El Señor de Las Moscas
El Señor de Las Moscas
El Señor de Las Moscas
Una vez superada la tensión inicial los chicos acogen con gozo esas
vacaciones imprevistas -"sin padres, sin profesores, sin familia"-, pero pronto
descubren que sobrevivir no es una broma. Desde el principio destacan dos
chicos a quienes los más jóvenes del grupo se dirigen empleando el término
"señor": son Ralph, que es quien lleva más tiempo en la Academia y Jack, el
mayor en edad.
2 Cfr. FOSTER, S.W., Lord of the Flies by Sir William Golding, York Press, London, 1997.
3 Por citar una publicación reciente, Cfr. ARREGUI, J.V., "¿Fue Wittgenstein un pragmatista?
Algunas observaciones desde Vico", en Anuario Filosófico (97), vol. 30, pp. 353-360.
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4 He tratado este tema por extenso en Aprendiendo a ser humanos. Una Antropología de la
Educación, EUNSA, Pamplona, 1996, parte II, "Naturaleza y cultura en el hombre", pp.77-114.
Remito a esas páginas a quienes estén interesados en esa cuestión.
5 Cfr. VICENTE ARREGUI, J., y CHOZA, J., Filosofía del hombre, Rialp, Madrid, 1991,
pp.446-447.
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Por eso se afirma que la cultura es para el hombre una segunda naturaleza: a
la inespecialización de su estructura biológica corresponde la apertura al
mundo; y a la mediocridad de su physis, la segunda naturaleza creada por él
mismo10.
Los chicos son alumnos de una escuela militar en la que sin duda se
ejerce una disciplina bastante estricta. Después de llegar a la isla Ralph
convoca a los supervivientes haciendo sonar una caracola que Piggy ha
encontrado en la playa. Los chicos tienen necesidad de reunirse buscando
protección, ayuda y compañía -no en vano se define a nuestra especie como
la de un animal social-. Deben organizarse, aunque sea de manera
provisional, para hacer frente a las necesidades que se les plantean en sus
nuevas circunstancias. Ralph, por ser el veterano y quien convoca la
asamblea, se convierte de hecho en la autoridad del grupo. Hay quienes
dudan si el jefe debe ser él o Jack. Finalmente se inclinan por Ralph, a pesar
de que éste sostiene que da igual quién sea el jefe y "lo importante es estar
unidos".
Una vez que hay una autoridad reconocida por todos, se procede a
establecer unas normas mínimas para la convivencia: "Esta será la regla: para
hablar hay que tener la caracola. Es como en una Asamblea sólo que en este
caso, todos podrán hacerlo". Es decir, se instaura un régimen democrático en
el que todos tienen igual oportunidad para manifestar su opinión y decidir los
asuntos que afecten al grupo. La caracola adquiere así una dimensión
simbólica: representa el orden, la igualdad de derechos, los valores
democráticos de la cultura de la que provienen.
autoridad (Jack) que ejerce un dominio (tiránico) sobre el resto del grupo. Se
organiza la vida en común estableciendo turnos de caza y de vigilancia para
evitar la presencia de intrusos (la gente del grupo de Ralph) en el territorio
rocoso elegido como campamento. Forman una sociedad de cazadores que
desarrolla una industria propia (la fabricación de armas afilando ramas de los
árboles). Planean una estrategia conjunta para matar a los cerdos. Emplean
signos distintivos que desempeñan una función ritual y estética (utilizan un
tatuaje de barro y sangre, y Jack lleva colgados al cuello algunos colmillos de
cerdo). Sin embargo, sus recursos técnicos son precarios, porque no son
capaces de encender una hoguera con sus propios medios y por eso tienen
que pedir fuego al otro grupo hasta que deciden robar las gafas de Piggy.
fallecido en la cueva. Los chicos han proyectado ahí sus temores: ése era el
monstruo. Simon corre a comunicar su descubrimiento a los demás, que están
en la playa celebrando una fiesta. Los cazadores han invitado al grupo de
Ralph a cenar con ellos. Alrededor de la hoguera donde se asa el animal,
saltan y bailan alegres, representando nuevamente la cacería.
A partir de ese momento, se declara una lucha sin cuartel para matar a
Ralph, y los cazadores incendian el bosque para impedir que se esconda
entre la vegetación. Cuando ya apenas le quedan fuerzas para seguir
corriendo, Ralph se deja caer sobre la arena de la playa en la que, de manera
imprevisible, ha aterrizado un grupo de marines en un helicóptero. Uno de
ellos contempla atónito la escena: Ralph llora a sus pies, mientras aparece el
grupo de cazadores que le persigue, y el soldado sólo es capaz de exclamar
estupefacto:
- "Pero, ¿qué estáis haciendo?"
12Cfr. SPAEMANN, R., "La naturaleza como instancia de apelación moral", Actas de las XXV
Reuniones Filosóficas, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, Pamplona
1991, vol.I, pp.49-67.
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13 Cfr. STRAUSS, L., Natural Rights and History, University of Chicago Press, Chicago 1953,
chap. 3: "The origin of the idea of natural right".
14 Cfr. GEERTZ, C., "El impacto del concepto de cultura en el concepto de hombre", en La
interpretación de las culturas, pp.43-60.
15 Cfr. VICENTE ARREGUI, J. y CHOZA, J., Filosofía del hombre, pp.445-450.
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