeza+núcleo, como en:
[Se descui] dó
Por lo demás, los tonemas propuestos por Navarro Tomás no siempre responden a la
correlación precisa entre entonación y significado postulada por AC: la cadencia es
comparable con el descenso bajo, la anticadencia se equipara con el ascenso alto y la
suspensión con el nivel medio. Para Navarro Tomás la cadencia es el tonema con que
concluyen las declarativas en los grupos entonativos finales absolutos; la anticadencia
representa en general continuidad, información incompleta, de modo que suele preceder
a un grupo entonativo acabado en cadencia. La suspensión se emplea entre grupos
estrechamente relacionados, por ejemplo, cuando un grupo antecede a una aposición o
vocativo:
Los restantes tonemas propuestos por Navarro Tomás son la semicadencia, que suele
aparecer en las series enumerativas, y la semianticadencia, que separa grupos con
menor diferenciación entre sí que los separados por anticadencia.
Una de las diferencias más destacables entre los modelos AC y la propuesta de Navarro
Tomás es que para los primeros el valor de la entonación se deriva no solo del tono
nuclear (final) sino también de la configuración prenuclear asociada. Para el autor
español, en cambio, la inflexión final es en sí misma importante, y hasta suficiente.
3
En cualquier caso, los modelos británicos han sido bastante criticados por su excesivo
detallismo semántico, esto es, por su desmesurado fonetismo descriptivo, lo que,
paradójicamente, no va asociado a datos acústicos verificables; habría que advertir, sin
embargo, que el período de desarrollo del modelo AC, coincidió con una época de
escaso avance en las técnicas de análisis acústico, lo que hacía sumamente complicada
la observación y, por tanto, el análisis cuantitativo preciso de la frecuencia fundamental
(F0).
Ahora bien, aunque este modelo puede asociarse a la línea de análisis fonético
característica del sistema AC, su perspectiva es más bien perceptiva: lo que importa
ante todo es la capacidad del oyente para reconocer de manera sistemática la realización
de determinadas curvas. Su objetivo final, pues, tiene aspiraciones fonológicas, al
pretender la definición de un modelo predictivo de la forma de las curvas melódicas a
partir de sus constituyentes básicos, los patrones melódicos.
2
Aspecto especialmente problemático del modelo AC es su pretensión de validez fonológica, es decir, su
aspiración a llegar a establecer los tonos nucleares posibles de las diversas lenguas. En realidad, no todos
los análisis resultan coincidentes, de modo que algunos críticos con el modelo han puesto en duda su
pretendida aspiración de sistematización fonológica.
Otro aspecto metodológico discutible, en fin, viene dado por los criterios de diferenciación de los tonos
nucleares: Palmer p.e. clasifica los tonos nucleares atendiendo a la dirección de su movimiento
(ascendente, descendente, etc.) y otros como Kingdon, O’Connor y Arnold o Schubiger los diferencian
teniendo en cuenta el punto de partida o el punto final del movimiento entonativo.
4
Así, los movimientos melódicos se superponen a las líneas de declinación a modo de
líneas rectas, conformando así las curvas melódicas3 (véanse al respecto las Figuras 5 y
6):
FIGURA 5
FIGURA 6
Por otra parte el modelo IPO introduce una serie de pautas metodológicas y
sistemáticas:
La curva estilizada representa simplificadamente los puntos de inflexión que marcan las
variaciones significativas de F0; perceptivamente, la curva estilizada es equivalente a la
3
Asimismo, se entiende que las lenguas poseen un número específico de movimientos melódicos,
caracterizados por una serie de rasgos distintivos, definidos en el modelo IPO como sigue:
/1/ /2/ /3/ /4/ /5/ /A/ /B/ /C/ /D/ /E/
[Ascendente] + + + + + - - - - -
[Anticipado] + - - - + - + - - +
[Retardado] - + - + - - - + + -
[Extendido] - - - + - - - - + -
[Completo] + + + + - + + + + -
Movimientos melódicos (en neerlandés) y su caracterización en rasgos distintivos: Dirección (+/-ascendente),
Punto final del movimiento (+/- anticipado si termina cerca del inicio de la parte sonora de la sílaba; +/-
retardado si termina cerca del final de la parte sonora de la sílaba), Número de sílabas (+ extendido, dos o más
sílabas; - extendido, 1 sílaba), Rango tonal (+/- completo), de acuerdo con Garrido (2003:104).
5
original, pero sin los elementos borrosos habituales de una curva “en bruto”. En esencia,
pues, este método de análisis instrumental pretende obtener los movimientos tonales
esenciales de la curva, eliminando las variaciones micromelódicas (debidas a ruidos,
silencios propios de sonidos oclusivos, etc.) y permitiendo acceder a una verdadera
entonación “estilizada” donde solo permanece lo esencial. Esta curva estilizada se
sintetiza y se comprueba más tarde mediante tests de percepción que resulta equivalente
a la curva original.
Las configuraciones, pues, son formas recurrentes compuestas por uno o más
movimientos. A su vez, una o más configuraciones combinadas constituyen el contorno
final4. Asimismo, el modelo establece que la forma global de las curvas melódicas se
somete al fenómeno de la declinación, tendencia de las curvas melódicas a ir rebajando
su nivel a medida que avanza el tiempo. Esta declinación se manifiesta a través de las
líneas de declinación (baja, intermedia y alta) en las que se inscriben los contornos
melódicos:
FIGURA 7
Las unidades relevantes del modelo son, por lo demás, aquellas que actúan como ámbito
de los patrones; así, el grupo entonativo, unidad básica del modelo, constituye el ámbito
de aplicación del fenómeno de declinación. Se introduce además una visión novedosa al
reconocer la existencia del párrafo como unidad entonativa máxima donde actúa el
fenómeno de la supradeclinación.
Garrido (2001) constituye una de las aplicaciones más notables del modelo IPO al
español, de hecho, describe con efectividad las relaciones entre patrones entonativos y
sus interpretaciones lingüísticas asociadas. Así, por ejemplo, demuestra que el inicio de
una sílaba acentuada suele implicar el inicio de un nuevo movimiento melódico.
En síntesis, y sin entrar en más detalles, cabe destacar que el modelo IPO representa un
método experimental exhaustivo, sólidamente fundamentado en hechos prosódicos;
permite, además, un estudio cuantitativo y cualitativo amplio capaz de acceder a
regularidades de aplicación generalizada (en diferentes lenguas). No obstante, entre sus
inconvenientes está la necesidad de obtener una ingente cantidad de material fonético
para alcanzar resultados razonables, lo que obliga a ocupar mucho tiempo en el análisis.
4
En el caso del neerlandés pueden ser de tres tipos: configuraciones prefijo (al principio del contorno),
configuraciones raíz (posición interior del contorno) y configuraciones sufijo (posición final de
contorno).
6
2.3. El estudio fonético de la entonación “real”: análisis de la entonación en la
lengua hablada. Algunas propuestas en el ámbito hispánico
Efectivamente, en su estudio demuestra que la entonación es una más entre las marcas
formales que restringen la interpretación de un enunciado dado, equiparable en este
sentido a otras marcas como las léxicas, las sintácticas, etc. Todas ellas permiten
contextualizar los enunciados, orientando sus posibles interpretaciones y, sobre todo,
haciendo visible la intención comunicativa del emisor. Evidentemente, los factores
prosódicos no son los únicos que determinan la interpretación del enunciado, pero en
muchos casos sí son determinantes, cuando no imprescindibles. Aplicando esta idea
Escandell propone la siguiente clasificación para las expresiones interrogativas en
español:
7
I. Interrogativas neutras
Preguntas
- Petición de información
- Interrogación epistémica (conlleva necesariamente una interpretación vinculada al contexto de
uso): preguntas reales, preguntas de examen, interrogaciones problemáticas, interrogaciones
deliberativas
Peticiones y ofrecimientos
- Interrogativas directivas
- Ofrecimientos
- Petición de instrucción/permiso
- Preguntas encabezadas con “¿Por qué…?”: Causales, Preguntas que conllevan una interpretación
de crítica, Preguntas que conllevan una interpretación de tipo directivo, Sugerencias,
Interrogación problemática
Contienen al menos un indicador de orientación interpretativa, pudiendo aparecer dos o más de ellos
combinados entre sí (entonación, marcas gramaticales, etc.):
Interrogaciones atribuidas
- Repetitivas o interrogaciones de eco: Recapitulativas, Especificativas, Explicativas, De copia
- Anticipativas: Hipotéticas o exploratorias, Interpretativas, Exclamativas
Interrogaciones retóricas
- Confirmativas
- Con términos de polaridad negativa
- Con la partícula acaso
5
Si bien Bloomfield hablaba de fonemas secundarios.
8
relativo. Con respecto a las junturas distinguen dos tipos: la juntura terminal (descenso,
ascenso o suspensión) que marca el final de una expresión y la dirección de la inflexión
melódica final, y que a veces se manifiesta como pausa, y la juntura interna o juntura
interna abierta (que en algunas lenguas como el inglés marca los límites entre
palabras). El acento, en fin, presenta cuatro niveles: primario, secundario, terciario y
débil.
La primera aplicación del modelo al español viene dada por los trabajos de Stockwell,
Bowen y Silva-Fuenzalida (1956) y Silva-Fuenzalida (1956-57). Un aspecto que tratan
detalladamente es la existencia de la juntura interna abierta en español (o plus juncture)
que consideran presente en los alófonos de ciertos dialectos del español en posición
final de palabra o en ciertos prefijos (como p.e. en deshielo). Sin entrar en detalles hay
que advertir, sin embargo, que esta postura ha sido bastante discutida entre los
especialistas (véase al respecto el artículo de Quilis, 1964). Menor discusión plantea su
postura respecto de la exigencia de juntura terminal en español: la juntura descendente
implica una ralentización en el tempo elocutivo, un descenso en el tono de la sílaba
anterior y un cese gradual en la fonación; la juntura ascendente implica el mismo
retardamiento elocutivo, un ascenso del tono de la sílaba anterior y un cese brusco en la
fonación; la juntura suspensiva no representa ningún cambio en el tono de la sílaba
anterior y presenta ralentización elocutiva y cese de fonación.
Para el español, a diferencia del modelo clásico de Trager y Smith, Stockwell, Bowen y
Silva-Fuenzalida (1956) distinguen tres niveles tonales con valor fonológico, 1 (tono
bajo), 2 (tono medio) y 3 (tono alto)6. En cuanto al acento, proponen tres tipos, el fuerte
/´/, el medio /`/ y el débil, pero sobre su ubicación no son demasiado explícitos7.
Frente a la aplicación estricta del modelo clásico, Quilis (1981) y (1993) introduce un
cambio de perspectiva interesante, ya que para él la asignación de niveles no viene dada
fonológicamente (a priori), sino que se establece a partir de las curvas melódicas
6
Cada uno de ellos presenta alófonos en distribución complementaria: los alófonos de altura media se
sitúan enmedio de la frase, los de menor altura se anteponen al descenso terminal y los de mayor altura se
ubican inmediatamente antes de la juntura de elevación terminal.
7
En todo caso, el acento medio parece situarse en la tercera sílaba, a partir del acento fuerte, de cualquier
expresión que posea como mínimo cuatro sílabas y que esté constituida al menos por dos palabras (si se
trata de una sola palabra con más de tres sílabas, el acento medio se sitúa siempre sobre la primera
sílaba):
_ ` _ ´
4 3 2 1
los ca ta la nes
9
“reales”. Su modelo, pues, viene a combinar los modelos de Navarro Tomás (fonético) y
el modelo estructuralista (fonológico)8.
En definitiva, al modelo AN cabe el mérito de haber propuesto por primera vez una
explicación fonológica de la entonación, propósito que ya no dejará de estar presente en
sucesivos modelos explicativos9, y no solo dentro de la tradición norteamericana
(Chomsky y Halle, 1968; Liberman y Prince, 1977, Liberman, 1978 o más
recientemente Pierrehumbert, 1987), sino también en el marco de escuelas europeas
como el grupo de la Universidad de Aix-en-Provence o el modelo de Análisis Melódico
del Habla de F. Cantero.
10
paradigmáticamente contrastivas (tono alto-H y tono bajo-L) cuya combinación origina
los diversos contornos melódicos. Asimismo, se trata de una teoría fonológica métrica,
esto es, determina la asociación de la melodía con un texto o enunciado: existe una
prominencia fija, ya que cada sílaba tiene un tono léxicamente específicado y una
prominencia relativa; los tonos se asocian, en fin, de manera distintiva a funciones
semántico-pragmáticas específicas.
Puede producirse, además, la subida del tono en el transcurso de una sílaba tónica,
dando lugar a lo que se denomina secuencia bitonal L*+H: al comienzo de la sílaba
tónica se sitúa el “valle” y el pico se sitúa sobre la sílaba postónica. Este contorno es
muy frecuente en español sobre palabras no finales de frase, en las aseverativas neutras:
(3)
Mi hermano viene de Alemania
L*+H L*+H L+H*L%
A la inversa, una sílaba tónica puede contener también un descenso del tono a partir de
un punto tonal alto sobre la sílaba pretónica (secuencia bitonal H+L*):
(4)
Llegarán mañana
L*+H H+L*L%
Sin duda una de las aportaciones más relevantes de este modelo es su nivel de
representación, es decir, la forma de transcribir la entonación de un enunciado. Así, la
10
El número total de acentos tonales (monotonales y bitonales) puede variar en las distintas lenguas. Para
el español se vienen proponiendo habitualmente 3 ó 4 tipos de acentos bitonales (Hualde, 2003:164).
11
Este sería, por ejemplo, el caso de las preguntas con entonación circunfleja en español (en lugar de
ascendente, de acuerdo con Beckman y otros, 2002).
11
curva melódica se representa como evolución temporal de la frecuencia y se hace una
transcripción en diversos niveles (palabras, sílabas, índices de disyunción, tonos). El
primer paso consiste en localizar las sílabas acentuables y comprobar si tienen o no
prominencia tonal; hay que determinar asimismo si hay acentos tonales sobre las sílabas
átonas. Seguidamente, se trata de determinar los tipos específicos de acento tonal y
tonos de frontera sobre la base de un análisis previo de los contrastes entonativos de la
lengua dada. El análisis instrumental puede ayudar en este proceso, pero no es
imprescindible. Y aquí reside, posiblemente, uno de sus aspectos discutibles, ya que no
siempre centra sus afirmaciones analíticas ni la forma prosódica de los enunciados en la
observación minuciosa de la curva real. Hay que reconocer, no obstante, que el sistema
MA no pretende una descripción fonética, si bien, paradójicamente, como hemos venido
indicando, sí reconoce la variación de las funciones entonativas de acuerdo con su uso
pragmático. De cualquier forma hay que reconocer que el modelo MA y su versión
actual más desarrollada, surgida como forma de mejora del sistema de notación métrico
autosegmental (modelo ToBI, Tones and Break Indices), han logrado un amplio
consenso entre los investigadores.
12
2. Ascendente con movimiento melódico a partir de la silaba nuclear, cercano a la línea
de base tonal. Su secuencia tonal es L*+ H; y el tonema ascendente es L*+H%
(variedad de Sevilla):
4. Descendente a partir del punto más alto del enunciado; tonema circunflejo: H+H*L%
(dialecto urbano de Caracas, San Juan de Puerto Rico, y otros dialectos del Caribe
hispánico):
5. Descendente, con cadencia final a partir de la altura media del resto del enunciado:
H* L% (preguntas negativas del dialecto urbano de San Juan de Puerto Rico)
13
Para Sosa, en la entonacion dialectal, las diferencias se derivan de la realización
fonética de los tonos subyacentes: algunos dialectos realizan los cambios de tono en la
sílaba tónica, otros en las sílabas átonas siguientes.
12
A saber, reglas de:
a) división del enunciado en unidades entonativas
b) división de las unidades entonativas en unidades tonales
c) asignación de los patrones entonativos a las unidades entonativas
d) asignación de los patrones entonativos a las unidades tonales
e) aplicación de la regla de reajuste del escalonamiento descendente según la cual se baja un tono
alto (H) cuando viene precedido por un tono alto seguido de un tono bajo (HL), lo que da lugar a
un descenso progresivo de la altura de los picos tonales
f) aplicación de otras reglas de reajuste
14
INTonation) y la distinción entre tonos absolutos, derivados del rango frecuencial
del locutor (T: altura tonal máxima del hablante; B: altura tonal mínima del
hablante; M: valor medio del locutor) y tonos relativos, definidos localmente de
acuerdo con la relación entre puntos tonales de inflexión anterior y posterior.
- nivel físico: donde se sitúan los correlatos físicos de tono, duración e intensidad;
constituye la curva melódica “en bruto”
13
La extracción de la información macroprosódica relevante se desarrolla en dos fases:
a) Estilización o modelización: selección de la información relevante
b) Codificación simbólica: representación de la curva estilizada mediante un alfabeto de símbolos
Para desarrollar ambas fases el modelo AP ha desarrollado un programa informático (MES: Motif
Environement for Speech) que incluye un módulo de estilización automática (MOMEL: MOdelling
MELody) y otro de anotación (INTSINT: INternacional Transcription System for INTonation)
15
1. Una unidad entonativa (UE) constituida por secuencia de tonos LH de la Unidad
tonal (UT) y que finaliza con un tono descendente (B)
2. Una unidad ritmica (UR) que responde a dos reglas obligatorias de
alargamiento:
a) un alargamiento de la silaba acentuada
b) un alargamiento de la silaba final de la UE
Para la autora la unidad tonal (UT) debe ser definida en relación con la unidad ritmica
(UR), ya que el acento se define, fundamentalmente, por el alargamiento que se le
asocia. De este modo, la unidad tonal (UT) estaría caracterizada por presentar
preferiblemente un tono L (low) en la silaba acentuada y un tono H(high) en la silaba
post-acentual:
Tales rasgos fonológicos admiten combinaciones entre sí. El rasgo /±énfasis/ opera sobre
los contornos /±interrogativo/ dando lugar a cuatro tipos de contornos:
/+interrogativo/ /+enfático/
/+interrogativo/ /-enfático/
/-interrogativo/ /+enfático/
/-interrogativo/ /-enfático/
Sobre estos cuatro contornos opera a su vez el rasgo de /±suspensión/, lo que origina
otros tipos que podemos expresar fonológicamente por sus rasgos pertinentes:
14
/±INTERROGACIÓN/: El final ascendente del enunciado constituye una entonación marcada, frente al
final descendente, entonación no marcada. Esto permite diferenciar la entonación no marcada /-
interrogativa/ de un enunciado declarativo, de la marcada /+interrogativa/ de un enunciado interrogativo.
El contorno /+interrogativo/ puede servir también para enunciados no interrogativos, como los de
amenaza, cortesía, etc.
/±ÉNFASIS/: Se refiere al carácter marcado del contorno, frente a los contornos típicos /+interrogativo/ y
/-interrogativo/. Es relevante el énfasis en sí, y no el tipo de énfasis. La inflexión final no es la única
característica fonética relevante para marcar el énfasis, sino toda la estructura melódica del contorno,
asociada a la estructura acentual. En definitiva, el contorno /+enfático/ puede alterar sensiblemente el
modelo general de los contornos /+interrogativo/ y /-interrogativo/.
/±SUSPENSIÓN/: Cuando no acabamos una frase y la interrumpimos se produce el rasgo fonológico
/+suspensión/. En el diálogo, p.e., el rasgo /-suspensión/ sirve para marcar la finalización del contorno y
por tanto de la emisión, mientras que el rasgo /+suspensión/ indica que aún no se concede el turno al
interlocutor. Inicialmente, cualquier contorno /±interrogativo/ y /±enfático/ que esté interrumpido es un
contorno /+suspendido/. Ahora bien, existen en posición final contornos /+suspendidos/ característicos
para cada tipo de contorno: /±interrogativo/ y /±enfático/.
17
/+interrogativo/ /+enfático/ /+suspendido/: ¡¿…!?
/+interrogativo/ /-enfático/ /-suspendido/: ¡¿ ?!
/+interrogativo/ /+enfático//+suspendido/: ¿…?
/+interrogativo/ /-enfático/ /-suspendido/: ¿ ?
/-interrogativo/ /+enfático/ /+suspendido/: ¡…!
/-interrogativo/ /-enfático/ /-suspendido/: ¡ !
/-interrogativo/ /+enfático/ /+suspendido/: …
/-interrogativo/ /-enfático/ /-suspendido/: .
- la necesidad de asumir corpus de habla orales reales, sobre cuya base determinar
lo fonológico y lo fonético de la entonación
Quizás, por tanto, no se trate tanto de abstraer los valores de la entonación como de
determinar en qué pueda consistir su heterogeneidad funcional. Para ello el punto de
partida más idóneo debería ser la conversación coloquial.
Pues bien, ¿cómo precisar esa diversidad entonativa en el discurso conversacional, a fin
de poder estudiar de forma especializada cada una de sus funciones en contexto? Solo a
partir de una clara delimitación de funciones podrá procederse al estudio fonético-
fonológico de los patrones/contornos generados desde tales funciones entonativas
contextualizadas.
Debe admitirse, no obstante, que asociar directamente estructura lingüística, actitud del
hablante, función pragmática, etc. y una entonación dada, es prácticamente imposible si
no se atiende al conjunto de la interacción “de modo especial a la negociación que se
18
produce entre los interlocutores” (Cortés, 2002:25) asumiendo el contexto lingüístico, el
contexto situacional comunicativo, el lugar y el momento de la interacción, el papel de
cada participante, su relación, su experiencia compartida, etc. Es más, a la densidad de
efectos modales y/o pragmáticos vinculados al comportamiento prosódico se añaden
otros efectos comunicativos más sutiles como la intencionalidad irónica (véanse al
respecto Bryant y Fox Tree, 2002; Bryant y Fox Tree, 2005 o Attardo et ál., 2003), la
expresión de afectividad y sentimiento, o la manifestación misma de lo que entendemo
como cortesía; todos ellos, no obstante, están determinados por factores de índole
subjetiva (estado de ánimo, carácter personal, educación y formación cultural del
individuo, etc., ) y no de una forma asistemática, sino muy frecuentemente como opción
lingüística convencional, selectiva y, por tanto, “regular”, codificada.
Este estado de cosas nos lleva a pensar que la situación actual de investigación de la
interfaz prosodia-conversación aconseja agrupar las funciones de los rasgos prosódicos
en dos ejes de análisis, uno sintagmático, que estudia las unidades entonativas in
praesentia, cuando se suceden en la línea horizontal del habla, y otro paradigmático,
orientado al estudio de las unidades entonativas in absentia, cuando se excluyen
opositivamente y resultan conmutables por su capacidad distintiva (con el consiguiente
cambio de sentido o de valor comunicativo) en un contexto dado. Tales ejes de análisis
se distribuyen tanto en el nivel monológico (tomando la intervención –cambio de
hablante en la conversación– como unidad estructural máxima de referencia para el
análisis prosódico), como en el nivel dialógico (considerando el enlace entre dos o más
intervenciones de dos o más hablantes); con ello abogamos por un modelo global (y no
parcial, o local, si se quiere llamar así) para el análisis de la entonación “real” en la
conversación.
19
4.1. Nivel Monológico. La intervención como estructura mínima de base para el
estudio funcional de la entonación
En una primera fase, los factores prosódicos permiten reconocer diferentes grupos de
entonación en el flujo de habla, constituidos como segmentos mínimos de discurso en el
seno de cada intervención.
15
La combinación de grupos entonativos da como resultado el acto (enunciado), de modo que sobre los
distintos actos, reconocidos prosódica y contextualmente se proyecta otro grupo de funciones melódicas
articuladas paradigmáticamente que proporcionan su valor comunicativo particular a cada enunciado
(acto). De acuerdo con esto, distinguimos entre funciones paradigmáticas de orden primario (FMP) y de
orden secundario (FMS).
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entonativo, es posible derivar información relativa a aspectos tan diversos como la
modalidad de la frase, la estructura sintáctica del enunciado, la organización de los
elementos del mensaje, la actitud del hablante, el valor informativo de las unidades del
mensaje, la realización de acentos enfáticos y no enfáticos, la edad, el sexo, las
características individuales del hablante, sus características socioculturales, sus
características dialectales, etc.
21
a) Enunciados aseverativos completos delimitados por tonema descendente de Nivel+1
Con deslizamiento de la entonación final hacia el Nivel +1 y, en consecuencia, entonación elevada,
por encima del rango tonal del hablante, al final del enunciado aseverativo. Se puede reconocer aquí
una interferencia entre las funciones demarcativa y expresiva: Énfasis (Afirmación Enfática, Énfasis
con valor de ironía, Énfasis expresivo, Negación enfática, Reforzamiento de una afirmación anterior,
Refuerzo enfático, Refutación enfática), Exclamación (Desagrado, Apoyo de una afirmación anterior,
Intención humorística), Final Interpersonal, Valor Imperativo (Mandato enfático, Mandato de
insistencia), Mantenimiento del turno de habla.
b) Enunciados aseverativos completos delimitados por tonema descendente de Nivel -1
Con valores extremos bajos en la entonación final (Nivel -1), debidos a interferencias funcionales
diversas entre los componentes prosódicos: de la Función Demarcativa y la Función Expresiva:
Exclamación; de la Función Demarcativa y la Función Pragmática: Mandato atenuado,
Contradicción atenuada de un enunciado anterior
c) Enunciados aseverativos completos delimitados por tonema no descendente
d) Construcciones suspendidas
Por lo que respecta a los enunciados interrogativos podemos reconocer, entre otros:
22
Efectivamente, la inmediatez de la conversación obliga a los hablantes a advertir
constantemente de los cambios temáticos, marcando la transición de una unidad
conceptual a otra, de una idea a otra, o incluso de un párrafo a otro. Dichas marcas son
en muchos casos de índole prosódica; el oyente debe ir interpretando las señales
lanzadas por el hablante, de modo que “si la interacción funciona, las inferencias y las
anticipaciones del oyente facilitan el desarrollo del discurso del hablante y potencian el
intercambio interactivo produciendo una comunicación satisfactoria y eficaz” (Vázquez
López, 2002:99). La entonación contribuye, pues, a manifestar la organización
informativa del discurso, resaltando el foco informativo y poniendo de relieve el
contraste entre la información nueva y la información ya conocida por el oyente. Un
ejemplo evidente de este comportamiento funcional son las llamadas topicalizaciones
(en adelante TOP). Unas son TOP a la izquierda, disociadas de la curva principal, y que
no suelen estar separadas por pausa obstruyente:
(5)
A: 203,5 ell auto↑ 230.1 no recuerdo ahora mismo cómo se llama→ 182
16
Como advierte Vázquez López (2002:95) “de la misma manera que al producir un acto de habla,
dependiendo de las restricciones impuestas por el contexto, el interlocutor y la situación comunicativa, se
escoge una determinada forma lingüística, en el momento de realizar la actuación de tal forma lingüística,
según los condicionantes que imponen dichas restricciones, se seleccionará una específica entonación”.
23
A decir verdad, la modalidad enunciativa queda fijada muchas veces mediante
elementos vocales no estrictamente suprasegmentales. Ciertas modulaciones de la voz
p.e. pueden representar valores comunicativos cotidianos, como alegría, impaciencia,
enfado, tristeza, etc. Unas veces esta actividad acústica del habla se manifiesta mediante
una elevación de la intensidad (p.e., cuando varias personas hablan simultáneamente y
una de ellas pretende ganar el turno de habla), otras, como una matización de la
entonación del enunciado (empleo de niveles tonales bajos en secuencias parentéticas de
aclaración), otras, como una aceleración/retardamiento en la velocidad del habla (el
tempo de elocución suele ser más lento en los estilos de habla formales que en los
estilos informales), otras, como un tipo de voz “especial” (el caso del habla susurrada),
etc.
17
Esto es, “las cualidades no verbales de la voz y sus modificaciones y las emisiones independientes
cuasiléxicas, producidas o condicionadas en las zonas comprendidas en las cavidades supraglóticas (desde
los labios y orificios nasales hasta la faringe), la cavidad laríngea y las cavidades infraglóticas (pulmones
y esófago) hasta los músculos abdominales, así como los silencios momentáneos, que utilizamos
consciente o inconscientemente para apoyar o contradecir los signos verbales, kinésicos, proxémicos,
químicos, dérmicos y térmicos, simultáneamente o alternando con ellos, tanto en la interacción como en
la no-interacción” (Poyatos, 1994:28).
24
D: (RISAS) es NAturaleza (RISAS) ¡hostia! esto estamoseen la jungla/ (RISAS)
La ampliación del campo tonal del hablante, en el estilo directo, puede estar también
vinculada al humor en la conversación; en (8) p.e. el campo tonal ampliado evoca una
llamada de atención (como si se tratara de un titular de prensa, de radio o de televisión).
La situación contextual distendida, la coloquialidad extrema, los lazos sociales y
vivenciales de los interlocutores, favorecen que este recurso prosódico (empleado para
escenificar dramáticamente una situación virtual, no real, en la intervención de B)
provoque las RISAS de los conversadores (intervenciones de A y D):
(8)
D: ahora nos cogen
B: ahora dicen cuatro incendiarios en el bosque del Saler tío [(RISAS)=]
A: [(RISAS)]
D: [(RISAS)]
Otras situaciones que pueden provocar el humor son aquellas en las que se recurre al
tono de falsete para imitar burlescamente la voz femenina. Es el caso de (9) en la
intervención de C (un chico joven):
(9)
D: la ley de la selva// pero después/ nada/ después nos lo pasamos bien con ellas§
C: § y las tías/ ayy
¿quedamos para mañana?
A: (RISAS)
donde la imitación burlesca de la voz femenina (voz de falsete, en el registro más agudo
del hablante) genera un efecto humorístico visible en las RISAS de A.
25
4.2.2.2. Entonación e ironía
Efecto pragmático estrechamente vinculado con el humor es la ironía, especialmente si
con ello nos referimos a un tipo de ironía “cómplice”. Para otras lenguas existen
trabajos que evidencian la capacidad “multimodal” de la prosodia en esta dirección; el
exhaustivo trabajo de Attardo et ál. (2003) estudia algunos marcadores multimodales de
la ironía y el sarcasmo en inglés, considerando como rasgos efectivos el tono
(mecanismo de contraste) y la expresión de la cara (que, obviamente, no constituye un
rasgo lingüístico). De su trabajo se evidencian elementos interesantes: no parece factible
estudiar el tono de los enunciados irónicos aisladamente, ya que el contraste de patrones
tonales va más allá de la frontera oracional (algo similar ocurre, como hemos visto unas
líneas más arriba, con la expresión de humor en la conversación)18.
18
Un hecho que parece incontestable, por lo demás, es que la entonación y los patrones tonales no pueden
disociarse de la pragmática del enunciado particular en que aparecen, si bien no parece haber ningún
patrón tonal que funcione como marcador absoluto de ironía o sarcasmo: las claves entonativas para la
ironía existen como recursos contrastivos no “sustanciales”; no hay una entonación irónica particular per
se, sino que los patrones entonativos que contrastan con el patrón entonativo circundante (particularmente
el precedente) o el patrón entonativo esperado, dan a entender que “algo” cuestiona el enunciado y
desencadena los procesos inferenciales necesarios para reconocer e interpretar el sentido irónico.
26
para posteriormente postular la existencia de patrones convencionales atenuantes
(pretonema cortés) o de funciones atenuadoras de la entonación.
CONCLUSIONES
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