Teoria Del Apego de John Bowlby
Teoria Del Apego de John Bowlby
Teoria Del Apego de John Bowlby
Los estilos de apego que encontramos en los niños están producidos por
cómo son tratados por sus figuras de protección.
Este es el trastorno más grave del apego. Estos niños se colapsan, todo lo
que viven es tan caótico (tan traumático) y tan doloroso que no pueden organizarse
para responder de una manera regular. Este estilo se genera en ambientes
familiares con padres o cuidadores que han ejercido estilos de relaciones
parentales altamente patológicas como consecuencia de haber sufrido
experiencias severamente traumáticas, o pérdidas múltiples no elaboradas. Estos
bebés tienen experiencias desconcertantes, temibles e impredecibles, tienen
vivencias de terror, de impotencia y falta absoluta de control sobre lo que pasa.
Los padres son severamente insensibles y terriblemente violentos. El resultado
final es una vivencia de angustia, miedo y desesperanza. La figura de apego se
convierte entonces en una paradoja vital, imposible de resolver. Tarde o temprano
el niño responderá con rechazo, hostilidad o intrusión, y no habrá nada que pueda
hacer para disminuir su ansiedad, ganar cercanía afectiva para comprender lo que
le pasa o para sentirse seguro y protegido.
Cuando el niño experimenta el malestar de no tener una necesidad cubierta
y en lugar de experimentar la transformación de este malestar en bienestar por la
atención recibida de su figura de apego siente un malestar mayor por la inadecuada
actuación de la figura de apego registrará todo este malestar, este dolor, esta
angustia o este miedo en su memoria. Como estas vivencias generan sensaciones,
experiencias, conjuntos de emociones todo esto queda registrado en un formato
sensorial, no queda registrada una verbalización de lo sucedido (que además el
niño no puede hacer), ni una mentalización objetiva de lo sucedido. Quedan en la
memoria traumática, en la memoria sensorial, de manera implícita, recogidos
todos estos tipos de sufrimiento, que se activarán posteriormente en situaciones
futuras produciendo que la persona esté mediatizada por este sufrimiento antiguo.
Estas memorias, una vez se activen, producen que las experiencias
tempranas y traumáticas de dolor, pérdida y abuso acumuladas en la memoria
generen expectativas negativas del presente y dejen poco espacio para disfrutar de
experiencias positivas y gratificantes.
Main siguió otra de las máximas de Bowlby, aquella que defendía que estos
diferentes tipos de conductas de apego que emiten los niños para lograr la
proximidad de las figuras de apego en momentos de temor, ansiedad o estrés (que
permiten establecer estilos diferenciados) surgen a partir de representaciones
mentales internalizadas, a las que Bowlby denominó modelo de trabajo interno o
mapas representacionales de las relaciones. Y teorizó que las diferencias
individuales en el funcionamiento del sistema de apego están inextricablemente
asociadas a los modelos internos de trabajo del yo y el otro. Bowlby se separó
con esto de la teorización psicoanalítica vigente en ese momento y defendió que
estas relaciones objetales representadas derivan de la interacción del niño con
personas reales no van surgiendo a medida que se desarrolla la mente infantil.
La principal característica humana, que nos diferencia del resto de seres
vivos, es que nuestras crías nacen con una absoluta vulnerabilidad y una profunda
dependencia de aquellas personas sobre las que recae su cuidado. Esta
dependencia radica en estas dos cuestiones:
- necesitamos de otro ser humano para sobrevivir, necesitamos otro ser
humano que nos alimente, que nos hidrate, que nos estimule, que nos
duerma para que podamos descansar, que nos alivie del dolor, que
nos aparte del frío, del calor, de los peligros…
- nuestro cerebro necesita de la estimulación de otro ser humano adulto
para terminar de desarrollar todas las estructuras que le permitan
contar con las capacidades adultas al final de su desarrollo.