Hafez - Poemas

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POEMAS de HAFEZ

101 Poemas - Hafez Shirazí. Traducción, notas y glosario de Clara Janés y Ahmad
Taherí
Prólogo de Clara Janés 2001

Del "Prólogo"
"Comparables a los hermosos alicatados de las mezquitas iraníes, los versos de
Hafez están tan llenos de destellos y de movimiento que nos atrapan; ostentan un
dominio técnico, una brillantez de imágenes y una melodía tales que sólo pueden
ser el fruto de un creador inspirado y, ante todo, inteligente y lúdico. A través de
ellos podemos detectar el goce de su autor al realizar sus piezas como un orfebre y
a construir ese mundo propio singular y deslumbrante, como un mosaico formado
de piezas análogas que aparecen en posiciones distintas y cambiando de contexto,
de modo que el ojo no tiene reposo y es siempre atrapado por la sorpresa. Esto
explica que dichos poemas no envejezcan, que a cada lectura parezcan renovados,
y que estén presentes en el mundo persa actual como referencia y punto de apoyo,
tanto en la vida cotidiana -pues a ellos se acude para consultar el futuro- como en
la creación."

Palabras pronunciadas en la presentación del libro, que tuvo lugar en el Círculo de


Bellas Artes de Madrid, el 5 de febrero de 2002
Buenas tardes, es para mí un verdadero placer participar en la presentación de este
libro por muy diversos motivos que tienen que ver muy directamente con el
contenido del mismo. En primer lugar porque se trata de una magnífica edición
bilingüe que va precedida de una introducción excelentemente documentada,
erudita sin pedantería, y quizá lo más importante, atravesada de un sentimiento de
empatía con el autor cuya obra se comenta, que una vez más pone de manifiesto la
exquisita sensibilidad de Clara Janés y su buen conocimiento del tema y del poeta
que presenta. En segundo lugar porque la traducción de los poemas, en la que
convergen la maestría de Ahmad Taherí y la sensibilidad de Clara Janés, es a la vez
directa y evocadora, casi en la misma medida en que sin duda lo es el texto
original, al que yo, lamentablemente no puedo acercarme pero que puedo
vislumbrar a través de mi experiencia con textos que pertenecen a una similar
tradición en contenido y estética como son los escritos de poetas y místicos árabes.
La cosa no queda ahí, la combinación perfecta de intereses y trasvases que se
produce entre Clara Janés y Ahmad Taherí da lugar a un texto fiel que, sin perder
nada de su belleza originaria, retiene sonoridades y colores propios de la lírica
española, mientras que las resonancias particulares propias de la lírica persa, los
aspectos simbólicos privativos, que al lector en castellano podrían escapársele,
quedan recogidos en notas finales y en un glosario acertadísimo de términos que no
entorpecen una lectura continuada y un disfrute directo de los versos. Así que no
sólo la introducción sitúa al lector y los poemas lo fascinan, sino que notas y
glosarios le aportan informaciones preciosas para el disfrute completo de la
hondura de la obra de Hafez. Sin embargo, un texto no es sólo lo que dice o cómo
lo dice, sino lo que trae a la mente y las posibilidades que otorga de abrir una
reflexión diferente.
A mí, personalmente, este texto me sugiere, y con ello voy a terminar, una idea
que tiene que ver directamente con el presente y no tanto con el siglo XIV en el
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que viviera Hafez. Hoy hablamos de globalización y también de choque de culturas,
de lo primero, como la gran solución uniformadora de la civilización humana, y de
lo segundo como la amenaza que quiebre esa armonía unitaria. La producción de
Hafez de Shiraz es un ejemplo perfecto de globalización, porque su obra es un
tejido unido por hilos invisibles, cuya trama está compuesta por sedas que
representan a los textos apócrifos del rabinismo judío, como los símbolos que
recuerdan a Salomón y la reina de Saba, por sedas que expresan el simbolismo de
la luz y las sombras, tan caro a la tradición más rancia de las literaturas semíticas,
pues además del texto bíblico y otros textos mesopotámicos ya aparece en los
poetas preislámicos árabes, compartido con el mejor platonismo griego.
Otros hilos de la urdimbre presentan el logos de la tradición cristiana, esa imagen
de Jesús como palabra, que por otra parte tan fiel es a la más genuina tradición
coránica tal como aparece a la azora de María, o aluden a los reyes de Persia o a
los lugares emblemáticos de sus gestas o a los cultos y deidades zoroastrianos,
pertenecientes a la más cara y significativa tradición irania.
Esta riqueza plural y abarcadora, se reúne por el genio de un individuo claramente
incardinado en la tradición musulmana, Hafez de Shiraz, que compone un mundo
poético rompedor e individual, con personalidad propia, y significativo de una
identidad bien separada y definida. La poesía de Hafez es un ejemplo perfecto de
suma y reelaboración de materiales de muy diversa procedencia cultural,
perfectamente integrados y que niegan que la globalización deba ser monosémica o
que el encuentro de civilizaciones haya forzosamente de llevar a un choque
destructor.
Este libro, pues, en mi opinión, suma todas las características que uno debe esperar
en un libro: una edición cuidada formativa e informativa, un disfrute del texto, y la
apertura hacia un nuevo pensamiento que lleve a la actualidad y nos proyecte hacia
el futuro. Por todo ello vuelvo a dar las gracias a Clara Janés y a Ahmad Taherí por
invitarme a participar de tan hermoso trabajo, pero especialmente nuestro
agradecimiento a Hafez, que a través de los siglos sigue estimulando en nosotros la
sensibilidad hacia la belleza y la búsqueda de la verdadera la naturaleza del
hombre.
Montserrat Abumalham
Profesora de estudios árabes de la Universidad Complutense
de Madrid, y directora del Instituto de Ciencias de la Religión

Estoy totalmente de acuerdo con Montserrat con todas las alabanzas que ha hecho
tanto a la traducción como a la introducción y al glosario y, por tanto, me eximo de
hacer más comentario a ello. Únicamente quiero señalar que a mí me parece que
los dos traductores han logrado realmente un mosaico en danza.
Yo no conocía a Hafez, pero he recorrido otros poetas persas y árabes, he leído
mucho a Corbin y Hafez me ha impactado por las razones que voy a decir ahora y,
naturalmente, me ha impactado en una traducción castellana que me parece
espléndida.
Como digo me parece que se trata de un mosaico en danza, en el que prima la
ligereza, el repiqueteo sobretodo, que es lo que a mí más me ha llamado la
atención. Hafez me parece un poeta esencialmente trágico y de gran musicalidad.
Creo que el título del libro de Hillman que cita Clara es perfectamente adecuado: La
danza de la vida. Diría que Nietzsche todavía está removiéndose en su tumba con
los poemas de Hafez. Puesto que todo son alabanzas, solamente voy a hacer una
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pequeña crítica: hay un personaje, que considero es el personaje que al trasluz
está en Hafez, llamado Jezr, el verde. Quizá es el más hermoso que existe en toda
la literatura y en toda la mística islámica. Pues bien, en un momento determinado
del glosario, aparece la voz "Experto en verdor", y hay una duda sobre qué puede
ser este "Experto en verdor", y no debe haber ninguna, pues claramente es el
verde, Jezr, y las conexiones que esto lleva y que en la traducción se ven
espléndidamente, deben quedar claras en el glosario, la conexión entre Jezr, las
partículas y esas chispas divinas gnósticas, el Malakut, la forma interior de luz y el
pavo real, sin olvidar otro de los tutores de Hafez, que a mí de esta literatura persa
es el que me sigue conmoviendo más, al Hal.lach (o Hallay). Y Mansur Hal.lach era
llamado el pavo real. Los musairíes y los drusos lo tienen a él por el pavo real, la
perla y, en definitiva, el hombre verdadero.
Yo creo que este trabajo de Clara y Ahmad es un verdadero azar concurrente
maravilloso. Ya nos han dado nada menos que los Rubayat de Rumi y Tres poetas
persas contemporáneos y Clara ha traducido, además a Farid ud-Din Attar, El libro
de los secretos. Se trata, por parte de Clara, en este peregrinaje de amor que es
toda la trayectoria de su propia poesía, de un auténtico viaje a Oriente en el que se
ha encontrado con Ahmad. Y este libro, 101 poemas, es una especie de aventura
sin fin, de encuentro sin fin con la poesía de Hafez, con el barzaj, ese mundus
imaginalis que también ha recorrido Corbin.
Hay una obra de Clara Janés, que preludia ya esta traducción, el Diván del ópalo de
fuego, o la leyenda de Layla y Machnún, leyenda que también aparece en Hafez. Yo
creo que lo que se ha producido aquí, perdóneme el publico persa, pero los
españoles lo van a entender muy bien, es un Hafez clarificado.
Y empieza la tragedia, pues a mí me parece que, de haberle conocido, Nietzsche
habría amado profundamente a este poeta, como lo amó profundamente Goethe, y
no se ha puesto de manifiesto todavía cómo Goethe sigue cursos persas y sobre
todo de Hafez. Yo creo que lo que hay en él es una permanente danza dionisíaca,
en términos nietzscheanos, y son muy curiosos los paralelismos y la broma
fundamentalmente al centrarse en el zoroastrismo. Zoroastro está en los dos. Hafez
le habría enseñado mucho a Nietzsche. Pero sería muy largo hablar de esto y es
cuestión de ser breve. De todos modos hay una expresión de mi maestra, del
onceavo aniversario de cuya muerte hoy es el día previo, María Zambrano, pues
murió el 6 de febrero de 1991 -hoy estamos a cinco-; decía que hay una expresión
de ella sobre Nietzsche, con la que estoy totalmente de acuerdo, en la que lo
califica de "éxtasis malogrado". Yo estoy preparando un libro con los textos de
María Zambrano sobre Nietzsche y, que me haya caído a la vez en paralelo Hafez,
ha sido un azar muy concurrente porque ahora entiendo mucho mejor por qué
María Zambrano dice que Nietzsche es un "éxtasis malogrado". En todo caso hay
muchos elementos en común entre ambos, inclusive el eterno retorno, el giro de las
esferas de Hafez, el año del ser de Niezsche, los eones, ese profundo amor a la
vida, pero también quiero señalar otros elementos en este típico poeta trágico que
es Hafez, en común con el propio Chaucer, con Fraçois Villon, con Rabelais y, sobre
todo, con Gérard de Nerval. Y no les eximo a ustedes de escuchar unos versos de
Nerval, que Hafez hubiera entendido muy bien, y con esto acabo, porque me
parece que toda su poesía está aquí, en el Malakut, ese ser divino que permite que
uno pueda ser un libertino y un bohemio y, sobre todo un gran crítico de todo
género de hipocresía como es Hafez, y también ese ir al fracaso, ir a la ruina y
encontrar el tesoro…

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¿Y cuál es el tesoro? Gérard de Nerval lo decía casi en términos de Hafez. Dice
Gérard de Nerval en los "Versos áureos o dorados"
Con frecuencia en el ser oscuro
habita un dios escondido
y como un ojo naciente
por sus párpados cubierto
un puro espíritu se acrece
bajo la corteza de las piedras.

Jesús Moreno Sanz


Profesor de filosofía, ensayista y poeta, y
traductor de Louis Massignon.

ESTAS TRES COPAS


Oh escanciadora, se habla de sentencias, de tulipán y rosa.
y el discurso se destila con estas tres copas.
La hierba núbil alcanza su extremo de belleza; sirve vino.
En estos días, por el arte de tu mano, la obra ha concluido.
Hoy, todos los loros de India dulzura exhalan,
debido a este azúcar persa que se dirige a Bengala.
En el trayecto de los versos, de lugar y tiempo observa el paso,
que este niño de una noche recorre el camino de cien años.
Observa aquel ojo eterno que el asceta atrapa
y al que persigue una caravana de magia.
Perlado de sudor, avanza donairoso
y destila rocío de vergüenza, del jazmín el rostro.
No te apartes del camino por el guiño de este mundo: una ancian
que hace trampas cuando parte y, cuando se sienta, engaños trama.
En la rosaleda real sopla el viento de primavera
y a través del rocío vino en el cáliz del tulipán trasiega.
Ansiado entrar en la corte del sultán Giz-uddin, Hafez,
no pierdas el tino, que el lamento es tu cometido.

NO HAY ESPERANZA DE ENMIENDA


¡Oh, ídolo!, tal pena me causa mi amor por ti, ¿qué hacer?
¿Hasta cuándo en esta pena de noche me quejaré?
Loco en demasía el corazón está para escuchar consejo,
acaso con la punta de tu buble lo encadenamos.
Nuestra separación, lo que me hizo sufrir....
en modo alguno cabe en una carta su relato.
¿En qué ocasión, con un rizo de tu pelo
contaré uno por uno todos mis desasosiegos?

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Cuando sienta deseos de ver mi alma,
crearé la visión del dibujo de tu dulce cara.
Si supiera que con ello encontrarte lograría,
perdería la fe y el corazón me modificaría.
Aléjate de mi, predicador, no cuentes fábulas.
Yo ya no soy aquel que escucha hipocresías.
No hay esperanza de enmienda en el vicio de Hafez.
Ya que el destino es así, ¿qué hacer?

EL SECRETO OCULTO
¡Huye de mi el corazón! ¡Dueños de los corazones, os conjuro!
¡Qué sufrimiento: ser hará visible el secreto oculto!
Navegantes somos, ¡oh, viento favorable
haz que veamos de nuevo el rostro conocido!, ¡levántate!
En la rueda giratoria sólo hay diez días de fábula y hechizo,
con bondades para los amigos, apúralos, amigo.
¡Oh señor de la grandeza, de tu salud haz donativo
y recuerda algún día a este derviche mísero!
La paz entre los mundos, en dos palabras se ha resumido:
con los amigos ser caballeroso, contemporizar con los enemigos.
¡Mira!, el espejo de Alejandro es la copa de vino
que pone a tu alcance el territorio de Darío.
No te rebeles, que, debido a sus celos, tal vela arde el Amado,
aquel en cuya palma se torna cera el basalto.
En el círculo de la flor divina, anoche, el ruiseñor cantó bien.
Los que estáis ebrios, despertaos, saciad el ansia con vino del amanecer.
Aquel sabor amargo que el sufí nombró madre de las maldades,
para nosotros, más que el beso de doncella, es dulce y agradable.
Entrégate al placer y a la ebriedad en tiempos de pobreza,
que al mendigo convierte en Coré esta alquimia de existencia.
Esas bellezas de lengua persa fuentes son de la vida.
Oh escanciadora, a los persas ancianos, dales albricias.
Donde reinan los de buena fama, pasar no nos dejaron.
Si no te gusta, modifica el sino predestinado.
No por su voluntad vistió Hafez un manto manchado de vino.
¡Oh maestro sin mácula, en esto sé benigno!

CON UN VELO DE TINIEBLA


En los tiempos de la flor, de enmendarme de la bebida me avergoncé,
¡que nadie se avergüence de una conducta errada!
Nuestro bien es todo él una trampa del camino. Desde ahora,
escanciadora y testigo no me causarán vergüenza.

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Acaso por su carácter noble al amado no pregunte,
que nos duelen las preguntas y avergüenzan las respuestas.
Por la sangre que ayer noche huyó del nido del ojo,
a ojos de los durmientes quedamos avergonzados.
Merece el narciso ebrio doblar la cabeza:
los modos y los reproches de aquel ojo le avergüenzan.
En el intento de ir en pos de ti no hemos cesado.
De este intento, gracias a tu compañía, no me avergüenzo.
Más hermoso que el sol tienes el rostro. ¡Loado sea Dios!
De ti no sentimos vergüenza ante el rostro del sol.
Con un velo de tiniebla se cubrió el agua de vida, avergonzada
ante los versos de Hafez y su talante de agua.

EL LENGUAJE DE LOS LIRIOS


Albricias, corazón, que el viento de la mañana ha regresado.
La abubilla mensajera de la tierra de Saba ha regresado.
Oh ave del alba, canta el himno de David,
que el Salomón de las flores, con el viento, ha regresado.
¿Dónde está el iniciado que entienda el lenguaje de los lirios,
para que pregunto por qué partió y por qué ha regresado?
Me trató con clemencia y gentileza la providencia divina,
y así el ídolo de corazón de piedra por sendas de lealtad ha regresado.
Por el soplo matutino, huele el tilipán el vino apetecible.
Era un ardor de corazón y con fe en la medicina ha regresado.
He lanzado mil suspiros en pos de esta caravana,
hasta que las campanillas a mi oído del corazón han regresado.
Aunque Hafez llamó a la puerta del sufrimiento y rompió el compromiso,
mira, su bondad, conciliadora, por nuestra puerta ha regresado.

CUANDO NO SE HALLE EN MEDIO EL ALMA


Merece loanza dijeron cuanto oyeron
los visos que mencioné al describir aquella imagen.
El corazón entregué a un amigo hermoso, ufano, esbelto,
alegre y de talante excelso.
Alcanzar el amor y ser bohemio, fácil pareció al principio;
al final, por adquirir estas virtudes, ardió mi alma.
En lo alto de la horca canta Hal-lach dulcemente este acontecimiento.
No preguntéis a Shafei sobre cuestiones análogas.
Dije: cuándo perdonarás a mi alma cansada.
Dijo: cuando no se halle en medio al alma.
Durante el aislamiento, como tu ojo, ebrio era,
y ahora, hacia los ebrios me inclino, como tu ceja.

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Cien diluvios de Noé vi desde el agua de los ojos,
mas no se borró tu imagen de la tabla de mi pecho.
Oh amigo, la mno de Hafez contra el aojo es amuleto.
¡Oh Dios, haz que la vez colgada ya de tu cuello!

COMO TÚ SABES
El alba de la bienaventuranza sopla hacia donde tú sabes.
Por el reino de quien sabes, pasa cuando tú sabes.
Del secreto retiro eres heraldo, y te esperan.
Acude no por mandato, sino tal como tú sabes.
Di que me huye de la mno el alma amada.
Insufla en ella, con tu boca granate, lo que tú sabes.
Dos palabras he escrito de un modo que nadie entiende.
Por tu majestad y grandeza, léelas como tú sabes.
Tu espada y nosotros somos como el sediento y el agua.
Al cautivo que prendiste, mátalo como tú sabes.
¿Cómo anudar la esperanza al cinturón de brocado,
pues queda junto a un detalle que tú sabes?
En este asunto, Hafez, da igual el turco que elárabe.
Cuenta la historia de amor en la lengua que tú sabes.

¿QUÉ SE HIZO?
No hallo en nadie apoyo alguno, ¿qué fue de los amigos?
¿Cuándo acabó la amistad?, de los amigos ¿qué se hizo?

Se enturbió el agua de vida, ¿dónde está Jezr de pie bendito?


La rosa se ha desangrado, del viento de primavera, ¿qué se hizo?

Más de mil rosas florecieron y no se ha oído un solo trino.


¿Qué fue de los ruiseñores?, de los pájaros, ¿qué se hizo?

Venus no toca su instrumento, ¿es que el laúd en fuego ha ardido?


Nadie desea embriagarse. De aquellos ebrios, ¿qué se hizo?

De la mina de los caballeros, hace mucho ni un granate ha salido.


¿Adónde fue la irradiación del sol, del intento del viento y de la lluvia, qué se hizo?

Del derecho de amistad no habla nadie, ¿qué se hizo del amigo?


¿Qué fue de los que respetan el derecho?, ¿qué fue de los amigos?

Tierra de enamorados ésta fue, y fue ciudad de los amigos.


¿Cuándo acabó el amor?, de los reyes de amor, ¿qué se hizo?

La bola de la virtud y el éxito han lanzado al centro mismo.


Al campo nadie sale, de los jinetes, ¿qué se hizo?

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Calla, Hafez, nadie conoce los misterios divinos.
¿A quién preguntas: del giro de los tiempos qué se hizo?

ANOCHE VI A LOS ANGELES


Anoche vi a los ángeles llamar a la puerta de la taberna,
amasaban el barro del hombre y el vaso daba su medida.

Ellos, los que habitan el templo de lo oculto y el candor del universo angélico,
me acompañaron, a mí, mendigo de las calles, a beber el vino de la ebriedad.

Al dar gracias a Dios por la Paz alcanzada entre él y yo,


la copa de gratitud vaciaron, bailando, los sufíes.

Los cielos no pudieron soportar el peso de la prenda.


Cayó la suerte en el nombre de ese loco que soy yo.

No es fuego aquel cuya llama despierta la risa de la vela.


Fuego es aquel que prende en la levedad de la falena.

¡De las querellas de las setenta y dos sectas, apartaos!


que por no ver la verdad crearon fábulas distintas.

Ni por un fardo de ideas, dejamos nosotros el camino,


pues de una sola semilla el hombre terrestre fue creado.

Nadie como Hafez del rostro del pensamiento quitó la máscara,


desde que están rizando el rizo los que cortejan la palabra.

DESIERTO DE SILENCIOSOS
¡Levántate y en la copa de oro el licor del gozo vierte,
antes de que mi cráneo en la tierra se asiente!

Desierto de silenciosos será al fin nuestra morada,


vaya en tanto el clamor nuestro a la cúpula miniada.

Precario es el tiempo, ¿sabes?, de esta mansión que posees,


del corazón de la copa, el fuego arroja en tus bienes.

Aparta ya el ojo impuro del que es Alma de las almas


y a través del claro espejo, con claridad, ve su cara.

Hice ablución en mis lágrimas pues dicen los de la vía:


purifícate primero, después al que es puro, mira.

Por tu verde torso, cuando me torne tierra, oh ciprés,


arroja tu sombra en ella, y olvida tanta altivez.

La serpiente de tu bucle nuestro corazón mordió.


Adonde se halla el antídoto, por tu boca, arrójalo.

8
Oh Dios, aquel asceta egoísta que sólo ve los defectos...
Al espejo de su mente, lanza el humo de tu aliento.

Como la flor al emitir su perfume, Hafez, ábrete las vestiduras


y arrójalas, luego, al paso de aquella grácil altura.

ME LIBERO Y ME LEVANTO
¿Las albricias de tu encuentro dónde están? que de la vida me libero y me levanto.
Soy el ave celeste y de la trampa del mundo me libero y me levanto.

Si me llamas tu esclavo, juro por tu señorío


que del reino de la existencia y del lugar me libero y me levanto.

Oh Dios, de la nube conductora haz que llegue la lluvia,


antes de que como polvo, del centro me libere y me levante.

En mi tumba, con vino y juglares, siéntate,


que por tu olor, de la fosa, bailando me libero y me levanto.

Ponte en pie y muestra tu figura, oh ídolo de movimientos suaves


que de la vida y del mundo aplaudiendo me libero y me levanto.

Estréchame fuertemente una noche, aunque soy viejo,


que a tu lado, al alba, me libero y joven me levanto.

En el día de la muerte dame un momento, para que como Hafez,


de la vida y del mundo me libere y me levante.

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