2003 - Gustavo Bueno - El Mito de La Izquierda. Ediciones B, Barcelona 2003.pdf (Primer Avance) PDF

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NOTA AL LECTOR

Este libro responde a la amable invitación de Ediciones B,


que tras la publicación de Telebasura y democracia (febrero
de 2002) y su buena acogida por el público, me sugirió escri-
bir un libro sobre la izquierda. El proyecro me pareció del
mayor interés, dado que ya había tratado este asunto y ex-
puesto muchas ideas sobre é1 en dos arrículos publicados en la
revista El Basilisco: ,,La Ética desde la izquierdar, (n., 1.7,
1994, págs.3-36) y ,.En torno al concepro de "izquierda polí-
tica",, (n." 29, 2001, págs. 3 -28).
Al volver sobre esta cuestión tan fundamental, y al con-
trastar la abundante bibliografía que sobre la lzquierda ha
aparecido durante estos últimos años en España y fuera de
ella, me vi empujado por la necesidad de reconstruir una teo-
ría filosófic a delaizquierdaque fuera capaz de situar las dife-
rentes teorías y movimientos existentes, y que al mismo tiem-
po no se despegase ni un milímetro de la realidad histórica.
La tesis fundamental del libro es ésra: que mientras cabe
reconocer una unidad unívoca, de fondo, a las derechas, en
cambio no cabe reconocer una unidad semejante a las izquier-
das. Cabría hablar por tanto de
"la derecha,,, pero no de ..la
izquierda". Las izquierdas son muy diversas y están en con-
flicto, a veces a muerte, entre sí" No cabe hablar de una uni-
cl:rcl cic fondo cntrc las izquicrdas, porque su unidad es analó-
gicrr, ltl t¡ rrc tlr"r icrc clccir quc lrrs izqtricrclrrs s()l'1, cn sí misrnirs,
diversas y que sólo pueden considerarse semejantes en virtud
de alguna proporción, que Presupone y corrobora precisa-
mente su diversidad irreductible.
En este libro se ofrecen dos novedades principales a la
hora de abordar y sistemati zar la cuestión de la diversidad de
las izquierdas. La primera es Ia determinación de ocho mode-
los teáricos desde los cuales necesariamente habrá de acercar-
se al análisis de las Ideas sobre la izquierda, en función de tres
criterios de carácter muy general.
PRELUDIO. LAS IZQUIERDAS Y EL MITO
La segunda novedad que este libro presenta es la clasifica-
DE, LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA
ción de las llamadas izquierdas en dos grupos, en principio,
bien diferenciados: las izqwierdas definidas políticamente y
las izqwierdas indefinida.s. Se determinan seis géneros o gene-
raciones de izquierda definida: la izquierda radical,la izqwier-
]. «LA IZQUIERD§», MITO OSCURANTISTA
da lib eral, la izquierda lib ertaria, la iz qwierda socialdemó cra*
ta,la izqwierda-comwnista y la izqwierda asiática. Y se clasifica no es unívoca (un concepto
7. Laldea de
la izquierda indefinida políticamente en tres tipos: la izquie-r- "Izquierda>>
sustancialista), sino análoga (un concepto
d.a ,itrorogd.nte,la izqwierda diaagante y la izquierda fwnda-
funcionalista)
mentalista.
No cabe, por tanto, de acuerdo con las tesis mantenidas Hay muchas personas que hablan ds «la Izquierda", en sin-
en este libro, hablar de una .runidad de la izquierda"' No cabe
gular, creyendo referirse a una supuesta actirud o concepción
reconocer ningún sentido a las expresiones de aquellos que
unitaria "ante la pol íticay antelavida" que ellos dicen asumir.
afirman ..ser de izquierdas de toda la vida". Quienes así se ex-
Así hablaba Simone de Beauvoir: "La verdad es una, el error es
presan, o bien está; dispuestos a declarar de inmediato a qué
nrúltiple; por tanto no es raro que la derecha sea plural" (de
de izquierdas se refieren, y entonces tendrán que de-
"orri.nte clonde se deduce que, según ella, la Izquierda es única).
cir «soI socialiita de toda la vidar, o <<soy anarquista de toda la
Pero quienes así se expresan es la tesis de este libro-
vidar..., o bien su a{irmación, tan sentida como solemne, rcnárá -tal
Io hacen de un modo mítico, según la forma del mito propio
que considerarse como vaga, confusa y oscura; es decir, como
rlc la prosopopeya o sustantivación. Porque "la Izquierdar,
una afirmación perezosa, Por no decir vacía,y por tanto indig-
e rr singular, no existe.
na de merecer respeto.
Además, quien utilizaen este sentido la expresión.rlaIz-
,¡uicrda' es víctima de un mito oscurantista y confusionario,
l)orquc, supuesto que sí existen "las izquierdasrr, en plural, al
rcl'crirsc a ellas como si fuesen variedades o modos, más o
rncnos clifcrcnciados, de una misma y unívoca izquierda' está
l,l,,t¡rrcand<: la posibilidad dc distinguirlas (por eso el mito es

{)
prctendida unidad de la izquierda implícira en la forma singu-
confusionario) ¡ por ranro, está estorbando la posibilidad de
formular las distancias con la derecha (por eso el i", qr. sea comparible con el reconocimiento de la pluralidad
"or, "lrridrd Conviene advertir que cuando, desde i,],.,r"diata de las izquierdas, en las que suPonemos ha de re-
mito es oscurantista)'
solverse la expresión "la Izquierda": es la manera propia de la
posiciones de derecha, se habla ¿s "la lzqtíetáa",.1-a, colfu-
conceptuación funcional, en cuanto se oPone a la mane'? ? ^
,ió.r pr.d. tener un sentido pragmático, una "justificación"
l.n ,rJr...r, de conceptuación sustancial. La distinción, debi-
mas objetiva, Puesto que efectivamente ola derecha" puede
rlrr a Ernesto Cassirer, entre conceptos funcionales y conceP-
percibir rrru rt idrd entre todas las izquierdas, en cuanto po-
t()s sustanciales, no es, por lo demás, otra cosa sino una re-
,i"ion., que tienen, desde su Punto de vista, el denominador
común de su antagonismo con ella' c0nsrrucción de la distinción tradicional entre concePtos
.rnálogos y concePtos unívocos. Los conceptos análogos.Pue-
Sin embargo, *rqrr.la expresión "la Izquierda", el singu-
,1,',,, Á efecto ser reinterpretados como concePtos funciona-
lar, puesta.r, bo", de un izquierdista, sugiere la maquinación
lcs, pero en ellos, la unidad conceptual se corresPonde con la
d. ,rÉ prosoPoPe ya mítica(su univocación sustancialista)' no
por ello la ."p..ti0., ..las izquierd¿s', en plu tal, garantiza siem-
¡.tr)cterística áelafunción y, con ello, el concepto funcional
pr. qr. q"iÁ uilizaesta exPresión está a salvo del oscurantis- ve ltuede hacerse consistir no tanto en Su característica cuanto
univocistas. Depende del contexto. ,',, i,r, valores que ella tome según las variables independien-
*o ¿.t
"Si, por"onfusionismo
ejemplo, un "hombre de izquierdas", un "izquier- tcs y los parámetros. El concepto aritmético de "doble", no
distr,,'defiá"d. hoy la posibilidad de ..ser de izquierd¿5,, el ,lc[icra <.sustantivarse>> como si fuera un concePto unívoco
(trrr gónero, con especies distributivas), sino que hab-tá de in-
sentido sustantivo de ese <<ser>> atraviesa, por así decir, el plu-
ral, como significado que se mantuviese como idéntico a sí ,,'r1r..,r.r. como L^ c^r^"terística de un concepto {uncional
f v .2") a partir de la cual podremos obtener
concePtos o valo-
*ír*o,.orr L identidad sustancial, cualquiera que sea la es-
rcs dc ,.doble, tales como 6 (por resPecto a 3) y 8 (por respec-
pecie o variedad de la izquie ráa ala que se le adscriba, o ala
ro rr 4). Así también, la izquierda no la entenderemos como un
qrr" ,. adscriba él mismo. Pues lo que ahora se está significan-
( ()ltccpto unívoco-sustancialista, sino como la característica
áo ., qr. las izquierdas' en todas sus variedades específicas'
,lt' un concepto funcional (que habráque determinar)que nos
,ro d.ri.rryen la unidad genérica (unívoca) de la izquierda que
o variedad. Lo que equivale r,.ruiricra inmediatamente a diversos valores o conceptos de
acrúa en.i fo.rdo d"
"aiuespecie de la izquierda está asegu- ,r,1Lricrda, es decir, a las izquierdas, cuando se toman en su
a afirmar que la unidad susranriva
( (|llittltto.
rada, sin perjuicio de sus diversas manifestaciones, más o me-
nos accidentales, coyunturales o contingentes (otra vez' para
quien se sitúe en la derecha' <<ser de izquierdas" sí puede man-
án.r rn significado pragmático no sustancialista, Puesto que 2. Que ..la Izquierdan no existe, como unidad unívoca,
per"iL. ,ro ., t*.,to una suPuesta unidad "sus- no quiere decir que no existan "las izquierdas"
1o que
^hol^re
trn.i"l, de las izquierdas, sino unos efectos convergentes su- ( lUrrnclo afirmamos que ..la Izquierda", en las condiciones
yos en la derecha, aún cuando las corrientes que convergen en
,li, lrrts, cs tln mito oscurantista y confusionario, nos opone-
.re *ir-o efecto procedan de fuentes muy diversas y aun an-
ilr( )s :l tlttictrcs intcrprctan ola lzquierda", en singular, como si
tagónicas er-rtre sí).
..r. I t.il(;ls(' rlc ult c()ncCpt() unívt'rct'r-stlstancialista. Pcro nO nOS
Srilo c()lt()ccrt'los una lrancra ltígica capaT' dc rccogcr csa

ll
situamos en la posición de quienes suponen que "la lzquier- mito es ya un logos queremos mantenernos a distancia de esa
da, no existe ya et nuestros días y, por consiguiente, que costurnbre, reforzaáa por Guillermo Nestlé en su ya clásica
tampoco cabe oponerla a una derecha, cuya existencia tam- obra Del mito al logos (1952), gue contraPone el mito y el lo-
bién se pone en tela de juicio. "Los términos "derecha" e "iz- gos como se contrapone la irracionalidad o el error ala tazón
quierda" Alvin Toffler- son reliquias del período in- o a|averdad. Pero el mito es ya un logos, por ejemplo, una
-dice
dustrial, que ahora han pasado ya a la historia. Derecha e explicación .,s¿ss¿|rr, aunque sea errónea, de algún hecho o
izqwierda denen que ver con quién consigue qué: cómo se dí- disposición de hechos: tal es el caso de los llamados mitos
vidieron la riqrezay el poder del sistema industrial. Pero hoy etiológicos. La Tierra, que ..flota" en el espacio, no cae en el
día la lucha entre las mismas es algo parecido awariñasobre abismo porque Atlas la sostiene: el mito de Atlas suPone ya
unas tumbonas en un trarsatlántico que se hunde" (Aaances y un avanzado estado de la civilización, pues sólo en él cabe
premisas,Plaza6c Janés, Barcelona 1983, pág. 100). imaginar alaTierra «flotando en el espacio"i I cuando, des-
Nosotros no hacemos consistir la prosopop eya rrlalzquier- bordando el mito de Atlas, Anaximandro nos ofrece su /ogos
da, en la invención de una entidad inexistente (sin poder, sin para explicarnos por qué la Tierra no cae hacia el abismo
proyectos, sin presencia social), cuanto en la sustantivación de se encuentra equiiibrada en el centro del Mundo-
-porque
podemos decir, sin duda, que el mito antropomorfo ha sido
una unidad supuesta entre entes dados, a saber, los parddos o
las corrientes de izquierdas que reconocemos como realmente superado, pero no por una verdad, sino por una construcción
existentes (en el presente, o en la historia reciente), cuando re- o logos más abstracto, pero igualmente, en sí misma falso.
sulta que estas entidades (las izquierdas), lejos de ser variedades Y si el m,ito es ya un logos, se debe a que el mito es, ante
de un género unívoco (porfiriano), compatibles mutuamente todo, una construcción lingüístic a, tr Por tanto una constmc-
además, son diversificaciones "evolutivas" (de un género ploti- ción sometída al logos, o lógica, del lenguaj.. Ést, esla razón
niano) incompatibles unas con otras, o bien derivaciones ana- por la cual ni los babuinos ni los chimpancés pueden fabricar
lógicas separadas del tronco originario. mitos, es decir, la razínpor la cual carecen de "fantasía mito-
poiética, (aunque tengan, sin duda, alucinaciones o pseudo-
percepciones capaces de producirles terror). El mito es una
3. Qué entendemos por ,.mito» en su relación con el construcción lingüística, que presuPone ya un lenguaje de pa-
logos labras ..de primer orden,,, llamémosle prosaico. Un lenguaje
gramaticalizado que lleva adelante funciones expresivas y
En cualquier cáso utiiizamos el término <.6i¡s, no ya en apelativas en las cuales están «embebidas", sin duda, ciertas
el sentido vulgar de mero flatws oocis (sentido que viene a re- funciones representativas; invenciones protomíticas, como
coger el DRAE en su acepción 4:..Persona o cosa a las que se las que puedan atribuirse al mero hecho de expresar el movi-
atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una miento con consonantes vibrantes, o señalar apelativamente a
realidad de la que carecenrr), sino en su sentido más filosófico, 1o que es grande con palabras que contienen la vocal '.a", y a 1o

que, sin perjuicio de dar por supuesta su irrealidad, sin em- qLle es pequeño con palah,ras que contienen la vss¿l .'1,,.

bargo cree poder atribuir a los mitos algún tipo de logos, algu' Ahora bien, sobre este lenguaje gramaticalizado de primer
narazón de ser, en función de sus servicios prácticos (políti- <rrclcn, ,,proszrico, pcro capaz de delimitar, casi gestualmente,
cos, didácticos, idcológicos, gnoscológicos...). Al dccir quc el las rc:rliclaclcs ¡rrácticas inrrccliatas ("ahí agua", "allí serpicnr

t') t\
terr, o.dame martillo») se constituirá el mito como una cons- do real como en contextos de mundo independiente o autóno-
trucción lingüística, y conceptual, por tanto, sobreañad,id.a al rno (el mundo mitológico, poético); aunque sin embargo los
mundo inmediato. mitólogos tenderán aínterpretar este mundo mitológico como
"Sobreañadidarr, es decir, sin poseer acaso
el «g6sf;.;.nte de inmediatez" propia del mundo en que se si tuviese alguna referencia a algún mundo real o posible.
mueven los hombres parlantes más primarios. El mito com-
pone una representación sobreafradida al campo real, al cual
ha de ir referido directa o indirectamenre; por ello el mito 4. Mitos luminosos, mitos oscurantistas y mitos
aparece con ese coeficiente de mera-realidad (ya sea inferior, ambiguos
ya sea superior ala realidad) en virtud del cual quien cuenta el
mito puede saber, aunque no siempre lo advierta, que no está Ahora bien, otra cosa es la función de los mitos en tanto
moviéndose en el terreno inmediato y perentorio al que se re- que ellos asumen el papel de interpretación del mundo. Nos
fiere el lenguaje prosaico de primer orden. Por ello, el mito se cncontramos entonces con las funciones explicativas o inter-
cuenta enyoz baja (con la pretativas de los mitos, con sus funciones pragmáticas. Y es
"boca pequeña», susurrante: mito
está relacionado con myo,vinculado a mLttus, mudo) o con aquí en donde conviene establecer tres efectos generales, muy
voz en falsete (lavoz propia de los sacerdores en el ejercicio diferentes, atribuibles a los mitos:
de su o{icio, o de los políticos en el mitin).
Por ello, la primera acepción del término ..¡¡l¡s, es la de 1) El efecto de los mitos luminosos, esclarecedores (como
algo inventado, o sobreañadido a lo que aparece en el primer ¡rueda serlo el mito de la caverna de Platón).
plano de la evidencia;1o que no significa que el conrenido re- 2) El efecto de los mitos oscurantistas y confusionarios.
presentado por ei mito haya de ser falso o engañoso, porque Iis el efecto de aquellos mitos que en lugar de contribuir a una
podría encerrar una verdad arcana más profun da, reztelad.a al cxplicación científica o filosófica del campo, o a una forma de
rapsoda. Mito es pues, sencillamente, un relato representativo eonducta práctica viable, distorsionan el campo y estorban
que no tiene evidencia inmediata, que supone una reelabora- r,sa explicación o la bloquean. Como ejemplo de mito oscu-
ción de las evidencias inmediatas y que, por tanto, se distancia rrntista podríamos tomar el mito de la creación de Adán a
de ellas. Mito no se opone por tanro a logos cuanro a realidad lrirrtir del barro, así como el mito de la creación de Eva a Partir
inmediata; ypor ello ..mito, es ya, en cierto modo, un concep- rlc la costilla de Adán. Ni cabe pensar en Adán como primer
to crítico, porque se distancia de todo aquello que se presenta hombre, ni en Eva como procedente de una costilla de Adán:
con evidencia inmediara, propia, por ejámplo, á" lm d.scrip- cstc mito bíblico es oscurantista y confusionario, desde el pun-
ciones de un testigo de vista o de la expresión de proyecros, pla- ro de vista de la teoría (verdadera) de Ia evolución. El mito de
nes o programas propuestos para ser ejecutados (aunque sean lrr torre de Babel es también un mito oscurantista, como lo son
utópicos). Por ello la expresión de oráculo que, en trance, pro- ll nrayor parte de los mitos del Antiguo Testamento. Como
nuncia la pitonisa inspirada, tampoco es un mito, precisamente cjcrnplos de mitos oscurantistas (en tanto estorban los pro-
porque carecede ese coeficiente crítico de distanciación. yLrctos políticos reales) pondríamos también las utopías polí-
Por lo demás, las relaciones que los mitos pueden mantener t icirs: por definición una utopía es lo irrealizable,y ufiautopía

con el Mundo de primer orden son muy diversas. Por de pron- r c¡rliz.ada no es utopía. Quién habla de
"la Izquierda", en sin-
to, hay mitos que «no funcionan» tanto en contextos de mun- gular, habla clc forrna mítica, y scgún la forma confusionaria y

t4 t5
oscurantista. IJn diagnóstico similar hemos desarrollado en ser neutral; una ideología partidista puede pretender ser ver-
otro lugar a propósito del "mito de la Cultura". claclera si la parte (o el partido) al que representa es la parte
3) Los efectos de los mitos ambiguos o claroscuros, que rnás poderosa, en cuanto caPaz de reducir a las otras partes a
son aquellos que admiten interpretaciones opuestas; lo que sus término s, como Pd'rs totalis.
quiere decir que ahora los mitos dependen antes del criterio Toda filosofía es una ideología, Porque una concepción del
no mítico del intérprete que del relato mítico por sí mismo. El rnundo só1o puede estar formulada desde alguna parte; Pero no
mito de los tres anillos de Nathan el Sabio, de Lessing, podría toda ideolo[i, .r filosófica. Las ideologías filosóficas deben
considerarse como un mito ambiguo. ¡rantener po.lo menos la forma dialéctica,es decir, el recono-
c i miento, reexposició n y críticade las ideolo gías
opuestas'
De las ideas expuestas sobre los mitos se desprende la nece- Las ideologírt ,ro tienen por qué asumir la forma de mi-
sidad de mantener un gran recelo ante los proyectos de desmi- Los, ni siquiera de mitos abstractos. Una ideología puede
tificación universal que tantos sedicentes ali- ,rdoptar la forma de una doctrina organizada según una suce-
"racionalistas"
mentan como objetivo mismo del progreso racional. Porque sión abierta y lógica de proposiciones. Pero si bien las ideolo-
gías no tienen por qué adoptar la forma mítica, sin embargo
"desmitificar>> es un concepto confuso, cuando no distingue
los tipos de mitos, y confunde, por ejemplo,la desmitificación i,, más probable es que los miros, o las fabulaciones míticas,
de los mitos oscurantistas, con la desmitificación de los mitos ,,r"rdrr^er los estados avanzados de la civilización, queden in-
luminosos. Desmitificar un mito oscurantista es sin duda una .«rrporadas a algún tipo de ideología' Dicho de otro modo,
tarea necesaria; pero desmitificar un mito luminoso es tarea ab- c,rcla ideología asimilará sus propios mitos.
surda, porque equivale a cegr Ia luz que se supone emana de é1.

6. ,rLalzquierda" colno mito confusionario y como


5. Mitos e ideologías ideología

indicación
Entendemos por ideología, como es habitual, un sistema Quién uúliza.la expresión ola Izquierda" como
de ideas socializadas cuya pretensión de verdad es mantenida ,lc sus propias y autosuficientes coordenadas utiliza un mito
en la medida en que representan o canalizan los intereses de i,,.,,.párrio a una ideología que no es inrnediatamente visible
un grupo social en tdnto éste se opone d otros grupos saciales. .,',r',ro trl. Pues ..la Izquierdar, suponemos, representa la unidad
La concepción social de las ideologías (frente a la concepción lict.icia, inexistente, que se pretende está incorporada, como una
psicológica, al rnodo de "los ideólogos" de la época de la Re- :;rrstancia o principio activo, a todas y cada una de las izquier-
volución francesa) ¡ sobre todo, su concepción dialéctica (las ,l,rs, ¡ror diversas que sean sus figuras fenoménicas. Esta repre-
ideologías como representando intereses de grupos frente a ,"r,ta.ión es mítica, ante todo, porque constituye una reclasifi-
otros) se debe a Carlos Marx. t.,rt-itin cle segundo grado de las izquierdas de primer orden, que
Pero de este concepto no se desprende que las ideologías, ,r, ,rso t-ti siquiera se llamaban a sí mismas "izquierdas', sino, por
por ser partidistas, hayan de ser siempre falsas o expresiones ,,j,.rrrPlo, Partido f)emócrata en Estados unidos, Partido Libe-
de Ia falsa conciencia. Una icleología no es falsa necesariamen- r,rl cn Clren Ilrct;rña, Particlo Comunista y Partido Socialista en
tc por scr pilrtidista, salvo cluc sc sllponga qr-rc la vcrclrtcl h:r clc lir.rrrrr:irt, «l'()l()» cn la I'.spirña dc, Itr Gucrra Civil, ctc'

l() l1
Pero este procedimiento mítico que atribuimos a quienes que las izquierdas carezcande todo tipo de unidad, que el tér-
utilizan la expresión en singular, ..1¿ Izquierda" t p&ra repre- mino "izquierda" sea sencillamente equívoco, al menos cuan-
sentar la supuesta unidad real, ..s¡v6lvente de todas las iz- do ponemos aparte ciertas acepciones de izquierda (y de su
quierdasrr, está incorporado, desde luego, a una estrategia correlativo, derecha) referidas al campo topográfico, / eue
ideológica, que podemos hacer consistir en el modo de proce- sólo indirectamente tienen que ver con las izquierdas en su
der verbal (en un discurso parlamentario, en un mitin: *No- sentido político.
sotros, en nombre de la Izquierda...rr, dice un dirigente socia- Nos referimos, por tanto, a las izquierdas en la medida en
lista) de quienes se enfrentan a otros adversarios políticos y que ellas tengan que ver, no ya con el espacio topográfico,
buscan producir en ellos la impresión (así como también co- sino con el espacio antropológico, habitado por sujetos ope-
rroborarla en ellos mismos) de que la coalición de diversos ratorios que actúan socialmente en el marco de las sociedades
grupos electorales es mucho más profunda de lo que pudiera civilízadas. Llamémoslas,,sociedades históricas». Estas socie-
serlo un pacto electoral de conveniencia: <<Nosotros somos la dades históricas (pueblos, confederaciones, naciones) com-
Izqníerday por ello nos hemos coaligado." En lugar de decir: portan, desde luego, una determinada estnrctura política, que
..Porque nos hemos coaligado utilizamos el término "la Iz- delimita esas unidades sociales históricas y las "cierra>>, por
quierda" como rótulo de nuestra coalición." así decir, en sí mismas. Pero la estructura política no agota la
En cualquier caso, el mito de la izquierda es oscurantista integridad de la sociedad histórica de referencia. Por ello, en-
en cuanto oculta las diferencias e incompatibilidades entre di- tretejidas con la estructura política (del Estado) están las so-
ferentes corrientes de izquierdas; es confusionario porque no ciedades civiles, las sociedades religiosas, las instituciones tec-
permite distinguir las diferentes corrientes que están com- nológicas, artísticas, familiares, etc.
prendidas en su nombre. Las izquierdas se dibujan en este marco de las sociedades
lristóricas como trayectorias recorridas y proyectadas por in-
"La Izquierda, en suma, es un término oscuro y confuso.
El propósito de este libro es transformarlo en un concepto 1o c{ividuos operatorios que interaccionan agrupados (es decir,
más claro y distinto que nos sea posible. cn modo alguno por cuenta propia) y que se enfrentan, o aca-
so sólo intersectan, con las trayectorias trazadas con otros su-
jetos que recorren el campo común.
En el análisis, la realidad de estas trayectorias se nos ,.des-
dobla" en dos momentos: el momento de las Ideas (gene-
2. "Les IZQUIERDAS» Y SU REALIDAD DUAL ralmente organrzadas como ideologías) de las que los sujetos
prarticipan para seguir su propia trayectoría, así como las rela-
ciones que mantienen con otrastrayectorias, y el momento de
l. La dualidad entre las ldeas de la Izquierda las trayectorias mismas (constituidas por sus movimientos, in-
(o .,sobre', la Izquierda) y las corrientes de la Izquierda teracciones, contactos interpersonales, instituciones, etc.).
Estos dos momentos son inseparables, pero son disocia-
Las uizquierdas" son múltiples y hemos creído necesario hles. Ellos no se relacionan simplemente como el "lado inte-
evitar cualquier tipo de reconocimiento de unidad unívoca rierr,, y el
"lado exterior, de la misma realidad
(entre otras co-
(mítica) entre ellas" Pero tampoco queremos con esto afirmar sas porque las ldeas no son meros contenidos mentales o

.- ltt --- - 19-


creencias subjetivas, sino que están entrañadas en el proceso Ias trayectorias factuales, históricas, que recorren o han reco*
objetivo de la realidad). Podríamos ilustrar lo que decimos rrido los hombres en el espacio tiempo, en el espacio antro-
con la experiencia, muchas veces practicada, del sujeto a quien pológico.
se le da la "Idea normativa, de caminar, con los ojos venda- En consecuencia, y supuesta la pluralidad de las izquier-
dos, en Línea recta, por una superficie amplia; previamente clas decir,las trayectorias o estelas que van siendo trazadas
suponemos que el sujeto ha mirado un árbol, un montículo
-es
p',or los sujetos operatorios, actuando en gruPo: llamémoslas
lejano, como objetivo de su paseo. Generalmente, sin embar- .corrientes»- tendremos que Proponernos, antes aun que
go, el observador constatará que el sujeto del experimento la definición global de esas trayectorias, la clasificación de las
describe no una trayectoria rect¡ sino curvada, en diverso rnismas. Y esta clasificación podrá referirse, o bien a las Ideas
grado, haciala derecha. Diremos que la distancia entre el lu- (cle izquierda, o sobre la izquierda) o bien a las corrientes (de
gar del que se parte y el objetivo que el sujeto se ha prefigura- iz.quierdas) que de ella puedan resultar suficientemente iden-
do (el árbol, el montículo), juntamente con la comparación titicadas.
con otras posibles trayectorias que otros sujetos estén dibu- E,s preciso tener en cuenta que, en virtud de la disociacíón
jando, corresponde a la Idea (al proyecto) sin el cual la expe- (no separación) que suponemos puede siempre establecerse
riencia no podría producirse, porque el proyecto no es un t'ntre las Ideas y las trayectorias o corrientes, las clasificacio-
mero epifenómeno del movimiento, ya que está en la raíz de ncs de las Ideas sobre las izquierdas, incluso aquéllas que las
su direcció n.Latrayectoria curvada, de hecho recorrida, sólo izcluierdas se for;'en sobre sí mismas, no tienen por qué super-
adquiere su significado cuando se la considera desde la Idea. l)()nerse a las clasificaciones que podamos establecer sobre las
No cabe decir por tanto: ..F{echos, y no proyectos, son 1o que corrientes identificables de izquierda. Y, en cualquier caso, los
importa', ("Por sus obras los conoceréis"); puesto que las ,'ritcrios de una clasificación de las ideas que la izquierda pue-
obras, en el caso de las conductas beta operatorias, son inse* ,l,i forjarse sobre sí misma (o que los demás pueden forjarse
parables de los proyectos, de las Ideas, de las palabras a través s,,brc ellas) no tienen por qué ser superponibles a los criterios
de las cuales aquellas Ideas pueden ser formuladas. ,lt' clasificación de las corrientes que ..realmente hayan exis-
Entre las trayectorias reales (los facta conclwdentia) y las t it lrl r.

Ideas implicadas en ellas media una continuidad que pode- Por supuesto, entre las Ideas utilizadas Por una determi-
mos comparar ala que media entre el anverso y el reverso de rr,rilir corriente de izquierdas podemos encontrar algunas que
una cinta de Moebius; o, si se prefiere, entre el momento ideal ,lilicilrnente podrán ponerse en correspondencia con las tra-
(o conductual, o normativo) y el momento factual de las rea- v.t'lorias empíricas o factuales de esas corrientes. Esto ocurre
lidades analizadas, media una relación dual similar a la que se r n.lndo las ideas son muy abstractas o simplemente utópicas
establece en Geometría entre el punto como intersección de ,, r t. rtinicas. ..Humanidad", ..Estado finalrr, "Justicia socialrr,
r

. I iin dc la historia"
infinitas rectas y la recta como alineación de infinitos puntos: , etcétera, son Ideas que figuran en los pla-
puedo ver ala recta desde sus puntos, / a los puntos desde ,(':i y programas de muchas corrientes de izquierdas; y como
sus rectas, que intersectan en ellos. Puedo ver a las izquier- n r t('Hrilntcs de sus planes o programas será preciso contar con

das desde las Ideas (conceptos, creencias) norffIas, proyec* ,'ll.rs t'n cl análisis. Pero no porque podamos tomarlas como
tos, planes y programas, tcorías...) qLrc los homl-¡rcs sc lorjarr ,,,,,,,|,'nlr.l,rs. No scrán l¿rs c-listancias al "estado final cie la
para orgiuriz:tr su eccitín, y pucclo vcr,r l,rs iz.<¡tlicril:ts tlcstl.r l l r r rr rrl rr itlrrl, l,rs cluc ¡rucclcrt scrvit'nos plra cstablcccr la posi

)l I .lr
ción de una corriente de izquierdas dada. ¿Quién puede ser corrientes o Ideas a sus propias coordenadas. De donde pode-
tan insensato que se atreva ahablar de la posición que él ocu- ruros concluir que no es enteramente tan relevante la cuestión
pa <<respecto del estado final de la Humanidad" ? rlcl partidismo como lo es la cuestión de las coordenadas ca-
Asimismo, cuando una corriente de izquierda B es )uzga- paces de reducir a sus términos a las otras corrientes o ldeas.
da desde otra corriente de izquierdaA, la conexión entre las Por lo demás, las clasificaciones podrán llevarse adelante
ideas de B y las tayectorias de B podrán aparecer de un modo tlc un modo objetivo si al menos disponemos de parámetros
enteramente diferente o distorsionado, hasta el punto de que objetivos suscepdbles de servir de contraste a las diferentes
desde A ni siquierapodráclasificarse a B como una corriente ldeas y corrientes de izquierdas. Estos parámerros podrán
o un ideario de izquierd,a. La izquierda socialdemó crata ale- conducir a clasificaciones y a definiciones que quedan algo le-
mana, como corriente consolidada en las primeras décadas ios de la "vivencia>> que de las Ideas y de sus trayectorias pue-
del siglo XX, con un ideario característico, fue vista por Lenin tla tener un militante comprometido. Ante las dificultades
como una corriente más próxima a la derecha ("el renegado l)ara responder ala pregunta "¿qué es la izquierda?r,
Kautsky") que a él mismo. curltades derivadas precisamente, como hemos dicho, de que
-difi-
Y, de todos modos, habrá que tener en cuenta los casos en no existe un ser unívoco que pueda respaldar la definición-,
los cuales las Ideas sobre Ia izquierda son forjadas desde la rlificultades que nos obligan a concluir que no exisre una de-
derecha. [inición, puesto que existen muchas, nuestro militante qrizá
cncuentre una salida apelando a su sensibilid,ad,:
"Lo impor-
tánte es sentir laizquíerda (mi izquierda) y no el saber defi-
2. En busca de criterios obietivos para clasificar ldeas ¡rirla" (antes se decía: "1o importante es lapraxis").Y, con ello,
y corrientes de izquierdas nuestro militante se aproximará alas posiciones místicas que
l¡lantuvo en su tiempo Tomás de Kempis ("vale más sentir la
¿Qué criterio podremos uttlizar para poder alcanzar clasi- conrpunción que saber definirla"), olvidándose de que lapraxis
ficaciones objetivas, tanto de Ideas como de corrientes de iz- no puede prescindir de sus componentes ..racionalesrr, y, por
quierdas? tilr'rto, de las Ideas.
A primera vista parece que encierra menos dificultades Los criterios que utilizaremos para clasificar las Ideas de
determinar criterios para clasificar las corrientes de izquier* lrr izquierda o sobre la izquierda los tomaremos de lalógíca.
das, puesto que éstas se nos dan en un campo empírico, histó- Sin duda, una tabla de clasificación fundada en criterios lógi-
rico. Sin embargo no puede olvidarse que para la interpreta- cos o gnoseológicos constituye acaso la única perspectiva
ción de los sentidos de tales tayectorias es preciso tener en rrcutral que podemos adoptar para clasificar Ideas. La cues-
cuenta las Ideas implícitas en las respectivas corrientes, y ello tión es hasta qué punto una tabla construida con criterios ló-
compromete cualquier pretensión de objetividad o de neutra- ¡4ico-gnoseológicos puede ser pertinente parala tareade clasi-
lidad. Sería preciso adoptar decididamenre una perspecriva f icar las ldeas políticas. En nuestro caso lo es, como veremos;

partidista (por ejemplo, el leninismo) si quisiéramo s analízar Io clue no fiene nada de incomprensible si tenemos en cuenta
críticamente una determinada corriente. Pero, a su vez, si el lir ¡4ran impregnación lógica que tienen las Ideas políticas co-
partidismo tiene capacidad para alcanzar algún resultado ob- nrLlnes (las Ideas de monarqwía, oligarqwía o democracia, tal
jetivo, cs porque posee mayor potencia para reducir las demás c{)nro las exponc Aristótcles, no son sino una aplicación de su
doctrina lógica de los cuantificadores proposicíonales: wno, 4. Las ..familias" corrientes de izquierdas:
de
algunos, todos). Izquierdas definidas e Izquierdas indefinidas
Los criterios que utilizaremos para ciasificar las corrientes
de izquierdas ya no podránser tomados de la lógica; será pre- Consideramos de gran utilidad mantener la interpreta-
ciso recurrir a alguna ..materia, constitutiva de las sociedades ción del significado que pueda tener ei término "Izquierda',
históricas de las que hemos hablado. Sin duda, podremos en- en singular, como si fuese la característica de algún concepto
sayar con diferentes <<materias»; nosotros hemos elegido a la luncional cuyos valores (que corresponderán ahora precisa-
sociedad política misma, es decir, al Esmdo. rnente a las diferentes corrientes de izquierdas, a las izquier-
das) dependen de ciertas variables y de ciertos parámetros.
Porlo demás, habráque contemplarlaposibilidad de que a
3. Las Ideas de la izquierda o sobre laizquierda lir expresión..la Izquierdarr, en singular, correspondan no sólo
una, sino dos o más características, sin perjuicio de que ulte-
Las Ideas (concepciones, teorías) sobre la izquierda se riormente, todas ellas, puedan integrarse en una sola función
mantienen, como hemos dicho, en un orden disociable, aun- rnás compleja. Hablaremos entonces de diferentes "familias"
que inseparable, del orden en el que se mantienen las corrien- rlc esta función, alamanerade como hablamos de las familias
tes de izquierdas; y la mejor prueba nos Ia ofrece el hecho cle las funciones cónicas (elipse, parábola,hipérbola, etc.)'
de que muchas ideas o teorías sobre la izquierda proceden de En nuestro caso comenzaremos por distinguir dos fami-
la derecha, o de corrientes de izquierdas contrapuestas a la lias, o mejor aún, al menos hasta que pudiéramos integrar a
corriente de izquierda asociada a una idea determinada. Esta r,sas familias en una función única, dos clases de característi-
circunstancia suscita una gran dificultad en el momento de trrs de la función izquierda, que denominaremos como "la
determinar los criterios de clasificación de las ideas sobre la clase de las izquierdas definidas" (políticamente) y "la clase
izquierda. tlc las izquierdas indefinidas" (políticamente).
Tenemos, en definitiva, que clasificar muy diversos con-
ceptos de izquierda entre los cuales suponemos no media una A) En la clase delasizqwierdas definidasincluíremos a to-
unidad genéricaunívoca, pero sí relaciones de unidad anal6- tl*s aquellas corrientes que puedan ser determinadas política-
gica, o incluso de unidad genérica de carácter atributivo (plo- nrcnte como tales, en función de ciertos criterios pertinentes.
tiniano) capaz de aiectar, si no a todo el conjunto de acepcio- Ahora bien, la naturalezapolítica de los criterios no es fácil
nes, sí a algúnsubconjunto suyo. Entre las relaciones lógicas elc determinar en cada caso. Se estará de acuerdo en que Pue-
qtle cr:uzanlos múltiples conceptos de izquierda (las izquier- rlcn considerarse como variables políticas las posiciones que
das) señalaremos: las relaciones de unidad analógica y las re- u n a corriente de izquierdas mante nga ante el sistema de elec-
laciones de unidad genérica (géneros o generaciones de la iz- i'iones parlamentarias, ya sea defendiendo la abstención, ya
quierda). rca pidiendo la reforma del sistema de escrutinio. Pero no
Entre las relaciones de unidad analógica consideraremos sq:rá tan fácil el acuerdo cuando se tome como criterio de la
tanto las relaciones de proporcionalidad, como las relaciones izquierda una determinada orientación de los programas elec-
de proporción simple o de atribución. t«¡r*les en orden a cuestiones de familia, de educación, o in-
,'lt¡so dc ordenación hidrológica del territorio. La variable

-_24 * ,)<.
listas y conservadoras, del mismo modo que situaremos en la
"educación histórica" parece afectadadirectamente de un co-
eficiente político; mientras que la variable <<rrasvase del Ebro" izquierda aquellas posiciones que puedan ser caracterizadas
sólo indirectamente, o interpretarivamenre, podría recibir un como liberales, pluralistas y con espíritu de cambio. Armados
coeficiente político, puesto que directamente su alcance es es- con estos criterios, el Partido Comunista en la Rusia acrual pa-
trictamente tecnoló gico. sará a ser ..el campeón de la derecharr, puesto que se opone al

§ecesitamos un criterio firme del campo político de varia- cambio social; mientras que la etiqueta de izquierda correspon-
bles para poder ayartza\ con un mínimo de consistenciay ri- clerá alos movimientos que reclaman el cambio, es decir, la de-
gor, en el análisis de las izquierdas definidas, en función preci- l:ensa de una economía capitalista. Por parecidas razones, el co-
samente de ese campo de variables. Es cierto que la propuesta rnunismo y el fascismo aparecerán clasificados, en una misma
de un criterio precisá puede levantar objecion.r d. prirr.lpio en- cuadrícula, entre Ia derecha. Así procede, por ejemplo, Chris-
tre quienes desconfían de los conceptos rígidos, en materiapolí- tian Michel en su propuesta de un test destinado a situar a los
tica, y prefieren la flexibilidad propia de los concepros borrosos. cncuestados (o autoencuestados) en un tablero político ad boc.
Pero el peligro de comenz ar por estos conceptos borrosos y Ahora bien: es indudable que desde la perspectiva emic de
flexibles es el de quedar aprisionado en el mundo de los concep- quien da por supuesto que izquierda y derecha son orienta-
tos sesgados o malformados, es decir, de la palabr eríapolítica a ciones unívocas, aunque muy generales aún, cuando la
-más
libertario-, los cri-
la que, por otra parte, estámos tan acostumbrados. l)erspectiva emic adoptadatieneun signo
Nos parece evidente, si queremos lograr una mínima consis- tcrios utilizados servirán, sin duda, para establecer clasifica-
tencia en nuestros ciones .rrigurosas, en abstracto. Lo que es más dudoso és que
"diagnósticos», que es necesario determinar,
ante todo, un criterio que tenga significado político objetivo cstas clasificaciones tengan el alcance político-histórico que
y, en segundo lugar, mantener constantemente el mismo crite- nos interesa, / no más bien un carácter psicológico-etológico.
rio de clasificación. Si cualquiera de estas dos condiciones no se (Jnos criterios que, como es el caso del test que acabamos
cumplen, no podremos esperar resultados consistentes y fia- rlc citar, no permiten diferenciar el fascismo y el comunis-
bles, lo que no significa que los criterios utilizados ,,caótica- rno, habrán de ser considerados como criterios poco potentes
merlte» no puedan ser válidos, sobre todo emic, desde una de- y fracasados, precisamente porque carecen de capacidad de
terminada corriente de izquierda. Y cuando se procede desde rliscriminación entre esms dos situaciones políticas, antagóni-
el supuesto de que la izquierda es única (unívoca), entonces los ('ilL precisamente en el campo histórico-poIítico. El hecho de
criterios utilizados, si no son formalmente políticos, se con- {lLlc comunistas y fascistas puedan tener en común, para un
l.ertirán automáticamente en criterios emic y ses gados, aunque ¡rsicólogo como Eysenck, el rasgo del autoritarismo, no es su-
sea constante su aplicación. licicnte para confundirlos desde un punto de vista histórico-
Por ejemplo, supongamos que la izquierda es una actitud ¡rolítico. ¿Y a qué podemos atribuir esta incapacidad? Princi-
unívoca, en las diversas sociedades, y que tomamos como crite- ¡rirlmente a dos cosas:
rio la oposición autoritarismo centralista / liberalismo pluralis- 1) Que se ha partido del supuesto de que la izquierda es
ta, y además asociamos esta oposición a otra dada según otro rrrrívoca, y que por tanto tiene sentido preguntar a alguien si
criterio, la que media entre conservadurismo / espíritu de cam- ,.t's clc izquierda" o si ues de derecha".
bio. Entonces habrá que situar en la derecha rodas aquellas po- 2) Que se han utilizado unos criterios que no tienen por
siciones que puedan ser clasificadas como autoritarias, centra* sí nrismos alcancc político, sino psicológico-etológico.

26 2',1
En efecto, ser <<autoritarion o ser..tolerante" o «liberal>>, en rnantenido de manera constante, a fin de poder lograr la con-
sentido psicológico-etológico, es un crirerio mediante el cual sistencia en el juicio, diagnóstico y clasificación. IJn criterio
podemos ciasificar no sólo a los ciudadanos de una sociedad clue habrá de estar dado a tal nivel de complejidad que su apli-
política, sino también a los chimpancés de una selva artificiai, cación permita la mayor flexibilidad imaginable en la deter-
como la que Frans de \(aal tiene instalada en Holanda. Ser rninación de las variables. Dicho de otro modo, la diversidad
conservador o <<tener espíritu de cambio, es también un crite- cle variables que de hecho estaremos dispuestos a utiltzar
rio psicológico-etológico, y de hecho se ha utilizado amplia- r:omo criterios de definición de una izquieráapolítica, perde-
mente por investigadores japoneses, cuando en1.953 observa- rá st carácter amorfo o meramente empírico en la medida en
ron cómo un macaco hembra de la pequeña isia de Koshima, a l,r cual estemos dispuestos a reconocer que la significación
la que se llamó Imo, desarrolló una conducra innovadora y política de una variable dada sólo se adquiere a rravés del cri-
progresista (lavar un boniato en un arroyo) frente alaactitud tcrio constante eshblecido; un criterio al que cabría atribuir
conservadora e inmovilista (de ..derechasr) de los otros miem- cl papel de un parámetro. Y un parámetro que deberá tener,
bros de la banda. como hemos dicho, obligadamente) un significado político
Nada cambia cuando se pretende diferenciar a los conser- objetivo, cap)az de ser aplicado a las diversas corrientes de iz-
vadores de derecha y a los innovadores de izquierda con des- r¡uierdas en sus relaciones entre sí y con la derecha.
cripciones tomadas de escenarios sociológicos o ..existenciales, Como parámetro de la funciónizqwierda definida roma-
("la derecha representala autoridad y el conservadurismo; la rlros al Estado (nacional o multinacional).. Será preciso, dada
izquierda el progreso y la transformación de la sociedad>>, o lrr enorme complejidad de esta realidad, distinguir en ella
bien: yaya a
"ser de derecha es tener miedo por 1o que existe, no rnúltiples capas y múltiples ramas, a través de las cuales las va-
ser que el orden establecido, aunque sea perfecto, pueda ser riables políticas puedan quedar ,rcanalizadasrr. Por nuestra
destruido por peiigrosos experimentos sociales; ser de izquier- l)trte, nos atendremos al modelo canónico de estructuractón
das es tener miedo de lo que existe, pues todo cambio es prefe- rlcl Estado que hemos propuesto en otras ocasiones.
rible a las condiciones actuals5"). No estará de más constatar Los valores de la familia de la función
"izquierda defini-
cómo de hecho, entre los criterios más utilizados por periodis- tl¿, serán, obviamente, valores políticos, y también podrán
tas, analishs, políticos y aúnpor el puebio llano, para distin- incluirse aquí los valores «antipolíticos>>, como valores nega-
guir a un fascista de un demócvata, prevalecen los criterios tivamente políticos; rro ya los valores ..apolíticos>>, como pre-
etológicos. tcndían encarnarlos algunas veces los sindicatos anarquistas
Pero lo más grave, si cabe, es que, además, se van introdu- tlc la CNT en las elecciones parlamentarias de 1.936.8117 de
eiendo en los tests de este tipo, conforme salen al paso, otros ('ncro de ese año la Confederación Nacional del Trabajo rati-
discriminadores tales como nacionalismo, proteccionismo, o I ir:ri su postura de no votar, pero el día 1,4 de febrero, día de las

supuestos valores de izquierda tales como ..vida moral autó- clccgi6nss, terminó decidiéndose por el voto. A este <<sector
noma y no impuesta por el Estado», etc. ,rlrcro, de la izquierda española se dirigía Largo Caballero
Por mi parte, he optado por mantener un criterio que ten- rrt su cliscurso del 12 de enero de'1.936 diciendo:
"Yo hago un
ga un carácter inequívocamenre político (para lo que deberá ll,unirmiento a los elementos de la Confederación Nacional
estar .,tallado,, en un campo histórico-político y no en un ,lcl "l'rabajo, diciéndoles que he visto con gran satisfacción el
campo psicológico, etológico o ético) y además que pueda ser t()no con cl clue halrlan de Ia Unión General de Trabajadores y

-.28 - 2t)
de los socialistas. Pero esto no es bastante. .§e d.cercan nlorlten- cl ámbito de esa misma clase. Pero también las relaciones ló-
tos en los qwe hay qwe definirse." gicirs de unidad que puedan mediar entre las izquierdas de la
t'lirse A y las de la clase B, ya sea cuando las tomamos en con-
B) La clase de las que llamamos izqwierdas indefinidas jrrnto, ya sea cuando las tomamos particularízadamente.
comprende aquellas corrientes que son tenidas como de íz- Comencemos por la relación entre los géneros de izquier-
quierdas, pero que no están definidas (o no se ve que lo estén) ,l,r englobados en la clase A. Anticipando los resultados que
en función de variables estrictamente políticas, en el sentido rx¡rondremos en el cuerpo de este libro (capítulo 3), diremos
dicho. En cualquier caso, laizquierda indefinida no es indefi- ;rt¡uí que entre los seis géneros de izquierdas definidas median
nida tanto porque sus representantes no puedan definirse res- rclrrciones de unidad muy profundas, y si no las que son pro-
pecto de alguna corriente dada, sino porque su definición, en ¡,ins de la unidad porfiriana (o linneana) del género, respecto
cuanto izqrierda, si se produce, sólo rcndrálugar por media- tlc sus especies (o del género superior que Linneo llamó
-lo
rirclcnes, clases o tipos- respecto de los géneros inferiores o
ción de una izquierda definida. En cambio, esta izquierda de-
finida se define políticamente <<por sí misma". incluso próximos a las especies) sí las que son propias de los
Por supuesto, las izquierdas que llamamos indefinidas, ¡iórrcros plotinianos (o darwinianos). Dice Plotino:
..Los herá-
habrán de darse, en general, diferenciadas unas de otras. Las .''liclas son del mismo género no tanto porque se asemejan entre
llamadas .rizquierdas artísticas>> (las "vanguardias, en el París sísino porque descienden de la misma estirpe.»
de mediados del siglo XIX y de la primera mitad del xx) cons- [,] género superior (tipo) de los vertebrados se despliega en
tituían en realidad una izquierda indefinida políticamente? L rs géneros subalternos (clases) de los peces, anfibios, reptiles,

aún cuando de hecho estos vanguardistas estuviesen más vin- ,rves y mamíferos; desde el punto de vista evolucionista (dar-
culados avnaizquierdadefinida que a otra, o que a Ia dere- rv inista) la unidad del género superior no es urra
"Vertebrado>>
cha; pero estas izquierdas artísticas se diferenciaban de una r¡rriclad unívoca derivada de la consideración de unos compo*
izquier da filo s óf ica, co mo p o dr ía s erlo la izquier da he geliana. n('¡ltes abstractos comunes a estos vivientes (como pensaba
Y si bien esta izquierda estaba a su vez más cerca de unas iz- Linneo), como si estos componentes se distribuyeran directa-
quierdas definidas que de otras, si embargo no podría consi- nrcnte (creados por Dios) en los géneros o especies consabidas;
derarse como una izquierda política. Así 1o vio Marx cuando l,r unidad del género Vertebrado es la unidad de la concatena-
se distanció de Bruno Bauer o de Feuerbach. , i,in atributiva de las clases que, comenzando por los peces
(r'omo primer analogado)van desarrollándose, de modo lineal
,, rrrrnificado, por las diferentes clases o géneros generadores.
5. Las relaciones entre las izquierdas definidas (A) y las Pero la unidad de los seis géneros de izquierda la concebi-
izquierdas indefinidas (B) nroli como enteramente similar a la unidad de concatenación
,li' los géneros de vertebrados de nuestro ejemplo.
Lo que nos importamás en este momento es determinar la ljn cuanto a launidad que pueda mediar entre la clase A (iz-
naturalezade las relaciones lógicas de unidad que puedan me- ,¡tti.crda definida) y la clase B (izqwierda indefinida) tan sólo
diar entre las izquierdas de la clase A, consideradas en el ám- ,lircnros que esta unidad puede fundarse, o bien en relaciones
bito de esta clase, así como lanatrraleza de las relaciones lógi- ,1,'urridad analógica, segírn laanalogíade atribución, o bien, y
cas entre las izquierdas de la clase B, consideradas también en ,¡r¡n sinrultáneáÍncnte, en una relación de unidad analógica de

-- 30 -- 3t
proporcionalidad. Es evidente que las relaciones de unidad ',1,',r
a,y aladifusión panteísta del poder corres-
de la Repúblic
que se establecen en virtud de proporciones compuestas per- ¡r,rrcle el sufragio universal; 3) detrás del deísta viene el pan-
Áir. *rrrr.ner la separación y aun la independencia entre los rt'ista, y detrás del panteísta, el ateo, que dice que Dios no exis-
significados del término .izquierda" en A y en B. La doctrina es- r(', .,y sale Proudhon, señores, y dice "no hay gobierno"". Al
colástica de la analogía establecía que los análogos son diversos .rrr'ísrno corresponde, por tanto, el anarquismo, según el mar-
, r r..ls de Valdegamas. Diríamos pues, si siguiéramos a Donoso,
simpliciter,y sólo son semejantes secwndwm qwid, según algo' ¡

En cambio, si la unidad fuese de atribución o proporción r


luc cl germen del anarquismo, como posición de izquierda de-
simple, es evidente que la conexión entre el primer analogado y lrrricla, está en el ateísmo. (Unamuno diría años más tarde que
los analogados segundos implicará una dependencia (en la ca- l,,s cspañoles entienden la política como una religión, y la reli-
racterístiia izquierda) de una clase respecto de la otra. A título ¡, i, rrr como una política.)

de ejemplos extremos: quienes afirmen que el primer analoga- ¿


Y qué tipo de unidad podemos atribuir a las izquierdas
do del término izquierda hay que situarlo en la clase A, tendrán ,,,,'luidas en la clase B, a las izquierdas indefinidas? Descarta-
que adoptar una perspectiva politicista en el momento de cali- ,l.r trrra unidad de tipo unívoco, no hay por qué reducirse a un
fi"u. ds ..izquierda, a determinados materiales no estric- rrrrico tipo de unidad. Sin duda, ciertas corrientes de la iz-
"o,no , rrit,rda artística pueden haberse inspirado en corrientes de la
tamente políticos. Pero quienes afirmen que el primer analoga- ¡

do de la izquierda se encuenrra en las izquierdas indefinidas de r r rltricrda filosófica, o recíprocamente.

la clase B (en algun aizquierdadiferenciada de esta clase, pon-


gamos por caso, en las corrientes heterodoxas de una Iglesia
áeterminada), es porque adopta una PersPectiva teológica' 6. Asimetría dela relación entre la izquierda definida y
Decía Donoso Cortés, en un discurso en el Congreso de la izquierda indefinida
los Diputados (30 de enero de 1850) que la civilización carólica
descansa en tres afirmaciones teológicas: 1) existe un Dios per- lin general cabe afirmar que las relaciones entre la clase A
sonal, que está en todas partes; 2) este Dios reina en el Cielo y (, lt' l:rs izquierdas definidas) y la clase B (de las izquierdas inde-
en la Tierra, 3) este Dios gobierna las cosas divinas y hurnanas' lrrirlns) no son simétricas, sino asimétricas, en el sentido si-
Pero a estas proposiciones, según Donoso, corresponden tres 1,rrit'rrtc: las izquierdas definidas, sinperjuicio de su definición
afirmaciones políticas («porque la afirmación política no es r .rrnr cle su condición de primeros analogados, dependen más
más que la consecuencia de la afirmación religiosa"): 1) que ,1,' l,rs izquierdas indefinidas que recíprocamente. «Dependen-

hay un Rey que está en todas partes por medio de sus agentes, , r.r,, rrcne aquí este sentido: que las izquierdas definidas no
2) que el Rey reina en sus súbditos, 3) que el Rey gobierna tam- ..r1,,()lrn» el material político y social al que se aplican, por lo
bién en sus vasallos. Pero Donoso Cortés- la civi- ,
¡,r.' lrirlrrán de irradiar su influ;'o o por lo menos engranar de
-continúa
Ltzaciónnegativa se basa en negaciones sucesivas, negaciones ,I
i t r rr rn od o con otras corrientes de izquierda indefinida, que
1

teológicas, con sus correspondientes negaciones políticas: 1) ,rr tti:ln cn cste material.
Dios no gobierna, aunque existe y reina; al deísmo teológico le l',n cambio, las izquierdas indefinidas, precisamente por
corresponde la monarquía constitucional: el Rey reina, pero '.rr irrtlcl'inición, pueden mantenerse más lejos de las izquier-
no gobierna; 2) no hay un Dios personal sino un poder difuso y , 1.r,, r lt'f iniclas, o incluso pucde n crigranar con corrientes de de-

cn política la
¡rlr-rtcísta; il cstii cloctrina tcolítgica corrcspondc
r, , lr,t.

li
7. Recelo ante las polarlzaciones izquierda/derecha en ,rt¡uí nos interesa analizar ante todo la oposición en el terreno
diversos campos, políticos y no políticos ¡r,,1ítico definido, y por ello necesitamos criterios políticos, y
rrilo en función de ellos hablaremos de la oposición izquier-
r l,rlc{erecha en sentido definido.
Las interacciones, flujos y reflujos entre diversas corrientes
Y fue en el terreno político en donde comenzí a configu-
de la izquierda definida y determinadas corrientes áe Ia iz'
r.rrse esta oposición, en su sentido histórico, rro meramente
quierda indefinida daránlugar a situaciones enmarañadas que
tu¡rográfico. En efecto, los criterios políticos por los cuales la
ofrecen grandes dificultades paraelanálisis, sobre todo cuando
, r¡rosición fue estable cida a raíz de la Asamblea Revoluciona-
quienes representan diferentes corrientes de izquierda indefini-
r i,r cle 1789, tienen que ver con la oposición entre el Antiguo
da (intelectuales, artistas, músicos, cineastas, científicos) mili-
ltri¡¡imen (trono y altar) y el Nuevo Régimen. Laizqrierday
tan al mismo tiempo en algún partido o asociación política de
l,r tlcrecha aparecen por tanto en el contexto de la Revolución
izqtierdadefinida. Pero esta circunstancia no es suficiente para
It';tncesa.
un diagnóstico: el cubismo, por ejemplo, no tendría que clasifi-
carse como un movimiento de vanguardiá izquierdista por el
Ahora bien, la crítica a la que Marx sometió a la Revolu-
t irin francesa
hecho de que Picasso simpatizase con el Partido Comunista. -y crítica tiene aquí el estricto sentido de clasi-
lir'rrción o diagnóstico- no era otÍa cosa sino un diagnóstico
Hay una tendencia, sin duda, a la polarización dualista
(..maniquear,), a suponer que la oposición izquierda/derecha,
,lt. csta Revolución como ..revolución burguesa>>, por tanto,
n ir una clasificación de la Revolución francesa en una taxono-
propia del terreno político, es coordinable biunívocamente con
rrrírr implícita de revoluciones en cuya :'ablahabía de figurar
las oposiciones dadas en otras categorías no estrictamente polí-
t.rrrrbién la revolución proletaria. T a Revolución francesa era,
ticas (vangu ar dia/ clasicismo, heterodoxia/ortodoxia, etc. ). D es -
,lt'scle las coordenadas marxistas, la revolución del capitalis-
de la perspectiva del materialismo filosófico, esta polarización,
nro frente al Antiguo Régimen feudal.
por lo que tiene de monismo, ha de ser vista con gran recelo.

2. Criterios <<superestructurales, y criterios .,básicos,


para establecer la distinción izquierda/derecha
3. SOBRE LA DETERMINACIÓN DEL CONTEXTO
Y desde esta perspectiva, 1o que se pedíavenía a ser regre-
POLÍTICO EN EL QUE SE DIBUJA LA OPOSICIÓN
r,u' llacia los supuestos componentes más profundos o esen-
IZQUIERDA/DERECHA
* i.rles de la oposición derecha/izquíerda que ya no había que
l,r¡sc¿r cn las apariencias, dadas en el terreno de los fenóme-
rr.rs ¡rcrlíticos superestructurales de la Monarquía (del Antiguo
1. Los primeros escenarios de la oposición derecha/
Itt;girncn) y la República, sino en el terreno básico del modo
izquierda
,1,'producción, en el que se enfrentan las clases sociales, defi-
r¡irlirs cn función de la relación que mantienen en cuanto a los
La oposición izquierda/derecha puede analizarse, como
rrrt'rlios de producción. Desde esta perspectiva económico-
hemos dicho, atendiendo a muy diversos criterios: topográfi-
cos, religiosos, sociológicos, artísticos, económicos, etc. Pero
r.,'r' i irl, la oposiciíin izquierda/derecha resultaba configurada

--
.- 35
-34
, ,'tlcnte de la Revolución francesa, como oposición política
en el conrexro de la oposición entre la burguesíayla aristo-
I r r rtlamental.. Laoposición política fundamental la pondrían
craciafeudal; pero en la nueva fase del desarrollo histórico, si
r

,'rr cl conflicto entre el capitalismo y el comunismo; dentro


la oposición iiquierda /derechapodía mantener un significa-
, l.l comunismo <<recup erarían, la distinció n para designar a
do profundo, ,.rí, en la medida en que ella reflejase las oposi-
l.rs tlcsviaciones de izquierda, o de derechá, que, a su vez, es-
entre la burguesía capitalista victoriosa y el proletaria-
"io...
do naciente.
r,u i:rn determinadas por factores de clase (el
"izquierdismo"
r,'n(lría uná estirpe "pequeñoburguesa>>, por ejemplo.) que
De este modo, las tres grandes corrientes "revoluciona-
'.,,lrrcvienen en el curso del desarrollo de la revolución bol-
rias, de izqr,ieráaposteriores a la Revolución {rancesa -a sa-
, lre'vique o de la revolución cultural maoísta.
ber, el araiquismá, el socialismo (socialdemócrata) y el co-
munismo-, tendrían que ser definidas desde la perspectiva
de la lucha de clases, y en consecuencia, el conflicto entre pro-
-1. Nuestro criterio es político; el criterio de las clases
ietariado y burguesía capitalista constiruir ía la líneaprincipal
sociales sólo interviene en la conformación de la
del conflicto, ,i. descontar otras líneas residuales o secunda-
oposición izquierd,alderecha a través del criterio
rias. y como estas tres grandes corrientes revolucionarias se
analízabanpor sus objetivos finales (la sociedad sin clases),las ¡rolítico del Estado
diferencias .rrtr. ellas habría que buscarlas en los med'ios que
l,:r tesis que se mantiene en este libro rnuy otra, y con-
es
cada corrienre propon ía para llegar al mismo fin. Pero las di-
',r',t('c11 reconocer al Estado como marco o contexto propio, e
ferencias enloi med.ios tienen que ver precisamente con el Es-
,,,,1,rcscindible, para que la oposición política entre izquier-
tado: los anarquistas considerarán necesario prescindir, sin
,1.r.; y clerechas pueda ser dibujada, según su alcance político
más, del Estado como ..mediou, parallevar adelante su pro-
,1,'lirriclo; de suerte, que só1o a traaés del Estado,la oposición
yecto revolucionario; los socialdemócratas postularán la ne-
,,',ltricrda/derecha entraría en conexión con la oposición en-
lesidad de alcanzar gradualmente el conffol del Estado a fin
ir r l,rs clases sociales, en el sentido marxista.
de orientar la evolución hacia el socialismo; los comunistas
creyeron imprescindible asaltar al Estado capitalista t iP-
Y rrun concediend o ad bominemlatesis de que la oposición
l,,r-ir.'rr tuviese lugar en el terreno de la lucha de clases, y que la
plrrrt* inmeáiatamente, a través de é1, la dictadura del prole-
, ,1,, rsición trazada en el terreno del Estado fuese superestruc-
tariado.
r rrr ,r I (si el Estado mismo es una superestructura de aquel con-
Las consecuencias (en lo que nos concierne, a saber, la
I lrr l, cutre clases), podría seguirse manteniendo la tesis de que
oposición derecha/ ízquierda política) eran muy importantes.
l.r ,,¡rosiciónizquierda/derecha se dibuja precisamente en el
La principal ésta: que el criterio fundamental de la distinción
r ,nlcxt() del Estado, y fueru de este contexto se desdibuja
poútica entre izquierday derecha habría que buscarlo en el
r ,,nr() sc desdibujó en la doctrina leninista o maoísta). La opo-
i.rr.no económico-social de la lucha de clases, y sólo a través ',rl( )n cntrc Ios colores rojo yverde sólo se da en el marco de la
áe él,y en algunos casos (en la socialdemocracia y en el comu-
r r', r( )r r; por cso fue considerada, desde el descubrimiento de las
nismo) .n la estructura del Estado. Pero con esto, la oposi-
lr ,', ut'ncias ondulatorias, como una distinciónfenoménica de-
ción enrre izquierdas y derechas se desdibujaba, en lo concer-
lrrrrtl,r t,rr e I campcr dc las apariencias (cualidades secunclarias),
niente a s, *l."n"e político. De hecho, ni el comunismo ni el
maoísmo consideraron a la oposición izquierda/derecha pro- 1,1¡r(lu('err c,l canrpo clc las escnci¿s Lr¡ísicas (dc las cualidaclcs

\1
l(r
primarias), la oposición entre el rojo y el verde se reducía, des- ,I. DERECHA, CENTRO, IZQUIERDA
apareciendo como al, ala oposición entre las longitudes de
onda dominante de 608,5 milimicras y las longitudes de onda
de 523,5 milimicras. ¿Y quién se atrevería a sacar de ahí la con- l. La relación derecha/izquierda es trimembre ¡
clusión de que la oposición entre las cualidades de rojo y verde,
lror ello, requiere un centro como parámetro
imprescindible en el campo pragmático de nuestra conducta
en el mundo, y aun en la configuración de las formas de este Lrr oposición izquierda /derechatiene una referencia topo*
mismo mundo, es una "distinción superestructuralrr? ¿Quién ¡.,, .,1 icrr consabida ("a la derecharcpográfica del trono o del al-
se atrevería a concluir que la oposición izqtierda/derecha es i rr .,, «rr laizq]u'rerda del trono o del altar"), pero la estructura
<<poco profunda,, políticamente hablando, porque tras ella, en
l, rl,,rt rr cle la oposición se mantiene cuando la referencia topo-
su esencia, hay que ver actuando la oposición entre las clases
¡',r .rlit'rr se sustituye por una referencia política, religiosa o ar-
sociales ?
r r r r( .r. I.,a estructu ralógrcade la oposición entre la derecha y la
,

La conclusión que, a nuestro juicio, habría que sacar es la r , tipo trimembre: sólo
rrcrclá es una estructura relacional de
¡r
que está más próxima a nuestra tesis: que la oposición izquier- r r, ilt' sclltido respecto de unparámetro, que suele ser interpre-

da/derecha, como oposición política, se dibuja en el contexto r r,l, topológicamente cómo un centro. Cuando se dice que la
del Estado , ! sólo a sw traaés toma contacto con la oposición ,,¡,,,sición izquierda/derecha es..relativa, se alude, sin duda
entre las clases sociales, pero no al revés. Por ello, para quienes ,,,i,, lr;t.s veces, a esta estructura trimembre; atra cosa es que
adoptan una perspectiva metahistó rica-Iadel "fin de la histo- ,,, 1,r confundirse el carácter relativo tomando esta oposición
riarr, o l¿ ds «prehistoria de la humanidad"- según la cual la , rrr( ) rrn supuesto carácter subjetivo o contingente; confusión
lucha de clases y el Estado desaparecerán enun futuro próxi- ,,'.,,lruisible porque una relación no por ser trimembre es me-
han desaparecido ya en el comunismo en un solo país, r r, ,', .lrictiva o menos esencial al campo de referencia.

como se estipuló en la constitución soviética de 1936, o se l,.r cstructura trimembre de la oposición izquierda/dere-
estipula hoy en la democracia parlamentaria- la oposición , 1,, ,'xt'luye la posibilidad de interpretar la oposición como
izquierda/ derecha se presentará como secundaria, accidental o ,,,r,r rt'l:rción bimembre entre dos términos o procesos, cada
superestructural. ,,,,, , ,l(' los cuales tuviese una definición absoluta, aun cuando
Pero aquí queremos atenernos a los marcos históricos, no lrr, 1',rr lrucliera ser relacionada por su oposición a otra. La
metahistóricos (por no decir metafísicos). Y es en estos mar- ,,l,,,,,it.irir.r entre movimientos circulares dextrógiros o sinis-
cos en los cuales la oposición izquierda/derechavuelve a di- r,,r,r().s (los ciclos de Cori en Geología, los giros de los pla-
bujarse como una oposición de significado político esencial- ,,, r.r\ ('n Astronomía, los spines en Microfísica) sería bimem-
estructural t para la propia oposición, aunque se interprete l,,r r'¡r cl scntido de que la propiedad sinistrógira sería una
ulteriormente como un fenómeno desde coordenadas meta-
1,,,,¡,r,',1;rrl intrínseca de los cuerpos que giran, aunque su re-
históricas. ,.('rrt:rción coordenada en el plano pueda ser relacional. Y
l,r,
La oposición izquierda/derecha se nos muestra, en todo ,ir r ,' l,,s nlovilricntos de estc tipo no cabe establecer un cen-
caso, como resultado de uno de tantos cruces en los que inter- rr, r |
)1,r
t'llo, .,Ltnntlt, l,i propicdad "dcrecha" o "izquie rdan se
viene la dialéctica de las clases y la dialéctica de los estados. ll, r,r ,r un l)urlr() lrrl crt cl quc sc clinrina cl ccntro (cn funcio-
,,, ', ,l,' P,rr'¡irttct rrl) l,r tlistirrcl<irl rltislll;1 (lcs:rl)rrrecc.

l¡( (r )
Es el caso de los cuerpos enantiomorfos: la mano derecha t. El centro, o línea central, como dirección neutra o
y la mano izqluierda, supuestas iguales, cuando segregan el línea divisoria de las corrientes opuestas, y las <<terceras
centro. Es decir, en este caso, el propio cuerpo humano: una v ílsr>
mano, flotando en el espacio absoluto, no puede determinarse
como derecha o como izquierda,y sólo introduciendo el cen- ( lurrndo interpretamos el centro (el punto o la línea cen-
tro (como parámetro) cabrá discriminarlas. , rl),.'u su sentido originario (paramétrico, neutral) entonces
,r , ,Irr:ir-r no consistirátanto en sugerir que él constituye la di-
r , , r rr »r privilegiad a enla cual habrían de acabar confluyendo,

2. El centro,o línea central, como dirección privilegiada , , ,rr'r'r-giendo, o confundiéndose las direcciones de derecha y

en la que pueden confluir las corrientes opuestas L , ,1. izquierda, cuanto en enmarcar el punto o línea de la di-
, r,,r,r i;r dc las corrientes que transcurren o bien a su derecha o
Ahora bien, ocurre que el centro, en la oposiciónderecba/ l,r¡ rr ,r su izquierda. Y entonces la terna (derecha, centro,iz-
izquierda, suele ser interpretado no sólo en un sentido neutral ,1,r,, r..lrr) podrá reaplicarse, manteniendo el mismo centro,
o paramétrico, sino también como un centro o línea recta pri- I , I ilIl)Lresto, a sus flancos, cuando sea posible introducir en
vilegiado, en cuanto intermedio entre los opuestos; es decir, o , ll,,', ¡¡1¡cvss centros o parámetros divisorios. De este modo
bien como un punto previo a la oposición, en todo caso equi- 1 r r,¡r.sición ternaria (derecha, centro, izquierda) adquiere

distante de los opuestos, y alrn expresivo del recto camino (el r ¡ r.r t':i I r"uctura holomérica o {ractal,porque la parte derecha, a
r

rnesotes de los aristotélicos, como término medio entre los ex- ,r \ ( 7, ¡roclrá subdividirse, sin por ello acercarse a la izquier-
tremos). ,l r. t n u na extrema derecha y en una derecha moderada; y
Cuando se habla de la izquierda o de la derecha hegeliana , ,r r . r,ur[() ocurrirá con la izquierda, que se dividirá en una ex-

se presupone que hay que situar a Hegel en el centro, es decir, , , , ,,,,r iztlui erda y en una izquierda moderada, que tampoco

en una línea central previa a la distinción, e incluso privilegia- , rl)r (,xirlará a la derecha moderada. Y así sucesivamente.
da, en cuanto ala capacidad expresiva del propio pensamiento l', r r.ulto los conceptos de centro derecha o de centro iz-
de Hegel. La línea central será ahora fácilmente interpretada , r ( r ( ,1, cn cl sentido de la línea continua, desaparecen.
¡ 1

no sólo como una línea privilegiada, desde el punto de vista ( ( )rrvio¡re advertir que para que esta reiteración de la terna
del conocimiento, sino también desde el punto de vista de la ,,r rr',r r r,r lie sc produzcahabráque conservar el mismo paráme-
realidad práctica, como la dirección recta de la que, o bien se rr,, , rr i1,irr:rrio, y habrá que introducir otros dos diferentes,
desvían las corrientes de derecha, o bien se desvían las co- 1 r r , l).u ,r la parte derecha y otro parala parte izquierda, y así
rrientes de izquierdas (tal es la interpretación política que I.e- ,,,',r\r.u)rcnt.e" l)e donde se deduce que, mientras que en la
nin dio alaizquierday ala derecha política, respecto de la lí {, r, r I ) | r'l ;rcirin
"privilegiada, el centro (o la línea central) pue-
nea central y rectainterpretada por el bolchevismo). ,1, , rrr,'rrrlcrsc como el lugar de encuentro, de aprorximación o
O bien como la línea en la que han de acabar por confluir, ,1, , r,nllucncil cn cl cual se acortan las distancias entre la de-
en virtud de la prudencia política, que tenderá al término me- ,, ' l, r rrr,,ricrrrclll y la izquierda moderada (el centro derecha o
dio, las corrientes de izquierdas y de derecha política: tal es la ' I , , r¡rr,, iz,r¡rric'r'rlrr), cn car-nbio, e n la interpretación pararné-
intcrprctación quc suclcn dar de la izquierda y de la dcrecha r r, .r Ll r,'¡,r',,r1 trec,irirr o tcitcrrrción clc la riprosición dcrccha/iz"-
I os .,iI t' nrírt--r:rt :rs tlcl c:c rr tr()>). ,¡., r(l,r .'n I,rs.ri;rs,, l.l;rrrt',,s ¡r'irrritiv()s n() rlc()rtir lls tlistarrc:i:rs

to .lr
entre Ia derecha moderada y laizquierda moderada, distancia ,lcstruir, pues en congresos tan divididos, ocho o diez hom-
que se mantiene invariante. Como hemos dicho, el centro de- lrrcs por algunos días mancomunados echando el peso de sus
recha y el centro izquierdadesaparecen o toman otro sentido. \,()l()S...>>
De otro modo: en la interpretación paramétrica, la derecha
moderada no equivale sin más a una suerte de aproximación o
convergencia con la izquierda moderada, y si esto ocurre es 4. Líneas de centro en campos políticos y en campos
porque el centro no se interpreta paramétricamente. Ahora no políticos
no podremos hablar de confluencias o convergencias cuanto
de mantenimiento de las divergencias, sin perjuicio de la mul-
lis evidente que esta estructura podrá aplicarse en princi-
tiplicación de las oposiciones de derechay de izquierda.
¡rio r1o ya sólo a campos de términos estrictamente políticos
La oscuridad de los conceptos de ..terceras víasr, (entre la
{,, rlc política definida) sino también a otros campos de térmi-
izquierda y la derecha, o entre corrientes de izquierdas, que ¡r,s rro estrictamente políticos, sin perjuicio de que puedan
proliferan en nuestros días Blair, etc.-) deriva de i r,1n tener relaciones significativas político-indefinidas, como
-Giddens,
la ambigüedad que sus promotores mantienen ante el concep-
r

,'r t'l caso de los campos sociales (instituciones familiares, ins-


to de ..centrorr. Tiene un gran interés recordar que ya en la t rt rrciones religiosas, científicas, artísticas, filosóficas).
España de 1843 fue utilizada esta estructura trimembre de la
Un único ejemplo para evitar la prolijidad: la institución
oposición izquierday derecha, por el ilustre tratadista de de- l.r¡rriliar. Tomemos como parámetro o centro la institución del
recho político don Antonio Alcalá Galiano. Dice así en sus rrr,rtrimonio heterosexual monógamo. A la derecha, enprimer
Lecciones:
lir irrlo de esta institución, pondremos a todas aquellas legisla-
"En Francia, modelo de la monarquía meso crática, donde r ronos o proyectos de legislación (por tanto, data o ferend,a)
la gente de mediana esfera tiene el influjo principal en los ( u (' crs mble zcan el car ácter indis oluble del matrim orrio a la iz-
l ;
cuerpos deliberantes colegisladores, vemos un partido de de- ,¡uicrda aquellas legislaciones que reconozcan la posibilidad
recha y otro de izquierda, y dos más llamados de izquierday ,1,'lrlivorcio legal.
derecha extremos, y dos de centro derecho e izquierdo, y lue- l)cro, en un segundo grado, mediante la introducción de
go a estas divisiones se agregan otras del parddo de Thiers, rrn P¡r¡'f ¡¡g¡ro en la derecha (como pueda serlo el matrimonio
partido de Pass¡ etc., viniendo a suceder que efl vez de dos ',,r('r'rlmental) y otro parámetro en la izquierda (como pueda
listas de candidatos al ministerio, en las cuales si algún nom-
',,'rlt¡ cl maffimonio legal), tendremos estas situaciones: una
bre se quita o se añade, o muda de lugar, son éstos pocos, hay t'\trcrnA derecba ante Ia institución del matrimonio, que de-
listas y combinaciones por docenas (siendo, como es sabido, lr'rrrlcrá el carácter indisoluble del matrimonio y a su vez su
en estos cuerpos la posesión del ministerio lo que se disputan r .rr',íctcr sacramental; una derecha moderada que defenderá el
los contendientes). Acaece en estos casos descomponerse tan , .u,ictcr indisoluble del matrimonio, pero sin considerarlo
multiplicadas y enredadas combinaciones: hacerse de ahí más
¡rr rr cllo sacramental; una izqwierda moderada que defenderá
imposible la permanencia en el mando de ciertos hombres,
la subsistencia en los actos del gobierno de ciertas doctrinas y 'l t.;u-rictcr disoluble del matrimonio, pero supuesto su carác-
t,'r lcgal, r.ncdiante un divorcio legal; y una posición de extre-
de la conducta a ellas arreglada, y llegar a disponer una corta ttr,t izr¡wicrda quc clcfcndcrá no sólo cl caráctcr disoluble del
minoría descc¡ntenta de la suerte del estado, a lo menos para rrr,¡trirrrt¡nir), pcro c()nr() silnplc cllesti¿)n dc hcclro (suptrcs-

42 ,il
to también que el matrimonio sólo se admita como situación
de hecho).
Es evidente que, en este ejemplo, la derecha moderada no
confluye, ni con,rerge ni se confunde con la izquierda mode-
rada, puesto que el parámetro original se mantiene'
nti*is*o es obvio que estas relaciones de derecha e iz-
quierda cambiaránde signo si dejamos de lado el parámetro 1.

áriginario (matrimonio heterosexual monógamo) y tomamos


otÁs parámetros tales como matrimonios homosexuales, ma- E,XPOSICIÓN SISTEMATICA
trimonios poliándricos, poligínicos, etc. DE, LAS PRINCIPALES IDEAS SOBRE
LA IZQUIERDA DISP-ONIB LES
EN NUESTROS DIAS

I. QUE ABARCA NUESTRA EXPOSICIÓN

l. Ideas, no corrientes

Nrtcstra exposición quiere abarcat a las princiPales con-


, ¡ 1,('i()nes disponibles de las izquierdas' ¿Qué significan estas

I',l.rl't':rs?
N os referimos, ante todo, a concepciones de la Izquierda'
,, , .r ('()rrientes de laizquietdaen el sentido antes expresado' Es
, \ ( l ('n tc que las Ideas o concepciones que puedan considerar-
r

',1' ,rínirramente conformadas sobre Ia izquierda no serán se-

, l ,l cs dc las corrientes de laizquierá4 definida


, r
o indefinida'
¡ '.,

,1,' , ,'l.,rcrcia, ni tampoco recíprocamente' Pero las Ideas sobre


Lr rzt¡uicrcla y las de izquierdas son disociables'
-rri.rrt.t
, ,,nr() yir hcmos dicho.
Y cstt¡ nos obliga a comerrzaÍ constatando que hay no una
.rrrr r rttúltiplcs l,leis o concepciones, a veces teorías, sobre
la
r ,'r
¡rrit'r'rlr y sobrc las izquierdas.
Aunque no hubiera más que
,r,',r rnicrl corriclrtc dc izquicrda, las concepciones o Ideas so-
l,rl t'sl:r supl-lcstil úrlit,r izquicrtla (no ya una izquierda unida
,t1
.t,l

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