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renovación
Alicia Mercado
El ser humano que cada uno de nosotros somos y al cual no puede renunciar
razonablemente el especialista en filosofía o en ciencia, es una constante favorable
durante el desarrollo y la renovación de las tareas del filósofo de la naturaleza, como se
verá más adelante. Esto sin olvidar nuestro interés central sobre la renovación de ésta
disciplina.
1
GREISCH, J., Qui sommes nous? Chemins phénoménologiques vers l’homme, " Bibliothèque
Philosophique de Louvain", 75, 2006.
2
Invitación a la fenomenología, Barcelona-Buenos Aires-México, Paidós, 1992.
1. El término ethos
3
El ethos del filósofo, González Juliana, Sagols Lizbeth eds., Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
Nacional Autónoma de México, 2002.
4
PLATON, Apología de Sócrates, trad. Eggers Lan, ed. Eudeba. Ibídem, trad. A. García Calvo, ed.
Salvat. Ibídem, trad. J. Calonge, ed. Gredos. JAEGEER, W., Paedeia (libro II, cap. 2): La herencia de
Sócrates. STOKES, M.C., “Socrates Mission ”, Barry S. Gower, M.C. Stokes eds. , Socratic Questions.
New essays on the philosophy of Socrates and its significance, Londres, Routledge, 1992.
5
SENEQUE, Œuvres Complètes, París, Belles Lettres, 1964. SENECA, Tratados Morales. Obras
Complétas, trad. José M. Gallegos, UNAM, México, 1946. VEYNE, P., Séneca y el estocismo, trad.
Mónica Utrilla, México, Fondo de Cultura Económica (FCE), 1995. ZAMBRANO, Séneca, Madrid,
Siruela, 1994.
En el texto las Confesiones6, una breve síntesis del ethos agustiniano inicia por
una reflexión sobre el hombre común, el carente de tiempo embebido en un sinnúmero
de actividades que le impiden atender su propia existencia y el modo en que ese
descuido sale a flote es la incertidumbre, el saberse en sufrimiento debido a la
incapacidad de escapar a los excesos y pasiones. El modo de sublimar e intentar salir de
la situación es mediante el escape dado por el tiempo del mañana. El tiempo en el cual
cabe la fantasía porque en él se obtiene la liberación sin esfuerzo. Pero el filósofo tiene
otra manera de salir del paso: dedicarse a la búsqueda de la verdad. La indagación
sobre la verdad propicia el deseo por adquirirla y ello servirá para transformar lo
vivido y conducirlo hacia la interioridad dando así unidad entre vida y verdad. Esa
unificación es única por ser personal y dotará de una libertad sin igual en donde
sabiduría y acción habrán logrado hacerse un uno.
Una filosofía libre de excesos, es uno de los distintivos notorios del ethos
filosófico de Blaise Pascal7, así como el estar convencido de que la razón no es la única
vía de conocimiento. El saber geométrico reduce la realidad a unos cuantos principios
racionales, empero el hombre es incapaz de obtener un conocimiento exhaustivo del
mundo. Cierto, para el filósofo la razón sirve para conocer la realidad pero también otro
tipo de conocimiento es necesario, aquél proveniente de la intuición a la cual Pascal
llama razón del corazón. Esta solución proviene de la comprensión que Pascal tuvo del
hombre, quien se sitúa a la mitad de lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño.
Sin poder abrazar alguno de los dos infinitos, el ser humano reconocerá lo limitado de
su conocimiento y de aquél sobre el mundo. Y sin embargo, será también la capacidad
6
AGUSTIN DE HIPONA, Confesiones, trad. Eugenio Ceballos, Madrid, Espasa Calpe, 1980.
CAPANAGA, Obras completas de San Agustín, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), 1946.
GILSON, Etienne, Introduction à l’étude de saint Augustin, París, Vrin, 1929.
7
PASCAL, B., Oeuvres Complètes 1657-1662, París, Desclée de Brower, 1990. BEGUIN, A., Pascal,
México, FCE, 1989. BRUN, J., La philosophie de Pascal, París, Presses Universitaries de France, 1992.
MAURIAC, François, El pensamiento vivo de Pascal, Buenos Aires, Losada, 1940.
cognoscitiva la que, una vez asumida la condición finita y vulnerable de cada hombre, le
proporcionará un conocimiento invaluable: los seres humanos son capaces de superar su
finitud y fragilidad en tanto son capaces de conocerse a sí mismos. La razón del
corazón, la cual advierte tanto los límites como el alcance de la razón y de su propia
condición, será una parte de la unidad a obtener para dar sentido a la existencia
humana. Miserable y feliz, poderoso y débil el hombre tiene el mérito mayor en
saberse finito. El ethos de Pascal se halla prioritariamente resumido en su famosa obra
Pensamientos.
limitación del conocimiento que el hombre tiene de sí mismo. El ethos del filósofo
humiano se resume pues en la limitación del uso de la razón, se han de buscar razones
hasta donde se pueda llegar, a falta de ellas ha de aceptarse sin más la ignorancia e
incluso la estulticia porque ello permitirá alcanzar la felicidad obtenible en esta vida.
9
JASPERS, K., La filosofía desde el punto de vista de la existencia, México, FCE, 1968. WAHL, J., The
Philosophy of Karl Jaspers, Nueva York, Ed. De Paul Arthur Schilpp, 1957. JASPERS, Karl,
Existenzphilosophie. Drei Vorlesungen, Springer, Berlín, 1938.
10
Cf. KANT, I., Kritik der reinen Vernunft, Meiner Verlag, Hamburgo, 1998. KANT, I., Crítica de la
razón pura, trad. Pedro Ribas, Alfaguara – Santillana, Madrid, 1997.
11
NEWTON, I., Principios matemáticos de la filosofía natural, Alianza, Madrid, 1987.
12
GALILEI, G., Diálogo, 4 vols., Aguilar, Buenos Aires, 1980.
sugiere no solamente estar ante una realidad de suyo nueva, en francés el término es
común: le nouvellement, lo cual remite directamente a lo nuevo. El prefijo re, por otra
parte, nos estaría sugiriendo no sólo alguna realidad nueva sino también el volver a
hacer nuevo, es decir, algo que estando nuevo lo será por segunda ocasión. Esto se
entiende en palabras como reconsiderar o considerar de nueva cuenta, restablecer o
establecer nuevamente, recomenzar o volver a comenzar, resonar o sonar por segunda
vez etc. Si hubiéramos de dotar de sentido esta bi-sección artificial habríamos de sugerir
con creatividad: la realidad nueva es la ofrecida por la naturaleza yacida ante nuestros
ojos y descubierta por el especialista. Hacerla nueva por segunda vez ocurriría cuando el
especialista comparta su descubrimiento con el no-conocedor y en su compartir vea con
una mirada primeriza aquello descubierto. Esta manera de concebir la renovación, es a
su vez novedosa, proviene de una mera dilucidación errónea de la forma de abordar el
problema, lo cual confirma en efecto, el principio lógico según el cual de lo erróneo o
falso todo puede seguir. Retomando la palabra renovación desde su unidad, puede
entenderse como cambiar lo añejo y vetusto, es decir, hacer actual. El actualizar no sólo
evoca pasar de lo anacrónico a lo contemporáneo, es decir, de lo pasado a lo presente,
también apela a lo que está en boga, lo célebre, lo común, lo popular, lo del pueblo, lo
vulgar.
3.2. Perspectivas
A modo de conclusión, cabe decir que la renovación no viene tan sólo de las
nuevas técnicas y métodos de investigación, sean filosóficos o científicos, a esa
novedad hemos de sumar el contemplar de nueva cuenta lo visto de forma habitual para
con ello percibir detalles ofuscados por nuestras limitaciones y que en un primer
momento no fuimos capaces de abarcar. Pero ese nuevo mirar no está al margen de
renovarse cada vez a sí mismo, de hacerse presente en las problemáticas de este día, en
el aquí y el ahora, con una actitud comprometida, decidida, interesada en el bien de la
humanidad a la cual nos lía la razón y la naturaleza. Y una vez aprendido el problema
presente, tener la osadía de avanzar hacia el problema venidero para continuar dando
vida a la tarea filosófica.