TT Normalizado

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NORMALIZADO

Definición
El normalizado del acero es un tratamiento térmico que a menudo es considerado desde ambos puntos de vista, térmico y
microestructural.
En el sentido térmico, el normalizado es un ciclo de calentamiento con austenización seguido por un enfriamiento en aire quieto
o poco agitado. Típicamente, se calienta a temperaturas de aproximadamente 55 ºC por encima de la temperatura crítica
superior del diagrama de fases hierro-cementita, como se muestra en la figura 1; esto es, por encima de la línea Ac3 para aceros
hipoeutectoides y por encima de Acm para aceros hipereutectoides.
Sólo se considera como normalizada, la porción calentada durante el proceso en la que se produce una fase austenítica
homogénea (FCC) previo al enfriamiento. La figura 2 compara el tiempo y la temperatura en el ciclo de normalizado frente a un
recocido de regeneración con austenización completa.
El normalizado es también frecuentemente considerado en términos de la microestructura. Las áreas de la microestructura que
contienen alrededor de 0,8% de carbono son perlíticas (láminas de ferrita y carburo de hierro). Las áreas que son de bajo
carbono son ferríticas (BCC). En aceros hipereutectoides, la cementita proeutectoide se forma primero alrededor del borde de
grano austenítico. Ésta transformación continua hasta que el porcentaje de carbono remanente en la austenita se aproxima a
0,8%, en ese momento la reacción eutectoide comienza como es indicado por la formación de perlita. Los aceros de temple al
aire están excluidos de esta clase de normalizados porque ellos no exhiben la microestructura normal perlítica que caracteriza a
los aceros normalizados típicos.
NOTA: Basado en la experiencia industrial, las temperaturas de normalizado (que se dan en tablas MHB) pueden variar hasta 27
ºC por debajo, o hasta 55 ºC por encima, de las temperaturas indicadas. El acero debe enfriarse en aire quieto desde las
temperaturas indicadas.

Objetivos del normalizado


Los principales (apraiz Barreiro y MHB)
- Dejar al acero con una estructura y propiedades que arbitrariamente se consideran como normales y características de
su composición.
o La normalización puede incrementar o disminuir la resistencia y la dureza de un acero dado según la forma del
producto, dependiendo de la historia térmica y mecánica del producto
- Destruir los efectos de un tratamiento térmico anterior sea defectuoso o no.
- Uniformizar el tamaño de grano.
- Eliminar tensiones internas.
- El mejoramiento de la maquinabilidad (para aceros de bajo carbono).
- La homogeneización de las fundiciones por normalizado puede ser efectuada por el rompimiento o afinamiento de la
estructura dendrítica y facilita más aún la respuesta al subsiguiente endurecimiento.
- Similarmente, para los productos forjados, el normalizado puede ayudar a reducir la estructura de grano en bandas
debidas al laminado en caliente, al igual que los granos de tamaño grande o a equiparar el tamaño de grano en las
estructuras mixtas debidas al proceso de forja.

Entre algunos de los objetivos perseguidos por el normalizado pueden citarse los siguientes (STURLA):
1) Eliminar la heterogeneidad o irregularidad mecánica y cristalográfica proveniente del laminado o forjado.
2) Eliminar la heterogeneidad del grano, característica del acero bruto de colada.
3) Refinar o reducir el grano del acero colado o moldeado produciendo un estructura equiaxial, dando lugar a mejores
características mecánicas. La estructura del acero normalizado es más fina y homogénea que la obtenida por recocido.
4) Regenerar y afinar el grano del acero sobrecalentado por un tratamiento térmico previo o por trabajo de deformación
plástica en caliente (laminado, forjado, estampado, etc.).
5) Regenerar o afinar y uniformar o mejorar el grano de los aceros soldados, cuyas propiedades son similares a la
estructura bruta de colada.
6) En algunos casos, el normalizado contribuye al crecimiento del grano por elevación de temperatura y facilita el
mecanizado. El embastecimiento del grano aumenta más su fragilidad y favorece el corte de la viruta.
7) Destruir las tensiones de forja, laminación y las provenientes del proceso de solidificación.
8) Se aplica antes del temple o recocido, como tratamiento preliminar para facilitar el afino del grano y permitir en los
tratamientos térmicos posteriores la rápida difusión de los constituyentes.
9) Sustituir al recocido en piezas voluminosas, de grandes dimensiones, que requieren un ciclo muy prolongado de
enfriamiento dentro del horno, el que, además de favorecer la oxidación y descarburación del acero podría dar lugar a
un excesivo engrosamiento del grano por acción del tiempo de permanencia.
10) Destruir, reducir o eliminar las irregularidades estructurales hereditarias, caracterizadas por la estructuras en bandas
segregadas (fruto de segregación de impurezas, fósforo, por ejemplo). La necesidad de homogeneizar la estructura se
fundamenta en lograr un más conveniente mecanizado, obtener mejores resultados con los tratamientos que se
aplican a posteriori, adecuada terminación superficial y eliminar la distorsión que suele originarse en determinadas
piezas (dientes de engranajes, coronas, piñones, cremalleras, etc.) luego de los tratamientos.
11) Aumentar o mejorar la maquinabilidad del acero de bajo carbono, hasta alrededor de 0,30 % de carbono. Los aceros de
bajo carbono son blandos, en el trabajado con herramientas de corte la viruta tiene tendencia a arrancarse o
desgarrarse en dicho mecanizado y, por ende, produce el terminado tosco. El incremento de dureza que produce el
normalizado favorece una viruta más frágil (de mayor acritud) y, por lo tanto, mejora la maquinabilidad y el grado de
terminación.
12) Aumentar la resistencia de los aceros al carbono de bajo contenido, en un cierto valor que puede ser notable, o el
suficiente o requerido para algunas aplicaciones.
13) Eliminar la red de cementita libre en los aceros hipereutectoides, hasta piezas de ciertas dimensiones.
14) Se utiliza como tratamiento final para tubos, perfiles, etc., de aceros al carbono de hasta 0,30 % de carbono.
15) Reducir la segregación menor o microsegregación del acero.
16) Mejorar las características mecánicas: aumenta la dureza, tensión de rotura y de fluencia y reduce un tanto el
alargamiento, la resiliencia y la estricción con respecto al acero recocido.
17) Las modificaciones de las propiedades que se producen en el acero por acción de tratamiento térmicos o mediante
deformaciones en caliente o en frío, las elimina el normalizado, mientras no sean de carácter permanente, como, por
ejemplo, grietas o microfisuras de temple, laminaciones excesivas, fenómenos de quemado por sobrecalentamiento
excesivo o por oxidación en los limites de granos.
18) Modificar o eliminar la estructura grosera de forja (regenerándola, como ya se ha dicho) o el endurecimiento producido
por la misma (por el enfriamiento posteriores al aire) o por tratamientos de deformación plástica en caliente, cuando se
ha realizado a temperaturas demasiado bajas.
19) Elimina las tensiones superficiales por arranque de viruta excesivamente violentas y regenera la estructura deformada
por la herramienta.
20) Teniendo en cuenta que el azufre, fósforo y oxígeno tienen muy reducida capacidad de difusión (la del fósforo es la más
baja por su dimensión), se comprende que la acción del recocido de regeneración tiene un efecto muy escaso sobre la
homogeneidad de tales elementos, por consiguiente es más útil y conveniente someter el metal a un recocido de
homogeneización o según los casos, un enérgico tratamiento de deformación plástica en caliente y luego practicarle un
normalizado.
21) En acero autotemplantes y en piezas de formas complejas, sobre todo en secciones delgadas, el normalizado reemplaza
al temple, con menos riesgos de deformaciones o roturas.
22) Teniendo presente que el normalizado produce homogeneidad en la distribución del carbono y una estructura de grano
fino, es conveniente practicarlo antes del temple, porque, de esa manera, se hace más fácil la puesta en solución de la
ferrita y de la cementita (en particular, para aceros de utensilios), para constituir la austenita, lo que a su vez reduce el
tiempo del calentamiento y la temperatura de temple con las ventajas pertinentes de tener una estructura más fina y
homogénea.

Aplicaciones (apraiz Barreiro y MHB)


- Piezas que han sufrido trabajos en caliente (forjados, fundidos), trabajos en frío (mecanizado), enfriamientos irregulares
o sobrecalentamientos.
- Se emplea exclusivamente para aceros de construcción al carbono o de baja aleación.
- Muchos aceros soldados son normalizados para afinar su estructura dentro de la zona afectada por la soldadura.
Factores del normalizado
Los factores de normalizado son:
1) Estado inicial del acero
2) Composición química del metal
3) Temperatura de calentamiento
4) Velocidad de calentamiento
5) Tiempo de permanencia a temperatura del tratamiento
6) Velocidad de enfriamiento
7) Tamaño y dimensiones de las piezas.
Análisis de los factores
1. Estado inicial del Acero.
De acuerdo con los objetivos que se persiguen, mediante la aplicación del normalizado, el acero puede presentar, previo al
mismo, algunos de los estados estructurales siguientes:
a) Si el acero proviene o corresponde a piezas coladas o moldeadas y fue sometido a un recocido de homogeneización,
suele tener un grano de tamaño grande, con características y formas irregulares.
b) El grano puede haber embastecido por un proceso de sobrecalentamiento, que suele estar originado o ser heredado
por accidentes de un tratamiento o tratamientos térmicos anteriores, sea por excesiva temperatura o tiempo de
calentamiento o ambos simultáneamente, proceso de soldadura, etc.
c) El acero puede poseer una estructura acicular heterogénea proveniente, sobre todo, en aceros aleados, de forjado,
laminado, soldadura, etc.
d) El acero es susceptible de presentar una estructura mixta de cristalización secundaria con la acicularidad característica
de la estructura Widmanstätten.
e) El acero, en función de un proceso de segregación estructural, posee la herencia de la estructura en bandas.
f) El acero proveniente de temple o temple y revenido a baja temperatura, puede mantener o conservar total o
parcialmente la estructura de dicho tratamiento.
2. Composición química del metal.
a) Aceros al carbono con contenidos de carbono comprendidos entre 0,05 y 0,30 %.
La ferrita en granos pequeños bordea en forma de red o retículas los granos de perlita fina, con lo cual el metal
adquiere mayor dureza que en el recocido y, por ende, aumenta la tensión de rotura. En estos aceros, el normalizado se
utiliza como tratamiento final (no son tratados luego del normalizado); mejora el mecanizado, pues la viruta es más
frágil y corta, logrando un acabado superficial con terminación más fina.
NOTA: Sin embargo, los aceros de medio carbono o alto carbono son a menudo revenidos luego del normalizado para
obtener propiedades específicas tales como una baja dureza para el enderezamiento, trabajo en frio, o maquinabilidad.
b) Aceros al carbono con 0,30 a 0,50 % C
Cuando se produce el enfriamiento, desde la temperatura del tratamiento, la ferrita segrega al llegar al punto crítico
superior Ar3, en el borde de los granos y la perlita se presenta en mayor proporción que la real (obtenida por recocido),
por falta de difusión.
c) Aceros al carbono con 0,50 a 1 % C.
La elevada proporción de carbono dificulta la migración de ferrita y cementita, sobre la base de esta consideración es
susceptible que se originen estructuras finas, tipos sorbíticas que, por ser duras, dificultan el mecanizado. En el
supuesto de presentarse así las cosas, es necesario, para permitir una mejora en la maquinabilidad, aplicar al acero un
recocido sub-critico o un revenido alto. Con este tratamiento se obtiene, después del temple, una estructura más
uniforme, porque la cementita adquiere con mayor facilidad la forma esferoidal.
d) Aceros con más de 1% de carbono (hipereutectoides)
Habiendo realizado una austenización completa, con la cementita integrando la solución sólida austenita, con lo cual se
ha eliminado la herencia reticular (cementita rodeando a la perlita en forma de red), al producirse el enfriamiento
rápido tiene lugar una fina dispersión de los carburos, con lo cual la fragilidad es mucho menor y la estructura
resultante más homogénea y de mejor maquinabilidad. Si la dureza lograda es demasiado elevada para este objetivo
(facilitar mecanizado), se aplica, como en el caso anterior, un revenido alto o recocido sub-critico.

Aceros aleados
Para aceros aleados forjados, productos laminados, y fundidos, el normalizado es comúnmente empleado como un
tratamiento de acondicionamiento previo al tratamiento final. El normalizado refina la estructura de los productos
forjados, laminados y fundidos que sufrieron enfriamientos no uniformes desde altas temperaturas.
Los aceros aleados de cementación tales como el 3310 y 4320 usualmente son normalizados a altas temperaturas para
minimizar las deformaciones en el cementado y para proporcionar características de mecanizado. Los aceros de
cementación de la serie 3300 a veces sufren un doble normalizado con la expectativa de minimizar deformaciones; a
estos aceros se los reviene a temperaturas de alrededor de los 650 ºC por intervalos de hasta 15 h para reducir la
dureza por debajo de los 223 HB para mejorar la maquinabilidad.
Los aceros de cementación de las series 4300 y 4600 usualmente pueden ser normalizados obteniéndose una dureza no
mayor a 207 HB y por lo tanto no necesitan ser revenidos para que adquieran maquinabilidad.
Los aceros aleados hipereutectoides tales como el 52100 son normalizados con una eliminación de la red de carburos
parcial o completa, produciéndose así una estructura que es más susceptible a esferoidizarse en un 100% en el
subsecuente tratamiento de recocido de esferodización. La estructura esferoidal proporciona maquinabilidad y una
respuesta más uniforme al endurecimiento.
Algunas aleaciones requieren mayor cuidado en el calentamiento para prevenir grietas por choque térmico. Éstas
también requieren largos periodos de mantenimiento a temperatura debido a la baja austenización y bajas velocidades
de solución. Para muchos aceros aleados, las velocidades de enfriamiento en aire a temperatura ambiente deben ser
cuidadosamente controladas. Ciertas aceros aleados son enfriados en corrientes de aire forzado desde la temperatura
de normalizado para desarrollar propiedades mecánicas específicas.
e) Aceros aleados de baja y media aleación
En este caso, los elementos aleantes que dificultan la difusión, reducen la nucleación en el borde de los granos. La
estructura obtenida, en general, por normalizado está constituida por sorbita y, a veces, con troostita o bainita, lo que
dificulta el mecanizado. Teniendo en cuenta las características estructurales que se reproducen, es aconsejable este
proceder antes de realizar el temple.
f) Aceros de alta aleación
En esta oportunidad ya no es susceptible la difusión y los aleantes dan lugar a la transformación sin difusión que se
traduce, de acuerdo con la masa del acero, en el estado de temple: estructura martensítica. El acero resulta además de
frágil no maquinable en virtud de su eleva dureza. A este respecto, cabe recordar lo dicho en oportunidad de tratar
recocido, en lo que al controlar la velocidad de enfriamiento se refiera; para evitar, precisamente, que el metal pueda
adquirir, aun dentro del horno, una dureza compatible con un buen mecanizado.

NOTA: Forjados. Cuando los productos forjados son normalizados antes del cementado o antes del endurecimiento y revenido,
se emplea la parte superior del rango de temperaturas de normalizado. Sin embargo, cuando el normalizado es el tratamiento
final, el tratamiento es efectuado con las temperaturas mínimas sugeridas.

Aceros que no se normalizan


- Aceros hipereutectoides: Debido a la formación de cementita proeutectoide en red no es común que se realicen
normalizados a aceros hipereutectoides, se prefieren los recocidos de globulización o isotérmicos.
- Los aceros austeníticos, aceros inoxidables, y los aceros maraging no pueden ser normalizados o no son usualmente
normalizados. Los aceros de herramientas son generalmente recocidos por el proveedor del acero.

3. Temperatura de calentamiento
La temperatura del normalizado es más elevada que la del recocido, dado que con el mismo se persigue lograr mayor
homogeneidad de la austenita, para que, al final del tratamiento, la nueva granulometría sea más homogénea y uniforme. Entre
los variados objetivos antes mencionados que se consiguen por el normalizado, uno de los más importantes y trascendentes lo
constituye el logro de un grano fino; en los aceros al carbono hipereutectoides, al superar la temperatura del punto crítico
superior Acm, permite absorber la red de cementita existente, es decir, la solución sólida austenita será homogénea con todo el
carbono correspondiente en solución.
En el enfriamiento posterior al aire, los carburos se encontrarán en forma finalmente dispersa. Como es natural, en estas
condiciones el acero será difícil o dificultoso de mecanizar, razón por la cual se le aplica un tratamiento de alrededor de 680/700
ºC con lo que se producirá la esferodización de la cementita.
La trascendencia del correcto normalizado que produce el afino del grano, si se tiene presente que la granulación gruesa o el
grano grande confiere al acero mayor fragilidad, en función de la afectación que experimenta la cohesión entre granos, dado
que la concentración de impurezas en sus contornos, es mayor al aumentar el tamaño del grano y, por ende, reducir las áreas
totales.
Por otra parte, la propagación de las fisuras es más fácil de producirse en el interior de los granos, en virtud de que los planos de
clivaje son más extensos.
La temperatura para practicar el normalizado está definida por la siguiente expresión:
TN = Ac3 + (40 a 60 ºC)
En la figura 1, diagrama de normalizado, se han representado las temperaturas de normalizado para aceros al carbono. A titulo
orientativo en la tabla 1 se enumeran para cinco aceros al carbono, las correspondientes temperaturas de normalizado.

4. Velocidad de calentamiento
Todas las consideraciones efectuadas al estudiar el tratamiento de recocido son válidas para el normalizado.
En la figura 2 se ha representado el ciclo de normalizado, comparado con el de temple y recocido y las distintas etapas de cada
proceso. En la tabla 2, se indican los colores que adquiere el acero para las respectivas temperaturas.
Sin embargo, velocidad de calentamiento generalmente no es crítica en el normalizado; a una escala atómica, esta es
irrelevante. En piezas que existen grandes variaciones de sección, sin embargo, las tensiones térmicas pueden causar
deformaciones.
NOTA 1: Como la temperatura de normalizado es superior a la del recocido; deben extremarse las precauciones en la segunda
etapa del calentamiento y realizarla con rapidez para evitar o reducir los inconvenientes de orden físico (crecimiento del grano,
efecto de plasticidad) y de orden químico (oxidación, descarburación, etc.).
NOTA 2: Cuando se practica normalizado de un acero templado, teniendo en cuenta la rigidez y fragilidad que posee en tal
estado, es necesario extremar las precauciones del calentamiento en lo que a la lentitud y uniformidad se refiere, sobre todo en
la primera etapa que debe efectuarse con mucho cuidado, dado que a pesar de ello suelen presentarse accidentes.

5. Tiempo de permanencia a temperatura del tratamiento


El tiempo de permanencia a temperatura es crítico, y solamente debe ser mantenida la pieza a temperatura el tiempo suficiente
para causar una homogeneización. Debe dársele a algunos aceros tiempo suficiente para que entren en solución los carburos
termodinámicamente estables, o para la difusión de los constituyentes atómicos.
Generalmente, el tiempo suficiente para una completa austenización es el adecuado de 1 hora a temperatura, después de que el
horno recupere (estabilice la temperatura), por pulgada de espesor, es considerado como el estándar. Algunas piezas a menudo
pueden ser adecuadamente austenizadas en mucho menos tiempo (con un ahorro de energía). En los casos donde el
normalizado es efectuado para homogeneizar estructuras segregadas, se requieren tiempos más extensos.
ANEXO
Tal como lo expresa Morucci, la duración del calentamiento a la temperatura máxima tiene estrecha relación o dependencia con
la calidad del acero y más precisamente de la heterogeneidad de su estructura, de la capacidad de difusión de sus fases, de la
dimensión de la pieza y del objetivo de la operación.
Cuando se encuentran presentes elementos como el cromo, molibdeno, etc., disminuye la difusibilidad de la cementita, por lo
cual se requieren tiempos de homogeneización más prolongados.
Es evidente que el calentamiento prolongado no es muy perjudicial para el crecimiento del grano, si el acero tiene
constituyentes especiales que obstaculizan tal crecimiento como por ejemplo con los aceros aleados al cromo-níquel, cromo-
níquel-molibdeno, cromo-vanadio, etc.

6. Velocidad de enfriamiento
En todos los casos el enfriamiento se realiza, una vez cumplido el ciclo de calentamiento, al aire, retirando las piezas y
dejándolas enfriar al medio ambiente. A este respecto se reitera la conveniencia que toda la masa del metal haya adquirido y
satisfecho las condiciones de temperatura y tiempo de permanencia.
La velocidad de enfriamiento influye significativamente en la cantidad de perlita y en el tamaño y espaciamiento de las láminas
de perlita. Para velocidades de enfriamiento altas, se forma más perlita y las láminas son finas y más cerradamente espaciadas.
Tanto el incremento de la cantidad de perlita como la mayor finura de la perlita confieren una alta dureza y resistencia. Por el
contrario, velocidades de enfriamiento bajas tienen como consecuencia piezas blandas. El efecto de masa sobre la dureza
(debido en la velocidad de enfriamiento) es un factor a tener en cuenta; en algunas piezas que tienen espesores y secciones
finas, pueden existir variaciones en la velocidad de enfriamiento, y por esto existirán también variaciones en la resistencia y
dureza. Esto puede también incrementar la probabilidad de deformaciones e incluso ocasionar grietas. La velocidad de
enfriamiento algunas veces es aumentada con ventilación para incrementar la resistencia y dureza o disminuir el tiempo de
tratamiento, lo cual mejora el rendimiento y permite un conveniente manejo.
En algunos casos, luego de que las piezas son enfriadas uniformemente a través de toda su sección por debajo de Ar 1, las
mismas pueden ser templadas en agua o aceite para disminuir aún más el tiempo de enfriamiento. En secciones gruesas, el
enfriamiento del centro del material puede requerir tiempos considerables. El choque térmico, ocasiona tensiones residuales
inducidas térmicamente, y puede resultar en deformaciones por lo que son factores a tener en cuenta. La microestructura
remanente no se ve esencialmente afectada por el incremento de la velocidad de enfriamiento, con tal que toda la masa se
encuentre por debajo de Ar1, aunque pueden ocurrir algunos cambios incluyendo precipitaciones.
7. Tamaño y dimensiones de las piezas
Este factor constituye un índice que regulará el alcance del efecto del normalizado, dado que las condiciones de enfriamiento
que origina la segunda regeneración del grano se verá afectada por la masa y dimensiones de las piezas. Cuanto más pequeñas,
delgadas o de menor espesor o diámetro, tanto más efectivo será el tratamiento térmico.
A este respecto, es conveniente hacer notar que el resultado será distinto, según que se trate de aceros al carbono o
autotemplantes.

Mecanismo del normalizado. Doble recristalización por normalizado


En la figura 1 se ha indicado sobre el diagrama de equilibrio metaestable el lugar de los puntos que corresponde a la
temperatura del normalizado. En la figura 3 se han trazado sobre una curva TTT de un acero eutectoide (C=0.9%) de pequeñas
dimensiones las curvas de enfriamiento correspondiente a un normalizado; los constituyentes obtenidos están representados
por perlita fina y bainita.

El normalizado tal como se ha dicho, produce un afino de grano del acero bruto de colada con estructura de Widmanstätten. A
una determinada temperatura su pasaje al estado austenítico constituye una solución sólida homogénea; en última instancia la
estructura final está constituida por pequeños granos de ferrita y perlita laminar.
El normalizado comprende dos recristalizaciones que tiene lugar: 1) por la transformación de la ferrita y perlita en austenita y 2)
por la transformación o desdoblamiento de la austenita en ferrita y perlita.
Esta doble reacción durante el calentamiento y el enfriamiento se desarrolla de la siguiente forma:
Acero hipoeutectoide
Al calentamiento
Ferrita + perlita ------- Austenita
Al enfriamiento
Austenita ------- Ferrita + Perlita
Acero eutectoide
Al calentamiento
Perlita ------- Austenita
Al enfriamiento
Austenita ------- Perlita
El resultado de estas transformaciones conduce a una estructura granular fina y uniforme, figura 5.
En el calentamiento se busca o persigue la finalidad de obtener una mayor homogeneidad de la austenita, para que la nueva
granulometría sea más uniforme.
En el primer ciclo del normalizado, en virtud de la nucleación y crecimiento que tiene lugar por transformación de los
constituyentes de temperatura ambiente (ferrita-perlita, perlita, perlita-cementita) en austenita, los granos de este
constituyente tendrán una dimensión acorde con la velocidad de calentamiento, temperatura del tratamiento y el tiempo de
permanencia.
Cuando se produce el enfriamiento al aire, se atraviesa con rapidez la línea del punto crítico superior, por consiguiente, en virtud
de la elevada velocidad de nucleación, en cada grano de austenita se generarán varios o numerosos de ferrita de pequeñas
dimensiones, por consiguiente, se logra una doble regeneración: la primera, en el calentamiento y la segunda, con motivo del
enfriamiento rápido; es evidente que este efecto será tanto más intenso cuanto mayor el contenido de carbono y manganeso y
menor la sección de la pieza. Si se tiene en cuenta que el enfriamiento es rápido, se comprenderá que la velocidad de
crecimiento es baja.
En el caso de un acero hipereutectoide, en el afino del grano, se debe pasar de la zona crítica correspondiente al punto Acm,
para absorber completamente la red existente de cementita y en el subsiguiente enfriamiento al aire, no se forma una nueva
red, sino una dispersión de carburos. Como la perlita resultará de grano fino, el metal tiene una dureza no compatible con un
buen mecanizado, por consiguiente, se lo debe calentar nuevamente, apenas por debajo del punto crítico inferior (tal como se
ha dicho, alrededor de 680/700ºC) para lograr la esferodización parcial o total de la estructura.
El enfriamiento rápido que se practica en la última etapa del tratamiento, suprime gran parte de Ar 3 en aceros al carbono de
ciertas dimensiones, pero no Ar1, por lo que toda la masa se transforma, simultáneamente, en Ar 1, en una mezcla íntima de
perlita, más exceso de ferrita o cementita, según que se trate, respectivamente, de aceros hipo o hipereutectoides.
La separación de ferrita no es total al pasar la zona crítica; la austenita se transforma, entonces, en el enfriamiento, en una
perlita laminar mucho más fina, que contiene más ferrita que en la proporción normal correspondiente al estado recocido. Por
esta razón, el análisis microscópico del acero normalizado para determinar el contenido de carbono o como método de
comparación es impracticable, pues semeja un metal con mayor contenido de carbono.
Con respecto a la necesidad de tener que preparar la estructura del acero, para luego practicarle un temple, corresponde insistir
en la conveniencia de tener un grano homogéneo y fino, porque de lo contrario se podrán obtener valores de dureza distintos
de los esperados, distorsiones y la posibilidad de formación de rajaduras y microfisuras, o fisuras por temple. En realidad se hace
necesario e imprescindible para lograr éxito pleno, en el temple del acero, verificar no solamente el resultado previo del
tratamiento, primero mediante la determinación de la dureza conseguida, sino que se debe controlar la estructura resultante.
En las figuras 6 y 7 se observa que no obstante haber efectuado un normalizado de corta duración, en un acero al carbono de
medio porciento de carbono, la estructura acusa una falta considerable de uniformidad y homogeneidad en lo que al tamaño del
grano y constituyentes se refiere, los granos presentan un contenido de carbono diferente. Es de simple comprensión que la
austenita se identificará con las mismas características. En algunos casos se requiere practicar más de un normalizado para
corregir la herencia original del acero.
En las figuras 8, a), b) y c), se observa el efecto del recocido y normalizado sobre el acero sobrecalentado.
Características mecánicas del acero normalizado
En general, comparado con el recocido, el normalizado para aceros al carbono, en determinadas condiciones (tratamiento,
dimensiones de la pieza, etc), las propiedades de tensión de rotura, de fluencia y la dureza acusan aumento un tanto mayor
proporción cuanto más elevado es el contenido de carbono, mientras que el alargamiento y la estricción descienden de la misma
manera y por idéntica razón que aquellas aumentan.
La figura 9, tablas 3 y 3.1 se indican valores comparativos de aceros al carbono normalizados y recocidos. Mientras que la tabla 4
indican los valores obtenidos en ensayos de tracción en cuatro aceros al carbono con probetas de 13.3 mm de diámetro,
tomadas de un redondo de 25.4 mmm.

Estructura en bandas segregadas. Su eliminación


Se ha determinado que el fósforo, azufre, carbono y oxígeno son los principales causantes de la estructura en bandas
segregadas. Posteriormente se verifico que vestigios de arsénico contribuyen a la formación de la citada estructura.
Teniendo en cuenta que estos elementos son sensibles a la licuación se segregan en las regiones interdendríticas.
El fosforo que provienen de los minerales, es una de las impurezas más nocivas para el acero, porque le confiere fragilidad en
frío. Este forma solución sólida con la ferrita; el límite de solubilidad en frío es de 1.9% y de 2.8% a 1050ºC, temperatura de
fusión de un eutéctico hierro-fosfuro de hierro.
Su presencia no se manifiesta al microscopio, sobre todo cuando su contenido es inferior a 0,1%. Se detecta indirectamente la
presencia del mismo, cuando se produce la textura en bandas segregadas.
Siendo el enfriamiento luego del laminado, lento, se origina la formación de la estructura en bandas alineadas, constituidas por
ferrita, regiones interdendríticas, que se mantienen en las zonas más ricas en fósforo y perlita con algún resto de ferrita de
menos proporción de fósforo, figura 15.
No obstante las consideraciones desfavorables de las estructuras en bandas y la dificultad de su no obtención, tanto en aceros al
carbono como aleados, algunas fábricas aceptan su presencia con limitaciones como las indicadas en la figura 20.
El trabajo de deformación plástica en caliente, como se ha dicho, deforma, entre otras, las inclusiones de sulfuro de manganeso,
como se muestra en las figuras 21 y 22, donde por su forma, tamaño, cantidad y distribución (apilamiento laminar) además de
disminuir notoriamente la capacidad de deformación del acero, en las zonas donde están ubicadas o en las de su influencia,
reducen la cohesión metálica.
En el sentido transversal al laminado, las inclusiones (sulfuros y ciertos silicatos) reducen notablemente la ductilidad y
resiliencia, al extremo que en el ensayo de tracción el acero no acusa alargamiento. No obstante, en el sentido longitudinal, los
resultados satisfacen a las normas correspondientes.
En construcciones metálicas, la sección resistente, siempre se elige de manera que las solicitaciones sigan la dirección de las
fibras, pero si se tiene en cuenta que en muchos casos, como, por ejemplo, puentes ferroviarios, carreteros, etc., aquéllas
pueden ser triaxiales, resulta evidente la incidencia de la heterogeneidad de los constituyentes y la muy fuerte gravitación de las
inclusiones.
La estructura en bandas segregadas es bien factible encontrarla en aceros aleados de construcción, aceros de calidad, al cromo-
níquel, cromo-níquel-molibdeno, etc., se hace necesaria e imprescindible su eliminación previa al mecanizado, para facilitar el
mismo, producir superficies mejor terminadas y reducir las deformaciones antes mencionadas.

Eliminación
La estructura en bandas por acritud desaparece mediante la aplicación de un recocido sub-crítico, mientras que la de bandas
segregadas se mantiene o no reacciona con dicho tratamiento o el recocido sobre A 3. Solamente con uno o más normalizados o
recocido cíclico se elimina o reduce considerablemente la estructura en bandas segregadas, dado que en los aceros con
abundante fósforo la distribución en bandas se produce con enfriamiento lento; por esta razón, se requiere un calentamiento a
elevada temperatura (caso del normalizado o recocido de difusión) para producir la difusión del fósforo (difícil de difundir a baja
temperatura por su dimensión) segregado en la ferrita y hacer desaparecer con el enfriamiento rápido posterior la herencia
estructural obtenida por segregación.
En el supuesto de un tratamiento de difusión que puede realizarse, según el acero, a temperaturas comprendidas entre 1050 y
1250 ºC con tiempos de permanencia de 30 a 40 horas debe tenerse en cuenta la fuerte oxidación y descarburación que se
producirá en la periferia del metal, así como el aumento considerable del tamaño de grano. Es evidente la eficacia de este
tratamiento, como la necesidad de aplicar uno o más normalizados para reducir la granulometría del acero. Es obvio reiterar que
mientras el tratamiento de difusión se realiza en piezas brutas fundidas, forjadas o laminadas, no constituye gran problema por
las citadas eventualidades que se quitarán por mecanizado; otro efecto se obtendrá, si se tratara de piezas semi-terminadas o
terminadas.

Normalizado de láminas, chapas, flejes, etc., de acero para obtener ductilidad (ANEXO)
Las chapas de acero de bajo carbono tienen un amplio campo de aplicación por su elevada ductilidad y facilidad de
conformación. Las restantes propiedades no reúnen valores de gran significación dado que las cargas que soportan en servicio
son comúnmente bajas, fundamentalmente provienen de las de su propio peso.
Las características químicas de las chapas de acero dulce (comunes) están comprendidas dentro de los siguientes límites:
Las características mecánicas, no obstante lo dicho, quedan definidas por el grado de deformación, tratamientos térmicos
aplicados y tamaño de grano producido.
En la tabla 5 se dan las características mecánicas de chapas de medianos espesores.

Para estampado profundo es más conveniente la chapa, no obstante lo cual presenta ciertos inconvenientes que se manifiestan
por marcas o superficies rugosas conocidas como “líneas de Lüder”, “cascara o piel de naranja”. Esta característica o aspecto es
de tener presente dado que se evidencia aun bajo la pintura (por ejemplo carrocería de autos).
Esta característica se produce fundamentalmente por el tamaño de grano grueso, que se revela en el estampado profundo.
Para estampado profundo se recomienda un tamaño de grano comprendido entre 5 a 8 de la norma A.S.T.M. Cabe hacer notar
que un grano muy pequeño afectará el límite de fluencia, tensión de rotura, dureza y alargamiento.
En la tabla 6 se hace referencia a las características mecánicas de chapas de acero laminado en frío, para estampado profundo.

Los aceros efervescentes presentan menor tendencia a los defectos superficiales que los calmados, pero éstos, calmados en
aluminio, son menos susceptibles de envejecimiento.
El tratamiento térmico que se aplica a las chapas muy deformadas, con alta tensión de rotura y dureza consiste en general en un
recocido de ablandamiento realizado según los requerimientos del uso entre 590 y 760 ºC, de acuerdo con las condiciones o
estado inicial del acero. Mayores temperaturas favorecen el crecimiento del grano que daría lugar en el estampado profundo a
la “piel de naranja”. La eliminación de este aspecto se realiza con cilindros de una máquina especial aplicando una ligera
deformación en frío de alrededor del 1%, luego de recocido final (“skin pass”).

Afinado del grano del acero fundido (ANEXO)


Cuando el acero en estado líquido es colado en el molde de arena, al solidificar lo hace formando cristales de austenita.
Continuando el enfriamiento, al rebasar la línea GOSK (diagrama hierro-cementita) para un acero hipoeutectoide, por ejemplo,
se transforma la austenita en cristales de ferrita hasta 721ºC; la solución sólida remanente con 0,9% de carbono pasa a
constituir el eutectoide perlita.
La ferrita formada, tal como se ha explicado al tratar el recocido, se presenta en forma acicular (estructura de Widmanstätten),
que confiere al metal, desde el punto de vista de las características mecánicas, fragilidad, es decir, la forma en que se presenta
produce un efecto de entalla que reduce considerablemente la resiliencia del acero fundido.
Mediante el normalizado, se obtiene la transformación de la ferrita acicular en cristales con otra conformación (equiaxial).
En la tabla 7, se muestra el efecto del normalizado sobre la resiliencia o resistencia a, impacto del acero fundido bruto de colada
y luego de aplicarle el normalizado.

NOTA: El normalizado aplicado a las piezas fundidas, es más económico y efectivo que el recocido, dado que una vez cumplido el
ciclo integro de calentamiento, el acero se enfría al aire.
Síntesis de recocido y normalizado (ANEXO)
Los efectos del recocido completo y normalizado están vinculados a la calidad del metal y al estado de heterogeneidad del
material tratado.
La tabla 8, debida a Bullens, es de mucha utilidad práctica. Las letras incluidas en la misma tienen el siguiente significado:

A los aceros muy aleados, como rápidos, indeformables, etc., no siempre es susceptible aplicarles el normalizado, dado que
endurecen fuertemente cuando se los enfría al aire; en dicho caso se requiere aplicarles un revenido a elevada temperatura.

ANEXO (HDB)

La figura 3 muestra que los aceros de alto carbono con grandes


cantidades de perlita tienen altas temperaturas de transición
dúctil/frágil y por lo tanto fallan de modo frágil por encima de la
temperatura ambiente. Por otro lado, los aceros de bajo carbono
tienen temperaturas de transición por debajo de los 0 ºC y son
bastante tenaces a temperatura ambiente.

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