Estudio SARA
Estudio SARA
Estudio SARA
SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN
PARA OPTAR AL TITULO DE PSICÓLOGO
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AUTORES(AS):
Ana Barría Guentelicán
Sebastián Hernández Santana
Miriam Ramírez Epple
Catalina Millán Coronado
PROFESOR PATROCINANTE:
Mg. Andrés Concha Salgado
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ÍNDICE
RESUMEN/ABSTRACT ...................................................................................................................5
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................6
1.1 Planteamiento del problema de investigación ....................................................................6
2.9 Manual para la Valoración del riesgo de violencia contra la pareja .................................29
3
3.3.2 Manual para la valoración del riesgo de violencia contra la pareja, S.A.R.A. ..............35
5. DISCUSIÓN ..................................................................................................................................44
6. REFERENCIAS ...........................................................................................................................47
7. ANEXOS .......................................................................................................................................53
Tablas ......................................................................................................................................53
Figuras ....................................................................................................................................62
Gráficos ...................................................................................................................................64
Anexo ......................................................................................................................................69
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RESUMEN
La violencia contra la pareja es una forma de violencia interpersonal que presenta una elevada
prevalencia en el contexto nacional. A pesar de esto, no se registran estudios chilenos de adaptación
de manuales predictivos que evalúen el riesgo de que este tipo de violencia ocurra. Es por esto que
se realizó una adaptación preliminar de la versión española del S.A.R.A (Spouse Assault Risk
Assessment), atendiendo a la multicausalidad del fenómeno y a los factores que inciden en su
génesis, desarrollo y control. Paso importante para esta adaptación fue la generación de una versión
piloto del instrumento que permitiera comprobar la pertinencia de los ítems (21) para medir el
constructo de violencia contra la pareja, por medio de un proceso de valoración de jueces expertos,
que concluyó en la adaptación del instrumento y su posterior aplicación en base a los expedientes de
30 hombres pertenecientes al Centro de Agresores del SERNAM, con una media de edad de 39,6
años. El análisis de confiabilidad determinó que la escala global posee una consistencia interna
aceptable con un alfa de Cronbach de 0.750. Finalmente respecto a la hipótesis de que el S.A.R.A
cumple con los criterios de validez para medir el riesgo de violencia contra la pareja, se puede decir
que, las dimensiones que mejor correlacionan con el constructo “Violencia contra la Pareja” son
“Historial de Violencia Contra la Pareja” (rho=0,869; p=0,000); “Variables Psicosociales”
(rho=0,751; p=0,000), “Delito Actual” (rho=0,722; p=0,000), mientras que “Historial Delictivo”
(rho=0,560; p=0,001) presenta una menor correlación con el constructo, aunque ésta sigue siendo
significativa.
ASBTRACT
The intimate partner violence is a topic widely known socially because of their consequences and
implications, for example, femicide. However, there are not records of studies on Chilean adaptation
of manuals predictive risk of committing violence against girlfriend. This is why it was adapting the
Spanish version of S.A.R.A. (Spouse Assault Risk Assessment), attending cultural relevance and
the multiple causes of the phenomenon. Important step in this adaptation was the generation of a
pilot S.A.R.A. verify the relevance of the items (21) to measure the construct of partner violence,
through a process of evaluation of expert judges, which ended in the adaptation of the instrument
and subsequent implementation based on the records of 30 men belonging to the SERNAM
Offender Centre, with a mean age of 39.6 years. Reliability analysis determined that the overall
scale has acceptable internal consistency with a Cronbach's alpha of 0.750. Finally regarding the
hypothesis that the S.A.R.A. meets the validity criteria to measure the risk of intimate partner
violence can say that the size that best correlate with the construct "intimate partner violence" are
"History of partner violence "(rho = 0.869, P = 0.000)," Psychosocial Variables "(rho = 0.751, P =
0.000)," current offense "(rho = 0.722, P = 0.000), while" criminal History "(rho = 0.560; p = 0.001)
showed less correlation with the construct, although it is still significant.
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1. INTRODUCCIÓN.
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2. MARCO TEÓRICO.
2.1 Concepto de Violencia Contra la Pareja: ¿Qué se entiende por violencia?
Podría afirmarse que “la violencia siempre ha formado parte de la experiencia
humana”(Krug, Dahlberg, Mercy, Zwi y Lozano, 2003, p. 3), pudiendo entenderse como
una reacción frente a ciertas situaciones, que genera diversos daños en quien la sufre, sin
embargo es de suma importancia poder entender porque se produce la violencia en quien la
ejecuta, existiendo diversos tipos de violencia, tales como la violencia hacia la pareja, la
violencia social, impersonal o auto inflingida, que se describirán más adelante. Teniendo en
cuenta esto, se puede entender que la violencia alude al uso de la fuerza con la intención de
dominar o causar daño presentándose en forma de amenaza, lesiones físicas, contra otra
persona, contra uno mismo o a un grupo o comunidad, lo que aumenta la probabilidad de
causar daños y lesiones físicas, trastornos del desarrollo y privaciones (Krug, 2002).
Tomando en cuenta esta definición, se puede decir que apela a la intención con la
cual se ejecuta un acto violento, independiente de las consecuencias que se puedan generar,
por lo tanto no se podría incluir dentro de ésta, aquellas situaciones que no posean un acto
deliberado por dañar a otro, lo cual explica que se utilice la palabra poder y el uso
intencional de la fuerza física, entendiendo que las situaciones de violencia responden a un
relación asimétrica en donde existe un otro desvalido y vulnerable que no puede protegerse,
lo cual ayuda a ampliar la comprensión del concepto de violencia en donde se puede
encontrar la violencia física, sexual, psíquica, además de aquellos actos de suicidio o
autoagresión. (Organización Panamericana de la Salud, 2003).
A partir de esta definición, se puede entender que existen tipos de violencia las
cuales según la Organización Mundial de la Salud son: la violencia auto-infligida (aquella
que atenta contra la propia persona como comportamientos suicidas y auto lesiones), la
violencia interpersonal (aquella que se produce en el seno familiar incluyendo menores,
pareja y ancianos; además de personas sin algún parentesco) y por último, la violencia
colectiva (social, política y económica) (OMS, 2002).
A partir de lo dicho, también se puede entender que la violencia se ejerce en
diversos ámbitos, como lo son la violencia en el trabajo basada en el maltrato físico y
psíquico, la violencia hacia los jóvenes, el maltrato hacia lo menores en cuanto a la
vulneración de sus derechos, el abuso sexual tanto hacia niños como adultos y por último la
violencia de pareja. Más allá de los tipos de violencia que existen y las situaciones en las
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cuales se ejecuta, es un hecho que la violencia es una de las principales causas de muerte en
el mundo en la población que va desde los 15 a los 44 años de edad (Organización
Panamericana de la Salud, 2003).
Tomando en cuenta lo dicho, es necesario dejar claro que todo acto violento tiene
consecuencias que pueden ser más o menos visibles, como por ejemplo que la violencia
física dejará alguna marca corporal, sin embargo, como se ha mencionado antes también
existe la violencia psicológica o psíquica que estos últimos años ha tomado gran
importancia para los investigadores y los profesionales de la salud, debido a las
consecuencias que genera (Garzón, 2011; Krug et al, 2003; Salazar y Vinet, 2011;
Sanmartín, Iborra, García y Martínez, 2010), impidiendo que exista un óptimo desarrollo
emocional que va íntimamente relacionado con la posibilidad de un desenvolvimiento
pleno de un sujeto en todos los ámbitos de su vida, por lo tanto no siempre la violencia deja
una huella física, pero siempre genera un daño a nivel psicológico, individual, social y
global.
Otro aspecto importante dentro de la definición que se está ocupando es la
distinción entre la “intención de lesionar y la intención de usar la violencia” (Organización
Panamericana de la Salud, 2003, pp.6), esta parte de la definición se vuelve un poco más
compleja, ya que como se pudo leer en base a Walter y Parker (1964 citado en
Organización Panamericana de la Salud, 2003) quienes incluyen la dimensión cultural en el
fenómeno de la violencia, la cual al momento de hablar de su intencionalidad, una persona
puede cometer un acto violento bajo la perspectiva de ciertos patrones sociales, sin
embargo en su propia educación cultural está no tiene una intención deliberada de dañar al
otro, ya que personalmente no consideran que sus actitudes son violentas, debido a haber
crecido bajo esquemas culturales que validan ciertas actitudes violentas como algo normal
y esperable dentro de la sociedad, lo cual evidencia lo complicado que es poder dar una
visión global sobre el concepto de violencia teniendo en cuenta la diversidad de culturas
que existen en el mundo, sin ir más lejos, pensar de forma superficial en las diferencias
sociales entre Oriente y Occidente(Krug et al., 2003). Finalmente un aspecto importante
que se debe tener en consideración, es que la violencia puede ser ejercida de forma pública
o privada, de forma reactiva frente a situaciones ocurrida en el pasado o activas como
iniciadores, los cuales pueden tener o no un carácter delictivo (Krug et al., 2003), que
evidencia que esta es un temática de preocupación mundial, que ha ido adquiriendo cada
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día mayor relevancia debido a la gran cantidad de variables involucradas para poder llegar a
comprender este fenómeno, que si bien en la literatura actual existe una gran cantidad de
información que ayuda bastante a indagar sobre el tema, a su vez hace que sea más difícil
poder tener una comprensión sistematizada que evite confusiones conceptuales.
Ante este panorama se hace necesario hacer distinciones sobre los tipos de violencia
existentes en nuestros tiempos, por lo cual en 1996 la Asamblea Mundial de la Salud
declaró que la violencia es un problema de gran importancia para el área de la salud pública
a nivel mundial, y ante este panorama pidió a la Organización Mundial de la Salud que
elaborara una tipología de la violencia para caracterizarla.
A raíz de lo anterior y como se menciona en el inicio de este apartado, existen tres
tipos de violencia en base a características generales, las cuales son: la violencia auto-
inflingida, violencia interpersonal y violencia colectiva. (Organización Panamericana de la
Salud, 2003). A su vez estas categorías se subdividen, ya que como bien se dijo
anteriormente, existe una gran cantidad de conceptualizaciones como tipos de violencias
presentes en nuestra sociedad.
Teniendo en consideración estas categorizaciones y para los fines de este trabajo, es
necesario enfocarse en la violencia interpersoanl, la cual según la tipificación hecha por la
Organización Panamericana de la Salud (Krug et al., 2003) se dividiría en violencia
familiar y violencia de pareja, que se produce a nivel de las relaciones entre los miembros
de una familia o pareja y que tiene como contexto el hogar, aunque no siempre ocurre en
éste, además de la violencia en comunidad que ocurre entre personas que pueden o no
conocerse, además de no tener un parentesco familiar y el contexto es fuera del hogar
En el primer “grupo se incluyen formas de violencia, como el maltrato de menores,
la violencia contra la pareja y el maltrato de las personas mayores” (Krug et al., 2003, p. 7),
adquiriendo mayor importancia para el fin de esta revisión bibliográfica aquella violencia
que se produce contra la pareja. Mientras que por otra parte el segundo grupo abarca la
violencia que ocurre en los jóvenes y aquellos “actos fortuitos de violencia, violación o
ataque sexual por parte de extraños y violencia en establecimientos, como escuelas, lugares
de trabajo, prisiones y hogares de ancianos” (Krug et al., 2003, p.7).
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Un aspecto importante a considerar es la naturaleza de los violentos, la cual puede
entender como violencia física, sexual, psíquica y privaciones o descuidos (Krug et al.,
2003). Sobre esta tipificación se explicita que afecta a las tres categorías de violencia ya
expuestas, excepción de la auto-infligida.
El conflicto es una situación inevitable dentro de la condición social del ser humano
que puede adquirir distintas manifestaciones, dentro de la que se encuentra la violencia de
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pareja (Salazar y Vinet, 2011) y al hablar de esta, pueden emerger ciertas confusiones con
la violencia de género o intrafamiliar, siendo esta ultimo un concepto mucho más amplio,
ya que comprender otro tipo de violencia que ocurren dentro del seno familiar, sin embargo
se puede decir que lo que une a estos tipos de violencia es que existen alguien que ejerce
que tiene un posición de poder sobre otra y que pretende tener una posición de dominación
(Ministerio Público de Chile, 2012). Esta posición de poder, da cuenta de una de las formas
más comunes de violencia contra la mujer, que es la perpetuada por su pareja masculina.
Una de las formas más comunes de violencia de pareja es aquella que es ejercida
por el marido o pareja, con la cual se tiene una relación o ha tenido una relación emocional,
en donde el hecho de que se tenga un vínculo afectivo con el hombre (Organización
Panamericana de la Salud, 2003), además de ciertas características, como dependencia
emocional o económica, aumenta la probabilidades de que el ciclo de la violencia de
mantenga y/o aumente durante el tiempo(Garzón, 2010) aspecto que se irán profundizando
a lo largo de este trabajo. Teniendo en cuenta que el tema de la violencia abarca una amplia
gama de situaciones, se debe tener en consideración aquella que es ejercida contra la mujer,
y que se sabe que este tipo de violencia ha sido consecuencia del diferente rol que ha ido
adquiriendo el hombre y la mujer, y que a pesar de que la mujer hoy en día tiene un papel
más importante y reconocido dentro de la sociedad (SERNAM, 2009; Lorente et al, 2000),
sigue estando teñido por esta visión de subordinación y posición de vulnerabilidad frente a
otro que puede ejercer violencia contra ella, en este caso, su pareja (Lorente, Lorente,
Lorente, Martínez y Villanueva, 2000). Por otro lado, el fenómeno de la violencia de pareja
es una realidad altamente compleja y que “nunca se puede tratar de comprender basándose
solo y exclusivamente en el episodio puntual de la agresión” (Lorente et al, 2000, p. 2), por
lo que no puede examinarse como un hecho aislado y privado, si no como un problema
social que afecta a todo el mundo, por lo tanto la situación de violencia se puede prolongar
en el tiempo a la base de la relación víctima-agresor en el contexto familia o social, que
puede condicionar y matizar la situación violenta.
No cabe duda que la violencia en la pareja es un hecho que ha adquirido gran
relevancia para las instituciones legislativas y de salud debido a las graves consecuencia
que puede llegar a causar en las víctimas, y que a lo largo de los años ha provocado la
creación de leyes que protegen a las víctimas, centros de atención en pro de la reparación
de ese daño y de la rehabilitación de los agresores, sin embargo, es necesario hacer la
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distinción en cuanto a que se entenderá por violencia de pareja, ya que esta hace referencia
a aquella que se produce en una relación íntima, ya sea el matrimonio, noviazgo,
convivencia, entre otros. Por otro lado es necesario hacer aclarar que la violencia de género
es un concepto mucho más amplio que engloba la violencia de pareja, puesto que hace
referencia a un “tipo de violencia que se produce con el objetivo exclusivo de dominar a la
mujer en diferentes ámbitos sociales como son la familia o la comunidad en general”
(Fiscalía de Chile, 2012, p. 23)
En cuanto a la violencia intrafamiliar, esta es aquella en que la víctima pueden ser
cualquier miembros del núcleo familiar (hijos, abuelos, padre o madre, etc.) pueden ser
potenciales víctimas (Lorente et al, 2000), en donde existe una asimetría de poder basada en
la utilización de la fuerza para resolver conflictos, en donde se incurren en situaciones de
violencia física, psíquica o sexual (Krug et al., 2003).Otras especificaciones, aluden a la
violencia conyugal que es entendida como aquella en la que el abuso se produce entre los
miembros de la pareja “de manera cíclica y cada vez con mayor intensidad” (Salazar y
Vinet, 2011, p. 11) y en esta interacción se ven dañadas la integridad física, emocional y
sexual.
En cuanto a la violencia de pareja, se puede decir que es un fenómeno que está
dentro de la violencia de género, y que para su mayor comprensión es necesario saber que
se entenderá por pareja, proponiendo la definicion de Andrés-Pueyo que alude a:
Esta definición deja en claro que la violencia contra la pareja no sólo toma en cuenta
las parejas legalmente unidas, sino también a ex parejas o relaciones de convivencia o
noviazgo como ya se había mencionado anteriormente, entendiéndose como “un conjunto
complejo de distintos tipos de comportamientos violentos, actitudes, sentimientos,
prácticas, vivencias y estilos de relación entre miembros de una pareja íntima de produce
daños, malestar y pérdidas personales graves a la víctima” (Salazar y Vinet, 2011, p. 13),
por lo tanto en este tipo de violencia existe un “ intento o amenaza o agresión física real
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perpetuada por un hombre o mujer contra alguien con quien él o ella tiene, o ha tenido, una
relación sexual íntima” (Andrés-Pueyo y López, 2005, p.1).
Sin duda la violencia contra la pareja es un problema complejo que puede ser
manifestado de diversas formas, las cuales se clasifican en violencia física, que abarca las
agresiones tales como abofeteadas, golpes ya sean de puños o pies que dejan huellas a nivel
corporal, siendo la más representativa de esta situación, ya que se encuentra en el campo
visual de las demás personas, por lo cual existe una intención de causar daño (Salazar y
Vinet, 2011) y que inevitablemente causan daños psíquicos. A su vez también existe el
maltrato psíquico o psicológico basado en humillaciones a través de actos verbales (o no
verbales) que también tienen la intención de causar daño a otro y denigración personal.
También está el abuso sexual o relaciones sexuales forzosas y por ultimo comportamientos
de dominación, ya sea aislar a una persona de su familia, amigos y restringir el acceso a la
información (Organización Panamericana de la Salud, 2003; Salazar y Vinet, 2011;
Sanmartín, Iborra, García y Martínez, 2010).
Aparte de esta especificaciones, existe también la violencia económica, basado en
medidas u omisiones que afectan la sobrevivencia de la mujer y sus hijos a través del
“despojo o destrucción de sus bienes personales” (SERNAM, 2009, p. 10), si bien esta
definición visualiza a la pareja basado en una unión legal, esta se puede extrapolar a las
parejas ya sea bajo la condición de noviazgo, convivencia o pareja que no esté legalmente
unida.
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concretamente frente a la que se presenta en las relaciones conyugales, aunque no excluye
otros fenómenos y relaciones parentales y sociales.
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familiares y de la pareja puede generar episodios ansiosos y posteriormente agresivos
contra la pareja.
En consecuencia se estaría hablando de un cumulo de tensión en la pareja como
consecuencia de la pérdida del empleo en el proveedor, lo que al generar incertidumbre
respecto a la disposición de los bienes requeridos para vivir genera condiciones de estrés
que aumentarían la predisposición a golpear y el riesgo a ser golpeada en la pareja
(Moreno, 1999).
Como se señaló anteriormente, existe una construcción social respecto al hombre
como proveedor y a la mujer como receptora y dueña de casa, lo cual va generando una
caracterización diferenciada y asimétrica de los roles sociales de hombres y mujeres
(López, 2001), estableciéndose una relación de poder al interior de la pareja que por cierto
es un factor que interviene en la ocurrencia de violencia del hombre hacia la mujer. En este
sentido se puede decir que no sólo el desempleo del hombre genera tensión y conflicto en la
pareja sino que el empleo de la mujer también es una fuente de tensión ya que como lo
señala un estudio de Detección y Prevalencia del SERNAM (2008) estas relaciones
asimétricas consienten la violencia contra la mujer al expresar una desvalorización del
trabajo femenino, donde las mujeres participan escasamente de las decisiones tanto
laborales como familiares y al expresarlo en cifras resulta alarmante por la pérdida de
libertad económica y autonomía de las mujeres, ya que por un lado 1 de 3 mujeres
maltratadas han renunciado o rechazado un empleo por presiones de su pareja y por otro
lado las mujeres que tienen un trabajo remunerado tienden a ser más maltratadas que
aquellas que no realizan un trabajo a sueldo(SERNAM, 2008).
De acuerdo a la bibliografía revisada otro factor que interviene de forma
preponderante en la ocurrencia de violencia en la pareja es haber sido víctima de violencia
en la infancia o haber presenciado hechos de violencia en la familia de origen, ya sea por
parte del hombre violentador como de la mujer víctima de violencia. Durante la infancia se
produce la identificación del niño(a) con las figuras parentales, es decir, por un lado el niño
en su identificación con la figura del padre aprende a resolver sus conflictos de forma
agresiva y por su parte la niña, que ha presenciado a una madre maltratada y pasiva, en su
proceso de identificación con esta aprende sus conductas pasivo-complacientes para evitar
o disminuir la violencia y de esta forma se vuelve tolerante a ser víctima de agresiones
(SERNAM, 2008), como lo señalan Corsi, Dohmen, Sotés y Bonino (2006, p. 13-14) “las
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formas violentas de relación son el producto de identificaciones con un modelo familiar…
que las acepta como procedimientos viables para resolver conflictos”, lo cual significaría
que ser víctima o presenciar violencia conduce a un riesgo alto de ser violentador o víctima,
según sea el proceso identificatorio y la historia familiar, pues esta forma de afrontamiento
se normaliza y transmite generacionalmente (SERNAM, 2008).
Por ejemplo, estudios realizados en Chile y otros países americanos como
Nicaragua y Venezuela, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos y
Canadá, señalan que el maltrato era mayor hacia mujeres cuyas madres fueron golpeadas en
su presencia o cuyas parejas habían sido víctimas de maltrato. (OPS, s/f).
En definitiva utilizar la fuerza u otras conductas opresoras, así como actuar de
forma tolerante y pasiva frente a la violencia constituyen formas de relación válidas y
normales tanto para el agresor como para la víctima en la medida que son parte de una
cultura de violencia y menoscabo en los niveles micro, meso y macro social, donde el
aprendizaje social juega un importante rol en la transmisión de modelos de femineidad y
masculinidad (Corsi et. al, 2006).
A la luz de lo que se ha dicho hasta el momento se puede establecer que existe una
relación cierta entre la ocurrencia de violencia y problemas de empleo, así como de
antecedentes de violencia en la familia de origen, pero el consumo de alcohol y/o drogas
ilícitases un tema que aún no se ha podido delimitar como interviniente en la violencia de
pareja o como agravante de esta, ya que por un lado puede ser considerado como una causa
y por otro lado como una consecuencia de la situación estresante de la violencia, es decir,
no se asocia completamente al origen de la violencia como si se asocia a la intensificación
de las agresiones (SERNAM, 2008).
El consumo de sustancias depresoras o activadoras del sistema nervioso, como lo
son el alcohol y las drogas, tienden a alterar el juicio de realidad de los sujetos sin que se
pueda evitar del todo las situaciones peligrosas o efectuar un adecuado control de impulsos,
es por esto que se asocia en mayor medida al aumento de las agresiones toda vez que
vendría a exacerbar las situaciones de estrés emocional y relacional con la pareja. En el
caso de los hombres agresores el consumo problemático de sustancias genera una pobre
regulación emocional y control de impulsos con lo cual se puede producir el inicio del
espiral de violencia o la intensificación de este. En el caso de las mujeres agredidas el
consumo de alcohol y/o drogas aumenta el riesgo de victimización por acoso o abuso
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sexual ya que estas sustancias producen una alteración de la consciencia (SERNAM, 2008).
En definitiva se produce una disminución de las funciones cognitivas, físicas y de la
regulación emocional que torna difícil la solución no violenta de conflictos, sin embargo,
como lo señalan Corsi et. al (2006) muchos agresores justifican su actuar violento por el
consumo de alcohol o drogas y al ser sometidos a tratamientos de rehabilitación por estas
problemáticas las conductas violentas hacia la pareja permanecen.
Una vez que se ha hablado de los factores que intervienen en la ocurrencia de
violencia en la pareja es atingente hacer mención al perfil o caracterización psicológica-
psiquiátrica del agresor tomando como referencia un estudio Español en el área Médico-
Forense donde Castellano, Lachica, Molina y Villanueva (2004) realizaron pericias
psicológicas tanto a víctimas como a agresores, por medio de Inventarios de personalidad
(16-PF, MMPI), Test Proyectivos (TAT, Rorschach, etc.), Test de Inteligencia (WAIS,
Raven, Dominós), Escalas de Depresión (Zung y Hamilton), Escalas de Ansiedad (Zung,
Hamilton y Spielberger) y Test de Salud General de Goldberg, logrando deducir 4 perfiles
de hombres agresores:
1) Perfil consistente con el Eje del “Neuroticismo”: suele tratarse de hombres jóvenes,
introvertidos, inestables emocionalmente, con bajo control de impulsos y una débil
percepción de sí mismo, por lo cual al establecer vínculos amorosos con una mujer “estable
y fuerte psicológicamente” tiende a convertirse en una relación de dependencia. Frente a
esto la mujer puede aceptar este papel y las condiciones de encierro a la cual su pareja
sentimental la somete o rehusarse y en este caso este tipo de hombre vivirá el rechazo con
tal grado de ansiedad y malestar que terminará detonando la situación agresiva e incluso
llegar al homicidio y posterior suicidio.
3) Perfil consistente con el Eje del “Psicoticismo”: este tipo de hombres presenta una
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autoestima alta con bajas manifestaciones emocionales y afectivas, autosuficiente. Al
relacionarse con mujeres de baja autoestima y conducta sumisa la humilla constantemente,
exigiéndole ciertos tratos y propinándole un serio maltrato físico por no cumplir con ciertos
deseos personales, pese a esto, posee una buena imagen social, por lo cual las victimas de
hombres con este perfil pocas veces se atreven a denunciar.
4) Perfil de maltratador con denuncia tardía: corresponde a hombres que han superado los
55 a 60 años de edad y han tenido una historia de pareja relativamente estable hasta que un
problema o desacuerdo desencadena el hecho violento por el cual se origina la denuncia y
esto ocurre generalmente por cambios en los procesos de adaptación a las nuevas formas de
entender el género y cuestiones relativas al machismo que viven las parejas mayores.
Por otro lado Corsi et. al (2006) señalan 4 aspectos que describen de forma sintética
el perfil psicológico, emocional, cognitivo e interaccional de un agresor de pareja, estos
son:
3) Aspectos Emocionales: con frecuencia es posible evidenciar que los hombres agresores
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de pareja tienen una baja autoestima acompañada de dependencia emocional e
inseguridad(Corsi et. al, 2006), por lo cual necesitan a una pareja que disminuya la
sensación de inferioridad y que por otro lado lo contenga y sostenga emocionalmente,
cuando esto no se produce tienden a presentarse los primeros episodios violentos. Por otro
lado se presenta un fuerte control y restricción de impulsos, que se traduce en no hablar de
las emociones propias debido al modelo tradicional de masculinidad impuesto, lo cual hace
que todo aquello que no expresan en el ámbito público debido a su baja autoestima e
inseguridad sea liberado en las relaciones cercanas y particularmente en las relaciones de
pareja.
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los problemas en las relaciones no sólo se basan en el tipo de interacción y en la asimetría
del poder, sino que también están constituidas por una construcción social, explicando la
distinción del alto porcentaje existente de hombres agresores y mujeres víctimas, según las
estadísticas, convirtiéndose en un fenómeno que tiene directa relación con las estructuras y
representaciones sociales que son producidas de forma continua y normalizadas.
Por esto, se puede afirmar que la mayoría de las parejas que se han estudiado en
temas de violencia, está relacionado directamente con el tipo de estrategia de resolución de
conflictos, que sería en este caso la violencia como único método, y donde Curi y Gianella
(2002) afirman que este tipo de resolución de conflictos se puede deber a que la familia
puede ser vista como un lugar de sufrimiento en cual se consolidan este tipo de estrategias
como un aprendizaje social. Sin embargo, Pueyo et al. (2008), indican que las parejas que
utilizan la violencia como mecanismo de comunicación y resolución de conflictos, tienen
un conjunto de distintos comportamientos en sí violentos, no sólo por vivencias y estilo de
relación, prácticas en sí, entre miembros de una pareja que produce daños, sino que también
por actitudes y sentimientos violentos, puesto que la violencia no es sólo agresión física, es
un patrón conductual violenta y coercitiva, incluyendo actos de abuso psicológico, sexuales
e intimidación hacia la pareja.
Sin embargo, hay que considerar que en cada pareja con estas dinámicas
disfuncionales de comunicación, existen ciertos indicadores ante la presencia de violencia,
como indican Pueyo, López y Álvarez (2008), que serían las características que
incrementan la posibilidad de que sucedan este tipo de actos, puesto que la falta de factores
protectores aumenta la probabilidad de aparición de sucesos de violencia contra la pareja,
además del hecho de que la diversidad de indicadores juegan un papel fundamental, en
mayor o menor intensidad, para el inicio, mantenimiento y agravamiento de las diferentes
manifestaciones y tipos de violencia. Por lo tanto, de acuerdo a Pueyo y Redondo (2007),
las características más recurrentes, como indicadores, se distinguen el hecho de haber
presenciado en la niñez y/o adolescencia violencia, o haber sido víctima en esta etapa vital,
como también la violencia hacia otros miembros familiares; así como otros tipos de
indicadores claves y recurrentes como lo son el presenciar desde la niñez consumo de
alcohol en la familia, desempleo, bajo nivel socioeconómico o de ingresos, incluyendo el
nivel educativo bajo y falta de asertividad en el tipo de interacciones; apoyando lo anterior,
Vizcarra , Cortés, Bustos, Alarcón y Muñoz (2001), agregan la falta de redes de apoyo
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vecinal se correlacionan directamente con la presencia de violencia en la pareja.
Siguiendo con lo anterior, distintas investigaciones en Chile, señalan que por parte
de hombres y mujeres, la violencia de pareja se produce por una pauta de interacción, y que
no nace por respuesta a algún conflicto o crisis en la pareja, puesto que en ambos esta
incrementado la manifestación de violencia como una pauta arraiga de interacción entre los
miembros de la pareja (Salazar, 2010).
Por otro lado, se plantea que el concepto que organiza a los hombres y mujeres es el
género, y que cada cultura sostiene una construcción social determinada con respecto a
este, puesto que cada cultura indica los patrones de lo que es ser un hombre y una mujer,
dándole los roles, actitudes que deben tomar y lo que se espera de cada uno, según el sexo
que tiene; por lo tanto, este tipo de sistema aún utilizado, patriarcal del género, marca la
distinción entre el hombre y la mujer, jerarquizando la relación entre el que domina y el que
subordina, la cual se intensifica en el apoyo de la naturalización de estas características en
cada uno y normalización de éstas actitudes en las sociedades, nuevamente, por las
representaciones sociales presentes (Curi&Gianella, 2002).
Por lo tanto, el carácter complejo y multidimensional que tiene la violencia contra la
pareja(Cáceres, 2007; Krug et al, 2003, Singh, Grann y Fazel, 2011) ha llevado a formular
diversos modelos explicativos a este fenómeno, desde variables individuales a variables
socioculturales, sin embargo, en la actualidad el más utilizado es el modelo ecológico,
basado en el modelo desarrollado por Urie Bronfenbrenner(1987), que engloba todas las
variables posibles ante este tipo de interacciones recíprocas, así como también la severidad
de los episodios de este tipo no es lo que los vuelve traumáticos, más bien la
sistematización de abuso a lo largo de la relación; proceso por el cual se caracteriza en que
las mujeres instalan sentimientos de desesperanza, indefensión, incluso identificación con
el o la agresora, provocando ambivalencias en la vida relacional, siendo incongruentes y
contradictorias ante estas experiencias (Causa, 2007).
Como menciona Causa (2007), se puede observar que gran parte de las mujeres que
han experimentado violencia, que se relaciona a experiencias de estas en la infancia, han
generado traumas en su vida. Estos traumas transforman la predisposición a entablar y
mantener relaciones violentas y de abuso, puesto que son resignificadas socialmente,
validando y justificando la persistencia del origen de la relación abusiva.
Este tipo de conductas, según varias investigaciones en Chile, Latinoamérica y el
24
mundo en general, comienza antes del primer mes de pololeo, lo que confirma que es un
método, el uso de la violencia, aceptado y con poca conciencia de las consecuencias a largo
plazo (Aguirre y García, 1997). Un ejemplo son Vizcarra y Póo (2010), que en una de sus
investigaciones en jóvenes universitarios y la violencia de pareja, indicaron que la
religiosidad provee conductas prosociales., por lo tanto era una característica que excluía
conductas violentas. Sin embargo, a los que se sentían más afectados ante conductas
violentas, lo mantenían en secreto, principalmente por proteger la propia imagen siendo
incapaces de parar la situación o hacerse respetar (Corporación DOMOS, 2004). Otra
característica que presenta este tipo de población joven, es la invisibilización de este tipo de
conductas agresivas, lo cual provoca que se constituya como pauta estable de
comportamiento (Vizcarra & Póo, 2010).
Otros estudios, en universitarios, han asociado a las parejas que ejercen algún tipo
de violencia, con la presencia de distintos trastornos, como los depresivos, deterioro de
autoestima, confianza y seguridad, sentimientos de culpa, incluso el aislamiento, mayor
probabilidades de consumo de drogas y/o alcohol, en conjunto con un bajo rendimiento
académico (Póo y Vizcarra, 2008). Por otra parte, estudios indican que la violencia que
mayor prevalece es la psicológica, y además, con respecto al roles de género, existe un gran
cambio generacional en el desarrollo de relaciones igualitaria entre hombres y mujeres, sin
embargo un 6,4% de ellos consideran que el hombre posee el derecho de ejercer control
sobre su pareja en la relación, lo que posibilita desarrollar una dinámica de violencia
(SERNAM, 2009).
En el ámbito legal, se puede evidenciar que en Chile comenzó su preocupación con
respecto al tema de violencia intrafamiliar (VIF) en 1991, cuando se creó el SERNAM
(Servicio Nacional de la Mujer), y en conjunto con la promulgación de la Ley de VIF
(1994), donde se tipifica como un hecho punible la violencia (Vizcarra et al., 2001), sin
embargo no hay leyes actuales que punen la violencia contra la pareja como tal, sin
embargo, la preocupación por el tema está en boga, puesto que se está comenzando a
prevenir desde el pololeo el tema de la violencia contra la pareja.
Sin embargo, de acuerdo a la sexta Encuesta Nacional de Juventud (INJUV, 2010)
indica que menos del 60% de la población joven tiene o mantiene algún tipo de relación de
pareja, donde se analiza el fenómeno de la violencia de pareja y sus diferentes conductas.
Desde esta perspectiva, la sexta Encuesta Nacional de la Juventud (2010) declara que el
25
16,9% de las personas jóvenes declaran haber vivido una situación de violencia psicológica
en la pareja, mientras que un 7,7% declara haber vivido violencia física, y un 0,8% haber
experimentado violencia sexual; por otro lado, la encuesta indica que el 30,7% de la
población joven reconoce haber sido víctima de control de sus salidas, horarios y
apariencia, mientras que un 18,5% han sido víctimas de control de sus amistades, por lo
tanto, el 13,5% indica haber recibido descalificaciones por parte de su pareja (violencia
psicológica) y el 11,9% declara haber recibido un golpe, empujón o zamarreo, mientras
que el 2,2% señala haber recibido presión para tener relaciones sexuales. Por tanto, se
observa, en esta encuesta, que la violencia psicológica es la que más está presente en este
tipo de población, seguida de la violencia física y por último violencia sexual; existiendo
mayor declaraciones en jóvenes de menores niveles socioeconómicos y educativos, y del
tramo etario más alto de 25 a 29 años – asociado a relaciones más estables-, así como
también se asocia a altas proporciones de las mujeres que declaran haber experimentado
violencia en la pareja en comparación a los hombres, que es menor. Sin embargo, las
prácticas concretas que involucran algún tipo de abuso y/o control en la pareja, los hombres
indican mayor proporción ser víctimas de estos tratos, y por el contrario las mujeres
declaran responsabilidad de ejercer este tipo de abuso, pese a este alto porcentaje, siempre
es mayor la proporción de mujeres que declaran ser víctimas de prácticas que involucran
violencia psicológica y violencia física (INJUV, 2010).
Otras investigaciones, como la de Casas y Vargas (2011), indican que la gran
mayoría de las mujeres violentadas que denuncian, son a los cónyuges más que a los
convivientes, siendo la violencia psicológica la de más alto ingreso en los tribunales de
familia (43,7%), tales como la humillación e insultos en su gran mayoría. Sin embargo, en
segundo lugar lo ocuparía la combinación de la violencia psicológica y verbal con la física,
que sería del 16,4%, y por último, están las denuncias por violencia psicológica y verbal en
conjunto con amenazas de muerte y/o suicidio (11,4%); importante destacar que en los
casos investigados por el Ministerio Público, se describen diversos delitos en los partes
policiales, tales como lesiones, amenazas, maltrato habitual, entre otros, sin embargo no
existen narraciones fácticas que acompañen, lo cual reduce la posibilidad de establecer el
tipo de hechos denunciados. Por otra parte, en la formalización del tipo de delito,
principalmente se centran en las lesiones menos graves en conjunto con el delito de
amenaza, que sería un 55,6%, siguiéndola las amenazas (28,8%), y por último el maltrato
26
habitual (8,3%).
27
Figura 1-.
28
para lo cual se utiliza un proceso de lógica subyacente a la base de las características del
instrumento, en donde se requiere del juicio de experto que evalúen el test, quienes valoran,
a partir de su experticia, que el instrumento es adecuado para medir lo que pretende medir
(Asún, 2007).
La validez de criterio apunta a la correspondencia entre los índices e indicadores
obtenidos a través del instrumento, y un criterio externo que se considera asociado con el
concepto medido (Corbetta, 2007). Cuando el criterio se señala en el presente se habla de
validez concurrente, y cuando se fija en el futuro se habla de validez predictiva (Hernández
et al. 2005) en donde para ambos caso el principio es el mismo, “si diferentes instrumentos
o criterios miden el mismo concepto o variable, deben arrojar resultados similares”
(Corbetta, 2007, p. 281).
Finalmente, en los manuales de psicometría nos encontramos con un tercer tipo de
validez, la validez de constructo, que consiste en el grado de concordancia de un indicador
con las propuestas teóricas, a partir de un proceso que vincule las mediciones del
instrumento con la teoría (Abad et al. 2006; González, 2007), para lo cual se debe
establecer y especificar la relación teórica entre los conceptos, analizar la correlación de los
conceptos e interpretar la evidencia empírica obtenida de una medición (Corbetta, 2007).
29
estrategia particular organizar la información y tomar decisiones a partir de ésta (Arbach,
2008). Este método es comúnmente llamado en la literatura como “juicio clínico no-
estructurado” (Andrés-Pueyo y Redondo, 2004; Arbach, 2008; Andrés-Pueyo y Echeburúa,
2010), en donde, basado en el historial clínico y/o en la entrevista y aplicación de test
clínicos, se determina un diagnóstico. A pesar de ser el procedimiento más utilizado
(Andrés-Pueyo y Echeburúa, 2010), presenta una baja fundamentación y correspondencia
teórica (McMillan, Hastings y Coldwell, 2004). Además, este procedimiento presenta la
dificultad de que no permite conocer de forma generalizada las claves que orientaron al
clínico.
Una alternativa al procedimiento clínico no-estructurado, es el método “actuarial”
(Arbach, 2008; Andrés-Pueyo y Echeburúa, 2010) basado en el establecimiento de
correlaciones empíricas entre unos factores de riesgo (predictores) y un resultado
(valoración). Este procedimiento se caracteriza por el registro cuidadoso de todos los datos
relevantes de la historia del sujeto que se relacionen empíricamente con el comportamiento
a predecir, y el uso de protocolos estandarizados que, de acuerdo a reglas matemáticas y
probabilísticas determinadas a priori, permitan combinar y categorizar los factores de riesgo
pesquisados en la valoración. La valoración actuarial ha favorecido la identificación de
factores de riesgo en el comportamiento violento y fomentado el diseño de herramientas de
valoración (Arbach, 2008), pero, en ciertas ocasiones suprime elementos dinámicos de la
conducta violenta que podrían resultar elementos centrales en la valoración.
Para superar las limitaciones de los procedimientos clínico no-estructurado y
actuarial, surge, hace cerca de una década, denominado juicio mixto clínico-actuarial
(Andrés-Pueyo y Redondo, 2007), en donde, ayudado de guías de valoración provenientes
de los análisis actuariales de los factores de riesgo del riesgo de comportamiento violento,
el evaluador utiliza su experticia para fundamentar sus decisiones diagnósticas y
evaluativas (Andrés-Pueyo y Echeburúa, 2010). Este procedimiento utiliza datos
cualitativos y hechos objetivos identificados en el evaluado, introduciendo objetividad y
organización en la planificación de los datos a recolectar y el análisis de estos.
Las guías de valoración del riesgo de violencia existentes son variadas y ajustadas a
diversos tipos de violencia, diseñadas para predecir un resultado concreto, en una
población, contexto e intervalo temporal determinado, y tendientes a la gestión del riesgo
para tomar decisiones adecuadas (op cit., 2010).
30
En cuanto a la evaluación de la violencia interpersonal específica, encontramos,
entre otros, instrumentos de valoración del riesgo de violencia juvenil, como el SAVRY
(Hilterman y Vallés, 2007), instrumentos de valoración del riesgo de violencia sexual,
como el SVR-20 (Martínez, Hilterman y Andrés-Pueyo, 2005), mientras, para la
valoración del riesgo de violencia de pareja existe el Ontario DomesticAssesmentRiskScale
(Hilton, Harris, Rice, Lang, Cormier y Lines, 2004), el EPV-R (Echeburúa, Amor, Loinaz y
De Corral, 2010), y finalmente el Spousal Assault RiskAssesment Guide, S.A.R.A.
(Kropp, Hart, Webster y Eaves, 1995; Andrés-Pueyo y Lopéz, 2005), el cual consiste en un
manual adjunto al protocolo de valoración, cuyo objetivo es facilitar a los profesionales la
toma de decisiones en cuanto a la valoración del riesgo de violencia contra la pareja o ex-
pareja (Andrés-Pueyo y Lopéz, 2005), aplicable demandas civiles que enfrentan a las
parejas o ex parejas, litigios por la custodia de los hijos, denuncias penales por malos tratos,
valoración del riesgo de reincidencia, estimación del riesgo de violencia física inminente,
entre otros.
En un estudio desarrollado en 2006 por el Grupo de Estudios Avanzados en
Violencia de la Universitat de Barcelona (GEAV - UB), se obtuvo una puntuación media de
los agresores de la muestra estudiada de 19,58 (6,88), de un rango de entre 0 y 40 puntos.
Del total de los agresores valorados en el estudio un 60% fueron reincidentes en el periodo
de postvaloración. A su vez, en el estudio del GEAV se pudo evidenciar que la valoración
global obtenida con el S.A.R.A., es decir, la estimación realizada por el evaluador fue el
índice de mayor capacidad predictiva, clasificando correctamente al 85% de los
reincidentes y al 72% de los no reincidentes, lo que equivale a una AUC=0,83. Por otra
parte, todos los agresores que habían obtenido una puntuación total de la S.A.R.A. sobre la
media aumentaron casi en seis veces la probabilidad de ser reincidentes en un futuro, lo que
corresponde a un valor de odds ratiode 5,77, indicando que los agresores participantes del
estudio, que habían obtenido una puntuación total del S.A.R.A. por encima de la media,
tenían una probabilidad de ser reincidente en un futuro casi seis veces mayor que los que
puntuaban por debajo de la media (X2:16,8; gl:1; p<0.001; OR:5.77; IC 95%=2.4-13.8),
valores similares a los que se encuentran en otros estudios de valoración psicométrica de la
S.A.R.A. en el contexto Europeo (Grann y Wedin, 2002; Lopéz y Andrés-Pueyo, 2006).
2.9 Manual para la Valoración del Riesgo de Violencia Contra la Pareja, S.A.R.A.
31
2.9.1 Descripción del S.A.R.A.
El Manual para la Valoración de Riesgo de Violencia con la Pareja (S.A.R.A) es
una guía o protocolo basado en un listado de chequeo clínico de factores de riesgo de
cometer un acto violento hacia la pareja, desarrollada originalmente por Kropp, Hart,
Webster y Eaves (1995), del cual se desarrolló una adaptación en España por el Grupo de
Estudios Avanzados en Violencia de la universitat de Barcelona (Andrés-Pueyo y López,
2005)
La versión utilizada en este estudió consiste en 21 ítems agrupados en 5 secciones
(Kropp et al. 1995; Andrés-Pueyo y López, 2005):
a) Historial delictivo: Los factores incluidos en esta sección hacen referencia tanto a la
historia de violencia propiamente dicha (ítems 1 y 2) como al incumplimiento de las
sentencias o las medidas dictadas por un tribunal u otras instancias jurídicas (ítem
3). No se incluyen en esta sección las agresiones contra la pareja, ya que se agrupan
en la sección “Historial de violencia contra la pareja”.
d) Delito/agresión actual: Esta sección hace referencia a tres ítems (18, 19 y 20)
asociados exclusivamente a la agresión denunciada y pesquisada.
32
e) Otras consideraciones: Esta sección no incluye ningún ítem y solo está disponible
para que el evaluador anote factores no incluidos en la S.A.R.A.
33
otras personas; con el S.A.R.A. este riesgo se codifica con una escala de 3 puntos: 1
= bajo, 2 = moderado y 3 = alto.
34
comunitario, a fin de gestionar planes de tratamiento, así como determinar la
“conveniencia o no de las visitas de familiares” (López y Pueyo, 2005, p.5) o
beneficios temporales.
35
de pareja y la predicción de su reincidencia. En la valoración final de este estudio se obtuvo
una puntuación media de los agresores de la muestra estudiada de 19,58 (6,88). Del total de
los agresores valorados en el estudio un 60% fueron reincidentes en el periodo de
postvaloración. A su vez, en el estudio del GEAV se pudo evidenciar que la valoración
global obtenida con el S.A.R.A., es decir, la estimación realizada por el evaluador fue el
índice de mayor capacidad predictiva, clasificando correctamente al 85% de los
reincidentes y al 72% de los no reincidentes, lo que equivale a una AUC=0,83. Por otra
parte, todos los agresores que habían obtenido una puntuación total del S.A.R.A. sobre la
media aumentaron casi en seis veces la probabilidad de ser reincidentes en un futuro, lo que
corresponde a un valor de odds ratio de 5,77. Por otra parte, los agresores participantes del
estudio habían obtenido una puntuación total del S.A.R.A. por encima de la media,
teniendo una probabilidad de ser reincidente en un futuro casi seis veces mayor que los que
puntuaban por debajo de la media (X2:16,8; gl:1; p<0.001; OR:5.77; IC 95%=2.4-13.8)
(Andrés-Pueyo y López, 2005).
3. MARCO METODOLÓGICO.
3.1 Tipo y diseño de investigación.
El presente estudio es de tipo metodológico, en tanto que se orienta al desarrollo de
un procedimiento técnico propio de la disciplina, centrándonos en torno a la utilización de
un instrumento metodológico de medición (Concha, Deláno, Pérez y Silva, 2002), a la vez
que tiene un diseño transaccional correlacional-causal, en tanto que estudios de este tipo
apuntan a conocer la relación que existe entre dos o más categorías o variables en un
contexto particular (Hernández et al. 2005), y la estrategia de puntuación del instrumento
utilizado funciona a partir de la relación entre factores de riesgo en función de la valoración
del riesgo de violencia contra la pareja (Andrés-Pueyo y Redondo, 2007), además de
correlacionar aquello con el juicio clínico experto de profesionales que ya llevaban un
proceso de intervención con el evaluado.
Por otra parte, investigación desarrollada corresponde a un diseño no-experimental,
en tanto que no se construyó ninguna situación, si no que se observaron y registraron
condiciones ya existentes, como señalan Hernández, Fernández y Baptista, “en la
36
investigación no experimental las variables independientes ocurren y no es posible
manipularlas, no se tiene control directo sobre dichas variables ni se puede influir sobre
ellas, porque ya sucedieron, al igual que sus efectos” (2007, pp. 205-206)
37
3.3.2 Manual para la Valoración del Riesgo de Violencia Contra la Pareja, S.A.R.A.
a) Historial delictivo: Los factores incluidos en esta sección hacen referencia tanto a la
historia de violencia propiamente dicha (ítems 1 y 2) como al incumplimiento de las
sentencias o las medidas dictadas por un tribunal u otras instancias jurídicas (ítem
3). No se incluyen en esta sección las agresiones contra la pareja, ya que se agrupan
en la sección “Historial de violencia contra la pareja”.
d) Delito/agresión actual: Esta sección hace referencia a tres ítems (18, 19 y 20)
asociados exclusivamente a la agresión denunciada y pesquisada.
38
e) Otras consideraciones: Esta sección no incluye ningún ítem y solo está disponible
para que el evaluador anote factores no incluidos en la S.A.R.A.
39
f) Resumen del juicio de riesgo, considerando dos tipos de juicio; inminencia del
riesgo de dañar o de atacar a la pareja e inminencia del riesgo de dañar o de atacar a
otras personas; con la S.A.R.A. este riesgo se codifica con una escala de 3 puntos: 1
= bajo, 2 = moderado y 3 = alto.
3.4 Muestra.
La población de estudio para la presente investigación estuvo conformada por todos
los usuarios del programa “Hombres por una vida sin violencia”, de la región de Los Lagos,
dependiente del Servicio Nacional de la Mujer y de la Gobernación Regional. Los usuarios
de este programa son en su totalidad hombres, mayores de 18 años, derivados desde fiscalía
como medida alternativa frente a casos de violencia intrafamiliar que no sean penalizados
con privación de libertad por presentar una mediana y baja complejidad.
De dicha población se extrajo una muestra no probabilística e intencional, en tanto
que la selección de los elementos dependió del conocimiento que los profesionales del
programa tenían de los casos, y de la información recopilada disponible en el centro de
tratamiento para agresores, incluyendo solo casos en donde la derivación de fiscalía haya
sido por caso de violencia contra la pareja. Los criterios de inclusión de la muestra son:
hombres mayores de 18 años que pertenecen al programa de “Hombres por una vida sin
violencia”, que registren al menos un episodio de violencia contra la pareja ocurridos
durante el último año antes de la valoración del instrumento. Los criterios de exclusión de
la muestra son: hombres que pertenezcan a centros de alta complejidad penitenciaria
relacionados con delitos graves, tales como femicidios, violaciones, entre otras.
De este modo, la muestra quedó constituida por los expedientes de 30 sujetos, los
cuales eran de Sexo Masculino, en relaciones heterosexuales, con una media de edad de
39,6 años (DT= 10,9), y edades que oscilaban entre los 22 y 57 años (Tabla 3), siendo un
63,5% de estos provenientes de la Décima Región de Los Lagos, un 33,2% de otras
regiones y un 3,3% de otra nación.
De acuerdo con la Tabla 4 los sujetos de este estudio obtuvieron, en relación a la
edad de inicio de la relación, una media de 24,5 años (DT = 5,51), y una diferencia de edad
con respecto a la pareja, de 1,8 años en promedio (ds = 4,29). Del total de evaluados, un
93,3% de sujetos tenía hijos con la pareja agredida, siendo 10 años menor el sujeto con
mayor diferencia de edad (Grafico 1)
40
Un 10% de los sujetos señalaba una baja satisfacción con la relación de pareja, un
26,7% una satisfacción moderada y un 63,3% una alta satisfacción (Gráfico 2).
Dentro de otros elementos, se puede observar (Tabla 5) que el porcentaje de sujetos
que presentaron diagnóstico de trastorno mental fue de un 43,3%, contra un 56,7% que no
presentaba. Cabe destacar, que el 53,3% de los sujetos presentaron rasgos de hostilidad o
irritabilidad, además de un 50% que presentó altos niveles de inestabilidad emocional. Sin
embargo se presentaron bajos puntajes en la presencia de estado de ánimo deprimido
(23,3%) y ansiedad o miedo (26,7%). Por otra parte, se puede mencionar que existe un alto
porcentaje del total de la muestra en que no se pudo determinar la presencia de tales
características.
En relación a la presencia de gestos suicidas, un 26,7% del total de la muestra
presentaba este tipo de actitudes, mientras que el resto (53,3%) no presentaba este tipo de
conductas (Grafico 3). En cuanto al abuso de drogas y/o alcohol, un 56,7% de la muestra
presentaba una respuesta afirmativa en este ítem, frente a un 40% que no presentaba abuso
de drogas y/o alcohol (Gráfico 4).
En cuanto a antecedentes del historial de los agresores, un 60% de estos señala una
crianza bajo la tutela de un padre violento (Grafico 5). Además, un 53,3% señalaba una
historia de dinámicas familiares disociales en el hogar de origen (Grafico 6).
Por otro lado, al observar la tabla 6, podemos dar cuenta de que un 50% de los
evaluados habría sido víctima de violencia física en la infancia, frente a un 36,7% que no
señala haber sufrido este tipo de trato. Por su parte, en cuanto a la violencia psicológica, un
30% indica haber sido víctima durante la infancia y/o adolescencia, mientras que un 43,3%
señala no haber sufrido este tipo de violencia. Ninguno de los evaluados indica
directamente una historia de violencia sexual durante la infancia y/o adolescencia.
A lo largo de la vida, un 46,7% de los sujetos ha agredido a algún miembro de su
familia, un 16,7% ha agredido a algún conocido no-familiar y un 16,7% ha manifestado
comportamientos violentos contra desconocidos (Tabla 7), y en cuanto a la violencia contra
la víctima actual, un 83,3% del total de la muestra habría maltratado previamente a su
pareja, ante un 13,3% de casos en donde la conducta violenta no habría sido efectuada
anteriormente, y solo un 3,3% de casos en que no se pudo determinar dicha conducta.
Además, se pudo determinar que un 26,7% de los evaluados habría manifestado conductas
violentas a través del uso de armas, y un 20% realizado amenazas de muerte contra la
41
víctima (Tabla 8).
Finalmente, en cuanto a las puntuaciones obtenidas en el S.A.R.A., los agresores del
presente estudio podían puntuar entre 0 y 42 puntos, obteniéndose una media de 16,37
puntos, en un rango que oscila entre 5 y 30 puntos (Gráfico 7), a lo que se suma la
valoración del riesgo de inminencia de violencia contra la pareja concluida por los
evaluadores, en donde se obtuvo que un 46,7% de los evaluados presentaba un alto riesgo,
un 43,3% un riesgo moderado y un 10% representaba un bajo riesgo (Grafico 8).
Mientras por su parte, en la tabla 9 se presentan tanto los valores de la escala global
como de las dimensiones del S.A.R.A., sobre un mínimo de 0 puntos y un máximo de 6
puntos para la dimensión “Historial Delictivo”, de 0 a 14 puntos en la dimensión “Variables
Psicosociales”, de 0 a 16 puntos en el Historial de “Violencia Contra la Pareja”, de 0 a 6
puntos en el “Delito de Valoración Actual” y un mínimo de 0 y máximo de 42 puntos en la
escala total.
3.5 Procedimiento.
Para dar cumplimiento al objetivo general propuesto en la presente investigación, se
procedió en primer lugar a realizar una revisión enfocada en la literatura académica y
jurídica en torno a la violencia contra la pareja a partir de lo cual se desarrolló una
operacionalización de la valoración del riesgo de violencia contra la pareja y las distintas
fases de desarrollo del instrumento dando origen a la versión inicial del S.A.R.A., la cual
fue posteriormente sometida al juicio de profesionales y expertos en distintas áreas
confluyentes en el fenómeno de la violencia contra la pareja (derecho, psicología, trabajo
social, seguridad ciudadana, psicometría) quienes analizaron los ítems del instrumento en
relación al dominio de la violencia a fin de asegurar la suficiencia, relevancia, coherencia y
claridad de los ítems y dimensiones que conforman el instrumento.
El juicio de los expertos y la incorporación de sus correcciones y sugerencias
permitieron la construcción de la versión piloto del S.A.R.A., que sería aplicada en la
muestra de estudio, por lo cual se contactó a la Coordinadora del Programa de Agresores y
a las autoridades regionales y nacionales pertinentes tanto de SERNAM regional como a
nivel central del programa de agresores para dar inicio a la fase de aplicación en el contexto
regional. En esta fase, se solicitó a los profesionales del programa de agresores de la
décima región, que del total de casos en tratamiento seleccionaran 30 casos. En esta fase se
42
solicitó la firma de un consentimiento informado tanto a la Coordinadora del Programa de
Agresores como a la directora regional de SERNAM, asegurando la confidencialidad de los
datos personales de los casos seleccionados, indicando la voluntariedad de la colaboración
y el uso estrictamente académico de la información recolectada.
Posteriormente se realizó una revisión de los expedientes de estos 30 casos a fin de
determinar la correspondencia con cada uno de los ítems que conforman el S.A.R.A., tras lo
cual, se solicitó a los profesionales del programa de agresores que sobre la base del
conocimiento que tenían de cada caso determinaran una valoración clínica del riesgo que
representaban estos usuarios, valoración ajena a la aplicación del S.A.R.A., y que podía ser
riesgo bajo, moderado o alto, a fin de evaluar la convergencia entre la puntuación del
S.A.R.A. adaptado y el juicio externo de los profesionales del programa.
En cuanto al procesamiento de los datos recolectados, además del análisis
descriptivo que favoreció la determinación de frecuencias, distribuciones y proporciones de
las variables evaluadas, se realizó un cálculo de la consistencia interna del instrumento a
través del coeficiente Alpha de Cronbach que permitió evaluar la confiabilidad del
instrumento, y finalmente, se realizó una correlación entre las puntuaciones del S.A.R.A. y
la valoración de riesgo de violencia contra la pareja indicada por el equipo de profesionales
del programa de agresores a fin de encontrar una correlación positiva y significativa a un
nivel de confianza de 95% (p<0.05) y con la ayuda del software de análisis de datos
cuantitativos R-UCA para Windows. (Ver figura 2)
43
4. PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE RESULTADOS.
4.1 Adaptación del S.A.R.A..
La primera hipótesis del presente estudio apuntó a que los ítems de la versión
chilena de la S.A.R.A. son pertinentes para medir la Violencia Contra la Pareja, para ello
se llevaron a cabo una serie de etapas para generar una versión chilena de la S.A.R.A. (Ver
anexo 9)
Puesto que en un inicio se contaba con la versión del Manual de Valoración del
Riesgo de Violencia Contra la Pareja, S.A.R.A. adaptada por el Grupo de Estudios
Avanzados en Violencia (GEAV) de la Universitat de Barcelona (López y Andrés-Pueyo,
2005), la primera etapa de adaptación del instrumento consistió en una revisión
bibliográfica de los ítems del S.A.R.A. a fin de generar una versión inicial del instrumento que
sería sometida al juicio de 7 jueces expertos, quienes de forma individual y sin contacto
entre ellos revisaron y realizaron sugerencias, remitiendo sus respuestas a una pauta de
evaluación (Ver Tabla 1).
Siguiendo criterios de valoración cuantitativos entregados por los jueces en la
plantilla de evaluación de los ítems en términos de coherencia, relevancia y claridad,
además de la suficiencia de los ítems para cada dimensión, se determinó mantener todos los
ítems del instrumento, realizando sólo algunas modificaciones en la redacción de los ítems,
recomendadas por los jueces expertos, lo cual permitió la construcción del S.A.R.A. piloto
(Ver Tabla 2).
Una vez diseñado el instrumento, se procedió a realizar una aplicación del
instrumento a partir de la revisión de antecedentes en una muestra de agresores
pertenecientes al programa de agresores de la décima región de la ciudad de Puerto Montt,
bajo la supervisión de los profesionales del programa, lo que permitió comprobar la
hipótesis 1 en tanto que los ítems del S.A.R.A. resultaron pertinentes para la medición de la
violencia contra la pareja, además de aportar evidencia a la validez de contenido del
instrumento en su versión adaptada.
4.2 Confiabilidad.
La segunda hipótesis del estudio apuntó a evaluar si los puntajes de los ítems de la
S.A.R.A. presentan fiabilidad aceptable.
Para evaluar que las dimensiones y los ítems, así como el instrumento total, midan
44
de manera consistente se calculó la confiabilidad a través del coeficiente alfa de Cronbach.
El análisis de fiabilidad global del S.A.R.A., sobre 21 ítems, arrojó un Alfa de
Cronbach de 0.750, por lo cual se puede decir que el instrumento tiene una consistencia
interna aceptable.
Ante la posibilidad de eliminar aquellos ítems del S.A.R.A. que presentan una débil
correlación total-elemento se puede apreciar un débil aumento e inclusive una disminución
del valor alfa de Cronbach (Ver tabla 10).
En cuanto a la fiabilidad de las dimensiones, en términos generales, los valores del
alfa no son suficientemente adecuados, siendo el caso más particular el de la dimensión 4,
Delito Actual, puesto que presenta un valor negativo, lo que indicaría que dicha dimensión
no es confiable puesto que sus ítems no son consistentes entre sí para medir lo que se
propone (Ver tabla 11).
El ítem que presenta menor relación en dicha dimensión es el incumplimiento de
medidas judiciales.
En cuanto a la comprobación de esta hipótesis se puede señalar un cumplimiento
parcial, pues si bien el instrumento global presenta confiabilidad aceptable, no todas las
dimensiones cumple con los valores necesarios para asegurar la confiabilidad dentro del
instrumento, aspecto que será retomado en la discusión.
4.3 Validez.
La tercera hipótesis del estudio apuntó a evaluar si la S.A.R.A. cumple con los
criterios de validez para medir el riesgo de violencia contra la pareja.
En términos generales, todas las dimensiones del S.A.R.A. correlacionaron
significativamente y en forma directa con la puntuación Total del Manual, aun cuando se
debe mencionar una relación carente de significancia estadística entre la variable historial
delictivo y variables psicosociales, y la variable historial delictivo y violencia contra la
pareja (Ver Tabla 12). La dimensión que correlaciona más fuertemente con el puntaje total
es “Historial de Violencia Contra la Pareja” (rho=0,869; p=0,000), seguida de “Variables
Psicosociales” (rho=0,751; p=0,000), por su parte, la dimensión que presenta la menor
correlación con el puntaje total, aun cuando representa una correlación estadísticamente
significativa, es el “Historial Delictivo” (rho=0,560; p=0,001), Finalmente, la variable
“Delito Actual” presenta una correlación significativa a un nivel de 0,01 con la puntación
45
total del Manual (rho=0,722; p=0,000), lo cual aporta evidencia para la validez de
cosntructo en tanto que a partir de estos valores de correlación se concluye que las
dimensiones forman parte de un mismo constructo.
Cabe mencionar, que la variable “Historial Delictivo” presenta una relación carente
de significación estadística con las variables “Variables Psicosociales” (rho=0,218;
p=0,246) e “Historial de Violencia Contra la Pareja” (rho=0,209; p=0,267).
Por otro lado, la puntuación total del S.A.R.A. correlaciona moderadamente y
significativamente con el criterio externo de valoración del riesgo de inminencia de
violencia contra la pareja realizada por el evaluador (Rho= 0,528; p<0,001), además de
correlacionar significativamente y de manera inversa con el tiempo de duración de la
relación en el momento de aplicar el instrumento (Rho= 0,480; p<0,001) (Ver tabla 13).
Esto indica que existe una relación directamente proporcional entre el puntaje del S.A.R.A.
y la valoración realizada por el clínico del programa de agresores, e inversamente
proporcional entre el tiempo de relación de la pareja y el puntaje obtenido en el S.A.R.A.
La tendencia que presenta la correlación entre la puntuación total del S.A.R.A. y la
valoración clínica del riesgo de violencia contra la pareja efectuada por el evaluador indica
que un puntaje aumentado estaría relacionado con un riesgo mayor de inminencia de
violencia contra la pareja. A esta tendencia se puede agregar los valores que entrega la
ANOVA al comparar los promedios de las tres categorías de valoración en función del
puntaje obtenido, que, si bien indica una tendencia y la presencia de diferencias entre las
categorías de valoración (F=5,361; p=0,011), las pruebas post-hoc indican que existe
diferencias significativas entre el promedio de puntajes de los sujetos que representan un
bajo riesgo y alto riesgo, pero no así entre aquellos que representan un riesgo moderado y
los otros sujetos (Ver tabla 14).
Por lo anteriormente señalado se comprueba que el S.A.R.A. adaptado cumple con
criterios de validez de constructo y validez de criterio, lo que permite aceptar la hipótesis n°
3, con un nivel de confianza de 95%.
46
5. DISCUSIÓN.
48
Además de favorecer un estudio que apunte al análisis de la capacidad predictiva del
estudio, pues el interés al que se apunta con este tipo de instrumentos es la predicción del
comportamiento violento.
A partir del presente estudio se hace imprescindible señalar la importancia de
establecer un trabajo coordinado entre la academia y los actores políticos capaces de
agenciar estrategias a nivel local y nacional en función de los hallazgos obtenidos en las
investigaciones académicas, puesto que, por ejemplo, dos elementos descriptivos obtenidos
en la presente investigación merecen ser destacadas. En primer lugar, una mayor
puntuación en el instrumento en parejas en estados precoces de la relación, lo que sin duda
indica la necesidad de fortalecer estrategias que apuntan a la educación de pareja y la
prevención de la violencia desde el inicio de la relación de pareja. El segundo elemento es
que casi el cien por ciento de los agresores tenía hijos y la importante ponderación del ítem
víctima o testigo de violencia en la infancia, puesto que podríamos estar ante un ciclo que
se reproducirá de manera interminable en la sociedad, y como profesionales de la salud y de
las ciencias sociales debemos intentar remediar.
Para finalizar, otro aspecto de particular trascendencia es el desconocimiento en este
estudio de la contraparte del fenómeno de la violencia, la víctima, debiendo señalar que
para posteriores estudios sería importante indagar en las características de esta población
que completaría la comprensión del fenómeno de la violencia.
Conocer las características de la víctima de la violencia de pareja no debe favorecer
la generación de estrategias de cuidado respecto del agresor, sino más bien, determinar
todos los factores de riesgo que podrían estar favoreciendo la aparición de comportamientos
violentos. No se debe construir una sociedad que enseñe a las víctimas a defenderse de los
agresores, debemos apuntar a la educación de los agresores favoreciendo que estos no
mantengan conductas que representen riesgo para su pareja.
49
50
6. REFERENCIAS.
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56
7. ANEXOS.
Tablas
57
constructo de violencia de pareja (Alonso
y Castellanos, 2006; Montalvo y De
Corral, 2009).
13 Se reemplaza la palabra A fin de reducir la ambigüedad que
“creíbles” por puede representar la palabra creíble, y
“comprobadas” para hacer hincapié en la tarea analítica y
de revisión que significa la utilización de
este instrumento
14 Se mantiene sin
modificaciones
15 Se elimina la palabra A fin de suprimir la posible vinculación
“violaciones” entre la violación de órdenes de
alejamiento y la violación sexual, que el
tema abordado podría suscitar
16 Se elimina la palabra La primera modificación se realiza para
“extrema” y se reemplaza la reducir la ambigüedad posible de ser
palabra “anterior” por “en el vinculada al concepto de “extremo”, y la
pasado” segunda modificación, pues como ya se
señaló en el ítem 11, en todo el resto de
los ítems que hacen referencia a una
conducta o suceso pasada se consigna
“en el pasado” y decidimos que en todos
los ítems que se haga esa referencia lo
consignaríamos como “en el pasado”
para mantener una descripción continua a
través de los ítems
17 Se mantiene sin
modificaciones
18 Se mantiene sin
modificaciones
19 Se reemplaza la palabra Como ya se señaló en el ítem 13, se
“creíbles” por realiza esta modificación a fin de reducir
“comprobadas” la ambigüedad que puede representar la
palabra creíble, y para hacer hincapié en
la tarea analítica y de revisión que
significa la utilización de este
instrumento
20 Se mantiene sin
modificaciones
59
constante a través de las distintas
puntuaciones
8 1. Se agrega “existe 1. Para favorecer un estilo de redacción
evidencia” en el inicio de constante a través de las distintas
cada puntuación puntuaciones
2. Se elimina “intento no 2. Para reducir la ambigüedad acotando
muy grave” de la esa puntuación a ideaciones
puntuación 1 suicidas/homicidas
9 Se agrega “existe evidencia” Para favorecer un estilo de redacción
en el inicio de cada constante a través de las distintas
puntuación puntuaciones
10 Se agrega “existe evidencia” Para favorecer un estilo de redacción
en el inicio de cada constante a través de las distintas
puntuación puntuaciones
11 1. Se agrega “pareja o ex- 1. Favoreciendo la congruencia entre el
pareja” ítem y la dimensión en que se encuentra
2. Se agrega “existe inserto
evidencia” en el inicio de 2. Para favorecer un estilo de redacción
cada puntuación constante a través de las distintas
3. Se incluye “violencia puntuaciones
verbal” en la redacción de 3. Para ampliar el dominio del ítem
las puntuaciones incorporando un elemento de la conducta
violenta en las relaciones de pareja que
no había sido consignada
12.1 Se agrega “existe evidencia” Para favorecer un estilo de redacción
en el inicio de cada constante a través de las distintas
puntuación puntuaciones
12.2 1. Se agrega “violencia 1. Para ampliar el dominio del ítem
psicológica” en la redacción incorporando un elemento de la conducta
del ítem y de las violenta en las relaciones de pareja que
puntuaciones. no había sido consignada en ítems
2. Se redacta de una mejor previos
forma el contenido de las 2. Para favorecer la comprensión de la
puntuaciones progresión en aumento desde un ítem a
otro
13 1. Se redacta de una mejor 1. Para consignar su inclusión en la
forma las puntuaciones dimensión “Historial de Violencia
2. Se agrega “existe Contra la Pareja”
evidencia” en el inicio de 2. Para favorecer un estilo de redacción
cada puntuación constante a través de las distintas
puntuaciones
14 1. Se reemplaza “reciente” 1. Para disminuir la ambigüedad que
por “en el último año” podría representar la palabra reciente y
2. Se redacta de una mejor reducir la vaguedad del concepto
forma las puntuaciones acotándolo a un determinado espacio de
3. Se agrega “existe tiempo que facilite la valoración de este
evidencia” en el inicio de ítem
cada puntuación 2. Para favorecer el registro pericial
60
forense
3. Para favorecer un estilo de redacción
constante a través de las distintas
puntuaciones
15 1. Se agrega “existe 1. Para favorecer un estilo de redacción
evidencia” en el inicio de constante a través de las distintas
cada puntuación puntuaciones
2. Se redacta de una mejor 2. Consignando la institución que en
forma el contenido de las Chile está habilitada para dictar
puntuaciones sentencias y medidas judiciales
16 Se mantiene tal cual
17 1. Se agrega la palabra 1. Para favorecer la congruencia con el
“justifican” al ítem contenido de las puntuaciones
2. Se agrega “existe 2. Para favorecer un estilo de redacción
evidencia” en el inicio de constante a través de las distintas
cada puntuación puntuaciones
18 Se agrega “existe evidencia” Para favorecer un estilo de redacción
en el inicio de cada constante a través de las distintas
puntuación puntuaciones
19 Se redacta de una mejor Para favorecer la comprensión de la
forma el contenido de las progresión en aumento desde un ítem a
puntuaciones otro
20 1. Se redacta de una mejor 1. Consignando la institución que en
forma el contenido de las Chile está habilitada para dictar
puntuaciones sentencias y medidas judiciales
Edad
Media 39,60
Desviación
10,903
típica
Mínimo 22
Máximo 57
61
Tabla 4: Relación Sentimental con la Víctima
62
Tabla 7: Delitos Asociados a Violencia
Delitos asociados a violencia (%)
Si No Sin
Determinar
Violencia contra familiares (o
parejas anteriores) 46,7% 50% 3,3%
Violencia contra conocidos
no-familiares 16,7% 53,3% 30%
Violencia contra
desconocidos 16,7% 56,7% 26,7%
Media Desviación
típica
Historial Delictivo 1,00 1,564
Variables Psicosociales 6,00 2,408
Historial de Violencia Contra la Pareja 8,00 2,444
Delito de Valoración Actual 1,00 0,932
Puntuación Total S.A.R.A. 16,37 5,660
63
Tabla 10: Valores de correlación total-elemento
α N° de
Elementos
Puntuación Total 0,750 21
Dimensión Historial Delictivo 0,592 3
Dimensión Ajuste Psicosocial 0,506 7
Dimensión Historial de violencia contra la pareja 0,457 8
Dimensión Delito/Agresión Actual (que motiva la valoración) -0,198 3
64
Tabla 12: Matriz de correlaciones entre las dimensiones del S.A.R.A, versión Chilena.
Historial Variables Violencia Delito Total
Delictivo psicosociales contra la pareja Actual S.A.R.A.
Historial Delictivo - 0,218 0,209 0,377* 0,560**
Variables psicosociales - 0,627** 0,373* 0,751**
Violencia contra la - 0,642** 0,869**
pareja
Delito Actual - 0,722**
Total S.A.R.A. -
** Correlación significativa a un nivel 0,01
* Correlación significativa a un nivel 0,05
65
Figuras
66
Figura 2: Flujograma de proceso.
Decisión inicial
Construir un Adaptar un
instrumento instrumento
Envió a jueces
expertos
Incorporación de
correcciones y sugerencias
Prueba Piloto
Revisión Calidad de los ítems
Confiabilidad
Validez preliminar
preliminar
67
Gráficos
Gráfico 1: Hijos
68
Gráfico 4: Abuso de Drogas
69
Grafico 6: Dinámicas Familiares Disociales
70
Gráfico 8: Valoración del Riesgo de Violencia de acuerdo a criterio de evaluadores
71
72
Anexos
Anexo 1
S.A.R.A: Hoja de Codificación (GEAV)
Valoración Ítem
Historial Delictivo (0-1-2) Crítico
(0 o 1)
1. Violencia anterior contra familiares
2. Violencia anterior contra desconocidos o contra conocidos no-
familiares
3. Violación de la libertad condicional u otras medidas judiciales
similares
Valoración Ítem
Ajuste Psicosocial (0-1-2) Crítico
(0 o 1)
4. Problemas recientes en la relación de pareja
5. Problemas recientes de ocupación/trabajo
6. Víctima y/o testigo de violencia familiar en la infancia y/o
adolescencia
7. Consumo/Abuso reciente de drogas
8. Ideas/Intentos de suicido y/o homicidio recientes
9. Síntomas psicóticos y/o síntomas maníacos recientes
10. Trastorno de personalidad con ira, impulsividad o
inestabilidad conductual
Valoración Ítem
Historial de violencia contra la pareja (0-1-2) Crítico
(0 o 1)
11. Violencia física anterior
12. Violencia sexual y/o ataques de celos en el pasado
13. Uso de armas y/o amenazas de muerte creíbles en el pasado
14. Incremento reciente en la frecuencia o gravedad de las
agresiones
15. Violaciones e incumplimientos anteriores de las órdenes de
alejamiento
16. Minimización extrema o negación de la violencia anterior
contra la pareja
73
17. Actitudes que apoyan o consienten la violencia contra la
pareja
74
Anexo 2
S.A.R.A: Versión Chilena (Inicial)
Hoja de Codificación.
Identificación del Evaluado: Fecha: / /
Firma:
75
maníacos recientes.
10. Trastorno de personalidad con ira,
impulsividad o inestabilidad conductual.
76
*
*
*
Especificaciones:
77
Anexo 3
78
la familia, Paidós, Buenos Aires, 2005,
pp. 33-48.
79
nce 9. Síntomas psicóticos 10. Trastorno de personalidad
8. Recent y/o síntomas O´Keefe, M. (1997). Predictor of dating violence among con ira, impulsividad o
suicidal or maníacos recientes high school students. Journal of Interpersonal Violence, inestabilidad conductual.
homicidal 10. Trastorno de 12, 546-568
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sexual sexuales en el Traverso, M. (2000). Violencia en la pareja: la cara oculta 13. Uso de armas y/o
assault/sexual pasado de la relación. Banco Interamericano del Desarrollo. comprobación de amenazas
jealousy 13. Uso de armas y/o de muerte en el pasado.
13. Past use amenazas de muerte ECHEBURÚA, E., FERNÁNDEZ-MONTALVO, J. y 14. Incremento reciente en la
of weapons creíbles en el pasado CORRAL, P. (Eds.) (2009): Predicción del frecuencia o gravedad de las
and/or 14. Incremento riesgo de homicidio y de violencia grave en la relación de agresiones.
credible reciente en la pareja. Valencia: Centro Reina 14. Incremento reciente en la
Historial de
threats of frecuencia o Sofía para el Estudio de la Violencia. frecuencia o gravedad de las
violencia
death gravedad de las Ruiz, C., y Blanco, agresiones.
contra la pareja
14. Recent agresiones 15. Violaciones e
escalation in 15. Violaciones e Servicio Nacional de la Mujer (2012). Unidad de incumplimientos de las
frecquency or incumplimientos Violencia Intrafamiliar: Programa Chile Acoge. Extraído órdenes de alejamiento en el
severity of anteriores de las el 07 de Septiembre de 2012 desde pasado.
assault órdenes de http://www.sernam.cl/descargas/002/doc/Orientaciones_T 16. Minimización o negación
15. Past alejamiento ecnicas_intervencion_psicosocial_mujeres_2012.pdf de la violencia cometida
violation of 16. Minimización hacia la pareja en el pasado.
“no contact” extrema o negación P. (2005). La Violencia contra las Mujeres: Prevención y 17. Actitudes que apoyan o
orders de la violencia Detección. Díaz de Santos: España. consienten la violencia contra
16. Extreme anterior contra la la pareja.
minimization pareja Echeburúa, E y De Corral, P. (2009). El homicidio en la 18. Violencia física y/o
81
or denial of 17. Actitudes que relación de pareja: un análisis psicológico. (23), pp 139- sexual grave
spousal apoyan o consienten 150. 19. Uso de armas y/o
assault history la violencia contra la comprobación de amenazas
17. Attitudes pareja Salazar, D (2010): Mediación y Violencia de pareja. Tesis de muerte en el pasado.
that support or para optar al grado de Magister en Ps. Forense y Jurídica. 20. Violación o
condone Universidad de la Frontera. Temuco. incumplimiento de las
spousal órdenes de alejamiento
assault Echeburúa, E y De Corral, P. (2009). El homicidio en la
relación de pareja: un análisis psicológico. (23), pp 139-
150.
82
18. Severe 18. Violencia física Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), (2012). Casas
and/or sexual y/o sexual grave de acogida. Orientaciones técnicas para la intervención
assault 19. Uso de armas y/o Psicosocial con mujeres. Extraídosdesde
19. Use of amenazas de muerte http://www.sernam.cl/descargas/002/doc/
weapons creíbles
and/or 20. Violación o Black, M.C., Basile, K.C., Breiding, M.J., Smith, S.G.,
credible incumplimiento de Walters, M.L., Merrick, M.T., Chen, J., & Stevens, M.R.
threats of las órdenes de (2011). Encuesta Nacional sobre Violencia Sexual y de
death alejamiento Pareja (NISVS, por sus siglas en inglés): Informe
20. Violation Sumario del 2010. Atlanta, GA: Centro Nacional para la
of “no Delito/agresión Prevención y el Control de Lesiones, Centros para el
contact” order actual (que Control y la Prevención de Enfermedades.
motiva la http://www.cdc.gov/ViolencePrevention/pdf/NISVS_
valoración) Executive_Summary_Spanish-a.pdf
83
Grupo de Coordinación y Seguimiento de la Violencia
Domestica y de Género, Policía de la Comunidad
Autónoma del País Vasco-Ertzaintza (2009). Medidas
policiales de proyección a las víctimas de violencia de
genero.
Anexo 4
Lista de Jueces Expertos.
84
Nombre Profesión Institución Forma de contacto Fecha de envío Fecha recepción
Instrumento para Instrumento evaluado
evaluación
1. Juez 1 Psicólogo, profesor de Universidad San Personalmente
Psicometría, perito Sebastián, Fiscalía,
psicológico de Fiscalía Ministerio Público,
Jefe de Salud Mental
Hospital Base de
Puerto Montt.
2. Juez 2 Psicóloga Programa de Personalmente
tratamiento de
agresores.
3. Juez 3 Abogado Abogado Correo Electrónico
Independiente en el
área de familia.
4. Juez 4 Psicóloga Universidad Santo Correo Electrónico
Tomás.
85
Anexo 5
Pauta de evaluación para validación Por Jueces Expertos.
Estimado Juez:
86
I. IDENTIFICACIÓN.
Nombre y apellidos:
Título(s) Profesional(es):
Grado(s) Académico(s):
Cargo actual:
Institución:
87
I. OPERACIONALIZACIÓN DEL CONSTRUCTO VIOLENCIA CONTRA LA PAREJA.
2. Violencia anterior contra 22. Violencia 22. Past Assault of Andrés-Pueyo (2009); Organización
desconocidos o conocidos anterior contra Strangers or Panamericana de la Salud (2003); Echeberúa
Historial no- familiares. desconocidos o Acquaintances y De Corral (1998); Echeburúa y De Corral
delictivo conocidos no- (2009).
familiares
3. Violación de la libertad 23. Violación de la 23. Past Violation of Echeberúa y De Corral (1998); Echeburúa y
condicional u otras medidas libertad condicional Condicional De Corral (2009); Ministerio del Interior
judiciales similares. o otras medidas Release or (2008); Harris, Rice y Quinsey (1993); Hare
judiciales similares Community Service (1991); Andrews (1991); Graña, J;
Rodríguez, M y Peña M. (2009).
4. Problemas recientes en 24. Problemas 24. Recent Ministerio del Interior (2008); Salazar y
las relaciones de pareja. recientes en las Relationship Vinet (2011); Vizcarra y Póo (2011); Graña,
relaciones de pareja Problems J; Rodríguez, M y Peña M. (2009).
Ajuste
Psicosocial 5. Problemas recientes de 25. Problemas 25. Recent Malik, Sorenson y Aneshensel (1997); Price
ocupación/trabajo. recientes de Employment y Byers (1999); Saunders (1993).
ocupación/trabajo Problems
88
6. Víctima y/o testigo de 26. Víctima y/o 26. Victim or and/or O´Keefe (1997); Echeburúa y De Corral
violencia familiar en la testimonio de witness to family (2009); Andrés-Pueyo (2009); Saunders
infancia y/o adolescencia violencia familiar en violence as a child (1993).
la infancia y/o or adolescent
adolescencia
7. Consumo/Abuso 27. Consumo/Abuso 27. Recent Barreno, R. et al. (2012); Vizcarra y Póo
reciente de drogas y/o reciente de drogas substance (2011); Andrés-Pueyo (2009); Dutton y Hart
alcohol abuse/dependence (1992).
8. Ideas/Intentos de suicido 28. Ideas/Intentos de 28. Recent suicidal Saunders (1992); Barreno et al. (2012);
y/o homicidio reciente suicido y/o or homicidal Echeburúa y De Corral (2009).
homicidio reciente ideation/intent
9. Síntomas psicóticos y/o 29. Síntomas 29. Recent Barreno et al. (2012); Echeburúa y De
síntomas maníacos psicóticos y/o psychotic and/or Corral (2009); Link y Stueve (1994).
recientes. síntomas maníacos manic symptoms
recientes
10. Trastorno de 30. Trastorno de 30. Personality Saunders (1992); Barreno et al. (2012);
personalidad con ira, personalidad con ira, disorder with anger, Echeburúa y De Corral (2009); Hare (1991);
impulsividad o impulsividad o impulsivity, or Hart, Dutton y Newlove (1993).
inestabilidad conductual. inestabilidad behavioral
conductual instability
11. Violencia física en el 31. Violencia física 31. Past physical García (2010); Traverso (2000);
pasado anterior assault Andrés-Pueyo (2009); Dutton y Hart (1992);
Saunders, (1992); Perrone y Nannini (2005);
Historial de
Vizcarra y Póo (2011).
violencia
contra la
12.1 Violencia sexual 32. Violencia sexual 32. Past sexual García (2010); Traverso (2000);
pareja
contra la pareja en el y/o ataques de celos assault/sexual Andrés-Pueyo (2009); Dutton y Hart (1992);
pasado. sexuales en el jealousy Saunders, (1992); Perrone y Nannini (2005);
pasado Echeburúa, Fernandez-Montalvo y De Corral
89
12.2 Ataques de celos (2009); Vizcarra y Póo (2011); Servicio
sexuales en el pasado Nacional de la Mujer (2012a); Servicio
Nacional de la Mujer (2012b).
13. Uso de armas y/o 33. Uso de armas y/o 33. Past use of Ruiz-Jarabo y Blanco (2005); Echeburúa y
comprobación de amenazas amenazas de muerte weapons and/or De Corral (2009); Sonkin, Martin & Walker
de muerte en el pasado. creíbles en el pasado credible threats of (1985); Barreno et al. (2012).
death
14. Incremento reciente en 34. Incremento 34. Recent Salazar y Vinet (2011); Vizcarra y Póo
la frecuencia o gravedad de reciente en la escalation in (2011); Echeburúa y De Corral (2009);
las agresiones. frecuencia o frecquency or Servicio Nacional de la Mujer (2012b);
gravedad de las severity of assault Perrone y Nanini (2005).
agresiones
15. Incumplimientos de las 35. Violaciones e 35. Past violation of O´Keefe (1997); Echeberúa y De Corral
órdenes de alejamiento en incumplimientos “no contact” orders (1998); Echeburúa y De Corral (2009);
el pasado. anteriores de las Harris, Rice y Quinsey (1993); Hare (1991);
órdenes de Andrews (1991); Graña, J; Rodríguez, M y
alejamiento Peña M. (2009).
16. Minimización o 36. Minimización 36. Extreme Dutton (1995); García (2010); Traverso
negación de la violencia extrema o negación minimization or (2000); Black et al. (2011); Organización
cometida hacia la pareja en de la violencia denial of spousal Panamericana de la Salud (2003); Malik,
el pasado. anterior contra la assault history Sorenson y Aneshensel (1997); Servicio
pareja Nacional de la Mujer (2012b);Servicio
Nacional de la Mujer (2012a).
17. Actitudes que apoyan o 37. Actitudes que 37. Attitudes that García (2010); Traverso (2000); Black et al.
consienten la violencia apoyan o consienten support or condone (2011); Organización Panamericana de la
contra la pareja. la violencia contra la spousal assault Salud (2003); Malik, Sorenson y Aneshensel
pareja (1997); Servicio Nacional de la Mujer
(2012b);Servicio Nacional de la Mujer
(2012a)
90
18. Violencia física y/o 38. Violencia física 38. Severe and/or Servicio Nacional de la Mujer (2012b);
sexual grave y/o sexual grave sexual assault García (2010); Traverso (2000);
Andrés-Pueyo (2009); Echeburúa,
Fernandez-Montalvo y De Corral (2009);
Vizcarra y Póo (2011)
19. Uso de armas y/o 39. Uso de armas y/o 39. Use of weapons Black et al. (2011); Ruiz-Jarabo y Blanco
Delito/agresi comprobación de amenazas amenazas de muerte and/or credible (2005); Echeburúa y De Corral (2009);
ón actual de muerte en el pasado. creíbles threats of death Sonkin, Martin & Walker (1985); Barreno et
(que motiva al. (2012)
la valoración)
20. Violación o 40. Violación o 40. Violation of “no Graña, J; Rodríguez, M y Peña M. (2009)
incumplimiento de las incumplimiento de contact” order Grupo de Coordinación y Seguimiento de la
órdenes de alejamiento las órdenes de Violencia Domestica y de Género (2009);
alejamiento Echeburúa, E. (2009); Echeberúa y De
Corral (1998); Echeburúa y De Corral
(2009); Ministerio del Interior (2008); Harris,
Rice y Quinsey (1993)
91
III. PRIMERA VERSIÓN DEL INSTRUMENTO.
Para la Primera Versión de la S.A.R.A. chilena se entenderá que el constructo “Violencia contra la Pareja” se define como
“cualquier intento o amenaza o agresión física real perpetuada por un hombre o mujer contra alguien con quien él o ella tiene, o ha
tenido, una relación sexual íntima” (Andrés-Pueyo y López, 2005, p.1); de este mismo modo Andrés- Pueyo (2009) definirá pareja
como la relación entre dos personas, independiente de su género, mayores de edad, que mantienen o hayan tenido relaciones íntimas
consentidas. Es importante señalar esto, pues para la óptima aplicación de la S.A.R.A. se debe indagar un conjunto de variables entre
las que se encuentran tiempo de duración de la relación, tipo de relación con la victima (“pololeo”, convivencia, matrimonio), relación
con parejas anteriores.
INSTRUCCIONES DE PUNTUACIÓN: Para cada ítem se presenta una escala de valoración del 0 al 2, además del ítem crítico.
Según cada escala de valoración se debe escoger una opción numérica y encerrarla en un círculo (esto no incluye el ítem crítico, puesto
que su presencia o ausencia está sujeto a otro criterio).
ÍTEMS CRÍTICOS: son aquellos que, en determinadas circunstancias para cada caso analizado, adquieren un valor que por sí mismo
llevan al evaluador a concluir que ese individuo posee un inminente riesgo de comportarse violentamente. Esto quiere decir que se
puede considerar que sólo un ítem ya pronostica un alto riesgo. Esto es así porque el riesgo global no proviene necesariamente de la
suma aritmética de los puntajes. El formato consiste en dos tipos de puntos: 0=ausente; 1=presente.
92
S.A.R.A: Versión Chilena (Inicial)
Hoja de Codificación
93
historia laboral con una historia una historia
estable a lo largo laboral estable a laboral inestable a
del último año lo largo del último lo largo del último
año año
(0) (1) (2)
6. Víctima y/o testigo de violencia No existe Víctima y/o Víctima y/o
familiar en la infancia y/o evidencia de que testigo de testigo de
el individuo haya violencia familiar violencia familiar
adolescencia. sido víctima ni infrecuente o no frecuente o grave
testigo de muy grave durante la
violencia familiar durante la adolescencia y/o
durante la adolescencia y/o infancia
adolescencia y/o infancia
infancia
(0) (1) (2)
7. Consumo/Abuso reciente de No existe Consumo leve o Consumo o
drogas o alcohol. evidencia de que adicción adicción grave de
el individuo sea moderada de drogas a lo largo
consumidor ni drogas a lo largo del último año
adicto a las drogas del último año
a lo largo del
último año
(0) (1) (2)
8. Ideas/Intentos de suicido y/o No existe Ideación o intento Ideación o intento
homicidio reciente. evidencia de que no muy grave de grave/real de
el individuo a lo suicidio u suicidio u
largo del último homicidio a lo homicidio a lo
año haya tenido largo del último largo del último
ideas o realizado año año
intentos de
suicidio y/o
homicidio
(0) (1) (2)
9. Síntomas psicóticos y/o síntomas No existe Síntomas ligeros Síntomas grave
maníacos recientes. evidencia de y/o moderados de y/o intensos de
síntomas de tipo tipo psicótico o tipo psicótico o
psicótico o maniático a lo maniático a lo
maniático a lo largo del último largo del último
largo del último año año
año
(0) (1) (2)
10. Trastorno de personalidad con No existe Trastorno de Trastorno de
ira, impulsividad o evidencia de personalidad personalidad
presencia de un caracterizado por caracterizado por
inestabilidad conductual. trastorno de la presencia de la presencia de
personalidad problemas leves o graves problemas
caracterizado por moderados de ira, de ira,
la presencia de impulsividad y/o impulsividad y/o
problemas de ira, inestabilidad inestabilidad
impulsividad y/o conductual conductual
inestabilidad
conductual
(0) (1) (2)
94
físicamente a su otras anteriores
pareja actual u
otras anteriores
(0) (1) (2)
12.1. Violencia sexual contra la No existe Intento de Agresión sexual
pareja en el pasado. evidencia de agresión sexual en en el pasado hacia
agresiones el pasado hacia su su pareja
sexuales actuales pareja sentimental
o pasadas sobre la
pareja actual (o
anteriores)
(0) (1) (2)
12.2. Ataques de celos sexuales en No existe Existencia de un Presencia de al
el pasado evidencia de un historial de graves menos un acto de
historial de graves celos sexuales agresión física en
celos sexuales el contexto de un
hacia la pareja grave ataque de
actual (o celos de
anteriores) naturaleza sexual
(0) (1) (2)
13. Uso de armas y/o comprobación No existe Amenazar de Amenazas
de amenazas de muerte en el evidencia de que utilizar armas en creíbles de muerte
el individuo en el el futuro o haber o uso de armas
pasado. pasado haya hecho amenazas con esa intención
amenazado de de lesiones graves en el pasado
muerte o en el pasado
producido
lesiones graves o
haya atacado con
armas a una
posible víctima
(0) (1) (2)
14. Incremento reciente en la No existe Posible Clara escalada en
frecuencia o gravedad de las evidencia del incremento en la la frecuencia o
aumento de la frecuencia o gravedad de las
agresiones. frecuencia o gravedad de las conductas
gravedad de las conductas agresivas a lo
conductas agresivas a lo largo del último
agresivas a lo largo del último año
largo del último año
año
(0) (1) (2)
15. Incumplimiento de las órdenes No existe Transgresión(es) Arresto o
de alejamiento en el pasado. evidencia de que de la ley(es) y detención anterior
en el pasado haya orden de por haber
incumplido las alejamiento “violado las
ordenes penales o dictadas de un órdenes de
civiles de tribunal civil o alejamiento” o
“alejamiento” o penal y que no alguna orden
que no las haya finalizó con dictada por el juez
tenido nunca arresto o penal o civil
detención
(0) (1) (2)
16. Minimización o negación de la No existen Minimización Minimización
violencia cometida hacia la discrepancias con relativa o extrema o
la documentación negación de haber negación de haber
pareja en el pasado. que certifica sus realizado en el realizado en el
actos agresivos pasado conductas pasado conductas
anteriores agresivas a pesar agresivas a pesar
de la evidencia de la evidencia
documentada, por documentada, por
ejemplo: niega ejemplo: niega la
95
algunas de las responsabilidad
agresiones pero personal en la
admite otras mayoría o todos
los actos
agresivos
anteriores
(0) (1) (2)
17. Actitudes que apoyan o No existe de que Parece que Mantiene
consienten la violencia contra el individuo tenga sostiene actitudes actitudes que
actitudes que que apoyan o apoyan o
la pareja. apoyen o justifican la justifican la
justifiquen la violencia de violencia de
violencia de pareja pareja
pareja.
(0) (1) (2)
96
Dimensión V: Otras Consideraciones Valoración Ítem Crítico
(Tener en cuenta el protocolo de (0-1-2) (0 o 1)
Recogida de información)
*
Especificaciones:
97
IV. INSTRUCCIONES PARA LA EVALUACIÓN.
A continuación, de acuerdo con los siguientes indicadores califique cada uno de los
ítems según corresponda.
CATEGORÍA CALIFICACIÓN INDICADOR
0. No cumple con el Los ítems no son suficientes para medir
criterio la dimensión.
SUFICIENCIA Los ítems miden algún aspecto de la
1. Nivel Bajo de
Los ítems que dimensión, pero no corresponden con la
suficiencia
pertenecen a una dimensión total.
misma dimensión Se deben incrementar algunos ítems
2. Nivel Moderado de
bastan para obtener la para poder evaluar la dimensión
suficiencia
medición de ésta. completamente.
3. Nivel Alto de
Los ítems son suficientes.
suficiencia
COHERENCIA El ítem puede ser eliminado sin que se
0. No cumple con el
El ítem tiene relación vea afectada la medición de la
criterio
lógica con la dimensión.
dimensión o 1. Nivel Bajo de El ítem tiene una relación tangencial con
indicador que están coherencia la dimensión.
midiendo. 2. Nivel Moderado de El ítem tiene una relación moderada con
coherencia la dimensión que está midiendo.
3. Nivel Alto de El ítem tiene relación lógica con la
coherencia dimensión.
RELEVANCIA El ítem puede ser eliminado sin que se
0. No cumple con el
El ítem es esencial o vea afectada la medición de la
criterio
importante, es decir, dimensión.
debe ser incluido. El ítem tiene una alguna relevancia, pero
1. Nivel Bajo de
otro ítem puede estar incluyendo lo que
relevancia
mide éste.
2. Nivel Moderado de El ítem es relativamente importante.
relevancia
3. Nivel Alto de El ítem es muy relevante y debe ser
relevancia incluido.
CLARIDAD 0. No cumple con el El ítem no es claro, hay que redactarlo
El ítem se comprende criterio de nuevo.
fácilmente, es decir, El ítem requiere modificación general en
1. Nivel Bajo de
sus sintácticas y el uso de las palabras que utilizan de
claridad
semánticas son acuerdo a su significado o por la
adecuadas. ordenación de los mismos.
2. Nivel Moderado de Se requiere una modificación muy
claridad específica de algunos términos de ítem.
3. Nivel Alto de El ítem es claro, tiene semántica y
claridad sintaxis adecuada
98
IV. EVALUACIÓN
Evalúe cada uno de los ítems (1 al 20) en función de los criterios de COHERENCIA, RELEVANCIA y CLARIDAD asignando
la calificación (0, 1, 2 ó 3) que, a su juicio, el ítem merezca. En cuanto al criterio de SUFICIENCIA, evalúe, asignando la calificación
(0, 1, 2 ó 3) que, a su juicio, la dimensión completa merezca.
Delicti
2
vo
al
3
4
Agresió Violencia Contra la Ajuste Psicosocial
5
6
7
8
9
10
11
12.1
Historial de
12.2
Pareja
13
14
15
16
17
18
Delito/
Actual
19
n
20
99
Observaciones Generales (extensión, formato de respuesta, elementos estéticos, etc.). Puede aprovechar este espacio para exponer sus
apreciaciones con respecto al instrumento evaluado.
100
Anexo 6
Consentimiento Informado.
101
Mediante el presente documento acepto colaborar, de modo voluntario e informado, en esta
actividad. Este documento se emite en dos copias, una para mí y otra para el equipo encargado.
Nombre: _____________________________________________
Apellido Paterno Apellido Materno Nombres
102
Anexo 7
Carta a SERNAM.
A : Caren Pérez
Directora Regional
Servicio Nacional de la Mujer
Xa. Región Los Lagos
Presente
Estimada:
Por medio del presente se solicita a usted autorizar a estudiantes de quinto año que
se señalan más adelante, quienes se encuentran realizando Seminario de Investigación para
poder optar al título de Psicólogo(a) el cual se basa en la “ Adaptación preliminar de un
Manual para la Valoración del Riesgo de Violencia contra la Pareja en la Región de los
Lagos: S.A.R.A”, a tener acceso a la revisión de expedientes personales y/o delictuales de
agresores de pareja, mayores de 18 años, que lleven a cabo su tratamiento en centros del
SERNAM, ya que este procedimiento es necesario y básico para cumplir los objetivos de
dicho Seminario de Investigación. Los estudiantes están siendo supervisados por el
docente de la Escuela de Psicología Mg. Andrés Concha Salgado.
NOMBRE C.I. N°
Ana Barría 17.386.982-7
Catalina Millán 17.240.690-4
Sebastián Hernández 17.309.170-2
Miriam Ramírez 17.032.075-1
103
Anexo 8
Hoja de Codificación (S.A.R.A. Piloto).
Hoja de Codificación
104
último año de pareja a lo largo causal de separación separación y/o
del último año y/o distanciamiento distanciamiento a
a lo largo del último lo largo del último
año año
(0) (1) (2)
5. Problemas de Actualmente en Actualmente en Actualmente en
ocupación/trabajodurante situación de empleo y situación de situación de
con una historia desempleo pero con desempleo y con
el último año laboral estable a lo una historia laboral una historia laboral
largo del último año estable a lo largo del inestable a lo largo
último año del último año
(0) (1) (2)
6. Víctima y/o testigo de No existe evidencia Existe evidencia de Existe evidencia de
violencia familiar en la de que el individuo que el individuo que el individuo
haya sido víctima ni haya sido víctima haya sido víctima
infancia y/o adolescencia testigo de violencia y/o testigo de y/o testigo de
familiar durante la violencia familiar violencia familiar
adolescencia y/o infrecuente o leve frecuente o grave
infancia durante la durante la
adolescencia y/o adolescencia y/o
infancia infancia
(0) (1) (2)
7. Consumo/Abuso de No existe evidencia Existe evidencia de Existe evidencia de
drogas y/o alcohol de que el individuo consumo leve o consumo ó
sea consumidor ni moderado de drogas adicción grave de
durante el último año adicto a drogas y/o y/o alcohol a lo drogas y/o alcohol
alcohol a lo largo del largo del último año a lo largo del
último año último año
(0) (1) (2)
8. Ideas/Intentos de suicido No existe evidencia Existe evidencia de Existe evidencia de
y/o homicidio durante el de que el individuo a ideación suicida o intento grave/real
lo largo del último fantasía homicida a de suicidio u
último año año haya tenido ideas lo largo del último homicidio a lo
o realizado intentos año largo del último
de suicidio y/o año
homicidio (2)
(0) (1)
9. Síntomas psicóticos y/o No existe evidencia Existe evidencia de Existe evidencia de
síntomas maníacos de síntomas de tipo síntomas ligeros y/o síntomas graves
psicótico o maniático moderados de tipo y/o intensos de tipo
durante el último año a lo largo del último psicótico o psicótico o
año maniático a lo largo maniático a lo
del último año largo del último
año
(0) (1) (2)
10. Trastorno de No existe evidencia Existe evidencia de Existe evidencia de
personalidad con ira, de presencia de un trastorno de trastorno de
trastorno de personalidad personalidad
impulsividad y/o personalidad caracterizado por la caracterizado por la
inestabilidad conductual caracterizado por la presencia de presencia de graves
presencia de problemas leves o problemas de ira,
problemas de ira, moderados de ira, impulsividad y/o
impulsividad y/o impulsividad y/o inestabilidad
inestabilidad inestabilidad conductual
105
conductual conductual
(0) (1) (2)
106
detención
(0) (1) (2)
16. Minimización o negación No existen Minimización Minimización
de la violencia cometida discrepancias con la relativa o negación extrema o negación
documentación que de haber realizado de haber realizado
hacia la pareja en el certifica sus actos en el pasado en el pasado
pasado agresivos anteriores conductas agresivas conductas agresivas
a pesar de la a pesar de la
evidencia evidencia
documentada, por documentada, por
ejemplo: niega ejemplo: niega la
algunas de las responsabilidad
agresiones pero personal en la
admite otras mayoría o todos los
actos agresivos
anteriores
(0) (1) (2)
17. Actitudes que apoyan, No existe evidencia Existe evidencia de Existe evidencia de
justifican o consienten la de que el individuo aparentes actitudes la mantención de
tenga actitudes que que apoyan, actitudes que
violencia contra la pareja apoyen, justifiquen o justifican o apoyan, justifican o
consientan la consienten la consienten la
violencia de pareja violencia de pareja violencia de pareja
(0) (1) (2)
107
por cumplir arresto
(0) (1) (2)
Especificaciones:
108
Anexo 10
Protocolo de Recogida de Información.
110
6.- Historial de violencia contra la victima
Tipo de
Violencia
Violencia anterior contra la víctima: SI NO ¿?
Uso de Armas: SI NO ¿?
Amenazas de muerte: SI NO ¿?
Observaciones:
111