Doctrina de Cristo (Divinidad)

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Doctrina Cristo II

(Deidad)
Para completar la enseñanza bíblica acerca de Jesucristo, debemos afirmar no
sólo que fue plenamente humano, sino también que fue plenamente divino. La
prueba bíblica de la deidad de Cristo es muy extensa en el Nuevo Testamento.

I. Afirmaciones bíblicas directas.


La palabra Dios (teos) se aplica a Cristo. Aunque la palabra teos, «Dios», en
el Nuevo Testamento por lo general se reserva para Dios Padre, hay varios
pasajes en los que también se usa para referirse a Jesucristo. Estos pasajes
incluyen Juan 1:1; 1; 20:28; Romanos9:5; Tito 2:13; Hebreos 1:8 (citando el Sal
45:6); y 2 Pedro 1:1.

La Palabra Señor. Hay varios casos en el Nuevo Testamento en donde


«Señor» se aplica a Cristo y se puede entender sólo en este fuerte sentido del
Antiguo Testamento: «el Señor» es Yahvé o Dios mismo. Este uso de «Señor”
es muy impactante en la palabra del ángel a los pastores de Belén: «Hoy les ha
nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor» (Lc 2:11).

Vemos otro ejemplo cuando Mateo dice que Juan el Bautista era el que
clamaba en el desierto: «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el
camino para el Señor, háganle sendas derechas”» (Mt 3:3).

Otras afirmaciones. Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que
Abraham naciera, yo soy (Jua 8:58). Los líderes judíos reconocieron al instante
que no estaba hablando en acertijos ni diciendo cosas sin sentido. Cuando dijo:
«Yo soy», estaba repitiendo las mismas palabras que Dios usó para
identificarse ante Moisés: «YO SOY EL QUE SOY» (Éx 3:14).

Jesús estaba tomando para sí el título «YO SOY», por el cual Dios se auto
titula el Eterno que existe, el Dios que es la fuente de su propia existencia y
que siempre ha sido y siempre será.

Evidencia adicional de las afirmaciones de deidad se pueden hallar en el hecho


de que Jesús se autotitula «el Hijo del hombre». Este título se usa ochenta y
cuatro veces en los cuatro evangelios, pero sólo lo usa Jesús y sólo para
referirse a sí mismo (obsérvese, p. ej., Mt 16:13 con Lc 9:18).

Este único término tiene como trasfondo la visión de Daniel 7, en donde Daniel
vio a uno como «hijo del hombre» que «vino al Anciano de Días» y «se le dio
autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos, naciones y lenguas lo
adoraron! ¡Su dominio es un dominio eterno, que no pasará, y su reino jamás
será destruido!» (Dn 7:13-14). Es impresionante que este «hijo de hombre»
venga «con las nubes del cielo» (Dn 7:13).
II. Evidencia de que Jesús poseía atributos de deidad

Atributo de Dios en Jesús Referencia Bíblica


Omnipotencia Jesús demostró su omnipotencia cuando calmó la
tormenta del mar con una palabra (Mt 8:26-27),
multiplicó los panes y los peces (Mt 14:19), y
cambió el agua en vino (Jn 2:1-11).
Eternidad Ciertamente les aseguro que, antes de que
Abraham naciera, ¡yo soy!» (Jn 8:58),
Omnisciencia y sabía «desde el principio quiénes eran los que no
creían y quién era el que iba a traicionarlo» (Jn
6:64).
Omnipresencia Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy
yo en medio de ellos» (Mt 18:20).
Soberanía divina A diferencia de los profetas del Antiguo Testamento
que declaraban «Así dice el SEÑOR», él podía
poner como prefacio a sus afirmaciones la frase
«Pero yo les digo» (Mt 5:22,28,32,34,39,44)
Digno de adoración por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el
nombre que está sobre todo nombre, para que ante
el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo
y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre» (Fil2:9-11).

III. ¿Por qué fue necesaria la deidad de Cristo?


Aquí es apropiado que reconozcamos que es de crucial importancia insistir
también en la plena deidad de Cristo, no sólo porque la Biblia la enseña muy
claramente, sino también porque:

1 solamente alguien que fuera Dios infinito podía llevar la plena pena de todos
los pecados de todos los que creerían en él; una criatura finita hubiera sido
incapaz de llevar esa pena;

2 La salvación es del Señor (Jn 2:9), y todo el mensaje de la Biblia está


diseñado para mostrar que ningún ser humano, ninguna criatura, jamás hubiera
podido salvar al hombre; sólo Dios mismo; y

3 solamente alguien que fuera real y plenamente Dios podía ser el único
mediador entre Dios y el hombre (1 Ti 2:5), tanto para llevarnos de regreso a
Dios como también para revelarnos a Dios más plenamente (Jn 14:9).
Conclusión
El Nuevo Testamento afirma una vez tras otra la plena y absoluta deidad de
Jesucristo. Lo hace en cientos de versículos específicos que llaman a Jesús
«Dios», «Señor», e «Hijo de Dios», así como en los muchos versículos que
usan otros títulos de deidad para referirse a Cristo, y en los muchos pasajes
que le atribuyen hechos o palabras que pueden ser ciertos sólo de Dios.

«Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud» (Col 1:19),

«Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo» (Fil 2:9).

En una sección anterior ya explicamos que Jesús es real y plenamente


hombre. Ahora concluimos también que es real y plenamente Dios.
Legítimamente, su nombre es «Emanuel», o sea, «Dios con nosotros» (Mt
1:23).

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