Talleres Simce de Comprension
Talleres Simce de Comprension
Talleres Simce de Comprension
Comunicación:
Profesor Guía:
Edda Hurtado Pedreros
Alumna:
Andrea Sarpi Urra
de habilidades de comprensión lectora del texto narrativo literario”. Cuyo objetivo principal
consiste en desarrollar las habilidades necesarias para comprender un texto narrativo literario.
Este proyecto se basa en la taxonomía propuesta por Bloom y revisada por Anderson
y Krathwohl (2001), la cual apunta a promover las habilidades cognitivas de nivel inferior:
recordar, comprender y aplicar, así como también las de nivel superior: analizar, evaluar y
la lectura de textos narrativos literarios, los cuales se presentan sesión a sesión. Debido a lo
Este taller cuenta con una modalidad práctica y requiere la participación activa de los
estudiantes, puesto que las sesiones y actividades propuestas relacionan contenidos propios
ÍNDICE
PARTE I
1.1. Enfoque por competencias en la enseñanza de la lengua y la literatura
en el marco curricular nacional 5
1.1.1. Comunicación oral 7
1.1.2. Escritura 7
1.1.3. Lectura 7
1.2. La enseñanza de la literatura como problema didáctico 12
PARTE II
NACIONAL
El marco curricular define el aprendizaje que se espera que todos los estudiantes del
país desarrollen, por lo que es obligatorio y lo convierte en el referente para los planes de
estudio, programas de cada asignatura, textos escolares y pruebas estandarizadas como Simce
Los Objetivos Fundamentales son los aprendizajes que los estudiantes deben lograr
verticales son los aprendizajes relacionados directamente a las asignaturas, así cada una de
ellas tendrá diferentes OF que desarrollar en los estudiantes. Los transversales son los
aprendizajes que se relacionan con todo el currículum, es decir, tienen un carácter general y
implicados en los OF y que los docentes deben enseñar y/o promover en el aula para
6
competencias como la articulación entre conocimientos, habilidades y actitudes que han sido
desarrollo de las competencias comunicativas de los estudiantes, destacando que “el lenguaje
es la base de las demás áreas del saber y constituye en sí mismo una herramienta fundamental
y exterior.
lectura. Por lo anterior, en el marco curricular se destaca que la asignatura tiene un enfoque
objetivo principal del sector, lo que debe ser abordado desde un enfoque didáctico que
trayectoria escolar: Comunicación Oral, Escritura y Lectura. Estas tres habilidades permiten
llevar a la práctica la enseñanza del lenguaje, ya que son puestas en práctica de manera
7
que en las situaciones comunicativas orales siempre se está desempeñando el doble rol
(emisor y receptor). Esta dinámica interactiva permite que los estudiantes pueden aprendan
creativamente. En este eje se sugiere que los estudiantes escuchen atenta, comprensiva y
críticamente diversos textos literarios y no literarios y que se familiaricen con textos orales
1.1.2 Escritura
de la comunicación oral. Los estudiantes deben conocer los diversos tipos de textos escritos,
para así ser capaces de producir sin problema cualquiera de ellos, ajustándose a un propósito
y audiencia particular.
1.1.3 Lectura
La lectura debe ser abordada en la sala de clases desde dos modelos: de destrezas y
(dominio del código), mientras que el segundo utiliza todos los elementos presentes en una
situación comunicativa para crear el sentido, acercando así al alumno a modelos reales, que
permitirán leer y entender textos en su globalidad y en sus diversos contextos. Estas dos
Los primeros tienen relación con la extensión de las oraciones, el uso de un léxico menos
frecuente, entre otros. Los segundos se relacionan con las temáticas, los vínculos existentes
entre un texto y otro o entre el texto y su contexto, entre otros factores. Los últimos se
textuales menos familiares, entre otros. Por lo destacado anteriormente, un texto se puede
En relación a la complejidad de los textos, el marco curricular menciona que las estrategias
de lectura deben estar presentes en todo el proceso para apoyar el avance, pero deben
incorporarse a medida que los estudiantes adquieren autonomía respecto de sus usos.
literatura sean integrados a los ejes a lo largo de toda la trayectoria escolar, es decir, revisar
la literatura no solo a partir del eje de lectura, sino que también desde la comunicación oral
y la escritura, y no solo en algunos cursos, sino que en todos. Esta propuesta genera un
Para reforzar esta definición y que pueda ser llevada a cabo, se proponen OF y CMO
desde el primer nivel de Enseñanza Básica hasta el último de Enseñanza Media, los cuales
se relacionan con el disfrute, valoración y lectura comprensiva de las obras literarias. Para
personal y contrastándola con las visiones de realidad propias y ajenas” (MINEDUC, 2009,
p. 69). Y el CMO 11 del mismo nivel: “Reflexión sobre la literatura como medio de
ejemplos, es posible inferir que la justificación teórica del marco curricular se relaciona con
los OF y CMO planteados en él y que, por tanto, la lectura de obras literarias se presenta en
el currículum para estimular el interés por ellas, para formar lectores activos y críticos,
capaces de comprender y proponer sentidos para las obras que leen y apreciar el valor y
los textos no literarios por sobre los literarios en los ejes de comunicación oral y escritura en
todos los niveles de Enseñanza Media, por lo que la literatura sigue relegada.
entre lo que propone el marco curricular y los programas de estudio de la asignatura. Por
Aprendizaje Esperado (AE) 1 (eje lectura) es: “Analizar e interpretar novelas y cuentos en
clases: analizando los elementos centrales (personajes, tema, ambiente), haciendo inferencias
10
p. 47). Sin embargo, en los indicadores del AE se le da mayor relevancia a que los estudiantes
reconozcan el ambiente y personajes, por sobre inferir el tema del texto o extraer
importancia de la literatura:
“Resulta inconveniente abordar las obras solo como medios para ejemplificar teorías
literarias, discursivas y comunicativas. Son estas teorías las que deben estar al servicio
de la mejor comprensión de lo leído, permitiendo así un disfrute más profundo, y no
al revés.” (MINEDUC, 2009, p. 34)
En el ejemplo se evidencia que el texto leído será utilizado para reconocer elementos
propios de teorías literarias y no para realizar procesos más profundos como los destacados
anteriormente.
Otra diferencia que es posible evidenciar es que, a pesar de que en el marco curricular
intención literaria y no literarios, el programa del mismo nivel presenta solo dos de doce AE
del eje de escritura referidos a la producción de textos literarios. Por lo anterior, diez AE
escritura es: “Escribir poemas en los que utilizan diferentes recursos líricos para expresarse,
tales como: figuras literarias, estrofas y versos, rima” (MINEDUC, 2011, p. 60). Este AE es
uno de los dos que incluye la producción literaria, pero el AE 4 de la misma unidad y eje es:
“Revisar y reescribir los textos escritos para aumentar su capacidad expresiva: comprobando
el propósito expresivo del poema con sus compañeros, marcando los elementos que sea
11
necesario corregir, reescribiendo sus textos hasta quedar satisfechos con el resultado” y el
AE 5: “Utilizar un léxico variado y preciso para enriquecer los versos que escriben”. Estos
dos últimos contradicen el proceso creativo de cada estudiante, solicitándoles que reescriban,
corrijan y agreguen un léxico diverso a su poema, por lo que las creaciones de los estudiantes
no terminarán siendo lo que ellos pretendían en un comienzo, sino que se verán modificadas
literatura se presenta como un constructo verbal y cultural cargado de sentido, pero ese
menciona que esta no debe ser utilizada para ejemplificar contenidos o teorías, sino que debe
ser un fin en sí misma. Sin embargo, en los programas la lectura literaria está
que la comprensión y valoración son dejadas de lado. Por lo anterior, el currículum actual de
DIDÁCTICO
Comunicación, como se evidencia en el análisis del marco curricular, causando que esta sea
utilizada como una herramienta que permite ejemplificar teorías, reconocer elementos, etc.
Esta situación ha sido tratada por diversos autores, quienes a partir de las problemáticas de
sus propios países, plantean problemas y posibles soluciones que podrían aplicarse en la
el problema de los géneros discursivos, mencionando que estos son conjuntos de enunciados
de géneros es, entonces, infinita, ya que las posibles actividades humanas son inagotables y
cada una de ellas tendrá un repertorio discursivo que se diferenciará de todos los demás. No
obstante lo anterior, Bajtín establece una clasificación que permite ahondar en ellos, pese a
sus diferencias. Esta clasificación contiene dos tipos de géneros: primarios y secundarios,
caracterizando a los primeros como simples y a los segundos como complejos. Los géneros
Mientras que los géneros secundarios son la absorción y reelaboración de distintos géneros
investigaciones.
Bajtín menciona que se han estudiado detalladamente los géneros literarios desde una
perspectiva artística y literaria, pero no desde una perspectiva lingüística y, por tanto, no han
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sido considerados anteriormente como un conjunto de enunciados con una naturaleza verbal
común a los otros géneros. A partir de lo anterior, este autor considera la novela y, por
una conversación, pero con la diferencia de que estas son simples y la literatura compleja.
Además, este autor considera que todo enunciado está vinculado al contexto y es
individual, por lo que puede reflejar la individualidad del emisor en ellos. No en todos los
“(…) en ellos, un estilo individual forma parte del propósito mismo del enunciado, es
una de las finalidades principales de éste; sin embargo, también dentro del marco de
la literatura los diversos géneros ofrecen diferentes posibilidades para expresar lo
individual del lenguaje y varios aspectos de la individualidad.” (Bajtín, 1982, p. 251)
Por lo anterior, Bajtín establece que los géneros literarios son complejos, ya que
requieren de un proceso más elaborado que los primarios, y que reflejan la individualidad no
solo del escritor, sino también de otros aspectos. Esta amplitud en la noción de género permite
Robin (1993), por su parte, plantea que a través de la historia han existido diferentes
definiciones, por ejemplo, en siglos anteriores se entendía por literatura a los clásicos o a las
populares en la literatura. Por esta razón, Robin considera que la literatura es un campo
perteneciente a un círculo exclusivo y restringido, sino que sus límites se han ampliado,
ofrece una definición exacta, pero se relaciona a lo destacado por Bajtín. Se puede concluir,
14
oficiales del Ministerio de Educación, ya que en ninguno de ellos se define con claridad qué
es literatura y bajo los postulados de qué autor, en qué se diferencia un texto literario de uno
no literario, etc. Este problema ha sido abordado por Bombini (2009), quien a pesar de
referirse al sistema educativo argentino, se refiere a un tema que también es conflictivo para
la realidad de nuestro país. Él plantea que: “En ningún manual se presenta la discusión sobre
la especificidad de la literatura. Lo literario es algo dado, natural (…).” (p. 31). Esta crítica
no solo está referida a la teoría propia de la asignatura, sino también a los conceptos que
aparecen al interior de los programas y que son parte del discurso de la enseñanza literaria,
como por ejemplo: “movimientos literarios”, “contextos”, “géneros”, etc. Esta omisión de
teoría dificulta no solo la práctica docente, sino también el aprendizaje de los estudiantes.
Lo anterior se relaciona a lo que menciona Gerbaudo (2006), quien plantea que los
estudiantes no distinguen conceptos como obra literaria, discursos, géneros, entre otros,
porque el currículum no los define con claridad ni tampoco plantea la funcionalidad de estos
planteando que esta se convierte en algo totalmente superficial, llevándose al aula solo para
que los estudiantes reconozcan en fragmentos ideales las funciones del lenguaje, sin
explicarles que siempre existe una predominancia ni tampoco para qué les va a servir
15
reconocerlas. Este vacío argumental en las clases de Lenguaje, se convierte en una constante,
de géneros discursivos propuesta por Bajtín, la cual requiere comprender que los enunciados
educación. Los géneros se tienden a enseñar como unidades completamente abstractas, con
límites claros y lejanas a la realidad de cada estudiante, omitiendo que un género –según
Bajtín– puede reconocerse en conversaciones, cartas, etc., alejando este concepto esencial de
Manni, 2006), ya que los estudiantes tienen problemas para determinar el prototipo
predominante. Diferentes autores mencionan que sería más claro abandonar la noción de
tipologías y adoptar una que incluya secuencias prototípicas en las que se puedan distinguir
las características más fácilmente, entendiendo que el texto es una unidad heterogénea y
comparables. Manni (2006) es claro al destacar que los estudiantes aprenden formatos que
se utilizan las tipologías textuales como teoría y de manera estructurada, casi inamovible, lo
que dificulta la verdadera asimilación de estas tipologías por parte de los estudiantes, ya que
ellos estarán siempre esperando encontrarse con textos ideales como los que se les presentan
16
en las clases. La solución sería dejar de encasillar a los textos de manera tan cerrada,
reconocer sus diferencias y utilizar una concepción menos compleja, como las secuencias
situaciones irreales dentro del aula, al limitar el papel de la literatura, etc. Estos problemas
es posible rastrearlos desde el marco curricular, ya que lo que allí se plantea no se materializa
en los programas de la asignatura y, por tanto, no se cumple en las aulas de nuestro país. Por
lo tanto, es necesario producir cambios y soluciones que permitan revertir esta situación.
comunicación oral como prácticas culturales. Con respecto a lo anterior, Rockwell (2005) y
Zimmermann (2006) plantean que, en el aula, la lectura tiende a ser un acto social y cultural,
torno al acto de leer.” (Rockwell, 2005, p. 14). Sin embargo, en el currículum nacional no se
incluye esta visión, destacando simplemente que los estudiantes lean fluida y velozmente,
práctica cultural, planteando que es más que un mero instrumento de comunicación y debe
ser entendida a partir de la realidad de los estudiantes, sus experiencias y creencias; todos
elementos que se validan a través de la escritura narrativa, por ejemplo. Sardi plantea que la
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narración modela nuestra forma de vivir, constituye nuestra subjetividad y que debe ser
ya que en los colegios se privilegian los textos no literarios para esta función. Ambos
cabo lo anterior, estos dos autores plantean la aplicación de consignas de escritura, las cuales
deben contener un obstáculo y un trampolín para que los estudiantes escriban y no se dejen
amedrentar por una página en blanco. Esto es muy diferente a lo que se desarrolla actualmente
en nuestro país, ya que como se describió en el apartado anterior, el marco curricular limita
escritura como prácticas culturales, se lograría conocer cómo leen y escriben verdaderamente
los alumnos: ¿les acomoda leer en voz alta o prefieren leer silenciosamente?, ¿sienten
motivación a leer y/o escribir por sí solos o necesitan ser guiados?, ¿comprenden lo que leen
ya que esta no sería una herramienta para lograr otras cosas, sino que sería valiosa por sí sola.
leer fragmentos en clases, pero no se les explica el contexto de ellos, no se les realizan
preguntas que les permitan interpretar, inferir, evaluar, etc. Lo que demuestra que la
tipos de amor, figuras literarias, etc.), pero no a desarrollar habilidades que refuercen su
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comprensión lectora, por ejemplo. Por lo anterior, la justificación teórica del marco
curricular y los diferentes programas de estudio no son coherentes con los Aprendizajes
Esperados ni con las actividades sugeridas, provocando que, actualmente, la mayoría de los
una clara definición del eje de lectura, el cual abarca la lectura como una instancia de disfrute
y goce personal, destacando la importancia de la visión crítica de los estudiantes, así como
la posición activa frente a la lectura, propiciando las interpretaciones que ellos puedan
descripción del marco, pero al hacer una revisión de los programas de estudio de cada nivel,
apartado anterior. Estas problemáticas también se observan en los textos escolares entregados
por el Ministerio y que, por tanto, deberían corresponder a cabalidad con el marco curricular.
microcuento presentado en Santiago en 100 palabras titulado "Dostoievski" los que, en vez
seguidos por las siguientes preguntas: “¿Desde qué posición se narran los hechos en el texto
Memorias de la casa muerta?”, “Escoge una palabra para describir la casa del texto de
acuerdo con lo que se narra en el segundo texto ¿cómo es el personaje Dostoievski?” (p. 57).
intertextualidad, etc. se utilizan los fragmentos solo para reconocer elementos textuales.
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curricular, ya que en él se destaca que las obras literarias no son medios para ejemplificar
teorías literarias, discursivas y comunicativas, sino que deben ser utilizadas como un fin en
sí mismas. También se menciona la importancia que tienen estas obras en la vida de los
sociales, dando lugar a la discusión y análisis de estos temas, lo que claramente no sucede si
estrategias de lectura para apoyar el proceso de comprensión lectora de los estudiantes, sin
momentos utilizarlas, etc. Por lo que la elección queda delegada al docente, pudiendo esta
ser completamente diferente a la de otro colegio, por ejemplo, generando diferencias que
deficiencia al describir las estrategias de comprensión, son dificultades que se traspasan a las
realizan a partir de la lectura domiciliaria, los cuales no siempre cumplen con evaluar
interpretación, análisis, etc., sino que se enfocan en evaluar conocimientos textuales de los
libros que leen los estudiantes, dejando en segundo plano la valoración de las obras literarias
Esta mala aplicación puede deberse a diversos factores, como por ejemplo: el limitado
tiempo que los profesores disponen para desarrollar este tipo de material y luego corregirlo,
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y la preparación deficiente que tienen para construir instrumentos que realmente evalúen las
habilidades de la comprensión lectora. Ambas causas provocan que gran cantidad de docentes
recurran a las redes sociales para solicitar y/o compartir material, evitando así utilizar tiempo
fuera del aula o enfrentarse a la construcción de una evaluación con elementos que no
asignatura de los profesores, los cursos a los que se dirigen y el fin que tiene cada página
contenidos, presentaciones de Power Point, controles de lectura, entre otros. El grupo cuenta
con 3920 miembros (en junio del 2015) y se explicita en la descripción del grupo, que: “Los
etc.). (…) De esta manera, este grupo se ha creado con la finalidad, única y exclusiva, de
reunir una base de datos comunitaria para nosotros, los profesores de Lenguaje y
Comunicación. Por ello, una de las consignas de este grupo es que para ser mejores docentes
de ayuda en cuando a prácticas pedagógicas específicas, como por ejemplo: cómo enseñar
poesía de una manera novedosa, cómo evaluar tipos de mundos literarios, etc. produciéndose
22
aquellos que solicitan ayuda, sino para todos quienes tienen acceso al grupo. También, es
posible observar casos de agobio laboral que “obligan” a estos docentes a solicitar materiales,
ya que en sus colegios se les solicitan de un día a otro, siendo imposible para ellos
fondo que afecta, no solo a los profesores, sino también a los estudiantes, ya que son ellos
quienes reciben este material y quienes deben aprender a través de aquellas prácticas.
Figura 1
consejos o ayuda para desarrollar diferentes tipos de contenidos, solicitan videos o películas,
Figura 2
23
Figura 3
Las publicaciones como las presentadas en la figura 2 y 3 demuestran la falta de horas
no lectivas en el trabajo diario de los profesores, así como el agobio al que estos están
sometidos. Este tipo de publicaciones también son comunes y los profesores que cuentan con
Figura 4
Las publicaciones como la presentada en la figura 4 demuestran la debilidad de los
lectora. Este tipo de solicitud es la más común en el grupo, siendo este espacio utilizado para
profesores de contar con material de apoyo pedagógico, por sobre todo, material que evalúe
la comprensión lectora.
24
de comprensión de lectura 1 y 2 (en una escala de cinco niveles), lo que implica que aquel
59% cuenta con competencias básicas de lectura, según lo planteado en el Plan Nacional de
la Lectura 2015-2020 publicado por el Gobierno de Chile en 2015. Estas cifras demuestran
la falta de comprensión lectora que aqueja a la mayoría de la población chilena, pero ¿cómo
lectora.
acorde a este curso (2011) uno de los Aprendizajes Transversales a todas las unidades es:
“Desarrollar hábitos lectores” y dos de los indicadores para saber cuándo se cumple es: “Leen
de manera independiente al menos 30 minutos diarios” y “Leen un libro mensual fuera del
horario de clases” (MINEDUC, 2011, p. 34), demostrando una clara tendencia cuantitativa
por sobre una cualitativa que se preocupe de conocer el proceso de lectura y comprensión,
más que la cantidad de tiempo que dedican a leer o los libros que leen en un periodo
25
determinado de tiempo. Otro ejemplo, ahora de una actividad sugerida, es: “Luego de haber
2011, p. 49), las preguntas que se plantean a continuación pueden ser trabajadas si los
estudiantes leen de manera independiente y fuera del aula la novela, pero la indicación
demuestra la poca conciencia que se presenta en este tipo de documentos sobre la labor de
los profesores y la disposición horaria de estos, así como también del proceso de comprensión
de los estudiantes.
De manera general, en este programa se sugiere que se destine parte del tiempo de la
clase a leer y comentar textos, por lo que el docente debe tener un rol activo al guiar la
que es beneficioso dejar la discusión para el final de esta, pudiendo ser abordado el texto
desde su globalidad. Recomendaciones que se contradicen con lo que plantean otros medios
oficiales.
recordar para poder comprender; pero no es suficiente para lograrlo. Si nuestro objetivo es
que los alumnos repitan la información obtenida de los textos y nos centramos en la tarea de
controlar y corregir las respuestas que dan a las preguntas de comprensión, más que en la
enseñanza y desarrollo de estrategias, podemos estar seguros de que nos hemos equivocado
de camino.” (Educarchile, 1). A partir de esto, se plantea que los profesores deben inculcar
26
estrategias de comprensión para que los estudiantes construyan significados. Estas estrategias
segunda, realizar preguntas como: ¿qué creen que pasará a continuación? Para generar
recomendaciones se sugiere hacerlo para suponer qué pasará después. Frente a esta situación,
Media”, en las que es posible encontrar instrumentos evaluadores que sirven como modelo
intermedia y final. La primera debe ser aplicada al inicio del año escolar, la segunda al
terminar el primer semestre y la final, al término del año escolar para así evaluar los
y la comprensión de textos deben estar bajo los planteamientos de la teoría interactiva (Figura
5), siendo incoherente con lo rescatado del marco curricular, en el que se menciona la
importancia de que los estudiantes disfruten por medio de la lectura, lo que es parte de la
Figura 5
beneficioso para los docentes, pues tienen una guía clara para desarrollar y evaluar la
error de los programas de estudio y textos del estudiante analizados anteriormente: leer para
reconocer elementos textuales o estructurales. Por ejemplo, se solicita que los estudiantes
28
asignatura, por lo que se realizó un análisis detallado de las solicitudes y materiales presentes
resultados:
En lingüística –durante los tres años– se han realizado (hasta junio de 2015) 128
de material.
controles de lectura.
Este análisis permitió conocer las necesidades de los profesores, demostrando que el
partir de este descubrimiento se clasificaron los controles de lectura recopilados según el año
en que fueron compartidos: 2013, 2014 o 2015. Luego, según la obra literaria, el curso en el
Número Modalidad
1. Alternativas
2. Desarrollo
3. Verdadero y falso
4. Términos pareados
5. Orden cronológico
6. Completar oraciones
7. Sopa de letras
leyendo actualmente, qué géneros literarios son los más leídos y qué formatos de evaluación
los títulos más reiterados para ser utilizados en la secuencia propuesta; además, se concluyó
más utilizado. Estos dos datos son relevantes, ya que también serán aplicados en la secuencia.
38
vulnerabilidad social.
El taller está destinado a primero medio (NM1), específicamente para ser desarrollado
en conjunto a la unidad 1, según el programa del nivel, la cual corresponde a narrativa. Para
a la lectura de textos literarios (habilidades) y a los contenidos propios del género narrativo,
tal como se describen en el programa del primero medio (MINEDUC, 2011, p. 29)
Figura 6
39
En el taller se incluyen todos los ejes (Lectura, Escritura y Comunicación oral), pero
de textos literarios. Según el programa del nivel, los estudiantes deben cumplir con diversas
habilidades en cada eje, en el caso de Lectura estas habilidades son 9 y en este taller se
textos con diversos niveles de complejidad” y “Evaluar críticamente los textos que leen”.
Por lo que se espera que los estudiantes se enfrenten a textos de diversa complejidad
interpretar novelas y cuentos en clases: analizando los elementos centrales (personajes, tema,
con las habilidades del eje Lectura, por lo que el taller propuesto se relaciona con lo que el
decir, para las cuatro unidades que este comprende, pero también orientaciones para cada
unidad. Las primeras se relacionan con los ejes de la asignatura, y en el caso de Lectura se
“Es necesario destinar parte del tiempo a leer en clases y a comentar los textos (…).
El docente adquiere un rol fundamental al guiar a los estudiantes en sus lecturas, al
ayudarlos a comprender la información, a realizar inferencias, a penetras en los
significados más complejos y elaborar interpretaciones propias. (…) Es recomendable
interrumpir la lectura solo cuando sea estrictamente necesario debido a su
complejidad, ya que los alumnos se desconcentran fácilmente y pierden el hilo
central. Dejar la discusión para una vez finalizado el texto permite abordarlo desde su
globalidad.” (MINEDUC, 2011, p. 31).
comprensión.
texto.
texto.
discurso que surge de una determinada esfera de la actividad humana, es complejo y refleja
la individualidad no solo del escritor, sino también de elementos externos a él. Para
menciona:
Por lo anterior, en esta propuesta, los textos literarios son entendidos como discursos
Ahora bien, los textos literarios narrativos, según Genette (1972), contienen tres
Por último, la narración es la acción que convierte a la historia en relato y la situación en que
se produce el acto narrativo. Según estos elementos, los textos narrativos son una serie de
en Genette, plantea que en los textos narrativos “alguien narra algo a alguien” (p. 261) y que
este narrador es el mediador entre el mundo narrado y el lector. Este mediador puede
presentarse en primera, segunda y tercera persona, así como también puede participar en la
historia o mantenerse externo. Por tanto, es la voz que construye el mundo narrativo. Pimentel
que los narradores heterodiegéticos se caracterizan por su ausencia, teniendo una función
meramente vocal.
Estos conceptos están presentes en los textos de estudio que entrega el MINEDUC a
“El narrador es un elemento ficticio del mundo narrado y corresponde a la voz que
cuenta la historia. El autor del texto puede optar por utilizar el narrador que mejor responda
a sus propósitos comunicativos e incluso puede usar varios narradores en su texto. El narrador
es externo cuando no participa en la historia y narra los acontecimientos en tercera persona.
Se considera omnisciente si sabe tanto lo que sucedió, sucede y sucederá en la historia, como
los pensamientos de los personajes. Por otro lado, el narrador externo será un narrador
objetivo si solo relata aquello que observa y experimenta, y no conoce la perspectiva de los
personajes. El narrador es interno cuando participa de la historia. Por lo general, se presenta
en primera persona, aunque hay relatos con un narrador interno en segunda persona. El
narrador interno puede aparecer como narrador-protagonista si desempeña el papel relevante
en la acción, o como narrador-testigo, si solo observa”. (p. 24)
narrador, cumple un papel fundamental en los textos narrativos, ya que el primero cuenta la
historia, pero el segundo debe participar en las acciones descritas. Sánchez (1998), basándose
primer lugar, personajes principales y secundarios. Los personajes principales son aquellos
que cumplen funciones esenciales en el desarrollo de la acción narrativa, mientras que los
son incluidos para desarrollar acciones episódicas. En segundo lugar, personajes estáticos y
historia, por lo que se mantienen igual al comienzo y al final de esta, mientras que los
dinámicos van moldeándose y madurando durante el desarrollo de la historia, por lo que son
diferentes al comienzo y al final de esta. Por último, personajes planos y redondos. Los
personajes planos solo presentan en su carácter una faceta dominante, mientras que los
primero medio incluye el espacio físico y psicológico. Estos conceptos se definen en el texto
de estudio (2014), estableciendo que el espacio físico “es el escenario o lugar representado
donde transcurren los acontecimientos del relato” (p. 122) y puede ser abierto, es decir,
espacio psicológico es “el mundo interior de los personajes, sus emociones y estados de
ánimo” (p. 122). La relación de estos dos ambientes genera la atmósfera emocional, que es
ambiente, son necesarios para cumplir a cabalidad con la secuencia propuesta, ya que esta, a
Esta propuesta didáctica tiene como objetivo desarrollar la comprensión lectora, por
lo que, primero, es esencial destacar que leer no es solo un proceso en el que se decodifican
unidades lingüísticas, sino que es “una práctica cultural inserta en una comunidad específica
que posee historia, tradición, hábitos y determinadas prácticas comunicativas” (Azúa, 2014,
p. 77). Al ser considerada una práctica cultural, debemos reconocer que la comunidad escolar
e incluso un curso específico formarán grupos lectoras con características propias, mediadas
por sus costumbres y hábitos. El profesor, entonces, según Azúa (2014) debe erradicar el
concepto de que solo una interpretación es la correcta y acoger la diversidad de sentidos que
los diferentes lectores pueden construir, aprovechando la instancia para discutir sobre la
sus propios contextos. Es por esto que, la misma autora, destaca que el profesor debe actuar
Interactivo. Galdames (2009) destaca que este modelo de comprensión lectora es considerado
Comprensión Lectora 1er. año de Educación Media”, publicado por el MINEDUC el 2014,
del texto a partir de los conocimientos previos y las experiencias” (p. 17). En esta teoría, el
lector cumple un rol activo en la lectura y comprensión, ya que él le otorga los significados
su significado está supeditado a lo que el lector sea capaz de asignarle: El texto se convierte
en un vehículo para que el estudiante construya significados.” (p. 18). Por lo anterior, la
comprensión lectora planteada en el currículum chileno destaca el rol activo del estudiante.
significados del texto leído, pero para lograr esta construcción se requieren habilidades
específicas que ayuden, en este caso, al estudiante. En la secuencia propuesta, se utilizan las
relevante de la memoria de largo plazo, por lo que los estudiantes deben reconocer y recoger
(orales o escritas), por lo que los estudiantes deben explicar, inferir, interpretar, comparar,
etc. A partir de información dada. En tercer lugar, aplicar es llevar a cabo un proceso
aprendido en una situación determinada, por lo que los estudiantes deben ejecutar e
en sus partes constitutivas y determinar cómo se relacionan entre ellas y con su estructura
global, por lo que los estudiantes deben diferenciar, comparar, organizar, etc. El
estándares, por lo que los estudiantes deben comprobar, criticar, juzgar, experimentar, etc.
La información. Por último, crear es reunir elementos y formar algo nuevo o reorganizar los
elementos para formar un nuevo patrón o estructura, por lo que los estudiantes deben generar,
Los conceptos presentados anteriormente son los necesarios para aplicar la secuencia
propuesta sin dificultades, ya que son las habilidades y contenidos que se incluyen en ella.
49
Cierre:
retroalimentación
de las habilidades
utilizadas.
Sesión AE 01 Reconocer Procedimentales: Inicio: resultados Anexo 4: Guía Formativa
n° 2: Lectura - información Reconocer del diagnóstico. de
Analizar e explícita de un información Se explica que Comprensión
interpretar texto literario explícita de un durante el taller se lectora N°1
novelas y texto literario. trabajará con
cuentos en diferentes Anexo 5:
clases: habilidades. Presentación
analizando de Power
los Desarrollo: Point
elementos trabajo en Comprensión
centrales conjunto con la lectora N°1
(personajes, guía de
50
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
por medio de preguntas: ¿comprenden lo que leen?, ¿en qué momentos no?, ¿su comprensión
tiene relación con el tipo de texto que leen?, ¿comprenden textos literarios? Y ¿qué
preguntas relacionadas a los libros leídos según el plan lector del establecimiento, preguntando
Luego de esta introducción y discusión, el docente les comunica que durante las clases
DESARROLLO:
Luego de 30 minutos, el profesor comienza a leer los enunciados del ítem I y pregunta: la
pregunta 1, ¿es verdadera o falsa?, ¿por qué? Y ¿en qué parte del cuento podemos identificar
proceso anterior se realiza con las 5 preguntas del ítem. El ítem II es revisado de manera
cuento?, ¿qué importancia tienen los policías en él? Y ¿qué podemos concluir de la presencia
de policías y prohibiciones? El segundo enunciado: ¿qué ocurre con los personajes al final del
cuento? Y ¿cómo podemos interpretar este desenlace? El profesor insta a escuchar y respetar
manera audiovisual la comprensión del cuento, luego de que los estudiantes lo ven, les
pregunta: ¿cambiarían alguna de sus respuestas? Y ¿por qué? Les comenta que es necesario
prestar atención a los detalles, pero también a lo general, para así comprender a cabalidad. Se
CIERRE:
El docente retira los diagnósticos y les comunica que la próxima sesión se referirá a los
resultados. Además, les realiza preguntas del proceso realizado: ¿tuvieron dificultades para
ANEXO 1
Diagnóstico: “Graffiti”
Aprendizaje esperado: Analizar e interpretar novelas y cuentos en clases:
analizando los elementos centrales (personajes, tema, ambiente) y haciendo
inferencias y extrayendo conclusiones a partir de información explícita e
implícita.
Objetivo de la clase: Introducir al estudiante al taller de comprensión
lectora a través de actividades que permitan diagnosticar el nivel de
comprensión.
Tema: Comprensión lectora de textos literarios.
“Tantas cosas que empiezan y acaso acaban como un juego, supongo que te
hizo gracia encontrar un dibujo al lado del tuyo, lo atribuiste a una casualidad o
a un capricho y sólo la segunda vez te diste cuenta que era intencionado y
entonces lo miraste despacio, incluso volviste más tarde para mirarlo de nuevo,
tomando las precauciones de siempre: la calle en su momento más solitario,
acercarse con indiferencia y nunca mirar los grafitti de frente sino desde la otra
acera o en diagonal, fingiendo interés por la vidriera de al lado, yéndote en
seguida.
Tu propio juego había empezado por aburrimiento, no era en verdad una
protesta contra el estado de cosas en la ciudad, el toque de queda, la prohibición
amenazante de pegar carteles o escribir en los muros. Simplemente te divertía
hacer dibujos con tizas de colores (no te gustaba el término grafitti, tan de crítico
de arte) y de cuando en cuando venir a verlos y hasta con un poco de suerte
asistir a la llegada del camión municipal y a los insultos inútiles de los empleados
mientras borraban los dibujos. Poco les importaba que no fueran dibujos
políticos, la prohibición abarcaba cualquier cosa, y si algún niño se hubiera
atrevido a dibujar una casa o un perro, lo mismo lo hubieran borrado entre
palabrotas y amenazas. En la ciudad ya no se sabía demasiado de que lado
estaba verdaderamente el miedo; quizás por eso te divertía dominar el tuyo y
cada tanto elegir el lugar y la hora propicios para hacer un dibujo.
Nunca habías corrido peligro porque sabías elegir bien, y en el tiempo que
transcurría hasta que llegaban los camiones de limpieza se abría para vos algo
como un espacio más limpio donde casi cabía la esperanza. Mirando desde lejos
tu dibujo podías ver a la gente que le echaba una ojeada al pasar, nadie se
detenía por supuesto pero nadie dejaba de mirar el dibujo, a veces una rápida
composición abstracta en dos colores, un perfil de pájaro o dos figuras
enlazadas.
60
Una sola vez escribiste una frase, con tiza negra: A mí también me duele. No
duró dos horas, y esta vez la policía en persona la hizo desaparecer. Después
solamente seguiste haciendo dibujos.
Cuando el otro apareció al lado del tuyo casi tuviste miedo, de golpe el
peligro se volvía doble, alguien se animaba como vos a divertirse al borde de la
cárcel o algo peor, y ese alguien como si fuera poco era una mujer. Vos mismo
no podías probártelo, había algo diferente y mejor que las pruebas más rotundas:
un trazo, una predilección por las tizas cálidas, un aura. A lo mejor como andabas
solo te imaginaste por compensación; la admiraste, tuviste miedo por ella,
esperaste que fuera la única vez, casi te delataste cuando ella volvió a dibujar al
lado de otro dibujo tuyo, unas ganas de reír, de quedarte ahí delante como si los
policías fueran ciegos o idiotas.
Empezó un tiempo diferente, más sigiloso, más bello y amenazante a la
vez. Descuidando tu empleo salías en cualquier momento con la esperanza de
sorprenderla, elegiste para tus dibujos esas calles que podías recorrer de un solo
rápido itinerario; volviste al alba, al anochecer, a las tres de la mañana. Fue un
tiempo de contradicción insoportable, la decepción de encontrar un nuevo dibujo
de ella junto a alguno de los tuyos y la calle vacía, y la de no encontrar nada y
sentir la calle aún más vacía. Una noche viste su primer dibujo solo; lo había
hecho con tizas rojas y azules en una puerta de garage, aprovechando la textura
de las maderas carcomidas y las cabezas de los clavos. Era más que nunca ella,
el trazo, los colores, pero además sentiste que ese dibujo valía como un pedido
o una interrogación, una manera de llamarte. Volviste al alba, después que las
patrullas relegaron en su sordo drenaje, y en el resto de la puerta dibujaste un
rápido paisaje con velas y tajamares; de no mirarlo bien se hubiera dicho un
juego de líneas al azar, pero ella sabría mirarlo. Esa noche escapaste por poco
de una pareja de policías, en tu departamento bebiste ginebra tras ginebra y le
hablaste, le dijiste todo lo que te venía a la boca como otro dibujo sonoro, otro
puerto con velas, la imaginaste morena y silenciosa, le elegiste labios y senos,
la quisiste un poco.
Casi en seguida se te ocurrió que ella buscaría una respuesta, que
volvería a su dibujo como vos volvías ahora a los tuyos, y aunque el peligro era
cada vez mayor después de los atentados en el mercado te atreviste a acercarte
al garage, a rondar la manzana, a tomar interminables cervezas en el café de la
esquina. Era absurdo porque ella no se detendría después de ver tu dibujo,
cualquiera de las muchas mujeres que iban y venían podía ser ella. Al amanecer
del segundo día elegiste un paredón gris y dibujaste un triángulo blanco rodeado
de manchas como hojas de roble; desde el mismo café de la esquina podías ver
el paredón (ya habían limpiado la puerta del garage y una patrulla volvía y volvía
rabiosa), al anochecer te alejaste un poco pero eligiendo diferentes puntos de
mira, desplazándote de un sitio a otro, comprando mínimas cosas en las tiendas
para no llamar demasiado la atención. Ya era noche cerrada cuando oíste la
sirena y los proyectores te barrieron los ojos. Había un confuso amontonamiento
junto al paredón, corriste contra toda sensatez y sólo te ayudó el azar de un auto
dando vuelta a la esquina y frenando al ver el carro celular, su bulto te protegió
y viste la lucha, un pelo negro tironeado por manos enguantadas, los puntapiés
y los alaridos, la visión entrecortada de unos pantalones azules antes de que la
tiraran en el carro y se la llevaran.
61
Mucho después (era horrible temblar así, era horrible pensar que eso
pasaba por culpa de tu dibujo en el paredón gris) te mezclaste con otras gentes
y alcanzaste a ver un esbozo en azul, los trazos de ese naranja que era como
su nombre o su boca, ella así en ese dibujo truncado que los policías habían
borroneado antes de llevársela; quedaba lo bastante como para comprender que
había querido responder a tu triángulo con otra figura, un círculo o acaso un
espiral, una forma llena y hermosa, algo como un sí o un siempre o un ahora.
Lo sabías muy bien, te sobraría tiempo para imaginar los detalles de lo
que estaría sucediendo en el cuartel central; en la ciudad todo eso rezumaba
poco a poco, la gente estaba al tanto del destino de los prisioneros, y si a veces
volvían a ver a uno que otro, hubieran preferido no verlos y que al igual que la
mayoría se perdieran en ese silencio que nadie se atrevía a quebrar. Lo sabías
de sobra, esa noche la ginebra no te ayudaría más a morderte las manos, a
pisotear tizas de colores antes de perderte en la borrachera y en el llanto.
Sí, pero los días pasaban y ya no sabías vivir de otra manera. Volviste a
abandonar tu trabajo para dar vueltas por las calles, mirar fugitivamente las
paredes y las puertas donde ella y vos habían dibujado. Todo limpio, todo claro;
nada, ni siquiera una flor dibujada por la inocencia de un colegial que roba una
tiza en la clase y no resiste el placer de usarla. Tampoco vos pudiste resistir, y
un mes después te levantaste al amanecer y volviste a la calle del garage. No
había patrullas, las paredes estaban perfectamente limpias; un gato te miró
cauteloso desde un portal cuando sacaste las tizas y en el mismo lugar, allí
donde ella había dejado su dibujo, llenaste las maderas con un grito verde, una
roja llamarada de reconocimiento y de amor, envolviste tu dibujo con un óvalo
que era también tu boca y la suya y la esperanza. Los pasos en la esquina te
lanzaron a una carrera afelpada, al refugio de una pila de cajones vacíos; un
borracho vacilante se acercó canturreando, quiso patear al gato y cayó boca
abajo a los pies del dibujo. Te fuiste lentamente, ya seguro, y con el primer sol
dormiste como no habías dormido en mucho tiempo.
Esa misma mañana miraste desde lejos: no lo habían borrado todavía.
Volviste al mediodía: casi inconcebiblemente seguía ahí. La agitación en los
suburbios (habías escuchado los noticiosos) alejaban a la patrulla de su rutina;
al anochecer volviste a verlo como tanta gente lo había visto a lo largo del día.
Esperaste hasta las tres de la mañana para regresar, la calle estaba vacía y
negra. Desde lejos descubriste otro dibujo, sólo vos podrías haberlo distinguido
tan pequeño en lo alto y a la izquierda del tuyo. Te acercaste con algo que era
sed y horror al mismo tiempo, viste el óvalo naranja y las manchas violetas de
donde parecía saltar una cara tumefacta, un ojo colgando, una boca aplastada
a puñetazos. Ya sé, ya sé ¿pero qué otra cosa hubiera podido dibujarte? ¿Qué
mensaje hubiera tenido sentido ahora? De alguna manera tenía que decirte
adiós y a la vez pedirte que siguieras. Algo tenía que dejarte antes de volverme
a mi refugio donde ya no había ningún espejo, solamente un hueco para
esconderme hasta el fin en la más completa oscuridad, recordando tantas cosas
y a veces, así como había imaginado tu vida, imaginando que hacías otros
dibujos, que salías por la noche para hacer otros dibujos.
Julio Cortázar, Graffiti.
62
2. ____ Cuando el joven vio por segunda vez un dibujo al lado del suyo se dio cuenta
de que era intencionado.
5. ____ El primer dibujo solo de la joven estaba hecho con tizas rosas y azules.
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
7. ¿Qué pasa con los personajes al final del cuento? ¿Cómo interpretas este
desenlace?
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
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__________________________________________________________________
63
ANEXO 2
Pauta de corrección: Diagnóstico
Ítem I:
Pregunta Respuesta
1. Falso, por aburrimiento
2. Verdadero
3. Falso, su primera frase fue aquella,
pero no su primer graffiti.
4. Verdadero
5. Falso, las tizas eran rojas y azules
64
ANEXO 3
Cortometraje “Graffiti”:
Parte 1: https://www.youtube.com/watch?v=9IoYPIvMye4
Parte 2: https://www.youtube.com/watch?v=-b-n8ncE24U
65
SESIÓN 2
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
El profesor les comunica a los estudiantes sus resultados en la prueba diagnóstica, destacando
sus fortalezas.
Luego de esto, el profesor escribe en la pizarra el objetivo de la sesión, destacando que durante
esta clase y las siguientes aplicarán diferentes habilidades en textos literarios para apoyar su
DESARROLLO:
novela “Harry Potter y la Piedra Filosofal”, el cual es leído por el profesor en voz alta. Durante
66
realiza preguntas para introducir la actividad: ¿qué hechos se presentan en el fragmento leído?
Y ¿quiénes participan?
El profesor da paso a la actividad (ítem I) de la guía, leyendo en voz alta la primera pregunta
y las posibles respuestas. En este momento, el docente proyecta el PPT: comprensión lectora
Nº1, en el cual están las preguntas y los fragmentos del texto que ayudan a responderlas.
procesos necesarios para obtener la respuesta, modelando así lo que ellos deben realizar con
las siguientes.
justificando su respuesta a través de información explícita del texto. Pasados los 5 minutos, el
profesor pregunta al azar qué respuesta consideran correcta y por qué, los demás estudiantes
pregunta y retroalimenta la discusión. Este proceso se realiza con todas las preguntas de
alternativas.
Las preguntas de respuesta breve (ítem II) son respondidas individualmente por cada
estudiante, el docente recorre la sala respondiendo las dudas y consultas que puedan surgir.
(55 minutos)
CIERRE:
En plenario, estudiantes al azar comparten sus respuestas del ítem II. Se da un tiempo de
discusión, en el que el profesor realiza las siguientes preguntas: ¿esa es la respuesta correcta?,
67
¿por qué? Y ¿en qué párrafo del texto se manifiesta explícitamente? El profesor nuevamente,
apoyándose en la presentación de Power Point, da a conocer las respuestas correctas por medio
¿tuvieron dificultades para comprender el fragmento? y ¿por qué?. Después de esto, recuerda
ANEXO 4
“El viernes fue un día importante para Harry y Ron. Por fin encontraron el
camino hacia el Gran Comedor a la hora del desayuno, sin perderse ni una vez.
—¿Qué tenemos hoy? —preguntó Harry a Ron, mientras echaba azúcar
en sus cereales.
—Pociones Dobles con los de Slytherin —respondió Ron—. Snape es el
jefe de la casa Slytherin. Dicen que siempre los favorece a ellos… Ahora
veremos si es verdad.
—Ojalá McGonagall nos favoreciera a nosotros —dijo Harry. La profesora
McGonagall era la jefa de la casa Gryffindor, pero eso no le había impedido
darles una gran cantidad de deberes el día anterior.
(...)
Fue una suerte que Hagrid hubiera invitado a Harry a tomar el té, porque
la clase de Pociones resultó ser la peor cosa que le había ocurrido allí, hasta
entonces.
Al comenzar el banquete de la primera noche, Harry había pensado que
no le caía bien al profesor Snape. Pero al final de la primera clase de Pociones
supo que no se había equivocado. No era sólo que a Snape no le gustara Harry:
lo detestaba.
Las clases de Pociones se daban abajo, en un calabozo. Hacía mucho
más frío allí que arriba, en la parte principal del castillo, y habría sido igualmente
tétrico sin todos aquellos animales conservados, flotando en frascos de vidrio,
por todas las paredes.
Snape, como Flitwick, comenzó la clase pasando lista y, como Flitwick, se
detuvo ante el nombre de Harry.
—Ah, sí —murmuró—. Harry Potter. Nuestra nueva… celebridad.
69
5. ¿Por qué el viernes fue un día 6. ¿Por qué Harry Potter estaba aliviado
importante para Ron y Harry? por la invitación de Hagrid?
__________________________________ __________________________________
__________________________________ __________________________________
__________________________________ __________________________________
__________________________________ __________________________________
72
ANEXO 5
73
74
75
ANEXO 6
Pauta de corrección: Guía de comprensión lectora N°1
Ítem I:
Pregunta Clave
1. a)
2. c)
3. e)
4. d)
Ítem II:
5. ¿Por qué el viernes fue un día importante para Ron y Harry?
Porque encontraron el camino hacia el Gran Comedor a la hora del desayuno sin
perderse ni una vez.
SESIÓN 3
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
El profesor pregunta a los estudiantes qué actividad realizaron la clase anterior para activar
sus conocimientos previos. Luego de esto, el profesor comenta que durante esta clase
DESARROLLO:
novela “La tregua”, el cual es leído por el profesor. Durante la lectura, el profesor solicita que
subrayen la información relevante y al término de esta realiza las siguientes preguntas: ¿quién
77
nos cuenta la historia?, ¿de qué se trata el fragmento leído? Y ¿qué sucede entre Santomé y
El profesor da paso a la actividad (ítem I) de la guía, leyendo en voz alta la primera pregunta
y las posibles respuestas. En este momento, el docente proyecta el PPT: comprensión lectora
Nº2, en el cual están las preguntas y los fragmentos del texto que ayudan a responderlas.
procesos necesarios para obtener la respuesta, modelando así lo que ellos deben realizar con
las siguientes.
Los estudiantes tienen un máximo de 5 minutos para responder la segunda pregunta. Pasados
los 5 minutos, el profesor pregunta al azar qué respuesta consideran correcta y por qué, los
la sala respondiendo las dudas y consultas que puedan surgir. (55 minutos)
CIERRE:
En plenario, estudiantes al azar comparten sus respuestas del ítem II. El profesor escribe en la
pizarra las respuestas y abre la discusión: ¿están de acuerdo con la opinión del/la
compañero/a?, ¿por qué? Y ¿de qué párrafo podemos extraer la información de esta respuesta?
interpretación, añadiendo datos que no se nombraron o bien, dando pistas textuales del
fragmento.
dificultades para comprender el texto?, ¿por qué? Y ¿fue más complejo que la clase anterior?
minutos)
79
ANEXO 7
“Miércoles 27 de febrero
Hoy ingresaron en la oficina siete empleados nuevos: cuatro hombres y
tres mujeres. Tenían unas espléndidas caras de susto y de vez en cuando
dirigían a los veteranos una mirada de respetuosa envidia. A mí me adjudicaron
dos botijas (uno de dieciocho y otro de veintidós) y una muchacha de veinticuatro
años. Así que ahora soy todo un jefe: tengo nada menos que seis empleados a
mis órdenes. Por primera vez, una mujer. Siempre les tuve desconfianza para
los números. Además, otro inconveniente: durante los días del período menstrual
y hasta en sus vísperas, si normalmente son despiertas, se vuelven un poco
tontas; si normalmente son un poco tontas, se vuelven imbéciles del todo.
Martes 12 de marzo
Es bueno tener una empleada que sea inteligente. Hoy, para probar a
Avellaneda, le expliqué de un tirón todo lo referente a Contralor. Mientras yo
hablaba, ella fue haciendo anotaciones. Cuando concluí, dijo: «Mire, señor, creo
que entendí bastante, pero tengo dudas sobre algunos puntos». Dudas sobre
algunos puntos… Méndez, que se ocupaba de eso antes que ella, necesitó nada
menos que cuatro años para disiparlas… Después la puse a trabajar en la mesa
que está a mi derecha. De vez en cuando le echaba un vistazo. Tiene lindas
piernas. Todavía no trabaja automáticamente, así que se fatiga. Además es
inquieta, nerviosa. Creo que mi jerarquía (pobre inexperta) la cohíbe un poco.
Cuando dice: «Señor Santomé», siempre pestañea. No es una preciosura.
Bueno, sonríe pasablemente. Algo es algo.
80
Martes 19 de marzo
Miércoles 10 de abril
Avellaneda tiene algo que me atrae. Eso es evidente, pero ¿qué es?
Viernes 17 de mayo
Al fin sucedió. Yo estaba en el café, sentado junto a la ventana. Esta vez
no esperaba nada, no estaba vigilando. Me parece que hacía números, en el
vano intento de equilibrar los gastos con los ingresos de este mayo tranquilo,
verdaderamente otoñal, pletórico de deudas. Levanté los ojos y ella estaba allí.
Como una aparición o un fantasma o sencillamente —y cuánto mejor— como
Avellaneda. «Vengo a reclamar el café del otro día», dijo.
Me puse de pie, tropecé con la silla, mi cucharita de café resbaló de la
mesa con un escándalo que más bien parecía provenir de un cucharón. Los
mozos miraron. Ella se sentó. Yo recogí la cucharita, pero antes de poderme
sentar me enganché el saco en ese maldito reborde que cada silla tiene en el
respaldo. En mi ensayo general de esta deseada entrevista, yo no había tenido
en cuenta una puesta en escena tan movida. «Parece que lo asusté», dijo ella,
riendo con franqueza. «Bueno, un poco sí», confesé, y eso me salvó. La
naturalidad estaba recuperada. (…) Entonces dije: «¿Sabe que usted es
culpable de una de las crisis más importantes de mi vida?». Preguntó:
«¿Económicas?», y todavía reía. Contesté: «No, sentimental» y se puso seria.
81
1. Se puede inferir del día 27 de febrero que Santomé considera a las mujeres:
a) Intocables
b) Inmejorables
c) Incapaces
d) Inferiores
e) Incultas
82
ANEXO 8
84
85
86
ANEXO 9
Pauta de corrección: Guía de comprensión lectora N°2
Ítem I:
Pregunta Clave
1. d)
2. e)
3. a)
4. b)
Ítem II:
5. Santomé, el día 17 de mayo, menciona que Avellaneda es la culpable de una de
las crisis más importantes de su vida. A partir del fragmento leído ¿cuál es esta
crisis? Y ¿a qué se debe?
Santomé culpa a Avellaneda de ser la responsable de una de las crisis
sentimentales más importantes de su vida. Esta se debe a que él está enamorado
de ella.
87
SESIÓN 4
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
El profesor realiza preguntas para activar los conocimientos previos de los estudiantes en
relación a contenidos narratológicos: ¿qué rol cumple el narrador en los textos?, ¿qué tipos de
narradores conocen?, ¿cuáles están dentro de la historia?, ¿cuáles están fuera de la historia?,
¿cuáles son las características de los personajes principales y secundarios?, ¿en qué se
diferencian los personajes planos de los redondos, y los estáticos de los dinámicos?, ¿qué
ambientes narrativos se pueden reconocer en un texto?, ¿qué tipos de ambiente físico existen?
y ¿a qué se refiere el ambiente psicológico? El profesor guía las respuestas y las anota en la
88
pizarra, luego les comenta que durante la clase aplicarán estos contenidos en el texto de la
guía.
DESARROLLO:
novela “La metamorfosis”, el cual es leído por el profesor. Durante la lectura, el profesor
solicita que subrayen la información relevante y al término de esta realiza las siguientes
¿qué narra?, ¿qué tipo de personaje es Gregorio?, ¿por qué?, ¿qué ambiente físico se puede
El profesor da paso a la actividad de los ítems I y II de la guía, pero a diferencia de las sesiones
anteriores, los estudiantes trabajan de manera autónoma. Para responder estos dos apartados
cuentan con 25 minutos. El docente recorre la sala para responder las posibles dudas.
Pasados los 25 minutos, el profesor pregunta al azar qué respuesta consideran correcta para la
pregunta 1 y por qué, los demás estudiantes evalúan si es o no correcta, volviendo al texto
cada vez que sea necesario. El profesor guía esta discusión, dando pistas si los estudiantes lo
requirieran y las respuestas correctas. Este proceso se realiza con las 5 preguntas de
la sala respondiendo las dudas y consultas que puedan surgir. (55 minutos)
CIERRE:
En plenario, estudiantes al azar comparten sus respuestas del ítem II. El profesor abre la
discusión: ¿están de acuerdo con la opinión del/la compañero/a?, ¿por qué? Y ¿de qué párrafo
pero destacando que un texto puede tener infinitas interpretaciones, por lo que es necesario
dificultades para comprender el fragmento?, ¿cuáles? Y ¿cómo creen que podrían mejorarlas?
ANEXO 10
“La grave herida de Gregorio, cuyos dolores soportó más de un mes -la
manzana permaneció empotrada en la carne como recuerdo visible, ya que
nadie se atrevía a retirarla-, pareció recordar, incluso al padre, que Gregorio, a
pesar de su triste y repugnante forma actual, era un miembro de la familia, a
quien no podía tratarse como a un enemigo, sino frente al cual el deber familiar
era aguantarse la repugnancia y resignarse, nada más que resignarse.
Y si Gregorio ahora, por culpa de su herida, probablemente había perdido
agilidad para siempre, y por lo pronto necesitaba para cruzar su habitación como
un viejo inválido largos minutos -no se podía ni pensar en arrastrarse por las
alturas-, sin embargo, en compensación por este empeoramiento de su estado,
recibió, en su opinión, una reparación más que suficiente: hacia el anochecer se
abría la puerta del cuarto de estar, la cual solía observar fijamente ya desde dos
horas antes, de forma que, tumbado en la oscuridad de su habitación, sin ser
visto desde el comedor, podía ver a toda la familia en la mesa iluminada y podía
escuchar sus conversaciones, en cierto modo con el consentimiento general, es
decir, de una forma completamente distinta a como había sido hasta ahora.
Naturalmente, ya no se trataba de las animadas conversaciones de
antaño, en las que Gregorio, desde la habitación de su hotel, siempre había
pensado con cierta nostalgia cuando, cansado, tenía que meterse en la cama
húmeda. La mayoría de las veces transcurría el tiempo en silencio. El padre no
tardaba en dormirse en la silla después de la cena, y la madre y la hermana se
recomendaban mutuamente silencio; la madre, inclinada muy por debajo de la
luz, cosía ropa fina para un comercio de moda; la hermana, que había aceptado
un trabajo como dependienta, estudiaba por la noche estenografía y francés,
para conseguir, quizá más tarde, un puesto mejor. A veces el padre se
despertaba y, como si no supiera que había dormido, decía a la madre: «¡Cuánto
coses hoy también!», e inmediatamente volvía a dormirse mientras la madre y la
hermana se sonreían mutuamente. (…)
91
Gregorio pasaba las noches y los días casi sin dormir. A veces pensaba
que la próxima vez que se abriese la puerta él se haría cargo de los asuntos de
la familia como antes; en su mente aparecieron de nuevo, después de mucho
tiempo, el jefe y el encargado; los dependientes y los aprendices; el mozo de los
recados, tan corto de luces; dos, tres amigos de otros almacenes; una camarera
de un hotel de provincias; un recuerdo amado y fugaz: una cajera de una tienda
de sombreros a quien había hecho la corte seriamente, pero con demasiada
lentitud; todos ellos aparecían mezclados con gente extraña o ya olvidada, pero
en lugar de ayudarle a él y a su familia, todos ellos eran inaccesibles, y Gregorio
se sentía aliviado cuando desaparecían.
Pero después ya no estaba de humor para preocuparse por su
familia, solamente sentía rabia por el mal cuidado de que era objeto y, a pesar
de que no podía imaginarse algo que le hiciese sentir apetito, hacía planes sobre
cómo podría llegar a la despensa para tomar de allí lo que quisiese, incluso
aunque no tuviese hambre alguna. Sin pensar más en qué es lo que podría
gustar a Gregorio, la hermana, por la mañana y al mediodía, antes de marcharse
a la tienda, empujaba apresuradamente con el pie cualquier comida en la
habitación de Gregorio, para después recogerla por la noche con el palo de la
escoba, tanto si la comida había sido probada como si -y éste era el caso más
frecuente- ni siquiera hubiera sido tocada. Recoger la habitación, cosa que ahora
hacía siempre por la noche, no podía hacerse más deprisa. Franjas de suciedad
se extendían por las paredes, por todas partes había ovillos de polvo y suciedad.
Al principio, cuando llegaba la hermana, Gregorio se colocaba en el rincón
más significativamente sucio para, en cierto modo, hacerle reproches mediante
esta posición. Pero seguramente hubiese podido permanecer allí semanas
enteras sin que la hermana hubiese mejorado su actitud por ello; ella veía la
suciedad lo mismo que él, pero se había decidido a dejarla allí.”
6. ¿Qué tipo de narrador se presenta en el fragmento? Escribe una cita del fragmento que
lo demuestre
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
ANEXO 11
Pauta de corrección: Guía de comprensión lectora N°3
Ítem I:
Pregunta Clave
1. a)
2. b)
3. a)
4. e)
5. d)
95
SESIÓN 5
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
El profesor realiza preguntas para activar los conocimientos previos de los estudiantes: ¿qué
DESARROLLO:
novela “Un mundo feliz”, el cual es leído por el profesor. Durante la lectura, el profesor
96
solicita que subrayen la información relevante y al término de esta realiza las siguientes
preguntas para introducir la actividad: ¿de qué se trata el fragmento leído?, ¿quién narra? Y
El profesor da paso a la actividad del ítem I de la guía, la cual tiene como fin que los
estudiantes reconozcan información explícita para luego poder analizar la implícita. Para
responder las 4 preguntas de alternativas cuentan con 15 minutos. El docente recorre la sala
Pasados los 15 minutos, el profesor pregunta al azar qué respuesta consideran correcta para la
pregunta 1 y por qué, los demás estudiantes evalúan si es o no correcta, volviendo al texto
cada vez que sea necesario. El profesor guía esta discusión, dando pistas si los estudiantes lo
requirieran y las respuestas correctas. Este proceso se realiza con las preguntas restantes del
ítem I.
Las preguntas 5 y 6 de respuesta extensa (ítem II) son respondidas individualmente, el docente
recorre la sala respondiendo las dudas y consultas que puedan surgir. (45 minutos)
CIERRE:
En plenario, estudiantes al azar comparten sus respuestas del ítem II. El profesor abre la
existen entre la sociedad descrita y la nuestra? Y ¿por qué? El profesor retroalimenta las
respuestas y destaca la importancia de contrastar estas dos realidades para realizar un análisis
en parejas a partir del análisis realizado en conjunto. Pasados 5 minutos, estudiantes al azar
minutos).
98
ANEXO 12
Guía de Comprensión lectora N°4: “Un mundo
feliz”
Aprendizaje esperado: Analizar e interpretar novelas y cuentos en clases:
analizando los elementos centrales (personajes, tema, ambiente) y
haciendo inferencias y extrayendo conclusiones a partir de información
explícita e implícita.
Objetivo de la clase: Analizar un texto literario a partir de información
explícita e implícita.
Tema: Comprensión lectora de textos literarios.
Nombre: ____________________________________ Fecha: _______________
—Fíjense bien.
La enfermera jefe, que estaba de pie junto a un cuadro de mandos, al otro
extremo de la sala, bajó una pequeña palanca. Se produjo una violenta
explosión. Cada vez más aguda, empezó a sonar una sirena. Timbres de alarma
se dispararon, locamente.
Los chiquillos se sobresaltaron y rompieron en chillidos; sus rostros
aparecían convulsos de terror.
—Y ahora —gritó el director (porque el estruendo era ensordecedor)—,
ahora pasaremos a reforzar la lección con un pequeño shock eléctrico.
Volvió a hacer una señal con la mano, y la enfermera jefe pulsó otra
palanca. Los chillidos de los pequeños cambiaron súbitamente de tono. Había
algo desesperado, algo casi demencial, en los gritos agudos, espasmódicos, que
brotaban de sus labios. Sus cuerpecitos se retorcían y cobraban rigidez; sus
miembros se agitaban bruscamente, como obedeciendo a los tirones de
alambres invisibles.
—Podemos electrificar toda esta zona del suelo —gritó el director, como
explicación—. Pero ya basta.
E hizo otra señal a la enfermera.
Las explosiones cesaron, los timbres enmudecieron, y el chillido de la
sirena fue bajando de tono hasta reducirse al silencio. Los cuerpecillos rígidos y
retorcidos se relajaron, y lo que había sido el sollozo y el aullido de unos niños
desatinados volvió a convertirse en el llanto normal del terror ordinario.
—Vuelvan a ofrecerles las flores y los libros.
Las enfermeras obedecieron; pero ante la proximidad de las rosas, a la sola
vista de las alegres y coloreadas imágenes de los gatitos, los gallos y las ovejas,
los niños se apartaron con horror, y el volumen de su llanto aumentó
súbitamente.
—Observen —dijo el director, en tono triunfal—. Observen.
Los libros y ruidos fuertes, flores y descargas eléctricas; en la mente de
aquellos niños ambas cosas se hallaban ya fuertemente relacionadas entre sí; y
al cabo de doscientas repeticiones de la misma o parecida lección formarían ya
una unión indisoluble. Lo que el hombre ha unido, la Naturaleza no puede
separarlo.
—Crecerán con lo que los psicólogos solían llamar un odio instintivo hacia
los libros y las flores. Reflejos condicionados definitivamente. Estarán a salvo de
los libros y de la botánica para toda su vida.
—El director se volvió hacia las enfermeras—. Llévenselos. (…)
Uno de los estudiantes levantó la mano; aunque comprendía perfectamente
que no podía permitirse que los miembros de una casta baja perdieran el tiempo
de la comunidad en libros, y que siempre existía el riesgo de que leyeran algo
que pudiera, por desdicha, destruir uno de sus reflejos condicionados, sin
embargo…, bueno, no podía comprender lo de las flores.
100
1. ¿Cómo reaccionaron los bebés la primera vez que vieron los objetos?
I. Se acercaron a ellos, demostrando emoción por medio de sonidos
II. Sintieron mayor interés por los libros
III. Sintieron mayor interés por las flores
a) Solo I
b) Solo II
c) Solo III
d) I y II
e) I y III
d) I y II
e) I, II y III
Ítem II: Respuesta extensa
ANEXO 13
Pauta de corrección: Guía de comprensión lectora N°4
Ítem I:
Pregunta Clave
1. a)
2. c)
3. d)
4. e)
104
SESIÓN 6
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
El profesor realiza preguntas para activar los conocimientos previos de los estudiantes: ¿qué
actividades hemos realizado en las sesiones anteriores?, ¿qué tipos de narradores participan
en la historia, y cuáles no? Y ¿qué tipos personajes y ambientes conocen? Luego de esta
DESARROLLO:
105
La Guía de comprensión lectora N° 5 contiene el cuento “El retrato oval”, el cual es leído
por el profesor. Durante la lectura, el profesor solicita que subrayen la información relevante
y al término de esta realiza preguntas para introducir la actividad: ¿de qué se trata el fragmento
leído?, ¿quién narra?, ¿participa en la historia o no?, ¿cómo era el castillo? Y ¿qué sucedió
con la mujer?
El profesor da paso a las actividades de los ítems I y II de la guía y les solicita que trabajen de
manera autónoma. Para responder las preguntas cuentan con 30 minutos. El docente recorre
Pasados los 30 minutos, el profesor pregunta al azar qué respuesta consideran correcta para la
pregunta 1 y por qué, los demás estudiantes evalúan si es o no correcta, volviendo al texto
cada vez que sea necesario. El profesor guía esta discusión, dando pistas si los estudiantes lo
requirieran y las respuestas correctas. Este proceso se realiza con las preguntas restantes.
docente recorre la sala respondiendo las dudas y consultas que puedan surgir. (55 minutos)
CIERRE:
En plenario, estudiantes al azar comparten sus respuestas del ítem III. El profesor abre la
discusión: ¿están de acuerdo con la opinión del/la compañero/a?, ¿por qué? Y ¿de qué párrafo
pero destacando que un texto puede tener infinitas interpretaciones, por lo que es necesario
dificultades para comprender el texto?, ¿cuáles? Y ¿cómo creen que podrían mejorarlas?
ANEXO 14
Guía de Comprensión lectora N°5: “El retrato oval”
Aprendizaje esperado: Analizar e interpretar novelas y cuentos en clases:
analizando los elementos centrales (personajes, tema, ambiente) y haciendo
inferencias y extrayendo conclusiones a partir de información explícita e
implícita.
Objetivo de la clase: Analizar un texto literario a partir de información
explícita e implícita, aplicando contenidos narratológicos.
Tema: Comprensión lectora de textos literarios.
Nombre: ____________________________________ Fecha: _______________
“El castillo en el cual mi criado se le había ocurrido penetrar a la fuerza
en vez de permitirme, malhadadamente herido como estaba, de pasar una noche
al ras, era uno de esos edificios mezcla de grandeza y de melancolía que durante
tanto tiempo levantaron sus altivas frentes en medio de los Apeninos. Según
toda apariencia, el castillo había sido recientemente abandonado, aunque
temporariamente. Nos instalamos en una de las habitaciones más pequeñas y
menos suntuosamente amuebladas. Estaba situada en una torre aislada del
resto del edificio. Su decorado era rico, pero antiguo y sumamente deteriorado.
Los muros estaban cubiertos de tapicerías y adornados con numerosos trofeos
heráldicos de toda clase, y de ellos pendían un número verdaderamente
prodigioso de pinturas modernas, ricas de estilo, encerradas en sendos marcos
dorados, de gusto arabesco. Me produjeron profundo interés, y quizá mi
incipiente delirio fue la causa, aquellos cuadros colgados no solamente en las
paredes principales, sino también en una porción de rincones que la arquitectura
caprichosa del castillo hacía inevitable; hice a Pedro cerrar los pesados postigos
del salón, pues ya era hora avanzada, encender un gran candelabro de muchos
brazos colocado al lado de mi cabecera, y abrir completamente las cortinas de
negro terciopelo, guarnecidas de festones, que rodeaban el lecho. Quíselo así
para poder, al menos, si no reconciliaba el sueño, distraerme alternativamente
entre la contemplación de estas pinturas y la lectura de un pequeño volumen que
había encontrado sobre la almohada, en que se criticaban y analizaban.
Leí largo tiempo; contemplé las pinturas religiosas devotamente; las horas
huyeron, rápidas y silenciosas, y llegó la media noche. La posición del
candelabro me molestaba, y extendiendo la mano con dificultad para no turbar
el sueño de mi criado, lo coloqué de modo que arrojase la luz de lleno sobre el
libro.
Pero este movimiento produjo un efecto completamente inesperado. La
luz de sus numerosas bujías dio de pleno en un nicho del salón que una de las
columnas del lecho había hasta entonces cubierto con una sombra profunda. Vi
envuelto en viva luz un cuadro que hasta entonces no advirtiera. Era el retrato
de una joven ya formada, casi mujer.
108
d) Su incipiente insomnio
e) Las imágenes presentes en ellos
d) I y II
e) I, II y III
Ítem II: Respuesta breve
7. ¿Qué tipo/s de narrador/es se presenta/n en el fragmento? ¿Por qué? Escribe una cita del
fragmento que lo demuestre
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
ANEXO 15
Pauta de corrección: Guía de comprensión lectora N°5
Ítem I:
Pregunta Clave
1. d)
2. a)
3. a)
4. d)
5. c)
6. b)
113
SESIÓN 7
UNIDAD: NARRATIVA
implícita.
MOTIVACIÓN:
El profesor le pregunta a los estudiantes: ¿qué actividades hemos realizado durante el taller?
DESARROLLO:
novela “Cien años de soledad”, el cual es leído por el profesor. Durante la lectura, el profesor
114
solicita que subrayen la información relevante y al término de esta realiza preguntas: ¿de qué
se trata el fragmento leído?, ¿quién narra?, ¿cuál es el papel de José Arcadio Buendía en el
El profesor da paso a la actividad de la guía, la cual tiene como fin que los estudiantes
y tienen 30 minutos para completarlas. El docente recorre la sala respondiendo las dudas y
CIERRE:
En plenario, estudiantes al azar comparten sus respuestas. El profesor abre la discusión con la
pregunta 1: ¿qué decisión tomó José Arcadio Buendía?, ¿con qué fin?, ¿están de acuerdo? Y
¿por qué? El profesor retroalimenta las respuestas si es necesario, recordando que las
propone la discusión: ¿José Arcadio Buendía era un líder dentro del pueblo?, ¿por qué? Y
¿qué importancia tiene su liderazgo en Macondo? Se realiza el mismo proceso anterior. Luego
ciudad? Y ¿en qué se diferencia? Se realiza el mismo proceso anterior. Por último, la pregunta
¿qué citas nos ayudan a evidenciar que es narrador omnisciente y no otro? Se retroalimentan
las respuestas.
minutos).
115
ANEXO 16
Guía de Comprensión lectora N°6: “Cien años de
soledad”
Aprendizaje esperado: Analizar e interpretar novelas y cuentos en clases:
analizando los elementos centrales (personajes, tema, ambiente) y haciendo
inferencias y extrayendo conclusiones a partir de información explícita e
implícita.
Objetivo de la clase: Analizar un texto literario, evaluando la información
explícita e implícita.
Tema: Comprensión lectora de textos literarios.
Nombre: ____________________________________ Fecha: _______________
“Al principio, José Arcadio Buendía era una especie de patriarca juvenil,
que daba instrucciones para la siembra y consejos para la crianza de niños y
animales, y colaboraba con todos, aun en el trabajo físico, para la buena marcha
de la comunidad. Puesto que su casa fue desde el primer momento la mejor de
la aldea, las otras fueron arregladas a su imagen y semejanza. Tenía una salita
amplia y bien iluminada, un comedor en forma de terraza con flores de colores
alegres, dos dormitorios, un patio con un castaño gigantesco, un huerto bien
plantado y un corral donde vivían en comunidad pacífica los chivos, los cerdos y
las gallinas. Los únicos animales prohibidos no sólo en la casa, sino en todo el
poblado, eran los gallos de pelea.
La laboriosidad de Úrsula andaba a la par con la de su marido. Activa,
menuda, severa, aquella mujer de nervios inquebrantables, a quien en ningún
momento de su vida se la oyó cantar, parecía estar en todas partes desde el
amanecer hasta muy entrada la noche, siempre perseguida por el suave susurro
de sus pollerines de olán. Gracias a ella, los pisos de tierra golpeada, los muros
de barro sin encalar, los rústicos muebles de madera construidos por ellos
mismos estaban siempre limpios, y los viejos arcones donde se guardaba la ropa
exhalaban un tibio olor de albahaca.
José Arcadio Buendía, que era el hombre más emprendedor que se vería
jamás en la aldea, había dispuesto de tal modo la posición de las casas, que
desde todas podía llegarse al río y abastecerse de agua con igual esfuerzo, y
trazó las calles con tan buen sentido que ninguna casa recibía más sol que otra
a la hora del calor. En pocos años, Macondo fue una aldea más ordenada y
laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus 300
habitantes. Era en verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años
y donde nadie había muerto.
Desde los tiempos de la fundación, José Arcadio Buendía construyó
trampas y jaulas. En poco tiempo llenó de turpiales, canarios, azulejos y
petirrojos no sólo la propia casa, sino todas las de la aldea.
116
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
119
SESIÓN 8
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
El profesor realiza preguntas para activar los conocimientos previos de los estudiantes:
¿qué actividades hemos realizado durante las sesiones anteriores? Y ¿les han permitido
DESARROLLO:
Pasado el tiempo, el profesor les comenta que hoy ellos elaborarán las preguntas
pizarra pistas para que se guíen durante la producción: ¿qué cambios harías a…?, ¿cómo
mejorarías…?, cambia el inicio/final/X escena del cuento, inventa… (una nueva escena,
pudieras…?, predice…, entre otras. Explica estas pistas y les da 20 minutos para que
elaboren mínimo 3 preguntas. Pasado el tiempo, el profesor les solicita que cambien su
hoja de preguntas con su compañero de puesto y respondan 3 de las que reciban. Para esto
CIERRE:
En plenario, estudiantes al azar comparten una de las preguntas que recibieron y sus
respuestas, el profesor le pregunta a los demás: ¿les parece adecuada la respuesta? Y ¿por
ANEXO 17
Guía de Comprensión lectora N°7: “Deambulando
por la orilla oscura”
Aprendizaje esperado: Analizar e interpretar novelas y cuentos en clases:
analizando los elementos centrales (personajes, tema, ambiente) y haciendo
inferencias y extrayendo conclusiones a partir de información explícita e
implícita.
Objetivo de la clase: Analizar un texto literario, elaborando preguntas
sobre la información explícita e implícita de este.
Tema: Comprensión lectora de textos literarios.
“Guardó el cuchillo ensangrentado en su bota y estiro sus viejos Levi’s
Nombre: ____________________________________ Fecha: _______________
hasta dejarlos lisos y tirantes. Del bolsillo interior de su chaqueta de cuero extrajo
un pito y lo encendió con indiferencia, como si nada le importara realmente, como
si todo fuera una vieja película que ya no le interesaba volver a ver. Aspiró el
porro, sintió como el humo le picaba los ojos y lo saboreó tranquilo, cero apuro,
bien. It’s hard to give a shit these days, pensó, citando mentalmente a Lou Reed.
Se río un poco, todo le parecía tan inútil. Después lanzó un escupitajo rojizo al
suelo que se quedó flotando en el cemento. Le pareció raro, pero ni tanto. Arriba,
las nubes negras pasaban rajadas.
Hora de partir.
Con un rápido movimiento flectó sus brazos hacia atrás, casi rajando su
desteñida polera Guns ‘N’ Roses, e inició una lenta caminata por el callejón hasta
llegar a la puerta de entrada. A medida que avanzaba sobre el pavimento,
rodeado de cientos de ojos sin caras que le registraban cada paso, pensó que
era justamente alguien como él lo que esos tipos llenos de colores necesitaban:
un héroe, un huevón dispuesto a todo, un Rusty James chileno.
Al acercarse a las puertas de vidrio automáticas, el Macana pudo ver por
una fracción de segundo su reflejo antes de que se abrieran. Se veía aún más
fuerte, aún más seguro, como si lo siguiera una horda de ultraviolentos y el fuera
el líder indiscutido. Su pinta de guerrero de pandilla americana, con ese aro
chacal en forma de calavera, esas muñequearas, ese pañuelo de vaquero que
le tapa la mitad de su desordenada melena que cuelga sin ánimo, lo hace verse
bien, casi perfecto, con ese tipo de belleza que solo surge después de una pelea,
después de tensar cada músculo y juguetear con cada reflejo.
-El Macana es el mejor, el más bonito.
-Es un reventado.
-Legal que lo sea, ¿o no?
-El compadre se las trae.
Al entrar al Apumanque sintió la mirada de todos y se dio cuenta de que
se veía igual a los de las películas que emulaba.
122
Soltó otra sonrisa bajo el neón rosado y siguió caminando orgulloso, sabio,
certero. Un chicle aplastado lo hizo recordar la escena anterior, igual a un video
de Slayer o peor: la sangre del Yuko saliendo caliente, sorpresiva, con humo. Y
le gusto, fue emocionante, como en los viejos tiempos cuando andaba en la
onda thrash, rock satánico, cosas de cabro chico, escandalizar con la pinta,
joder, lanzarles pollos a los viejos para ver si así cachan. Pero ahora que era
mayor, trece años vividos a fondo, a todo dar, el rollo era otro. Todo le estaba
resultando. Ahora solo faltaba un detalle.
Desde la escalera automática diviso el típico aviso de Benetton en tres
dimensiones: todos perfectos, combinados, adultos-jóvenes gastando sus
tarjetas de crédito, viejas acarreando guaguas con jardineras Osh Kosh. Si
tuviera una bomba lacrimógena, la lanzaría arriba de todos, tal como esa
madrugada enteran en la Billboard cuando ya estaba aburrido de jalar en el baño,
los motts le tenían los tabiques anestesiados, de puro wired la tiro para quedarse
con la pista vacía y bailar hasta reventar. Odiaba el Apumanque, quizás por eso
iba tanto. Todos esos parásitos que vegetaban en el Andy’s, puras papas fritas
y pinchazos, comida rápida, taquilla pura, amistad en polvo, esa onda. Sábado
tras sábado, el lugar de reunión, ver y que te vean. Lleno de lolitas disfrazadas
de cantantes pop, de esas minas que nunca atinan, que calientan el agua pero
no se toman el té, de esos gallos que se hacen los machos, pero que piden
permiso para llegar tarde.
El Macana siguió subiendo hasta llegar al último nivel donde los autos
están estacionados. Se percató de lo oscuro que estaba, de lo neblinosa que se
había puesto la tarde. No podía relacionar las cosas. Estaba seguro de que el
duelo fue de día, recién, en colores: el polerón púrpura, la sangre roja, pegajosa
y coreana del Yuko, quizás un foco que iluminaba todo el callejón desde arriba.
Los destellos del cuchillo, el vapor, el ruido del acero de su bota, disparos a lo
lejos. Estaba débil, lo sabía; vulnerable, eso era peligroso: podían atraparlo de
nuevo.
-Ya no es el mismo…
-Ya nadie es el mismo, huevón.
-Lo cagaron.
-Esa clínica le lavo el cerebro.
-Lo dejaron lerdo.
Sintió que lo seguían. Apresuró su paso: Welcome to the jungle, it gets
worse here everyday. Debían ser los guardias de azul. Seguro que sí. Imaginó
cómo, poco a poco, iba a extenderse el pánico a través de todo el Apumanque.
Las viejas correrían a ver el espectáculo, ansiosas de saber si el herido era suyo
o de alguna conocida. El efecto de esas anfetas le había distorsionado todo, tal
como quería, sentir un poco de intensidad real, pero ahora le estaba llegando el
bajón, el sueño, le hacía falta un jale que se conseguía el Chalo en ese bar de
General Holley. Recorrió todo el estacionamiento y no encontró nada, ningún
lugar: todo cubierto, cercado. Típico.
Lo acechaban. Debía cambiar de táctica. Y rápido. Urgente. Probablemente lo
tenían rodeado: eso estaba claro. No descansarían hasta destruirlo. Como al
Chico de la Moto.
123
Lo importante es saber dónde ir, pensó, no que te sigan unos cuantos cuicos
que no son capaces de apreciar a un Drugo de verdad. Es típico, nunca se dan
cuenta, los dejan al margen, como al Jimbo y a Cal, recordó, o los encierran, los
obligan a juntarse en bandas de ratas huérfanas, errantes.
-Los Drugos sin el Macana son la nada.
-Seguro.
-Dicen que necesitaron cuatro para amarrarlo con la camisa de fuerza.
El casi centenar de compadres, con sus respectivas groupies, que se
habían congelado en el callejón trasero de puro pánico, ya habían reaccionado.
Hubo gritos, llantos tipos que salieron soplados a buscar ayuda, otros que se
subieron a las micros por si llegaban los tiras o los pacos. Las minas trataron de
curar al Yuko, que yacía herido y sangrando, aterrorizado como nunca antes.
-No te dije que estaba loco, onda trastornado.
-Fueron las pepas, estoy segura.
-El Karate Kid no supo defenderse: se lo hizo.
-De mais.
-Estos coreanos son pura boca, te dije.
El Macana empezó a deambular nervioso por el estacionamiento, dando
vueltas y vueltas, casi corriendo. Tambaleaba de un lado a otro. Le era difícil
saltar sobre los capos como antes: perdía el equilibrio, se le nublaba la vista,
escuchaba tambores y saxos. Tiró al suelo su chapita no future y la aplastó,
dejándola lisa y reluciente. No encontraba ningún sitio, ningún escape. Agotado,
comenzó a descender por la rampa de los autos. La parte de atrás del centro
comercial parecía sacada de Blade Runner: puro cemento, murallas altas, vidrio
mojado. Silencio total. Ningún espectador, ningún amigo.
-Parece un zombi.
-Se ve viejo: como de diecisiete.
-Está acabado.
Abajo, al final de la curva que bajaba, dos guardias con los ojos fijos en
el Macana. No le era desconocido ese tipo de mirada. A lo largo de sus años -
se crece rápido cuando no se tiene a donde ir- la había visto varias veces:
inspectores, médicos, siquiatras, jueces, policías. Un guardián-en-el-centro,
agente de Pinochet, levanto su walkie-talkie. El Macana saltó encima de la
delgada muralla y comenzó a correr hacia arriba por la angosta faja de cemento.
A medida que el paredón crecía en altura, la pendiente se agudizaba. Abajo, el
callejón vacío, oscuro.
Ya no había mucho que hacer. La muralla por donde arrancaba llego a
su fin. Los cadáveres jóvenes también se pudren, pensó, pero ya no había nada
que hacer y el asunto le parecía emocionante, entretenido. Pegó un salto y voló
varios segundos hasta estallar en el pavimento trizado. El cuchillo rebotó lejos,
cayendo bajo el único farol que funcionaba.
Alberto Fuguet, Deambulando por la orilla oscura (Sobredosis)
SESIÓN 9
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
El profesor realiza preguntas para activar los conocimientos previos de los estudiantes: ¿qué
hemos trabajado durante las sesiones anteriores?, ¿consideran que ahora comprenden en
mayor profundidad los textos? Y ¿por qué? Luego de esto, el profesor les comenta que durante
DESARROLLO:
es leído por el profesor. Durante la lectura, el profesor solicita que subrayen la información
actividad: ¿de qué se trata el fragmento leído?, ¿quién narra? Y ¿qué crimen cometió Castel?
El profesor da paso a las actividades de los ítems I y II de la guía y les solicita que trabajen de
manera autónoma. Para responder las preguntas cuentan con 30 minutos. El docente recorre
Pasados los 30 minutos, el profesor pregunta al azar qué respuesta consideran correcta para la
pregunta 1 y por qué, los demás estudiantes evalúan si es o no correcta, volviendo al texto
cada vez que sea necesario. El profesor guía esta discusión, dando pistas si los estudiantes lo
requirieran y las respuestas correctas. Este proceso se realiza con las preguntas restantes.
Las preguntas de respuesta extensa (ítem III) son respondidas individualmente o en parejas,
el docente recorre la sala respondiendo las dudas y consultas que puedan surgir. (55 minutos)
CIERRE:
En plenario, estudiantes al azar comparten sus respuestas del ítem III. El profesor abre la
discusión: ¿están de acuerdo con la respuesta del/la compañero/a?, ¿por qué?, ¿alguien tiene
una respuesta diferente que quiera compartir?, esto en cada una de las preguntas. El profesor
retroalimenta las respuestas, pero destacando que un texto puede tener infinitas
dificultades para comprender el texto?, ¿cuáles? Y ¿cómo creen que podrían mejorarlas?
además, destaca la importancia de las habilidades trabajadas y solicita a los estudiantes que la
próxima sesión traigan todas las guías trabajadas en el taller. (25 minutos).
127
ANEXO 12
“Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María
Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se
necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.
Aunque ni el diablo sabe qué es lo que ha de recordar la gente, ni por qué.
En realidad, siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá
sea una forma de defensa de la especie humana. La frase "todo tiempo pasado
fue mejor" no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —
felizmente— la gente las echa en el olvido. (…) Yo, por ejemplo, me caracterizo
por recordar preferentemente los hechos malos y, así, casi podría decir que "todo
tiempo pasado fue peor", si no fuera porque el presente me parece tan horrible
como el pasado; recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles,
tantas malas acciones, que la memoria es para mí como la temerosa luz que
alumbra un sórdido museo de la vergüenza. ¡Cuántas veces he quedado
aplastado durante horas, en un rincón oscuro del taller, después de leer una
noticia en la sección policial!. Pero la verdad es que no siempre lo más
vergonzoso de la raza humana aparece allí; hasta cierto punto, los criminales
son gente más limpia, más inofensiva; esta afirmación no la hago porque yo
mismo haya matado a un ser humano: es una honesta y profunda convicción.
¿Un individuo es pernicioso?. Pues se lo liquida y se acabó. Eso es lo que yo
llamo una buena acción. Piensen cuánto peor es para la sociedad que ese
individuo siga destilando su veneno y que en vez de eliminarlo se quiera
contrarrestar su acción recurriendo a anónimos, maledicencia y otras bajezas
semejantes. En lo que a mí se refiere, debo confesar que ahora lamento no haber
aprovechado mejor el tiempo de mi libertad, liquidando a seis o siete tipos que
conozco.
128
“De la vanidad no digo nada: creo que nadie está desprovisto de este notable
motor del Progreso Humano.”
10. ¿Estás de acuerdo con la opinión de Castel, es decir, que la vanidad nos
ayuda a surgir? ¿Por qué? Da dos argumentos para defender tu postura
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
12. Imagina la vida de Castel previa al crimen y a su relato, ¿cómo crees que
era la relación que tenía con María?
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
132
13. A partir de tu lectura, predice las razones que llevaron a Castel a cometer el
crimen. Crea al menos tres hipótesis diferentes
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
14. Resume el fragmento con tus propias palabras en máximo 5 líneas
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
133
ANEXO 19
Pauta de corrección: Guía de comprensión lectora N°8
Ítem I:
Pregunta Clave
1. c)
2. e)
3. d)
4. b)
134
SESIÓN 10
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
El profesor realiza preguntas para activar los conocimientos previos de los estudiantes:
¿qué actividades hemos trabajado durante las sesiones anteriores? Y ¿han logrado
DESARROLLO:
El profesor les comenta que hoy, nuevamente, estarán a cargo de crear preguntas. En la
sesión de hoy será en relación al cuento “Espantos de agosto” (Doce cuentos peregrinos)
135
revisadas. Para esto, los estudiantes pueden basarse en las guías anteriores y trabajar
estructura de las guías: alternativas y respuesta extensa. Para esta actividad cuentan con
45 minutos.
Pasado el tiempo, el profesor les solicita que cambien su hoja de preguntas con otro
compañero o pareja y respondan 5 preguntas. Para esto tienen 20 minutos. (65 minutos)
CIERRE:
En plenario, el profesor solicita una pregunta y respuesta a diez alumnos, para así conocer
ANEXO 20
Guía de Comprensión lectora N°9: “Espantos de
agosto”
Aprendizaje esperado: Analizar e interpretar novelas y cuentos en clases:
analizando los elementos centrales (personajes, tema, ambiente) y haciendo
inferencias y extrayendo conclusiones a partir de información explícita e
implícita.
Objetivo de la clase: Analizar un texto literario, elaborando preguntas
sobre la información explícita e implícita de este.
Tema: Comprensión lectora de textos literarios.
SESIÓN 11
UNIDAD: NARRATIVA
MOTIVACIÓN:
sesión. (5 minutos)
DESARROLLO:
CIERRE:
para responder?, ¿cuáles?, ¿qué texto les presentó mayores dificultades? Y ¿a qué las
Finalmente, el profesor anuncia que en la próxima sesión se entregarán los resultados de esta
ANEXO 21
Evaluación de comprensión lectora:
Aprendizaje esperado: Analizar e interpretar novelas y cuentos en clases:
analizando los elementos centrales (personajes, tema, ambiente) y haciendo
inferencias y extrayendo conclusiones a partir de información explícita e
implícita.
Objetivo de la clase: Analizar los elementos narratológicos centrales,
realizando inferencias y extrayendo conclusiones a partir de información
explícita e implícita.
Tema: Comprensión lectora de textos literarios.
Nombre: ____________________________________ Fecha: _______________
Puntaje total: 15 Puntaje obtenido: _________ Nota: ___________
TEXTO 1 (Preguntas 1 a 3)
“Anna volvía del colegio con Elsbeth, una niña de su clase. Aquel invierno
había nevado mucho en Berlín. (…) Ahora, en febrero, empezaba a deshacerse,
y había charcos por todas partes. Anna y Elsbeth, calzadas con botas de
cordones, se los iban saltando.
Las dos niñas llevaban abrigos gruesos y gorros de lana para tener
abrigadas las orejas, y Anna llevaba además una bufanda. Anna tenía nueve
años, pero era bajita para su edad, y los extremos de la bufanda le colgaban
casi hasta las rodillas. También le tapaba la boca y la nariz, de modo que lo
único que se le veía eran sus ojos verdes y un mechón de pelo oscuro. Se había
apresurado porque quería comprar unos lápices de colores en la papelería y ya
era casi la hora de comer; pero iba tan sin aliento que se alegró de que Elsbeth
se detuviera a mirar un gran cartel rojo.
— Es otro retrato de ese señor — dijo Elsbeth — . Mi hermana la pequeña
vio uno ayer y se creyó que era Charlie Chaplin.
Anna contempló la mirada fija y la expresión severa. Luego dijo:
— No se parece en nada a Charlie Chaplin, como no sea en el bigote.
Leyeron el nombre que había debajo de la fotografía.
Adolf Hitler.
—Quiere que todo el mundo le vote en las elecciones, y entonces les
parará los pies a los judíos —dijo Elsbeth—. ¿Tú crees que le parará los pies a
Rachel Lowenstein?
—A Rachel Lowenstein no la puede parar nadie —respondió Anna—. Es
capitana de su clase. A lo mejor me para los pies a mí. Yo también soy judía.
—¡Tú no!
—¡Claro que sí! Mi padre nos estuvo hablando de eso la semana pasada.
Dijo que éramos judíos, y que, pasara lo que pasara, mi hermano y yo no
debíamos olvidarlo nunca.
142
—Pero vosotros no vais a una iglesia especial los sábados, como Rachel
Lowenstein.
—Eso es porque no somos religiosos. No vamos a ninguna iglesia.
—Pues a mí me gustaría que mi padre no fuera religioso —dijo Elsbeth—
. Nosotros tenemos que ir todos los domingos, y a mí me dan calambres de estar
sentada.
Elsbeth miró a Anna con curiosidad.
—Yo creí que los judíos tenían que tener la nariz ganchuda, pero tú la
tienes normal. ¿Tu hermano tiene la nariz ganchuda?
—No —dijo Anna—. La única persona que hay en casa con la nariz
ganchuda es Bertha, la criada, y se le quedó así porque se la rompió al caerse
del tranvía.”
III. “Yo creí que los judíos tenían que tener la nariz ganchuda, pero tú la
tienes normal.”
a) Solo I
b) Solo II
c) Solo III
d) I y II
e) I, II y III
TEXTO 2 (Preguntas 4 a 8)
“Más de una vez, una de las preguntas que no me deja en paz por dentro
es por qué en el pasado, y a menudo aún ahora, los pueblos conceden a la mujer
un lugar tan inferior al que ocupa el hombre. Todos dicen que es injusto, pero
con eso no me doy por contenta: lo que quisiera conocer es la causa de
semejante injusticia.
Es de suponer que el hombre, dada su mayor fuerza física, ha dominado
a la mujer desde el principio; el hombre, que tiene ingresos, el hombre, que
procrea, el hombre, al que todo le está permitido… Ha sido una gran
equivocación por parte de tantas mujeres tolerar, hasta hace poco tiempo, que
todo siguiera así sin más, porque cuantos más siglos perdura esta norma, tanto
más se arraiga. Por suerte, la enseñanza, el trabajo y el desarrollo le han abierto
un poco los ojos a la mujer. En muchos países las mujeres han obtenido la
igualdad de derechos; mucha gente, sobre todo mujeres, pero también hombres,
ven ahora lo mal que ha estado dividido el mundo durante tanto tiempo, y las
mujeres modernas exigen su derecho a la independencia total.
Pero no se trata solo de eso: ¡también hay que conseguir la valoración de
la mujer! En todos los continentes el hombre goza de una alta estima
generalizada. ¿Por qué la mujer no habría de compartir esa estima antes que
nada? A los soldados y héroes de guerra se les honra y rinde homenaje, a los
descubridores se les concede fama eterna, se venera a los mártires, pero ¿qué
parte de la humanidad en su conjunto también considera soldados a las
mujeres?
En el libro Combatientes para toda la vida pone algo que me ha
conmovido bastante, y es algo así como que por lo general las mujeres, tan solo
por el hecho de tener hijos, padecen más dolores, enfermedades y desgracias
que cualquier héroe de guerra. ¿Y cuál es la recompensa por aguantar tantos
dolores? La echan en un rincón si ha quedado mutilada por el parto, sus hijos al
poco tiempo ya no son suyos, y su belleza se ha perdido. Las mujeres son
soldados mucho más valientes y heroicos, que combaten y padecen dolores
para preservar a la humanidad, mucho más que tantos libertadores con todas
sus bonitas historias…
Con esto no quiero decir en absoluto que las mujeres tendrían que
negarse a tener hijos, al contrario, así lo quiere la naturaleza y así ha de ser.
144
A los únicos que condeno es a los hombres y a todo el orden mundial, que nunca
quieren darse cuenta del importante, difícil y a veces también bello papel
desempeñado por la mujer en la sociedad. Paul de Kruif, el autor del libro
mencionado, cuenta con toda mi aprobación cuando dice que los hombres
tienen que aprender que en las partes del mundo llamadas civilizadas, un parto
ha dejado de ser algo natural y corriente. Los hombres lo tienen fácil, nunca han
tenido que soportar los pesares de una mujer, ni tendrán que soportarlos nunca.
Creo que todo el concepto de que el tener hijos constituye un deber de la
mujer, cambiará a lo largo del próximo siglo, dando lugar a la estima y a la
admiración por quien se lleva esa carga al hombro, sin rezongar y sin pronunciar
grandes palabras.”
Ana Frank, Diario de Ana Frank (fragmento).
d) II y III
e) I, II y III
(…) Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y
envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de
horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós.
Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había
un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que
apenas se le pronunciaba la boca. (…) En cinco días, en cinco noches, había
vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a
adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana
parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los
almohadones de pluma.”
ANEXO 22
Pregunta Clave
1. d)
2. d)
3. d)
4. e)
5. b)
6. c)
7. d)
8. e)
9. e)
10. d)
11. d)
12. a)
13. d)
14. e)
15. a)
151
SESIÓN 12
UNIDAD: NARRATIVA
explícita e implícita.
MOTIVACIÓN:
El profesor recuerda brevemente todo lo realizado en el taller, las habilidades trabajadas y las
DESARROLLO:
La Evaluación de comprensión lectora es entregada a los estudiantes con sus resultados, por
lo que el docente ya conoce las posibles falencias de ellos. El primer texto es leído por un
alumno voluntario, luego el profesor lee la primera pregunta y antes de leer las alternativas,
hace referencia a los elementos que ayudan a responderla. Por ejemplo: ¿Qué se describe de
152
Anna en el fragmento?: En el fragmento se menciona que tiene 9 años, pero aparenta menos,
que se veían sus ojos de color verde entre el gorro y la bufanda, que es judía y que llevaba
abrigo, bufanda, botas y gorro. A partir de esto, solo los enunciados I y II son correctos, por
lo tanto la alternativa correcta es la d. Este ejercicio se realiza con todas las preguntas, pero
dándole mayor importancia a aquellas que tienen relación con información implícita del texto
y a aquellas que fueron respondidas erróneamente. El profesor responde todas las posibles
CIERRE:
El profesor comenta que es la última clase del taller, por lo que es necesario realizar una
síntesis de este. Para comenzar la síntesis, les realiza preguntas: ¿creen que ahora
comprenden mejor que antes?, ¿por qué?, si es así ¿en qué lo evidencian? Y ¿aplican estas
habilidades en otras circunstancias? De esta manera, tanto el profesor como los estudiantes
conocen la efectividad del taller. Finalmente, el docente comenta los procesos y resultados
Lo sabías muy bien, te sobraría tiempo para imaginar los detalles de lo que
estaría sucediendo en el cuartel central; en la ciudad todo eso rezumaba poco a
poco, la gente estaba al tanto del destino de los prisioneros, y si a veces volvían a
ver a uno que otro, hubieran preferido no verlos y que al igual que la mayoría se
perdieran en ese silencio que nadie se atrevía a quebrar. Lo sabías de sobra, esa
noche la ginebra no te ayudaría más a morderte las manos, a pisotear tizas de
colores antes de perderte en la borrachera y en el llanto.
Sí, pero los días pasaban y ya no sabías vivir de otra manera. Volviste a
abandonar tu trabajo para dar vueltas por las calles, mirar fugitivamente las paredes
y las puertas donde ella y vos habían dibujado. Todo limpio, todo claro; nada, ni
siquiera una flor dibujada por la inocencia de un colegial que roba una tiza en la
clase y no resiste el placer de usarla. Tampoco vos pudiste resistir, y un mes
después te levantaste al amanecer y volviste a la calle del garage. No había
patrullas, las paredes estaban perfectamente limpias; un gato te miró cauteloso
desde un portal cuando sacaste las tizas y en el mismo lugar, allí donde ella había
dejado su dibujo, llenaste las maderas con un grito verde, una roja llamarada de
reconocimiento y de amor, envolviste tu dibujo con un óvalo que era también tu boca
y la suya y la esperanza. Los pasos en la esquina te lanzaron a una carrera afelpada,
al refugio de una pila de cajones vacíos; un borracho vacilante se acercó
canturreando, quiso patear al gato y cayó boca abajo a los pies del dibujo. Te fuiste
lentamente, ya seguro, y con el primer sol dormiste como no habías dormido en
mucho tiempo.
Esa misma mañana miraste desde lejos: no lo habían borrado todavía.
Volviste al mediodía: casi inconcebiblemente seguía ahí. La agitación en los
suburbios (habías escuchado los noticiosos) alejaban a la patrulla de su rutina; al
anochecer volviste a verlo como tanta gente lo había visto a lo largo del día.
Esperaste hasta las tres de la mañana para regresar, la calle estaba vacía y negra.
Desde lejos descubriste otro dibujo, sólo vos podrías haberlo distinguido tan
pequeño en lo alto y a la izquierda del tuyo. Te acercaste con algo que era sed y
horror al mismo tiempo, viste el óvalo naranja y las manchas violetas de donde
parecía saltar una cara tumefacta, un ojo colgando, una boca aplastada a
puñetazos. Ya sé, ya sé ¿pero qué otra cosa hubiera podido dibujarte? ¿Qué
mensaje hubiera tenido sentido ahora? De alguna manera tenía que decirte adiós y
a la vez pedirte que siguieras. Algo tenía que dejarte antes de volverme a mi refugio
donde ya no había ningún espejo, solamente un hueco para esconderme hasta el
fin en la más completa oscuridad, recordando tantas cosas y a veces, así como
había imaginado tu vida, imaginando que hacías otros dibujos, que salías por la
noche para hacer otros dibujos.
156
CORPUS 2
Harry Potter y la piedra filosofal, J.K. Rowling
“El viernes fue un día importante para Harry y Ron. Por fin encontraron el
camino hacia el Gran Comedor a la hora del desayuno, sin perderse ni una vez.
—¿Qué tenemos hoy? —preguntó Harry a Ron, mientras echaba azúcar en
sus cereales.
—Pociones Dobles con los de Slytherin —respondió Ron—. Snape es el jefe
de la casa Slytherin. Dicen que siempre los favorece a ellos… Ahora veremos si es
verdad.
—Ojalá McGonagall nos favoreciera a nosotros —dijo Harry. La profesora
McGonagall era la jefa de la casa Gryffindor, pero eso no le había impedido darles
una gran cantidad de deberes el día anterior.
(...)
Fue una suerte que Hagrid hubiera invitado a Harry a tomar el té, porque la
clase de Pociones resultó ser la peor cosa que le había ocurrido allí, hasta entonces.
Al comenzar el banquete de la primera noche, Harry había pensado que no
le caía bien al profesor Snape. Pero al final de la primera clase de Pociones supo
que no se había equivocado. No era sólo que a Snape no le gustara Harry: lo
detestaba.
Las clases de Pociones se daban abajo, en un calabozo. Hacía mucho más
frío allí que arriba, en la parte principal del castillo, y habría sido igualmente tétrico
sin todos aquellos animales conservados, flotando en frascos de vidrio, por todas
las paredes.
Snape, como Flitwick, comenzó la clase pasando lista y, como Flitwick, se
detuvo ante el nombre de Harry.
—Ah, sí —murmuró—. Harry Potter. Nuestra nueva… celebridad.
Draco Malfoy y sus amigos Crabbe y Goyle rieron tapándose la boca. Snape
terminó de pasar lista y miró a la clase. Sus ojos eran tan negros como los de Hagrid,
pero no tenían nada de su calidez. Eran fríos y vacíos y hacían pensar en túneles
oscuros.
—Vosotros estáis aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer
pociones —comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo. Como
la profesora McGonagall, Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin
ningún esfuerzo—. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y
muchos de vosotros dudaréis que esto sea magia. No espero que lleguéis a
entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores
relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas
humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos… Puedo enseñaros cómo
embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte… si sois algo más
que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.
Más silencio siguió a aquel pequeño discurso. Harry y Ron intercambiaron
miradas con las cejas levantadas. Hermione Granger estaba sentada en el borde
157
CORPUS 3
La tregua, Mario Benedetti
“Miércoles 27 de febrero
Hoy ingresaron en la oficina siete empleados nuevos: cuatro hombres y tres
mujeres. Tenían unas espléndidas caras de susto y de vez en cuando dirigían a los
veteranos una mirada de respetuosa envidia. A mí me adjudicaron dos botijas (uno
de dieciocho y otro de veintidós) y una muchacha de veinticuatro años. Así que
ahora soy todo un jefe: tengo nada menos que seis empleados a mis órdenes. Por
primera vez, una mujer. Siempre les tuve desconfianza para los números. Además,
otro inconveniente: durante los días del período menstrual y hasta en sus vísperas,
si normalmente son despiertas, se vuelven un poco tontas; si normalmente son un
poco tontas, se vuelven imbéciles del todo.
Martes 12 de marzo
Es bueno tener una empleada que sea inteligente. Hoy, para probar a
Avellaneda, le expliqué de un tirón todo lo referente a Contralor. Mientras yo
hablaba, ella fue haciendo anotaciones. Cuando concluí, dijo: «Mire, señor, creo
que entendí bastante, pero tengo dudas sobre algunos puntos». Dudas sobre
algunos puntos… Méndez, que se ocupaba de eso antes que ella, necesitó nada
menos que cuatro años para disiparlas… Después la puse a trabajar en la mesa
que está a mi derecha. De vez en cuando le echaba un vistazo. Tiene lindas piernas.
Todavía no trabaja automáticamente, así que se fatiga. Además es inquieta,
nerviosa. Creo que mi jerarquía (pobre inexperta) la cohíbe un poco. Cuando dice:
«Señor Santomé», siempre pestañea. No es una preciosura. Bueno, sonríe
pasablemente. Algo es algo.
Martes 19 de marzo
incómoda. Cuando llegamos a enero, empecé a dictar yo, y ella ponía los tildes. En
un determinado instante, tuve conciencia de que algo raro estaba pasando y levanté
la vista en mitad de una cifra. Ella estaba mirándome la mano. ¿En busca de
lunares? Quizá. Sonreí y otra vez se murió de vergüenza. Pobre Avellaneda. No
sabe que soy la corrección en persona y que jamás de los jamases me tiraría un
lance con una de mis empleadas.
Miércoles 10 de abril
Avellaneda tiene algo que me atrae. Eso es evidente, pero ¿qué es?
Viernes 17 de mayo
Al fin sucedió. Yo estaba en el café, sentado junto a la ventana. Esta vez no
esperaba nada, no estaba vigilando. Me parece que hacía números, en el vano
intento de equilibrar los gastos con los ingresos de este mayo tranquilo,
verdaderamente otoñal, pletórico de deudas. Levanté los ojos y ella estaba allí.
Como una aparición o un fantasma o sencillamente —y cuánto mejor— como
Avellaneda. «Vengo a reclamar el café del otro día», dijo.
Me puse de pie, tropecé con la silla, mi cucharita de café resbaló de la mesa
con un escándalo que más bien parecía provenir de un cucharón. Los mozos
miraron. Ella se sentó. Yo recogí la cucharita, pero antes de poderme sentar me
enganché el saco en ese maldito reborde que cada silla tiene en el respaldo. En mi
ensayo general de esta deseada entrevista, yo no había tenido en cuenta una
puesta en escena tan movida. «Parece que lo asusté», dijo ella, riendo con
franqueza. «Bueno, un poco sí», confesé, y eso me salvó. La naturalidad estaba
recuperada. (…) Entonces dije: «¿Sabe que usted es culpable de una de las crisis
más importantes de mi vida?». Preguntó: «¿Económicas?», y todavía reía.
Contesté: «No, sentimental» y se puso seria.
«Caramba», dijo, y esperó que yo continuara. Y continué: «Mire, Avellaneda,
es muy posible que lo que le voy a decir le parezca una locura. Si es así, me lo dice
nomás. Pero no quiero andar con rodeos: creo que estoy enamorado de usted».
Esperé unos instantes. Ni una palabra.
Miraba fijamente la cartera. Creo que se ruborizó un poco. No traté de
identificar si el rubor era radiante o vergonzoso. Entonces seguí: «A mi edad y a su
edad, lo más lógico hubiera sido que me callase la boca; pero creo que, de todos
modos, era un homenaje que le debía. Yo no voy a exigir nada. Si usted, ahora o
mañana o cuando sea, me dice basta, no se habla más del asunto y tan amigos. No
tenga miedo por su trabajo en la oficina, por la tranquilidad en su trabajo; sé
comportarme, no se preocupe». Otra vez esperé. Estaba allí, indefensa, es decir,
160
defendida por mí contra mí mismo. Cualquier cosa que ella dijera, cualquier actitud
que asumiera, iba a significar: «Este es el color de su futuro».
Por fin no pude esperar más y dije: «¿Y?». Sonreí un poco forzadamente y
agregué con una voz temblona que estaba desmintiendo el chiste que pretendía
ser: «¿Tiene algo que declarar?». Dejó de mirar su cartera. Cuando levantó los ojos,
presentí que el momento peor había pasado. «Ya lo sabía», dijo. «Por eso vine a
tomar café.»”
161
CORPUS 4
La metamorfosis, Franz Kafka
“La grave herida de Gregorio, cuyos dolores soportó más de un mes -la
manzana permaneció empotrada en la carne como recuerdo visible, ya que nadie
se atrevía a retirarla-, pareció recordar, incluso al padre, que Gregorio, a pesar de
su triste y repugnante forma actual, era un miembro de la familia, a quien no podía
tratarse como a un enemigo, sino frente al cual el deber familiar era aguantarse la
repugnancia y resignarse, nada más que resignarse.
Y si Gregorio ahora, por culpa de su herida, probablemente había perdido
agilidad para siempre, y por lo pronto necesitaba para cruzar su habitación como un
viejo inválido largos minutos -no se podía ni pensar en arrastrarse por las alturas-,
sin embargo, en compensación por este empeoramiento de su estado, recibió, en
su opinión, una reparación más que suficiente: hacia el anochecer se abría la puerta
del cuarto de estar, la cual solía observar fijamente ya desde dos horas antes, de
forma que, tumbado en la oscuridad de su habitación, sin ser visto desde el
comedor, podía ver a toda la familia en la mesa iluminada y podía escuchar sus
conversaciones, en cierto modo con el consentimiento general, es decir, de una
forma completamente distinta a como había sido hasta ahora.
Naturalmente, ya no se trataba de las animadas conversaciones de antaño,
en las que Gregorio, desde la habitación de su hotel, siempre había pensado con
cierta nostalgia cuando, cansado, tenía que meterse en la cama húmeda. La
mayoría de las veces transcurría el tiempo en silencio. El padre no tardaba
en dormirse en la silla después de la cena, y la madre y la hermana se
recomendaban mutuamente silencio; la madre, inclinada muy por debajo de la luz,
cosía ropa fina para un comercio de moda; la hermana, que había aceptado un
trabajo como dependienta, estudiaba por la noche estenografía y francés, para
conseguir, quizá más tarde, un puesto mejor. A veces el padre se despertaba y,
como si no supiera que había dormido, decía a la madre: «¡Cuánto coses hoy
también!», e inmediatamente volvía a dormirse mientras la madre y la hermana se
sonreían mutuamente. (…)
Gregorio pasaba las noches y los días casi sin dormir. A veces pensaba que
la próxima vez que se abriese la puerta él se haría cargo de los asuntos de la familia
como antes; en su mente aparecieron de nuevo, después de mucho tiempo, el jefe
y el encargado; los dependientes y los aprendices; el mozo de los recados, tan corto
de luces; dos, tres amigos de otros almacenes; una camarera de un hotel de
provincias; un recuerdo amado y fugaz: una cajera de una tienda de sombreros a
quien había hecho la corte seriamente, pero con demasiada lentitud; todos ellos
aparecían mezclados con gente extraña o ya olvidada, pero en lugar de ayudarle a
él y a su familia, todos ellos eran inaccesibles, y Gregorio se sentía aliviado cuando
desaparecían.
Pero después ya no estaba de humor para preocuparse por su
familia, solamente sentía rabia por el mal cuidado de que era objeto y, a pesar de
162
que no podía imaginarse algo que le hiciese sentir apetito, hacía planes sobre cómo
podría llegar a la despensa para tomar de allí lo que quisiese, incluso aunque no
tuviese hambre alguna. Sin pensar más en qué es lo que podría gustar a Gregorio,
la hermana, por la mañana y al mediodía, antes de marcharse a la tienda, empujaba
apresuradamente con el pie cualquier comida en la habitación de Gregorio, para
después recogerla por la noche con el palo de la escoba, tanto si la comida había
sido probada como si -y éste era el caso más frecuente- ni siquiera hubiera sido
tocada. Recoger la habitación, cosa que ahora hacía siempre por la noche, no podía
hacerse más deprisa. Franjas de suciedad se extendían por las paredes, por todas
partes había ovillos de polvo y suciedad.
Al principio, cuando llegaba la hermana, Gregorio se colocaba en el rincón
más significativamente sucio para, en cierto modo, hacerle reproches mediante esta
posición. Pero seguramente hubiese podido permanecer allí semanas enteras sin
que la hermana hubiese mejorado su actitud por ello; ella veía la suciedad lo mismo
que él, pero se había decidido a dejarla allí.”
163
CORPUS 5
Un mundo feliz, Aldous Huxley
“Guardería infantil. Sala de Condicionamiento Neo-Pavloviano, anunciaba el
rótulo de la entrada.
El director abrió una puerta. (…) Media docena de enfermeras, con pantalones
y chaqueta de uniforme, de viscosilla blanca, los cabellos asépticamente ocultos
bajo cofias blancas, se hallaban atareadas disponiendo jarrones con rosas en una
larga hilera, en el suelo. Grandes jarrones llenos de flores.
Cuando el DIC entró, las enfermeras se cuadraron rígidamente.
—Coloquen los libros —ordenó el director.
En silencio, las enfermeras obedecieron la orden. (…)
—Y ahora traigan a los niños.
Las enfermeras se apresuraron a salir de la sala y volvieron al cabo de uno o
dos minutos; cada una de ellas empujaba una especie de carrito de té muy alto, con
cuatro estantes de tela metálica, en cada uno de los cuales había un crío de ocho
meses. Todos eran exactamente iguales y todos vestían de color caqui, porque
pertenecían a la casta Delta.
—Pónganlos en el suelo.
Los carritos fueron descargados.
—Y ahora sitúenlos de modo que puedan ver las flores y los libros.
Los chiquillos inmediatamente guardaron silencio, y empezaron a arrastrarse
hacia aquellas masas de colores vivos, aquellas formas alegres y brillantes que
aparecían en las páginas blancas. (…) De las filas de críos que gateaban llegaron
pequeños chillidos de excitación, gorjeos y ronroneos de placer. El director se frotó
las manos.
—¡Estupendo! —exclamó—. Ni hecho a propósito.
Los más rápidos ya habían alcanzado su meta. Sus manecitas se tendían,
inseguras, palpaban, agarraban, deshojaban las rosas transfiguradas, arrugaban las
páginas iluminadas de los libros. El director esperó verles a todos alegremente
atareados. Entonces dijo:
—Fíjense bien.
La enfermera jefe, que estaba de pie junto a un cuadro de mandos, al otro
extremo de la sala, bajó una pequeña palanca. Se produjo una violenta explosión.
Cada vez más aguda, empezó a sonar una sirena. Timbres de alarma se dispararon,
locamente.
Los chiquillos se sobresaltaron y rompieron en chillidos; sus rostros aparecían
convulsos de terror.
—Y ahora —gritó el director (porque el estruendo era ensordecedor)—, ahora
pasaremos a reforzar la lección con un pequeño shock eléctrico.
164
Volvió a hacer una señal con la mano, y la enfermera jefe pulsó otra palanca.
Los chillidos de los pequeños cambiaron súbitamente de tono. Había algo
desesperado, algo casi demencial, en los gritos agudos, espasmódicos, que
brotaban de sus labios. Sus cuerpecitos se retorcían y cobraban rigidez; sus
miembros se agitaban bruscamente, como obedeciendo a los tirones de alambres
invisibles.
—Podemos electrificar toda esta zona del suelo —gritó el director, como
explicación—. Pero ya basta.
E hizo otra señal a la enfermera.
Las explosiones cesaron, los timbres enmudecieron, y el chillido de la sirena
fue bajando de tono hasta reducirse al silencio. Los cuerpecillos rígidos y retorcidos
se relajaron, y lo que había sido el sollozo y el aullido de unos niños desatinados
volvió a convertirse en el llanto normal del terror ordinario.
—Vuelvan a ofrecerles las flores y los libros.
Las enfermeras obedecieron; pero ante la proximidad de las rosas, a la sola
vista de las alegres y coloreadas imágenes de los gatitos, los gallos y las ovejas, los
niños se apartaron con horror, y el volumen de su llanto aumentó súbitamente.
—Observen —dijo el director, en tono triunfal—. Observen.
Los libros y ruidos fuertes, flores y descargas eléctricas; en la mente de
aquellos niños ambas cosas se hallaban ya fuertemente relacionadas entre sí; y al
cabo de doscientas repeticiones de la misma o parecida lección formarían ya una
unión indisoluble. Lo que el hombre ha unido, la Naturaleza no puede separarlo.
—Crecerán con lo que los psicólogos solían llamar un odio instintivo hacia los
libros y las flores. Reflejos condicionados definitivamente. Estarán a salvo de los
libros y de la botánica para toda su vida.
—El director se volvió hacia las enfermeras—. Llévenselos. (…)
Uno de los estudiantes levantó la mano; aunque comprendía perfectamente
que no podía permitirse que los miembros de una casta baja perdieran el tiempo de
la comunidad en libros, y que siempre existía el riesgo de que leyeran algo que
pudiera, por desdicha, destruir uno de sus reflejos condicionados, sin embargo…,
bueno, no podía comprender lo de las flores.
¿Por qué tomarse la molestia de hacer psicológicamente imposible para los
Deltas el amor a las flores?
Pacientemente, el DIC se explicó. Si se inducía a los niños a chillar a la vista
de una rosa, ello obedecía a una alta política económica. No mucho tiempo atrás
(aproximadamente un siglo), los Gammas, los Deltas y hasta los Epsilones habían
sido condicionados de modo que les gustaran las flores; las flores en particular, y la
naturaleza salvaje en general. El propósito, entonces, estribaba en inducirles a salir
al campo en toda oportunidad, con el fin de que consumieran transporte.
—¿Y no consumían transporte? —preguntó el estudiante.
—Mucho —contestó el DIC—. Pero sólo transporte.
165
Las prímulas y los paisajes, explicó, tienen un grave defecto: son gratuitos.
El amor a la Naturaleza no da quehacer a las fábricas. Se decidió abolir el amor a
la Naturaleza, al menos entre las castas más bajas; abolir el amor a la Naturaleza,
pero no la tendencia a consumir transporte. Porque, desde luego, era esencial, que
siguieran deseando ir al campo, aunque lo odiaran. El problema residía en hallar
una razón económica más poderosa para consumir transporte que la mera afición a
las prímulas y los paisajes. Y lo encontraron.
—Condicionamos a las masas de modo que odien el campo —concluyó el
director—. Pero simultáneamente las condicionamos para que adoren los deportes
campestres. Al mismo tiempo, velamos para que todos los deportes al aire libre
entrañen el uso de aparatos complicados. Así, además de transporte, consumen
artículos manufacturados. De ahí estas descargas eléctricas.”
166
CORPUS 6
El retrato oval, Edgar Allan Poe
“El castillo en el cual mi criado se le había ocurrido penetrar a la fuerza en
vez de permitirme, malhadadamente herido como estaba, de pasar una noche al
ras, era uno de esos edificios mezcla de grandeza y de melancolía que durante tanto
tiempo levantaron sus altivas frentes en medio de los Apeninos. Según toda
apariencia, el castillo había sido recientemente abandonado, aunque
temporariamente. Nos instalamos en una de las habitaciones más pequeñas y
menos suntuosamente amuebladas. Estaba situada en una torre aislada del resto
del edificio. Su decorado era rico, pero antiguo y sumamente deteriorado. Los muros
estaban cubiertos de tapicerías y adornados con numerosos trofeos heráldicos de
toda clase, y de ellos pendían un número verdaderamente prodigioso de pinturas
modernas, ricas de estilo, encerradas en sendos marcos dorados, de gusto
arabesco. Me produjeron profundo interés, y quizá mi incipiente delirio fue la causa,
aquellos cuadros colgados no solamente en las paredes principales, sino también
en una porción de rincones que la arquitectura caprichosa del castillo hacía
inevitable; hice a Pedro cerrar los pesados postigos del salón, pues ya era hora
avanzada, encender un gran candelabro de muchos brazos colocado al lado de mi
cabecera, y abrir completamente las cortinas de negro terciopelo, guarnecidas de
festones, que rodeaban el lecho. Quíselo así para poder, al menos, si no
reconciliaba el sueño, distraerme alternativamente entre la contemplación de estas
pinturas y la lectura de un pequeño volumen que había encontrado sobre la
almohada, en que se criticaban y analizaban.
Leí largo tiempo; contemplé las pinturas religiosas devotamente; las horas
huyeron, rápidas y silenciosas, y llegó la media noche. La posición del candelabro
me molestaba, y extendiendo la mano con dificultad para no turbar el sueño de mi
criado, lo coloqué de modo que arrojase la luz de lleno sobre el libro.
Pero este movimiento produjo un efecto completamente inesperado. La luz
de sus numerosas bujías dio de pleno en un nicho del salón que una de las
columnas del lecho había hasta entonces cubierto con una sombra profunda. Vi
envuelto en viva luz un cuadro que hasta entonces no advirtiera. Era el retrato de
una joven ya formada, casi mujer.
cuando muchas semanas hubieron transcurrido, y no restaba por hacer más que
una cosa muy pequeña, sólo dar un toque sobre la boca y otro sobre los ojos, el
alma de la dama palpitó aún, como la llama de una lámpara que está próxima a
extinguirse. Y entonces el pintor dio los toques, y durante un instante quedó en
éxtasis ante el trabajo que había ejecutado. Pero un minuto después,
estremeciéndose, palideció intensamente herido por el terror, y gritó con voz terrible:
"¡En verdad, esta es la vida misma!" Se volvió bruscamente para mirar a su bien
amada: ¡Estaba muerta!"
169
CORPUS 7
Cien años de soledad, Gabriel García Márquez
“Al principio, José Arcadio Buendía era una especie de patriarca juvenil, que
daba instrucciones para la siembra y consejos para la crianza de niños y animales,
y colaboraba con todos, aun en el trabajo físico, para la buena marcha de la
comunidad. Puesto que su casa fue desde el primer momento la mejor de la aldea,
las otras fueron arregladas a su imagen y semejanza. Tenía una salita amplia y bien
iluminada, un comedor en forma de terraza con flores de colores alegres, dos
dormitorios, un patio con un castaño gigantesco, un huerto bien plantado y un corral
donde vivían en comunidad pacífica los chivos, los cerdos y las gallinas. Los únicos
animales prohibidos no sólo en la casa, sino en todo el poblado, eran los gallos de
pelea.
La laboriosidad de Úrsula andaba a la par con la de su marido. Activa,
menuda, severa, aquella mujer de nervios inquebrantables, a quien en ningún
momento de su vida se la oyó cantar, parecía estar en todas partes desde el
amanecer hasta muy entrada la noche, siempre perseguida por el suave susurro de
sus pollerines de olán. Gracias a ella, los pisos de tierra golpeada, los muros de
barro sin encalar, los rústicos muebles de madera construidos por ellos mismos
estaban siempre limpios, y los viejos arcones donde se guardaba la ropa exhalaban
un tibio olor de albahaca.
José Arcadio Buendía, que era el hombre más emprendedor que se vería
jamás en la aldea, había dispuesto de tal modo la posición de las casas, que desde
todas podía llegarse al río y abastecerse de agua con igual esfuerzo, y trazó las
calles con tan buen sentido que ninguna casa recibía más sol que otra a la hora del
calor. En pocos años, Macondo fue una aldea más ordenada y laboriosa que
cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus 300 habitantes. Era en verdad
una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto.
Desde los tiempos de la fundación, José Arcadio Buendía construyó trampas
y jaulas. En poco tiempo llenó de turpiales, canarios, azulejos y petirrojos no sólo la
propia casa, sino todas las de la aldea.
El concierto de tantos pájaros distintos llegó a ser tan aturdidor, que Úrsula
se tapó los oídos con cera de abejas para no perder el sentido de la realidad. La
primera vez que llegó la tribu de Melquíades vendiendo bolas de vidrio para el dolor
de cabeza, todo el mundo se sorprendió de que hubieran podido encontrar aquella
aldea perdida en el sopor de la ciénaga, y los gitanos confesaron que se habían
orientado por el canto de los pájaros.
Aquel espíritu de iniciativa social desapareció en poco tiempo, arrastrado por
la fiebre de los imanes, los cálculos astronómicos, los sueños de transmutación y
las ansias de conocer las maravillas del mundo. De emprendedor y limpio, José
Arcadio Buendía se convirtió en un hombre de aspecto holgazán, descuidado en el
vestir, con una barba salvaje que Úrsula lograba cuadrar a duras penas con un
cuchillo de cocina. No faltó quien lo considerara víctima de algún extraño sortilegio.
170
Pero hasta los más convencidos de su locura abandonaron trabajo y familias para
seguirlo, cuando se echó al hombro sus herramientas de desmontar, y pidió el
concurso de todos para abrir una trocha que pusiera a Macondo en contacto con los
grandes inventos.
José Arcadio Buendía ignoraba por completo la geografía de la región. Sabía
que hacia el oriente estaba la sierra impenetrable, y al otro lado de la sierra la
antigua ciudad de Riohacha, donde en épocas pasadas —según le había contado
el primer Aureliano Buendía, su abuelo— Sir Francis Drake se daba al deporte de
cazar caimanes a cañonazos, que luego hacía remendar y rellenar de paja para
llevárselos a la reina Isabel. En su juventud, él y sus hombres, con mujeres y niños
y animales y toda clase de enseres domésticos, atravesaron la sierra buscando una
salida al mar, y al cabo de veintiséis meses desistieron de la empresa y fundaron a
Macondo para no tener que emprender el camino de regreso. Era, pues, una ruta
que no le interesaba, porque sólo podía conducirlo al pasado. Al sur estaban los
pantanos, cubiertos de una eterna nata vegetal, y el vasto universo de la ciénaga
grande, que según testimonio de los gitanos carecía de límites. La ciénaga grande
se confundía al occidente con una extensión acuática sin horizontes, donde había
cetáceos de piel delicada con cabeza y torso de mujer, que perdían a los navegantes
con el hechizo de sus tetas descomunales. Los gitanos navegaban seis meses por
esa ruta antes de alcanzar el cinturón de tierra firme por donde pasaban las mulas
del correo. De acuerdo con los cálculos de José Arcadio Buendía, la única
posibilidad de contacto con la civilización era la ruta del norte. De modo que dotó de
herramientas de desmonte y armas de cacería a los mismos hombres que lo
acompañaron en la fundación de Macondo; echó en una mochila sus instrumentos
de orientación y sus mapas, y emprendió la temeraria aventura.”
171
CORPUS 8
Deambulando por la orilla oscura, Alberto Fuguet
“Guardó el cuchillo ensangrentado en su bota y estiro sus viejos Levi’s hasta
dejarlos lisos y tirantes. Del bolsillo interior de su chaqueta de cuero extrajo un pito
y lo encendió con indiferencia, como si nada le importara realmente, como si todo
fuera una vieja película que ya no le interesaba volver a ver. Aspiró el porro, sintió
como el humo le picaba los ojos y lo saboreó tranquilo, cero apuro, bien. It’s hard to
give a shit these days, pensó, citando mentalmente a Lou Reed. Se río un poco,
todo le parecía tan inútil. Después lanzó un escupitajo rojizo al suelo que se quedó
flotando en el cemento. Le pareció raro, pero ni tanto. Arriba, las nubes negras
pasaban rajadas.
Hora de partir.
Con un rápido movimiento flectó sus brazos hacia atrás, casi rajando su
desteñida polera Guns ‘N’ Roses, e inició una lenta caminata por el callejón hasta
llegar a la puerta de entrada. A medida que avanzaba sobre el pavimento, rodeado
de cientos de ojos sin caras que le registraban cada paso, pensó que era justamente
alguien como él lo que esos tipos llenos de colores necesitaban: un héroe, un
huevón dispuesto a todo, un Rusty James chileno.
Al acercarse a las puertas de vidrio automáticas, el Macana pudo ver por
una fracción de segundo su reflejo antes de que se abrieran. Se veía aún más fuerte,
aún más seguro, como si lo siguiera una horda de ultraviolentos y el fuera el líder
indiscutido. Su pinta de guerrero de pandilla americana, con ese aro chacal en forma
de calavera, esas muñequearas, ese pañuelo de vaquero que le tapa la mitad de
su desordenada melena que cuelga sin ánimo, lo hace verse bien, casi perfecto,
con ese tipo de belleza que solo surge después de una pelea, después de tensar
cada músculo y juguetear con cada reflejo.
-El Macana es el mejor, el más bonito.
-Es un reventado.
-Legal que lo sea, ¿o no?
-El compadre se las trae.
Al entrar al Apumanque sintió la mirada de todos y se dio cuenta de que se
veía igual a los de las películas que emulaba.
Soltó otra sonrisa bajo el neón rosado y siguió caminando orgulloso, sabio, certero.
Un chicle aplastado lo hizo recordar la escena anterior, igual a un video de Slayer o
peor: la sangre del Yuko saliendo caliente, sorpresiva, con humo. Y le gusto, fue
emocionante, como en los viejos tiempos cuando andaba en la onda thrash, rock
satánico, cosas de cabro chico, escandalizar con la pinta, joder, lanzarles pollos a
los viejos para ver si así cachan. Pero ahora que era mayor, trece años vividos a
fondo, a todo dar, el rollo era otro. Todo le estaba resultando. Ahora solo faltaba un
detalle.
172
CORPUS 9
El túnel, Ernesto Sábato
“Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne;
supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores
explicaciones sobre mi persona.
Aunque ni el diablo sabe qué es lo que ha de recordar la gente, ni por qué.
En realidad, siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea
una forma de defensa de la especie humana. La frase "todo tiempo pasado fue
mejor" no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —felizmente—
la gente las echa en el olvido. (…) Yo, por ejemplo, me caracterizo por recordar
preferentemente los hechos malos y, así, casi podría decir que "todo tiempo pasado
fue peor", si no fuera porque el presente me parece tan horrible como el pasado;
recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles, tantas malas
acciones, que la memoria es para mí como la temerosa luz que alumbra un sórdido
museo de la vergüenza. ¡Cuántas veces he quedado aplastado durante horas, en
un rincón oscuro del taller, después de leer una noticia en la sección policial!. Pero
la verdad es que no siempre lo más vergonzoso de la raza humana aparece allí;
hasta cierto punto, los criminales son gente más limpia, más inofensiva; esta
afirmación no la hago porque yo mismo haya matado a un ser humano: es una
honesta y profunda convicción. ¿Un individuo es pernicioso?. Pues se lo liquida y
se acabó. Eso es lo que yo llamo una buena acción. Piensen cuánto peor es para
la sociedad que ese individuo siga destilando su veneno y que en vez de eliminarlo
se quiera contrarrestar su acción recurriendo a anónimos, maledicencia y otras
bajezas semejantes. En lo que a mí se refiere, debo confesar que ahora lamento no
haber aprovechado mejor el tiempo de mi libertad, liquidando a seis o siete tipos
que conozco.
Que el mundo es horrible, es una verdad que no necesita demostración.
Bastaría un hecho para probarlo, en todo caso: en un campo de concentración un
ex pianista se quejó de hambre y entonces lo obligaron a comerse una rata, pero
viva. No es de eso, sin embargo, de lo que quiero hablar ahora; ya diré más
adelante, si hay ocasión, algo más sobre este asunto de la rata.
Como decía, me llamo Juan Pablo Castel. Podrán preguntarse qué me
mueve a escribir la historia de mi crimen (no sé si ya dije que voy a relatar mi crimen)
y, sobre todo, a buscar un editor. Conozco bastante bien el alma humana para
prever que pensarán en la vanidad. Piensen lo que quieran: me importa un bledo;
hace rato que me importan un bledo la opinión y la justicia de los hombres.
Supongan, pues, que publico esta historia por vanidad. Al fin de cuentas
estoy hecho de carne, huesos, pelo y uñas como cualquier otro hombre y me
parecería muy injusto que exigiesen de mí, precisamente de mí, cualidades
175
especiales; uno se cree a veces un superhombre, hasta que advierte que también
es mezquino, sucio y pérfido. De la vanidad no digo nada: creo que nadie está
desprovisto de este notable motor del Progreso Humano. Me hacen reír esos
señores que salen con la modestia de Einstein o gente por el estilo; respuesta: es
fácil ser modesto cuando se es célebre; quiero decir parecer modesto. Aun cuando
se imagina que no existe en absoluto, se la descubre de pronto en su forma más
sutil: la vanidad de la modestia. ¡Cuántas veces tropezamos con esa clase de
individuos! Hasta un hombre, real o simbólico, como Cristo, pronunció palabras
sugeridas por la vanidad o al menos por la soberbia. ¿Qué decir de León Bloy, que
se defendía de la acusación de soberbia argumentando que se había pasado la vida
sirviendo a individuos que no le llegaban a las rodillas?
La vanidad se encuentra en los lugares más inesperados: al lado de la
bondad, de la abnegación, de la generosidad. Cuando yo era chico y me
desesperaba ante la idea de que mi madre debía morirse un día (con los años se
llega a saber que la muerte no sólo es soportable sino hasta reconfortante), no
imaginaba que mi madre pudiese tener defectos. Ahora que no existe, debo decir
que fue tan buena como puede llegar a serlo un ser humano. Pero recuerdo, en sus
últimos años, cuando yo era un hombre, cómo al comienzo me dolía descubrir
debajo de sus mejores acciones un sutilísimo ingrediente de vanidad o de orgullo.
Algo mucho más demostrativo me sucedió a mí mismo cuando la operaron de
cáncer. Para llegar a tiempo tuve que viajar dos días enteros sin dormir. Cuando
llegué al lado de su cama, su rostro de cadáver logró sonreírme levemente, con
ternura, y murmuró unas palabras para compadecerme (¡ella se compadecía de mi
cansancio!). Y yo sentí dentro de mí, oscuramente, el vanidoso orgullo de haber
acudido tan pronto. Confieso este secreto para que vean hasta qué punto no me
creo mejor que los demás.
Cuando comencé este relato estaba firmemente decidido a no dar
explicaciones de ninguna especie. Tenía ganas de contar la historia de mi crimen,
y se acabó, al que no le gustara, que no la leyese. Aunque no lo creo, porque
precisamente esa gente que siempre anda detrás de las explicaciones es la más
curiosa y pienso que ninguno de ellos se perderá la oportunidad de leer la historia
de un crimen hasta el final.
Podría reservarme los motivos que me movieron a escribir estas páginas de
confesión; pero como no tengo interés en pasar por excéntrico, diré la verdad, que
de todos modos es bastante simple, pensé que podrían ser leídas por mucha gente,
ya que ahora soy célebre; y aunque no me hago muchas ilusiones acerca de la
humanidad en general y de los lectores de estas páginas en particular, me anima la
débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. AUNQUE SEA UNA
SOLA PERSONA.
176
"¿Por qué —se podrá preguntar alguien— apenas una débil esperanza si el
manuscrito ha de ser leído por tantas personas? Éste es el género de preguntas
que considero inútiles, y no obstante hay que preverlas, porque la gente hace
constantemente preguntas inútiles, preguntas que el análisis más superficial revela
innecesarias. Puedo hablar hasta el cansancio y a gritos delante de una asamblea
de cien mil rusos, nadie me entendería. ¿Se dan cuenta de lo que quiero decir?
Existió una persona que podría entenderme. Pero fue, precisamente, la persona que
maté.”
177
CORPUS 10
Espantos de agosto, Gabriel García Márquez
“Llegamos a Arezzo un poco antes del mediodía, y perdimos más de dos
horas buscando el castillo renacentista que el escritor venezolano Miguel Otero
Silva había comprado en aquel recodo idílico de la campiña toscana. Era un
domingo de principios de agosto, ardiente y bullicioso, y no era fácil encontrar a
alguien que supiera algo en las calles abarrotadas de turistas. Al cabo de muchas
tentativas inútiles volvimos al automóvil, abandonamos la ciudad por un sendero de
cipreses sin indicaciones viales, y una vieja pastora de gansos nos indicó con
precisión dónde estaba el castillo. Antes de despedirse nos preguntó si pensábamos
dormir allí, y le contestamos, como lo teníamos previsto, que sólo íbamos a
almorzar.
— Menos mal — dijo ella— porque en esa casa espantan. Mi esposa y yo,
que no creemos en aparecidos del medio día, nos burlamos de su credulidad. Pero
nuestros dos hijos, de nueve y siete años, se pusieron dichosos de conocer un
fantasma de cuerpo presente.
Miguel Otero Silva, que además de buen escritor era un anfitrión espléndido
y un comedor refinado, nos esperaba con un almuerzo de nunca olvidar. Como se
nos había hecho tarde no tuvimos tiempo de conocer el interior del castillo antes de
sentarnos a la mesa, pero su aspecto desde fuera no tenía nada de pavoroso, y
cualquier inquietud se disipaba con la visión completa de la ciudad desde la terraza
florida donde estábamos almorzando. Era difícil creer que en aquella colina de
casas encaramadas, donde apenas cabían noventa mil personas, hubieran nacido
tantos hombres de genio perdurable. Sin embargo, Miguel Otero Silva nos dijo con
su humor caribe que ninguno de tantos era el más insigne de Arezzo.
— El más grande —sentenció —fue Ludovico. Así, sin apellidos: Ludovico, el
gran señor de las artes y de la guerra, que había construido aquel castillo de su
desgracia, y de quién Miguel nos habló durante todo el almuerzo. Nos habló de su
poder inmenso, de su amor contrariado y de su muerte espantosa.
Nos contó cómo fue que en un instante de locura del corazón había
apuñalado a su dama en el lecho donde acababan de amarse, y luego azuzó contra
sí mismo a sus feroces perros de guerra que lo despedazaron a dentelladas. Nos
aseguró, muy en serio, que a partir de la media noche el espectro de Ludovico
deambulaba por la casa en tinieblas tratando de conseguir el sosiego en su
purgatorio de amor.
El castillo, en realidad, era inmenso y sombrío. Pero a pleno día, con el
estómago lleno y el corazón contento, el relato de Miguel no podía parecer sino una
broma como tantas otras suyas para entretener a sus invitados. Los ochenta y dos
cuartos que recorrimos sin asombro después de la siesta, habían padecido toda
178
clase de mudanza de sus dueños sucesivos. Miguel había restaurado por completo
la planta baja y se había hecho construir un dormitorio moderno con suelos de
mármol e instalaciones para sauna y cultura física, y la terraza de flores intensas
donde habíamos almorzado. La segunda planta, que había sido la más usada en el
curso de los siglos, era una sucesión de cuartos sin ningún carácter, con muebles
de diferentes épocas abandonados a su suerte. Pero en la última se conservaba
una habitación intacta por donde el tiempo se había olvidado de pasar. Era el
dormitorio de Ludovico.
Fue un instante mágico. Allí estaba la cama de cortinas bordadas con hilos
de oro, y la sobrecama de prodigios de pasamanería todavía acartonada por la
sangre seca de la amante sacrificada. Estaba la chimenea con las cenizas heladas
y el ultimo leño convertido en piedra, el armario con sus armas bien cebadas, y el
retrato de óleo del caballero pensativo en un marco de oro, pintado por alguno de
los maestros florentinos que no tuvieron la fortuna de sobrevivir a su tiempo. Sin
embargo, lo que más me impresionó fue el olor de fresas recientes que permanecía
estancado sin explicación posible en el ámbito del dormitorio.
Los días del verano eran largos y parsimoniosos en la Toscana, y el horizonte
se mantiene en su sitio hasta las nueve de la noche. Cuando terminamos de conocer
el castillo eran más de las cinco, pero Miguel insistió en llevarnos a ver los frescos
de Piero della Francesca en la Iglesia de San Francisco, luego nos tomamos un café
bien conversado bajo las pérgolas de la plaza, y cuando regresamos para recoger
las maletas encontramos la cena servida. De modo que nos quedamos a cenar.
Mientras lo hacíamos, bajo un cielo malva con una sola estrella, los niños
prendieron unas antorchas en la cocina, y se fueron a explorar las tinieblas en los
pisos altos. Desde la mesa oíamos sus galopes de caballos cerreros por las
escaleras, los lamentos de las puertas, los gritos felices llamando a Ludovico en los
cuartos tenebrosos.
Al contrario de lo que yo temía, dormimos muy bien, mi esposa y yo en un
dormitorio de la planta baja y mis hijos en el cuarto contiguo. Ambos habían sido
modernizados y no tenían nada de tenebrosos. Mientras trataba de conseguir el
sueño conté los doce toques insomnes del reloj de péndulo de la sala, y me acordé
de la advertencia pavorosa de la pastora de gansos.
Pero estábamos tan cansados que nos dormimos muy pronto, en un sueño
denso y continuo, y desperté después de las siete con un sol espléndido entre las
enredaderas de la ventana. A mi lado, mi esposa navegaba en el mar apacible de
los inocentes. «Qué tontería — me dije—, que alguien siga creyendo en fantasmas
por estos tiempos». Sólo entonces me estremeció el olor de fresas recién cortadas,
y vi la chimenea con las cenizas frías y el último leño convertido en piedra, y el
retrato del caballero triste que nos miraba desde tres siglos antes en el marco de
oro. Pues no estábamos en la alcoba de la planta baja donde nos habíamos
179
CORPUS 11
Cuando Hitler robó el conejo rosa, Judith Kerr
“Anna volvía del colegio con Elsbeth, una niña de su clase. Aquel invierno
había nevado mucho en Berlín. (…) Ahora, en febrero, empezaba a deshacerse, y
había charcos por todas partes. Anna y Elsbeth, calzadas con botas de cordones,
se los iban saltando.
Las dos niñas llevaban abrigos gruesos y gorros de lana para tener abrigadas
las orejas, y Anna llevaba además una bufanda. Anna tenía nueve años, pero era
bajita para su edad, y los extremos de la bufanda le colgaban casi hasta las rodillas.
También le tapaba la boca y la nariz, de modo que lo único que se le veía eran sus
ojos verdes y un mechón de pelo oscuro. Se había apresurado porque quería
comprar unos lápices de colores en la papelería y ya era casi la hora de comer; pero
iba tan sin aliento que se alegró de que Elsbeth se detuviera a mirar un gran cartel
rojo.
— Es otro retrato de ese señor — dijo Elsbeth — . Mi hermana la pequeña
vio uno ayer y se creyó que era Charlie Chaplin.
Anna contempló la mirada fija y la expresión severa. Luego dijo:
— No se parece en nada a Charlie Chaplin, como no sea en el bigote.
Leyeron el nombre que había debajo de la fotografía.
Adolf Hitler.
—Quiere que todo el mundo le vote en las elecciones, y entonces les parará
los pies a los judíos —dijo Elsbeth—. ¿Tú crees que le parará los pies a Rachel
Lowenstein?
—A Rachel Lowenstein no la puede parar nadie —respondió Anna—. Es
capitana de su clase. A lo mejor me para los pies a mí. Yo también soy judía.
—¡Tú no!
—¡Claro que sí! Mi padre nos estuvo hablando de eso la semana pasada.
Dijo que éramos judíos, y que, pasara lo que pasara, mi hermano y yo no debíamos
olvidarlo nunca.
—Pero vosotros no vais a una iglesia especial los sábados, como Rachel
Lowenstein.
—Eso es porque no somos religiosos. No vamos a ninguna iglesia.
—Pues a mí me gustaría que mi padre no fuera religioso —dijo Elsbeth—.
Nosotros tenemos que ir todos los domingos, y a mí me dan calambres de estar
sentada.
Elsbeth miró a Anna con curiosidad.
—Yo creí que los judíos tenían que tener la nariz ganchuda, pero tú la tienes
normal. ¿Tu hermano tiene la nariz ganchuda?
—No —dijo Anna—. La única persona que hay en casa con la nariz ganchuda
es Bertha, la criada, y se le quedó así porque se la rompió al caerse del tranvía.”
181
CORPUS 12
Diario de Ana Frank, Ana Frank
“Más de una vez, una de las preguntas que no me deja en paz por dentro es
por qué en el pasado, y a menudo aún ahora, los pueblos conceden a la mujer un
lugar tan inferior al que ocupa el hombre. Todos dicen que es injusto, pero con eso
no me doy por contenta: lo que quisiera conocer es la causa de semejante injusticia.
Es de suponer que el hombre, dada su mayor fuerza física, ha dominado a la
mujer desde el principio; el hombre, que tiene ingresos, el hombre, que procrea, el
hombre, al que todo le está permitido… Ha sido una gran equivocación por parte de
tantas mujeres tolerar, hasta hace poco tiempo, que todo siguiera así sin más,
porque cuantos más siglos perdura esta norma, tanto más se arraiga. Por suerte, la
enseñanza, el trabajo y el desarrollo le han abierto un poco los ojos a la mujer. En
muchos países las mujeres han obtenido la igualdad de derechos; mucha gente,
sobre todo mujeres, pero también hombres, ven ahora lo mal que ha estado dividido
el mundo durante tanto tiempo, y las mujeres modernas exigen su derecho a la
independencia total.
Pero no se trata solo de eso: ¡también hay que conseguir la valoración de la
mujer! En todos los continentes el hombre goza de una alta estima generalizada.
¿Por qué la mujer no habría de compartir esa estima antes que nada? A los
soldados y héroes de guerra se les honra y rinde homenaje, a los descubridores se
les concede fama eterna, se venera a los mártires, pero ¿qué parte de la humanidad
en su conjunto también considera soldados a las mujeres?
En el libro Combatientes para toda la vida pone algo que me ha conmovido
bastante, y es algo así como que por lo general las mujeres, tan solo por el hecho
de tener hijos, padecen más dolores, enfermedades y desgracias que cualquier
héroe de guerra. ¿Y cuál es la recompensa por aguantar tantos dolores? La echan
en un rincón si ha quedado mutilada por el parto, sus hijos al poco tiempo ya no son
suyos, y su belleza se ha perdido. Las mujeres son soldados mucho más valientes
y heroicos, que combaten y padecen dolores para preservar a la humanidad, mucho
más que tantos libertadores con todas sus bonitas historias…
Con esto no quiero decir en absoluto que las mujeres tendrían que negarse
a tener hijos, al contrario, así lo quiere la naturaleza y así ha de ser.
A los únicos que condeno es a los hombres y a todo el orden mundial, que nunca
quieren darse cuenta del importante, difícil y a veces también bello papel
desempeñado por la mujer en la sociedad. Paul de Kruif, el autor del libro
mencionado, cuenta con toda mi aprobación cuando dice que los hombres tienen
que aprender que en las partes del mundo llamadas civilizadas, un parto ha dejado
de ser algo natural y corriente. Los hombres lo tienen fácil, nunca han tenido que
soportar los pesares de una mujer, ni tendrán que soportarlos nunca.
Creo que todo el concepto de que el tener hijos constituye un deber de la mujer,
cambiará a lo largo del próximo siglo, dando lugar a la estima y a la admiración por
quien se lleva esa carga al hombro, sin rezongar y sin pronunciar grandes palabras.”
182
CORPUS 13
Estudio en escarlata, Arthur Conan Doyle
“Cuando se apoderaba de él la fiebre del trabajo era capaz de desplegar una energía
sin parangón; pero a trechos y con puntualidad fatal, caía en un extraño estado de
abulia, y entonces, y durante días, permanecía extendido sobre el sofá de la sala
de estar, sin mover apenas un músculo o pronunciar palabra de la mañana a la
noche. (…) Conforme pasaban las semanas, mi interés por él y la curiosidad que su
proyecto de vida suscitaba en mí, fueron haciéndose cada vez más patentes y
profundos. En altura andaba antes por encima que por debajo de los seis pies,
aunque la delgadez extrema exageraba considerablemente esa estatura. Los ojos
eran agudos y penetrantes, salvo en los períodos de sopor a que he aludido, y su
fina nariz de ave rapaz le daba no sé qué aire de viveza y determinación. La barbilla
también, prominente y maciza, delataba en su dueño a un hombre de firmes
resoluciones. Las manos aparecían siempre manchadas de tinta y distintos
productos químicos, siendo, sin embargo, de una exquisita delicadeza, como
innumerables veces eché de ver por el modo en que manejaba Holmes sus frágiles
instrumentos de física.”
183
CORPUS 14
El almohadón de plumas, Horacio Quiroga
“Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter
duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin
embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos
por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde
hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer. (…)
Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor,
más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la
contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura
del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal
impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve
rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al
cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo
abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. (…) No es raro que
adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días
y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en
el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda
ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos,
echándole los brazos al cuello.
Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor
tentativa de caricia.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció
desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole
calma y descanso absolutos.
-No sé -le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja-. Tiene
una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta
como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de
marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero
se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces
prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia
dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida.
Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra
ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a
lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio,
y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente
abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama.
184
Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar,
y sus narices y labios se perlaron de sudor.
-¡Jordán! ¡Jordán! -clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.
-¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de
largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la
mano de su marido, acariciándola temblando.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que
se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo.
En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose
de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al
comedor.
-Pst... -se encogió de hombros desalentado su médico-. Es un caso serio...
poco hay que hacer... (…)
Alicia murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola
ya, miró un rato extrañada el almohadón.
-¡Señor! -llamó a Jordán en voz baja-. En el almohadón hay manchas que
parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la
funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían
manchitas oscuras.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a
aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le
erizaban.
(…) Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y
envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de
horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre
el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal
monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le
pronunciaba la boca. (…) En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir
en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles
particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.”
185
http://www.anales.uchile.cl/index.php/ANUC/article/viewFile/31798/33593
http://www.ceppe.cl/images/stories/recursos/publicaciones/Viviana%20Galdames/De
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186
Rockwell, E. (2005). La lectura como práctica cultural: conceptos para el estudio de textos
Sánchez, A. (1998) Teoría del personaje narrativo (aplicación a El amor en los tiempos del
https://revistas.ucm.es/index.php/DIDA/article/viewFile/DIDA9898110079A/19784