Capitulo 1 PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 23

CAPÍTULO 1

Primer paso: Estableciendo el punto de vista

El primer paso para usar la matrix es establecer el punto de vista de la flexibilidad


psicológica como el contexto en el cual el trabajo —ya sea terapia o entrenamiento—tendrá
lugar, lo que también sirve para preparar a las personas para que comiencen a utilizar este punto
de vista en sus vidas. Todo el trabajo con la matrix tiene como fin lograr que la gente note la
matrix fuera de la sesión. Después de todo, la vida ocurre fuera de la terapia, y es allí donde las
personas en última instancia experimentarán la efectividad completa del punto de vista de la
matrix.
En este capítulo desarrollamos una forma de presentar la matrix y de establecer el punto de
vista de la flexibilidad psicológica, generalmente en una sola sesión. Esta es solo una de muchas
posibles formas de presentarla. Sugerimos que practiques algunas veces el método aquí
presentado para darte la chance de experimentar los aspectos variados del establecimiento de este
punto de vista.

Haciendo un trabajo seguro y a prueba de fallas


Antes de describir el primer paso, presentaremos algunos principios de habilidades de
conversación de la matrix que consideramos centrales para este trabajo.
Al trabajar con la matrix, tu primera tarea es crear un entorno seguro e interesante en el que
las personas puedan aprender a interactuar de una manera diferente con sus experiencias y sus
comportamientos. La postura primaria implica nunca hacer sentir a los clientes que están
fallando en las habilidades que les estás invitando a practicar. Por supuesto, las personas
responderán de forma diferente a lo que les presentes, y mostrarán diversos grados de habilidad.
Se cometerán equivocaciones, por tu parte y por parte de los clientes, y los errores son de hecho
una parte valiosa del aprendizaje. Entonces la clave es crear un ambiente en el que sea seguro
cometer errores, y estos sean vistos como una parte normal del aprendizaje. Creemos que el
comportamiento de una persona en un contexto dado es una función de su historia de aprendizaje
y sus habilidades. En este sentido, el comportamiento nunca se equivoca; de hecho, desde un
punto de vista contextual funcional solo es workable o no—incluyendo la conducta de señalar
los errores. Muy probablemente, un comportamiento está presente porque probó ser útil de
alguna manera en el pasado. Así que en lugar de necesariamente tratar de señalar los errores,
encontramos que es más workable no confrontar con los clientes—especialmente cada vez que
notamos que estamos confrontando con ellos.
El comportamiento tiene lugar en un contexto, y en su contexto siempre es adecuado, en el
sentido de que es una función de ese contexto. En la matrix, el contexto comprende aquello con
lo que las personas entran en contacto a través de la experiencia de los cinco sentidos y de la
experiencia interna, e incluye toda su historia de aprendizaje. Por lo tanto, el comportamiento
solo puede cambiar cuando algo cambia en uno o más aspectos del contexto.
El contexto interno es, en gran medida, experimentado en forma de historias, que pueden a la
vez impulsar y ocultar el comportamiento. Cuando estas historias son inflexibles, el
comportamiento puede volverse unworkable, y también puede ser más difícil visualizar sus
amplias consecuencias en la propia vida. La matrix ayuda a las personas a sortear su experiencia
e historias de tal manera en que esas historias, conductas y consecuencias se vuelvan más
evidentes y se hagan más claras, permitiendo identificar si su conducta es workable. El punto de
vista de la flexibilidad psicológica se refiere a habilidades de toma de perspectiva, y la matrix es
una vía para desarrollarlas.
Una de las habilidades principales en el trabajo con la matrix es lo que llamamos yessing,
decir sí a todo. Yessing es una expresión que acuñamos para denotar la práctica de nunca
contradecir a los clientes, y en cambio, comenzar las respuestas con las palabras “Sí, y…” Como
verás, usualmente lo que sigue son palabras que apuntan a señalar algunos aspectos de la
experiencia de los clientes, poniendo esa experiencia en perspectiva y, a menudo, invitándolos a
notar una diferencia.
Siempre que trabajamos con la matrix, le aseguramos a los clientes que nunca se equivocan,
ya sea clasificando en la matrix, en la práctica en el hogar, o notando su experiencia. Cuando
mantenemos un contexto seguro de esta forma, los clientes de buena gana se comprometen con el
trabajo con la matrix.
Trabajar con la matrix puede ser comparable a practicar una forma verbal de aikido—un arte
marcial japonés también conocido como “el camino del amor”. Los principios del aikido
implican alinearse con la energía de otra persona y redireccionarla en lugar de bloquearla. La
práctica del Aikido enfatiza el estar presente en el momento, tomando cualquier cosa que el
oponente o compañero ofrezca, y evitar la lucha. Practicar el aikido verbal a través de la matrix
involucra tomar las palabras del cliente y dirigirlas hacia la matrix, invitándolo de ese modo a
clasificar sus historias y comportamientos. Como en el aikido, el dominio del aikido verbal
requiere práctica repetida y deliberada. Proporcionaremos muchas oportunidades para tal
práctica en este libro, y te invitaremos a practicar estos ejercicios para los clientes, por ti mismo.
Otro aspecto importante del aikido es que se basa en un principio de igualdad, con practicantes
de todos los niveles practicando juntos. El enfoque ACT refleja esto, estando fundamentado en
un sentido de igualdad radical. En ACT, estamos todos en el mismo barco, tanto los practicantes
como los clientes. (El capítulo 4 presenta el “yessing” y el aikido verbal en mayor profundidad.)
Preguntar a los clientes qué los trae a sesión
Desde el comienzo puedes establecer la terapia como el contexto de elección. Esto ayuda a
crear un espacio seguro para los clientes. Ofrecer opciones es un antecedente confiable para el
comportamiento, y las opciones son en gran parte apetitivas para la mayoría de las personas.
La primera elección que puedes presentar a los clientes es sobre cómo estructurar la primera
sesión. Ofrece pasar un poco de tiempo con las razones que los traen a terapia, luego pregunta si
puedes presentar un punto de vista que la gente ha encontrado útil para ayudarla a hacer lo que es
importante incluso en presencia de obstáculos. Finalmente, ofrece hacer un tiempo para
preguntas y comentarios antes de invitar a los clientes a elegir si quieren comprometerse en este
trabajo contigo. Luego, antes de seguir, pregunta si les gustaría estructurar su tiempo de esta
forma o de alguna otra forma.
Una vez que obtengas permiso, puedes avanzar a preguntarle a tu cliente qué le trae a terapia,
que puedes formular de la siguiente forma.

Terapeuta: Cuéntame qué te trae por aquí. Mientras lo haces, ¿puedo interrumpirte con
preguntas? Solo serán preguntas que me ayudarán a entender cómo se siente
experimentar lo que te trae aquí. Una vez que sienta que lo entiendo—a grandes
rasgos, por supuesto, no detalladamente—te lo reflejaré. Puede pasar una de estas tres
cosas. Puedes decir: “Sí, eso es todo.” O puedes decir: “Eso es prácticamente todo,
pero hay un par de cosas más.” O puedes decir que no lo entendí en lo absoluto, en
ese caso espero que me des otra oportunidad. Luego, cuando sientas que lo entendí, te
mostraré un punto de vista desde el cual podemos trabajar. ¿Estás de acuerdo con
eso?

En la conversación que sigue, pregunta sobre el impacto de lo que los clientes están
experimentando. ¿Cómo les afecta en sus relaciones, trabajo o estudio, actividades de ocio, y su
autocuidado? Asegúrense de tomarse el tiempo para hacerlo, ya que no darse un tiempo para
conectar y validar su experiencia a menudo causa que las personas se estanquen y se vuelvan
poco receptivas hacia los intentos de ayudarlas. Una vez que los clientes reconozcan su reflejo de
su experiencia y perciban que entiendes dónde están, se sentirán validados y escuchados.
También estarán más abiertos a observar lo que sea que quieras mostrarles. Esto sienta las bases
para presentar el punto de vista de la flexibilidad psicológica.

Presentando la Matrix
La matrix es, en esencia, una forma de presentar y trabajar en un punto de vista funcional
contextual, al cual nos referiremos de diversas maneras, como el punto de vista, el punto de vista
de la flexibilidad psicológica, o la matrix. La terminología importa menos que asegurarse que
operamos desde esta perspectiva.
Encontramos que no es necesario empezar hablando de qué se trata este punto de vista.
Preferimos socializar a los clientes en él, ayudándolos a dar un primer vistazo a la matrix. Asi
que pregunta a los clientes si te dejan enseñarles un punto de vista. Si aceptan, puedes proceder
por las siguientes líneas.

Terapeuta: Este es solo un punto de vista. No pretendo que sea el único punto de vista posible, ni
el mejor, o incluso que sea una representación precisa de la realidad. Es simplemente
un punto de vista que las personas encontraron que facilita elegir hacer lo que es
importante, incluso en presencia de obstáculos. Si miramos a través de este punto de
vista desde la óptica de un animal, digamos un conejo, en cualquier momento
podemos verlo aproximándose a cosas que pueden percibirse con los cinco sentidos,
como zanahorias u otros conejos, o alejándose de cosas percibidas con los cinco
sentidos, como, por ejemplo, un perro que le está ladrando. A veces incluso podemos
ver conejos aproximándose a las zanahorias mientras se alejan de perros que ladran.

Mientras dices estas palabras, dibuja una línea horizontal en una hoja de papel, con flechas
en cada extremo, y escribe la palabra “aproximación” a la derecha, y la palabra “evitación” a la
izquierda. (También puedes usar una pizarra para esto, pero si lo haces, querrás documentar al
final la matrix completa, quizás tomándole una foto con tu teléfono y el del cliente.)
Luego comienza a dirigirte a explicar cómo se aplica esta dinámica a los seres humanos,
diciendo algo similar a las siguientes líneas.

Terapeuta: Los seres humanos son similares a los conejos, en el sentido de que nosotros también
nos aproximamos o alejamos de cosas que son percibidas con los cinco sentidos,
como las zanahorias y los perros. Pero no creo que estés aquí porque te encantan las
zanahorias o por un miedo paralizante a los perros que ladran. Allí es donde las cosas
por debajo de la línea horizontal aparecen. Los seres humanos también podemos
acercarnos a aquellas cosas importantes para nosotros, que no siempre pueden
experimentarse con los cinco sentidos. Y de la misma forma, nos podemos alejar de
aquello que no puede ser percibido con los cinco sentidos, como el miedo,
pensamientos difíciles, o recuerdos. Así que ahora veamos si podemos echar un
vistazo a este punto de vista desde tu propia perspectiva.

Llegado este punto, dibuja una línea punteada vertical que atraviese la línea horizontal. Con
la práctica, empezarás a dejar un espacio en medio de ambas líneas.
Seguidamente, comienza a guiar a tu cliente en su exploración de la matrix con cinco
preguntas clave:

¿Quién y qué es importante para ti?

¿Qué aparece y se interpone en el camino hacia aquello que es importante?


¿Quién está en el centro de este punto de vista?

¿Qué cosas haces para alejarte de cosas internas no deseadas?

¿Qué haces o podrías hacer para acercarte a las personas o cosas que son importantes?

¿Quién y qué es importante?


Empieza por preguntar “¿Quién es importante para ti?”. Luego pregunta “¿Qué es lo
importante para ti?”. También puedes escribir “¿Quién y qué es importante?” en el cuadrante
inferior derecho de la matrix si lo deseas. Es importante enfocarse primero en quienes son
importantes, porque casi todos nombrarán un alguien, y tú quieres que tus clientes puedan
contestar esta pregunta. Las respuestas más comunes incluyen: la pareja, hijos, colegas y amigos.
Luego, pregunta cuáles dominios de la vida y qué otras cosas son importantes para los clientes.
Las respuestas típicas incluyen el trabajo, los estudios, la salud, el crecimiento personal, el
contacto con la naturaleza y la diversión. Mientras los clientes responden, escribe o haz que
escriban sus respuestas en el cuadrante inferior derecho. En muchos casos, ambas respuestas —
quiénes y qué— elicitarán respuestas que reflejaran los valores de los clientes. Y de hecho, a
veces preguntamos “¿Quién y qué es importante para ti? Esta frase funciona bien cuando
conversamos con nuestros clientes, y te alentamos a usarla si así lo deseas. En este libro, nos
quedaremos con “¿Quién o qué es importante?” por razones gramaticales, aun cuando no capte
del todo nuestra intención.
Mientras hablamos del vocabulario, quisiéramos compartir que, aunque utilicemos la palabra
“valores” en algunas partes descriptivas del libro, raramente la usaremos con nuestros clientes,
ya que encontramos que la palabra en ocasiones puede volverse “pegajosa” y enviar a los
clientes de nuevo a sus mentes. Hallamos que referirse a quién o a lo que es importante cuando
queremos señalar los valores es una forma más efectiva de ayudar a los clientes a ponerse en
contacto con sus valores. Esto puede deberse al hecho de que la palabra “importante” es más
general y menos conceptual que la palabra “valores”. De hecho, con los clientes, raramente
usamos otros términos conceptuales del vocabulario tradicional de ACT, como defusión,
aceptación, compromiso, compasión y mindfulness. Esto es porque queremos apegarnos al
lenguaje de los clientes lo más posible, y también porque, en nuestra experiencia, cuando las
personas se encuentran atascadas, raramente necesitan que se les explique conceptos, sino que se
les entrene en las habilidades que les harán salir del atascamiento.
Para asegurar que los clientes no fallen, y para que este primer pantallazo siga en la parte
apetitiva de la matrix, presta atención a su ritmo. En tanto nombren a una persona importante,
pueden empezar a mirar a través de este punto de vista. Así que si parecen perplejos después de
nombrar a solo una o dos personas o cosas, puedes decir “¡Buen ejemplo!”. No estamos tratando
de completarlo, solo estamos dando una primera mirada a través de este punto de vista. Si
volvemos a ello más tarde, podrías notar otras personas o cosas que son importantes para ti”.
Esta incursión inicial a la matrix se enfoca sobre todo de tratar que los clientes miren con éxito a
través del punto de vista, más que en lo que vean en este primer vistazo.

¿Qué aparece y se interpone en el camino?


En este punto, pregunte a los clientes si notan que siempre —a cada segundo de cada minuto
de cada día— están haciendo cosas para acercarse hacia quien o aquello que es importante para
ellos. Cuando con toda probabilidad respondan que no, puedes aliviarlos, y expresarles que no
están solos, diciendo algo como “Si no vivimos realizando acciones que nos acerquen a lo
importante, debe ser porque hay algunos obstáculos, ¿verdad?”. Entonces comienza a describir
cómo, desde esta perspectiva, puede haber dos clases de obstáculos. Unos son externos, como la
distancia física, que puede impedir pasar tiempo con los seres queridos que viven lejos.
Reconoce que los obstáculos externos son importantes y menciona que volverán a hablar sobre
ellos más tarde. Entonces vuelvan a los obstáculos internos: pensamientos, emociones,
sensaciones corporales, recuerdos y otras experiencias internas que pueden aparecer e impedir
que hagamos cosas que nos acercarían a lo importante para nosotros. Puedes usar el miedo como
ejemplo, o quizás la culpa, que puede impedir que llamemos a los afectos que viven lejos.
Entonces pregunta: “¿Qué aparece y se interpone en el avance hacia las personas o cosas que
son importantes para ti?”. También puedes, si así lo deseas, escribir esto en el cuadrante inferior
izquierdo, simplificándolo en “¿Qué aparece y se interpone?”. Las respuestas típicas pueden ser
enojo, tristeza, depresión y ansiedad. Otras respuestas incluyen pensamientos, tales como “No
puedo hacerlo” o “No soy lo suficientemente bueno”. Nos gusta poner los pensamientos entre
comillas, para denotarlos como ideas. De nuevo, registra las respuestas del cliente en la matrix,
en el cuadrante inferior izquierdo. Procura que la conversación sea casual y fluida. En esta
instancia no se trata de abarcar todo. Cuando el ritmo disminuya, di algo como: “Ese es un muy
buen ejemplo para una primera aproximación. No tenemos que ser exhaustivos. Tendremos
mucho tiempo después para verlo con más detalle”.

¿Qué es lo que hay en el centro de este punto de vista?


Llegados a este punto, dirígete al cliente y, señalando los cuadrantes inferiores, pregunta:
“¿Quién puede elegir y notar aquellas personas o cosas importantes para ti, y notar los obstáculos
internos?”. Puede que haga falta un poco de orientación amable, pero la mayoría de los clientes
responderán fácilmente “Yo”. Entonces dibuja un círculo en la intersección de las dos líneas
mientras dices algo como: “Sí, solo tú puedes elegir y notar lo que es importante y lo que se
interpone en el camino. Así que voy a escribir ‘Yo Notando’ en el centro del punto de vista y
rodearlo con un círculo, porque tú estás en el centro del punto de vista, y durante nuestro trabajo
juntos, nos aseguraremos de que sigas allí” (este paso se ilustra en la figura 3).

¿Qué haces para alejarte de los obstáculos internos?


Antes de seguir, avisa a los clientes que ahora se moverán a la parte superior de la matrix. En
la parte de abajo hablaron de cosas que nadie más puede ver, como pensamientos y emociones.
Diles que en la parte superior hay cosas que los demás pueden ver que hacemos.
Pregunta: “¿Qué se te puede ver haciendo comúnmente para controlar o cuando estás bajo el
control de las cosas indeseadas que aparecen dentro tuyo?”. Si lo deseas, escribe la pregunta en
la sección superior izquierda, resumiéndolo en “¿Qué se te puede ver haciendo para alejarte?”.
Podrías dar un ejemplo como “para alejarse del miedo, las personas suelen esconderse”. Algunas
respuestas típicas incluyen correr, consumir alcohol, evitar, dormir, gritar y pelear. Al registrar
estas respuestas en la matrix, deja unos centímetros de espacio en blanco a la izquierda de la
línea vertical. Lo necesitarás para el paso 2 (ver capítulo 2).
Solemos dibujar una pequeña cámara en la esquina del cuadrante superior izquierdo, para
orientar un nuestros clientes hacia aquellas acciones que pueden ser vistas, porque puede que
inicialmente encuentren difícil describir comportamientos observables. Las historias a menudo
aparecen y se interponen. Estos relatos raramente hacen foco en el comportamiento; más
comúnmente, involucran explicaciones o nombres conceptuales para las conductas. Por ejemplo,
las personas pueden decir “evitar” o nombrar conceptos psicológicos, como auto-sabotaje, en vez
de decir “quedarse en casa” o “poner excusas e irme”. Da empujoncitos amablemente cuando
esto suceda, preguntando “¿Y qué haces usualmente cuando estás evitando? ¿Qué puedes ser
visto haciendo cuando evitas?”. Si los clientes aún no pueden señalar conductas observables,
solo anota lo que dijeron y sigue adelante. Recuerda, se trata más de clasificar elementos que de
hacerlo perfectamente.

¿Qué puedes hacer para acercarte a las personas o cosas


que son importantes?
Finalmente pregunta, “¿Y qué haces o que podrías hacer para acercarte a lo que es importante
para ti?”. Si quieres, anota una versión abreviada de la pregunta en el cuadrante superior derecho.
Las respuestas frecuentes incluyen caminar, hablar, llamar, visitar y jugar. Mientras tú o tus
clientes las escriben, deja alrededor de un centímetro de espacio a la derecha de la línea vertical.
De nuevo, lo necesitarás en el paso 2.
Es frecuente que el mismo comportamiento aparezca en ambos lados: por ejemplo, dormir o
hacer ejercicio. Si esto pasa o sientes que podría ser el caso, puedes decir “así que notaste que
hacer esto (señalar el comportamiento) es un movimiento de aproximación (o de evitación)”. O,
alternativamente, “¿Has notado que lo que haces es un movimiento de acercamiento (o de
evitación)?”. Luego pregunta, “Cuando estás haciendo esto, ¿Quién puede notar si lo haces para
alejarte o acercarte?”. Los clientes rara vez requieren de mucho coaching para notar que ellos son
quienes están mejor posicionados para notarlo. Puedes concluir diciendo “realmente te
encuentras en el centro de este punto de vista, porque solo tú puedes elegir y notar lo que es
importante para ti, que cosas internas pueden aparecer e interponerse, y si lo que haces es un
movimiento de aproximación o de evitación”.
Acordando objetivos terapéuticos flexibles
Ahora que los clientes han dado un primer vistazo a la matrix, podrías decir algo como: “Este
es el punto de vista”. Si lo deseas, puedes decir que la matrix es conocida también como ‘punto
de vista de la flexibilidad psicológica’. Luego, antes de seguir, di algo similar a las siguientes
líneas.

Terapeuta: Necesito hacerte un par de preguntas más para terminar esta exploración inicial y ver
si estarías dispuesto a trabajar desde esta perspectiva. Imagina que pudieras elegir
entre dos vidas posibles: la primera, aquí a la izquierda (señalando el lado izquierdo
de la matrix), en el cual lo que haces principalmente -pero no exclusivamente- es
alejarte de esta clase de cosas (indica la parte inferior izquierda); y la segunda vida,
aquí a la derecha (señalar el lado derecho de la matrix), en el que gran parte de lo
que haces, -pero no exclusivamente- es acercarte a personas o cosas importante para ti
(señalando la parte inferior derecha). Además, imagina que la elección que estoy por
invitarte a realizar podría determinar el resto de tu vida, desde este momento en
adelante. ¿Cuál de estas dos vidas—la del lado izquierdo o la del derecho—crees que
elegirías?

Habiendo hecho esta pregunta a miles de personas, hemos notado que una mayoría
abrumadora vota por la segunda vida. Al combinar todas nuestras experiencias, menos de una
docena de personas eligieron la primera opción de vida. Votando por la segunda vida, las
personas están eligiendo vidas valiosas por sobre una vida centrada en controlar pensamientos,
emociones y otros obstáculos internos difíciles. Esto es lo que sucede cuando simplemente
presentas el punto de vista de la matrix e invitas a los clientes un clasificar sus experiencias en la
matrix. Los clientes, que con toda probabilidad recurrieron a ti para aprender a evitar más
efectivamente o a controlar la experiencia interna no deseada, en cambio elegirían de buena gana
aproximarse a lo que les importa. Esto crea espacio, y a la vez les ayuda un comenzar a practicar
la flexibilidad psicológica de inmediato, dado que están eligiendo acercarse a lo valioso y
realizan esa elección a la vista de algunas cosas que usualmente los llevan a efectuar
movimientos de evitación. En esencia, la pregunta refuerza el contraste, al punto que la mayoría
de las personas naturalmente escogen el control apetitivo sobre el control aversivo.
A continuación, puedes hacer la pregunta completa de la flexibilidad psicológica: “¿Estarías
interesado en aprender la forma más fácil de elegir hacer esto (mientras señalas el cuadrante
superior derecho), incluso en presencia de esto (señalando el cuadrante inferior izquierdo)?”.
De nuevo, desde nuestra experiencia, la mayoría de la gente responde que sí.
Esto sella el contrato terapéutico ya que, una vez que los clientes respondieron estas dos
preguntas, efectivamente se apuntaron a un entrenamiento en flexibilidad psicológica como
objetivo terapéutico primordial. Y efectuando esa elección, ya están volviéndose más flexibles.
Ahora tú y tus clientes tienen una vara con la cual evaluar los progresos: ¿Están notando que
resulta cada vez más fácil elegir movimientos de aproximación, incluso en presencia de la
aparición de obstáculos internos?

Presentando el Momento Presente como el mejor


momento para aprender
El trabajo hasta este punto crea un contexto ideal para establecer que la flexibilidad
psicológica (o cualquiera sea la expresión que utilices para describir esto, tal como “la habilidad
de elegir hacer lo que es importante en presencia de obstáculos internos”) es una competencia
que puede ser aprendida, como cualquier otra habilidad. Entonces, como la mente tiene maneras
de decirnos que podemos aprender algo luego/después, podrías preguntar a los clientes si notaron
que el aprendizaje solo puede tener lugar en el momento presente. Explica que, por causa de ello,
el proceso de aprendizaje en el que participarán juntos tendrá lugar en el momento.
Cuando trabajes con la matrix, la principal habilidad que se pone en práctica es notar con la
matrix. Es un poco como mirar a través de una lente de zoom. Puedes ampliar tanto en el tiempo
—desde una escala de una vida entera a un solo momento—, como en el espacio —desde un
nivel individual hasta un nivel de pareja, familiar, de un grupo de personas o incluso
organizacional—. La habilidad se trata en principio de mirar a través del punto de vista, no del
contenido de lo que se ve. Es similar a desarrollar un ojo de fotógrafo agudo, que lograrás
observando repetidamente a través del lente de tu cámara, a varios objetos diferentes, hasta que
empieces un ver qué es importante que veas, con el fin de tomar las fotografías que quieres. Cada
vez que miras dentro de la matrix te proveerá de práctica en una habilidad que puede ser aplicada
a cualquier situación de la vida, usando la mejor resolución temporal y espacial, de acuerdo a la
situación y a las metas individuales. Advierte que el acto de notar mismo siempre toma lugar en
el momento presente, incluyendo notar cosas que aparecieron en el pasado o que imaginamos
que aparecerán en el futuro.

Utilizando la relación terapéutica como contexto de


cambio
En algunos clientes, las dificultades más significativas se dan en el terreno de las relaciones
interpersonales. Además, las dificultades de los clientes en relación a los otros pueden interferir
con hacer un trabajo efectivo en sesión. Con esos clientes, puede ser útil enfocarse en el
comportamiento interpersonal, usando la relación terapéutica como un campo de entrenamiento
para todo lo relativo a notar más efectivamente. Como se explorará de forma más detallada en el
capítulo 7, la matrix es una herramienta efectiva para prácticas terapéuticas ACT centradas en
relaciones (Schoendorff & Bolduc, 2014). La matrix puede ayudar a los clientes a notar las
funciones interpersonales de su comportamiento (en otras palabras, su efecto en los otros), y
también un modelar y practicar comportamientos interpersonales más adaptivos. El paso básico
es mostrar a los clientes lo que aparece en tu propia matrix en relación a lo que ellos hacen—
siempre que sea un movimiento de aproximación—y ayudarles a practicar el notar los impactos
que tienen en los otros.
El trabajo terapéutico enfocado en las relaciones atrae la atención de los clientes a los
comportamientos en sesión, que son semejantes a sus comportamientos problemáticos fuera de
sesión, además de los comportamientos en sesión mejorados. Por ejemplo, si un cliente tiene
problemas para cubrir sus necesidades, podría no pedir lo que necesita de ti. Puede suceder que
posponga los encuentros a la hora de armar su agenda, que nunca comparta lo que le gustaría que
trabajen, o que, a pesar de enfrentar problemas financieros, no preguntar si ofreces honorarios
flexibles. En este caso, podrías dirigir su atención a este comportamiento cuando surja en sesión
y alentar al cliente a expresar sus necesidades.

Consentimiento informado para el trabajo


terapéutico centrado en relaciones
Puedes comenzar el trabajo terapéutico centrado en relaciones en la primera sesión, por lo
que lo mencionamos ahora. Sin embargo, se advierte que esta clase de trabajo puede ser
altamente evocativo para los clientes, por lo que es importante presentar un fundamento para el
mismo y obtener el consentimiento informado. Puedes presentarlo de la siguiente forma.

Terapeuta: Algunas personas pueden llegar a sentir como si las cosas que aparecen en el extremo
inferior izquierdo son como olas que estaban tratando de detener, o de las que
buscaban alejarse nadando. Sin embargo, no importa lo que hagan, eventualmente no
podrán detenerlas, y sin importar lo rápido que naden, las olas los alcanzarán.
Entonces se hunden, se caen y son arrastrados al mar. Pero hay una alternativa:
pueden aprender un surfear. Cuando practicas surf, no necesitas contener las olas o
escapar de ellas, ¿verdad? Y no solo no te ves arrastrado, sino que incluso puedes
elegir en qué dirección ir. La cuestión es que es posible que esas olas aparezcan aquí.
Pueden referirse un nuestro trabajo, a nosotros mismos o a nuestra relación. En
realidad eso es normal y aceptable, y nos dará preciosas oportunidades de notar esas
olas cuando aparezcan. Después podrás empezar un surfearlas mientras te acercas a la
vida y a las relaciones que quieres.

Impulsando a los clientes a considerarse a sí mismos como


importantes
Cuando los clientes registran quien es importante para ellos, con frecuencia no se incluyen a
sí mismos. Cuando eso ocurre, y especialmente si aspiran a participar en el trabajo terapéutico
centrado en relaciones, considera decir algo como: “He notado que no te mencionaste a ti mismo
como persona importante”; preferentemente menciónalo luego de que hayan registrado sus
obstáculos internos, así para entonces pueden notar más fácilmente si sus obstáculos internos
impidieron que se ubiquen a sí mismos como importantes. Los clientes pueden decir que se les
olvidó, en cuyo caso puede añadirse a la lista. O podrían responder con una historia, quizás sobre
cómo ponen a otras personas por delante de sí mismos, o sobre lo difícil que es para ellos verse
como importantes. En el último caso, en lugar de adentrarte en la historia, puedes simplemente
pedir permiso para escribir “yo” en el cuadrante inferior derecho de su matrix, quizás diciendo
algo como “Eres mi cliente, y noto que eres importante para mí”. Esto podría parecer un poco
invasivo, aun si los clientes son incapaces de incluirse entre las personas importantes—
probablemente a causa de obstáculos internos—este recordatorio de que son importantes, ya sea
si lo ven o no, puede ser muy efectivo para establecer un contexto interpersonal en el cual
puedan realmente ser el centro del trabajo. Además, si los clientes no pueden considerarse
importantes, es improbable que puedan ver a otras personas como verdaderamente importantes.

Una nota general sobre la práctica para el hogar


Como se mencionó al inicio de este capítulo, todo el trabajo con la matrix tiene como objeto
lograr que las personas noten la matrix fuera de la sesión. Por lo tanto, continuamente les
invitamos un notar su experiencia desde el punto de vista de la matrix fuera de sesión. Por
supuesto, eso se logra empezando a notar desde ese punto de vista en sesión.
Hay gran cantidad de datos que indican que los clientes que practican ejercicios asignados
por el terapeuta fuera de sesión, realizan mayores progresos. De este modo, todos los enfoques
terapéuticos cognitivos comportamentales asignan tareas a los clientes. Y la mayoría de los
terapeutas advierten que los clientes pueden hacer las tareas… o pueden no hacerlas. Cuando no
la realizan, con frecuencia es considerado un fallo, tanto del terapeuta como del cliente. Y
cuando los clientes fallan, la terapia también lo hará. Con la matrix, aunque la terapia se trata de
maximizar oportunidades de mirar desde el punto de vista de la matrix fuera de sesión, no se
trata de hacer una “tarea”. No estamos en la escuela, así que no se trata de pasar o de reprobar a
los clientes. Simplemente los invitamos a explorar ejercicios para notar. Ningún ejercicio es
obligatorio. Solo pedimos a los clientes que se comprometan con la tarea: notando si llevan a
cabo los ejercicios de notar y también si no los realizan. En cualquier caso, habrán tenido éxito
en notar, lo que es el ejercicio fundamental. Por esa razón, advertirás, a medida que avances por
los pasos, que la práctica en el hogar está encuadrada dentro de los ejercicios de notar.
Presentando la práctica en el hogar de esta forma, te aseguras de que el 100% esté de acuerdo
con la práctica de notar fuera de sesión. Sumado a ello, hemos notado que hace más probable que
los clientes se involucren en ejercicios de notar, y lo hacen por iniciativa propia, en lugar de
hacerlo para conformar y buscar aparecer como buenos clientes, lo que se conoce como pliance
(reglas de obediencia). Asimismo, disminuye la probabilidad de que se resistan a hacer los
ejercicios por no querer que les digan qué hacer, lo cual se conoce como counterpliance. Pliance
y counterpliance, procesos que revisaremos más detalladamente en el capítulo 2, pueden ser
barreras importantes para el progreso, por consiguiente es importante establecer ciertas
cuestiones para que sea menos probable que esas dinámicas aparezcan, y sean más fáciles de
identificar y solucionar en caso de que lo hagan.
Asimismo, este abordaje (invitar a los clientes a notar si se involucran o no en los ejercicios)
promueve el modelado del comportamiento de notar. Los clientes varían ampliamente en su
habilidad inicial de notar. Como terapeutas, buscamos modelar esta conducta empezando en
donde sea que se encuentren los clientes en sus habilidades, en lugar de hacerlo desde donde
queremos que estén. Inicialmente, algunos clientes solo son capaces de notar que notaron luego
de que tú los impulses al comienzo de la siguiente sesión. Esto también cuenta como realizar
tareas de notar, y los clientes pueden ser reforzados por este logro.
El notar es un trabajo difícil y sutil. Al principio, pocos somos capaces de hacerlo en tiempo
real, especialmente cuando empezamos a practicar por primera vez. Inicialmente, la mayoría de
nosotros notamos mejor cuando miramos atrás a nuestra experiencia pasada. Eso está bien. A
través de la práctica del ‘notar’, reducimos gradualmente la cantidad de tiempo entre nuestra
experiencia y conductas y el proceso de notar esa experiencia y conductas. Y eventualmente,
podemos comenzar a notar que puede hacer la diferencia en el momento, o incluso anticipar que
vamos a notar en el futuro. Esto es beneficioso para todos—tanto clientes como terapeutas. Por
lo tanto, reiteramos la recomendación de la Introducción: que realices tú mismo todos los
ejercicios de práctica en el hogar que propongas a los clientes.

Primer paso de la práctica en el hogar: Notar


movimientos de aproximación y de alejamiento
Antes de finalizar, invita a tus clientes a notar al menos un movimiento de aproximación y
uno de evitación cada día. Diles que pueden o bien apuntar lo que notaron en una hoja de papel,
o bien escribirlo en su matrix, la que le entregarás para que lleven a su hogar. De cualquier
forma, asegúrate de decirles que lo más importante del ejercicio no es escribir, sino notar.
También menciona que si se olvidan de notar, también está bien. De todos modos aprenderán a
hacerlo, ya que en las sesiones se tratan acerca de practicar la habilidad de notar.
Para estimular a los clientes a que practiquen este punto de vista, entrégales la matrix en la
que trabajaron juntos y recomiéndales que la lleven consigo, quizás en el bolsillo o en un
bolso—o en su teléfono celular en caso de que hayan trabajado en una pizarra y fotografiaron el
resultado. Otra buena forma de promover/fomentar el uso de la matrix es sugerir que los clientes
presenten este punto de vista a otras personas.

Cómo Notar y eludir flexiblemente trampas potenciales


El uso de la matrix en la práctica clínica es acerca de usar la flexibilidad para entrenar la
flexibilidad. Solo porque se exponga una forma de hacer las cosas, no garantiza que el trabajo irá
sin contratiempos y de acuerdo al plan. Todos somos diferentes, y algunos clientes pueden
responder de formas que te hagan tropezar. A veces tú mismo puedes interponerte en el camino.
A nosotros nos ocurre. Esta sección describe algunas de las potenciales trampas y temas
pegajosos que encontramos en nuestro entrenamiento y práctica clínica, y ofrece guías para lidiar
con ellos y mantener el trabajo fluyendo.

Explicar vs. señalar


Podrías encontrarte tratando de “explicar” el punto de vista de la matrix. Sin embargo, usar la
matrix es más una cuestión de apuntar hacia la experiencia, que de explicar la matrix. Es como
apuntar a la luna—la luna de la experiencia del cliente. No hay necesidad de explicar la luna,
especialmente porque cada uno puede solamente acceder un su propia experiencia. Solo sigue
señalando la experiencia del cliente hasta que adviertas que el cliente lo note. Algunos clientes
comienzan mirando a lo lejos antes de responder, otros hacen una pausa o sonríen, e incluso
otros cambian un tanto su ritmo, tono, o postura. Cualquiera de los anteriores pueden ser signos
externos de que los clientes están notando su experiencia. Mientras más atención prestes a como
se ven los clientes cuando notan la luna de su experiencia, más fácil llegarás a reconocer los
signos de la actividad individual de notar de los clientes. Y ya que no tienes acceso a la
experiencia directa de los clientes, notar esas señales te será útil para orientar tu trabajo, más que
debatir con los clientes acerca del contenido de las experiencias que solamente ellos pueden ver.
Por esta razón, usando el diagrama de la matrix con los clientes, te alentamos a que señales
los diferentes cuadrantes de la matrix lo más que puedas, y también que invites a tus clientes a
señalar la matrix. Podrías notar que esto ayuda a romper palabras e historias atascadas—lo que
ayuda a los clientes un notar su experiencia desde la perspectiva de su experiencia, en lugar de
notar desde el oscuro filtro de sus historias atascadas. Recuerda, la meta principal es notar, y
cuando los clientes notan esta experiencia, se hallan en la zona de la toma de perspectiva que
yace por debajo de sus historias de atascamiento.

Clasificando por los clientes en lugar de hacer que los clientes lo


hagan

Quizás puedas encontrarte clasificando la experiencia de los clientes en la matrix. Por


ejemplo, luego de que un cliente ha explicado detalladamente qué fue que lo trajo hacia ti,
podrías estar tentado de usar la matrix para mostrarle cómo su se ve su historia a través del punto
de vista de la matrix. Quizás funcione, pero dado que el objetivo del trabajo con la matrix es
lograr que los clientes ordenen su propia experiencia mediante la matrix, mientras más pronto
logres que lo hagan, mejor.
Una forma efectiva de que los clientes comiencen a clasificar es ofrecer algo de tu propia
experiencia y comenzar a clasificarlas frente/junto a ellos. En el trabajo individual, usualmente
no damos ejemplos lo importante para nosotros, dejando el campo abierto para que libremente
elijan quiénes o qué es importante para ellos. De todas formas, compartir algunos de tus
obstáculos internos y movimientos de evitación puede encender la mecha y ayudarlos a notar y
compartir sus desafíos propios. También resulta altamente validante, ya que los clientes podrían
llegar a notar que ambos comparten algunos obstáculos y movimientos de evitación. Sólo
asegúrate de que lo compartido sean ejemplos de baja intensidad, para no arriesgarte a poner tu
propio sufrimiento y dificultades en primer plano.
Piensa en clasificar con la matrix como si fuera un juego de encastre, y deja que los clientes
pongan las piezas en el agujero que elijan. Su propia experiencia les mostrará qué forma va
dentro de cada agujero. Alentar de forma amable es más útil que las instrucciones verbales y las
reglas a la hora de jugar el juego. Además, ya que las personas son realmente son las únicas que
pueden ver la forma de su experiencia, indicar a los clientes donde debería ir, podría no ser
conveniente o útil. Nada garantiza que la forma en que aparece tu experiencia sea la misma que
la de ellos. Es más, si presionas demasiado para que clasifiquen de una determinada forma, lo
único que experimentarán es a ti presionándolos, y comenzarán a clasificar más en relación a eso
que a su propia experiencia. Esto frustraría el propósito del juego.
Quizá hayas oído la expresión “Dime, y me olvidaré. Enséñame, y recordaré. Involúcrame, y
así aprenderé”. La matrix lleva ese dicho al extremo y, desde el principio, involucra a las
personas en el proceso de aprendizaje. Invitamos a los clientes a notar su experiencia, en especial
los sentimientos, pensamiento e impulsos que aparecen a lo largo del día.

Tratando de que los Clientes clasifiquen correctamente


Los clientes quizás puedan comenzar a clasificar de formas que te parecerán erróneas. por
ejemplo, podrían ubicar “no sentirme ansioso” en el cuadrante inferior derecho (lo que es
importante), los obstáculos externos, tales como un “jefe furioso” en el cuadrante inferior
izquierdo (obstáculos internos), y, muy comúnmente, describir pensamientos, sentimientos y
otras experiencias internas—cosas que no se podrían ver a través de una cámara de video —
como movimientos de evitación o de aproximación. Y eso está bien. Déjalos ubicarlos
“incorrectamente”. A medida que se vuelvan más hábiles ubicando en la matrix, gradualmente
podrán clasificar de formas más efectivas y workable.
Si no puedes visualizar algo que un cliente hace para evitar o para acercarse, puedes probar
algo que nosotros llamamos “agitar la bolsa”. Por ejemplo, si un cliente dice que uno de sus
movimientos para alejarse es evitar, di algo como: “Sí, y cuando evitas, ¿Qué se te puede ver
haciendo?”. Nota que esta pregunta busca señalar el comportamiento. Después de que agitaste la
bolsa, el cliente puede ofrecer una descripción clara de un comportamiento observable… o no. Si
no sucede, especialmente en los primeros trabajos con la matrix, es mejor escribir lo que la
persona diga, palabra por palabra, que continuar agitando la bolsa, lo que probablemente haría
sentir al cliente que fracasó al contestar tus preguntas. Como resultado, podría verse menos
inclinado a jugar a clasificar contigo.

Tratando de clasificar todo


El punto de presentar la matrix no es obtener una imagen altamente detallada de todo aquello
que los clientes puedan notar en todos los cuadrantes de la matrix. Lo importante es lograr que
miren con éxito a través del punto de vista, como si tomaran una fotografía y describiesen algo
de lo que ven en cada uno de los cuatro cuadrantes. De nuevo, tú quieres que los clientes ganen
en este juego de clasificación. Una forma efectiva de asegurarse de eso es reforzar cualquier cosa
que sean capaces de hacer, y luego seguir adelante.

Preguntas frecuentes
¿Tengo que presentar la matrix en el orden presentado en este capítulo?
No necesariamente tienes que empezar en el cuadrante inferior derecho y finalizar en la parte
superior derecha. Luego de que aprendas a conectar las experiencias del cliente con el diagrama
de la matrix, puedes ajustar la secuencia si se requiere. Con eso dicho, nosotros hemos notado
que la secuencia que presentamos funciona bien. Comienza con quién o lo que es importante
(reflejando los valores, que son el corazón mismo de ACT), y concluye con lo que los clientes
pueden hacer para aproximarse a esos valores (o acción comprometida, lo que es vital para el
trabajo en ACT).
La primera pregunta que se hace es importante porque deja una impronta en las respuestas de
las personas durante la sesión. Es como una bifurcación en el camino. Un camino, el de la
aproximación, conduce a hablar de los valores. El otro, el de la evitación, usualmente lleva a
hablar de los problemas y a atascarse. Si comienzas por la izquierda, podrías predisponer a tus
clientes a hablar de los problemas y a buscar soluciones para ellos. Luego, cuando quieras hablar
de lo valioso y de cómo aproximarse a ello, podría ser más difícil moverse al lado derecho de la
matrix.
Aunque generalmente es mejor empezar por el lado derecho, hay más opciones para
continuar. Por ejemplo, luego de invitar a los clientes a enumerar quienes o qué cosas son
importantes, puedes preguntarles qué pueden ser vistos haciendo cuando se aproximan a esas
personas o cosas, completando el lado derecho antes de moverse hacia el izquierdo. Dicho esto,
recomendamos que primero practiques la secuencia presentada en este capítulo. Una vez que
seas hábil en este enfoque, puedes cubrir los cuadrantes en cualquier secuencia que parezca
workable.

¿Qué sucede si los clientes dicen que nadie ni nada es importante para ellos?
Antes solíamos preguntar primero “¿Qué es importante para ti?”. De cuando en cuando, un
cliente respondía, “No lo sé”, “Nada” o “Ya nada es importante”. Desde que cambiamos y
comenzamos a preguntar “¿Quién es importante?”, no hemos tenido ni un solo cliente que
responda “nadie”. Sin embargo, si un cliente respondiera “nadie ni nada”, esto es lo que
decíamos, con gran éxito: “Imagina que pudieras elegir entre dos vidas, una en la cuan alguien o
algo es importante, y otra en la cual no hubiera nada que fuera importante. ¿Cuál de estas dos
vidas elegirías?”. Con toda probabilidad, los clientes dirán que prefieren una vida con personas y
cosas importantes. Entonces simplemente puedes escribir “Alguien o algo importante” en el
cuadrante inferior derecho, y decir: “Hagamos que dilucidar quién o qué es importante sea parte
de nuestro trabajo, ¿de acuerdo?”.

¿Y qué si los clientes acuden a nosotros en busca de soluciones?


Muchos de nuestros alumnos temen que presentar la matrix muy prontamente en la terapia
pueda espantar a los clientes, especialmente a aquellos que vienen en busca de soluciones.
Hallamos que los clientes generalmente son bastante receptivos a la matrix en la primera
sesión—siempre y cuando el terapeuta se tome el tiempo para conectar con la experiencia de qué
los trae a terapia, se la refleje al cliente, y luego les pida permiso para presentarles este punto de
vista. Usualmente puedes “sellar el pacto” haciéndolos elegir entre las dos potenciales vidas y
responder la pregunta de la flexibilidad psicológica presentada debajo (“¿Estás dispuesto a
aprender cómo aproximarte más fácilmente a aquellos o aquello que es importante, incluso en
presencia de obstáculos internos?”).
Por supuesto, algunos clientes pueden seguir presionando por soluciones—por ejemplo,
preguntando: “Sí, ¿pero cómo hago eso?”. Podrías responder siguiendo estas líneas:

Terapeuta: La buena noticia es que esta es una habilidad que puedes aprender, y vamos a
trabajar en eso. De hecho, y esto puede sonar raro, ya estuviste practicándola al elegir
aproximarte a lo importante, aún en presencia de tus dudas y preguntas sobre cómo
hacerlo, sumado a todos los obstáculos internos que has notado en el cuadrante
inferior izquierdo. Entre éste y el próximo encuentro, ve si puedes notar algunos de
tus movimientos de aproximación y de evitación, y tal vez incluso algunas
experiencias internas que aparecen junto con esos movimientos.

Además, ten en cuenta que la matrix es una herramienta para ayudar a las personas a
encontrar sus propias soluciones, identificando lo que funciona para ellos. No hay muchas
soluciones ya preparadas para los problemas de la vida humana. Qué es lo que funciona siempre
depende del contexto. Si les damos soluciones pre-fabricadas, genéricas, es posible que no sea
una buena opción, y los clientes pueden no ser capaces de adoptarlas por completo. O quizás
funcionen, pero solo por un corto lapso. Darles a los clientes una herramienta para identificar y
probar sus propias soluciones—la matrix—tendrá un impacto más duradero en su habilidad de
vivir una vida valiosa.

Profundizando
En este primer vistazo de lo que se encuentra detrás del trabajo con la matrix, discutiremos
los procesos de priming, el conectar a los clientes con su experiencia y con la matrix, el
apartarse de historias atascadas, y tomar las ideas con liviandad. También discutiremos algunos
de los procesos de marcos relacionales que pueden jugar un rol en el paso que fue delineado en
este capítulo.
Priming
Sin importar que enfoque utilices para introducir la matrix a los clientes, hablarás con ellos
sobre acercarse a personas o cosas importantes para ellos en presencia de experiencias internas
no deseadas. Como se discutió en la sección de Preguntas frecuentes, la mayoría de los clientes
llegan esperando contarte sobre sus experiencias indeseadas, como la depresión, y que les digas
como deshacerse de ellas. Durante todo el paso 1, les presentas una perspectiva diferente,
primándolos para que miren desde un nuevo punto de vista.
Así que miremos más profundamente a este proceso de priming. Mientras lees la palabra
“manzana”, casi instantáneamente estás haciendo un priming, así puedes responder más
rápidamente a la palabra “naranja”. Cientos de experimentos han demostrado los efectos del
priming. En el más famoso de ellos se imprimó a estudiantes, dándoles una tarea que incluía un
montón de palabras asociadas con los ancianos (Bargh, Chen, & Burrows, 1996). Luego a esos
estudiantes y a un grupo control se les pidió que caminen por un pasillo, y aquellos que habían
sido imprimados con palabras relacionadas con los ancianos caminaban más lentamente. El
priming sucede automáticamente y es inevitable, explicando por qué las primeras impresiones
son tan importantes—y el por qué te alentamos a presentar primero el lado derecho
(Aproximación) de la matrix.
Retrocediendo un poco, los medios masivos priman a las personas a venir a la terapia
buscando soluciones para sus problemas. Si empiezas preguntándoles por los problemas, estás
predisponiéndolos a que esperen una solución. Especialmente sucede en aquellos clientes que
ven a especialistas que pueden hacer prescripciones.
Trabajar con la matrix de ACT es un proceso, no una solución cerrada. De hecho, una parte
importante del proceso es ayudar a las personas a notar que pasar mucho tiempo buscando
soluciones a problemas puede ser parte de sus problemas. A través de la matrix, pueden cambiar
de enfoque y ver que puede ser más beneficioso en cambio comprometerse en un proceso
continuo y cotidiano diario de descubrimiento de comportamientos (internos y externos) que
promueven una vida valiosa. Apegarse a resolver problemas muchas veces se interpone en ese
proceso.
Finalmente, dado que las personas ya están primadas para buscar soluciones a problemas, si
comienzas presentando el lado izquierdo (evitación) de la matrix, los clientes pueden caer en
largas historias acerca de sus problemas y soluciones frustradas. Entonces te enfrentarías con la
tarea de interrumpir una historia bien ensayada, y eso puede ser complicado.

Conectando a los clientes con su experiencia y con la matrix


En el trabajo con la matrix, la tarea del terapeuta es mostrar a los clientes el punto de vista de
la matrix, para que así puedan comenzar a clasificar su propia experiencia a través de ella. Una
razón importante por la que esto es tan efectivo es que la matrix configura un punto de vista
funcional contextual. La línea vertical representa el contexto (tanto interno como externo) y la
línea horizontal representa la función del comportamiento (acercarse o evitar). El contextualismo
funcional y la matrix ofrecen un útil punto de vista para derivar y escoger nuevos
comportamientos que promueven una vida valiosa.
Dado que la matrix representa experiencias humanas comunes y fundamentales como
percibir, pensar, sentir y hacer, es una tarea relativamente simple relacionar la experiencia de los
clientes—y tu propia experiencia—al diagrama de la matrix. De cualquier forma, para la mayoría
de las personas es una nueva forma de ver la vida, y como todas las cosas nuevas, usarla requiere
algo de práctica. Hay muchas formas de conectar la experiencia de los clientes con la matrix y
ayudarlos a usarla para mirar su mundo a través de este punto de vista, y se encuentran nuevas
cada día. Una vez que domines esas habilidades, podrías encontrar tus propios enfoques para la
matrix. Si lo haces, ¡asegúrate de avisarnos!

Apartándose de historias de atascamiento


Los clientes aparecen con historias de atascamiento. Eso es esperable, y los terapeutas se
sorprenderían si no fuera así. Más aún, los clientes típicamente quieren usar el contexto
terapéutico para relatar sus historias atascadas. Pero la cuestión con esas historias es que tienden
a lograr que los terapeutas queden atascados igual que los clientes. Si es una historia realmente
buena y jugosa sobre sexo, engaños e intrigas, el terapeuta puede quedar arrastrado dentro de la
historia y atascarse también.
Es más, si esas historias hacen que los clientes se atasquen fuera de la sesión, lo harán
también en la sesión. Una explicación es que estas historias tienden a llevar a preguntas
“pegajosas” que hacen que todos se atasquen. De nuevo, es natural para los clientes hacer
preguntas pegajosas, en gran parte porque usualmente están buscando soluciones sencillas a
problemas complejos. Una parte de ellos sabe que la solución no será sencilla, pero eso no evita
que sigan haciendo preguntas como “¿Entonces qué crees que debo hacer la próxima vez que
pase esto?”
¿Puedes sentir lo pegajoso de esa pregunta? Se te está pidiendo que facilites un curso de
acción específico para que el cliente tome en un contexto en el futuro, cuando ni tú ni el cliente
pueden saber la naturaleza exacta de ese contexto futuro. Si lo haces, podrías estar exponiéndote
a oír después: “Traté de hacer lo que me aconsejaste, pero no funcionó”.
Necesitas apartarte hábil y elegantemente de esas preguntas, antes de que caigan en la matrix.
En este caso, podrías contestar: “Acabas de decir ‘¿Qué crees que debo hacer la próxima vez que
esto pase?’. ¿Adónde ubicarías esa pregunta en la matrix?”.
De esta forma, estás simplemente invitando a los clientes a clasificar. Esta habilidad es
central para el trabajo con la matrix, y es el corazón del aikido verbal, lo cual describiremos en
detalle en el capítulo 4. Lo mencionamos aquí porque probablemente ya estés escuchando esta
clase de preguntas de los clientes. La matrix te ofrece una nueva manera de responder a ellas.
Aquí hay otro ejemplo. Imagina que un cliente dice: “¿Estás diciendo que debo practicar esta
matrix todo el tiempo? No soy bueno para recordar practicar cosas”. Nota los sentimientos que
aparecen dentro de ti mientras el cliente dice “todo el tiempo”. Si eres como la mayoría de los
terapeutas, “todo el tiempo” se siente pegajoso, y esa es usualmente la función de esas palabras
cuando los clientes las dirigen hacia ti. La palabra “debo” se siente pegajosa también, ¿verdad?
Y “No soy bueno para recordar…” encapsula otra historia entera de atascamiento. Una vez que
tengas un poco de práctica con la matrix, elegirás alejarte de preguntas como esta porque son
obviamente pegajosas. La mejor táctica podría ser primero tomarse el tiempo para validar lo que
tu cliente está experimentando, y luego simplemente invitarle a ubicar esa frase en la matrix.
Cuando notes las historias atascadas que los clientes te comuniquen, nota también que esas
historias son parte del proceso que los mantiene atascados. Esto es solo lo que las personas hacen
cuando son incapaces de mirar su propia experiencia desde el punto de vista de la flexibilidad
psicológica.

Tomar las ideas con liviandad


Podría llegar a notar que la presentación que recomendamos incluye declaraciones tales
como “Es un punto de vista que algunas personas han encontrado útil”. Note que tales
declaraciones no hacen promesas disparatadas sobre este punto de vista. Tampoco nosotros
sugerimos que este punto de vista debería ser usado siempre. Simplemente estamos demostrando
un punto de vista. En ACT, esto se conoce como tomar las ideas con liviandad, y es parte de la
esencia de la flexibilidad psicológica. Si nos apegáramos firmemente al punto de vista de la
matrix, podríamos volvernos rígidos y no notar cuando aparezca otro punto de vista que podría
ser de utilidad.
Así que al trabajar con los clientes, intenta modelar la conducta de tomar las ideas con
liviandad. Por ejemplo, usando la palabra “aparecer”. Aquí hay un ejemplo: “Entonces notaste
que tu amigo entró en la habitación, y notaste que fruncía el ceño. Cuando observaste ese gesto,
¿Qué apareció dentro de ti? ¿Qué te dijo tu mente que significaba?”. Esto se contradice a
una/esta forma de indagar mecanicista, desde un punto de vista de causa-efecto: “Entonces viste
a tu amigo entrar a la habitación con el ceño fruncido. ¿Eso cómo te hizo sentir?”. La última
sugiere un nexo causal entre el gesto y los sentimientos del cliente —una relación que no
necesariamente existe—y por consiguiente constituye un uso del lenguaje rígido e inflexible.
Puede haber todo un rango de respuestas a la visión de un amigo con el entrecejo fruncido, y la
respuesta que aparezca depende de varios factores. La próxima vez que el cliente vea a su amigo
con ese gesto, podría tener una respuesta completamente diferente. Claramente, el amigo y el
ceño fruncido no hacen sentir al cliente de una determinada manera. Es por ello que usamos
bastante la palabra “aparecer”. Invitar a los clientes a notar qué aparece es un uso del lenguaje
más flexible, e invita a una respuesta más flexible.

Enmarcando
De acuerdo a la Teoría de los Marcos Relacionales (RFT), nos enmarcamos a nosotros
mismos en el ser. Si bien puede sonar extraño, considera esto: Cuando llegaste al mundo, no te
conocías a ti mismo como “yo”. Solo eras un pequeño ser haciendo cosas, mayormente en
respuesta a tus experiencias sensoriales. Mientras ibas adquiriendo el lenguaje, gradualmente
aprendiste a diferenciarte verbalmente (yo-aquí) de los otros (tu-allá). Pronto el “yo” tomó toda
clase de significados para ti, mientras construías una historia sobre “mí”.
Cuando mostramos a las personas la matrix para facilitarles el punto de vista de la
flexibilidad psicológica, los entrenamos para extender esa visión de sí, haciendo que noten
intencionalmente el “self” (el sí mismo) a través del proceso de vivir en, al menos, dos
dimensiones experienciales: percibir el mundo y a sí mismo en términos de los cinco sentidos y
la experiencia interna, y percibirlos en términos de sus comportamientos (aproximación y
evitación). En el trabajo con la matrix, regularmente retornamos a esas dos tareas básicas de
discriminación, porque funcionan muy bien para expandir la forma en que los clientes enmarcan
activamente sus experiencias y su sentido del self mientras los momentos de sus vidas se
despliegan.
En tanto que la matrix es presentada en el paso 1, los comportamientos de enmarcado más
útiles que enseñas a los clientes involucran la discriminación de relaciones jerárquicas y
deícticas. En RFT, los marcos de perspectiva son conocidos como marcos deícticos. Incluyen el
aquí-allí, el ahora-después, y el yo-tú. Desarrollar la habilidad de notar estas tres diferencias en la
perspectiva nos lleva a volvernos conscientes de nosotros mismos, de una forma auto reflexiva.
Estos tres marcos son la clave de un sentido estable del self y de las habilidades de toma de
perspectiva, y también están relacionadas con la empatía, la compasión y la flexibilidad. En
cualquier momento, nuestro sentido del self es una colección de incontables experiencias y de
nuestro enmarcado de esas experiencias. “Ahora me siento bien”, “Ayer me sentía enojada”,
“Voy a la tienda”, “Fui a la tienda”, “Reprobé el examen”, “Obtuve un aumento”, “Abracé a mi
compañero”, “Quiero ponerme mejor”, “Me siento desesperanzado”, “Estoy deprimido”, “Me
voy a mejorar”, “Sólo voy a empeorar”, “Soy una luchadora”, “Soy un perdedor”—todos esos
dichos son partes de la constelación que constituye nuestro sentido del self en un momento dado.
Cuando es saludable, este sentido del self se mantiene flexible y abierto a nuevos marcos y
nuevas experiencias. Cuando el énfasis está en los productos de los marcos, como sentirse de una
manera particular (como suele suceder en las interacciones típicas y en nuestro discurso interno),
esto suele llevar a marcos inflexibles de experiencia del self y a conceptos inflexibles del self.
Mediante la activación de marcos deícticos y jerárquicos, el uso de la matrix puede expandir y
ampliar nuestro sentido del self para incluir todas nuestras experiencias como partes normales de
la vida y conducir a definiciones más amplias de lo que podemos lograr. En otras palabras, nos
da un sentido más amplio de quién somos y de quién podemos ser.
Los marcos jerárquicos involucran enmarcar algo como parte de algo más (A es un atributo o
miembro de B). Activar los marcos deícticos también puede activar los marcos jerárquicos en el
sentido de que toda la experiencia interna y el comportamiento son enmarcados como parte de la
experiencia y del self de uno mismo. El resultado de este proceso de aprender un repertorio de
marcos es la emergencia de una perspectiva y sentido del self estables, a veces denominados el
yo que observa. Este proceso, el cual es central para ACT, es una especie de comportamiento que
nos provee de una perspectiva desde la cual notar todas nuestras experiencias y elegir nuestro
comportamiento.
Cuando las personas ubican elementos en la matrix, de hecho se encuentran en la posición de
Yo-aquí-ahora, observando su experiencia como si fuera la de otra persona: tu-allí-después.
Muchas veces eso les permite tomar suficiente distancia y perspectiva para elegir el
comportamiento que va en la línea de nuestros valores. Este tipo de proceso puede ser central en
la construcción de marcos. Quizás emerja de vernos a nosotros mismos desde la mirada de otros.
Antes de que puedas enmarcar algo como “igual a”, “diferente de”, “contrario a”, “mayor que” o
“menor que” otra cosa, y así sucesivamente, primero debes retroceder y tomar perspectiva de las
cosas enmarcadas por esas relaciones. Entonces, en el fondo, la matrix se trata de marcos
deícticos y jerárquicos, y adoptar el punto de vista de la matrix ejercita el músculo de
observación del self.
Como verás a lo largo de este libro, usar la matrix activa una compleja red de relaciones que
ayuda a las personas a encontrar nuevas relaciones y elegir acciones valiosas, incluso desde las
situaciones de mayor atascamiento. Dependiendo de la historia del cliente, algunos de estos
marcos pueden comenzar a activarse desde el vamos, haciendo que las cosas avancen. Por
ejemplo, cuando los clientes clasifiquen un comportamiento como de aproximación o de
evitación, pueden empezar a percibir los movimientos de evitación como menos atractivos si se
enmarcan como opuestos a los de aproximación. De forma similar, pueden comenzar a percibir
los movimientos de acercamiento como más atractivos si se enmarcan como una parte de
aproximarse a quiénes o aquello que es importante para ellos. Esos nuevos marcos podrían
incrementar la probabilidad de que aparezcan movimientos de aproximación, y por lo tanto,
contribuir a una mayor flexibilidad en una situación dada.
Checklist del paso 1

Usa esta checklist (disponible para su descarga en


http://www.newharbinger.com/33605) para guiar tu práctica de las estrategias
desarrolladas en este capítulo.

Qué hice

❏ Pedí permiso antes de establecer los objetivos y presentar el punto de vista.

❏ Me tomé el tiempo para reflejar y conectar con la experiencia de mi cliente acerca


de lo que le trae a terapia.

❏ Invité a mi cliente a clasificar su experiencia, según sus palabras, en la matrix.

❏ Pregunté “¿Quién es importante?” antes de “¿Qué es importante?”

❏ Encuadré los movimientos de aproximación como acercamientos hacia personas o


cosas importantes, y los movimientos de evitación como formas de alejarse de
obstáculos internos.

❏ Pregunté a mi cliente quién escoge las personas o cosas importantes, y quien


puede notar quiénes o qué cosas son importantes, obstáculos internos, y si lo que
hace es un movimiento de aproximación o de evitación.

❏ Invité a mi cliente a elegir entre una vida mayormente basada en movimientos de


evitación, y otra basada en movimientos de aproximación.

❏ Hice la pregunta de la flexibilidad psicológica, encuadrándola como la habilidad


de escoger más fácilmente aproximarse a las cosas, aun en presencia de obstáculos
internos.

❏ Dejé en claro que el trabajo se trata acerca de la práctica de la habilidad de estar en


el momento presente.

❏ Invité a mi cliente a comprometerse con la práctica diaria de notar movimientos de


aproximación y de evitación.

❏ Aclaré al cliente que no necesariamente tiene que hacer la práctica diaria; y que
todo lo que necesita hacer es notar si la realiza y si no la lleva a cabo.

❏ Compartí algo de mi propia matrix, pero de forma de no hacer de ello el foco


principal.
Qué evité hacer

❏ Explicar

❏ Clasificar en lugar de mi cliente

❏ Dejé que mi cliente proceda contando una historia de atascamiento

También podría gustarte