El Plano de La Particular Contribucion de Valencia

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Cuad. de Geogr.

O 86 O 219 - 240 O València 2009

ALFREDO FAUS PRIETO*

EL PLANO DE LA PARTICULAR
CONTRIBUCIÓN DE VALENCIA DE
FRANCISCO ANTONIO CASSAUS (1695)
Y SUS COROLARIOS DEL SIGLO XVIII

RESUMEN

En 1694, el jesuita Francisco Antonio Cassaus levantó un plano de la Particular Contribución de


Valencia, territorio que rodeaba a la ciudad y sobre el que ésta ejercía la jurisdicción suprema, que
fue editado en 1695 por Ascensi Duart. Perdido durante mucho tiempo, su recuperación en 1997,
procedente de una colección particular, nos ha permitido aclarar las referencias confusas que se
tenían del mismo e incorporarlo definitivamente a la historia de la cartografía valenciana. En este
artículo se analiza dicho plano, uno de los pocos que fueron llevados a la imprenta durante el siglo
XVII en el antiguo Reino de Valencia, y se da noticia de sus corolarios del siglo XVIII.

PALABRAS CLAVE: Cartografía histórica, Valencia, Particular Contribución, Cassaus.

ABSTRACT
THE MAP OF THE PARTICULAR CONTRIBUTION OF VALENCIA OF FRANCISCO ANTONIO CASSAUS (1695)
AND HIS COROLLARIES OF THE 18TH CENTURY

In 1694, the jesuit Francisco Antonio Cassaus raised a map of the Particular Contribution of
Valencia, territory that was making a detour to the city and on which this one was exercising the
supreme jurisdiction, which was edited in 1695 by Ascensi Duart. Lost for a long time, his recovery
in 1997, proceeding from a private collection, has allowed us to clarify the confused references that
were had of the same one and to incorporate it definitively into the history of the Valencian carto-
graphy. In this article the above mentioned map is analyzed, one of the few ones that were taken
to the press during the 17th century in the former Kingdom of Valencia, and one gives news of his
corollaries of the 18th century.

KEY WORDS: Historical cartography, Valencia, Particular Contribution, Cassaus.

* Doctor en Geografía.
Fecha de recepción: diciembre 2008. Fecha de aceptación: febrero 2009

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220 Cuad. de Geogr. 86, 2009 ALFREDO FAUS PRIETO

INTRODUCCIÓN

El 4 de junio de 1693, el jesuita Francisco Antonio Cassaus terminó un mapa del Reino
de Valencia que sería llevado a la imprenta por Juan Bautista Francia en 1695.1 El levan-
tamiento de este mapa, una actualización del publicado por Pedro de Teixeira en 1651,2
respondía a un encargo personal del marqués de Castelo-Rodrigo, virrey del momento,
que lo consideraba un instrumento básico para la reorganización militar del reino que
emprendió tras los disturbios causados por la Segunda Germanía de Valencia. En las mis-
mas fechas, el propio Cassaus realizó un plano de la Particular Contribución de Valencia,
territorio circundante a la ciudad sobre el que ésta poseía jurisdicción administrativa,
judicial y fiscal. Este segundo trabajo aparece citado continuamente en la documenta-
ción del siglo XVIII y de él conocíamos las presuntas y confesadas copias que realizaron
los geógrafos Tomás López (Mapa del Reyno de Valencia, 1788) y Antonio José Cavanilles
(Observaciones, 1795-1797). El plano original, por contra, nos era desconocido hasta que
un ejemplar titulado Huerta, y contribución Particular de la Ciudad de Valencia, propiedad
de Don José Huguet, pudo verse en la exposición de cartografía valenciana realizada en
el Centro Cultural de la Beneficencia de Valencia en 1997 (Fig. 1).3
Sólo entonces pudimos resolver las dudas planteadas por una referencia bibliográfica
que aludía a otro plano de la Particular Contribución de Valencia anterior al siglo XVIII,
atribuido a un tal Ascensio Duarte, que databa de 1595.4 Hasta ese momento y dada la
imposibilidad de cotejarlo con el de Cassaus, dimos por supuesto que eran dos trabajos
distintos y presumimos que el jesuita pudo, incluso, copiar el anterior de Duarte. La
exposición de 1997 demostró que estábamos ante un único plano, levantado por Cassaus
y editado por Duarte, en el que se había producido un error de grabado que había cam-
biado la datación (1595 en lugar de 1695). La consulta paralela del Catálogo Colectivo del
Patrimonio Bibliográfico de la Biblioteca Nacional nos confirmó que Ascensio Duarte era
editor de libros en la Valencia de 1690 y que colaboraba en esas fechas con la imprenta de
Jaime Bordázar.5 El cuadro quedó completo gracias a un dato de archivo que ya poseía-
mos, según el cual el ejemplar de Don José Huguet podría formar parte de la tirada de
140 láminas del plano de Cassaus que fue impresa en 1712 por encargo del ayuntamiento
de Valencia.6
De este modo, el plano de la Particular Contribución de Cassaus dejó de ser uno de
los fantasmas que distorsionan la historia de la cartografía impresa valenciana y se unió
al conjunto de mapas y planos que han visto modificada y/o completada la informa-
ción que se tenía sobre ellos. En los últimos años hemos asistido a la consideración de

1
ROSSELLÓ, V. M. (1988): El mapa del Regne de València de Cassaus (1693). La seua Þliació i descendència (¿És el
més antic dels mapes moderns del País Valencià?), Homenatge al Dr. Sebastià García Martínez, vol. II, págs. 177-199,
Generalitat Valenciana.
2
Seguimos sin conocer el mapa impreso del Reino de Valencia que Teixeira elaboró entre 1648 y 1650 y fue pu-
blicado en 1651. Su atlas manuscrito de 1634, por el contrario, fue localizado en Viena en el año 2000. PEREDA, F.
y MARÍAS, F. (2002): El Atlas del Rey Planeta. La Descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos de Pedro
Teixeira (1634), Hondarribia, Nerea. En la página 75 del mismo se incluye un mapa del Reino de Valencia que
pudo servir de base para el publicado en 1651.
3
Cartografía Valenciana (Siglos XIV-XIX), Diputación de Valencia, 1997, págs. 180-181. Agradezco a D. José Huguet
que me permitiera consultarlo antes de que fuese expuesto.
4
VICENT, V. (1954): Bibliografía geográÞca del Reino de Valencia, Zaragoza, CSIC, pág. 153.
5
Dato que ya aparecía en ALEIXANDRE, F. (1988): Libro, imprenta y censores en Valencia bajo Carlos II, Homenatge a
Sebastià García Martínez, vol. II, págs. 157-175, Generalitat Valenciana.
6
Archivo Histórico Municipal de Valencia (AHMV): Libro Capitular, 1711, 7/XII.

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EL PLANO DE LA PARTICULAR CONTRIBUCIÓN DE VALENCIA DE FRANCISCO ANTONIO CASSAUS
Cuad. de Geogr. 86, 2009

Fig. 1. Cassaus, F.A. (1694-1695): Huerta, y Contribucion Particular de la Ciudad de Valencia. Archivo de D. José Huguet (Valencia).

[3]
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Jerónimo Muñoz como la fuente más que probable del mapa del Reino de Valencia de
Abraham Oertel (Valentiae Regnum Olim…typus, 1584),7 al descubrimiento del plano de
la ciudad de Valencia de Antonio Mancelli (Nobilis ac Regia Civitas Valentie in Hispania,
1608),8 a la constatación de que fue Antonio Bordázar, y no el padre Tosca, quien preparó
para su impresión el plano urbano de Valencia que éste había levantado en 1704 (Valentia
Edetanorum vulgo del Cid delineata, hacia 1738),9 a la revelación de que en la autoría del
Mapa de la Real Azequia de Alzira (1765), atribuida a Juan de Roxas, faltaba el nombre de
mosén Casimiro Medina,10 y, en fin, a la puesta en evidencia de los olvidos y las oculta-
ciones que Cavanilles cometió al consignar las fuentes cartográficas de las que se valió
para sus Observaciones.11 Aunque todavía restan por completar importantes lagunas (la
localización del mapa del Reino de Valencia de Pedro de Teixeira, el origen de las noticias
utilizadas por los cartógrafos franceses e italianos que representaron las tierras valen-
cianas en los siglos XVII y XVIII, los autores del Mapa del Arzobispado de Valencia de 1761 y
del Mapa Corographico del Obispado de Segorbe de 1773, etc.), el pasado de la cartografía
impresa valenciana va aclarándose lentamente.

LA PARTICULAR CONTRIBUCIÓN DE VALENCIA

La morfología urbana de la Valencia de finales del siglo XVII sólo se diferenciaba de la


medieval por el crecimiento de los arrabales extramuros. El casco urbano incluía cator-
ce parroquias y seguía delimitado por las murallas del siglo XIV. Traspasar sus puertas
suponía adentrarse en la Particular Contribución, territorio integrado por los cuarteles de
Russafa, Patraix, Benimaclet y Campanar. Aunque este espacio ya había sido amojonado
en 1562, no sería hasta 1753 cuando, cumpliendo una orden de la Real Audiencia de 1722,
la ciudad intentase delimitarlo por primera vez con exactitud.12 Entretanto, la ausencia de
una demarcación aceptada por todos se convirtió en una fuente continua de controversias
y pleitos que sólo desaparecería con la supresión de la propia Particular Contribución en el
siglo XIX.13 En otro lugar ya expuse dos ejemplos de esta situación: las protestas elevadas en
1729 por los lugares de Teuladella y Cases de Bàrcena por las cargas que debían soportar
sus cosechas al entrar en la ciudad, siendo que pertenecían a la Particular Contribución,
y el requerimiento realizado por el colegio de Escribanos de Valencia en 1757 para que se
aclarase hasta dónde llegaban las competencias de sus miembros.14

7
ROSSELLÓ, V. M. (2004): La cartograÞa també és per a (fer) la guerra (El mapa ortelià del Regne de València. 1584),
Cuadernos de Geografía, 75, págs. 43-52, Universidad de Valencia.
8
BENITO, F. (1992): Un plano axonométrico de Valencia diseñado por Mancelli en 1608, Ars Longa, 3, págs. 29-37,
Universidad de Valencia.
9
FAUS, A. (1995): Aspectos geográÞcos de la obra de Antonio Bordázar de Artazu, impresor erudito valenciano del
siglo XVIII. Saitabi, 37, págs. 267-288, Universidad de Valencia.
10
FAUS, A. (1995): Mapistes. CartograÞa i agrimensura a la València del segle XVIII, Valencia, Alfons el Magnànim, págs.
252-263.
11
FAUS, A. (1997): En torno a las fuentes cartográÞcas de las Observaciones sobre el Reyno de Valencia de A.J. Cavani-
lles, Cuadernos de Geografía, 62, págs. 511-535, Universidad de Valencia.
12
Los autos de este amojonamiento en AHMV: Libro de Instrumentos, 1753, fols. 299-413.
13
GARCÍA, E. (1999): Los conßictos de jurisdicción entre Valencia y su Particular Contribución: la ciudad como parte
del orden feudal vigente en la crisis del Antiguo Régimen, Señorío y feudalismo en la Península Ibérica (s. XII-XIX), vol.
IV, págs. 367-385, Zaragoza, Inst. Fernando el Católico.
14
FAUS, A. (1995b): Demarcación y cartografía de la Particular Contribución de Valencia en el siglo XVIII, Cuadernos
de Geografía, 57, págs. 91-108, Universidad de Valencia.

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Se trataba de un espacio sobre el que la ciudad ejercía la jurisdicción suprema e impo-


nía todo tipo de sisas y arbitrios, cuyo origen se remontaba a las divisiones territoriales
musulmanas. No hay que confundirlo con el término general de la ciudad señalado en la
primera Rúbrica de la Costum de 1240, que comprendía las tierras litorales entre los términos
de Cullera y Sagunt que limitaban hacia el interior con los de Olocau, Chiva, Montserrat,
Buñol, Torís y Alzira. La Particular Contribución era más reducida. En realidad, era una
demarcación teórica cuyos límites variaban en función de los intereses económicos de los
lugares incluidos en ella. Aunque formalmente abarcaba el territorio que circundaba la
ciudad hasta una legua de radio medida desde sus puertas, en la documentación histórica
se hace coincidir con las tierras regadas de la huerta de Valencia, el cordón sanitario que
rodeaba a la ciudad y en el cual estaba prohibido el cultivo de arroz, el territorio delimita-
do por las cruces de término situadas en los caminos de acceso al casco urbano, etc. Esta
indefinición provocaba incluso que lugares como Albuixec, Magüella, Teuladella, Rafalell
o Cases de Bàrcena, que pertenecían a la Particular Contribución, quedasen fuera de los
cuatro cuarteles en los que ésta fue subdividida en el siglo XVI.15
El resultado era que el límite de la Particular Contribución respondía a una línea
sinuosa y variable. Así aparece en el plano de Cassaus, donde se representa mediante
una línea doble de puntos. De acuerdo con ella, en 1695 alcanzaba un radio máximo de
1,1 leguas, a mitad de camino entre Benetússer y Albal (unos 6,6 kilómetros), y un radio
mínimo de 0,45 leguas, en las proximidades de Mislata (poco más de 2,7 kilómetros).
En general, el contorno se ajusta bastante bien al mencionado radio de una legua en las
zonas costera y meridional del plano y se ve muy disminuido hacia el oeste y el norte.
Su trazado discurre entre las alquerías de la huerta y sólo se acomoda en algunos tra-
mos al barranco de Torrent, el cauce del Turia entre Mislata y el azud de la acequia de
Rascanya, y el camino de Barcelona a la altura de Cases de Bàrcena. Al margen de la ciu-
dad de Valencia, en la Particular Contribución se incluían los siguientes lugares: Alboraya,
Alfafar, Almasera, Benicalat, Beniferrri, Benetuser, Benimaclet, Burjasot, Campanar, Grao, Los
Orriols, Patrax, Payporta, Rabisancho, Rusafa, Sedavi, Tabernes y Vistabella.

ANÁLISIS DEL PLANO DE LA PARTICULAR CONTRIBUCIÓN DE CASSAUS (1694-1695)

El autor

Pocos son los datos biográficos que se tienen de Francisco Antonio Cassaus. Gracias
a su condición de jesuita, sabemos que nació en Guadalcanal (Extremadura)16 el 3 de
marzo de 1656, que ingresó en el noviciado el 5 de mayo de 1674 y que llegó a ser profesor
de retórica y filosofía y rector de la Casa de la Compañía de Jesús en Alcalá de Henares,
donde fallecería el 3 de octubre de 1699. También, que siguió al marqués de Castelo-
Rodrigo como capellán, confesor y asesor durante bastantes años, incluidos aquellos en
los que este noble portugués fue nombrado virrey de Valencia (1690-1696).17 Es posible,

15
TORRES, F. (1997): La contribució de Francesc Antoni Cassaus, Levante-EMV, 24/V, pág. 46.
16
El municipio de Guadalcanal pertenece a la provincia de Sevilla desde la división provincial realizada por Javier
de Burgos en 1833.
17
SOMMERVOGEL, C. (1891-1900): Augustine et Aloys de Backer. Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, Paris-Bruselas, Stephen; y
REZÁBAL, J. (1805): Biblioteca de los escritores que han sido individuos de los seis Colegios Mayores de San Ildefonso de la Universidad
de Alcalá, Madrid, Sancha. Es probable que Cassaus fuera hijo de Juan de Cassaus, nombrado alcalde de Guadalcanal en
1665, y de María del Salto Freyre, quienes contrajeron matrimonio el 2 de febrero de 1651 en el propio Guadalcanal.

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aunque está por investigar, que la formación cartográfica de Cassaus se debiese a las
relaciones que pudo mantener, a través del virrey, con los geógrafos de la escuela por-
tuguesa. En este sentido, cabría recordar aquí el prestigio de los trabajos que realizaron
Juan Bautista Labanha y Pedro de Teixeira a lo largo del siglo XVII para los monarcas
españoles y que entre sus discípulos se contaba Josef de Moura, cosmógrafo de la corte
de Felipe IV que era familiar directo del virrey de Valencia. En 1637, actuó en una sesión
especial en palacio y explicó ante el rey sus teorías sobre la longitud.18
Tampoco tenemos demasiada información sobre la estancia de Cassaus en Valencia.
Hasta la fecha, únicamente se han podido documentar las predicaciones que realizó entre
1692 y 1695, y concluir que su vinculación al virrey debió procurarle una cierta indepen-
dencia de la Casa Profesa de los jesuitas y una residencia más o menos estable en el Palacio
Real.19 Sorprende, en este sentido, que no haya dejado rastro de su paso por una ciudad
conventual en la que proliferaban las tertulias científicas y literarias y en la que la presencia
cultural de personas relacionadas con la iglesia como Baltasar de Íñigo, doctor en teología y
sacerdote, el padre Tomás Vicente Tosca, del Oratorio de San Felipe Neri, el deán Manuel
Martí, discípulos del jesuita José Zaragoza como Félix Falcó o José Vicente del Olmo, secre-
tario del Tribunal de la Santa Inquisición, o Juan Bautista Corachán, teólogo y catedrático de
la Universidad, era mayúscula. En una sociedad científica tan reducida como la valenciana
de finales del siglo XVII se me hace difícil imaginar a un jesuita que pasase desapercibido
mientras delineaba un mapa del Reino de Valencia, realizaba trabajos de campo en la huer-
ta de la ciudad y se paseaba al lado del virrey. Tanto más cuando su plano de la Particular
Contribución pudo imprimirse en el taller de Jaime Bordázar y el hijo de éste, Antonio, esta-
ba a punto de hacerse cargo de la empresa familiar, asistía con regularidad a las tertulias de
los novatores y se declaraba discípulo de Tosca. Años después, él mismo revisaría un original
que debió pasar por sus manos incluso antes de ser llevado a la imprenta.

Datación y origen

Aclarada la datación apócrifa de 1595 que figura en el plano, conviene precisar algo
más la fecha de realización del mismo. En las actas municipales de la ciudad de Valencia
no ha quedado registrado el encargo del levantamiento del plano a Cassaus, pero sí
la orden para llevarlo a la imprenta. El 29 de mayo de 1694 el pleno del ayuntamiento
acordó su impresión, con cargo a los fondos ingresados por los franceses residentes que
no abandonaron la ciudad tras los acontecimientos de 1691 (els depòsits dels francesos
establecido durante la guerra de la Liga de Augsburgo contra la Francia de Luis XIV),
y encomendó este trabajo al mercader i llibrer Ascensi Duart (el Ascencio Duarte del
plano).20 Por él percibiría, en dos plazos, un total de 55 libras y 9 sueldos valencianos: 25
libras valencianas le fueron entregadas a finales de 1694 por la apertura de la lámina del
mapa,21 mientras que para el resto, relacionado con los gastos de las copias realizadas,
tendría que esperar hasta abril de 1697.22

18
KAGAN, R. L.: Arcana imperii: mapas, ciencia y poder en la corte de Felipe IV, en PEREDA y MARÍAS, 2002, págs. 49-70.
19
El doctor Rosselló tuvo acceso, en su momento, al manuscrito titulado Historia y segundo centenar de la Casa Profesa,
historia de la Compañía de Jesús en Valencia, transcrito en 1976 por G. Casadevall. Los datos sobre Cassaus en el
tomo II, parte primera (1679-1696).
20
AHMV, Manual de Consells, 1693-1694, 29/V/1694, fol. 637v.
21
AHMV, Manual de Consells, 1694-1695, 17/XII/1694, fol. 301v.
22
AHMV, Manual de Consells, 1696-1697, 22/IV/1697, fols. 482v-483.

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De lo anterior se deduce que el plano ya estaba terminado a mediados de 1694 y que,


en efecto, fue editado en 1695 por Ascensi Duart e impreso, con toda probabilidad, en el
taller de Jaime Bordázar. Por tanto, Cassaus debió realizarlo durante el año que medió
entre la finalización del mapa del Reino de Valencia (junio de 1693) y la mencionada
orden de impresión. ¿Levantó Cassaus el plano de la Particular Contribución a modo de
complemento del mapa del Reino o respondió a un encargo distinto? A falta de datos
concluyentes, intuyo que fue un trabajo realizado a iniciativa del propio Duart. En las
fechas en las que fue acabado e impreso el plano, este librero, hermano del sobrestante
municipal de obras (Joseph Duart), tenía arrendados dos cargos en el ayuntamiento
de Valencia: era recaudador de la sisa vella de les carns (desde 1692)23 y caixer menut de
la Nova Taula de Canvis (cuatrimestre febrero-mayo de 1695).24 En consecuencia, tenía
acceso a una parte considerable de las finanzas municipales y estaría preocupado por las
imposiciones que debían realizar los productos que entraban en la ciudad dependiendo
de si procedían de los lugares de la Particular Contribución o de fuera de ella. ¿Estimó
que era necesario plasmar sus límites en un plano para evitar los pleitos provocados por
su indefinición? Es difícil saberlo con seguridad, pero al menos contamos con un indicio:
en la referida orden de impresión, el plano de Cassaus aparece citado como el Mapa de la
contribucio y sisat de la pr. Ciutat. ¿Se trata de una simple coincidencia? No lo creo.

Dimensiones y escala

El plano de Cassaus es un grabado calcográfico, sin autor conocido, que posee unas
dimensiones de 487 x 681 mm. Está realizado a una escala aproximada de 1:23.800, que
se inscribe en los márgenes habituales en la época para la representación de términos
municipales (en torno al 1:25.000), y su pitipié toma como unidad la legua valenciana.
Esta unidad de medida era muy utilizada en la cartografía valenciana, ya que poseía una
larga tradición en el reino y había sido normalizada mediante un acuerdo del consistorio
municipal de Valencia de 1556. En él se establecía que equivalía a 4.000 pasos geométricos
o 20.000 pies (entre 6.037 y 6.040 metros). El que un plano como éste, de ámbito local,
posea escala gráfica no es un asunto menor. De la importancia de la escala y de lo extraño
que resultaba su inclusión en la cartografía del siglo XVII puede dar idea el hecho de que
los ejemplares que la poseían todavía eran escasos en la primera mitad del siglo XVIII. Sobre
una muestra de cien mapas y planos presentados ante la Real Audiencia de Valencia entre
1712 y 1808, el 73,6% de los que carecían de escala se realizaron antes de 1768.25

Signos y planimetría

En el plano no existe leyenda propiamente dicha. Cassaus debió considerar que no


era necesaria, dado que empleó muy pocos signos y todos ellos son comprensibles a sim-

23
AHMV: Manual de Consells, 1691-1692, 16 y 20/V/1692, fols. 585v-586; 596v-597; y 601v-603. La sisa de la carne
era uno de los impuestos indirectos que mayores ingresos reportaban al ayuntamiento de Valencia. Suponía en
torno al 25-35% del precio Þnal de la carne que se vendía en la ciudad y su cobro quedó en manos de mercaderes
de prestigio y amplia fortuna que podían anticipar parte de la recaudación y accedían al puesto pujando en su-
basta pública.
24
AHMV: Manual de Consells, 1694-1695, 11/I/1695, fols. 344-345v. La Nova Taula de Canvis era un banco de titula-
ridad pública que constituía la tesorería central de la ciudad de Valencia. El caixer menut se ocupaba de los pagos
diarios y disponía de un capital que no podía superar las 6.000 libras valencianas.
25
FAUS, 1995, pág. 242.

[7]
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ple vista. En la representación predomina la figuración de los objetos del terreno (un cam-
pesino trabajando, edificios, árboles y jardines) y los signos se reducen a la doble línea de
puntos que señala el límite de la Particular Contribución, los dibujos arquitectónicos que
permiten distinguir entre los lugares, los edificios religiosos y las alquerías de la huerta,
las líneas de trazan las distintas corrientes de agua y los caminos que confluyen en la ciu-
dad de Valencia, y las tramas ocasionales que indican zonas de cultivo. En consecuencia,
el plano es de gran accesibilidad para el lector, que lo identifica con una representación
real, pictórica, del paisaje. El aumento interesado de algunos hitos visuales (el recinto
amurallado de la ciudad de Valencia, el palacio Reial, los caseríos habitados, los cursos
fluviales, la rotulación de la Albufera y su Devesa, etc.), permite una rápida comprensión
de la situación y la localización precisa de cualquier objeto. Hay que tener en cuenta, en
este sentido, que el abandono del realismo pictórico propio de los mapas medievales y
modernos no se completaría hasta el siglo XVIII.
Las únicas construcciones individualizadas son el palacio Reial (Dral, en el plano),
la torre de Paterna, el puente de piedra del Grau y la ermita de la Virgen de los
Desamparados del Carraixet en Tavernes Blanques. Los edificios religiosos se agrupan
mediante dibujos figurativos que imitan sus formas según se trate de ermitas, iglesias,
conventos, monasterios y cruces de término.26 Los lugares habitados se representan, en
función de su importancia, mediante edificios de cinco o siete crujías con un círculo
sobre la central al modo de la escuela holandesa, mientras que las alquerías, masías y
barracas de la huerta lo son por medio de viviendas de un solo cuerpo con su corres-
pondiente círculo. La ciudad de Valencia aparece en una imagen esquemática en
perspectiva caballera, muy condensada, que recuerda a la existente en la heráldica y la
xilografía municipal anterior a 1377.27 El recinto urbano se ve desde el este, ceñido por
las murallas, y en él únicamente son reconocibles la torre del Miquelet y las puertas
de la Mar y del Reial. Se trata de una perspectiva poco habitual que, además, difiere
de la meridional que el propio Cassaus incluye en su mapa del Reino.28 Los caminos
se delinean según una red que confluye en la ciudad, carecen de nombre, se trasla-
dan con una doble línea continua y no están jerarquizados. Las acequias de la huerta
pueden seguirse mediante líneas que presentan un grosor algo mayor en el caso de
las de Mislata y Montcada.29 Los cauces fluviales cruzan la delineación en forma de
arterias sobredimensionadas que separan los motivos ornamentales de la representa-
ción propiamente dicha (barrancos de Torrent y del Carraixet) y realzan la importancia
de los puentes y pretiles de la ciudad (río Turia). Los límites entre los cuarteles de la
Particular Contribución, por último, no aparecen señalados y hemos de imaginar que

26
En el plano aparecen las ermitas de San Roque (Burjassot), del Salvador (Godella), de la Virgen de la Misericordia
(Albalat dels Sorells), de Nuestra Señora del Viso (Cases de Bàrcena), de Santa Ana (Albal), de San Antonio de
Padua (Catarroja), de la Virgen de los Desamparados (Alfafar), de San Luis Bertrán (Font de Sant Lluís), de San
Antonio Abad (Orriols), de San Miguel de Soternes y de Nuestra Señora de Mont Olivet (Valencia); la iglesia de
Nuestra Señora de los Ángeles (Cabanyal-Grau); los conventos de San Joaquín (Paiporta), de San Juan de la Ribe-
ra y de Capuchinos (Valencia); los monasterios de la Zaidía y de San Miguel de los Reyes (Valencia); y las cruces
de término de la Conca (junto a la dehesa de la Albufera), el camino Real de Madrid (entre Valencia y Alfafar), el
camino de las Cabrillas hacia Madrid (sólo el nombre: cruz de Mislata) y el camino de Torrent (junto a la alquería
de Ariño). A todo ello hay que unir el lugar del Milagro de las Formas (Alboraia).
27
CATALÀ, M. A. (1999): Valencia en el grabado (1499-1899), Ayuntamiento de Valencia, págs. 38-39.
28
Las vistas de la ciudad de Valencia más habituales son las que representan la fachada norte recayente al curso del
Turia. ROSSELLÓ, V. M. y CHAPAPRÍA, J. E. (1999): La façana septentrional de la ciutat de València, Valencia, Bancaixa.
29
En el plano aparecen las ocho acequias existentes en 1695: carecen de nombre las de Na Rovella y Favara y sí que
lo poseen las de Moncada, Tormos, Recaña (Rascanya), Quart, Miza, (Mislata) y Aestaldo (Mestalla).

[8]
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esta función la cumplirían el cauce del Turia (frontera entre los cuarteles de Campanar-
Benimaclet y los de Patraix-Russafa), el camino real de Madrid (separaba los cuarteles
de Patraix y Russafa) y el camino viejo de Barcelona (que hacía lo propio entre los de
Campanar y Benimaclet).
Desde el punto de vista de la planimetría, estamos ante una delineación selectiva en
la que se ha dado preferencia a los puntos examinados y se ha relegado la orografía a un
papel secundario. Aunque en la huerta de Valencia no existen relieves de importancia,
en el plano de Cassaus se recogen las lomas próximas a Paterna. A pesar de que estamos
hablando de un sector que sólo en algunos lugares sobrepasa los 100 m sobre el nivel
del mar, estos cerros adquieren más protagonismo del que les corresponde. En realidad,
estamos ante una orografía escenográfica que se limita a rellenar uno de los huecos de
la delineación y muestra la incapacidad del autor para reflejar la altimetría. Este proble-
ma era común en la cartografía de la época ya que sólo se resolvió con el empleo de las
curvas de nivel a partir del siglo XIX. Hasta entonces, la única alternativa era el empleo
de recursos pictóricos que daban lugar a diferentes técnicas de sombreado o a mapas
perspectivos en los que se mostraban la localización y la sinuosidad de las montañas sin
detenerse en su altura. En este caso, Cassaus les da una orientación N-S y elige un foco
de luz situado en el norte que contrasta con el cenital utilizado en las zonas de arbola-
do. Estas últimas, artificiales y geometrizadas, y los escasos campos de cultivo que las
acompañan en los márgenes de la delineación son el único vestigio de la extensa vega de
la huerta de Valencia. El contraste entre este desinterés por el paisaje y la meticulosidad
con la que se localizan las alquerías de la Particular Contribución sólo puede explicarse
por el origen fiscal del plano.

Elementos decorativos y simbología

La cartografía barroca es el resultado de la combinación de los elementos técnicos que


se empleaban para realizarla y la finalidad estética e ideológica que impregnaba el arte de
la época. Los mapas y planos son, a menudo, conjuntos teatrales dinámicos en los que la
representación del territorio no es el único centro de interés. La ornamentación barroca,
combinada en su caso con la ideología del autor y/o sus comitentes, tiene una función
propia que va más allá del decorativismo.30 En el plano de Cassaus pueden verse ambos
aspectos. De un lado, la delineación queda recargada al gusto barroco mediante el uso de
la escritura itálica, más flexible, fluida y elegante que la romana, la inclusión de una dedi-
catoria a los jurados de la ciudad enmarcada entre guirnaldas y cornucopias, la repre-
sentación perspectiva de jardines extramuros del casco urbano, el costumbrismo con el
que se alude a una Albufera surcada por embarcaciones de vela latina, con sus mástiles
y botavaras de madera, y la introducción de animales exóticos y motivos alegóricos de
raíz clásica y humanista. De otro lado, a partir del simbolismo de las imágenes puede
reconstruirse el mensaje que acompaña al contenido geográfico. En este sentido, hay que
recordar que los jesuitas fueron los principales difusores del lenguaje simbólico que se
desarrolló en emblemas y alegorías desde el siglo XVI. En su influyente sistema educativo,
basado en gran parte en la mnemotecnia, la imaginación emblemática fue fundamental.
Quienes se formaron con ellos, empezando por los miembros de la propia compañía,

30
LABORDA, X. (1996): Cartografía barroca y retórica del discurso, Teoría/Práctica, 3, págs. 353-370, Universidad de
Alicante.

[9]
228 Cuad. de Geogr. 86, 2009 ALFREDO FAUS PRIETO

constituyeron un núcleo divulgador de ideas e imágenes que jugaba con el misterio de


los símbolos para despertar la atención y alcanzar el máximo poder de convicción dentro
del ámbito de la Contrarreforma.31
El ciudadano común podía quedarse embelesado al contemplar un plano como el
de Cassaus en el que aparecen figuras mitológicas y animales extraños, pero aquel que
tuviese una mínima formación podía intentar desentrañar el mensaje que contenía. En
este caso, creo que estamos ante un episodio más de la lucha entre el bien y el mal que
tiene por escenarios la ciudad y la huerta de Valencia. Un leopardo, símbolo heráldico
de la valentía (Valentia, Valencia), pero también de la ferocidad, de la agresión, del
pecado y del demonio en el imaginario cristiano, acecha en la zona meridional del
plano. Mientras, en el otro lado, un pavo real, representación de la iglesia que todo
lo ve, se gira para observarlo con el plumaje recogido en señal de ausencia de vani-
dad. Al combate se dirige Minerva, diosa de la inteligencia y protectora de la ciudad,
armada con lanza, cubierta con casco y coraza, montada en un carro triunfal tirado por
dos leones alados (pompa triumphalis) y sobrevolada por la alegoría de la Fama con el
escudo de Valencia (la voz pública o Triumphus Famae de Virgilio). La pareja de leones,
símbolo de la doble fuerza, del coraje y del poderío militar, acompaña a Minerva y
ayuda a tipificar su instinto maternal. Una paloma, alegoría de la paz, mira en sentido
opuesto a tan desigual combate.32 La militia christiana, la fuerza de choque contra el
mal, se apresta a defender las puertas, los portales y el tesoro de la ciudad, y a pre-
servarla del pecado. Una filacteria con la inscripción Quae foecunda solo, sola foecunda
ingeniis ensalza el ingenio y el trabajo de los labradores de la huerta de Valencia para
hacer fértiles sus campos.

Toponimia

Como ya se dijo al analizar el mapa del Reino de Valencia de Cassaus, es del todo
punto entendible que un autor de origen extremeño no tuviera entre sus preocupaciones
la transcripción de los topónimos valencianos. Sobre todo si tenemos en cuenta que vivió
en una época en la que no existía ningún tipo de normativa al respecto y en la que ya
se había iniciado el proceso de castellanización de la cultura valenciana.33 El plano está
redactado en castellano (título, dedicatoria, autoría y escala) y en este idioma se recogen
los topónimos genéricos (cruz, puente, barranco, dehesa, llano, barraca y huerta, además
de azequia y quartel), los nombres de los edificios representados (Capuchinos, Los Ángeles,
Vn. de la Misericordia, S. Ana, Milagro de las Formas, Sn. Mig. de los Reyes, etc.) y algo más
de una docena de lugares habitados. Entre estos últimos existen traducciones directas
(Casas de Barcena, Grao, Los Orriols y San Diego), sustituciones extrañas que pueden
deberse a errores en el grabado (Morella por Moncada y Alba por Albal) y castellanismos
ortográficos y morfológicos (Alboraya, Aldaya, Benimamete, Binalesa, Chirivella, Foyos,
Maguelia, Payporta, Picaña, Rabisancho y Torrente). Sin embargo, hay que decir para ser
justos que, si se incluyen aquellos a los que únicamente les falta el acento (circunstancia

31
DEKONINK, R. (2005): Ad imaginem: Statuts, fonctions et usages de l’image dans la littérature spirituelle jésuite, Ginebra,
Libraire Droz.
32
El impacto del humanismo convirtió en habitual la tendencia del catolicismo a reinterpretar las Þguras clásicas.
Todos los signiÞcados de estos símbolos en COOPER, J. C. (1998): An illustrated encyclopaedia of traditional symbols,
Londres, Thames & Hudson.
33
ROSSELLÓ, 1988, págs. 191-193.

[10]
EL PLANO DE LA PARTICULAR CONTRIBUCIÓN DE VALENCIA DE FRANCISCO ANTONIO CASSAUS Cuad. de Geogr. 86, 2009 229

habitual en la documentación de la época), son mayoría los topónimos que han sido
transcritos de manera correcta (Alaquas, Albalat, Alfafar, Benimaclet, Beniferri, Bonrepos,
Borboto, Campanar, Catarroja, Godella, Meliana, Mislata, Paterna, Quart, Rafol, Rocafort,
Sedavi, Valencia y Vistabella) o presentan errores que también pueden atribuirse al gra-
bador (Almasera, Benetuser, Benicalat, Benifarach, Burjasot, Carraget, Masarroja, Miramvell,
Patrax, Rusafa y Tabernes).

ACTUALIZACIÓN Y COPIA DEL PLANO DE CASSAUS EN EL SIGLO XVIII

Aclarada la existencia del plano original de Cassaus, quedaba la cuestión de si


realmente las copias reconocidas de Tomás López y Antonio José Cavanilles fueron
realizadas a partir del mismo. Aunque ambos citan al jesuita como fuente, la lectura del
Diario de los viajes que realizó por tierras valencianas entre 1791 y 1793 nos demuestra
que Cavanilles copió, en realidad, al propio López.34 La cuestión se reduce, por tanto, al
origen del detalle de la Particular Contribución que López incluyó en una esquina de su
Mapa del Reyno de Valencia de 1788 (Fig. 2). En la cartela que lo acompaña, el geógrafo
madrileño admite que para hacerlo manejó un mapa manuscrito de la huerta de Valencia
que le envió Vicente Onofre Danvila, regidor perpetuo de la ciudad. De estas palabras
se deduce que no debió acceder directamente al plano impreso de Cassaus, sino a una
posible copia que debía estar depositada en el ayuntamiento de Valencia y que, siguien-
do su método de trabajo, completó más tarde en estudio con otras informaciones que le
llegaron de la misma zona.
Ahora bien, ¿de qué copia estamos hablando? Todos los indicios conducen hacia uno
de los planos que realizaron, en un intento de actualizar el de Cassaus, el impresor y
matemático Antonio Bordázar entre 1735 y 1743, y su antiguo ayudante, el agrimensor
y maestro de obras José Rispo, en 1765.35 Este extremo es difícil de probar porque sólo
tenemos indicios indirectos de cómo eran estos planos y los documentos que López
recopiló para sus Relaciones referidos al Reino de Valencia no se encuentran, como la
mayoría de los restantes, en la Biblioteca Nacional de Madrid. Aunque entre los que
pudo recuperar José Sancho y publicó Vicente Castañeda, tras adquirirlos en una librería
de viejo, se incluyen dos planos de la Particular Contribución, ninguno de ellos parece
obra de Bordázar o Rispo. El primero, que Castañeda dató en 1790, se titula Huerta o
contorno regado de la ciudad de Valencia y parece una reimpresión resumida del original de
Cassaus, una vez despojado de la ornamentación barroca. El segundo, mucho más tosco,
está manuscrito y tiene por título Mapa de seis leguas de extension, cuyo centro es Moncada
en el Reyno y Arzobispado de Valencia. Su aspecto es el propio de las cartas minimales que
recabó López a través de la correspondencia.36

34
FAUS, 1997. Todos los documentos relacionados con la redacción de las Observaciones de 1795-1797, incluido el
citado Diario, se encuentran en el Archivo de Cavanilles del Real Jardín Botánico de Madrid (ARJB), agrupados
bajo el título Reyno de Valencia (División XIII, legajo 7).
35
Un primer estudio de ambos planos en FAUS, 1995b.
36
CASTAÑEDA, V. (1916-1924): Relaciones geográÞcas, topográÞcas e históricas del Reino de Valencia hechas en
el siglo XVIII a ruego de D. Tomás López, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 35-45, Madrid. Existe una
reedición de 1998, sufragada por la Generalitat Valenciana, en la cual los planos mencionados ocupan las
páginas 93 y 171.

[11]
230 Cuad. de Geogr. 86, 2009 ALFREDO FAUS PRIETO

Fig. 2. López, T. (1788): Mapa Geografico del Reyno de Valencia, dividido en sus trece goberna-
ciones ò partidos. Incluye el Mapa de la Particular Contribucion y Huerta de Valencia.

El plano de la Particular Contribución de Antonio Bordázar (1735-1743)

Antonio Bordázar de Artazu (Valencia, 1671-1744) fue uno de los últimos miembros
del movimiento novator valenciano. Discípulo declarado del padre Tosca, su labor como
matemático palidece, sin embargo, ante su condición de impresor y su papel como
prohombre de la vida cultural valenciana. Baste decir a este respecto que realizó su pri-
mera impresión en solitario en 1701, que se hizo cargo de la imprenta familiar en 1707,
que acumuló los cargos de impresor de la ciudad de Valencia y del Santo Oficio de la
[12]
EL PLANO DE LA PARTICULAR CONTRIBUCIÓN DE VALENCIA DE FRANCISCO ANTONIO CASSAUS Cuad. de Geogr. 86, 2009 231

Inquisición, que inspiró obras de gran valor como la Arithmética demonstrada de Corachán
y el Compendio Mathematico de Tosca que salieron de su taller o que, en fin, fue él quien
ideó el mayor proyecto de difusión de las enseñanzas físico-matemáticas en la Valencia
del siglo XVIII: la creación de una Academia de Matemáticas abierta a los civiles.
De la afición de Bordázar por la cartografía y de su actuación como mapista vengo
dando noticias desde 1987.37 Entre los trabajos que he podido documentar, sin duda el de
mayor trascendencia fue el que nos interesa en estos momentos: la renovación conjunta
que emprendió en 1735 del plano de la Particular Contribución de Cassaus y del plano
urbano de la ciudad de Valencia que Tosca había delineado en 1704.38 Bordázar tomó esta
iniciativa con la intención confesada de incluirla como mérito en su pretensión de acu-
mular los cargos de Agrimensor, Ingeniero Civil y Militar, y Director de la mencionada
Academia de Matemáticas. El 21 de enero de 1736 presentó, junto al grabador Cristóbal
Belda, un memorial ante el consistorio municipal de Valencia en el que indicaba las ven-
tajas que reportaría este trabajo y solicitaba una gratificación de 160 libras valencianas.
En él señalaba que ya habían trabajado por espacio de tres meses en el levantamiento
del casco urbano, los lugares del Grau y Russafa, y las alquerías que quedaban entre el
río Turia y el camino del Grau. La ciudad les adelantó 100 libras valencianas y ambos se
comprometieron a “delinear con todas las reglas que pide el Arte un Mapa Corographico del
Casco de esta Ciudad y toda su particular Contribución, con los terminos exactos y confines de
ella (…) todas las Alquerías, Combentos, Heremitorios, Acequias, Caminos, y demas que pedia la
integridad de la obra”, en el plazo de un año. El que sólo Bordázar firmase este compromiso
por escrito da idea del papel subordinado que jugaba Belda.39
El plano del casco urbano fue acabado a tiempo y conoció dos impresiones dis-
tintas. La primera, en la que aparece el nombre de Belda, está incluida en el Resumen
Historial de Pascual Esclapés (1738), una obra que salió de la imprenta de Bordázar
coincidiendo con la conmemoración del quinto centenario de la conquista de la ciu-
dad por Jaume I; la segunda, mucho más completa, sería grabada por José Fortea en
una fecha posterior a 1738, una vez que Belda pasó a residir y trabajar en la Corte
de Madrid.40 No ocurrió lo mismo con el plano de la Particular Contribución, cuya
entrega se demoró hasta 1743.41 Aunque desconocemos las causas de este retraso, es
posible que detrás del mismo se encuentren las discrepancias con el ayuntamiento
que llevaron a Bordázar a abandonar los cargos de impresor municipal y receptor del
papel sellado en 1741. En todo caso, sí que tenemos constancia de que el impresor se
empleó arduamente en este encargo entre 1736 y 1738.42

37
FAUS, 1987. Gran parte de la producción literaria y cientíÞca de Bordázar quedó manuscrita y se conserva en el
Archivo del Colegio del Patriarca de Valencia (ACPV).
38
He escrito diversos artículos que hacen referencia a este proyecto. Un compendio de todos ellos en FAUS, 1995b,
págs. 72-81. Una aproximación reciente al plano de Tosca, en ROSSELLÓ, V.M. (2004): Tomàs V. Tosca y su entorno
ilustrado en Valencia. Obra autógrafa y atribuciones, Eria, 64-65, págs. 159-176, Universidad de Oviedo.
39
AHMV: Libro de Instrumentos, 1736, fols. 178-180 y Libro Capitular, 1736, 1 y 3/III.
40
El plano de la ciudad de Valencia grabado por José Fortea es muy conocido gracias a las sucesivas reediciones
que se han hecho del mismo. Titulado Valentia Edetanorum vulgo del Cid delineata, mantiene la autoría de Tosca y
posee una datación apócrifa de 1705. Sin embargo, desde hace tiempo se sabe, gracias a algunos de los detalles
arquitectónicos que contiene, que no pudo realizarse antes de 1738 (siendo que Tosca falleció en 1723): TABERNER,
F. (1984): El plano del padre Tosca grabado por José Fortea. Consideraciones en torno a la fecha de su impresión,
Revista del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Valencia, 3, págs. 18-20.
41
AHMV: Libro Capitular, 1743, 13/VII.
42
Gracias a la correspondencia que Bordázar mantuvo con Gregorio Mayáns. BORDÁZAR, A.: Cartas a Mayáns, ACPV.
Véanse las cartas fechadas en: 10/X/1736; 4/XII/1736; 9/I/1737; y 9/IV/1738.

[13]
232 Cuad. de Geogr. 86, 2009 ALFREDO FAUS PRIETO

Inició el trabajo de campo en Benimàmet, lugar en el que poseía una pequeña pro-
piedad, en compañía de Belda, de los maestros de obra José Herrero, José Rispo y Pedro
Jiménez, y del pintor Juan Bautista Manzanera. Aunque adoptó como punto de partida el
plano de la Particular Contribución de Cassaus, procedió de manera inmediata a corregir
la línea de base empleada por el jesuita:

“(…) (al tomar) por base las medidas que havia en su pequeño mapa establecido el P. Casaus dispues-
tas yá las lineas de uno de los Quarteles, halló estar erradas el querer pasar a las otras; por cuia razon
dicho Bordazar se valio de (Rispo y Jiménez) para que estos con nueva y bien examinada base, corri-
giesen las faltas del primer Quartel, y en su seguida tomasen los puntos de los demas, y colocasen en
su lugar no solo los Molinos, Alquerias, y otros edificios, si tambien Puentes, Azagadores, Acequias,
Caminos y Plantas de Lugares sacandoles de nuevo, á excepcion de las del Grau, Alboraya, Benimaclet
y Burgasot, que las tenia trabajadas el dho. Bordazar (…)”.43

Bordázar también comprobó estos errores en el mapa del Reino de Valencia de Cassaus
y, tras verificarlos cerca de Burjassot, concluyó que tampoco podía utilizarlo para estable-
cer la línea de base.44 A partir de ese momento, se sucedieron sus salidas al campo para
efectuar mediciones, recolocar los pueblos y lugares ya representados por Cassaus y añadir
al original de éste molinos, alquerías, puentes, caminos azagadores y acequias. En estas
salidas también le acompañaron de manera ocasional Francisco Gómez, oficial de su taller,
y Manuel Gómez, vicario y catedrático de matemáticas que más tarde le ayudaría en los
trabajos de estudio. Según un dictamen elaborado por el catedrático Francisco Ballester en
1750, el resultado fue un mapa más completo que el de Cassaus:

“(…) es obra de dho. Bordazar, mucho mas extensa qe.la del P. Cassaus por las Plantas de los
Lugares q. esta no tiene; estas plantas parese qe. Corresponden a sus devidos sitios, pues aviendo
hecho reflexion sobre el terreno de ellos, y aviendome informado de dos compañeros de dho. Bordazar
de la manera qe. hisieron las operaciones para levantarlas, hise concepto qe. obraron según reglas del
Arte (…)”.45

Ballester emitió su dictamen a requerimiento del ayuntamiento de Valencia, una vez


que la viuda y los herederos de Bordázar (fallecido en 1744) reclamaron el pago restante.
En él también se recogían los incumplimientos del impresor (la ausencia de los puntos de
atraque en la playa, de algunos caminos azagadores y de bastantes hijuelas de acequias)
y se recomendaba la impresión del plano una vez completado. Las reticencias del con-
sistorio municipal hicieron que las reclamaciones y los dictámenes se sucedieran hasta
1765, momento en el que una comisión encabezada por los catedráticos Rafael Lassala y
Vicente Capera resolvió que, frente a los ocho empleados por el impresor, únicamente
era necesario un año para levantar el plano de la Particular Contribución y que, dadas
las deficiencias del presentado, “de nada podia aprovechar dho. Mapa”.46 En consecuencia, el
ayuntamiento acabó desestimándolo y no lo llevó a la imprenta.
El contenido del plano de Bordázar puede intuirse gracias al informe que redactó,
un año antes de que Lassala y Capera entregasen el suyo, el ingeniero Juan Bautista
Chardenaux. En él, se hacía un cálculo de los gastos y del tiempo que, en su opinión,

43
AHMV: Libro de Instrumentos, 1765, fols. 31-31v.
44
BORDÁZAR: Miscellanea Mathematica, ACPV, fol. 143v.
45
AHMV: Libro Capitular, 1750, 27/VI.
46
AHMV: Libro Capitular, 1765, 15/VI y Libro de Instrumentos, 1765, fols. 295-296.

[14]
EL PLANO DE LA PARTICULAR CONTRIBUCIÓN DE VALENCIA DE FRANCISCO ANTONIO CASSAUS Cuad. de Geogr. 86, 2009 233

debió emplear el impresor para levantar el “Plano de la ciudad de Valencia, con el mapa
de sus contornos; hasta cosa de una Legua alrededor, en que estan detallados los Lugares que se
hallan en dho. ambito, como asi mismo las posiciones de los cortijos, Cazerias, Rio, Caminos y
zequias”. Chardenaux47 concluía que ambos planos no podían ser levantados en un plazo
inferior a los dos años (seis meses en el caso del casco urbano) y que el coste conjunto
era de 35.520 reales de vellón. El dato más interesante para nosotros, en este momento,
es que este total aparecía desglosado en función de los días que el ingeniero consideraba
que se habían empleado en levantar cada uno de los lugares contenidos en el mapa de la
Particular Contribución.
Según Chardenaux, en el manuscrito de Bordázar se habían representado:

“Puente y convento de la azaydia, puente de Serranos, calle de Murviedro (…), Sn. Miguel de los
Reyes, Tabernas, Almazera, Moncada (…), Puente de la Trinidad, Calle d’Alboraya, Benimaclet
(…), Puente del Real, Palacio y alameda, Soledad, Sn. Juan de la Rivera (…), Lugar d’Alboraya (…),
Convento de la Trinidad Calzada, Grau (…), arabal de Sn. Vicente, lugar de Rusafa (…), Lugar
nuevo, Sedavi, Benetuser, Masanasa (…), Patraix, Payporta, portugalet (…), arabal de Quarte,
Chirivella, mislata, alaquas, aldaya (…), Rascaña, Tendetes, Campanar (…), Benicalaf, Beniferri,
Benimahmet (…), Burjasot, Godella, Barboto y Carpesa”.

El plano de la Particular Contribución de José Rispo (1765)

El dictamen de Lassala y Capera provocó que la ciudad rechazase el plano de la


Particular Contribución levantado por Antonio Bordázar. Uno de sus ayudantes, el por
entonces agrimensor municipal José Rispo,48 salió en defensa del trabajo del impresor
afirmando que el plano que se estaba juzgando en 1765 no era el original, sino una copia
que él mismo había realizado junto a Pedro Jiménez. Para demostrar que sí que se habían
incluido en el de Bordázar los elementos que se aducían como deficiencias, presentó
varias certificaciones firmadas por profesionales que lo habían visto y afirmó que los
borradores, en poder del regidor Benito Escuder, los recogían. Ante la escasa receptivi-
dad del ayuntamiento, se apresuró a mejorar la copia que se estaba examinando con el
levantamiento de una nueva planta de los cuarteles de la Particular Contribución.
Según decía, su intención era corregir los errores que había observado mientras cola-
boraba con Ballester en la evaluación del plano de Bordázar en 1750:

“(…) siempre le havia llevado la atension hazer un Mapa exacto de esta Ciudad, y su particular
Contribucion, segun las reglas de el Arte, y con las noticias mas individuales, y conducentes al perfec-
to conocimiento del terreno (…); haviendo sido empresa del difunto Antonio Bordazar tan ingenioso
y aplicado, como lo demuestra el Mapa que presentó a esta Ciudad, aunque errado por el defecto de la
Basse principal, (…) el qual advirtió el Suppte. Trabajando con el Dr. Francisco Ballester”.49

A pesar de que a la hora de realizarlo contó con el consejo de Gaspar Pastor, admi-
nistrador general de alcabalas, y de que añadió el nombre de los propietarios de las
alquerías de la huerta, su plano también fue considerado insuficiente por el consistorio
municipal. Una nueva comisión, formada por los regidores Escuder y Pedro Merita, el ya

47
AHMV: Libro de Instrumentos, 1765, fols. 316-317v.
48
José Rispo fue nombrado agrimensor municipal de Valencia en 1763. En 1768, también obtuvo el título de maes-
tro de obras en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y como tal actuó repetidamente en
calidad de veedor del Tribunal del Repeso de la ciudad. FAUS, 1995, pág. 72.
49
AHMV: Libro Capitular, 1765, 1/VII.

[15]
234 Cuad. de Geogr. 86, 2009 ALFREDO FAUS PRIETO

citado Lassala y el catedrático Gaspar Pérez, recomendó nuevamente su devolución. En


el dictamen que emitieron, Merita acababa señalando que no era suficiente con retocar el
plano rechazado y deslizaba la sospecha de que Rispo no había dedicado al levantamien-
to el tiempo que consideraban necesario:

“(…) el mismo Rispo diferentes veses ha dicho, no havia en la delineacion de dho. mapa la metad de las
Alquerias que se encuentran en el nuevamente presentado; esto supuesto, si el principal error consiste
en las situacion de las Alquerias y desague de las Asequias menores, es visto que el defeto no consiste
en la reduccion de los Borradores de los que Rispo se ha valido, sino de lo que nuevamente suponen
haver operado, y no seria temerario discurrir lo havian añadido al tiento y sin operacion alguna, por
haverlo ejecutado en tan corto tiempo (…)”.50

Podemos conocer parte del contenido del plano de Rispo a partir de la pequeña joya
que constituye el diario de las operaciones de comprobación que dirigió Lassala, en el
transcurso de dicha comisión, durante el mes de agosto de 1765.51 De acuerdo con él, la
línea de base utilizada por Rispo tenía en uno de sus extremos el campanario del conven-
to del Remedio, lugar que eligió como primer punto de estación una vez realizada una
visura general desde el Miquelet. Le siguieron el huerto de Pontons, el campanario de la
iglesia de Benimaclet, la ermita de San Roque en Burjassot y la alquería de la Linterna del
Grau. La comisión tiró visuales desde todos estos puntos a los lugares que mejor podían
apreciarse a un lado y otro de la legua de radio que delimitaba la Particular Contribución,
para concluir que muchos de ellos, así como las acequias y alquerías de la huerta, habían
sido colocados por Rispo a ojo. En concreto, se apreciaron errores en los ángulos de las
líneas dirigidas a “(…) Picaña, Torrente, Alboraya, Alfara, (…), Alfafar, Convento de Jesús, S.
Joachin de Paiporta, (…) Alaquaz, Chirivella, Mislata, Quarte, Manisses, Almacen de la Polvora,
(…) Ruzafa, Serranos, Moncada, Almacera, (…) Campanar, la Torrecita del Huerto de Dn.
Ignacio Julian, Bonrepós, Benifaraig, Godella, (…) Meliana, Foyos (…)”.
Llegados a este punto, el mismo Rispo pidió que no se continuasen las operaciones
y confesó que se había visto obligado (a causa de su corta y debil vista) a valerse de otras
personas tanto para la copia del original de Bordázar como para la localización de lugares,
alquerías y acequias. Lassala concluía su informe diciendo que el plano no podía aceptarse
en su estado, a pesar de que era posible corregir o disimular algunos errores. No obstante,
le reconocía el mérito de mostrar un inventario de los objetos que debían entrar en la compo-
sición y aconsejaba que se tomase como punto de partida para realizar una “formación com-
pleta i exactísima (…) del distrito de su particular contribución”, costeada, si ese era su deseo,
por el propio Rispo. Que sepamos, nunca emprendería esta nueva delineación.

El detalle de la Particular Contribución incluido en el Mapa del Reyno de Valencia de Tomás


López (1788)

La trayectoria de Tomás López de Vargas (Madrid, 1731-1802) es muy conocida.


Formado en la Real Academia de San Fernando y en el Colegio Imperial de Madrid,
recibió una beca en 1752 para trasladarse, en compañía de Juan de la Cruz Cano, a París.
En esta ciudad, donde residió hasta 1760, asistió a los cursos de La Caille y frecuentó
el taller de geografía de D’Anville. Al volver a España, desplegó una amplia actividad

50
AHMV: Libro de Instrumentos, 1765, fols. 359-361.
51
AHMV: Libro de Instrumentos, 1765, fols. 355-358.

[16]
EL PLANO DE LA PARTICULAR CONTRIBUCIÓN DE VALENCIA DE FRANCISCO ANTONIO CASSAUS Cuad. de Geogr. 86, 2009 235

cartográfica, uno de cuyos primeros frutos fue el Mapa del Reyno de Valencia de 1762 que
debía formar parte de un ambicioso Atlas particular de España. Más tarde, en los años
setenta y ochenta, realizó una recogida sistemática de datos sobre la geografía española,
para la cual elaboró un amplio cuestionario que remitió a párrocos y autoridades locales.
Se sirvió de sus contestaciones o Relaciones para formar, entre otros, el Mapa del Reyno
de Valencia de 1788 que incluye el detalle de la Particular Contribución que nos interesa.
Geógrafo de gabinete, López admite en la cartela del mapa que para realizar este
detalle utilizó un plano manuscrito que atribuía a Cassaus y que le envió, siguiendo sus
indicaciones, el regidor Vicente Onofre Danvila.52 Sin embargo, en las fechas en las que
mantuvieron esta correspondencia, y con independencia de las vicisitudes que hemos
visto, los únicos planos manuscritos de la Particular Contribución a disposición de los
regidores del ayuntamiento de Valencia eran los que habían levantado Bordázar y Rispo.
El que López citase a Cassaus pudo deberse a que su nombre aparecía en la documen-
tación que le fue remitida y le era conocido por el mapa del Reino de Valencia de 1695,
a que los de Bordázar y Rispo no figuraban en los ejemplares que manejó y le fueron
ocultados por Danvila, o al hecho de que el propio López los consideró simples informa-
dores locales. En todo caso, lo que queda claro, comparando su plano con el impreso de
Cassaus, es que no consultó directamente la obra del jesuita.

Las diferencias entre ambos son enormes:

a) Los límites de la Particular Contribución son distintos. López, ajustándose a la definición


histórica, convierte la frontera sinuosa dibujada por Cassaus en una línea circular medi-
da, con un radio de una legua, desde las puertas de la ciudad de Valencia. Este cambio
soslaya el trabajo de campo realizado por el jesuita y provoca que queden dentro de la
Particular Contribución numerosos lugares que Cassaus situaba fuera de ella (Cuadro 1).
b) La relación de los lugares contenidos no coincide por completo. Así, en el plano de Cassaus
se incluyen las poblaciones de Maguelia (Magüella) y El Rafol (El Ràfol de Salem), que
no aparecen en el de López, mientras que en éste se localizan las de Carpesa, Lugar
Nuevo (Lloc Nou de la Corona), Portugalet (Casesnoves, actual barrio de Paiporta) y
Silla, que no se encuentran en el delineado por el jesuita. Además, existen cambios
en la consideración de los lugares de Rabisancho (Ravisanxo) y San Diego (convento
de Alfara del Patriarca), que Cassaus consideraba caseríos habitados y López trans-
formó, respectivamente, en alquería y ermita, y en la denominación del municipio de
Moncada, que Cassaus transcribe como Morella.
c) El sesgo de la información que proporcionan es diferente. Mientras Cassaus se centra en la
delimitación de la Particular Contribución y la localización de los edificios religiosos y
las alquerías que se encontraban en ella, López realza los aspectos que permiten al lector
situarse en el ámbito geográfico de la ciudad y la huerta de Valencia (los caminos, las
acequias, los cursos de agua y el mar). Es realmente curioso constatar, en este sentido,
como, a diferencia del modo exhaustivo con el que Cassaus recoge centenares de alque-
rías, en su plano carecen de rotulación el mar Mediterráneo, el río Turia, los caminos
que parten de la ciudad, cinco de las siete cruces de término y dos de las acequias de la
huerta (las de Na Rovella y Favara). López reduce el número de alquerías y se preocupa

52
El Interrogatorio enviado por Tomás López para compilar sus Relaciones iba acompañado de una carta en la que
éste pedía expresamente que se le remitiesen planos locales. Tanto el cuestionario como la carta pueden verse
completos en CASTAÑEDA, 1916-1924.

[17]
236 Cuad. de Geogr. 86, 2009 ALFREDO FAUS PRIETO

de incluir la mayoría de estos elementos.53 La explicación hay que buscarla en el hecho


de que, mientras el plano de Cassaus iba dirigido a los ediles de la ciudad de Valencia
y estaba pensado para un uso local, el de López acompañaba al mapa del Reino de
Valencia y se dirigía a un público mucho más amplio con otro tipo de intereses.

Cuadro 1. Lugares representados en los planos de la Particular Contribución de F.A.


Cassaus (1695) y T. López (1788). Se conserva la grafía original.

Lugares incluidos en la P. Contribución Lugares situados fuera de la P. Contribución


CASSAUS (1695) LÓPEZ (1788) CASSAUS (1695) LÓPEZ (1788)
Alboraya Alboraya Alaquas Alaquas
Alfafar Alfafar Alba Albal
Almasera Almacera Albalat de M. Sorell Albalat de Sorells
Benetuser Barcena Aldaya Aldaya
Benicalat Benetuser Alfara Alfara del Patriarca
Beniferri Benicalaf Benifarach Binaleza
Benimaclet Benifarache Benimamete Catarroja
Burjasot Beniferri Binalesa Foyos
Campanar Benimaclet Bonrepos Manises
Grao Benimamet Borboto Masanasa
Orriols, los Bonrepos Casas de Barcena Masarrochos
Patrax Borboto Catarroja Moncada
Payporta Burjasot Chirivella Silla
Rabisancho Campanar Foyos Torrente
Rusafa Carpesa Godella
Sedavi Chirivella Maguelia
Tabernes Godella Manises
Vistabella Grao de Valencia, el Masanasa
Lugar Nuevo Masarroja
Meliana Meliana
Mirambell Miramvell
Mislata Mislata
Oriols Morella
Paterna Paterna
Patraix Picaña
Payporta Quart
Picaña Rafol, el
Portugalet Rocafort
Quarte San Diego
Rocafort Torrente
Rusafa
Sedavi
Tabernas
Vistabella

53
En el plano de López aparecen con su nombre el mar Mediterraneo, el río Guadalaviar, la acequia de Moncada,
los azudes de las acequias de Favara, Mestalla, Mislata, Rascaña, Rovella y Tormos (la acequia de Quart no posee
rotulación), y las cruces de término de Benimamet, Conca, Foyos, Mislata, Moncada, San Felipe y Torrente. Hay que
decir que también incluye, aunque no parece el centro de su interés, ediÞcios religiosos que no se encuentran en
el plano de Cassaus: las ermitas de Santa Bárbara (Montcada), de la Misericordia (Foyos), de Nuestra Señora
del Pilar (Mirambell), de San Onofre (Quart de Poblet), de San Gregorio (Torrent) y de Santa Bárbara (Silla), las
iglesias de Jesús y San Vicente de la Roqueta y el convento de la Esperanza (Valencia).

[18]
EL PLANO DE LA PARTICULAR CONTRIBUCIÓN DE VALENCIA DE FRANCISCO ANTONIO CASSAUS Cuad. de Geogr. 86, 2009 237

d) Los aspectos formales responden a épocas distintas. El plano de Cassaus carece de orienta-
ción y leyenda, presenta una disposición occidentada y posee una escala gráfica basa-
da en una sola unidad de medida (la legua valenciana). El de López, por el contrario,
recoge los cuatro puntos cardinales y las coordenadas geográficas (la longitud,
según el meridiano del Teide), incluye una cartela con signos, se dispone al modo
actual con el norte en la parte superior y añade una escala con cuatro unidades de
medida (la vara y la legua valencianas, la milla romana y la legua española). Aunque
estas diferencias son consecuencia del proceso de normalización experimentado
por la cartografía a lo largo del siglo XVIII, implican un trabajo que va más allá de la
simple copia. Por otro lado, la desaparición de la ornamentación barroca que dis-
tingue al plano de Cassaus permite a López la ampliación del espacio representado
en las zonas meridional y occidental del suyo. En ellas sitúa los campos de cultivo
próximos a la Albufera y, a la manera tradicional, los cerros de la Serra Perenxisa de
Torrent.
e) López incluye en su plano algunos objetos que no aparecen en el de Cassaus. A pesar de
que el geógrafo madrileño aporta una información más reducida que el jesuita, en su
plano pueden verse detalles que éste no tuvo en cuenta: los molinos del Párroco, de
Buen Año y de Martí, las fuentes Santa, de Encaros y de San Luis, los huertos de Julián y de
Pontons, el Plantío de la ciudad, el Lazareto, el Puente de Tablas situado junto al Brosquil,
etcétera.

Los planos de Cassaus y de López son muy diferentes. No ocurre lo mismo con este
último y la copia simplificada del mismo que Antonio José Cavanilles incluyó en sus
Observaciones sobre el Reino de Valencia de 1795-1797 (Fig. 3). Aunque Cavanilles afirma
en el índice de las estampas de la obra que levantó el plano a partir del original del padre
Francisco Antonio Cassaus,54 es más que evidente que copió el de López. En realidad, se
limitó a limpiarlo de la mayor parte de la información que contenía, dejando únicamente
los lugares habitados, los cursos de agua, los caminos y las construcciones que debió
considerar más representativas.55 Las alteraciones que realiza con respecto a la obra de
López consisten en el añadido de algunos elementos (los lugares de Ráfol y Beniparell,
los puertos de Valencia y Catarroja, la rotulación de los caminos de San Felipe y Real de
Madrid, la Dehesa de la Albufera, los Campos de arroz próximos a ésta y el Llano de Quarte),
una docena de modificaciones toponímicas,56 la sustitución del sistema de coordenadas
geográficas y puntos cardinales por una rosa de vientos muy simple, la supresión de los
signos de la leyenda y la reducción de la escala a una sola unidad de medida (la vara
valenciana).
Sabemos que Cavanilles recorrió el territorio valenciano comprobando y corrigiendo
el Mapa del Reyno de Valencia del geógrafo madrileño en el que se incluye el detalle de la

54
CAVANILLES, A.J. (1795-1797): Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno
de Valencia, Madrid, Imprenta Real, vol. II, pág. 322.
55
En concreto, las ermitas de Santa Bárbara (Montcada), de la Virgen de los Desamparados del Carraixet (Tavernes
Blanques), de Los Ángeles (Cabanyal-Grau), de San Gregorio (Torrent) y de San Onofre (Quart de Poblet), los con-
ventos de San Joaquín (Paiporta), San Juan de la Ribera y la Esperanza (Valencia), el monasterio de San Miguel de
los Reyes (Valencia), la torre de Paterna, los Silos de Burjassot, el Lazareto, el puente de Tablas, y las fuentes Santa y
de San Luis, además de media docena de alquerías, masías y barracas en el entorno de la Albufera.
56
Cavanilles transcribe Quart (Quarte en López), Albalat (Albalat de Sorell), Grao (Grao de Valencia), Les Siches
(Siches o Silos), Alfara (Alfara del Patriarca), Benituser (Benetuser), Brosquil (El Brosquil), Carraijet (Carraychet),
Bonrepós (Bonrepos), Vilanesa (Binaleza) y Tabernes (Tabernas).

[19]
238 Cuad. de Geogr. 86, 2009 ALFREDO FAUS PRIETO

Fig. 3. Cavanilles, A.J. (1795-1797): Mapa de la particular contribucion de Valencia. Incluido


en las Observaciones sobre la Historia Natural, geografía, población y frutos del Reyno de
Valencia, Madrid, Imprenta Real.

Particular Contribución.57 Al margen del enorme parecido de ambos, existen tres pruebas
irrefutables de que el plano de Cavanilles no es sino un trasunto de este último:

a) A la hora de señalar los límites de la Particular Contribución, Cavanilles sigue a López y no a


Cassaus, y vuelve a trazar la línea circular de una legua de radio que tanto se aleja de
la frontera sinuosa del jesuita. El contraste entre ambas, evidente para quien tuviera
acceso al original de Cassaus, ya le fue advertido por Vicente Ignacio Franco durante
la polémica que mantuvieron tras la publicación de las Observaciones:

“Hablando de la Contribucion de Valencia, pone Vm. un Mapa que supone Copia del que el P.
Antonio Casaus de la Ex compañía de Jesus presentó a la Ciudad y Regidores de Valencia en el año
1695. He visto algunos de estos y he observado en ellos, que los Pueblos que pone en la Contribucion
particular (…) se anotan encelados en una division de puntos que forma, cuya circunstancia no se
advierte en el de Vm”.58

57
Cavanilles rectiÞca continuamente el Mapa del Reyno de Valencia de López en su Diario y llega a descaliÞcar su
trabajo de gabinete. En una ocasión escribe: “Es lástima que este hombre hable de lo que no ha visto y de al publico una
sarta de errores y omisiones”. CAVANILLES, A.J. (1793): Diario de las excursiones del viaje a Valencia, ARJB, vol. I, fol. 69v.
58
FRANCO, V.I. (1797): Advertencias al tomo I de la Historia Natural del Reyno de Valencia, que ha publicado el Sr. Abate D.
Antonio Josef Cavanilles, s.l., Advertencia VII.

[20]
EL PLANO DE LA PARTICULAR CONTRIBUCIÓN DE VALENCIA DE FRANCISCO ANTONIO CASSAUS Cuad. de Geogr. 86, 2009 239

b) La única referencia específica que existe en el Diario de Cavanilles al plano de la Particular


Contribución es una copia de la escala utilizada por López. Aunque no la reprodujo final-
mente en el mapa impreso, en su Diario dibuja la escala en varas y leguas valencianas,
milla romana y legua española de López y añade al margen que la había “sacado del
mapa original de la particular contribución de Val.”.59 Es obvio que no podía tratarse del
de Cassaus, ya que en éste sólo se utiliza la legua valenciana como unidad de medida.

c) La representación de las acequias de la huerta de Valencia es idéntica a la de López. A pesar


de que se trata de la información que más parece interesarle, junto a la localización de
los campos de arroz que bordean la Albufera (el nombre de las acequias es el único
dato que aparece numerado en la leyenda del plano), Cavanilles no hace ni siquiera
el esfuerzo de corregir a López. Así, señala las acequias del mismo modo que éste
(Azequia de Moncada, pero Azud de Favara, Azud de Mestalla, Azud de Mislata, Azud de
Rovella y Azud de Tormos) y se olvida, al igual que López, de rotular el curso o el azud
de la acequia de Quart.

CONCLUSIÓN

La historia de la cartografía está repleta de errores, mentiras, ocultaciones y medias


verdades. En el caso del plano de la Particular Contribución de Cassaus, la invisibilidad
del mismo durante más de sesenta años,60 el error cometido por un grabador poco cui-
dadoso al marcar su fecha de impresión, la atribución errónea de su autoría al editor
Ascensi Duart y las dudas generadas por las presuntas copias que realizaron a finales del
siglo XVIII Tomás López de Vargas y Antonio José Cavanilles, dieron lugar a un regue-
ro de titubeos y equívocos. La aparición en 1997 de un ejemplar propiedad de D. José
Huguet resolvió varios de ellos de un plumazo: se trataba de un único plano publicado
en 1695, Cassaus fue su autor y Duart la persona que se ocupó de que fuera llevado a
la imprenta por ¿Jaime Bordázar? Quedaba, entre otras, la cuestión de si, en efecto, las
copias de López y Cavanilles se hicieron, como ellos afirmaban, a partir del original del
jesuita.
El estudio del plano y de la documentación histórica que contiene referencias al mismo
demuestra que este último extremo no es cierto. El detalle de la Particular Contribución
que López incluyó en una esquina de su Mapa del Reyno de Valencia de 1788 se aleja
mucho, tanto en su concepción como en su contenido, del plano realizado por Cassaus,
y el incluido por Cavanilles en sus Observaciones de 1795-1797 muestra una filiación clara
respecto del de López. Si el que éste mencionase a Cassaus como fuente pudo deberse a
una cuestión de respeto o de simple desconocimiento, en el caso de Cavanilles estamos
ante una ocultación manifiesta producto de la animadversión que sentía hacia el geógrafo
madrileño. En cualquier caso, creemos que tras las copias de ambos se encuentran los
planos de la Particular Contribución que levantaron el impresor Antonio Bordázar entre
1735 y 1743, y el agrimensor y maestro de obras José Rispo en 1765. Aunque este extre-
mo es difícil de probar, dado que estos planos no han sido localizados, lo cierto es que

59
CAVANILLES, 1793, ARJB, vol. II, fol. 72.
60
Que sepamos, el último autor que pudo manejarlo fue Francisco Almela. ALMELA, F. (1932): Alquerías de la huerta
valenciana, Revista Valencia Atracción. Arte y Turismo, monografía.

[21]
240 Cuad. de Geogr. 86, 2009 ALFREDO FAUS PRIETO

eran los únicos que estaban a disposición de los regidores del ayuntamiento de Valencia
cuando López solicitó su ayuda y uno de ellos, Vicente Onofre Danvila, le envió el origi-
nal que copiaría en estudio. Las informaciones indirectas que poseemos sobre los planos
de Bordázar y Rispo parecen confirmar esta presunción, ya que contenían la mayoría de
los datos que, figurando en el plano de López, están ausentes del de Cassaus (molinos,
fuentes, huertos, lugares, etc.).
Aclarados estos interrogantes, restaba analizar el plano del jesuita. Ahora sabemos
que fue acabado en 1694 y que se hizo con fines fiscales a propuesta, casi con toda segu-
ridad, del propio Duart. También, que Cassaus no se limitó a representar lo que debió
ser el objetivo básico del encargo (la localización de los lugares y las alquerías incluidas
en la Particular Contribución que debían satisfacer arbitrios municipales), sino que
aprovechó la oportunidad para añadirle multitud de edificios de carácter religioso, una
ornamentación barroca al gusto de la época y un contenido simbólico y alegórico de raíz
cristiana en la línea marcada por la Compañía de Jesús. El resultado es un levantamiento
que participa de las características de la cartografía moderna (delineación selectiva de
los objetos de la representación, realismo pictórico, orografía escenográfica, olvido de
algunos aspectos formales, etc.) y que, al tiempo, constituye un ejemplo paradigmático
de cómo los mapas y planos que la formaban mostraban la estética y la ideología impe-
rantes en cada momento.

[22]
Cuad. de Geogr. O 86 O 241 - 260 O València 2009

ANTONI GINARD BUJOSA*

ANTONI DESPUIG I DAMETO,


EL MAPA DE MALLORCA (1784-1785)
I LA SOCIETAT D’AMICS DEL PAÍS

RESUMEN

El clérigo Antoni Despuig i Dameto (1745-1813), si no fue el autor, fue el responsable de uno de
los mapas de Mallorca más celebrados, grabado por Josep Muntaner en 1785. La iniciativa surgió
probablemente en el seno de la Sociedad Económica Mallorquina de Amigos del País. El artículo
hace una revisión de los posibles intervinientes y de algunas características del documento como las
coordenadas, la escala (1:72.000 ca) y los datos referidos a caminos y poblaciones.

PALABRAS CLAVE: Cartografía histórica, Mallorca, Ilustración, Calcografía.

ABSTRACT
ANTONI DESPUIG I DAMETO, THE MAP OF MAJORCA (1784-1785) AND THE SOCIETAT D’AMICS DEL PAÍS.

The clergyman Antoni Despuig i Dameto (1745-1813), if he was not the author he was the person
in charge of one of the more celebrated maps of Majorca, burdened by Josep Muntaner in 1785. The
initiative arose probably in the bosom of the Sociedad Económica Mallorquina de Amigos del País. This
paper does a review of the possible interveners and of some characteristics of the document as the
coordinates, the scale (1:72.000 ca) and the information referred to ways and populations.

KEY WORDS: Historic Cartography, Majorca, Enlightment Century, Chalcography

INTRODUCCIÓ

La història de la cartografia de l’illa de Mallorca fins al segle XVIII està marcada en par-
ticular per tres mapes, tots separats per un espai d’un segle. Sens dubte, el primer mapa
de Mallorca s’ha de relacionar amb Joan Binimelis (circa 1593-1595); el segon és el de
Vicenç Mut (1683) i, el tercer, el mapa patrocinat pel canonge Antoni Despuig i Dameto
(1784-1785). Aquest darrer és un dels més significatius i representatius de la cartografia

* Universitat de les Illes Balears.


Data de recepció: octubre 2008. Data d’acceptació: febrer 2009

[1]

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